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En la revista del (MMAC, 2015). Durante más de cuatro siglos la nieve y el hielo han
conservado las pruebas que demuestran que el impacto causado por el hombre en la
atmósfera era ya anterior al inicio de la Revolución Industrial, a mediados del siglo XIX. Se
trata de minúsculas partículas contaminantes procedentes de las minas de plata de
Bolivia, cuya explotación intensiva impulsaron los conquistadores españoles desde el
siglo XVI.
Un equipo de científicos de la Universidad de Ohio (EEUU) las encontraron en 2003 en el
glaciar Quelccaya, al sureste de Perú. Ahora, publican los resultados de su análisis en la
revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Las partículas halladas en el glaciar peruano también viajaron cientos de kilómetros
pues, según exponen los investigadores en su estudio, lo más probable es que fueran
generadas en la mina de Potosí, donde los conquistadores españoles obtenían la mayor
parte de la plata. Desde allí, habrían sido trasladadas por el viento hasta el glaciar de
Perú. Aunque la mayor parte de la polución generada en esa época tenía su origen en
Potosí, donde se encontraba la mina de plata más grande del mundo desde el siglo XVI al
s. Según recuerdan los científicos, en el siglo XVI, el imperio español obligó a las incas a
trabajar en las minas de plata de Potosí.
Aunque este avanzado pueblo ya sabía cómo llevar a cabo el refinado de la plata, los
españoles introdujeron una nueva tecnología para incrementar la producción. Estas
partículas fueron trasladadas por el viento hasta el glaciar Quelccaya, donde quedaron
sepultadas por la nieve durante siglos. Al extraer muestras del hielo de este glaciar, los
científicos encontraron una capa que contenía estas finas partículas, cuya datación
coincide con ese periodo histórico. Su análisis reveló que contenía trazas de polvo y lleva
la firma química de las minas de plata de Potosí, según sostienen.
El glaciar Quelccaya, no obstante, es uno de los pocos lugares de la Tierra en los que ha
sido posible estudiarlo.
PRIETO, M. (2012). Contaminación en los siglos XVIII y XIX. Mendoza Conicet. Recuperado de:
https://www.mendoza.conicet.gov.ar/portal/enciclopedia/terminos/ContamSiglos.htm
A esto habría que añadir el vapor de agua, que no se ha puesto porque varía mucho de
unas zonas (4%) a otras (1%).
b. Composición de la heterosfera.
Fíjese como a mayor altura el gas predominante es más ligero (menor masa atómica).
Los isótopos ambientales, cuya distribución en los compuestos naturales se rige por las
condiciones ambientales, son uno de los instrumentos más poderosos para investigar las
variaciones climáticas y la respuesta del medio ambiente a dichas variaciones. En el
presente artículo se expone brevemente cómo estos isótopos han propiciado el
surgimiento de nuevos puntos de vista sobre la climatología y la paleoclimatología.
Según (FIORANI, 2014). Durante los años 90 una técnica habitual para el diagnóstico y
monitoreo ambiental en aire y agua era el láser de colorante bombeado por un láser de
Excímero. Recientemente, el avance tecnológico y el desarrollo de algunos Osciladores
Paramétricos Ópticos con ancho de banda estrecha, han permitido sustituir el láser de
colorante por el sistema móvil de espectroscopia láser OPO. Este avance se debe a que
el sistema móvil láser OPO es ligero y compacto, y utiliza un medio sólido que ha
permitido el control computacional de la alineación óptica, y la estabilización del sistema
respecto a variaciones de humedad y temperatura.
Mide sin extracción de muestras, eliminando así el riesgo de alterar el aire que será
analizado.
Para la investigadora (SRUOGA, s. f.). Los gases disueltos en el magma son liberados
durante una erupción, siendo los más importantes el vapor de agua, dióxido de
carbono, monóxido de carbono, óxidos de azufre, hidrógeno, nitrógeno, flúor, cloro, boro y
arsénico. Los efectos nocivos de los gases volcánicos generalmente quedan restringidos
a un radio de 10 km. Tanto los gases disueltos como las partículas sólidas pueden afectar
en diverso grado la calidad del agua, comprometiendo el abastecimiento de agua potable
para los seres humanos y la disponibilidad de aguadas para los animales.
Posiblemente los ejemplos son la histórica erupción de Thera en Grecia,
aproximadamente. 1650 a.C., que es que se cree que destruyó la civilización minoica, o la
erupción de Krakatau de 1883.
3. La era industrial
El vínculo estrecho entre la naturaleza y la actividad fabril, y es el que está constituido por
la utilización de los recursos naturales. El impacto sobre el medio que provoca la
extracción de los recursos naturales generalmente no es perceptible por el hombre común
y, a veces, no lo es ni siquiera para aquel que lleva a cabo la explotación de la
naturaleza. Autores como D’Arge señalan que uno de los recursos naturales clave es la
capacidad de absorción del medio ambiente, es decir, la capacidad de la naturaleza para
absorber y neutralizar flujos de desechos incluyendo entre estos últimos la
contaminación. Si se acepta esta situación debería producirse un movimiento importante y
un proceso de relocalización hacia países con normas ambientales menos restrictivas.
Las normas sólo constituyen un complemento para fiscalizar y controlar, pero por sí solas
son insuficientes para incorporar el factor ambiental en el proceso de planificación. La
implantación de normas ambientales en los países en desarrollo se está llevando a cabo
por simple reproducción de normas ambientales imperantes en los países
industrializados, es decir, normas adoptadas en función de las características naturales de
esos países que son diferentes de las de la periferia. El deterioro de la naturaleza está
determinado por esta mutua interacción y, por lo tanto, las normas deben ser establecidas
en función de las características de cada medio ambiente.
Para (Raffino, 2020). En su brevísima historia sobre el planeta, el ser humano ha alterado
el balance de los ecosistemas de manera mucho más rápida y radical, debido a la puesta
en marcha de las industrias, especialmente luego de la Revolución Industrial del siglo
XVIII.