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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

Participante:

Matricula:

Materia:
Español 1

Tema:
Unidad IV (Los signos de Puntación)

Facilitador(a):
Yngris Josefina Guzmán

Sesión:
01

26 de Nov. Santiago
República Dominicana

Estimados participantes,
A continuación  te presento las actividades de la unidad IV.
 

 Ejercicios para mostrar las competencias adquiridas.

1) Lee el siguiente texto luego determina su estructura.


Señala cual es su introducción, desarrollo y la conclusión.

Empezó el tal a leer su periódico con mucha atención.


Desgraciadamente para él, la prensa, amordazada por la previa
censura, no podía ya dar al público noticias alarmantes, ni
hablar de las partidas de Aragón, acaudilladas por Prim, ni hacer
presagios de próximos trastornos. Pero aquel periódico sabía
poner entre líneas todo el ardor revolucionario que abrasaba al
país, y Polo sabía leerlo y se encantaba con la idea de un
cataclismo que volviera las cosas del revés. Si él pudiese arrimar
el hombro a obra tan grande, ¡con qué gusto lo haría!
La noche la pasó mejor que otras veces, y al día siguiente, en vez
de permanecer clavado en el sillón, paseaba muy dispuesto por
la sala, como hombre que acaricia el sabroso proyecto de echarse
a la calle, en el sentido pacífico de la frase. Poco después del
medio día le visitó el mejor de sus amigos, D. Juan Manuel
Nones, presbítero, hombre bondadosísimo, ya muy viejo, del cual
es forzoso decir algunas palabras.

Introducción, desarrollo, conclusión:

Se trata de un texto narrativo que se adapta al subgénero de las


novelas, el texto es relatado por un narrador que todo lo sabe y
narra la historia en tercera persona.

Los personajes que intervienen en el texto son Polo y D. Juan


Manuel Nones.

La novela transcurre en el Madrid de la segunda mitad del siglo


XIX (1867).

2) Lee con atención el siguiente texto. En el mismo se han


eliminado muchos signos de puntuación, pero se ha
respetado los párrafos.  Determina las pausas y cambios de
entonación, y represéntalos por los signos de puntuación
que corresponden.  Luego reescribe con mayúscula las
palabras que lo requieran:

Muchas veces me he preguntado por qué hoy en día esta palabra


hay que buscarla, recalcarla, encontrarle un nuevo sentido.
Aunque ya sabemos que no tiene una nueva definición, ésta
como muchas otras cosas de nuestra naturaleza, está en peligro
de “extinción”.

¿Qué significa confianza en la práctica nuestra de cada día?


¿Qué es lo que no funciona en  nuestro diario vivir?
¿Cuál es la diferencia, si es que existe alguna, entre la época de
nuestros abuelos y la actualidad?

Según el diccionario de la Real Academia Española, confianza


(que viene de confiar) significa:

1. f. Esperanza firme que se tiene en una persona o cosa.


2. f. Seguridad que alguien tiene en sí mismo.
3. f. Pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o
más personas, particularmente si son tratantes o del comercio.

Pero, ¿Se siente hoy en día en nuestro entorno la sensación de


confianza mutua?

Tiene que ver ésta con la honradez, los valores éticos y morales?

Recuerdo que mi abuelito nos contaba que en sus tiempos la


palabra era la firma.  Nadie querría   que lo tildaran de
deshonesto por no haber cumplido con su palabra. La palabra 
era incluso más valiosa que una firma, ya que firmar un papel
significaba “desconfianza”, y entonces no cumplías por honradez
sino porque un papel que te acusa si no honras tu compromiso.

Así vivió mi abuelo.  Y  ¿nosotros cómo vivimos?  En cualquier


caso, firmando papeles de pago. Sin papeles firmados hoy en día
no hay tratos ni acuerdos comerciales.
No obstante, ¿qué sucede cuando se pasa al abuso de confianza
y el voto de confianza que depositamos en el otro no se honra? 
Surge entonces de manera natural la desconfianza. Y cuando
ésta anida en el corazón  es muy difícil que se marche, porque el
dolor que produce es grande. Si bien en la actualidad vivimos
rodeados de personas a quienes no haríamos depositarias de
nuestra confianza, también hay que reconocer que uno mismo
podría estar en ese grupo con  relación a otros.
¿Qué hacer? Es agobiante andar por ahí todo el tiempo mirando
de reojos a los demás por falta de confianza.  Podemos, por
tanto, asumir nuestra cuota de responsabilidad en el asunto, y
poner nuestro granito de arena, actuando con el otro como nos
gustaría que actuara con nosotros.  Esta sería la famosa “regla
de oro”. No. No es un invento mío.  Si algunos se comportaran de
acuerdo con ella, creo que se sentarían las bases nuevamente
para que  la “confianza deje de estar en peligro de extinción”.
¿Qué piensas?
 
3) Redacta un texto narrativo donde hagas uso de los
diferentes signos de puntuación.

Había una vez un hombre muy querido de su pueblo porque


contaba historias. Todas las mañanas salía del pueblo y,
cuando volvía por las noches, todos los trabajadores del
pueblo, tras haber bregado todo el día, se reunían a su
alrededor y le decían: 

Vamos, cuenta, ¿qué has visto hoy? 

He visto en el bosque a un fauno que tenía una flauta y que


obligaba a danzar a un corro de sílbanos. 

Sigue contando, ¿qué más has visto? decían los hombres. 

Al llegar a la orilla del mar he visto, al filo de las olas, a tres


sirenas que peinaban sus verdes cabellos con un peine de
oro.
Y los hombres lo apreciaban porque les contaba historias. 

Una mañana dejó su pueblo, como todas las mañanas... Mas


al llegar a la orilla del mar, he aquí que vio a tres sirenas, tres
sirenas que, al filo de las olas, peinaban sus cabellos verdes
con un peine de oro. Y, como continuara su paseo, en
llegando cerca del bosque, vio a un fauno que tañía su flauta
y a un corro de sílbanos... Aquella noche, cuando regresó a su
pueblo y como los otros días, le preguntaron: 

Vamos, cuenta: ¿qué has visto? 

Él respondió: 

No he visto nada.

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