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SEXTO SELLO (APOCALIPSIS 6:12-17)

Al abrirse el sexto sello, «… hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como tela
de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre
la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla, y todo monte y toda isla se
removió de su lugar» (vv. 12 al 14).
La palabra «como» es empleada unas cuatro veces en los versículos ya citados.
Es un indicativo de símil o comparación. Recalcándose que se debe dar un sentido
figurativo y no literal a lo que se está leyendo. Este juicio del sexto sello tiene que ver
tanto con el cielo como con la tierra.
UN GRAN TERREMOTO
El primer acontecimiento, al abrirse este sello, será un «gran» terremoto. Jesús
profetizó en Mateo 24:7 sobre «terremotos en diferentes lugares». Joel dijo:
«Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se
oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor» (Joel 2:10). Los terremotos son
bastante comunes en el libro del Apocalipsis (6:12, 8:5, 11:13, 11:19 y 16:18).
EL SOL Y LA LUNA
El Apocalipsis hace mención del sol en doce lugares diferentes (1:16, 6:12, 7:2,
7:16, 8:12, 9:2, 10:1, 12:1, 16:8, 19:17, 21:23 y 22:5). El juicio o juicios sobre el sol se
describe así: a) «Y el sol se puso negro como tela de cilicio…» (6:12). b) «El cuarto
ángel tocó la trompeta y fue herida la tercera parte del sol…, y no hubiese luz en la
tercera parte del día…» (8:12). c) «… y se oscureció el sol y el aire por el humo del
pozo» (9:2). d) «El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a
los hombres con fuego» (16:8).
La luna, por su parte, se menciona cuatro veces; dos veces en forma literal (6:12
y 8:12), y dos veces figurativamente (12:1 y 21:23). El lenguaje literal sobre la luna
dice: a) «… y la luna se volvió toda como sangre» (6:12). b) «El cuarto ángel tocó la
trompeta y fue herida la tercera parte del sol y la tercera parte de la luna… y no hubiese
luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche» (8:12).
Como consecuencia de los juicios de Dios, la atmósfera será responsable por el
color negro o el obscurecimiento del sol. La luna, por ser un satélite cuya luz no es
propia, sino reflejada del sol, aparentemente tomará un color rojo por los gases
atmosféricos. Jesús dijo en Mateo 24:29: «… el sol se hará tinieblas, la luna no dará su
resplandor…» (Dios, habiendo creado el sol, le puede quitar su luz si así lo desea).
LLUVIA DE METEOROS
«Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra…» (v. 13).
El apóstol, indudablemente, vio bólidos de fuego o meteoros que se desplazaban
sobre la corteza de la tierra, atravesando la espesura de la atmósfera. Es inconcebible el
que Juan haya visto planetas o soles. Un planeta que saliera de su c sería suficiente para
destruir a este planeta tierra con todo y sus habitantes.
El sol es considerado una de las estrellas más pequeñas o la más pequeña de
nuestra galaxia. Su tamaño se calcula en 1.300.000 veces mayor que el de la tierra.
Llegamos a la conclusión de que las «estrellas» vistas por Juan son meteoros que
quizá procedan de estrellas desintegradas o planetas; también pueden ser formados en el
mismo espacio, desplazándose sobre la tierra en el juicio del sexto sello a 62
velocidades colosales. Los meteorólogos estiman que los meteoritos viajan a
velocidades de 8 a 42 millas por segundo. A mayor velocidad, mayores los estragos que
ocasionarán. Hay dos clases de meteoritos: a) Los aerolitos, cuya formación es de piedra
con gránulos de hierro. b) Los sideritos tienen una formación de hierro con níquel. Entre
los meteoritos conocidos, algunos han llegado a pesar 34 toneladas. En el estado de
Arizona (Estados Unidos) hay un cráter, hecho por un meteorito, con una circunferencia
de 4.200 pies y una profundidad de 570 pies (la mayoría de los meteoros es del tamaño
de un puño).
EL CIELO, LOS MONTES Y LAS ISLAS
«Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla, y todo monte y toda isla se
removió de su lugar» (v. 14). De este estado del cielo profetizó Isaías: «Y todo el
ejército de los cielos se disolverá, como se cae la hoja de la parra y como se cae la de
la higuera» (Isaías 34:4).
Isaías vio exactamente lo mismo que Juan:
a) Juan dice del cielo: «se desvaneció».
b) Juan compara el cielo con «un pergamino que se enrolla»; Isaías dice: «se enrollarán
los cielos como un libro».
c) En Apocalipsis 6:13 Juan menciona la higuera; Isaías también lo hace.
Los montes y las islas se removerán como resultado del gran sismo ya
mencionado. Será en el juicio de la séptima copa cuando los montes y las islas
desaparecerán para siempre: «Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados»
(Apocalipsis 16:20).
LA IRA DEL CORDERO
Los versículos 15 al 17 describen el pavor que experimentarán los habitantes de
la tierra como resultado de una visión personal que el Señor les dará de su persona, hay
una lista de personas mencionadas:
a) Reyes, los que dirigen las naciones.
b) Grandes, los que les siguen en autoridad.
c) Ricos, los que controlan la economía, las industrias y el comercio en general.
d) Capitanes, líderes militares.
e) Poderosos, los que influyen en las esferas educacionales, sociales y religiosas.
f) Siervos y libres, las clases pobres, los oprimidos, los necesitados y los
menospreciados.
«Y decían a los montes y a las peñas: “Caed sobre nosotros y escondednos del rostro
de aquel que está sentado sobre el trono y de la ira del Cordero, porque el gran día de
su ira ha llegado, ¿y quién podrá sostenerse en pie?”» (Versículos 16 al 17).
El texto antes citado va paralelo con Isaías 2:18: «Métanse en las cuevas de las
rocas, en las grietas de la tierra, ante el Señor terrible, ante su majestad sublime, cuando
se levante aterrando la tierra».
Apocalipsis 6:16-17 nos lleva a las siguientes formulaciones: primero, los
habitantes de la tierra reconocerán que los cataclismos y fenómenos de la naturaleza que
serán experimentados son la retribución o juicio divino. Segundo, tendrán que admitir,
aunque no lo acepten, que Jesús es el único que puede quitar los pecados del mundo; le
llaman «Cordero». Tercero, se darán cuenta de que están en los días de la tribulación
escatológica. Notemos sus palabras: «porque el gran día de su ira ha llegado». Cuarto,
admitirán que ningún esfuerzo humano podrá contrarrestar los juicios divinos, «¿y
quién podrá sostenerse en pie?». 1

APLICACION DE TEXTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO AL SEXTO


SELLO
LA APERTURA DEL SEXTO SELLO TRAE UNA RUPTURA CÓSMICA.
(APOCALIPSIS 6:12-17)

Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso
negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del
cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida
por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo
monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los
ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las
cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre
nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira
del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en
pie?

EXPLICACION DEL CONTEXTO DEL USO DE LOS DESASTRES NATURALES

a. Un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se


volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra:
En la Biblia, las perturbaciones celestiales muy a menudo están
conectadas con la venida del Mesías. Isaías, Jeremías, Ezequiel, Joel,
Sofonías, y Jesús mismo, todos describen tales cosas.
i. Un pasaje de Sofonías como ejemplo: Cercano está el día grande de Jehová,
cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el

1
https://www.blueletterbible.org/Comm/guzik_david/spanish/StudyGuide_Rev/Rev_6.cfm
valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y
de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de
entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades
fortificadas, y sobre las altas torres. (Sofonías 1:14-16)
ii. O, como en Joel 2:10-11: el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas
retraerán su resplandor… porque grande es el día de Jehová, y muy terrible;
¿quién podrá soportarlo?
iii. . Aquellos que tienen a estos eventos como historia los han espiritualizado.
Un ejemplo es Adam Clarke, quien dice que este gran terremoto es “El
cambio más estupendo en la constitución civil y religiosa del mundo. Si se
refiere a Constantino el Grande, el cambio que fue hecho por su conversión
al Cristianismo podría haber sido apropiadamente representado bajo el
emblema de un terremoto.”
b. El sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y
las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra: Es mejor el tener estas imágenes
como reales, pero poéticas. Juan no está utilizando técnicamente un lenguaje
científico preciso, pero él simplemente describió lo que él vio.

c. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo
siervo y todo libre, se escondieron: Todas las personas son humilladas de igual manera
por la ira de Dios. Y la ira es aún más profunda porque es la ira del Cordero.

i. “Es la ira de amor, la ira de amor sacrificial, la cual, habiendo hecho lo


mejor por nosotros y nuestra salvación, la cual nos habla de que ciertamente
habrá un mal que espera su perdición en las manos de Dios.” (Torrance)

d. Escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono: Ellos se
escondieron, no solamente por el terror de los juicios, sino de aquel que está sentado
sobre el trono. “Lo que más temen los pecadores no es la muerte, sino la presencia
revelada de Dios.” 2

SEXTO SELLO USADO COMO UN JUICIO OPR MEDIO DE LAS LEYES


FISICAS DE LA NATURALEZA

Estos son Juicios por medio de la Naturaleza. Los primeros cuatro sellos son juicios
políticos, sociales, económicos, demográficos, pero el sexto sello son juicios por medio de
las  leyes  físicas  de  la Naturaleza.  AI  ser abierto el sexto sello, suceden   seis espantosos
juicios:
1. “Un gran terremoto,” con todas sus desastrosas consecuencias. En los juicios de la
Gran Tribulación suceden cuatro terremotos:
1. Bajo el sexto sello (6:12);
2. Entre el séptimo sello y la primera trompeta   (8:5);   c
3. Bajo   la   séptima trompeta  (11:19);

2
https://encuentrobiblico.wordpress.com/2012/06/07/133/
4. Bajo  la séptima copa (16:18).

Los terremotos en el mundo han traído grandes estragos en todo sentido. Cada siglo el
número de terremotos aumenta en número y en intensidad. En el siglo pasado   hubo   un  
total   de   2.119 terremotos. En el presente siglo 20, en la década del 60 ya se había
sobrepasado ese número. (Ver tabla-anexo para estudiar el incremento de los terremotos
desde el año 2000)

1. “El sol se puso negro.” Durante los juicios de la Gran Tribulación, el sol se
oscurecerá  cinco  veces:
1. Sexto  sello. (6:12);
2. Cuarta trompeta (8:12);
3. Quinta trompeta (9:2);
4. Quinta copa (16:10);
5. A la segunda venida de Cristo (Mt. 24:29).
2. “La luna se volvió como sangre “También la luna será afectada cinco veces,
correspondiendo al oscurecimiento del sol.
3. “Las   estrellas   del   cielo   cayeron.” Igualmente, cinco veces serán las estrellas
afectadas, pero solamente dos veces caerán sobre la tierra:
1. Sexto sello (6:13);
2. A la segunda venida de Cristo (Mt. 24:29-31).
4. “El cielo se enrolla.” El cielo se enrolla como un pergamino, tal vez dejando ver a
los hombres una visión en el cielo del rostro “del que está sentado  sobre el trono; y de
la ira del Cordero.” Si la bomba de hidrógeno hecha por el hombre, explotada en el
espacio, abre un hueco en la atmósfera y los rayos del sol al llegar directos a la tierra
queman todo lo que alcancen, ¡cuánto más podrá Dios “enrollar el cielo,” “enrollar” la
atmósfera!
5. “Montes   e   islas   fueron   removidas»” causando grande confusión, terror y
espanto.
Pero  parece  que lo que más  les produjo terror, no fue el terremoto, ni el
oscurecimiento del sol, ni el enrojecimiento de la luna, ni la lluvia de estrellas, ni la
remoción de montes e islas, sino que fue el enrollamiento del cielo, pues todos aterrorizados
se escondían en cuevas y clamaban a las peñas que cayeran sobre ellos; diciendo:
“escóndenos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” Es muy
significativo que estos usaron un lenguaje   bíblico   y   profético   en   su consternación y
desesperación; es que allí habrá muchos que fueron cristianos y se descarriaron, muchos
que oyeron continuamente el Evangelio y lo rechazaron, muchos que combatieron mucho a
la Iglesia y a la obra de Dios, muchos falsos religiosos, muchos materialistas y ateos que
segaron muchas vidas de cristianos, pero en vez de arrepentirse y acercarse al Señor, se
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escondieron de Él. ¡En vez de clamar a la Roca de los Siglos, clamaron a las peñas!

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https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=1271

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