Está en la página 1de 3

“Afirmando su justicia.

El sistema vindicatorio shuar y el


desarrollo de la justicia indígena”
Reseñado por Isabella Murillo Chois

En Ecuador se busca construir un estado plurinacional que sea inclusivo con las distintas
culturas presentes dentro del territorio, el hecho de reconocer las distintas justicias
indígenas consiste en un pilar fundamental. Ya que permitir a estas culturas regular sus
formas de vivir les facilita la preservación de sus tradiciones. Sin embargo, en el texto
también se manifiesta la dificultad de tener una coordinación entre la justicia estatal y la
justicia indígena, ya que en muchos casos la justicia estatal cohíbe y prohíbe algunas de las
maneras y castigos que serían utilizados dentro de estas comunidades.

Esto se da porque muchas veces la justicia del estado cuestiona la autonomía de las justicias
indígenas y su capacidad de manejar casos importantes como lo sería el homicidio. Y
muchas veces porque se tienen “prejuicios etnocéntricos” que las consideran como
inferiores e irracionales, menos desarrolladas.

Se manifiesta también en el texto que no hay estudios suficientes sobre las justicias
indígenas, que no deben considerarse como solo una ya que estas son muy distintas entre sí,
y que para establecer un verdadero pluralismo jurídico es esencial estudiarlas y entenderlas.

Se presenta el caso de los shuar, que están precisamente en el proceso de sistematización y


búsqueda de reconocimiento de su justicia. El texto está bien estructurado, mostrando las
formas tradicionales de justicia de los shuar y luego muestra sus transformaciones a lo largo
de los años y en consecuencia a la intervención del estado.

La cultura jurídica ancestral shuar es del tipo vindicatorio, siempre existía un castigo o se
tomaban medidas para reconciliar a dos partes.

Cometida una ofensa por alguien, era culpabilizada la persona y su grupo familiar, así como
agraviados la víctima directa y sus parientes. De este modo, los actores en la justicia shuar
no eran individuos sino colectivos, y las responsabilidades eran grupales.
Dentro de esta cultura jurídica recaen las consecuencias de un crimen sobre los hermanos,
primos o parientes mas cercanos del ofensor; al mismo tiempo siendo estos mediados por
personas mayores, chamanes u otros personajes importantes dentro de la comunidad.

Se presentas ejemplos como el caso de que una mujer envenene a alguien, entonces se
trataría de envenenar al hermano de esta, o si un adultero se fugaba se casigaba a su
hermano o pariente masculino mas cercano. O por ejemplo si los hijos desobedecían u
ofendían a sus padres, eran enviados a la cascada durante una semana, ayunaban y se les
daba ciertas plantas para purificarlos, seguido de una dieta especial, con el fin de
componerlos. Ofensas mas graves como el adulterio, implicaban castigos mas graves como
el ser macheteado por el esposo, sin matarlo, para calmar sus iras.

También se manifiesta el robo como algo poco relevante ya que no tenían implícito la
propiedad privada.

Las retaliaciones no eran un asunto arbitrario y de violencia sin control, por lo tanto. Eran
un «desquite» ante una ofensa grave, generalmente un homicidio. Desquite que permitía
después negociar una reconciliación entre las familias (Yayu, entrevista grupal, 17 sep.
2016). Normalmente acababan cuando se mataba a un hombre mayor (un untä) de alguno
de los bandos, por lo general el padre o el suegro del ofensor (Harner 1972: 182).

Estas practicas no son salvajes y tomadas a la ligera, eran pensadas cuidadosamente y


tenían un fin que era reparar y superar el conflicto, sin embargo, fueron puestas en cuestión
cuando el estado y las acciones misioneras empieza a intervenir.

Inicialmente en el cambio de sus líderes, que ahora son jóvenes, surge la figura del síndico,
también entran las directivas de federaciones y asociaciones. El sindico ocupa el lugar de
juez y mediador dentro de los conflictos, se prohíben las retaliaciones entre familias, así
como el uso de sustancias psicotrópicas, es decir que de alguna forma los hacen dejar parte
de sus costumbres.

Y esto es el conflicto que se da entre estos dos tipos de justicia, porque en muchas
ocasiones los shuar se limitan a si mismos ya que no confían en sus formas y tienden a
minimizarlas, llevando los casos mas grandes a la justicia estatal u manejando ellos los mas
“pequeños”, utilizando la justicia estatal estratégicamente. Pero se necesita investigar y
conseguir bases que les permitan construir su justicia propia, así como dice en el texto, será
un proceso largo y tortuoso.

Referencias

Márquez Porras, R., Luzuriaga Muñoz, E., & Puchaicela Huaca, C. (2018). Afirmando su justicia.
El sistema vindicatorio shuar y el desarrollo de la justicia indígena. Disparidades. Revista de
Antropología, 73(1), p 183.

Márquez Porras, R., Luzuriaga Muñoz, E., & Puchaicela Huaca, C. (2018). Afirmando su justicia.
El sistema vindicatorio shuar y el desarrollo de la justicia indígena. Disparidades. Revista de
Antropología, 73(1), p 184.

También podría gustarte