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Abstract
The Split of the Hero Based Upon the Writing Processes in Siglo de
o(g)ro, by Manlio Argueta and La lluvia amarilla, by Julio Llamazares
This article examines the heroic split in the postwar literature in the novels Siglo
de o(g)ro (1997), by the Salvadoran author Manlio Argueta, and La lluvia amarilla
(1988), of the Spanish writer Julio Llamazares. Given the contexts of both war
and postwar, marked by fear, loneliness and the closeness to death and survival,
the protagonists modify themselves internally: They split into who they wish to be
and who they should be in order to survive. These changes are shown through
their writing strategies since we are in the presence of novels where narrative
structures are broken, like in the case of perspective, focalization, time linearity.
Thus, the internal processes lived by the characters are shown through the na-
rrative components.
PALABRAS CLAVE:
INTRODUCCIÓN
escisión/fragmentación heroica a partir
propuestas de Joseph Campbell,
de componentes literarios, narrativa de
El concepto del héroe en la hasta el héroe cotidiano, el cual posguerra.
literatura ha variado a lo largo se encuentra fundamentado
del tiempo, desde la imagen en los planteamientos
mítica del personaje triunfador bajtinianos, cercano a la realidad KEY WORDS:
Heroic split or fragmentation departing from
de la época clásica, cuyas bases contemporánea, cargado de
literary components, postwar narrative.
teóricas se encuentran en las cuestionamientos y cuyo rasgo
i Master en Literatura, graduada de la Universidad de Costa Rica. Docente de la Universi-
dad Nacional de Costa Rica.
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La escisión del héroe a partir de los procesos de escritura en Siglo de o(g)ro, de Manlio Argueta y La lluvia amarilla, de Julio Llamazares
Dunia Molina M.
primordial ya no será el triunfo sino la sobrevivencia -el Esta escisión se marca por las imposiciones, falta de
de la novela-. libertad o violación de los derechos humanos e indivi-
duales predominantes en el proceso de alguna guerra,
Dentro de esas modificaciones en el término del hé- los cuales obligan a los individuos a vivir bajo el miedo,
roe se incluye la problematización del yo, ligada con el la aprehensión, el silencio y la distancia con respecto a
avance espacio - temporal vivido por una sociedad y sus sus creencias y a los otros. Dadas estas condiciones, se
características, tales como el aumento en la tecnología, produce una enajenación del ser humano, quien debe
el cambio en las tradiciones y creencias, la caída de los dejar de ser sí mismo para soportar los avatares del con-
grandes hitos del inconsciente colectivo y las proble- flicto armado y así asegurarse la supervivencia en un
máticas sociales, políticas y económicas de un periodo contexto de muerte y frialdad.
histórico particular. Al respecto, Manuel Alberca men-
ciona: muchas novelas […] establecen una dialéctica Como consecuencia de esta situación, en los perso-
y tensa ecuación entre lo ficticio y lo vivido, entre lo najes literarios se evidencia, por un lado, el miedo, la
real y su simulacro a partir de las diversas formas de las frustración y el silencio y, por el contrario, una estrate-
novelas del yo, al alumbrar el binomio vida-literatura gia de distanciamiento consciente del tema de la gue-
(Alberca, 2007, p. 60). rra; ambos casos hacen notar la escisión padecida por
los personajes en el contexto real, lo cual se traspasa
Por otra parte, los procesos armados, sean internos o hasta los literarios.
externos, se constituyen como un propulsor del cambio
generado en el personaje principal de la novela, hasta Es por eso que resulta importante resaltar cómo la
el punto de atravesarlo, marcarlo y convertirlo en un ser literatura de posguerra se convierte en un medio de
escindido o desdoblado. problematización de las situaciones vividas y en un
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Revista Comunicación. Volumen 23, año 35, núm. 2, julio-diciembre, 2014 (pp. 15-23)
Asimismo, ambos textos comparten el tema de la re- Darío Villanueva en Estructura y tiempo reducido en
cuperación de la memoria colectiva mediante la puesta la novela (1994) plantea que la novela contemporánea
en escena de los recuerdos individuales de ambos per- ha sufrido cambios abruptos con respecto a la tradicio-
sonajes principales, Alfonso Trece Duque, de Siglo de nal, basados principalmente en las nuevas perspectivas
o(g)ro y Andrés de Casa Sosa, de La lluvia amarilla. de narración. Ha surgido una reciente terminología
para designar a las nuevas producciones alejadas de las
Con respecto a la pertinencia de la comparación estructuras convencionales del siglo pasado: la antino-
entre dos producciones artísticas pertenecientes a di- vela (Villanueva, 1994, p.13).
ferentes épocas y regiones, es válida la propuesta de
Foucault (1990), quien asegura que distintos hechos Una de las características principales es la creación
históricos pueden ligarse mediante una línea simbólica de la obra partir de una serie de focos de observación
común, es decir, la existencia de relaciones o similitu- secundarios sometidos a una visión central que surge
des ideológicas, las cuales crean un principio de unidad gracias a sus informaciones. El nuevo narrador se es-
y explicación (p.75). forzará por abandonar su solemne actitud épica en la
que se ubica por encima del público; intentará inter-
Asimismo, al tratarse de una lectura comparada se pelar más al lector para sugerirle una interpretación de
hace permisible la distancia temporal y geográfica entre los pasajes conflictivos, cuando no la lectura de toda la
las dos obras, pues según los teóricos de la comparatís- obra que tiene en sus manos, de este modo, el narrador
tica, cuyas bases provienen de la polifonía bajtiniana, deja de ser el Asmodeo que levanta los techos de las
es posible la repetición de hechos en épocas, lugares y casas y traspasa los velos de las mentes, al mismo tiem-
problemáticas distintos. po que va prefiriendo cada vez más mostrar que contar
(Villanueva, 1994, p.25)1.
Una vez aclarado esto, puede continuarse con el
análisis. En primer lugar, se requiere definir el concepto En Siglo de o(g)ro y La lluvia amarilla se puede cla-
de novela de posguerra, el cual se entiende desde las ramente verificar esa presencia de una visión más hu-
investigaciones de Erick Aguirre (2004), Alexandra Or- manizada, pues se trata de la narración de la vida de
tiz Wallner (2006) y Ramón Luis Acevedo (1992), entre Alfonso Trece Duque y Andrés de Casa Sosa, personajes
otros, según la cual puede considerarse como literatu- protagónicos de las novelas en estudio, respectivamen-
ra de posguerra toda aquella producida después de los te, desde una visión de la cotidianeidad, la cual ha sido
conflictos y hasta la actualidad, cuya temática sea las fragmentada por el contexto de posguerra en el cual se
consecuencias directas e indirectas causadas por dicho desarrollan.
conflicto. Así, afirma Aguirre (2004), la literatura de
posguerra es una literatura del desencanto y, a la vez, Si bien Neumann, citado por Rodríguez (2004), ubica
una posibilidad de buscar y explorar nuevas formas de este tipo de relatos del bios como una manifestación de
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la individualidad, ambas obras la traspasan gracias a la muerte, el miedo, la represión y el silencio ejemplifican
narración de la soledad, el dolor, la carencia econó- la situación vivida en El Salvador en el contexto de
mica y la difícil situación padecida: las circunstancias posguerra, parodiada con la onomástica, pues el
sociales difíciles sumadas a los conflictos existenciales nombre del personaje principal remite a figuras de
de los héroes. poder político y económico2.
Adrede se traspasa la individualidad al narrar el am- De la misma forma, la destrucción lenta de Ainielle,
biente vivido por todo un pueblo, una sociedad: Al- que sucede de forma simultánea a la pérdida de la fuer-
fonso y su familia viven sumados en un estado crítico za física y al voluntad de Andrés, la soledad, falta de
de pobreza, la cual se repite en grandes sectores de la calor, individualidad y temor, muestran la situación de
población salvadoreña, a excepción de aquellos más toda España, devastada por los efectos de la guerra civil
privilegiados. Lo mismo sucede en el caso del texto de 1936 y la posterior dictadura de Franco, cuya dura-
español en análisis, donde la destrucción paulatina de ción fue de treinta y seis años. Por ende, el entorno de
Ainielle afecta tanto a Andrés como al resto de los ha- La lluvia amarilla ejemplifica los sentimientos de todo
bitantes del pueblo, quienes han migrado por la difícil un pueblo ante las secuelas devastadoras vividas en la
situación. A modo de ejemplo: posguerra.
[…] cuando recién acababa de colarme al esta-
dio para el segundo tiempo; en ese período de LA OSCILACIÓN DE LA PERSPECTIVA
juego los soldados se hacían los desentendidos EN SIGLO DE O(G)RO
y todos los aficionados que no podíamos pagar
En Siglo de o(g)ro Alfonso Trece Duque, protagonis-
la entrada y que desde los árboles veíamos el
primer tiempo, nos metíamos en veloz carrera ta principal, es quien narra, en primera instancia, los
para ir a coger un lugar (Argueta, 1997, p. 59). acontecimientos de su vida, desde su niñez hasta fina-
les de la juventud e inicios de la etapa adulta. Dicha
Y también: narración se desarrolla, desde la teoría narratológica de
Genette, mediante la focalización interna fija (en pri-
Hacía ya dos meses que los de Casa Julio se mera persona del singular):
habían ido […] También aquella noche, corrí
a esconderme en el molino. Lo hacía siempre Hay dos imágenes fundamentales en mis pri-
que alguien se marchaba para no tener que meros recuerdos de niño. He dejado que
despedirme, para que nadie viera la pena que flameen sus banderolas en prolongado sue-
me ahogaba cada vez que, en Ainielle, otra ño para reavivarlos en esta ocasión (Argueta,
casa se cerraba (Llamazares, 1988, p.18). 1997, p.9).
Ambos fragmentos reflejan el entorno particular de No obstante los ejemplos anteriores, no toda la narra-
los protagonistas de cada obra, repetidos en el colecti- ción se desarrolla en primera persona del singular, en
vo. Las situaciones son completamente distintas, dada algunos momentos se salta de la narración interna fija a
la diferencia en la perspectiva de la narración: en el una voz narradora en tercera persona del singular:
caso de Siglo de o(g)ro se trata de la mirada de un niño,
quien recuerda las experiencias de su infancia, narradas Hasta entonces se dio cuenta Alfonso Trece
desde la jocosidad e ironía; mientras que en La lluvia que algo serio estaba pasando, y se sintió triste
amarilla se trata de la visión nostálgica del último habi- pues estaba perdiendo a la familia con la que
tante de un pueblo en destrucción. No obstante, en am- estuvo acompañado desde que tiene recuerdos
bos la idea de la historia de una colectividad reflejada a (Argueta, 1997, p.123).
través de la individualidad del personaje está presente.
Se podría, entonces, interpretar la existencia de una
Asimismo, Milagro de la Paz –lugar donde habita focalización variable o alternada, en palabras de Ge-
Alfonso Trece y Ainielle y el pueblo en proceso de nette, o una óptica plural, según las propuestas de Vi-
desaparición habitado por Andrés de Casa Sosa- son llanueva, pues se intercalan las voces de Alfonso Trece,
sinécdoques de la totalidad de los países. Es decir, quien narra en primera persona, y la de un narrador, la
ese pequeño barrio de San Miguel donde abundan voz en tercera persona. Sin embargo, más adelante se
la pobreza, el hacinamiento, el analfabetismo, los presenta una confusión entre ambos: las voces se alter-
problemas de salud, las referencias constantes a la nan de la primera persona a la tercera indistintamente,
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de ese modo se insinúa que el narrador en tercera per- grandes una cocina de leña. […] (Argueta,
sona y Alfonso Trece Duque son el mismo: 1997, p.123)4.
[Tres años y medio] edad punto de partida que En el juego u oscilación de la primera persona del
Alfonso Trece ha memorizado por un funda- singular a la tercera dentro del texto, cuyo contexto de
mental acontecimiento, fue cuando se trasladó narración es el mismo, se encuentra una muestra de la
a casa propia donde, medio siglo después aún escisión del personaje, pues se da una fragmentación
vive Crista, situada en las cercanías del barrio tanto de la figura heroica o central como de sus pensa-
más conmovedor de San Miguel: Milagro de la mientos y recuerdos.
Paz; a pocos metros de la Calle de La Amargura
y del estadio municipal he revisado la fecha de Por ende, a partir de los fragmentos anteriores es po-
ese traslado, que recuerdo muy bien. Tiene tres sible demostrar que la voz narradora desde la tercera
años y medio, demasiado mínima para pensar persona y la de Alfonso Trece son la misma. Pero tam-
que se existe, pero lo suficiente para saber que bién es importante resaltar la repetición que ocurre a lo
la edad de la razón descansa en la primera me- largo del texto de ejemplos con la misma estructura de
moria (Arguet, 1997, p.10)3. narración.
También, en la primera parte del fragmento encontra- Sin embargo, existe un elemento externo a la diége-
mos dos verbos que hacen referencia a la tercera per- sis, situado en el nivel psicológico, que impide unificar
sona del singular. Una voz narra con distancia los he- por completo a ambos narradores: son el mismo, pero,
chos acaecidos a Alfonso Trece. En la segunda, los dos a la vez, existe un factor coartante de la fusión entre
primeros verbos se encuentran conjugados en primera ambas voces.
persona del singular. No obstante, es posible evidenciar Ese elemento delimitante es otro el contexto de pos-
que no existe un cambio en el contexto de la narración, guerra. Durante los períodos de conflicto armado inter-
lo cual quiere decir que tanto el narrador como Alfonso no se padecen distintos traumas que producen la parti-
Trece Duque son la misma persona, pero hay un cam- ción del héroe en quien desea ser y quien debe ser para
bio de perspectiva dentro del discurso: una oscilación poder sobrevivir y afrontar el trance bélico. Recuérdese
de “yo” a “él”.
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el hecho mismo del exilio sufrido en la edad adulta por la memoria, la cual dado el avance del tiempo, la falta
Alfonso Trece: “Te prefiero en el exilio antes que muer- de compañía y afecto, se va agotando, se marchita y se
to”, son las palabras de Crista en su reencuentro (Argue- llena de color amarillo, el mismo que invade el entorno
ta, 1997, p. 37). de Ainielle:
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significar su niñez5, traslapado al “siglo de o(g)ro” que Los textos anteriores evidencian, de una forma más
fue, dado el panorama de pobreza, represión y silen- clara, la evocación del pasado como un intento para re-
cio como una consecuencia de los procesos armados construir el presente del pueblo, y del ser en olvido que
internos de El Salvador. Por ende, toda la narración se constituyen el centro de la diégesis de La lluvia amarilla.
constituye como una gran analepsis a partir de los re-
cuerdos propios e históricos mediatizados por la mirada
del niño, en los cuales la ficción tiene un papel trascen- CONSIDERACIONES FINALES
dental:
El análisis de las nuevas formas de narrar, propuesta
Se me ocurrió entonces llevar a Ena al patio, a por Darío Villanueva, junto con la perspectiva de la fo-
jugar debajo del naranjo; así puedo aprovechar calización y el tiempo de Gerard Genette (1989), evi-
para buscar hormigas leones. […] Por pensar dencian la escisión heroica en ambos textos en estudio.
tantas cosas no reparo cuando Ena ha comen- Desde la focalización, punto fundamental en el caso
zado a recibir el sol vertical, tan filoso como un de Siglo de o(g)ro se muestra la división del narrador al
cuchillo al rojo fuego, mientras yo estoy tira- identificarse en algunos casos con cercanía a la situa-
do boca abajo en el polvo. No me doy cuenta ción vivida por Alfonso Trece y, en otros, con lejanía,
cuando las hormigas rojas comienzan a invadir como si fuera un personaje diferente. Esto se debe al
a mi hermana y la arrastran hacia su madrigue- contexto de posguerra en el cual no todo puede ser di-
ra (Argueta, 1997, p.88).
cho por temor a la reprensión.
Sin embargo, en la construcción de la analepsis men-
A la vez, esto se logra mediante el uso de la jocosidad
cionada no se utilizan verbos que ayuden a identificar
y la aparente inocencia con la cual Alfonso narra acon-
el cambio temporal, la inserción de los recuerdos en el
discurso, sino se narran como si constituyeran un pre- tecimientos de índole social acaecidos en su vida, y por
sente desde la enunciación, como si el suceso y la na- ende, en la de la colectividad.
rración fueran simultáneos.
Para finalizar, se concluye con que el tiempo se cons-
Por su parte, en La lluvia amarilla, Andrés dentro de tituye como un factor de importancia dentro del análisis
su discurso tiene constantes movimientos al pasado, ya de la disensión del personaje protagonista, pues gracias
sea lejano, como los de su niñez y las historias de sus a él se evidencia la ruptura de la memoria personal e
hijos, o cercano, el recuento del cambio sufrido en Ai- histórica conllevada por los procesos de silenciamiento
nielle y en él mismo desde la migración de los habitan- y represión sufridos por ambos personajes.
tes y la muerte de Sabina:
Pero recuerdo el espacio violado que un día 5 Recuérdese el texto de José Martí titulado La edad
ocupó. Pero recuerdo todavía su antigua recie- de oro, donde se hace referencia a la niñez como
dumbre, la soledad de sus paredes al borde del una etapa única que marca al ser humano y forma
camino de Escartín (Llamazares, 1988, p.62). su percepción de la vida durante la edad adulta.
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