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ROBO: Consumación. Robo de efectos personales.

CONCURSO DE
DELITOS. Sucesivas sustracciones de efectos personales a varias personas en
un mismo contexto de acción. DELITO CONTINUADO: Requisitos.

1. El delito de robo se consuma cuando el bien sale de la esfera de poder y


vigilancia del tenedor para pasar a la del delincuente. Así el autor se apodera
del objeto, cuando aniquila esa tenencia con intención de someterlo a su
poder.
2. Cuando el titular del derecho afectado a raíz de un robo tiene la cosa
consigo, en cuanto la porta o conduce, el bien jurídicamente protegido se
lesiona cuando al titular de esa tenencia le es arrebatado el gobierno de hecho
sobre aquélla.
3. Si se producen plurales desapoderamientos a diversas personas en un
mismo contexto de acción, cada resistencia individual violentada a los fines
de la consecución del apoderamiento constituye un hecho independiente.
Siendo ello así, estos delitos concurren realmente (art. 55 C.P.).
4. Conforme a la tesis mixta que surge de los precedentes de esta Sala, el delito
continuado requiere: a) la homogeneidad material, lo que significa identidad
de encuadre legal sin mutaciones esenciales en la modalidad concreta
comisiva, como también la conexión entre los hechos (que se presentan como
partes fraccionadas de la ejecución de un único delito); b) la unidad subjetiva,
expresada en general a través de la exigencia de la unidad de designio o
resolución criminal, incompatible con la resolución plural.
5. Respecto del delito continuado, el requisito consistente en la conexión entre
los hechos no reposa exclusivamente en el designio del autor. Ello sucedió en
el caso, puesto que existió una mera relación de medio a fin entre los delitos
anteriores (copamiento de una comisaría y sustracción de armas y celulares a
distintas personas) y los posteriores (robo de dinero a un banco).

T.S.J., Sala Penal, Sent. nº 7, 18/02/2005, "Tagliaferro, Héctor David ó


Martínez ó Ramírez, José Miguel ó Héctor Raúl Casas p.s.a. robo calificado,
etc. -Recurso de Casación-" (Dres. Cafure, Tarditti, Blanc).

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SENTENCIA NUMERO: SIETE

En la Ciudad de Córdoba, a los dieciocho días del mes de febrero de dos

mil cinco, siendo las diez horas, se constituyó en audiencia pública la Sala Penal

del Tribunal Superior de Justicia, presidida por la señora Vocal doctora María

Esther Cafure de Battistelli, con asistencia de las señoras Vocales, doctoras Aída

Tarditti y M. de las Mercedes Blanc G. de Arabel, a los fines de dictar sentencia

en los autos caratulados "Tagliaferro, Héctor David ó Martínez ó Ramírez,

José Miguel ó Héctor Raúl Casas p.s.a. robo calificado, etc. -Recurso de

Casación-" (Expte. "T", 14/2003), con motivo del recurso de casación deducido

por la defensa del acusado Héctor David Tagliaferro, en contra de la sentencia

número setenta y ocho, de fecha cuatro de agosto de dos mil tres, dictada por la

Cámara del Crimen de la ciudad de San Francisco (Provincia de Córdoba).

Abierto el acto por la Sra. Presidente se informa que las cuestiones a

resolver son las siguientes:

1º) ¿Se ha aplicado erróneamente el artículo 55 del Código Penal?

2°) ¿Qué solución corresponde dictar?

Las señoras Vocales emitirán sus votos en siguiente orden: Dras. Aída

Tarditti, María Esther Cafure de Battistelli y M. de las Mercedes Blanc G. de

Arabel.

A LA PRIMERA CUESTION:

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La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo:

I. Por sentencia número setenta y ocho, de fecha cuatro de agosto de dos

mil tres, la Cámara del Crimen de la ciudad de San Francisco (Provincia de

Córdoba), en lo que aquí concierne, resolvió declarar que Héctor David

Tagliaferro es co-autor penal y materialmente responsable de los delitos de robo

agravado por el uso de armas reiterado en número de once hechos, todos ellos en

concurso real entre si; y le impuso la pena de catorce años de prisión y las costas

(art. 164, 41 bis, 55, 40 y 41 C.P.; y arts. 550 y 551 C.P.P.). A su vez, unificó

dicha sanción con los siete años y catorce días que restan de cumplir de la

condena anterior dictada por el Juzgado en lo Criminal y Correccional de San

Isidro, provincia de Buenos Aires, mediante sentencia de fecha diecisiete de

septiembre de mil novecientos noventa y ocho, aplicándole en definitiva la

condena unificada de veinte años de prisión (art. 58 C.P.), con declaración de

reincidencia (art. 50 C.P.)(ver fs. 1414).

II. El Sr. Asesor Letrado, Dr. Walter Claudio Guzmán, en su carácter de

defensor de Héctor David Tagliaferro, bajo el amparo del motivo sustancial de

casación (art. 468 inc. 1ro. C.P.P.), se agravia del fallo de marras por entender

que ha aplicado erróneamente al caso de autos el art. 55 del C.P..

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A su juicio, el a quo "debió calificar los hechos como robo agravado por el

uso de armas continuado, en número de dos hechos (de la requisitoria Fiscal de

fs. 349/446 y 1084/1092 vta.), en concurso real entre si" (fs. 1420 vta.).

El quejoso aduce que tiene interés directo en recurrir, dado que la

disminución del número de delitos lleva inherente la morigeración de la pena,

repercutiendo ello en la parte dispositiva del fallo.

Entiende que el tribunal de mérito estableció que existen once hechos de

robo agravado, por la mera circunstancia de ser múltiples las personas ofendidas,

considerando cada uno de los hechos independientes entre si.

Afirma que el a quo no tuvo en cuenta el propósito o designio del autor.

Ello así porque, a su juicio, tanto de los hechos de las respectivas acusaciones,

cuanto de los tenidos por acreditados por el a quo, surge que dicho propósito era

el de apoderarse ilegítimamente del dinero existente en el Banco de la Provincia

de Córdoba, Sucursal Altos de Chipión y La Francia, respectivamente.

Sostiene, además, que desde el punto de vista objetivo, el apoderamiento

de las armas de fuego de los policías que custodiaban las entidades crediticias,

como así también los teléfonos celulares de los ocasionales clientes que se

encontraban en el lugar, son meros acontecimientos tendientes a asegurar la

consumación del hecho principal -obtener ilegítimamente el dinero de las

sucursales bancarias-. Así, sólo tomaron las armas para protegerse de cualquier

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tipo de reacción por parte de los uniformados reducidos, y los celulares de los

clientes, para evitar la comunicación o alerta de lo que estaba sucediendo, como

lo señala el propio testigo Juan José Lesta a fs. 1369 vta..

Insiste en que "esta unificación externa de la delincuencia se produce

porque los demás hechos circunstanciales y sucesivos cumplen una relación de

servidumbre del hecho principal, al reforzar o mantener la consumación de éste,

es decir, del apoderamiento del dinero bancario" (fs. 1422 vta.). Señala que si el

propósito hubiera sido apoderarse de bienes de los clientes de las sucursales,

hubieran podido sustraerles cosas de idéntico o mayor valor que las que tomaron,

lo que no hicieron ni intentaron hacer.

Remarca que existió una pluralidad de hechos conexos con homogeneidad

material y jurídica que configuran una unidad delictiva, y al estar inspirados en

un único designio criminoso precedente tornan a cada uno de los hechos

dependientes entre si.

Pretende que este Tribunal case el fallo impugnado, y que tenga por

cometidos dos hechos de robo continuados, agravados por el uso de armas (art.

164, 41 bis, 55 a contrario sensu C.P.), concursados materialmente ambos

hechos entre si; y -en consecuencia- morigere la pena impuesta (ver fs. 1419 a

1425).

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III. En lo que aquí concierne, el tribunal de mérito tuvo por acreditado con

absoluta certeza (Requisitoria fiscal de fs. 439/446) que "Héctor David

Tagliaferro el día once de noviembre de dos mil uno, alrededor de las 8:00 hs.,

en compañía de por lo menos cuatro personas más no identificadas a la fecha,

utilizando armas de fuego, en un primer momento copan el destacamento

policial de la localidad de Altos de Chipión, lugar éste desde donde sustraen al

empleado policial José Alberto Vergara, su arma reglamentaria, para

posteriormente, mientras uno de ellos permanecía en la unidad de orden público

con el empleado policial reducido, trasladarse el resto hasta la sucursal del

Banco Provincia de Córdoba de la referida localidad, donde luego de reducir al

personal policial (Carlos Nicolás Gudiño y Alfredo Luis Cáceres), a quienes

sustraen sus armas reglamentarias, tomar de las arcas de la entidad bancaria la

suma aproximada de pesos cuarenta y un mil ($ 41.000), dándose

posteriormente a la fuga a bordo de un automóvil marca VW Polo color blanco"

(ver fs. 1404 y vta.).

A su vez, el tribunal de mérito también consideró plenamente probado

(hecho de la Requisitoria fiscal de fs. 1084/1092 vta.) que "Héctor David

Tagliaferro el día dieciocho de diciembre de dos mil uno, alrededor de las ocho

horas, en compañía de por lo menos cinco personas más no identificadas a la

fecha, y utilizando armas de fuego ingresan a la sucursal La Francia del Banco

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Provincia de Córdoba, donde luego de reducir al personal policial Gómez,

Gudiño y Sandra Passarino, a quienes sustraen sus armas reglamentarias y

sustraerles sus celulares a los Sres. Juan José Lesta, Carlos Alberto Giusti y

Claudio Guillermo Pissano, toman de las arcas de la entidad bancaria la suma

aproximada de pesos sesenta y un mil quinientos ($ 61.500), entre dólares,

bonos y moneda nacional, dándose posteriormente a la fuga a bordo de dos

automóviles: un Chevrolet Corsa color verde y un VW Gol color Bordó" (ver fs.

1410).

IV. El asunto traído a estudio de esta Sala estriba en establecer si cada una

de las sucesivas sustracciones furtivas y violentas perpetradas, esto es, las armas

de fuego reglamentarias a los policías Vergara, Gudiño, Cáceres, Gómez, Gudiño

y Passarino, los celulares a Lesta, Giusti y Pisano, y dinero a dos sucursales

bancarias, constituyen, cada uno de ellos, un hecho independiente del anterior, o

-como postula el impugnante- se trata de hechos dependientes entre si,

configurándose sólo dos delitos continuados: el robo a la sucursal bancaria de

Altos de Chipión, y el cometido en contra de la sucursal bancaria de La Francia,

guardando los robos de las armas de los policías y los celulares de los clientes

ocasionales una relación de servidumbre con las sustracciones de dinero a las

referidas entidades bancarias.

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1. Las exigencias para el delito continuado conforme a la

jurisprudencia de la Sala Penal.

Conforme a los precedentes acerca del delito continuado ("Mansilla", s. n° 4,

7/4/59; "Camargo", s. n° 15, 18/6/62; "Scalise", s. n° 30, 30/10/64;

"Márquez", s. n° 57, 21/11/67; "Cáceres", s. n° 98, 3/9/75); "Ponce de Leon",

s. n° 10, 1/11/82; "Miño", s. n° 7, 27/2/91; "Pompas", s. n° 25, 25/3/99), a través

de distintas integraciones, este Tribunal Superior ha sostenido como

interpretación dominante, una intelección que exige para que la pluralidad de

hechos se encuadre como tal, exigencias objetivas y subjetivas, que muestren la

dependencia entre todos ellos. Conforme entonces a la tesis mixta que surge de

los precedentes, el delito continuado requiere:

a) la homogeneidad material, lo que significa identidad de encuadre

legal sin mutaciones esenciales en la modalidad concreta comisiva, como

también la conexión entre los hechos (que se presentan como partes fraccionadas

de la ejecución de un único delito);

b) la unidad subjetiva, expresada en general a través de la exigencia de la

unidad de designio o resolución criminal, incompatible con la resolución plural.

En el caso, el recurrente postula que se encuadre como delito continuado,

cada atraco bancario incluyendo en esa unidad delictual los apoderamientos de

armas y celulares sustraídos en uno y otro, por una vinculación de servidumbre

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derivada del fin principal, esto es, la obtención del botín apetecido (valores y

dinero de los bancos).

Pero es evidente que dicha conexidad es sólo subjetiva, ya que reposa

exclusivamente en el designio de apoderarse de los dineros bancarios, propósito

que en uno de los atracos facilitaron con el previo copamiento del destacamento

policial, y la consiguiente sustracción de armamento y celulares al personal

policial; como también en el siguiente atraco con el apoderamiento furtivo de

similares efectos.

En otras palabras: la sustracción de dichos elementos a titulares diferentes

del bien jurídico tutelado en el tipo del robo, fungió de medio para lograr el fin

principal.

Tal vinculación puramente subjetiva, variante en definitiva de las antiguas

doctrinas sobre la unidad de designio criminoso como único elemento del delito

continuado, no responde a los precedentes de la Sala Penal.

En el ámbito de la doctrina jurídica sobre el delito continuado, cabe

señalar que en el pensamiento de Núñez, que admite la relación de servidumbre

como un nexo objetivo que muestra la dependencia de los hechos y la unidad de

culpabilidad, aquella exige que sean los hechos posteriores los que se conecten

secuelarmente con los anteriores (Núñez, Ricardo C., Derecho Penal Argentino,

T. II, p. 258; "Manual de Derecho Penal", Parte General, 3° ed., Ed. Lerner, p.

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324) como ocurre con el cajero que luego de la inicial sustracción, repite las

posteriores para ocultar el déficit.

En el caso, ha sucedido precisamente lo inverso: los apoderamientos de

armamento y celulares son anteriores o simultáneos a los atracos bancarios; no

son por tanto posteriores ni secuelares de estos ilícitos.

A su vez, aún dentro de opiniones doctrinarias que le otorgan una mayor

preponderancia en el delito continuado al llamado dolo total que abarca la

reiteración de la ejecución de la conducta -bajo ciertos condicionamientos de

similitud de los hechos-, colocan como uno de los límites que se trate del mismo

bien jurídico y pertenezca al mismo titular (Zaffaroni, Raúl E., "Tratado de

Derecho Penal", T. IV, Ed. Ediar, p. 553). Y es precisamente lo que no concurre

en el caso, toda vez que existe una diversidad de titulares del bien jurídico, esto

es, diferentes tenedores de ámbitos de custodia de los valores y dineros

bancarios, armas y celulares.

2. La aplicación del concurso real de delitos en caso de pluralidad de

titulares de los bienes jurídicos.

Acerca de la clase de concurso delictivo que genera un suceso consistente

en sucesivas sustracciones de efectos personales a varias personas en un mismo

contexto de acción, este Tribunal ya ha tenido oportunidad de expresarse en los

autos "Gracetti" (S. nº 3, 15/2/1991), "Echeverría" (S. nº 54, 14/6/2001) y

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"García" (S. nº 79, 3/09/2001). Por ello, reiteraremos los conceptos vertidos en

las aludidas resoluciones.

a. En primer término, teniendo en cuenta la clase de ilícitos que nos ocupa,

es menester reseñar que, en relación a la interpretación del momento

consumativo, esta Sala adhiere a la posición que entiende que el delito se

consuma cuando el bien sale de la esfera de poder y vigilancia del tenedor

para pasar a la del delincuente. Así el autor se apodera del objeto, cuando

aniquila esa tenencia con intención de someterlo a su poder (Cfr. Núñez, Ricardo,

"Tratado de Derecho Penal Argentino", Editorial Bibliográfica Argentina, 1967,

pág. 181/182 y "Manual de Derecho Penal", Parte Especial, ed. Lerner, 1982,

págs. 218, 219 y 227; Soler, Sebastián, "Tratado de Derecho Penal Argentino", T.

IV, ed, T.E.A., 1970, págs. 170/171 y 173/178; Fontán Balestra, Carlos, "Tratado

de Derecho Penal", T. V., ed. Abeledo-Perrot, 1969, pág. 435; Sánchez Freytes,

Alejandro, "Estudio de las figuras delictivas", ed. Advocatus, T. II-A, págs. 28/29

y 33/34).

En tal sentido, se ha señalado (T.S.J., Sala Penal, "Gracetti", supra cit.;

"Quiroga", S. nº 98, 5/8/1999; "Onnainty", A.I. nº 259, 26/7/1999; "Echeverría",

S. nº 8, 24/2/1998) que cuando el titular del derecho afectado tiene la cosa

consigo, en cuanto la porta o conduce, el bien jurídicamente protegido se lesiona

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cuando al titular de esa tenencia le es arrebatado el gobierno de hecho sobre

aquélla (García, supra cit.).

b. Por otra parte, frente a casos como el presente (esto es, plurales

desapoderamientos a diversas personas en un mismo contexto de acción), en

anterior integración, esta Sala ha dicho que "cada resistencia individual

violentada a los fines de la consecución del apoderamiento constituye un

hecho independiente... en efecto, si el imputado... quiso sustraer a dos personas

y ejecutó esa resolución criminosa ofendiendo, individualmente, a cada una de

ellas, quiso y ejecutó dos lesiones con autonomía en el plano de la realidad y en

el plano jurídico, por lo que dos son los hechos. Siendo ello así, estos delitos

concurren realmente..." ("Gracetti" y "García", supra cits.).

En otros términos, la pluralidad de patrimonios afectados multiplica la

delincuencia en tanto y en cuanto el desapoderamiento haya debido enfrentarse a

sendas tenencias individuales, cuya resistencia haya debido vencer

-separadamente- para lograr la sustracción ("Echevarría", supra cit.).

2. Bajo tales parámetros, entonces, y encauzando el análisis al caso que

nos ocupa, estimo que la Cámara ha aplicado correctamente la normativa en

cuestión.

En efecto, tal como sostiene el fallo impugnado, Tagliaferro participó

activamente, junto a otras personas aún no individualizadas, en la sustracción de

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diversos efectos (cuya ajenidad le constaba) a múltiples personas, ofendiendo

individualmente a cada una de ellas. Así, en primer término, al copar el

destacamento policial de Altos de Chipión, sustrajeron el arma reglamentaria del

policía Vergara, y posteriormente, al perpetrar el robo en la sucursal de Altos de

Chipión, perteneciente al Banco de la Provincia de Córdoba, a más del dinero

sustraído a la entidad crediticia, desapoderaron a los empleados policiales

Gudiño y Cáceres de sus armas reglamentarias. Por ello, respecto de este suceso

concurren cuatro hechos independientes: uno en contra de la mencionada entidad

crediticia, y otros tres en contra de Vergara, Gudiño y Cáceres.

A su vez, el segundo hecho presenta la misma modalidad comisiva, pero

existen más hechos independientes por haber más damnificados. Así, surge

claramente del relato fáctico que, al perpetrar el robo en el Banco de la Provincia

de Córdoba, Sucursal La Francia, a más del dinero sustraído a la referida entidad

crediticia (un hecho independiente), desapoderaron a los empleados policiales

Gómez, Gudiño y Passarino de sus armas reglamentarias (tres hechos más), y a

los clientes del banco Giusti, Pissano y Lesta de los teléfonos celulares que

portaban (otros tres hechos independientes). Por ello, en el suceso bajo examen

concurren siete hechos independientes, los que unidos a los anteriores cuatro

hechos, configuran un total de once hechos independientes entre si, tal como los

ha computado el tribunal de mérito en su fallo (ver fs. 1412 a 1413).

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Así voto.

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo:

La señora Vocal preopinante da, a mi juicio, las razones necesarias que

deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto,

expidiéndome en igual sentido.

La señora Vocal doctora M. de las Mercedes Blanc G. de Arabel, dijo:

Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. Aída Tarditti, por

lo que adhiero a la misma en un todo, votando, en consecuencia, de igual forma.

A LA SEGUNDA CUESTION:

La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo:

En virtud del resultado de la votación que antecede, corresponde rechazar

el recurso de casación deducido en autos por la defensa de Héctor David

Tagliaferro (arts. 164 y 55 C.P.). Con costas (arts. 550 y 551 C.P.P.).

Así voto.

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo:

La señora Vocal preopinante da, a mi juicio, las razones necesarias que

deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto,

expidiéndome en igual sentido.

La señora Vocal doctora M. de las Mercedes Blanc G. de Arabel, dijo:

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Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. Aída Tarditti, por

lo que adhiero a la misma en un todo, votando, en consecuencia, de igual forma.

En este estado, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de la Sala

Penal,

RESUELVE: Rechazar el recurso de casación deducido en autos por la defensa

de Héctor David Tagliaferro (arts. 164 y 55 C.P.). Con costas (arts. 550 y 551

C.P.P.).

Con lo que terminó el acto que, previa lectura y ratificación que se

dio por la señora Presidente en la Sala de Audiencias, firman ésta y los señores

Vocales todo por ante mí, el Secretario, de lo que doy fe.

Dra. María Esther CAFURE DE BATTISTELLI


Presidenta de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia

Dra. Aída Lucía Teresa TARDITTI Dra. M. de las Mercedes BLANC G. de ARABEL
Vocal del Tribunal Superior de Justicia Vocal del Tribunal Superior de Justicia

Dr. Wilfrido de Jesús Pérez


Secretario del Tribunal Superior de Justicia

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