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Profesora: Le Roux, Luis

Materia: Ateneo de Matemática


Años: 4to
Alumna: Roldan, Sandra

“LA INTERVENCIÓN DIDÁCTICA EN LA


LECTURA Y ESCRITURA DE LOS NÚMEROS”
Ateneo de las Matemáticas
I.S.F.D. N.° 29

La intervención didáctica en la lectura y escritura de los números

2)
La escritura, al igual que la lectura, como proceso de lenguaje no constituye una instancia fácil.
Desde una primera etapa se trata de privilegiar en la enseñanza un enfoque global del nombre
de los números y de su escritura
Para ello, se hace utilizar los números a los niños desde el preescolar y Jardín, teniendo en
cuenta sus conocimientos adquiridos fuera da la escuela (en sus familias, juegos, televisión...) y
se le proponen situaciones de aprendizaje en las cuales son necesarios los números.
El lenguaje oral y escrito está caracterizado por la internalización de reglas y el proceso empieza
cuando los niños comienzan a percibir la función comunicativa del lenguaje.
Si partimos de la adquisición del código escrito que los niños deben internalizar durante su
trayecto escolar los nombres de los números también son considerados grafemas.
Desde el nivel inicial e inclusive para los niños que tienen en su hogar la oportunidad de tener
un primer contacto con los números desde diferentes portadores han podido realizar sus
primeros intentos de escrituras de números.
Sabemos que hay un período inicial de falta de distinción entre grafías–números y grafías–
letras, pero bastante precozmente los niños que crecen en ambientes letrados descubren que hay
razones pragmáticas para distinguir entre ambos conjuntos de grafías, a pesar de sus semejanzas
figurales. (Los números son “para contar”, las letras “para leer”. Ferreiro y Teberosky, 1979,
cap. II).
Los niños de 4 y 5 años que ya concurren a alguna institución escolar tienen cierta información
sobre números escritos inferiores a la decena.
A nivel verbal, pueden disponer de series más extendidas (total o parcialmente ordenadas) pero
rara vez han recibido instrucción sobre su escritura.
La numeración hablada al no ser posicional, puede brindar a los niños informaciones en las que
se apoyaran para producir sus propias escrituras e interpretarlas.
Enseñar la lectura de números naturales difiere de enseñar su escritura ya que los recortes orales
al escribir nombres de números son marcadamente diferentes.
La facilidad para escribir números está relacionada con la regularidad en la denominación de los
mismos; es decir, resulta más sencillo escribir números como “36”, “82” y “57” que aquellos
como “20”, “12” o “15”.
Sin embargo entre la numeración hablada y la numeración escrita de números existe una
relación que permite que el docente pueda trabajar reflexivamente en torno al valor posicional
de las cifras dentro de un número permitiendo que el alumno pueda identificar la posición que
ocupa una cifra dentro de la escritura.

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La numeración escrita posibilita además la construcción de diferentes y económicos recursos de


cálculos algorítmicos y mentales.
Itzcovich Horacio (2008) plantea que la numeración escrita, al mismo tiempo que procura una
gran economía por ser absolutamente regular, esconde toda la información acerca de su
organización: cuál es el valor de cada cifra de un número escrito según la posición que ocupe
(pp:40)
Abordar la escritura y lectura de números a través del trabajo con el valor posicional también
permite analizar que algunas partes de la información que se brinda en la designación oral deben
omitirse, tal como es en el caso de 300408, pues en la mayoría de los casos, las potencias de 10
se mencionan pero se omiten en la escritura. Aprender que los números no se escriben como se
dicen, pero que saber cómo se leen da pista acerca de su escritura, constituye un punto de
apoyo importante para pensar acerca del valor posicional de las cifras.
Cuando los alumnos tienen cierto dominio de la lectura, la escritura y el orden para un rango de
números, están en mejores condiciones de trabajar con composición y descomposición de tipo
aditivo.
Itzcovich, Horacio (2008) describe ambos procesos como:
“La numeración escrita es hermética, opaca, ya que las potencias de la base no se representan
a través de símbolos particulares, sino que queda a cargo del sujeto el inferirlas a partir de la
posición que ocupan las cifras. En cambio la numeración hablada tiene otras características.
Al enunciar un número, se explicita la descomposición aditiva y/o multiplicativa de los
números. Esto es porque a diferencia de la numeración escrita, la numeración hablada no es
posicional”(pp:34)
El primer contacto con la designación de los números, en el marco de la familia, los juegos, el
jardín y la escuela, se hace sobre todo a nivel oral: los nombres de los números, el recitado de
los números. En tanto las autoras Delia Lerner, Patricia Sadovsky y Susana Wolman
fundamentan lo antes mencionado desde dos certezas: “Los chicos construyen muy
tempranamente ideas particulares para producir, interpretar y comparar representaciones
numéricas”, “Los chicos construyen la escritura convencional de los números sin seguir tal
cual el orden de la serie numérica” Itzcovich, Horacio (2008)
El papel de la escuela y las intervenciones adecuadas del docente cobran gran relevancia
cuando se proponen a los niños ciertas prácticas para que logren internalizar una porción
suficiente de la serie.
Para que los niños puedan explorar, apropiarse y utilizar las regularidades de la serie numérica
es necesario ponerlos en contacto con la serie escrita en una porción suficientemente grande que
permita poner en evidencia los diferentes algoritmos de construcción de los números. Parea ello
la presentación de recursos como la grilla numérica se torna indispensable.

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Se plantea que los alumnos tengan desde temprano contacto con números diversos. Se busca
que los alumnos identifiquen las regularidades de la serie numérica y que las usen para nombrar,
leer, escribir y comparar números. Las porciones de serie con las que se propone trabajar son a
la vez recurso y objeto, es decir, "las usan para..." al mismo tiempo que están aprendiendo que
es una serie organizada y que es posible apropiarse de cómo funciona.
Es sustancial remarcar la idea de que el trabajo sobre las regularidades es una aproximación a la
comprensión del sistema posicional. Una aproximación centrada en cómo aparece, cómo se
presenta en la oralidad y en la escritura, en los algoritmos para producir los números. Se debe
tener presente que es justamente la organización posicional la que instala un aspecto algorítmico
en la escritura de los números, aspecto que puede ser aprendido por los niños aun sin
comprender todavía la estructura profunda del sistema.
Para poder incluir los conocimientos sobre los números que los niños adquieren en la vida
cotidiana, será necesario proponerles situaciones de aprendizaje que permita una aproximación
global de los nombres de los números y su escritura en cifras.
La vida de la clase aporta numerosas ocasiones de utilizar palabras que van tomando
progresivamente significado, porque son empleadas en distintos contextos y a través de variados
recursos; la asistencia, la fecha, la preparación de la merienda, la distribución del material...
Partiendo de sus saberes previos se podrá guardar un registro de esta sucesión de números
fabricando una banda numérica para toda la clase o para cada niño, banda que servirá de
diccionario y que va a agrandarse en función de las necesidades o de sus conocimientos: cuando
un niño no sabe leer "12", cuenta sobre la banda las casillas que van desde 1 a "12" y puede así,
gracias a una sucesión conocida de memoria, descubrir el nombre de ese número 12. De la
misma manera cuando no sabe escribir con cifras el número llamado catorce, cuenta en la banda
catorce casillas y encuentra la escritura 14.
Se pasa así de una palabra "dicha" a una escritura específica con cifras y a una designación oral
del número. Aquí también, la organización de las escrituras en listas va a facilitar su
memorización.
Algunos niños que son capaces de "leer" la escritura de un número sobre la banda y no lo logran
cuando encuentran esa escritura aisladamente, han memorizado la sucesión ordenada pero no las
escrituras en sí mismas. Es necesario organizar un trabajo específico para llevar a estos niños a
memorizar las escrituras de los números que utilizan frecuentemente sin tener que recurrir
sistemáticamente a la banda escrita, el uso de los dedos, que están en la base de nuestro sistema
de numeración y tienen el mérito de estar siempre disponibles deben ser un recurso transitorio,
es necesario aprender a usarlos, pero también a dejarlos de usar.
La lógica de usar diferentes recursos es para que el alumno amplié adecuadamente la serie oral
en situaciones de enumeración, propician el conteo de colecciones de objetos, permiten conocer
lo que los niños saben sobre el recitado, comparar números, etc.

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La experiencia directa de manipular objetos didácticos también permite en los niños/as una
mayor comprensión de conceptos que se convierten en la base del conocimiento matemático
conceptual y abstracto posterior.
Los recursos manipulables en primer ciclo permiten al alumno adquirir progresivamente
competencias numéricas, el mejor conocimiento de los mismos, ordenar, comparar y los
introduce a la resolución de operaciones como suma o resta.
Los recursos didácticos son un medio de acercar a la educación los verdaderos intereses del
niño. Funciona como agente motivador, despierta el interés y la curiosidad, fomenta la escucha,
la cooperación y garantiza un aprendizaje atractivo. Además promueven la autonomía, la
búsqueda de estrategias, el desarrollo de habilidades y el uso del razonamiento y la lógica.
Hay situaciones en las que la designación oral, la lectura y la representación escrita de las
cantidades aparecen como una necesidad para resolverlas. Es el caso de algunas situaciones
cotidianas del aula, como la toma de asistencia o la de inventariar los materiales de los que se
dispone en el aula
También las situaciones en las que se anota el puntaje de diferentes juegos dan oportunidad a
los niños para producir registros de cantidades o interpretar los realizados por otros.
El cálculo mental , en tanto cálculo reflexionado, constituye un dominio fértil para instalar una
práctica que apunte no sólo a que los alumnos pongan en juego los conocimientos disponibles
sobre los números y las operaciones, sino también para que aprendan a tomar decisiones y a
ejercer el control sobre lo que están realizando.
Disponer de un repertorio memorizado de sumas cuyo resultado es 10 permite realizar cálculos
con relativa rapidez y facilidad, al mismo tiempo que es un punto de apoyo importante para
resolver otros más complejos. Por este motivo se presentará el siguiente juego para enseñar la
escritura de números en un primer año poniendo énfasis en las características fundamentales del
sistema de numeración decimal.

3)
Juego Guerra del 10

Objetivo del juego: reconocer pares de números naturales que suman 10.
Materiales: un mazo de cartas españolas del 1 al 9
Organización de la clase: la clase se divide en parejas.
Tiempo estimado por momentos: 20 minutos aproximadamente
Reglas del juego: se mezclan las cartas y se reparten todas equitativamente entre los dos
jugadores, quienes las apilarán boca abajo. En cada jugada, los jugadores muestran una
carta al mismo tiempo. Si las cartas suman 10, gana el primer jugador que cante 10 y se

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lleva las dos cartas. Si las cartas no suman diez las dejan sobre la mesa y vuelven a
jugar. Se continúa jugando hasta que se terminen de mostrar todas las cartas o alguno de
los jugadores no tenga más cartas. Gana el que logra juntar más cartas.
Deberán registrar sus resultados en una hoja que se les repartirá previamente al juego.
Comentarios: antes de empezar a jugar, se deberá explica las reglas del juego. Si fuera
necesario, jugar con un alumno dos manos a la vista de toda la clase para asegurarse
que todos entienden cómo se juega. Es importante tener en cuenta que los comentarios
del maestro en este momento están centrados en explicar las reglas del juego pero sin
hacer referencia a qué estrategias es posible desplegar para saber qué pares de cartas
suman 10.
Otra posibilidad consiste en dejarlos jugar al menos dos manos, con la intención de
poder observar cómo lo hacen y si fuera necesario, interrumpir para aclarar las reglas
que fueran necesarias.

Posible secuencia de trabajo con el juego de la guerra


Los alumnos jugarán un partido completo. Mientras juegan, el docente recorre los
grupos registrando los cálculos que surgen, reteniendo los procedimientos que
despliegan y seleccionando aquellos que quiere destacar ante toda la clase.
Después de jugar, en el espacio colectivo de la clase, el maestro puede iniciar la
discusión a partir de, por ejemplo, la siguiente actividad.
Se representan en el pizarrón varias parejas de cartas:

2 7
3 9
4 6
8 1
4 4
5 5
3 7
9 1
5 8

El maestro pide a los alumnos identificar las parejas de cartas con las que se puede
cantar 10 durante el juego.
¿Qué se espera lograr con los alumnos a partir de esta actividad?
Al no disponer de resultados memorizados, es posible que los alumnos cuenten los
bastos de cada carta comenzando desde 1, o bien cuenten a partir del número de una de
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las dos cartas, por ejemplo, en el caso de 7 y 3 es posible que sobre cuenten a partir del
7 (8, 9,10). A partir de esta constatación, además, pueden desestimar 7 y 2 y también 3 y
9.
Segundo momento
En este momento, la intención es que los alumnos utilicen y sistematicen las estrategias
que desarrollaron durante el juego en situaciones similares pero sin jugar.
Se unen dos parejas y entre los cuatro realizan la siguiente actividad, sin las cartas.
Consigna para los alumnos: armar un listado con pares de números que sumen 10.
Tercer momento
Con la intención de ofrecer a los alumnos la posibilidad de reutilizar los conocimientos
elaborados, favoreciendo así un trabajo de memorización de repertorios y reglas, es que
se propone en esta instancia resolver la siguiente actividad que se muestra a modo de
ejemplo:
 Se propone completar un cuadro donde se supone que sale una carta determinada
y se pide a los alumnos responder la pregunta formulada en la columna de la
derecha.
SI EN ESTA CARTA ¿QUÉ TIENE QUE SALIR EN LA OTRA
SALE CARTA PARA QUE SE CANTE 10?
3
4
2

SI EN UNA CARTA ¿QUÉ PUEDE SALIR EN LA OTRA CARTA


SALE PARA QUE NO SE CANTE 10?
5
7
6

Cuarto momento
El maestro escribe en el pizarrón un cuadro con diferentes sumas, como por ejemplo el
siguiente:
6+1 10+0 7+3 5+6 9+2 9+1 4+5
2+8 6+5 6+9 4+6 6+8 5+5 3+7

Por turno un representante de cada grupo debe pasar y tachar una suma del cuadro que
dé 10. Si realiza bien lo solicitado, su grupo se anota un punto, de lo contrario pierde un

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turno. Se termina el juego cuando no haya más sumas con resultado 10 por tachar. El
ganador es el grupo con mayor cantidad de puntos.
Bibliografía

 ALVARADO, Mónica y FERREIRO, Emilia, El análisis de nombres de


números de dos dígitos en niños de 4 y 5 años.
http://www.lecturayvida.fahce.unlp.edu.ar/numeros/a21n1/21_01_Alvarado.pdf
 Dirección General de Cultura y Educación, Dirección Provincial de Educación
Primaria. Pcia. de Bs. As. “Diseño Curricular para la Educación Primaria”.
Primer Ciclo. 2018. Disponible en el Portal abc: www.abc.gov.ar
 Dirección General de Cultura y Educación, Dirección Provincial de Educación
Primaria. Pcia. de Bs. As. “Diseño Curricular para la Educación Primaria”.
Primer Ciclo. 2008. Disponible en el Portal abc: www.abc.gov.ar.
 FERREIRO, E. et al (1983) Los adultos no alfabetizados y sus concepciones del
sistema de escritura. México: Cuadernos de Investigación Educativa,
DIECINVESTAV.
 FERREIRO, E. y A. TEBEROSKY (1979) Los sistemas de escritura en el
desarrollo del niño. México: Siglo XXI.
 ITZCOVICH, Horacio (2008). La matemática escolar: Las prácticas de
enseñanza en el aula. Buenos Aires, Aique.
 PARRA, Cecilia y SAIZ, Irma (1994) Didáctica de matemáticas. Aportes y
reflexiones. Ecuador. Paidós.

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