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La Doctrina Kirkpatrick

Fue una doctrina política expuesta por la embajadora de EE.UU,


Jeane Kirkpatrcik ante las naciones Unidas en los años 80’, para justificar
en el contexto de la guerra fría, el sostén de EE.UU. a dictaduras del tercer
mundo que eran anticomunistas.

Kirkpatrick; aseguraba que los Estados posoviéticos eran regímenes


autoritarios y por lo tanto tienen una mayor propensión a influir en los
estados vecinos.

El principio de Kirkpatrick de que los regímenes totalitarios son más


estables que los regímenes autoritarios, ha sido duramente criticado desde
la caída de la URSS en 1991; especialmente porque Kirkpatrick pretendía
que el sistema soviético cayó solo por la constante oposición occidental
dirigida por EE.UU. contra el comunismo durante la Guerra Fría.

Según Kirkpatrick los regímenes autoritarios solamente tratan de


controlar o castigar la conducta de sus ciudadanos, mientras que los
regímenes totalitarios van más allá de eso, procurando controlar o castigar
la conducta de sus ciudadanos utilizando la propaganda, el lavado
cerebral, reducción, el espionaje a particulares y la represión política
masiva basada en la ideología del Estado. La Unión Soviética
especialmente durante el mandato de Stalin y la Alemania Nazi son
ejemplo de regímenes totalitarios.

La doctrina fue muy influyente durante la presidencia de Ronald


Reager.

Democracia en América Latina: Ignacio Walker

El verdadero dilema en América Latina con esta nueva era


democratizadora y en el contexto más amplio de la Globalización es, que
se da entre inclusión y exclusión social. En los años 60’ y comienzo de los
70’, el dilema por resolver en América Latina era aquel entre “reforma o
revolución” y en los años 80’ y 90’ era aquel entre “dictadura o
democracia”, el verdadero dilema que enfrenta América Latina en nuestros
días es aquel entre “democracia o populismo” y que este último –
neopopulismo-, a diferencia del viejo populismo de los años 30 y 40,
aparece como uno de los principales obstáculos tanto en términos de
democratización como de modernización.

PRIMER DILEMA: REFORMA O REVOLUCIÓN

Se dio en la década de 1960 y comienzo de 1970. El tema Central


fue el de las (reformas estructurales de nuestras economías y la vieja
cuestión de la propiedad sobre los medios de producción), todo aquello
desencadenado a partir de la revolución cubana, en plena guerra fría.

Este dilema fue trágico porque:

1- Dividido en formas irreconocibles a las fuerzas progresistas que


postulaban el cambio social.

2- Su desenlace, en buena parte de la región pero con implicaciones para


todos fue una ola trágica de nuevos regímenes autoritarios. Esto dio lugar
s uno de los periodos más ricos de la literatura en el Campo de las
Ciencias Sociales, desde la teoría de la dependencia, los quiebres de los
regímenes autoritarios surgidos en este proceso traumático y los procesos
de transición y consolidación política.

La gran víctima de este dilema fue la democracia como régimen


político de gobierno, tratada desde algunos sectores como “formal o
burguesa”, y por otros como un obstáculo para su proyecto de refundación
capitalista.

SEGUNDO DILEMA: DEMOCRACIA O DICTADURA:

Característico de los años 70’ y 80’, en este caso el tema central fue
el de régimen político de Gobierno (democracia o autoritarismo). El dilema
deviene de los sistemas democráticos. La democracia se ha convertido en
el sistema político dominante en América Latina, casi todos los países son
democracias electorales en funcionamiento, con excepción de Cuba y
Haití (hay quienes califican a esta última como un caso de estado fallido)
La democracia ha llegado a ser un hábito y con ella la sana alternancia
normal, en el poder. El verdadero dilema que enfrenta América Latina, con
esta ola democratizadora y en el contexto más amplio de la Globalización,
es el que se da entre inclusión y exclusión social.

TERCER DILEMA: POPULISMO Y NEOPOPULISMO

Este dilema estuvo asociado a las políticas económicas adoptadas


en los primeros procesos de democratización, principalmente en torno a
los gobiernos de Raúl Alfonsín, Alan García, José Sarney en Argentina,
Perú y Brasil.

El ciclo populista en primer año de expansión fiscal, para generar un


mayor poder adquisitivo en la población, aprovechando la capacidad de la
economía. Un segundo año en que hay que pagar la cuenta tanto en
términos de la inflación como déficit fiscal. Un tercer año con crisis
económicas transformadas en crisis social, con fuertes movilizaciones en
las calles. En un cuarto año, la crisis económica y social se convierte en
crisis política, como por ejemplo Alfonsín y De la Rúa que no culminaron
su mandato.

El neopopulismo de nuestros días es más estructurado que este


ciclo populista, es un populismo con cierta responsabilidad fiscal, alejado
de los procesos de hiperinflación y déficit fiscales crónicos. Tanto en el
viejo populismo como en el nuevo, surgen a partir de ciertas condiciones
sociales estructurantes.

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