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,
Magistrado Juez Presidente y demás jueces que integran
la Segunda Sala del Tribunal Superior Administrativo.
Honorables Magistrados:
La SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE LA REPUBLICA DOMINICANA,
Organismo supervisor de las entidades de Intermediación Financiera, con sede principal en
el edificio marcado con el número 52 de la Avenida México, esquina Leopoldo Navarro,
del Distrito Nacional, debidamente representada por su titular el Superintendente de
Bancos, señor Luis Armando Asunción Alvarez, dominicano, mayor de edad, casado,
contador público autorizado, funcionario público, portador de la Cédula de Identidad y
Electoral No. 001-0771595-5 con oficina en el edificio situado en el No.52 de la Avenida
México del sector Gazcue, el Dr. Gerardo Rivas, Licdos. Cesar Florentino, Carmen
Elena Perez y Daivery Solano, quienes tienen como Abogados constituidos y apoderados
especiales a los Dres. Teófilo E. REGUS Comas y Gerardo Rivas y los Licdos. Victor
Nicolas Ceron Soto, Jorge Garivaldy Boves Nova, Adriano Pereyra Pool, todos
dominicanos, mayores de edad, abogados de los Tribunales de la República, casados,
Portadores de las Cédulas de Identidad y Electoral Nos.001-0266122-0, 078-0002185-4,
001-0004865-1, 010-0013020-1, 001-0061578-0, respectivamente, con oficina abierto en
común en el tercer piso del edificio que aloja a la Superintendencia de Bancos, en la
Avenida México No.52, esquina Leopoldo Navarro, Sector Gazcue de esta Ciudad, donde
los concluyentes formulan elección de domicilio para todos los fines y consecuencias
legales de la instancia a que está ligado el presente escrito, en ocasión con la cual
exponemos lo siguiente:
1) La demanda que se juzga tiene por objeto lograr que ese honorable tribunal subsane
un supuesto daño que según la parte demandante le han ocasionado los accionados,
para lo cual requiere al tribunal: a) ordenar a las partes accionadas el cese de los
acosos laborales, hostigamientos, retaliaciones, y las conculcaciones de los derechos
fundamentales, en contra del solicitante señor PABLO MIGUEL MONEGRO
RAMOS, todo en franca violación a los PRINCIPIOS DE ACTUACION
ADMINISTRATIVA, consagrados en el artículo 3, de la Ley 107-13, sobre
Procedimientos Administrativos y derechos de las personas en su relación con la
Administración Publica; y b) que se disponga que al solicitante Sr. PABLO
MIGUEL MONEGRO RAMOS le sea restituido el goce y disfrute de todos los
programas de beneficios de que era titular en dicha institución gubernamental,
especialmente el plan de cobertura del pago de los colegios de sus hijos.-
2) En la exposición de los hechos el accionante PABLO MIGUEL MONEGRO
RAMOS, le atribuye al co-demandado Dr. Gerardo Rivas, la comisión en su
contra de los hechos siguientes: “el haberle suspendido unas vacaciones que tenía
programadas; haberle informado al señor Intendente de la institución que el
accionante se hacía pasar por enfermo, haber sustraído de su expediente los
documentos depositados por él en ocasión de un proceso quirúrgico al que se vio
sometido y finalmente que valiéndose de su condición de Subdirector del
Departamento Legal gestionó el retiro de la subvención que para estudios entrega la
entidad a los hijos de los funcionarios y empleados.
4) A los demás codemandados, el demandante no les atribuye ningún hecho, por lo que
no se justifica su inclusión en la acción que se juzga.
11) En cuanto al traslado que refiere en su demanda y que lo plantea como un acto
arbitrario de parte de la institución, se precisa señalar que al Programa de Entidades
Intervenidas y en Liquidación están asignados por lo menos seis abogados,
necesarios para atender las responsabilidades propias de ese programa, siendo por
demás una facultad de todo empleador y de quien gestiona una institución pública
producir los movimientos de su personal conforme las necesidades de la
organización y mejores criterios de gestión humana, sobre todo cuando ese traslado
no ha supuesto cambios en las condiciones de trabajo para el demandante.
12) Al respecto de traslados debemos señalar que los traslados producidos en los días en
que se trasladó al Dr. Pablo Miguel Monegro Ramos también fue trasladada desde
el Departamento de Protección al Usuario la Licda. Juliana Brito Almonte, siendo
que en el caso de Monegro él había solicitado su traslado como afirma en su
demanda.
13) Siguiendo con el desarrollo de los hechos, en cuanto al co-demando Cesar
Florentino el demandante no le atribuye ningún hecho, por lo tanto no se hace
necesario articular en su favor ningún medio de defensa. En cuanto a las co-
demandadas Daivery Solano y Carmen Elena Perez, a la primera de estas le
atribuye haberle indicado que para entregarle los documentos solicitados debía
obtener la autorización de la Subdirectora Carmen Elena. En estas afirmaciones del
demandante tampoco se advierte un comportamiento que justifique su inclusión en
la demanda que se juzga.
15) El artículo 70 por su parte consagra que el juez apoderado de la acción de amparo,
luego de instruido el proceso, podrá dictar sentencia declarando inadmisible la
acción, sin pronunciarse sobre el fondo, en los siguientes casos: 3) cuando la
petición de amparo resulte notoriamente improcedente.
16) Así las cosas debemos convenir, que en la especie no se advierte ninguna situación
que amerite la intervención del juez de amparo, por lo que procede pronunciar
sentencia al tenor de las conclusiones siguientes:
Segundo: En cuanto al fondo y solo para en improbable caso de que ese honorable tribunal
no acoja las anteriores conclusiones, rechazar por improcedente, mal fundado y carente de
base legal la presente acción de amparo, dado que en la exposición de los hechos, ni el
petitorio se contraen a la preservación de derechos fundamentales.
Honorables Magistrados:
3) Entre las páginas 2 y 3 del escrito que contiene el recurso, el recurrente se limita a
transcribir todo lo relativo al recurso de revisión, tal y como lo consagra la ley 137-
11, en todo el contenido de los artículos 94 y 103 de dicha ley. Entre las páginas 4 y
6 el recurrente recoge la cronología del caso.
4) En la última parte de la página 6 del escrito que contiene el recurso, señala como
falencia que el tribunal no consignó motivación alguna con relación a las piezas
probatorias que fueron depositadas por el recurrente en su demanda principal. En el
párrafo siguiente en la primera la página 7, el recurrente indica que en la sentencia
se produjo una desnaturalización de los hechos e incorrecta interpretación de los
documentos aportados. (antes había dicho que no fueron ponderados).
5) En el literal “c” del escrito indica finalmente que la sentencia tiene falta de
motivación. En las paginas 7,8,9,10,11,12,13,14, el recurrente se limita a repetir los
hechos tales y como lo había expuesto en su demanda original. En las páginas 15,16
y 17, se limita a transcribir los 22 principios de la Ley 107-13. Igualmente el
recurrente dedica las páginas 18,19 y la primera parte de la 20, a transcribir el
contenido del artículo 4 de la misma Ley 107-13. En la última parte de la página 20
consigna los documentos depositados en apoyo de su recurso. Finalmente dedica las
páginas 21,22 y 23 a la parte conclusiva del recurso.
6) Tratándose de un recurso dirigido contra una decisión del juez de amparo, su trámite
debe realizarse siguiendo los lineamientos de la sección V del capítulo IV de la Ley
137-11, Ley orgánica del tribunal Constitucional y de los procedimientos
constitucionales.
10) Puntualizando sobre el marco conceptual ese honorable tribunal señala que la
revisión consiste en una acción constitucional instituida con el propósito específico
de garantizar un derecho fundamental, puesto que se sustancia ante el Tribunal
Constitucional (órgano ajeno al poder judicial), y no ante un órgano superior de
una determinado orden jurisdiccional, como ocurre con los recursos ordinarios. En
consecuencia, al constituir una acción distinta e independiente de los procesos
judiciales que se desarrollan ante los órganos de la jurisdicción ordinaria destinados
a la tutela de los derechos y libertades fundamentales, la revisión no representa una
segunda instancia o recurso de apelación para dirimir conflictos inter partes.
Veamos ahora los motivos del recurso que se analiza desde el punto de vista de la
satisfacción de las exigencias formales del artículo 100 de la Ley 137-11, no sin antes
recordar que antes ya hablamos de la estructuración del escrito que contiene el recurso.
11) En la parte final de la página 3, en su último por cuanto, el recurrente señala que la
posición Superintendencia de Bancos es discriminatoria, y por demás vulneradora
del principio de integridad personal, principio trabajo, principio de defensa y
principio del debido proceso. Hasta aquí no se advierte que la situación planteada
muestra la especial trascendencia ni la relevancia constitucional que exige la ley.
13) Ocurre más bien que el análisis de los medios de pruebas, solo se impone cuando el
tribunal decide juzgar el objeto de la demanda, en cuyo caso debe referirse a las
pruebas para señalar la influencia que cada una de ellas ha tenido en la toma de
decisión.
1) El Recurso Jerárquico que se analiza, está dirigido contra la acción de personal No. 2016-001547,
mediante la cual ésta Superintendencia de Bancos dispuso el desahucio del señor Pablo Miguel
Monegro Ramos, poniendo término, de ese modo, a la relación laboral que mantenía con el
recurrente.
2) Aun cuando el referido recurso, no ha sido introducido cumpliendo con las formalidades propias de
este tipo de acción, en el acto de alguacil No. 778-2016, de fecha 15 de julio de 2016, que lo
contiene y las instancias posteriormente depositadas por el recurrente ante la Secretaria de la Junta
Monetaria, se identifican los motivos siguientes: a) violación a las disposiciones de la Convención
de San José Costa Rica, los Artículos 5, 7 y 8 de nuestra Carta Magna.
3) Al desarrollar los hechos que señor Pablo Miguel Monegro Ramos le atribuye a la exponente, lo hace
de una forma que dificulta su entendimiento y comprensión, sin embargo, se advierte que los hechos
que a juicio del recurrente constituyen las violaciones imputadas, no se expresan en la acción de
personal del Departamento de Gestión Humana, sino más bien en el acuerdo de confidencialidad que
se le requirió firmar a todos los funcionarios y empleados de esta Superintendencia de Bancos. De
modo que, conforme se lee en la página dos (2) del acto de alguacil que contiene el recuso, las
violaciones en que según el recurrente habría incurrido esta institución al disponer su despido, están
expresada en dicho acuerdo de confidencialidad, al que el señor Pablo Miguel Monegro Ramos le
atribuye la condición de “mostrenco violador” de la constitución, y por lo que según él, rehusó su
firma. De todos modos entraremos en las consideraciones de fondo del Recurso Jerárquico, iniciando
por justificar la puesta en ejecución del referido acuerdo de confidencialidad.
4) Ha sido la naturaleza de las informaciones a que tenemos acceso los funcionarios y empleados de la
Administración Monetaria y Financiera, lo que ha tomado en cuenta el legislador de la Ley 183-02,
Monetaria y Financiera, para establecer en su Artículo 8, la confidencialidad como una obligación,
por lo que, en el propósito de asegurar el efectivo cumplimiento de esa disposición, se puso en
ejecución con la entrada en vigencia de la citada Ley, y no con el acuerdo de confidencialidad que
refiere el recurrente, el cual vino exclusivamente a reforzar esta disposición expresa de la Ley 183-
02, Monetaria y Financiera, al hacer conciencia en los empleados de esta Superintendencia de
Bancos del peso de esta obligación legal. De modo que, no se trata de una decisión caprichosa, ni
antojadiza, preparada para que sea firmada sólo por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, aunque
fue el único de todo el personal de la institución que no lo firmó, a pesar que se observa que luego de
firmarlo, lo devolvió con borrador líquido.
5) Siguiendo en la página segunda del citado acto, el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, señala que
la acción de personal viola el Artículo 68 de la Constitución. Al respecto se precisa señalar que, el
texto en cuestión, contempla las garantías de los derechos fundamentales, a través de los mecanismos
de protección y tutela efectiva, lo que supone el cumplimiento de una serie de formalidades en los
procesos judiciales y administrativos. Sin embargo, en el caso que involucra a esta Superintendencia
de Bancos con el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, no aplican las disposiciones de dicho texto,
puesto que la decisión de despedirlo no fue la consecuencia de un proceso disciplinario
administrativo, en cuyo caso, sí deberían observarse las reglas del debido proceso.
6) Como podrán observar los honorables miembros de la Junta Monetaria, en la acción de personal
No.2016-001547, no se alegan causas, siendo esto el ejercicio de una potestad discrecional del
Superintendente de Bancos, ejercida conforme lo contempla el Artículo 66 del Reglamento de
Administración de Recursos Humanos. Diferente habría sido la situación, si en lugar de
desahuciarlo, la entidad hubiera operado un despido al amparo del Artículo 87 del Código Laboral,
en cuyas circunstancias se impondría un proceso disciplinario con las garantías del Artículo 68 de la
Constitución de la República Dominicana. Pero no es el caso.
7) En el caso del ex-empleado Pablo Miguel Monegro Ramos, esta Superintendencia de Bancos, operó
un desahucio con el consecuente pago de las compensaciones establecidas en el Artículo 67 del
Reglamento de Administración de Recursos Humanos, tal y como se evidencia en la prueba
documental que se anexa al presente escrito. De modo que, si bien esta entidad puso término al
contrato de trabajo con el ahora recurrente, señor Pablo Miguel Monegro Ramos, es igualmente
cierto que, en su favor fueron pagadas sus prestaciones laborales, mediante cheque No.060225, de
fecha 08 de junio del año 2016, por la suma de ochocientos cuarenta y ocho mil trescientos diecisiete
pesos con 83/100 (RD$848,317.83), el que fue recibido conforme por el recurrente según el volante
adjunto al mismo.
9) En cuanto a la alegada violación de la Ley No. 41-08, de Función Pública, una simple lectura al
contenido del Artículo 2, nos permitiría convenir que, es descartable tal violación, dado que la citada
Ley, no es aplicable a las entidades que, como la Superintendencia de Bancos en su relación con sus
empleados y funcionarios, se rigen por las disposiciones del Código de Trabajo. De modo que, en el
caso del recurrente, son las normas de dicho Código de Trabajo, y no la Ley No.41-08, de Función
Pública las que rigen la Administración Monetaria y Financiera y su personal, conforme lo establece
el Artículo 6 en su literal a), de la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera.
10) En cuanto a la solución requerida por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos consignada en su
escrito de fecha 12 del mes de agosto del año 2016, en la que plantea su reposición como empleado
de esta entidad, es evidente que dicha solución no puede ser ordenada, dado que al recibir conforme
el cheque No. 060225, emitido por concepto de sus prestaciones laborales, ya ha descargado a esta
Superintendencia de Bancos de cualquier obligación relacionada con su condición de exempleado de
esta entidad.
Por todas las razones expuestas, esta Superintendencia de Bancos, tiene a bien solicitar formalmente lo
siguiente:
UNICO:, Rechazar el Recurso Jerárquico que se analiza por improcedente, mal fundado y carente de base
legal, y en consecuencia declarar que, en la desvinculación laboral por despido, operada por la
Superintendencia de Bancos contra el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, no se verifican las violaciones
enunciadas por el recurrente en el referido recurso.
Es de justicia que se os pide y esperamos merecer, en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito
Nacional, Capital de la República Dominicana, a los 29 días del mes de agosto del año 2016.
TERC/GR/VNCS/JGBN.
Subdirección de Litigios
Al Dr. Rafael Vasquez Goico, honorable Juez Presidente (Interino) y demás Jueces que
integran el Tribunal Superior Administrativo.
Honorables Magistrados:
La Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, órgano supervisor de las Entidades de
Intermediación Financiera del país, con personalidad jurídica propia, con domicilio principal en el
edificio situado en el No.52 de la Avenida México del sector de Gazcue, de esta ciudad de Santo
Domingo, Distrito Nacional, debidamente representada por el Superintendente de Bancos, señor
LUIS ARMANDO ASUNCION ALVAREZ, dominicano, mayor de edad, casado, Contador
Público Autorizado, portador de la Cédula de Identidad y Electoral No.001-0771595-5, con oficina
en el tercer piso del edificio que aloja la Superintendencia de Bancos, quien tiene como abogados
constituidos y apoderados especiales a los Dres. Manuel Ramón Peña Conce, Gerardo Rivas y los
Licdos. Victor Nicolas Cerón Soto, Jorge Garibaldi Boves Nova y Wander Rodriguez Feliz, todos
dominicanos, mayores de edad, abogados de los tribunales de la República portadores de las
cédulas de identidad y electoral Nos. 001-0210825-5, 078-0002185-4, 001-0004865-1, 010-
0013020-1 y 001-0532856-1 respectivamente, con oficina en la Consultoría Jurídica de la
exponente, lugar donde se formula elección de domicilio para todos los fines y consecuencias
legales de la instancia a que ligado el presente escrito de conclusiones, en relación con el cual se
expone lo siguientes:
Como asunto previo al análisis del recurso que se analiza, verificaremos las exigencias formales a
que está sometido el Recurso Contencioso Administrativo:
Veamos:-
1) El artículo 1 de la Ley No.1494 fe fecha 9 del mes de agosto del año 1947, reconoce el
derecho que tiene toda persona, natural o jurídica, investida de un interés legítimo de
interponer el correspondiente Recurso Contencioso Administrativo, contra: 1ero: las
sentencias de cualquier Tribunal Contencioso-Administrativo de Primera Instancia o que
esencia tenga ese carácter, y 2d0 contra los Actos Administrativos violatorios de la Ley, los
reglamentos y decretos, que reúnan los siguientes requisitos.
4) El artículo 8 de dicha ley lo define del modo siguiente: “Acto Administrativo es toda
declaración unilateral de voluntad, juicio o conocimiento realizada en ejercicio de función
administrativa por una Administración Publica, o por cualquier otro órgano o ente público
que produce efectos jurídicos directos, individuales e inminentes frente a terceros”.
Establecido lo anterior, pasamos a analizar el recurso con miras a verificar si el mismo cumple con
las disposiciones antes señaladas.
7) En otro orden, se precisa señalar, que esa acción de personal, cuyo único objeto fue poner
término a la relación laboral que ligaba al recurrente con la concluyente, se enmarca en la
facultad discrecional que le confieren el código de trabajo de la republica Dominicana y el
Reglamento de Recursos Humanos al señor Superintendente.
10) En otro orden es útil tener en cuenta que en los antecedentes del caso, se registra un
recurso de reconsideración que el recurrente había interpuesto contra la acción de personal
objeto del presente recurso y luego de dicho recurso interpuso un recurso jerárquico ante la
Junta Monetaria, el que concluyó con la Décimo Quinta Resolución, de fecha 29 del mes de
septiembre del año 2016, dejando de ese modo el asunto en sede administrativa, lo que
implica que ya no podía volver a recurrir la acción de personal, sino la resolución de la
Junta Monetaria, y como consecuencia de ello poner a ese honorable tribunal en
condiciones de adoptar una decisión que bien pudiera afectar o no la acción de recursos
humanos cuya validez se impugna.
12) En el escrito que se analiza, se observa que el recurrente utiliza como presupuesto legal de
su recurso, el literal b) del artículo 4 del Código Monetario y Financiero, (ver página 2). En
efecto el texto consagra tal recurribilidad de los actos dictados de la Administración
Monetaria y Financiera, pero siempre que pongan termino a un procedimiento
administrativo. Aun más, según la propia normativa utilizada por el recurrente, esos
recursos están limitados al de reconsideración y el jerárquico; que no es el caso.
13) Siguiendo en la línea de las disposiciones utilizada por el recurrente, también es menester
tomar en cuenta, que como señalamos anteriormente, el recurrente interpuso los recursos de
reconsideración y jerárquico, con lo que, como repetimos dejó el proceso en sede
administrativa, concluyendo dicha etapa con la Resolución de la Junta Monetaria que
rechazo el recurso, por lo que siguiendo el mandato del texto señalado por el recurrente, el
recurso que se juzga sólo está habilitado contra dicha resolución. (ver ultima parte del
literal b) dela artículo 4).
14) Es en esas atenciones que entendemos, que el recurso debió dirigirse contra la resolución
de la Junta Monetaria, y no contra la acción de personal cuya nulidad se pretende.
15) Siguiendo con el análisis de las violaciones que el recurrente le atribuye a la Junta
Monetaria, entre las que lista unas supuestas contradicciones entre las disposiciones del
artículo 6 de la Ley Monetaria y Financiera y la Ley 107-13, según él expresadas en lo
relativo al debido proceso instituido por dicha norma, al respecto se precisa señalar, que las
reglas del debido proceso instituido por la Ley 107-13, para los actos de la administración
pública, debe interpretarse que dichas normas deben ser observadas en el marco de las
relaciones de la administración pública con sus administrados, y no en las relaciones de la
administración pública con sus empleados.
16) En cuanto al carácter liberatorio, que la Junta Monetaria le atribuye al recibo descargo
emitido de por el señor Pablo Miguel Monegro, respecto del cual el recurrente alega que era
su derecho a recibir el pago de sus prestaciones, y que eso no limita su derecho a recurrir, es
necesario tener en cuenta que el pago de las prestaciones laborales realizado por la SIB, es
una consecuencia de la ruptura del vínculo laboral ejercido por la concluyente, por el
código laboral y el reglamento de recursos Humanos.
Por tales motivos y los que este Honorable Tribunal pudiera suplir de oficio, la Superintendencia de
Bancos de la Republica Dominicana, tiene a bien solicitar la consideración del presente Escrito de
Defensa, disponiendo en méritos de los mismos lo siguiente:
SEGUNDO: En cuanto al fondo y para en el improbable caso de que ese tribunal, no acoja las
anteriores conclusiones, rechazarlo por improcedente, mal fundado y carente de base legal.
TERCERO: Condenar al recurrente Pablo Miguel Monegro al pago de las costas ordenando su
distracción en favor y provecho de los abogados concluyentes, quienes afirmamos estarlas
avanzando en su totalidad.
Haréis justicia.
En la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, República Dominicana, a los cinco
(05) días del mes de enero del año dos mil diecisiete (2017.
Su Despacho.
2) Aun cuando el referido recurso, no ha sido introducido cumpliendo con las formalidades propias de
este tipo de acción, en el acto de alguacil No. 778-2016, de fecha 15 de julio de 2016, que lo
contiene y las instancias posteriormente depositadas por el recurrente ante la Secretaria de la Junta
Monetaria, se identifican los motivos siguientes: a) violación a las disposiciones de la Convención
de San José Costa Rica, los Artículos 5, 7 y 8 de nuestra Carta Magna.
3) Al desarrollar los hechos que señor Pablo Miguel Monegro Ramos le atribuye a la exponente, lo hace
de una forma que dificulta su entendimiento y comprensión, sin embargo, se advierte que los hechos
que a juicio del recurrente constituyen las violaciones imputadas, no se expresan en la acción de
personal del Departamento de Gestión Humana, sino más bien en el acuerdo de confidencialidad que
se le requirió firmar a todos los funcionarios y empleados de esta Superintendencia de Bancos. De
modo que, conforme se lee en la página dos (2) del acto de alguacil que contiene el recuso, las
violaciones en que según el recurrente habría incurrido esta institución al disponer su despido, están
expresada en dicho acuerdo de confidencialidad, al que el señor Pablo Miguel Monegro Ramos le
atribuye la condición de “mostrenco violador” de la constitución, y por lo que según él, rehusó su
firma. De todos modos entraremos en las consideraciones de fondo del Recurso Jerárquico, iniciando
por justificar la puesta en ejecución del referido acuerdo de confidencialidad.
4) Ha sido la naturaleza de las informaciones a que tenemos acceso los funcionarios y empleados de la
Administración Monetaria y Financiera, lo que ha tomado en cuenta el legislador de la Ley 183-02,
Monetaria y Financiera, para establecer en su Artículo 8, la confidencialidad como una obligación,
por lo que, en el propósito de asegurar el efectivo cumplimiento de esa disposición, se puso en
ejecución con la entrada en vigencia de la citada Ley, y no con el acuerdo de confidencialidad que
refiere el recurrente, el cual vino exclusivamente a reforzar esta disposición expresa de la Ley 183-
02, Monetaria y Financiera, al hacer conciencia en los empleados de esta Superintendencia de
Bancos del peso de esta obligación legal. De modo que, no se trata de una decisión caprichosa, ni
antojadiza, preparada para que sea firmada sólo por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, aunque
fue el único de todo el personal de la institución que no lo firmó, a pesar que se observa que luego de
firmarlo, lo devolvió con borrador líquido.
5) Siguiendo en la página segunda del citado acto, el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, señala que
la acción de personal viola el Artículo 68 de la Constitución. Al respecto se precisa señalar que, el
texto en cuestión, contempla las garantías de los derechos fundamentales, a través de los mecanismos
de protección y tutela efectiva, lo que supone el cumplimiento de una serie de formalidades en los
procesos judiciales y administrativos. Sin embargo, en el caso que involucra a esta Superintendencia
de Bancos con el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, no aplican las disposiciones de dicho texto,
puesto que la decisión de despedirlo no fue la consecuencia de un proceso disciplinario
administrativo, en cuyo caso, sí deberían observarse las reglas del debido proceso.
6) Como podrán observar los honorables miembros de la Junta Monetaria, en la acción de personal
No.2016-001547, no se alegan causas, siendo esto el ejercicio de una potestad discrecional del
Superintendente de Bancos, ejercida conforme lo contempla el Artículo 66 del Reglamento de
Administración de Recursos Humanos. Diferente habría sido la situación, si en lugar de
desahuciarlo, la entidad hubiera operado un despido al amparo del Artículo 87 del Código Laboral,
en cuyas circunstancias se impondría un proceso disciplinario con las garantías del Artículo 68 de la
Constitución de la República Dominicana. Pero no es el caso.
7) En el caso del ex-empleado Pablo Miguel Monegro Ramos, esta Superintendencia de Bancos, operó
un desahucio con el consecuente pago de las compensaciones establecidas en el Artículo 67 del
Reglamento de Administración de Recursos Humanos, tal y como se evidencia en la prueba
documental que se anexa al presente escrito. De modo que, si bien esta entidad puso término al
contrato de trabajo con el ahora recurrente, señor Pablo Miguel Monegro Ramos, es igualmente
cierto que, en su favor fueron pagadas sus prestaciones laborales, mediante cheque No.060225, de
fecha 08 de junio del año 2016, por la suma de ochocientos cuarenta y ocho mil trescientos diecisiete
pesos con 83/100 (RD$848,317.83), el que fue recibido conforme por el recurrente según el volante
adjunto al mismo.
9) En cuanto a la alegada violación de la Ley No. 41-08, de Función Pública, una simple lectura al
contenido del Artículo 2, nos permitiría convenir que, es descartable tal violación, dado que la citada
Ley, no es aplicable a las entidades que, como la Superintendencia de Bancos en su relación con sus
empleados y funcionarios, se rigen por las disposiciones del Código de Trabajo. De modo que, en el
caso del recurrente, son las normas de dicho Código de Trabajo, y no la Ley No.41-08, de Función
Pública las que rigen la Administración Monetaria y Financiera y su personal, conforme lo establece
el Artículo 6 en su literal a), de la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera.
10) En cuanto a la solución requerida por el señor Pablo Miguel Monegro Ramos consignada en su
escrito de fecha 12 del mes de agosto del año 2016, en la que plantea su reposición como empleado
de esta entidad, es evidente que dicha solución no puede ser ordenada, dado que al recibir conforme
el cheque No. 060225, emitido por concepto de sus prestaciones laborales, ya ha descargado a esta
Superintendencia de Bancos de cualquier obligación relacionada con su condición de exempleado de
esta entidad.
Por todas las razones expuestas, esta Superintendencia de Bancos, tiene a bien solicitar formalmente lo
siguiente:
UNICO:, Rechazar el Recurso Jerárquico que se analiza por improcedente, mal fundado y carente de base
legal, y en consecuencia declarar que, en la desvinculación laboral por despido, operada por la
Superintendencia de Bancos contra el señor Pablo Miguel Monegro Ramos, no se verifican las violaciones
enunciadas por el recurrente en el referido recurso.
Es de justicia que se os pide y esperamos merecer, en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito
Nacional, Capital de la República Dominicana, a los 29 días del mes de agosto del año 2016.
TERC/GR/VNCS/JGBN.
Subdirección de Litigios
Al : Dr. Rafael Vasquez Goico, Honorable Juez
Presidente (Interino) y demás Jueces que integran
el Tribunal Superior Administrativo.
Honorables Magistrados:
República portadores de las cédulas de identidad y electoral Nos. 001-0210825-5, 078-0002185-4, 001-
0004865-1, 010-0013020-1 y 001-0532856-1 respectivamente, con oficina en la Consultoría Jurídica de la
exponente, lugar donde se ha formulado elección de domicilio para todos los fines y consecuencias legales de
la instancia a que ligado el escrito de réplica que motiva el presenta escrito de contra réplica, en relación con
el cual se expone lo siguientes:
Sobre los aspectos del escrito de defensa que el recurrente ha decidido responder.
1) El escrito de réplica presentado por el recurrente, Pablo Miguel Monegro, incluye respuesta,
tanto al dictamen del Procurador General Administrativo, así como a los escritos de defensa
presentados respectivamente, por la Superintendencia de Banco y Junta Monetaria. Con relación
al escrito de defensa depositado por la exponente, el recurrente, se limita a responder solo las
observaciones hechas a la condición de acto administrativo, que el recurrente le atribuye a la
acción de personal mediante la cual se le desvinculó laboralmente de la institución.
2) En tal sentido, el presente escrito, estará limitado a responder esos aspectos en particular,
tomando en cuenta que la visión conceptual expresada por la exponente sobre el acto
administrativo, es coincidente con la doctrina administrativa, que lo define, como una
manifestación o declaración de voluntad, de juicio, de conocimiento o de deseo realizada por la
Administración en ejercicio de una potestad administrativa distinta de una potestad
reglamentaria (Eduardo Garcia de Enterria, curso de Derecho Administrativo, tomo I, página
587).
3) Desde el punto de vista objetivo formal, el concepto de acto administrativo aparece fijado en el
artículo 8 de la Ley 107-13, en el que se define al acto administrativo, como toda declaración
unilateral de voluntad, juicio o conocimiento realizada en ejercicio de función administrativa por
una Administración Publica, o por cualquier otro órgano o ente público que produce efectos
jurídicos directos, individuales e inminentes frente a terceros.
4) Son esos criterios, los que han apoyado la afirmación, de que la acción de personal mediante la
cual se desvinculó laboralmente al recurrente, no reúne las condiciones descritas en la doctrina y
el artículo 8 de la Ley No.107-13. En primer lugar, porque no es el resultado de un proceso
administrativo sancionador, y en segundo lugar, porque el señor Pablo Miguel Monegro Ramos,
no era un tercero frente a su antigua empleadora la Superintendencia de Bancos.
5) Para responder dicho planteamiento, el recurrente Pablo Miguel Monegro, reitera que la
Superintendencia de Bancos, es una institución pública, que por lo tanto, sus relaciones laborales
con ésta, se rigen por Ley 41-08, de Función Pública. Sin embargo, es la misma Ley, la que
establece en el numeral 2, del artículo 2, que, quienes mantienen relación de empleo con
órganos y entidades del Estado bajo el régimen del código de trabajo, quedan excluidas de la
aplicación de la Ley.
6) En tal sentido, al disponer el artículo 6, de la Ley Monetaria y Financiera, No. 183-02, del 21
de noviembre de 2002, en su literal a) que la relación laboral de los funcionarios y empleados al
servicio de la Administración Monetaria y Financiera, se rige por lo dispuesto en dicho artículo,
los reglamentos internos, las disposiciones del Código de Trabajo y la Ley de Seguridad Social,
queda claro, que contrario a lo afirmado por el recurrente, en su caso, no aplican las
disposiciones de la Ley 41-08.
7) En otro de sus considerando, el recurrente plantea, que la entrada en vigencia de la Ley 13-07,
fueron derogadas las disposiciones del artículo 77 de la Ley 183-02, expresada en la
transferencia de competencia del Tribunal Contencioso- Administrativo de lo Monetario y
Financiero, (tribunal que nunca se creó) al Tribunal Superior Administrativo, y que eso también
habría derogado las disposiciones del artículo 6 de la Ley Monetaria y Financiera.
8) El planteamiento hecho en ese sentido por el recurrente, es totalmente insostenible, ante la
realidad de lo ocurrido con la entrada en vigencia de la Ley 13-07. La Ley en cuestión, unificó
en el Tribunal Contencioso Tributario y Administrativo, las
9) De modo que, el artículo 6 de la Ley 183-02, se mantienen vigente y por lo tanto las relaciones
de los funcionarios y empleados de la Superintendencia de Bancos, siguen bajo el régimen del
Código de Trabajo.
10) Finalmente, invitamos fijar atención a las disposiciones del numeral 2 del artículo 2 de la ley
41-08, de Función Pública, el cual dispone: “ Quedan excluidos de la presente Ley, …2 Quienes
mantienen relaciones de empleo, con órganos entidades del Estado bajo el régimen del Código
de trabajo”.
Por tales motivos y los que este Honorable Tribunal pudiera suplir de oficio, la Superintendencia de Bancos
de la Republica Dominicana, tiene a bien reiterar las conclusiones del Escrito de Defensa depositado en fecha
6 de enero del 2017, cuya parte dispositiva es la siguiente:
PRIMERO: DECLARAR inadmisible el presente Recurso Contencioso Administrativo por uno o todos los
motivos siguientes: a) por no cumplir con las exigencias prescritas en el artículo 23 de la Ley 1494 del 9 de
Agosto del 1947, al no identificar ni transcribir el acto contra el que está dirigido; b) por estar dirigidas sus
conclusiones contra una decisión que no constituye un acto administrativo, en los términos y condiciones del
artículo 8 de la Ley 107-13.
SEGUNDO: En cuanto al fondo y para en el improbable caso de que ese tribunal, no acoja las anteriores
conclusiones, RECHAZAR el presente recurso por improcedente, mal fundado y carente de base legal.
TERCERO: CONDENAR al recurrente, Pablo Miguel Monegro al pago de las costas, ordenando su
distracción en favor y provecho de los abogados concluyentes, quienes afirman estarlas avanzando en su
totalidad.
Haréis justicia.
En la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, República Dominicana, a los doce (12) días
del mes de septiembre del año dos mil diecisiete (2017.