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40 VERSOS

DE AMOR
Y
CUATRO CUENTOS
DE PASIÓN

Por
Jose C. López
Dedicado a los recuerdos
del bello día lunes, 26 de
noviembre del año 2001
AMORES IMPOSIBLES

No existe un imposible amor,


que no pueda conquistarse
con un beso y con una flor,
con una mirada y con una caricia
dulce como canción de cuna;
incluso hasta el sol y la luna
pueden encontrarse por la magia
de un eclipse para enamorarse.
Por eso sé, que hay una plaza, en algún lugar
en el mundo de los sueños;
donde vos y yo somos dueños
de todo el tiempo, para soñar
y volvernos a enamorar.

Yacuiba, noviembre de 2016


PALABRAS DEL AUTOR

Quiero contarte, que con “40 Versos de Amor y Cuatro


Cuentos de Pasión”, cierro el ciclo de mi escritura en versos
porque “la poesía è finita”, sin embargo, tengo la certeza que
tantos versos tristes escritos durante todos estos años con la
devoción de convertir al papel en una especie de
confesionario para mi corazón, seguirán dando vueltas por
ahí hasta llegar a su destino. El próximo 26 de noviembre se
cumplirán los 18 años que intento escribir para cumplir con
ese sueño de convertirme algún día en un escritor y estos
versos fueron escritos con la luna y el cielo como testigos, en
un lugar muy lejano de Yacuiba hasta donde mis pies me
llevaron como vagabundo payaso feliz de recorrer ese
camino, acompañado por una estrella inalcanzable guiando
esa búsqueda de la felicidad; alguien dijo una vez, que las
palabras se las lleva el viento, pero a veces no es así porque
las palabras siempre tendrán esa magia que nace desde el
alma.
I

Para dónde se fueron


tantos versos,
cual hechizo de oscuridad
los escondió en una botella
burlándose de la eternidad
de los sentimientos
que mi alma sentía por ella
no pudieron rescatarte
mis promesas de amor
para volver a encontrarte
fue una despedida sin pañuelos,
en cartas de amor
quedaron nuestros sueños
buscando con palabras despertar
y volverte a enamorar.

1
II

Quiero provocarte,
regalándote
poemas de amor
hasta dibujarte
cada día una sonrisa
voy a escribirte
por eso un verso
para recibir de tu boca
la caricia sin prisa,
de un apasionado beso.
Quiero provocarte
hasta que me odies
por hacerte creer en el amor
nuevamente y por estar a tus pies
embrujado por tu linda boca
rendido por tu mirada
tierna y enamorada.

2
III

La noche y el día,
con cada verso
sólo se resume
a robarte un beso,
embriago
por el perfume
de tus cabellos,
estoy enamorado
de tus ojos bellos;
tu eres mi alegría
y con cada poesía
quiero enamorarte.

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IV
Tu eres la razón,
para escribir
el verso peregrino
que busca el destino
de tus lindos ojos
para hacerte sonreír.
Y al encontrarte
mi corazón,
en este nublado día
se ilumina de alegría,
por culpa de la pasión
de tus labios rojos.
V
Tú mirada me detiene
la respiración,
soy víctima del embrujo
de tu boca que mantiene
durante la noche, sin prisa
a mi corazón
cautivo de tu amor
y besando el dibujo
de tu hermosa sonrisa.

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VI
Voy penetrando
con un verso
tus pensamientos
y vamos desnudando
con cada beso
nuestros sentimientos.
Fui derrotado amor
por la tentación de tu boca,
por tus ojos y su mirada,
por el apasionado calor
que me provoca
tu caricia enamorada
que mi corazón toca.
VII
Sin indirecta
aunque me demandes
eres traviesa
y perfecta,
me encantan tus berrinches,
también
tus sueños grandes
y tus fantasías
en las noches.

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VIII
Mis dedos van recorriendo
tu cuerpo, provocándote
el calor de la tentación,
tiernamente satisfaciendo
tus caprichos de amor;
sí me besas tímidamente,
muerdo tus labios con pasión
para sentir tus caricias
emborrachándome de amor.
IX
Mi mejor feliz alegría,
es contigo dormir
a tu lado acurrucado
y con cada nuevo día
con una sonrisa casual
robarte un suspiro
pero sí algo te sale mal
intentar hacerte reír
y quedarme a tu lado,
pues por amarte respiro.

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X
A tu lado amor,
enredándome entre tus piernas,
calentándote con el calor
de mis caricias tiernas
y al sentir tus labios besando
con pasión mis dedos,
fui viajando en tu piel, encontrando
felicidad en tus románticos enredos.
XI
Tus manos y tus besos,
con la embriaguez del amor,
unieron los retazos
de mi triste corazón,
ahora descanso en tus brazos
y solo tú eres mi tentación.
XII
Te cuento, que siento
mariposas al estar a tu lado,
caminando en las nubes por amor
quiero abrazarte y sentir tu calor,
eres la razón de mi pensamiento
y de mi suspiro enamorado.

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XIII
Cuando nuestras miradas
se cruzan tú te sonrojas
y te regalo rosas rojas
pero tu tímida boca,
al atardecer me provoca
con caricias apasionadas.
XIV
Me gusta que no te gusta
quedarte quieta,
tu eres siempre coqueta
y apasionadamente
atrevida por eso me gusta
besar tu alma tiernamente.
XV
Te confieso al oído,
palabras de amor
con versos que viajan
directo a tu corazón
y mis labios no descansan
besándote con pasión.

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XVI
Caminando al fin juntos
disfrutando del momento
y acompañándonos
en el latido del sentimiento
un suspiro de luna,
descifrando nuestros
asuntos del corazón.
XVII
Hipnotizado por tu boca,
con tus besos borras
mis malos momentos,
luego me pierdo en tus ojos
prisionero de tus antojos
de amor a todas horas
XVIII
Cubierto por tus besos,
acariciado por tus dedos,
eres culpable de la pasión
de todos mis versos,
que viajan enamorados
del amor hasta tu corazón.

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XIX
Mis palabras acarician
tu oído, mis labios
recorren tu piel
y me deleito con la miel
de tus dulces besos
susurrando tu nombre.
XX
Tú y yo, juntos caminando
mirando a la luna encubridora
de nuestra feliz aventura
y en toda esta locura
de amor, vamos disfrutando
el perfecto final de un beso.
XXI
Quiero amarte amor,
sin las traiciones
del tiempo, noche turbulenta
y larga de pasiones
sintiendo tu calor,
al desnudar el juego
del encanto encendido
de tu vestido rojo fuego.

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XXII
Refugiado en tu corazón
quiero besar tu alma,
abrazándote con calma
mirando en tus lindos ojos,
el amor y ser la razón
culpable de tus sonrojos.
XXIII
Eres tan preciosa
y mi corazón enamorado,
disfruta caminar a tu lado;
besándote bajo la luna
y susurrándote versos
por la calle silenciosa.
XXIV
Cuando no quieres dormir
me gustan tus caricias
que me provocan vivir
de amor a toda hora
y me gustan igual los besos
de tu boca seductora.

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XXV
Y sí me regalas un beso
no dejare de sonreír,
te daré toda mi alma
con rosas y un verso
del corazón, qué al latir,
está amándote con calma.
XXVI
Tus besos me gustan
y si tus labios me buscan
vuelo al cielo para probar
tu boca y robar
un pasaje a tu corazón.
XXVII
Quiero acariciarte,
como te acarician
las flores de lapacho rosado
en la primavera y besarte
con un beso apasionado,
que los deseos
de tu alma envician.

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XXVIII
Tengo antojo de tus besos
y ver el cielo a tu lado,
a cada momento
tu boca me tiene embrujado
y mi mayor tormento
es no robarte un suspiro.
XXIX
La caricia de tus manos,
es amor verdadero,
no es pasión del momento
son el camino al sentimiento
de los placeres cercanos;
que nacen de un te quiero.
XXX
Quiero compartir a tu lado
alegres viajes sin razón
y emborracharme ilusionado,
con tus besos apasionados
y tus suspiros enamorados,
que hacen latir mi corazón.

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XXXI
Todo momento
a tu lado,
provocan el sentimiento
de confesar enamorado
qué al ver tu sonrisa,
me enamoró más de prisa.
XXXII
Como niño travieso,
te robe un beso
bajo la lluvia inesperada,
dibujando una sonrisa
en tus labios para ganar
tu caricia enamorada.
XXXIII
Me gusta el color
de tus lindos ojos,
y me gusta el sabor
frutilla de tus labios
que dejan marcados
en mi piel el amor
y sus pecados.

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XXXIV
Sos la razón que mi razón enloquece,
tus labios y mis labios se concentran
y me gusta que te gusta la sensación;
amor dulce amor que obedece
a tus besos esos besos de pasión,
que tu boca en mi boca encuentra.

XXXV
Para conquistarte,
me gusta susurrar,
a tu oído versos de amor,
y me gusta provocarte
hasta hacerte suspirar
al regalarte una flor.

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XXXVI
Nuestros besos en silencio,
dialogan con ternura
tomándote por la cintura,
viajamos entregados al amor
y la cómplice noche presenció
tus caricias, tus besos y su calor.
XXXVII
Me gusta besar tus párpados,
haciendo que te pierdas
antes de dormir y disfrutar
del placer de que muerdas
mis dedos, para dar lugar
a tus deseos apasionados.
XXXVIII
Al tomarte de la mano,
caminar a tu lado
y besar tu bonita nariz,
abrazarte y ser feliz;
besando tu cuello
con el corazón hechizado.

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XXXIX
Corazón, voy a regalarte
las flores bellas
que tanto te gustan
y quiero confesarte,
sí estos son mis versos
finales que te buscan;
que adoro tus besos
y ver juntos las estrellas.

XL
Y con mi último verso
por el sabor de tu beso,
quiero conjurar al amor
en el embrujo de tus ojos,
mis labios viven soñando
con despertar tu calor
y están buscando
siempre a tus labios rojos.

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1
¿Todavía me quieres?

Cuando se fue acabando el momento de aquel apasionado


beso, sus labios se fueron separando él seguía con los ojos
cerrados y ella le preguntó “¿todavía, me quieres?” y al
escuchar esa pregunta él abrió sus ojos y sólo se quedó
mirando en silencio el techo de la habitación, el despertador
seguía sonando eran las cinco y treinta de la madrugada, era
sólo un sueño, solamente un sueño. Después, fue caminando
hasta el baño, para terminar de despertarse se dio una ducha
fría, a las 7 y 45 de la mañana salió de su casa rumbo a su
trabajo y caminando cruzó por aquella plaza pequeña la
misma plaza donde había sucedido su último sueño y
mientras caminaba despacio ambos se volvieron a encontrar,
ella lo estaba esperando con su sonrisa cargada de ternura, él
se acercó a ella y quedo hipnotizado por sus ojos que brillaban
como brillan las estrellas en las noches de noviembre, ella sin
dejar de sonreír le pregunta con curiosidad “¿todavía me
quieres?”; comienza entonces a escuchar el repiquetear de
las campanas de una iglesia cercana y él comprende que ya
había soñado este momento, el sonido de las campanadas se
mezcla con el sonido del despertador son cinco y treinta de la
madrugada, al despertar esta vez decide quedarse sentado en
el borde de la cama y va comprendiendo que había tenido un
sueño dentro de un sueño, el despertador vuelve a sonar.

Ahora luego de despertar, continuaba sentado al borde la


cama tratando de descubrir el significado del sueño,
comprendiendo que muchos años antes, habría respondido
inmediatamente a esa pregunta que le hizo ella, pero sigue
sentado al borde de la cama, pasan varios minutos al final se
da cuenta que debe alistarse para partir a su trabajo;
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entonces reinicia la monotonía de sus rutinas del amanecer,
al abrir la puerta y salir a la calle queda por un instante casi
cegado por la luz de un día soleado de noviembre que lo
inundaba todo con su brillo, comienza a caminar por calles
vacías que va reconociendo de su años de juventud, al doblar
una esquina descubre que sus pasos le habían llevado hasta
unos metros de la puerta de la casa de la mujer de sus sueños,
ella está esperándole y se abrazan como si no se hubieran
visto en mil años, al sentir su perfume impregnándolo todo él
se da cuento que nuevamente se trata de un sueño y ella le
susurra “¿todavía me quieres?” y con la sola mención de
aquella pregunta él descubre que había soñado despertarse
dentro de un sueño, para volver a soñar con un sueño dentro
de un sueño, pero eso no le importa sólo quiere responder a
su pregunta mirándole directamente a sus ojos para que no
dude de la verdad de sus palabras, pero con el sonido de un
despertador se acaba el sueño.

El despertador está sonando, ya no pierde tiempo mirando el


techo, simplemente comienza a vestirse rápidamente, cómo
sabiendo que tiene poco tiempo, luego sale a la calle y
encuentra que todo es distinto no reconoce nada pero trata
de no pensar en eso, una corazonada le dice que camine hacía
cierto lugar, hasta llegar a una plaza que no conoce y escucha
que le llaman por su tercer nombre y sabe que sólo ella le
llamaba por ese nombre, ambos se abrazan
desesperadamente, luego se besan con un beso de aquellos
besos desbordados de pasión que hacen olvidar hasta el
recuerdo del primer beso del primer amor, cuando él abre sus
ojos, todavía ella sigue con sus ojos cerrados, mientras una
lagrima de felicidad recorre su mejilla, el silencio de la escena
es interrumpida por las campanas de la iglesia llamando a la
primer misa de la mañana y ella con sus ojos cerrados le
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pregunta "¿todavía me quieres?" y él quiere responder a su
pregunta con la respuesta que nace de su corazón, pero
nuevamente, aquel sueño se acaba y otra vez se despierta,
esta vez la habitación es distinta, el techo es distinto, las
paredes son distintas, él recuerda que habían pasado 33 años
desde la última vez que se vieron, se levanta de la cama,
camina por una casa vacía realizando las rutinas de la
mañana, en el espejo observa los cambios en su cara, las
arrugas y sus parpados cansados reflejaban el paso inevitable
del tiempo, se detiene a la mitad de lo que se cepillaba los
dientes y se pellizco al sentir el dolor del pellizco sonrío por la
ocurrencia de creer que nuevamente se trataba de un sueño.

A las ocho menos cinco de la mañana, él llegó como siempre


puntualmente a su aburrido trabajo, en una oficina de una
empresa que vendía casas en urbanizaciones alejadas del
centro de la ciudad, eran esas casas que sobre todo son
compradas por jóvenes parejas que recién se acababan de
casar. Van pasando las horas, escucha un trueno y se da
cuenta que quizás afuera había comenzado a llover, siguen
pasando las horas, ya casi es medio día y al levantar la vista
de los papeles que tiene sobre su escritorio, ve que una mujer
está esperando que la invite a tomar asiento, al mirarle la
reconoce a pesar del paso de los años, era ella delante de su
escritorio esperando ser atendida y también ella lo reconoce
a él, aunque habían pasado 33 años, hay cosas que no se
pueden olvidar. Luego, Ella fue contándole que quiere
comprar una casa para regalársela a su hija mayor, pero
también le cuenta que todavía faltaban un par de meses para
la boda, al escuchar esos motivos pero no ver la marca del
paso de un anillo en su dedo, él piensa que quizás ella se había
casado y luego separado, en fin sólo son conjeturas, hipótesis
que van pasando por su mente, la conversación continuaba y
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es él quien no se atreve a llevar la conversación por otros
rumbos, entonces cuando todo lo formal al final se acaba, ella
se despide y sale de la oficina, él se queda en silencio
esperando que ella vuelva a entrar por la misma puerta pero
eso no sucede, por su frustración arruga una hoja de papel de
su agenda, luego la arroja en el contenedor de basura, al
recordar que afuera está lloviendo, decide tomar un paraguas
prestado de un cubículo próximo; al salir de la oficina ella está
todavía afuera esperando que deje de llover y él se ofrece a
caminar juntos protegidos por el paraguas hasta la esquina
para que pueda encontrar un taxi y mientras van caminando,
ella le cuenta como quien cuenta una trivialidad sin
importancia, que justo esa noche había vuelto a tener un
sueño repetido y él le pregunta distraído; de que se trataba
su sueño.

Al dejar de besarlo, ella se dio cuenta que todavía él seguía


con sus ojos cerrados y por esa razón inevitablemente le
preguntó “¿todavía, me quieres?” entonces ella se despertó
y se aferró a su almohada pensando en él, pero era sólo un
sueño, solamente un sueño, al salir de su casa rumbo a su
trabajo, acabo caminando inevitablemente por la misma
plaza donde había sucedido su último sueño y mientras
caminaba despacio ambos se volvieron a encontrar, ella
comprendió que ahora él era quien en sus sueños la estaba
buscando y le regalo su sonrisa cargada de ternura, él se
acercó a ella y la miraba con una mirada enamorada, sin dejar
de sonreír le preguntó con curiosidad “¿todavía me quieres?”;
comienzan a repicar unas campanadas de una iglesia cercana
y ella comprende que ya había soñado este momento, era un
sueño dentro de un sueño, nuevamente vuelve a soñar ahora
está en su casa, se dirige a la puerta de la calle, siente que
debe salir, al abrir la puerta sabe que ya no falta mucho para
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que por fin él pueda encontrar el camino hasta llegar a ella, al
encontrarse se abrazan como si no se hubieran visto en mil
años, ella sigue con la curiosidad de saber la respuesta y le
susurra “¿todavía me quieres?”, pero con el sonido de un
despertador se acaba el sueño. Ahora está caminando y llega
hasta una puerta cerrada, pero decide no tocar el timbre y la
puerta se abre, nuevamente ambos vuelven a encontrarse y
ella se da cuenta que se trata de un sueño por eso
nuevamente le pregunta la misma pregunta; “¿todavía me
quieres?" pero él se queda en silencio, simplemente no dice
nada, el despertador está sonando molestosamente y ella
decide apagarlo, luego sale a caminar hasta llegar a una plaza
que no conoce y observa que otra vez él está por ahí
caminando sin rumbo, se sucede por fin el encuentro y se
abrazan desesperadamente, se besan con un beso
desbordado de pasión, ella con sus ojos cerrados intentando
así desesperadamente prolongar el momento en el tiempo, le
pregunta "¿todavía me quieres?" pero al final, otra vez se
queda nuevamente sin escuchar la respuesta.

Está lloviendo y es una de aquellas tormentas de las que se


quedan en la memoria por mucho tiempo. Es la última flota,
la terminal está casi desierta, una pareja permanece sin
abordar el último transporte, fluye una conversación sin
testigos, al final el vehículo comienza lentamente a moverse,
ya no queda más por decirse y ella ingresa rápidamente al
transporte sin despedirse, la puerta se cierra y él se queda en
el andén de la Terminal escuchando por los parlantes la salida
de una próxima flota que tiene un destino que no le interesa,
la flota que había abordado ella se aleja cada vez más,
abandonando la terminal, él jamás pensó que pasarían 33
años para que se volvieran a ver, sí lo hubiera sabido, su
respuesta habría sido distinta.
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Sigue lloviendo, él guardaba silencio mientras ella termina de
contarle la historia de su sueño, porque será que los sueños
se acaban en el momento menos esperado. Entonces por fin
un taxi se detuvo, ella sonríe mientras le dice, como pidiendo
disculpas "que esperaba no haberle molestado con su
historia", él abrió la puerta del taxi para que ella pudiera
ingresar, mientras la protegía de la lluvia con la sombrilla,
pero un inesperado y fuerte viento arrojó bien lejos la
sombrilla que se fue volando como si fuera una hoja de árbol
en otoño; ahora sí todo tenía sentido para él, que tomándola
de su mano para que no pudiera ingresar al taxi, la retuvo con
cariñoso encanto y después le dio un beso en la boca; ella
después de abrir sus ojos sigue asombrada por lo que acaba
de suceder, mientras tanto no deja de caer la lluvia y el taxista
algo molesto por la demora les pregunta; sí van a entrar al
taxi, para que pueda continuar con su ruta, por fin ella
escucha la respuesta que no había escuchado en sus sueños;
"sí te quiero, nunca deje de quererte" y mientras el taxi se
aleja dejándolos bajo la lluvia nuevamente sus labios buscan
encontrarse con un beso y es que al final; el secreto de la vida
es atreverse.

Desde Yacuiba, última madrugada del año dieciséis.

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2
LA SILENTE DAMA

Era un domingo por la tarde. Ella permanece sentada en la


esquina de la cama respirando profunda y pausadamente,
lleva un vestido negro, su cabello recogido, la falda corta deja
al descubierto sus torneadas piernas envueltas por unas
medias de nylon negro sobre las cuales al costado está
dibujada una sensual serpiente que sube hasta sus muslos, su
espectacular belleza reposa sobre tacones de punta, ella
sonríe invitándole con cada pícaro movimiento de sus dientes
apretándose sus propios labios, a que imagine de qué color
eran sus bragas y el brasier con motivos florales bordados
sobre tul que con celos esconden su intimidad. Él nota
contemplándola, que su piel y su pensamiento son
estremecidos por el deseo provocado por aquella silente
dama que sin decirle todavía ni una palabra estaba
invitándole a ir con ella por un tortuoso camino rumbo al
amor. A ella le gustaba ser tan complaciente con él. Aquel
hombre, causaba en ella un éxtasis inimaginable sobre todo
cuando sus dedos empezaban a explorarla abriéndole las
piernas sin compasión con una calma propia de una tormenta
mientras pensaba en esas cosas, seguía sentada en el borde
de la cama disfrutando plenamente del momento.

Cálidas sensaciones hicieron que aquella soporífera tarde de


domingo sea más llevadera desde aquel momento cuando él
sin avisar la cogió por sus caderas, ella incorporándose le
rodeo románticamente su cuello con sus brazos, mientras él
la guiaba por la habitación acompañados por una sinfonía de
jadeos y suspiros acorralándola contra la pared; besos
apasionados se sucedieron hasta dejarse mutuamente sin
respiración, ella se dejaba llevar, rindiéndose a las caricias
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atrevidas con las cuales experimentaba una sobredosis de
pasión, las bragas que llevaba puesta empezaron a deslizarse
por entre sus piernas hasta caer al suelo y empezó a sentir
entonces sus tiernas embestidas que la humedecían cada vez
más; tras varios minutos ella le pidió sin dejar de jadear
placenteramente que la deje respirar un poco, su vestido
estaba empapado en sudor. Apenas habían comenzado, se
miraban a los ojos, mientras se desnudaban, al final se
recostaron en el piso donde las ropas tendidas hicieron de
sabanas, él con frenesí le levanto las piernas colocándola
sobre sus hombros, sus corazones latían más de prisa. Ella
sentía ser oprimida por su cintura, que sus pezones erizados,
querían seguir repitiendo aquellas sensaciones mientras
experimentaba fascinada la manera deliciosa con la cual sus
dedos eran besados seguido de gemidos erotizantes y
sonrisas placenteras en una dulce armonía, un beso
placentero y eterno en la boca. Pero mágicamente los
minutos no se suceden, parecía ser una tarde de domingo
cualquiera, en realidad es una de aquellas tardes que jamás
pueden ser olvidadas.

Ella entonces abrió los ojos. Delante sólo un espejo. Era una
fría tarde de un domingo de invierno, sin embargo ella no
sentía frío porque ardía con el calor provocado con la
evocación de aquel placentero momento, volvió a cerrar los
ojos, sus manos acariciaban su cuerpo complaciéndose a sí
misma, sintiendo cómo sí fuese real el momento cuando le
mordían la comisura de sus labios tentándola para que
despertase, todo en ella se fue tensando excitada imaginando
saborear nuevamente la liberación de un orgasmo delicioso
que irrigaba de placer todo su cuerpo. En esos momentos de
tanta excitación sonó su celular, era la alarma, tenía que ir a
la Misa Dominical de las siete de la noche. Estaba roja como
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un tomate y respiro profundamente durante un par de
minutos para serenarse, luego se levantó rápido rumbo a la
ducha, varios minutos después ya estaba en camino a la
Iglesia. Al salir, él se le acercó y ella no dijo nada permaneció
callada, caminaron en silencio sin decir ninguna palabra por
las calles desiertas de una noche invernal acompañándose
mutuamente luego fue la despedida inevitable, pero ella
recordó aquella tarde de domingo cuando ambos fueron
amantes y por eso le beso con cariño sus mejillas, después
abrió la puerta pero sintió cómo él tomándola de la cintura
intento susurrarle algo al oído pero prefirió morderle la oreja
con ternura, era el inicio apasionado de otra historia.

26
3
MIENTRAS LLOVÍA

Él la veía pasar de lejos, ella caminaba rápido dejando su


perfume a lo largo de su recorrido, atrayendo la mirada de los
hombres que trataban de desnudarla en sueños despojándola
de su ropa sobria de oficinista siempre acorde a la moda sin
parecer jamás vulgar, con su camisa blanca traslucida en la
parte posterior que dejaba ver su espalda.

Él alguna vez había conversado con ella y sus labios le


parecieron tan sensuales como su cabello rizado. Pasaba el
tiempo una noche de verano ella entró a su oficina, era tarde,
parecía que llovería y el ambiente se cargaba hasta ser
sofocante. Una canción de Queen sonaba en la radio llenando
el ambiente con la melodía. Ella se sorprendió y le pregunta si
le gustaba escuchar a ese artista, él le dice que no sabe quién
canta pero que le gusta la melodía. Luego ella se queda
mirando como él la miraba sin decir nada ninguna palabra
más y le pregunta porque tanto silencio, él respondió
entonces que no deseaba ser atrevido pero que ahora que los
veía de cerca estaba más convencido que nunca que sus
labios eran más sensuales que los labios de Megan Fox. Ella
se sonroja y responde que no es para tanto, él entonces le
dice mientras se levanta de su sillón acercándose a ella, que
le disculpe por no haberle ofrecido un asiento y tomándola de
la mano la guía hacía un lugar donde pueda estar cómoda, ella
le dice que no esperaba que sea tan educado y él responde
simplemente sin dejar de mirar fijamente sus ojos que
desearía tener en ese momento la simpatía y carisma de un
payaso para robarle una sonrisa. Ella entonces abre más sus
bellos ojos y preocupada escucha su propia voz preguntarle a
ese hombre si lo que buscaba era seducirla. Él se acerca
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lentamente hasta ponerse de rodillas y sin que pudiera ella
evitarlo él busca sus manos y ella desconcertada no se resiste
hasta que siente también que sus labios de él están rozando
sus labios.

Luego del primer beso, como ella no lo rechazaba, pero


tampoco le correspondía. Él deja de besarla y susurra en su
oído las cosas que deseaba hacerle cada vez que la veía
caminar por los pasillos, se lo decía en un tono agradable con
una cadencia en su voz que comenzó a excitarla, mientras ella
imaginaba cada una de las acciones que aquel hombre le
describía, cada una de sus caricias, como le despojaría de su
ropa sobria de oficinista y sobre todo la forma en que besaría
los labios de su vagina, como después introduciría su lengua
buscando ese lugar preciso donde pudiera conseguir que la
excitación y el calor en su cuerpo aumente hasta hacerle latir
el corazón como nunca se lo habían hecho latir.

Ella entonces fue guiando su mano, hasta su intimidad


conforme va escuchando las palabras por él susurradas en su
oído y comenzó entonces a sentir sus dedos y también la
palma de la mano de él acariciando su intimidad por encima
de la ropa y le gusto la sensación. Luego regreso un extraño
silencio, donde solo existía el sonido de la lluvia y el de la
respiración agitada de ambos.

Entonces mientras llovía ella comenzó a sentir más calor y él


no se detenía, estaba dispuesto a darle todo el placer que
pudiera sin esperar nada a cambio y ella empezó a decirle que
no se detenga, que continué que le gustaba la deliciosa
sensación que la invadía. La lluvia continuaba en ese instante
afuera incrementando en intensidad y ella igual sentía como
se mojaba cada vez más, el calor recorría su cuerpo, deseaba
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que la desnudará de una vez pero él continuaba
estimulándola y luego empezó a besarle la boca, pero ahora
ella sí le correspondía los besos y sintió su corazón que se le
quería salir del pecho, ambos estaban muy excitados, la lluvia
comenzó a calmarse pero la intensidad de la pasión de ambos
estaba en su punto más alto, parecía que toda la oficina
estaba por arder. Él entonces movió sus dedos de la forma
correcta, en el punto exacto, en el momento preciso y ella
llego hasta el cielo sin desnudarse ni ser penetrada. Él beso su
boca con toda la pasión del deseo y luego tiernamente la
rodeo con sus brazos mientras le decía mirándole a los ojos;
que de seguro en la cama ella podría matarlo al hacer el amor,
pero que moriría contento y disfrutando de un hermoso
momento por haber encontrado a la mujer que buscaba.

29
4
NOCHE DE PASIÓN

Él la siguió de cerca en medio del gentío que bailaba y reía, la


música sonaba fuerte y ella movía sus caderas como gitana,
sus piernas eran un encanto sensual junto con su liviana falda
y su blusa de un azul eléctrico con transparencias que
permitía contar la cantidad exacta de lunares que tenían sus
senos; mientras se acercaba hasta la barra para pedir un vaso
de tequila, había llegado hasta ella y la escucho estornudar,
entonces él aprovecho para susurrarle al oído que sí sabía que
no había nada mejor para curar la gripe que un vaso de
tequila, ella se dio la vuelta y asombrada dijo sí eso era
verdad, luego la conversación continuó fluyendo natural, que
sí le gustaba el perfume de las margaritas, que los atardeceres
en el campo y que la brisa del viento en las noches de
noviembre. Ambos bailaron al ritmo de un grupo que
comenzó a tocar las melodías de unas bachatas, ella fue
sintiendo como él acariciaba sugestivamente su cuerpo
intentando seducirla con el ritmo de la música y su mirada la
hipnotizaba, después de varios minutos y otras copas de
tequila ella sintió que le tocaba los muslos de una manera
cálida, le gustaba sentir esa sensación, comprendió que la
deseaba. Al salir de la discoteca comenzaron a caminar
abrazados como si fueran novios era de madrugada, las calles
silentes eran sus cómplices. Cuando llegaron a su cuarto, ella
lo invitó a entrar, el sonido de la puerta que se cerraba fue
seguido de los tanteos en la oscuridad, no prendas la luz dijo
ella, parecía que sucedía un naufragio porque se sucedían
entremezclados con susurros y gemidos, el sonido de objetos
que se caían, al final llegaron hasta una cama, ahí continuaron
besándose con una pasión que les erizaba la piel, disfrutando
de un momento prolongado de sexo con amor, el aliento de
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ambos quemaba de tanto deseo y excitación. Al final fueron
los suspiros, luego ambos durmieron abrazados.

Ella despertó algunas horas después, comprendió que había


tenido una noche de pasión como no las había tenido en
muchas noches, pero él ya no estaba en la habitación, en la
mesa había una nota escrita con un rímel y en la nota él había
escrito que había permanecido un rato largo contemplando
la inocencia con la que dormía, que le deseaba que tuviera
ella una bella mañana y le preguntaba sí recordaba su
nombre. Ella sonrío mientras cerraba sus ojos y balbuceo su
nombre como sí se tratase de las palabras de un conjuro.

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40 Versos de Amor y Cuatro Cuentos de Pasión
Yacuiba, noviembre del año 2017
EL AUTOR

Nació en Yacuiba, el 28 de
diciembre de 1985 es autor de
las siguientes obras literarias
ya publicadas: La Niña y El
Fantasma y Otros Relatos
(2009), Teatro para una Noche
de Primavera (2011), El Pirata
del Pilcomayo y otros Cuentos
(2013), Versiario Invernal de
un Desamor Primaveral (2014)
y Versos de Amor para una
Estrella Inalcanzable (2016),
también escribio libros de
crítica al sistema educativo
superior en Yacuiba.
Fue seleccionado como Jurado en Festivales de Teatro y Danza,
además es autor de otros cuentos y de dos novelas todavía sin
publicar tituladas “El entierro de Caín en el Paraíso” y “Un vaso
de limonada una tarde de verano”, varios de los cuentos y
poemas del autor también fueron publicados en diversos diarios
nacionales y revistas internacionales y en el prestigioso
suplemento literario “Brujula” de El Deber. El Autor fue
declarado como Huesped Ilustre y Ciudadano Distinguido de los
Municipios de El Valle, Bermejo y Villazón.

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