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EVERLYN GONZÁLEZ
ODAIR VERDUGO
ADRIANA AYALA
SERGIO CALDERON
YEISON CANTILLO
CODIGO: 655
BARRANQUILLA/ATLANTICO
Las presentaciones son una forma de darse a conocer dos o más personas que se
encuentran en un lugar o que se acaban de conocer.
Tan importante como hablar de forma correcta, vestir de forma adecuada, etc. es
saber cómo presentar a otras personas. Muchos de los encuentros, tanto en la calle,
como en cualquier tipo de acto, suelen requerir de presentaciones previas. Hay que
conocer los puntos básicos que regulan este tipo de actuaciones. Quién presenta a
quién, cómo, cuándo, etc. Aunque, habitualmente lo hacemos y se supone que bien,
no nos sobra conocer algo más sobre este tema tan importante.
Las normas de etiqueta hacen referencia a tres puntos básicos a tener muy en cuenta:
sexo, rango, jerarquía o relevancia y edad.
Hay excepciones, en las presentaciones en que se dan juntos dos de los supuestos
que hemos indicado anteriormente. Por ejemplo, una chica joven y una persona
anciana. Prevalece la edad al sexo y será la chica presentada a la persona mayor. La
mayor parte de las excepciones vienen dadas por una lógica cortesía, que nos indica
si hay que variar este "orden" básico.
Hay que tener en cuenta que la edad y el rango-relevancia predominan sobre el sexo,
en algunos casos. Es decir, una mujer es presentada a una persona de edad avanzada,
y una mujer es presentada a la persona de gran relevancia, como por ejemplo al Rey
o al presidente del Gobierno, por poner algunos ejemplos.
Ante las presentaciones, las fórmulas para responder más utilizadas son: Encantado
de conocerle, es un placer, e incluso cuando la persona tiene una gran relevancia o
prestigio se puede responder con "Es un honor...".
Hay fórmulas menos formales que se utilizan en actos más familiares e íntimos,
como es: Me alegro de..., pero solo debe utilizarse para actos poco formales. Al
igual que en la correspondencia ya no se utilizan fórmulas obsoletas como "a sus
pies, señora", "para lo que guste mandar..." y fórmulas similares.
Las reglas anteriormente expuestas, pueden variar en función del entorno donde
tenga lugar el encuentro. Por ejemplo, en el trabajo, por razones obvias, no se
presenta a un directivo primero a su secretaria y luego al jefe (por lo que prevalece
el cargo-jerarquía al sexo), pero la forma de presentar será al contrario si esa misma
situación se da en una fiesta o en la calle.
Lo mismo ocurre en el ámbito empresarial con otros muchos detalles de cortesía
que por pura operatividad y funcionalidad de los negocios se obvia o se modifica el
uso de la reglas de cortesía con respecto al protocolo social. Por ejemplo, el jefe o
superior no va a levantarse de su silla cada vez que su secretaria entra en el despacho
(aunque según la cortesía siempre debe ponerse de pie un hombre ante la presencia
de una mujer).
Sonría sutilmente
Mire directamente a los ojos
Póngase de pie al saludar
Evite hablar demasiado
Evite utilizar termines populares
Salude con la mano (evite los besos o abrazos efusivos)
Trate de recordar el nombre o apellido de la persona
Evitar los sobre nombres o apodos
Sea cordial y amable
Evite hablar de su vida personal o de usted mismo
Evite los excesos de confianza
Las excepciones más comunes a las reglas dadas son: la edad y la categoría
prevalecen sobre el sexo. Dos personas del mismo sexo: se presenta la más joven a
la de más edad, pero aun siendo de distinto sexo, también prevalece la edad.
La forma más habitual es decir el nombre completo de las personas que van a ser
presentadas. Por ejemplo:
También podemos empezar diciendo sólo el nombre de pila, para terminar dándole
el nombre completo:
El buen vestir no solo tiene que ver con el atuendo que use el individuo, sino
también con aspectos como:
• El aseo personal
• Recorte de cabello
• Peinado
• Los gestos
• La forma de hablar
• El comportamiento en general.
Hay actos multitudinarios, en los que los anfitriones no pueden presentar a todos sus
invitados. En algunos de estos casos, es perfectamente válida la auto presentación.
Si las presentaciones se hacen cuando están todos de pie no hay más que seguir las
reglas anteriormente dadas. Pero hay otras situaciones:
2. Las señoras no tienen 'obligación' levantarse ante otras damas o ante los
caballeros. Pero si la persona es de edad avanzada, es correcto hacerlo. Si la señora
es de su edad, es una actitud cordial el hacerlo, pero no obligatorio.
3. Si se llevan guantes, los caballeros se deben quitar al menos el de la mano con la
que se va a saludar. Las señoras pueden permanecer con ellos puestos, aunque es un
gesto de cortesía quitarse al menos el de la mano con la que va a saludar.
4. Si el caballero lleva sombrero, boina o gorra, deberá descubrirse, mientras que las
señoras pueden permanecer "cubiertas".
Un saludo, en este caso el dar la mano, debe hacerse cuando usted está parado. Las
personas que se saludan deben estar quietas en un sitio, nunca en movimiento.
La mirada es importante
Salvo en algunas culturas, en las que mirar a los ojos se puede interpretar como una
actitud desafiante, al dar la mano debe mirar fijamente a la persona que saluda. El
contacto visual es tan importante como el contacto físico de las manos. Las miradas
huidizas suelen generar una cierta desconfianza. Si el saludo lo acompaña de una
sonrisa, mucho mejor. Una cara agradable es una buena carta de presentación.
El saludo que hace a una persona por primera vez, debe ir acompañado de una frase
de cortesía del tipo: "Encantado de conocerle", "Es un placer conocerle", etcétera.
Si ya han sido presentados con anterioridad, servirá un simple "Me alegra verle de
nuevo", "Es un placer volverle a ver", "Cuánto tiempo sin coincidir con usted", etc.
Las frases de cortesía pueden ser tantas como posibilidades da el vocabulario para
combinar las palabras más utilizadas en este tipo de saludos como placer, honor,
gusto, agrado, satisfacción, etcétera. También, los usos y costumbres de cada lugar
tienen mucho que ver en tipo de frase a utilizar en el momento de las presentaciones
y los saludos.
Si tiene algún problema con sus manos, el caso más común es la excesiva
sudoración (hiperhidrosis), debe tener la precaución de llevar consigo, en su bolsillo,
discretamente, un pañuelo de tela, o toallita, que utilizará para secar su mano unos
segundos antes de saludar. No es correcto negarse a dar la mano, salvo por una
razón médica o especial (tener la mano vendada, escayolada, o con alguna otra
lesión).
El apretón de manos debe ser breve, pero intenso, sin llegar a hacer daño a la
persona a la que saluda. Los apretones flojos o muy flácidos, denotan una falta de
energía, una cierta fragilidad, un poco de timidez, aunque no siempre es así.
También es bueno recordar que cuando se da la mano a una mujer no se debe ejercer
tanta fuerza como cuando se da la mano a un hombre, pero tampoco debe hacerlo de
forma muy floja. Debe ser un gesto breve, de una intensidad moderada.
El saludo más tradicional es dar la mano derecha, nada más. Hay personas que
añaden a este gesto algún otro, tal como: poner su otra mano encima de las dos
manos que saludan; agarrar por el codo a la otra persona; dar unas palmadas en la
espalda, etcétera. No son los saludos más protocolarios, aunque si son admitidos en
determinadas circunstancias.
No se olvide, salude a quien salude, que debe tratar de ofrecer una sonrisa, un gesto
agradable y una mirada sincera.
Conclusión: para una buena presentación social debemos tener en cuenta toda la
información anterior, ya que es de muy buena utilidad y de una fácil práctica,
recuerda siempre tener una buena postura, una buena presentación personal, una
buena actitud, una buena sonrisa, saludar con sencillez, carisma y ser discreto a la
hora de hablar, también tener una buena elección de palabras y una buena
conversación.