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Introducción A La Ilustración PDF
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Introducción a la Ilustración
En el siglo XVIII se produce una importante transformación en el pensamiento y en la
cultura europeos. En España el siglo se inicia con una nueva dinastía, la Casa de Borbón, que
sucede a la casa de Austria. A la muerte de Carlos II, que muere sin descendencia, se produce
una Guerra de Sucesión(1701-1713) entre los pretendientes al trono de España. Francia
aspiraba a colocar en el trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Inglaterra y
Austria, temerosas de la preponderancia francesa, forman con Holanda la Gran Alianza de la
Haya (1701), reclamando la corona de España para el archiduque Carlos, hijo del Emperador
Leopoldo I de Austria. La guerra concluye con los tratados de Paz de Utrecht (1713) y Rastadt
(1714), cuando Felipe V es reconocido rey de España.
Definición: Ilustración
La Ilustración es el movimiento representativo del siglo XVIII provoca una profunda
renovación en Europa y somete a una crítica racional de la visión del mundo, la filosofía, la
cultura y las creencias religiosas aceptadas hasta el momento.
Según Kant (1724-1804), "la Ilustración es la salida del hombre de la minoría de edad
e incapacidad para servirse, sin ser guiados por otros, de su propia mente. Y esta minoría de
edad es imputable a él mismo porque su causa estriba no en falta de una mente, sino en la
falta de decisión y de valor, del valor de utilizarla sin ser guiado por nadie. ¡Sapere aude! ¡Ten
el valor de servirte de tu propia mente! Éste es el fundamento de la Ilustración.
Ideales del Hombre Ilustrado
Los grandes ideales del hombre ilustrado son:
Estos ideales llevan una forma de actuar y de ser característica del hombre ilustrado:
La Literatura
¿Qué repercusiones pueden tener las ideas ilustradas con respecto a la literatura?
El s. XVIII fue un siglo fundamentalmente didáctico. La prosa de pura creación artística fue
escasamente cultivada. Se dio preferencia a la prosa útil, puesta al servicio de la difusión de
ideas. El ensayo, que se prestaba admirablemente a los propósitos didácticos de los ilustrados,
fue el género más cultivado. Los mejores ensayistas fueron Feijoo, Jovellanos y Cadalso.
La Ilustración
Siglo XVIII: Literatura española de la Ilustración
Surge un espíritu crítico y se admiten la razón y la experiencia como las dos únicas vías
de conocimiento. Se incrementa el espíritu científico en ese siglo y aparecen científicos y
filósofos ingleses importantes como newton, Locke, Smith y Hobbes. En Francia surge una
generación importante de intelectuales como Voltaire, Rousseau y Montesquieu. En este país
también aparece en esta época la primera Enciclopedia, por Diderot, que se considera una de
las causas de la revolución francesa.
Dentro de la creación literaria del siglo XVIII se distinguen dos etapas principales.
Barroquismo y antibarroquismo
Son dos tendencias literarias enfrentadas que conviven en la primera mitad del siglo:
• El barroquismo literario de los continuadores del Barroco del siglo XVII , es una
literatura estereotipada, de expresión retórica y recargada, que repite una y otra vez
las mismas formas y contenidos.
• Los autores en contra de esta literatura decadente que era la postura oficial de la
Academia con Feijoo e Isla como figuras.
Neoclasicismo y prerromanticismo
• Los autores neoclásicos siguen los ideales estéticos y las normas literarias del
movimiento neoclásico francés y, en menor medida, también del italiano, y cultivan
principalmente el género dramático y la poesía. En esta época se distinguen dos
escuelas literarias: la escuela madrileña (Fernández de Moratín) y la escuela
salmantina, a la que pertenecen Jovellanos y Cadalso, prosista y poeta andaluz, famoso
por sus Cartas Marruecas , obra póstuma, en la que el moro Gazel escribe a su
preceptor Ben Beley sobre las particularidades de la vida española y las opiniones
sobre España de su amigo Nuño - trasunto literario del propio Cadalso-; mediante este
recurso, tomado de Lettres persanes de Montesquieu, Cadalso pasa revista a los
distintos aspectos históricos, sociales y culturales de la España de su tiempo, con afán
crítico y de denuncia de los problemas , pero sin caer en posturas extremas, con un
leve tono irónico y melancólico.
• Los prerrománticos son, en parte, los mismos autores neoclásicos, pero considerados
por sus obras de madurez y del final de sus vidas o en el cultivo de algunos géneros
literarios. En las obras prerrománticas predomina la introspección, afloran los
sentimientos personales, se intenta romper con el encorsetamiento de la expresividad
y aparece una nueva visión de la Naturaleza: amable y riente o nocturna y desatada,
pero en libertad, dinámica
Literatura de la Ilustración:
corrientes literarias, prosa, poesía, teatro
Siglo XVIII: Literatura española de la Ilustración
Introducción
A lo largo del siglo XVIII eclosiona una nueva mentalidad que enlaza con la antropología
renacentista y que en consecuencia viene a romper la cosmovisión del mundo Barroco. Este
período ha recibido el nombre de «Ilustración». Dicho movimiento se cimienta, a grandes
rasgos, en el espíritu crítico, que rompe abruptamente con el principio de autoridad, en el
predominio de la razón y su fundamentación en la experiencia. Esta estructura del saber tiene
como consecuencia que la filosofía y la ciencia sean las disciplinas más valoradas. Este período
ha sido conocido en la Historia de las Ideas como "Siglo de las Luces" o "Siglo de la razón". Su
característica más relevante es la búsqueda de la felicidad humana a través de la cultura y el
progreso. Las nuevas ideas asociadas al pensamiento ilustrado hicieron que el arte y la
literatura se orientaran hacia un nuevo clasicismo (Neoclasicismo), del que se deriva el
adjetivo "neoclásico". En literatura se busca la expresión moderada de las emociones, y
emular normas y reglas clásicas (puestas de actualidad gracias a los descubrimientos
arqueológicos de este período). Al mismo tiempo se valoró el equilibrio y la armonía como el
principio estético dominante. Tradicionalmente se ha tendido a afirmar que contra tanta
rigidez se reaccionó a finales de siglo, produciéndose una vuelta al mundo de los sentimientos,
otorgándole el nombre de "Prerromanticismo".
Los ilustrados fueron una minoría culta formada por nobles, funcionarios, burgueses y
clérigos. Básicamente se interesaron por:
Su afán reformista les llevó a chocar con la Iglesia y la mayor parte de la aristocracia. Pese a
los afanes ilustrados, la mayoría del país siguió apegada a los valores tradicionales.
Corrientes literarias
Se diferencia a lo largo de la Ilustración tres corrientes literarias principales: El postbarroco,
que ocupa la práctica totalidad del siglo XVIII, así como el neoclasicismo y el prerromanticismo
que coexisten en los últimos años tanto en el tiempo como en la propia obra de algunos
escritores, como el caso de José Cadalso cuya obra se puede ubicar parcialmente en el
neoclasicismo (por ejemplo, las Cartas Marruecas ) y en el prerromanticismo (las Noches
Lúgubres).
El ensayo ilustrado tuvo un cauce de difusión muy importante en los periódicos. Aunque
habían aparecido esporádicamente en siglos anteriores, es durante el XVIII cuando se produce
un desarrollo pleno del periodismo. La rápida divulgación de la prensa escrita (gracias a una
lectura cómoda y barata) tuvo dos consecuencias:
La finalidad de los periódicos del siglo XVIII no pudo ser informativa (dadas las dificultades de
comunicación y lo tardío de la llegada de las nuevas noticias), sino que fue educativa y
divulgativa.
Las obras que adoptan forma de carta, bien sea dirigidas a personas reales, bien a personajes
ficticios, se convirtió en un género muy abundante durante el siglo XVIII, ya que servía
perfectamente para ejercer la crítica de costumbres, comportamientos e ideas. De entre todos
los autores de literatura epistolar hay que destacar al gaditano José Cadalso.
• Poesía postbarroca. Este tipo de poesía se da durante toda la primera mitad del siglo.
Se trata de una continuación de la poesía barroca y una imitación constante de los
maestros de ese movimiento, Góngora y Quevedo, y de calidad limitada.
• Poesía rococó. Entre 1750 y 1770 aproximadamente nos encontramos con una nueva
forma de hacer poesía que recoje ya las nuevas tendencias europeas. Los rasgos que
la definen son:
o Enfrentamiento con el estilo barroco.
o Vuelta a los modelos clásicos (griegos y romanos) y del Renacimiento español.
o Numerosas innovaciones métricas.
o Los temas más destacados son pastoriles, el amor, visto de una forma sensual
y tierna, así como los placeres de la vida: el vino, las fiestas, el cuerpo femenino,
etc. . .
• Poesía ilustrada. Desde 1770 hasta 1790, aproximadamente, la poesía española del
XVIII se llena de los grandes temas que preocupan a los ilustrados: la amistad y la
solidaridad, la búsqueda de la felicidad y del bien común, la importancia de la
educación, el papel de la mujer en la sociedad y la crítica de las costumbres. Aparte de
lo anterior, la poesía de este período presenta otros caracteres:
o Sometimiento a las reglas de arte. Los autores de la época piensan que existen
unas normas que marcan lo que debe ser una obra literaria correcta.
o La finalidad de la poesía entienden que debe ser didáctica. Esto explica la
abundancia de fábulas, género muy útil para conseguir el ideal ilustrado de
"enseñar entreteniendo".
• Poesía prerromántica. En los últimos años del siglo empiezan a aparecer autores y
obras en las que se expresa de un modo directo los sentimientos más íntimos sin
someterse a las normas preestablecidas. Los caracteres que la definen pueden ser:
o Los temas más característicos son la soledad, el fracaso amoroso, la muerte.
o La ambientación tenebrosa (tumbas, ruinas, noches tormentosas y
misteriosas).
o Lingüísticamente se caracterizan por la abundancia de exclamaciones,
apóstrofes. . .
Destacan en la poesía del siglo XVIII tres grandes núcleos: el salmantino, el madrileño y el
sevillano.
Entre los escritores más destacados encontramos a Leandro Fernández de Moratín, autor,
entre otras, de El sí de las niñas.
• Tradicional: Está formada por los dramaturgos que se ajustan aún al canon barroco.
Especialmente importantes son los epígonos de Calderón. Triunfan -por lo tanto- las
comedias de enredo, de magia, de milagros de santos y de historia. Para la aristocracia,
se montan zarzuelas y óperas al gusto italiano
• Popular: Los sainetes y Ramón de la Cruz son las verdaderas estrellas de esta
tendencia. Ramón de la Cruz escribió tragedias y comedias en las que imitó
singularmente a Pietro Metastasio, Jean Racine y Voltaire. Tradujo también obras de
estos autores y adaptó algunos textos del teatro clásico español como Andrómeda y
Perseo de Calderón e Ifigenia de José de Cañizares. Por último se consagró al sainete
popular con gran éxito, de los que produjo más de trescientos, lo que le atrajo la
hostilidad de los estilistas del Neoclasicismo, partidarios de un arte más idealizado y
educativo. El propio Ramón de la Cruz intentó reunir su obra, que publicó en una
colección incompleta de diez tomos durante 1786 y 1791.
• Neoclásica: Adopta las nuevas modas que llegan de Francia. En consecuencia, se
impuso la razón y la armonía como norma. Se acató la llamada «regla de las tres
unidades», que exigía una única acción, un solo escenario y un tiempo cronológico
coherente en el desarrollo de la acción dramática. Se estableció la separación de lo
cómico y lo trágico. Se impuso la contención imaginativa, eliminando todo aquello que
se consideraba exagerado o de «mal gusto». Se adoptó una finalidad educativa y
moralizante, que sirviera para difundir los valores universales de la cultura y el
progreso.
El autor más representativo de esta corriente fue Leandro Fernández de Moratín, creador
de lo que se ha dado en llamar «comedia moratiniana», con la que ridiculizó los vicios de su
época, en un claro intento de convertir el teatro en un vehículo para cambiar las costumbres.
Aunque normalmente olvidada por los libros de texto, el ideal de belleza neoclásico se
encarna, sobre todo, en las tragedias, que por entonces eran entendidas como imitación de la
vida de los héroes, sujetos más que otros por razón de estado, a pasiones violentas y
catástrofes. Es un teatro que privilegia la estaticidad sobre el dinamismo y que se ajusta
rigurosamente a las famosas reglas de las tres unidades (de tiempo, lugar y acción).
Biografía
Leandro Fernández de Moratín nació en Madrid en 1760, hijo del poeta y dramaturgo
Nicolás Fernández de Moratín. Viajó por varios países europeos, sobre todo Francia, y
perteneció al pequeño grupo de ilustrados españoles. Durante la guerra de Independencia se
puso al lado de José Bonaparte y desempeñó el cargo de bibliotecario mayor. Al ser derrotados
los franceses, se vio obligado a exiliarse en Francia y murió en París en 1828.
Fernández de Moratín destacó por ser un hombre inteligente y culto, de carácter introvertido
y difícil. Formado en la cultura francesa y en la estética neoclásica fue un afrancesado, lo cual
se debió, como sucedió con otros ilustrados, a su admiración por lo que Francia representaba
en su época, y porque pensaba que de allí podía venir la renovación para España y la solución
de sus males: el atraso cultural y la pobreza.
Obra literaria
Moratín escribió poesías satíricas y también otras en los diversos géneros de la lírica
clásica: epístolas, odas y sonetos, romanes. Su producción poética se caracteriza
fundamentalmente por la elegante contención y el equilibrio formal propios del
neoclasicismo. Destacan los poemas: Lección poética , Sátira contra los vicios introducidos en
la poesía castellana , La despedida y Elegía a las musas.
Además, Moratín fue el mejor autor de teatro del siglo XVIII. Caracterizado por seguir
fielmente las reglas del neoclasicismo, entre ellas las de las tres unidades, con lo que esto
supone de limitación de posibilidades y de dificultad para una mejor aceptación por parte del
público. Su idea, también, de la utilidad del arte, característica del siglo, hace que los temas
se limiten a la crítica de costumbres. Moratín pretendía, como él mismo expresa, "poner en
ridículo los vicios y errores comunes en la sociedad, y recomendar la verdad y la virtud".
Tres de sus comedias tienen un único asunto: la defensa de elección de los jóvenes
para contraer matrimonio: El viejo y la niña, El sí de las niñas y El barón. La comedia nueva o
El Café es una sátira contra los dramones extravagantes que se representaban en su tiempo.
En La Mojigata satiriza la falsa piedad, la hipocresía.
El sí de las niñas es una comedia de perfecta construcción, con caracteres bien diseñas
y un diálogo natural y adecuadamente elaborado. Aunque en la actualidad su tema haya
quedado trasnochado, en aquel tiempo significó un planteamiento progresista que intentaba
denunciar unas costumbres y prejuicios sociales muy arraigados.