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9.3. Otras Nupcias, Divorcios y Matrimonios Mixtos PDF
9.3. Otras Nupcias, Divorcios y Matrimonios Mixtos PDF
Prologo
La Iglesia Ortodoxa permite divorciarse y casarse otra vez, partiendo de
la base del texto de San Mateo 19: 9, donde dice Nuestro Señor: “Y yo os digo
que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se
casa con otra, adultera”. Puesto que Cristo, según la regla citada por San
Mateo, admite excepciones al mandamiento general sobre la indisolubilidad del
matrimonio, la Iglesia asimismo admite excepciones. Cierto es que en la
Ortodoxia los enlaces matrimoniales se consideran indisolubles y vitalicios; el
colapso del matrimonio es tragedia debido a la debilidad y el pecado humano. Si
bien condena el pecado, la Iglesia sigue deseando ayudar a las personas que
sufren, concediéndoles otras oportunidades. Por ello, cuando el matrimonio deja
de ser realidad, la Iglesia no insiste en conservar lo que no es más que ficción
legal. El divorcio se ve como concesión excepcional pero a la vez inevitable a la
naturaleza decaída de la humanidad, consecuencia del mundo caído en el que
vivimos. Y aunque busque asistir a los hombres y las mujeres a que se
restablezcan después de caer, la Iglesia Ortodoxa sabe que la segunda alianza no
será del mismo carácter que la primera; por eso se omiten del oficio para el
segundo matrimonio algunas de las ceremonias alegres que formaron parte del
primero, y se sustituyen oraciones penitentes.
Los Cánones ortodoxos permiten el segundo matrimonio y hasta el
tercero, pero el cuarto ya queda absolutamente prohibido. En teoría, según
los Cánones, el divorcio es permitido solamente en casos de adulterio, más en la
práctica es concedido también por otras razones.
Desde el punto de vista de la teología ortodoxa, un divorcio concedido
por las autoridades civiles no es suficiente. Solamente es posible casarse de
nuevo en una iglesia si el divorcio fue concedido por las autoridades
eclesiásticas.
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a. Otras nupcias
Según la enseñanza Ortodoxa, solamente un único matrimonio puede
tener el significado perfecto y la transcendencia que Cristo ha otorgado a esta
realidad. Así, la tradición cristiana ortodoxa aconseja a los viudos y viudas a
permanecer fieles a sus esposos que han fallecido a este mundo pero viven en
Cristo. Sobre esta base, la Iglesia Ortodoxa no considera un bien deseable la
ruptura de matrimonios en separación y divorcios, aunque como Madre que es
lo acepta en condescendencia a la debilidad humana. Por ello es que la Iglesia
concede segundas nupcias para aquellos que no han podido cumplir las
condiciones ideales del matrimonio como fueron enseñadas por Cristo, después
de un tiempo de penitencia, una sincera confesión de pecados y una expresa
voluntad de llevar una vida juntos y conforme a la voluntad de Cristo y
cumpliendo todas las demás condiciones para la participación en la vida de la
Iglesia.
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Véanse Los Cánones de san Basilio, 4; Los Cánones de san Nicéforo, 2.
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marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera,
con tal que sea en el Señor.” (1Co 7:39) Si el otro cónyuge es joven y no tiene
el don de continencia, “quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen
hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de
maledicencia.” (1Tm 5:14). Las segundas nupcias después de enviudar es una
solución pastoral.
5. Cuando ambos cónyuges reciben el Matrimonio por segunda vez, el
rito difiere del oficio del primero en cuanto a la solemnidad. La entrada
ceremonial es omitida y algunas oraciones son reemplazadas por otras que
enfatizan la debilidad de la carne, manifestada en el segundo matrimonio, y le
imprimen el sello de penitencia.
b. El divorcio
La Iglesia insiste sobre el carácter único del matrimonio cristiano, según
la imagen de la relación entre Jesús y la Iglesia, y hemos hecho ver cómo el
segundo matrimonio es una necesidad del "hombre viejo" y no del Reino de los
cielos. Sin embargo, el mensaje cristiano en este punto no es una ley para
imponer, sino un ideal atractivo a proponer. La Iglesia no pone leyes como tiene
que hacer el Estado, sino sólo inspira y santifica, porque su intención es cambiar
los corazones. Para sus hijos la Iglesia tiene que ser una madre misericordiosa y
no un poder jurídico impersonal. Es responsabilidad de los "padres espirituales"
y de los obispos ejercitar esta adaptación misericordiosa según el principio de
"economía" fundamental en el uso canónico del Oriente cristiano.
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c. Matrimonios mixtos
Obviamente, el sacramento del matrimonio cristiano es sólo para los
miembros de la Iglesia; es decir, para los fieles bautizados que participan de la
Santa Comunión en la Iglesia. Hasta el día de hoy, esto se ha conservado como
la enseñanza y práctica de nuestra Iglesia. Sin embargo, debido a la tragedia de
la desunión entre los cristianos, un cristiano ortodoxo puede casarse con un
cristiano no - ortodoxo, en la condición que ambos trabajen y oren en forma
seria y sincera, para alcanzar su plena unidad en Cristo, sin ninguna clase de
presión de uno sobre el otro. Un Cristiano Ortodoxo que se casa con un
cristiano no - ortodoxo debe participar en las oraciones y bendiciones de la
Iglesia para que pueda permanecer como miembro de la Iglesia Ortodoxa y
participar de la Santa Eucaristía.