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Capítulo 1

Geopolítica y Geohistoria: Fundamentos teóricos para el estudio de la


Talasopolítica de México

La influencia ejercida por los mares y océanos en la existencia y desarrollo de un


Estado es consecuencia de su realidad geográfica. Cuando el entorno geográfico lo permite,
el conocimiento cabal y reflexivo de los espacios y recursos marítimos, así como de su
aprovechamiento, en toda su amplitud y posibilidades políticas, económicas, sociales y
estratégicas, por parte del pueblo y sus gobernantes, es decir, contar con una acendrada
cultura y conciencia marítima, facilita la tarea de orientar a la nación hacia un destino
marítimo y oceánico. De este modo, un Estado con visión marítima no sólo se permite
ventajas que se traducen en beneficios económicos, producto del intercambio comercial en
un mundo cada vez más globalizado, sino una proyección Política y de Poder coercitivo.

El mar, como sujeto económico y político, ha sido tanto cauce para el desarrollo
humano como instrumentos de dominio geopolítico. La historia permite comprobar que las
grandes potencias mundiales de los últimos siglos han sido a su vez grandes potencias
marítimas y navales.

Desde los tiempos de los primeros navegantes fenicios al Mare Nostrum del imperio
romano en la edad antigua; las grandes Ciudades-Estado mercantes de la edad media como
Venecia y Génova; la era de los grandes descubrimientos por los imperios portugués y
español en la edad moderna; el colonialismo de la edad contemporánea del imperio
británico o el imperialismo norteamericano del último siglo revela que el dominio del mar y
la preponderancia naval ha sido y es un factor estratégico determinante para el desarrollo y
poderío que las mayores potencias mundiales alcanzaron sobre otros pueblos que por
intereses ajenos y, en ocasiones, por simple desinterés o desconocimiento del potencial que
representa ser un país con salida al mar, lo han ignorado. 1 Por ello, no es coincidencia que

1
Sergio Uribe Cáceres, Johnny Díaz Uribe, Mauricio Rodríguez Ruiz, Estrategia marítima, evolución y
prospectiva, Bogotá, Colombia, Escuela Superior de Guerra, 2015, pp. 42-44.
las grandes talasocracias2 existentes a lo largo de la historia hayan sido a su vez grandes
potencias mundiales.

Desde el punto de vista geográfico y político, México ocupa una posición


estratégica envidiable, al ser parte de América del Norte, lo mismo que de la región del Mar
Caribe y de pertenecer culturalmente a Latinoamérica y unirlo por lazos históricos con el
istmo centroamericano, sin soslayar su vecindad con Europa a través del Atlàntico y formar
parte de la región del Pacífico.3

Estas características geográficas, que ubican al espacio mexicano entre los dos
mayores océanos del mundo y frente a las tierras euroafricanas y asiáticas, junto a distintos
proyectos políticos, han moldeado la realidad socio-histórica de la nación y el Estado, pues
en su espacio geográfico se unieron, desde siglos atrás, los hombres de razas y pueblos de
ambas partes del mundo y desde él se dispersaron grandes culturas, como las que
florecieron en Mesoamérica, con su alto grado de civilización, su escritura, sus artistas y
arquitectura, así como hombres ilustres que realizaron grandes proezas históricas, como la
conquista del comercio y mercado asiático, la colonización de las Filipinas y el dominio
económico que la Nueva España completó y ejerció sobre las Antillas y la Nueva Granada.4

Sin embargo, desde el punto de vista de la navegación marítima, sería el dominio de


las costas del Pacífico y Atlántico por parte de los pueblos mesoamericanos en su comercio
directo con el mundo andino y caribeño y, posteriormente, el de los marinos novohispanos
que construyeron los baluartes que defendieron las tierras continentales desde Alaska hasta
Cartagena de Indias y desde las Filipinas hasta las Antillas contra los piratas ingleses,
holandeses y japoneses lo que nos recuerda el desarrollo de una brillante tradición

2
El origen etimológico de este vocablo proviene de las raíces griegas thalassa (mar), y kratos (poder,
gobierno). Es decir, el gobierno de una potencia marítima. Desde una perspectiva geopolítica, son aquellos
pueblos, imperios o naciones en los que su fuerza e influencia dependen del control y dominio del mar. Ver.
Alfred W. McCoy, “A new age of sea power”, [ en linea ] , en Le Monde Diplomatique, abril 2018. Dirección
URL: https://mondediplo.com/openpage/a-new-age-of-sea-power (Consultado 17/10/2019).
3
Arturo Ponce Urquiza. Escenarios geopolíticos para el México global. Un acercamiento a los temas del siglo
XXI, México, Editorial Cenzontle, 2015, p. 7.
4
Alberto Escalona Ramos, “Un dato interesante en una Geopolítica de México”, en Boletín de la Sociedad
Mexicana de Geografía, T. LXI, núm. 2 (1946), p. 4.
marítima; es decir, una visión que contempla como relevante los asuntos entre el Estado y
su condición marítima bioceánica, la cual fue capaz de posicionar a estos conjuntos
geohistóricos con total supremacía en el ámbito continental de aquellas épocas.5

En tal sentido, se observa que México ha tenido un modelo geopolítico propio, el


cual se sustentó en sólidos principios geográficos que fueron determinantes para el
desarrollo de una Política y Poder nacional; empero, estos principios geográficos y
geopolíticos serían imposibles de comprender y utilizar en la actualidad si no se les coloca
sobre el plano de la Historia.

El ingeniero y pionero de los estudios de la Geopolítica en México, Ing. Alberto


Escalona Ramos, menciona que la vida de un pueblo, de una nación, de un Estado, no sólo
está determinado por el espacio (la geografía), sino, además, por el tiempo (la historia).
Para Escalona Ramos, la Historia, que es esquema político, es el resultado de un “querer
ser”, misma que es condición para entender el espacio, pues la Política implica la existencia
de una realidad espacial que lo sustenta y explica en alguna forma y en alguna dirección.6

Por consiguiente, el espacio, como determinación fundamental de la actividad y


desarrollo del hombre y del hombre organizado en sociedad, está supeditado por la
Historia, debido a que hombre y sociedad son conceptos históricos, mismos que no se
conciben en su inteligibilidad fuera del espacio, por lo que también son conceptos
espaciales.

Historia y Geografía son de mutuas y concomitantes presencias y efectos frente al


hombre. El espacio y el tiempo, la Geografía y la Historia, adquieren sentido dinámico vital
si se les conjuga juntas. De Ahí que Escalona Ramos describa a la Geopolítica como “una
ciencia en la que se ligan las enseñanzas de la Geografía con las de la Historia (tomada ésta
como Política del Estado y no cómo relatos más o menos conexo de hechos”7

5
Pilar Ostos Cetina, “La proyección Geopolítica de México: La importancia de su pasado imperial en el siglo
XXI”, en Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México, núm. 1, 2016, p. 2.
6
Alberto Escalona Ramos, Geopolítica Mundial y Geoeconomía, México, Ed. Ateneo, 1959, p. 18
7
Ibidem., p. 22.
En consecuencia, para el estudio de cualquier Política de Estado como de su cultura,
más que un sentido puramente histórico o geográfico, se debe desarrollar un sentido
geohistórico. Con este fin, el presente capítulo está encaminado a desarrollar estos dos
criterios teórico-metodológicos, Geopolítica y Geohistoria, con el propósito de aplicarlo a
nuestro propio diseño geopolítico, a nuestra propia realidad geográfica, histórica y social, y
con ello abonar al debate sobre la construcción de un modelo geopolítico de los mares de
México o talasopolítico.

1.1 Geopolítica

La Geopolítica, como teoría o conjunto de herramientas de carácter metodológico y


de abstracción, reviste de vital importancia en la actualidad. Su objeto de estudio dinámico
e interdisciplinario, el cual se apoya del marco teórico que le ofrecen las ciencias políticas,
las relaciones internacionales, la geografía, y otras ciencias como la economía y la historia,
es clave para comprender la realidad política y geográfica de los Estados, a fin de dilucidar
su rol dentro del escenario internacional y su comportamiento dentro del mismo.

Sin embargo, la Geopolítica no sólo apunta a la relación entre Geografía o Política,


o a una más particular existente entre espacio y política, sino pretende, fundamentalmente,
conocer cuál es la extrapolación que hay de tal relación, con el objetivo de observar cómo
esta conjunción contribuye a la racional conducción y planificación de territorios y espacios
interiores y exteriores, cuya potencialidad pueda coadyubar al crecimiento de un poder
nacional tal que le permita al Estado alcanzar sus intereses y seguridad nacional.8

El profesor Leopoldo González Aguayo considera que la Geopolítica es un método


de pensamiento que le permite a las dirigencias político-sociales de cualquier sociedad y
época histórica, obtener la concepción no sólo para el mejor diagnóstico de su entorno y de
los problemas fundamentales que enfrenta, sino, además, bajo inspiración de los criterios

8
Virginie Mamadouh, “Reclaiming geopolitics: Geographers strike back”, in Geopolitics, vol. 4, núm. 1
(1999), p. 119.
estratégicos, es decir, bajo un proyecto de la acción posible, estar en la posibilidad de trazar
políticas tanto internas como externas con el fin de resolverlos.9

Bajo esta concepción, la Geopolítica implica partir de una base física permanente:
la geografía nacional, pero en especial de su conocimiento y de las implicaciones internas
y externas que, de factores como la posición, ubicación, recursos, etc., por dar un ejemplo,
se derivan, apoyadas en la estrategia, o más bien en el pensamiento estratégico,10 el cual
permite determinar, bajo un juicio razonado, intuitivo y consistente, acciones futuras que
consignan la dirección hacia la que debe de avanzar los objetivos del Estado nacional que le
ayudarán a determinar los intereses nacionales y campos de acción futuros de una manera
aceptable.11

Nicholas Spykman refuerza lo antes mencionado, ya que afirma que la geografía “es
el factor condicionante más fundamental de la política nacional porque es el más
permanente y el espacio su atributo principal” [ las cursivas son mías ] .12 No obstante, la
geografía en sí es pasiva y neutral, y las ventajas que pueden emanar de la misma no son
reales sino en la medida que la nación posea una clara visión y una convicción de las
posibilidades de desarrollo, de aprovechamiento o de goce que existen en sus espacios y la
voluntad de hacerlo; esto es, de acuerdo con Friedrich Ratzel, fundador de la geografía
humana, el factor del sentido del espacio, que no es más que la aptitud que tiene la
población para dominar, gestionar y valorizar un espacio determinado y sus recursos.13

En ese mismo sentido, Jorge Atencio ofrece una definición de la Geopolítica, como
aquella que:
9
Leopoldo González Aguayo, “Reflexiones sobre las etapas geopolíticas y la política exterior: el modelo
mexicano. Un ensayo de periodización de la geohistoria”, en Leopoldo González (coord.) Los principales
autores de las escuelas de la Geopolítica en el mundo, México, ed. Gernika, 2011, pp. 347.
10
De acuerdo con Bennis y Mische el pensamiento estratégico consta de una serie de elementos:
Investigación del futuro; Planeamiento normativo; Planeamiento estratégicos; Planeamiento e
Implementación. Citado por Mario Santos Caamal. La globalización de la seguridad nacional, México, Centro
de Estudios Superiores Navales (CESNAV), 2002, p. 9.
11
Ibidem., pp. 10-11.
12
Citado por Heriberto Cairo Carou, “Comentario: ‘El pivote geográfico de la historia’, el surgimiento de la
geopolítica clásica y la persistencia de una interpretación telúrica de la política global”, en Geopolítica(s).
Revista de estudios sobre espacio y poder, vol. 1, núm. 2 (2010), p. 326.
13
André Hillion. Espacios económicos y poder, Buenos Aires, Pleamar, 1978. P. 27.
Estudia los hechos políticos, considerando al mundo como una unidad cerrada, en la que
tienen repercusión según la importancia de los Estados. En este sentido, los factores
geográficos, principalmente la situación, localización, extensión, población, recursos y
comunicaciones de los Estados, si bien no son determinantes, tienen una gran importancia y
deben ser tenidos en cuenta para orientar la política exterior. 14

Algunos estudiosos de la diciplina como el maestro Héctor Gómez Rueda


asegura que la geopolítica se encarga de: “examinar determinadas situaciones
geográficas, con óptica política, a fin de extraer conclusiones de aplicación práctica,
para orientar una conducta política”15

En consecuencia, el conocimiento geopolítico ayuda a conocer qué tanto


influyen ciertas características geográficas, tales como el posicionamiento y
localización de regiones, Estados y recursos, tomando en consideración la topografía,
el clima, longitud, formas y tamaño del Estado y demografía, sobre la política de los
Estados y las acciones que ayudan a su administración.

Esta relación interactiva existente entre geografía y política, entre el espacio


geográfico que el hombre ocupa y la actividad que en el mismo desarrolla quien la
ocupa o las instituciones sociales y políticas que ha creado, es lo que autores como
Gearóid Ó Tuathail han denominado “la instrumentalidad del espacio”, que es, darle
fuerza al espacio por medio de su praxis, por medio de su ejercicio.16

Esta instrumentalidad del espacio a la que se refiere Ó Tuathail desempeña


una función decisiva en la estructura de la sociedad organizada, puesto que, al
conocer la utilidad del espacio, el Estado puede comprender la realidad social y la
importancia practico-instrumental de su espacio, es decir, su condición de
instrumento político ligado a los intereses nacionales.

14
Jorge E. Atencio, Qué es Geopolítica, 5ª edición, Buenos Aires, Pleamar, 1986, p.35.
15
Héctor Gómez Rueda, Teoría y Doctrina de la geopolítica, Buenos Aires, Ed. Astrea, 1977, p. 54.
16
Gearóid Ó Tuathail, Critical Geopolitics: The Politics of Writing Global Space, USA, Routledge, University of
Minnesota Press, 1996, p. 24.
Para el Almirante de la Armada de México Lorenzo del Peón Álvarez la Geopolítica
es una respuesta, de tono político y de base espacial, a la acción política sobre el espacio,
acción política que sufre una modificación “cuantitativo-cualitativa” en virtud de la
reacción del espacio.17

Del Peón supone al espacio como sujeto privilegiado de la política, por cuanto es el
espacio el componente determinante del desarrollo evolutivo y praxis de la actividad
política (praxis que es modificada por la acción recíproca del espacio), y, así, como
determinante de toda posibilidad de investigación y ejercicio geopolítico.18

De este modo, para el antes citado Del Peón la Geopolítica es una ciencia que
encadena y conjuga estas dos concepciones vitales al hombre: el espacio y la política, con
centro en el Estado, el cual la define como:

La ciencia que estudia la relación entre los hechos geográficos y los aconteceres políticos …
el estudio y proyección de las reacciones políticas del espacio, la técnica del hacer político,
relacionando el lenguaje de la Política sobre la esfera de la Geografía en el plano de la
Historia para la posible previsión y resolución del fenómeno político. 19

El científico mexicano Escalona Ramos, por su parte, menciona que la Geopolítica


es la aplicación de lo geográfico a la práctica, a la política, por lo que su fundamento es
dinámico, ya que plantea procesos de acción. Al respecto, Escalona Ramos propone una
definición parecida, definiendo a la Geopolítica como:

La ciencia y arte o técnica de la aplicación del conocimiento de los factores geográficos,


políticos e históricos, en acción recíproca y conjunta, para el dominio político del espacio
(con todo lo que tal dominio implique en lo económico social y cultural), previendo y
aprovechando -como es propio de toda ciencia y técnica- las desigualdades de efectos que

17
Lorenzo Del Peón Álvarez. Geopolítica, Geoestrategia y Tópicos, 3ª edición, México, Ed. Herrero, 1990, p.
46.
18
Ibidem., p. 93.
19
Ibidem., p. 98.
éste puede causar debido a la desigualdad de acción de cada una y de todas estas causas
juntas.20

Escalona Ramos establece que a toda alta Política se deben unir los elementos del
espacio-tiempo. De ahí que mencione: “En la instrumentación de la política nacional más
que contar con un sentido puramente geográfico o histórico se debe desarrollar un sentido
del espacio, es decir, organizar el conocimiento de sus geografías, historias y geopolíticas y
obrar de acuerdo con estas”.21

Como lo hace notar Escalona Ramos, la aplicación combinadamente de aquellos


conocimientos permite a los pueblos prever los efectos que este dominio conlleva y
aprovecharlos en beneficio de quien lo emprende. Por lo tanto, la Geopolítica puede
enseñar a emplear los factores geográficos para una mejor compresión de la política tanto
nacional como internacional, y con ello prever el futuro y modelar el pensamiento y la
decisión de los pueblos, de acuerdo con este futuro.22

Por su parte, el profesor Jorge A. Vivo Escoto manifiesta que la Geopolítica es la


ciencia que estudia las relaciones que existe entre el espacio y las instituciones políticas, y
al igual que los otrora autores señalados, resalta la importancia de investigar la historia, la
geografía y la política contemporánea en su conjunto para hacer una geopolítica propia,
fundamentada en la realidad histórico-social de cada Estado.23

En una apreciación de conjunto de estas definiciones y concepciones se observa el


carácter de la Geopolítica como una diciplina de previsión que propone conceptos
proyectantes, y así previsores de un “querer ser” basado en la Política (Historia) y asentado
en el espacio (Geografía); una ciencia política orientada en armonía con las condiciones
geográficas.

20
Escalona Ramos, Óp. Cit., p. 59.
21
Ibidem., p. 60.
22
Ídem.
23
Jorge A. Vivo Escoto, Guía de estudio. Curso para profesores foráneos, México, Ed. Herrero, 1961, p. 8.
Además, encierran cabalmente el sentido de la Geopolítica como una diciplina cuya
finalidad radica, según se observa en estas definiciones, en explicar y estudiar los
acontecimientos políticos para dirigir y diseñar la estrategia de Estado mediante los factores
geográficos y hechos históricos.

En este sentido, la Geopolítica no es una ciencia ociosa; el carácter teleológico de


esta joven disciplina se expresa en su esquema político y en la presencia del espacio como
ámbito de desarrollo de los Estados, naciones y pueblos. Por lo tanto, la esencia de la
Geopolítica radica en la aplicación de lo geográfico a la práctica, a la política.

Podrá aducirse entonces que la Geopolítica indica el límite de la posibilidad de


usufructo de la relación política–geografía. Para Del Peón Álvarez la Geopolítica parece
consistir en “la previsión de la posibilidad límite del actuar político sobre el espacio”.24

En consecuencia, la Geopolítica sirve como un elemento teórico y metodológico de


análisis en la Ciencia Política y su aplicación, orientada hacia el uso y dinamismo del
espacio y de los factores geográficos para una mejor comprensión de la política nacional e
internacional, buscando la previsión del fenómeno político. Por tanto, los espacios
geográficos condicionados y determinados por parámetros políticos conciben a los espacios
geopolíticos.

1.1.1 Política y Espacio. Fundamentos de la Geopolítica

El carácter ontológico de la Geopolítica gira concretamente alrededor del nexo o


vínculo entre los conocimientos geográficos y los de la Ciencia Política; es decir, la
relación del espacio con los Estados o con las instituciones y vida Política. Su finalidad
sirve para guiar la política práctica, la actuación política, para explicar una situación
política sobre/en el espacio; es guía para las autoridades, gobernantes o rectores del poder
político de los Estados. La Geopolítica es lo que varios estudiosos de la disciplina han
denominado el dominio político del espacio.25
24
Ídem.
25
Jorge E. Atencio, Óp. Cit., p. 38.
El mayor general Karl Haushofer menciona que el espacio rige la historia de una
sociedad. Las expresiones más antiguas de vida, citando a Haushofer, dependen de este
espacio, tanto como las formas nuevas; aquí (dentro del espacio) cumplió su desarrollo el
género humano.26

Haushofer refiere que el espacio es el factor más decisivo en la política mundial, por
lo que la seguridad y desarrollo de los pueblos depende en tanto piensen en función del
espacio. En este sentido menciona: “sólo una nación cuyo espacio se ajusta a sus
necesidades, tanto espirituales como materiales, puede tener esperanza de alcanzar
verdadera grandeza … cuando desatienden la importancia del espacio, son relegados al
último plano”.27

Dentro de este marco, el espacio, junto con el Poder, que es Política, han sido y son
temas centrales en los estudios sobre Geopolítica. Al ser la Geopolítica una diciplina de las
Ciencias Sociales, las materias de que se ocupa están relacionadas con el Estado, el cual
depende de una base física para el desarrollo de la población; por tanto, la Geopolítica se
ocupa del espacio nacional, del espacio integrado bajo un poder de decisión edificado
alrededor de un sistema institucional que emana, por lo menos teóricamente, del pueblo.28

Esta porción de espacio políticamente organizado con determinaciones geográfico-


jurídicos es lo que André Hillion denomina territorio, concepto específico referido a la
esfera espacial de acción y validez de ese ordenamiento jurídico que comprende, además
del espacio superficial (terrestre, marítimo, lacustre), sus dos prolongaciones verticales: el
subsuelo y el espacio aéreo, por lo que representa uno de los componentes esenciales del
Estado, del mismo modo que con el poder, su principal atributo. 29

26
Karl Haushofer, “Poder y Espacio”, en A. Rottenbach (ed.), Antología Geopolítica, Buenos Aires, Pleamar,
1975, p. 85.
27
Ídem.
28
Luis González Tule, “Organización del espacio global en la geopolítica "clásica": una mirada desde la
geopolítica crítica”, Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, vol. 13, núm. 1 (2018), p.
226.
29
André Hillion. Óp. Cit., p. 49.
Estas observaciones permiten determinar que la Geopolítica es la ciencia del estudio
de las relaciones políticas del espacio. Del Peón Álvarez menciona que la Geopolítica cobra
significancia y se le comprende solo como resultado de la actividad política (actividad
fáctica e intelectual) en y sobre el espacio, pero principalmente sobre la determinación y
aclaración de las consecuencia o productos de esta acción en sus posibilidades a futuro.30

Considerando que el desarrollo de la Geopolítica es producto de la reacción política


del espacio, este representa el componente físico privilegiado del hacer político, pues en él
se desarrolla la vida fáctica del hombre y en el que se desenvuelven las relaciones de
coexistencia explicadas desde diferentes perspectivas, en donde se dan los vínculos e
interacciones que llevan a la construcción, transformación, percepción y representación de
la realidad social.31

Al ser el espacio la morada del hombre, este constituye un elemento esencial de la


existencia humana, un soporte rígido de las aspiraciones de los hombres, en la medida que
trata cuestiones tan fundamentales como la dimensión del ser, la localización, ubicación,
distancia, superficies o zonas, dirección, rumbo, áreas de influencia, responsabilidad,
dominio, resistencia, forma, tamaño, posición (centro-periferia, interno-externo, cerca-lejos,
norte-sur), distribución, vecindad, accesibilidad, procesos de aglomeración y dispersión,
patrones, nodos, flujos y rutas.32

Sin embargo, el concepto de espacio no ha permanecido inmutable a través de los


tiempos, por lo que definirlo y representarlo es un poco complejo. Hablar del espacio es
abrir grandes dimensiones y múltiples posibilidades; su uso y definición ha sido tratado en
diversos discursos científicos y discusiones teóricas, las cuales han llevado al espacio a ser

30
Del Peón Álvarez, Óp. Cit., p. 97.
31
Liliana López Levy y Rebeca Ramírez Velázquez, Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la diversidad en
el pensamiento contemporáneo, México, UNAM, Instituto de Geografía: UAM, Xochimilco, 2015, p. 17.
32
Claudia Tomadoni, “A propósito de las nociones de espacio y territorio”, en Gestión y Ambiente, vol. 10,
núm. 1 (2007), p. 57.
definido como el lugar que ocupa la materia o por el contrario a considerársele como una
estructura imaginada que permite organizar la realidad.33 34

Anteriormente se consideraba que el espacio era lo que estaba muerto, fijado, no


dialéctico, inmóvil. Pero, a partir del siglo XX se supera el campo de lo exclusivamente
físico, con marcada inclinación por la naturaleza, y la concepción y noción del espacio pasó
a ser un elemento de acción combinada con las personas, que viven y construyen su
espacio.35

Esta perspectiva que considera estudiar al espacio donde se desenvuelven los grupos
humanos en su interrelación con el medio natural, implica considerarlo como una especie
de plataforma o esfera de acción de la humanidad en el tiempo; es, por consiguiente, una
construcción social. Como apunta Bourdieu, se puede considerar al espacio como el ámbito
físico o instancia material que contiene, soporta y posibilita la práctica humana, es decir, el
espacio social o vivido, la objetivación de lo social a partir de la posesión y posición sobre/
en el espacio que producen territorio.36

Por lo tanto, puede inferirse que la dinámica del espacio es función directa de la
organización del grupo humano y de su eficacia. De su extensión derivan capacidades
políticas, económicas, estratégicas y opciones de poder; de su forma depende, en medida
importante, la organización administrativa y el ejercicio de las competencias; sus recursos
aportan los medios de subsistencia y con materias primas para los procesos de desarrollo e
industrialización; y su configuración dicta los conceptos estratégicos, políticos y militares
para la defensa y seguridad de los habitantes.37
33
Liliana López Levy y Rebeca Ramírez Velázquez, Óp. Cit., p. 19.
34
Un concepto más amplio lo encontramos en la definición del Almirante Lorenzo del Peón, quién define al
espacio como … “el ámbito físico en que se desarrolla la vida fáctica del hombre y en el que se desenvuelven
las relaciones intersubjetivas en términos de la objetividad, los valores y sus relaciones. El espacio remite su
comprehensiòn e inteligencia a la percepción de objetos en una visión (o mejor precepción) panorámica de
la situación o ubicación relativa de ellos. Todas las manifestaciones del hombre tienen, en una forma u otra,
una condición témporo-espacial. Un “ahora” y un “aquí” en el devenir de la existencia, que concurren a la
Historia y a la Geografía”. Ver. Lorenzo Del Peón Álvarez Óp. Cit., p. 95.
35
Ibidem., p. 20.
36
Pierre Bourdieu, “El espacio para los puntos de vista” en Revista Proposiciones, núm. 29 (1999), pp. 12-14.
37
Paco Moncayo Gallegos, Geopolítica, espacio y poder, Ecuador, Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE,
p. 81.
Para las Ciencias Sociales el espacio suele ser el estrato material físico y biológico
donde se establecen las sociedades o los grupos humanos, quienes lo usan, habitan y
representan. La Geografía también sostuvo su afirmación disciplinaria desde esta misma
perspectiva y forma de concebir al espacio, al asumir el estudio de las relaciones del
hombre con su medio material natural. 38

Bajo este enfoque, la Geografía se define como el producto de la elaboración del


espacio (espacio intelectualizado) por la ciencia y la técnica con centro en el hombre, que
es sujeto de política y también de Historia. Por ello el campo diciplinar de la Geografía no
es el espacio material en sí, sino el de las relaciones que los grupos humanos particulares
establecen con él en la misma escala de sus prácticas, concretamente a lo que se ha dado
por llamar, el espacio organizado por la sociedad o espacio geográfico.39

Como apunta Efraín León, para las Ciencias Sociales, el espacio geográfico está
constituido por los recursos naturales, ecosistemas, hidrografía, etc., elementos que en su
unidad se encuentran en alguna mediada bajo la influencia de la capacidad e interés de la
sociedad o comunidades humanas.40 Esta observación podría apuntar al supuesto de que el
espacio no tiene definición propia si no es en función del grupo social que lo habita, que lo
estudia y que busca, de él, su explicación en térmicos de su acción sobre el hombre y su
recíproca.

Desde el punto de vista geopolítico, el espacio como entidad mensurable no tiene


por sí, suficiente significación geográfica. Es la integración del espacio a la corriente
política y al pensamiento político racional o estratégico que conducirá a su significado
geográfico y, además, geopolítico. En consecuencia, entender el espacio como condición
geopolítica es tomar conciencia de sus posibilidades (toda posibilidad apunta al futuro)
dinámicas en función del intelecto humano y vida del hombre.41

38
Efraín León Hernández, Geografía crítica, espacio, teoría social y geopolítica, México, Ed. Itaka, 2016, p. 73.
39
Milton Santos, La naturaleza del espacio, Barcelona, Ed. Ariel, 2000, p.71.
40
Ídem.
41
Del Peón, Óp. Cit., p. 25.
En Geopolítica, el término espacio no significa propiamente el continente o parte de
ese continente que ocupa cada objeto en su sitio o lugar, ni tampoco exclusivamente el
factor geográfico (superficie o extensión), desvinculado de toda otra consideración
geográfica, política, económica o social, que pueda dar mayor o menor valor a esa
superficie. Por el contrario, si se le relaciona al concepto de lugar en que vive una
comunidad política con otros factores que lo hacen más o menos valioso, previniendo de
considerar aislado al espacio físico geográficamente visto, se obtiene el ambiente
geopolítico en que actúa esa comunidad, es decir, el espacio geopolítico, el cual se entiende
como la suma del espacio geográfico y el aspecto político; 42 es una concepción
verdaderamente política del espacio: variable, modificable e inestable, como es siempre la
situación política de los Estados.43

Bajo este axioma, el espacio representa un elemento indisoluble para el desarrollo


de las sociedades, ya que es allí donde se registra físicamente la convergencia de
fenómenos naturales y sociales que en permanente interacción dinámica moldean el entorno
en que vive una comunidad política que lo hace más o menos valioso.

Este análisis permite afirmar que el espacio no sólo representa una porción
específica de la superficie de la tierra localizada, sino además conlleva un componente
social y político pleno, en el sentido que, en dicho espacio, el hombre emplaza sus ciudades
e implanta su cultura y civilización a través de procesos ligados a la organización social y al
alcance de las técnicas del grupo que lo ocupa.44
Ratzel desarrolló criterios específicos sobre la relación del hombre y sus entidades
políticas con el espacio. Establece que en la historia de la humanidad solo existen dos
elementos que son constantes: el hombre y el suelo, y de la formación de ambas se dará
42
El espacio geográfico está compuesto por el espacio físico (geología, geomorfología, hidrología,
climatología, extensión, conformación, posición, configuración), y el espacio biográfico (plantas y animales).
Mientras el espacio político es el resultado de la integración del espacio antropo-geográfico, con el espacio
cultural, el espacio económico y la organización política.
43
Paco Moncayo Gallegos, Óp. Cit., p. 83.
44
Para el politólogo sueco Rudolf Kjellén, quien en 1916 acuñó el concepto Geopolítica en su obra Staten
vom Lifsform (El Estado como forma de vida), el Estado se desarrolla a partir del control y aprovechamiento
del espacio, por lo que el Estado constituye su fuente de poder a través de la influencia de los factores
geográficos, en donde la política, como variable dependiente, se define en función de las características
físicas de un territorio, las fuerzas sociales y culturales y los recursos económicos. Ver. Rubén Cuéllar
Laureano. “Geopolítica. Origen del concepto y su evolución”, en Revista de Relaciones Internacionales,
Centro de Relaciones Internacionales UNAM, No. 113, mayo-agosto 2019, p. 63.
forma a todas las relaciones sociales. Al respecto menciona: “Cada parte de la tierra otorga
a los países y pueblos determinadas características y de igual manera cada parte de esa
parte según su ubicación”.45

En su análisis geográfico del Estado, el cual concibe como “porción de humanidad y


un trozo de territorio organizado”, Ratzel afirma que es básico considerar en èste, al espacio
(raum) y a la posición (lage); el espacio está determinado por las características geográficas
de su territorio como valor potencial, y la posición, por su ubicación sobre la tierra como
valor de relación, además de que implica pertenencia o vinculación, debido a que la
posición es el papel que juega determinado lugar en el mundo, o la función que en él
desempeña. Aunado a lo anterior, la posición influye en el clima y las precipitaciones;
consecuentemente, en la vida humana, la vegetación y fauna.46

Pero Ratzel sostiene que la población de un Estado puede modificar al espacio en su


beneficio según sea su sentido del espacio (raumsinn), que es, como ya se mencionó, el
valor y el dominio político sobre el espacio y sus recursos por parte de la sociedad, es decir,
la intervención o ejercicio político sobre el espacio material-natural que moldeará como una
fuerza mecánica el comportamiento y prácticas del Estado.47

En este sentido, Ratzel encuentra en el sentido del espacio el factor que garantiza la
perennidad y la independencia del Estado. Afirma que mientras más consciente es la
sociedad sobre la importancia geográfica de su territorio, más fuertes se hacen los lazos
psicológicos con èste y mayor es su arraigamiento en lo que considera su tierra; por el
contrario, enfatiza que una concepción espacial declinante da como resultado la decadencia
del Estado. Como lo hace notar: “Los hombres de Estado genuinos nunca carecieron de este
sentido geográfico, es característico incluso de naciones poderosas”.48

45
José Saracho López. “Geopolítica: Origen y Desarrollo en la Europa continental” en Centro de Estudios
Superiores Navales (Cesnav) (coord.), Fundamentos de Geopolítica. Visión y análisis, México, Secretaria de
Marina, 2012, p. 77.
46
Ídem.
47
Abraham Paulsen Bilbao, “Los aportes de Friedrich Ratzel y Halford Mackinder en la construcción de la
geografía política en tiempos de continuidades y cambios”, en Revista de Geografía Espacios, Vol. 5, No 9,
2015, pp. 67-69.
48
Friedriech, Ratzel, “Ubicación y espacio”, en A. Rottenbach (ed.), Antología Geopolítica, Buenos Aires,
Pleamar, 1975, p. 15.
Estos tres conceptos de Ratzel en el marco geográfico en cierta medida invitan a
poner a la geografía al servicio de la política. De forma que la Geopolítica es consecuencia
de la reacción política del espacio; supone al espacio como sujeto privilegiado de política;
significa el enfoque político intencionado y finalista (estudio) de la reacción del espacio
como determinante de su desarrollo evolutivo y praxis, praxis que es modificada por la
acción recíproca del espacio. En otras palabras, a la Geopolítica debe entendérsele en
términos de posibilidades espaciales y/o políticas del espacio. De posibilidades yacentes en
un panorama de Geografía y Política.49

En síntesis, el espacio es el sustrato fundamental de esta diciplina instrumental


llamada Geopolítica, la cual se ocupa de la influencia de los factores geográficos, en su más
amplia concepción, en la generación de efectos políticos; empero, es el pensamiento
político, base y estructura primario en la conducción racional del Estado, la que da
dinamismo e instrumentalidad al espacio y a los factores geográficos como elementos
fundamentales de poder.

La política,50 como arte y ciencia de gobierno, en tanto se conduce bajo principios


estratégicos, es racional y señala los resultados y consecuencias posibles y probables del
Proyecto General de Gobierno, mismo que expresa y hace visible la Política General del
Estado,51 dada en un determinado ambiente o factor geográfico.
49
Gilbert Vargas Ulate. "Espacio y territorio en el análisis geográfico". En Revista Reflexiones, vol. 91, no. 1,
2012, Costa Rica, p. 314.
50
La Política es arte y ciencia. Es arte por cuanto tiene de actividad práctica derivada de proposiciones
intelectuales, y es ciencia por cuanto supone un conjunto de conocimientos sujetos a fundamentación
metódica y sistemática ordenada en cuanto a objetos de política. Ver. Carl Schmitt, El concepto de lo político,
Madrid, Ed. Alianza, 1991, p. 148
51
La Política General del Estado es el conjunto de condiciones (determinaciones) necesarias impuestas al
Proyecto General de Gobierno a fin de dar sentido a los actos de gobierno, o también podría entenderse
como el conjunto de conceptos generales y necesarios que dan sentido (fundamentan) a la actividad
gubernamental explicitadas en actos de poder. La Política General del Estado se compone de premisas
políticas (económicas, sociales, militares, etc.) que arrojan una conclusión válida y de conveniencia al Estado.
Estas políticas en que aparece (aparentemente) dividida la Política General del Estado no tienen valor
aisladas, su valor lo es sólo en cuanto a su participación en ésta. Por su parte, el Proyecto General de
Gobierno es la objetivación de las posibilidades límite de la Política General del Estado. Ésta se muestra en
un sistema de planes, como el eslabón que une a esta política con aquellas. El acto de gobierno es el
extremo último en la dinámica política. Ver. Lorenzo del Peón Álvarez. Política Marítima y México, 2ª
edición, México, Ed. Herrero, 1996, p. 5.
La Política General de Estado, que es la orientación mediante la aplicación selectiva
de normas generales de procedimiento que se da a la actividad gubernamental, hace
partícipe de su contenido, dinamizándolo, a todo entorno potencialmente abierto a la
actividad política. Así, podría hablarse, por ejemplo, de un entorno marítimo que, al
participar del contenido de la Política General de Estado, muestran una política
participativa llamada Política Marítima.52

Cabe señalar que, para que una Política General de Estado sea exitosa, esta debe de
ser estructurada coherentemente con base en el conocimiento de la existencia de todos los
entornos o espacios geográficos y las posibilidades de éstos para ser desarrollados según su
propia naturaleza. La Política General de Estado, por añadiría, lo que hace es dar unidad
funcional a un todo, a un espacio o territorio nacional, para alcanzar un fin, que son los
intereses del Estados.53

Del Peón Álvarez llama a esta instrumentalidad inteligible u orientación política


sobre un medio o factor geográfico Geoestrategia, diciplina que establece las posibilidades
de la actividad estratégica en el dominio de la Geografía, es decir, establece esas
posibilidades para esa regulación de su comportamiento en término de los factores
geográficos.54

Pero la política, que se define en el hecho político producto del hacer político que es
actividad pragmática, sólo es posible respecto a un marco lógico de referencia ya
preexistente, y este marco viene dado de un proceso intelectual forjador de un sistema de
ideas que, basado en experiencias, permiten determinar y orientar los efectos de las
decisiones y acciones de hoy sobre los resultados del futuro, permitiendo avanzar hacia los
objetivos nacionales, de una manera aceptable, esto es, bajo los preceptos del pensamiento
estratégico.55

52
Ibidem., p. 83.
53
Ibidem., p. 84.
54
Lorenzo Del Peón Álvarez, Geopolítica ..., p. 261.
55
Lorenzo del Peón Álvarez. Política Marítima …, p. 5.
Así, el objeto de la estrategia, que apunta a un fin pragmático y se difumina hasta la
ejecución táctica, está subordinada al contenido del objeto de la política. Esta integración
de pensamiento, ideas, valores, filosofía y cultura a nivel nacional, junto con la visión de
los tomadores de decisiones, que teniendo como referencia los intereses nacionales,
conforman lo que el almirante de la Armada de México Mario Santos Caamal denomina
Proyecto de Nación, que sirve de marco de acción al Poder Nacional.56

Por esta razón, la política de Estado no puede más que apoyarse en conocimientos
sólidos, generales y específicos del que pretende hacer estrategia, y este profesional de la
política, por su parte, debe de sustentar su ejercicio en una disciplina y ejercicio intelectual,
contar con una cultura amplia en lo teórico y técnico; por consiguiente, es evidente que el
éxito de una política de Estado radica en su grado de factibilidad, factibilidad que supone
en él un suficiente grado de racionalidad.

Los espacios marítimos, que suponen sobre todo el Mar Territorial, la Zona
Económica Exclusiva (ZEE) y la Alta Mar, que se consolida con la Convención de 1982 de
las Naciones Unidas, constituyen hoy una importante fuente de atracción y poder para las
naciones, por todo lo que ello representa, desde las riquezas que yacen sobre el mar
(vegetales, minerales, pesqueros, energéticos e hidrocarburos), hasta su gran extensión, la
cual la convierte en el principal medio de comunicación que permite desplazarse en
cualquier sentido y es a la vez la mayor frontera entre los Estados.
Los Estados insulares o bioceánicos evidencian, en su carácter, la fortaleza de este
medio que los cobija, teniendo condiciones de seguridad y desarrollo especiales. Estas
ventajas de un país marítimo sólo se ven consolidadas cuando se valoriza y aprovechan sus
recursos, y esto se logra a través de un proyecto de acción orientado a los asuntos
marítimos integrales.

1.1.1.1 Geopolítica de los mares: Política Marítima y Espacio Marítimo

56
Mario Santos Caamal, Óp. Cit., p. 14.
El espacio implica una serie de relaciones de coexistencia explicadas desde diferentes
perspectivas, en donde se dan los vínculos, las relaciones e interacciones, que llevan a la
construcción, transformación, percepción y representación de la realidad
. El geógrafo estadounidense de origen chino Yi Fu Tuan parte de la Geografía
Humana y menciona

da un gran aporte al estudio del espacio desde la Geografía Humana

en el espacio el individuo y la sociedad

como agente que transforma, vive y modifica el espacio

en el espacio el individuo y la sociedad

que la fundamentación de la Geopolítica se encuentra en el Espacio, pues es sobre


este componente físico donde

sirve de
y Política.

No hay que olvidar que cada gran hombre de Estado ha sido un gran dominador del
espacio.
la importancia de desarrollar un sentido geohistórico en el estudio de la Política y
Cultura de un Estado; es decir, establece la necesidad de

57

57
Soraya Zuinaga de Mazzei, “El enfoque de la geopolítica en el contexto de las relaciones internacionales en
el nuevo milenio” en Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, vol. XXI, núm. 1, enero-junio, 2015, p. 15.
En este sentido, la Talasopolítica se convierte en esa diciplina especializada que
estudia los espacios marítimos como parte esencial del Estado y su relación con la toma de
decisiones políticas, es decir, con los asuntos vinculados al Poder, el cual parte de un plan
de carácter estratégico. En este sentido, la importancia que reviste el Mar como factor
geopolítico preponderante en el desarrollo del país

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