Está en la página 1de 1

El enigma del barquero

Laura Devetach
Ilustraciones de María Rojas.
Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000. Colección Pan Flauta.

De los seis cuentos que componen El enigma del barquero, los cuatro primeros forman
un bloque temático que, por sí solo, ya justifica el libro. Los dos restantes podrían
considerarse una “yapa” de la autora y de la editorial. Los lectores agradecidos.
Hablamos de un bloque temático porque los cuatro relatos cuentan historias de vida.
No a la manera de una cronista que elabora un documento periodístico o
antropológico, sino con la paciencia y la delicadeza de una tejedora que construye una
trama con sus hilos. Los hilos de Laura Devetach son las palabras y su arte el modo
en que las combina.
Cuatro historias que cuentan un momento en la vida de chicos que habitan en la
América profunda y que desde allí —su lugar en el mundo— hacen partícipe al lector
de sus sueños y sus desvelos.
El pequeño barquero del cuento que da título al libro, resolverá el enigma que le han
planteado cuando lo haga suyo venciendo miedos y angustias. La niña Margarita, en
“La trampa de las ovejas”, aprenderá que en la vida hay cosas irreversibles pero que
es posible enfrentarlas y seguir adelante. En “Chipas”, los habitantes del entorno
mágico que rodea a la muchachita vendedora, jugarán con ella y pondrán un toque de
alegría a su jornada de trabajo. “Negro” le dicen al pequeño protagonista de “El brujo”
de los tubitos”, y su simpática curiosidad le ayudará a entablar amistad con el nuevo
vecino, el “brujo que llegó de la ciudad.
Y pasando ahora a los cuentos de la “yapa” que mencionábamos al comienzo de este
comentario, “Leyenda de las margaritas” es una pequeña y poética pincelada que la
autora ha dejado de regalo al lector y “Cuento en la arena” es la versión libre de un
tema oriental que habla de un niño al que le encantaba escuchar las historias que
contaba un narrador en el mercado de su pueblo. Esa fascinación por la palabra lo
llevará —ya de adulto— a escribir y contar cuentos él también. Y así una vez, ante
circunstancias apremiantes en su vida, con la fuerza y la magia de las palabras,
llegará la salvación.
Las palabras no sólo están presentes en los cuentos de Laura Devetach, sino también
en los dibujos de María Rojas. La ilustradora —reciente finalista del Premio Apel·les
Mestres— combina palabras y frases con ilustraciones de notable sobriedad y belleza,
donde la línea blanca, calada sobre figuras negras, reinterpreta plásticamente distintos
pasajes de los cuentos.
Recomendado a partir de los 11 años.
Roberto Sotelo

También podría gustarte