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De Tiananmen a Timisoara, Ludo Martens (1994)

De la deriva revisionista al motín contrarrevolucionario

Con este trabajo escrito hace 15 años, cosa que hay que tener en cuenta, el comunista Ludo
Martens se atrevió a contradecir el pensamiento único. Bombardeados por la propaganda de
los reaccionarios, parecía difícil atreverse a cuestionar tantas mentiras. Sin embargo, el autor
expone su postura sobre la base de una colección completa de la información. El análisis de
clase se enfrenta a las mentiras y medias verdades del imperialismo, y también del imaginario
colectivo. Pero como dice el autor: "La arrogancia del imperialismo no nos impresiona, al
contrario, estamos seguros de que las personas que mantienen el espíritu lúcido, que no
padecen la histeria anti-socialista, se verán obligadas a pensar seriamente sobre lo correcto de
nuestras posiciones, después de escuchar nuestra evidencia y nuestros argumentos."

Seis meses antes de los sucesos tuvo lugar en Timisoara tuvieron lugar los de Tiananmen. Los
medios de comunicación del mundo "libre" que enseñaron su macabra fisonomía en el
momento de entrada en la fase de "osario de los 4.630 cadáveres horriblemente mutilados" en
Timisoara, una vez demostrada su prioridad política al servicio de la contrarrevolución, los
eventos de la Plaza de Tiananmen en mayo y junio de 1989. La noche de la intervención del
Ejército Rojo *, imágenes de televisión nos mostraron que los tanques chinos aplastaron a los
cientos de pacíficos de estudiantes en la Plaza de Tiananmen. El 5 de junio, Amnistía
Internacional, la máquina especializada para la creación de mentiras en lo que respecta a la
lucha nacionalista y los países socialistas, dio la cifra de un mínimo de 1.300 muertos, y
algunos estudiantes aplastados por los tanques sanguinarios mientras dormían apaciblemente
en sus tiendas.

Domingo 5 de junio, un trabajador comunista en una gran fábrica de automóviles grabó


imágenes en vídeo. "Esta noche repasé esas imágenes, por lo menos veinte veces. Llegué a la
conclusión de que los comentarios de los periodistas eran falsos y que en las imágenes no se
veía a ninguna persona aplastada por los tanques." Más tarde, Amnistía Internacional
reconoce que "se ha equivocado." Pero, ¿cuánta gente, traumatizada por la verdad sobre el
comunismo chino "que pisotea despiadadamente a sus estudiantes pacifistas bajo las pisadas
de los tanques", transmitida por estos valientes defensores de los derechos humanos, sabía de
esta mentira?

Un año después de los sucesos de Tiananmen tenemos suficiente información fiable como
para elaborar un análisis de clase objetivo. Pero para entender los intereses políticos y
económicos protegidos por el "movimiento por la democracia", de abril a junio de 1989 en
Pekín, nos encontramos con tres fenómenos negativos que se han desarrollado entre 1979 y el
año fatal de 1989.
El ascenso del capitalismo y del revisionismo en China

Economía: la vuelta de los patronos

Hablemos primero de la esfera económica. Los diez años de reformas de Deng Xiaoping
contribuyeron a un progreso material innegable. Pero también han aumentado la influencia
del capitalismo y el imperialismo en China, aumentando la base económica de las nuevas
clases sociales que aspiraban a una contra-revolución. La liberalización y desatar las fuerzas del
mercado, propulsaron fuerzas económicas que se oponen al socialismo que, tarde o temprano,
se lanzarán a una lucha por el poder. Sucedió con el supuesto "movimiento por la democracia"
en la plaza Tiananmen.

La entrada del imperialismo

De Acuerdo con Beijing Information, China había firmado a finales de 1988 16.325 ofertas de
importación de capital extranjero por un total de 79,2 mil millones de dólares. De este monto
recibió préstamos de 33 millones de dólares y 11,5 millones de dólares en inversiones directas.
Los mayores inversores son Hong Kong, con 8 millones de dólares, Japón con 2 mil millones y
los Estados Unidos con 1,7 millones (1).

Con los inversores extranjeros, los ideales económicos del imperialismo mundial entraron en
China. Así, el 12 de septiembre de 1988, Zhao Zhiyang dio la bienvenida a Milton Friedman **
y elogió sus ideas económicas. Lee Laccoca, el presidente de Chrysler, impartió conferencias
sobre el espíritu empresarial en el Salón de la Asamblea del Pueblo (2). Según la agencia de
noticias china, la Comisión para la Reforma del Sistema Económico celebrada a finales de 1988:
"En el marco de la reforma económica de China, no hay nada que no esté abierto a la
participación extranjera, como el estudio de la transformación del sistema económico". En el
curso de ese año, la Comisión escuchó la opinión de 1.500 expertos extranjeros, y concluyó
que podía "aprender mucho del desarrollo económico de Occidente". A China fueron invitados
los expertos occidentales, especialmente en el campo de las finanzas, en el ámbito de la
gestión empresarial, de la formación de precios, de la política de inversión y del control de la
inflación. Sus puntos de vista "aportaron una contribución positiva tanto práctica como
teóricamente a la reforma económica." (3)

La influencia ideológica de Occidente

Durante los últimos diez años, decenas de miles de estudiantes chinos estudiaron en Estados
Unidos. El Partido Comunista de China extendió el culto de los logros tecnológicos de los
Estados Unidos y la sociedad de consumo estadounidense. Las consecuencias negativas no se
hicieron esperar. Cientos de miles de intelectuales comenzaron a escuchar las radios del
imperialismo: La Voz de América y la BBC.

Un periódico cercano al gobierno de EE.UU., escribió en relación a las manifestaciones en


Pekín "los participantes del movimiento estudiantil comunicaban con sus colegios de América
del Norte y Europa por teléfono, fax y correo electrónico. El número de llamadas telefónicas
entre los EE.UU. y China se ha triplicado en el mes de mayo." (4)

Shaomin Li, un ex guardia rojo y un ex alumno de Pekín, un médico de la Universidad de


Princeton en los EE.UU., ahora trabaja para AT & T. Su posición es muy representativa de la de
muchos chinos que estudiaron en Occidente. "Muchos intelectuales chinos, incluido yo, hemos
llegado a considerar a Taiwán como un modelo para la reforma económica en China. (...) La
propiedad privada y el libre mercado son los fundamentos de la libertad política. (...) Las
instituciones capitalistas proporcionan la prosperidad y la libertad, las instituciones
comunistas, la pobreza y el caos. (...) Con Taiwán como ejemplo, la República Popular de China
es más propensa que otros países comunistas de rechazar la doctrina marxista y lograr las
reformas." Es por eso que Milton Friedman dijo: "Yo soy más optimista con respecto a China
que a la Unión Soviética. Los chinos tienen este gran recurso de la China de fuera. El éxito de
los chinos en Hong Kong, Singapur, Taiwán, han creado en China una inspiración que los
ejemplos de Polonia, Hungría o Yugoslavia no puede dar a la Unión Soviética." Según una
encuesta, llevada a cabo por Li Shaomin entre 607 estudiantes chinos en los Estados Unidos, el
90% se decide por suprimir las referencias al marxismo-leninismo y el liderazgo del Partido
Comunista en la Constitución, el 86% dijo que China tenía que basarse en la experiencia de
Taiwán, el 60% estaban a favor de una economía liberal estilo de Taiwán (5).

El desarrollo de una burguesía en China

Una política razonable para un limitado desarrollo de un sector capitalista en China se salió,
terminando en una marea salvaje de empresas capitalistas. Según las estadísticas oficiales, en
1988, el 22% de la inversión inmobiliaria fue realizado por sector privado por un importe de
100 mil millones de yuanes, un aumento del 25% respecto al año anterior. El valor de la
producción industrial en el sector privado registró un aumento del 46% en ese mismo año, la
producción de las empresas rurales, a menudo muy cerca de una empresa privada, se
incrementó en un 35%. (6)

La publicación Far Eastern Economy Review estimó que en 1988 el 37% de la producción
industrial se había llevado a cabo por los sectores de la propiedad privada y colectiva, un
porcentaje que tendría que pasar del 50% en 1993 (7). El Business Week, por su parte, saludó,
en el momento en que los hechos tenían lugar en Pekín, "la aparición de nuevos empresarios
prósperos en China. (...) Las empresas privadas por medios no autorizados para recaudar
dinero. (...) La nueva China está asfixiando a la China tradicional en el dominio de los capitales"

Las fuerzas detrás del movimiento "democrático"

El imperialismo y el capitalismo, muy presentes en China en el sector económico, sostuvieron


el movimiento supuestamente democrático de los estudiantes y los "reformadores" del núcleo
de Zhao Ziyang, con el fin de crear una fuerza política legal. En mayo de 1989, Business Week,
escribió: "Muchos hombres de negocios extranjeros en China apoyan a los reformistas en la
idea de que un paso mayor de liberación de la política sólo puede fortalecer en el largo plazo,
el comercio" (9). El diario The Guardian señaló: "es interesante observar que algunos apoyos a
los puntos de vista pro-democráticos vienen de los nuevos empresarios ricos" (10). Far Eastern
Economic Review anotaba, siempre en la misma época de mayo de 1989: "El mundo de los
negocios de Hong Kong es favorable a las solicitudes de estudiantes para más reformas y más
democracia Los magnates de Hong Kong, Li Kashing, YK Pao y Stanley Ho expresaron
públicamente su apoyo. La presión para una apertura política podría, según ellos, ser muy
positiva para el futuro del capitalismo en China" (11).

Política: la alabanza de la democracia burguesa

El segundo fenómeno que marcó la evolución de China entre 1979 y 1989 se encuentra en el
campo político, que vio el surgimiento de una nueva fuerza política contra-revolucionaria.

En un momento en que China apostó por el desarrollo de un sector capitalista y la introducción


de las multinacionales, vemos surgir en el ámbito político, las primeras fuerzas anti-socialistas.
En 1979, Pekín ve cómo en el "muro de la democracia" se plasmaban todo tipo de tendencias
anti-comunistas. El 9 de marzo de 1979, un famoso mural anunciaba "luchamos para que China
cumpla con los verdaderos derechos humanos y la democracia verdadera", mostrando así las
banderas bajo las que los comunistas marcharán en la próxima década. De hecho, los
"derechos humanos" y las palabras "democracia" las utiliza el imperialismo para ocultar la
mercancía ideológica que pone a la venta. Los principales puntos del programa que llamó a
este periódico mural serían los siguientes: En primer lugar, "Apoyamos el estudio de la cultura
y la civilización inspirada por el espíritu de Cristo, nos proponemos tomar el ejemplo de los
sistemas democráticos basados en las enseñanzas del cristianismo." Después "reclamamos el
abandono de las nociones anticuadas de Mao Zedong, para revisar los principios del marxismo,
que no está de acuerdo con la realidad y la abolición de la lucha de clases." En tercer lugar,
"pedimos que el Partido Comunista, que es el del propio Mao Zedong, sea el Partido de todo el
pueblo." Y, por último, "llamamos al Partido Comunista Chino y el Kuomintang a colaborar de
nuevo en las nuevas condiciones históricas" (12).

Wei Jing-sheng, el pequeño Le Pen chino

Wei Jing-Sheng es el hombre que, entre 1978 y 1979, sostuvo con más fuerza las concepciones
políticas del imperialismo. Logró cierta fama en la derecha occidental diciendo que China
necesitaba una quinta modernización: la democracia. Lo que se esconde la palabra
"democracia" es evidente cuando una persona se toma la molestia de leer el programa de Wei.

Ésta es su tesis: "las democracias burguesas occidentales permiten que los ciudadanos puedan
expresar su voluntad a través de las elecciones y decidir el futuro del país (...) Esta es la razón
por la que ningún político burgués puede ignorar las opiniones de la gente sobre cualquier
tema. (...) La base económica sobre la que se mantienen los gobiernos democráticos es el
sistema de libre empresa. (...) En Occidente, los trabajadores pudieron enviar delegados
obreros a los consejos de administración, ocupando allí la mitad de los puestos. (...) En la
rivalidad que opone el capital al trabajo, los trabajadores están, de hecho, en mejores
condiciones en un sistema donde la mayoría puede decidir la política. (...) Hago un
llamamiento a los que piensan así ponerse detrás de la bandera de la democracia. El socialismo
marxista es, sin excepción, una dictadura antidemocrática. (...) Tenemos que enfocar nuestra
ira contra el sistema de justicia criminal que trata al pueblo de esta forma tan en escandalosa"
(13).

Los estudiantes contra el socialismo

Estas ideas contra-revolucionarias, defendidas en 1979 por Wei y un pequeño círculo de


amantes del imperialismo, encontraron un creciente eco entre los intelectuales en los años
posteriores. Las causas son muchas. El Partido Comunista terminó prácticamente con la
educación marxista-leninista entre los estudiantes. Dejó de luchar contra las concepciones
políticas del imperialismo. El liberalismo, la corrupción y enriquecimiento ilícito se extendieron
entre algunas facciones del partido.

Cuando, entre 1985 e 1986, un movimiento estudiantil se desarrolló en las grandes ciudades
chinas, "las emisiones de La Voz de América desempeñaron un papel determinante", como lo
confirmaría un periodista norteamericano expulsado de China por actividades de espionaje
(14). Con ocasión de estas primeras acciones estudiantiles, el profesor Fang Lizhi declaró que
China tenía que abandonar el marxismo, ropa vieja de segunda mano. Wang Ruowang reclamó
una "reevaluación completa del desastre creado por Mao Zedong". Lui Binyan denunció "la
dictadura feudal-fascista" del Partido Comunista y afirmó que el capitalismo era superior al
socialismo (15). Tales afirmaciones encontraron grande eco en la fracción de los estudiantes y
de los intelectuales que tenían como modelo a las elites dos países imperialistas e
neocoloniales.

Durante los años 1987 y 1988, estos elementos, alimentados diariamente por las emisiones de
La Voz de América, pudieron difundir ampliamente sus ideas en las universidades: el Partido
no hacía allí ningún trabajo político digno de tal nombre.

En el año 1988, los núcleos contra-revolucionarios prepararon acciones de masas para celebrar
los tres aniversarios que debían brillar el año siguiente: el 70 aniversario del Movimiento
Cuatro de Mayo***, el 200 aniversario de la Revolución Francesa y el 40 aniversario de la
Revolución china. Así, el 6 de enero de 1989, Fang Lizhi le escribió una carta a Deng Xiaoping
en la que mencionaba estas tres fechas y pedía que estos acontecimientos fuesen celebrados
con liberación de Wei Jing-sheng, indicando con claridad la plataforma política con la que
pensaba actuar. Siguiendo a Fang, 33 intelectuales repitieron en una carta abierta la
reivindicación de la liberación de Wei. Entre los firmantes, Su Shaozhi, que fue un alto cargo,
hasta 1987, del Instituto de Marxismo-Leninismo y del Pensamento Mao Zedong. A principios
de marzo de 1989, 42 personalidades de los medios científicos y académicos, entre los que se
encontraban varios miembros de la Asamblea Popular, firmaron otra carta abierta también
exigiendo la liberación de Wei. Esta marea de cartas, orientada sobre Wei y sus ideas políticas,
suscitó muchas discusiones entre los estudiantes. Así fue cómo comenzó la preparación
política de la protesta de abril y mayo de 1989.
El Partido al borde de la ruptura

El tercer fenómeno fue fundamental en el surgimiento del movimiento en Pekín: la división


interna del Partido Comunista de China y el crecimiento de una facción revisionista muy
influyente.

Hu y Zhao, la pareja revisionista

Hu Yaobang, nombrado Secretario General del Partido en 1982, fue el representante más
destacado de esta corriente. En 1981, su grupo denunció "la teoría según la cual las clases y la
lucha de clases existen durante cada periodo socialista, existiendo burguesía en el interior del
Partido comunista" (16). Cuatro años más tarde, Hu declaraba: "tomamos la decisión de no
utilizar a partir de ahora la expresión de elemento anti-partido y anti-socialista" (17). Hu
aseguraba, con estas tesis, la tranquilidad a los elementos podridos, a los burócratas, a los
corrompidos y a los revisionistas. En 1988, Hu fue reemplazado por uno de sus cómplices en la
fracción revisionista, Zhao Zhiyang.

Para señalar el viraje ideológico, Beijing Infomation escribía en 1988: "Kruschev conoce un
resurgimiento de popularidad en China". Y: "Stalin fue un dictador, en absoluto un
revolucionario". Hubo un apogeo de las traducciones al chino de la literatura anti-estalinista
publicada esos últimos años en la URSS, entre las que figuraban Las memorias de la maestra de
Stalin. Cuando algunos comienzan a denigrar a Stalin es necesario tender el verdadero mensaje
que quieren dar.

Así, el profesor Lu Congming, de la Escuela del Partido que dependía del Comité Central,
aspiraba a que "la naturaleza de nuestra época cambie a medida que se pasa de la etapa
imperialista a la del capitalismo social" (18). ¡Es el peligro de la negación del imperialismo,
tanto para el Tercer Mundo como para China! Y proseguía: "el capitalismo desarrollado puede
producir elementos socialistas y pasar al socialismo de forma pacífica. (...) Tanto la economía
socialista como la economía capitalista son economías de mercado socializadas. (...) O
capitalismo contemporáneo es un buen modelo para el mercado socializado". Cando
escuchamos barbaridades como éstas, comprendemos el furor de Mao Zedong que, en plena
Revolución Cultural, criticaba las "mezclas de los revisionistas contra-revolucionarios" (19). El
profesor Lu lanza después de un panegírico del capitalismo: "Vemos allí un cambio de la
propiedad de los medios de producción, la propiedad social reemplaza a la propiedad privada.
Por otro lado, asistimos a la participación de los obreros en la gestión de su empresa. El
macrocontrol del Estado sobre la economía es, de hecho, el principio de la economía
planificada. La nueva repartición de las rentas por el gobierno y el desarrollo de la seguridad
social contribuyen a debilitar las diferencias entre ricos y pobres". Este revisionista presenta el
capitalismo como una sociedad que ya realizó las promesas del socialismo; después predica
para China una política capitalista como mejor forma de desarrollar el capitalismo... ¡Qué
curioso parentesco ideológico entre Wei, siempre en prisión, y el profesor Lu, que enseña a los
cuadros superiores del Partido!
La situación se vuelve más grave cuando la misma orientación política es expresada por Zhao
Zhiyang, que en 1988 afirma: "el Partido Comunista Chino va a trabajar conjuntamente con el
Kuomintang de China para la reunificación en el plazo más breve. Los dos lados del estrecho
(es decir, China y Taiwán) tienen muchísimo en común desde el punto de vista político,
económico y cultural. Ambos desean la cooperación, el desarrollo conjunto de la economía
nacional, mejorar el nivel de vida y una China próspera, poderosa y moderna" (20). Esta
concepción de la convergencia entre la China socialista y Taiwán, el reino de las
multinacionales y del capitalismo salvaje, muestra lo correcto de la observación de Milton
Friedman: los grandes capitalistas chinos de Taiwán, Hong Kong y Singapur empujan al
continente hacia la restauración capitalista.

El enfrentamiento en el seno del Partido

Para comprender el enfrentamiento político de mayo y junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen


es necesario conocer que en enero de 1987 empezó una primera lucha importante en el seno
del Partido Comunista Chino. El movimiento estudiantil del año 1986, directamente inspirado y
dirigido por Fang Lizhi, atacó las bases del socialismo en China. Deng Xiaoping que, hasta ese
momento, seguirá firmemente al revisionista Hu Yaobang, cambia entonces de opinión. El 28
de septiembre de 1986, declara: "En Hong Kong y en Taiwán, corrientes de opinión procuran
luchar contra los cuatro principios fundamentales (marxismo-leninismo y el pensamiento Mao
Zedong, la vía socialista, la dictadura popular y la dirección del Partido Comunista) y predican
la vía capitalista para dar la impresión de que de esa forma lograremos la modernización del
país. De hecho, esta liberalización simplemente nos vuelve a llevar sobre a vía capitalista" (21).
El 19 de enero de 1988, Po Yipo presenta, al buró político, un informe que critica el trabajo de
Hu Yaobang. "Hu Yaobang animó a elementos activos que abogaban por la liberación burguesa
y adoptó una posición de comprensión y de protección ante éstos. Todo esto llevó
directamente a que nos pida suprimir los cuatro principios fundamentales, a saltar por una
occidentalización integral y por un sistema político y económico capitalistas" (22).

La caída de Hu Yaobang debilitó al núcleo revisionista en la cabeza del Partido. Sin embargo,
Deng Xiaoping nombra a otro representante de la misma corriente, Zhao Zhiyang, como nuevo
Secretario General.

Pero en el curso de la lucha que lleva a la caída de Hu, las posiciones de la izquierda del Partido
reciben un eco crecente. Chen Yun declara: "la fuente de la liberalización burguesa se
encuentra en el sector económico. Una economía planificada es socialista, una economía de
mercado es capitalista y promover una economía de mercado es promover el capitalismo"
(23). Denunciando la vía capitalista, Chen Yu critica también la corrupción que lleva asociada:
"los dirigentes del Partido tienen que dar ejemplo al pueblo. Deben estar a la cabeza de la
lucha por la eliminación de la corrupción de la clase capitalista y las negativas tendencias que
provienen de la misma. Muchas empresas son dirigidas por familiares cercanos de dirigentes.
Éste es un problema muy grave" (24).
En 1988, Zhao Zhiyang, el nuevo Secretario General, continúa protegiendo a los grupos
revisionistas colocados por Hu Yaobang en la dirección de ciertas instituciones del Partido,
permitiéndoles, incluso, extender su influencia. En 1986, el colaborador más cercano de Zhao,
Bao Tong, autorizó la creación en Pekín dos Fondos para la reforma y la apertura de China,
financiado por Georges Soros, un importante hombre de negocios americano (25). El entorno
de Zhao Zhiyang defiende el siguiente punto de vista, expresado por intelectuales chinos
residentes en los Estados Unidos: "creemos que un cambio en el sistema de propiedad del
Estado no solo es una necesidad histórica sino que es realizable en la práctica. Nuestro
proyecto es este: organizar un programa global de privatización del sistema de propiedad
estatal" (26). En noviembre de 1988, Li Yining, profesor de laiu Universidad de Pekín y
colaborador próximo de Zhao, remarca: "El objetivo final es la creación de mercados bien
gestionados, de tipo capitalista, para bienes, finanzas, trabajo y vivienda" (27). Esta posición es
confirmada por un otro colaborador de Zhao, Chen Yi-zi: "Zhao estaba convencido de que una
economía planificada de tipo estalinista no podía hacer avanzar a China y que era necesario
una economía de mercado" (28).

Es interesante anotar un último punto. En el momento de las manifestaciones estudiantiles, un


periódico de Hong Kong escribió: "Zhao le solicitó a una comisión preparar una proposición de
reforma política que incluyese ideas para una competencia multipartidista y una prensa
independiente" (29). El multipartidismo en China significa ante todo la legalización del
Kuomintang, el partido fascista en el poder en Taiwán. En lo relativo a la prensa
"independiente", dependería completamente de los medios financieros de Taiwán, de Hong
Kong y de los Estados Unidos. Pero con su opción por el multipartidismo, Zhao es aclamado en
Occidente como un demócrata. Y, sin embargo, es precisamente el grupo de Zhao Zhiyang
quien reclamara, a finales de 1988 y principios de 1989, un "nuevo autoritarismo" para llevar
adelante las reformas capitalistas. Reproducimos lo que Zhao le dijo a Deng Xiaoping el 6 de
marzo: "Un país subdesarrollado que quiere modernizarse tiene que pasar por una cierta etapa
en la que precisa el impulso de un gobierno fuerte y autoritario" (30). Está claro: para hacer
tragar la democracia burguesa y la libertad de mercado, hace falta un gobierno autoritario
capaz de vencer las resistencias a la restauración capitalista.

A finales de diciembre de 1988, la lucha entre los revisionistas y los marxistas-leninistas conoce
un segundo auge. Una persona cercana a Zhao Zhiyang reúne a trescientos intelectuales en un
seminario en el que los "reformadores" célebres del Partido, como Yan Jiaqi e Su Shaozhi,
toman la palabra para denunciar las campañas pasadas contra el liberalismo burgués. Los
textos, una impetuosa defensa del capitalismo, son publicados posteriormente en el World
Economie Herald de Shangai. En su editorial, el periódico precisa: "hay que tomar
valientemente el ejemplo de las formas democráticas modernas desarrolladas en el
capitalismo occidental" (31). Esta agitación de derechas por parte dos intelectuales
reformadores del Partido influyó directamente sobre los medios estudiantiles de la capital.

Chen Yun declara en ese momento que "todo el frente ideológico está ocupado por la
burguesía, no queda nada proletario". Wang Zhen y Po Yipo insisten, por tres veces y en el
entorno de Deng Xiaoping, en la necesidad de reemplazar a Zhao Zhiyang del puesto de
Secretario General. En marzo de 1989, Li Sien-nien va a casa de Deng para insistir de nuevo en
la necesidad de esta dimisión, que podría realizarse en la cuarta sesión plenaria prevista para
las próximas semanas (32). El movimiento estudiantil se pone en marcha en abril en medio de
estas luchas dentro del Partido Comunista.

Lo que realmente querían los estudiantes de Pekín

Nuestros medios de comunicación nos contaron que los estudiantes de Pekín se manifestaban
por reivindicaciones democráticas y contra la corrupción, y que de ninguna manera querían
derrumbar el régimen socialista. Como prueba hasta cantaban la Internacional. ¿Puede existir
confirmación más brillante de que bajo el socialismo la democracia es imposible? Una
camarilla de viejos burócratas, que se sintieron superados, destrozó en un baño de sangre un
movimiento inocente e ingenuo.

Toda la derecha, desde el PSC (Partido Social-Cristián) hasta el Vlaams Blok (Vlaams Belang
desde 2004), nos presentó esta versión. Los trotskistas desplegaron una actividad febril, tras la
represión del movimiento pro-imperialista, para conseguir que la izquierda belga defendiera a
los "estudiantes". Reclamaron el apoyo de centenares de progresistas a una petición que decía
que los estudiantes "exigían, de hecho, una democratización del socialismo" que también
declaraba que "el pretexto de que la contra-revolución está levantando la cabeza es
inaceptable" (33). Por el contra, nosotros afirmamos que actuando de esta forma los
trotskistas estaban comportándose como verdaderos agentes del imperialismo americano y
del fascismo de Taiwán. El lector juzgará si esta acusación es fundada o no.

Una revolución contra el socialismo

¿Cuál era el carácter y la naturaleza del movimiento de Pekín?

Horas después de la intervención del ejército, el 4 de junio de 1989, Shaw Yuming, vocero del
gobierno de Taiwán, declara: "aunque que algunas personas crean que este movimiento
estudiantil representa solo una lucha en el seno del sistema y es un movimiento revolucionario
dirigido contra el Partido Comunista, tenemos que subrayar que, si se examinan bien las cosas,
vemos que su lema "la democracia o la muerte" y el hecho de erigir la estatua de la "diosa de
la libertad" sobre la Plaza de Tiananmen, prueban de manera evidente que luchan por una
democracia de estilo occidental." (34) Dos semanas más tarde, el vocero del gobierno de
Taiwán informa a un periodista japonés: "señor Yuan Mu, el vocero del gobierno de Pekín
afirmó que los manifestaban buscaban derrumbar el régimen socialista (...) Decía la verdad.
Ciertas personas, como Fang Lizhi y otros intelectuales, son perfectamente conscientes de lo
que exigen. Pero muchas personas pedían solo algunos cambios; no conocían las implicaciones
lógicas de lo que reclamaban (...). En una revolución unos son jefes y otros seguidores. Los
jefes saben lo que quieren, pero los seguidores tan solo tienen una vaga idea de lo que hacen.
Muchas personas que estaban en la Plaza de Tiananmen pensaban que pedían solo algunos
cambios, pero no sabían que se trataba de una revolución para salir del sistema." (35)
Por una vez, el Partido Comunista Chino y el partido fascista de Taiwán están de acuerdo en
una cuestión. Una cuestión importante: el movimiento "democrático" de Pekín tenía
absolutamente un carácter contra-revolucionario.

El programa de Fang Lizhi

Para juzgar si esta estimación está fundamentada, es importante analizar, con toda
objetividad, el programa político preparado por el núcleo dirigente en la Plaza de Tiananmen.

El movimiento, previsto originalmente para el 4 de mayo de 1989, fue preparado durante todo
el año 1988. A comienzos del año 1989, Fang Lizhi, el padre espiritual indiscutible del
movimiento, visita las capitales occidentales con el objetivo de recabar apoyos para el
inminente movimiento.

En el Libération del 17 de enero de 1989, Fang Lizhi publica un artículo titulado "China necesita
democracia", consigna repetida después por el movimiento estudiantil de Pekín. Denigrando
los 40 últimos años de construcción socialista, Fang Lizhi declara: "la lógica solo lleva a una
conclusión: las desilusiones de los últimos 40 años deben ser atribuidas al sistema social (...). El
socialismo, en su modelo Lenin-Stalin-Mao, fue completamente desacreditado." Partidario de
la introducción de las leyes del capitalismo en China, añade: "¿Puede una economía libre ser
compatible con el modelo específicamente dictatorial del gobierno chino? Una mirada sobre la
China de 1988 prueba que la única respuesta es no. China difiere de otros países en que su
sistema de dictadura no es quién de soportar una economía totalmente libre. Y esto es porque
la dictadura socialista está íntimamente vinculada a un sistema de "propiedad colectiva" y a su
ideología fundamental es antagónica a los derechos de propiedad requeridos por una
economía libre."

Fang Lizhi continúa precisando que entiende la expresión "libertad de prensa" como la libertad
de expresión para la ascendente clase de los capitalistas chinos: "el editor de un periódico de
Cantón escribió recientemente que la función de su periódico era escribir, no en nombre del
PCCh, sino no de la clase media emergente de Cantón."

Y para rematar su artículo, Fang Lizhi precisa la táctica que hay que seguir, inspirada
ampliamente por las experiencias polaca y húngara: "la democracia es algo más que un
eslogan: ejerce una presión consustancial a ella. El fin de esta presión es obligar a las
autoridades, progresivamente a través de medios no violentos, a aceptar cambios en la
dirección de la democracia política y de la economía libre." (36) En el momento de que el
supuesto movimiento por la democracia fue lanzado sobre Pekín, sus diferentes voceros,
cuando negociaban perspectivas económicas y políticas de China, solo repetían estas
orientaciones.

Esta declaración-programa de Fang Lizhi muestra todo su alcance cuando se examina,


paralelamente, a la política declarada de Taiwán. Recientemente, el primer ministro de
Taiwán, Lee Huan, manifestó, antes de su gobierno, la línea de actuación. Segundo Lee Huan,
Taiwán "solo llevó a cabo una "ofensiva política" sobre el continente, porque una ofensiva
militar exigiría sacrificios demasiado elevados y causaría demasiados daños." (37) Y en los
documentos del Kuomintang, encontramos las líneas directrices siguientes: "proseguir
activamente el trabajo ideológico sobre el continente con fin de combatir la estrategia del
Partido Comunista. Eliminar la dictadura marxista-leninista en el continente. Destruir el
sistema de partido único del comunismo chino. Permitir la propiedad privada de la tierra y el
desarrollo de la empresa privada." (38)

La Federación para la Democracia y el Kuomintang: las coincidencias.

Tres meses después de la represión del movimiento, sus principales líderes se reencuentran en
París para crear la Federación para la Democracia en China. Elijen su dirección: Yan Jiaqi,
principal dirigente de los intelectuales de la Plaza de Tiananmen, Wuer Kaixi, próximo a Zhao
Zhiyang y principal dirigente estudiantil y Wan Runnan, uno de los más importantes
capitalistas de la República Popular.

El programa adoptado por la Federación no se distingue en nada del perseguido por el


Kuomintang. La Federación de los "demócratas" denuncia que el Partido Comunista creó "un
sistema donde el totalitarismo estalinista se añade al despotismo oriental". Afirma que "la
tolerancia del pueblo chino, en lo que al Partido Comunista respecta, alcanzó límites
extremos". Sus objetivos principales son formulados así: "desarrollar la economía de iniciativa
privada y acabar con la dictadura del partido único". (39)

Desde el momento en que este programa fue publicado, el paralelismo entre la política de los
fascistas de Taiwán y los dirigentes de Tiananmen tenían que alarmar a todos los progresistas y
anti-imperialistas. Desde entonces, las posiciones de estos dos grupos anticomunistas no
hicieron otra cosa que plantearse.

En primer lugar, tanto el Kuomintang como la Federación para la Democracia buscaban


derrumbar al Partido Comunista, apoyándose en las fuerzas de la alta burguesía de Taiwán, de
los Estados Unidos, de Hong Kong y de Singapur.

Antes de un auditorio de San Francisco, Shaw Yuming, director general de información del
gobierno de Taiwán declara: "el gobierno de la República de China (Taiwán) siguió de cerca el
movimiento estudiantil desde un primer momento y estudió diversas contra-estrategias. Sin
embargo, para no dar ningún pretexto a los comunistas chinos para suprimir el movimiento,
debimos adoptar una actitud extremadamente prudente. (...) Nuestra esperanza es utilizar el
modelo de desarrollo de Taiwán como base para alcanzar nuestro objetivo: la reunificación de
China bajo un sistema libre e democrático. (...) Los Chinos del continente, de Taiwán, de Hong
Kong, de Macao, de los Estados Unidos, de Canadá, de Europa y de la región oriental de Asia
llegaron al consenso, después de la matanza de Tiananmen, de acabar con la tiranía de los
comunistas chinos." (40) Esta orientación política de Taiwán, es repetida prácticamente
palabra por palabra por el vocero de los intelectuales del movimiento de Pekín, Yan Jiaqi. El 28
de julio de 1989, con motivo de la primera sesión del Congreso de los Estudiantes Chinos en los
Estados Unidos, en Chicago, declara: "Las contribuciones deben venir de los chinos de ultra
mar. Los comunistas chinos pueden controlar al pueblo con tanques, pero no pueden suprimir
la empresa privada fuera de China. La democracia depende de la expansión económica. La
fórmula de que Taiwán tuviera un gobierno democrático bajo la dirección de la República de
China no es bienvenida. Lo importante no es que China esté dividida entre fuerzas socialistas e
capitalistas, sino que unas son dictatoriales y otras democráticas. Para nosotros, cualquiera
que apoye la dictadura es nuestro enemigo y cualquiera que se oponga a la dictadura es
nuestro amigo. El pueblo de Taiwán luce alta la bandera democrática. Esto, pienso, es la base
fundamental para la reunificación de Taiwán y de la China continental." (41)

La segunda coincidencia: Kuomintang y la Federación para la Democracia, los dos, denigran la


experiencia socialista en China desde la liberación en 1949. A la pregunta de los periodistas:
"los chinos idealizan mucho los primeros años del comunismo, ¿lo creen?" Yan Jiaqi respuesta:
"¡No! El comienzo de los años 50 es la época en la que el Partido Comunista instala las bases
de su poder, en la que perseguía a los partidarios del Kuomintang de Tchang Kaichek, en la que
expropiaba a los capitalistas sin hacerlo a plena luz y, en el campo, repartía la tierra entre los
campesinos expropiando los bienes inmuebles de los propietarios. Es la época en la que el
Partido Comunista comenzaba su primera campaña contra los intelectuales y todas las
personas que pensaban de otra forma." (42) Su argumentación es calcada de los fascistas del
Kuomintang que pretende que, desde la llegada al poder, el Partido Comunista llevó a cabo
una política "criminal".

La tercera coincidencia: todo el discurso do Kuomintang, como ocurre con el de la Federación


para la Democracia, está orientado sobre una base central: la empresa privada, el capitalismo
salvaje.

El Secretario General de la Federación para la Democracia en China es el millonario Wan


Runnan, ex director general de la sociedad de equipos electrónicos Stone, una de las empresas
privadas más importantes de China. Tenía unos beneficios aproximados de 50 millones de
dólares anuales. En febrero de 1990, Wan Runnan da sus impresiones a la revista Boletín de
Sinología, editada en Hong Kong: "Wan Runnan cree que la dictadura del partido único
constituye un freno para el desarrollo económico. Preconiza la instauración, en la economía,
de un sistema de propiedad privada y, en la política, de un sistema pluralista." (43) Ante la City
University de New York, Wan Rumman declara: "una solución simples a los problemas de
China consiste en privatizar la propiedad, haciendo posible la emergencia de una clase media."
(44) Yan Jiaqi confirma esta opción precisando que una economía socialista es la base del
totalitarismo, idea central de Fang Lizhi. "Si China no adopta un sistema de propiedad privada
en la economía, está condenada al totalitarismo y al control del pensamiento." (45)

Las peregrinaciones a Taiwán

Recientemente, la Federación para la Democracia en China, a través de su presidente Jan Jiaqi,


dio a conocer una estrategia en cuatro fases. Primera fase: la caída de Li Peng. Segunda fase:
revisión del juicio sobre la naturaleza del movimiento de Pekín. Tercera fase: vuelta de los
disidentes y reforma de la constitución en la dirección de un sistema pluralista como el de
Polonia, Hungría o la Unión Soviética. Cuarta fase: estabelecimiento de un sistema federal y
elecciones multipartidarias, con la participación del Partido Comunista, el Kuomintang y la
Alianza Democrática. (46). Cuando menos, en este listado de intenciones, el objetivo estaba
claro: la vuelta del viejo partido fascista y la llegada de un nuevo partido creado en los Estados
Unidos por agentes chinos de la CIA.

Cuando, meses después de la represión del movimiento pro-imperialista de Pekín, afirmamos


que este fue dirigido por contra-revolucionarios y que pretendía establecer el régimen de
Taiwán en China, los trotskistas se hicieron los indignados. Mandel tuvo el atrevimiento de
escribir: "la victoria de los estudiantes habría reforzado la base del socialismo en China. Su
aplastamiento por una camarilla de déspotas militares fue un duro golpe al socialismo." (47)
Ahora vemos a todos los protagonistas del supuesto movimiento democrático
desenmascararse y mostrarse abiertamente como agentes de Taiwán y de los Estados Unidos.
Vemos de quien fue abogado Mandel.

Yan Jiaqi, el pensador del movimiento "democrático", fue a Taiwán el 8 de mayo de 1990, para
declarar esto: "Para la democratización de la China continental, la experiencia de Taiwán tiene
un gran valor de referencia." (48)

El segundo héroe de la Plaza de Tiananmen era Wuer Kaixi. El 29 enero solicitó una entrevista
con John Chang, el director del departamento de negocios chinos del Kuomintang, es decir, el
jefe de los servicios secretos de Taiwán en la República Popular. Nuestro demócrata le declaró
a los fascistas: "la comunicación entre los chinos anticomunistas es el primer paso de cara a la
unidad." (49)

Su Hsiao-kang, el célebre escritor, llegó a Taiwán a comienzos de enero acompañado por otros
cuatro escritores, militantes de la Plaza de Tiananmen. Allí denunció: "el totalitarismo de tipo
estalinista impuesto por Mao Zedong". Según la prensa de Taiwán, "criticó a Taiwan por la
poca contundencia de su apoyo al movimiento democrático del continente". Siempre según la
prensa del Kuomintang: "Su afirmaba que ciertos miembros de la Federación para la
Democracia en China pensaban que la acción sangrienta y la guerra civil eran inevitables en el
combate por la democracia." (50)

Yueh Wu, dirigente del Sindicato Obrero de Pekín, muy bien considerado por nuestros
trotskistas, llegó el 16 de enero a Taiwán, ¡invitado por la Liga Anticomunista Mundial! (51)

En enero, todos los dirigentes de la Federación, liderados por el Secretario General Wan
Runnan, así como cincuenta estudiantes y escritores del movimiento de Tiananmen, fueron
invitados a Taiwán. Un cuadro del Kuomintang declaraba: "hoy es un secreto público que todos
los grupos importantes del movimiento democrático reciben la mayor parte de sus fondos de
ayuda de Taiwán." (52)

Estas informaciones pueden provocar escalofrío a todos los que creyeron, en un momento u
otro, que los estudiantes de Tiananmen eran unos mozos ingenuos, políticamente vírgenes.
Ahora, las pruebas son contundentes: para toda la dirección de este movimiento, la "libertad"
es la libertad de la empresa capitalista y de la explotación, la "democracia" y el
multipartidismo es la vuelta del partido fascista del Kuomintang y de sus escuadrones de la
muerte a China. La gran campaña anticomunista que Amnistía Internacional lanzó en mayo de
1990 tenía por lema: "El año pasado, la primavera florecía en China llena de esperanzas". (53)
Una expresión claramente política que repite la versión difundida por los estrategas del
imperialismo: el movimiento por la democracia era una primavera llena de esperanzas. Ahora
bien, si Amnistía Internacional quiere hacer política (y la hace con gran refinamiento), no
puede impedir un debate abierto en sus filas sobre el análisis de este movimiento. Y un análisis
objetiva lleva a una conclusión indiscutible: este movimiento apuntaba hacia el
restablecimiento de la dominación neocolonial sobre China y al renacimiento de la dominación
fascista del Kuomintang. Y ésta es la orientación que defiende Amnistía Internacional-Bélgica
bajo el pretexto de "no hacer política".

Su "pacifismo" era una mentira: aquí están las pruebas

Hu Yaobang murió el 15 de abril de 1989. El sector derechista del estudiantado de Pekín


aprovechó esto para demandar que la tendencia de Hu, cuya orientación liberal y pro-
imperialista es bien conocida, tuviera la dirección absoluta del Partido y que los últimos
representantes de la línea marxista-leninista fuesen eliminados. El primer requerimiento de
esta derecha es la restitución de los méritos de Hu Yaobang, criticado en 1987, y la
rehabilitación política de todos sus partidarios excluidos del Partido, cuya figura principal es
Fang Lizhi, el célebre adorador del imperialismo americano y del régimen de Taiwán. El 24 de
abril, este núcleo de estudiantes anuncia la formación de un Comité preparatorio de la
Federación Nacional de los Estudiantes y su ruidosa defensa de Solidarnos indica su intención
de constituir un centro político legal capaz de reunir a todas las fuerzas anticomunistas. (54)

Como respuesta, el Buró Político del Partido Comunista denuncia el 26 de abril "una
conspiración organizada" y "una agitación que intenta acabar con la dirección del Partido
Comunista y con el sistema socialista".

El 2 de mayo, el grupo estudiantil envía una petición al Partido en la que afirma responder a la
oferta de diálogo hecha por el gobierno. Cuando se estudia esto minuciosamente, se
comprueba que este grupo no busca de ningún modo el diálogo, sino el enfrentamiento y que
su fin último es la caída del Partido Comunista. En el primer punto, demandan "la igualdad
absoluta" entre las dos partes, los estudiantes y las autoridades nacionales, con la presencia de
los responsables más altos del Partido y del Estado. Los estudiantes deben ser representados
por la Federación Autónoma de los Estudiantes, lo que implica el reconocimiento oficial de las
organizaciones anti-socialistas. El grupo demanda también que el encuentro sea retransmitido
íntegramente por la televisión, facilitando así a implantación de la organización anticomunista
en el conjunto del país. (55) Comprendiendo perfectamente el sentido político de esta táctica,
una revista del gobierno norteamericano declara: "si esta petición fuese concedida, los
estudiantes obtendrían la legalización de la primera organización política completamente
independiente de la historia de la República Popular y la negación de los cuatro principios
fundamentales de Deng Xiaoping." (56)

Zhao Zhiyang se une a la contra-revolución

Un hecho importante se produce el 4 de mayo, con el discurso de Zhao Zhiyang, en su retorno


de Pyongyang. Ante dos miembros del Banco Asiático de Desarrollo, Zhao presenta una
valoración positiva del movimiento estudiantil y reprueba a los que consideran que este
movimiento está dirigido por fuerzas anti-socialistas.

Una revista del gobierno norteamericano hizo, poco después, el siguiente análisis de la
intervención de Zhao: "a pesar de la enorme dimensión de las manifestaciones, todavía no
constituyen una rebelión popular. Estas manifestaciones solo fueron posibles en el momento
en el que los manifestantes vieron que tenían la simpatía de una fracción del Partido y del
aparato gubernamental, que veían en las manifestaciones una ayuda en sus combates contra
los conservadores. Este proceso comenzó después del discurso del 4 de mayo de Zhao." (57)

Muchos miembros del Partido Comunista son desorientados por las apreciaciones sobre el
movimiento estudiantil que vienen de la dirección del Partido. Zhao da instrucciones a todos
los medios de comunicación para que apoyen el crecente movimiento. Gracias a los medios de
comunicación, el movimiento estudiantil se transforma en movimiento popular. Después de la
declaración de la ley marcial, el 20 de mayo, y hasta el 25 de mayo, la prensa, la radio y la
televisión llaman a la población a oponerse a la entrada del ejército en Pekín. (58)

Y en este momento, de confusión política general, cuando las fuerzas auténticamente de


izquierda, gente que critica las reformas de Deng Xiaoping desde las posiciones de Mao Zedong
y de Zhou Enlai, se comprometen con movimiento. Desde ese momento los manifestantes
procuran fines totalmente opuestos, unos queriendo regresar a los principios socialistas de los
años de Mao y otros empujando las reformas hasta la introducción de la economía de
mercado. Estos últimos tuvieron la dirección política del movimiento en todo momento.

La derecha al asalto del poder

El 17 de mayo, Yan Jiaqi, uno de los principales dirigentes del movimiento y colaborador
próximo de Zhao, publica el Manifiesto del 17 de Mayo. En él apoya a Zhao Zhiyang contra el
"emperador" Deng Xiaoping y contra "el gobierno bajo el control absoluto de un dictador". Yan
escribe: "¡Abajo la editorial del 26 de abril! ¡Abajo a dictadura! ¡Viva el espíritu de oposición a
la tiranía!" Su manifiesto es publicado el día siguiente por la prensa de Taiwán. (59) Desde ese
día, el núcleo dirigente del movimiento habla abiertamente de la eliminación de la izquierda
marxista del gobierno.

Podemos leer en una declaración de la dirección del movimiento en Tiananmen, el 21 de


mayo: nosotros no somos la "clase de personas que buscan un compromiso con un gobierno
que trata a este movimiento patriótico de modo errado". Si el gobierno no se va, entonces "los
disturbios nunca tendrán fin". (60) El mismo 21 de mayo, Yan Jiaqi reclama en una declaración
la caída del primer ministro Li Peng, del presidente de la República Yang Shangkung y de la
autoridad superior militar, Deng Xiaoping. Yan reclama su expulsión del Partido y de su
corriente en acusación delante del tribunal. (61)

Pero terminando mayo de 1989, la gran mayoría del comité central del Partido, liderada por
Deng Xiaoping y Li Peng, se une contra la fracción pro-capitalista de Zhao Zhiyang. (62)
El 1 de junio, el cuartel general de los estudiantes en Tiananmen demanda el fin de la ley
marcial y la retirada de las tropas. Anunciando la violencia que llega, afirma: "si estas
reivindicaciones no son aceptadas, los estudiantes están preparados para sacrificar sus vidas."
(63)

Manifiestamente el movimiento pierde el dinamismo. Pero el núcleo duro no piensa ceder de


ninguna manera. Por contra, preparan acciones desesperadas. Los estudiantes deciden
continuar ocupando la Plaza de Tiananmen hasta la sesión del Congreso de los diputados del
20 de junio. Un nuevo auge de protestas siempre es posible en Pekín. Algunos disturbios ya se
manifiestan en las provincias. Una revista del gobierno norteamericano, que comprueba la
decadencia del movimiento, escribe: "a causa de la financiación procedente del sector privado
chino y de los simpatizantes de fuera y del refuerzo proporcionado por nuevos manifestantes
que llegan a la capital, es difícil que el movimiento se disuelva por sí mismo." (64)

Después de una campaña de información de dos semanas, durante la cual las autoridades no
aplicaron la ley marcial, deciden desocupar la Plaza por medio del ejército y de las fuerzas del
orden. El 2 de junio, envían soldados desarmados para hacer que los estudiantes se marchen.
No es de ningún modo una "provocación", como dice la prensa anticomunista. El envío de
soldados sin armas corresponde perfectamente con la fase de decadencia del movimiento y la
voluntad del Partido de acabar con los desórdenes sin violencia, política practicada desde hacía
seis semanas y absolutamente impensable en cualquier país imperialista. Este 2 de junio, los
soldados desarmados son atacados, golpeados y hechos prisioneros por estudiantes y
elementos desclasados.

Prepararon sistemáticamente la violencia

Si es indiscutible que la gran mayoría del estudiantado no quería la violencia, y también


evidente que la dirección del movimiento, desde el principio y de forma sistemática, preparó
los ánimos para el enfrentamiento y la violencia.

El 21 de abril de 1989 se hace, desde la universidad de Beida, un llamamiento a la huelga.


"¡Queremos hacer progresar la democracia por la sinceridad de nuestro sacrificio, poco
importa la represión, escalaremos montañas de láminas cortantes, nos sumergiremos en
océanos de fuego!" (65), es un lenguaje que llama a la sangre.

Otro periódico mural del 23 de abril sigue textualmente la propaganda de Taiwán: "la
democracia y la libertad es el fin de nuestra huelga. La lucha es inevitable, hay que aceptarlo
sin temor. Habrá víctimas, pero el sacrificio vale la pena. ¿Podemos aceptar el dolor de haber
nacido en la esclavitud? Nacemos libres, ellos quieren hacernos esclavos." (66) Es una táctica
puesta a punto desde hace tiempo por la CIA para la lucha en los países socialistas: evitar tanto
tiempo como sea posible el enfrentamiento directo con los órganos de la dictadura del
proletariado; ganar una vasta influencia entre las masas vacilantes proclamando su voluntad
pacifista; preparar psicológicamente el enfrentamiento inevitable para, finalmente, destacar
que las autoridades pusieron en marcha la agresión y que los manifestantes tenían derecho a
la legítima defensa.
El 13 de mayo, los dirigentes deciden dramatizar la lucha comenzando una huelga de hambre
de 3.000 estudiantes. Preparando el enfrentamiento, hablan cada vez más a menudo de la
muerte. En la petición de la huelga de hambre, los estudiantes de la universidad de Pekín
hablan del momento crucial, de vida o muerte, que decidirá la supervivencia o el hundimiento
de la nación. "La muerte no es nuestro fin. Pero si la muerte de una persona puede mejorar la
vida de muchos otros, se puede conseguir una nación próspera y poderosa, entonces no
tenemos el derecho de actuar vilmente." (67) Un profesor chino de inglés explica a un
periodista de Libération la táctica seguida por el movimiento. "La dirección del Partido
comunista debe, primero, reconocer la asociación de estudiantes y la legitimidad de nuestro
movimiento. Pero estas son solo nuestras primeras demandas. Deben abandonar la plaza. Y si
utilizan la violencia, pasará en China como en la Francia de 1789, la toma da Bastilla." (68)

El 22 de mayo, el estudiantado de la Praza de Tiananmen elevó todavía más la temperatura. "Li


Peng y Yang Shangkun dieron un golpe de Estado contra-revolucionario. Destituyeron al
secretario general Zhao Ziyang. Todo el pueblo debe aplastar este golpe de Estado y rechazar
al gobierno de Li Peng." (69) ¿Aplastar un golpe de Estado contra-revolucionario: es posible
hacer esto con gentileza y pacifismo?

El martes, 30 de mayo, una bandera ondea sobre la Plaza de Tiananmen: "el 1789 de China",
abiertamente apelando a una revolución para derrocar al régimen. Wang declara a un
periodista de Libération: "la historia prueba que no se puede conquistar la libertad sin el
recurso de la violencia. Es lamentable, pero la sangre debe fluir. En China no llegó todavía el
momento. La violencia nos aislará de las masas. Primero tenemos que despertar al pueblo y
ganar su apoyo para la causa de la democracia." (70)

No será hasta las 21 horas del 3 de junio, antes da intervención das fuerzas del orden, cuando
Chai Ling demanda a los estudiantes de la plaza levantar la mano y jurar: "por el progreso de
nuestro país hacia la democracia, por la prosperidad de nuestro país y para impedir que un
millón de chinos mueran en la guerra, juro proteger la Plaza de Tiananmen y la República con
la vida. Nuestras cabezas pueden ser cortadas y puede derramarse nuestra sangre, pero la
plaza del pueblo no se puede perder. Estamos listos para pelear hasta el fin hasta el último de
nosotros." (71)

Los pacifistas: "¡Sabemos que debe correr o sangre!"

Encontramos una discusión extremadamente significativa y reveladora del "carácter pacífico"


del movimiento, en la revista Problems of Communism, publicada por la Agencia de
información del gobierno norteamericano. Prueba, indiscutiblemente, dos cosas. Primero: la
opción no violenta del movimiento de Pekín era una simple táctica, una maniobra inteligente
para recoger un apoyo tan grande como fuese posible para las actividades y las tesis
anticomunistas. En segundo lugar: hay una división de papeles. Mientras los voceros "oficiales"
cantaban a la no violencia, elementos "especializados" estaban preparados para la violencia.
Esto es lo que dice la revista del gobierno norteamericano a propósito de la "acción sin
violencia" de estos dirigentes estudiantiles tan inocentes: "Consideraciones de tipo práctico
aconsejaron una aproximación no violenta. El régimen comunista todavía controla fuerzas
militares y policiales impresionantes. El ejército y las fuerzas de la policía se mantuvieron
firmemente del lado del régimen. Sería iluso para el movimiento democrático reunirse en las
montañas como lo hizo Mao en los años treinta. Los demócratas dicen que si la violencia tiene
un papel en el futuro de China, tendrá que venir del interior del ejército chino. El presidente de
la Primavera de China, Hu Ping, dijo en el Cuarto Congreso de la organización en Los Ángeles:
"Nuestra organización no tiene la fuerza de dar un golpe militar". Wan Runnan, de la
Federación Democrática afirmó: "Nuestro principio de la acción sin violencia no significa que la
sangre no correrá. Hay una división de papeles. Nuestro papel es organizar actividades
agradables, racionales y no violentas. Pero otros cumplirán otros papeles." La acción sin
violencia y el apoyo al socialismo ofrecen las mejores posibilidades para construir una gran
coalición contra el régimen y para atraer al máximo apoyo oficial y no oficial en el extranjero.
Un dirigente de la Primavera de China declaraba en el momento de los debates del Cuarto
Congreso: "solo la bandera de los métodos pacíficos puede reunir una audiencia amplia y
plural. Si alguien aquí me demanda dinero para fusiles, daría ciertamente los fusiles para la
caza de aves." (72)

Los amotinados golpearon primero

Cuando el ejército y la policía quisieron restablecer el orden, después de dos semanas de


trabajo explicativo, los primeros heridos, los primeros muertos también, cayeron del lado del
ejército.

El periódico Libération describe los acontecimientos del viernes, 2 de junio, en estos términos:
"las masas se lanzaron encima de los militares, la inmensa mayoría muy nuevos y sin armas.
Miles de soldados fueron hechos prisioneros. Sus oficiales les ordenaban no resistir." (73) El
sábado, 3 de junio, a las 15 horas, el periodista de Libération anota que manifestantes
prendieron fuego a vehículos militares. Y continúa: "armas, recogidas de uno de los vehículos,
se presentan. Pekín tiene ya, esta tarde, un aire de motín." "Sin violencia no podemos lograr
cambios. Debemos prepararnos para eso. No tememos a la violencia", grita un obrero. Esta
violencia ya está en el aire. El sábado, a las cinco de la tarde, en el Palacio del Pueblo, jóvenes
patrullan con piedras y largos palos cogidos de las manos de los policías. "Estamos preparados
para el sacrificio", clama un orador improvisado. "Si cae un de nosotros, serán un millón los
que se levanten". Las masas gritan: ¡abajo el régimen fascista! Cada vez más gente habla de
"responder a la violencia del Estado." (74) Leemos en Le Soir: "a lo largo de kilómetros, tanto
en el oeste como en el este de la Plaza de Tiananmen, la avenida Chang'an no es más que una
sucesión de barricadas." (75) El periódico derechista The Far Eastern Economie Review escribe:
"En la tarde del 3 de junio, una nueva intervención de soldados a pie y desarmados fue parada
delante del Hotel de Pekín, pero esta vez, algunos soldados son golpeados brutalmente por
bandas de jóvenes criminales que aparecieron por vez primera en la Plaza de Tiananmen con
barras de hierro y palos. Durante varios incidentes, varios soldados perdieron la vida,
golpeados por manos y piedras. En Chong Wen Men, el cuerpo de un soldado fue quemado. En
otro incidente, manifestantes mutilaron el cuerpo de un soldado." (76) Un ciudadano belga en
Pekín declara por teléfono: "primero enviaron los tanques del 38º Ejército contra los
ocupantes de Tiananmen. Trataron de que no hubiese violencia. No lo consiguieron, hubo
murtos en sus filas." (77)

¿Quiénes son estos grupos de asesinos? Johan Galtung examinó los vídeos de la violencia y
escribió: "se mueven rápido y mucho, lanzan cócteles molotov, sabiendo exactamente cómo
destruir un vehículo, hasta un tanque. Aparentemente, tienen unos treinta años." (78)
Podemos razonablemente pensar en agentes venidos de Taiwán, esa base mundial de
escuadrones de la muerte, agentes que pudieron actuar desde hace tempo gracias a la
pasividad y la laxitud del gobierno, y tiene un papel importante en esta violencia. Taiwán tenía
intereses en que el movimiento rematara violentamente y tenga los medios para realizar las
provocaciones necesarias para este fin.

¿Empujados deliberadamente a la muerte?

Hasta un periódico tan anticomunista como Libération, se ve obligado a sugerir la hipótesis


según la cual los dirigentes del movimiento estudiantil provocaron deliberadamente el fin
violento de un movimiento que sabían perdido. Libération cita a un dirigente legado a
Occidente, Lao Mu: "dos semanas antes de la matanza, sabíamos que todo estaba perdido y
Wang Juntao hizo preparar documentación falsa para asegurar la huida de los intelectuales y
de algunos estudiantes que dirijan el movimiento, entre los que estaba yo." Y Libération
formula la pregunta necesaria: "¿Por qué Wang Juntao se opuso a la evacuación de
Tiananmen, mientras que las informaciones comunicadas a los activistas por la periodista Dai
Qing, algunos días antes, hablaban de una inminente e indiscriminada intervención militar?
¿Algunos dirigentes del movimiento consideraron que un mártir serviría mejor a la causa?"
"Toda la estrategia del movimiento se basó en buscar un mártir", reclamaba recientemente un
de los líderes de la red democrática. (79)

El ejército tenía la obligación de acabar con el motín

El 4 de junio, era urgente que el ejército interviniera para poner fin a las provocaciones
mortales y a la ocupación de la Plaza de Tiananmen.

Desde el 1 de junio, La Voz de América informaba sistemáticamente que unidades del ejército
estaban a punto de enfrentarse entre ellas, que los soldados se negaban a imponer la ley
marcial, que el gobierno no contaba con ningún apoyo. En otras palabras, la emisora de radio
de la CIA incitaba abiertamente a la insurrección.

El ejército no podía eclipsarse ante la violencia y los asesinatos, tampoco podía permitir que
los anticomunistas continuasen ocupando el corazón de la capital. Esto sería considerado por
todas las fuerzas anti-socialistas como una expresión de la impotencia del ejército ante las
fuerzas de la contra-revolución, como un indicador de la parálisis y la debilidad del gobierno y,
ya que luego, podía ser derrumbado.
La intervención del ejército para rematar el motín anticomunista se volvía necesaria, pero
constituía, al mismo tiempo, la prueba del fracaso de cierta política. La orientación pro-
capitalista, o pro-imperialista de Hu Yaobang y de Zhao Zhiyang provocó un descontento
justificado en la población, creando una gran confusión política. No comprendiendo el alcance
del programa del núcleo duro de Tiananmen, una parte de la población de Pekín se oponía a la
intervención del ejército.

Para combatir la violencia justificada con la que el país socialista se defendió contra el
imperialismo, los peores fascistas juran por el humanismo y el humanitarismo. Esto demuestra
que cuando una fuerza política comienza a hablar de humanismo es necesario hacer siempre
un análisis de clase. El vocero del gobierno fascista de Taiwán, en lo relativo a las injerencias
norteamericanas en la República Popular de China, comentó: "los Estados Unidos probaron
que eran dignos de ser los dirigentes del mundo libre al mantener muy altos los principios del
humanismo y de los derechos humanos." (80) Ahora, en los primeros meses de 1990, en El
Salvador, grupos fascistas enviados por Taiwán, bombardean ciegamente los barrios populares
da capital, masacrando a la población. En visita a Taiwán, el 21 de febrero de este año, el
presidente salvadoreño, Cristiani, declara: "Juntos seremos quiénes marchemos por el camino
de la libertad y de la democracia." (81) En el momento de la agresión contra Panamá, un
Estado independiente, los Estados Unidos mataron, según Eduardo Galeano, a 7.000 personas.
Todos los crímenes incalificables del imperialismo, sistemáticamente son borrados de la
memoria de nuestros pueblos, mientras que la represión justificada dirigida contra la
subversión imperialista, en Pekín, es recordada por la BBC, diariamente, semana tras semana
desde hace más de un año, como el crimen más grande contra la humanidad. No podemos
estar del lado de los pueblos de El Salvador, de Guatemala, de Granada, de Panamá, de
Argentina, de Filipinas, pueblos aterrorizados por los Estados Unidos y por Taiwán, y no estar
del lado del gobierno socialista chino que combate las tentativas de reconquista de China por
parte de Taiwán y los Estados Unidos.

China en una encrucijada de caminos

¿Cómo pensar el futuro de este país inmenso que es China popular, un año después de la
represión del motín contra-revolucionario de Pekín?

Hoy, existe el riesgo de que la agitación contra-revolucionaria arranque de nuevo y siempre


existe el peligro de que la línea revisionista y pro-capitalista se haga con la dirección del
Partido Comunista Chino. Si de esa manera la derecha puede minar el interior del Partido para
después rematarlo, China se sumergirá en un caos catastrófico que, en algunos años, costará la
vida de millones de personas.

China podrá evitar este cataclismo si el enderezamiento, la rectificación y la


revolucionarización del Partido Comunista continúan hasta el fin. Sólo el socialismo puede
salvar a China y sólo el Partido Comunista puede dirigir la construcción socialista. La historia
reciente tanto de Europa del Este, como de China, nos dice que en los países socialistas existen
dos tipos de lucha de clases.
Una contra los reaccionarios, los elementos enemigos del socialismo, los agentes del
imperialismo. Y otra lucha que tiene lugar en el interior del Partido para la conservación de sus
tradiciones revolucionarias. Esta lucha por la revolucionarización constante del Partido, esta
lucha contra las tendencias hacia la degeneración es, sin duda, la más compleja, pero también
la más crucial.

Nosotros estamos en desacuerdo con los que hacen de la lucha por la "democracia" la cuestión
esencial. El ejemplo de Tiananmen demuestra claramente que la palabra "democracia",
supuestamente por encima de las clases, se utiliza para propagar el desarrollo libre de toda
clase de organizaciones anti-socialistas y pro-imperialistas. Así, la "democracia" es la consigna
en Taiwán y significa, en este caso, el derecho del partido fascista Kuomintang a regresar a
China. Defendemos el desarrollo de la democracia socialista, es decir, la participación activa y
constante de las masas populares en la edificación del socialismo, en su defensa y en el
perfeccionamiento de su sistema político y económico. El desarrollo de la democracia
socialista está condicionado por la revolucionarización del Partido. Un elevado grado de
democracia socialista depende del trabajo ejemplar de los comunistas, de sus lazos con las
masas, de su estilo de vida simple y de lucha dura, de su espíritu de sacrificio, de su fidelidad,
no en palabras sino en hechos, al marxismo-leninismo y de su capacidad de centralizar todas
las ideas progresistas de las masas.

Pero el Partido cometió errores...

Nos objetan, en ocasiones, que el Partido Comunista Chino cometió errores y fallos. Eso es
evidente. Pero, ¿cuáles son las conclusiones que se sacan de esta constatación? ¿Situarse en el
campo de la contra-revolución y del revisionismo es la cura para las enfermedades del
socialismo? Todas las corrientes demagógicas acentuaron siempre los errores y las debilidades
del Partido, para impulsar sus concepciones anti-socialistas y contra-revolucionarias.

Los que apoyaron a los héroes de la Plaza de Tiananmen pueden ahora constatar que
apoyaron a una dirección ferozmente anti-socialista y pro-taiwanesa. Los que apoyaron al
moderado, al reformador, al hombre que da pruebas de su flexibilidad y de su voluntad de
diálogo, Zhao Zhiyang, ven hoy que apoyaron una línea política de privatizaciones y mercado
libre. Luchar contra los errores y las debilidades del Partido desde una óptica revolucionaria, y
luchar por la depuración del Partido de los elementos burgueses, oportunistas, burocráticos y
podridos, es luchar por la conservación de los principios marxista-leninistas y por su desarrollo.

Gerontocracia positiva y negativa

Los acontecimientos de China nos mostraron, más de una vez, que bajo el socialismo la lucha
de clases en el Partido es extremadamente compleja. Es necesario adoptar una actitud de
búsqueda, de estudio y de análisis para hallar los intereses reales de clase que se esconden
detrás de algunas proposiciones tentadoras.
Queremos desarrollar esta idea tomando el ejemplo de la demagogia de la prensa burguesa
contra la gerontocracia, los viejos despóticos, los viejos conservadores y corrompidos,
opuestos a la juventud democrática y desinteresada.

Primero, en China, entre los viejos del Partido, hay quienes son de izquierda, de derecha y de
centro. Comencemos por la derecha. En un documento del Partido Comunista Chino de 1984,
leemos: "hay un pequeño número de viejos miembros y personal del Partido que es incapaz de
respetar los principios del Partido. Cuando encuentran una tendencia malsana, la siguen". "En
el momento que se comprometió a hablar de abertura hacia el mundo exterior, ciertas
personas del gobierno y del Partido fueron atraídos por este tema como la miel llama a las
abejas". (82) En la lucha en el seno del Partido, estos viejos defendían las posiciones de Hu
Yaobang y de Zhao Zhiyang y ni el imperialismo ni Taiwan se inquietaron nunca por su edad, ya
que peleaban por la causa buena, la misma que la de estos buenos viejos: el papa de Roma,
Ronald Reagan y Willy Brandt.

Por el contrario, Deng Xiaoping era, para los ojos de Occidente, el prototipo de viejo tiránico y
retrógrado. Y, sin embargo, cuando Deng apoyó la política revisionista de Hu Yaobang y de
Zhao Zhiyang, Occidente no escatimó para él. Deng defendió la política nefasta de Zhao
Zhiyang hasta abril de 1989. Y hasta el momento del comienzo del movimiento estudiantil, la
prensa del Kuomintang mantuvo la esperanza de que Deng se posicionaría del lado de la
reforma y de la democracia. Una revista de Taiwán escribió: "el lugar de Deng en la historia
depende de esta decisión". (83) Durante diez años, el viejo Deng mantuvo una posición
centrista, aunque inclinada más ben hacia la derecha.

Otros viejos, como Chen Yun y Li Sien, criticaron desde hace años varios aspectos de la política
de Deng Xiaoping. Fue Chen Yun el que más fuerte combatió la orientación hacia el mercado
libre y el abandono de la planificación. También es -y vale la pena señalarlo, ya que Chen Yun
representa, a los ojos del imperialismo, a los conservadores y corrompidos- quien con más
constancia criticó todos los casos de corrupción en el seno del Partido.

Resumiendo, la lucha de clases afecta tanto a los viejos como a los jóvenes, a la población y al
Partido. Por tanto, hay que analizar el fondo y la coherencia de las diferentes corrientes
políticas.

La derecha pro-imperialista fue derrotada en China

¿Cuál es la conclusión que podemos sacar de dos meses de confrontación política en Pekín? La
lucha de clases que se desarrolló en la primavera de 1989 acabó en una importante derrota
para la derecha pro-capitalista del Partido Comunista Chino. Junto a Zhao Zhiyang, fueron
depurados toda una serie de intelectuales de derecha y de extrema derecha, como Yan Jiaqi.

En conjunto, la actual dirección se sitúa más a la izquierda. Las siguientes son algunas
indicaciones, la primera en el campo político e ideológico.

Hay una nueva conciencia del peligro de subversión y de infiltración, organizadas a gran escala
en China por el imperialismo y por Taiwán. El Partido Comunista retoma la concepción de Mao
según la cual la lucha de clases continúa bajo el socialismo, así como que persiste el peligro de
una restauración capitalista. Dentro del Partido Comunista Chino, la política revisionista de
Gorbachov es duramente criticada, lo mismo que su actitud de capitulación ante el
imperialismo. El Partido pone en primer plano el trabajo político e ideológico como principio
directivo. La necesidad de los intelectuales de fundirse con los campesinos y obreros es
reafirmada. Algunos redescubren las obras de Mao Zedong, en un intento de comprender las
características de la lucha de clases.

En el campo económico también encontramos ciertos acentos nuevos

La planificación socialista recupera su papel, importantes fondos son destinados a la


agricultura, el desarrollo de la empresa privada se frena, la campaña contra la corrupción y
contra las desigualdades se fortalece.

La importancia de informarse

Sin embargo, la lucha es compleja y su desenlace incierto. Es importante seguir los debates y
analizar los puntos de vista diferentes que se manifiestan en el seno del Partido Comunista
Chino. Queremos subrayar la importancia de obtener información de primera mano sobre las
posiciones de los comunistas chinos. Hay que decir que el desprecio de numerosos
progresistas occidentales a la experiencia socialista de mil millones de personas es
simplemente escandaloso. Los que ni siquiera se toman la molestia de leer los documentos del
Partido Comunista Chino, mantienen fijas, con absoluta arrogancia, sus críticas y sus recetas
infalibles para salvar el socialismo chino. La elemental honradez intelectual nos obliga a seguir
con atención e interés las publicaciones chinas. Allí encontramos tanto análisis pertinentes
como tesis discutibles y, también, puntos de vista revisionistas. Informarse objetivamente
sobre la política del Partido comunista es instructivo en sí mismo. Ni estamos obligados a
emitir un juicio sobre todas las medidas y todas las tesis ni debemos cambiar nuestras
opiniones demasiado rápido y demasiado categóricamente.

El futuro de China es incierto

A partir de 1986, ciertos especialistas norteamericanos consideraban que en China se llegaría a


un punto de no retorno en el que la restauración capitalista era imparable. Las
descolectivizaciones en el campo, el desarrollo de la empresa privada, la autonomía de las
empresas, el nacimiento de una clase tecnócrata influenciada por el modelo occidental, las
zonas económicas especiales, la inversión extranjera, todo esto, decían, constituye una base
sólida para el capitalismo. Ciertos revolucionarios consideraban que Deng Xiaoping concluiría a
restauración del capitalismo en China. Pero el cambio en la orientación política y económica,
después de junio de 1989, demostraron lo prematuro de estas conclusiones.

¿Podrá el Partido Comunista Chino continuar durante largo tiempo sus esfuerzos de
rectificación y profundizar sus críticas sobre los errores cometidos? Los especialistas de China
manejan varias hipótesis de futuro.

Algunos creen que los revisionistas en el Partido utilizarán un discurso "más a la izquierda"
aguardando el estallido de graves problemas económicos y sociales para volver al poder.

Otros consideran que la rectificación actual política e ideológica será superficial, que el
burocratismo, la corrupción y el parasitismo continuarán difundiéndose y que el proceso de
putrefacción proseguirá, como está sucediendo desde 1978. Los acontecimientos de junio de
1989 tan sólo serían una pausa en la marcha hacia el capitalismo.

La tercera escuela piensa que Deng Xiaoping va a virar de nuevo a la derecha para apoyar otra
tendencia en la línea de la de Hu Yaobang y Zhao Zhiyang. Recuerdan que en febrero de 1989,
Deng todavía afirmaba que el Partido no cometía errores importantes desde 1978. Esta
escuela piensa que Deng regresará a una línea de reformas de tipo capitalista.

Estas tres hipótesis hablan de una victoria final de las tendencias revisionistas en China.

Otros especialistas prevén un estallido en China bajo la presión de terribles problemas


económicos, sociales y demográficos, por el crecimiento de los particularismos provinciales y
por la acción de las fuerzas contra-revolucionarias y pro-taiwanesas. China conocería entonces
una nueva era de guerras civiles voraces cuya salida es imprevisible.

Finalmente, podemos considerar que la dirección actual del Partido conseguirá hacer una
síntesis entre los principios políticos correctos que Mao elaboró en el momento de la
Revolución Cultural y la política económica más flexible puesta en práctica desde entonces.
Así, China podría encontrar un nuevo dinamismo tanto en el dominio político como en el
económico.

Una confirmación de ciertas tesis de Mao Zedong

Durante la Revolución Cultural, Mao Zedong no dio con los métodos adecuados para resolver
el problema de la degeneración capitalista, aunque al menos abordó correctamente un
problema crucial. La evolución política de los últimos diez años confirma ampliamente algunos
de sus análisis.

Mao decía: "si nos apartamos de las masas, si no nos esforzamos en resolver sus problemas,
los campesinos levantarán sus azadas, los obreros saldrán a la calle a manifestarse, los
estudiantes provocarán disturbios. Hoy, hay gente que cree que con la conquista del poder del
Estado uno puede descansar así como actuar como un tirano. Si esta gente se encuentra con
las masas que los reciben a pedradas o a golpes de azada, considero que se lo merecen y no
tendría reparos en aplaudir. No podemos dejarnos contaminar por el estilo de trabajo
burocrático, formando una casta aristocrática apartada de las masas." "En el pasado, llevamos
la lucha al campo, a las fábricas y a los medios culturales, emprendimos el movimiento
educativo socialista, sin llegar por eso a resolver el problema; porque no encontrábamos la
forma de movilizar a las masas en todos los campos, a partir de la base, para que denunciaran
nuestro lado negativo."

"La sociedad socialista abarca un periodo bastante largo en el que continúan existiendo las
clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases, lo mismo que la lucha entre la vía
socialista y la vía capitalista y el peligro de una restauración del capitalismo. Hay que
comprender que esta lucha será larga y compleja, redoblar la vigilancia y buscar la educación
socialista. Hay que resolver correctamente los problemas relativos a las contradicciones de
clase, distinguir las contradicciones entre el enemigo y nosotros, y las contradicciones en el
seno del pueblo, y después buscar una solución justa. De no ser así, un país socialista como el
nuestro pasará a ser lo contrario, cambiará de naturaleza y conocerá la restauración
capitalista."

En el XI Congreso do Partido Comunista Chino, Hua Kuofeng explicó un principio esencial,


avanzado por Mao: "afirmando que la burguesía existe en el Partido comunista, el presidente
Mao quería decir que existen miembros que apuestan por la vía capitalista. Mientras que el
poder del Partido y del Estado esté en las manos del núcleo que sigue la vía marxista-leninista,
los seguidores de la vía capitalista serán muy pocos y serán expulsados uno tras otro,
impidiendo la formación de una burguesía. Sólo cuando los pro-capitalistas se apoderen del
poder del Partido y del Estado -como en la Unión Soviética- será posible la formación de una
burguesía monopolista y la conversión del Partido en una organización burguesa." (84)

El imperialismo en crisis lanzó una ofensiva planetaria para reconquistar tanto los países
nacionalistas del Tercer Mundo como los países socialistas, acentuando la explotación de los
obreros de la metrópoli.

Un internacionalista estará siempre del lado de los obreros y de los trabajadores en la lucha en
su propio país. Defenderá siempre los movimientos que, en el Tercer Mundo, combaten el
imperialismo y la reacción. Apoyará siempre a los países socialistas, en los éxitos y en las
dificultades, y aprenderá de sus victorias y de sus derrotas. En el clima actual triunfalista de la
derecha y del anticomunismo, es importante dar a conocer las experiencias y los puntos de
vista de los países que perseveran en la vía socialista. No hay que dejarse intimidar por la
arrogancia estúpida de la derecha, sino que hay que atreverse a defender el socialismo, atreve-
se a defender a China, a Cuba, a Albania o a República Popular Democrática de Corea.

Resumiendo, los pueblos, uniendo sus esfuerzos, conseguirán enterrar el imperialismo y la


causa del socialismo triunfará.
EPÍLOGO

Los ecologistas y la ofensiva del imperialismo americano

Con motivo del primero aniversario del "movimiento democrático" de Pekín, tuvo lugar en la
Cámara un debate sobre este acontecimiento, el 29 de junio de 1990. Este debate nos enseñó,
una vez más, hasta qué punto el lavado de cerebro diario de los medios "libres" influye sobre
los medios que se consideran progresistas. En su intervención, hecha en nombre del grupo
ecologista Agalev-Ecolo, Xavier Winkel, conocido por sus posturas progresistas, defiende la
línea seguida por la derecha norteamericana. Viendo la marea de mentiras y de intoxicaciones
de la prensa "libre", es comprensible que militantes ecologistas honrados se dejaran engañar
por los voceros de las multinacionales. Buscamos el debate franco, apoyado por hechos
indiscutibles, por documentos y probas. Estamos seguros de nuestra causa. La arrogancia del
imperialismo no nos impresiona, al contrario, estamos seguros de que las personas que
mantienen el espíritu lúcido, que no padecen la histeria anti-socialista, se verán obligadas a
reflexionar seriamente sobre lo correcto de nuestras posturas, después de escuchar nuestras
pruebas y nuestros argumentos.

Xavier Winkel repite una tesis central del imperialismo norteamericano y europeo, cuando
reclama "una continuación de las reformas (en China) que hicieron posible la llegada de la
gente a los Estados democráticos". (85)

En el seno del poder norteamericano, bien unido en su política anticomunista y de dominación


mundial, se dibujan dos tendencias tácticas: la fracción dominante, representada por Bush y
Nixon, quiere repetir las relaciones con China con el objetivo de proteger, apoyar y animar a
las fuerzas pro-capitalistas en el seno del Partido Comunista Chino. Otra fracción predica un
anticomunismo más abierto y una táctica más agresiva para, en el plazo más breve posible,
doblegar a China socialista y crear las condiciones propicias para una contra-revolución
victoriosa de tipo polaco, rumano o húngaro. Xavier Winkel defiende el programa de esta
última fracción del imperialismo norteamericano. "Lo que no acepto, dice, es que
representantes del gobierno belga se reúnan con responsables chinos." "China necesita
manifiestamente el apoyo de otros países e las sanciones económicas son eficaces. Bélgica y
los doce deben mantener las sanciones políticas y económicas." (85) Por supuesto, Eyskens
respondió que Bélgica "continúa manteniendo una actitud firme y decidida". Xavier Winker
respondió: "estoy contente con la respuesta del ministro." (85)

Este hecho demuestra cómo gente que se cree progresista, está, a veces, completamente
drogada por la propaganda imperialista. El Ejército Popular tuvo que intervenir en Pekín para
acabar con un motín violento que pretendía derrumbar el socialismo; hubo trescientos
muertos. Xavier Winkel piensa que todo encuentro con dirigentes chinos es censurable en lo
sucesivo y que hacen falta sanciones políticas y económicas contra este país del Tercer Mundo
que cuenta con mil millones de habitantes. Probablemente Xavier "olvide" que el ejército
norteamericano viene de cometer una agresión militar injustificable contra Panamá, en la que
fueron masacradas entre 5.000 e 7.000 personas. ¿Ecolo-Agalev reclamó que Bélgica acabara
con todos los contactos con el gobierno norteamericano y que aplicara sanciones políticas y
económicas contra los Estados Unidos? Sin embargo, estas medidas estarían justificadas ya
que la causa del imperialismo norteamericano es indefendible. Pero Ecolo-Agalev prefiere no
hacer nada contra el imperialismo norteamericano y continúa repitiendo ciegamente la
agitación anti-socialista que el conjunto de las fuerzas imperialistas manejan desde hace un
año contra las decisiones justificadas de China.

NOTAS

* NdT. Ejército Popular de Liberación desde junio de 1946.

** NdT. Friedman es un economista estadounidense, figura principal de la Escola de Chicago y


Premio Nóbel de Economía en 1976. Creador de la ultraliberal Teoría Monetarista, que
defiende las fuerzas del libre mercado frente a la inversión pública. Entre sus obras basta con
citar Capitalismo y Libertad, de 1962.

*** NdT. Movimiento de protesta dirigido por los estudiantes de Pekín que se da después de la
Segunda Guerra Mundial. Los manifestantes que llenaron la Pl0za de Tian An Men se quejaban
de que China no firmara el Tratado de Versalles.

(1) Beijing Information, 6 de marzo de 1989, p.21.

(2) La Chine, febrero de 1989, p.12.

(3) China Aktual, enero de 1989, p.19.

(4) Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, p.37.

(5) Orbis, verano de 1989, p.327-335.

(6) Beijing Information, 6 de marzo de 1989, documento VIII.

(7) Far Eastem Economie Review, 29 de mayo de 1989, p.18.

(8) Business Week, 5 de junio de 1989, p.21-22.

(9) Business Week, 5 de junio de 1989, p.21-22.

(10) The Guardian, 10 de mayo de 1989, por Cliff Du Rand

(11) Far Eastern Economia Review, 1 de junio de 1989, p.66.

(12) Le Printemps de Pékin, Gallimard, 1980, p.69-71. Le dégel, 9 de marzo de 1979.

(13) De papieren lente, Aula-paperback 64, Het Spectrum, 1981, p.96-97; 123; 128.

(14) Lawrence Macdonald - Jean Christophe Tournebise, Le Dragon el la Souris, Bourgeois,


1987, p.84.

(15) Ibidem, p.204-205; 229-230.

(16) Beijing Information, 2 de noviembre 1981, p.21.

(17) Lawrence Macdonald, op. cit, p.34.

(18) Beijing Information, 9 de enero de 1989, p.21-23.


(19) Circular do Comité Central do 16 de mayo de 1966.

(20) Beijing Information, 25 de julio de 1988, p.5.

(21) Lawrence Macdonald, op. cit., p.238.

(22) Ibidem, p.242.

(23) The China Quarterly, junio de 1988, p.182.

(24) The Mirror Monthly, abril de 1989, p.22-24, en Inside Mainland China, junio de 1989, p.7.

(25) Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, p.19.

(26) Wide Angle Monthly, 16 de abril, p.62-65, en Inside Mainland China, junio de 1989,
p.14.(27) International Herald Tribune, 2 de noviembre de 1988.

(28) Le Monde, 8 de septiembre de 1989.

(29) Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, p.19.

(30) Pai-hsing Semi-monthly, 16 mayo de 1989, p.25 en Inside Mainland China, xullo de 1989,
p.22; Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, p.19.

(31) Problems os Communism, septiembre-octubre de 1989, p.4.

(32) Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, p.4-5.

(33) Petición contra a represión en China, Annemie Desmedts, Socialisme Sans Frontières.

(34) The Free China Journal, 8 de junio, 1989, p.2.

(35) Sinorama, Taipei, vol. 14, nc8, agosto de 1989, p.55.

(36) Libération, 17 de enero de 1989, p.5.

(37) Echos de la République de Chine, 21 de junio de 1989, p. 1.

(38) The Free China Journal, 22 de marzo de 1990, p.5; Echos de la République de Chine,
Ibídem.

(39) Manifesto da FDC, París, 26 de septiembre de 1989.

(40) The Free Journal, 10 de agosto de 1989.

(41) The Free Journal, 14 de agosto de 1989.

(42) Libération, 2 de octubre de 1989.

(43) Bulletin de Sinologie, Hong-Kong, febrero de 1990, traducción de Solidarité Estudiants


Chinois, mayo de 1990, L-L-N, p.5.

(44) The Nation, New York, 23 de abril de 1990, p.563-564.


(45) Libération, 2 de octubre de 1989.

(46) Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, Chinese Democracy, p.27.

(47) Rood, 20 de junio de 89, p.7.

(48) The Free China Journal, 14 de mayo 1990.

(49) The Free China Journal, 5 de febrero de 1990.

(50) The Free China Journal, 11 de enero de 1990, p.2.

(51) The Free China Journal, 22 de enero de 1990, p.2.

(52) The Nation, ... , p.564.

(53) Bijlage Amnesty Nieuws, 6º año, junio de 1990.

(54) Problems of communism, The Tiananmem massacre, p.6.

(55) ?

(56) Problems of communism, septiembre-octubre de 1989, p.25.

(57) Problems of communism, septiembre-octubre de 1989, Political sociology of the Beijing


Upheaval, p.38.

(58) Ibídem, p.39.

(59) United Daily News, 18 de mayo, Taiwán, en Inside Mainland China, junio de 1989, p.3.

(60) Carta abierta a Deng Xiaoping, Inside Mainland China, agosto de 1989, p.7.

(61) Inside Mainland China, agosto de 1989, p.7-8.

(62) Ming Pao, 22 de mayo de 1989, en Inside Mainland China, junio de 1989, p.1.

(63) Joint Declaration, en Inside Mainland China, agosto de 1989, p.9.

(64) Problems of Communism, septiembre-octubre de 1989, The Tian An Men, p.12.

(65) Libération collection, nº 1, junio de 1989, p.30.

(66) Ibídem, p.37.

(67) Inside Mainland China, agosto 1989, p.6.

(68) Libération collection, op. cit. p.37.

(69) Ibídem, p.78.

(70) Ibidem, p.78.

(71) The Free China Journal, 15 de junio de 1989, p.3.


(72) Problems of communism, septiembre-octubre de 1989, Chinese democracy in 1989, p. 2.

(73) Libération, 3 e 4 de junio de 1989.

(74) Libération, 5 de junio de 1989, p.3-4.

(75) Libération, 8 de junio de 1989, p.2.

(76) FEER, 15 de junio de 1989, p.12.

(77) De Morgen, 7 de junio de 1989, p.5.

(78) De Groene Amsterdammer, 11 de octubre de 1989, p.9.

(79) Libération, 25 de abril de 1990, p. 36-37.

(80) Sinorama, nº 8, agosto de 1989, ROC-Taiwán, Shaw Yu-ming, p.51.

(81) The Free China Journal, 26 de febrero de 1990, p. 36-37.

(82) Chen Yun, en Inside Mainland China, Taiwan, noviembre de 1985, p. 19-20.

(83) Issues and studies, mayo de 1989, Student Démonstrations, p.6.

(84) Cidado en AlainBouc: Larectification. Fédérop. Lion, 1977, p.170.

(85) Cámara belga, reunión pública de la comisión, 29 de 1990, Informe analítico, p. 1235-1237

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