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“Es permitido utilizar obras literarias o artísticas o parte de ellas, a título de


ilustración en obras destinadas a la enseñanza, por medio de publicaciones,
emisiones o radiodifusiones o grabaciones sonoras o visuales, dentro de los
límites justificados por el fin propuesto o comunicar con propósito de
enseñanza la obra radiodifundida para fines escolares educativos,
universitarios y de formación personal sin fines de lucro, con la obligación de
mencionar el nombre del autor y el título de las así utilizadas”.

Artículo 22 de la Decisión 351 de la Comisión del Acuerdo Cartagena.

ARTÍCULO 22:

Sin prejuicio de lo dispuesto en el Capítulo V y en el Artículo anterior, será


lícito realizar, sin la autorización del autor y sin el pago de remuneración
alguna, los siguientes actos:

b) Reproducir por medio reprográficos para la enseñanza o para la


realización de exámenes en instituciones educativas, en la medida justificada
por el fin que se persiga, artículos lícitamente publicados en periódicos o
colecciones periódicas, o breves extractos de obras lícitamente publicadas, a
condición que tal utilización se haga conforme a los usos honrados y que la
misma no sea objeto de venta o transacción a título oneroso, ni tenga directa
o indirectamente fines de lucro;...”.
Título original: Nati liquidi, de Zygmunt Bauman y Thomas Leoncini
Publicado originalmente en italiano, en 2017, por Sperling & Kupfer
Editori S.p.A.

Zygmunt, a quien se lo debo todo.

Aleksandra, Lydia, Anna, Irena,


l." edición, febrero de 2018
Maurice y Mark.
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un
sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea Doy gracias a la vida por haberos conocido.
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© Sperling & Kupfer Editori S.p.A., 2017


© de la traducción, Irene Oliva Luque, 2018
© de todas las ediciones en castellano,
Espasa Libros, S. L. U., 2018
Avda. Diagonal, 662-664. 08034 Barcelona, España
Paidós es un sello editorial de Espasa Libros, S. L. U.
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www.planetadelibros.com

ISBN 978-84-493-3410-8
Fotocomposición: Fotocomposición gama, sl
Depósito legal: B. 27 .594-2017

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cloro y está calificado como papel ecológico

Impreso en España - Printed in Spain


3

TRANSFORMACIONES SEXUALES
Y AMOROSAS
Decadencia de los tabúes en la era del comercio
electrónico sentimental

:,

'

Thomas Leoncini: Añoramos épocas pasadas


solo porque estamos seguros de que no pueden
volver. Todos los días son buenos para oír a al-
guien que ensalza los tiempos perdidos como más
justos, más en línea con unos principios consolida-
dos. Y entonces entras en un bar, hojeas un perió-
dico y te topas con un tema perenne de todos estos
no lugares:'~ los más jóvenes no están disfrutan-

1
' Los no lugares son el contrario de los lugares antro-
pológicos. Definidos por el etnólogo y antropólogo con-
temporáneo francés Marc Augé, a quien se debe el término
non-lieu, como no identitarios, no históricos y no relacio-
nales. Para Augé, nuestra supermodernidad es productora
por excelencia de no lugares. Son puntos de tránsito, de
permanencia temporal (hoteles), zonas de comercio indivi-
dual (centros comerciales), y pueden representar una épo-
ca y definirla. El mismo Augé escribió que el espacio del
viajero es el arquetipo del no lugar. De forma más técnica,
los no lugares son espacios constituidos por dos caracterís-
ticas que se superponen, pero que no se confunden, es de-
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do de su juventud por culpa de internet y de los antena encima de los zapatos). También nosotros
smartphones. No dudamos en acusarlos de estar pasábamos los días enteros pendientes de la pan-
conectados a todas horas, de no quitarle ojo al te- talla del móvil y alguno recordará el porqué. Por-
léfono en ningún momento, de llevar siempre en- que nos dábamos toques. La moda de los toques
cima el no lugar más moderno y líquido por anto- fue la moda más subestimada por los medios de
nomasia (la web) y de vivir perpetuamente en un comunicación a principios del nuevo milenio, aun-
limbo de bolsillo, que no existe, que crea relacio- que tenía la misma relevancia que tiene WhatsApp
nes continuas aunque inexistentes porque cuenta para los más jóvenes de hoy. Si una chica te gusta-
la leyenda que cuando dos smartphonianos se en- ba, primero tenías que asegurarte de que tuviese
cuentran, charlan sin interés durante unos minu- teléfono móvil, luego ingeniártelas para conseguir
tos y luego siguen mirando fijamente el teléfono su número y, por último, hacer lo más importante:
para construirse sus propios universos paralelos darle un toque. Si después del toque no pasaba
digitales. Sin embargo, los chicos de hoy en día nada, entonces se trataba de una chica que proba-
son iguales a como éramos nosotros.\ Tan solo nos blemente «se lo tenía creído» (utilizábamos esta
distingue una sutil diferencia: ¡no~otros hemos expresión sin entenderla, pero nos gustaba). Ha-
crecido con el teléfono fijo, ellos con la mirada fija bía que volver a dar otro toque, pero sin pasarse,
en el teléfono l Aunque si nos paramos a pensarlo, de lo contrario se acababa recibiendo los insultos
no es del todo cierto. Cuando yo tenía quince del novio. Y entonces llegaba el mensaje que to-
años, acababa de llegar la moda de los teléfonos dos esperábamos, el que podía refrescarte los ve-
móviles que podían llevarse al instituto (más de ranos solo con la inesperada brisa pasajera que te
cuatrocientas mil liras, o doscientos euros de la regalaba. ¿Y sabéis qué ponía? «¿Quién eres?»
época, para tener una cabina telefónica portátil, Con esto comprendías de qué pasta estabas hecho:
que al fin y al cabo tan portátil no era, entraba solo tenías que escoger entre decir la verdad o fingir
en los bolsillos grandes; una vez me lo metí en el que eras otro; eso sí, una vez dado el toque, podías
bolsillo delantero de los vaqueros y acabé con la estar seguro de que la chica ya les había pregunta-
do a todas sus amigas si alguna tenía aquel núme-
cir, con relación a determinados fines (transporte, tránsito, ro. Y luego pasabas los días mirando el móvil, es-
comercio, tiempo libre) y a las propias conexiones que los perando ver el sobre en aquella pantalla en la que
individuos mantienen con dichos espacios. era imposible leer al sol.
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Todo esto para introducir un aspecto que in- mas en su propia red de conexión: en muchos
discutiblemente continúa vigente en la actu~idad: casos, se ha tratado en efecto de suicidios como
la necesidad de los jóvenes de entonces, cómo la consecuencia de un ensañamiento insidioso y vio-
de los de hoy, de sentir un interés particular.por lento con individuos particularmente frágiles. Por
todas aquellas realidades que acortan aún más las no hablar de la ya pésima reputación de Ask.fm,
distancias espaciales y aceleran el proceso de se- sitio web que permite escribir sobre cualquier
lección y reclutamiento de las parejas sexuales, en tema sin tener que desvelar nuestra identidad;
favor de una preponderancia absoluta del tiempo pensemos en los numerosísimos casos de cibera-
sobre el espacio. WhatsApp, T elegram, Snapchat coso y de difamación, por poner ejemplos concre-
o Messenger tienen esta gran función: acortan tos. Todo lo que está en internet presenta sin duda
nuestros tiempos, nos hacen llegar con mucha más un rasgo distintivo universal: la reducción de la
rapidez al objetivo deseado, son procesos instantá- esfera pública en beneficio de la esfera privada.
neos que ratifican como nunca antes hasta ahora Pero es precisamente esto lo que quita peso al sen-
el fin de las distancias espaciales, estableciendo tido político del ciudadano. Sin embargo, internet,
como única fina barricada la empalizada tempo- con sus redes sociales, nos engaña, haciéndonos
ral. <<¿Cuánto tiempo necesito para llegar a tu casa creer que mediante los «me gusta» y los comenta-
en Miami si estoy en Roma?» es la pregunta recu- rios podemos realmente modelar y difundir una
rrente. ¿Habéis oído alguna vez a alguien decir: democracia universal, pero en vez de eso, lo que
«Cuántos kilómetros debo recorrer para llegar a creamos no es más que nuestra propia visión per-
donde tú estás»? La modernidad líquida hamo- sonal e individual, que acabará sumándose a otras
dificado por completo nuestros esquemas psicoló- visiones individuales distintas. Y una vez más lle-
gicos y en consecuencia nuestros prototipos cines- vamos lo privado a lo público. A menudo nos ima-
tésicos. ginamos los comentarios en las redes sociales
Pero ¿qué representa realmente internet para como ríos compuestos por las mismas gotas de
. nosotros y para nuestra identidad? ¿Es un mundo agua, pero todo este asunto se parece más a un
aparte o más bien un complemento a estas alturas lago con muchísimas gotas de aceite que no logran
indispensable para nuestra identidad? Son infini- penetrar en el agua, sino solo demostrar que exis-
tos los casos en los que la web, actuando como es- ten de forma individual, sin poder ser realmente
caparate de la identidad humana, ha causado vícti- calculadas. Es cierto, se parecen entre sí, pero no
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lo suficiente. ¿Y qué sucede cuando observamos ofrecía a sus usuarios registrados la posibilidad de
todo eso desde fuera? ¿Cuál es la forma más co- señalar a un usuario en el caso de que se permitie-
mún para desacreditar con cuatro palabras este in- se enviar una solicitud de amistad a otro usuario
menso flujo? Llamarlo la sociedad de la red (día sí que no conocía en persona. Por lo tanto, el único
y día también, muchos medios de comunicación error del desventurado solicitante de asilo en te-
hablan de ella en estos términos), es decir, sobre- rreno digital ajeno, por el que podía arriesgarse al
entender la existencia de una entidad totalmente bloqueo de su cuenta, era haberle pedido a un
ajena a la comunidad real, como sí no estuviese desconocido que lo alojase entre sus amigos. Con
compuesta por las mismas personas, pero que sin las redes sociales, además, cualquiera puede (en
embargo (es un hecho comprobado) existe. Aun un minuto) hacerse un perfil falso y ofender a
así, nosotros conocemos la red tan solo como un otros usuarios, protegido por la garantía del poder
hábitat ideal, político y democrático. Lo que en de la privacidad.
cambio parece clamoroso es su estrecho parecido El psicólogo estadounidense Phílip Zimbardo
con el totalitarismo, más que con la democracia. vistió a un grupo de chicas estudiantes con capas y
Sí, porque la difusión de noticias y vídeos en tiem- capirotes como los del Ku Klux Klan, de forma
po real, y por tanto aquella que podemos denomi- que guardasen el anonimato; y a otro grupo, en
nar vida del espectador durmiente) se sustenta sin cambio, no les hizo vestirse de ningún modo parti-
duda sobre sólidas bases democráticas, pero la or- cular. Pidió a ambos grupos que suministraran
ganización de nuestra esfera personal en la red, es una descarga eléctrica a otra persona, y estos fue-
decir, la del espectador activo, que hace referencia ron los resultados que se recogieron: las que lleva-
a la relación, al abrirse o el cerrarse hacia los de- ban capirote mantuvieron pulsado el botón que
más, no está en absoluto construida de un modo accionaba la descarga el doble de tiempo que las
democrático. que iban a cara descubierta.
Con nuestros perfiles personales en las redes El mismo Zimbardo, con su famoso experi-
sociales, todos experimentamos más bien la ilu- mento en las cárceles de Stanford, confirmó hasta
sión del totalitarismo: somos libres de bloquear a qué punto era potente el fenómeno de la desindi-
los usuarios, de eliminar las solicitudes de cone- vidualización. Como escribió otro psicólogo esta-
xión tan solo porque no conocemos a alguien per- dounidense, Edward Diener, la desindividualiza-
sonalmente. Hasta hace poco tiempo, Facebook ción, al reducir la conciencia de sí mismo, reduce
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también la accesibilidad a las normas internas de después analizando tu pregunta punto por punto.
comportamiento. Propongo empezar por el giro verdaderamente re-
Con internet tenemos realmente la ilusión de volucionario en la condición humana llevado a
ser personas únicas y de ser capaces de gestionar cabo paso a paso -en el transcurso de una sola
el exceso de búsqueda del sentido de la vida. generación- por la tecnología de la información:
desde las gigantescas estructuras de las cuales, se-
gún sus inventores y pioneros, con haber instalado
Zygmunt Bauman: Has presentado un buen alrededor de una docena habría bastado para sa-
·esbozo de tu historia de la red: breve y sintética, tisfacer la totalidad de las necesidades informáti-
aunque repleta de acontecimientos. En efecto, una cas de la humanidad, hasta la miríada de dispositi-
combinación de grandes expectativas y esperanzas vos, primero portátiles, y luego tan pequeños que
frustradas parece ser, a posteriori, su signo distinti- caben en la palma de la mano (tabletas, teléfonos
vo. Como justamente sugieres, la red entró de un móviles y cualquier otro cacharro que pueda ser
modo triunfal en nuestro mundo con la promesa lanzado al mercado antes de que tú y yo concluya-
de crear «un hábitat ideal, político y democráti- mos esta conversación); en todo momento, veinti-
co», pero ¿adónde nos ha ayudado a llegar? A la cuatro horas al día y siete días a la semana, al al-
actual crisis de la democracia y al agravamiento de cance de los millones de propietarios/usuarios de
las divisiones y los conflictos políticos e ideológi- todas las edades, en cualquier situación, en el bol-
cos. Efectivamente, acogimos con entusiasmo la sillo o en el bolso, pero la mayor parte del tiempo
promesa de la oportunidad de una segunda vida, en la mano. Por mucho que podamos estar y/o
pero el mundo en el que tendemos a llevar nuestra sentirnos solos, en el mundo online estamos siem-
segunda vida es un mundo de ciberacoso y difa- pre potencialmente en contacto. El mundo o/flineJ
mación. Y sí, la llegada de la red ha convertido de sin embargo, no ha desaparecido, ni es probable
repente en realistas nuestras esperanzas de popu- que desaparezca en un futuro próximo; y en ese
laridad, pero, al haberla puesto engañosamente a mundo o/fline, así llamado en contraposición al
nuestro alcance, la ha hecho casi obligatoria, aun- recién llegado onlineJ esta prerrogativa no se apli-
que con una probabilidad de adquirirla equivalen- ca -ya que no se aplicaba cuando ese mundo era
te a la de ganar la lotería. el único que habitábamos, y su compañero o rival
Pero comencemos desde el principio, para ir aún no se había inventado-, es decir, durante la
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mayor parte (hasta ahora casi la totalidad) de la los resultados y deshacerme de todo aquello que
historia de la humanidad. no haya logrado cumplir los estándares que yo he
Pero ahora existen dos mundos, netamente dis- prefijado.
tintos el uno del otro, entidades plena y verdadera- Resumiendo, online, a diferencia de todo lo
mente en las antípodas, y la tarea de reconciliarlos que ocurre offline, soy yo quien ostenta el control:
y forzarlos a solaparse está entre las competen- yo soy el jefe, yo mando. Tal vez no tenga madera
cias que el arte de vivir en el siglo XXI nos exige de director de orquesta, pero soy yo quien decide
adquirir, hacer nuestras y utilizar. Preceptos y re- qué música suena. Algunos observadores perspi-
glas de comportamiento distintos, fronteras tra- caces han comparado esta sensación divina a la
zadas de forma diferente entre lo que habría que que invade a un niño dejado a sus anchas en una
hacer y lo que habría que evitar, y vocabularios y tienda de golosinas. Pese a todo, el problema es
códigos de conducta -prescritos, usados, enseña- qué chucherías escogerá y disfrutará ese niño.
dos y aprendidos- distintos, desde el momento En este punto, querido Thomas, la opinión de
en que estamos destinados a vivir en ambos mun- la mayoría (es decir, que el acceso a internet ha-
dos, dividiendo así nuestras horas, nuestros días bría creado «un hábitat ideal, político y democrá-
(¿nuestras vidas?), entre dos universos, códigos tico», como tú decías) se ha topado con una amar-
comportamentales, modelos de convivencia e inte- ga desilusión. El acceso a la red ha resultado no
racción distintos. Los seres humanos del siglo XXI ser una búsqueda de una mayor iluminación, de
son de dos mundos. Pertenezco a uno de los dos, unos horizontes más amplios, del conocimiento de
el offline. El otro -el mundo online, el que se nos concepciones y estilos de vida desconocidos hasta
induce, insta e incita a construir con nuestros mo- ahora, con el fin de implantar en ella ese diálogo
dos y medios, valiéndonos de los instrumentos, es- que exige «el hábitat democrático ideal». La ma-
tratagemas y recursos ofrecidos por la tecnología yor parte de las investigaciones sociológicas al res-
informática- se presenta a menudo, e incluso de- pecto muestra que la mayoría de los usuarios utili-
masiado a menudo se experimenta, de forma enfá- zan internet atraídos no tanto por la oportunidad
tica como si me perteneciese. Puedo, al menos en de acceso como por la de salida. Esta segunda
parte, diseñar su forma y sus contenidos; puedo oportunidad se ha revelado hasta el momento
eliminar y bloquear los fragmentos indeseados, in- como más atractiva; se ha empleado muchísimo
cómodos, que me molestan; puedo monitorizar más para construirse un refugio que para derribar
r

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muros y abrir ventanas; para reservarse una zona rías Réquiem por mi tierra madre, la revolución
de confort exclusiva, lejos de la confusión del mun- «democrática» en Rusia «ha acabado con el mo-
do caótico y desordenado de la vida, y de los retos nopolio de la mentira del partido en el gobierno»).
que este plantea al intelecto y a la tranquilidad del Tal vez no te encuentres nunca con tu víctima cara
espíritu; para evitar la necesidad de dialogar con a cara (y viceversa); bien ocultos bajo la armadura
personas potencialmente irritantes y estresantes, del anonimato, el riesgo de ser denunciados por
en el sentido de que tengan opiniones distintas a calumnias se reduce a la mínima expresión.
las nuestras y difíciles de comprender, y, como
consecuencia, la necesidad de participar en un de-
bate y arriesgarse a salir derrotados. Con el simple Thomas Leoncini: De este modo, la relación
recurso de poder eliminar todo lo que no se desee entre fama y red crea un mecanismo de amplifica-
que aparezca o de bloquear el acceso a los invita- ción de la propia modernidad líquida: un abun-
dos indeseados, la red permite un «espléndido ais- dante bufé rebosante de manjares que nos hace la
lamiento» pura y sencillamente irrealizable e in- boca agua. Y la red es ese abundante bufé de deli-
concebible en el mundo offline (intenta, a ver si lo cias.
logras, alcanzar el mismo objetivo en la calle, en el Internet a menudo amplifica tanto los deseos
barrio, en el lugar de trabajo ... ). En vez de servir a sexuales como el deseo de inmortalidad. Platón,
la causa de aumentar la cantidad y mejorar la cali- que nació hace más de dos mil cuatrocientos años,
dad de la integración humana, de la comprensión afirmó que el hombre se asombraría por el com-
mutua, la cooperación y la solidaridad, la red ha portamiento de sus semejantes si antes no fuese
facilitado prácticas de aislamiento (enclosure), se- capaz de asimilar que todo hombre se ve embarga-
paración, exclusión, enemistad y conflictividad. do por el amor a la fama y osa obtener la gloria
Y además has tocado otro punto de una impor- inmortal. Para garantizar esta reputación en el
tancia capital, «los numerosísimos casos de cibera- seno de la sociedad, según Platón, el hombre es
coso y difamación» ... Internet, en efecto, ofrece a capaz de enfrentarse a cualquier peligro con una
cualquiera vía libre para las insinuaciones, las ferocidad aún mayor a la que emplearía para de-
murmuraciones, las calumnias y las difamaciones, fender a sus propios hijos.
y en general para la mentira (como observa cáusti- Hoy en día todo el mundo disfruta al menos de
camente un exdignatario soviético en sus memo- diez minutos de fama en la vida: basta con intro-
·.~··

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ducír la fecha de nacimiento en nuestro perfil de aceptaba imprimirlas y difundirlas. Estas barreras,
F acebook para que ese día, cada año, se nos llene estas rígidas restricciones impuestas al acceso a la
de notificaciones públicas, que para las mujeres se esfera pública, son ya un recuerdo del pasado, a
traducen con frecuencia en invitaciones a tomar juzgar por nuestro diálogo. Para bien o para mal...
café, mientras para los hombres, en un aumento
de las oportunidades de seducción. ¿Qué piensas
sobre esto? Thomas Leoncini: Según unas recientes inves-
tigaciones de The Wrap, una publicación digital
de Hollywood, es alarmante el número de aspiran-
Zygmunt Bauman: Pienso que se trata de otro tes a suicidas entre los exparticipantes de los reali-
argumento importante que incluyes con acierto en ty shows televisivos: recientemente, han sido once
nuestro diálogo: una novedad que, para variar, los fallecidos de este tipo en Estados Unidos. La
puede verdaderamente, en el mejor de los casos, revista explica que los concursantes no son cons-
generar nuevas oportunidades para la vida públi- cientes del nivel de estrés al que se enfrentan bajo
ca. Lo que tú denominas fama es al fin y al cabo los focos. Y las víctimas ...oueden ser de lo más in-
un arma de doble filo. Por lo general, los famosos sospechadas: un vicefiscal de distrito, un padre
son conocidos porque se habla mucho de ellos, soltero, un joven púgil. Pero lo más llamativo es
pero incluso las personas con las ideas más benéfi- que, según The Wrap, el fenómeno no se limita
cas deben hacerse un nombre si quieren que sus solo a Estados Unidos, ya que también se han pro-
propuestas sean leídas, escuchadas y debatidas ducido suicidios o intentos de suicidio en la India,
con seriedad. Internet desmantela muchas de las Suecia e Inglaterra. Según un artículo reciente de
barreras erigidas en el pasado en torno a los acce- New York Post, ¡en Estados Unidos sería necesa-
sos a la esfera pública, que en demasiados casos rio abrir verdaderos centros de asistencia psicoló-
equivalían a una censura informal. No se lograba gica para concursantes televisivos!
aparecer en público si uno no se había granjeado En la actualidad, cualquiera puede hacerse fa-
los favores de un canal de televisión; no se llegaba moso si se sitúa en el lugar justo, hasta un ama de
al público lector para dar a conocer las ideas pro- casa o millones de cocineros dispersos por el mun-
pias, por muy originales y válidas que pudieran do. Todas son personas que no están acostumbra-
ser, si la dirección de un diario o de una revista no das a los focos y que descubren desde el primer
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momento un mal típico de los tiempos modernos: que los miraba fijamente, los voluntarios que ha-
la ansiedad. Susan Boyle no es más que una gota bían interiorizado la sensación de ser invisibles
en el océano: a la espera de la final de Britain}s Got mostraron frecuencias cardiacas y niveles de es-
Talent (el equivalente a Operación Triunfo) tuvo trés más bajos.
que someterse a un tratamiento contra el exceso En la modernidad líquida, la ansiedad y la de-
de estrés. Le diagnosticaron un síndrome «televi- presión han aumentado de forma notable, pero la
sivo»: el exceso de tensión que deriva de ser cata- necesidad epicúrea de invisibilidad casi ha desa-
pultado desde una vida normal, e incluso banal, al parecido. Pese a todo, la cura de estos dos males
candelero público, delante de millones de especta- típicos de la modernidad líquida podría ser justo
dores. la invisibilidad. Esa invisibilidad que hoy no es
Todo esto está perfectamente en línea con los más que la peor «enfermedad» social moderna. Si
resultados de un experimento científico, llevado a no eres visible en la red, tendrás pocas posibilida-
cabo hace poco por el Karolínska Institutet de des de subir en la pirámide social, pero sobre todo
Suecia, que nos invita a reflexionar. Un grupo de no tendrás ninguna posibilidad de practicar el co-
ciento veinticinco voluntarios ha experimentado mercio electrónico sentimental. En nuestra socie-
el que quizá sea el mejor remedio de todos los dad, nunca antes había sido tan fino el nexo entre
tiempos para eliminar la ansiedad y los ataques de el sexo y el amor en las personas más jóvenes. Los
pánico: la invisibilidad. viejos conceptos de hombre pretendiente y mujer
Sí, el remedio consiste en convencerse de que presa son hoy un espejismo arcaico, casi ridículo.
se posee un cuerpo invisible en situaciones socia- Las nuevas generaciones de mujeres han legitima-
les estresantes. Gracias a un casco de realidad do el rol femenino: en la actualidad, la mujer es
virtual, los voluntarios percibieron su cuerpo cada vez más dominante y líder a la hora de esco-
como totalmente transparente. La pantalla les ger pareja. Muchas chicas gestionan sin tapujos (a
mostraba el espacio y los objetos circundantes, través de internet) su búsqueda sexual y la vida
pero no su propio cuerpo. La percepción se vio cotidiana en busca de amor y de atención.
reforzada· gracias al tacto: los sujetos sentían que Zygmunt, en tu opinión, ¿la chica líder de hoy
los objetos les tocaban la piel, pero los veían mo- rehabilita el matriarcado?
verse en el vacío. Cuando más tarde vieron delan-
te de ellos una muchedumbre virtual de personas

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