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Curso: Finanzas Internacionales

Prof. Mg. Alberto Saavedra Q.

La Gran Depresión
Tomado de Macroeconomía de Sach - Larrain

La Gran Depresión de la década de 1930 ha sido la debacle económica más catastrófica de la


era moderna en los países desarrollados. Entre 1929 y 1932, la producción industrial se desplomó
en todo el mundo, cayendo casi a la mitad en los Estados Unidos, en alrededor de un 40% en
Alemania, en cerca del 30% en Francia y en "apenas" un 10% en el Reino Unido, donde la caída
había comenzado en los años veinte.

Los países industrializados también experimentaron una deflación sin precedentes, con bajas
de precios de cerca del 25% en el Reino Unido, algo más del 30% en Alemania y los Estados
Unidos, y más del 40% en Francia. Sin embargo, el mayor costo humano fue el desempleo, que
llego a niveles inusitados, verdaderamente trágicos. En Estados Unidos, en 1933, una cuarta
parte de toda la fuerza laboral del país estaba sin empleo. Alemania también sufrió un aumento
catastrófico del desempleo durante los años treinta.

La Gran Depresión fue un fenómeno mundial, que se diseminó desde los países desarrollados
hacia los países en desarrollo. A través de América Latina, África y Asia, las economías se
derrumbaban debido a que los precios de las materias primas cayeron en los mercados
mundiales tras la violenta caída de la demanda de los países industrializados. La inestabilidad
política siguió al colapso económico. Surgieron dictaduras en varios países de Europa, en el
Japón y en el mundo en desarrollo, cuando las democracias fueron incapaces de manejar el caos
de la economía. El ascenso de Hitler al poder puede vincularse directamente a la profunda crisis
económica de Alemania.

Los principales países industrializados respondieron a la crisis imponiendo barreras al comercio


con otros países, con el objeto de aumentar la demanda por los bienes de producción interna y así
absorber a los desempleados. Sin embargo, la política estuvo muy mal guiada, puesto que tuvo el
efecto indirecto de aumentar el desempleo en el exterior. Cuando virtualmente todas las
economías grandes siguieron este desastroso curso, el comercio internacional se desmoronó, se
rompieron los eficientes lazos económicos entre los países y al final se exacerbó el desempleo en
todos lados.

¿Cuáles fueron las causas de esta drástica y generalizada debacle económica? No han faltado las
hipótesis de economistas, historiadores y de otros científicos sociales. En realidad, la Gran
Depresión, más que ningún otro hecho, estimuló el desarrollo del campo de la macroeconomía.
Keynes fue el primero en entregar una explicación lúcida para el fenómeno: consideró que la
desconfianza de los inversionistas había sido el factor principal que desencadenó la depresión. En
su Teoría general, Keynes planteó un esquema macroeconómico completo con el objetivo de
representar el prolongado desempleo del período. Además, propuso acciones de política fiscal y
monetaria que podrían hacer algo para contrarrestar la crisis.
Una generación más tarde, Milton Friedman, el premio Novel, y su coautora Anna Schwartz,
centraron su explicación de la Gran Depresión en la política monetaria contractiva aplicada por
los Estados Unidos durante el período que va de 1929 a 1933.9 En su texto, que ya es un clásico,
Friedman y Schwartz subrayan que la política monetaria fue totalmente incapaz de contrarrestar
la ola de quiebras bancarias que ocurrieron en los Estados Unidos en los primeros años de 1930
y, por lo tanto, no pudo evitar que una baja normal del ciclo económico se transformara en la
calamitosa depresión que ya es historia. La explicación de Friedman y Schwartz ha sido
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rebatida enérgicamente. Charles Kindleberger, del MIT un aclamado historiador económico,


ha argumentado a favor de una interpretación más internacional.10 En su opinión, las naciones
principales no contrarrestaron la baja de la economía que empezó a fines de los años veinte
porque faltó un líder económico de alcance mundial y la recesión se transformó en depresión. Ni
Estados Unidos ni el Reino Unido ejercieron el liderazgo que pudo haber puesto el freno a la es-
piral descendente en que se arrastraba la economía mundial, por ejemplo, deteniendo la escalada
de aranceles que paralizó el comercio internacional u otorgando créditos para ayudar a financiar
la recuperación económica. Estados Unidos no sólo no actuó como líder para evitar el quiebre
del comercio mundial, sino que al adoptar las medidas proteccionistas de la Smoot-Hawley en
1930, fue de hecho uno de los peores causantes de depresión.

En opinión de Kindleberger, esta falta de liderazgo fue un accidente rico: el Reino Unido estaba
perdiendo su calidad de líder mundial y Estados Unidos todavía no había asumido las
responsabilidades del liderazgo. Tampoco existían las instituciones internacionales como el Fondo
Monetario Internacional o el Banco Mundial, que podrían haber ayudado a aliviar la otorgando
préstamos a los países más afectados. Otra explicación es la propuesta por Peter Temin, del MIT,
quien afirma que la Gran Depresión fue el resultado retardado de la Primera Guerra Mundial y los
conflictos que le siguieron.11 En otras palabras, los conflictos de la guerra se transformaron en
conflictos en tiempos de paz. Vencedores y vencidos peleaban amargamente por las
reparaciones de la guerra, por los préstamos internacionales y por otros temas financieros. Una
frágil red de deudas y reparaciones de guerra debilitó enormemente las finanzas de las naciones
europeas. Más aún, estos conflictos eran difíciles de resolver porque eran, en parte, el reflejo de
animosidades y temores más profundos entre los países europeos en conflicto.

Si, como lo plantea Temin, la guerra y las consiguientes disputas económicas y políticas en Europa
fueron los shocks fundamentales que llevaron a la Gran Depresión, ¿a través de qué mecanismos
se propagó la depresión de un país a otro, primero entre las naciones industrializadas y luego al
resto del mundo? Temin es categórico al afirmar que el acuerdo monetario internacional de la época,
el patrón oro, fue el principal responsable de que el colapso económico se propagara
internacionalmente. Como veremos, el patrón oro impide a los países adoptar políticas
monetarias independientes, en especial políticas expansivas que podrían haber ayudado a revertir
la Depresión. Como lo han demostrado Barry Eichengreen y Jeffrey Sachs, los países que primero
abandonaron el patrón oro fueron los primeros en salir de las profundidades de la depresión.12

Al igual que con muchos temas económicos, no hay una visión universalmente aceptada sobre cuáles
fueron las causas y los mecanismos de propagación de la Gran Depresión. Por el contrario, existen
varias explicaciones diferentes, cada una de las cuales se centra en un aspecto distinto de la crisis, y
cada una transmite una parte de lo que es indiscutiblemente un fenómeno macroeconómico
sumamente complejo.

oOo

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