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Este es un libro sobre cuando y como Internet entró en nuestras vidas afectivas.
decenas de millones de personas en todo el mundo. No digo nada nuevo. La rápida expansión
advertencias no menos altisonantes, pero pocas veces se ha ponderado al nuevo medio (como
tal hemos de considerarlo) en función de lo que con el hacen sus cada vez más numerosos
usuarios. Basta indagar un poco para descubrir que para millones de personas, la Red es
afectivas de diverso tipo, incluidos contactos sexuales y eróticos, amistades y romances con
pregrabados, dibujos).
Introducción:
afectivas.
que con el hacen sus cada vez más numerosos usuarios. Basta indagar un poco
Cuando aún casi nadie había oído nunca hablar de Internet - en tiempos en que
un ordenador personal era todavía un aparato concebido fundamentalmente para
el trabajo, lejos muy lejos de la máquina de comunicación y entretenimiento en
la que se ha ido transformando en estos últimos años - miles personas en todo el
mundo ya usaban la computadora para comunicarse y jugar a distancia.
La Red, cuyos primeros nodos empezaron a funcionar en 1969, tenía en un
principio fines exclusivamente científico-militares. Sin embargo, sus usos
derivaron pronto hacia la comunicación interpersonal y las actividades de ocio.
Desde hace más de veinte años diferentes servicios telemáticos permiten que
personas situadas en distintos lugares intercambien mensajes de todo tipo a
través de su ordenador. En la actualidad, enviar y recibir mensajes de texto a
través del correo electrónico se ha convertido para millones de personas en un
hecho trivial. Millones de niños, adolescentes y adultos utilizan diariamente algún
servicio de comunicación instantánea (chat) para escribirse o charlar con
personas a las que muchas veces no conocen. Unos lo hacen para divertirse,
otros, necesitados de compañía y de afecto, aspiran además a encontrar el amor
bajo cualquiera de sus formas o disfraces.
De estos últimos y de todos aquellos que utilizan o han utilizado algún servicio
de Internet en sus amores y amoríos se ocupa este libro.
La Red del amor recorre de un modo lúdico diferentes tipos de relaciones
afectivas y sexuales que se establecen y se desarrollan a través de la Red y en
sus alrededores, ofreciendo al mismo tiempo una mirada analítica de las
características fundamentales de estas relaciones y de su significación en la vida
privada y social contemporánea.
El texto, escrito en lenguaje coloquial, se sustenta en numerosas entrevistas
personales que realicé en Barcelona y en Buenos Aires entre 1999 y 2001 y en
una exhaustiva investigación de campo en la propia Red. Todos los casos
incluidos responden fielmente al relato de sus protagonistas. Doy fe de que así
es, lo que no debe ser tomado más que en su justa medida, pues de todos es
sabido que Internet es lugar propicio para fábulas y afeites de todo tipo. En su
mayor parte he utilizado testimonios directos y mi propia experiencia personal.
Lo único que he modificado, a fin de salvaguardar la intimidad de los
interesados, son los nombres de todos ellos y en algunos casos también ciertos
datos circunstanciales. Por lo demás, y a pesar del tono deliberadamente ligero
con que están escritas las páginas que siguen, pues no por riguroso ha de ser
un texto aburrido, he abordado el tema con el cuidado que se merece cuestión
tan decisiva en la vida de todos nosotros como lo es el amor.
Es mi intención y mi deseo que al leer estas páginas pase el lector un buen rato
y que de paso conozca algo más sobre algunos de los distintos caminos que
toman las relaciones afectivas en estos tiempos de Internet (en el paisaje
Violencia, SIDA, Virtualidad, Soledad).
Viví en Barcelona durante más de veinte años. Antes estuve en París adonde
caminando bajo la lluvia rumbo a las oficinas que Aerolíneas Argentinas tenía sobre
Champs Elysées. Como muchos otros argentinos residentes o de paso en París iba a
leer los diarios llegados de Buenos Aires en el vuelo del día anterior. Era el único
modo que tenía de seguir más o menos en contacto con mi país, que por entonces,
pocos meses después de la muerte de Juan Perón, vivía una época de convulsiones
El golpe militar de marzo de 1976 trajo días de angustia. Una capa de hollín,
sangre y terror cubrió todas las noticias que llegaban desde aquel allá cada vez más
distante. Cientos, miles de argentinos llegaron a Europa con el miedo pegado en la
mirada y en la piel. A los pocos meses, haciendo cola para entrar en un cine del
Barrio Latino alguien me contó que dos primos hermanos míos, muy queridos,
habían sido secuestrados –“chupados” “llevados” “desaparecidos” - por los señores
de la muerte que gobernaban mi país. Negando el profundo dolor en el alma que
me produjo la noticia, entré a ver la película como si nada hubiera sucedido.
Fueron pasando los años. La Argentina aparecía poco en los diarios de España,
adonde me había ido a vivir en junio de 1977, pocos días después de las primeras
elecciones democráticas tras la muerte de Franco, aquellas que ganó Adolfo Suárez.
Fueron muchos años sin contacto con mi gente, con mi idioma, con mi
gestualidad. Nos sucedieron muchas cosas, a mí, a todos, pero por momentos
siento que nunca me fui. ¿Qué sucedió en los últimos tiempos para que aquella
antigua, dolorosa sensación de extrañeza que sentía cuando visitaba Buenos Aires
se convirtiera en este renovado sentimiento de pertenencia?
Y aquí estoy , caminando por las calles de Buenos Aires manteniendo muy
vivos mis vínculos con Barcelona, la ciudad en la que viví tantos años y en la que
nacieron y viven mis dos queridos hijos. Reiniciando un trayecto vital que me lleva
a reproducir una dolorosa experiencia de separación y alejamiento vivido cuando
deje Buenos Aires a los diecinueve años, suavizado hoy por un constante fluir de
mensajes electrónicos que me permiten, estar aquí sin haberme ido del todo de
allí. Una dualidad afectiva que me marca, que es parte indeleble de mí, de todos
quienes alguna vez nos fuimos y volvimos. Pero aunque ningún contacto virtual,
nada, puede suplir la emoción de abrazar y besar a mis chicos, la distancia es hoy
menos distancia de lo que era a mediados de la década de 1970.
Soledades en Compañía
mi caso, también objeto de investigación. Muchas veces uso el email de una forma
casi obsesiva que llega a preocuparme. Hay días en los que consulto el correo
finalmente nunca llega. Otras veces me pongo a escribir mensajes a personas con
las que hace tiempo no tengo ningún contacto, como si tuviera necesidad de
romper la soledad que impone la pantalla del ordenador. Recibo muchos e-mails
por día. En general son de foros de discusión y listas de correo en los que participo
pasivamente ya que es muy raro que contribuya con algún mensaje a los debates
que se establecen.
alumnos a quienes los suelo atiborrar con material que voy encontrando en la Red
relacionado con los temas tratados en clase. En cambio, soy menos propenso a
que los participantes se vean y oigan y chats de voz, que permiten mantener una
conversación hablada. El chat es uno de los servicios más utilizados en Internet y
Paco, que así lo llamaremos, era, entre mis alumnos, quien más tiempo
pasaba conectado al chat. Tenía veinte años, era muy delgado y de ojos vivaces,
llevaba una barba de perilla y el pelo muy corto con un flequillito de niño travieso
cayéndole sobre la frente. Tenía mucha calle y descaro, un verdadero encantador
de serpientes, prepotente e hipócrita hasta la ingenuidad que no había tardado casi
nada en ganarse el rechazo de casi todos sus compañeros. Meses atrás se había
enfrentado a mí porque yo había recomendado a la dirección que se excluyera del
curso a su novia que tenía verdaderos problemas para seguir el ritmo de las
clases. Era un devorador de diarios deportivos y muy aficionado a visitar webs
porno, sobre todo cuando estaba en clase con la novia. Le gustaba escandalizar a
sus compañeras. Un día una alumna, que de pacata no tenía nada, se quejó en
clase de lo que él y su novia hacían en clase. “Es un asco” concluyó y los demás
asintieron.
Paco me dio las primeras pistas sobre el atractivo que podía tener el chat
para ese heterogéneo grupo de chavales. Durante nuestra charla surgieron algunos
de los argumentos casi recurrentes que suelen aparecer cuando se habla sobre el
chat: la suplantación de género, el anonimato, la falta de compromiso, la confusión
entre realidad y “virtualidad”, la asunción de falsos roles, la superficialidad de los
mensajes y de los vínculos, el narcisismo, el sexismo y el “cibersexo”, y el temor
posiblemente infundado al peligro de adicción.
- El chat me atrajo porque es como un mundo nuevo. Al principio no
conocía a nadie pero enseguida he empezado a hacer amistades, aunque no he
llegado nunca a conocer personalmente a nadie con quien haya hablado en el chat.
Al empezar preguntas lo típico: la edad, el nombre de verdad, de donde son, si
estudian o trabajan. Tonterías más que nada. Nunca se puede saber si te dicen la
verdad. Yo personalmente no miento. La ventaja que tiene el chat es que no sé
sabe quien hay del otro lado. Te puedes conectar fingiendo ser una persona que no
eres. Si te metes con un apodo (“nick” en la jerga de Internet) como “atrevida” o
“cachonda” o “tía caliente” las barbaridades que te pueden llegar a decir los chicos
a través del chat son tremendas. Tonterías. Hay gente que se lo toma en serio, que
realmente quiere hacer amistades o pasar un rato agradable en el chat pero hay
otros que , bue... ya lo te lo puedes imaginar.
- ¿Utilizaste alguna vez uno de esos sobrenombres “sugerentes”?
Los ligues en el chat no te los puedes tomar en serio. Son ligues que salen y
ya está. Las llamas “cibernovias” pero no pasan de ahí. No sabes como son, ni
sabes nada de ellas. Yo tengo tres o cuatro. Les cuento como soy, les digo la
verdad y sé que se la digo, pero no sé si ellas me creen.
- Son ellas. Eso sí que se sabe. ¿Cómo lo sé? Por la forma de hablar. Eso se
sabe. Cuando estás hablando con alguien, a la larga, si es un tío, te das cuenta.
Puede simular tres o cuatro veces que es una tía, pero a la quinta o la sexta
termina deschavándose. De un modo u otro, sale, no falla.
En esa misma época, o quizás un poco antes, me enteré que una de las
alumnas que había tenido en un master de la Universidad Autónoma de Barcelona,
se había casado con un señor de Tarragona al que había conocido a través de un
chat. Ella había venido especialmente desde Paraguay para conocerlo
personalmente. El master era totalmente secundario en su proyecto de vida, una
suerte de red de seguridad emocional que no le hizo falta utilizar. A los pocas
semanas de llegar de Asunción ya había fijado la fecha de la boda. Los meses
siguientes fueron para los preparativos. A clase iba poco. Ella andaba cerca de los
treinta, él pasaba de los cuarenta y era soltero. ¿Amor o un paliativo para el miedo
a estar solos?
generales sobre el narcisismo de nuestra sociedad sobre las que hace tiempo que
sobre comunicación digital que publiqué aquel mismo año. En El espejo de la bruja
de Blancanieves veía a la pantalla del ordenador como un espejo que nos devuelve
novedoso. Hay una autora norteamericana, Sherry Turkle, que hace cerca de 20
años señaló que el ordenador es un poderoso medio proyectivo. "Al igual que
los mundos que otros han creado para ellos. Su adhesión a los mundos
simulados afecta las relaciones con el mundo real "(Turkle 1985:.88). Pero mi
intención era ir más allá. Quería mostrar como la pantalla, en tanto nos
narcisistas.
La pantalla, falsa ventana, actúa como filtro entre nosotros y la realidad, como
un biombo que, en demasiadas ocasiones, nos impide percibir lo que nos rodea.
Acostumbrados a ver el mundo a través de una pantalla, cada vez nos cuesta
más ver a nuestro lado, mirar a nuestros semejantes. Las pantallas nos asedian
y nos atrapan, y hay a quienes les sirven de refugio ante una vida que les
resulta poco atractiva y, a veces también, amenazante. En la pantalla, como si
fuera el espejo de la bruja de Blancanieves, buscamos respuestas sobre aquello
que somos y deseamos o tememos ser, sin darnos cuenta que lo que nos
devuelve es una imagen deformante que, apartándonos de la mirada del otro,
sólo nos dice lo que creemos ser.
Pasamos horas acompañados por la presencia luminosa de una pantalla.
Pantallas en casa, pantallas en el trabajo, pantallas en la calle, en los bares, en
los bancos, en el supermercado, en el metro, en el coche y en el colectivo,
pantallas de bolsillo en las agendas electrónicas, en las calculadoras y en los
teléfonos móviles, las pantallas nos seducen ocupando un espacio creciente de
nuestro tiempo, de nuestras vidas.
En agosto de 1999 viajé para mis vacaciones a Buenos Aires. Una tarde de
mucho frío y lluvia quedé con una amiga pintora en “El Taller”, un bar informal
que tenía sobre el tema y ella entre jugando y en serio me sugirió que escribiera
- Dale, escribilo. Podés usar mi historia para empezar. No te conté, pero
ando carteándome por email con un periodista argentino que vive en Estado
Unidos. Lo conocí hace unos meses acá en Buenos Aires. Había venido por unos
días por cuestiones de trabajo. Quedamos muy enganchados y cuando se fue nos
empezamos a escribir y a hablarnos por teléfono al menos una vez por semana. Yo
nunca antes había usado Internet, me conecté especialmente para poder escribirle.
El libro que pensamos con mi amiga pintora, a la que conoceremos como
trabajar el asunto de los chats sabía que parte del material me podía servir también
para el libro.
Al cabo de un tiempo Alicia me empezó a enviar copias de los cerca de
trescientos emails que, durante los cinco meses que duró, habían ido armando su
romance ciber-epistolar.
“ Fue muy raro escuchar esta tarde tu voz por teléfono. Tenía muchas
pronto en algún momento me pareció que casi no nos conocíamos y sentí una
especie de vértigo. Quisiera una foto tuya porque me da un poco de temor olvidar
tu cara.
Por momentos todo se vuelve irreal. Tengo imágenes sueltas, retazos tuyos
en mi memoria. Tus ojos cerrados y tus besos apasionados en mis manos. En cada
Me gusta que hayas aparecido en mi vida. Algún día, cuando junte energía
para una carta más larga te contaré las razones. Son muchas. Aprendí muchas
cosas con nuestra breve relación y tengo muchas ganas de contártelo. Pero es algo
mucho. Alicia”.
No sé porque me tienes que dar las gracias. A veces suceden cosas hermosas que
no esperamos, que son difíciles de explicar. Aparece alguien y de pronto nos trae
una especie de luz que nos hace transparentes, permeables al cariño, hacedores de
ternura, y entonces descubrimos que vemos más allá de lo que pensábamos, que
nuestra vida nos pertenece. Tenemos que vivir guiados por nuestra mirada. Y
nuestra mirada no es siempre la misma.
difuminadas, a veces más intensas pero en definitiva serán imágenes ideales. Una
distancia.
Escríbeme.
Pd. te mando un archivo adjunto con una foto digital. No es muy buena,
son atravesados por una ráfaga de amor que los une por unos días. Sienten que
uno no puede vivir sin el otro, pero por diferentes circunstancias se tienen que
separar. Alicia y Horacio como muchas otras parejas, buscaron superar el obstáculo
de la distancia para seguir juntos. En tiempos no muy lejanos – un tiempo que
cartas que tardaban días en llegar y hablar por teléfono era difícil y caro. Hoy las
propia naturaleza la posibilidad de la mentira, “si una cosa no puede usarse para
mentir, en ese caso tampoco puede usarse para decir la verdad: en realidad, no
Solos, cada vez más solos, dando vueltas en la Red, buscando aquello que
no pueden ni saben encontrar en la calle porque desconocen lo que buscan y tienen
mucho miedo. Miedo a ser mirados, miedo a mirar, miedo a ser rechazados y miedo
a amar y a ser amados. Con ansiedad unos y con jolgorio otros, millones de
personas participan cada noche, cada día en un gran baile de máscaras en Internet,
intercambiando compañía, disfrazados con los más diversos trajes, interpretando
roles estereotipados. Hombres exitosos, ricos, viriles, fuertes, valientes,
inteligentes, sinceros, trabajadores, simpáticos, leales y mujeres hermosas,
delgadas, sensuales, osadas, ardientes, tímidas, recatadas, enamoradizas,
cariñosas, independientes reflejan a aquel que el otro, quien sea, espera
encontrar. Desinhibidos detrás del teclado y la pantalla, construyen con sus
fantasías una realidad (de ficción) llena de amistad y de amor siempre renovados.
Entrando en el ciberespacio
La Plaza
En pocos años Internet ha pasado de ser en el imaginario mediático un
instituciones públicas de los países más poderosos del mundo, en la que las
bienestar.
propio hecho de promesas y predicciones mediáticas que enmascaran los rasgos
demás, los desamparados de la Tierra, que son gran mayoría, quedan afuera del
festín (la mitad de los habitantes del planeta vive con menos de dos dólares
diarios). Para ellos sólo existen palabras altisonantes de promesas que nunca se
de un mundo mejor son lemas atractivos creados por expertos en mercadotecnia
comunicados; todo el tiempo, en todos los lugares y para hacer todo: Para trabajar,
y gobiernos. Atrás, casi en el olvido, quedan los millones de personas que pasan
Internet (¿a ellos les interesa?) pero nadie parece preocuparse por mejorar sus
dorados de la Tierra.
sentido cabal del término: un espacio abierto para el encuentro y el intercambio,
para niños y para ancianos, para hombres y mujeres, para ricos y pobres, un lugar
para compartir. Internet, es, será lo que sus usuarios hagamos de ella. En la Red,
religiosas pero con intereses compartidos. Plaza sin territorio físico, la Red es un
espacio simbólico cuyos usos se van conformando a través del tiempo en una
continua pulsión entre las prácticas de los usuarios, el desarrollo tecnológico, las
Son numerosos, los que una vez dentro, terminan deambulando por la Red
sin saber muy bien que hacer. Nadie se ha preocupado en enseñarles a utilizar las
refugiarse en los portales más renombrados, buscando señales conocidas que les
tentación del chat de texto, un servicio que ofrecen la mayor parte de los portales,
conocedores del atractivo que este modo de comunicación ejerce sobre los recién
llegados.
eróticos en los sitios porno que abundan en la Web. Los más osados y osadas –
la búsqueda de pareja con la que retozar en una cama - una relación casi siempre
amor verdadero y se apartan un momento del chat para inscribirse a alguno de los
muestran de sí mismos.
permite disponer de tiempo para todos los afeites, lejos de la improvisación que
impone la inmediatez del chat, una forma de comunicación similar al teléfono que
cortas para agilizar la comunicación. Muchas veces sucede que mientras uno de los
inicia una nueva línea de diálogo, lo cual lleva a un cruce de mensajes sobre
suplementario para comunicarse con amigos. Estos últimos casi siempre abandona
instantánea.
En la Casa de Oficios unos cuantos chicos fueron atravesando estas distintas
etapas. Liz era una de mis alumnas más capaces y también una de las más críticas
fuerte y un malhumor casi perpetuo que hacía que en su cara dominara un rictus de
fastidio que escondía su potencial belleza. Rara, muy rara vez sonreía. No sé si
alguna vez la vi reír, aunque tomándola con humor podía llegar a resultar graciosa.
“Empecé a hacer chat aquí porque me aburría. Ahora no me divierte tanto. Al
principio me gustaba por la novedad, por nada más, porque las conversaciones no
son muy profundas Todo el mundo dice lo mismo y todo el mundo pregunta lo
mismo. Entro con otro nombre. Nunca describo como soy pero sí digo mi edad.
Pienso que la gente con la que hablo inventa lo que dice. Me parece muy extraño
Siempre me tratan de ligar. Casi nunca hablo con gente de Barcelona para que
no me pidan de quedar. Los tíos se ponen muy pesados. Todos tratan de quedar,
La gente del chat solo sabe de mí que tengo un perro y que tengo 21 años.
Nunca hablo de mis cosas. Con mis amigos es diferente, los veo cada día. No me
gusta que la gente conozca mi vida. Si yo los conozco y quiero contársela,
bueno. En el chat no te puedes confiar. Aquí en clase ha habido el rollo de uno
que se hacía pasar por otro usando su clave. Si yo le cuento a alguien algo
creyendo que es fulanito o menganito y en realidad es Paco no me haría ninguna
gracia. No me gusta que ese tipo de gente sepa nada sobre mi vida. De todos
modos el chat está bien. Un amigo mío se ha sacado una novia del chat. Quería
encontrar novia y entonces fue quedando con todas las chicas que podía hasta
que al final encontró una a su gusto. Hay gente para todo. Es una chica
jovencita, un poco tontilla ... es tonta.. Pobrecita, cada una tiene que ser como
es”.
chat). Para acceder a un web-chat basta con entrar en las páginas principales de
alguno de los portales más visitados. Todos ofrecen áreas dedicadas al chat.
Además existen redes específicas como IRC (Internet Relay Chat) que fue creada
en 1980 que requiere programas específicos denominados clientes de chat (el más
origen israelí creado en 1996, que permite saber en todo momento que miembros
chats.
en Río Negro, antes de venir a estudiar a Buenos Aires. Hará cinco, seis años.
Empecé con IRC a través de Telnet, con pantalla negra y letras rojas, nada que ver
con los chats que ofrecen hoy los portales. Era difícil mantener una conversación
porque todo el tiempo entraba y salía gente, y otros hablaban de cosas que yo no
manzanas. En Buenos Aires vive con su abuela en uno de los barrios más elegantes
de la ciudad.
“La primera vez que usé un chat en la web no podía creer que hubiera
estado chateando tanto tiempo con el IRC. Era tan frío... Los chats de ahora
ofrecen más posibilidades para expresar los sentimientos gracias a las caritas... los
privado, lo que no se podía hacer en el IRC por Telnet. Además mientras chateas
dedicarte exclusivamente al chat. De todos modos ahora no uso los chats de los
portales, no me interesan, son un lío de gente. Al principio me divertían porque
tenía que ir descubriendo sola las diferentes funciones, pero las conversaciones
eran frívolas, no me reportaban nada. Ahora sólo uso el ICQ. Más que nada me
conecto con gente conocida. La ventaja que tiene es que es una mensajería
línea. Además, si quieres, puedes conocer gente nueva buscando en las páginas
blancas, que es un directorio con datos de los usuarios del programa. Cuando
entras por primera vez en el ICQ hay que rellenar un formulario. En realidad es
voluntario, no todos lo llenan, pero viene bien. Puedes buscar a la gente por edad ,
por sexo, por nacionalidad, por aficiones, o simplemente puedes contactar con
Las comunicaciones a través del chat pueden ser públicas o privadas, entre
también al deporte, a los chistes, o al amor, tema que aparece muchas veces
gustaba de buscar compañero de cama a través de Internet, afirmaba que “el amor
está pasando a ser un amor individual hacia uno mismo, a lo que a cada uno le
gusta, o le mueve, aunque que sea por instinto. Se da el amor y el disfrute sexual,
pero cuando se está realizando el acto sexual lo que existe es un amor hacia uno.
Antes no, el amor tenía que ser compartido y si la persona con la que estabas no te
tú estas amando.
Dramática tergiversación del amor que refleja el narcisismo exacerbado que
se expande entre nosotros y que parece conducirnos hacia un mundo sin amor.
Sin embargo, prefiero tener una mirada optimista y pensar que el amor, concebido
Los publicistas conocen bien la fuerza de todo esto, tanto como para
Buenos Aires durante enero de 2001. La aplastante banalidad que impone la lógica
Quizás, como dice el anuncio, chatear no sea el mejor modo de encontrar el
amor, pero para quienes ansían amar y ser amados todos los caminos son válidos.
¿Incluso comprarse un coche? Pero el chat también puede ser una vía para
alejarse del ser amado, o al menos de la pareja con la que se está más o menos
existencia inquietante de ese “alguien” sin rostro que espera detrás de la pantalla.
Y aunque la pantalla impide todo contacto físico, la separación es muchas veces
temporal, pues más de una vez aquello que empieza como un simple escarceo de
Los casos se repiten, algunos aparecen como historias recurrentes, leyendas
relatos de este tipo ocupan parte de los mitos que rodean a la Red, y ejercen
verdadera fascinación sobre algunos de los recién llegados. Atraídos por cierta
(en principio) implica toda relación de pareja, sea noviazgo o convivencia marital,
buscando aquello que por un motivo u otro sienten que les falta.
al conocerlos, podía llegar a pensar que tuvieran una relación tan cercana como la
joven, de cuerpo poco grácil , de aparentes pocas luces y escaso encanto. Una
chica de tonos grisáceos. Cuando empezaron el curso, el chat era para ellos un
- Yo llevo la conversación al punto al que ella quiere llegar. Me presento con
otra edad, cambio la personalidad, digo que soy mujer. Escribo como si fuera
- ¡¡ Ella, ella ¡! – contestó Pedro en medio de las risas de Maite – Yo la fui
son Teresita u Osita. Teresita es una chica cariñosa, muy dulce – esto último lo
dijeron los dos al mismo tiempo – que está buscando una especie de príncipe
- No, ya tengo uno – De ahí no conseguí que pasara. Cuando le pregunté el
de su participación.
- Que hemos hecho amistad. Al principio, ante este personaje dulce y romántico
los chicos responden como si fueran el chico ideal: dulce, romántico, cariñoso;
dejar de reírse con una risa nerviosa y contenida- y entonces las palabras
- ¿Qué es lo que hace que a veces sigas? ¿Qué es lo que te atrae de ellos?
- La manera que tienen de escribir. Cuanto más osado es, menos sigo.
- Sí.
- En ese momento deja de ser un juego virtual. – comenté como para mí - ¿Qué
de ser más que amigos, así que lo dejamos – En este punto Pedro volvió a
entrar en la conversación.
- En el chat intentas suplir en otra persona las carencias que encuentras en tu
pareja. En el amante virtual buscas a alguien que te ofrezca cosas que no
puede hacer un amante físico. Quizás me equivoco. Para mí escribir para ella
una mujer que quiere ser bella. En general no miento, pero si en el chat la
ocasión requiere mentir o contar una historia fantástica, ahí estoy, dispuesto a
animador virtual. A veces pienso que debería haber cursos para formar gente
- A veces me los cuenta, a veces improviso. Eso sí, antes de enviar algo le
que compone las historias y yo soy el que las redacto. Tengo que decir que
- Nunca – afirmó con serenidad él. ¿Qué diría sobre esto Paco, que se mostraba
encontrar?
- Una amistad, nada más. Apenas los veo les digo que tengo novio. Uso la idea
romántica porque así encuentro más amistades. Mi novio no sabe nada de esto
del chat.
Poco después de esta charla, Maite le contó al novio el tipo de relaciones que
mantenía a través del chat. Él no reaccionó bien. Enfadado la puso ante una
disyuntiva: “El chat o yo”, le planteó. Ella prometió que dejaría de chatear.
romper con la monotonía cotidiana, se citó con uno de sus “amigos virtuales”. Por
lo visto, todo resultó diferente a sus anteriores encuentros y, ya en esa primera
confundir con el amor. Esa noche y las siguientes su nuevo compañero de cama la
invitó a cenar a restaurantes caros y le hizo regalos que ella, con gusto, aceptó sin
por ello sentir que estaba ante su buscado príncipe azul. A partir de entonces fue
De esta historia que conocí de cerca no debemos sacar más conclusiones que
las que hacen referencia a los casos particulares de Maite, de su novio, a quien sin
duda ella no amaba, y de Pedro, el vértice quizás más perverso de esta curiosa
figura de lados múltiples y abiertos. Ellos no son símbolos sino personas. E Internet
fue el catalizador gracias al cual pudieron expresar, liberar rasgos de su
oportunidad de estar con hombres que de algún modo le sirvieron para satisfacer
fantasías y deseos que sin duda la perseguían. Para Pedro fue la oportunidad de
asumir, sin culpa ni temores, un rol femenino, sin por ello sentir que ponía en
cuestión su virilidad. Para él una comparsa de máscaras hechas de palabras, para
ella un camino para descubrir otros cuerpos, otras sexualidades, y quizás también
la suya.
Maite, sin Pedro, se sentía muy insegura para participar activamente en un
chat debido a sus dificultades para expresarse por escrito. Fue él, su facilidad de
La función del lenguaje escrito en la Red ha sido y es motivo de debate. Para
que dejo en manos de lingüistas y otros expertos de la lengua, sin por ello dejar de
eficazmente a través de este medio le resulta más sencillo que a quienes tienen
Tras los primeros pasos en Internet, navegando a la deriva por la Web,
tanteando diferentes chats y empezando a usar el email sin saber todavía muy bien
lugar. Se da cuenta lo difícil que resulta tantas veces encontrar lo que está
buscando, descubre los chats que valen la pena y los que le resultan una perdida
de tiempo, y asume el tiempo que necesita para leer y contestar los numerosos
emails que recibe cada día. Si le pone ganas (mucho mejor, si tiene un amigo que
que le interesa, hasta desbordarlo. Participará en foros de debate sobre los más
permite, tenderá a usar cada vez más el email. Recibirá decenas de mensajes en
siempre alerta. Archivará, muchas veces sin razón alguna que lo justifique, los
acumularán cartas electrónicas sin contestar y otras sin leer que de tanto en tanto
revisará intentando ponerse al día. Con algo de inquietud, alguna vez abrirá
Hace unos cuantos meses recibí un email vacío firmado con un extraño
duda
pantalla.
“Bueno, entonces me quedo mas tranquila, pensé que era algún fallo de mi
memoria. Espero que sigas bien, un beso. Yo, tu amiga de toda la vida”. Su forma
“En el camino te cruzas con muchas personas y rara vez detienes la mirada
en
te recordaba. ¿En qué lugar, en qué ciudad lees este mensaje? Un beso.”
escribiéndote cuando no sé quien sos, cuando en realidad cuando abrí ese mail
vacío, puteé y me pregunté porqué carajo tengo que recibir mails de gente que ni
importan poco o nada, y ese tipo de cosas. Pero me intrigó y acá estoy. Leo esto
“En Buenos Aires también. Intrigado, como vos, por estar escribiéndote.
Los caminos pasan más cerca de lo que a veces uno imagina. Los pasillos del
Era la primera vez que, salvo por cuestiones profesionales, me escribía con
saber si el extraño nombre que usaba era realmente el suyo. Nos escribimos una o
dos veces más, cuando le dije mi edad no me volvió a escribir. Me faltó una
del corazón agitado al abrir el sobre, el rugor del papel perfumado, la emoción y
Internet.
carta de un ser amado. La pantalla es insípida y fría. Los textos escritos con la
una carta manuscrita. Para paliar esta limitación del correo electrónico algunos
de texto en Internet.
al igual que Pedro con Maite, se ocupan de escribir para otros cartas manuscritas y
escritas con buena letra y sin faltas de ortografía, como mandan los buenos
manuales sobre la cuestión, que facilitan un repertorio de ideas para quienes saben
expresar aquello único, irrepetible que cada amante tiene para su ser amado.
a su cariño el escribidor, siguiendo los consejos de un manual, sabe que tiene que
afecto que me inspiras, ya no puedo callar más mis sentimientos, estoy enamorado
labios cuando hablan y sonríen y me imagino lo bellos y hermosos que serán el día
que esos labios me digan que me quieren y son felices junto a mí. ¿Me querrás,
¿Empalagoso? Siempre existe el riesgo que el modelo utilizado por los
escribidores, que acostumbran a ser personas con muchas decenas de años en sus
manos, resulte un poco anacrónico. Por razones ajenas a él, la forma de
relacionarse entre hombres y mujeres, al menos en su apariencia exterior, ha ido
cambiando y no siempre los manuales se renuevan.
Iniciar una relación intensa a través del email no ayuda al amor. Sólo
alimenta el deseo.
Un beso grandote”
Alicia, siempre que podía, contestaba los mensajes de Horacio el mismo día
divierte mucho aunque me deja exhausta. Aprieto veinte o treinta botones a tontas
La verdad es que hoy no tuve un buen día, aunque no fue malo del todo. El título
de mi mail anterior "Qué difícil es" no se refiere sólo al correo sino que tiene
connotaciones más metafísicas.
Ayer hubo gente cenando en casa. Gente que quiero y valoro, pero se
quedaron hasta muy tarde y yo me sentía algo mal y cansada. Me decías que
aunque reconozco que todavía siento algo de angustia porque como te dije, me
cuesta acomodarme a mi nueva realidad económica y llego a fin de mes justo, justo
con lo justo. Debería conseguir vender un cuadro cada tanto y tener cinco o seis
alumnos más para estar cómoda. Pero es difícil, las cosas acá están muy paradas.
Horacio ojalá que mi cariño (no me atrevo todavía a decir amor) sea como un
“Hola: Aquí, hoy hace un día de sol primaveral y Mariana, una amiga , me
propone ir juntas al Parque japonés para ver florecer las azaleas. Tengo una
debilidad por las flores y ese lugar es casi un paraíso: miles y miles de azaleas
email de ayer. Tengo dudas con la máquina todo el tiempo, pero la venceré a
fuerza de empecinamiento. Hoy estoy mejor que ayer, que estaba más o menos
La respuesta de Horacio revelaba su deseo de estar con ella, lo doloroso que
le resultaba la distancia
te extraño. Hace dos días que no pongo nuestro disco. Una semana desde que
llegué de Buenos Aires. Una eternidad. Los días pasan cansinos y a la vez
No son buenas las noches de inquietud cuando uno está solo. A lo lejos
surges tú, estás riendo. Te abrazo. Nos besamos suavemente, con ternura honda.
Respiro. Te sonrío. Te quiero. Te doy un beso grandote, grandote”
que permite sentir la cercanía en la distancia. Algún día pasearemos juntos por
Palermo.
No es casual que seas una pintora de tan sutil sensibilidad. Ayer no andaba
del todo bien. Pero fue transitorio. Que hoy sea para ti un día pleno.
debe dejar de considerar todo aquel que quiera mantener un romance por email
que pueden darse en las relaciones epistolares por correo. En esos días Alicia se
“Horacio, esta máquina me volverá loca. Ayer hice tanto lío que hoy
recibí de nuevo todos tus mensajes. En mi desesperación por parar esos
mensajes infinitos decidí borrarlos (ya escuchaste algo de mi compulsión
por tirar todo). El problema no es que no sólo destruí mensajes que ya
imprimí, sino que también mandé al vacío un mensaje nuevo tuyo, de hoy,
viernes. Llegué a leer e imprimir el del tantra pero no el otro, donde, creo,
me hablabas de mi llamada de ayer. ¡Por favor, si lo tenés guardado, volvé
a mandármelo lo antes posible porque si no voy a enloquecer de odio a mí
misma!”
Malentendidos
Los saltos involuntarios del ratón, aunque fáciles de controlar, son un peligro
por el cariño pero en la que tenía poco lugar el amor. Se contaban lo que habían
hecho en el día, como habían estado, pero rara vez hablaban de ellos, de lo que
ellas producen y expresan, hace que muchas veces se escriba aquello, que sin una
sonrisa y una mirada que lo acompañe, es mejor callar. Para evitar malos tragos
en los emails es aconsejable no dar por supuesto nada, no omitir ningún detalle,
aclarar todos los matices y olvidarse de la ironía, sobre todo si uno no maneja con
de Oficios, dice que nunca hay que enviar un email sin dejarlo reposar antes. Hay
contenido es importante.
Un buen amigo mío hubiera hecho bien en seguir el consejo pues por
atolondrado se quedo sin novia. Que lo que voy a contar fue tan triste y doloroso
para ellos como divertido puede llegar a resultar para nosotros. Llevaban mi amigo
cuidado, como advierten con justa razón los manuales sobre la cuestión, “ya que
(la carta) podría ser mal interpretada y, ante la volubilidad del hombre, puede ser
mirada con mucho recelo. El momento de enviar esta carta ha de ser elegido con
mucho cuidado, procurando que llegue en una ocasión en que la mujer esté
Martín, que ese nombre tendrá aquí mi amigo, nada de esto tuvo en cuenta
cuando le envió a su novia un email anunciándole que se iba a casar en los meses
siguientes. Nada decía en su mensaje acerca de quien era la elegida. Ella reaccionó
equívocos hasta que ella, furiosa, le escribió sin dejar lugar a error que ese era el
final de la relación.
“Muchas veces me dijiste que lo que te importaba ante cualquier cosa era
que yo estuviera bien y fuese feliz. Mentira grande. Lo cierto es que no quiero
saber nunca más de ti. Siguiendo un consejo tuyo: debo preservarme y tú no eres
una buena influencia para mi. Esto lo corrobora. Sólo consigues dañarme. Me
parece increíble lo estúpida que he sido todo este tiempo confiando en ti. Si crees
que esta mensaje que escribo es por despecho estás equivocado. Te escribo este
último mensaje para que te des cuenta de tu inmadurez. Debería haberlo dejado
pasar, pero no creo que te merezcas de momento mi silencio, porque tengo que
decirte derechamente las cosas para que abras los ojos. Te pido que no me llames
mi. Adiós ”. De nada le valieron a Martín las disculpas ni los ruegos. Habían
transcurrido apenas dos días desde aquel lamentado email que quiso ser un sutil
puede leer y releer tantas veces como se quiera, se puede guardar, analizar,
correspondencia postal.
recién llegados a la red, y aquellos que empiezan a moverse en los terrenos del
frente al engañoso espejo de nuestra pantalla que del otro lado, en algún lugar del
mundo, hay alguien sentado ante su ordenador leyendo nuestros mensajes, una
persona que ríe, llora, goza y sufre como nosotros, con nosotros. Incluso el ciborg
del otro, aquel que, como él, sin apercibirse, ha podido dejar parte de su naturaleza
imponen pantallas y espejos para así encontrar, fuera de la imagen formada por los
características particulares que muchas veces, es cierto, puede resultar nada más
que un simulacro de diálogo, pero que en otras ocasiones puede servir como
puente para vivir una experiencia comunicativa intensa con personas conocidas o
único indicio que tenemos de los participantes de un chat son sus palabras , que
embargo, más allá de consideraciones teóricas, el chat es para una gran parte de
compartida con otros, sin sospechar que en muchos casos puede ser para cada uno
que se refiere a las cuestiones de sexo, las cosas para ella transcurren de diferente
modo.
“ Una se embala y dice cosas que capaz que no se anima decir cara a cara.
ocurrió proponerle escribir una obra de teatro entre los dos . Cada mensaje que
nos mandábamos era una escena. Yo escribía una y la dejaba con puntos
suspensivos para que él la completara. Estaba muy bien porque yo no sabía nunca
lo que iba a añadir él. Era muy interactivo. Fue divertido, muy divertido, él era
muy genial para escribir. Después no volvimos a hablar nunca. Fue como un juego
Mientras me contaba esta historia sus ojos claros brillaban de alegría y su voz
“Esperar su mensaje para ver que había escrito y reírme con la escena era
directores de la obra. Yo por ejemplo le decía: pero bueno, estos actores son de
morondanga, tenemos que contratar a otros. Para poder hacer cosas así en el chat
hay que encontrar a la persona adecuada, no todos son delirantes. Algunos son
contesto. No vale la pena contestar mensajes de esos porque es dar pie a que
sigan con más. Cara a cara no hago este tipo de juegos, eso da para el chat. Soy
tendría que encontrar con personas así que no es el tipo de gente que conocí
hasta ahora”.
Una amiga escritora que vivía en Nueva York, con quien alguna vez había
tu espalda y con suavidad te rozo el cuello con mis labios.... Hacés como si no me
puesta ropa interior (...) Me pongo de pie y me aproximo a la mesa que está cerca
de la ventana. Te miro...., sabes lo que estoy sintiendo (...) Me ves desnuda, (...)
te acercas (...)”
pesar del altísimo voltaje que conseguimos entonces cuando, meses después, de
entre nosotros ningún tipo de atracción sexual, al menos yo no lo sentí por ella.
participantes saben que quien está del otro lado puede ser o no quien dice ser.
que tuve la fortuna de evaluar, señala que en nuestras relaciones con los otros,
“necesitamos que los demás corroboren que somos quienes creemos, deseamos y
expresamos ser, y al mismo tiempo, necesitamos comprobar que los otros son lo
que creemos que son, lo que deseamos que sean y lo que ellos dicen ser.”
(Elizondo 2001)
impunidad que les permite decir-hacer aquello que difícilmente dicen o hacen
parte del rito, y como en todo rito colectivo hay quienes participan y quienes se
conforman con mirar. Lo fundamental para una parte muy considerable de los
¿Pero de qué tipo de diversión se trata? Sin duda cada uno de ellos tiene sus
propias preferencias e inquietudes, del mismo modo que cada uno de nosotros le da
empezó a usar el chat cuando la dejó su marido, con la fantasía de encontrar una
nueva pareja, hablamos de ella antes. Hoy sólo busca divertirse sin por ello negarse
a echar una mirada crítica sobre algunos aspectos de las relaciones que se
establecen en la Red.
“Quizá lo que más me impresiona de toda esta historia de los chats es su
"falsedad"... ¿Cómo te diría? Quizás dentro de unos años el hecho de conocer gente
a través de Internet se verá de otra forma, pero hoy por hoy parece ser que las
personas que se conocen a través del chat (sobre todo las que se encuentran en
existieran dos mundos paralelos: las amistades que se han generado por las vías,
digamos, convencionales y las amistades que se han generado por Internet. Para
esconderse”.
Jugar, casarse
Lucía tiene una amiga que se llama Amparo. Cuando hablé con ellas las dos
tenían 21 años. Son amigas desde que empezaron juntas la facultad hace ahora
conectarme y, mientras espero que baje un email o cualquier otra cosa, entro
en el chat y veo lo que escribe la gente. Por ahí no chateo con nadie, por ahí no
respondo, pero me gusta ver lo que escriben, como se relacionan, lo que busca
uno, lo que busca el otro - explica Lucía. - Un día conocí a un chico por chat.
Chateábamos todas las noches hasta las tres de la mañana, los fines de
noche en la que él estaba de guardia fuimos las dos a hacerle compañía. Eran
mandado un virus. Como mi novio era técnico de sistemas le tiró una ayuda a ella,
y ella se la mandó al chico y después siguieron chateando. Así fue como ellos se
- Creo que esa fue la primera vez que entré en un chat- precisa Lucía.
tono de lamento.
- En realidad, él, aquella primera noche, había llevado un amigo para mí-
resistan a revelar públicamente que frecuentan sus salas. Lucía está por casarse
chat. Ella antes nos contó que acostumbra a mentir sistemáticamente en los chats.
Se pone sus mejores disfraces y entra en el escena sin ningún reparo, ni sensación
máscaras. Lucía por el contrario dice que ella cuando hace chat se presenta tal cual
es, sin mentir. Volvamos a Amparo y Pedro. Se acaban de conocer, chatean todas
la noches, siempre oculta ella detrás de antifaces y trajes que no son los suyos.
¿Cabe imaginar que algún día puedan llegar a conocerse personalmente sin
persona esperada? ¿No es de suponer que para que se pueda establecer una
personalidad? En cambio, Lucía, como todos los que entran en el chat a cara
mucho mayor, pero también las posibles gratificaciones. La pantalla pierde así parte
de su opacidad dejando entrever el perfil desde el cual se apuntan los rasgos de
Jugar, divorciarse
conyugal como si del hecho de mantener una relación a través de chat o correo
realidad, el desear con el hacer, como si fuera lo mismo escribirse con un idealizado
amor sin cuerpo ni rostro que citarse en los atardeceres con una persona amada y
relaciones afectivas nacidas y mantenidas en la red. Más allá de las fantasías que
pueden acompañarlas, del secreto con que se las pueda proteger, aquel amor
parejas reales.
enfrentarse a la mentira en la que viven, perpetúan una situación que nada les
exige, en nada los compromete. En otros casos, turbados, fascinados por una
relación situada fuera del tiempo y del espacio, deciden dejar de lado sus temores
estas historias de amor “virtual” pocas veces terminan comiendo perdices, pues los
finales felices acostumbran a ser más habituales en los cuentos de hada que en los
cuentos de Internet. Como pudo comprobar en su piel Ignacio Cardelli, Nacho para
y habitante de una localidad de la zona norte del Gran Buenos Aires, casado y con
dos hijos, aficionado a chatear por la noche mientras su mujer veía televisión en la
cama.
Planteamiento que pone de relieve una de los claves que han contribuido a
desarrollar una gran parte de las fantasías que circulan alrededor del sexo virtual:
nos atormentan.
acceder a ella, no alcanzará nunca a romper los límites que establece la pantalla,
no dejará nunca de ser una ilusión sensorial capaz sólo de generar sensaciones
hacia sí mismo, carencia que le incapacita para amar a los otros. El tecnosexo,
al del otro), cualquiera sea la forma que adopte, implica la abolición del cuerpo de
Pensadores hay que con sutil perspicacia filosofean acerca del atractivo
carácter desmesurado y superficial de gran parte de los discursos sobre el sexo
ojos y mentes sino que también captura nuestros corazones aventuran ciertos
hacedores de ideas que en su tarea mistificadora repiten una vez y otra que la
detrás de una pantalla electrónica, constituida más que nunca en una barrera
destellos de una sensualidad imposible, más hija del voluntarismo de la razón que
de la emoción del juego de seducción. A los vínculos les pedimos, en general, que
máquina.
Al fin y al cabo, los autómatas no están dotados para el amor. Hay quienes
mantienen que en ciertos casos las diferencias entre el espacio físico y el espacio
virtual, entre los cuerpos “electrónicos” y los cuerpos humanos parecen deberse
sólo a una cuestión de ancho de banda. Desde esta discutible perspectiva, añaden
pretendiendo ignorar que toda experiencia vital tiene su origen y final en el cuerpo.
del Otro, construida de pequeños elementos, y porque no, sólo de palabras escritas
en la pantalla de una computadora. Pero ese objeto de amor, para dejar de ser
Horacio y Alicia, durante los meses que duró su romance ciberepistolar, nunca
“Alicia luz, quisiera pasear con vos. Es lindo escribirte, es más lindo hablar
ternura”
Y otra vez, a pocos días de que se cumplieran dos meses desde que había
Una vez se dio una curiosa coincidencia en el que deseo de él y el deseo de
ella se encontraron creando un espacio común para el ensueño del placer.
tus últimos mails de este fin de semana me besás en el cuello y en la espalda. Debe
existir la magia, porque hace uno o dos días tuve la fantasía -¿el deseo?- de que
no es un recuerdo, porque eso nunca ocurrió en nuestros cuerpos, pero tuve esa
imagen muy vívida y real. Cuando leí tu mail con tus caricias me sobresalté.”
la que habla Fromm y el establecimiento de barreras cada vez más sólidas entre
para el amor, única vía de encuentro posible entre los seres humanos.
Los chats de texto abiertos aparecen cada vez más como lugares de
encuentro. Espacios para conocer gente, para charlar con desconocidos, para jugar,
para escapar de la rutina del trabajo y del estudio, y también, y porque no, para
ligar.
En ciudades vividas como territorios cada vez más hostiles, reducidos los
acercarse a personas que no conocemos sin ser vistos con malos ojos, cuando no
es con miedo. Otras veces ni siquiera nos es permitido mirar con interés a un
urbanitas que recorren la ciudad sin cruzarse nunca con miradas ni voces amigas.
miedos e inseguridades que hacen que sintamos que la presencia del Otro interpela
personas buscando interlocutores que les permitan librarse del monólogo interior
Red siempre habrá alguien con quien charlar. No importa el momento, no importa
el lugar.
Buscar, encontrar a otro del que sólo tenemos indicios de su ser a través de
por conocer. Enamorarse de las palabras del otro, construir con ellas una imagen
imprecisa a la que evocar en los momentos de ensueño. Idealizar esa imagen,
incorporarla a nuestra realidad hasta que adquiere una presencia casi física, capaz
saben de esto quienes utilizan la red para sostener y hacer crecer relaciones con
imagen que tenés de mí. Mis últimos mensajes no te hicieron bien, lo intuyo. Que
¿Porqué creés que mi imagen de vos difiere de vos? ¿Cómo creés que te imagino?
No me hicieron mal tus últimos mensajes, para nada. Ojalá estés mejor. A
pienso que te pasan cosas que no me contás, pero respeto tu silencio. Alicia”
Celos
idealización del ser amado acostumbra a rondar también el fantasma de los celos. A
kilómetros de distancia uno del otro, parejas con vínculos que crecieron al amparo
se entregue al cuerpo de otro, de otra, que bese y sea besado, que acaricie y sea
acariciado, que ame y sea amado por alguien con una cualidad, la presencia, ante
“¿Cómo evitar diluirnos en otras voces, en otras caras ,en otros cuerpos?
otro De pronto un mimo o una caricia son necesarios. No me da celos ni nada. Hacé
lo que sientas o lo que puedas. Lo que sí creo que será mejor que no nos contemos
detalles- -ambos-. Yo por el momento no estoy con nadie pero si lo estuviera creo
que no te lo contaría ¿Para qué? No sé, me parece, salvo que fuera algo importante
“Te cuento: Ante todo, no creas que soy una mata-hari ni una seductora
empedernida. Nada de eso, pero este año, como nunca antes en mi vida, y por
razones que desconozco (no soy Claudia Schiffer, ni nada que se le parezca)
Fue a principios de este año, tipo marzo y abril o algo así cuando X comenzó
para lograrlo). Una tarde, en la misma época, me llama Ari, quien era bastante
algunas veces con él y su ex mujer, pero no mucho más que eso. Según me dijo,
después de más de diez años de no vernos tuvo un sueño de amor conmigo, por
eso averiguó mi número para invitarme a tomar un café o salir a comer. Me insistió
tanto que un fin de semana acepté ir a comer con él. Fuimos a un lugar lindo al
lado del río, con velas y toda la escenografía romántica. Al terminar de comer le
pedí que me llevará a mi casa. "Bueno, Ari, que estés bien” me despedí. “Voy a
estar bien, cuando estés conmigo, sos la mujer de mi vida y lo sabés” me contestó
presentarle a una amiga, etc, etc, pero él no se dio por enterado y comenzó a
cumpleaños me mandó una postal muy romántica, y después, hasta ayer que
reapareció, no supe más nada. Pensé que se había olvidado de mí. Bueno, como
verás la situación es medio delicada y creo que tengo que mantener cierta distancia
poco de pena, porque aunque sé que todo es una fantasía suya, él la debe vivir
como algo real. Bueno, espero no aburrirte o parecerte una pedante contándote de
¿sabremos alguna vez qué es?¿ Es sentimiento que quema o más bien que
a saberlo?
Para alimentar tu ego aunque no conozco a la tal Schiffer , y lo digo en voz
bajita para que no suene a cuento, me gustas más que ella, transmites una
Que te puedo decir sobre Ari, salvo que me gustaría estar contigo ocupando
tema me inquieta porque son juegos que producen demasiada ansiedad y angustia.
enamoraras sería otra cosa, pero no sentiría molestia, más bien tristeza. Pero que
eres la luz”
“En realidad, no es tan fácil decir que no, creo que ese es el tema. Alguien
que se nos acerque con dulzura, con amor -aunque sea un amor fantaseado-.
siempre nos conmueve un poco. Al menos eso me pasa a mí. Creo que es eso lo
que me produce cierta angustia, por llamar de algún modo a esta sensación rara de
hablar con vos. Es difícil, estás lejos, por tanto tiempo y de pronto volver al amor
mantener vivo un amor sin miradas, sin sonrisas, sin caricias. Desolado, casi
“Ay ay, Alicia sol, parece que se acerca la hora del atardecer. Si alguien te
atraes, así será. Nada de lo que diga, nada de lo que haga hará desviar tu rumbo,
si así lo sientes así será. Es inevitable Estoy lejos, terriblemente lejos y ¿quién
Si llega el amor a tu vida por un camino en el que yo no esté, nada hará que
y siento que fue una señal del cielo, un milagro. Si no existiera Internet, si esto
hubiera pasado hace sólo tres o cuatro años, quizás menos, nos habríamos escrito
largas cartas sobre papel, muy seguidas al principio y poco a poco cada vez más
espaciadas y hubiéramos hablado algunas veces por teléfono hasta que finalmente
más cerca de lo que llegamos a estar en Buenos Aires cuando nuestros cuerpos sí
nevera, sino que siento que ha madurado, se ha solidificado. Eso sí, nos falta la
avión. El miedo no existe, lo creamos nosotros, así que somos nosotros los que
perderte, pero no por eso dejarás de estar en mí. No quiero ser motivo de
“Lo que te conté era algo halagador para vos. Cuando tuve el acto fallido no
pensaba en hacer el amor con cualquiera sino con vos. Es larga mi historia con el
tema de la sexualidad, y compleja , como para hablarlo hoy y ahora, pero bueno es
así.... Resumiendo, te diría que hasta hace muy poco tiempo yo tenía pocas ganas
despertado. Me gustaría estar con vos, pero es cierto también, que en este
momento -y digo en este momento porque tuve épocas de abstinencia, mucho más
prolongadas- me cuesta no hacer el amor. Pero como vos bien decís, lo que tenga
que ocurrir será. ¿Estoy confusa? Quizás sí, porque es confuso lo que me pasa. Te
mando un besito.”
Ella, por entonces, no había traspasado todavía la etapa del deseo mientras
que él en esos mismos días había empezado a corretear con una antigua
conferencia de prensa, según se enteró Alicia tiempo después. Sea como fuere,
“Me dio alegría y risa la locura del viaje. De pronto camino por la calle y
fantaseo con el viaje y con la ropa que llevaré y con caminar juntos por ¿Barcelona?
Para mí sería como estar en las mil y una noches, algo irreal. Hola, hola, aquí
Alicia” le escribió ella entusiasmada cuando surgió la posibilidad del viaje, pero
Barrio Latino de París para los primeros días del mes siguiente ella sintió una ola de
demasiado tiempo que no nos vemos. Pero se me hace difícil ir por varias razones:
La primera, y -aunque me avergüence, tengo que ser sincera con vos-, quizás la
más poderosa, es el tema del avión. Yo quiero vencer el terror que me da y estoy
segura, segura de que lo conseguiré porque lo deseo mucho, pero me doy cuenta
hacer un viaje tan largo sola. Me avergüenza pero es real. La segunda razón es que
estoy con mucho trabajo. En realidad, me gustaría tener un par de días más para
pensarlo, pero no lo veo posible . Lo digo con mucho dolor, internamente estoy
está haciendo difícil. Quizás sería mejor si nuestros mensajes no fueran tan
asiduos. No lo sé, estoy pensando en voz alta. Creo que todo se nos está yendo de
las manos... No sabés cuánto me gustaría que estuvieras hoy a mi lado, sentados
los dos en el banco del patio, charlando. Recién cuando subí miré el banco y pensé
Interferencias y deslumbramientos
locura contenida que encuentra una vía de escape sólo en apariencia inocua, como
argentino con quien se había estado escribiendo durante muchos meses. La relación
se había iniciado en un chat y como tantas otras prosiguió por email, un poco por
una noche mientras compartíamos una pizza con un grupo de conocidos, “la
informática.
menos eso pensaba él. Sin embargo, nada sabía de la adicción de ella a las drogas
como tampoco que tenía diecisiete años ni que vivía en Nueva York y no en Boston
“Dejé de chatear durante un año y medio. Quedé muy mal con lo que me
paso con una chica que conocí en el chat. Hacía un tiempito que no sabía nada de
cabeza, pero el asunto es que llamé. La mujer me contó que su hija estaba
tenía ni siquiera idea de que su hija se drogara, que yo era un tipo serio, que como
se le ocurría pensar que podía tener algo que ver con algo así, pero ella sin
escucharme repetía una y otra vez que por algo su hija no dejaba de pedir por mí.
Cuando mencionó que la piba tenía apenas diecisiete años me quedé helado, ella a
mí me había dicho que tenía veinticinco. Me di cuenta que todo lo que me había
contado sobre ella era pura mentira. Para colmo, cuando la vieja comentó que su
sentí que me lo decía como advertencia, No sé porque pero podía dejar de asociar
al tipo con la mafia. Me entró un cagazo que para que les voy a contar. Al final, por
suerte, logré convencerla que yo no tenía nada que ver con nada de lo que había
hecho su hija. De la piba no volví a saber nunca nada. Eso sí, como les conté
sueño y la alegría sean posibles. Rumbo equivocado para una aspiración legítima.
Difícil, imposible diría, es que un amor moldeado con reflejos de nuestra propia
imagen sea de utilidad para librarse de la angustia que nos persigue y nos
ánimo del otro que el de hacer de él o ella una marioneta cuyos hilos son movidos
ignorada por ellos mismos, la que lleva a buscar soluciones en el reflejo de espejos
preparados para devolver imágenes falseadas de uno mismo que para poco o nada
sirven cuando el alma se duele. Eso sí, cual un estimulante, producen una
devastadoras.
de ellos mismos, se dejan vencer por la angustia del desamparo. “Adán se esconde
esconde cada hombre, pues cada hombre es Adán y está en la situación de Adán.
Pablo, uno de los alumnos de la Casa de Oficios para la Ciudad del Conocimiento
de Barcelona, cuando a los pocos días de iniciadas las clases nos enteramos que se
dedicaba a pedirles a sus compañeras que le dejaran lamer las suelas de los
zapatos. Varias de las chicas al recibir tan singular propuesta, alarmadas, corrieron
pensando que podía resultar peligroso. Desde un principio tuvimos claro que no se
trataba de una broma de mal gusto, sino que “Suelas” tenía cierta, por no decir
correcta.
Hacia fin de año, Pablo había conseguido lamer las suelas de los zapatos de
unas cuantas de sus compañeras, que una vez pasado el choque inicial, fueron
accediendo a sus deseos sin que ello tuviera consecuencias inmediatas en sus vidas
ni en el desarrollo normal del curso, no así en la de él que, sin duda, debió de sentir
un enorme placer.
que detrás de sus alardes se adivinara a un chico cálido, tímido y muy desvalido
que escondía su terror en gestos de estudiado cinismo. Entre todos los alumnos de
que les facilitara secretos sobre el acceso y copia de juegos, programas y archivos
adelante mío era un niño apaleado que a los 20 años acumulaba toda la tristeza del
mundo. Casi lo primero que me contó fue que había conocido a su “ama” en una
sala de chat de sadomasoquismo “Las únicas que visito. Eso sí, nunca me
encuentro personalmente con gente del chat si no es alguien a quien conozca algún
conocido mío. Puede ser un tanto peligroso” reconoció “Algunos amigos tuvieron
problemas serios con gente del chat. Casi, casi no la pueden contar. Ella antes
había sido la ama de un amigo, por eso acepté encontrarla. Para mí fue maravilloso
Seguimos hablando durante un buen rato. Me contó que nunca había estado
enamorado, que no sabía lo que era el amor, que seguramente debía de ser algo
bueno y que esperaba conocerlo alguna vez. “Yo nunca hice el amor” me confesó
sin inmutarse. Yo le descreí, pero él me aseguró que era cierto. “Sí tío, créeme,
nunca follé, nunca”. Jamás sabré si me mintió, ¿tiene importancia? Más allá de los
de lo que ella vivía como un estigma. Supuesto estigma que, por cierto, los demás
bella, pero tampoco fea. Era rubia, de ojos azul claro y un poco rellenita, sin llegar
trabajo les resultaba especialmente cargosa, rasgo que de ser cierto hubo de alejar
Su relación con Internet era reciente y una de las primeras cosas que hizo,
como tantos otros principiantes fue dedicarle horas al chat. Según quienes la
conocían, se lanzó a la red con un primordial y único fin: Encontrar novio. Claro
que públicamente nunca lo hubiera reconocido. Ella ante todo, hace esfuerzos por
atención desde el principio. Lo veo como una aventurilla, para variar de vez en
porque entable relación con tres personas que me cayeron bien. Aunque sólo
conozco a uno personalmente, me parece gente muy maja. Hablamos de cosas del
trabajo, anécdotas, de lo que nos sucede, del entorno en el que nos movemos.
especialmente a Barcelona para conocerme. Nos vimos tres veces. La primera hace
un mes. Nos hemos hecho amigos, pero no novios. El problemilla es que es una
persona bastante mayor que yo, y claro, a mí me da cosa . Es que cuando una
persona pasa de los veintinueve años ya tiene otro modo de ver la vida . Él tiene
32. Cuando nos encontramos la primera vez no dejo de observarme todo el rato, y
la charla, Blanca lanzó un resoplido de fastidio “ Claro que encontrar una persona
mucho a la mía y a veces mi forma de ser ofende a las personas. Lo que quiero
Para mí, todos entran en el chat con la idea de ligar. Si cae algo, mejor, esa
cual soy suelen cortarse. Y a quienes se lanzan directamente a la piscina los corto
sin más, a mí no me interesa tener historias de ese tipo. Si me entra una chica, una
viviendo en una era de comunicación la gente esté tan alejada. La multitud crea
muchos solitarios, hay mucha gente que está más sola que la una. Mi problema es
que soy muy idealista y claro, hay cosas que actualmente parecen estar de más.
un chico sólo por su físico. ¿ A mí de que me sirve estar con una persona
guapísima que sea imbécil o muy mala persona? No sé, creo que lo que más me
Muchas veces con gente del chat nos damos la dirección de email
llevado feas sorpresas. He conocido a tres personas del chat”. El pudor había ido
cayendo, así fue como Blanca revivió en su relato el milagro de los peces y donde
dijo uno se hicieron tres. ”Cuando vi al de Tarragona .... ¡guauu ¡ Fue muy fuerte,
dice es cierto, lo único que sé seguro es que es de Tarragona. También quedé con
otro chico que no tenía nada que ver a como me había contado que era, no
gusta mucho la gente de Euzkadi y lo enfatice mucho. Por ahora nos vimos dos
veces y hablamos muy seguido por teléfono. Con él de Bilbao y con el de aquí
los tres les dije desde el principio que yo quería conocerlos sólo en plan amigos.. Mi
hermana me dice siempre que tengo que dejar las cosas muy claras porque sino
das paso a que la gente te interprete de otra manera. También conozco a uno de
entre ellas lo que habían charlado en el chat y yo me quedaba descolgada. Así que
apenas me puse Internet en casa lo primero que hice fue bajarme el ICQ para
verdad que yo lo único que quería era que me contaran cosas de sus vidas. Me
ponía a hablar un tiempo con un chico y a los pocos días me preguntaba: “¿y
cuándo nos juntamos para tomar algo?” y yo sabía que sus intenciones eran bien
diferentes. Cuando aclaraba que chateaba sólo para conocer gente los tipos
siempre me decían “yo tenía otros planes con vos” o cosas por el estilo. Hasta ahí
muchas veces pero siempre me dio miedo aceptar. Tengo muchos conocidos que
también conozco algunas chicas que se pusieron de novias a partir del chat. La
hermana de mi novio, por ejemplo, está saliendo hace seis meses con un chico con
no me interesa hacer nuevos amigos. Quizás el chat sirva para alguien que esté
que me llegan. Chateo con mis amigas nada más que para divertirme” Tiene más
de veinte años, vive en Buenos Aires, estudió derecho en una universidad privada,
6
Conociéndose. La ilusión de transparencia
El ayer en el hoy: pudor e hipocresía
encuentro también muy predispuesta para el amor, siempre que sea digno,
primeros días recibí muchos mensajes, pero sólo contesté unos pocos. Hubo uno
número de ICQ. Durante los primeros mensajes que nos mandamos, la verdad
leyendo la mente. Desde ese momento supe que había algo especial entre
mails o por ICQ. Al principio tuve mis dudas sobre él, ya que es casi dos años
más amo en este mundo y él lo sabe. Contamos los días y las horas para poder
podido ir a Valencia ni él venir a Vigo, pero ya estamos planeando estar juntos para
siempre. Por lo pronto ya llevamos un mes de ser novios, y aunque sea a distancia,
sabemos lo que sentimos el uno por el otro. Solamente espero que muy pronto
podamos estar juntos, porque las horas que pasamos hablando por teléfono no son
poder estar con él para verle a los ojos y decirle "te amo", abrazarle fuertemente y
¿A quién ama Carmen? ¿A quiénes aman todas las Carmenes, todos los Nando
del mundo que, por amor, trasiegan teclados, pantallas y redes telemáticas en el
espacio inmenso, silencioso, fantástico y casi fantasmagórico de Internet,
paradójicamente vacío en su exuberancia de contenidos de todo tipo? ¿Son las
Carmenes, son los Nandos los cuerpos, los corazones y las almas amadas o son
el inquietante resultado de una ilusión de transparencia que refleja una imagen
distorsionada de ellos mismos, de aquello que desean, de aquello que no
alcanzan a ver, a decir, a reconocer? ¿Es este, el de Carmen, el de las Carmenes
y los Nandos que en el mundo son, un amor que puede expandirse, que puede
crecer hasta alcanzar a ser sublime?
Amor globo, amor despojo
El director de cine mexicano Arturo Ripstein afirma que “nada como el amor loco
rompe, subvierte, trastoca. Los románticos -persuasivos destructores del orden,
subversivos por definición- lo sabían. Y lo usaron. Nada como el amor loco crea
utopías... y las destruye. Nada como el amor loco rasga, rompe y desordena la
casa del orden social. Nada es más irreverente, sacrílego, herético. Nada, por
tanto, más humano. El amor loco -al igual que Prometeo- se enfrenta a dios para
-al igual que Sísifo- consumirse a sí mismo: fracasar. Y en este continuo fracaso,
ir bordando su humanidad. Su fuerza de vendaval pone la carne humana al
descubierto. En su mejor, más prístina y portentosa flaqueza, en su
conmovedora mezquindad, en su esperanza desesperanzada de construir un
mundo aparte y perfecto para el objeto amado, lo humano de lo humano
prevalece, se destaca, se ilumina" (en Diario Página 12, Bs.As, 12-8-1997).
De todos modos, y a pesar de lo “locura” que muchas veces consiguen
provocar, me cuesta asimilar las relaciones nacidas y crecidas al amparo de la
Red a un amor loco. L’amour fou es otra cosa. Quizás me equivoque, pero los
amores virtuales tienen más bien pinta de caricatura.
Muchas veces comprometerse con Otro en una relación afectiva es vivido
como una dejación, una renuncia a la propia individualidad, sin comprender que
sólo alcanzamos nuestra plenitud en la unión amorosa que nos permite crecer
asumiéndonos como parte de un todo. Aquel que surge entre la luz muda de la
pantalla del ordenador aparece como respuesta tranquilizadora al miedo a
establecer verdaderos vínculos afectivos con quienes nos relacionamos en nuestra
vida cotidiana. La Red resulta, en tales casos, un sustituto superficialmente
satisfactorio y de aparente eficacia emocional.
cambiantes que terminan por converger en una única y conocida imagen siempre
sensación de estar comunicado, para intentar así romper el cerco que tantas veces
necesitamos encontrarnos, mirarnos a los ojos, sentir la presencia física del Otro
En las relaciones a través de la Red entre personas que se conocen, pero por
diferentes motivos no se pueden estar juntos, la transparencia atribuida a la
pantalla comienza a separar al individuo real, diluido en la memoria por el paso del
tiempo, de los mensajes que escribe, dando lugar a la aparición de un inquietante
alter ego virtual, que no siempre responde a la persona que hay detrás de la
pantalla.
noche no podía dormir y empecé a escribir un cuento. El argumento tiene que ver
Una mujer tiene una relación con alguien por mail. Ella siempre le escribe de
relación via email se torna cada vez más asidua, más cercana, más intensa. Al cabo
pero de todos modos continúan la relación, que se torna muy real. En el final que
imaginé el tipo está durmiendo a su lado, ella lo mira largo rato, se levanta
tratando de no hacer ruido, (a la misma hora que solía hacerlo cuando se escribían)
él.
Creo que terminaría más o menos de esa manera, como si ese hombre Real
no pudiera desplazar al Virtual, ella necesita al Otro, a esa construcción mental que
había hecho, que, como los sueños, siempre es más poderosa y abarcadora que lo
Por ahora no tengo escritas más que unas pocas líneas, pero la idea me gusta.
Sobre todo tengo una imagen muy fuerte: los dos en la habitación, durmiendo.
Son las dos de la mañana, ella lo mira un largo rato, se levanta sigilosamente
computadora.
relación con Alicia. Esperaba llegar a tiempo a Buenos Aires, adonde tenía
que había conseguido. En ese momento llegaban casi cuatro meses de relación no
Al leerte me doy cuenta que el ¿quién serás, como serás? con el que empezaste
academia).
Pienso que es bueno que el Horacio virtual al que le escribís se parezca cada
vez mal a este Horacio que te escribe. No vaya a ser que cuando nos veamos te
veces siento que la imagen que construiste de mí, que yo te ayude a construir de
mí tiene poco que ver conmigo. Si es así, perdóname Dentro de menos de dos
meses estaré en Buenos Aires y ahí al mirarnos descubriremos si el que está junto
Esto lo supimos siempre. Pero al fin y al cabo como en las palabras de Borges que
Ante la cercanía del encuentro, Alicia y Horacio empezaron a sentir temor a
la decepción del vacío. De pronto se les revelaba la posibilidad de que todo hubiera
sido producto de un encantamiento, que aquel amor que sentían podía disolverse
“Te quiero mucho. ¿Te lo dije? No importa lo que sentiremos cuando nos
veamos y hasta que punto nos acercaremos. Sé que te quiero mucho y que sos
parte de mi vida.
Alicia”.
Cuanto supe de esta relación, a través de las cartas que intercambiaron por
correo electrónico y lo que me fue contando Alicia a través del tiempo, dice poco
acerca del tipo de vida sexual que mantuvieron en esos meses. En los emails que
confirmó Alicia, que entre ellos rara vez hablaron de sus deseos y fantasías
sexuales, ni siquiera para decirse que sus cuerpos anhelaban reencontrarse lo antes
¿Pudor, visión romántica del amor, protección ante el reconocimiento del dolor que
realidad ¿cabe hablar de amantes?) pueden sentir la cercanía del deseo, como si
las palabras alcanzaran para transmitir aquello que sólo el contacto de pieles y
alejarse, sin saberlo, del amor, que se nutre del deseo, de su reconocimiento, de su
satisfacción (o de su insatisfacción).
Miriam era una de las alumnas más capaces y también mejor preparada que
tuve en la Casa de Oficios para la Sociedad del Conocimiento. Era una persona
Universidad de Barcelona Era gordita, de piel clara y pelo corto castaño oscuro,
con única mecha teñida de color que durante el año fue cambiando, sin ningún
orden, del rosa al azul pasando por diferentes tonos de lila. Buena fumadora de
hachís, todas las mañanas, durante las pausas, salía a fumarse un porro a la
explanada de entrada del edificio en donde dábamos clase. Como todo usuario del
“Pongo otro nombre pero soy yo. Del chat me gusta que puedes hablar con la
mienten. Todos son ingenieros o técnicos, gente que sabe mucho. Hay algunos
los del chat tampoco los considero amigos míos. No tengo con ellos ningún tipo
acepté. Lo más cerca que estuve fue una vez que un chico me dijo que se iba a
pasar por la facultad una tarde en que yo iba a una fiesta con unas amigas ,
pero al final no pasó. Por ahora no tengo ganas de conocer a gente del chat
porque soy muy desconfiada. Cuando estoy chateando con alguien siempre
No descarto que algún día pueda tener ganas de conocer a alguna gente del
alguien desconocido sólo a través de los que nos escribe, cuando además somos
del ordenador se constituye ante nuestra mirada como un espacio en donde son
posibles todos los prodigios. Fascinados por la sucesión de luces y colores que
En una primera mirada a la pantalla, superficie que nada esconde, sentimos que
“Cuando empecé a usar el chat todos los que se me acercaban eran tíos. Me
di cuenta que era a causa del nickname que usaba, entonces decidí probar otros
para poder hablar también con tías. Ahora lo voy cambiando mucho porque
dependiendo del nombre que te pongas viene un tipo u otro de gente. El nick que
usaba al principio era “Barna Boy” y todos los tíos que me hablaban eran gays, me
hacían propuestas, me proponían historias. A veces yo les seguía el rollo, era muy
divertido. Pero no quiero estar siempre hablando con gays, así que ahora uso más
manga pero a veces charlamos también de otras cosas. Si es una chica derivamos
hacía temas de sexo. A veces el que toma la iniciativa soy yo, otras veces ellas”.
antiguo barrio obrero de Barcelona. Era un chico tímido, un poco cortito y de aire
extraviado, muy delgado, grandes gafas de cegato, pelo cortado al serrucho, muy
sexualidad ambigua o quizás sea más preciso decir de sexualidad ingenua, si es que
esta expresión significa algo. De lo que me caben pocas duda es que Miguelín, más
allá de sus aparentes limitaciones intelectuales, era, es muy buena persona. Como
resultaba más sencillo hablar de sus cosas en el chat que cara a cara:
“Allí nadie me conoce, eso hace que resulte más fácil. En el chat,
normalmente cuento cosas que son verdad, pero no siempre. Algunas veces me
pongo a hablar con alguien en coña y le sigo el rollo, le cuento mentiras. A veces
me dan ganas de conocer a alguien personalmente. Si te cae muy bien una persona
te apetece conocerla, pero nunca quedé con nadie.” Hacia el final de nuestra charla
me aclaró que en general no tenía problemas para relacionarse. “Me gusta más
hablar con gente personalmente que en el chat”. ¿Hace falta decir que no tenía
La pantalla escaparate
en el ICQ acostumbra buscar hombres y muchas veces sale con ellos. “ Los busco
por la edad y a veces por las preferencias. Yo me identifico con datos reales: edad,
teléfono, incluso doy el código postal de mi casa así, si les interesa, pueden ubicar
la zona en la que vivo.” Débora es una mujer de belleza calma y equívoco aire
tímido. Tiene veintidós años, es rubia, de ojos azul celeste, cara redonda y sonrisa
“Para mí en el ICQ existe un acuerdo tácito de creer que los datos facilitados
implícito de que los dos vamos a decir la verdad, a no ser que yo tenga ganas de
confió en esta persona que me buscó para charlar. Cuando veo que la
otro se agota, se pierde el encanto. No dejan ninguna huella. No los conocí, no los
demasiado perspicaz para darse cuenta. Cuesta imaginar que tenga problemas para
relacionarse según lo que se puede deducir hablando con ella, pero ese es otro
asunto.
“Hace como dos años estuve saliendo con un chico que conocí en el chat.
Todo fue muy raro. Una noche que estaba aburridísima busqué a alguien en el
ICQ. La información que había sobre él era muy escueta, no decía nada más que el
Pasaron cuatro días sin que nos volviéramos a hablar, y después durante las tres
fuéramos amigos de amigos. Teníamos un trato muy lejano, hasta que un día
algo y no pasó nada. Todo fue en plan amigos. No hubo flechazo por ninguna de
las dos partes. A los tres días, cuatro me llama, volvemos a salir y ahí fue el
enganche.
ventana del ICQ aparece el mensaje de un chico que me buscaba, que me dice
“Débora ¿qué tal?” Yo, bien agresiva, le contesté “no te conozco” . Él se disculpó
ratito andaba proponiéndome que nos conozcamos. Yo primero le dije que no tenía
desafío. “A ver que tal machito sos, ¿hasta adonde te animás?” Y le pasé mi
número de teléfono móvil . Me llamó a los cinco minutos “Dale, porqué no
buscar por la esquina de mi casa en un coche buenísimo, lo único lindo que tenía, el
coche. Eran las cinco y diez de la mañana o así. Me saludó como si nos
costanera, a la zona en donde están las carritos y los pescadores, y nos pusimos a
de vértigo que por lo visto, compartían sus amigas. “Mis amigas me dijeron que
estaba loca. “Mirá si era un degenerado... Mirá si era ...., bla, bla, bla.” Una no
sabe nunca. Bueno, no importa, yo me jugué. Con ese chico estaba todo bien, pero
enganchó. Después me volvió a llamar. Fuimos a comer una vez. Me llevó a Puerto
Madero. Debe ser el único chico que me llevó a Puerto Madero. Salimos dos o tres
veces más pero no sentía que me pasara nada con él y le dije que para seguir así,
Yo, tú y él
futuro de la Red parecen ignorar nuestra necesidad natural (vital), que trasciende
los Otros en donde se justifica, se explica nuestra existencia. Romper con el cerco
renuncian, por ahora, a mantener relaciones físicas, ni tan siquiera con sus
interlocutores virtuales.
Como alguna vez escribí, las voces, las miradas, las caricias actúan como
protección contra el autismo, insanía que conduce, recordémoslo, a la muerte
prematura, y que tantas veces indirectamente parecen promover algunos
mensajes y actitudes públicas. “Cualquiera sea la tecnología a la que se recurra,
existen diferencias notables entre una comunicación cara a cara y la que se
mantiene a través de la mediación de una máquina. El ser humano trasmite y
recibe información sensorial a través de sus gestos, sus miradas, su olfato, del
tacto, todo el cuerpo convertido en un gran órgano de comunicación.(....) Las
máquinas de comunicar apenas pueden proporcionamos un precario, insatisfactorio
sustituto de comunicación interpersonal.” (Levis 1999). Idea que no siempre
parecen compartir algunos estudiosos de la comunicación que pretendiendo
amoldar la realidad a sus reflexiones teóricas son capaces de afirmar, por ejemplo,
que, ante enunciados similares, no existe diferencia notable entre recibir una carta
y hablar por teléfono, entre escuchar un disco y asistir a un recital del cantante en
cuestión, que tal despropósito escuché decir en un congreso a un profesor de una
reputada universidad de Barcelona.
Callo el nombre del autor de tal desatino porque no es intención mía
molestar a nadie, sino, bien por el contrario, contribuir a la comprensión de los
fenómenos de la comunicación. Cierto es, y así se lo supe manifestar en su
momento a mi colega, que para quienes como yo vivimos en el dolor de la
distancia, bien diferente nos resulta oír la voz de alguien querido en el teléfono
que leer una carta o un email, ¡ y qué decir de la maravillosa alegría de poder
mirarse a los ojos después de un emocionado abrazo!
Sin afectividad, sin considerar su existencia, su importancia primordial, no
hay teoría sobre la comunicación humana que pueda sostenerse ante el más
mínimo análisis. Tampoco cuando se trata de explicar la comunicación mediatizada
por ordenadores. Al fin y al cabo, del otro lado de la Red siempre hay un ser
humano, incluso si nuestro interlocutor es un programa de inteligencia artificial.
su ausencia, empieza a sentirse de un modo cada vez más intenso hasta hacerse
medio técnico que esté al alcance, pero llega un momento en que la tecnología más
aquel en quien intuimos el amor, hace inconcebible cualquier otro encuentro que
no sea el físico. Allí, en el roce de las miradas y las pieles, en las sonrisas y en los
Tarde o temprano.
malformación del amor en la que apenas existe lugar para la duda y el conflicto.
A medida que se acerca el momento del tantas veces imaginado encuentro, la
“Tengo ganas de verte, pero no sé si tendremos algo en común , algo que
decirnos. No sé que pasará cuando nos veamos. No sé a quien esperas ver, si soy
o quizás sea encantador y divertido. ¿Pero tiene algún sentido ponerse a pensar en
eso ahora? Nuestra relación "virtual" fue tranformándose poco a poco, ha tenido
pantalla”.
Escribió Horacio un día sintiendo que no sabía muy bien quien era de verdad
pasado una cuantas horas, tú serás tú y yo seré yo, no tengo ninguna duda. Hoy
conciencia de la distancia en kilómetros y días que aún nos separa. Es normal que
de pronto sintamos todo el peso de la distancia y del tiempo. Pienso que debemos
guiarnos por lo que sentimos, en este caso lo que tú sientes. No quiero que nos
estés tan lejos, no lo puedo impedir. No es algo que racionalice. Sólo nos falta el
quiero Alicia. ¿Pero qué sentido tiene que te lo repita mensaje tras mensaje?.
Cuando cierro los ojos me veo abrazándote fuerte, los dos contentos, riendo.
Eres el sol, y por más nubes que salgan el sol siempre está ahí. Un beso
que empieza en tus dedos sube por la mano, recorre tu brazo, se detiene en los
cada tanto mándame unas palabritas, me gusta. Este fin de semana te estoy
eso)”
espalda y la sensación, que nunca tuve antes de que tenemos CERO onda.(...) Si
me hubieras dicho que estabas con alguien hubiera entendido más, pero la
explicación de que no lo habías previsto y por eso no pudiste cambiar tu tono es
retrucha No me enojé pero me puso triste y más bien me hizo aterrizar. Ojalá que
imprevista y muy linda, creo que nos hicimos bien mutuamente, y después
mucho y bien y no te dejes alterar por mis palabras, eso es lo que menos quiero.
No es momento para que desperdicies tu energía. Que estés muy bien. Un beso
grande.”
semanas más. En su respuesta Horacio escribió “(...) sé que la distancia borra los
Alicia dejaba cada vez menos margen a la duda. El camino para ella aparecía
cada vez más despejado y en este camino Horacio, por lo que se puede adivinar,
Ya me había tenido ganas de cortar esta relación a la distancia hace uno o dos
meses atrás, ¿lo recordás? Creo que las dos veces me pasó en momentos en que
cierto, es que se me está haciendo cada vez más difícil mantener esta relación a la
Alicia”
Lo que había aparecido como una nube fugaz empezó a adquirir la densidad
de una bola de plomo. Horacio sintió entonces que no podía resignarse a perderla.
Escribía para conservarla sin intuir en toda su dimensión lo que estaba sucediendo.
“Alicia: Por un lado va la distancia por otro el distanciamiento. Me acuerdo
que estás tan lejos, me acuerdo de tu sonrisa y de tus manos, me acuerdo de ti,
me acuerdo de tu casa y de tu patio. Ojalá fuera tu vecino, así podría estar ahí
contigo, mimándote, apoyándote. Ojalá fueras mi vecina, así ahora podría ir a tocar
meses justos llego a Buenos Aires, y quien te dice si como en tu cuento (casi de
Para Alicia el juego había acabado y no dejaba de repetirlo pero Horacio
“No creo que extrañe para nada nuestra relación por email, ME CANSÓ. A
pasará como en mi cuento, sea cual sea el carácter que adquiera nuestra relación
con el tiempo, la preferiré a esto. (¡Me gustó eso de cuento de terror! Es cierto). La
acercamos más parece encontrarme con un vidrio o con alguien -o algo- que se
aleja. Me resulta muy frustrante. Creo que eso fue lo que estalló adentro mío, un
no poder sostener la relación con este enorme tiempo y estos mares. Pero..., qué
estar en sus últimos estertores. Días después un nuevo email de Alicia terminaba
por mi vida. El otro día estaba hablando por teléfono con él. Apenas corté me
llamaste vos diciéndome que me querías mucho. Me impresionó por que fue
inmediatamente después de que cortara. Sos MUY MUY perceptivo y sabés cuándo
ilusiones ni dolor para ninguno de los dos, porque más allá de lo que pase te quiero
construye a través de una computadora y un teléfono. Porque puede ser que las
no fue el último, Horacio aterrizó en Buenos Aires. Una nueva historia se iniciaba. El
momento de los cuerpos era necesariamente distinto como también lo era el ritmo
de sus afectos.
son otros, los sonidos son otros, las intensidades son otras. Cuando los cuerpos
empiezan a saberse cerca nada puede ser igual. Las máscaras se recolocan,
desafiantes, dejan ver alegrías y ternuras y no esconden los enojos a quien sepa
verlos, muestran amor y a veces rechazo que en ocasiones quiere hacerse pasar
por indiferencia que es precisamente la cara que quiso poner Débora la tarde en
que se citó por primera vez con un conocido del chat, hace de esto al menos tres
de años.
“Había arreglado una cita a ciegas total, sin foto. No sabía nada de la
persona con quien me iba a encontrar. No sabía si era alto, bajo, gordo o flaco. Lo
único que me había dicho de él es que iba a llevar puesta, supongamos, una
kiosco de diarios. Cuando lo vi me quería morir. ¡¡¡Era horrible!! Por una cuestión
de cortesía, y ya que estábamos ahí, fui a tomar un café con él. Después de
charlar diez minutos ya me quería ir, no sabía que decirle. No sólo no me gustaba
Además resultó super tímido. No hablaba, para arrancarle una palabra tenía que
estar haciéndole preguntas todo el tiempo, era aburrídisimo. En el ICQ era otra
persona, era mucho más abierto. Al final después de bancármelo media hora le
dije que me estaban esperando y que me tenía que ir. Y desde entonces, citas a
Este tipo de encuentros fallidos son los más habituales en la red, como lo
que le pasó a un amigo mío que se estuvo camelando a una mujer a través del chat
y del email durante más de una semana y cuando la vio tuvo ganas de salir
corriendo ahí mismo, y tan poco delicado fue que la pobre, enseguida comprendió
que su cariñoso corresponsal tenía tan sólo existencia virtual pues el caballero que
tenía enfrente sólo deseaba escapar de ella, que había asistido al encuentro
esa aciaga noche en la que vio el rechazo dibujado en los ojos azules de ese señor
No fue esta la primera ni tampoco la última vez que mi amigo atravesó los
límites de la pantalla para acercarse a una señora o señorita con el único fin de
acostarse con ella, pero si fue esta la única vez en que él se echó para atrás apenas
solo junto a aquel o aquella que acude a la cita con su propia desolación a cuestas,
disfrazándola de placer durante el fugaz éxtasis sexual. Después sólo quedan los
aproximarse a una imagen móvil que cuanto más cerca parece estar, más se aleja.
expectativas del otro, que desilusionado, frustrado por la brecha entre lo esperado
no nos producirá rechazo, que es lo que tantas veces ocurre, aunque no siempre
esto es así.
Sobre esto puede hablar Sara, una psicóloga de 34 años que empezó a chatear
cuando tuvo ante sus ojos al solicito galán que había conocido en su primera
teléfono cuando él le anunció que viajaba a Buenos Aires para visitar a sus hijos,
le había mandado por email. Pero ella, entre los pasajeros que viajaban en el avión
desconocido al que le sobraban uno cuantos kilos que, saludándola, la besó con
“ Me fue imposible poner las palabras del otro, del que me escribía, en ese
tipo. No encajaba con la imagen que me había construido” me explicó Sara “Ese
más hablé con él. Tiempo después, una vez me contactó en el chat y yo me oculté,
le dije que yo no era yo sino una amiga que estaba de visita en mi casa”.
Al reflexionar sobre esta experiencia Sara señala que al enviar una foto con
la que queremos ser identificados uno puede mostrar lo que fue, lo que es o lo que
quiere llegar a ser. “La foto que me mandó el tipo debía tener al menos diez, quince
años que lo pasaron por encima. En ese cuerpo todo lo que me había escrito y
dicho se disolvió en la nada. No tengo dudas, la imagen es importante, vehiculiza
el deseo”.
ven por primera vez a sus colegas del chat. Esto es lo que le pasó a Gabriela, la
Gabriela chatea por la noche antes de cenar. Se conecta sobre todo con sus
Federico. Durante el año siguieron chateando, él la llamaba por teléfono todas las
proponiéndole organizar entre las dos un encuentro sorpresa para que sus hijos se
Gabriela para asegurarse que no se perderían. El día acordado fueron con sus hijos
ente viejas conocidas. Enseguida desvelaron a sus hijos el motivo del encuentro.
Los niños reaccionaron sin saber muy bien que hacer. Federico, un gordito que no
amorosas en la red (sería más apropiado decir “nacidas en la red”), mientras sus hijos siguen
chateando aunque ya no se hablan por teléfono. La última vez que lo hicieron, Gabriela le pidió a
Federico que no la llame más, “te voy a poner "Ignore" ¡¡¡¡Eres un gordo ridículo!!!!!!” lo increpó.
No siempre los encuentros con conocidos de la Red generan frustración, para
esto no hace falta hilar muy fino. Existen también casos en que se producen
sorpresas agradables. Son menos frecuentes pero ahí están. Me imagino por
ejemplo la reacción de los tipos con los que queda Débora cuando la ven, su rostro
(Barthes 1991:108)
La misma Débora tuvo una vez una sensación de este tipo cuando vio por
primera vez a un chico que había conocido a través del chat. Según me contó la
estuvimos durante una semana. Una noche que yo tenía franco en el diario y
estaba en casa, chateamos como cuatro horas seguidas, desde la una hasta la cinco
incluso llegamos a crear un código común. Fue ahí cuando surgió la idea de
conocernos. Le pedí que me mandara una foto suya y yo le mandé una mía.
Después del fiasco con el chico de pelo largo yo no quería saber nada más de citas
a ciegas. Y este era hermoso, al menos en la foto, que también puede engañar. Y
yo a él también le gusté. Así que arreglamos para vernos. Me pasó a buscar y
fuimos a tomar un café. ¡Era más lindo que en la foto! Todo estuvo bárbaro.
Charlamos como si fuéramos amigos desde hace mucho tiempo. Después de aquel
día terminamos saliendo, pero enseguida se pudrió todo. Duramos repoco, a los
dos meses él me largó. De un día para el otro, me escribió por ICQ que lo nuestro
no caminaba. Te das cuenta ¡por chat! ¡Ni siquiera fue capaz de dar la cara! Le dije
que era un un basura, así nomás, directamente.! Fue un palo para mi orgullo. Me
dolió muchísimo. Una vez me había dicho que cuando me conoció por el ICQ había
pensado que era otra persona, y yo no lo supe interpretar. La verdad es que hay
no hay modo de ver Para empezar está el tema de la comunicación no verbal. Una
cosa es estar sentado en un café frente a frente y otra escribirte por computadora.
Hablando vas incorporando los códigos personales del otro: si mira mucho para el
costado, si te presta atención cuando hablas, si te mira a los ojos, los gestos, las
manos, las miradas, la sonrisa. Hay muchas cosas. Por ICQ uno puede escribir, por
ejemplo, estoy sonriendo, e incluso poner un emoticon pero vos no lo vas a ver
jamás, al menos que tengas una cámara y así y todo no es lo mismo. Falta el calor
de la presencia”.
persona con la que compartir su vida, esto explica que lo haya llevado a su pueblo
tristezas, alegrías y miedos y que una foto puede ser una aproximación más o
menos válida de nuestro aspecto físico, pero que todo esto no garantiza que quien
está del otro lado de la pantalla no termine armando con todas estas piezas un
hacia el desencuentro.
que no siempre es fácil desvincularse. Se establece así una simbiosis que nos
la persona de carne y hueso que llegado el momento tan esperado, un día conocerá
sonrisa, los gestos y los olores del otro revelan con irrefutable contundencia que allí
donde había envolventes palabras de seducción y desafío existe un cuerpo con sus
así.
aquel extraño que les habla y les sonríe como si se conocieran desde hace años.
Sucede también que la primera mirada revela, otras veces, complicidades propias
del otro resulta una aproximación inalcanzable para el más sofisticado sistema de
Máquinas dispensadoras de placer sexual para una sociedad cada vez más
cercada por Narciso, incapaz de comprender la escasa relación que existe entre la
quienes osaban salir del “buen camino” corrían el riesgo de sufrir severos castigos,
vigente en diversas partes del mundo (no sólo en los países islámicos).
con menos aprehensión y culpa. Pero aún estamos muy lejos de vivir nuestra
sexualidad con libertad, una libertad que, inexorablemente, está vinculada con la
existencia de amor. El sexo vinculado al amor debe ser asumido, vivido como el
es tampoco cualquiera de los otros términos con las que vulgarmente nos referimos
en castellano al acto sexual. Palabras que en su mayoría denotan una acción que
Otro, en cuanto mero objeto de placer, puede ser reemplazado ventajosamente por
Stenslie en “Noticias”, 5-5- 2001:83). Triste visión de la sexualidad, triste visión del
Las pausas, las respuestas no inmediatas son percibidas como algo negativo, como
compartidos con el que se construye la magia del amor. Lo cual no tiene por que
constituir un problema. Veamos sino a Débora que sintió el flechazo del amor
después de chatear con un desconocido durante cuatro horas sin “silencios
proceso de aceleración del tiempo en el que vivimos llevados de la mano por las
personales por Internet que cuando uno se relaciona sólo con palabras, en el fondo
se relaciona con una mente pura y abstracta ¿El alma? ¿Será esta la razón por la
que Débora, y tantos y tantas como ella, se enamoran en la red? ¿Pero que hay del
cuerpo? ¿Se puede concebir el amor, la vida sin tener en cuenta que somos
que hace que de pronto entre la multitud surja una persona que por motivos
sujeto de nuestro amor. Y quieran los dioses y las estrellas que aquel amor sea
correspondido pues nada hay más doloroso que un amor sin respuesta. Hablar del
amor en cualquiera de sus formas, sin duda interpela, pues es del amor de donde
en mí (...) no es otra cosa que ese tiempo, más o menos largo, en que busco con
los ojos, en torno mío, sin que lo parezca, a quien amar. Ciertamente que al amor
le hace falta un desencadenante (...). Sin embargo el mito del "flechazo" es tan
fuerte (cae sobre mí sin que me lo espere, sin que lo quiera, sin que tome en ello la
menor parte), que uno se queda estupefacto al oír que alguien decide caer
detalles sino tal o cual inflexión, algo que se ajusta exactamente a nuestro deseo
(del que ignoramos todo). Construimos una imagen que consagra al objeto que
vamos a amar. Imagen visual pero también sonora “Puedo caer enamorado de una
frase que se me dice, y no solamente porque me dice algo que viene a tocar mi
deseo, sino a causa de su giro (de su círculo) sintáctico, que me llegará a habitar
Una palabra que representa a otras palabras que nos persiguen en la
memoria dándole forma a un amor que se percibe pleno pero que no lo es, que no
lo puede ser pues el amor más allá de la atracción física inicial necesita tiempo para
para reconocer la cercanía del amor, confundido este con un frustrante acuerdo de
nuestro corazón. Unos adiestrados para creernos redentores de todos los males, de
todas las tristezas, de todas las miserias, las nuestras y las de los demás. Los otros
extraños, como enemigos de los cuales hay que desconfiar siempre, en el mejor de
saberlo se niegan un lugar para un buen amor. Atrapados por la trampa construida
amar y ser amados. Engañados por la falsa universalidad del consumismo suplen la
parejas sexuales. Para quienes a esto aspiren, Internet, sin duda, resulta un
que la relación crezca. En tales casos Internet resulta también un medio eficaz,
que facilita decir aquello que cuesta decir cara a cara. El email es, en tal sentido, un
descomprometido, razón por la que empieza ser muy habitual su uso para
aceptarlas, y también hay cartas para intentar la reconciliación, pues para quien
ama es difícil aceptar en silencio el alejamiento del ser amado. No es intención mía
“Querido: Nunca en la vida creí pasar por un momento más amargo que el
presente. Siempre fui contigo una mujer sincera y leal que te habló con el corazón
novia, justo después de lo que para él fue una liviana e intrascendente discusión
telefónica.
“Me juré a mí misma que la próxima vez que una relación me hiciera sufrir
algo, es muy caro. Necesito a alguien bien especial, a alguien que quizás no exista
en el mundo. Necesito a alguien que sea capaz de amar. Todo estuvo muy bien las
primeras semanas, las de la conquista, luego volví a sentirme sola. Para sentirme
así, prefiero estar sola. Eres hombre libre otra vez. Y yo mujer libre” Al leer estas
líneas se tiene la sensación que lo único que ha cambiado es el medio tecnológico
Al cabo de pocos días ella le mandó un nuevo mensaje en el que le decía que
lo extrañaba. Paso delicado, el de intentar una reconciliación, que hoy a casi nadie
sorprende ni choca pero que en este caso como en tantos otros representó un
seguramente siguen anhelando el amor sin saber que el amor está hecho de la
sirven las pantallas ni los espejos, que nada debe interceder entre las miradas, las
sonrisas y las caricias. Ninguna máscara, ningún disfraz ni antifaz es útil para amar.
A cara descubierta, piel contra piel, así se debe amar, desde el compromiso con el
En el amor no hay lugar para el miedo, para ningún miedo, porque el miedo
envenena poco a poco la relación que fue precisamente esto lo que terminó por
desgastar, hasta agotarlo, el amor entre Horacio y Alicia, que renació efímeramente
el mismo día en que él llegó a Buenos Aires, más de un mes después de haber
días. Quería darse tiempo antes de verla pero no lo tuvo, porque ella lo llamó la
esa tarde hablaron del novio de ella. Cuando empezó a atardecer ella lo invitó a
primero con mucho cuidado, casi con timidez, tanteando el terreno los dos,
recuperando poco a poco los tiempos comunes de sus cuerpos. Aquella tarde
cada abrazo, cada beso, como queriendo conservarlos en la memoria de sus pieles
reencontradas.
Pudo haber sido un gran amor, pero no lo supieron cuidar, no lo supieron
vivir. Alicia se sentía confundida. Quería estar con Horacio pero le asustaba
asumirlo. Todavía hoy, casi dos años después, no sabe explicar lo que le pasaba, lo
que sentía, sólo recuerda que sintió miedo, miedo a que aquel hombre que había
comunicación vía correo electrónico: “Extraño tus mensajes” se justificaba sin
darse cuenta que lo que le estaba pidiendo era la escenificación del cuento que ella
había imaginado algunos meses antes. Él, muy molesto, le contestó que no tenía
ruptura. Eso fue así hasta que un día, después de un desencuentro que pareció
Los días que siguieron fueron espléndidos, los mejores de su corto romance.
Empezaban a conocerse descubriendo que la pasaban bien juntos y eso los ponía
contentos. Por un instante pensaron que seguirían juntos durante mucho tiempo,
pero fue más una proyección del deseo que una posibilidad cierta. Alicia seguía
inquieta y una vez más decidió alejar a Horacio de su territorio. Fue la última vez.
Esa noche, después de escuchar como Alicia le decía que necesitaba estar
sola durante un tiempo para decidir que hacer con sus afectos, Horacio salió de la
casa de ella con la firme determinación de romper con una relación en la que sentía
que había amplios espacios vedados a él. Cuando una semana después Alicia lo
llamó para invitarlo a cenar se encontró con un Horacio parco, esquivo, muy lejos
ya de ella.
hacerlo hasta tres o cuatro veces en un mismo día. Pero todos sus intentos por
recuperar a Horacio fueron infructuosos. Poco tiempo después, ella comprendió con
tristeza que una vez roto el encantamiento con el que se construye el amor nada
el verde de las hojas tan deslumbrante que hiere los ojos. Y yo aquí, en la
casa y esta serenidad. Hoy es miércoles y María limpió. La casa reluce. Durante
varios meses no subí a mi estudio y recién hace algunos días con la preparación de
la muestra y cierta paz interna que hace mucho que no tenía, por suerte, volví.
Un besito. Alicia”
Buenos Aires y unas cinco semanas desde la noche en la que él decidió que la
Aproximaciones... alejamientos.
“Me pareció que tanto la sabiduría como la vida están hechas de progresos
continuos,
Tengo una amiga que una vez me dijo que en la vida existe un tiempo para
llama Vera y sus padres son alemanes, no sé si esto tiene alguna incidencia en su
personalidad, es posible que sí. Había estado casada durante unos pocos años, y
vivía con sus dos hijos, hoy ya adultos, en una casa en las afueras de Madrid.
tiempo
La conocí en una época de mi vida en la que me dedicaba a vender por toda
contestó, no fue muy amable, más bien estuvo un poco agresiva, sarcástica sería
No sé muy bien como ni porque pero el asunto es que terminamos hablando
ruinas. Estuvimos largo rato charlando. Desde entonces, y han pasado más de diez
comíamos. Después de mucho tiempo, me dijo, había encontrado al fin una persona
Todo había empezado ocho años atrás con un llamado que hizo ella a una
emisora de radio pidiendo hablar con uno de los conductores de un programa que
acababa de escuchar. No sabía nada de él, era la primera vez que lo escuchaba,
pero algo que había dicho durante la emisión la cautivó. Nunca hasta entonces
A partir de aquel día empezaron a hablar por teléfono varias veces por
llamadas se hicieron diarias. Vivían en la misma ciudad pero seguían sin verse. No
Así fueron transcurriendo los meses. Cuando llegaron las fiestas de fin de
año intercambiaron regalos que pasaron a recoger en lugares prefijados donde los
de no intentar verse. Por aquel entonces ella ya sentía hacia él algo que identificó
con el amor, pero nunca estuvo segura de que verdaderamente lo fuera . Un cariño
construido con sonidos y textos, hecho de puras palabras. Los meses se fueron
haciendo años que intensificaron esta relación sin cuerpos, de deseos negados,
sacrificados, .
No se piense que en esta actitud había alguna motivación religiosa, una
pues, según me contó, ella siempre mantuvo una vida sexual más o menos activa.
Cinco años transcurrieron hasta que se vieron por primera vez. Puede uno
imaginar la dificultad que entrañó para ellos este encuentro tras tanto tiempo de
comunicación no mediada por sus cuerpos. Ella se halló ante un joven, apenas
mayor que su hijo, que a pesar de sus veintiocho años aún vivía en casa de sus
con mucha energía interior. Nunca habían hablado de sus vidas familiares, nunca
habían mencionado sus edades y sin embargo, ninguno de los dos sintió pudor o
extrañeza ante la mirada cautelosa, pero complacida, del otro. Las miradas de
abrigo de cualquier contacto físico, hizo que se acercaran más que nunca. La
relación adquirió nuevos matices pero tuvieron que transcurrir todavía más de dos
largos años antes de que sus pieles se unieran en un primer largo abrazo amoroso,
palabras y de ausencias. Antes, muy pocos días antes, él había dejado de vivir con
su familia.
Simplemente le gustaba estar con él, le hacía bien, le tenía cariño, ¿pero no es esto
amor?.
Si cuento esta historia, entre todas las referidas en este libro la única que
juicio alguno, que la descorporización de una relación puede ser una elección
voluntaria. Que existen personas que, por los motivos que sean, viven de
nos conduce desde las cercanías del placer a los alrededores de Tanatos.
Largamente se nos ha repetido que dejarse llevar por el principio del placer
es “inútil y hasta peligroso en alto grado, para la auto afirmación del organismo
frente a las dificultades del mundo exterior” (Freud 1970:86). Como si el placer
aquello que nos permite gozar plenamente. Cuanto de esto hay en aquellos que
merodean las salas de chat, los espacios de encuentro y los sitios pornográficos en
dilema. Aquel del que sólo podemos huir cuando conseguimos unir
presentarnos ante los otros sin máscaras de ningún tipo. Poco importa en donde
verdadero rostro.
Encuentro con la memoria
pequeño gesto conlleva en sí mismo una carga de felicidad grande. Sobre todo
cuando se trata de paliar el dolor de la soledad que nos persigue y nos acompaña.
De esto y algo más habla el relato que sigue, testimonio (o si prefiere fábula) del
movimiento que puede generar el simple aleteo de una mariposa (o del decir de
una persona) y que tiene que ver con los afectos más profundos de su
protagonista, con su memoria íntima, con aquello de lo que está constituido su ser.
Contaba un campesino andaluz con 93 duros años a cuestas que allá por su
Emoción tan grande le produjo que decidió gastar seis reales en comprar un disco
España rural de entonces sólo los ricos podían comprar un gramófono. Tras el final
de la guerra fue condenado por el franquismo a dos penas de muerte que fueron
dedicado al tango, dirigido, como no, por un argentino. Llamó varias veces a la
emisora para pedir que pusieran aquel tango de Gardel que nunca había alcanzado
El director del programa de radio nunca antes había oído de ese tango,
aunque pronto pudo confirmar que Gardel, efectivamente, había grabado un tema
con ese título. Al enterarse que quien lo llamaba lo hacía desde un geriátrico decidió
visitas. Al oírle, el anciano, por dos veces condenado a muerte y con Gardel en el
recuerdo, musitó con lágrimas en los ojos “Antes de morir sin poder escucharlo,
“¿Te fuiste hermano?” no estaba en la lista de temas que ofrecían. Como último
recurso decidió enviar un email al sitio contando la historia. Un mes más tarde, el
esperaba un disco negro. Cuando le dije que allí estaba la música que él deseaba
tanto escuchar, se puso a llorar ( y con él, yo y todo el personal del hospital)
Quería escuchar el disco pero no quería largar la caja. Aunque normalmente sólo se
de pie y apoyado en la larga mesa del comedor caminó hasta el equipo de música
más rápido de lo que cualquiera que conozca su estado se pueda imaginar. Había
primer beso de una pareja enamorada. Todos, médicos, personal y yo, nos
cualquiera de los otros internos y se hubiera muerto sin que nadie le hiciera el más
mínimo caso. Creo que no me dio las gracias, de cualquier modo no hacía falta.
El domingo siguiente al mediodía, paseando, me encontré en la calle con
una de las enfermeras. Me dijo que habían tenido que ponerle auriculares desde
aburridos de Gardel”.
Soledad en compañía. Apenas una persona, nada menos que una persona,
cantar loas entusiastas e infundadas acerca de todos los usos de la Red. No, de
ningún modo lo haré. Para anunciar la llegada de la buena nueva digital y predicar
sus acólitos, que con insistencia nos indican el camino hacia la “salvación”.
que reservo a los encarnizados apostatas de simétrico fervor religioso que advierten
a los no creyentes de los peligros y calamidades con las que nos amenazan las
capaz de establecer puentes cada más amplios y extendidos entre las personas.
Cabe a cada uno de nosotros decidir como nos acercamos a los demás, a sus
dichos, a sus saberes y a sus emociones. Tener voz para huir del silencio de la
pueden reemplazar una relación cara a cara, pero pueden ser el medio para
empezarla. La Red es pródiga en historias de encuentros. Muchas otras veces se
producen desencuentros. Como fue siempre, como será siempre. En la Red o fuera
de la Red.
planificar y diseñar acciones efectivas, escapando de los límites del tiempo y del
tantas otras..
sociocultural.
interactivos van perdiendo el aura que todavía los rodea y empiezan a ser
televisión, las nuevas formas de relacionarse con los otros que se están gestando
sorpresa, del mismo modo que hoy a nadie le resulta extraño que una pareja se
Han pasado casi dos años desde que volví a Buenos Aires. Desde entonces
hijos.
tecnológicas, he seguido usando intensamente los recursos que nos ofrece la Red.
académico y para mi vida cotidiana. A través del chat y del email, he conseguido
los mapas.
No soy el único, por el contrario cada vez somos más quienes usamos
Internet sin preocuparnos demasiado por el destino del rey Midas, cuyo fugaz
reinado sobre la Red creó la ilusión de que todo lo que tocaba Internet de oro se
lo que dice la publicidad comercial y gubernamental, sino lo que con ella hacen sus
fin es mantener vivas relaciones afectivas nacidas en otros ámbitos. Hay quienes
familiares, y también los hay quienes la utilizan como una plataforma para buscar
Siempre ha sido más fácil hablar desde detrás del biombo. Después de todo,
soledades en compañía. Cada uno toma el camino que elige, o que puede.
aunque después todo se desvanezca, o comprendamos que fue una gran proyección
de nuestros deseos. Yo no me enamoro muy seguido, intuyo que mucho menos que
vos, pero cada tanto... Por eso yo no creo mucho en los enamoramientos. Son
intensos, sí, a veces muy, muy bellos, pero tienen la intensidad y la fugacidad de
los fuegos de artificio. El amor, creo – sé -, es otra cosa” le escribió Alicia a
Horacio cuando vivían deseando el encuentro de sus miradas y sus pieles. Mucho
distancia.
novio a quien juega a amar, deseando huir del mundo sin amor que un día
vislumbró.
Caminan por sus ciudades y sus pueblos todos aquellos que han conocido la
frustración del desamor, la excitación del deseo, la ilusión y la alegría del amor a
más bella y hermosa del Reino?” El único gran riesgo es que, como en el cuento,
pantalla, solos ante nuestra mirada, sintamos la ausencia, todas las ausencias.
(1) En este sentido resulta muy gráfico Paul Virilio cuando refiere a las TIC como
Bomba informática nacida “de la bomba atómica y de la necesidad de
disuasión” (1997:101)
Emoticones
Los emoticones son símbolos, en su mayor parte con forma de caritas, creados
Rasgos de personalidad
Personajes
Personajes conocidos
Z-) El zorro
Otros
*<S:-D ¡Fiesta!
<*{{{{<> Un pescado
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