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PRESCRIPCIÓN Y

CADUCIDAD
1.- Introducción:
El transcurso del tiempo está indesligablemente vinculado a
la existencia humana y por ello constituye un hecho jurídico de
importancia. Todos los hechos jurídicos tienen lugar en el tiempo
y éste, con su transcurso influye gravemente en las relaciones
jurídicas dando lugar a la constitución de derechos subjetivos,
como en el caso de la prescripción adquisitiva, o a extinguir, ya la
acción, como en la prescripción extintiva, ya a aquella y al derecho,
como en la caducidad.

2.- Relevancia jurídica del tiempo:


Art. 109º de la Constitución: La ley es obligatoria desde el día siguiente de su publicación
en el diario oficial, salvo disposición contraria de la misma ley que posterga su
vigencia en todo o en parte

La incidencia del tiempo se da tanto en el Derecho Objetivo


como en los derechos subjetivos y las relaciones jurídicas, ya que
la importancia de los hechos en el Derecho deviene de su
verificación en un momento preciso o dentro de un espacio de
tiempo determinado.

Así, en lo que al Derecho Objetivo se refiere, es de


destacarse el principio de la temporalidad de las normas, según el
cual las normas legales entran en vigencia en un plazo determinado
y a partir de entonces se hacen obligatorias hasta su derogación.
En lo que a los derechos subjetivos se refiere, el tiempo
vinculado como está a la existencia misma de la persona sea natural
o jurídica, es un factor determinante y decisivo. Así, tratándose
de las personas naturales, las relaciones jurídicas y sus derechos
se fijan en el tiempo de la concepción y el momento de su
nacimiento, la edad corre con el transcurso del tiempo y por
ejemplo la ley fija el necesario para adquirir la capacidad de
ejercicio (art. 42º C. C.).
En la persona jurídica, su existencia es también temporal y
hasta puede preverse en el acto constitutivo.
Prescripción Adquisitiva: es un derecho por el cual el poseedor de una cosa inmueble, adquiere la
propiedad de ella por la continuación de la posesión, durante el tiempo fijado por la ley
Prescripción Extintiva: la que hace que el titular de un derecho no pueda ejercitar útilmente la
acción correspondiente a él
La influencia en el tiempo en las relaciones jurídicas, como
lo es con los derechos subjetivos, es también decisiva. No
solamente porque puede afectar la eficacia de un acto jurídico,
como cuando se le inserta como una modalidad, sino porque su
transcurso puede extinguir la relación jurídica, ya porque da
lugar a la constitución de una nueva, como en la prescripción
adquisitiva, sino también porque puede extinguir la acción como
en la prescripción extintiva. También se tiene que indicar que el
concepto de PRIUS o prioridad en el tiempo, es decisiva en
ciertas situaciones jurídicas y en la defensa de los derechos. Por
eso los romanos proclamaron la máxima: “prior tempore potior in
jus” primero en el tiempo, primero en el derecho; para la defensa
es necesario probar si los hechos jurídicos se produjeron antes,
simultáneamente o posteriormente a otros.

El tiempo requiere del establecimiento de reglas para


determinar los momentos o instantes del tiempo, medido en su
transcurso. En su cómputo se han determinado dos sistemas: el de
la computación natural y el de la computación civil. Por la
computación natural se procede de momento a momento (de una
hora determinada a otra hora determinada, dentro de un día, una
semana o un mes), mientras que por la computación civil no se
procede de momento a momento, sino que se adopta el día por
entero entre las cero y las veinticuatro horas (por ejemplo, si una
obligación debe cumplirse en un plazo de 30 días, debe esperarse
el transcurso del trigésimo día para establecer el incumplimiento).
Por la computación natural si se trata de meses, se
consideran todos los días que efectivamente tengan; en cambio, en
el sistema de cómputo civil se consideran como que todos los meses
tienen 30 días (así por ejemplo, en la computación civil el plazo de
6 meses se considera de 180 días, aún cuando no todos los meses
del periodo tengan 30 días). Por último ambos sistemas se
contraponen en cuanto que, en el natural, se excluyen los días
inhábiles, mientras que en el civil se incluyen.

3.- El Derecho Objetivo y el Derecho Subjetivo:


El vocablo derecho se emplea para designar tanto el
conjunto de normas legales vigentes en un país (Derecho objetivo),
como la facultad, poder, prerrogativa o autorización que esas
mismas normas reconocen a favor del sujeto de derecho (derecho
subjetivo).
Como expresa Du Pasquier[1] “sin duda, el sentido objetivo y
el sentido subjetivo consideran el fenómeno jurídico desde ángulos
distintos, pero entre ellos no hay diferencia alguna de naturaleza,
pues un derecho (en sentido subjetivo) no existe sino cuando el
Derecho (en sentido objetivo) lo consagra. Si el Derecho objetivo
rehúsa la validez a un testamento no firmado, la persona instituida
heredera por este acto no tiene ningún derecho (subjetivo) a la
sucesión. Si el Código de Tránsito (Derecho objetivo) no autoriza
a manejar un automóvil sino a aquel a quien se le ha otorgado un
permiso de circulación, sólo el titular de este permiso tiene el
derecho (subjetivo) de conducirlo”.
Esto nos indica que el Derecho objetivo y el derecho
subjetivo no se excluyen sino que son dimensiones de un mismo
derecho. Ambos conceptos se integran y complementan, son
elementos de un solo todo.

4.- La acción.- ejercicio y defensa del derecho subjetivo:


El ejercicio de un derecho subjetivo supone un actuar de su
titular con arreglo a su contenido para alcanzar o realizar su
pretensión, ya que el contenido de cada derecho implica, en cuanto
a su ejercicio, actos de características peculiares y específicas.
Los derechos subjetivos tienen una vida más o menos larga,
durante la cual su titular puede ejercitar las facultades que
integran su contenido, como por ejemplo, el derecho de propiedad
se ejerce mediante el uso y disfrute del bien o celebrando actos
de disposición, un derecho creditorio, mediante la exigibilidad de
la prestación a quien está obligado a cumplir con ella.
La defensa del derecho subjetivo se ejerce mediante la
acción, como cuando el propietario debe acudir al órgano
jurisdiccional para reivindicar el bien sobre el que invoca su
derecho o, cuando el acreedor debe proceder a la ejecución
judicial de su deudor.
El Derecho Objetivo no puede limitarse, pues, a sólo definir
los derechos subjetivos y facilitar mediante su amparo, el
ejercicio de las facultades que constituyen su contenido. Los
derechos subjetivos para que tengan efectividad necesitan de una
defensa que se ejerce mediante la acción judicial y que,
excepcionalmente, el Derecho Objetivo permite que se haga en
vías de hecho, como cuando se permite que el poseedor repela la
fuerza que se emplee contra él y a recobrar el bien por la fuerza,
si fuere desposeído (art. 920º)
La acción como medio de defensa del derecho, puede
ejercitarse durante el tiempo de su vigencia, esto es, desde que
nace y hasta que se extingue. Por ello, se deben tener en cuenta
los plazos de prescripción extintiva y los de caducidad.
La defensa regular del derecho subjetivo, que implica
también su ejercicio, se hace ante los órganos jurisdiccionales del
Estado, fundamentalmente mediante la acción y la excepción.

4.1.- El concepto de acción: Es el poder jurídico que tiene


todo sujeto de derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales
para reclamar la satisfacción de una pretensión. La pretensión, es
indesligable del derecho subjetivo, pues constituye la exigencia
que resulta del derecho.
Aunque tanto una como otra derivan del derecho subjetivo,
se diferencian, en que la pretensión se dirige contra un
determinado miembro concreto de la comunidad jurídica, en tanto
que la acción tiene como destinatario al órgano jurisdiccional del
Estado del que se exige el otorgamiento de la oportuna protección
jurídica.
Se señala la existencia de derechos sin acción y de acciones sin derecho, como en el caso de las obligaciones
naturales (que generan derechos desprovistos de acción) y los derechos invocados ante los tribunales y que no
reciben el amparo judicial (caso en el que se ha ejercitado una acción sin que se reconozca el derecho)

En nuestro medio el Dr. Alzamora Valdez expresa que la


acción es el impulso que pone en marcha los órganos
jurisdiccionales del Estado; El Dr. Augusto Ferrero nos dice que
la acción es el derecho que tienen las personas de acudir al
órgano jurisdiccional para solicitarle tutela jurídica; la acción es
el sustituto civilizado de la venganza, como la excepción lo es de
defensa.
Como lo manifiesta el tratadista Couture, supongamos por ejemplo
que el derecho (Ej. Un crédito) no existe, porque el deudor ha
pagado ya a un apoderado del acreedor. Este ignora el pago porque
el apoderado lo ha ocultado. ¿Qué sucede? Acontece simplemente,
que aún sin derecho, la pretensión existe, ya que el autor se
considera sinceramente asistido de razón. Se tratará, sin duda de
una pretensión infundada, que rechazará oportunamente la
sentencia.
La pretensión es, pues, sólo un estado de la voluntad jurídica,
no es un poder jurídico. ¿Y la acción? La acción como poder jurídico
de acudir a la jurisdicción, existe siempre, con derecho material o
sin él; pues todo individuo tiene ese poder jurídico, aún antes de
que nazca su pretensión concreta. El poder jurídico de accionar es
un poder jurídico de todo individuo en cuanto tal; existe aún
cuando no se ejerza efectivamente.

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