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Tipologías clásicas1
Una distinción diferente hace Kelsen. El propone que la forma de determinar las formas de
gobierno no ha de basarse en un criterio numérico como el de Aristóteles, sino en uno que
vea cómo se crea el ordenamiento: desde arriba (cuando los destinatarios de las normas no
participan en la creación de las mismas) o desde abajo (cuando si participan), siendo la
primera una autocracia (monarquía más aristocracia) y la segunda una democracia, si bien
ninguna de las dos se da en una forma pura5.
Monarquía y república6
La primera república en los tiempos modernos es la del estado federal formado por las trece
colonias americanas; se da una constitución a imagen y semejanza de las constituciones
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Pág 144-147
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Como diría MEOB...
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Hay una palabra en griego que es más precisa, pero en el texto de Bobbio aparece escrita en caracteres
griegos y desconozco dichos caracteres, porque el término “democracia” en sí Aristóteles lo utiliza para
definir a la forma corrupta de la democracia acá citada (PRT la llamó “oclocracia” en clases).
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Ver cita anterior.
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Comparen esta idea con los postulados filosóficos de Kant al respecto de la heteronomía y la autonomía de
la voluntad.
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Pág 147-152
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monárquicas, pero el jefe de Estado no es hereditario, sino electivo. En nuestros tiempos la
distinción entre monarquía y república ha ido perdiendo el sentido, ya que las monarquías
actuales son mas bien una mezcla entre la monarquía clásica y la república.
Otras tipologías8
Mosca divide a las formas de gobierno en base a la formación y organización de las clases
políticas, partiendo de la base que todos los sistemas políticos clásicos implican el gobierno
de una élite:
Por otra parte, Almond y Powell distinguen, tomando como referencia los sistemas
políticos, cuatro sistemas políticos, en base al criterio de diferenciación de los roles y
autonomía de los subsistemas. Así, podemos encontrar:
- Sistemas con baja diferenciación de los roles y baja autonomía de los subsistemas.
Ejemplo: sociedades primitivas.
- Sistemas con baja diferenciación de los roles y alta autonomía de los subsistemas.
Ejemplo: sociedad feudal.
- Sistemas con alta diferenciación de los roles y baja autonomía de los subsistemas.
Ejemplo: monarquías modernas9.
- Sistemas con alta diferenciación de roles y alta autonomía de los subsistemas.
Ejemplo: estados democráticos contemporáneos.
El gobierno mixto10
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Para más detalles de esto, es recomendable que se lean las páginas 150, 151 y 152 para que se hagan una
idea de cómo funcionan cada uno de estos sistemas. No es de pereza que no los escribo, sino que si los
resumo no se podría entender a cabalidad la idea. Por su comprensión, gracias.
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Pág 152-154
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Si revisan la página 154, con respecto al punto c) dice « alta autonomía de subsistemas y baja diferenciación
de roles, como las grandes monarquías nacidas de la disolución de la sociedad feudal”. Sin embargo, si lo
comparan con el punto b) es lo mismo pero al revés, por ende, yo interpreto (y me parece lógico pensar) de
que se debe a un error de trascripción o traducción del original. Sería bueno preguntarle a PRT. Se los dejo a
su criterio, pero yo en este resumen puse lo que yo considero que, por lógica, debería decir.
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Pág 154-157
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Para esta teoría, la mejor forma de gobierno es la que resulta de una combinación de las tres
(o dos, dependiendo de la tipología) formas de gobierno puras. El primer ejemplo de ellos,
resaltado por Aristóteles, es el gobierno de Esparta, que en sus órganos políticos combinaba
monarquía, aristocracia y democracia. Pero el principal paradigma clásico es el de la
república romana, en donde los cónsules representaban el principio monárquico, el senado
el principio aristocrático y los comicios del pueblo el principio democrático. En la época
moderna el término “gobierno mixto” se utiliza para alabar a toda forma de gobierno que
desee ser alabada, como el sistema inglés, las repúblicas italianas, etc., para constituirlas
como una forma ideal de gobierno.
Los teóricos del absolutismo, como Hobbes y Bodino, critican esta teoría porque dicen que
la distribución de los poderes soberanos lleva a la inestabilidad de la sociedad.
Montesquieu, en su idealización de la monarquía inglesa, también sostiene en el fondo una
doctrina de gobierno mixto. Hegel, y Schmitt también reconocen en los sistemas políticos
contemporáneos (a su época) formas de gobierno mixto. Finalmente, Mosca sotiene que los
mejores regímenes en la historia han sido los de gobierno mixto, donde no sólo hay una
combinación de distintos principios, sino que además se hallan separados el poder laico del
religioso, y el poder económico del político.
Formas históricas11
El estado representativo13.
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Pág 157-161
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Bobbio llama a éste último “burguesía” en la página 159. Pero no me parecen que sean exactamente lo
mismo, si bien la burguesía era parte del Estado Llano (lo siento, salió a flote mi amor por la historia)
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Pág 161-165
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Esta es la cuarta fase de la transformación del Estado (las tres descritas en el tópico anterior
también eran fases de evolución), originada mediante distintos procesos históricos en
Inglaterra y EE.UU. El inicio de esta clase de Estado se origina en un compromiso entre el
poder del príncipe cuyo principio de legitimidad es la tradición, y el poder del pueblo
(entendiéndose por “pueblo” a la burguesía). Ahora la representación es de individuos, no
de grupos como en los Estados anteriores, y a estos individuos se les reconocen derechos
políticos. En el Estado representativo está el descubrimiento y afirmación de los derechos
naturales del individuo, que todos tienen por naturaleza y por ley, y que precisamente por
esto es que todo individuo puede hacerlos valer contra el Estado, recurriendo incluso a la
resistencia y desobediencia civil si el Estado no respeta estos derechos.
Para Bobbio, en una deliberación tomada por la mayoría lo que la mayoría gana la minoría
pierde, mientras que en una deliberación tomada por las partes todas ganan algo, sin
embargo, la principal forma de dar estabilidad a un Estado representativo es dándole a la
minoría la posibilidad de convertirse en la mayoría.
Cabe destacar que todas las formas de gobierno, incluyendo regímenes despóticos y
dictaduras, rinden pleitesía a la democracia representativa, justificando su sistema como
una etapa necesaria para volver a la democracia15.
Es así como a los Estados socialistas se adscriben como Estados totalitarios, al igual que el
fascismo, que se caracterizan por la casi disolución del límite entre el Estado y la “Iglesia”
(entiéndase como el aspecto espiritual de las personas), y entre el Estado y la sociedad civil,
lo que implica el control por parte del Estado de todo el comportamiento humano. Al
Estado soviético también se le ha interpretado como un despotismo oriental, como lo
entiende Montesquieu.
Estado y no-Estado16
Cabe destacar que en una doctrina sobre la primacía del no-Estado, el Estado aplica sus
potestades en pos de una potencia aún superior, pasando a ser un Estado instrumental. De
esta forma, en la sociedad feudal, poder económico y poder político son inseparables, pero
en la sociedad burguesa, el poder económico pretende separarse del poder político,
pretendiendo asimismo la superioridad del no-Estado con respecto al Estado. De esta
forma, el Estado se transforma en un instrumento al servicio de la clase económica
dominante que asegura el ejercicio de sus actividades, idea que es tomada por Marx para su
teoría.
Las relaciones entre Estado y no-Estado dependen del grado de expansión del primero
hacia el segundo. Así, tenemos un ejemplo de Estado máximo al Estado confesional, que
pretende controlar la esfera religiosa, así como a los Estados intervencionistas que
controlan al poder económico. Cada uno de estos Estados controla a uno de los no-Estados,
pero deja al otro completamente libre (salvo los Estados totalitarios); además, ambos
coinciden con la figura del Estado eudemonológico propia del siglo XVIII, es decir, que
propone como fin la felicidad de sus súbditos, tanto en la vida terrenal como en la
ultraterrenal (en los Estados confesionales).
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Pág 169-172
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En contraposición a esto está el Estado liberal, que se abstiene tanto de controlar a la esfera
religiosa como a la esfera económica. También es definido como un Estado de Derecho, no
teniendo más fin que garantizar el libre ejercicio de las otras dos esferas 18. El Estado sólo se
reserva el monopolio de la fuerza, para asegurar la circulación libre de ideas, el final de las
ortodoxias y la libre circulación de los bienes, y por ende el final de toda forma de
proteccionismo. Pero el Estado confesional reaparecería en una nueva forma, el Estado
doctrinal, tales como el fascismo o el marxismo, así como el Estado socialista sería una
nueva forma de un Estado que interviene en el área económica.
Existe una interpretación para juzgar las transformaciones que ha sufrido el Estado liberal,
(liberla en lo interior, proteccionista en lo exterior), en oposición a los que las defienden;
así, para los críticos de izquierda, el “Estado de justicia social”, que corrigió algunas
deformaciones del Estado capitalista en beneficio de las clases menos favorecidas, es sólo
una manifestación más de capitalismo, que sirve para que el sistema capitalista continúe
prosperando en base a una mayor democratización de las estructuras de poder, ante lo que
se oponen los movimientos obreros; sin embargo, estas críticas no han mejorado la
situación, sino que sólo han despertado nostalgias y esperanzas neoliberales.
El problema del fin del Estado ha sido un tema recurrente en la teoría política. Así, la teoría
de Engels dice que en algún momento el Estado tendrá un fin, y se producirá cuando las
causas que lo hayan originado vengan a menos. La crisis del Estado, por parte de los
conservadores, se entiende como un Estado democrático que ya no logra hacer frente a las
demandas de la sociedad civil por él mismo; para los marxistas, crisis del Estado capitalista
que ya no logra dominar el poder de los grandes grupos de interés en competencia entre sí.
Pero este concepto de crisis no quiere decir el término del Estado, sino que se propone
cambios en la forma del Estado.
Existe una contraposición entre la concepción negativa y la positiva del Estado. La negativa
tenderá a desear el fin del Estado, mientras que la positiva no lo deseará, sino que deseará
el desarrollo gradual de las instituciones estatales hasta llegar a formar un Estado universal,
utopía que tiene tantos adeptos como la que se refiere al fin del Estado.
La concepción positiva del Estado va desde Aristóteles “el Estado hace posible una vida
feliz” hasta los contractualistas, para los que el Estado es el resultado de la superación del
hombre de su [terrible] estado de naturaleza, y fuera de él se desatan las pasiones perversas
de los hombres, y sólo dentro del Estado el hombre puede vivir como ser racional. Con esta
concepción positiva del Estado hay una concepción negativa del no-Estado, en dos
versiones: la del Estado ferino de Lucrecio y Vico, en donde el estado salvaje y anárquico
se extiende a los pueblos primitivos, y la versión hobessiana, como una guerra de todos
contra todos. Para la primera versión, la primera fase es superable, mientras par ala segunda
es una condición en la que el hombre puede recaer, como en una guerra civil.
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Posición que, entre otros, presenta Kant en su texto: ¿Qué es la Ilustración?, en donde define el paso del
hombre “de la minoría a la mayoría de edad”.
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Las discusiones sobre la óptima república son concepciones positivas del Estado, porque
parten de la base de que hay Estados imperfectos que se pueden perfeccionar. Caso límite
de esto es la idealización de un tipo de república.
Esta es una concepción negativa débil del Estado. A su vez, esta concepción se ha
presentado de dos formas, según si se ha juzgado de la primacía del no-Estado-Iglesia o del
no-Estado-sociedad civil.
Para la primera, el Estado es necesario para evitar que la gente caiga en el pecado y pueda
acercarse a una vida conforme a la religión. Para ello el Estado recurre al miedo. Por otra
parte, tenemos una concepción realista (Maquiavelo) en la que se muestra la “faz
demoníaca” del poder. Pero estas concepciones negativas no implican el fin del Estado,
sino que lo admiten como un mal necesario, del que la Iglesia se sirve para llevar a cabo sus
buenos fines, por muy imperfecto que sea este instrumento.
En cuanto a la sociedad civil, el Estado como un mal necesario implica que debe existir
como un Estado mínimo, haciendo sólo lo que la actividad económica no puede hacer,
postura del pensamiento liberal. Una variante de esta teoría propone que este Estado
mínimo se restringe a ser un coordinador supremo de los grupos supremos, económicos y
culturales, pero no de dominio.
Esta es la una concepción negativa fuerte del Estado, y es en estas teorías en donde se
plantea la posibilidad del fin del Estado. El fin del Estado, para estas teorías, implica el
nacimiento de una sociedad que puede sobrevivir y prosperar sin la existencia de un aparato
coercitivo.
La teoría más conocida que sostiene la posibilidad y advenimiento de una sociedad sin
Estado es la marxista (Engels específicamente), que postula básicamente que el Estado, que
nació por consecuencia de la división del trabajo, con el objeto de permitir el dominio de la
clase dominante, al momento de que el proletariado conquiste el poder (dictadura del
proletariado) se acabe la división de la sociedad en clases, el Estado desaparecerá, al no ser
ya necesario.
Pero no sólo existe esta teoría, sino que existen al menos tres más:
- Una, propia de muchas sectas heréticas cristianas, que postula una sociedad sin
Estado en la que se vuelve al Evangelio, y en el que los hombres viven en un estado
de no violencia y fraternidad universal, rechazando las características coercitivas
propias del Estado, como el monopolio de la fuerza y las leyes.
- Por otro lado, existe una concepción teocrática del fin del Estado, en el cual en una
sociedad industrial protagonizada por científicos y productores, no se necesitará
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más del poder coercitivo del Estado. Esta idea influyó en la concepción marxista del
fin del Estado.
- Por último, nos encontramos con el anarquismo. El ideal es que el hombre se libera
de toda forma de autoridad religiosa, política y económica, y del Estado como
máxima forma de opresión del hombre por el hombre. Así, en la sociedad sin Estado
ni leyes el hombre vive basado en la cooperación entre los individuos asociados,
libres e iguales entre sí. Esta posición constituye el ideal de una sociedad sin
opresores ni oprimidos, y se opone completamente a la concepción del Estado fuerte
para domar a la “bestia salvaje” del hombre.
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Al fin terminé este condenado resumen. Me salió un poco largo, pero igual es bueno el canje 25/176
páginas. Perdón por la demora, soy un vago, lo sé, y ojalá les (y nos) sirva a todos para las pruebas y para
comprender mejor las ideas. Ya saben a donde dirigir las críticas.
[AmarUs]
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