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ESCUELA DE PSICOLOGIA

NÚCLEO: CREATEC - CARACAS


TRIMESTRE VII-2019
PROFESOR: JESUS GAMALIEL RODRIGUEZ
MATERIA: PSICOPATOLOGÍA II

TRASTORNOS DE LA ATENCIÓN

Integrantes:

María Isabel Hernández. C.I Nº V: 6.549.428

Simón Martínez. C.I Nº V: 10.384.874

Jesús Pérez Ayala. C.I Nº V: 11.555.278

Ulises Díaz. C.I Nº V: 12.783.913

Carlos Luis Añez. C.I Nº V: 9.062.177

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INDICE

Contenido Pág.

Introducción 3

Desarrollo 4

DIFERENTES TIPOS DE FILTROS DE ATENCIÓN 7

PSICOPATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN Y

CONCENTRACIÓN (TIPOS) 8

LOS TEST PARA MEDIR LA ATENCIÓN 9

Causas Los trastornos de la atención 12

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad 17

Síntomas relacionados con la inatención 19

BIBLIOGRAFIA 24

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Introducción

En la atención profundizaremos como es una función cognitiva que permite enfocar


de manera activa o pasiva, voluntaria o involuntaria el interés y la consciencia de un
individuo hacia un estímulo o acontecimiento (interno o externo). Ya que es una función
neurocognitiva que precede a la percepción y a la acción del individuo, operando una
selección entre todos los estímulos perceptivos presentes en un momento concreto. Es
decir que opera “filtrando” las señales sensoriales durante la vigilia y dirigiendo el
interés de la persona (de manera selectiva o a través de un ulterior esfuerzo de
concentración) hacia una fuente particular de estimulación.

Puntualizaremos la atención como está estrictamente relacionada con tres funciones


de base de la mente: la conciencia, la vigilia y las emociones.

Por tanto, la elaboración de esta monografía cumple con el propósito de satisfacer los
requerimientos planteados en el plan de evaluación de la asignatura de Psicopatología
II, impartida por el profesor Jesús G. Rodríguez, relacionados con: investigar y analizar
Los trastornos de la atención. Finalizando con las correspondientes referencias
bibliográficas.
Finalmente, se espera satisfacer las exigencias de la cátedra y, a la vez, satisfacer la
curiosidad del lector interesado en esta temática.

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Desarrollo

Atención es un término con diversos significados y que puede ser utilizado en


distintos ámbitos. Para la psicología, la atención es una cualidad de la percepción que
funciona como una especie de filtro de los estímulos ambientales, evaluando cuáles son
los más relevantes y dotándolos de prioridad para un procesamiento más profundo.

Por otra parte, la atención también es entendida como el mecanismo que controla y
regula los procesos cognitivos. Hay ocasiones en que incluso actúa de manera
inconsciente.

Los psicólogos establecen dos tipos de determinantes de la atención: determinantes


internos (aquellos que son propios del individuo y que dependen de él) y determinantes
externos (que proceden del medio).

En el primer grupo, podemos mencionar el estado orgánico (las pulsiones que


experimenta el sujeto cuando recibe la estimulación), los intereses (relacionado con lo
que atrae a la persona. Por ejemplo: un amante del deporte prestará mucha atención a un
partido de fútbol), la sugestión social y los cursos del pensamiento.

Entre los determinantes externos, aparecen la potencia del estímulo (por ejemplo, un


sonido fuerte), el cambio (una alteración en el campo de percepción), el tamaño (una
imagen imponente), la repetición (un estímulo débil que gana fuerza por ser repetido en
forma constante), el movimiento (un desplazamiento que genera una reacción),
el contraste (un estímulo que contrasta con el entorno) y la organización estructural.

Además de todo lo expuesto es importante determinar que este término que ahora nos
ocupa también se utiliza en el ámbito de la salud. En concreto, se habla de lo que se
conoce como atención primaria, que es la asistencia médica que una persona con algún
problema de salud recibe en un primer momento.

De la misma forma, en el ámbito coloquial se utiliza la expresión “llamar la atención”.


Con ella lo que viene a decirse es que una persona o un elemento concreto consigue
despertar la curiosidad o el interés de otra. Así, por ejemplo, una frase que explicaría
esta acepción sería la siguiente: “El espectacular escaparate de aquella tienda consiguió
llamar la atención de todos los transeúntes”.

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Y todo ello sin olvidar la existencia de otra expresión muy habitual que es la de
“llamada de atención”. Con ella lo que se viene a definir es a la advertencia que alguien
realiza a otra persona. Uno de los lugares más habituales donde se hace uso de la misma
es en el educativo pues es frecuente oír la siguiente frase “El profesor realizó una
llamada de atención a Manuel sobre su mal comportamiento en clase y las
consecuencias que ello tendría si sigue actuando de esa manera”.

LA ATENCIÓN: “Es el proceso por el que la mente toma posesión, de forma vivida
y clara, de uno de los diversos objetos o trenes de pensamiento que aparecen
simultáneamente. Focalización y concentración de la conciencia son su esencia. Implica
la retirada del pensamiento de varias cosas para tratar efectivamente otras”.

Los Fenómenos de la Atención.

Preparación para la acción.- y que representa la preparación a la llegada del estímulo


pertinente a la tarea, consta de una preparación temporal y la preparación selectiva.

Selección en la captación de la información.

La información proviene de varias fuentes y el sujeto focaliza su atención en una de


las fuentes que entrega la información pertinente para la tarea que hay que realizar. 
La conducta intencional de prestar atención consiste en orientar los sentidos hacia un
foco de atención selectivo. Esta atención selectiva puede ser consciente y voluntaria o
incidental. La atención es por lo tanto, una de las funciones del ser vivo en general y
que nos permite vigilar lo que nos rodea. La atención y la comprensión captan cuantas
in-formaciones vienen del medio ambiente y las gradúa en base a su importancia. Para
que una persona se encuentre atenta necesita de una total integridad en la conciencia y
en el sistema sensorial. El enfoque de la atención y su rendimiento se centran en las
experiencias vitales por la inteligencia y por el correspondiente estado de ánimo. Posner
y Sneider, demostraron la existencia de dos tipos de preparación: una preparación de la
atención, que tiene a la vez un efecto de facilitación y un efecto de inhibición, y una
preparación automática caracterizada por un efecto de facilitación.

Localización Anatómica de la atención y orientación.

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La conducta de atención y orientación focaliza las capacidades exploradoras y
receptivas del organismo hacia un carácter nuevo o resaltante del campo estimulante;
Para aquello pone en funcionamiento mecanismos subcorticales que permiten
inmovilizar la atención y activan las estructuras responsables de las reacciones motrices
desencadenadas por los estímulos. Entones los folículos superiores que efectúan la
integración de las características visuales, somáticas y auditivas de un estímulo y que
orientan los ojos, la cabeza y el tronco en esa dirección gracias a la mediación de los
centros motores que pertenecen a la formación reticular del tronco cerebral; que a la vez
actúa sobre la médula y la corteza cerebral para determinar los estados de vigilia. Si le
presentamos a un sujeto una serie de estímulos visuales, auditivos o táctiles, y le
pedimos al paciente que focalice su atención sobre un solo estímulo, la irrigación
sanguínea aumenta en el sector de la corteza cerebral, en las áreas específicas
implicadas en el análisis de la modalidad hacia la cual la atención se dirige. Hubel y
cols en 1951 demostraron neuronas atencionales en el córtex auditivo. Los lóbulos
frontales también parecen intervenir en el proceso de la atención. El hipocampo es el
órgano primordial en el proceso de aprendizaje y aquello supone una acción inmediata
de la atención y orientación.

Perturbaciones de la Atención.

Inatención, inatención de origen orgánico, inatención de origen psiquiátrico,


distraibilidad de origen orgánico y psiquiátrico, negligencia, inatención apática,
inatención motivacional, fatigabilidad.

En la atención selectiva algunos autores la denominan conciencia.

Características de la Atención selectiva o Secundaria:

•    Es un proceso activo, voluntario, focalizas tu atención sobre un estímulo que tu
quieres deshacer.

•  Dirigida hacia un estímulo específico

•  Es limitada, no podemos abarcarlo todo

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•  Es selectiva, seleccionas aquella parte del estímulo que a ti te interesa

•  Organizada, nosotros focalizamos nuestra atención de forma más fácil cuando los
estímulos están organizados

DIFERENTES TIPOS DE FILTROS DE ATENCIÓN.

Modelo del filtro de broadbert 1958.

La atención es un filtro absolutamente rígido que selecciona de manera potente los


estímulos que le llegan. es un filtro perceptivo se queda con la información que le llega.
este señor dice que sólo `podemos retener la información a la cual prestamos atención y
la información a la que no prestamos atención no se procesa se pierde modelo de
selección tardía  (Deutsch & D, 1963).

Este modelo cree que ¿no es posible que siempre estemos procesando todo y que el
filtro no está a nivel sensorial, sino que estaría en la memoria operativa o a corto
término?

Toda la información a la que no atendemos la procesaría toda (la información atendida


y la no atendida) y la selección la realizaría o se encargaría de realizar  la memoria
operativa.

Modelo de atenuación (a.  treisman 1964)

Sí hay un filtro que es necesario para la salud mental, porque nuestra capacidad de
atención, percepción y memoria está limitada.

Este filtro actúa más tarde del proceso de atención.

Es un filtro selectivo y NO rígido (como en el del modelo del filtro)


Depende siempre de las variables del entorno y sobre todo depende de las características
del estímulo (dependerá de la intensidad del estímulo).

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PSICOPATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN (TIPOS)

- Aproxesia: término derivado del griego (prosexis: volver la mente a la atención,


dedicarse, consagrarse, estar involucrado en), que denota el trastorno psicopatológico de
la atención que consiste en falta absoluta de atención.
- Hipoproxesia: trastorno psicopatológico de la atención que consiste en la reducción
de la capacidad atentiva. La atención es superficial y pobre, hay tendencia a la
distraibilidad y un registro pobre de los eventos.

- Hiperproxesia: trastorno psicopatológico de la atención, en el cual el sujeto presenta


un notable aumento en la capacidad de atención espontánea, pero a expensas de una
notoria disminución de su forma voluntaria. El paciente se ve solicitado por una
excesiva gama de estímulos, lo que dispersa su actividad psíquica.

Ejemplo:
Un enfermo maníaco, presentado en reunión clínica, parece coger todos los estímulos
ambientales, no filtra nada, sin perder el hilo del diálogo que sostiene con su
entrevistador. Al entrar a la sala un médico calvo sacando un cigarrillo de la cajetilla, el
paciente se para rápidamente, y le solicita un cigarrillo diciéndole "la ocasión la pintan
calva", luego vuelve a su asiento y continúa el diálogo.

- Hipermetamorfosis: se denomina hipermetamorfosis a la exaltación de la atención


espontánea en detrimento de la atención provocada. Cualquier estímulo ambiental
inmediato orienta el psiquismo en tanto que el paciente se desconecta de la situación
anterior que captaba su atención.

Ejemplo:
Un estado amencial ya descrito a propósito de este compromiso de conciencia. La
paciente era solicitada por cualquier estímulo ambiental. Un ligero ruido de llaves, un
golpeteo de manos o un chasquido de dedos o el ruido de movimientos de una silla, le
interrumpían el curso de su vida psíquica de por sí calidoscópica. Quedaba como
imantada por el estímulo accesorio, e incapaz de retomar al círculo vivencia] anterior.
La atención provocada era nula, a diferencia de la hiperprosexia maniacal.

LOS TEST PARA MEDIR LA ATENCIÓN

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Existen muchos instrumentos y procedimientos para evaluar la atención, entre estos
sólo destacaremos algunos de ellos: CONCENTRACIÓN Figuras incompletas, Dígitos
directos-indirectos y Letras y Números del WAIS-III; Atención y cálculo del Mini-
Mental. ATENCIÓN EJECUTIVA Dígitos directos-indirectos y Letras y Números del
WAIS-III; Wisconsin Card Sorting Test; Trail Making Test ATENCIÓN DIVIDIDA
Tiempo de reacción secuencial ATENCIÓN Y MEMORIA INMEDIATA VERBAL
Dígitos directos-indirectos; Letras y Números del WAIS-III, FLEXIBILIDAD
MENTAL; RAZONAMIENTO LÓGICO Wisconsin Card Sorting Test; Trail making
test ATENCIÓN Y MEMORIA INMEDIATA VISUAL Corsi. ATENCIÓN
SELECTIVA (INHIBICIÓN) Tarea Stroop; Pruebas de evaluación del Neglect visual
ATENCIÓN ESPACIAL Pruebas de evalución del Neglect visual VELOCIDAD DE
BÚSQUEDA VISUAL. Trail making test; Búsqueda de Símbolos del WAI, TEST Y
EFECTO STROOP,TRAIL MAKING TEST.

La atención y concentración son requisitos indispensables para un buen rendimiento


intelectual, siendo una condición necesaria para que se lleven a cabo los procesos de
asimilación y razonamiento lógico, propios de la inteligencia. En el capítulo sobre
inteligencia, el test de Wechsler incluye tres pruebas que, a juicio de Rapaport, evalúan
fundamentalmente capacidad de atención y concentración. Estas pruebas son retención
de dígitos, pruebas aritméticas y completación de figuras. Las describiremos acá porque
consideramos que ilustran los conceptos de atención y concentración, y son a menudo
usadas por los clínicos en sus entrevistas.

La retención de dígitos consiste en mencionar al paciente una secuencia de dígitos de


dificultad creciente, secuencias que el paciente debe retener y repetir. Por ej.: 2 - 9 - 3 -
1 - 8.

Esta prueba mide atención, ya que para poder rendir bien en ella se requiere ser capaz
de asimilar sin esfuerzo la serie de dígitos. "De hecho aquellos pacientes que tienen que
hacer un gran esfuerzo para escucharlos y para retenerlos, no tardan en empezar a
equivocarse; el esfuerzo voluntario no puede reemplazar la condición -óptima para este
test de la atención pasiva automática" (Rapaport, 1959). El mismo autor señala,
destacando el carácter pasivo de la atención, que en la vida cotidiana, la atención
funciona cuando, por ejemplo, podemos seguir el desarrollo de una conferencia o la

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lectura de un libro sin un esfuerzo especial. Cuando reiteradamente perdemos el hilo, es
porque nuestra atención está perturbada.

En las pruebas de aritmética al paciente se le solicita resuelva algunos problemas


matemáticos sencillos, usando las cuatro operaciones básicas de suma, resta,
multiplicación y división.

Es una prueba fundamentalmente de concentración, ya que el sujeto se concentra en el


continuo de números, y en el patrón de los cuatro cálculos aritméticos básicos. "El
continuo abstracto de números, y los patrones abstractos de los cuatro cálculos están a
disposición de la conciencia de cualquier persona media; la tarea de la concentración
consiste en volver los pasos hacia estos patrones interiorizados" (Rapaport, 1959). El
mismo autor señala que el proceso de concentración se observa en la vida diaria cuando
el material que ha de percibirse se torna demasiado complejo, haciéndose necesario el
esfuerzo voluntario para su selección y organización, de modo tal que se vuelva
significativo y perdurable; o bien allí donde la atención se halla disminuida y el esfuerzo
voluntario es necesario para ocuparse de la entrada o salida del estímulo.

El subtest de completamiento de figuras consiste en una secuencia de láminas, a cada


una de las cuales le falta un detalle que debe ser descubierto por el examinado.

Por ejemplo: al dibujo de un cerdo le falta la cola.

Es también un test de concentración, pero a diferencia del test de aritmética, en el cual


la concentración se realiza sobre los patrones interiorizados, en éste el sujeto debe
considerar, además de los patrones interiorizados, los modelos externos que se le
colocan ante su vista.

De los modelos externos que son los dibujos, debe captar lo que falta en ellos, o sea,
en qué se desvían de los patrones internos. El esfuerzo de concentración es voluntario y
selectivo, requisito para el éxito de esta prueba.

Los trastornos de la atención constituyen el desorden conductual que se presenta de


manera más frecuente en la infancia. Su prevalencia en la población infantil varía entre
2 y 13 por ciento.

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1. Los síntomas principales incluyen dificultades para mantener la atención o
completar tareas, distractibilidad, impulsividad y excesiva actividad motora.
2. Los trastornos de la atención frecuentemente se acompañan por bajo rendimiento
académico y dificultades en el ajuste social y, aunque anteriormente se pensaba que
estas alteraciones se presentaban solamente durante la infancia, estudios recientes han
mostrado que en algunas personas los síntomas persisten a lo largo de la vida, con
consecuencias en el ámbito emocional, ocupacional y social.
3. Diagnóstico A lo largo de la historia ha existido un amplio debate acerca de los
criterios que se utilizan para diagnosticar los trastornos de la atención. Estas diferencias
pudieran originarse por la ausencia de una definición precisa, y aceptada de manera
general, sobre los trastornos de la atención, por la presencia de diferentes subtipos de la
enfermedad o por la ocurrencia de otras enfermedades asociadas. No existen marcadores
biológicos que sean invariables entre los pacientes con trastornos de la atención, por
ello, para su diagnóstico se emplean fundamentalmente criterios clínicos. Dos de las
escalas que se aplican con mayor frecuencia son: el Manual Diagnóstico y Estadístico
de las Enfermedades Mentales (DSM–IV) y el CIE–10. Los criterios estipulados en el
DSM–IV para el diagnóstico de trastornos de atención con hiperactividad incluyen
cinco apartados: La presencia de al menos seis síntomas de inatención o hiperactividad–
impulsividad; que estos síntomas se hayan presentado antes de los siete años de edad;
que los síntomas se presenten por lo menos en dos ambientes diferentes (la escuela, el
trabajo o el hogar); que los síntomas interfieran con el desarrollo académico, profesional
o social, y que los síntomas no deben estar asociados a otras alteraciones psiquiátricas o
de personalidad. Dependiendo del número de síntomas que se presenten en cada
apartado (inatención o hiperactividad-impulsividad), los trastornos de la atención
pueden clasificarse en tres categorías: trastorno de atención con predominio inatento,
trastorno de atención con predominio de hiperactividad–impulsividad y el tipo
combinado, en el cual se presentan síntomas de ambas categorías. Algunos autores han
cuestionado el uso de estas escalas para evaluar los trastornos de la atención, ya que
algunos de los síntomas que se incluyen en esta categoría diagnóstica se presentan
también en otras alteraciones.
4. Sin embargo, el DSM-IV basa el diagnóstico en la conjunción de un grupo de
síntomas, no solamente en la presencia de uno de ellos.

Causas de los Trastornos de la Atención


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Se pueden producir por diversos factores, siendo los más relevantes aquellos que
afectan directamente el funcionamiento cerebral. En orden cronológico podemos
mencionar los siguientes:
a) Factores genéticos. Diferentes líneas de investigación han tratado de establecer
la presencia de determinantes genéticos en los trastornos de la atención, y en
diversos trabajos se ha analizado si esta alteración se presenta también en
familiares de niños diagnosticados con el trastorno, encontrándose que en 15%
de los casos uno de los padres también lo presentaba y, cuando esto ocurría, se
observó que 34% de los hermanos también mostraba el trastorno.6 Además, se
ha observado que los familiares en primer grado de niños con trastornos de
atención presentan también de manera frecuente otras alteraciones, como abuso
de sustancias, conducta antisocial o trastornos del estado de ánimo, tales como
depresión.
b) Factores que afectan el desarrollo del sistema nervioso. Durante las etapas pre,
peri o postnatales pueden presentarse distintos factores que afectan el desarrollo
del sistema nervioso. Entre los factores que han mostrado asociación con los
trastornos de la atención se encuentran la hipoxia, la desnutrición y la ingestión
de drogas por parte de la madre durante el embarazo. El término de hipoxia se
utiliza de manera general para referirse a la carencia de oxígeno en el organismo,
la cual puede ser originada por distintos factores, tales como el flujo inadecuado
de oxígeno hacia los pulmones, deficiencias circulatorias, anemia, fallas en la
difusión del oxígeno a través de las membranas celulares, etcétera. El
metabolismo celular en general requiere oxígeno. Ningún otro órgano del cuerpo
se afecta más por su ausencia que el sistema nervioso. La carencia de oxígeno,
por periodos tan cortos como un minuto, produce en el sistema nervioso gran
cantidad de cambios (disminución en los niveles de energía, incremento en la
concentración extracelular de calcio, sodio y cloro, disminución del pH,
etcétera) que conllevan a la muerte neuronal. En ocasiones la historia clínica de
los pacientes con trastornos de atención revela dificultades respiratorias durante
el nacimiento o problemas de anoxia asociados a intoxicación con monóxido de
carbono. Sin embargo, el hecho de que algunos niños que sufrieron este tipo de
problemas no presenten trastornos de la atención sugiere una interacción con
factores genéticos que predisponen a una mayor vulnerabilidad del sistema
nervioso. Por otra parte, se ha reportado que una proporción de personas con
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trastornos de atención presentó bajo peso en el momento del nacimiento o que
fueron prematuros. La exposición prenatal al alcohol o al tabaco es otro de los
factores que ha sido propuesto en la etiología de los trastornos de la atención. Se
ha reportado la existencia de una relación entre el número de cigarrillos que
fumaban las madres durante el periodo de embarazo y retardos en el crecimiento
fetal, el cual se manifiesta como bajo peso en el momento del nacimiento. Los
efectos adversos del consumo de alcohol durante el embarazo también han sido
extensamente reportados. Los síntomas principales que presentan los hijos de
madres alcohólicas son: rasgos faciales característicos (labio superior delgado,
nariz achatada, pliegues en el epicanto, entre otros), deficiencias en el
crecimiento (estatura corta, microcefalea, etcétera) y daño en el sistema nervioso
central (en particular en los ganglios basales, el cerebelo y el hipocampo). En
algunos trabajos se ha reportado que los niños que estuvieron expuestos al
alcohol durante la etapa prenatal presentan alteraciones en la atención
visoespacial y en la atención auditiva
c) Lesiones cerebrales. Estas lesiones pueden producirse por diversas causas, y
generan alteraciones estructurales y funcionales en el sistema nervioso. En
ocasiones pueden ser reveladas por métodos de neuroimagen, como la
resonancia magnética, o por el registro de la actividad eléctrica cerebral
(electroencefalograma). El sitio de la lesión determina en parte las alteraciones
conductuales que presentarán los pacientes, como en el caso de las personas que
sufren lesiones de la corteza frontal y presentan dificultades en la atención
sostenida, así como en la organización de la conducta.
d) Las historias clínicas de niños con trastornos de atención frecuentemente
revelan antecedentes de traumatismos craneoencefálicos, sin embargo en
ocasiones resulta difícil determinar si los trastornos de la atención son la causa
del traumatismo o si las lesiones son consecuencia de accidentes generados por
la sintomatología que presentan los pacientes, como pueden ser la impulsividad,
lo que los hace propensos a inmiscuirse en actividades de alto riesgo. La
dificultad que existe en establecer esta relación se presenta de manera más
notoria cuando el traumatismo ocurre antes de la edad escolar, que es una etapa
en la cual no se pueden diferenciar muy claramente los síntomas asociados al
trastorno de atención del comportamiento que normalmente se presenta en esa
edad.
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e) Exposición a agentes tóxicos. La presencia de contaminantes en el ambiente
también ha sido asociada a trastornos de la atención, en particular, por la
exposición a metales pesados, como el plomo o el mercurio, pues el sistema
nervioso central tiene alta sensibilidad a estos metales durante las etapas
tempranas del desarrollo, produciéndose alteraciones en diversas regiones
cerebrales. Existen algunas áreas del cerebro que son particularmente sensibles a
la intoxicación por metales, como la corteza prefrontal y el hipocampo.
f) La corteza frontal ha sido implicada en la autorregulación y en la organización
del comportamiento, de modo que las alteraciones funcionales de este sistema
originan algunos de los síntomas más notorios del trastorno de la atención como,
por ejemplo, dificultad en la aceptación de normas, problemas en el
mantenimiento de actividades orientadas a la consecución de ciertas metas,
dificultades en la inhibición de acciones que interfieren con el adecuado
desempeño, etcétera.
g) Ambiente familiar y social. La investigación sobre las causas primarias de los
trastornos de la atención apunta de manera clara hacia los factores genéticos o
las alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso, sin embargo,
múltiples factores familiares y sociales participan en la expresión de los
síntomas, entre estos se encuentran la presencia de familias disfuncionales o
enfrentadas a problemas de divorcio, factores asociados con el manejo
conductual, el estatus socioeconómico, el tamaño de la familia, etcétera, aunque
no pueden ser considerados el factor primario ni tampoco han sido útiles para
predecir la respuesta de los niños al tratamiento.

Tratamiento
Para el tratamiento de las personas con trastornos de la atención debe implementarse
un programa multidimensional que involucre la participación de diversos profesionales
y que tenga como objetivos habilitar al paciente, a sus familiares y a los maestros con
las estrategias que le permitan un adecuado control de la sintomatología, lograr mejor
calidad de vida y minimizar las consecuencias emocionales, sociales, laborales y
académicas que acompañan al trastorno.
Deben incorporarse al programa de tratamiento los siguientes aspectos: intervención
directa con el paciente, educación a los miembros de la familia así como a los

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profesores y administradores de los centros escolares y, en caso de requerir tratamiento
farmacológico, intervención médica. Intervención directa con el paciente.
Los niños o adolescentes con trastornos de la atención, al compararse con sus
compañeros, perciben que son distintos a los demás, se involucran más frecuentemente
en conflictos y se les dificulta el aprendizaje. Por ello, es importante explicarles la
naturaleza de sus dificultades, para evitar que generen estados de ira o depresión ante
los problemas que se les presenten.
Esta estrategia debe implementarse desde una edad temprana, no hay que esperar
hasta que el paciente se encuentre confundido, desanimado o que la misma
sintomatología origine otros problemas, como conducta antisocial o la adicción a alguna
droga. Debido a las dificultades académicas o a su incapacidad para establecer una
adecuada relación con las personas de su entorno, los pacientes con trastornos de
atención frecuentemente presentan baja autoestima y se consideran intelectualmente
incapaces, de modo que es importante hacerles ver las cosas positivas y las cualidades
que posean. Hay que explicarles que algunas actividades son muy difíciles para ellos
aun cuando empeñen gran esfuerzo, así como que existe un mecanismo en el cerebro
que ayuda a las personas a mantener la concentración y a controlar las frustraciones, y
que este no está funcionando de manera adecuada pero, sobre todo, les debe quedar
claro que con el tratamiento, o a medida que el niño vaya creciendo, el mecanismo
puede irse fortaleciendo, de modo que el control y la consistencia en la ejecución de
ciertas tareas puede estar a su alcance. Educación a la familia. Además de implementar
procedimientos para ayudar a los pacientes con trastornos de atención, es esencial
explorar la presencia de patologías en los padres, tales como depresión, abuso de
sustancias o incluso trastornos de atención. Los padres frecuentemente necesitan ayuda
en el manejo de sus propios sentimientos y las necesidades de los otros miembros de la
familia, asimismo experimentan diversas emociones, como sentimientos de culpa (que
pueden agravarse cuando se enteran de que la alteración tiene factores genéticos
fuertes), o sentimientos de rabia o frustración asociados a la falta de sensibilidad de las
personas que interactúan con sus hijos (maestros, compañeros de escuela e incluso los
padres de estos). Se sienten avergonzados por las dificultades que presentan sus
familiares y angustiados por la forma en la que se desarrollan en el ambiente social o
académico, es por ello que muchos padres se sienten abrumados ante la tarea de enseñar
a sus hijos a sobreponerse a sus dificultades. A estos padres se les debe explicar que los
problemas de control conductual que muestran sus hijos no son intencionales ni
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producidos por una crianza inadecuada sino que se trata de un trastorno en el
funcionamiento del sistema nervioso que impide a los niños responder de manera
adecuada a las demandas ambientales. Por otra parte, se les debe orientar en la selección
del tipo de escuela más apropiada para los niños, en la construcción de un espacio físico
que permita a los niños realizar sus tareas libres de influencias distractoras, así como en
adecuar las perspectivas que se tienen acerca del desempeño que pueden alcanzar los
niños con trastornos de atención, en términos de las habilidades académicas, el
autocontrol, etcétera. Aquí resulta conveniente señalar la importancia de capacitar a los
padres en los principios básicos de modificación conductual, en las técnicas para el
control de conductas inadecuadas y en los métodos de reforzamiento. Además, desde el
inicio del tratamiento resulta importante aclarar varios aspectos.
En primer lugar, que el trastorno es crónico y, por tanto, se requerirán un tratamiento
y una capacitación permanentes. Al inicio las sesiones deberán ser frecuentes (una
sesión por semana) y, posteriormente se pueden ir espaciando a lo largo del año para
ayudar en el mantenimiento de los métodos de control o en el establecimiento de nuevas
intervenciones cuando se presenten cambios en el ámbito escolar (cambio de grado
escolar, en el tipo de profesor o de escuela) o alguna crisis familiar (divorcio, muerte de
algún miembro de la familia, etcétera).
En segundo lugar, hay que destacar la constancia en el tratamiento y la detección
oportuna de nuevos problemas que pudieran complicar el cuadro. Intervención médica
Una de las principales hipótesis acerca de los problemas que subyacen a los trastornos
de la atención propone que se trata de una falta de regulación de los circuitos neurales
localizados en regiones frontales del cerebro. Esto se ha visto apoyado por estudios en
los que se ha reportado que los pacientes con trastornos de la atención presentan
disminución en el flujo sanguíneo en regiones prefrontales.
Con el objetivo de corregir la desregulación de estas regiones cerebrales se han
utilizado diversos fármacos, los cuales pueden agruparse en distintas categorías:
psicoestimulantes como el metilfenidato (Ritalín), la dextroanfetamina (Dexedrina) y la
pemolina (Cylert), que incrementan el nivel de alertamiento y atención; antidepresivos
como la imipramina (Tofranil), la desipramina (Norpramin), la nortriptilina (Pamelor) y
la fluoxetina (Prozac), que disminuyen el nivel de ansiedad y agresividad; y
anticonvulsivantes, como la gabapentina (Neurotonin), la fenitoína (Dilantín), la
carbamazepina (Tegretol) y el topiramato que, además de evitar la manifestación de
crisis epilépticas, producen otros efectos benéficos como, por ejemplo, la estabilización
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del estado de ánimo, la disminución de la agresividad y el mejoramiento de las
conductas sociales. En virtud de que los fármacos producen diversos efectos colaterales
y además pueden interaccionar con otras sustancias que el paciente pudiera estar
consumiendo, es indispensable que los médicos asesoren a los padres y a los pacientes
acerca de los riesgos y beneficios de la farmacoterapia, así como de la importancia de la
constancia en el tratamiento.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una disfunción de origen


neurobiológico que conlleva una inmadurez en los sistemas que regulan el nivel de
movimiento, la impulsividad y la atención.

“El TDAH puede presentarse con hiperactividad o sin ella”, especifica a Cuídate Plus
Azucena Díez, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil de la Asociación
Española de Pediatría y miembro del departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad
de Navarra. “Estos niños tienen menos capacidad para atender o se mueven más de lo que se
esperaría para su edad”.

Dado que es un trastorno del neurodesarrollo, para que se considere TDAH los síntomas
tienen que aparecer antes de los 12 años. Si no aparecen antes, no se puede hacer un
diagnóstico. “No hay TDAH que comience en la edad adulta”, añade.

Incidencia

Según Díez, esta patología afecta sobre todo a los niños y es más frecuente en varones. Sin
embargo, aproximadamente entre el 60 y el 80 por ciento de los adultos mayores de 18 años
que han tenido antes TDAH tienen persistencia de los síntomas. “Es decir, casi tres cuartas
partes siguen refiriendo que tienen síntomas y que éstos interfieren en sus estudios, en su
profesión, etc.”.

La especialista señala que un metanálisis publicado en 2012 indica que en España hay un
6,8 por ciento de menores de 18 años con síntomas compatibles con TDAH.

Causas
La causa principal del TDAH es la herencia. Aproximadamente el 75 por ciento de los
casos con este trastorno tiene causas de origen genético. No obstante, determinar este origen
es complicado ya que la patología no la causa un solo gen y además estos genes interactúan

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entre ellos. Hay muchos implicados, principalmente los sistemas que regulan la dopamina, la
adrenalina, la serotonina, etc. Es una herencia poligénica y compleja porque también
interactúan entre ellos, etc.

Además del origen genético, Díez explica que hay una serie de factores, los denominados
perinatales, que están relacionados con el embarazo, el parto y los primeros meses de
vida que también pueden producir TDAH. Estos son el consumo de tabaco y alcohol durante
el embarazo o la presencia de sufrimiento fetal, entre otros.

Síntomas
Los niños con TDAH son muy inquietos impulsivos y tienen problemas para prestar
atención y concentrarse. A pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de
organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El
actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y
profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento, incapaces de permanecer
sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se ve en tamborileo de dedos o en
el movimiento constante de los pies o las piernas).

Esta patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el colegio, así
como a otros aspectos de su vida familiar y social.

Las manifestaciones pueden dividirse en tres grupos:

Síntomas relacionados con la inatención

La presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil explica que el principal


síntoma es que los infantes no son capaces de mantener la atención que se espera para su edad
durante mucho tiempo. Además, a estos niños les cuesta ponerse a hacer todas las tareas que
suponen un esfuerzo mental. “Está como en su mundo, se distrae con facilidad y va de un
tema a otro”, afirma.

El principal lugar donde se aprecian estas manifestaciones es en el ámbito escolar. Los


profesores a veces presentan quejas en este sentido, pero también aparecen en casa: cuando un
niño tiene que organizar sus cosas, también está muy despistado.

En general suele caracterizarse por:

 No atiende detalles, comete errores.


 Dificultad para mantener la atención.

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 Sordera ficticia.
 No sigue instrucciones, no termina las tareas.
 Dificultad para organizarse.
 Evita tareas que requieren esfuerzo continuado.
 Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad.
 Fácil distracción por estímulos externos.
 Olvidadizo en las actividades diarias.

Síntomas relacionados con la hiperactividad

La hiperactividad puede ser muy evidente en niños de menor edad y va desapareciendo con
el crecimiento. Se manifiesta de forma diferente dependiendo del niño aunque suele
caracterizarse porque están siempre en movimiento, corren, saltan, tienen dificultades para
estar quietos, hablando mucho y de forma precipitada y sin pensar.

Los síntomas más frecuentes en este bloque son:

 Inquietud, se mueve en el asiento.


 Se levanta cuando debería estar sentado.
 Corre y salta en situaciones inapropiadas.
 Dificultad para jugar tranquilamente.
 Excitado a menudo, "como una moto".
 Verborrea.
 Responde antes de que finalice la pregunta.
 Dificultad para guardar el turno en actividades de grupo.
 Interrumpe a otros en los juegos, conversaciones, etc.

Síntomas relacionados con la impulsividad

Aquí tiene cabida todo lo que hace referencia a las situaciones en las que los niños actúan
sin pensar en las consecuencias de sus actos. “Los niños con TDAH suelen ser personas muy
impacientes que a veces corren riesgos innecesarios y sin pensar en las consecuencias
negativas que tienen”, advierte Díez.

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Prevención
La psiquiatra Azucena Díez aclara que el TDAH se trata de una disfunción cerebral que no
se puede prevenir. No obstante, indica que los cuidados generales de salud a lo largo del
embarazo y las campañas de prevención de consumo de alcohol y tabaco en la gestación, así
como un parto bien asistido podrían ser una fuente de prevención, casi la única.

“De hecho, esto lo vemos con los niños adoptados, quienes tienen diez veces más
posibilidades de desarrollar este trastorno que los niños que han nacido en nuestro país”, dice
Díez. “Esto se puede deber a un mayor consumo de tóxicos o también a embarazos y partos
no atendidos”.

Por otro lado, la especialista indica que existe otro tipo de prevención que se podría
denominar secundaria: empezar el tratamiento lo antes posible una vez que la patología está
diagnosticada. De esta forma podrían prevenirse otras complicaciones asociadas al TDAH.

Tipos
Pueden distinguirse tres tipos:

1. El más frecuente es el tipo combinado, en el cual se dan síntomas tanto de inatención,


como de hiperactividad e impulsividad.
2. En segundo lugar está un porcentaje, alrededor del 40 por ciento de niños, que sólo
presentan inatención., “No se mueven mucho, no molestan en clase, no hablan
demasiado, pero les cuesta mucho rendir académicamente o desarrollar funciones que
les corresponde a su edad y en cualquier ámbito”, explica Díez.
3. Por último, hay un grupo con un porcentaje muy pequeño que sólo presentan
síntomas de hiperactividad. Es el tipo menos frecuente de TDAH.

Diagnóstico
El diagnóstico es complejo y se realiza a través de la observación de la conducta del niño y
de una entrevista clínica con los padres o los cuidadores. “Es muy importante que en la
entrevista siempre haya información, aunque sea indirecta, de los profesores, de cómo ven
ellos al niño en clase”, indica la psiquiatra.

De forma complementaria pueden realizarse test con escalas de evaluación de la conducta,


rellenadas por los padres, profesores y otros cuidadores del niño. Proporcionarán información
acerca de la gravedad del trastorno, de la presencia e importancia de otros trastornos

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psiquiátricos o de diversos problemas de comportamiento y podrán ser de ayuda a la hora de
valorar la eficacia de los tratamientos aplicados.

Dichas escalas son complementarias, por lo que no pueden determinar un diagnóstico por sí
solas. Dada la evidencia de la importante carga genética del TDAH es conveniente realizar
una historia médica detallada, tanto personal, como familiar.

Por último, el especialista debe tener en cuenta que hay un gran número de trastornos en la
infancia que pueden presentar síntomas similares a los del TDAH y cuyo diagnóstico debe
descartarse en el proceso de diagnóstico del mismo. Entre estos se incluyen los trastornos del
aprendizaje, de conducta, de ansiedad y afectivos (como depresión, ansiedad
generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo) y patologías como el hipertiroidismo (que
presenta inatención) o la epilepsia, entre otros.

“Los test, aunque no son necesarios, ayudan mucho a conocer el perfil cognitivo del niño.
Es decir, si uno conoce el nivel de inteligencia del niño y cómo funciona diariamente en su
planificación y cuál es su nivel de atención en las pruebas psicológicas será mucho más fácil
desarrollar un plan de tratamiento especial para este niño”, apostilla. “Son recomendables, por
ejemplo, las pruebas para determinar la capacidad intelectual, pero no necesarias, no son
imprescindibles”.

Tratamientos
El tratamiento principal, y que ha mostrado desde hace décadas su efectividad, es la terapia
farmacológica ya que permite corregir la disfunción cerebral durante las horas que hace
efecto.

Según la presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil, hay varios fármacos que
han demostrado su eficacia y seguridad. Algunos son del grupo de los estimulantes, como por
ejemplo, metilfenidato, y otros se llaman fármacos no estimulantes, como la atomoxetina.

Además del tratamiento farmacológico, Díez insiste en que es muy importante que los
padres y los profesores sepan en qué consiste el trastorno y actúen en consecuencia. “Cuanto
más conozcan sobre el TDAH, más podrán ayudar a los niños. Por ejemplo, no es lo mismo
dar una orden a cualquier niño que a uno que tenga la patología. A ellos hay que darles las
órdenes por partes, mirándoles directamente a los ojos, asegurándose de que le han
comprendido. Estas pautas mejoran muchísimo el pronóstico”, recalca.

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A continuación hay que explicarle al niño qué tiene y, sobre todo, si es mayor hay
que darles estrategias para mejorar la inatención. “Muchas veces llegan a la adolescencia con
una baja autoestima, con la sensación de que no son autosuficientes porque no hacen las cosas
bien. Son niños que reciben muchas críticas a su alrededor”.

En algunos casos el TDAH se complica con otros problemas: ansiedad, depresión, o


trastornos de conducta y trastornos negativos desafiantes. En estas situaciones es muy
importante que el niño reciba psicoterapia. “Cuando los padres sientan que no pueden con el
niño, también es recomendable que reciban un tratamiento psicoterapéutico aplicado”, afirma.

Por último, es muy importante el apoyo escolar. Hay muchos niños con TDAH que tienen
un retraso académico. Los que lo tienen, necesitan apoyo; los que no, no. En estos casos hay
que individualizar”.

Pronóstico

El pronóstico del TDAH depende de varios factores:

 Si los síntomas son muy intensos, el pronóstico será peor.


 Si el niño tiene el tipo combinado con inatención e hiperactividad también avanzará
de forma más negativa.
 Si los pacientes tienen asociados otros trastornos, como depresión, ansiedad, etc., la
evolución será menos favorable. Esta situación empeora si los padres tienen trastornos
mentales o si están en un entorno de adversidad psicosocial. “En los casos en los que nos
niños viven en familias donde están poco atendidos o no hay recursos para lo básico es difícil
que se puedan aplicar recursos para apoyo escolar o medicación. Eso también empeora el
pronóstico porque los tratamientos son más tardíos y más precarios”, apostilla Díez.

Calidad de vida
La calidad de vida del paciente es muy variable. Hay niños con TDAH, con síntomas poco
intensos, que toman su tratamiento por la mañana y hacen una vida completamente normal.

Sin embargo, hay otros que si presentan muchos síntomas y enfermedades como la
depresión, puede tener una calidad de vida mermada.

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Cuándo acudir al especialista

“Muchos padres y profesores relativizan y no se acaban de creer que existe este trastorno”,


afirma Díez. “Es importante que si los padres o los profesores tienen la sospecha acudan a
alguien”.

Díez indica que en la actualidad los especialistas que pueden ayudar al niño pueden venir de
muchas ramas de la medicina: pediatras, psiquiatras infantiles o neuropediatras. “Los
psicólogos pueden tratar la parte de psicoterapia”, explica. Pero, ¿en qué momento deben
tomar la decisión de acudir al especialista? La experta indica que desde que los síntomas
afectan al funcionamiento diario de ese niño, ya sea en el ámbito académico o en casa.

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BIBLIOGRAFIA

American Psychiatric Association (2000). Diagnostic and Statistical Manual of Mental


Disorders, 4th Edition, Text Revision (DSM-IV-TR). American Psychiatric Publishing.

Gabbard, G.O., & Atkinson, S.D. (2009). Tratamiento de los trastornos


psiquiátricos. Grupo Ars Xxi De Comunicación.

MENESES, SERGIO Trastornos de la atención Revista Electrónica Sinéctica, núm. 25,


agosto-enero, 2004, pp. 67-74 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente Jalisco, México

Julián Pérez Porto y María Merino. Publicado: 2008. Actualizado: 2008.


Definición. de: Definición de atención

Papalia, Diane E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, David G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.

Azucena Díez, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil de la Asociación


Española de Pediatría y miembro del departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad
de Navarra publicado en 2012.

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