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HISTORIA. EVOLUCIÓN.
ORÍGENES DE LA FAMILIA.
Luego, los hombres comenzaron a tener relaciones sexuales con las mujeres de otras
tribus, fenómeno conocido bajo el nombre de EXOGAMIA.
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Finalmente, la familia evoluciono hacia su organización actual, fundada en la
relación MONOGÁMICA: un solo hombre y una sola mujer sostienen relaciones
sexuales exclusivas y de ellos deriva la prole que complementara el núcleo familiar.
La monogamia impuso un orden sexual en la sociedad. Esto facilito el ejercicio del poder
paterno y debilito el antiguo sistema matriarcal de la familia.
FAMILIA. CONCEPTO.
Caracteres. Análisis.
fundada en el matrimonio.
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La institución es un ente complejo orgánico y unitario, no sólo de normas, sino también
de actividades y relaciones, que conforman el organismo social, la unidad social,
especificado por el fin y naturalmente regido por alguna norma.
santuario de vida.
educadora en la fe.
Los esposos son para sus hijos los primeros predicadores de la fe para quienes son
cristianos o profesan alguna religión. Y para los agnósticos, quienes los habrán de
formar con su ejemplo en los principios morales que serán guía de su vida.
formadora de personas.
La familia es la primera escuela de las virtudes sociales. En ella los hijos encuentran la
primera experiencia de una sana sociedad humana y se introducen, poco a poco, en la
sociedad civil y en la Iglesia (si fueran creyentes).
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Además, la familia es la escuela del más rico humanismo, y en ella los hijos
aprenden con mayor facilidad la recta jerarquía de las cosas.
Concepto jurídico: la familia está formada por todos los individuos unidos
por vínculos jurídicos familiares que hallan origen en el matrimonio, en la
filiación y en el parentesco.
El vínculo jurídico familiar es la relación que existe entre dos individuos derivada de
la unión matrimonial, de la filiación, o del parentesco, y en virtud del cual existen de
manera interdependiente y habitualmente recíproca, determinados derechos
subjetivos que, entonces, pueden considerarse como derechos subjetivos familiares.
Empero, en la adopción existen vínculo jurídico sin vínculo biológico, por una
ficción legal.
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posteriores a su disolución, anulación o separación personal o de hecho de
los esposos. La acción de impugnación de la paternidad está a cargo del
marido o del hijo.
Si bien se puede afirmar que el derecho subjetivo familiar participa de las notas
esenciales del derecho subjetivo, al mismo tiempo tiene rasgos que le son propios.
En efecto, es innegable que el derecho subjetivo familiar lleva siempre como correlato
un deber, y tiene también un contenido moral. De allí que la regulación de los
derechos subjetivos familiares no constituye la consagración de prerrogativas que
consagren un ejercicio abusivo del rol que cada miembro tiene en la familia, sino
que están reconocidos en orden a permitir a la familia el cumplimiento de su rol.
Los autores discuten si pertenece al ámbito del derecho público o del derecho privado.
La ubicación de esta rama en el ámbito del derecho privado tiene su fuente en e
derecho romano y en la Edad Contemporánea (CCiv. francés).
Las ideas de la Revolución francesa fueron consagradas en el Code, que garantizó los
derechos individuales en la formación y desarrollo de la familia legítima. El Código
francés protegía de manera particular dos principios fundamentales del vínculo
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matrimonial como son el nacimiento y su disolución, a partir de la decisión libre del
hombre.
Es cierto que el derecho de familia protege el interés familiar por sobre el interés
particular, pero ello no posibilita enrolarlo fuera del derecho privado.
Además, apartar del derecho privado al derecho de familia permitiría la entrada del
Estado en un ámbito que es eminentemente privado.
De todo ello se infiere que el derecho de familia se encuentra ubicado en el campo del
derecho privado, más precisamente en el ámbito del derecho civil, sin formar una
rama autónoma, pero con caracteres particulares que lo distinguen de muchas de sus
instituciones.
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marcada, pues es innegable que las instituciones que lo conforman son
preexistentes a la ley positiva, debiendo ésta reconocerlas y acogerlas.
Está organizado con miras a intereses colocados por encima e los individuos
que comprende.
De la definición surge que el acto jurídico familiar es una especie dentro del acto
jurídico general.
Otros doctrinarios admiten que coinciden en general el acto jurídico general y el acto
jurídico familiar, no obstante este último registra caracteres que lo distinguen del
primero.
Capacidad – esta es más amplia en relación con los actos jurídicos generales.
Así, la edad legal para celebrar el matrimonio es de 16 años para la mujer y 18
para el varón, pudiendo mediar dispensa y celebrarse antes de cumplirse dicha
edad. De igual forma, el menor adulto puede reconocer hijos.
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Forma – existe un marcado rigor en cuanto a las formas, apartándose del
principio de libertad de las formas. Este rigorismo tiene fundamento en la
trascendencia de los actos jurídicos familiares para la sociedad.
Por lo tanto, la voluntad del sujeto no puede modificar el objeto del acto,
pues el mismo está preestablecido en la norma legal.
Sin embargo, este principio (que permite fijar libremente los derechos y
obligaciones de las partes) no rige en el acto jurídico familiar, pues si bien al
inicio existe una decisión autónoma en su celebración, luego está sometido a
un régimen estatutario fundado en el orden público, que impone una
actividad reglada, sobre la base del respeto del interés familiar como interés
superior.
Clasificación.
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extramatrimonial es unilateral; el matrimonio es bilateral, porque requiere del
consentimiento unánime de un varón y una mujer.
La relación jurídica familiar es el vínculo que se establece entre los sujetos integrantes
de la familia respecto de determinados bienes materiales o inmateriales amparados por
el ordenamiento jurídico, para que se pueda alcanzar el cumplimiento del fin de la
institución.
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Dicho de otra manera,es la relación que consagra el ordenamiento
jurídico entre las personas que integran la familia, estableciendo
derechos y deberes que son interdependientes y recíprocos, para
alcanzar los fines de la familia.
Elementos de la relación.
1. SUJETO.
2. OBJETO.
3. CAUSA.
Sujeto – en la relación jurídica familiar, los sujetos son los integrantes de la familia
que tienen la prerrogativa que corresponde de acuerdo a su status.
Existen sujetos activos y pasivos. El primero es quien tiene la prerrogativa para exigir
un determinado comportamiento; el pasivo, en cambio, es el que debe respetar el
ejercicio lícito de la prerrogativa (por parte del sujeto activo).
En la relación jurídica familiar, quien tiene la calidad de sujeto activo puede
también ser pasivo, es decir, puede existir entrecruzamiento. Por ejemplo, en la patria
potestad los padres son sujetos activos, gozando del ejercicio de determinadas
prerrogativas, pero también son sujetos pasivos, por cuanto puede obligárselos al
cumplimiento de las obligaciones derivadas de su calidad de padres.
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UNIDAD 2 – ESTADO DE FAMILIA.
El término “estado”, en sentido amplio, hace referencia a la posición que ocupan las
personas en la sociedad. Dicha posición genera respecto de la persona una serie de
derechos subjetivos y sus correlativos deberes, que tienden a proteger ese estado.
- la
el estado de familia: respecto al estado de familia, lo definimos como
posición que ocupa una persona en la familia, es decir, el
modo de ser de la persona en la familia, que origina
relaciones jurídicas familiares, cuyo contenido son derechos
y deberes.
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1. universalidad: porque es abarcativo de todo el emplazamiento familiar.
En efecto, comprende los vínculos jurídicos familiares que unen a una
persona con otra, y aún cuando la persona no registra vínculos, sea conyugal
(estado de soltero) o cuando, siendo hijo extramatrimonial, no se hubiera
acreditado la maternidad ni hubiera sido reconocido por la madre o por el
padre, en cuyo caso será hijo de padres desconocidos.
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9. intransmisibilidad sucesoria: si partimos de la base de considerar el
estado de familia como un atributo inherente a la persona, y no pudiendo
concebirse persona sin estado ni estado sin persona, entonces es dable
afirmar que el estado existe en cabeza y titularidad de una persona,
extinguiéndose con su muerte. Por ello no es transmisible por sucesión.
NATURALEZA JURÍDICA.
En sentido MATERIAL.
En sentido FORMAL.
El título de estado en sentido formal está constituido por los documentos públicos
donde conste el estado de familia. El título en sentido material y en sentido formal
están íntimamente vinculados, pues no puede haber emplazamiento sin título.
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TÍTULO DE ESTADO Y PRUEBA DEL ESTADO DE FAMILIA.
El estado de familia se acredita mediante el título. Ahora bien, cabe aclarar que el
título de estado que habilita para acreditar el estado de familia debe ser
formalmente hábil, es decir, debe hallarse registrado de acuerdo con las normas
establecidas por el DEC/LEY 8.204 en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas, lo cual posibilita la oponibilidad erga omnes del estado.
El DEC/LEY 8204/63 establece que todos los actos y hechos que den origen, alteren o
modifiquen el estado civil y la capacidad de las personas, deberán inscribirse en los
correspondientes registros de las provincias o la nación.
Dicha sentencia supone título de estado desde que haya pasado en autoridad de cosa
juzgada, siendo el título desde ese momento erga omnes.
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el RECONOCIMIENTO DE HIJO POR INSTRUMENTO PÚBLICO.
Algunos entienden que sí, utilizando como fuente de su argumentación el art. 995
del CCiv., que sostiene que los instrumentos públicos hacen plena fe de las
enunciaciones de hechos o actos jurídicos directamente relativos al acto jurídico
principal, no sólo entre las partes sino también respecto de terceros.
Por nuestra parte, no compartimos este criterio. Entendemos que la constitución del
título de estado es función de la Administración Pública a través del Registro Civil,
o del poder jurisdiccional, no dejando margen para que ello pueda quedar librado a
la actividad discrecional de los particulares.
Por todo lo expuesto, es dable decir que el Registro Civil no es un mero receptor de
inscripciones, sino que tiene a su cargo el control de legalidad del título de estado
que va a quedar constituido formalmente.
Ahora bien, si las partidas no se pudieran obtener, procede la prueba supletoria, con
los alcances y límites que a continuación analizaremos:
- el CCiv. Art. 85 sostiene que “no habiendo registros públicos o por falta de
asiento en ellos, o no estando los registros en la debida forma, puede
probarse el día del nacimiento, o por lo menos el mes o el año, por otros
documentos o por otros medios de prueba.
De esta manera, vemos como el código deja abierta la puerta a la prueba supletoria,
cuando se produzca alguno de los siguientes sucesos:
2) falta de asientos en los registros, generalmente por un error del oficial público
que omitió consignar los datos correspondientes en el acta respectiva.
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3) registros llevados en forma irregular, porque las actas se labran en forma
incompleta, dejando lugares sin completar, haciendo tachaduras, etc.
En todos estos casos, para que sea admisible la prueba supletoria será necesario
acreditar la imposibilidad de presentación de la partida.
Si fuera imposible reunir la prueba legal del matrimonio, el propio CCiv. admite la
prueba de la celebración del matrimonio por otros medios, justificando previamente
la imposibilidad de presentar el título correspondiente.
POSESIÓN DE ESTADO.
CONCEPTO.
Lo normal es que coexistan el título de estado y el ejercicio del mismo, pero también
puede ocurrir que esa correspondencia no se produzca, es decir, que de hecho y sin el
título una persona se encuentre en ejercicio de los derechos y deberes emergentes de
un determinado estado de familia.
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NATURALEZA JURÍDICA DE LA POSESIÓN DE ESTADO.
El CCiv., art. 256, establece que la posesión de estado tiene el mismo valor que un
reconocimiento expreso. Esta afirmación ha generado criterios disímiles en la doctrina.
Por nuestra parte, entendemos que la posesión de estado es un mero HECHO que,
de probarse debidamente en el juicio y no ser contradicha por pruebas biológicas
que la desvirtúen, permitirá al juez arribar a una sentencia favorable.
Para poder acreditar la posesión de estado es necesario reunir una serie de requisitos:
cuando se ejercitan en
Entendemos que existe estado aparente de familia
forma prolongada los derechos y obligaciones propios de una
determinada situación familiar sin que exista el título de estado
correspondiente a dicha situación, o bien cuando se cuenta con un
emplazamiento legal básico, pero el mismo está viciado o no
corresponde a la realidad.
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EFECTOS DERIVADOS DEL ESTADO APARENTE DE FAMILIA.
De la misma manera, los arts. 210 y 218 CCiv. hacen perder, en la separación personal
o el divorcio vincular, el derecho alimentario cuando el beneficiario viviera en
concubinato.
También el art. 3573 hace perder la vocación hereditaria para el cónyuge supérstite
cuando el otro falleciere de la enfermedad que originó la celebración extraordinaria
del matrimonio, salvo cuando se hubiera celebrado con el fin de regularizar un
concubinato previo.
Tal el caso del matrimonio putativo cuando los dos cónyuges sean de buena fe, que
producirá sus efectos hasta el día de la declaración de nulidad; o el matrimonio
putativo donde sólo uno de los cónyuges es de buena fe, que producirá todos sus
efectos de un matrimonio válido pero sólo para este cónyuge.
ACCIONES DE ESTADO.
CONCEPTO.
Entendemos quelas acciones de estado son aquellas que tiene por fin
alcanzar el reconocimiento judicial de un estado o el cese del
estado actual en que se encuentra una persona.
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CLASIFICACIÓN.
1) según su OBJETO:
3) CONSTITUTIVAS o DECLARATIVAS:
Esta última clasificación es muy importante, pues las acciones constitutivas crean un
estado de familia nuevo, es decir, no tienen efectos retroactivos; mientras que las
declarativas tienen efecto retroactivo al momento en que se haya acreditado la
existencia del vínculo jurídico familiar reclamado, impugnado o desconocido.
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CARACTERES DE LAS ACCIONES DE ESTADO.
Están fuera del comercio: las acciones de estado están fuera del comercio por
cuanto el estado se encuentra en la misma circunstancia.
Las sentencias dictadas en estos juicios pueden ser constitutivas o declarativas. Son
constitutivas aquellas sentencias cuyo ejercicio es el presupuesto para la
constitución, modificación o extinción de un estado de familia determinado. Por
tanto, la sentencia de divorcio o la de adopción son constitutivas del estado de
divorciado o adoptado, respectivamente.
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consecuencia retrotraen sus efectos al momento en que, según la ley, se juzgan
existentes o inexistentes dichos presupuestos.
Antes de analizar el tema en cuestión es necesario definir la cosa juzgada. Digamos que
es la autoridad y eficacia que adquiere una sentencia judicial una vez firme, y que
implica la presunción de lo que en ella resuelto se tenga como verdadero e
inmodificable.
Ahora bien, en materia civil es siempre relativa, es decir, sólo puede invocarse
respecto de las partes, pero no erga omnes.
1) teoría del legítimo contradictor – los impulsores de esta teoría entienden que la
sentencia tiene efectos erga omnes, siempre que cumpla con una serie de
requisitos, a saber:
2) teoría de los efectos relativos – los partidarios de esta doctrina entienden que
los efectos de la sentencia recaída en cuestiones de estado de familia se
limitan sólo a las partes intervinientes. Fundan esa afirmación aduciendo que
las sentencias dictadas en este tipo de juicios en nada difieren de aquellas
dictadas para dilucidar cuestiones patrimoniales.
3) teoría circunstancial – esta teoría entiende que los efectos de la cosa juzgada
dependen de la naturaleza de la cuestión sometida a juzgamiento y sobre la
cual se expidió la sentencia. De esta manera, tienen efectos absolutos las
sentencias de divorcio y nulidad del matrimonio, pero son relativos los efectos
de las sentencias que resuelven, por ejemplo, una reclamación de estado de hijo
matrimonial
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4) teoría de los efectos absolutos – los defensores de esta teoría parten del
principio de indivisibilidad del estado. Entienden que las sentencias que
versan sobre el mismo y que hacen lugar o rechazan la demanda, si no tienen
un alcance general y absoluto, no tendrían ninguna significación y se
tornarían materialmente inaplicables.
5) teoría que asimila los efectos de las sentencias de estado a los de las actas de
estado – esta doctrina considera que debe otorgársele a las sentencias recaídas
en cuestiones de estado de familia la misma fuerza y autoridad de que gozan
los instrumentos probatorios de la filiación regulados en nuestra ley, es decir,
las actas del Registro Civil. Por ello, sostienen que las sentencias en materia de
filiación no son indiscutibles, como tampoco lo es la partida de nacimiento que
hace plena fe provisoriamente.
9) teoría que distingue según que la sentencia emplace o desplace del estado de
familia – los partidarios de esta doctrina entienden que no se trata de resolver
la eficacia de la sentencia de estado, pues ello es una cuestión de índole
procesal, sino del problema de fondo, como es la oponibilidad del estado de
familia o del título que lo acredita. Distinguen 3 posibilidades:
sentencia que desestima la demanda: tiene efecto entre las partes y sus
sucesores.
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sentencia que desplaza de un estado de familia: tiene efectos
absolutos, porque quita el título de estado.
En nuestra opinión, es correcto distinguir los efectos de la cosa juzgada del título de
estado. Asimismo, entendemos que la sentencia dictada en juicio acerca del estado de
familia emplazando o desplazando al sujeto le confiere un título de estado que
puede oponerse erga omnes. Es decir, el título es oponible a todos, y es el mismo para
todos por el principio de indivisibilidad.
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UNIDAD 3 – PARENTESCO.
PARENTESCO.
CONCEPTO.
El art. 345 CCiv. define el parentesco como “…el vínculo subsistente entre todos los
individuos de los dos sexos, que descienden de un mismo tronco”.
Otra de las críticas que se pueden hacer de este art. es que habla de vínculo
“subsistente”, cuando debiera haber dicho “existente”. No obstante ello, es evidente
que el codificador ha tratado de resaltar el carácter de permanencia del parentesco, de
perdurabilidad en el tiempo.
Por su parte, BORDA lo define como “el vínculo jurídico que nace de lazos de sangre,
del matrimonio o de la adopción”.
CLASIFICACIÓN.
1) En razón de su ORIGEN:
NATURAL o genuino.
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- CONSANGUINIDAD: es el que vincula a personas que
descienden de un tronco o generador común o descienden
una de la otra (abuelos, padres, hijos, nietos, etc.).
2) En razón de su EXTENSIÓN.
Desde la sanción del CCiv. y hasta la reforma introducida por la LEY 23.264, el
parentesco se clasificaba en legítimo e ilegítimo. Sin embargo, a partir de la sanción de
la LEY 14.367, algunos autores comenzaron a denominarlo parentesco matrimonial o
extramatrimonial.
El art. 358 CCiv. establecía que “La calificación de legítimos en las relaciones de
parentesco es correlativamente aplicable a todos los individuos de la línea recta o
colateral, que tuviesen entre sí un parentesco legítimo, esto es derivado de
casamiento válido o putativo, según las disposiciones de este Código”.
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A contrario sensu, eran ilegítimos todos los parientes que no reunían las condiciones
del art. 358. El propio CCiv. los definía en su art. 366 como “Los que proceden de un
mismo tronco por una o más generaciones de una unión fuera del matrimonio”.
Con la LEY 23.264, que consagra el concepto de unidad de familia, se deja de lado la
discriminación entre filiación matrimonial y extramatrimonial. De allí que esta
distinción ha perdido vigencia y en la actualidad no tiene trascendencia.
3. Terminología del CCiv.: análisis, crítica. Cómputo del parentesco: sistema civil y
canónico. Antecedentes.
El parentesco por afinidad, o sea el que vincula o liga a un cónyuge con los
parientes consanguíneos del otro.
Nuestro Código Civil, en este sentido, establece que la proximidad del parentesco se
establece por líneas y por grados.
GRADO – definido por el art. 347 CCiv. como “…el vínculo entre dos o más
individuos, formado por la generación.” De la definición se infiere que a cada
generación equivale un grado, y habrá tantos grados como generaciones
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existan. El grado es, por tanto, el vínculo que se produce por la generación
biológica.
TRONCO – está definido en el art. 348 CCiv. como “…el grado de donde
parten dos o más líneas, las cuales por relación a su origen se llaman ramas”.
El tronco es, por tanto, el generador o ascendiente común del cual descienden
dos o más líneas o ramas.
RAMA – cuando existen dos o más líneas que parten de un tronco común,
teniendo en consideración su origen, se llaman ramas. BORDA la define de la
siguiente manera: “las líneas derivadas de un genitor común se llaman ramas”.
El CCiv. ha adoptado para el cómputo del parentesco 2 formas diferentes, según sea la
línea en que se encuentra la persona cuyo vínculo se quiere comprobar.
Sin embargo, ha sido muy criticada esta distinción entre línea recta ascendiente
y descendiente. Entre los autores que la critican se encuentra BORDA, quien
sostiene que la línea ascendente es la misma descendente contada en sentido
inverso y que, por tanto, no hay más que dos líneas, la recta y la colateral.
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CÓMPUTO DEL PARENTESCO.
EN LÍNEA RECTA: se cuenta por generaciones. El art. 352 establece que “hay
tantos grados como generaciones”. Por tanto:
2) línea recta DESCENDIENTE: hijo (1º grado); nieto (2º grado); bisnieto
(3º grado); y así sucesivamente.
El propio CCiv. establece en el art. 364 que “El parentesco por afinidad no induce
parentesco alguno con los parientes consanguíneos de uno de los cónyuges en
relación con los parientes consanguíneos del otro cónyuge”.
El art. 363 CCiv. establece la forma en que se computa el parentesco por afinidad,
disponiendo que su proximidad “…se cuenta por el número de grado en que cada
uno de los cónyuges estuviere con sus parientes por consanguinidad…”.
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b) en línea colateral – los cuñados o cuñadas están en el mismo grado en que se
encuentran los hermanos entre sí.
EFECTOS CIVILES.
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14) derecho de impugnar la paternidad del hijo matrimonial por el
marido de la madre.
EFECTOS PENALES.
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muerte, da derecho a percibir la indemnización por antigüedad. Asimismo, si
la muerte fue producto de un accidente de trabajo, da derecho a cobrar la
indemnización en tal concepto.
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UNIDAD 4 – OBLIGACIÓN ALIMENTARIA ENTRE
PARIENTES.
ALIMENTOS.
CONCEPTO.
Uno de los efectos civiles del parentesco es, precisamente, la obligación alimentaria,
que encuentra su fundamento en la obligación moral de solidaridad entre los
miembros que componen la familia.
son el conjunto de
A fin de esbozar un concepto de alimentos, digamos que
medios materiales necesarios para la subsistencia, habitación,
vestuario, necesidades culturales y, eventualmente, asistencia de
las enfermedades del alimentista.
La causa fuente de esta obligación es la propia ley, que no ha hecho más que convertir
este deber moral es una obligación civil entre parientes.
Ahora bien, distinto es el caso cuando dicha obligación es convencional, porque allí
la causa fuente no es la ley, sino la voluntad de los contratantes.
Esta obligación también puede tener como causa eficiente la voluntad del testador,
cuando dispone un legado de alimentos, o cuando establece como cargo de un
legado el pago de alimentos a un tercero.
Reciprocidad: así lo establece el art. 367 CCiv cuando dice “…La obligación
alimentaria entre los parientes es recíproca”. Sin embargo, este principio sufre
una excepción en relación paterno-filial cuando el hijo sea menor de edad, ya
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que los hijos menores de edad no deben alimentos a sus padres. Esta
reciprocidad determina que quien hoy debe alimentos pueda constituirse, en un
futuro, en acreedor de ellos.
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a) los ascendientes y descendientes. Entre ellos estarán obligados
preferentemente los más próximos en grado, y a igualdad de grados los que
estén en mejores condiciones para proporcionarlos.
Con la sanción de la LEY 23.264 se sustituyeron los arts. 367 – 369 del CCiv., que
distinguían entre parientes legítimos e ilegítimos, regulándose hoy la obligación sin
formular ningún tipo de discriminación.
Antes de la sanción de la LEY 23.264, el art. 367 establecía que entre parientes por
consanguinidad existía el siguiente orden: padre, madre e hijos. A falta de padre y
madre, o cuando a éstos no les fuera posible prestarlos, abuelos y abuelas, y demás
ascendientes. Los hermanos entre sí.
Con la sanción de la LEY 23.264 se puso fin a las discrepancias, estableciendo que, en
primer lugar, se encuentran obligados los ascendientes y descendientes, y luego, en
forma subsidiaria, los hermanos y medio hermanos.
De lo expuesto se infiere que los hermanos y medio hermanos sólo deberán pasar
alimentos cuando no existan ascendientes o descendientes, o cuando, de existir,
carecieran de capacidad económica.
Igualdad de grados.
El art. 367 inc. 1 establece que, en caso de igualdad de grados, están obligados
los que se encuentren en mejores condiciones de proporcionarlos. En este
caso, la norma dispone que ante la igualdad de grados deben proporcionar
alimentos los que se encuentren en mejores condiciones económicas de hacerlo.
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PARIENTES POR AFINIDAD.
Entre parientes por afinidad, el art. 368 CCiv. obliga por alimentos a quienes están
vinculados en primer grado (suegro/suegra respecto del yerno/nuera;
padrastro/madrastra respecto del hijastro/hijastra). La jurisprudencia ha entendido
que los parientes por afinidad sólo se deben alimentos entre sí en caso de que no
haya consanguíneos en condiciones de prestarlos. Del mismo modo, se ha resuelto
que la acción por alimentos de la esposa contra sus suegros procederá si se prueba
que aquélla no puede obtenerlos del marido o de sus parientes consanguíneos.
En el régimen vigente, sólo se deben alimentos los parientes por afinidad en primer
grado (yerno y nuera con los suegros; cónyuge con los hijos extramatrimoniales o de
un matrimonio anterior del otro cónyuge).
La obligación alimentaria de los padres respecto de sus hijos menores está regulada
por las normas de la patria potestad. No obstante ello, en caso de indigencia de los
progenitores podrá demandarse por alimentos a los parientes consanguíneos, en
carácter subsidiario.
El art. 370 CCiv. dispone que “El pariente que pida alimentos debe probar que le
faltan los medios para alimentarse, y que no le es posible adquirirlos con su trabajo,
sea cual fuere la causa que lo hubiere reducido a tal estado.
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En primer lugar, debemos tener presente que este art. establece los recaudos para la
demanda de alimentos entre parientes mayores de edad, pues cuando se trata de la
obligación alimentaria de los padres respecto de sus hijos menores, la obligación es
mucho más amplia y no existe necesidad de acreditar el estado de indigencia del
menor.
Hecha esta aclaración, los requisitos para la procedencia de esta obligación son:
En tal caso, la única excepción se daría cuando este posea bienes y fondos suficientes
para atender a sus necesidades.
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5) que no haya otros parientes de grado más cercano: ello en virtud de que el art.
367 establece una prioridad de acuerdo al grado de parentesco.
La carga de probar los ingresos del alimentante pesa, en principio, sobre quien
reclama alimentos. Sin embargo, la jurisprudencia no exige una prueba acabada de
cuáles son esos ingresos, porque existen situaciones en las que por la índole de las
actividades que desarrolla el obligado no es posible esa prueba (o por lo menos es
muy dificultosa).
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Gastos de viaje y esparcimiento: respecto de ellos, no se encuentran incluidos
en los alimentos, pues la finalidad es atender a las necesidades estrictas del
alimentista.
En dicho caso, el monto del pasaje y eventual estadía se incorporarán como parte de la
cuota alimentaria.
Sin embargo, la duda se genera cuando el magistrado no computó esa 13ª cuota.
Empero, la jurisprudencia ha sostenido que en tales casos, el alimentista tiene
derecho a participar de la cuota del aguinaldo.
ACTUALIZACIÓN DE LA CUOTA.
Cuando no se trata de porcentajes sobre ingresos fijos, sino de una cuota fijada en una
suma de dinero, la misma sentencia dispondrá la actualización periódica
(generalmente cada 2 o 3 meses) de dicha suma, para contrarrestar el deterioro que
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producía, en su momento, la inflación. El índice utilizado habitualmente es el del
INDEC.
Los arts. 375 y 376 del CCiv. establecen directivas sobre el procedimiento en el juicio
de alimentos, que tienden a asegurar la celeridad y el efectivo cobro de la prestación
por parte del alimentado.
En el caso del fuero de familia, se ha establecido una ETAPA PREVIA (con fines
conciliatorios) en la que interviene el CONSEJERO DE FAMILIA, asistido por un
EQUIPO TÉCNICO compuesto por psicólogos, trabajadores sociales, etc.
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(incompetencia, falta de personería, cosa juzgada). En estos casos, el juez deberá
analizar si la prueba es oportuna y razonable.
El pago debe efectuarse por mes adelantado; y lo más conveniente es que se haga
mediante depósito bancario.
Distinto es el caso de los gastos extraordinarios, que deben abonarse casi siempre en
una única cuota. En tal caso, si existen razones de urgencia, el pago puede hacerse
directamente al alimentista, debiendo éste entregar un recibo.
ALIMENTOS PROVISIONALES.
Conforme el art. 375 CCiv., desde el principio de la causa o en el curso de ella, el juez
podrá fijar alimentos provisorios, que se deberán prestar hasta el dictado de la
sentencia. En efecto, generalmente se fijan cuando todavía no se han probado
acabadamente los recursos del alimentante y las necesidades del alimentario, y es por
ello que la cuota debe ser tan moderada como lo aconsejan las circunstancias.
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EFECTOS DE LA SENTENCIA.
Las normas procesales han puesto fin al debate que se había generado respecto del
carácter retroactivo de la sentencia, pues la misma, siguiendo la opinión de la
doctrina mayoritaria, se deberá abonar a partir de la fecha de interposición de la
demanda y por mensualidades anticipadas.
Que la sentencia sea definitiva significa que no puede promoverse juicio ordinario
para discutir el derecho o el monto de la cuota alimentaria.
INTERESES DE LA CUOTA.
Las Cámaras Nacionales en lo Civil han resuelto, en plenario con fecha 14/7/1976,
que las deudas de alimentos devengan intereses:
- a partir del vencimiento del plazo fijado en la sentencia para el pago de las
cuotas, respecto de las posteriores a ésta (a la sentencia).
El plenario establece que hay que hacer una distinción entre alimentos mandado a
pagar por sentencia y alimentos devengados con posterioridad a ella. En este último
caso, se manda a pagar las cuotas en plazos determinados, la obligación es de plazo
cierto y la mora se produce por el sólo vencimiento de los términos. Vencidos los
plazos sin que se hubiera pagado, y sin necesidad de interpelación, el deudor debe
los intereses.
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El otro caso que contempla es el de los alimentos devengados desde la interposición
de la demanda hasta la sentencia. Se sostuvo que los intereses se deberán a partir de
la mora del deudor y que, ordinariamente, dicha mora derivará de la interpelación
(que en este caso sería la notificación de la demanda), cuyo efecto constitutivo de mora
es unánimemente admitido; pero si con anterioridad medió constitución en mora, los
intereses deberán remontarse a la fecha en que ella se hubiera producido.
Disentimos con este último criterio, puesto que entendemos que la mora sólo se
produce a partir de la notificación de la demanda, y no desde la interpelación
judicial. Es desde ese momento que el alimentado tiene derecho a los alimentos y
puede pedirlos, pero si no lo hace no le son debidos.
CUOTAS SUPLEMENTARIAS.
El CPCCBA, art. 642, establece respecto de los alimentos que se devengaren durante
la tramitación del juicio, que el juez fijará una cuota suplementaria, de acuerdo con
las disposiciones sobre inembargabilidad de sueldos, jubilaciones y pensiones, la que
se abonará en forma independiente.
Aún cuando las sumas que se van acumulando en concepto de cuota alimentaria
durante el trámite del proceso son exigibles en su totalidad, la jurisprudencia ha ido
fijando facilidades para su pago mediante la implementación de cuotas
suplementarias, siempre y cuando se acreditara que el deudor no estaba en
condiciones de efectuar el pago en su totalidad.
El art. 645 CPCCN establece que “La inactividad procesal del alimentario crea la
presunción, sujeta a prueba en contrario, de su falta de necesidad y, con arreglo a las
circunstancias de la causa, puede determinar la caducidad del derecho a cobrar las
cuotas atrasadas referidas al período correspondiente a la inactividad”.
En puridad, no se está ante una caducidad en sentido estricto, sino ante una regla
procesal que consagra una presunción: quien no ha reclamado el pago de las cuotas
alimentarias acumuladas en razón de su propia inactividad procesal, debe presumirse
42
que no ha necesitado de ellas y, en tal caso, el reclamo tardío del capital deja de
responder a la naturaleza asistencial.
Por nuestra parte (PERRINO), entendemos que no se trata de una presunción sino,
lisa y llanamente, de un plazo de caducidad, como expresamente lo establece el
texto. Esto resulta inaceptable, por cuanto el CPCC se ha inmiscuido en materia que
es propia de la norma de fondo, subsistiendo, en consecuencia lo normado en el art.
4027 del CCiv., que determina un plazo de prescripción de 5 años.
El art. 374 CCiv. dispone que la obligación de prestar alimentos no puede ser objeto
de transacción. Sin embargo, ello no impide que las partes determinen
convencionalmente el monto de la cuota o el modo de suministrar los alimentos. En
caso de acuerdo, este convenio tiene validez provisional y puede ser denunciado no
sólo por la alteración de las circunstancias tenidas en cuenta al otorgarlo, sino también
por ser manifiestamente injusto.
la modificación del pacto debe ser requerida por vía incidental (en el
ordenamiento procesal nacional).
43
ACCIÓN DE CONTRIBUCIÓN.
El art. 371 dispone: “El pariente que prestase o hubiese prestado alimentos
voluntariamente o por decisión judicial, no tendrá derecho a pedir a los otros
parientes cuota alguna de lo que hubiere dado, aunque los otros parientes se hallen
en el mismo grado y condición que él”.
La obligación alimentaria entre parientes cesa ipso iure por el fallecimiento del
alimentante o del alimentado, ya que se trata de derechos y obligaciones inherentes a
la persona y, por consiguiente, no transmisibles por muerte.
44
Por sentencia judicial cesa:
DERECHO DE VISITAS.
El caso más trascendente es el del progenitor que, por no convivir con el otro
progenitor a quien se le ha conferido la guarda del hijo menor, conserva el derecho de
“mantener adecuada comunicación” con el hijo, según dice el art 264, inc 2 del CCiv. Sin
bien la norma se refiere al caso de hijos matrimoniales, la misma solución
corresponde acordar para caso de los padres extramatrimoniales.
El derecho de visitas le permite al progenitor retirar al hijo del domicilio donde vive,
para mantener con él el trato más pleno, en un ámbito de privacidad, y no en
presencia del otro progenitor.
Respecto de otros parientes, el art 376 bis, establece que los padres, tutores o
curadores de menores e incapaces “deberán permitir la visita de los parientes” que
“se deban recíprocamente alimentos”. Es decir, los parientes que tienen con el menor
o con el incapaz, un derecho recíproco de alimentos. Éstos son, conforme a los arts
367 y 368, los abuelos y demás ascendientes, los descendientes, hermanos y medio
hermanos, y los parientes por afinidad en primer grado.
Es razonable esta solución, ya que resultaría contrario al interés del hijo menor, o del
incapaz, fracturar sus vínculos familiares, aún cuando ello respondiera a la decisión
45
de quien ejerce la patria potestad. Provocar esa fractura sin razones justificadas no sería
otra cosa más que un ejercicio abusivo de la patria potestad.
Coincidimos con la doctrina que señala que, además de los parientes que cuentan con
un derecho subjetivo para obtener un régimen de visitas por resultar comprendidos
en el art 376 bis, el derecho debe serle otorgado a quienes pueden invocar un interés
legitimo basado en el interés familiar (por ejemplo, los tíos del menor, o incluso
extraños que mantienen con la persona a la que piden visitar un vínculo afectivo
nacido de circunstancias respetables, como los padrinos del bautismo. En estos últimos
supuestos, la vistita puede ser autorizada si los representantes legales de los menores o
incapaces la impidieren sin razón injustificada).
En estos casos, se aplican los principios generales según los cuales la patria potestad,
la tutela y la curatela son institutos establecidos en beneficio de los incapaces,
incumbiendo a los tribunales corregir los abusos de los representantes legales.
El art 376 bis del CCiv. autoriza a los representantes legales de los incapaces o a
quienes tengan a su cuidado personas mayores de edad enfermas o imposibilitadas,
para oponerse a la visita solicitada en razón de “posibles perjuicios a la salud moral
o física de los interesados”.
46
UNIDAD 5 – MATRIMONIO: PARTE GENERAL.
MATRIMONIO.
el consorcio de toda
En cuanto a su definición, entendemos al matrimonio como
la vida, establecido con carácter permanente, libre y legalmente,
entre un hombre y una mujer, ordenado por su naturaleza al bien
de los cónyuges y a la procreación y educación de los hijos.
CARACTERES.
1) todos los aspectos, todas las realidades, porque importa una donación y
entrega mutuas.
2) conlleva la unicidad.
3) toda la vida.
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En esa unión consorcial el hombre y la mujer se aceptan mutuamente en una
donación plena, total, constituyendo así una comunidad de vida personal y
completa. Aquí estamos frente a la auténtica realización de la unicidad.
Sin embargo, este carácter es relativo, por cuanto la LEY 23.515, al admitir el
divorcio vincular, determina la posibilidad de la ruptura del vínculo, con la
consiguiente disolución del matrimonio.
48
realice observando las formalidades legales que tienen como fin otorgarle
certeza y publicidad.
Debemos tener en cuenta que la unión de un hombre y una mujer, a la cual llamamos
matrimonio, se logra en virtud de un acto jurídico, es decir, un acto voluntario, libre y
lícito, que tiene por fin establecer las relaciones jurídicas conyugales. Este es el acto
constitutivo del matrimonio.
Los fines subjetivos son aquellos fines particulares que los contrayentes tienen al
contraer matrimonio, y serán válidos en tanto y en cuanto no contraríen los fines
objetivos. Dentro de los fines subjetivos, podemos mencionar como ejemplos: reparar
un daño o una ofensa, legitimación de hijos (en los tiempos en que todavía existía
diferente regulación en torno a los hijos legítimos e ilegítimos).
Por su parte, los fines esenciales del matrimonio reciben el nombre de fines
objetivos. Ellos son: el bien de los cónyuges y la procreación y educación de los hijos.
Los fines del matrimonio están regulados en forma implícita en nuestro CCiv. en los
arts. 198, 199 y 200, que consagran para los cónyuges los deberes de FIDELIDAD,
ASISTENCIA, ALIMENTOS y COHABITACIÓN; y en los arts. 264, 265, ss. y concs.,
que regulan los deberes y derechos de los padres respecto de sus hijos.
49
En nuestro Código no existen diferencia jerárquica entre fines primarios y
secundarios (como sí había en el CIC del ’17), sino que todos se encuentran en un pie
de igualdad. Ello, porque por su misma índole natural, la institución del matrimonio
y el amor conyugal están ordenados a la procreación y educación de la prole.
Este fin tiene como base la complementaridad de los dos sexos. El varón y la mujer
poseen cualidades personales que se combinan en la comunión de vida
interpersonal.
Los esposos tienen el deber de transmitir la vida y educar a sus hijos, en virtud de la
propia naturaleza del matrimonio. Ello no significa que los matrimonios que no
pueden tener hijos contraríen los fines de la institución sino que, por el contrario, el
matrimonio subsiste como intimidad y participación de la vida total y conserva su
valor fundamental.
DERECHO CANÓNICO.
Los fines objetivos debemos distinguirlos de los fines subjetivos, que son aquellos
fines particulares que los contrayentes tienen al contraer matrimonio, y que serán
válidos en tanto y en cuanto no atenten contra los fines objetivos. Son ejemplos de
fines subjetivos: legitimar los hijos, reparar un daños, etc.
Fines en el Código del ’17: respecto de los fines objetivos, el Código del ’17 los
clasificaba jerárquicamente en primarios y secundarios. Era fin primario la procreación
y educación de la prole, mientras que los fines secundarios eran la ayuda mutua y el
remedio a la concupiscencia.
50
Fines del Código del ’83: el orden establecido en el cn. 1055, en que primero
aparece el bien de los cónyuges y luego la procreación, no permite inferir de manera
alguna que haya prelación de uno respecto del otro.
Hay una gran diferencia entre la concepción anterior y la del Concilio Vaticano II. La
anterior aparece como biologicista, porque el fin primario era reproducirse para
asegurar la propagación de la especie. Hoy decimos que la procreación es
consecuencia de la fecundidad del amor, porque un auténtico amor no puede ser
egoísta y quedarse en sí mismo.
Históricamente, 2 han sido las tesis que pujaron por definir la naturaleza jurídica del
matrimonio: la corriente contractualista; la teoría de la institución.
Para esta postura, el matrimonio como contrato comienza con la expresión libre de la
voluntad, pero la misma no debe estar presente en forma exclusiva al momento de
51
prestar el consentimiento, sino que debe perdurar en el tiempo, por lo que de cesar
puede poner fin al contrato.
A diferencia del contractualismo canónico, no era Dios el autor del matrimonio, sino
sus celebrantes, quienes podían ponerle fin por mutuo consentimiento. Para esta
doctrina, el consentimiento tenía un papel preponderante, no sólo en el acto inicial,
sino durante todo el desarrollo de la vida marital.
En el derecho canónico, con el Código del ’83 se deja de lado la idea del matrimonio
como contrato, adoptando la teoría de la institución.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, los autores no se han puesto de acuerdo
respecto de si se trata de un acto jurídico complejo o un acto jurídico bilateral.
52
Los que lo consideran como un acto jurídico complejo afirman que no está
constituido solamente por el consentimiento de las partes, sino que además lo
integra en forma inescindible y simultánea el acto administrativo del oficial público
competente que efectúa el control de legalidad.
En cambio, los que consideran que se trata de un acto jurídico bilateral entienden
que la voluntad del oficial público no tiene incidencia en la formación del acto.
Aseveran que su función se limita a comprobar los requisitos formales que la ley
exige y la identidad de los contrayentes, su habilidad y la prestación del
consentimiento.
Además, reunidos los requisitos legales, no puede deliberar entre celebrar o no el acto,
sino que debe hacerlo, pues está obligado a ello.
En el caso del matrimonio, la intervención del oficial público es a los fines de efectuar
el pertinente control de legalidad, para garantizar la publicidad del acto y otorgar
seguridad jurídica al matrimonio. Su función consiste en exigir el cumplimiento de los
requisitos formales, acreditar la habilidad nupcial, recabar el consentimiento y, una vez
prestado por ambos en sentido afirmativo, declararlos marido y mujer, dejando
constancia de todo lo anterior en el acta de matrimonio.
Dijimos que el matrimonio es un acto jurídico y, como tal, uno de sus elementos
componentes es la forma. Ahora bien, la forma puede dividirse en esencial y legal.
FORMA ESENCIAL – la forma esencial, tal como lo exige el art. 913 CCiv., es
la necesaria exteriorización de la voluntad.
53
El consentimiento es uno de los elementos constitutivos del matrimonio, por lo que
es imprescindible que se exteriorice, es decir, que se manifieste, a fin de cumplirse con
la forma esencial.
es el
FORMA LEGAL – la forma legal del acto jurídico matrimonial
conjunto de prescripciones que dispone la ley respecto de
las solemnidades que deben observarse al tiempo de su
formación.
Además, se trata de un acto que no puede quedar en la intimidad de las partes, porque
para la sociedad constituye el acto fundacional de la familia. Es por ello que el
intercambio del consentimiento tiene que constar a la comunidad y debe observar
determinadas solemnidades que sirvan también como prueba de que ha sido
celebrado válidamente.
La forma opera, por tanto, como una garantía para los contrayentes y para la
sociedad, pues facilita la publicidad, el conocimiento del acto y posibilita la prueba
de la existencia del matrimonio.
FORMAS MATRIMONIALES.
54
El CCiv. de 1871 mantuvo la tradición del derecho hispánico, que había regido en el
Río de La Plata. El FUERO REAL, LAS PARTIDAS y, finalmente, la REAL CÉDUDA
de Felipe II de 1564 sólo reconocieron el matrimonio in facie ecclesiae. Por ello, el art.
167 CCiv. disponía que el matrimonio entre personas católicas debía celebrarse
según los cánones y las solemnidades prescriptas por la Iglesia Católica.
La forma del matrimonio en la LEY 2.393: esta ley derogó el régimen del CCiv.,
estableciendo el matrimonio civil obligatorio como único válido. No obstante, dejó a
salvo el derecho de los contrayentes a la celebración posterior del matrimonio
religioso según su credo.
Algunos autores entendieron que esta ley significó una violación al principio de
libertad de cultos consagrado en el art. 14 CN, puesto que si bien dejaba abierta la
posibilidad a los contrayentes de celebrar el matrimonio de acuerdo a su creencia
religiosa, previamente debían soportar una ceremonia laica que, para ellos, no era
matrimonio según su conciencia.
Por su parte, la Iglesia siempre reconoció como único matrimonio válido entre
bautizados el celebrado ante ella.
55
5. Derecho comparado: civil obligatorio, civil y religioso optativo, matrimonio
religioso obligatorio para los católicos. Formas consensuales. Matrimonio por usus o
equiparación. Casos.
DERECHO COMPARADO.
56
religiosa anterior al Concilio de Trento (con anterioridad a dicho concilio, no
se exigían formas que hicieran a la validez del acto, sino que se enfatizaba en la
prestación del consentimiento, sin estar sujeto a prescripciones formales). El
common law marriage se perfecciona por el simple consentimiento de los
contrayentes, aún otorgado previamente, seguido de cohabitación.
57
UNIDAD 6 – MATRIMONIO: CUESTIONES
JURÍDICAS PREMATRIMONIALES.
ESPONSALES.
CONCEPTO.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
Primeramente debemos decir que no hay datos precisos acerca de cuándo aparece esta
institución.
En un principio no eran parte los novios, sino los padres de los contrayentes, o el
padre de la novia y el novio.
Era también común la práctica de las arras sponsalicias, que consistían en una suma
de dinero o un objeto de valor que el contrayente entregaba en mano, para que fuera
válida y quedara firme la promesa. Las arras operaban como cláusula penal, pues
quedaban a favor de la mujer si el matrimonio no se celebraba sin culpa de su parte.
En cambio, si ella era la que se negaba a realizarlo sin justa causa, debía devolver las
arras duplicadas.
Además de las arras también era común la entrega del anillo sponsalicio, que era un
residuo de la antigua práctica de compra de la mujer.
Época clásica: durante la época clásica del derecho romano, los esponsales
fueron un fenómeno social y no jurídico, siendo libremente revocables y no
concediendo acción alguna para reclamar indemnización por daños y perjuicios. Más
aún, si existía alguna cláusula en tal sentido era considerada inmoral y se la podía
repeler con la exceptio doli.
58
Posteriormente: luego, esta institución adquirió relevancia jurídica, pero no se
admitía la exigencia de celebración del matrimonio, pero sí la acción por
resarcimiento.
Tiempo después, el precio quedó a favor de la novia, y la cesión que hacía el titular
de la novia a favor del novio era una donación. Éste era un acto formal, en que se
fijaban por escrito todas las relaciones patrimoniales entre los contrayentes.
LEGISLACIÓN ESPAÑOLA.
59
En igual línea, el FUERO REAL obligaba al cumplimiento de la promesa. LAS
PARTIDAS distinguían esponsales de presente y de futuro, entendiendo este último
como iniciación del matrimonio, por cuanto disponía que “Los casamientos empiezan
por los desposorios y tienen su cumplimiento en la unión carnal de los casados”.
El CCiv. de 1889 art. 43 dispueso que los esponsales no producían efecto alguno en
orden a la obligación de contraer matrimonio, y que ningún tribunal admitiría
demanda que reclamara su cumplimiento. No obstante, en el art. 44 admitió el
resarcimiento por los gastos que se hubiesen hecho en razón del matrimonio
prometido, cuando la promesa se hubiera hecho en documento público o privado o
si se hubiera publicado las proclamas y uno de los celebrantes se rehusare a casarse.
El actual CCiv. español dispone en su art. 42: “La promesa de matrimonio no produce
obligación de contraerlo ni de cumplir lo que se hubiese estipulado para el supuesto de su no
celebración. No se admitirá a trámite la demanda en que se pretenda su cumplimiento”.
En el art. 43 consagra la obligación de resarcir a la otra parte los gastos hechos y las
obligaciones contraídas en consideración al matrimonio prometido.
Art. 1297: “Por unos esponsales no puede interponerse acción para la conclusión del
matrimonio.
La promesa de una pena para el caso que se omita la conclusión del matrimonio es nula”.
Art. 1298: “Si un prometido desiste de los esponsales, ha de indemnizar al otro prometido y a
sus padres, así como a terceras personas que hayan actuado en la posición de los padres, el daño
que se origina por la circunstancia de que ellas, en la esperanza del matrimonio, hayan hecho
gastos o contraído obligaciones. También ha de indemnizar al otro prometido el daño que éste
experimente por las circunstancias de que, en la esperanza del matrimonio, haya tomado otras
medidas que afecten a su patrimonio o a su situación patrimonial. El daño sólo ha de
indemnizarse en tanto que los gastos, el contraer obligaciones y las otras medidas fuese
adecuado según las circunstancias.
La obligación de indemnización no tiene lugar si se da un motivo importante para su
resolución.
Por su parte, el art. 1300 disponía: “Si una prometida intachable ha permitido a su
prometido la cohabitación puede, si se dan los presupuestos del parágrafo 1298 o del parágrafo
1299, exigir una equitativa compensación en dinero también a causa del daño que no sea daño
patrimonial.
La pretensión no es transmisible y no pasa a los herederos, a no ser que haya sido reconocida por
contrato o que haya llegado a ser litis pendiente”.
60
En el caso del art. 1302, disponía que las acciones prescribían a los 2 años de la
disolución de los esponsales.
LEGISLACIÓN DE EEUU.
En este país, la proliferación de juicios y la facilidad con que los jueces hacían lugar
a las demandas indemnizatorias, motivaron que algunos Estados prohibieran este
tipo de juicios.
Esta situación hizo que los Estados se vieran obligados a poner remedio a estos
excesos, para evitar que personas inescrupulosas se enriquezcan indebidamente
aprovechando la liberalidad del régimen.
Vélez, al legislar sobre este instituto, tuvo en cuenta tres antecedentes principales:
Sobre la base de estas fuentes, el codificador redactó el art. 166, que disponía: “La ley
no reconoce esponsales de futuro. Ningún tribunal admitirá demanda sobre la materia,
ni por indemnizaciones de perjuicio que ellos hubieran causado”.
61
El codificador consagró una protección libérrima de la facultad de contraer
matrimonio, enfatizando la irrelevancia de los esponsales, en tanto y en cuanto no
generaban la obligación de contraer el matrimonio.
Luego se sancionó la LEY 2.393, que en su art. 8 reprodujo el texto del Código de
Vélez.
PROYECTOS DE REFORMA.
- proyecto de 1936: establecía en el art. 338 que no había acción para poder
exigir el cumplimiento de la promesa de matrimonio, guardando silencio
respecto de la posibilidad de la acción resarcitoria por daños y perjuicios que
el mismo provocara
Con posterioridad se sancionó la LEY 23.515, que derogó la anterior ley 2.393. Así, el
actual art. 165 dispone: “Este Código no reconoce esponsales de futuro. No habrá
acción para exigir el cumplimiento de la promesa de matrimonio”. Como puede
apreciarse, el texto del actual art. 165 reproduce en esencia el art. 8 de la derogada LEY
2.393, pero ha desaparecido la prohibición de poder reclamar el resarcimiento.
62
4. Extensión del resarcimiento por ruptura. Restitución de donaciones. Supuestos de
correspondencia y fotografías. Daños y perjuicios. Supuestos de muerte del novio.
Consideramos que la ruptura debe reunir una serie de condiciones para que proceda
la acción resarcitoria. Las enumeramos a continuación:
63
El art. 165 del CCiv. guarda silencio en cuanto a la extensión del resarcimiento, a los
presupuestos que lo determinan, etc. No ha de constituir ello, sin embargo, un
obstáculo para que, por aplicación de los principios generales, se establezca por la
jurisprudencia en qué límites es resarcible el daño ocasionado.
- daño emergente: deberán resarcirse todos aquellos gastos realizados por uno
de los prometidos en vistas al futuro matrimonio, que luego se frustra por la
ruptura injustificada o intempestiva del otro, o las pérdidas sufridas. Tales
gastos o pérdidas constituirán un daño emergente en la medida que, de no
haber mediado promesa de matrimonio, no habrían acaecido. De igual modo,
las obligaciones contraídas en vistas al matrimonio serán también resarcibles,
en la medida que no pudiendo ser resueltas o rescindidas deban cumplirse
por parte del prometido que no dio causa a la ruptura.
- daño moral: en relación al daño moral, no cabe duda que éste será resarcible,
con base en los principios generales, si tomamos en cuenta el carácter
resarcitorio o indemnizatorio y no punitorio que tiene la indemnización que
se acuerda por este daño.
Pero bajo ningún punto de vista puede incluirse el lucro cesante, puesto que el
matrimonio no es una inversión económica.
RESTITUCIÓN DE DONACIONES.
Otro de los temas que es necesario abordar es el de las donaciones que se efectuaron
mutuamente durante el noviazgo los comprometidos, y si procede su restitución
luego de la ruptura.
En cambio, los regalos personales, que no han sido hechos con miras al matrimonio,
quedan irrevocablemente adquiridos.
Divulgue de cualquier forma.
En este caso, consideramos que se deben devolver, para evitar los posibles agravios
morales que pudieran ocasionarse a partir de ellos, o que se los publique o divulgue.
La idea es tutelar un interés legítimo que podría verse afectado si, eventualmente, la
posesión de esa correspondencia o fotos pudiese infligir a cualquiera de los ex novios
un daño de orden moral.
64
ACCIÓN RESARCITORIA POR MUERTE DEL NOVIO.
Menos aún procede el daño moral, pues éste, de acuerdo con lo establecido en el art.
1078 CCiv., sólo corresponderá al damnificad directo, condición que no reúne la
novia.
CORRETAJE MATRIMONIAL.
CONCEPTO.
65
contrato por el cual el
como obligación de resultados, es un
intermediario se obliga a inducir a una mujer o un varón
para que se vincule con una persona del sexo opuesto,
asegurando la celebración del matrimonio y percibiendo, en
caso de tener éxito, una remuneración (denominada “comisión”).
ANTECEDENTES.
Empero, con el correr del tiempo la acción de los mediadores fue desalentada, no
regulándosela en la Constitución de Teodosio y Valentiniano.
El cristianismo fue quien despreció este tipo de actividad, generando una mala
impresión en la comunidad respecto de aquellas personas que la realizaban.
El derecho francés, en sus inicios, no admitió la licitud de este tipo de pactos, a punto
tal que en el s XVI y XVII se declararon nulas estas convenciones. Empero, no faltó
quien sostuvo la idea de que era justo otorgar una remuneración a quienes realizaban
este tipo de gestiones, pues las mismas eran de uso bastante común.
Con la sanción del Código Francés, la jurisprudencia comenzó a hacer lugar a esta
acción en algunas oportunidades y en otras no.
66
BORDA, SALVAT y SPOTA se inclinaron por su desestimación, considerando este
último que este tipo de contrato carece de objeto y que, por tanto, es nulo de nulidad
absoluta.
Otros autores, como ANASTASI y COLOMBO han sostenido que la misma es válida,
siempre que no mediare presión en el consentimiento de los futuros cónyuges.
De esta manera, Anastasi considera que si ello no ocurre estamos ante una actividad
socialmente útil, pues contribuye al aumento de matrimonios, motivo por el cual se
le debería conceder una retribución mínima.
Por su parte, Colombo estimó que no hay nada de ilícito en la vinculación de una
persona con otra mediante la intervención del intermediario, pues con ello no se
vulnera la esencia del matrimonio, a menos que para lograr una resolución positiva se
hubiera recurrido a un obrar doloso, admitiendo la posibilidad de remuneración.
67
UNIDAD 7 – MATRIMONIO: ESTRUCTURA
JURÍDICA.
Los elementos intrínsecos se encuentran establecidos en el art. 172 del CCiv., y son
condición de existencia del matrimonio. En efecto, en caso de faltar alguno de ellos, el
matrimonio como acto es inexistente. Los elementos intrínsecos son: la diversidad de
sexos, consentimiento e intervención del oficial público competente.
Por su parte, los elementos extrínsecos del acto jurídico matrimonial están
compuestos por la forma y la prueba.
El art. 14 LEY 2.393 consagró la teoría de la inexistencia del acto jurídico matrimonial
en nuestro derecho. Este artículo exigía como condición de existencia del matrimonio
los siguientes elementos esenciales: diferencia de sexo, consentimiento y la
intervención del oficial público competente.
El art. 172 LEY 23.515 también regula la inexistencia del matrimonio siguiendo el
criterio de la ley 2.393 y exigiendo como condición de existencia del matrimonio los
siguientes elementos esenciales:
diferencia de sexo.
consentimiento personal de los contrayentes.
intervención del oficial público competente, quien deberá recibirles el
consentimiento.
68
Consecuentemente, el matrimonio entre homosexuales, además de ser contrario
a la ley natural, carece de posibilidad alguna de cumplir con esta condición de
existencia.
cuando el oficial público labra el acta de matrimonio sin que el acto haya
tenido efecto.
69
el matrimonio que no se celebró ante el oficial público del Registro Civil,
sino ante un tercero que figuró como tal con animus iocandi (con el
propósito de bromear), o cuando se celebró solamente ante testigos.
EFECTOS DE LA INEXISTENCIA.
El acto al que faltare alguno de los elementos intrínsecos esenciales antes indicados
no producirá efecto civil alguno, dice el art. 172 CCiv., aun cuando alguna de las
partes hubiere obrado de buena fe.
En este último supuesto no puede invocarse que el acto se encuentra amparado por el
régimen del matrimonio putativo
70
UNIDAD 8 – MATRIMONIO: IMPEDIMENTOS.
IMPEDIMENTOS.
CONCEPTO.
CLASIFICACIONES.
71
RELATIVOS – son los que impiden la celebración del matrimonio con
persona o personas determinadas. Ejemplo: consanguinidad.
3) en razón de su duración:
72
La eugenesia, como ciencia, tiene por objeto el estudio de los factores que pueden
mejorar o debilitar los caracteres hereditarios de las generaciones futuras.
Sin aceptar esta tesis tan extrema, entendemos que la ley puede llegar a prohibir
temporalmente el matrimonio de personas que se encuentren afectadas por una
enfermedad contagiosa, generalmente porque respecto de dicha enfermedad existe
algún tipo de tratamiento o cura.
La LEY 17.711 derogó este art, previa consulta con la Secretaría de Salud
Pública de la Nación, que en su momento dispuso que la subsistencia del
73
impedimento no se justificaba dado el estado de los conocimientos científicos
sobre la enfermedad que se habían acumulado.
▪ Sífilis.
▪ Blenorragia o Gonorrea.
▪ Chancro baldo.
SIDA.
Respecto del SIDA, es interesante apuntar que dentro del concepto amplio enunciado
por el art. 13, en cuanto a enfermedades venéreas o paravenéreas de provocadas por
contagio sexual, puede incluirse el SIDA.
▪ quienes así lo afirman hacen una aplicación literal del art. 13, entendiendo
que el SIDA puede considerarse una enfermedad paravenérea cuya transmisión
se produce por vía sexual, aunque no en forma exclusiva
74
futuros contrayentes lo padecen, no se interprete que existe un impedimento
matrimonial y que, en cambio, se ilustre adecuadamente a los cónyuges
(portadores de SIDA) de los riesgos que asumen al mantener relaciones
sexuales, tanto para ellos mismos, como para los hijos que pudieran engendrar.
Sobre la base de esta ley es que surge el planteamiento respecto de si el SIDA puede
considerarse o no como un impedimento para la celebración del matrimonio.
Tal es el caso de los militares, que para contraer matrimonio requieren la previa
autorización de sus superiores y que, en caso de no obtenerla y celebrar el
matrimonio igualmente, pueden ser pasibles de sanciones. Así lo dispone el art. 348
del Código de Justicia Militar.
75
YUNGANO entiende que se trata de un impedimento impediente y que provoca la
nulidad absoluta del matrimonio.
De acuerdo con lo dispuesto por el art. 176, los impedimentos son causales de
oposición por los legitimados activos (art. 177), pudiendo también denunciarse por
cualquier persona ante el oficial público, de conformidad con lo prescripto en los arts.
178 y 185.
76
6. Impedimentos dirimentes: concepto general, análisis legal. La reforma de la Ley
23.515.
IMPEDIMENTOS DIRIMENTES.
CONCEPTO.
De los impedimentos
7. Haber sido autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de los cónyuges.
Los primeros 2 incisos del art. 166 prohíben el matrimonio entre parientes
consanguíneos en línea recta ascendente y descendente en todos los grados sin
limitación, y entre colaterales sólo entre hermanos y medio hermanos.
Este impedimento tiene como fin tutelar, en principio, la dignidad y moral familiar,
buscando, además, evitar el incesto y los eventuales riesgos de descendencia
afectada por anomalías físicas o psíquicas.
Consideramos que su principal fundamento es de orden moral o ético, toda vez que
se apoya en el orden natural.
77
Se trata de un impedimento de carácter universal, pues en todas las civilizaciones se
han repudiado las uniones entre parientes consanguíneos.
De la redacción actual del art. 166 inc. 3 se advierte que se han ampliado los efectos
de la adopción simple respecto de los impedimentos, que existen:
El art. 166 inc. 4 consagra como impedimento la afinidad en línea recta en todos sus
grados.
78
El impedimento se origina en el matrimonio, pero es de eficacia pendiente, pues está
supeditado a la muerte de uno de los cónyuges o al divorcio. De lo contrario, es decir,
mientras subsista el matrimonio, el impedimento que rige primordialmente es el de
ligamen.
Generalmente, todas las legislaciones modernas exigen una edad mínima para
contraer matrimonio.
- LEY 2.393 – fijó como edad legal para contraer matrimonio 12 años para la
mujer y 14 años para el varón, adoptando el criterio de la presunción de la
capacidad biológica para procrear.
- LEY 14.394 – elevó la edad a 14 años para la mujer y 16 años para el varón. Se
incorporó a la noción de presunción de capacidad biológica la idea de madurez
psicológica.
79
Consideramos acertada la elevación de la edad, por cuanto, no obstante los aparentes
progresos de nuestra sociedad, es evidente que el grado de inmadurez de los jóvenes
es mucho mayor en la actualidad.
Edad máxima: nuestra legislación no contiene una edad máxima para contraer
matrimonio, ni tampoco establece norma alguna sobre la diferencia de edad de los
contrayentes.
La dispensa fue regulada en el art. 14 LEY 14.394, que facultaba a los jueces a
concederla a uno o ambos contrayentes sólo en 2 supuestos:
Luego se sancionó la LEY 23.515, que estableció un criterio más amplio a la hora de
conceder la dispensa. En efecto, el art. 167 establece que “La dispensa se otorgará con
carácter excepcional y sólo si el interés de los menores lo exigiese, previa audiencia
personal del juez con quienes pretendan casarse y los padres o representantes legales
del que fuera menor”.
De esta forma, se han eliminado los supuestos fácticos contenidos en la ley anterior.
Respecto de la dispensa, el juez debe arbitrar los medios para evitar que se utilice
para un casamiento “de apuro”, como sería el caso de una menor que queda
embarazada, con el fin de lavar su honor o evitar el reproche social.
80
Contemplado en el art. 166 inc. 6, encuentra fundamento en el sistema de matrimonio
monogámico que desde siempre se aplicó en nuestro país.
Este impedimento se opone a la poligamia en sus dos aspectos: poliginia (esto es, un
hombre con varias esposas) y poliandria (es decir, una mujer con varios maridos). Por
ello, un cónyuge no puede estar casado simultáneamente con dos personas.
c) para el cónyuge presente, por sentencia que declare ausencia con presunción
de fallecimiento – en este caso, el cónyuge presente adquiere aptitud nupcial
recién cuando la sentencia de ausencia con presunción de fallecimiento quede
firme, pero recién se disolverá su matrimonio anterior cuando contraiga nuevas
nupcias.
d) por nulidad.
En cambio, si ambos son de mala fe, se ha sostenido que, al tener la sentencia efecto
retroactivo, el nuevo matrimonio quedaría convalidado por la nulidad del primero.
Por último, la doctrina no es conteste en caso de que uno de los cónyuges sea de
buena fe y el otro de mala fe. Para algunos subsiste el impedimento en ambos casos;
para otros el impedimento rige para el de buena fe.
81
El impedimento de crimen está contemplado en el art. 166 inc. 7. La mayoría de la
doctrina entiende que la redacción de este inciso es defectuosa y que, en realidad, se ha
querido dejar en claro que el impedimento se refiere al matrimonio que pretende
celebrar el homicida, el cómplice del homicida o el instigador del homicidio de uno
de los cónyuges, con el cónyuge supérstite.
Para que proceda el impedimento el homicidio tiene que ser doloso. De lo contrario,
es decir, para el caso de homicidios culposos o preterintencionales, no se aplicará el
impedimento.
Otra de las notas importantes para que se aplique este impedimento es que debe
existir condena penal, porque ella otorgará seguridad sobre quién es el autor del
delito.
Con ello se quiere dejar en claro que el impedimento no persigue un fin eugenésico,
sino evitar un consentimiento no válido.
82
Lo importante es, entonces, la falta de discernimiento, ya sea por causas permanentes
o transitorias. Entre las causales transitorias podemos enumerar: encontrarse bajo los
efectos de estupefacientes, o en estado de ebriedad, sonambulismo, shock emocional, o
cualquier otro estado que impida tener conciencia del acto que se realiza.
83
Así el planteo, la sordomudez a la que alude este precepto no constituye un
impedimento en sentido propio, sino un caso que revelaría la imposibilidad de
prestar el consentimiento que, como tal, conlleva a la existencia del matrimonio.
IMPEDIMENTOS IMPEDIENTES.
CONCEPTO.
Art. 168 - Los menores de edad, aunque estén emancipados por habilitación de edad, no
podrán casarse entre sí ni con otra persona sin el asentimiento de sus padres, o de aquel que
ejerza la patria potestad, o sin el de su tutor cuando ninguno de ellos la ejerce o, en su
defecto, sin el del juez.
Los que necesitan el asentimiento son los menores de 21 años, y no solamente los
menores que hubieran cumplido la edad legal para contraer matrimonio (16 años la
mujer; 18 el varón).
84
Antes de la reforma, la cuestión había sido resuelta por el Registro de Estado Civil y
Capacidad de las Personas de Buenos Aires, que mediante una resolución había
dispuesto que los emancipados por habilitación de edad conforme al art. 131 CCiv.,
reformado por LEY 17.711, pueden contraer matrimonio sin autorización paterna ni
judicial.
Con la reforma introducido por la LEY 23.515 al art. 168, los menores, aunque estén
emancipados por habilitación de edad, necesitan del asentimiento de sus padres o
tutor o, en su defecto, autorización judicial para contraer matrimonio.
Sin embargo, el art. 131 prevé que no tendrán, hasta los 21 años, la administración y
disposición de los bienes recibidos o que recibieren a título gratuito, continuando
respecto de ellos el régimen legal vigente de los menores, salvo ulterior habilitación.
Pero el legislador ha pasado por alto que el matrimonio se disuelve también por
muerte, o por el nuevo matrimonio contraído por el cónyuge supérstite del declarado
ausente con presunción de fallecimiento.
85
Sin embargo, consideramos que únicamente en el caso del divorcio vincular la norma
podría tener fundamento. De allí que planteemos una interpretación restrictiva de la
misma.
Art. 171 - El tutor y sus descendientes no podrán contraer matrimonio con el menor o la
menor que ha tenido o tuviere aquél bajo su guarda hasta que, fenecida la tutela, haya sido
aprobada la cuenta de su administración.
El impedimento tiene un neto carácter tuitivo del patrimonio del pupilo, tendiente a
evitar que, no estando aún rendidas las cuentas de la tutela, el tutor de aproveche del
matrimonio para liquidarlas en su beneficio y en detrimento del menor.
Sanción por incumplimiento: el propio art. 171 establece una sanción específica
para el caso del tutor que contraiga matrimonio con quien fue su pupilo antes que
estén aprobadas las cuentas de la tutela. En efecto, dicha sanción consiste en la pérdida
de la décima parte de los frutos líquidos de los bienes del menor.
86
DISENSO.
CAUSALES DE OPOSICIÓN.
Si partimos de la base de que los impedimentos son prohibiciones legales que obstan
a la celebración del matrimonio, es lógico que constituyan la primera causal que
puedan invocar los legitimados para negar el asentimiento.
87
3) enfermedad contagiosa o grave deficiencia psíquica o física de la persona que
pretende casarse con el menor.
Por otra parte, consideramos que una correcta interpretación impone que la
enfermedad infecto contagiosa produzca consecuencias irreversibles pues, de lo
contrario, podríamos caer en una eugenesia solapada, que importaría una flagrante
violación al derecho de casarse.
En este caso, la ley busca evitar que el menor deba cargar con el mantenimiento del
hogar, no obstante poseer bienes suficientes. Es decir, se trata de evitar que el otro
contrayente pretenda subsistir a costa de aquél.
Además, hay que distinguir entre quienes carecen de trabajo en forma temporal, por
estar desempleados por ejemplo, de quienes son considerados “vagos”. Creemos que
la norma se aplica a este último supuesto.
El art. 170 CCiv. prevé que el juicio de disenso tramitará por vía sumarísima o por la
vía procesal más breve que prevea la ley local.
No obstante la celeridad del proceso, está implícito que el juez debe recibir y
sustanciar todas las pruebas conducentes a acreditar la causal invocada, pudiendo
decretar otras tendientes a completar su juicio valorativo (tales como pericias
psicológicas, médicas o psiquiátricas).
88
UNIDAD 9 – MATRIMONIO: CELEBRACIÓN.
OPOSICIÓN A LA CELEBRACIÓN.
OPOSICIÓN.
ZANNONI entiende que tanto el cónyuge como los parientes y los tutores tienen un
interés legítimo e deducir oposición. Por nuestra parte (PERRINO), entendemos que
el cónyuge y los parientes tienen un derecho subjetivo familiar, mientras que el
tutor y el curador tienen una obligación legal, que nace por la naturaleza de su
función.
Los legitimados para la oposición son parte en el trámite de la misma; en cambio, los
denunciantes no. Su actuación se limita, como adelantáramos, a formular la
denuncia, lo que posibilitará que llegue a conocimiento del Ministerio Público la
89
existencia del impedimento, habilitando a este organismo para que formule
oposición, si ello fuera procedente.
Oposición ESCRITA – en este supuesto, se deduce por escrito ante el oficial público,
quien debe transcribir en el libro de actas el escrito de oposición con las mismas
formalidades.
TRÁMITE.
90
4. A partir de ese instante, el trámite deja de ser administrativo y pasa a ser
judicial.
5. El juez debe tramitar la oposición por el procedimiento más breve que prevea
la ley del lugar y, una vez dictada la sentencia, la remitirá, una vez que haya
pasado en autoridad de cosa juzgada, al jefe del Registro Civil.
DENUNCIA. TRÁMITE.
En caso de que otras personas pusieran en conocimiento del oficial público la existencia
de un impedimento (denuncia), el oficial público se limita a remitir la denuncia al
juez, quien dará vista al Ministerio Público. A partir de ese momento, dispone de 3
días, ya sea para deducir oposición o para desestimar la denuncia por considerarla
infundada.
DILIGENCIAS PREVIAS.
CONCEPTO.
Sabemos que el oficial público debe efectuar el control de legalidad del acto
matrimonial. Para que pueda cumplir tal cometido, los arts. 186 y 187 regulan lo que
llamamos “diligencias previas”.
Art. 186 - Los que pretendan contraer matrimonio, se presentarán ante el oficial público
encargado del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, en el domicilio de
cualquiera de ellos y presentarán una solicitud que deberá contener:
91
1. Sus nombres y apellidos y los números de sus documentos de identidad si los tuvieren;
2. Su edad;
4. Su profesión;
5. Los nombres y apellidos de sus padres, su nacionalidad, los números de sus documentos
de identidad si los conocieren, su profesión y su domicilio;
6. Si antes han sido casados o no, y en caso afirmativo, el nombre y apellido de su anterior
cónyuge, el lugar del casamiento y la causa de su disolución.
Si los contrayentes o alguno de ellos no supieren escribir, el oficial público levantará acta
que contenga las mismas enunciaciones.
2. La declaración auténtica de las personas cuyo asentimiento es exigido por este Código, si
no la prestaran en ese acto, o la venia supletoria del juez cuando proceda. Los padres o
tutores que presten su asentimiento ante el oficial público suscribirán la solicitud o el acta a
que se refieren el artículo anterior, si no supieren o pudieren firmar, lo hará alguno de los
testigos a su ruego;
3. Dos testigos que, por el conocimiento que tengan de las partes, declaren sobre su
identidad y que los creen hábiles para contraer matrimonio;
TRÁMITE.
2) edad.
92
3) domicilio, nacionalidad y lugar de nacimiento.
4) profesión.
En caso de que alguno de los dos contrayentes no supiere escribir, el oficial público
levantará un acta que contenga las mismas enunciaciones.
Por su parte, si fuera viudo deberá presentar la partida de defunción del cónyuge
anterior.
93
Por último, el oficial debe dar copia del acta a los interesados siempre que la
pidieran, para que puedan recurrir al juez civil.
PUBLICIDAD PREVIA.
Este régimen fue derogado por la LEY 2.681, con lo cual dejó de tener vigencia.
Sin perjuicio de ello, la derogación de estos arts. fue justificada en razón de la escasa
función que la publicidad cumple en la realidad, ya que no hacía obligatorio concurrir
a los registros civiles a enterarse de las proclamas o publicaciones, al modo de la
obligación de los fieles de concurrir a la parroquia. Pero se coincide también en que la
ausencia de toda publicidad previa dificulta la posibilidad de denunciar
impedimentos o realizar la oposición al futuro matrimonio.
Es competente para la celebración del matrimonio el oficial público del registro civil
correspondiente al domicilio de cualquiera de los cónyuges.
94
FORMA ORDINARIA.
Publicidad del acto: el matrimonio no puede ser un acto secreto, sino que debe
gozar de publicidad. Esa publicidad está garantizada por la presencia de los testigos
del acto.
1) en principio, el oficial público lee a los contrayentes los arts. 198, 199 y 200 del
CCiv., en donde están consagrados los derechos y deberes de los cónyuges.
3) por último, el oficial público declara en nombre de la ley que han quedado
unidos en matrimonio.
El art. 197 CCiv. establece que en el acta de matrimonio debe dejarse constancia del
cumplimiento de cada uno de estos pasos.
En caso de que alguno de los contrayentes ignorara el idioma nacional, deberá ser
asistido por un traductor público matriculado y, de no haberlo, por un intérprete de
reconocida idoneidad, dejando debida constancia de ello en el acta.
95
1) fecha y lugar de celebración.
Finalmente, el acta debe ser redactada y firmada inmediatamente por todos los que
intervinieron en el acto o por quienes hubieran firmado a su ruego, por no saber o no
poder hacerlo los primeros.
El código dispone, además, que el oficial público deberá entregar una copia del acta
de matrimonio, expidiéndola en papel común, en forma gratuita.
FORMA EXTRAORDINARIA.
Art. 196 - El oficial público procederá a la celebración del matrimonio con prescindencia de
todas o de alguna de las formalidades que deban precederle, cuando se justificase con el
certificado de un médico, y, donde no lo hubiere, con la declaración de dos vecinos, que
alguno de los futuros esposos se halla en peligro de muerte.
En caso de no poder hallarse al oficial público encargado del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, el matrimonio en artículo de muerte podrá celebrarse ante
cualquier magistrado o funcionario judicial, el cual deberá levantar acta de la celebración,
haciendo constar las circunstancias mencionadas en los incs. 1ro., 2do., 3ro., 4to., 5to.,
7mo. y 8vo. del artículo 191 y la remitirá al oficial público para que la protocolice.
El art. 196 CCiv. contempla el supuesto de matrimonio en caso de que alguno de los
contrayentes se encontrare en peligro de muerte.
96
Se trata de un supuesto extraordinario, circunstancia por la cual se autoriza al oficial
público a prescindir de algunas o todas las formalidades que deben precederle,
siempre que se justifique por certificado médico y, donde no lo hubiere, con el
testimonio de dos vecinos, el peligro de muerte en que se halle uno de los cónyuges.
Cabe aclarar que dicho peligro debe ser inminente y originado en una enfermedad o
como consecuencia de un accidente. Pero no está comprendido en tal concepto el
peligro potencial de muerte (por ejemplo, el caso de una persona que participa de una
actividad deportiva peligrosa).
MATRIMONIO A DISTANCIA.
La documentación que acredite el consentimiento del ausente sólo podrá ser ofrecida
dentro de los noventa (90) días de la fecha de su otorgamiento.
El matrimonio cristiano exige, por norma, una celebración litúrgica que exprese de
manera social y comunitaria la naturaleza esencialmente eclesial y sacramental del
pacto conyugal entre los bautizados.
Como signo, la celebración litúrgica debe llevarse a cabo de manera que constituya,
incluso en su desarrollo exterior, una proclamación de la palabra de Dios y una
profesión de fe de la comunidad de los creyentes.
97
EL EXPEDIENTE PREMATRIMONIAL: investigaciones y preparación del
matrimonio.
Cuestiones previas.
El párroco deberá constatar que nada se opone a la celebración válida y lícita del
matrimonio, como también el estado de libertad de los futuros contrayentes.
98
- DOCUMENTACIÓN que deben presentar:
99
matrimonio que no puede ser reconocido o celebrado según la ley civil.
Por tanto, el matrimonio se probaba con las partidas expedidas por las parroquias,
admitiéndose como prueba supletoria (cuando no se hubiera podido obtener la
prueba ordinaria), el ofrecimiento de todos los medios de prueba que acreditaran la
celebración del matrimonio.
Durante este período, el régimen de la prueba del matrimonio estuvo regido por los
arts. 96, 97, 98 y 101 LEY 2.393. En 1964 se agregó el DEC/LEY 8204.
100
Con el dictado del DEC/LEY 8204, el matrimonio podía acreditarse, además, por los
siguientes medios:
La posesión de estado no podía ser invocada como prueba suficiente para acreditar el
estado de casados o reclamar los efectos civiles del matrimonio, ni por los esposos,
ni por terceros.
La LEY 23.515 vino a reformar el régimen de la prueba del matrimonio. Estableció que
el matrimonio se prueba con el acta de su celebración, su testimonio, copia o
certificado, o con la libreta de familia expedida por el Registro Civil.
Se aplica el principio locus regim actum. Por tal motivo, el matrimonio se probará con
la documentación expedida por la autoridad competente del lugar de celebración,
debidamente legalizada.
En cuanto a la prueba supletoria, se habrá de regir también por la ley del lugar de
celebración. Sin perjuicio de ello, y ante la existencia de un régimen específico en la
101
materia, la jurisprudencia ha aceptado la aplicación subsidiaria de la legislación
argentina.
102
UNIDAD 10 – MATRIMONIO: CONSENTIMIENTO.
CONCEPTO.
Es por ello que la doctrina es la que se encarga de definirlo. En tal sentido, entendemos
quees el acto de la voluntad interna y manifestada, por el cual el
varón y la mujer se entregan y se aceptan mutuamente para
constituir el matrimonio.
103
Desde lo estrictamente jurídico, el cristianismo aportó la configuración del
matrimonio como una relación jurídica y la teoría del consentimiento para
determinar el momento de su inicio.
Art. 172 CCiv.: “Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre
consentimiento expresado personalmente por hombre y mujer ante la autoridad competente
para celebrarlo”.
El CCiv. establece en su art. 921 que los actos serán reputados hechos sin
discernimiento si fueren actos ilícitos practicados por menores
impúberes.
104
▪ Capacidad – requiere la habilidad nupcial tanto del varón (18 años) como
de la mujer (16 años).
6. Pleno: el consentimiento, para ser válido, debe ser pleno, es decir, sin retaceos,
no parcializado ni vacío en cuanto a su contenido. Nadie puede producir un
consentimiento sin tensión a su objeto y a una causa. Por tanto, debe estar
dirigido al matrimonio con el fin de constituir una comunidad de vida y
amor.
105
OBJETO DEL CONSENTIMIENTO.
El art. 172 CCiv. exige que el consentimiento del hombre y la mujer sea prestado
personalmente por ellos ante la autoridad competente para la celebración del
matrimonio.
106
expresamente la persona con quien el poderdante habría de contraer matrimonio (art.
15 de la ley).
A partir de la ratificación de la Convención de Nueva Cork de 1962, aprobada por
LEY 18.444, la doctrina consideró que en virtud de lo dispuesto en el art. 1 de la
misma, no se debería admitir el matrimonio por poder. El art. 1 expresaba que “…no
podrá contraerse el matrimonio sin el pleno y libre consentimiento de ambos contrayentes,
expresado por éstos en persona…”.
La LEY 23.515 ha vedado el matrimonio por poder, pero regula el matrimonio entre
ausentes en los arts. 173 y 174 CCiv. En efecto, se considera tal aquel en el cual el
contrayente ausente ha prestado su consentimiento en forma personal ante la
autoridad competente para autorizar matrimonios en el lugar en que se encuentra.
107
el contrayente ausente debe haber expresado personalmente su
consentimiento ante la autoridad competente para autorizar matrimonios del
lugar en que se halle.
El Registro Civil será el organismo encargado de hacer operantes estas normas legales,
mediante las disposiciones registrales pertinentes.
CONCEPTO.
ERROR.
108
1) de derecho: es aquel que recae sobre el régimen jurídico que rige al
matrimonio. Respecto del mismo, el CCiv. ha establecido la inexcusabilidad
del error de derecho en los arts. 20 y 923, salvo casos específicos (arts. 784 y
3428). En consecuencia, el error de derecho no afecta la validez del
matrimonio.
2) de hecho: comprende:
Este tipo de error se haya regulado en el art. 175 CCiv., el cual expresa que “Vician el
consentimiento la violencia, el dolo y el error acerca de la persona del otro contrayente...”.
El error sobre las cualidades de la otra persona – regulado en el art. 175 CCiv.,
este error recae sobre circunstancias personales relativas al otro contrayente,
preexistentes a la celebración del matrimonio y que, de haber sido conocidas por
quien alega el error, es razonable inferir que lo habrían determinado a no casarse.
Los elementos para que se configure este error surgen de la misma definición:
Si tuviéramos que definir qué se entiende por cualidades personales que sirvan de
fundamento para reclamar la nulidad por el vicio de error, diríamos que son todas
aquellas características personales esenciales de carácter permanente y estable, no
109
patrimoniales ni accidentales que, existiendo al tiempo de la prestación del
consentimiento, son causa determinante del mismo, y que impiden el pleno
desarrollo de la comunidad de vida que es el matrimonio.
El art. 175 CCiv. contempla sólo el error en la persona y el error en las cualidades de la
persona, guardando silencio respecto del error sobre la naturaleza del acto.
Para solucionar esta cuestión debemos remitirnos al art. 924 CCiv., el cual establece
que “El error sobre la naturaleza del acto jurídico anula todo lo contenido en él”.
Este tipo de error, aplicado al matrimonio, impide su existencia en los términos del
art. 172 CCiv.
VIOLENCIA.
El art. 175 CCiv. consagra a la violencia como uno de los vicios del consentimiento.
LLAMBÍAS la define como la coerción grave, irresistible e injusta
ejercida sobre una persona, para determinarla contra su voluntad a
la realización de un acto jurídico.
Puede importar tanto violencia física como violencia moral, también llamada
intimidación.
Para que la intimidación proceda como vicio es menester la reunión de los siguientes
requisitos:
110
del miedo en el derecho matrimonial, pues bajo ningún concepto se puede
ejercer presión para que una persona contraiga matrimonio (o al menos así
debería serlo). Asimismo, digamos que la razón de la nulidad no puede ser la
injusticia del miedo, sino la limitación que el miedo provocó en la libertad
del contrayente.
- temor fundado – temor fundado de sufrir un mal; puede ser directo (se infiere
para obtener del amedrentado la prestación de su consentimiento) o indirecto
(se busca del amedrentado algo distinto de la decisión de casarse)
El consentimiento puede ser simulado ante el oficial público encargado del Registro
Civil. Sin perjuicio de ello, nuestra ley no prevé la simulación como vicio propio del
acto jurídico matrimonial.
111
las relaciones jurídicas que engendra no son susceptibles de actos de autonomía
privada), la simulación es intrascendente como vicio propio del acto.
DOLO.
El art. 175 CCiv. determina que el dolo es uno de los vicios del consentimiento
matrimonial, sin establecer norma alguna de carácter peculiar respecto de su
aplicación al matrimonio. Es por ello que debemos remitirnos a lo regulado en materia
de actos jurídicos.
El dolo en el art. 16 LEY 2.393 y en el art. 175 CCiv., reformado por LEY 23.515 –
La LEY 2.393 admitió el dolo como vicio del consentimiento en el art. 16. El
fundamento de la nulidad del matrimonio por dolo no es otro que la preservación y
protección de la libre determinación del consentimiento. Ubicó el dolo como vicio
autónomo, distinto del error.
Por su parte, la reforma introducida por la LEY 23.515 ha mantenido al dolo como
vicio autónomo.
▪ Grave – ello significa que el ardid o engaño debe ser de una entidad tal que
haya tenido aptitud para determinar al otro contrayente a prestar el
consentimiento matrimonial; y que, de no haber existido, no se hubiera
prestado.
112
▪ Causa determinante del acto – esto significa que la acción u ocultación dolosa
de uno de los contrayentes, o de un tercero, haya sido la razón que indujo al
otro a prestar el consentimiento.
▪ Dañoso – en la doctrina se discute si este elemento, típico del dolo en los actos
jurídicos de carácter patrimonial, es exigible en el dolo respecto del acto
matrimonial. A nuestro juicio (PERRINO), no es aplicable, puesto que el
daño al que se refiere es de entidad económica. Por tal motivo, para proceder a
la anulación de un matrimonio por el vicio de dolo no es exigible la acreditación
de daños de entidad económica, pues el matrimonio no es un negocio jurídico
patrimonial.
▪ Que no sea recíproco – es decir, que no haya habido dolo de ambas partes, ya
que nadie puede alegar su propia torpeza.
- ocultación dolosa de cualidades morales (por ej., una persona que contrae
matrimonio con una mujer y luego se entera que ejercía la prostitución).
113
UNIDAD 11 – MATRIMONIO: NULIDAD DEL
MATRIMONIO.
CONCEPTO.
- intervención del oficial público a cargo del Registro Civil en la recepción del
consentimiento de los contrayentes.
114
validez se refieren a la inexistencia de impedimentos dirimentes entre los
contrayentes o de vicios en su consentimiento.
Un acto jurídico es ineficaz cuando no puede producir sus efectos propios, por existir
una causa jurídica o un hecho que se lo impiden.
Es útil tener presente que la noción genérica de ineficacia comprende, desde luego,
todos los supuestos en que un matrimonio es inválido como acto jurídico. Sin
perjuicio de ello, la ineficacia del matrimonio puede predicarse, también, en razón de
causas sobrevivientes y que no atañen al acto jurídico válidamente celebrado.
Es sabido que la ineficacia puede también señalarse respecto de un acto válido (tal el
caso de un matrimonio respecto del cual el juez dicta sentencia de divorcio vincular,
extinguiendo la relación matrimonial y disolviendo el vínculo, recuperándose de esa
forma la aptitud nupcial. En tal supuesto, se trata de la ineficacia sobreviniente del
matrimonio válidamente contraído por causa de la sentencia de divorcio).
1) inexistencia.
2) nulidad.
3) negocio de ineficacia pendiente – en este caso, nos referimos a actos
jurídicos que para producir sus efectos necesitan no sólo que haya
negocio, sino el cumplimiento de determinadas condiciones de eficacia.
Nos referimos a los actos sujetos a condición o plazo.
115
carácter general, sobre nulidad. De tal modo, Vélez estructuró un régimen de
ineficacias aplicable a todo acto jurídico, en la amplísima concepción del art. 944,
dentro de la cual el matrimonio tendría cabida.
Consecuentemente con esta metodología, el art. 228 estableció que las disposiciones
del Código sobre nulidad de los actos jurídicos se hacían extensivas a los
matrimonios celebrados sin autorización de la Iglesia Católica. Asimismo, el art. 229
extendió a estos matrimonios las causales de nulidad de los celebrados ante la
Iglesia Católica, con excepción de la necesidad de la asistencia del párroco, sustituida
por la asistencia del ministro correspondiente a la comunión religiosa de los esposos.
Es importante destacar que la aplicación supletoria de las normas del CCiv. sobre
nulidad de los actos jurídicos se previó sólo para matrimonios celebrados sin
autorización de la Iglesia. A contrario sensu, aquellos que hubiesen sido celebrados
ante ella o con su autorización, se regían exclusivamente por las normas del derecho
canónico, y el juzgamiento de la nulidad quedaba sustraído de la jurisdicción civil.
116
a) para los sostenedores de la especialidad, no existen en materia matrimonial
nulidades virtuales o implícitas (derivadas de la aplicación del art. 18 CCiv.).
Sin perjuicio de ello, queda en pie la disputa doctrinaria, aunque vale tener presente
que, en apoyo de la teoría de la especialidad, se agrega ahora el último párr. del art.
239 CCiv., según el cual ningún matrimonio será tenido por nulo sin sentencia
judicial que así lo disponga, dictada en proceso promovido por parte legitimada para
hacerlo.
117
al haberse eliminado la distinción entre actos nulos y actos anulables,
LEY 2.393 (arts. 84 y 85), y adoptado la clasificación de matrimonios
afectados de nulidad absoluta o de nulidad relativa, la clasificación de
las nulidades de los actos jurídicos en general y del matrimonio son
similares.
NULIDAD E INEXISTENCIA.
118
validez o no del matrimonio, lo cual no se puede valorar si previamente no se tiene
como existente al matrimonio.
En cambio, si falta una sola de las condiciones esenciales, no hay matrimonio, por lo
que no es necesario requerir su nulidad.
Esta doctrina fue acogida por la doctrina francesa, y así, AUBRY Y RAU sostuvieron
que no debían confundirse los actos inexistentes con los actos lesivos o los actos
fraudulentos.
Demolombe entendía que eran 4 los requisitos esenciales para la existencia del
matrimonio:
1) la diferencia de sexo.
119
La inexistencia en la LEY 2.393 – el art. 14 de esta ley consagró la teoría de la
inexistencia en nuestro derecho, al disponer: “Es indispensable para la existencia del
matrimonio el consentimiento de los contrayentes, expresado ante el oficial público encargado
del Registro Civil cuando las partes tuviesen buena fe. El acto que careciere de alguno de estos
requisitos no producirá efectos civiles, aun cuando las partes tuviesen buena fe”.
- diferencia de sexo.
- consentimiento.
Como se puede apreciar, este art. exige una serie de elementos como condición de
existencia del matrimonio, a saber:
120
intervención del oficial público competente, que será el encargado de
recibirles el consentimiento – en este caso, son supuestos de inexistencia:
EFECTOS DE LA INEXISTENCIA.
NULIDAD. INEXISTENCIA.
1) para que medie declaración de nulidad del 1) no es necesario promover acción alguna
matrimonio es necesario que se promueva para su declaración, pues es una nada
acción judicial por los legitimados. jurídica; pero puede ser planteada por vía de
excepción cuando se pretenda hacer valer el
matrimonio inexistente.
2) la nulidad del matrimonio no puede ser 2) puede ser opuesta por toda persona.
declarada de oficio.
121
5) el matrimonio inexistente nunca producirá
efectos.
haber sido autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de los
cónyuges.
Asimismo, queremos dejar en claro que el art. 160 no califica a los matrimonios
celebrados mediando alguno de los impedimentos antes mencionados como
inválidos, sino que se limita a privarlos de eficacia extraterritorial.
122
En consecuencia, no se juzga su validez, sino que se limita a dejar en claro que se los
priva de efectos en territorio argentino.
No participamos de este criterio, toda vez que del art. 159 CCiv. surge que la validez
o invalidez del matrimonio celebrado en el extranjero se rige por la ley del lugar de
su celebración, por lo que no puede ser nulo en nuestro país si no lo es en el país de
celebración.
Respecto de este tema, corresponde tener en cuenta el art. 159 CCiv., que dispone que
las condiciones de validez intrínsecas y extrínsecas del matrimonio se rigen por el
derecho del lugar de su celebración, aunque los contrayentes hubiesen dejado su
domicilio para ajustarse a las normas que rigen en él.
Conforme lo establece este art., la validez del matrimonio, tanto en lo relativo a sus
presupuestos como al cumplimiento de las formas, se rige por la ley del lugar de
celebración, aplicándose el principio locus regim actum.
123
UNIDAD 12 – MATRIMONIO: NULIDAD DEL
MATRIMONIO.
Introducción.
En efecto, el art. 1037 dispone que los jueces no puedan declarar otras nulidades
respecto de los actos jurídicos más que aquellas que contempla expresamente el
código.
Sin perjuicio de ello, el art. 986 establece la nulidad de los actos que no cumplan con
las formas legales requeridas; y el art. 953 sanciona de igual manera aquellos actos
cuyo objeto fueren cosas que no estuvieren en el comercio, o prohibidas.
Actos nulos y anulables – el código no se preocupa por definirlos, sino que sólo
anuncia cuáles actos con considerados nulos y cuáles anulables. En general, la doctrina
ha coincidido que en el acto nulo el vicio aparece manifiesto, es patente, y no es
necesaria una investigación por parte del juez para declararlo.
124
Además, los actos nulos son reputados tales aunque su nulidad no haya sido
juzgada; en cambio, los actos anulables se reputan válidos mientras no hayan sido
anulados, teniéndose por nulos desde el dictado de la sentencia que así lo disponga.
La LEY 23.515 clasifica a las nulidades en ABSOLUTAS (art. 219) y RELATIVAS (art.
220). Esto permite sostener que no puede propiciarse la distinción entre matrimonio
nulo y anulable en el sentido del CCiv. En efecto, las nulidades matrimoniales no se
diferencian por la forma de presentarse el vicio, por su ostensibilidad.
Por otro lado, no puede sostenerse que existen matrimonios nulos que reputan tales
aunque su nulidad no haya sido juzgada (como dice el art. 1038 para los actos
jurídicos en general). De esa manera, toda nulidad de matrimonio es siempre
dependiente de juzgamiento y, en tal sentido, es válido recordar el art. 239, que
establece expresamente que ningún matrimonio será tenido por nulo sin sentencia
que así lo disponga, dictada en proceso promovido por parte legitimada para
hacerlo.
Y ello es así ya que, fuere o no manifiesto el vicio que presenta el acto jurídico
matrimonial, si el matrimonio fue contraído de buena fe por el cónyuge, produce
todos los efectos de un matrimonio válido hasta el día de la declaración de su
nulidad.
125
En concordancia con ello, pueden oponerse a la celebración del matrimonio (art. 177),
teniendo la titularidad de legitimados para alegar la nulidad absoluta:
- el Ministerio Público.
El orden establecido en el art. 177 no establece una gradación jerárquica que haya de
respetarse, pues cualquiera de ellos puede ejercer la acción que nos compete. Sin
embargo, cabe aclarar que la nominación contenida en dicho art. es limitativa a los
allí mencionados, sin perjuicio de que otros sujetos, que tuvieran conocimiento de la
existencia del impedimento, pudieran denunciarlo ante el Ministerio Público para que
este ejerza la acción.
b) impedimento de ligamen:
En este caso, debe probarse la celebración del matrimonio anterior del accionado,
mediante la presentación de la respectiva partida, testimonio certificado o libreta de
familia.
126
Ahora bien, si se acreditare la imposibilidad de presentar dicha documentación,
podrá recurrirse a la prueba supletoria.
Sin perjuicio de dicha posibilidad, se podrá oficiar al Registro Civil para que informe
si consta registración anotación de disolución o nulidad..
c) impedimento de crimen:
Este impedimento consiste en haber sido autor, cómplice o instigador del homicidio
doloso del otro cónyuge.
En este caso, si bien la condena firme en sede penal sería la prueba inequívoca del
impedimento, ello no excluye que, a falta de ella, el delito y su autoría puedan
demostrarse en sede civil.
No obstante ello, a nuestro juicio debe mediar condena en sede penal para que se
configure el impedimento de crimen. La prueba de dicho impedimento consistirá,
consecuentemente, en la sentencia firme dictada en sede penal que acredite que el
cónyuge demandado fue condenado como autor, cómplice o instigador del
homicidio doloso de su anterior esposo/a.
NULIDAD RELATIVA.
En este caso, los legitimados activos varían de acuerdo a los distintos supuestos que
originan nulidad relativa.
a) impedimento de edad:
En este sentido, no nos cabe duda que los menores que se casan sin tener la edad
requerida legalmente quedan emancipados, con las limitaciones que establecen los arts.
134 y 135 CCiv.
127
Consecuentemente, al quedar emancipados, cesa la representación necesaria y
universal de los padres, y por ello este art. le concede legitimación para el ejercicio de
la acción de nulidad.
▪ los que podrían haberse opuesto a la celebración del matrimonio – esto es,
ascendientes, descendientes y hermanos de cualquiera de los cónyuges,
adoptante y adoptado en la adopción simple, tutores, curadores y Ministerio
Público.
128
caso de interdicción, es persona capaz. La otra cuestión se refiere a la
cohabitación, es decir, que ambos continuaron viviendo juntos, lo que hace
presumir la cópula
Caducidad de la acción: esta acción caduca de dos formas: para el cónyuge que
padecía el impedimento, si recobrada la razón continuara cohabitando; y para el otro
cónyuge, cuando conocida la incapacidad hubiese continuado haciendo vida marital.
En este caso, la nulidad versa sobre alguno de los vicios del art. 175.
El art. 220 inc. 3 dispone que es de nulidad relativa el matrimonio celebrado en caso
de impotencia de uno o de ambos cónyuges, cuando impida absolutamente las
relaciones sexuales entre ellos.
129
Por tanto, la impotencia que nulifica el matrimonio es la impotencia coeundi, que
supone la imposibilidad física o psíquica para realizar, de modo humano y
completo, el acto conyugal, independientemente de la capacidad ovulogénica o
espermatogénica.
La impotencia requiere de una serie de elementos para ser considerada tal, que difieren
en el caso del varón y la mujer:
para el varón:
1) la erección.
para la mujer:
Causales de impotencia.
para el varón:
a) orgánica:
130
6. epidermis (obstrucción total o perpetua).
7. castración.
8. anafrodisia (falta de orgasmo).
9. falta o insuficiente erección.
10. cesación precoz de la erección.
11. hipogonadismo primario y secundario graves.
b) funcional:
para la mujer:
a) orgánicas:
Respecto de este tema, es muy importante tener en cuenta que el cumplimiento del
débito conyugal no puede obligar a la mujer a una prestación dolorosa o traumática
del coito, sometiéndose a una verdadera violación. De allí la importancia de analizar
si la frigidez se encuentra vinculada al trastorno del vaginismo.
131
Requisitos para que se configure la impotencia.
Sin perjuicio de ello, la doctrina no ha sido pacífica al respecto. En efecto, los autores
que no comparten nuestro criterio estudian y controvierten los plazos de
prescripción en los distintos casos de nulidad relativa. Lo que no discuten son los
supuestos de nulidad absoluta, cuya imprescriptibilidad viene dada de antemano.
Sin perjuicio de la imprescriptibilidad, debe señalarse que el art. 239 CCiv. mantiene
el principio general de que toda acción de nulidad de un matrimonio caduca con la
muerte de uno de los cónyuges, o de ambos. Se trata de la aplicación del favor
matrimonii, evitando poner en tela de juicio la validez de un matrimonio ya disuelto
por muerte.
132
La LEY 17.711 añadió al art. 86 Ley 2.393 una segunda excepción: se trata del caso en
que la cuestión requiera un examen a efectos de determinar los derechos de quien
alega la nulidad absoluta, si quienes demandan la nulidad fuesen ascendientes o
descendientes. Esta segunda excepción está actualmente contemplada en el párr. 4°
art. 239 CCiv.
▪ Uno de los cónyuges puede, sin embargo, deducir en todo tiempo la que le
compete contra el siguiente matrimonio contraído por su cónyuge; si se
opusiere la nulidad anterior, se juzgará previamente esta oposición.
▪ Ningún matrimonio será tenido por nulo sin sentencia que lo anule, dictada
en proceso promovido por parte legitimada para hacerlo.
133
Se alude aquí a los matrimonios que se celebran mediando alguno de los
impedimentos contemplados en el art. 160, considerados como de orden público
internacional.
haber sido autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de los
cónyuges.
En estos casos, la nulidad no sólo atañe al interés de los contrayentes, sino, además,
al orden público familiar. Por ello, es los supuestos de matrimonios celebrados
mediando impedimentos de parentesco, ligamen o crimen, la acción es indisponible
para los cónyuges, no está sujeta a caducidad y puede ser ejercida incluso después
del fallecimiento de uno o ambos cónyuges en las condiciones del art. 239.
NULIDAD RELATIVA.
El art. 220 CCiv. prevé en 4 incs. los casos de nulidad relativa del matrimonio:
Dejamos en claro que quedan a salvo los casos en el que impedimento de edad
hubiese sido dispensado previamente por el juez, de acuerdo a lo que establece el art.
167 CCiv.
134
el celebrado por quienes sufren de privación permanente o transitoria de la
razón, por cualquier causa que fuere.
Al abordar los efectos del acto jurídico matrimonial, es menester tener presente que por
el principio de especialidad de las nulidades y la naturaleza del instituto no rige en
la especie lo dispuesto por el art. 1050 CCiv., el cual dispone: “la nulidad
pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo o igual estado en que se
hallaban antes del acto anulado”.
Para los actos jurídicos en general, la sentencia tiene carácter declarativo y sus
efectos son retroactivos al día de la celebración del acto. Desafortunadamente, este
régimen no rige para el matrimonio, pues implicaría una serie de de consecuencias,
tales como que el vínculo quedaría sin efecto desde el día del matrimonio, sea de buena
o mala fe; la sociedad conyugal se disolvería con retroactividad a aquella fecha; los
hijos serían extramatrimoniales, desapareciendo la presunción de paternidad del
marido, entre otras.
MATRIMONIO PUTATIVO.
135
El art. 224 define la mala fe de los cónyuges, estableciendo que consiste en el
conocimiento que hubieran tenido o debido tener, al día de la celebración del
matrimonio, del impedimento o circunstancia que causare la nulidad. Asimismo,
dispone que no hay buena fe por ignorancia o error de derecho, ni tampoco por
ignorancia o error de hecho que no sea excusable, a menos que el error haya sido
ocasionado por dolo.
A nuestro entender (PERRINO), la buena fe se presume como regla general, toda vez
que no resulta concebible partir de la presunción del obrar ilícito de uno o ambos
cónyuges.
Sin perjuicio de ello, y atento a la exigencia del art. 224 del CCiv., en tanto requiere que
el error sea excusable, esta regla no puede ser de carácter absoluto, toda vez que
existen supuestos en los que, por la flagrancia en que fue encontrado el cónyuge,
necesariamente la presunción favorable no puede proceder.
El art. 224 es terminante respecto del error de derecho, en cuanto estatuye que no
habrá buena fe por ignorancia o error de derecho, sin admitir ningún tipo de
excepción.
Con respecto al error de hecho, el art. 224 exige que sea excusable para que sea
acogido, salvo el caso que hubiera sido ocasionado por dolo. En definitiva, para hacer
lugar al error de hecho este debe ser excusable, es decir, debe mediar justa causa para
errar.
En este caso, es aplicable la regla del art. 929: “el error de hecho no perjudica, cuando
ha habido razón para errar; pero no podrá alegarse cuando la ignorancia del
verdadero estado de las cosas proviene de una negligencia culpable”.
136
Vale aclarar que queda a salvo la hipótesis del dolo, en que el error proviene del
ardid o engaño del otro contrayente o de un tercero.
En la buena fe creencia, si bien se obra porque se quiere, se quiere porque se cree que
lo obrado encaja en el ámbito de lo legalmente permitido.
Es decir que quien hubiera obrado expresando su consentimiento por violencia ejercida
por el otro cónyuge o un tercero, no podría alegar que obró de buena fe, porque tenía
conocimiento de la causal de nulidad.
Ahora, si bien es cierto que la víctima conocía el ilícito que ocasionaría la nulidad de
su matrimonio, no obstante lo cual se vio obligada a prestar su consentimiento, la
víctima obró con buena fe, toda vez que medió una causal obstativa de uno de los
elementos internos de la voluntad: la libertad.
Los arts. 221 – 226 regulan los efectos de la nulidad del matrimonio. El art. 221
dispone:
Art. 221 - Si el matrimonio anulado hubiese sido contraído de buena fe por ambos
cónyuges producirá, hasta el día en que se declare su nulidad, todos los efectos del
matrimonio válido.
Es decir que la sentencia produce sus efectos ex nunc, es decir, hacia el futuro.
137
En cuanto al tiempo transcurrido desde la celebración hasta la declaración de nulidad,
puede considerarse como civilmente válido.
3. Utilización por la mujer del apellido marital – la mujer, una vez decretada la
nulidad, perderá el apellido marital, pero podrá ser autorizada a usarlo si así
lo pidiera, en caso de que tuviera hijos.
Art. 222 - Si hubo buena fe sólo de parte de uno de los cónyuges, el matrimonio
producirá, hasta el día de la sentencia que declare la nulidad, todos los efectos del
matrimonio válido, pero sólo respecto al esposo de buena fe.
138
La nulidad, en este caso, tendrá los efectos siguientes:
2. El cónyuge de buena fe podrá revocar las donaciones que por causa del
matrimonio hizo al de mala fe – esta norma se refiere al supuesto contemplado
en el art. 1217 inc. 3, que sólo admite donaciones que el esposo haya hecho a
la esposa con motivo del matrimonio.
6. Filiación – los hijos nacidos son matrimoniales, sin importar que uno de los
cónyuges sea de mala fe y el otro de buena fe.
139
SUPUESTO DE MALA FE DE AMBOS CÓNYUGES.
4. Filiación – los hijos que hubieran nacido de esta unión será reputados
extramatrimoniales, correspondiendo su tenencia a quien lo disponga el juez.
Si ambos padres fueran menores de edad al momento del dictado de la
sentencia, los hijos quedarán sujetos a tutela.
En este caso, se debe indemnizar el daño emergente y el daño moral, pero no así el
lucro cesante, puesto que el matrimonio no es considerado un acto jurídico
patrimonial.
140
UNIDAD 13 – MATRIMONIO: EFECTOS PERSONALES.
Desde fines del s XIX, la cultura asiste al proceso de emancipación femenina, que
incide profundamente en la concepción de la potestad marital, basada en la
autoridad del marido y el deber de obediencia de la mujer.
DERECHO ARGENTINO.
Régimen del Código Civil – el CCiv. no reprodujo una norma similar a la del
Code de Napoleón. Sin perjuicio de ello, el art. 187 estableció la potestad marital de
fijación del domicilio conyugal. La norma preveía la posibilidad de que el marido, en
caso de que la mujer se negara a residir en el domicilio que él fijara, obtuviera el
reintegro compulsivo mediante medidas policiales y, asimismo, la privase de
alimentos.
141
Por su parte, la LEY 2.393 mantuvo este régimen.
Régimen de la LEY 11.357 – en el año 1926 se sanciona esta ley, llamada “de los
derechos civiles de la mujer” que, sin duda alguna, incidió de manera importante en
la capacidad de la mujer casada. Si bien conservó la potestad marital para la fijación
del domicilio conyugal, atribuyó a la mujer casada, mayor de edad, una esfera de
capacidad de hecho tan amplia que, aún cuando seguía mencionada entre los
incapaces, la capacidad era la regla y la incapacidad, la excepción.
Esta ley estableció que la mujer mayor de edad, soltera, viuda o divorciada, tenía
plena capacidad civil. Respecto de la mujer casada, mayor de edad, el art. 3
consagrada una serie de excepciones a la incapacidad. Entre ellas, por ejemplo,
conservaba y ejercía la patria potestad de los hijos de un anterior matrimonio.
Sin perjuicio de ello, mantuvo a favor del marido una suerte de mandato tácito,
determinado por ley, para administrar los bienes dotales de la mujer, en tanto ella
no lo revocara.
La sanción de esta ley derogó el art. 55 inc. 2° CCiv., que establecía la incapacidad de
hecho relativa de la mujer casada, y el art. 55 inc. 4°, que disponía la representación
marital de ella.
142
De igual forma, sustituye el art. 1 LEY 11.357, que ahora dispone que “la mujer
casada, cualquiera sea su estado, tiene plena capacidad civil. Asimismo, deroga los
arts. 3, 4, 7 y 8 de la misma ley, que actuaban como excepciones a la incapacidad.
Son efectos personales del matrimonio los deberes y derechos de los cónyuges
enumerados en los arts. 198, 199 y 200 CCiv, sin perjuicio de lo cual no se agotan en
dichos arts., sino que lo que ha hecho el código es regular los pilares fundamentales.
1) FIDELIDAD.
Contemplado en el art. 198 CCiv., cuando establece que “los esposos se deben
mutuamente fidelidad”.
143
comprometedora y lesiva para la dignidad del otro. En concordancia con ello,
abraca tanto la fidelidad material como la fidelidad moral.
- reciprocidad: el texto del art. 198 dispone que los cónyuges se deben fidelidad
mutuamente. Por tal motivo, entendemos que se trata de un deber recíproco, ya
que coloca a los cónyuges en una situación de igualdad ante la ley.
Cesación del deber de fidelidad: el deber de fidelidad cesa por nulidad, muerte
o divorcio. No cesa en caso de ausencia con presunción de fallecimiento, separación
personal ni separación de hecho.
2) COHABITACIÓN.
Por su parte, el art. 200 establece que los esposos fijarán de común acuerdo el lugar
de residencia de la familia.
144
Caracteres: la cohabitación reviste una serie de caracteres:
b) peligro para los cónyuges o para los hijos: en este supuesto, la ley permite el
relevamiento del deber de cohabitación cuando la misma provoque riesgos,
derivados de la peligrosidad de uno o ambos cónyuges, que pongan en
peligro la integridad física, psíquica o espiritual de ellos, como así también
de la prole.
Se trata de los supuestos en que existe alguna circunstancia que permita inferir
la inconveniencia de mantener la cohabitación. Tal sería el caso de una grave
enfermedad que afecta a uno de los cónyuges, que obliga al otro a retirarse del
hogar, en compañía de sus hijos, sin perjuicio de que subsiste el deber de asistir
al enfermo durante su enfermedad.
3) DÉBITO CONYUGAL.
Respeto mutuo – el acto conyugal debe realizarse de modo humano, pues todo
desvío o pretensión de actos contra natura configuran grave injuria.
145
Abierta a la procreación – la negativa a procrear o las prácticas anticonceptivas
de uno o ambos cónyuges sin causa o justificación, contrariando la voluntad del
otro cónyuge, es causal de injurias graves.
El art. 200 establece que los esposos fijarán de común acuerdo el lugar de residencia
de la familia.
Ello supone que, mediante una adecuada comunicación, marido y mujer deben
establecer el lugar de residencia que sea más conveniente a la familia, teniendo en
cuenta las razones de trabajo, educación de los hijos, seguridad, etc.
Este supuesto se halla contemplado en el art. 199, última parte, el cual prescribe que
cualquiera de los cónyuges podrá requerir judicialmente que se intime al otro a
reanudar la convivencia ininterrumpida sin causa justificada, bajo apercibimiento de
negarle alimentos.
Cabe resaltar que el requerimiento puede ser hecho por cualquiera de los cónyuges.
146
Vale aclarar que la sanción está supeditada a que la interrupción de la convivencia
fuera sin causa justificada pues, de lo contrario, la intimación y la sanción devienen
improcedentes.
6) ASISTENCIA.
El deber de asistencia está contemplado en el art. 198, que dispone: “los esposos se
deben mutuamente (…) asistencia…”.
No nos cabe dudas que este rubro debe estar a cargo de ambos, pero reservando a la
mujer el lugar que le es propio, por naturaleza, misión y protagonismo: el de reina
del hogar.
Nuevamente, el art. 198 dispone: “los esposos se deben mutuamente (…) alimentos”.
La reforma propiciada por la LEY 23.515 ha igualado la obligación alimentaria entre los
esposos, de manera que también es ahora una carga de la mujer.
147
La obligación alimentaria tiene una serie de caracteres:
Si bien no es muy común que los cónyuges convivientes deban llegar a demandar
judicialmente la fijación de la cuota alimentaria en caso de existir divergencias
imposibles de superar, nada obsta a que pueda demandarse su determinación por el
juez. En caso que así se intente, quien demande deberá acreditar el incumplimiento
por parte del accionado.
Pero si la mujer tiene a su cargo, además, todas las tareas del hogar y gran parte de la
educación de sus hijos, no nos cabe duda que el marido debe aportar la cuota
alimentaria la cual, sumada a los ingresos de la mujer, formaría el fondo común para
atender a tales necesidades.
148
CELEBRACIÓN DE CONVENIOS SOBRE CUOTA ALIMENTARIA.
4. Uso del apellido del marido: régimen ordinario. La Ley 18.348. Régimen actual.
Por su parte, la LEY 18.348/69 art. 10 faculta a la viuda a dejar de usar el apellido del
marido, si es que así lo estaba haciendo. En caso de que la viuda continuara usándolo
y contrajere nuevas nupcias, perderá el derecho de seguir usando el apellido de su
difunto esposo.
149
LEY APLICABLE A LAS RELACIONES PERSONALES ENTRE CÓNYUGES.
El art. 162 dispone que las relaciones personales de los cónyuges serán regidas por la
ley del domicilio efectivo, entendiéndose por tal el lugar donde ellos viven de
consuno. En caso de duda o desconocimiento del mismo, se aplicará la ley de la
última residencia.
La norma consagra la doctrina adoptada por los tratados de Montevideo del ’89 y del
’40, la cual consideramos acertada, toda vez que el domicilio conyugal es el lugar o
centro principal donde se desarrollan y cumplen todos los efectos personales del
matrimonio.
Asimismo, la segunda parte del art. 162 se refiere a la ley que deberá regir en materia
de derecho a percibir alimentos, que no es otra que la del domicilio conyugal.
Sin embargo, el criterio varía y se hace más flexible cuando se trata del monto de los
alimentos porque, atento al carácter tuitivo de la norma, se posibilita la aplicación de
la ley del domicilio del acreedor alimentario, siempre y cuando fuera más favorable
a su pretensión.
Por último, el art. 162 contempla las medidas urgentes, las cuales se van a regir por el
derecho del país del juez que entiende en la causa. En este caso, la jurisdicción es la
que determina la ley aplicable.
150
UNIDAD 14 – MATRIMONIO: EFECTOS
PATRIMONIALES.
REGÍMENES MATRIMONIALES.
151
adquiría para sí los frutos que producían, debiendo soportar el pago de
todas las deudas.
152
Regímenes de separación:
Régimen de participación:
Respecto de este tema, la ley puede imponer un régimen legal único, forzoso o prever
que, antes de la celebración del matrimonio, los contrayentes adopten, mediante
convención prematrimonial, alguno de los regímenes patrimoniales vistos.
En este último caso, la ley puede, a su vez, regular los distintos regímenes a los que
pueden someterse los cónyuges (de modo que, en realidad, se trataría de una
adhesión a alguno de ellos) o puede, en cambio, dejar a los contrayentes una cierta
libertad para pactar o convenir las cláusulas del régimen.
Finalmente, la ley puede elegir entre autorizar o no a los contrayentes a sustituir ese
régimen luego de celebrado el matrimonio. De acuerdo con la existencia o no de dicha
posibilidad se dice que el régimen es o no mutable.
Régimen legal único – nosotros nos inclinamos por el régimen legal único
actualmente vigente. El matrimonio, en cuanto institución fundamental de la sociedad
argentina, no puede quedar librado al arbitrio de la autonomía de la voluntad, en
orden a las obligaciones y derechos que le son propios. Por ello, su regulación debe
ser de orden público e imperativo.
153
2. La sociedad conyugal en el derecho argentino: alcance, naturaleza jurídica. CCiv.,
Ley 11.357, Ley 17.711.
Nuestro CCiv. siguiendo la tradición del derecho castellano, organizó bajo el título de
sociedad conyugal un régimen clásico de comunidad, legal, único y forzoso.
En tal sentido, el CCiv. distingue entre los bienes propios de cada cónyuge (art. 1263)
y los bienes gananciales, a los que el art. 1271 define en forma residual, cuando
dispone: “Pertenecen a la sociedad como gananciales, los bienes existentes a la
disolución de ella, si no se prueba que pertenecían a alguno de los cónyuges cuando se
celebró el matrimonio, o que los adquirió después por herencia, legado o donación”.
Tal norma consagra la presunción legal favorable a la comunidad.
El régimen matrimonial establecido en el código a partir del art. 1271 tiene carácter
imperativo, porque está organizado en base a normas que, casi en su totalidad, son
de orden público y, como tales, no pueden ser modificadas voluntariamente por los
cónyuges. En concordancia con ello, los esposos no pueden adoptar un régimen
matrimonial distinto al de la sociedad conyugal, ni al momento de contraer
matrimonio ni después de celebrado el mismo.
Sin embargo, como las convenciones matrimoniales y las relaciones de los esposos en
cuanto a los bienes se rigen por la ley del primer domicilio conyugal, si los cónyuges
se hubieran casado en un país que admite el régimen de separación de bienes y
luego se mudaran a la Argentina, el juez argentino deberá aplicar la ley extranjera
que regula la separación de bienes. Ello está contemplado en el art. 163, que sólo
exceptúa las materias de estricto carácter real que estuvieran prohibidas por la ley
argentina, respecto de las cuales no se aplicará el derecho extranjero.
RÉGIMEN DE GESTIÓN.
154
Régimen del CCiv. – el art. 1276 establecía que el marido era el administrador
legítimo de todos los bienes del matrimonio, ya sea dotales o adquiridos con
posterioridad a la formación de la sociedad, con excepción de aquellos cuya
administración haya sido otorgada expresamente a la mujer. Sin embargo, los
derechos que en calidad de administrador se conferían al marido no eran
ilimitados: el propio código había establecido expresamente requerimientos
para viabilizar el poder de disposición en algunos institutos.
LEY 11.357 – esta ley, conocida también como “ley de derechos civiles de la
mujer”, le otorgó la posibilidad de poder administrar y disponer a título
oneroso de sus bienes propios, como así también de aquellos que se le
adjudicaren luego de la separación judicial de bienes. Asimismo, le confirió a
la mujer casada la libre administración y disposición de lo obtenido por su
profesión, oficio, empleo, comercio o industria lícita, y la posibilidad de
adquirir, con los ingresos derivados de dichas tareas, toda clase de bienes.
Pero esta asociación constituiría un ente que trasciende a los esposos, por lo que han
ido desarrollándose distintas doctrinas respecto de la naturaleza jurídica de la sociedad
conyugal:
▪ tesis de la sociedad – los que sostienen esta teoría parten de la base de que la
sociedad conyugal es un contrato, ya que está legislada en el Libro II del
CCiv., bajo el título “De las obligaciones que nacen de los contratos”.
155
exclusiva por sus deudas y no responde con bienes propios o gananciales por
las que el otro haya contraído.
▪ tesis del condominio – Borda sostenía esta teoría, puesto que el condominio
era la figura jurídica que más se acercaba a la realidad de la comunidad
conyugal. En efecto, los bienes son comunes ya que, aún teniendo cualquiera de
los cónyuges la administración y disposición de ellos, lo cierto es que son
aprovechados por ambos. Entonces, existe condominio en el sentido de que
ambos cónyuges son dueños, pero no en el sentido del derecho real legislado
en el CCiv.
156
Consecuentemente, con el título “sociedad conyugal”, el codificador ha establecido el
citado régimen, sin que ello importe que los cónyuges hayan quedado subsumidos
en una comunidad distinta de sus componentes, pues los sujetos del régimen son los
propios esposos, que son titulares de los respectivos bienes, tienen su gestión y,
además, son los responsables frente a los terceros.
INSTITUCIONES ESPECIALES.
DOTE.
En el Río de La Plata, la dote tuvo vigencia en los s XVII, XVIII, pero a partir del s
XIX empezó a desaparecer, siendo esporádicas las escrituras al respecto, destacándose
que quienes lo hacían eran personas que provenían de otros países, en los que aún
regía la institución.
BIENES PARAFERNALES.
Los mismos estaban constituidos por los bienes que la mujer llevaba al matrimonio
fuera de la dote, respecto de los cuales tenía la administración, goce y disposición
conforme al régimen típico.
BIENES RESERVADOS.
Este instituto es una expresión del progreso experimentado por la mujer casada en
cuanto a su capacidad, el cual se manifiesta cuando se le permiten administrar los
bienes que adquiere con su trabajo, profesión, industria o comercio lícito, y se le
confiere el poder de su disposición ilimitada.
157
4. Convenciones matrimoniales: concepto. Objeto, oportunidad, capacidad, forma,
caracteres. La Ley 17.711. Donaciones por causa de matrimonio: normas que la rigen
y caracteres. Promesa de dote. Contrato matrimonial celebrado en el extranjero.
CONVENCIONES MATRIMONIALES.
OBJETO.
EFICACIA.
CARACTERES.
OPORTUNIDAD.
158
celebración de un contrato de matrimonio, bajo pena de nulidad, después de la
celebración de aquél.
El objeto de las mismas, de acuerdo lo que establece el art. 1217, puede ser:
a) designación los bienes que cada uno lleva al matrimonio: la doctrina entendió
que este art. regulaba, a fin de cuentas, un inventario. Empero, no tenía un
alcance tan limitado, pues era el instrumento del que podían hacer uso los
contrayentes para excluir esos bienes de la comunidad o, dicho de otra manera,
para optar por el régimen de comunidad de ganancias.
b) reserva de la mujer del derecho de administrar algún bien raíz de los que
lleva al matrimonio, o que adquiera después a título propio: este inc. ha sido
derogado por LEY 17.711, al perder vigencia por aplicación de la reforma de la
LEY 11.357 (en sí, esta cuestión devino inútil).
c) las donaciones que el esposo hiciere a la esposa: estas donaciones son eficaces
en tanto y en cuanto el matrimonio se celebre. Se discute en la doctrina si la
celebración del matrimonio es una cuestión de eficacia. A nuestro juicio
(PERRINO), este acto está sujeto a la posterior celebración del matrimonio.
d) las donaciones que se hagan los esposos de bienes que dejaran por su
fallecimiento: este inc. 4, derogado por LEY 17.711, facultaba a los cónyuges a
hacerse mutuamente donaciones después de la muerte, lo cual constituía una
flagrante contradicción con el art. 1175, que no admite como objeto de contrato
la herencia futura.
Como dijimos en párrafos anteriores, estas donaciones son eficaces en tanto se celebre
el matrimonio. Así lo entendemos.
Por su parte, el art. 1240 dispone que todas las donaciones son irrevocables, con
excepción de 3 supuestos:
159
En realidad, no todos son supuestos de revocación. En efecto, en el primero de ellos,
si la donación estaba sujeta a condición y la condición no se cumple, la obligación
nunca se formó. Por tal motivo, no es pasible de revocación.
- cuando mediare sentencia en juicio contencioso por las causales del art. 202 y
la esposa resultare culpable y el marido inocente; si ambos son culpables no
procede la revocación.
- cuando mediare sentencia de separación personal por causa del art. 203, en
cuyo caso el legitimado es el marido enfermo demandado.
- en la causal objetiva del art. 204, por el marido demandado que invoca y
prueba no haber dado lugar a la separación, y la sentencia así lo dispone.
El art. 1230 dispone que la donación que el esposo hiciere a la esposa se regirá por
las normas contempladas en el título “De las donaciones” de nuestro CCiv.
PROMESA DE DOTE.
La promesa de dote es aquella hecha al esposo por los padres de la esposa, sus
parientes u otras personas.
El art. 163 CCiv. dispone que las convenciones matrimoniales y las relaciones de los
esposos con respecto a los bienes se rigen por la ley del primer domicilio conyugal.
Asimismo, dispone que el cambio de domicilio no altera la ley aplicable par regir las
relaciones de los esposos en cuanto a los bienes, ya sea adquiridos antes o después
del cambio.
160
compraventa, cesión de créditos y permuta, locación de cosas, renta vitalicia, dación
en pago, depósito, comodato, mandato, fianza.
El codificador consideró que cando existe contrato entre los cónyuges, las mismas
personas son parte del matrimonio y del contrato, lo cual podría llegar a interferir
con el funcionamiento de la sociedad conyugal.
Por ello, al mismo tiempo que protegió el régimen jurídico matrimonial, tuvo en
miras la protección del patrimonio de los cónyuges frente al aprovechamiento del
otro, por inexperiencia, temor reverencial, debilidad, etc.
PROHIBIDOS:
DONACIÓN.
La prohibición de donación entre cónyuges evita que se utilice este contrato como
medio de insolventarse, para sustraerse al cumplimiento de las obligaciones
contraídas con sus acreedores.
161
- el servicio personal gratuito, por el cual el que lo hace acostumbra a
pedir un precio
- todos aquellos actos por los que las cosas se entregan o se reciben
gratuitamente; pero no con el fin de transferir o adquirir el dominio de
ellas.
COMPRAVENTA.
La compraventa está expresamente prohibida entre los cónyuges en el art. 1358: “el
contrato de venta no puede tener lugar entre marido y mujer, aunque hubiese
separación judicial de bienes”. La compraventa se prohíbe precisamente para evitar
que bajo la forma de este contrato oneroso se encubra una liberalidad.
Desde luego que, admitido el divorcio vincular, nadie puede dudar que la
prohibición de compraventa entre cónyuges no subsistirá.
PERMUTA.
La permuta entre cónyuges está prohibida. Así lo dispone el art. 1490: “No pueden
permutar los que no pueden comprar ni vender”.
CESIÓN DE CRÉDITOS.
Los cónyuges no pueden celebrar entre sí contratos de cesión de créditos, toda vez
que si fuera gratuita se aplican las disposiciones del contrato de donación y, si
fueran onerosas, las del contrato de compraventa, ambos prohibidos entre cónyuges.
LOCACIÓN DE COSAS.
Se ha sostenido que, por aplicación de lo dispuesto en el art. 1494 (“El contrato queda
concluido por el mutuo consentimiento de las partes. Todo lo dispuesto sobre el precio,
consentimiento y demás requisitos esenciales de la compra y venta es aplicable al contrato de
locación”), no sería posible la locación entre cónyuges.
162
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la compraventa requiere, en principio,
capacidad de disponer; en cambio, la locación de cosas exige la capacidad de
administrar. Y es claro que la primera implica –generalmente– actos de disposición
del propietario, en tanto la segunda constituye un típico acto de administración.
Por tanto, la ratio que veda la incapacidad entre los cónyuges pierde sustento en el
caso que analizamos.
LOCACIÓN DE SERVICIOS.
En efecto, si uno de los cónyuges cumple tareas para el otro, la misma forma parte
del deber de asistencia mutua que se deben. De allí que la colaboración mutua, o de
uno de ellos para con el otro, no puede crear la subordinación jurídica que existe
entre patrón y empleado, propia del contrato de trabajo.
Por tanto, entendemos que no rigen en esta especie las normas del contrato de
trabajo, por resultar inaplicable su régimen.
DACIÓN EN PAGO.
RENTA VITALICIA.
Entendemos que este contrato es una convención prohibida a los cónyuges, ya que
importa un acto de disposición de un bien del dominio de uno de ellos con el fin de
obtener un beneficio. Entendemos que se trata de un contrato no permitido, toda vez
que sería un medio para burlar el régimen de la sociedad conyugal, el cual no puede
modificarse por la voluntad de los esposos.
CONTRATO DE SOCIEDAD.
163
Asimismo, la constitución del ente societario podría importar fraude a terceros, en el
caso de que un cónyuge aportase a la sociedad con el otro bienes que estaban
afectados al pago de sus obligaciones, sustrayéndolos de aquella responsabilidad.
Quiere decir, pues, que la ley pretende que los cónyuges no puedan integrar
sociedades donde su responsabilidad sea ilimitada y solidaria, buscando proteger los
principios que gobiernan el régimen patrimonial del matrimonio. Ésta es la razón
por la que se limita el derecho a formar sociedades exclusivamente a los tipos vistos
(sociedades por acciones o de responsabilidad limitada).
Si uno de los llegara a constituirse en socio del otro y el tipo societario no sea de los
permitidos, la sociedad deberá transformarse o cualquiera de los cónyuges ceder su
parte al otro o a un tercero, en un plazo de 6 meses. De lo contrario, el art. 29 de la LEY
19.550 dispone que la sociedad será nula y deberá liquidarse.
CONTRATOS PERMITIDOS.
MANDATO.
El mandato entre cónyuges está expresamente permitido en el art. 1276 párr. 3. Puede
ser expreso o tácito.
FIANZA.
MUTUO.
164
Entendemos que rige siempre la obligación de restitución en las condiciones
pactadas, aunque el dinero fuese ganancial.
DEPÓSITO.
COMODATO.
Tampoco este contrato está prohibido entre los cónyuges, aunque no tiene aplicación
práctica en la realidad, ya que el uso y goce de los bienes gananciales se afecta a las
cargas del matrimonio, sin requerirse para ello la celebración de este contrato.
165
UNIDAD 15 – MATRIMONIO. EFECTOS
PATRIMONIALES.
Los bienes propios son los que pertenecen a cada cónyuge desde antes de la
celebración del matrimonio y los que adquiere durante éste a título gratuito, o por
subrogación real con otro bien propio, o por una causa o título de adquisición
anterior a la fecha de celebración del matrimonio.
En cambio, los bienes gananciales son aquellos que se adquieren durante la vigencia
del matrimonio a título oneroso, y aún después de la disolución de la sociedad
conyugal por una causa o título anterior a esa disolución.
Para que un bien pueda ser considerado como perteneciente a uno u otro grupo, es
necesario tener en cuenta una serie de reglas:
166
En el supuesto de que los bienes donados u otorgados por herencia hubiesen
sido entregados a ambos cónyuges conjuntamente, lo donado o recibido
pertenecerá a título propio a cada uno de ellos, respetando la proporción que
el donante o testador hubiera dispuesto.
2. Subrogación real. Nuevo empleo de bienes propios. Causa o título anterior. Boleto
de compraventa anterior. Adquisiciones perfeccionadas con posterioridad a la
disolución de la sociedad conyugal por causa o título anterior. Prescripción
adquisitiva. Frutos. Productos. Restitución de bienes durante el matrimonio.
Usufructo. Utilidades societarias. Adquisiciones fortuitas, lícitas o ilícitas.
Redención de servidumbres. Mejoras. Derechos individuales. Salarios y honorarios
profesionales. Carácter de las donaciones remuneratorias.
SUBROGACIÓN REAL.
167
NUEVO EMPLEO DE BIENES PROPIOS.
Puede ocurrir que uno de los cónyuges reciba una suma de dinero por la venta de un
bien propio y que no lo reinvierta de inmediato en la adquisición de otro bien. Aún así,
podrá posteriormente emplear dichos fondos en la adquisición de un bien, y éste
mantendrá su carácter propio, porque fue adquirido, precisamente, utilizando un
crédito que quedó abierto frente a la sociedad conyugal.
Boleto anterior en el que aparecen ambos esposos como adquirentes – en caso de que
el boleto hubiera sido firmado antes de la celebración del matrimonio por ambos
esposos, la adquisición concretada por escrituración posterior determina el surgimiento
de un condominio de carácter propio entre ambos esposos.
El art. 1273, a pesar de su pobre redacción, sostiene un principio similar al del art. 1267.
Por tal motivo, las adquisiciones que se concretan a nombre de uno de los esposos,
después de la disolución de la sociedad conyugal, pero por causa o título anterior a
ella (es decir, durante la vigencia del matrimonio) tienen carácter ganancial.
PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA.
El bien que uno de los cónyuges empezó a poseer antes del matrimonio es propio de
aquél, aunque la posesión se complete después y la sentencia que hace lugar a la
prescripción adquisitiva se dicte durante el matrimonio. Esta solución tiene en cuenta
el efecto retroactivo a la fecha de comienzo de la usucapión que tiene tal sentencia,
dado su carácter declarativo.
168
FRUTOS Y PRODUCTOS.
Todos los frutos naturales y civiles de los bienes gananciales o propios o del
trabajo personal de cualquiera de los cónyuges son gananciales.
El bien que ha salido del patrimonio de uno de los cónyuges antes del matrimonio y
es recuperado tendrá carácter propio, pues la causa del reingreso al patrimonio de ese
cónyuge en anterior a la celebración del matrimonio.
USUFRUCTO.
UTILIDADES SOCIETARIAS.
Como se trata de frutos civiles, las utilidades o dividendos que se obtienen en una
sociedad donde un cónyuge tiene acciones de carácter propio, son de carácter
ganancial.
169
recompensa a favor de la sociedad conyugal y a cargo del dueño de las acciones, por el
valor de los beneficios que se capitalizaron.
Ganancias ilícitas – en este caso, no hay motivo para apartarse de la solución general,
es decir, reconocer el carácter ganancial de estas ganancias aún cuando sean ilícitas, ya
que ello es independiente de la acción que puedan intentar los terceros.
REDENCIÓN DE SERVIDUMBRES.
MEJORAS.
Serán gananciales las mejoras que durante el matrimonio hayan dado más valor a los
bienes propios de cada uno de los cónyuges.
a. que la mejora sea separable – que sea separable significa que pueda ser
retirada del bien principal sin una grave lesión económica. En este caso, esa
mejora mantiene el carácter ganancial que le otorga el haber sido hecha con
fondos gananciales; ello sin perjuicio de que las partes, al tiempo de la
disolución de la sociedad conyugal, puedan optar por mantenerla incorporada
al bien, estableciendo una recompensa en favor de la sociedad conyugal.
170
b. si se trata de una mejora que pasa a formar un mismo cuerpo con la cosa
principal (ej: plantación o edificación), si se hizo con fondos gananciales pero
en un fundo propio, adquiere carácter propio, devengándose una recompensa
a favor de la sociedad conyugal.
DERECHOS INDIVIDUALES.
En este caso, nos referimos a los salarios y honorarios por trabajos hechos durante el
matrimonio y cobrados después.
A diferencia de lo que sucede con la donación gratuita (en cuyo caso el bien donado es
propio del cónyuge destinatario de la donación), cuando la donación es
remuneratoria, el bien objeto de la misma tiene carácter ganancial. Sin embargo,
deben darse una serie de cuestiones:
que el donatario contara con acción judicial para reclamar el pago de aquel
servicio.
171
3. Prueba del carácter de los bienes: sistema del C.Civil. Ley 17.711. Distintas
posturas.
La carga de la prueba para acreditar que el bien no es propio se encuentra a cargo del
cónyuge que lo invoca.
No obstante ello, los herederos del cónyuge que prestó el consentimiento podrán
formular la impugnación de la calificación cuando se acredite que la falsedad tuvo
como fin perjudicarlos en sus derechos.
La presunción es iuris tantum, por lo cual puede ser desvirtuada por terceros
que acrediten la falsedad de la aseveración y que el dinero no proviene del
origen que se indica, corriendo por su cuenta la carga de la prueba.
Cabe aclarar que entre cónyuges dicha omisión puede ser suplida con
posterioridad mediante una escritura aclaratoria o por otro medio de prueba
en el momento de la liquidación de la sociedad conyugal.
172
TERCERO ADQUIRENTE: si un tercero de buena fe adquiere a título oneroso
un bien de uno de los cónyuges y en la escritura consta el carácter de propio
del mismo, el otro esposo no podrá impugnar la compra alegando el carácter
ganancial y la falta de su consentimiento para la operación.
EVOLUCIÓN LEGISLATIVA.
En este régimen, la mujer casada como lo disponía el art. 55 Ver Texto , inc. 2, CCiv.,
era considerada incapaz de hecho relativa. A su vez, y en virtud de dicha incapacidad,
su representante era el marido, quien tenía, además de la administración, la facultad
de disponer a título oneroso de los bienes gananciales.
173
En cuanto a la administración de los bienes, esta ley acordó a la mujer la facultad de
administrar y disponer del producido de las actividades que desarrollara, así como
de los bienes que con esos ingresos adquiriera, y también la facultad de administrar
y disponer a título oneroso de sus bienes propios y los que le correspondan en caso
de separación judicial de bienes.
c) LEY 17711: esta ley completó el proceso de separación de gestión de los bienes,
dejando sin efecto las previsiones de la ley 11.357 y las anteriores al código, y
organizando el actual sistema de administración separada (art. 1276), es decir, el
régimen en que cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de sus
bienes propios y de los gananciales adquiridos con su trabajo personal o por
cualquier otro título legítimo.
Un cónyuge le puede conferir a otro mandato expreso o tácito para administrar sus
bienes propios y gananciales. Además, el mandato puede ser general o especial: el
primero comprende la totalidad de los negocios del mandante, mientras que el especial
abarca uno o ciertos negocios determinados.
174
b) el conocimiento, aceptación y no rechazo por el titular del derecho.
El mandato tácito no puede concebirse en términos generales, sino que debe existir y
ser probado en cada caso en particular.
Eximición de rendir cuentas: el último párrafo del art. 1276 CCiv. exime al
cónyuge que obre con mandato expreso o tácito del otro de la obligación de
rendir cuentas.
Respecto del mandato (en general), el CCiv., incluye entre las obligaciones del
mandatario la de rendir cuentas de sus operaciones y entregar al mandante
cuanto haya recibido en virtud del mandato, aunque lo recibido no se debiese al
mandante.
Si cada uno de los cónyuges tiene partes indivisas de carácter propio sobre un bien, la
gestión se rige de acuerdo a las normas del condominio, sin perjuicio de que para la
realización de actos de disposición respecto de su porción indivisa resulta aplicable
la exigencia del art. 1277, si se trata del inmueble en que radica el hogar conyugal y
existen hijos menores o incapaces.
175
TEORÍA DE LAS RECOMPENSAS.
Art. 1259: "Por lo que el marido o la sociedad adeudare a la mujer, ella sólo tiene
una acción personal, sin hipoteca ni privilegio alguno, cuando el marido no le
hubiese constituido hipoteca expresa".
Art. 1260: "La mujer puede probar el crédito que tenga contra los bienes del marido
o de la sociedad conyugal, por todos los medios que pueden hacerlo los terceros
acreedores personales, con excepción de la confesión del marido, cuando
concurran otros acreedores".
Como se advierte, estas normas abordan el crédito que tiene la mujer contra el
marido o la sociedad conyugal.
Por su parte, el art. 1280 también se ocupa de este tema cuando regula los abonos que
el marido debe hacer a la sociedad, o ésta a aquél.
176
Asimismo, el art. 3753 regula el caso de legado de bien ganancial, disponiendo "la
parte del otro cónyuge será salvada en la cuenta de la división de la sociedad".
Por el contrario, estimamos que deben ser sujetos a compensación los supuestos
expresamente contemplados en la normativa vigente, teniendo siempre como eje que
el matrimonio no es una estipulación cualquiera sino una institución.
En caso de manifiesta negligencia del cónyuge administrador que actuó con mandato
del otro, deberá responder por los daños y perjuicios que acarree al mandante.
177
GESTIÓN DE NEGOCIOS.
Diferentes supuestos:
Gestión de los bienes del cónyuge insano o inhabilitado: cuando al cónyuge del
insano se le designa curador/a asume la administración de los bienes del interdicto no
como consecuencia de sucederlo en la administración unitaria (que hoy no está
vigente), sino porque ello deriva de una obligación específica de la curatela, en cuanto
el curador es el representante legal de los dementes teniendo las obligaciones
inherentes a su función.
Gestión de los bienes del cónyuge ausente: debemos marcar la siguiente diferencia:
1. Simple ausencia: prevista en el art. 15 LEY 14394, que dispone: "Cuando una
persona hubiere desaparecido del lugar de su domicilio o residencia, sin que de
ella se tengan noticias y sin haber dejado apoderado, podrá el juez, a instancia
de parte interesada, designar un curador a sus bienes, siempre que el cuidado
de éstos lo exigiere. La misma regla se observará si, existiendo apoderado, sus
poderes fueren insuficientes, no desempeñare convenientemente el mandato, o
éste hubiese caducado". Para la designación de curador es preferido el
cónyuge, cuando conservase la vocación hereditaria, o subsistiese la sociedad
conyugal.
178
Así, son actos de administración aquellos que tienen por fin la conservación del
capital o la percepción de los frutos civiles o naturales o los productos
correspondientes de acuerdo con el destino económico de la cosa.
179
con un acto jurídico ajeno. Esta declaración no forma parte del supuesto de hecho del
acto, sino que es condición jurídica para la validez del mismo.
El art. 1277 hace distinción en cuanto al carácter de los registros, de manera que el
requisito previsto en este artículo es exigible siempre que sea obligatoria, de acuerdo
a la ley, la inscripción registral para la transmisión de dominio.
180
Tampoco es menester recabar el asentimiento conyugal para otorgar una escritura de
cancelación de hipoteca, por cuanto el cónyuge titular tiene el derecho de percibir el
precio y disponer de él.
BOLETO DE COMPRAVENTA.
FONDO DE COMERCIO.
ZANNONI sostiene que si bien el art. 7 de la LEY 11.867 no supone un requisito para
tener por concluida la transferencia entre las partes, el registro requiere el
asentimiento para que dicha transferencia sea oponible a terceros. De ello se infiere
que el acto está sujeto, en cuanto a su oponibilidad, a una condición impuesta: el
asentimiento del otro cónyuge, que surge a partir de ese registro.
ACCIONES NOMINATIVAS.
El art. 215 LEY 19550, reformado por la ley 22903 dispone: "La transmisión de las
acciones nominativas o escriturales y de los derechos reales que las graven debe
notificarse por escrito a la sociedad emisora o entidad que lleve el registro e inscribirse
en el libro o cuenta pertinente. Surte efecto contra la sociedad y los terceros desde su
inscripción".
181
Surge del texto que para que tenga efecto la transferencia de las acciones nominativas o
escriturales es menester que se notifique a la sociedad que las emitió a los fines de su
registración.
En caso de que el cónyuge del que quiere realizar el acto de disposición negare sin
justa causa su asentimiento o estuviere ausente o imposibilitado de expresar su
voluntad, el juez podrá autorizarlo previa audiencia de las partes a tal efecto. Quien
pretende realizar el acto debe fundamentar el pedido de autorización, detallando las
182
condiciones en las que se llevará a cabo el negocio para que el juez pueda valorarlas. Y
no sólo eso, sino que también deberá acompañar pruebas (las que considere
pertinentes) en caso de oposición del otro cónyuge.
Inmueble propio asiento del hogar conyugal – se necesita el asentimiento del otro
cónyuge para disponer del inmueble propio de uno de ellos si allí está radicado el
hogar conyugal y hubiere hijos menores o incapaces.
NULIDAD DE ACTOS.
Si el acto fuera otorgado sin asentimiento o, a falta de éste, sin autorización judicial,
existen 2 posturas:
1) nulidad del acto: esta postura entiende que ese acto está viciado de nulidad
relativa, porque el cónyuge puede reclamar el asentimiento del otro. En todos
los casos, el adquirente deberá restituir el bien, sin perjuicio de que podrá
iniciar acción por daños y perjuicios contra los cónyuges, contra quien se
niegue a prestar asentimiento o contra quien sea responsable civilmente.
INDEMNIZACIÓN AL TERCERO.
Tanto en el caso de que el negocio no se concreta por falta de asentimiento, como aquel
en que, habiéndose formalizado el acto, el otro cónyuge logre después la declaración
de nulidad por haber faltado el asentimiento, el tercero (conforme al criterio
mayoritario en la doctrina) tiene derecho a reclamar una indemnización por daños y
183
perjuicios contra los cónyuges, contra quien se niegue a prestar asentimiento o
contra quien sea responsable civilmente
En términos generales, es correcto afirmar que así como las adquisiciones onerosas
hechas por cualquiera de los cónyuges durante el matrimonio se presumen
gananciales, las deudas contraídas por ellos, también durante el matrimonio, deben
reputarse cargas de la sociedad conyugal. Pero serán propias no sólo las deudas
contraídas antes del matrimonio, sino aquellas contraídas después en beneficio de
uno de los cónyuges.
Evolución legislativa.
Por su parte, en el art. 1275 el codificador estableció el conjunto de deudas que debía
satisfacer la sociedad conyugal, a las cuales denominaron “cargas de la sociedad
conyugal”, quedando las restantes en el ámbito del pasivo de cada uno de los
cónyuges.
De ahí que se pueda afirmar que el art. 1275 tiene como finalidad precisar el pasivo de
la sociedad conyugal que ella debe soportar a los efectos de, posteriormente,
establecer cuál es activo neto. Al mismo tiempo, el fin de la norma es determinar qué
deudas no deben pesar sobre la sociedad conyugal, sino sobre el haber propio de
cada uno de los cónyuges. Por tanto, en el sistema establecido por Vélez Sarsfield,
existía un pasivo común (que no era otro que el contemplado en el art. 1275) y,
además, un pasivo propio (que estaba constituido por las deudas de los cónyuges que
no se encontraban incluidas en el citado artículo).
184
LEY 11.357: en 1926 se dictó la Ley de los Derechos Civiles de la Mujer, 11357, que
a partir de sus arts. 5 y 6 produjo un cambio sustancial en la materia:
Art. 5: “Los bienes propios de la mujer y los bienes gananciales que ella adquiera
no responden por las deudas del marido, ni los bienes propios del marido y los
gananciales que él administre responden por las deudas de la mujer.
Art. 6: “Un cónyuge sólo responde con los frutos de sus bienes propios y con los
frutos de los bienes gananciales que administre, por las obligaciones contraídas por
el otro, cuando sean contraídas para atender las necesidades del hogar, para la
educación de los hijos, o para la conservación de los bienes comunes".
A nuestro juicio, si bien la reforma efectuada por esta ley posibilita la formación de 2
masas de bienes distintas, una a cargo de la mujer y otra a cargo del marido, ello no
los releva de su responsabilidad para con el pasivo de la sociedad conyugal.
La reforma de la LEY 17711: esta ley sustituyó los arts. 1276 y 1277 del C.Civ. y
derogó el art. 3 LEY 11.357.
Con la reforma ha sido eliminado el régimen anterior, que había otorgado al marido
la gestión de los bienes gananciales, a excepción de los adquiridos por su mujer por el
ejercicio de su profesión, oficio, empleo, comercio o industria honestos.
185
En lo que hace a la expresión “hijos legítimos”, consideramos que ha perdido
virtualidad, toda vez que a la luz de la reforma de la ley 23.264 se estaría refiriendo a
hijos matrimoniales y extramatrimoniales.
Por último, se encuentra incluida la obligación de dar alimentos por parte de uno de
los cónyuges a sus ascendientes.
“Los reparos y conservación en buen estado de los bienes particulares del marido o
de la mujer”.
Teniendo en cuenta que el uso y goce de los bienes propios está al alcance de ambos
esposos durante el matrimonio, el art. 1275 pone a cargo de la sociedad conyugal los
gastos necesarios para conservar en buen estado esos bienes. En ese sentido, quedan
excluidas las mejoras, que implican la incorporación de nuevos valores al bien.
Éstas constituyen las típicas deudas que contraigan los esposos. Luego de la reforma
de las leyes 11357 y 17711, no es necesario efectuar distinción entre el marido y la
mujer, pues, en principio, las deudas que contrajeran durante el matrimonio
constituyen cargas de la sociedad conyugal.
Decimos en principio, porque aquellas deudas contraídas por uno de los cónyuges
para la adquisición de un bien propio, o la redención de servidumbres sobre bienes
propios no son cargas de la sociedad conyugal, aunque si el pago se efectuó con
fondos de ella tendrán éstas un crédito por el importe que aprovechó al bien del
cónyuge.
Este inciso hace referencia a lo invertido por los padres para posibilitar el inicio de
una actividad laboral por parte de sus hijos (adquisición de una oficina,
amoblamiento de la misma, instalación de un taller, etc.).
“Lo perdido por hechos fortuitos, como lotería, juego, apuestas, etcétera”
Del mismo modo que las adquisiciones debidas al azar son gananciales, las pérdidas
debidas a las mismas causas son a cargo de la sociedad conyugal.
186
RECOMPENSAS.
Concepto: si bien el régimen de las cargas permite determinar sobre qué bienes se
liquidarán las obligaciones, puede ocurrir que, de hecho, éstas hayan sido satisfechas
con fondos o bienes propios; o a la inversa, que con fondos o bienes gananciales se
hayan pagado deudas propias, esto es, que no son a cargo de la sociedad conyugal.
En estos casos es necesario hacer una recompensa, para evitar que uno de los
cónyuges cargue exclusivamente con una deuda que debió ser coparticipada por
ambos, o que ambos soporten una deuda que debe pesar exclusivamente sobre el
cónyuge que la contrajo. Estas recompensas se liquidarán al momento de disolverse
la sociedad conyugal.
CASOS de recompensas:
4. mejoras efectuadas con fondos propios en un bien propio del otro: en este
caso no regirán las normas de la sociedad conyugal, lo que no es impedimento
para que el cónyuge que invirtió dinero propio en un bien de similar
calificación del otro, tenga derecho a reclamar la recompensa.
187
servidumbres, vuelven a establecer el dominio perfecto en el bien que es titular
el cónyuge, lo que implica un beneficio económico innegable. Cuando estas
operaciones se hubieran efectuado con fondos de carácter ganancial, respecto
de un bien propio de uno de los cónyuges, éste deberá a su consorte el
cincuenta por ciento de la suma invertida.
El principio general está establecido en el art. 5 LEY 11.357, que determina que un
cónyuge no es responsable frente a los terceros acreedores por las deudas contraídas
por el otro cónyuge.
188
Quedan comprendidos en la previsión del art. 6 de esta ley los gastos de
educación y manutención de los hijos de un matrimonio anterior de
cualquiera de los esposos. Si se trata de hijos extramatrimoniales que
conviven en el hogar de su progenitor, los gastos de manutención, educación,
asistencia, etc., integran la atención a las necesidades del hogar. Pero si no
conviven en el hogar constituido por el matrimonio de su progenitor, la
obligación alimentaria hacia ellos es propia del padre o la madre.
189
SUBSISTENCIA DEL ART. 1275.
Las cargas de la sociedad conyugal del art. 1275 están destinadas a regir en la
relación entre los esposos y dan base para realizar las operaciones de liquidación de
la sociedad conyugal. Por su parte, los arts. 5 y 6 de la LEY 11.357 no se vinculan con
el ámbito interno de la comunidad, sino con relaciones externas. Es decir, con las
relaciones que se establecen entre los cónyuges y los terceros acreedores de cada uno
de ellos.
190
UNIDAD 16 – MATRIMONIO: EFECTOS
PATRIMONIALES.
CAUSAS.
191
3) se puede solicitar la liquidación – los cónyuges pueden solicitar la liquidación
de la masa de gananciales con el fin de incorporar a su patrimonio el 50% que
les corresponda.
INDIVISIÓN POSTCOMUNITARIA.
Ahora bien, respecto de su naturaleza, no hay unidad de criterio entre los autores. Sin
perjuicio de ello, entendemos que deben distinguirse 2 situaciones totalmente
distintas: una es la que se genera en el supuesto de muerte de uno de los cónyuges, y
la otra tiene origen en las demás causales de disolución:
Gestión de los bienes – en este caso, cada uno de los cónyuges continúa
administrando sus bienes gananciales y propios, y en forma conjunta lo harán
respecto de los bienes de origen dudoso.
192
Deudas y cargas de la sociedad conyugal disuelta – en este supuesto, las deudas del
cónyuge fallecido deberán abonarse con bienes del acervo hereditario.
SUPUESTOS de disolución.
De acuerdo con el art. 30 LEY 14.394, transcurridos 5 años desde el día presuntivo de
la muerte u 80 años desde el nacimiento del ausente, queda concluida y podrá
liquidarse la sociedad conyugal.
Durante los 5 años a que hace alusión la norma, sólo el cónyuge presente podrá
pedir la disolución y liquidación de la sociedad conyugal. En tanto, habiendo
transcurrido ese período, la sociedad conyugal queda disuelta, pudiendo también
los herederos solicitar la liquidación.
193
importen un grave peligro para el otro cónyuge de perder su eventual derecho a los
gananciales.
194
Ninguno de los cónyuges estará legitimado a promover disolución de la sociedad
conyugal si medió separación de hecho de común acuerdo, también conocida como
“abandono de hecho recíproco”, pues en estos casos existe una abdicación del deber de
cohabitación aplicable a ambos.
Sistema del CCiv. – el art. 1306 disponía que el cónyuge inocente, en caso de
divorcio, tendría derecho a solicitar la separación judicial de bienes. El único
legitimado para hacerlo era el cónyuge inocente, no produciéndose de pleno derecho la
disolución de la sociedad conyugal.
El sistema adoptado tenía una íntima vinculación con el régimen del divorcio sanción,
que era el único que había admitido el código, pues se consideraba que la sanción que
había recaído sobre el culpable se hacía extensiva al régimen patrimonial.
Ley 17.711 – introdujo una modificación notable al art. 1306, que paso a decir: la
sentencia de divorcio produce la disolución de la sociedad conyugal con efecto al día
de la notificación de la demanda, quedando a salvo los derechos de terceros de
buena fe.
Ley 23.515 – introdujo una nueva reforma a este art., que en su primera parte ahora
dispone: la sentencia de separación personal o divorcio vincular produce la
disolución de la sociedad conyugal con efecto al día de la notificación de la demanda
o de la presentación conjunta de los cónyuges de buena fe, quedando a salvo los
derechos de los terceros de buena fe.
El régimen establecido a partir de la reforma de esta ley tiene una serie de caracteres:
LOS DERECHOS DE TERCEROS – el art. 1306 deja a salvo los derechos de terceros
de buena fe. La buena fe de los terceros consiste en la ignorancia de que se ha
decretado el divorcio o la separación personal y, por ende, ha quedado disuelta la
sociedad conyugal
195
¿Qué significa dejar a salvo los derechos de los terceros de buena fe? Su implicancia
es diferente según se trate de bienes registrables o no registrables:
MUERTE.
Esta causa tiene carácter lógico, por cuanto el matrimonio se disuelve por la muerte
y, como consecuencia de ello, no produce más efectos patrimoniales ni personales.
NULIDAD.
196
c. exigir la demostración de los aportes realizados por cada uno, a
efectos de dividir los bienes en proporción a aquéllos, como si se
tratara de una sociedad de hecho.
Ante esa posibilidad, el art. 1290 faculta al cónyuge sano a pedir la separación de
bienes, si no quiere mantener un estado de comunidad, que se integra con una masa
que será administrada por un extraño al matrimonio.
Tanto en el juicio donde se pide el divorcio vincular como aquel en que se solicita la
separación de bienes, así como también en el que se pide la separación personal (que
lleva implícita la separación de bienes), cualquiera de los cónyuges puede solicitar al
juez medidas de seguridad idóneas, para evitar que el otro cónyuge realice actos de
administración o disposición de bienes que puedan poner en peligro, hacer inciertos
o defraudar los derechos patrimoniales del solicitante.
El art. 233 no incluye una enumeración de cuáles son las medidas precautorias que
pueden solicitarse. En consecuencia, podrán solicitarse todas aquellas que, según el
ordenamiento procesal, sean admisibles y resulten pertinentes en este tipo de
juicios.
Objeto: el objeto de este tipo de medidas no es otro que evitar que el proceder
de uno de los cónyuges torne ilusoria la participación en los gananciales del otro.
197
Legitimación activa: en cuanto a los legitimados activos, son ambos cónyuges,
aún el demandado, porque a éste también le corresponde el 50% de los gananciales (ya
que es posible que el actor también realice actos dilapidatorios).
Sólo podrá solicitar medidas precautorias sobre bienes propios del otro cónyuge, no
invocando su calidad de socio de la sociedad conyugal, sino en carácter de acreedor
de la misma (por ejemplo, para garantizar el pago de alimentos).
Embargo – tanto sobre bienes muebles como inmuebles; incluso sobre frutos
de bienes gananciales.
198
Inhibición general de gravar o vender los bienes – procede cuando existe
desconocimiento por parte del cónyuge accionante de los bienes muebles
registrables o inmuebles de los que el otro cónyuge sea propietario.
Compulsa de libros.
Prohibición de innovar.
Anotación de la litis.
199
Sólo en casos excepcionales podrá disponerse el desplazamiento de los órganos de
administración.
FRAUDE.
- por último, puede ser entendido como la violación de la ley mediante actos
jurídicos celebrados conforme a la misma, pero con el fin de violar aquello
que se tuvo en miras al dictarla o, lisa y llanamente, su finalidad.
ACCIÓN DE FRAUDE.
De acuerdo con el art. 1276, cada cónyuge tiene amplia facultad de administración y
disposición de los bienes gananciales de su masa. De manera que, si no se trata de
los actos contemplados en el art. 1277 (actos que requieren del consentimiento de
ambos cónyuges), los actos realizados por uno de los cónyuges no pueden ser
atacados por el otro.
Conforme al art. 1298, cualquiera de los cónyuges podrá argüir de fraude cualquier
acto o contrato realizado por el otro, en conformidad con lo dispuesto respecto a los
hechos en fraude a los acreedores.
200
Sin embargo, esto no debe llevar a confusión: el cónyuge que ataca el acto del otro,
porque estuvo destinado a violar sus derechos de participación en los gananciales, no
actúa a título de acreedor. Por el contrario, lo hace a título de socio de la sociedad
conyugal, a fin de tutelar sus derechos de participación en los gananciales, los que se
efectivizarán al momento de la liquidación de la sociedad conyugal.
Esto nos permite advertir, entonces, que la noción de fraude a los acreedores no es
más que una especie dentro de una noción más amplia, esto es, la noción de fraude
genéricamente considerado.
Es decir, la noción genérica de fraude es aquella que permite atacar todos los actos
realizados con la intención de perjudicar los derechos de otros; ahora bien, si esos
actos fueron realizados para perjudicar las posibilidades de cobro de un acreedor,
entonces sí estaríamos frente a la figura del “fraude a los acreedores”.
Pero además del fraude a los acreedores puede existir fraude contra los derechos del
socio. Esto es lo que ocurre cuando los actos de un cónyuge están destinados a burlar
los derechos de participación en los gananciales del otro cónyuge, supuesto en el cual
la acción del cónyuge que ataca al otro se apoya en la noción genérica de fraude, que
abarca todos estos casos específicos.
FRAUDE Y SIMULACIÓN.
Más raros son, en la experiencia judicial, los casos de fraude que no acuden a la vía
de simulación, en los cuales el cónyuge vende bienes en la época en la que ya había
sobrevenido el conflicto matrimonial y se demuestra que no había razón para hacerlo,
o retira depósitos bancarios sin dar cuenta de su destino.
DESTRUCCIÓN INTENCIONAL.
201
perjudicado le corresponde una acción por daños y perjuicios, derivada de ese ánimo
de defraudar con que se realizó dicho acto.
ALCANCE DE LA SENTENCIA.
Si se apeló a la vía de simulación para actuar en fraude a los derechos del cónyuge
actor, la sentencia que acoge la demanda declarará el acto como no real y, en
consecuencia, el bien se reintegrará a la masa ganancial de la que hubiera salido.
202
Formas de realizarla – la liquidación puede hacerse:
también es posible que las partes, habiendo realizado un acuerdo que zanja sus
diferencias e incluye la partición, es decir, la forma en que se repartirán los
bienes, firmen un acuerdo privado, el que deberán presentar ante el juez para
que lo homologue. Esta forma de liquidación se conoce como MIXTA.
ADMINISTRACIÓN.
SUBROGACIÓN REAL.
Sigue rigiendo, hasta la partición, el principio de subrogación real. Por tal motivo, si
un bien ganancial es reemplazado por otro bien (sea por permuta o por la venta de
aquél, utilizando el dinero de la venta para la compra del nuevo bien), este será
ganancial.
Principio de división por partes iguales – el eje central sobre el que gira el
régimen de liquidación de la sociedad conyugal es el art. 1315.
203
Lo que dispone el art. es la división en partes iguales de los bienes gananciales,
independientemente de los aportes realizados y aún cuando alguno de los cónyuges
no hubiera llevado bienes a la sociedad.
Lo normado en este art. no es de orden público, por lo que nada impide que las
partes puedan convenir algo distinto, recibiendo en proporciones desiguales o,
incluso, renunciando a su parte en los gananciales.
SEPARACIÓN DE HECHO.
El art. 1306, 3° párr. contempla una excepción al principio de división por partes
iguales, en el caso de separación de hecho, cuando mediare culpa de uno de los
cónyuges. En efecto, producida la separación de hecho, el culpable de ella no tendrá
derecho de participar, al momento de la liquidación, de los bienes gananciales que
aumentaron el patrimonio del no culpable con posterioridad a la separación (art.
1306).
De manera que, en la partición, el inocente tomará el 50% del saldo líquido activo de la
masa ganancial del culpable, calculada hasta el momento en que se produzca la
disolución de la sociedad conyugal; en cambio, el culpable no participará en los
nuevos bienes del inocente.
CONVENIOS DE LIQUIDACIÓN.
204
En concordancia con ello, pueden presentar, juntamente con la demanda, el proyecto
de distribución o partición al que han arribado.
El art. 236 dispone, al respecto, lo siguiente: “En los casos de los arts. 205 y 215 la
demanda conjunta podrá contener acuerdos sobre los siguientes aspectos: (…)
También las partes podrán realizar los acuerdos que consideren convenientes acerca
de los bienes de la sociedad conyugal. A falta de acuerdo, la liquidación de la misma
tramitará por vía sumaria”.
De lo contrario, el juez debe respetar la voluntad de las partes aún en caso de que no
exista una distribución equitativa de los bienes, toda vez que la mayor cantidad
asignada a uno de los cónyuges se constituya como un medio de recompensar
situaciones económicas que no habían sido resueltas con anterioridad o constituyan
indemnizaciones no designadas con la calidad de tal, por daños y perjuicios
provocados por la ruptura de la convivencia.
ACTUALIZACIÓN DE RECOMPENSAS.
El art. 1316 bis, incorporado por la LEY 17.711, prevé que los créditos de los cónyuges
contra la sociedad conyugal al tiempo de su disolución, se determinará
reajustándolos equitativamente, teniendo en cuenta la fecha en que se hizo la
inversión y las circunstancias del caso.
205
Entonces, para determinar el valor de la recompensa habrá que tener en cuenta la
fecha en que se realizó la inversión, reajustando su valor en forma equitativa,
teniendo en cuenta las circunstancias del caso y NO el valor al momento de
practicarse la liquidación.
ALIMENTOS.
El art. 1306 2° párr. dispone que los alimentos que pasó uno de los cónyuges al otro
durante el trámite del juicio se imputará en la separación de bienes en la parte que
corresponde al alimentado, a menos que el juez, fundándose en motivos de equidad
derivados de las circunstancias del caso, dispusiera hacerlos pesar sobre el
alimentante.
La reforma introducida por la LEY 23.515 al art. 198 (que consagra la obligación
alimentaria recíproca entre los cónyuges), en principio, no permite inferir que el
legislador ha considerado lisa y llanamente a los alimentos como un anticipo de
gananciales, sino que ha dado una solución práctica para aquellos supuestos en que sea
posible, en virtud del haber ganancial del cónyuge alimentado, soportar los alimentos
provisionales como un adelanto de los gananciales.
206
El inventario se practicará con citación de los cónyuges y de los acreedores cuyos
créditos sean ciertos. Tras su presentación en autos, se dará vista a las partes, quienes
podrán observar la pericia, peticionando la inclusión o exclusión de bienes. Estas
cuestiones tramitarán por vía de incidente.
PARTICIÓN.
los cónyuges.
sus herederos.
207
judicial – en el supuesto de que no hubiera acuerdo de las partes, o cuando
hubiera fallecido uno de los cónyuges o se hubiera declarado su ausencia con
presunción de fallecimiento, la partición debe ser judicial, siempre y cuando:
208
Modo de la partición – los bienes gananciales de la sociedad conyugal se
repartirán en partes iguales entre marido y mujer, o sus herederos, sin consideración
alguna del capital propio de los cónyuges, y aunque alguno de ellos no hubiera
traído nada al matrimonio.
BIENES INDIVISIBLES.
209
FORMACIÓN DE HIJUELAS.
Como hemos dicho en párrafos anteriores, el art. 1315 (que establece la división de los
bienes gananciales en partes iguales) no es de orden público y, por ende, nada impide
que las partes puedan convenir algo diferente. Ello, porque tras la disolución de la
sociedad conyugal los esposos recuperan la capacidad de disposición para negociar
entre sí los bienes gananciales, pudiendo incluso renunciarlos.
Incluso podrán compensar con fondos propios los valores que se adjudican entre sí.
Es, por ejemplo, el caso de la mujer inocente del divorcio que conserva, entonces, derecho
alimentario frente al esposo quien, por su situación económica, no se encuentra en condiciones
de pasarle alimentos que le permitan continuar viviendo en un inmueble de comodidad similar a
la que hasta ese momento ocupa. Sería abusivo de parte del marido pretender la liquidación del
inmueble donde vive su esposa, pues se configuraría como un método para tornar imposible, en
el futuro, el cumplimiento de su obligación alimentaria, en el rubro vivienda.
El art. 211 dispone que, en iguales circunstancias que las descriptas en el caso
anterior, el juez que entendió en la separación personal o divorcio podrá imponer
una locación a favor del cónyuge que está ocupando el inmueble del otro, fijando el
canon que aquél pagará al propietario y el plazo de duración de aquélla. Esta
locación podrá cesar por decisión del juez, si entendiera que han desaparecido las
circunstancias que la motivaron.
El art. 1304 CCiv. dispone que la separación judicial de bienes puede cesar por
voluntad de los cónyuges, si lo formalizaran en escritura pública, o si el juez lo
decretara a petición de ambos. En este caso, los bienes se restituyen al estado anterior
a la separación, como si ésta no hubiese existido.
210
Entendemos que la reconciliación restablece de pleno derecho la sociedad conyugal
para el futuro, pero los bienes que con anterioridad fueron liquidados y
particionados quedarán en el patrimonio de cada uno de los cónyuges como propios,
salvo que, mediante el acto previsto en el art. 1304, se haga cesar la separación
también para el pasado. Caso contrario, no podrán alterarse las relaciones de
titularidad que ha creado la liquidación.
211
Como se advierte, es posible que el bígamo vea reducido su derecho de participación
en los bienes gananciales de la segunda unión a una suma muy pequeña. Pero ello
como sanción frente a su conducta de contraer nuevo matrimonio estando aún casado.
212
UNIDAD 17 – MATRIMONIO: DISOLUCIÓN DEL
VÍNCULO.
CONCEPTO.
MUERTE.
213
judicial de los bienes del matrimonio, determinando en éste los bienes que
corresponden a los hijos, bajo pena de no tener el usufructo sobre tales
bienes. Esta norma prácticamente no se utiliza, no se conoce que se le de
cumplimiento en la práctica.
Uso del apellido del marido por parte de la viuda – la viuda puede optar entre
seguir usando el apellido del marido, como así también decidir dejar de
hacerlo. Si contrajera nuevas nupcias perderá el apellido de su anterior
cónyuge.
La LEY 20.798 incorporó el art. 3573 bis, que dispone: “Si a la muerte del causante éste
dejare un solo inmueble habitable como integrante del haber hereditario y que hubiera
constituido el hogar conyugal, cuya estimación no sobrepasare el indicado como límite máximo
a las viviendas para ser declaradas como bien de familia, y concurrieren otras personas con
vocación hereditaria o como legatario, el cónyuge supérstite tendrá derecho real de habitación en
forma vitalicia y gratuita. Este derecho se perderá si el cónyuge supérstite contrajere nuevas
nupcias”.
214
1) integración del acervo hereditario por un solo inmueble habitable – ello no
significa que en el haber hereditario no pueda haber otros muebles e inmuebles
no habitables. En efecto, la exigencia de este art. es que el causante deje un
solo inmueble habitable, y no que el acervo esté constituido por un solo
inmueble
3) que el inmueble haya sido sede del hogar conyugal – esta exigencia debe estar
cumplida al momento de producirse la muerte del causante
4) el valor del inmueble no debe exceder el límite máximo fijado para poder
constituir un inmueble como bien de familia – el valor deberá computarse a la
época de la muerte del causante; el monto para establecer un inmueble como
bien de familia será el vigente en el mismo tiempo
215
Supuestos en que hay desistimiento tácito del derecho de habitación del
cónyuge – existen determinados comportamientos que hacen presumir la intención de
no querer hacer uso del derecho que confiere el art. 3573 bis:
- entrega del bien inmueble sede del hogar conyugal que fue legado a un
tercero.
Este régimen sufrió una modificación sustancial a partir de la reforma de la LEY 14.394,
que en su art. 31 admitió las nuevas nupcias del cónyuge presente, pero
estableciendo que el matrimonio se disuelve en el mismo momento en que se
contraen las nuevas nupcias.
Asimismo, nuestra legislación determina que las nupcias subsisten aún en caso de
reaparición del ausente. Sin embargo, si el ausente probara que los requisitos de la
declaración de su fallecimiento fueron falsamente invocados, conociendo –o
debiendo conocer– su cónyuge que él vivía, podría demandar la nulidad del
matrimonio. Bien se ha dicho que, en este caso, la dispensa del impedimento de
ligamen es falsa, ya que la misma ha sido obtenida maliciosamente.
216
disuelto recién cuando el cónyuge supérstite contraiga nuevas nupcias. Es
decir, la sentencia no disuelve el matrimonio, sino que hace cesar el
impedimento de ligamen, devolviendo al cónyuge supérstite su aptitud
nupcial.
El Código Civil.
Con la sanción del CCiv., Vélez precisó en el art. 198: “El divorcio que este Código
autoriza consiste únicamente en la separación personal de los esposos, sin que sea disuelto el
vínculo matrimonial”.
Para los matrimonios celebrados sin autorización de la Iglesia católica, el art. 204
sólo admitía 3 causas de divorcio:
1) adulterio.
2) tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro.
3) ofensas físicas o malos tratos.
La LEY 2.393.
Esta ley, cuando legisló el divorcio, mantuvo el carácter indisoluble del matrimonio,
no importando la ruptura del vínculo, y el régimen de divorcio sanción, aunque
ampliando las causales:
217
2) las sevicias.
3) las injurias graves.
4) el abandono voluntario y malicioso.
LEY 14.394.
El art. 31 de esta ley incorporó por primera vez el divorcio vincular en nuestra
legislación. El art. en cuestión establecía: “…También transcurrido un año de la sentencia
que declaró el divorcio, cualquiera de los cónyuges podrá presentarse al juez que la dictó
pidiendo que se declare disuelto el vínculo matrimonial, si con anterioridad, ambos cónyuges no
hubiesen manifestado por escrito al juzgado que se han reconciliado. El juez hará la declaración
sin más trámite, ajustándose a las constancias de autos. Esta declaración autoriza a ambos
cónyuges a contraer nuevas nupcias. Cuando se divorcio se hubiere declarado con anterioridad a
esta ley, el derecho a que se refiere el apartado precedente habrá de hacerse valer a partir de los
noventa días de la vigencia de la misma y siempre que hubiere transcurrido un año desde la
sentencia”.
De esta forma, varió el concepto de la voz divorcio, que pasó a significar disolución
del vínculo dispuesta por el juez competente.
Como se advierte, la ley exigía como paso previo la separación de cuerpos, y recién
transcurrido un año de la sentencia que la había decretado, cualquiera de los
cónyuges podía peticionar al juez el divorcio vincular, siempre que no hubiera
mediado reconciliación manifestada por escrito ante el juez interviniente.
DEC.LEY4070/1956.
218
LEY 17.711.
Esta ley vino a modificar la LEY 2.393, introduciendo el art. 67 bis, que reguló el
divorcio por presentación conjunta: “Transcurridos dos años del matrimonio, los
cónyuges, en presentación conjunta, podrán manifestar al juez competente que existen causas
graves que hacen moralmente imposible la vida en común y pedir su separación personal. El
juez llamará a una audiencia para oír a las partes y procurará conciliarlas. Las manifestaciones
vertidas en ella por las partes tendrán carácter reservado y no constarán en el acto. Si los
cónyuges no comparecieren personalmente el pedido no tendrá efecto alguno.
Fracasada la conciliación se convocará a otra audiencia dentro de un plazo no menor de dos
meses ni mayor de tres. Si también ésta resultare estéril, porque no se logra el avenimiento, el
juez decretará su separación personal cuando, según su ciencia y conciencia, los motivos
aducidos por las partes sean suficientemente graves. La sentencia se limitará a expresar que
dichos motivos hacen moralmente imposible la vida en común, evitando indicar cuáles son los
hechos aducidos. Esta decisión tendrá los mismos efectos que el divorcio por culpa de ambos,
pero sea en el escrito inicial o en las audiencias posteriores, los cónyuges podrán dejar a salvo el
derecho de uno de ellos a recibir alimentos.
Si no hubiere acuerdo sobre la liquidación de la sociedad conyugal, ésta se tramitará por vía
sumaria.
La decisión judicial determinará, a instancia de parte, cuál de los dos cónyuges quedará al
cuidado de los hijos, para lo cual tendrá en cuenta lo que ellos acuerden, si el interés superior de
los menores no aconsejare otra solución. En cualquier caso, podrá modificarse ulteriormente lo
resuelto, según lo aconsejen las circunstancias”.
LEY 23.515.
219
En cambio, en la legislación actual, lo emblemático es el divorcio vincular, al que se
puede acceder directamente o por conversión de la separación personal y, además, es
de orden público e irrenunciable por los cónyuges.
220
UNIDAD 18 – MATRIMONIO. SEPARACIÓN
PERSONAL Y DIVORCIO VINCULAR.
La voz divorcio deriva del latín divortium, y ha tenido a través de la historia del
derecho de familia diversas acepciones.
2) divorcio como ruptura del vínculo matrimonial mediante una sentencia que
pone fin al matrimonio entre un varón y una mujer: a partir de la vigencia de
la ley 23515, frente al conflicto matrimonial se prevén 2 posibles soluciones:
a) la separación personal, explicada en párrafos anteriores;
b) el divorcio vínculo vincular, que disuelve el vínculo y rehabilita la
aptitud nupcial.
221
pruebe la culpa de uno o ambos cónyuges. Por esa razón, el divorcio
implicaría una SANCIÓN contra el culpable.
Frente a esta concepción, el derecho liberal moderno plantea la cuestión del divorcio
por mutuo consentimiento de los esposos. Esto no significa que responda a una visión
contractualista del matrimonio, sino que se busca darle una mejor solución al conflicto
matrimonial, que no siempre tenía origen en las causales enumeradas por la ley. En
efecto, el conflicto matrimonial no nace necesariamente de la comisión de hechos
ilícitos tipificados a priori por la ley: la vida es mucho más compleja.
El mutuo consentimiento se abre paso, entonces, para resolver aquellos casos en que
los cónyuges son plenamente conscientes de que seguir unidos es peor que
separarse o divorciarse.
LEY 17.711 – como adelantáramos, la ley 2.393 sostenía el principio del divorcio
como sanción. Esta concepción fue morigerada por la ley 17.711, que en el art. 67 bis
permitió a los cónyuges pedir la separación por medio de presentación conjunta ante
el juez, limitándose a señalar la existencia de causas graves que hacen moralmente
imposible la vida en común.
222
LEY 23.515 – esta ley, al reglamentar las causales de separación personal y divorcio
vincular, conserva la concepción del divorcio-sanción por causales atribuibles a uno
o ambos cónyuges. Pero además, acepta la perspectiva del divorcio-remedio, por lo
que admite la posibilidad del divorcio por presentación conjunta, amen de
incorporar otras situaciones objetivas que denotan la imposibilidad de mantener la
convivencia, sin necesidad de atribuir culpa a ninguno de los cónyuges (ejemplo:
separación de hecho sin voluntad de unirse, alteraciones mentales graves de carácter
permanente, alcoholismo, drogadicción).
CULPABILIDAD. Concepto.
Hay que tener en cuenta, además, que el proceso de divorcio tradicional exige la
puesta en marcha de modos de comunicación que constituyen una prolongación del
conflicto e incluso, en muchas ocasiones, lo agravan. Esto ocurre porque, desde la
perspectiva del divorcio-sanción, basado en la atribución de culpa a uno de los
cónyuges, el proceso exige controvertir las causas del conflicto, probar los agravios,
demostrar la inconducta.
DERECHO CANÓNICO.
En el art. 198 precisó que "el divorcio que este Código autoriza consiste únicamente
en la separación personal de los esposos, sin que sea disuelto el vínculo
matrimonial".
223
2. Divorcio o separación. Personal contenciosa. Concepto. Causales. Análisis de la
LEY 23.515. Causales objetivas y causales subjetivas: concepto, enunciación legal.
1. ADULTERIO.
Dos son los criterios que se han adoptado para conceptualizar el adulterio:
- Para que se configurara el delito para el varón, era menester que mantuviera
una relación estable con otra mujer, ya fuera o dentro del hogar.
- En cambio, para la mujer el tipo penal se cumplía cuando ésta tuviera una
relación sexual, aun ocasional, con otro hombre que no fuera el marido.
a) Material: debe mediar cópula carnal con persona del otro sexo que no sea el
cónyuge. La relación sexual que tipifica el adulterio es la de un cónyuge con un
224
tercero ajeno al matrimonio, de modo humano, aun cuando no se produzca la
inmisión del semen en la mujer.
b) Subjetivo: el adulterio, para ser considerado acto ilícito y, por ende, causal de
divorcio, requiere que el cónyuge sea imputable, es decir, que tenga pleno
conocimiento y libertad al momento de realizar el acto.
La prueba directa de este obrar ilícito se puede obtener en contadas ocasiones. Por
ello la jurisprudencia y la doctrina son contestes en admitir su acreditación por
presunciones graves, precisas y concordantes, entre las cuales podemos nombrar:
El concepto y alcance de la tentativa, no puede ser otro que el adoptado por nuestro
régimen penal. Por ese motivo, consiste en el comienzo de ejecución de un delito
determinado (en este caso, del delito de homicidio).
En este supuesto, como la calificación de la tentativa por el juez del divorcio no está
sujeta a previo juzgamiento en sede penal, se ha planteado si los actos preparatorios
(que no constituyen tentativa desde el punto de vista penal) pueden ser
considerados como tentativa a los efectos del divorcio.
225
Consideramos que ello es improcedente, toda vez que se ha adoptado un criterio
unívoco respecto de la tentativa (el criterio proveniente del derecho penal), por lo que
no podemos incurrir en la ambigüedad de tener para tan delicada cuestión dos criterios
distintos (PERRINO).
No obstante, nos parece adecuado considerar que aún cuando los actos preparatorios
no lleguen al grado de tentativa (y no se constituya la causal en estudio), tales actos
pueden incluirse dentro de la causal “injurias graves”.
El antecedente de esta figura es el art. 67 inc. 3 ley 2393, que establecía como
causal de divorcio "la provocación de uno de los cónyuges al otro a cometer
adulterio u otros delitos".
El inc. 3 del art. 202 establece: "La instigación de uno de los cónyuges al otro a
cometer delitos". El nuevo texto ha suplantado el término “provocación” por
“instigación”. La utilización de este término ha generado discrepancias acerca
de si solamente se encuentran comprendidos los delitos penales o también
están incluidos los delitos civiles. Consideramos (PERRINO) que ha limitado
los alcances de la causal a la instigación de delitos penales.
Elementos de la figura:
226
b) Instigación incumplida: respecto de la causal en estudio, sólo alcanza con el
proceder ilícito del cónyuge instigador, aunque el instigado no haya
cometido el delito o dado comienzo al mismo. Esto es así porque el hecho del
cónyuge instigador (en esta causal) queda tipificado aún cuando el instigado
haya rechazado la conducta delictiva que se le proponía.
4. INJURIAS GRAVES.
La injuria grave es toda acción en forma verbal, escrita o de hecho u omisión, dolosa
o culposa, que constituya una ofensa o ultraje de un cónyuge al otro e importe para
éste un vejamen o menoscabo para su honor, dignidad y reputación, hiriendo su
justa sensibilidad y que por su gravedad le ocasione la imposibilidad legítima de
continuar la vida conyugal.
Caracteres:
BASTA UN SOLO HECHO INJURIOSO: el inc. 4 del art. 202 alude a "injurias
graves", por lo que cabría interpretar que un solo episodio no es suficiente para que se
tipifique la figura y proceda la acción de separación personal o divorcio vincular. Sin
embargo, los autores y la jurisprudencia han sostenido que la injuria puede quedar
constituida por un solo hecho que, por su gravedad, posibilite prescindir de la
reiteración.
1. Agresiones físicas al otro cónyuge: la ley 2.393 consideraba las agresiones físicas
como causal autónoma, bajo la denominación de "malos tratos"; esta causal fue
eliminada por la ley 23.515, quedando subsumida en la causal de injurias graves.
227
3. Infidelidad moral: todos aquellos actos de infidelidad que no constituyan
adulterio quedan comprendidos en esta figura.
6. Falta de aseo: para configurar injuria grave debe ser en forma habitual, violando
normas elementales de higiene persona.
12. Celos: los celos de un cónyuge para con el otro, cuando generan constantes
escándalos de violencia y han provocado alteraciones en el normal
desenvolvimiento de la profesión del otro cónyuge, pueden considerarse como
injuria grave.
228
toda violación grave o reiterada de los deberes matrimoniales imputable al otro
cónyuge y, en tal sentido, las demás causales enumeradas en el art. 202 implican,
además, y siempre, una injuria al cónyuge que la sufre (pero han sido reguladas
como causales autónomas).
229
Convocatoria a las fuerzas armadas: en caso de guerra, si alguno de los
cónyuges es convocado para la defensa del país, no se configura esta causal,
pues existe abandono pero no es voluntario ni malicioso.
CAUSALES OBJETIVAS: las causales objetivas son 3: presentación conjunta (arts. 205
y 215); separación de hecho sin voluntad de unirse (arts. 204 y 214 inc. 2); alteraciones
(art. 203).
230
La separación de los cónyuges sin voluntad de unirse puede deberse tanto al abandono
de hecho del hogar por parte de uno de ellos, o a la decisión común de vivir en
adelante separados, etc. En todos los casos, la interrupción de la cohabitación durante
un lapso prolongado constituye la revelación más evidente de que el matrimonio ha
fracasado. Es por eso que la separación de hecho se erige en un supuesto objetivo, y
no requiere el análisis de los hechos o las causas que llevaron a los cónyuges a
interrumpir la convivencia. Se limita a constatar el hecho objetivo de que dejaron de
cohabitar y que cada cual continuó la vida separadamente del otro.
Vencimiento del plazo legal: respecto al plazo, la ley no determina si los 2/3 años que
se exigen deben estar vencidos al momento de interponer la demanda o si ese lapso
puede cumplirse durante la tramitación del juicio. La jurisprudencia francesa exige
que el plazo esté cumplido; nosotros adherimos a esta postura (ZANNONI).
Esta alegación de culpa del otro cónyuge la puede hacer tanto el actor como el
demandado. El primero la hará en el escrito de interposición de demanda; el
demandado, por su parte, tendrá su oportunidad al momento de la contestación de la
demanda. Por esta circunstancia, muchos se refieren a esta causal como “objetivo-
subjetiva”, teniendo en cuenta que permite la incorporación de la culpa.
Esta causal importa lisa y llanamente una dispensa al deber de asistencia que
consagra el art. 198 como obligación mutua de los esposos.
231
Adicción a las drogas.
En todos los casos, deben provocar trastornos que impidan la vida en común, o la del
cónyuge enfermo con sus hijos.
Requisitos:
3) Debe impedir la vida en común o la del cónyuge enfermo con sus hijos: esto
significa que la vida en común se torne un riesgo para sí o para los demás
integrantes de la familia. Este último recaudo es sumamente importante y
debe ser ponderado adecuadamente por el juez.
232
situaciones hacen imposible la vida en común o la del cónyuge con los hijos,
entonces se configura la causal contemplada en el art. 203.
Concepto:
En ambos casos, los cónyuges podrán manifestar al juez que EXISTEN CAUSAS
GRAVES QUE HACEN MORALMENTE IMPOSIBLE LA VIDA EN COMÚN y
peticionar, según sea el caso, su separación personal o divorcio vincular.
Requisitos de procedencia:
1. Transcurso del plazo: el art. 205 exige que hayan transcurrido como mínimo 2
años desde la celebración del matrimonio, y el art. 215 requiere para el
divorcio vincular, por el mismo régimen, un plazo de tres años.
233
2. Presentación conjunta: el proceso debe ser promovido, según lo establece la
normativa antes transcripta, conforme a una presentación conjunta de ambos
cónyuges.
En disidencia con esta doctrina, se ha sostenido que para mejor protección de los
intereses de las partes, es conveniente el patrocinio letrado individual toda vez que
además la presentación conjunta no implica que no existan conflictos en otros rubros
Que el juez oiga a las partes: los esposos deben exponer ante el juez
cuáles son las causas graves que hacen moralmente imposible la vida en
común y que invocaron en el escrito de inicio, sin describirlas.
234
Procurar la conciliación: es decir, que luego de escuchar las causas graves
que hacen moralmente imposible la vida en común, el juez debe intentar
reconciliar a las partes, con el fin de que reanuden su vida matrimonial.
8. Supuesto en que el juez estimara que las causas expuestas por las partes no
fueren graves y no tornan moralmente imposible la vida en común: si en la
primera audiencia el juez considera que las razones invocadas por las partes no
revisten el carácter de "causas graves" que hagan moralmente imposible la vida
en común, está facultado para desestimar la pretensión y ordenar el archivo de
las actuaciones.
9. Segunda audiencia: tiene como objeto escuchar de las partes si han arribado a
una reconciliación. Esta segunda audiencia es de naturaleza totalmente
diferente a la primera, estando limitado el juez a escuchar si las partes se
reconciliaron o no, careciendo de facultades para instar nuevamente a una
reconciliación
235
EFECTOS DE LA SENTENCIA: la sentencia, si admite la separación personal o el
divorcio vincular, emplazará a los cónyuges en el nuevo estado de familia, de
separados personalmente o divorciados.
El juez podrá objetar una o más estipulaciones de los acuerdos celebrados cuando, a su
criterio, ellas afectaren gravemente los intereses de una de las partes o el bienestar de
los hijos
El art. 232 del C.Civ. establece que en los juicios de separación personal o divorcio
vincular no será suficiente la prueba confesional ni el reconocimiento. No obstante
esta disposición, existe una excepción: precisamente, en el caso de separación
personal o divorcio vincular demandados por existir separación de hecho sin
voluntad de unirse.
236
En estas hipótesis, si el demandado reconoce, a través del allanamiento a la demanda,
la existencia de la separación durante el lapso previsto por la ley, tal reconocimiento es
suficiente para que el juez tenga por acreditada la causal invocada.
Juez competente.
El art. 227 dispone que las acciones de separación personal y divorcio vincular
deberán intentarse ante el juez del último domicilio conyugal efectivo, o ante el
domicilio del cónyuge demandado. La ley otorga la opción a favor del cónyuge actor.
Juicio ordinario.
El juicio de separación personal o de divorcio vincular debe tramitar por vía ordinaria,
ya que no tiene señalada otra vía procesal.
Acumulación de procesos.
Es posible que, en la misma época, cada cónyuge haya demandado al otro por
separación o divorcio. Como debe recaer una sola sentencia, pues se persigue el mismo
objeto (la modificación del estado de familia), corresponde acumular los procesos.
Cuestiones conexas.
En este caso, estamos en presencia de las cuestiones previstas por el art. 231:
- alimentos.
- régimen de visitas.
237
cónyuges durante el juicio, tenencia de hijos, alimentos que se solicitan, etc. son de
competencia del juez que entiende en él.
Improrrogabilidad de la competencia.
Caducidad de la acción.
Reconvención: efectos.
CUESTIONES CONEXAS.
ATRIBUCIÓN DE VIVIENDA.
238
El art. 231 comienza diciendo que, deducida la acción de separación personal o
divorcio vincular, o antes de ella en los casos urgentes, el juez podrá decidir si
alguno de los cónyuges debe retirarse del hogar conyugal o ser reintegrado a él. Es
decir que la atribución de la vivienda que fue hogar conyugal puede importar el retiro
de uno de los cónyuges (exclusión), o bien, el reintegro al hogar del cónyuge
peticionante, si se acredita que tuvo razones para dejarlo en vísperas de la promoción
de la demanda.
El criterio judicial para disponer el retiro o el reintegro, según sea el caso, ha sido
objeto de una larga elaboración jurisprudencial, en la cual se tiene en cuenta:
El art. 231 también establece que el juez deberá decidir a quién corresponde la
guarda de los hijos.
Si los padres han presentado un acuerdo en el cual eligen quién se hará cargo de la
guarda de los hijos y, además, establecen el régimen de visitas, el juez podrá
homologarlo sin más, salvo que advierta que el mismo genera un evidente perjuicio
para el menor. De no mediar convenio, la cuestión es resuelta directamente por el juez.
239
Además, suelde distinguirse entre tenencia provisional y tenencia definitiva. Sin
embargo, en ambos casos debe tenerse en cuenta, primordialmente, el interés de los
hijos, su conveniencia y bienestar.
Aún cuando se otorgue la tenencia a uno de los cónyuges, eso no implica la pérdida del
derecho de contralor sobre la conducta y educación de los hijos por parte del otro.
Al igual que en los supuestos anteriores, el art. 231 determina que corresponde al juez
disponer la fijación de los alimentos que deban prestarse al cónyuge que
corresponda y a los hijos, así como las expensas necesarias para el juicio.
las tareas realizadas hasta ese momento por cada uno de los cónyuges.
La norma también hace referencia a las expensas necesarias para el juicio de divorcio
o separación.
240
Como característica particular, el art. 231 2° párr. establece que en el ejercicio de la
acción por alimentos no podrá discutirse la validez legal del título o vínculo que se
invoca (para que un matrimonio sea declarado nulo es necesaria una sentencia en tal
sentido, dictada en un proceso promovido por parte legitimada para hacerlo).
La LEY 2.393 y el C.Civ, art. 1295, previeron las medidas precautorias de orden
patrimonial a favor de la mujer, debido a que el marido era el administrador
legítimo de la sociedad conyugal e, incluso, de los bienes de ella.
Con la reforma de la LEY 17.711, la doctrina concordó que las medidas precautorias
de orden patrimonial proceden a petición de cualquiera de los cónyuges respecto de
bienes que administra el otro.
El nuevo art. 233 enumera las medidas precautorias autorizadas, que serán todas
aquellas que el juez considere idóneas para evitar que la gestión de uno de los
cónyuges pueda poner en peligro, hacer inciertos o defraudar los derechos del otro. La
norma habla, genéricamente, de “medidas precautorias”, sin realizar enumeración
alguna. De ahí que sean oponibles todas aquellas que, sin afectar indebidamente
intereses legítimos del otro cónyuge y de terceros, se encaminen a preservar la
intangibilidad del patrimonio ganancial que aquél administra.
241
7. EFECTOS COMUNES de la separación personal y el divorcio vincular: domicilio,
tenencia de hijos, régimen de visitas, alimentos, protección de la vivienda,
donaciones, daños y perjuicios.
Los cónyuges, una vez separados por sentencia firme, pueden fijar cada uno su propio
domicilio o residencia. Ahora bien, si el cónyuge tuviera hijos de ambos a su cargo,
se aplicarán las disposiciones de la patria potestad (art. 264 y ss).
DEBER DE FIDELIDAD.
El 2° párr. art. 236 dispone que los hijos menores de 5 años quedarán a cargo de la
madre, salvo causas graves que afecten el interés del menor. Esta preferencia es
razonable dentro del contexto social y familiar en el que vivimos. Es ella la que,
generalmente, toma a su cargo el cuidado de los niños.
Los mayores de edad, a falta de acuerdo entre sus progenitores, quedarán a cargo de
aquél a quien el juez considere más idóneo, aunque ambos cónyuges seguirán sujetos
a todas las cargas y obligaciones respecto de sus hijos.
En todos los casos, el juez debe valorar el interés de los menores por sobre el
eventual interés contradictorio que pueda existir entre sus padres al disputarse el
derecho a conservar/adquirir la guarda de sus hijos.
RÉGIMEN DE VISITAS.
Para asegurar al progenitor que no obtuvo la guarda de los hijos las condiciones
adecuadas para ejercer el control sobre la educación, formación y asistencia material y
242
moral de sus hijos, amén del imprescindible contacto afectuoso que éstos requieren de
ambos padres, se confiere el derecho de visitas.
No es conveniente que los encuentros entre el padre y los hijos se lleven a cabo en el
mismo domicilio en que éstos conviven con el que conserva la guarda, porque ello
puede derivar en situaciones de tensión. Pero puede ser que durante los primeros
meses los hijos se nieguen a abandonar el lugar en el que viven, en cuyo caso se podrá
determinar que el padre los visite en esa misma casa, pero reservándose un lugar
específico para afianzar sus vínculos.
Las visitas pueden ser suspendidas si no son contestes con el interés de los menores.
Esta medida debe aplicarse en forma restrictiva, porque importa impedir, tanto al
padre como a la madre, el ejercicio del control sobre la formación y educación de los
hijos, y privar a éstos del afecto y el trato de uno de sus progenitores. Por ese motivo,
la suspensión o restricción de las visitas deberá ordenarse cuando se traduzca en un
perjuicio para el menor, porque ese progenitor carece de aptitudes morales o porque,
de algún modo, la visita no hace bien al desarrollo psicológico del hijo.
Cuando el progenitor no satisface la prestación alimentaria suele imponerse como
sanción la suspensión de las visitas, hasta tanto cumpla su obligación en debida
forma.
ALIMENTOS.
Este art. coloca a ambos cónyuges en una situación jurídica de igualdad (la LEY 2.393
preveía el derecho alimentario a favor de la esposa no culpable, partiendo del principio
de que era el marido quien, durante el matrimonio, aportaba los recursos necesarios)
que, en lo formal, deriva del deber de asistencia y alimentos.
243
Además, la norma determina que el cónyuge culpable deberá contribuir a mantener
el nivel económico del que gozaron ambos durante el matrimonio. Para determinar
ese monto, el juez considerará:
Esta disposición fija los límites al deber asistencial (alimentario) cuando la separación
personal o el divorcio se decretan por causas que no implican la culpabilidad de
ninguno de los cónyuges.
244
Como se puede apreciar, ambas normas comparten 2 causales: concubinato e injurias
graves.
Caso del concubinato: esta causal es tenida por una cuestión de carácter ético,
en el sentido de que parece excesivo obligar al cónyuge separado a continuar
prestando alimentos a quien, a través de un concubinato, convive maritalmente de
hecho con otra persona.
PROTECCIÓN DE LA VIVIENDA.
El art. 211 es una norma que protege la posibilidad de que el cónyuge inocente (art.
202) o el cónyuge enfermo (art. 203) puedan continuar ocupando el inmueble que
fuera asiento del hogar conyugal, y que fuera habitado por ellos durante el juicio de
separación personal o divorcio vincular, manteniéndose la situación de hecho
existente al tiempo de la sentencia.
Esta protección, que significa oponerse a la liquidación del inmueble (si es ganancial) o
a la libre disponibilidad del cónyuge titular (si es propio de éste) requiere, además de
que el cónyuge que la invoca no haya dado causa al divorcio, que la liquidación del
inmueble ganancial o la desocupación del inmueble propio del otro cónyuge le causen
grave perjuicio.
DONACIONES.
245
Esta posibilidad de revocación solamente procede cuando el cónyuge no ha sido
culpable de la separación personal o divorcio vincular; y no tendrá lugar si demandó
separación personal en los supuestos de los arts. 203 y 204.
DAÑOS Y PERJUICIOS.
Por aplicación extensiva de las normas que prevén el resarcimiento de los daños y
perjuicios causados al contrayente de buena fe en un matrimonio anulado, la
doctrina mayoritaria sostiene que cuando el divorcio o la separación personal se
decretan por culpa de uno de los cónyuges, éste deberá resarcir al otro por los daños
y perjuicios sufridos.
2. los daños que son consecuencia de los hechos que lo determinan, es decir,
aquellos que, por su entidad, hayan inferido lesión o menoscabo de derechos
personalísimos, como el honor, la integridad física, etc.
246
por el contrario, si la separación personal se decretó por culpa de ambos
esposos, entonces ninguno hereda al otro.
247
Si la mujer, en el ejercicio de su industria, comercio o profesión, fuese conocida con
el apellido de casada, puede solicitar autorización para seguir usándolo en sus
actividades, aun cuando no cuente con la conformidad del esposo. Vale la aclaración:
se admite la posibilidad solamente para los actos que estén relacionados con la
industria, comercio o profesión de la mujer; no así a los efectos de la documentación
personal en la que, necesariamente, volverá a serle extendida con su apellido de
soltera.
CONVERSIÓN.
2. o que sólo uno de los cónyuges solicite la conversión, sin la conformidad del
otro, habiendo transcurrido 3 años desde la sentencia de separación
personal (PETICIÓN SIN LA ANUENCIA DEL OTRO CÓNYUGE).
Trámite de la conversión.
248
Si la petición fuera solicitada unilateralmente por un de los cónyuges, se deberá
notificar al otro la resolución que recaiga sobre la cuestión, a fin de ponerlo en
conocimiento de que se ha disuelto el vínculo matrimonial.
Los que sostienen que no corresponde entienden que el juez sólo se limita a
ejercer un control de legalidad sobre si están presentes o no los supuestos
exigidos por la ley.
PERRINO: consideramos que, formulada la presentación por uno de los esposos, debe
correrse traslado para oír al otro, toda vez que éste, en el ejercicio del derecho de
defensa, podría invocar la existencia de hechos que obsten al progreso de la pretensión.
249
separación personal– está prevista específicamente por ley, y no es sino a través de
la conversión.
Además, admitir esta posibilidad implicaría que cualquiera de los cónyuges podría
burlar el requisito de 3 años de espera para pedir la conversión en forma unilateral.
RECONCILIACIÓN.
Prueba.
Efectos.
Esto significa que se restablecen los deberes y derechos personales entre los
cónyuges, y cualquiera de los cónyuges puede presentarse ante el juez haciéndole
saber de la reconciliación, para que se tenga por terminado el pleito y se disponga el
archivo del expediente.
250
UNIDAD 19 – FILIACIÓN.
CONCEPTO.
Código Civil.
▪ Hijos naturales – consideró como tales a los hijos nacidos fuera del
matrimonio de padres que al tiempo de la concepción de aquéllos pudieran
casarse. Les reconoció legitimación para pedir ser reconocidos por el padre o
la madre, o para que el juez los declare tales, admitiéndoles en la
investigación de la paternidad o maternidad todas las pruebas que concurran a
demostrar la filiación. Igualmente, les reconoció derechos hereditarios, fijando
su porción, cuando concurrían con los descendientes, en una ¼ parte de lo
que le correspondería al hijo legítimo.
1. art. 338 del CCiv. definía al hijo adulterino como aquel que procedía
de la unión de dos personas que, al momento de su concepción, no
podían contraer matrimonio porque una de ellas, o ambas, estaban
casadas.
251
2. art. 339 del CCiv. establecía que era hijo incestuoso el que había
nacido de padres que sufrían impedimento de parentesco no
dispensable para casarse, de acuerdo con los cánones de la Iglesia
Católica.
3. art. 340 del CCiv., definía al hijo sacrílego como el que procedía de
padre clérigo de órdenes mayores, o de persona, padre o madre,
ligada por voto solemne de castidad, en orden religiosa aprobada por
la Iglesia Católica.
Respecto de estas 3 categorías, el CCiv (art. 342). disponía que no tenían por las leyes,
padre o madre, ni parientes algunos por parte del padre o la madre, ni derecho a
hacer investigaciones judiciales sobre paternidad o maternidad.
Sin perjuicio de ello, el art. 343 CCiv. consagraba una excepción a lo dispuesto por el
art. anterior, admitiendo que los hijos adulterinos, incestuosos o sacrílegos,
reconocidos voluntariamente por sus padres, podían pedirles alimentos hasta la
edad de 18 años, siempre que estuviesen imposibilitados para proveer sus
necesidades.
LEY 2.393.
LEY 14.367.
El art. 5 dispuso que el Registro Civil expidiera sólo certificados de nacimiento que
fueran redactados de forma tal que de ellos no resultara si la persona había sido
concebida o no durante el matrimonio.
252
LEY 23.264.
La nueva legislación no ha hecho más que acoger lo que ya había aprobado nuestro
país por medio de la LEY 23.054, cuando adoptó la Convención Americana sobre
DDHH (Pacto de San José de Costa Rica).
Art. 240 - La filiación puede tener lugar por naturaleza o por adopción. La filiación por
naturaleza puede ser matrimonial o extramatrimonial.
La filiación matrimonial y la extramatrimonial, así como la adoptiva plena, surten los
mismos efectos conforme a las disposiciones de este Código.
DETERMINACIÓN DE LA FILIACIÓN.
La filiación que tiene lugar por naturaleza presupone un vínculo o nexo biológico entre
el hijo y sus padres. Cuando ese nexo biológico puede considerarse acreditado, la
paternidad o maternidad quedan, jurídicamente, determinadas. Determinación
253
es, entonces, la afirmación jurídica de una realidad biológica
presunta.
MODOS DE DETERMINACIÓN.
PRUEBA DE LA FILIACIÓN.
El art. 242 CCiv., reformado por LEY 23.264, disponía: “La maternidad quedará
establecida, aún sin mediar el reconocimiento expreso, por la prueba del nacimiento y la
identidad del nacido. La inscripción deberá realizarse a petición de quien presente un certificado
del médico u obstétrica que haya atendido el parto de la mujer a quien se atribuye la maternidad
del hijo. Esta inscripción deberá serle notificada a la madre, salvo su reconocimiento expreso o
que quien hubiese denunciado el nacimiento fuese el marido”.
El texto de este art. fue, a su vez, reformado por la LEY 25.540, quedando redactado
de la siguiente manera: “La maternidad quedará establecida, aún sin reconocimiento expreso,
por la prueba del nacimiento y la identidad del nacimiento. La inscripción deberá realizarse a
petición de quien presente un certificado del médico u obstétrica que haya atendido el parto de la
mujer que se atribuye la maternidad del hijo y la ficha de identificación del recién nacido. Esta
inscripción deberá serle notificada a la madre salvo su reconocimiento expreso, o que quien
hubiese denunciado el nacimiento fuere el marido”.
254
el principio de que el parto sigue al vientre o, en otras palabras, la maternidad es
siempre cierta.
Es menester, por tanto, acreditar el parto. Ello puede hacerse mediante el certificado
del médico u obstetra que haya atendido a la mujer a quien se le atribuye el hijo y la
ficha de identificación del recién nacido, pudiendo con dicha documentación
procederse a la inscripción del nacimiento en el Registro de Estado Civil y
Capacidad de las Personas.
En este caso, el art. 243 dispone: “Se presumen hijos del marido los nacidos después de la
celebración del matrimonio y hasta los 300 días posteriores a su disolución, anulación o la
separación personal o de hechos de los esposos. No se presume la paternidad del marido con
respecto al hijo que naciere después de los 300 días de la interposición de la demanda de divorcio
vincular, separación personal o nulidad del matrimonio salvo prueba en contrario”.
Para que opere la presunción de paternidad del marido consagrada en este art., es
necesario que se cumplan una serie de requisitos:
2) el matrimonio de la madre.
Supuesto de inscripción del hijo por parte de su madre sin hacer conocer la
calidad de casada, figurando como de estado civil soltera – consideramos que nada
obsta a la vigencia de la presunción de paternidad del marido, toda vez que ésta
únicamente puede caer por el ejercicio de una acción que la impugne con resultado
favorable.
255
▪ falta de relaciones sexuales entre los cónyuges durante la época de la
concepción.
▪ que el hijo fue engendrado por un tercero, aunque esta prueba debe
acreditarse de manera indubitable, pues si bien la fidelidad de la mujer hace
presumir la paternidad, la infidelidad de la misma no es un elemento
probatorio suficiente para hacer caer la presunción.
a) si la mujer inscribe al hijo nacido después de los 300 días, pero sin dejar
constancia de la separación de hecho, mencionando ser de estado civil casada,
se le atribuirá la paternidad al marido. Éste, para hacerla caer, deberá accionar
para acreditar que al tiempo de la concepción se encontraban separados de
hecho.
b) si la mujer inscribe al hijo nacido después de los 300 días, pero dejando
constancia de la separación, no regirá la presunción. Ello no impide que el
esposo puede anotar al hijo como suyo, alegando que, no obstante estar
separados, tuvieron relaciones esporádicas cuyo fruto fue ese niño.
256
c) si transcurrido los 300 días el hijo es inscripto por un tercero, entonces el niño
será considerado como extramatrimonial. Ahora bien, si el marido afirma que
es suyo, puede impugnar el reconocimiento efectuado por el tercero,
promoviendo la acción pertinente.
Este art. tiene como fin resolver los supuestos en los que haya conflicto de
presunciones en orden a determinar la paternidad, cuando existieren dos
matrimonios sucesivos de la madre.
257
Cuando el reconocimiento se practica ante el oficial del Registro Civil y se realiza,
entonces, la inscripción pertinente, el hijo queda emplazado en el estado de tal y
obtiene el título de estado en sentido formal, es decir, el instrumento que acreditará
erga omnes su carácter de hijo.
▪ es escrito.
▪ unilateral.
▪ irrevocable.
▪ puro y simple.
▪ individual.
258
▪ personalísimo.
Si bien el párr. 3 art. 248 alude al reconocimiento incidental sólo cuando se ocupa de
las disposiciones contenidas en testamentos, este tipo de reconocimiento es
admisible en cualquier instrumento público o privado, ya que no hay razón para
hacer distingos sobre ello.
Es decir, aunque el objeto principal del acto sea, por ejemplo, realizar una donación, si
de lo declarado por el donante surge su reconocimiento del hijo, el mismo, aún
259
introducido en forma incidental en el texto del instrumento negocial, tendrá plena
validez.
El reconocimiento tiene efectos erga omnes, es decir, tiene plena validez tanto para el
reconociente, el reconocido y los terceros.
CONCEPTO.
RÉGIMEN ANTERIOR.
Asimismo, toda reclamación del marido contra la legitimidad del hijo concebido por
su mujer durante el matrimonio debía hacerse dentro de los 60 días desde que tuvo
conocimiento del parto.
260
- si probaba el adulterio de la mujer y ésta ocultaba el parto.
El art. 258 dispone: “El marido puede impugnar la paternidad de los hijos nacidos durante el
matrimonio o dentro de los trescientos días siguientes a su disolución o anulación, alegando que
él no puede ser el padre o que la paternidad presumida por la ley no debe ser razonablemente
mantenida, en razón de pruebas que la contradicen. Para acreditar esa circunstancia podrá
valerse de todo medio de prueba, pero no será suficiente la sola declaración de la madre.
En todos los casos del presente artículo, para la admisión de la demanda se deberá acreditar
previamente la verosimilitud de los hechos en que se funda.
Ahora, la verosimilitud de los hechos que debe acreditarse con la demanda no es,
por supuesto, la certeza, que recién se obtendrá una vez sustanciadas todas las
pruebas en el juicio.
Por tanto, el art. 258, si bien en un principio aparece con una marcada amplitud, tiene
en su última parte una limitación que, al exigir la acreditación en forma sumaria de la
verosimilitud de los hechos invocados, persigue evitar juicios escandalosos y acciones
de impugnación obviamente improcedentes.
MEDIOS DE PRUEBA – El art. 258 establece que para acreditar que no puede ser el
padre del hijo nacido de su mujer o que la paternidad presumida por la ley no debe ser
razonablemente mantenida, el marido puede valerse de cualquier medio de prueba,
pero no será suficiente la sola declaración de la madre.
Es decir, como en todas las acciones de filiación, el impugnante podrá hacer uso de
todos los medios de prueba procedentes.
261
En caso de fallecimiento del marido, sus herederos podrán impugnar su paternidad,
siempre que hubiera fallecido antes del plazo de caducidad. Asimismo, si falleció
antes del año, los herederos tendrán para promover la acción el tiempo que reste para
cumplir dicho plazo (es decir, si habían transcurrido 9 meses al tiempo de la muerte, les
restarán 3 meses para interponer la acción).
262
Continuación del proceso iniciado por el marido – si el marido falleció luego de
haber iniciado la acción, corresponde a sus herederos presentarse y continuar la
acción. Sin embargo, pueden no hacerlo, en cuyo caso no habrá de continuarse el
proceso.
SUJETOS ACTIVOS – Son sujetos activos de esta acción el marido y sus herederos.
Los herederos intervendrán cuando fallecido el marido aún no hubiere nacido el
hijo cuya presunción de paternidad impugnan preventivamente.
SUJETOS PASIVOS – Son sujetos pasivos de esta acción la madre y la persona por
nacer, debiendo designarse tutor para esta última.
El art. 258 legitima al hijo para impugnar la paternidad matrimonial. En este sentido,
se ha producido una innovación, puesto que el régimen anterior sólo reconocía al
marido como legitimado activo.
263
impugnación por parte del marido, en que son también legitimados activos los
herederos de aquél.
En cuanto a la falta de legitimación de la mujer para ejercer, por sí, esta acción, se
funda en que reconocerle tal derecho implicaría permitirle alegar su propio adulterio.
NEGACIÓN DE LA PATERNIDAD.
Contemplada en el art. 260: “El marido podrá negar judicialmente la paternidad del hijo
nacido dentro de los ciento ochenta días siguientes a la celebración del matrimonio. Si se probare
que el marido tenía conocimiento del embarazo de su mujer al tiempo del casamiento, o si, luego
del nacimiento reconoció como suyo expresa o tácitamente al hijo o consintió en que se le diera
su apellido en la partida de nacimiento, la negación será desestimada. Quedará a salvo en todo
caso, la acción de impugnación de la paternidad que autoriza el art. 258.
Para la negación de la paternidad del marido rige el término de caducidad de un año”.
En esta acción, el marido sólo debe formular su presentación ante el juez negando la
paternidad del hijo habido de su cónyuge dentro de los 180 días de celebrado el
matrimonio, bastándole con acreditar la fecha de celebración del mismo y la fecha de
nacimiento del hijo.
MEDIOS DE PRUEBA – Todos los medios de prueba son admisibles, ya sea para
fundar el desconocimiento o para su rechazo.
264
1) cuando se probara que el marido tenía conocimiento del embarazo de su
mujer al tiempo del casamiento.
CADUCIDAD DE LA ACCIÓN – La última parte del art. 260 dispone que el plazo de
caducidad de la acción es de 1 año, contado a partir de la inscripción del nacimiento
del hijo, a excepción que el marido probara que no tuvo conocimiento del parto, en
cuyo caso se contará a partir de ese día.
Esta acción está regulada en el art. 263: “El reconocimiento que hagan los padres de los
hijos concebidos fuera del matrimonio puede ser impugnado por los propios hijos o por los que
tengan interés en hacerlo. El hijo puede impugnar el reconocimiento en cualquier tiempo. Los
demás interesados podrán ejercer la acción dentro de los dos años de haber conocido el acto de
reconocimiento”.
Terceros interesados – reúnen esta condición todas las personas que acredite
un interés legítimo en el progreso de la acción.
265
LEGITIMADOS PASIVOS – El sujeto pasivo de esta acción varía de acuerdo a la
persona que formula la impugnación:
si la acción la entabla quien alega ser el progenitor, los sujetos pasivos serán
el hijo y el reconociente.
PRUEBA – Todos los medios de prueba son admisibles, pero debe tenerse presente
que el objeto de la prueba será acreditar la existencia del nexo biológico entre el
reconociente y el reconocido. Por tanto, reviste mucha importancia la prueba de la
incompatibilidad biológica entre reconociente y reconocido.
266
5) imposibilidad generacional de que el reconociente sea padre o madre del
reconocido.
6) vicios de forma.
Contemplada en el art. 261: “La maternidad puede ser impugnada por no ser la mujer la
madre del hijo que pasa por suyo”.
A este art. debemos agregar lo dispuesto por el art. 262: “La maternidad podrá ser
impugnada en todo tiempo por el marido o sus herederos, por el hijo y por todo tercero que
invoque un interés legítimo. La mujer podrá ejercer la acción cuando alegue sustitución o
incertidumbre acerca de la identidad del hijo”.
SUPOSICIÓN DE PARTO.
Este supuesto está contemplado en el art. 260, cuando dice “…no ser la madre del hijo
que pasa por suyo”. Es decir, la mujer no lo concibió al tiempo de comenzar su
existencia.
Se trata de una situación que fue muy común cuando no existía la adopción, cuando las
personas que no tenían descendencia inscribían como suyos a hijos de otras personas
para que ocuparan el lugar de tales y en el futuro se beneficiaran con la herencia que
pudiera deferirse.
SUSTITUCIÓN DE HIJO.
En este caso, el hijo verdadero fue sustituido por otra criatura, a quien se anota como
propia en lugar de aquél.
267
Puede también ser consecuencia de un error, merced al cambio inintencionado de las
criaturas en el establecimiento médico, lo que pudo generar que se inscribieran
erróneamente a las mismas.
- tercero que invoque un interés legítimo: ese interés legítimo debe ser
actual y directo.
cuando la acción haya sido promovida por la madre, los legitimados pasivos
son el hijo y el marido, si fuera casada.
268
7. Acciones de filiación. Reclamación de la filiación matrimonial y extramatrimonial:
concepto, diversos supuestos, legitimación activa, caducidad. Posesión de estado.
Esta acción está contemplada en el art. 254: “Los hijos pueden reclamar su filiación
matrimonial contra sus padres si ella no resultare de las inscripciones en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas.
En este caso la acción deberá entablarse conjuntamente contra el padre y la madre”.
- los herederos (del hijo): el art. 254 4º párr. dispone: “…Sus herederos podràn
continuar la acción iniciada por él, o entablarla si el hijo hubiese muerte en la menor
edad o siendo incapaz. Si el hijo falleciere antes de transcurrir los dos años desde que
alcanzase la mayor edad o la plena capacidad, o durante el segundo año siguiente al
descubrimiento de las pruebas en que se haya de fundar la demanda, si acción
corresponde a sus herederos por todo el tiempo que faltare para completar dichos
plazos”.
Si el hijo fue inscripto registrando como madre a una mujer casada y como
padre a quien no es su marido, éste (el marido) podrá promover acción
alegando la presunción de paternidad del art. 243, siempre y cuando el hijo
hubiere nacido estando vigente la misma.
- acreedores del heredero – los acreedores del heredero carecen de derecho para
promover la acción de filiación de su deudor frente a la inactividad de éste.
269
Supuestos en los que pueden intervenir los herederos: explicando un poco más
lo antedicho, los herederos serán legitimados activos en los siguientes casos:
litisconsorcio pasivo entre uno de los padres y los herederos del otro – si al
momento de entablarse la acción el padre o la madre hubieran fallecido, la
acción deberá ser entablada contra el progenitor supérstite y los herederos
del fallecido
270
marido, de conformidad a lo dispuesto por el art. 254, que establece el litisconsorcio
pasivo necesario.
PRUEBA – De acuerdo con lo que establece el art. 253, en las acciones de filiación se
admitirán toda clase de pruebas, incluso biológicas, las que podrán ser decretadas de
oficio o a petición de parte.
271
- el matrimonio de los pretendidos padres y que el nacimiento se
produjo después de su celebración y dentro de los 300 días posteriores
a su disolución, anulación o separación personal o de hecho.
En caso de que el hijo sea menor, será representado por el progenitor que lo
hubiera reconocido.
272
Derechos del Niño, tiene garantizado el respeto a que se preserve la misma y
las relaciones familiares.
Sin embargo, no cabe duda que si bien es atendible que la madre, en alguna
circunstancia especial, con el fin de evitar un mal mayor, pretenda guardar su
intimidad, tiene prioridad sobre este derecho, por ser de rango superior, el
derecho a la identidad del hijo.
los menores adultos – éstos pueden ser demandados en esta acción. Esta
legitimación encuentra fundamento en que a partir de los 14 años el menor se
encuentra facultado para reconocer hijos. En dicho caso, su intervención en
juicio será por medio de su representante legal.
273
Para probar la paternidad deberá acreditar que el pretendido padre fue quien
lo engendró, resultando de fundamental importante las pruebas biológicas.
Respecto a la posesión de estado, el art. 256, reformado por LEY 23.264, establece: “La
posesión de estado debidamente acreditada en juicio tendrá el mismo valor que el reconocimiento
expreso, siempre que no fuera desvirtuado por prueba en contrario sobre el nexo biológico”.
274
La posesión de estado frente a pruebas biológicas que la contrarían – esta
prueba, tendiente a demostrar la ausencia del vínculo, tiene diversos carriles, a saber:
No cabe duda que si tiene legitimación activa cuando es persona por nacer, más aún
la tendrá luego de su nacimiento, aún cuando su padre hubiera fallecido con
anterioridad, debiendo probar en forma fehaciente la posesión de estado.
En este caso, el criterio de apreciación de la prueba debe ser más amplio por parte de
los jueces, atento las circunstancias particulares del caso.
Claro que hoy se ha facilitado la posibilidad de probar la paternidad, sobre todo con
los avances científicos en materia de pruebas biológicas, que permiten acreditar la
histocompatibilidad del hijo con su padre.
PRUEBAS BIOLÓGICAS.
El art. 253 dispone que se admiten toda clase de pruebas en las acciones de filiación,
especificando “incluso las biológicas”, poniendo de manifiesto la especial
significación que las mismas revisten.
Su importancia es patente, a punto tal que los juicios donde se discute la realidad de
un vínculo de filiación se resuelven, en la generalidad de los casos, mediante
pruebas biológicas.
275
tradicionalmente se utilizó (al menos hasta hace algunos años) la PRUEBA
HEMATOLÓGICA, que consiste en la extracción de sangre de la madre, el hijo y el
presunto padre, a fin de comparar los antígenos que se encuentran en la superficie de
los hematíes y que permanecen inalterados a lo largo de la vida del sujeto, ya que
dichos antígenos, presentes en el hijo, deben hallarse también en el padre. Esta
prueba tiene un valor meramente negativo, es decir, sólo sirve para descartar el
vínculo con una persona, pero no determina quién es el progenitor.
En los últimos tiempos se ha desarrollado la PRUEBA DE ADN, aún más precisa que
la anterior. Se trata de la tipificación del ADN, es decir, la molécula que sirve de base
a la herencia biológica y que, como material genético, se encuentra en el núcleo de la
totalidad de las células vivas. Su examen permite obtener una huella genética del
individuo a partir de una muestra de sangre, semen, cabello u otro tejido cualquiera.
La LEY 23.511, publicada el 10/7/87, creó el Banco Nacional de Datos Genéticos para
obtener y almacenar información genética que facilite la determinación y el
esclarecimiento de conflictos relativos a la filiación. El mismo funcionará en el
Hospital Durand de la Ciudad de Buenos Aires.
BIOGENÉTICA.
INSEMINACIÓN ARTIFICIAL.
La inseminación artificial es el método por el cual una mujer puede ser fecundada sin
mediar acto sexual. Puede ser:
276
fecundación no es posible a través del acto sexual (por impotencia del
hombre, vaginismo de la mujer, etc.)
FECUNDACIÓN EXTRACORPORAL.
Pero bien puede ocurrir que la mujer haya quedado embarazada y que los
embriones sobrantes y congelados no sean deseados por la pareja. En ese caso, tales
embriones podrían ser cedidos a otra pareja que no puede concebir embriones
propios.
Asimismo, el embrión propio de una pareja puede ser transferido al útero de otra
mujer, debido a la imposibilidad o dificultades que sufre la madre biológica para
llevar a buen término el embarazo. Esto origina una inevitable diferenciación entre
madre biológica y madre portadora.
277
INSEMINACIÓN POST-MORTEM.
ALQUILER DE VIENTRE.
Desde la perspectiva del hijo, este tipo de acuerdos que obligan a hablar, se quiera o
no, de una madre biológica y una madre portadora, provocan inicialmente una
situación de incertidumbre acerca de la filiación.
Sin dudas, si en nuestro país se demandara por un contrato de tal índole (sea para
pedir el pago del precio del alquiler, sea para requerir la entrega del niño, en virtud de
un contrato) la demanda no prosperaría, ya que no es posible negociar sobre el
estado de familia de las personas.
278
UNIDAD 20 – PATRIA POTESTAD.
CÓDIGO CIVIL – el CCiv. definió a la patria potestad en el art. 264 como el conjunto
de derechos que las leyes conceden a los padres desde la concepción de los hijos
legítimos, en la persona y bienes de dichos hijos, mientras sean menores de edad y
no sean emancipados.
Por su parte, el art. 328 disponía que el padre y la madre tenían sobre sus hijos
naturales los mismos derechos y autoridad que los padres legítimos sobre sus hijos.
A su vez, el art. 327 establecía que las obligaciones de los hijos legítimos hacia sus
padres se extendían a los hijos naturales, respecto de los padres de ellos.
LEY 10.903 – esta ley reformó el art. 264, quedando definida la patria potestad como
el conjunto de derechos y obligaciones que corresponden a los padres sobre las
personas y bienes de los hijos, desde la concepción de éstos y hasta tanto sean
menores de edad y no se hayan emancipado.
Si bien en primer término figura el derecho de los padres, se agregan también las
obligaciones. Es decir, comienza a concebirse la patria potestad como un derecho-
deber.
LEY 23.264 – finalmente, esta ley produjo una nueva modificación, definiendo
conjunto de deberes y derechos que
adecuadamente la institución como el
corresponde a los padres sobre las personas y bienes de los hijos,
para su protección y educación integral, desde la concepción de
éstos, mientras sean menores de edad y no se hayan emancipado.
DERECHOS-DEBERES.
279
sujeto a patria potestad), por lo que los derechos concebidos implican deberes
correlativos.
TITULARIDAD Y EJERCICIO.
De manera que puede existir titularidad con ejercicio actual de la patria potestad, como
también titularidad sin poder de ejercicio.
Las modalidades con que puede organizarse el ejercicio de la patria potestad son, en
líneas generales, las siguientes:
RÉGIMEN ACTUAL.
Los inconvenientes que podrían derivarse tanto del ejercicio conjunto como indistinto
de la patria potestad son evitados por el régimen adoptado en la LEY 23.264, que
combina ambos sistemas.
280
De esa forma, el ejercicio corresponde, en principio, al padre y a la madre
conjuntamente, lo cual implica establecer, como régimen básico, el ejercicio
conjunto. Sin embargo, se presumirá que los actos realizados por uno de ellos
cuentan con el consentimiento del otro, lo cual permite que uno de los progenitores
pueda actuar sin necesidad del expreso consentimiento del otro.
Pero a su vez, esta posibilidad está limitada en el art. 264, inc. 1, en 2 supuestos:
cuando estemos en presencia de uno de los supuestos del art. 264 quater.
Este es, en definitiva, el régimen organizado para cuando los padres conviven.
Siguiendo con el tema, el inc. 3 del art. 264 contempla los supuestos de muerte de uno
de los padres, ausencia con presunción de fallecimiento, privación de la patria
potestad o suspensión de su ejercicio, disponiendo que en tales casos, el ejercicio de
la patria potestad corresponderá al otro cónyuge.
281
corresponderá a quien fuese declarado judicial como padre o madre del hijo.
Aclaramos que esta solución se aplica sólo al caso de que ninguno de los
progenitores hubiera reconocido, en forma voluntaria, la
paternidad/maternidad sobre el hijo.
Separadamente, el art. 264 ter establece que, cuando hay desacuerdo entre los padres,
cualquiera de ellos puede acudir ante el juez para que resuelva, en definitiva, según
la conveniencia del menor.
Como puede apreciarse, esta oposición funciona respecto de terceros y ante ellos. Por
tal motivo, el tercero será responsable si, no obstante la oposición que se le
comunica, lleva adelante el acto en cuestión.
Claro que la solución variará en cada caso, teniendo en cuenta el momento en que se
comunicó la oposición. Por esa misma razón, si fuera tardía no surtirá efectos y
ninguna responsabilidad recaerá sobre el tercero.
282
para el hijo, admitiéndose que, aún de oficio, requiera toda la información que
considere necesaria y también que escuche al hijo, si las circunstancias así lo ameritan.
Sin duda, lo deseable es que los padres tengan la madurez suficiente como para
resolver entre ellos lo que conviene al menor. Pero al compartir el ejercicio de la
patria potestad, no queda sino esta vía de decisión judicial como última instancia
para decidir ante sus diferencias de criterio.
DESACUERDOS REITERADOS.
En caso de que reiteradamente existan desacuerdos entre los padres, el juez puede
concentrar el ejercicio de la patria potestad en alguno de ellos, si advierte que es el
otro quien constantemente causa los desacuerdos, o distribuir las facultades entre
ambos progenitores, teniendo en cuenta las características y mayores aptitudes de
cada uno.
Por último, creemos (ZANNONI) que aunque se haya adoptado una medida como la
explicada, el progenitor privado momentáneamente del ejercicio de la patria
potestad igualmente deberá dar su consentimiento para los casos enumerados en el
art. 264 quater, ya que esta norma responde exclusivamente al interés del hijo
(consistente en que sean ambos padres, en lugar de uno sólo de ellos, quienes decidan
respecto de los actos más importantes referidos a su vida y sus bienes).
El art. 264 quater contempla una serie de supuestos respecto de los cuales el código
exige el consentimiento expreso y conjunto de ambos progenitores:
En todos estos casos existe titularidad conjunta de la patria potestad, no obstante que
su ejercicio haya recaído en uno sólo de los progenitores.
283
Asimismo, digamos que los actos que requieren consentimiento expreso de ambos
progenitores son:
La autorización que se otorga puede ser para determinado viaje, por una
época determinada, o hasta que el hijo llegue a la mayoría de edad. Puede
autorizárselo a salir solo o acompañado de determinada persona.
284
5. autorización para estar en juicio – en principio, en tanto y en cuanto los
padres ejercen la representación de los hijos menores, ellos estarán en juicio
por sus hijos en ejercicio de su ministerio. Ésa es la regla.
Por tanto, la autorización del menor para estar en juicio procede cuando los
padres no quieran ejercer su representación.
Esta autorización sólo puede entregarse a los menores adultos, porque por
disposición del art. 921 los menores impúberes no tienen discernimiento para
los actos lícitos.
Para el caso en que hubiera desacuerdo entre los padres, el juez resolverá, en
definitiva, confirmando la oposición del progenitor o supliendo su voluntad,
otorgando la autorización.
7. ejercer actos de administración de los bienes de los hijos, salvo que uno de
los padres delegue la administración según lo dispuesto por el art. 294 – este
inciso aparece como redundante, toda vez que ya ha sido regulado en el art.
294.
PADRES INCAPACES.
El art. 264 bis establece en su primera parte que en el supuesto de que ambos padres
sean incapaces o estén privados de la patria potestad o suspendidos en su ejercicio,
los menores quedarán sujetos a tutela.
285
que tenga al hijo bajo su amparo o cuidado, subsistiendo en tal caso la tutela aún cuando el otro
progenitor se emancipe o cumpla la mayoría de edad”.
Pareciera que el art. entrega la patria potestad a los abuelos, cuando en realidad les
confiere la tutela, por cuanto la patria potestad no puede ser atribuida a quien no es
padre o madre.
Dado el carácter unipersonal de la tutela, el juez es quien debe elegir cuál de los
abuelos la ejercerá, ya que la tutela debe ser ejercida por una sola persona.
Ahora, si quien tiene la tenencia del menor alcanza la mayoría de edad, entonces
cesa la tutela, pasando él a ejercer la patria potestad, por cuanto convive con su hijo.
ALIMENTOS.
286
Debemos complementar lo expuesto con lo prescripto en el art. 271, que dispone que,
para los casos de divorcio, separación de hecho, nulidad del matrimonio, ambos
padres tienen el deber de dar alimento a sus hijos y educarlos, no obstante que la
tenencia sea ejercida por uno de ellos.
287
Suspensión del derecho de visita por incumplimiento de la cuota – un sector de
la doctrina y diversos pronunciamientos judiciales sostienen que, como un
medio de coerción sobre el progenitor para que cumpla la cuota alimentaria,
es posible suspender su derecho de visita, cuando la guarda del menor la
tiene el otro progenitor.
Obviamente que los terceros tendrán luego una acción contra los padres, a fin
de que les reintegren los gastos, acción que podrán ejercer aún contra el
menor.
PODER DE CORRECCIÓN.
Los padres tienen la facultad de corregir o hacer corregir la conducta de sus hijos
menores. Ahora bien, de acuerdo a la redacción del art. 278, ese derecho debe ser
ejercido con moderación, debiendo quedar excluidos los malos tratos, castigos o
actos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente al menor.
Asimismo, encarga a los jueces que resguarden a los menores de las correcciones
excesivas de los padres, disponiendo su cesación y las sanciones pertinentes. Esta
tarea preventiva sólo puede lograrse si se organizan tribunales de familia
especializados.
En principio, los padres no pueden exigir al hijo menor que desarrolle una actividad
laboral en su beneficio, pero sí la colaboración propia de su edad, sin por ello tener
que remunerarlos. Así lo dispone el art. 277. En tal sentido, al padre almacenero no podrá
exigir a su hijo que realice un trabajo con el horario y las características de un dependiente, pero
288
sí podrá requerirle colaboración de acuerdo con sus posibilidades físicas, fuera del horario de
estudio y esparcimiento del menor, sin tener que abonarle por ello.
En el caso de los menores que ya han cumplido 18 años, de acuerdo con el art. 128,
pueden realizar tareas remuneradas, es decir, actividades laborales, sin necesidad de
autorización de sus padres.
Hemos señalado que el art. 264 quater exige el consentimiento de ambos progenitores
para autorizar al hijo a estar en juicio, sea como actor o como demandado. Sin
embargo, dicha autorización, tratándose de menores adultos, no se necesita cuando
el menor es demandado por delito criminal (art. 286).
Cuando ambos padres –o uno de ellos– niegan el derecho del hijo a demandar por
alguna obligación civil o comercial, el juez podrá suplir esa autorización paterna,
designando un tutor especial al hijo. En cambio, esta posibilidad de autorización
judicial supletoria no está prevista para el caso de que el hijo quiera demandar
criminalmente, es decir, interponer querella penal.
GUARDA.
La guarda ha sido definida como el derecho de los padres a tener los hijos consigo,
sin perjuicio de que implica un concepto más amplio. La guarda se genera desde la
concepción, prolongándose hasta la mayoría de edad, salvo emancipación o
supuestos de privación o suspensión de la misma.
La convivencia no está compuesta sólo por el elemento material de estar juntos, sino
que va más allá, ya que importa la posibilidad de construir una comunidad
espiritual necesaria entre padres e hijos.
289
Ahora bien, en caso de separación de los padres, la guarda ha de conferirse a uno de
ellos, sin perjuicio del derecho del otro contemplado en el art. 264 inc. 1.
Lo dispuesto sobre la guarda tiene su correlato en las disposiciones de los arts. 275 y
276:
por su parte, el art. 276 determina que si los hijos menores dejaran el
hogar, sea por desobediencia o porque otros lo retienen, los padres
podrán exigir que las autoridades públicas les presten la asistencia que
sea necesaria para hacerlos volver a estar bajo su autoridad. Asimismo,
dispone que podrán acusar criminalmente a los seductores o corruptores de
sus hijos y a las personas que los retuvieren.
El art. 1114 establece que ambos padres son solidariamente responsables de los
daños que causan sus hijos menores que habiten con ellos. Ahora bien, dentro de este
marco general de responsabilidad deben distinguirse los daños causados por hijos
menores de 10 años y mayores de 10 años, pero menores de edad:
Si el hijo habita sólo con uno de sus progenitores, quien ejerce su tenencia es el
único responsable ante terceros, salvo que al producirse el hecho dañoso el menor
estuviera al cuidado del otro progenitor. Esta salvedad es aplicable, por ejemplo, al
caso del menor que habita con su madre, pernoctando determinados días en casa de su
padre, siendo en tal oportunidad que comete el hecho ilícito, es decir, cuando está bajo
la responsabilidad del padre.
290
del director de un internado, donde el menor se encuentra residiendo con objeto de
estudio o de aprender un oficio).
Por último, el art. 1116 exime de responsabilidad a los padres cuando prueben que
les ha sido imposible impedir el hecho de su hijo. Dispone que tal imposibilidad no
resultará de la circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presencia, si
apareciese que ellos no habían tenido una vigilancia activa sobre sus hijos.
REPRESENTACIÓN.
Son representantes de los menores tanto el padre como la madre, siempre que no se
encuentren suspendidos en el ejercicio de la patria potestad o privados de la misma.
Asimismo, los padres del menor no podrán estar en juicio por cuestiones vinculadas
a las actividad remuneradas que desarrolla el menor que cumplió los 18 años, o
relacionadas con los bienes que adquirió con el fruto de su trabajo.
Una de las cuestiones más controvertidas respecto de este tema es si los padres que
intervienen en representación de sus hijos en un proceso judicial deben acreditar la
calidad invocada mediante la presentación de los documentos respectivos.
En tal sentido, dispone el art. 46 CPCBA que los padres que comparezcan en
representación de sus hijos no tendrán la obligación de presentar las partidas
correspondientes, salvo que el juez, a petición de parte o de oficio, los emplazare a
presentarlas, bajo apercibimiento del pago de las costas y perjuicios que
ocasionaren.
291
Sin perjuicio de la representación que ejercen los padres, los menores son
promiscuamente representados por el Mo. Pco. de Menores en los juicios en que
sean actores o demandados, o en que se trate la persona o los bienes de ellos.
En concordancia con lo establecido en el art. 293, los padres son los administradores
legales de los bienes de los hijos que están bajo su patria potestad. Esta norma
establece un principio general.
Por su parte, los arts. 264 quater y 294 establecen la necesidad del consentimiento de
ambos padres para todos los actos vinculados a la administración de los bienes de
los hijos, sin que funcione la presunción de consentimiento del art. 264 inc. 1. En
concordancia con ello, sólo los actos conservatorios pueden ser otorgados por
cualquiera de los progenitores sin necesidad de contar con el consentimiento del
otro.
Para aminorar esa dificultad, el art. 294 admite que uno de los padres delegue en el
otro la facultad de administrar, sin perjuicio de que aún en ese caso, se precisará el
consentimiento expreso de quien hizo esa delegación para todos los actos que
requieran autorización judicial.
292
BIENES EXCLUIDOS – el art. 293 prevé los casos en que los padres no
administran bienes de sus hijos.
También están excluidos los bienes que los hijos heredan por representación de su
progenitor, por haber sido éste declarado indigno o desheredado. Pero si hubiera
otro progenitor en ejercicio de la patria potestad, en él se concentrará la
administración; si no lo hubiera, se designará tutor especial.
1) reparación urgente de los bienes cuyo deterioro sea tal que puedan
significar un peligro para terceros, o que corren el riesgo de
derrumbarse y perecer.
293
5) venta de cosas que integran el giro habitual de un establecimiento
comercial, industrial o agropecuario.
3) disposición del precio de venta por los padres – los padres no tienen
la libre disposición del precio obtenido por la venta de un bien
perteneciente a su hijo, debiendo proceder a su reinversión, con
control judicial y la pertinente intervención del asesor de incapaces.
294
ACTOS PROHIBIDOS A LOS PADRES:
1) comprar bienes de sus hijos menores – el art. 297 dispone que los
padres no podrán, ni siquiera con autorización judicial, comprar por sí
ni por interpuesta persona, bienes de sus hijos, aunque sea en remate
público.
FIN DE LA ADMINISTRACIÓN.
295
2. ineptitud de los padres para administrar – la que puede provenir de un
incapacidad intelectual, de un problema de salud, etc.
3. insolvencia – contempla como otra causal que los padres se hallen en estado
de insolvencia y concurso judicial de sus acreedores.
USUFRUCTO.
Los padres tienen, por mitades, el usufructo de los bienes de sus hijos; así lo dispone
el art. 287. Es decir, las rentas que producen los bienes de los hijos, tras atender a las
cargas que señala el art. 291, ingresan por mitades a la masa ganancial de
administración de cada uno de los padres si son casados, o a su peculio propio en
caso contrario.
Asimismo, el derecho de usufructo concede a los padres el uso y goce de los bienes
de sus hijos en forma gratuita.
No obstante lo afirmado en el tercero párrafo, existen bienes que están excluidos del
usufructo. Ellos son:
CARGAS del usufructo – el art. 292 dispone que las cargas del usufructo legal
son cargas reales. Ello no significa que las cargas sean reales en el sentido de
“obligación real”, sino que el art. se expresa en tal forma para reafirmar tácticamente
que el usufructo está afectado primordialmente al pago de ellas.
las que pesan sobre todo usufructuario, con excepción de la de afianzar (art.
291 inc. 1) – entonces, deben tributar los impuestos, tasas y contribuciones que
correspondan a los inmuebles y los impuestos sobre muebles. Deberán abonar
los gastos de reparación y conservación de los bienes, gastos de cerramiento de
la propiedad, etc.
296
gastos de subsistencia y educación de los hijos (art. 291 inc. 2) – esta
obligación es inherente a la patria potestad y los padres tienen que cumplirla
tengan o no bienes los hijos. Si los tuvieran, entonces podrán emplear sus
frutos o rentas para la satisfacción de esta obligación.
pago de intereses de los capitales que venzan durante el usufructo (art. 291
inc. 3) – la ley persigue como fin mantener el capital del hijo, lo cual se vería
frustrado si el padre percibiera él mismo las rentas y amortizara los intereses
con capital del menor.
gastos de enfermedad y entierro del hijo, y del que hubiere instituido por
heredero al hijo – en cuanto a los gastos de enfermedad, la ley no se refiere a su
duración ni tampoco a que sea la última enfermedad; en cuanto a los gastos de
entierro y funeral, se funda en un deber de gratitud.
Este principio tiene una excepción consagrada en el art. 304, para el caso de los padres
que hayan caído en demencia, en cuyo caso perderán la administración pero no el
usufructo de los bienes de los hijos.
Asimismo, existe otra causal, contemplada en el art. 296, el cual dispone que en los 3
meses subsiguientes al fallecimiento del padre, o de la madre, el sobreviviente debe
hacer inventario judicial de los bienes del matrimonio, determinando en él los
bienes que correspondan a los hijos, bajo pena de no tener el usufructo de los bienes
de los hijos menores.
297
- el padre que omitió el inventario.
También debemos atender al art. 303, que contempla otra serie de supuestos referidos
a este tema:
De acuerdo con lo establecido por el código, la patria potestad puede concluir por
causas de orden natural y por actos jurídicos o disposiciones normativas que
producen automáticamente su extinción.
Para el caso de que el hijo sea demente, o sordomudo que no sabe darse a
entender por escrito, igualmente fenece la patria potestad, debiendo
asignársele un curador, pudiendo recaer tal nombramiento en uno de los
progenitores.
298
por PROFESIÓN RELIGIOSA – en este caso, la entrada de los padres o los
hijos en una orden monástica, donde realizan el voto público de castidad,
pobreza y obediencia, los torna incapaces de derecho relativos. Es decir, ven
disminuida su capacidad civil. Por lo demás, por haber efectuado el voto de
obediencia, queda sujeto a otra autoridad a quien debe obedecer, por lo que
mal puede el hijo continuar bajo la patria potestad de sus padres
El art. 307 contempla los casos de privación de la patria potestad. La misma tiene
carácter de SANCIÓN, que se impone a los progenitores por conductas
manifiestamente graves y reprochables.
Comprende tanto delitos contra la persona del menor como contra sus
bienes.
299
Ahora bien, ¿qué pasa en el caso de un padre que tiene varios hijos? ¿la
sanción importa la pérdida de la patria potestad sólo para con el hijo que ha
sido víctima o coprotagonista del delito o alcanza a todos? A nuestro juicio, la
sanción debe ser extensiva a todos los hijos, no así los nacidos después de
cumplida la condena, por cuanto ello implicaría admitir un efecto remoto del
acto ilícito, no receptado en nuestra legislación.
por el abandono que hiciere alguno de los hijos, para el que los haya
abandonado, aún cuando quede bajo guarda o sea recogido por el otro
progenitor o un tercero – existe abandono cuando el progenitor declina
intencionalmente del cumplimiento de sus deberes de alimentación, educación
y crianza.
El código prima el interés del menor que es, a nuestro juicio, el único que puede
fundar el restablecimiento de la patria potestad.
Para que ello proceda, el progenitor debe acreditar en forma fehaciente que existen
circunstancias nuevas que han modificado la situación que originó la privación.
300
SUSPENSIÓN DEL EJERCICIO DE LA PATRIA POTESTAD (art. 309).
condena penal – en los supuestos regulados por el art. 12 C.Pen.: “La reclusión o
prisión por más de 3 años llevan como inherente la inhabilitación absoluta, por el
tiempo de la condena, la que podrá durar hasta tres años más, si así lo resuelve el
tribunal, de acuerdo con la índole del delito…”.
301
teniendo en consideración las circunstancias del caso y previa audiencia de
los padres.
PRIVACIÓN DE LA TENENCIA.
El art. 11 de la LEY 10.903 facultaba a los jueces a privar de la tenencia de los hijos
menores a los padres. En tal sentido, disponía: “Cuando el juez lo considere conveniente,
la resolución podrá limitarse a la privación de la tenencia del menor y en tal caso éste podrá ser
entregado al Consejo Nacional del Menor en jurisdicción nacional o a la autoridad que
corresponda en la jurisdicción provincial o adoptar alguno de los otros recaudos en vigor”.
Atento el carácter temporario de la medida, los padres afectados por la misma podían
pedir que se dejara sin efecto, debiendo transcurrir, para que sea viable tal facultad,
2 años desde la resolución definitiva y probar que se encontraba en condiciones de
cumplir eficientemente con sus obligaciones. Así estaba dispuesto en el art. 12 de la
ley antes mencionada.
302
UNIDAD 21 – ADOPCIÓN.
1. Evolución histórica. Código civil. Leyes posteriores: 13.252 y Dec. Ley 19.134/71:
diferencias. Ley 24.779.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
ROMA.
De carácter religioso: el pater familias era el sacerdote a cuyo cargo estaban las
ceremonias religiosas. La continuidad del culto quedaba a cargo de quien lo
sucediera. De allí la necesidad de contar con un heredero. Por ello, de no tener
descendencia, hubo de crearse mediante una ficción un heredero.
1) La ADROGATIO, que era la adopción de una persona sui iuris (que no estaba
sometida a potestad alguna).
Para que la adopción fuera efectiva era necesario que se reunieran una serie de
condiciones:
Sólo podían adoptar los que estaban en condiciones de generar hijos (no así
los castrados y los impúberes; los impotentes estaban facultados, pues su
condición podía cambiar).
303
La adopción debía ser permanente: sin embargo, el adrogado, una vez llegado
a la pubertad, podía pedir que se lo emancipara.
Los tutores o curadores no podían adoptar a las personas que tuvieren bajo su
guarda.
DERECHO GERMANO
- derecho canónico.
en el caso del adoptado, debía ser menor que el adoptante, pero no se exigía
un quantum de diferencia (al estilo de los romanos).
304
FRANCIA.
1) la ordinaria (común).
Así estuvo legislada durante un largo tiempo, sin mayor trascendencia. Sin embargo, la
Primera Guerra Mundial dejó miles de niños huérfanos, cambiando la filosofía de la
305
adopción, que dejó de ser considerada como una institución para dar hijos a los
padres estériles para convertirse en una institución en favor de los niños huérfanos
por la guerra.
El problema era que el instrumento jurídico no servía, pues sólo admitía la adopción
de mayores. Esto motivó el dictado de una nueva ley en 1923, que sí admitió la
adopción de menores.
CÓDIGO CIVIL.
LEY 13.552.
Esta ley, supliendo el silencio que había mantenido el C.Civ. sobre la adopción, acogió,
en términos generales, la forma que hoy se conoce bajo el nombre de ADOPCIÓN
SIMPLE, es decir, aquella que crea un vínculo legal de familia entre adoptante y
adoptado, pero limitando el parentesco entre ellos. De esta manera, los adoptados no
adquirían vínculo con los parientes del adoptante, ni derechos sucesorios por
representación.
A su vez, la ley disponía que los derechos y deberes que resulten del parentesco de
sangre del adoptado no quedaban extinguidos por la adopción, excepto los de la
patria potestad que se transfieren al padre adoptivo. Y el adoptante, si bien tendía la
administración de los bienes del adoptado, no gozaba de usufructo.
306
DEC/LEY 19.134.
Durante más de 20 años de vigencia, la LEY 13.552 fue mostrando las virtudes del
régimen adoptado, al igual que las carencias y defectos.
Es así que la LEY 19.134 del año 1971 incorporó a nuestro derecho la ADOPCIÓN
PLENA, que se admitió respecto de menores abandonados, sin filiación acreditada,
huérfanos o cuyos padres hubiesen perdido la patria potestad. Como adelantáramos,
sin perjuicio de incorporar la adopción plena, se mantuvo la adopción simple respecto
de menores que no se hallaren en alguna de estas situaciones.
LEY 24.779.
La ley 19.134 resultó alcanzada por las reformas al derecho de familia que se
sucedieron durante su vigencia. Entre esas leyes podemos mencionar: la ley
23.264/1985 y ley 23.515/1987, que introdujeron modificaciones acordes con el sistema
no discriminatorio de filiaciones entre hijos matrimoniales y extramatrimoniales, y
la incorporación del divorcio vincular.
Finalmente, se dictó la LEY 24.779, que ha sido incorporada al Código Civil como
Título IV de la Sección Segunda del Libro Primero.
307
2. Adopción plena y adopción simple: régimen general. Diferencias entre ambas.
Disposiciones comunes.
ADOPCIÓN. Concepto.
308
Adopción simple: si bien le otorga la posición de hijo biológico, no crea
vínculo entre aquél y la familia biológica del adoptante.
3. Respecto de la revocabilidad:
DISPOSICIONES COMUNES.
El art. 311 C.Civ. dice que la adopción de menores no emancipados se otorgará por
sentencia judicial a instancia del adoptante.
Además, el adoptado no debe haber cumplido los 21 años de edad al tiempo en que
el juez otorgue la guarda a los fines de la adopción.
Por último, surge del mismo artículo que la adopción sólo será otorgada mediante
sentencia judicial.
309
2. ADOPCIÓN DE MAYORES DE EDAD O DE MENORES
EMANCIPADOS:
Como excepción al principio contenido en el primer párr. del art. 311, el código admite
la adopción de un mayor de edad o menor emancipado, mediando consentimiento,
en 2 supuestos:
Si se trata del hijo del cónyuge adoptante (art. 311 inc. 1): en este supuesto, el
adoptado es mayor de edad, y la única finalidad que puede tener la adopción
es la integración familiar, y permitirle al adoptado heredar al cónyuge que lo
adopta.
El código establece en su art. 312 que nadie puede ser adoptado por más de una
persona simultáneamente, salvo que los adoptantes sean cónyuges. No hay mucho
que explicar: no sería lógico que un menor pudiera considerarse hijo de dos o más
adoptantes, extraños entre sí.
310
5. ADOPCIONES SUCESIVAS.
El art. 312 dispone que en caso de muerte del adoptante o de ambos cónyuges
adoptantes, se podrá otorgar una nueva adopción sobre el mismo menor.
La exigencia de que el adoptante sea por lo menos 18 años mayor que el adoptado
(art. 312, 2º párr.) ya existía en la LEY 13.552. Esta prohibición sirve para proteger la
esencia misma de la institución. La diferencia de edad busca el reconocimiento
diferenciado de la figura del padre.
7. NÚMERO DE ADOPTADOS.
El código dispone en su art. 313 que se podrá adoptar a varios menores de uno u otro
sexo, simultánea o sucesivamente.
El art. 315 inc. a establece que no pueden adoptar quienes no hayan cumplido 30 años
de edad, salvo los cónyuges que tengan más de 3 años de casado, y aún antes si
acreditan la imposibilidad de tener hijos.
311
10. PROHIBICIÓN DE ADOPTAR LOS ASCENDIENTES A
SUS DESCENDIENTES.
Se trata de una prohibición que estaba contemplada en la ley 13.552; luego fue
derogada por la ley 19.134; finalmente, la ley 24.779 la retoma.
Nuestra doctrina permite la adopción de un cónyuge de los hijos del otro. El fin que
se persigue no es otro que integrar la familia, constituida por ambos cónyuges y, en
este caso, por los hijos de ambos.
Consideramos que esta doctrina hoy día no tiene recepción; podría haberla tenido en
el momento en que era seguida por nuestros tribunales, cuando no había una
legislación que admitía el divorcio, pero no ahora. En todo caso, la conveniencia de la
adopción o no será analizada por el juez, que no debe sentirse atado a una doctrina
que antes la impedía.
312
15. ADOPCIÓN DEL PUPILO POR EL TUTOR.
El art. 319 establece que el tutor sólo podrá iniciar el juicio de guarda y adopción de
su pupilo una vez extinguidas las obligaciones emergentes de la tutela.
Para que quede configurada esta posibilidad, las cuentas deben estar rendidas y
aprobadas. Si, no obstante la previsión, la adopción se llevare a cabo, estaremos
frente a un acto nulo de nulidad relativa. Esto significa que, cumplida la mayoría de
edad por el menor, podrá convalidar la adopción otorgada a su ex tutor.
El art. 315 dispone que podrá ser adoptante toda persona que reuniera los requisitos
legales, independientemente de su estado civil. Esto significa que se admite la
adopción unipersonal por parte de una persona viuda, soltera, divorciada, siempre
que cumpla con los demás requisitos legales.
En virtud de lo estipulado en el art. 320 C.Civ., las personas casadas sólo podrán
adoptar si lo hacen conjuntamente.
313
hecho y no existe voluntad de unirse, resulta virtualmente imposible pensar que
ambos requieran conjuntamente la adopción de un menor.
El 2º pàrr. Art. 313 dispone que si se adoptase a varios menores, todas las adopciones
serán del mismo tipo. Creemos que esta es una prescripción disvaliosa, ya que no tiene
en cuenta que las situaciones de los menores pueden ser diferentes.
314
como ocurre con el matrimonio), o que existan vicios en el consentimiento (se refiere,
específicamente, a los casos donde el adoptante quiere adoptar al hijo mayor de su
cónyuge).
22.PRESCRIPCIÓN.
ADOPCIÓN PLENA.
No todo menor puede ser adoptado por el régimen de la adopción plena. Por los
efectos que produce este tipo de adopción, se exige para su otorgamiento que el menor
se encuentre, de algún modo, en situación de desamparo respecto de su familia
biológica.
Por ese motivo, el art. 325 C.Civ. dispone que sólo podrá otorgarse la adopción plena
con respecto a menores:
315
Estos 2 últimos supuestos se refieren a MENORES ABANDONADOS. Para que
pueda existir abandono, es necesario que este sea comprobado judicialmente. De ser
así, los menores involucrados podrán ser otorgados en adopción a aquellas personas
que así lo deseen.
ADOPCIÓN SIMPLE.
316
adopción plena y, además, en el supuesto específico del último párrafo del art. 313
(adopción del hijo del cónyuge).
Efectos.
317
- después de la adopción simple es admisible el reconocimiento del adoptado
por sus padres biológicos y el ejercicio de la acción de filiación. Ninguna de
estas situaciones alterará los efectos de la adopción establecidos en el art. 331
Derechos hereditarios.
La integrada por todos los bienes recibidos por el adoptado a título gratuito
de su familia de sangre, sobre los cuales no carece de llamamiento su familia
adoptiva.
Los bienes que adquirió el causante a título oneroso, o a título gratuito, pero
no en la forma antes señalada, es decir, donaciones recibidas por terceros, o
herencia recibida de su esposa, etc. Sobre estos bienes los adoptantes excluyen
a los padres biológicos.
El art. 331 mantiene vigentes los deberes y derechos que resultan del vínculo biológico
del adoptado con su familia de sangre, porque la adopción no los extingue. Como
consecuencia de ello, subsiste la vocación hereditaria del adoptado respecto de sus
parientes consanguíneos.
Concurre, junto con los hijos naturales o adoptivos del causante, por derecho
propio y en igualdad de situación.
318
5. Aspectos procesales: competencia, partes, audiencia del menor, informes y demás
pruebas. La sentencia. Inscripción, aspectos. Otorgamiento de la guarda por
organismos administrativos: efectos.
PROCEDIMIENTO JUDICIAL.
LA GUARDA PREADOPTIVA.
La LEY 24.779 erradicó la posibilidad del otorgamiento de la guarda por otro medio
que no sea el judicial, cuando dispuso en el art. 18 que se prohíbe expresamente la
entrega en guarda de menores mediante escritura pública o acto administrativo.
Asimismo, el art. 316 dispone que la guarda deberá ser otorgada por el juez o
tribunal del domicilio del menor, o donde judicialmente se hubiera comprobado el
abandono del mismo.
319
A los fines del otorgamiento de la guarda, la LEY 25.854 creó el Registro Único de
Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos. Este Registro tiene como fin formalizar una
lista de aspirantes a guardas con fines de adopción, la que será denominada
“NÓMINA DE ASPIRANTES”.
Para poder formar parte de dicha nómina, se exige que los peticionantes estén
domiciliados en el territorio de Argentina, con residencia efectiva, durante un
período anterior de al menos 5 años.
La nómina de aspirantes se integra con la lista de todos los inscriptos en ella, tanto
de las provincias como de la Ciudad Autónoma de Bs. As.
Por su parte, los datos de los aspirantes constarán en un LEGAJO, en el que deben
asentarse los siguientes datos:
- nombre.
- DNI.
- número de legajo.
- sexo.
- nacionalidad.
- estado civil.
- domicilio real.
- profesión u oficio.
- si se encuentra imposibilitado de concebir, cuando ello fuera requisitos para el
otorgamiento de la adopción.
- características del niño que se pretende adoptar.
- si posee otros hijos.
- fecha de inicio del trámite, etc.
Entendemos que, siempre que el menor tuviera domicilio conocido, será ante el juez de
dicho domicilio que deberán promoverse las actuaciones para conferir la guarda en
protección a su persona.
320
I. CITACIÓN A LOS PROGENITORES DEL MENOR A FIN DE QUE PRESTEN
SU CONSENTIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE LA GUARDA
CON FINES DE ADOPCIÓN.
La citación tiene una doble finalidad: que sean oídos y que presten su
consentimiento.
321
EXCEPCIÓN AL CONSENTIMIENTO – el mismo art. 317 contiene una
excepción a la prestación del consentimiento: “No será necesario el consentimiento
cuando el menor estuviese en un establecimiento asistencial y los padres se hubieran
desentendido totalmente del mismo durante un año, o cuando el desamparo moral o
material resulte evidente, manifiesto y continuo, y esa situación hubiese sido
comprobada por la autoridad judicial. Tampoco será necesario cuando los padres
hubiesen sido privados de la patria potestad, o cuando hubiesen manifestado
judicialmente su expresa voluntad de entregar al menor en adopción”.
El art. 317 inc. b dispone que es obligación del juez, bajo pena de nulidad, tomar
conocimiento personal del adoptado.
En concordancia con esta exigencia, el juez debe mantener una entrevista personal
con el menor, cuya modalidad dependerá de la edad de éste.
Nuevamente, el art. 317 inc. c dispone que el juez deberá tomar conocimiento de las
condiciones personales, edad y aptitudes del o los adoptantes, teniendo en
consideración las necesidades y los intereses del menor, con la efectiva participación
del Ministerio Público y la opinión de los equipos técnicos consultados a tal fin.
Finalmente, el art. 3147 inc. d dispone que iguales condiciones a las dispuestas en el
inciso anterior podrán observarse respecto de la familia biológica. Es decir, faculta al
juez a tomar conocimiento de la familia biológica del menor.
322
conocer la situación de esta familia, su relación con los padres biológicos, la incidencia
que tienen en su crianza, etc.
EL JUICIO DE ADOPCIÓN.
Es decir que, cualquiera sea el plazo de guarda, transcurridos 6 meses del comienzo
de la misma, se podrá promover anticipadamente el juicio de adopción.
Como puede advertirse, existe una modificación respecto de la guarda, ya que el juez
competente es el del domicilio del adoptante o el del lugar en donde se otorgó la
guarda.
Por nuestra parte, creemos que el juicio de adopción debe tramitar ante el mismo
juez que otorgó la guarda, pues fue él quien valoró, con el asesoramiento del gabinete
técnico, todos los elementos probatorios y antecedentes que lo llevaron a expedirse
favorablemente respecto de aquélla.
LAS PARTES – el art. 321 inc. b establece que son partes en el juicio de
adopción el adoptante y el Ministerio Público de Menores.
323
asiste. Podrá también oír a cualquier otra persona que estime conveniente en beneficio
del menor.
Que el art. diga “si lo juzga conveniente” no significa que el derecho a ser oído del
niño sea una facultad discrecional del magistrado, sino que debe interpretarse que
se refiere a la facultad de determinar si el menor reúne o no las condiciones de
madurez necesarias, en cuyo caso será obligatorio oírlo.
El eje central en el proceso de adopción es el interés del menor. Por tal motivo, los
elementos que el juez debe valorar respecto del o los adoptantes son:
- medios de vida.
- cualidades morales.
- diferencia de edad entre adoptante y adoptado.
PRUEBAS – el inc. e art. 321 establece que el juez o tribunal podrá ordenar,
como así también Ministerio de Menores requerir, las medidas de prueba o
informaciones que estimen convenientes.
Se consagra una amplia libertad probatoria, tanto para el juez como para el
Ministerio de Menores, para resolver lo que más convenga al interés del niño.
Por su parte, el art. 321 inc. g prevé que el juez o tribunal no podrán entregar o
remitir los autos, debiendo solamente expedir testimonios de sus constancias ante
requerimiento fundado de otro magistrado, quien estará obligado a respetar el
carácter reservado de las actuaciones.
324
sentencia que el adoptante se compromete a hacer conocer al adoptado su realidad
biológica.
Sin perjuicio de ello, la inscripción no es constitutiva del título de estado como tal, ni
tampoco convalidará eventuales vicios que pudieran afectar la adopción acordada;
en otro orden de ideas, la inscripción se convertirá en la prueba legal del estado de
familia adoptivo.
325
Nos parece atendible y justificada la admisión del reconocimiento de la acción de
filiación, puesto que tiende a salvaguardar y asegurar la identidad del adoptado, que
constituye un derecho personalísimo del mismo.
¿Adopción plena? – en la adopción plena, el art. 327 deja en claro que después
de declarada la adopción plena no es admisible el reconocimiento del adoptado por
sus padres biológicos, ni el ejercicio del adoptado de la acción de filiación respecto
de aquéllos, salvo la que tuviese como objeto la prueba del impedimento
matrimonial del art. 323.
3. por petición justificada del adoptado mayor de edad – se exige, en este caso,
que la decisión tenga una causa justificada, es decir, deben mediar fundadas
326
razones y de envergadura para peticionar la revocación, las cuales serán
valoradas por el juez.
La sentencia tiene carácter constitutivo y el cese del vínculo es ex nunc, es decir, para
el futuro.
NULIDAD DE LA ADOPCIÓN.
Sin perjuicio de que el art. 337 remite a las nulidades que regula el código, establece
causales de nulidad absoluta y relativa.
1. NULIDAD ABSOLUTA.
Edad del adoptado – según el art. 311, la adopción será válida cuando
se trate de un menor no emancipado. Se exceptúan el mayor de edad y
el menor emancipado.
327
Doble adopción – es también causal de nulidad, salvo cuando sean
cónyuges.
b) el Ministerio Público.
2. NULIDAD RELATIVA.
Edad mínima – nos referimos a la edad mínima del adoptante (30 años), salvo
que sean cónyuges con más de 3 años de casados o que hayan acreditado la
imposibilidad de tener hijos. Son legitimados activos:
a) el adoptado.
Vicios del consentimiento – los vicios son el dolo, la violencia y el error. Son
supuestos contemplados en las reglas generales del régimen de nulidades.
Legitimados activos:
328
Son supuestos de caducidad:
329
UNIDAD 22 – INSTITUCIONES CUASIFAMILIARES:
TUTELA.
TUTELA. CONCEPTO.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
La tutela se aplicaba a los menores impúberes al fallecer sus padres y a las mujeres
casadas; la curatela se aplicaba a los púberes de hasta 25 años, a los dementes,
pródigos, sordos y mudos.
Sólo admitió la tutela legítima; la tutela dativa fue organizada por el Fuero Viejo.
Por su parte, el Fuero Real estableció la retribución por la labor desarrollada por el
tutor, consistente en el diezmo de los frutos.
Derecho francés – en los pueblos donde regía el derecho escrito, la tutela estaba
ordenada a la protección del pupilo, admitiéndose la testamentaria y la dativa,
siendo esta última la más utilizada.
330
En cambio, el los pueblos regidos por las costumbres, existieron 2 instituciones que
funcionaban en forma paralela pero persiguiendo distintos fines: la guarda, que tenía
como fin la protección de los bienes del menor; y la tutela, sólo en la modalidad
dativa, que duraba hasta los 25 años de edad.
DERECHO COMPARADO.
- el CCiv. francés adopta una nueva modalidad, cual es la designación del tutor
por el Consejo de Familia, que a su vez debe supervisarlo en el cumplimiento
de sus funciones.
2. Funciones del tutor. Caracteres de la tutela. Control judicial. Incapacidad para ser
tutor: distintos supuestos.
CARACTERES DE LA TUTELA.
2. carga pública – el art. 379 dispone que la tutela es un cargo personal, del cual
nadie puede excusarse sin causa suficiente. Como consecuencia de ello, nadie
puede excusarse de ejercerla, salvo que mediare causa justificada. La valoración
de la causa queda sujeta a la apreciación del juez.
331
3. unipersonal – según lo dispone el art. 386, la tutela debe servirse por una sola
persona, y es prohibido a los padres nombrar a dos o más tutores, que
funcionen en forma conjunta. Si así lo hicieran, el nombramiento subsistirá
solamente para que los nombrados sirvan la tutela en el orden que fuesen
designados, en el caso de muerte, incapacidad, excusa o separación de alguno
de ellos.
Como principio general digamos que la tutela recae sobre personas físicas.
Por su parte, el art. 398 contempla las incapacidades para ser tutor:
menor de edad (inc. 1) – la incapacidad es lógica, por cuanto son los menores
de edad quienes están sujetos a tutela. Respecto de los menores emancipados,
pueden ser tutores, al menos a nuestro entender.
332
ciegos – esta prohibición ha quedado sin efecto en virtud de la LEY 23.647.
los que hubieren hecho profesión religiosa (inc. 16) – la patria potestad se
acaba por profesión de los padres o de los hijos con autorización de aquellos, en
institutos monásticos.
el condenado a pena infamante (inc. 10) – consideramos que este tipo de pena
hace alusión a condenas privativas de libertad por delitos dolosos.
los parientes que no pidieron tutor para el menor que no lo tenía (art. 14) –
este inc. está íntimamente relacionado con el art. 378, que obliga a los parientes
de los menores huérfanos a poner en conocimiento de los magistrados, la
orfandad y la vacancia de la tutela.
333
3. Clases de tutela. Tutela testamentaria, legal, dativa. Tutela especial.
Discernimiento de la tutela: formalidades.
CLASES DE TUTELA.
- LEGAL.
- DATIVA.
TESTAMENTARIA.
Para que uno de los progenitores pueda hacer uso de este derecho es menester que se
haya producido el fallecimiento del otro, pero la tutela recién queda expedita con la
muerte de ambos. Cuando fallece el primero de ellos, la patria potestad la ejerce el
progenitor supérstite.
334
Por su parte, en la adopción simple, la designación del tutor dado por los padres está
sujeta, en cuanto a su eficacia, a la muerte del adoptante, la muerte de los padres
biológicos, o la privación del ejercicio de la patria potestad. Ello, porque de
sobrevivir ambos o alguno de ellos, acabada la adopción, la patria potestad renacería
en cabeza de aquél o aquéllos progenitores.
En caso de que fuera revocado el testamento por otro posterior, la cláusula que
designe al tutor subsistirá si no fuera incompatible con las nuevas disposiciones. De
esta forma, si el nuevo testamento nada dijera sobre la designación del tutor, subsistirá
la del primero.
El art. 385 dispone que se tendrán por no escritas las cláusulas que:
NOMBRAMIENTO – el art. 386 dispone que la tutela debe servirse por una
sola persona, siendo prohibido a los padres nombrar dos o más tutores que
funcionen conjuntamente. Si así lo hicieran, el nombramiento subsistirá solamente
para que los nombrados sirvan la tutela en el orden en que hubieran sido
designados, en caso de muerte, incapacidad, excusa o separación de alguno de ellos.
Por tanto, debe designarse un único tutor para el ejercicio de todas las funciones
derivadas de la tutela.
CONFIRMACIÓN DE LA TUTELA – dice el art. 388 que la tutela dada por los
padres debe ser confirmada por el juez, si hubiese sido legalmente dada, y entonces
se discernirá el cargo al tutor nombrado.
335
La función del juez comprende el examen de la validez formal de la designación y la
acreditación de la idoneidad del pretenso tutor, debiendo requerir a tal fin todos los
medios de prueba que estime convenientes.
LEGAL.
De acuerdo con la redacción del art. 389, la tutela legal corresponde cuando los padres
no han nombrado tutor a sus hijos, o cuando los nombrados no entran a ejercer la
tutela, o dejan de ser tutores.
CURADOR DEL PADRE COMO TUTOR – el art. 480 dispone que el curador
de un incapaz que tenga hijos menores es también tutor de éstos.
Además, la ley previene y resuelve otro supuesto, cual es el del interdicto que no
tuviera cónyuge pero sí hijos, en cuyo caso el curador será también tutor de éstos. Sin
embargo, si el menor tuviera designado tutor con anterioridad a la declaración de
incapacidad de su progenitor, conviene mantenerlo en dicha función.
336
DATIVA.
La tutela dativa es aquella que confiere el juez cuando los padres no hubieran
designado tutor y frente a la inexistencia de parientes llamados a tal cometido o
cuando, de existir, no sean capaces o idóneos, o hubieran dimitido de la tutela, o
hubiesen sido removidos de ella. Así lo dispone el art. 392.
Cabe preferir a los parientes del menor, no comprendidos en el art. 390, siempre que
reúnan las condiciones de admisibilidad.
TUTELA ESPECIAL.
Este tipo de tutela está contemplada en el art. 397, y por su carácter excepcional puede
coexistir con el ejercicio de la patria potestad o de la tutela, pues es otorgada para
negocios o actos especiales.
La tutela especial está limitada a la defensa del menor en cuestiones específicas en las
que se planteen conflictos de intereses que impongan la designación de un tercero,
que tendrá exclusivamente la atención de los intereses del pupilo y no de su
persona, tanto en el ámbito judicial como en el extrajudicial.
1. cuando los intereses de ellos estén en oposición con los de sus padres,
bajo cuyo poder se encuentren (inc. 1).
337
b) privación de la administración de bienes del menor a padres o tutores: los
supuestos que podemos incluir en este caso son:
DISCERNIMIENTO DE LA TUTELA.
El discernimiento es
el acto por el cual el juez otorga la investidura de
la calidad de tutor.
Este acto debe diferenciarse del nombramiento que hacen los padres y de la
confirmación o nombramiento que efectúa el juez.
En el art. 399 el codificador ha prescripto que nadie puede ejercer las funciones de
tutor, sea que se trate de tutela testamentaria o dada por los jueces, sin que el cargo
sea discernido por el juez competente, de manera que autorice al tutor nombrado o
confirmado para ejercer las funciones de los tutores..
Sin perjuicio de ello, corresponde analizar una serie de supuestos que también
tienen que ver con la competencia del juez:
338
a) padres con domicilio en el extranjero (art. 401) – el juez competente
será el del domicilio que tenían en el extranjero al tiempo de su
muerte.
339
no producirán efecto alguno respecto del menor, pero el discernimiento posterior
importará una ratificación de ellos, si no resultara en perjuicio del menor.
La confección del inventario es una obligación del tutor, de la cual no puede ser
eximido. Permite evitar las posibles sustracciones que pudieran afectar al menor y,
en relación con el tutor, determinar el ámbito de su actuación y las
responsabilidades que de ella emergen, tal el caso de la rendición de cuentas.
Respecto de los créditos, deberán ser los de menor cuantía, puesto que si se tratara
de grandes sumas (o “cantidades considerables), importarían una causal de
prohibición de ejercicio de la tutela.
Ello es así con el fin de evitar maniobras por parte del tutor. Sin perjuicio de ello, la
falta de denuncia del crédito importa la caducidad del mismo, y no sólo la
suspensión de su exigibilidad mientras dure el ejercicio de la tutela.
340
Sin embargo, existe una excepción, cuando el tutor, al día del inventario, ignorase
que tenía un crédito a favor.
Sin embargo, deberá responder por los daños y perjuicios que sufra el menor debido
a su actuar, en los supuestos del art. 457 y 413.
EFECTOS DE LA TUTELA.
GUARDA.
El art. 412 dispone la educación y alimento del menor por el tutor. En consecuencia, a
los efectos del cumplimiento de esa misión, el tutor debe tener necesariamente al
pupilo bajo su guarda.
La guarda que debe ejercer el tutor es, al mismo tiempo, un derecho a tener el pupilo
consigo y, correlativamente, un deber propio de la misión encomendada.
Asimismo, el art. 430 contempla el supuesto del pupilo indigente que no tuviera
parientes, o sí los tuviera pero no se encontraran en condiciones de prestarle
alimentos, facultando al tutor, con autorización del juez, a ponerlo en otra casa, o
contratar el aprendizaje de un oficio y los alimentos.
EDUCACIÓN Y ALIMENTOS.
El art. 412 dispone que el tutor debe tener en la educación y alimento del menor los
mismos cuidados que un padre. Debe procurar su establecimiento a la edad
341
correspondiente, según la posición y fortuna del menor. Asimismo, el menor deberá
ser educado y alimentado conforme a su clase y facultades.
El art. 423 dispone que el juez, de acuerdo a la importancia de los bienes del menor,
la renta que produzcan y la edad del pupilo, fijará la suma anual que ha de invertirse
en su educación y alimentos, sin perjuicio de poder variarla, según las nuevas
necesidades del menor.
De la misma manera, el art. 427 prescribe que si las rentas del menor no alcanzaren
para su educación y alimento, el juez puede autorizar al tutor para que emplee una
parte del principal, a fin de que el menor no quede sin la educación correspondiente.
El principio básico es, entonces, el mantenimiento del patrimonio del menor, el cual
sólo podrá afectarse cuando las rentas no alcanzaran para satisfacer las mínimas
necesidades de educación y alimentos de aquél.
PUPILOS INDIGENTES – en este caso, el art. 428 dice que si los pupilos
fueran indigentes y no tuvieran medios suficientes para afrontar los gastos de
educación y alimentos, el tutor podrá pedir autorización al juez para exigir a los
parientes la prestación de alimentos.
Existe en este aspecto una diferencia con la patria potestad, puesto que el tutor no está
facultado para autorizar a los menores adultos a ingresar en órdenes religiosas, ni
tampoco para negarse a ello.
En tal caso, deberá poner tal situación en conocimiento del juez, y será este quien
deberá conceder o no la autorización.
PODER DE CORRECCIÓN.
El art. 415 dice que el menor debe a su tutor el mismo respeto y obediencia que a sus
padres. Esto permite inferir que el tutor tiene poder de corrección respecto del pupilo,
al igual que los padres respecto de sus hijos.
Este poder de corrección está sujeto a control judicial, para garantizar que no se
ejercerá en exceso o violentando la dignidad del pupilo.
PRESTACIÓN DE SERVICIOS.
Así como los padres se encuentran facultados para exigir que sus hijos les presten la
colaboración propia de su edad sin que tengan derecho a reclamar pago o
recompensa, los tutores tienen similar posibilidad.
342
REPRESENTACIÓN.
De acuerdo con el art. 380, el tutor es el representante legítimo del menor en todos
sus negocios civiles. Por tanto, el principio general es que el tutor ejerce la
representación del menor, pero con el complemento de la representación promiscua
del Ministerio de Menores.
- es legal.
- es necesaria.
- es controlada.
- es conjunta.
ACTUACIÓN EN JUICIO.
El art. 433 dispone que el tutor responde de los daños causados por sus pupilos
menores de 10 años que habiten con él.
REGLAS DE ADMINISTRACIÓN.
Conforme al art. 413, el tutor debe administrar los intereses del menor como un buen
padre de familia, siendo responsable de todo perjuicio resultante de su falta en el
cumplimiento de sus deberes.
343
ACTOS PROHIBIDOS.
5) disponer a título gratuito de bienes del pupilo (incs. 5 y 8) – salvo cuando sea
para prestación de alimentos a los parientes de ellos, o pequeñas dádivas
remuneratorias, o presentes de uso.
El principio general está contemplado en el art. 434, el cual prohíbe al tutor enajenar
bienes muebles o inmuebles del menor sin autorización del juez de la tutela.
a) cuando las rentas del pupilo fueran insuficientes para los gastos de educación
y alimentos.
b) cuando fuese necesario para pagar deudas del pupilo, cuya solución no
admita demoras, no habiendo otros bienes ni otros recursos para ejecutar el
pago.
344
c) cuando el inmueble estuviera deteriorado, y no pudiera hacerse su reparación
sin enajenar otro inmueble o contraer una deuda considerable.
Supuesto de CONDOMINIO – el art. 437 dispone que toda partición en que los
menores estén interesados, sea de bienes muebles o inmuebles, como la división
de la propiedad en que tengan una parte indivisa, debe ser JUDICIAL.
No obstante ello, existe una diferencia respecto de los inmuebles, pues a éstos
sólo se los permite enajenar mediando autorización judicial en los casos que
establece el art. 438; en cambio, los muebles deben ser prontamente vendidos,
con excepción de aquellos que fueran de oro o plata, o joyas preciosas, los
que fueren necesarios para uso de los pupilos de acuerdo a su calidad y
fortuna, los que fueran parte integrante de algún establecimiento comercial o
industrial que el pupilo hubiera recibido en herencia, los retratos de familia
y otros objetos destinados a perpetuar su memoria, las obras de arte, etc.
345
OTROS ACTOS QUE REQUIEREN AUTORIZACIÓN JUDICIAL.
El art. 443 determina que el tutor necesita la autorización del juez para los siguientes
casos:
6. para comprar inmuebles para los pupilos, o cualesquiera otros objetos que no
sean estrictamente necesarios para sus alimentos y educación.
9. para remitir créditos a favor del menor, aunque el deudor sea insolvente.
10. para hacer arrendamientos de bienes raíces del menor que pasen del tiempo
de 5 años. Aún los que se hicieran autorizados por el juez llevan implícita la
condición de terminar a la mayor edad del menor, o antes si contrajere
matrimonio, aún cuando el arrendamiento sea por tiempo fijo.
11. para todo acto o contrato en que directa o indirectamente tenga interés
cualquiera de los parientes del tutor, hasta el cuarto grado, o sus hijos
naturales o alguno de sus socios de comercio.
12. para hacer continuar o cesar los establecimientos de comercio o industria que
el menor hubiera heredado, o en que tuviera alguna parte.
Dice el art. 424 que si hubiera sobrante en las rentas del pupilo, el tutor
deberá colocarlo a interés en los bancos o en rentas públicas, o adquirir
bienes raíces con conocimiento y aprobación del juez de la tutela.
346
AUTORIZACIÓN PARA SALIR DEL PAÍS DEL TUTOR.
El código dispone, en el art. 431, que el tutor no podrá salir del país sin
comunicar previamente su resolución al juez de la tutela, a fin de que éste
determine sobre la continuación de la misma o la posible designación de otro
tutor.
El art. 432 establece que el tutor no podrá mandar a sus pupilos fuera del país
o a otra provincia, ni llevarlos consigo, sin autorización judicial.
ACTOS PERMITIDOS.
El tutor puede realizar libremente todo acto que no requiera autorización judicial
previa o que no esté expresamente prohibido en la ley:
El art. 451 dispone que el tutor percibirá, por sus cuidados y trabajos, la décima parte
de los frutos líquidos de los bienes del menor, teniendo en cuenta, para la
liquidación de ellos, los gastos invertidos en la producción de los frutos, todas las
pensiones, contribuciones públicas o cargas usufructuarias a que esté sujeto el
patrimonio del menor.
La norma recepta una retribución tasada, que no podrá ser alterada por el juez en
caso de considerarla excesiva o insuficiente.
Respecto de los frutos pendientes al tiempo de comenzar la tutela, el art. 452 dispone
que se sujetará la décima a las mismas reglas a que está sujeto el usufructo. Los
frutos pendientes, entonces, pertenecerán al usufructuario, debiendo excluirse los
frutos pendientes al extinguirse la tutela.
347
PÉRDIDA DE LA RETRIBUCIÓN – el art. 453 establece que el tutor no tendrá
derecho a recibir remuneración alguna, restituyendo lo que hubiera recibido en tal
concepto:
si los pupilos sólo tuvieran rentas suficientes para sus alimentos y educación,
en cuyo caso la décima podrá disminuirse o no satisfacerse al tutor.
RENDICIÓN DE CUENTAS.
En este caso, el art. 458 dispone que el tutor está obligado a llevar cuenta fiel y
documentada de las rentas y los gastos que la administración y la persona del menor
hubiesen hecho necesarios, aunque el testador lo hubiera exonerado de rendir
cuenta alguna.
El tutor debe rendir cuentas, no siendo necesario que lo haga personalmente. En caso
de incapacidad del tutor, el obligado es su representante.
En el supuesto de muerte del tutor, las cuentas deberán rendirlas sus herederos, no
correspondiendo al albacea ni al administrador de la sucesión.
Asimismo, por vía de acción subrogatoria, los acreedores del menor pueden solicitar
al tutor o sus herederos la rendición de cuentas.
348
TIEMPO Y PLAZO PARA PRESENTAR LA RENDICIÓN – el principio
general enuncia que las cuentas deben rendirse en oportunidad de finalizar la tutela,
lo cual no impide que pueda solicitarse en otro momento.
DEFICIENCIAS DE LAS CUENTAS – el art. 461 prevé que en contra del tutor
que no dé verdadera cuenta de su administración, o hubiera actuado con dolo o
culpa, el menor que estuvo a su cargo tendrá derecho de apreciar bajo juramento el
perjuicio recibido, y el tutor podrá ser condenado en la suma jurada, si el juez
considerara que dicha suma es conteste con lo que los bienes del menor podrían
producir.
En cuanto al juramento del menor, sólo puede prestarlo cuando hubiera alcanzado la
mayoría de edad.
Sin perjuicio de ello, será el juez quien, en definitiva, fije cuál será la suma a abonar
por parte del tutor, la cual no podrá exceder la requerida por el ex pupilo en el
juramento prestado.
Si el tutor hubiera fallecido, sus herederos deberán presentar las cuentas ante aquel
magistrado.
ENTREGA DE LOS BIENES AL PUPILO – el art. 467 establece que los que
han estado bajo tutela, acabada ésta, pueden pedir la inmediata entrega de los bienes
349
suyos que estén en poder del tutor, sin esperar a la rendición o aprobación de las
cuentas.
CONVENIO DEL PUPILO ADULTO – de acuerdo con el art. 465, hasta pasado
1 mes de la rendición de cuentas es de ningún valor todo convenio entre el tutor y el
pupilo, ya mayor o emancipado, relativo a la administración de la tutela, o a las
cuentas mismas.
La norma busca evitar que el tutor, aprovechando el temor reverencial que ejerza
sobre el pupilo, consiga la aprobación complaciente por parte del pupilo.
FIN DE LA TUTELA.
- muerte del menor, por llegar éste a la mayoría de edad o por contraer
matrimonio.
350
reconocimiento voluntario del padre o la madre del menor.
El art. 457 dispone que los jueces podrán remover a los tutores por los siguientes
motivos:
1) incapacidad o inhabilidad de los tutores – las incapacidades son las del art.
398, pudiendo ser anteriores a la designación como tutor, pero recién haberse
conocido con posterioridad a la misma, o también sobrevinientes a la misma.
No corresponde la nulidad, pues ésta solamente procede cuando se hubiere
nombrado al tutor conociendo la incapacidad que lo afectaba.
Los legitimados activos para promover la acción son los parientes del menor, el
Ministerio Público y el pupilo mayor de 14 años.
También podrá ser decretada de oficio, cuando surja en forma evidente el mal
desempeño del tutor.
Durante la tramitación del juicio, el juez puede disponer la suspensión del tutor.
351
UNIDAD 23 – INSTITUCIONES CUASIFAMILIARES:
CURATELA.
CONCEPTO.
El curador puede realizar todos los actos de conservación de los bienes del insano, ya
que los actos de disposición serán sometidos a la correspondiente autorización
judicial.
352
Con respecto a los actos de administración, conservación y disposición de los bienes
de la persona sometida a curatela, como así de aquellos que le son prohibidos, nos
remitimos a las normas de la tutela. VER.
Por último, a pedido de las personas enumeradas en el art. 144, el juez podrá, previa
información sumaria, disponer la internación de quienes se encuentren afectados de
enfermedades mentales aunque no justifiquen la declaración de demencia,
alcohólicos crónicos y toxicómanos, que requieran asistencia en establecimientos
adecuados, debiendo designar un defensor especial para asegurar que la internación
no se prolongue más de lo indispensable y aún evitarla, si pueden prestarle la
debida asistencia las personas obligadas a la prestación de alimentos.
La norma tiene como fin evitar que el enfermo se dañe a sí mismo y a terceros,
previendo distintos supuestos, siempre y cuando no se deje de lado el dictamen
médico, que constituye un requisito insoslayable.
353
autorización judicial, dada por el consejo de 2 médicos, como mínimo, de que la
medida es conveniente para su salud.
CONTROL JUDICIAL.
En este aspecto, rigen las mismas incapacidades que para la tutela. Están previstas en
el art. 389. VER.
CLASES DE CURATELA.
LEGÍTIMA.
354
2) hijos – el art. 477 dispone que los hijos mayores de edad son curadores de su
padre o madre viudo declarado incapaz. Si hubiera dos o más hijos, el juez
elegirá al que deba ejercer la curatela.
3) padres – el art. 478 dispone que el padre o la madre son curadores de sus hijos
solteros, divorciados, viudos, que no tengan hijos mayores de edad que
puedan desempeñar la curatela – ante la ausencia del cónyuge o de hijos
mayores de edad, la curatela será discernida a favor del padre o de la madre del
incapaz.
4) padres, tíos y hermanos – a pesar de que la redacción de los arts. 476 – 478 no
los contemplan para el ejercicio de la curatela, entendemos que por
aplicación del art. 475, que remite a las reglas de la tutela, y siendo que en la
tutela admite su ejercicio por estos sujetos, nada obsta a que puedan ejercer
la curatela.
TESTAMENTARIA.
DATIVA.
355
acreditada por otro más lejano, o un extraño, con las limitaciones impuestas en el art.
393.
PROVISIONAL.
ESPECIAL.
El art. 475 dispone que se aplicarán a la curatela las normas de la tutela. Por tanto,
procederá la curatela especial en los supuestos del art. 397, para la tutela especial.
CURATELA DE BIENES.
La misma no tiene como fin suplir la incapacidad del titular de los bienes, sino sólo
administrar los bienes que estén abandonados.
356
FUNCIONES DEL CURADOR DE BIENES - el art. 488 dispone que los
curadores de los bienes están sujetos a todas las trabas de los tutores o curadores, y
sólo podrán ejercer actos administrativos de mera custodia y conservación, y los
necesarios para el cobro de los créditos y el pago de las deudas.
CESACIÓN DE LA CURATELA.
2. cesación de la incapacidad.
7. por declaración judicial (cuando hubieran cesado las causas que hicieron
necesaria la curatela, cesa también ésta por declaración judicial que levante la
interdicción).
8. REMOCIÓN DEL CURADOR – las causas de remoción son las mismas que
las establecidas en el art. 457 para los tutores.
RENDICIÓN DE CUENTAS.
357