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William Castañeda S.

Universidad Adventista del Plata


Escuela de Graduados
Maestría en Teología

EL DON PROFÉTICO EN EL SALMO 119

William Castañeda Soriano


Enero 2014

Resumen
El presente artículo destaca una manera particular de comunicación entre Dios y el hombre.
En el libro de los Salmos al igual que en todos los demás escritos de la Biblia, Dios se comu-
nica con el hombre. Se enfatiza en el Salmo 119 la Palabra de Dios mencionada bajo diversos
términos. En él, se presenta a Dios revelándose al hombre en un escenario de aprendizaje,
manifestando así, que el don profético no es monótono ni unidireccional, sino más bien
agradable, compartido, participativo y lleno de gran sabiduría.
Palabras clave: Ley, palabras, caminos, buscar, siervo.

INTRODUCCIÓN
De la misma manera como en los demás escritos bíblicos, Dios
se revela también por los Salmos a la humanidad. En ellos, se presenta
un dialogo compartido entre Dios y el hombre. La estructura del sal-
mo 119 está “dividida en 22 estrofas de 8 versos cada una, y cada lí-
nea de cada estrofa comienza con una misma letra del alfabeto”.1 Su
autor no se menciona, pero algunos creen que fue David como lo
menciona Spurgeon: “es davídico en tono y expresión”.2 Se puede
considerar este Salmo como una ingeniosa meditación en forma de
acróstico sobre la ley.3 Al igual que los demás salmos acrósticos, su
estructura combinada con música, permitía la repetición y memoriza-

1
Francis D. Nichol, ed. Comentario bíblico adventista. 7 vols. (Estados Unidos:
Publicaciones Interamericanas, 1978-1990), 3:631.
2
C.H Spurgeon, El Tesoro de David, vol.2 (Barcelona: Editorial Clie, 1990), 252.
3
Nichol, ed. Comentario bíblico adventista, 632.
ción de sus temas en la mente del adorador. Este tipo de salmos
acrósticos “estilísticamente se caracterizan por la riqueza de expre-
sión”.4 Crisóstomo, Ambrosio, Agustín y Lutero dejaron un alto tri-
buto a su valor.5
Es interesante cómo Dios en medio de la poesía hebrea revela-
ba su voluntad y se comunicaba con sus hijos por medio de los sal-
mos. También se le ha llamado a este salmo “el salmo por excelencia”
porque describe, ilustra, magnifica y expone la ley de Dios, represen-
tando sus excelencias y su preciosidad.6 “El nombre de Jehová ocurre
veintidós veces en el Salmo. Su tema es la Palabra de Dios, que men-
ciona bajo uno de estos diez términos: ley, camino, testimonio, pre-
cepto, estatuto, mandamiento, juicio, palabra, dicho, verdad, en cada
uno de los versículos, excepto uno, el ciento veintidós”.7
James Luther recrea el Sal. 119 en un escenario de aprendizaje.
Presenta a Dios como el maestro, la creación como el aula de clase,
los siervos de Dios como los estudiantes, la ley de Dios como la lec-
ción y el camino de la vida como el aprendizaje.8 En base a esta parti-
cular alusión, se describirá a continuación cómo Dios se revela al
hombre en el Salmo 119.

DIOS COMO MAESTRO


Enseñando
En los versículos 12, 26, 33, 64, 66, 68, 124 y 135 el salmista
manifiesta la necesidad de ser enseñado por Dios en sus estatutos,
caminos, sabiduría y buen sentido. Aunque Dios no se manifiesta en
estos textos como agente directo en la enseñanza, el salmista deja

4
Ibid., 631.
5
Jaime C. Quarles, Joyas de los salmos. Tomo 2 (Argentina: Casa Bautista de
Publicaciones, 1968), 45.
6
Pablo Hoff, Libros poéticos (Estados Unidos: Editorial Vida, 1998), 173.
7
Spurgeon. El Tesoro de David, vol 2, 254.
8
James Luther Mays, Interpretation. A Bible commentary for teaching and preaching.
Psalms (Estados Unidos: John Knox Press, 1994), 381.
claro que el único maestro seguro que puede guiarle en esta vida es
Dios. Reconoce “la incapacidad de percibir ciertos tipos de informa-
ción mediante sus propios recursos o por su propia observación”.9 El
énfasis se da en el anhelo ser estudiante de la escuela de Dios. En
pedir esto y confiar en recibir las instrucciones y respuestas del gran
Maestro.
Hablando
En los versículos 9, 11, 16, 17, 25, 28, 38, 41, 42, 43, 49, 50, 57,
58, 65, 67, 74, 76, 81, 82, 89, 101, 103, 105, 107, 114, 116, 123, 130,
133, 139, 140, 147, 154, 158, 160, 161,162, 169, 170 y 172 los térmi-
nos “Palabra (s)” y “dicho (s)” en su totalidad se atribuyen exclusiva-
mente a Dios. El salmista las describe como apropiadas en la vida del
hombre para: limpiar, guardar, dar vida, celo de su palabra, calmar,
dar seguridad, testificar, confiar, alentar; tienen poder para cambiar,
dar paciencia y salvar; consuelan, guían, evitan caídas, protegen, ali-
mentan, proveen respeto, verdadera justicia y ordenan la vida. Traen
gozo y dulzura, entendimiento y libertad. Una vez más, de manera
abarcante el salmista deja claro en su experiencia, que a Dios le com-
place comunicarse con el hombre por medio de su Palabra.

SUS SIERVOS: LOS ESTUDIANTES


En los versículos 17, 23, 38, 49, 65, 76, 84, 122, 124, 125, 135,
140 y 176, el salmista se complace en reconocer su posición de “sier-
vo” delante del Gran Dios y maestro al que exalta en todo el Salmo.
Como siervo, manifiesta disposición en aprender, obedecer y dejar
que Dios lo use como instrumento. Se complace en meditar y confiar
en Dios. Manifiesta gratitud por las bendiciones prodigadas inmereci-
damente. Anhela que su vida entera sea iluminada por la presencia
divina y sea colmada de amor por la Palabra de Dios.

9
Roger Coon. La dinámica de la inspiración y la revelación (Entre Ríos, Argenti-
na: traducido por Centro de Investigación White, 1989), 5.
ESCENARIO DE SU ENSEÑANZA
Los versículos 27, 64, 73, 89, 90, 91abren el camino hacia el es-
cenario donde Dios desea que sus siervos también le contemplen y le
conozcan. Al meditar en las maravillas de Dios, se pueden percibir sus
múltiples bendiciones. Se puede contemplar que en toda la tierra
abunda la misericordia de Dios, reconocer que las manos de Creador
son formadoras del ser humano, ver que la constancia de la naturaleza
es considerada como garantía de la fidelidad de Dios. Contemplar
cómo toda la naturaleza obedece al Dios Creador y meditar en la Pa-
labra de Dios al alba y en las vigilias de la noche como propicias para
esta obra. Aunque limitada, esta es una forma de Dios para auto reve-
larse al profeta, para que este proclame su poder, sabiduría y gloria.
Dios en búsqueda de sus hijos
En la contemplación del escenario natural de Dios, el salmista
también alude a un cuadro pastoril, donde la seguridad que brinda el
pastor y el aprisco no están presentes para la oveja descarriada. Nece-
sita que el Pastor la busque y la lleve a lugares seguros. “Buscar” (heb.
Biqquesh) se encuentra en el Antiguo Testamento 225 veces. En el
libro de los salmos, “la búsqueda es una actividad progresiva e inaca-
bada. Tan sólo en una ocasión este verbo tiene a Dios como sujeto,
pero en un sentido que anticipa maravillosamente la parábola del
buen pastor: “Me extravié como oveja perdida: busca10 a tu siervo, que
no olvida tus mandatos” (v.176)” .11

OBJETO DE SU ENSEÑANZA
Hasta el momento se ha visto que a Dios le complace hablar y
enseñar. Sus preceptos han sido dados con el fin de que al guardarlos,
se conviertan en delicia y en seguridad para el hombre. Que sus ense-
ñanzas sirvan de orientación para evitar el peligro de desviarse del
camino verdadero. La palabra hebrea “Ley” (heb. Torah) “enseñanza”
o “instrucción”, se encuentra ampliamente difundida en el salmo 119.
De las 36 veces que se emplea en todo el libro de los salmos, 25 se

10
El énfasis es nuestro
11
Jean-Pierre Prévost, Diccionario de los salmos (1991.), ver “buscar”.
encuentran en el salmo 119. 12 También los siguientes términos se
presentan en este salmo: “mandamiento” (heb. piqqudim y mitswah), que
significa “ordenes”, “preceptos”, es decir, mandatos específicos que
expresan nuestro deber para con Dios. “Estatutos” (heb. joq) que signi-
fica “lo prescrito”. Y “testimonio” (heb. ʻeduth) el cual es un vocablo
que se usa con frecuencia para designar el Decálogo”. 13 Los anteriores
términos presentes en el Sal. 119 se relacionan mucho con el Sal. 19,
mostrando que Dios da a conocer su naturaleza, su carácter y atribu-
tos por medio de su Ley.
Ya que Torah significa toda la voluntad revelada de Dios, o
cualquier parte de ella,14 se destacará en este escrito el término “ley”,
el cual se encuentra en los siguientes versículos: 1, 18, 29, 34, 44, 51,
53, 55, 61, 70, 72, 77, 85, 92, 97, 109, 113, 126, 136, 142, 150, 153,
163, 165, 174. La ley, que es presentada siempre en relación con el
sujeto, el cual es Dios (“tu ley” o “la ley de Jehová”) proporciona al
hombre un medio eficaz en la escuela de Dios que le ayudará a ser
perfecto, admirar las maravillas eternas y guiarle siempre a la verdad.
Da firmeza y libra del temor al meditar en ella. Proporciona paz, gozo
y delicia. Provee un verdadero sentido de riqueza en los tesoros celes-
tiales. Enseña el verdadero amor y la verdadera justicia.
Cabe mencionar lo siguiente, si bien es cierto que todos los
beneficios anteriores provienen al obedecer los mandatos de Dios, no
suceden dos cosas: (1) que el hombre pueda obedecerlos por su pro-
pia voluntad y (2) que provean en sí mismos la salvación anhelada.
Dios usa su Ley como un instrumento para mostrarle su verdadera
condición al hombre pecaminoso y señalarle el camino correcto. Se ve
una y otra vez cómo el salmista pide que se le enseñe, dice “no dejes
que me desvíe” (v.10). Por la propensión natural del hombre a des-
viarse del camino verdadero, es que se necesita de la ayuda del Espíri-
tu Santo para mantenerse por el camino correcto. De lo anterior, cita
Elena G. de White lo siguiente: “El Espíritu es el que hace eficaz lo
que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu es

12
Prévost, Diccionario de los salmos, ver “ley”.
13
Nichol, ed. Comentario bíblico adventista, 683, 908, 909.
14
Siegfried H. Horn, Diccionario bíblico adventista (1995), ver “ley”.
purificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe
de la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como poder divino
para vencer las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y
para grabar su propio carácter en su iglesia”.15

EL APRENDIZAJE: ANDAR POR EL CAMINO


DE LA VIDA
La Biblia presenta claramente el único camino que conduce a la
salvación. Dios mismo señaló a su pueblo cual era el camino a seguir:
“Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en
sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decre-
tos, para que vivas y seas multiplicado…Os he puesto delante la vida
y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para
que vivas tú y tu descendencia”16 y Jesucristo dijo de él mismo: “Yo
soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por
mí”.17 De la manera como en toda la Escritura se refleja esta gran
verdad, el salmista como profeta, entiende cómo Dios revela su vo-
luntad para con el hombre al señalar el peligro de seguir los propios
caminos humanos. Así, hay solo dos caminos, el de la vida y el de la
muerte y cada ser humano hará su propia elección de la cual depende-
rá su destino eterno.
Los versículos 1, 3, 9, 14, 15, 27, 30, 32, 33, 37, 105 indican los
caminos de Dios, los cuáles son señalados como los únicos seguros
para que el hombre ande por ellos. Se hallan en relación directa con
su ley, sus mandamientos, estatutos, palabra y verdad. Y proporcionan
gozo al que anda por ellos. Los versículos 5, 26, 29, 59, 101, 104, 128
y 168 indican los caminos del hombre los cuales contrastan claramen-
te con los de Dios. Son caminos de maldad, mentira, iniquidad, de
desviación, inestables y confusos. Al meditar en ellos y compararlos,
no queda más que reconocer como únicos, verdaderos y fieles los
caminos de Dios y pedir ser enseñado y encaminado por ellos.

15
Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes (Argentina: Asociación Ca-
sa Editora Sudamericana, 1986), 625.
16
Deuteronomio 30:16, 19
17
Juan 14:6
CONCLUSIÓN
No cabe duda que Dios se comunicaba con el salmista. El Sal-
mo 119 muestra claramente que Dios no guarda silencio. Impresiona
la mente del profeta de tal manera para que exprese con sus palabras y
en su estilo literario18 la grandeza de Dios y de su ley. Se da por sen-
tado que Dios se revela a sus siervos de una manera especial. Señala el
camino correcto por medio de su santa ley y ésta es presentada como
la norma moral a seguir. Finalmente, muestra que Dios interactúa con
sus hijos por medio de la gran “escuela de la verdad”, su Palabra.

18
En este caso la poesía hebrea con todas sus características.

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