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CAPITULO 2.

GEOMETRÍA Y HERMENÉUTICA

La investigación aquí reportada busca comprender mediante la arquitectura y el contexto natural


que la rodea, las motivaciones y las emociones de una civilización. El arte mesoamericano es
testimonio de la construcción de un mundo ordenado e inteligible, que se enfrenta con la realidad
cotidiana y consigo mismo, un mundo de humanos insertos en un orden de cuya razón,
conocimiento y entendimiento, origina su propio pensamiento filosófico. Debemos reconstruir y
entender este pensamiento a partir de la poesía, de las plegarias que hasta el día de hoy se cantan,
de las historias que se cuentan, de la religiosidad, comportamiento y actitud de los pobladores de
las diversas comunidades de México, de los antiguos documentos, códices y lienzos, de la
astronomía propia, del muralismo mesoamericano y de la expresión contemporánea de los
llamados artesanos que yo llamo artistas plásticos. El tema central es una arqueología del espacio
sagrado, que consiste en entender el contexto natural en el que se encuentra inmersa la
arquitectura sagrada o ceremonial mesoamericana. Este contexto lo definieron los antiguos
mesoamericanos como parte de un cosmos armónico, de acuerdo con su pensamiento filosófico.
Para interpretarlo ahora se requiere captar sus espacios con imaginación, más allá de sus
medidas, con una actitud abierta y sensitiva, buscando la razón humana así como sus principios,
causas y valores intrínsecos.
Para ello nos apoyaremos de lo que podemos denominar hermenéutica arquitectónica o
hermenéutica geométrica (cf. Arriarán & Sanabria 1995; Schökel & Bravo 1997; Jones 2000).
Vamos a interpretar los “textos visuales” sagrados que representan la arquitectura y urbanismo
mesoamericano, además de interpretar los documentos antiguos antes mencionados
hermenéuticamente. Esto es, tratar de dar comprensibilidad a los lienzos, códices, pintura mural,
esculturas, etc., no sólo como descripción de los años, nombres y genealogías de los personajes
pintados y de los materiales con que fueron realizados, sino buscando el “significado profundo”,
es decir desde un enfoque sobre el ser humano como parte del engranaje de la naturaleza y el
cosmos del cual forma parte. Los restos materiales son reflejos de sus ideas, reflexiones,
pensamientos, de lo racional, de lo lógico de su cultura. Tratamos de entender la filosofía de esta
civilización a partir de los valores humanos depositados en lienzos, códices, pintura, escultura,
arquitectura, haciendo consciencia que hasta el día de hoy seguimos plasmando gran parte de
esta visión en nuestra expresión artística y que aun no logramos reconocerla como propia.

Acercamiento a la filosofía mesoamericana

Seguramente existieron antes de la invasión europea muchos más documentos pintados y escritos
que los pocos códices que hoy conocemos, pero se han perdido - en parte por el paso del tiempo,
en parte porque fueron destruidos y quemados por los invasores europeos. Como consecuencia
ahora ya no tenemos registros mesoamericanos que específicamente hablen de los adelantos de
sus ciencias ni del alcance de sus reflexiones filosóficas, como lo hacen los documentos
existentes de la cultura China, de la India o de Grecia. Pero encontramos indicios en los restos

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materiales, concretamente en el lenguaje de la arquitectura y urbanismo mesoamericano. Por
ejemplo: no se ha conservado un manual mesoamericano que describa cómo calcular un ángulo
recto o generar un edificio piramidal, pero los restos concretos de los Templos mesoamericanos
demuestran que los arquitectos tuvieron un conocimiento cabal de esta materia. Una mirada
comparativa a otras culturas nos enseña que las estructuras matemáticas y geométricas fueron
muchas veces interpretados como principios rectores y ordenadores del universo simbólico. Lo
mismo tenemos que suponer en el caso de Mesoamérica, y efectivamente tenemos indicios
fragmentarios de ello. Para explorar la extensión de este fenómeno, tenemos que recurrir a
postular e investigar ciertos paralelismos filosóficos generales mesoamericanos y griegos. Con
este método podemos identificar áreas en que las culturas antiguas de México deben haber
desarrollado su propia y profunda filosofía. Insistimos: por la destrucción colonial mucho se
desconoce y por ello se dice que la cuna de la filosofía es Grecia, de hecho sí para la cultura
occidental, pero no para las culturas antiguas de México y por ende de nosotros los mexicanos de
hoy.

IMAGEN 1a. Mitla (travel.webshots.com) - Zona arqueológica de Teotihuacan (archaeology.about.com)

Sabemos que el interés por el estudio de las culturas de Mesoamérica ha sido en gran medida de
investigadores extranjeros y en menor escala de mexicanos, de quienes a través de sus valiosas
investigaciones hoy sabemos algo del pensamiento y religión, de las narrativas y simbologías,
del conocimiento astronómico antiguo y contemporáneo de lo que han llamado culturas
“indígenas”, de la arquitectura y urbanismo, poesía, historia, escultura, de la interpretación de
códices y lienzos, etc. Hoy estas fuentes primarias y secundarias son de consulta obligada, como
los escritos de Fr. Bernardino de Sahagún, de los soldados Bernal Díaz del Castillo y Hernán
Cortés, del P. Fray Diego Durán, P. Hernán Ruíz de Alarcón, Fr. Toribio Motolinía, Fr.
Gerónimo de Mendieta, P. Vasco de Quiroga (cf. Florescano 1999, 2002).
El problema de los estudios que a base de estas fuentes se han llevado a cabo sobre religión,
pensamiento y conocimiento mesoamericano – y en términos generales la visión que la mayoría
de los mesoamericanistas tienen al estudiar las culturas antiguas de México – es que tienden a
reflejar el enfoque de los misioneros y administradores coloniales, es decir de los declarados
enemigos y destructores de la cosmovisión mesoamericana. Consecuencia es una tendencia de
ver “la otra cultura” como exótica (originalmente: “bárbara”), menos desarrollada (“primitiva”),

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y motivada por emociones irracionales (“idolatría”). La religión mesoamericana se presenta
como una mezcla de miedo, ideas fantasiosas, crueldad etc. Para ilustrar el desarrollo del
pensamiento científico al respecto y ubicar mi propia posición, selecciono una serie de citados
representativos de varios autores “clásicos”, muy influyentes en México.

El padre Ángel María Garibay, por ejemplo, nos presenta en el libro Épica Náhuatl la siguiente
introducción:
“La concepción de la historia, sin embargo, en los pueblos indígenas tiene que ser totalmente
distinta de la occidental y, con mayor razón, de la fría, descarnada y sistemática de tenor
científico de nuestros tiempos.
Más que historia, contienen leyenda y mitología: los dioses y los hombres se entremezclan,
los dioses se hacen hombres, o se revisten de caracteres antropomórficos, los hombres se
elevan a la apoteosis y de todo ello resulta una síntesis que, poco útil para la historia, es del
pleno dominio de la creación poética, en su estricto sentido etimológico.
Va la fantasía siempre en pos del mito y la historia misma se pierde en una niebla dorada de
belleza.
Error ha sido tomar como base perfecta de historia lo que es precioso documento de creación
de la fantasía, con bases en los hechos ciertamente, pero que no reproduce los hechos, sino la
concepción de ellos. Entran, por lo mismo, en el campo de la creación artística y son
documentos literarios.....
Cuando el alfabeto salvador conquistó a los indios, más que las armas derruidoras, los
cantares fueron recogidos en su lengua; algunos fueron aprovechados para la narración del
pasado. Y pinturas y cantares, como un lugar común, son siempre citados en las antiguas
escrituras como fuentes de la narración.
Si son de valor histórico o no, no es el punto que ahora estudiamos: nadie puede negar que
sean documentos que nos guardan, ya en la lengua original, ya en la lengua castellana,
vertidos de su primitiva redacción, los conceptos legendarios de los hechos que la fantasía
había revestido de belleza, y, elevando en la creación estética la realidad humana, había
hecho entrar en el dominio de lo que no muere la humilde vida de los indios, hecha heroica
por el canto. Tenemos derecho a hablar, por consiguiente, de una épica prehispánica.
En este lugar sólo vamos a concentrar nuestro estudio a la que se guardo en lengua nahuatl, o
de ella se trasvasó al castellano”.

De manera similar el arqueólogo Alfonso Caso en su libro El pueblo del Sol, en el apartado de
“Magia y Religión” escribe:
“El temor y la esperanza son los padres de los dioses, se ha dicho con gran verdad. El
hombre, colocado ante la naturaleza, que le asombra y anonada, al sentir su propia pequeñez
ante fuerzas que no entiende ni puede dominar, pero cuyos efectos dañosos o propicios sufre,
proyecta su asombro, su temor y su esperanza fuera de su alma y, como no puede entender ni
mandar, teme y ama, es decir adora”.

Algo distinta es la voz de Laurette Séjourné, quien en el año de 1957 publicó su libro
Pensamiento y religión en el México Antiguo:

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“¿Qué fue lo que permitió a los toltecas alcanzar su grandeza incomparable? Evidentemente
esto es un problema sin respuesta posible, porque aunque tuviéramos referencias precisas en
cuanto al origen de sus rasgos culturales – lo que desgraciadamente ni es el caso – no
saldríamos de la ignorancia, ya que ningún análisis lógico es susceptible de explicar la chispa
espiritual que, sola, puede encender una civilización. Pero, como debemos tratar de
comprender, alejaremos los límites del misterio para observar los hechos disponibles.
Existe un personaje que, por estar indisolublemente ligado a la vida de los toltecas, nos
proporciona un hilo conducto: Quetzalcoatl…. Su imagen –la serpiente emplumada- poseyó
para los pueblos precolombinos la misma fuerza de evocación que el Crucifijo para la
Cristiandad. En Tenochtitlan continuaba siendo objeto de la más profunda veneración.
Además de ser invocado como creador del hombre y de sus obras, era tenido con el patrón de
dos instituciones que representaban la base misma de la vida social y religiosa azteca: el
sacerdocio y los colegios de los príncipes.” (Séjourné, 1957:31)
“El principio de unicidad inherente a la religión – principio que tiene muy poco que ver con
la calidad y el número de los dioses – significa que el hombre ha descubierto un centro en sí
mismo y que concibe el universo a partir de ese centro.
Es decir, que la esencia de todo sistema religioso reside en la revelación de un alma
individual estrechamente ligada al alma cósmica: se trata, en una palabra, de la divinización
del hombre. No siendo sino perecederas producciones del intelecto sometidas a las
circunstancias sociales, los dioses son secundarios y, considerados como un fin en sí, no
pueden inducir más que a error. Así pues, si no queremos que una religión se nos oculte bajo
el amontonamiento de inertes detalles técnicos, es necesario esforzarnos por redescubrir la
revelación que, inevitablemente, está en su origen…. (Séjourné, 1957:63-64)
Al término del Arcaico, durante el período llamado formativo por estar situado en la víspera
de la eclosión de las altas culturas, aparece el dios más antiguo de la religión nahuatl, el Dios
del Fuego tal como será venerado todavía por los aztecas: un hombre viejo, de rostro muy
arrugado, llevando un brasero en la cabeza. Las imágenes de esta divinidad han sido
encontradas en el primer templo conocido de Mesoamérica –un edificio circular, a las puertas
mismas de la ciudad de México- asociado a figurillas y a una cerámica típicamente arcaicas.
Estas primeras expresiones del espíritu religioso quedarán bastante tiempo aisladas, porque el
templo y Huehueteotl (huehue: viejo, y teotl, dios) constituyen en Cuicuilco los únicos
elementos del culto divino…. Se ignora la duración de este centro ceremonial, destruido por
la erupción de un volcán. Con la ayuda de estudios comparativos ha sido posible establecer
que su fin debe remontarse aproximadamente a los últimos siglos anteriores a nuestra era: 1
como todos sus rasgos culturales –cerámica y figurillas arcaicas, Dios del Fuego y sistema de
construcción- no se encontraron más que en Teotihuacan (a 50 kms. de la ciudad de México
D.F.), se dedujo que esta última debió seguir directamente a la que fue sepultada bajo ocho
metros de lava.
En sus principios, Teotihuacàn descansa entonces sobre bases principalmente arcaicas. Muy
pronto, sin embargo, la magra semilla religiosa venida de Cuicuilco produce sobre el suelo
nuevo una floración prodigiosa: la religión náhuatl en toda su riqueza. Y al mismo tiempo
que artistas pintan y esculpen en la inmensa metrópoli sagrada los signos de su lenguaje
simbólico, todos los conocimientos que caracterizan las civilizaciones mesoamericanas
alcanzan allí, en más o menos tres siglos, su forma definitiva.

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Los orígenes de esta alta cultura constituyen el más hermético de los misterios. Basándose
sobre la existencia de ciertos motivos tomados de los países tropicales –serpiente, quetzal,
caracoles marinos o tortuga-, se ha hablado de un aporte cultural del Sur; pero, si bien
procedentes de otras zonas, estos motivos están tan fuertemente integrados al conjunto
espiritual teotihuacano, que es imposible suponer que hayan podido ser trasplantados ya
convertidos en símbolos.
Esto indica, naturalmente, el conocimiento de estas especies, lo que es muy natural puesto
que la arqueología ha demostrado la facilidad con que viajaron siempre las poblaciones de
estas comarcas, pero de ningún modo el trasplante de rasgos culturales elaborados. Además
está comprobado que el simbolismo, tal como lo revivieron los aztecas siglos más tarde, no
se encuentra, por esta época, en ninguna otra parte.” (Séjourné, 1957:91-92)

Fue Miguel León-Portilla quien, siguiendo a Garibay y basándose en sus propios detallados
estudios filológicos, divulgó el término “filosofía náhuatl” en un libro muy influyente que tuvo
precisamente este título y varias otras publicaciones posteriores. Pero duró hasta tiempos
bastante recientes para que investigadores comenzaran a considerar los aspectos científicos y
filosóficos de la civilización mesoamericana, en el inicio todavía desde una visión plagada por
los paradigmas y prejuicios coloniales heredados de los frailes españoles.
Así tenemos que en 1994 se llevó a cabo un Simposio sobre ‘Arqueoastronomía y
Etnoastronomía en Mesoamérica’, del que se publicó la memoria de las ponencias de los
conferencistas participantes. Particularmente interesante es la ponencia de la investigadora
Johanna Broda, titulada “Cosmovisión y observación de la naturaleza: el ejemplo del culto de los
cerros”, donde la autora revisa los avances en estos campos de estudio:

“La arqueoastronomía y la etnoastronomía estudian las observaciones exactas sobre la


astronomía en relación con la cosmovisión tales como existían en las civilizaciones arcaicas,
y se pueden conocer en las sociedades campesinas indígenas actuales. La posición de estas
disciplinas con respecto a lo que construye la ciencia, necesariamente tiene que ser muy
general. La ciencia de las civilizaciones arcaicas se ve históricamente determinada como
parte de un todo social, al igual que la ciencia moderna es el producto histórico de la
evolución cultural occidental, pero no representa el único parámetro para definir lo que es la
ciencia….
Las fuentes para la investigación sobre calendarios y astronomía son códices y crónicas
históricas referentes a la época prehispánica. Además, la nueva disciplina de la
arqueoastronomìa deriva su principal fuente de información del estudio de las orientaciones
en la arquitectura y en los sitios arqueológicos. Estas orientaciones expresan la coordinación
que existía entre el tiempo y el espacio en la cosmovisión mesoamericana, y pueden ser
relacionados, en la mayoría de los casos, con las fechas de la salida o puesta del sol en días
específicos del ciclo solar, mientras que algunas de ellas se conectan también con fenómenos
estelares.
El interés del estudio de las orientaciones de sitios arqueológicos consiste, precisamente, en
el hecho de que constituyen un principio calendárico diferente a aquél representado en las
estelas y los códices. Se trata, sin duda, de un principio ajeno al pensamiento occidental. La
“escritura” con la cual se escribe es, en este caso, la arquitectura y la coordinación de ésta

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con el ambiente natural. Un sistema de códigos se plasma en el paisaje.
Edificios aislados, conjuntos de edificios y planos de asentamientos de sitios enteros
muestran ciertas orientaciones particulares; en muchos casos, estos sitios están coordinados
con puntos específicos del paisaje: con cerros y otros elementos naturales, o también con
marcadores artificiales en forma de símbolos o de edificios construidos en estos lugares. A lo
largo de los últimos años se han hecho mediciones de muchos sitios, lo cual permite concluir
que un gran número de estas orientaciones estaban diseñadas intencionalmente para marcar la
dirección de la salida o puesta del sol y/o la de estrellas y constelaciones en determinadas
fechas.
En algunos casos las tablas de fenómenos estelares del pasado nos permiten sugerir la fecha
de construcción del edificio en cuestión. El testimonio arqueológico plasmado en las
orientaciones comprueba que se observaban determinados fenómenos astronómicos sobre el
horizonte, y que los pueblos prehispánicos tenían la capacidad tecnológica de diseñar y
construir edificios en la coordinación exacta con el fenómeno natural que querían hacer
resaltar. El estudio de las orientaciones abre, pues, nuevas perspectivas de investigación
donde las inscripciones en estelas, los códices y las demás fuentes históricas guardan
silencio. A través de las mediciones de campo es posible seguir ampliando este nuevo tipo de
documentación.” 1

En un artículo de la misma Johanna Broda, publicado en la revista Arqueología Mexicana


(enero-febrero de 2009, p. 40) bajo el título “Simbolismo de los volcanes-los volcanes en la
cosmovisión mesoamericana” encontramos lo siguiente:

“Los volcanes, las altas cumbres nevadas y el fuego que contienen en su interior, han
desempeñado un papel importante en la cosmovisión de los pueblos indígenas que han
habitado el Altiplano Central de México desde tiempos inmemorables. Así, se ha sugerido
que la primera deidad importante que los pueblos de la Cuenca de México representaron en
esculturas e incensarios fue Xiuhtecuhtli-Huehuetéotl, el anciano dios del fuego, en clara
referencia al vulcanismo como fuerza amenazante de la naturaleza.
Al estudiar la cosmovisión como visión estructurada en la cual los antiguos mesoamericanos
combinaban de manera coherente sus nociones sobre el medio ambiente en que vivían, y
sobre todo el cosmos en que situaban la vida del hombre, partimos de la ubicación de estas
creencias en el mundo real. Aquí se propone estudiar la cosmovisión a partir del entorno
geográfico y aplicar un enfoque histórico que reivindica los numerosos y sofisticados
conocimientos y observaciones acerca de la naturaleza que desarrollaron los pueblos
mesoamericanos.
Simultáneamente, en la construcción de su cosmovisión, estos pueblos mezclaron
conocimientos exactos con creencias mágicas acerca de la existencia y la actuación de los
cerros que eran concebidos como seres vivos.
Los más poderosos entre ellos eran los grandes volcanes que dominan el paisaje del Altiplano
Central…. La arqueastrononía investiga los fenómenos solares que se presentan en ciertas

1
Para una introducción al amplio tema de la arqueoastronomìa y etnoastronomìa de Mesoamèrica, véanse las diferentes obras de
Aveni (1977 y muchas publicaciones posteriores), Broda & Iwaniszewski & Miranda Montero 2001, así como Tichy 1981, 1991.

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fechas del año a la salida o la puesta del sol en el horizonte, fenómenos que fueron
observados desde puntos escogidos del paisaje, desde cerros o desde estructuras
prehispánicas deliberadamente construidas en ciertos lugares. Estos alineamientos entre los
volcanes fueron establecidos en términos del calendario mesoamericano.
Se derivaban de la observación de los astros, lo que a su vez permitió la construcción del
calendario.”

Este interesantísimo acercamiento nuevo debe conectarse con una sensibilidad para los aspectos
simbólicos y filosóficos, a que ya se refirió Sejourné en sus trabajos pioneros.

“El jeroglífico náhuatl más familiar es una figura que, bajo infinitas variantes, está formada
siempre por cuatro puntos unificados por un centro, disposición llamada quincunce. Como lo
demostró Eduard Seler, el cinco es la cifra del centro y éste a su vez, constituye el punto de
contacto del cielo y de la tierra. Para mayor exactitud, el quincunce designa además la piedra
preciosa que simboliza el corazón, lugar de encuentro de los principios opuestos. He aquí
entonces reunidos en un signo todas las características del Quinto Sol –el corazón del Cielo-,
expresadas por la mitología…..
Parecería que el quincunce no es más que una estilización del cuadrilátero y del triangulo,
figurando su centro el vértice de la pirámide reducido a una figura plana. [Si se levantan
líneas a partir de cada uno de los vértices de un cuadrilátero hacia un punto central situado
encima del mismo, se obtendrá un cuerpo piramidal.] Así como los mitos, la simbología
teotihuacana expresa entonces el concepto de los cuatro elementos primordiales salvados por
un centro unificador, concepto que constituye el núcleo mismo del pensamiento nahuatl y
que determinó sus más importantes expresiones….
Modelo perfecto de concisión, el quincunce es de una complejidad más rica todavía. Se ha
demostrado ampliamente que la revolución sinódica de Venus, de 584 días, tenía en
Mesoamèrica un papel primordial. Los cálculos que recubren las estelas y los códices mayas,
por ejemplo, tienen por fin principal registrar las conjunciones, pasadas y futuras, del planeta
y del sol sobre lapsos considerables.…
Todo está admirablemente estructurado. ¿No es, en efecto, el Quinto Sol el del hombre-dios
cuyo corazón se convirtió en el planeta Venus? ¿Y no es justamente Quetzalcoatl quien
inauguró la Era del Centro revelando la existencia de una fuerza capaz de salvar la inercia?
Pero hay más. El quincunce acompaña también al dios del fuego –igualmente dios del centro
y llamado por este hecho “ombligo de la tierra” –, que, bajo el nombre de Xiuhtecutli,
representa al Señor del Año o el Señor de la Piedra Preciosa. Esto viene a confirmar que el
principio de la ley del centro, simbolizado por el Quinto Sol, está concebido como el
elemento calor-luz en unión dinámica con la materia.
A pesar de la triste insuficiencia de las exploraciones, la arqueología hace posible entrever
que Teotihuacan refleja al infinito imágenes de ciclos en el interior de los cuales la Ley del
Centro ha abolido la fragmentación de los contrarios. Basados sobre las revoluciones de los
astros y sobre arduos cálculos, estos ciclos van, partiendo del más simple –el de la muerte y
resurrección anual de la naturaleza-, hasta englobar unidades inmensas que tienen por fin la
búsqueda mística de los momentos de liberación suprema, es decir, las concordancias entre el
alma individual y el alma cósmica, el tiempo y la eternidad, lo limitado y lo infinito.

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Es probable que ni un detalle de la Ciudad de los Dioses haya sido dejado al azar y que los
cómputos astronómicos que los mayas se complacieron en inscribir sobre sus monumentos y
en sus libros, están implícitos en cada una de sus medidas, de sus líneas, de sus ornamentos.
La rigurosa precisión con la cual la mitología y el simbolismo expresan el pensamiento
náhuatl sería imposible sin la existencia previa de una ciencia exacta: piénsense en las
especulaciones que habrán sido necesarias para llegar a formular todo un tratado de
metafísica en una sola figura.”

Los cinco puntos en cruz o quincunce – La cruz de Quetzalcoatl llevada por un Dios del Fuego – La Cruz de Quetzalcoatl – El
símbolo de Venus (Séjourné 1957: 102, 104, 106, 107)

Estos textos muestran la búsqueda de un nuevo acercamiento al pensamiento mesoamericano


como ciencia y arte, como elemento civilizatorio, como universo simbólico, que tiene mensajes
relevantes para hoy. Además es importante tomar en cuenta que la civilización mesoamericana
no es algo solamente del pasado: aunque fue muy dañada por la invasión colonial, una parte de
su pensamiento y simbología sigue viva hoy en día - observación que fue el punto de partida para
los estudios interpretativos en la serie Códices Mexicanos, publicada por Ferdinand Anders,
Maarten Jansen, Luis Reyes García, Gabina Aurora Pérez Jiménez y su escuela en el Fondo de
Cultura Económica (1991-1997). De ahí que podemos encontrar el pensamiento mesoamericano
vivo en los discursos ceremoniales, narrativas profundas y plegarias religiosas de hoy. Carmen
Cordero Avendaño de Durand realizó una investigación sobre la cultura chatina actual y explica
en la introducción a su libro Stina JO ´O Kucha-El Santo Padre Sol (1986) lo siguiente:

“Al adentrarme en el conocimiento del derecho consuetudinario chatino, me dí cuenta que


utilizaban un sistema similar, en el fondo, al de todos los grupos indígenas.......Al mismo
tiempo, me encontré atraída por sus ceremonias y rituales tanto de la vida cotidiana y cívica,
como de la religiosa, porque através de ellos resulta más accesible el estudio de sus
costumbres, se puede apreciar gran parte de su realidad social y religiosa, la originalidad de
su cultura se presenta como un hecho contundente, ya que a pesar de la influencia ejercida
por la cultura europea, ha prevalecido gran parte de sus creencias. Por lo anterior mi trabajo
evolucionó hacia los diferentes aspectos de lo que considero las facetas del alma chatina,
interesándome sobre todo en ese culto persistente al sol que no ha podido ser destruido ni
suplantado por otro, como se demuestra en las plegarias dirigidas a su dios, al Santo Padre
Sol, recitadas en las ceremonias chatinas….
De estas Plegarias se desprende y nos hace sentir esa fuerza que ha mantenido a este grupo
étnico unido, para confrontarse desde hace ya más de cuatro siglos a la influencia y presión
occidental. Ese afán de continuidad, de no interrupción, para no perder sus raíces, su yo, su
homogeneidad, no perder el recuerdo de sí mismos y continuar cumpliendo con esos

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preceptos, esas reglas de conducta que los hacen definirse como un grupo original, como
chatinos, para poder hacer frente a la sociedad que los domina, esa lucha que para ellos es sin
fin como lo dice el anciano: ....’el que nos sucede va a seguir haciendo lo mismo, no debe
hacer interrupción, esa es la fuerza, no deben detenerse siempre debe hacer una continuidad,
para que siga viva la costumbre, la creencia. Ustedes Señores son los conservadores de
ellas’.”(Cordero 1986: 13).

Estas investigaciones y planteamientos dan pie a diversos cuestionamientos y consideraciones


que quisiera desarrollar aquí con respecto al paisaje ritual, o mejor dicho al espacio sagrado
mesoamericano. Mi pregunta principal enfoca la posible conexión del simbolismo religioso con
observaciones y planeaciones geométricas, de las cuales podemos encontrar indicaciones
sugerentes hasta hoy día en las orientaciones y posiciones de los edificios ceremoniales.

El paisaje de Oaxaca

Para adentrarnos en el paisaje mesoamericano, debemos resumir y recordar los datos más
importantes al respecto (que tomo de García Mendoza, Ordoñez y Briones-Salas 2004).
Mesoamerica se extiende desde el trópico de Cáncer, hacia la frontera con Colombia como una
cadena de cerros de poca elevación que a medida que avanza hacia el sur, sus alturas se elevan
cada vez más, lo que pone de manifiesto la gran actividad geológica. El punto más sobresaliente
de toda esta actividad geológica y más cercana al centro de Mesoamérica es el eje de las mayores
elevaciones del país, como el Pico de Orizaba o Citlaltépetl (5.610 m), el Popocatépetl (5.462
m), la Iztaccíhuatl (5.286 m), el Nevado de Toluca (4.690 m), La Malinche (4.461 m) y el
Nevado de Colima (4.340 m). Este delimita numerosos valles de tierras altas, entre ellos los de
Toluca, México y el Cholula Tlaxcalteca (Poblano-Tlaxcalteca). Todos estos volcanes y
montañas son de gran trascendencia en el pensamiento filosófico Mesoamericano.
Al sur de las serranías transversales se encuentra la fértil región del Bajío y numerosos valles de
tierra fría o templada, como la Meseta Tarasca, los valles de Toluca, México, y el de Cholula
(hoy conocido como Poblano-Tlaxcalteca) – lugares de los más importantes asentamientos de la
civilización mesoamericana.
Al sur del Eje Neovolcánico rodeada por altas montañas que dificultan su comunicación se
localiza la región más baja de todo el país conocida como Depresión del Balsas, esta corresponde
al cauce medio del río Balsas- Atoyac, las prolongaciones al sureste de la sierra Madre Oriental
son conocidas como Sierra Madre de Oaxaca o de Juárez, que concluye con la Sierra Madre del
sur en el istmo de Tehuantepec. Al oriente de ella se encuentran la Sierra Madre de Chiapas y las
serranías del Soconusco, que enmarcan la Mesa Central de Chiapas, una zona de unos 1200
msnm de clima frío en plena zona tropical. La Sierra Madre de Chiapas tiene su pico culminante
en el volcán Tacaná, a 4117msnm, en la frontera Chiapaneca con Guatemala, ya en lo que hoy
conocemos como Centroamérica. Esta región contiene varios niveles montañosos unidos a las
estructuras de América del Norte y de América del Sur, y por estar dominado por dos sistemas
geológicos, es uno de los grandes ejes volcánicos de la Tierra. Cuenta con unos 60 volcanes en el

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interior (casi todos apagados) y 31 sobre la costa del océano Pacífico (la mayoría activos); y
algunos se elevan a más de 4.000 msnm. La superficie terrestre asciende abruptamente desde la
región costera del océano Pacífico a las crestas de las montañas, y desciende gradualmente en la
región que se extiende a lo largo del mar Caribe, su corteza terrestre es especialmente inestable,
ya que se encuentra en el borde occidental de la placa tectónica del Caribe. La subducción de la
corteza oceánica de este borde, que empezó de acuerdo con los investigadores hace
aproximadamente unos 25 millones de años, elevó la tierra desde el mar.
El Nudo Mixteco es donde se unen la Sierra madre Oriental y la Sierra Madre occidental,
también es el lugar donde nacen los ríos Papaloapan y Balsas, los ríos de México se agrupan en
tres vertientes. La vertiente del Pacífico, la del Golfo y la vertiente interior, la mayor parte de
ellos tienen poco caudal, y casi ninguno es navegable.
México alberga numerosos lagos y lagunas en su territorio siendo uno de los 18 países
megadiversos del mundo. Con alrededor de 200,000 especies diferentes, México es hogar de 10–
12% de la biodiversidad mundial. México califica primer lugar en biodiversidad de reptiles con
707 especies conocidas, segundo en mamíferos con 438 especies, cuarto en anfibios con 290
especies, y cuarto en flora, con 26,000 diferentes especies. México es también considerado el
segundo país en el mundo en ecosistemas y el cuarto en total de especies, esta gran biodiversidad
en su mayoría la encontramos en el territorio que conforma el actual estado de Oaxaca que está
de cierta manera, directamente relacionado con su fisiografía y con la composición de su
sustrato; estos, a su vez, han sido originados por una evolución geológica compleja que registra
más de mil millones de años de historia.
Particularmente la región de la Mixteca, al igual que América Central, es una de las zonas más
biodiversas del mundo. Principalmente se encuentran: venados, jaguares, pumas, colibríes,
torogozes, quetzales, zopilotes, tapires, guacamayas, vibóras de cascabel, etc., fauna representada
en el arte visual y en los documentos antiguos.

IMAGEN 1b. Biodiversidad en Oaxaca (wwf.org.mx)

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Oaxaca es uno de los estados de la república mexicana con mayor variedad geológica. En sus
montañas y valles se pueden observar los diferentes tipos de roca que forman su sustrato. La
naturaleza de estas rocas, su composición y el tipo de fósiles que contienen son piezas clave para
la reconstrucción de la geografía del planeta en el pasado.
Las rocas más antiguas del estado de Oaxaca son rocas metamórficas precámbricas, que
actualmente forman una gran porción de la región nórtica y céntrica. Estas fueron originadas de
una zona de colisión continental que ensambó el super-continente Rodinea hace 900 millones de
años. Las evidencias sugieren que durante un periodo prolongado estas rocas se encontraban en
Sudamérica, hasta que en el paleozoico tardío fueron transferidas a Norteamérica por otro evento
de choque entre continentes. En el paleozoico medio se forman las rocas metamórficas en la
región occidental del estado. A partir del paleozoico tardío y durante la mayor parte del
mesozoico se sucedieron en el territorio oaxaqueño al menos tres periodos alternados de invasión
del mar y de emersión de las tierras, con erosión y formación de rocas continentales. Su
paleogeografía sufrió cambios importantes en el jurasico, cuando la región oriental y el istmo
fueron desplazados a su posición actual ya que se encontraban a mayores latitudes. Al final del
mesozoico y principios del cenozoico, un evento de deformación cambia radicalmente el paisaje:
los mares se retiran permanentemente y en su lugar queda uno formado por montañas y valles
aunque existen relictos de este paisaje. La mayoría de los elementos fisiográficos que
observamos actualmente fueron originados por la actividad volcánica y la formación de
montañas asociadas al movimiento de grandes fallas, ocurridos en los últimos 65 millones de
años.

IMAGEN 2a. Panteón Mesoamericano en la región de Yucuhiti - Nuyoo

Hasta la fecha, en Oaxaca se han descubierto seis terrenos tecto-estratigráficos. Los terrenos
Oaxaca o Zapoteca y Maya contienen las rocas más antiguas del estado. Sus rocas originalmente
se encontraban distribuidas en una configuración geográfica distinta, formando el bloque
Oaxaquia, un micro continente que probablemente existió durante el precámbrico y el
paleozoico, ya que fue fragmentado durante el mesozoico.
El territorio mixteco es formado por rocas oceánicas que quedaron atrapas en una zona de
choque entre continentes; el terreno Juchatengo, también originado por rocas del fondo oceánico,
y los terrenos Juárez (también conocido como Cuicateco) y Xolapa, constituido por rocas
mesozoicas, y tal vez paleozoica, que quedaron atrapadas en zonas de desplazamiento lateral de

93
grandes bloques.
Aparentemente es en los últimos 65 millones de años cuando se moldea el paisaje de Oaxaca como
lo conocemos hoy. Hay dos procesos principales que seguramente originaron la fisiografía que se
observa actualmente:
1) La emisión de grandes volúmenes de lava que dieron lugar a montañas de origen volcánico,
2) Formación de montañas y valles debido al movimiento de grandes fallas regionales.
Las montañas que se formaron después de la Orogenia Larámide fueron erosionadas hasta
quedar a poca elevación con respecto al nivel del mar. En el Eoceno-Oligoceno (56-23 Ma), en el
estado existieron grandes extensiones cubiertas de los productos de un magmatismo activo; en
ellas se formaron probablemente edificios volcánicos, domos y derrames en forma de mesetas
que cerraron el drenaje dando lugar a la formación de lagos.
Restos de estas rocas se encuentran en la región de Huajuapan-Tamazulapan, Yanhuitlán-
Nochixtlán y los valles centrales.

IMAGEN 2b. Restos marinos fósilizados sobre la roca en la Estancia Oax.

Existen una gran cantidad de evidencias geológicas que muestran que los continentes se han
movido y han cambiado de forma en el pasado. Para saber cuál era la posición geográfica de los
continentes en el pasado, los geólogos se basan en una serie de pruebas obtenidas de una serie de
rocas y fósiles. En el caso de Oaxaca, han estudiado dichas rocas fósiles para reconstruir su
evolución geográfica a lo largo de más de mil millones de años de historia natural.
El entorno geológico del estado de Oaxaca es uno de los más complejos e interesantes del país
tanto por su variedad, ya que en este territorio se encuentran rocas muy antiguas, localidades
fosilíferas únicas en el mundo, estructuras y grandes rasgos tectónicos etc., como por el papel
que desempeña en la historia del continente americano. Sin embargo, el conocimiento que se
tiene de sus rocas se encuentra todavía en una etapa preliminar.
A pesar de que el entorno geológico de México, específicamente el del estado de Oaxaca

94
desempeña un papel muy importante en la reconstrucción de la historia de la diversidad biológica
actual, en la evolución de la fisiografía y de los cambios climáticos; estudios que podrían arrojar
datos interesantes y que permanecen abiertos se relacionan con entender y modelar la interacción
de la geología, el suelo, la biosfera y la atmósfera del estado con la diversidad cultural. Por
ejemplo, la Sierra Mazateca y la Sierra Madre del Sur, que fueron originadas por grandes fallas
representan barreras orográficas, que dan lugar a la diversidad de climas actuales, que van de
húmedos en sus vertientes costeras a árido en la zona central y oriental del estado generando una
respuesta cultural específica.

IMAGEN 3a. Panteón mesoamericano en Santiago Apoala Oax.

La composición mineralógica de las rocas desempeña un papel muy importante en el origen y


composición de los suelos, y es un factor determinante en el tipo de flora, fauna y cultura que se
desarrolla sobre ellas, por lo cual es recomendable considerar la geología y ecología muy rica y
diversa a partir de las cuales nace el panteón mesoamericano y las montañas sagradas que
encontramos referidas en códices y lienzos e incluso en las Relaciones Geográficas de Oaxaca
(Acuña 1984), donde los frailes las señalan como "lugares embrujados". (IMAGEN 1)

IMAGEN 3b. Cerro del Catrín en San Jerónimo Otla Oax.

95
Todos los datos anteriores nos permiten comprender la influencia del contexto geográfico en el
desarrollo de la civilización mesoamericana. Arriba vienen citados de acuerdo con el paradigma
de la geología moderna. Para los mesoamericanos los elementos de este espacio natural eran – y
son – seres vivos de enormes fuerzas, deidades que nos permiten vivir.

IMAGEN 4. Yucucuy en el Lienzo de Otla – Yucucuy en el Lienzo de Tlapiltepec – Yucucuy en el Lienzo de Nativitas

Pero las antiguas civilizaciones de México, no eran meros adoradores de la lluvia y de los
montes sólo por obtener buenas cosechas ni generaron su pensamiento y religión (con sus
calendarios agrícola y ritual) sólo por temor a lo que no entendían, preocupados por la fertilidad
de la tierra.
Observadores muy precisos de su contorno natural, desarrollaron un concepto del mundo a partir
del profundo conocimiento de la biodiversidad que los rodeaba, es decir conocían la flora y la
fauna así como de minerales y de las montañas que conformaban parte de su contexto natural.
Esto les llevó a interpretar lo que pasaba en la bóveda celeste y en la Madre Tierra en términos
de números y ciclos calendáricos. Así descubrieron la astronomía y la geometría que es la forma
más concreta y sin embargo más abstracta de razonamiento, que rige el movimiento de los astros
y las estaciones, y que se observa en las formas geométricas cuadradas, triangulares y circulares
así como en las proporciones y la armonía, al igual que el crecimiento se expresa mediante la
repetición de patrones, es decir la repetición de las mismas proporciones.
Todo esto resultó en un conocimiento matemático, geométrico, astronómico, arquitectónico y
urbano. Las partes de un todo ni siquiera necesitan estar en la misma proporción, sino que
pueden ser un armónico de dicha proporción. Estas proporciones están regidas por la proporción
áurea, que aparece una y otra vez en las obras de las antiguas civilizaciones de México, así como
en el crecimiento de los seres vivos como la víbora de cascabel, es por eso que en Mesoamérica
la geometría es sagrada como la de los seres vivos. (IMAGEN 5)

IMAGEN 5. Sección aurea occidental – sección aurea mesoamericana

96
Estos enormes procesos de formación durante millones de años - la emisión de grandes
volúmenes de lava que dio lugar a montañas de origen volcánico y la formación de montañas y
valles debido al movimiento de grandes fallas regionales – se reflejan en el carácter del Panteón
Mesoamericano, y generan conceptos como el Lugar donde moran los ancestros, el camino de
los ancestros; pero ¿quiénes son los ancestros?
La causa primera de nuestro planeta nos remonta al tiempo de las erupciones volcánicas que
fueron estructurando la arquitectura continental que la tierra presenta en la actualidad. Los
volcanes arrojan chispas ardiendo y fuego que forma ríos de lava al rojo vivo. Las chispas son
representadas por las abispas o luciérnagas. La lava llega a cubrir kilómetros a su alrededor,
conforma grandes bancos de piedra volcánica de diferentes tamaños - al enfriarse muchas de
ellas presentan formas de apariencia estriada o rugosa, y se convierten en espacios sagrados,
lugares donde la piedra volcánica es la manifestación de la Madre Tierra, lugares que fueron
dedicados a los dioses. De estos procesos nace el panteón mesoamericano, que también es la
representación más antigua de nuestros ancestros. Por eso los antiguos mexicanos construyeron
templos en honor a Huehueteotl, "Dios viejo", el Dios del Fuego. Por las características que
presenta Huehueteotl lo entendemos como la divina fuerza del origen, que simboliza al Santo
Padre Sol y las Sagradas Montañas. Como en el caso de muchas otras deidades mesoamericanas
encontramos en su carácter e imagen aspectos duales, que permiten verlo como masculino y
femenino a la vez. Esta característica dual la comparte, por ejemplo, con otro ser primordial: el
Ñuhu o Espíritu de la Tierra en la religión mixteca, que hasta hoy es invocado como "San
Cristobal, Santa Cristina, Santo Lugar".
Existe una serie de antiguas obras de arte en que Huehueteotl es representado por la imagen de
un personaje con el rostro arrugado, como una de las tantas formas que adquiere la lava al
solidificarse. En una estatua de Cerro de las Mesas, que data de la época clásica, lo vemos
sentado con las piernas cruzadas y las manos sobre las rodillas en actitud de sapienza y
experiencia. (IMAGEN 6a)
A la altura del ombligo presenta un anillo rodeando la parte media del cuerpo como significando
el cuerpo de una mujer cuando ha dado a luz y los pechos de una mujer de edad que amamantó a
sus hijos. (IMAGEN 6b)
En ambos lóbulos de las orejas tiene un arete con forma circular en bajo relieve rodeando una
parte plana pintada con un color más claro y al centro un punto pintado con un color igual al bajo
relieve que lo enmarca, sobre la frente carga un rectángulo dividido en cuatro partes en bajo
relieve en cuyo centro tiene un pequeño círculo. (IMAGEN 6c)
Sobre la cabeza presenta un volumen circular; la cubierta de la parte baja es plana y en la
superior es cóncava, sugiriendo que se trata de la bóveda celeste. Es decorado por una serie de
bajo relieves en forma de cruz en cuyo centro tiene un círculo, estas cruces se encuentran
delimitadas entre ellas por un par de líneas verticales. Esta cruz como esquema simbólico puede
representar las cuatro direcciones, connotando el recorrido del Sol durante las 4 estaciones. Las
dos líneas verticales que delimitan cruces iguales nos hacen pensar en el sentido conceptual de la
cruz como el espacio sagrado donde moran nuestros ancestros que nos dieron vida, el origen

97
mismo del universo convirtiéndose en el principio filosófico que encontramos en los
asentamientos sagrados mesoamericanos. (IMAGEN 6d)
Pero esta secuencia de motivos a la vez hace un juego con nuestra percepción, ya que también
podemos leerlos como signos que representan una cancha para el juego de pelota (tlachtli) y los
círculos intercalados pueden representar pelotas.

IMAGEN 6a. Dios Huehueteotl

98
IMAGEN 6b. A la altura del ombligo presenta un anillo rodeando la parte media del cuerpo como significando el cuerpo de una
mujer cuando ha dado a luz y los pechos de una mujer de edad que amamantó a sus hijos

IMAGEN 6c. Aretes con forma circular y en la frente presenta un rectángulo dividido en 4 partes en bajo relieve en cuyo centro
tiene un pequeño círculo

IMAGEN 6d. Volumen circular; la cubierta de la parte baja es plana y en la superior es cóncava

Analizando el significado de esta deidad tenemos que el fuego destruye pero también provoca
que la tierra reverdezca por lo que es dual, es decir el Fuego purifica y el Sol provoca que la
tierra sea nuevamente fértil. En el caso de los volcanes después de hacer erupción todas las
tierras a su alrededor se vuelven fértiles. Las cuevas y nacimientos de agua podemos
considerarlos como lugares sagrados dedicados a nuestra Santa Madre Tierra y nuestro Santo
Padre Sol; es decir representa simultáneamente a la vida y el fenecer. Este principio femenino se
conoce en lengua náhuatl como Tonantzin (nuestra venerada madre) y Toci (nuestra abuela): es
la señora que crea el origen y el principio, provoca temblores. Por eso el movimiento del corazón
de la Santa Madre Tierra simboliza el constante movimiento de la vida con el desollamiento de la
tierra, sus senos flácidos simbolizan que ha amamantado como la Madre Tierra que es. De ella
nacen el Aire, el Agua y el Fuego: Huehueteotl en la advocación de la Madre Tierra y el Santo
Padre Sol que son los que propician la vida y el renacer cíclico de todos los seres vivos. Esto es
lo que podríamos llamar el panteón primordial mesoamericano.
Con este análisis de las asociaciones simbólicas del Dios Huehueteotl encontramos que el rostro
arrugado puede simbolizar el origen, la causa primera de nuestro planeta: nos remonta al tiempo
de las erupciones volcánicas que fueron estructurando la arquitectura continental que la tierra
presenta en la actualidad. Por eso el personaje es representado como una persona mayor que
ostenta todo el conocimiento ancestral sentado con las piernas cruzadas y las manos sobre las
rodillas.

Esquemas mentales y geométricos: un posible paralelismo con la filosofía griega


Encontramos en tales imágenes formas geométricas y proporciones que nos guían a explorar
cómo las civilizaciones antiguas de México pueden haber formado su pensamiento filosófico a
través de los paralelismos con la naturaleza ("arquitectura divina") y cómo lo pueden haber
expresado en el lenguaje geométrico de la arquitectura. Las imágenes antiguas tienen su
significado que se puede leer a través de estudios iconográficos. A la vez son composiciones
complejas, en que formas fundamentales se repiten y se relacionan, generando referencias

99
"intertextuales" y estructuras de asociaciones, a veces mas allá de sus significados primarios y
objetivos. La forma circular de las orejeras de Huehueteotl simplemente es propia de estos
artefactos que sirven para embellecer la persona, pero en un nivel de uso sobredeterminado de
elementos geométricos, remite a la vez a otras formas circulares, como la del sol o la de la
superficie redonda de la tierra, que en este contexto de una figura divina, obtienen una carga
religiosa adicional.
Para demostrar las posibles implicaciones filosóficas del uso simbólico de la geometría quiero
referirme a un ejemplo del antiguo mundo griego. Un texto fundamental para la historia de la
arquitectura es el diálogo Timeo o de la naturaleza, del filósofo griego Platón.2 No pretendo ser
especialista pero encuentro en este texto una gran inspiración, ya que nos permite relacionar
cosmología, filosofía y arquitectura de una manera profunda a través de una doctrina acerca de
las relaciones espaciales. La herencia tangible e intangible de Mesoamérica sugiere que en esta
parte del mundo igualmente se estableció tal interrelación como base de la arquitectura. Se trata
de una materia compleja, cuya aplicación en el contexto mesoamericano es novedosa, por lo que
me veo obligado a reproducir gran parte de la clásica síntesis de Miguez (1966).
“El Timeo comienza por afirmarnos escuetamente que el Mundo necesita explicarse por una
dualidad: el Mundo visible ha de estar hecho, forzosamente, sobre un modelo. Ahora bien:
es posible concebir dos modelos opuestos. Uno, el que siempre ES, jamás deviene; otro, el
que nunca ES, siempre nace y deviene, sin cesar........” (Miguez 1966:1110).
En Mesoamérica se explica un principio similar en términos de varias dualidades: el señor del
brillo solar y la señora del brillo del Fuego, nuestra madre y nuestro padre, abstracción
conceptual donde se sintetizan la creación y el fenecer, el transcurrir del tiempo.
“En efecto, como veremos, las dos esencias de la formación del Alma del Mundo, la que es
y no deviene, la que deviene y no es, se convierten en partes integrantes del Alma del
Mundo........” (Miguez 1966:1110).
“El Viviente en sí se nos dice que abarca las esencias eternas de todos los vivientes..... Por su
parte, también el Devenir viene a ser como un sistema, si bien incoherente e imperfecto. A él
se le aplicará la acción ordenadora del Demiurgo.....” (Miguez 1966:1110).
El término ‘Demiurgo’ se usa para referir a un principio que se invoca como causa creadora del
mundo, a una divinidad artesana que crea el mundo a semejanza de la realidad ideal y utilizando
una materia informe y resistente que Platón denomina “la madre del mundo”. La obra creadora
del Demiurgo no reviste los principios constitutivos de la naturaleza misma, pero los presupone.
Tales principios son: 1) las formas ideales eternas, 2) la materia con su necesidad, 3) el espacio,
que no admite generación ni destrucción y que es la sede de todo lo que se genera. El Demiurgo,
es, además, para Platón, el creador de las otras divinidades que tuvieron la tarea de generar a los
seres vivientes.
Este principio lo encontramos en la filosofía mesoamericana reflejado en los principios rectores

2
Véase la introducción de José Antonio Miguez a las Obras Completas de Platón (1966).

100
de la traza urbana de centros ceremoniales mesoamericanos como por ejemplo la ciudad de
Teotihuacan como veremos más adelante.
Seguimos citando el comentario de Miguez en su edición de la obra de Platón (1966).
“Platón continua diciendo, el Alma del Mundo se compone de dos esencias: una, indivisible
y siempre idéntica; otra, divisible y corporal. El Demiurgo, a partir de ellas dos, hace una
tercera esencia mixta, que participa de lo indivisible y de lo divisible. Y luego hace aún una
cuarta esencia, mezcla de las tres anteriores. Con esta hace el Alma del Mundo.....” (Miguez
1966: 1112). (IMAGEN 7)
“Cuando el Demiurgo, tiene ya en sus manos la cuarta sustancia, puede ya proceder a la
construcción del Alma del Mundo. Con esto pasamos de la metafísica..... a una exposición
cosmogónica de una rigurosa precisión.....” (Miguez 1966: 1112).

IMAGEN 7. Fuego, Agua, Aire, Tierra, cuatro sustancias que proceden a la construcción del alma del mundo

“Constituida ya el Alma del Mundo, el Demiurgo atiende a la construcción de la esfera


celeste.....Tomo para ello la composición de lo mismo y lo otro, se puso a formar una
realidad visible y concreta, la bóveda del Cielo. Así, Platón trata separadamente de las leyes
matemáticas que rigen el movimiento de los astros y de esos mismos astros. Esta audacia
expresa más que otra cosa la confianza absoluta que tiene Platón en el poder de las Ideas.
Con su mezcla de lo Mismo y lo Otro, dividido según las leyes matemáticas y armónicas, el
Demiurgo formo dos tiras o fajas, que cruzó una sobre otra como los dos palos de la letra x.
Una de la tiras queda necesariamente fuera y otra adentro. Curvó luego esas dos tiras de
manera que sus extremos se tocaran en el lado opuesto al de su intersección, con lo que
obtuvo dos círculos concéntricos. Ahora bien: se ha observado antes en el mismo diálogo
que la composición de la mezcla no era totalmente homogénea........ Según el Timeo, el
universo es exactamente esférico y en su centro se halla en estado de reposo la
Tierra.......Platón no solamente afirma enérgicamente la esfericidad del Mundo en su
conjunto, sino que admite implícitamente que la misma Tierra imita la figura del Todo, en
cuyo centro se encuentra. Aristóteles, por su parte, en el Del Cielo, se inspira

101
constantemente en las conclusiones del Timeo......” (Miguez 1966: 1113).
En toda esta explicación del origen y formación del universo no se ha hablado de la materia y el
espacio. Platón continúa sus razonamientos abstractos:
“se enfrenta Platón con el problema de la naturaleza del lugar a propósito de la naturaleza de
los elementos y, más generalmente, a propósito de los efectos o consecuencias de la
necesidad. La existencia de los elementos va a darnos cuenta de las particularidades de la
percepción. La existencia de la necesidad va a explicar la presencia, lógicamente
incomprensible, del lugar.......” (Miguez 1966:1114).
“Platón ha introducido en estos momentos un nuevo concepto: el de la necesidad...... Desde
un punto de vista lógico, la idea de lo Otro, expresión de lo necesario, garantiza a la vez la
separación y trabazón de los géneros, mientras que, desde el punto de vista físico, la
naturaleza del lugar va a permitir la distinción de los objetos y sus alteraciones en un mismo
sitio...... La demostración de la existencia del lugar no puede ser lógica, puesto que se trata de
una esencia a la que se une un ser percibido por los sentidos; y no puede tampoco deducirse
de la experiencia, la cual, aún cuando tuviera autoridad para Platón, no podrá nunca
revelarnos el lugar en sí mismo...... al razonar acerca del lugar nunca llegamos a formular con
claridad nuestro pensamiento. La premisa mayor en nuestro razonamiento es que todo está
en un lugar, o que fuera del Cielo no hay nada..... La consecuencia a que finalmente llega
Platón es la de que no podemos representarnos el lugar sin recurrir a la metáfora. Son
muchas las expresiones que ha empleado Platón para designar lo mismo. Y muchas de ellas
bien ambiguas por cierto. <<Aquello en que las cosas aparecen>>, << aquello sobre lo
que>> se manifiestan, el <<receptáculo>> , la <<matriz>>, la <<madre>>, la <<nodriza>>:
estas frases nos hacen pensar en el espacio que recibe y contiene las cosas......” (Miguez
1966: 1114).
En Mesoamérica Nuestra Abuela (Toci) de senos flácidos, la Diosa de las viejas enaguas,
Cihuacoatl (“Mujer Serpiente”) que es la Vía Láctea, y Coatlicue (“La de la falda de serpientes”)
que es la superficie terrestre, sintetizan las fuerzas del espacio celeste y de la Tierra.
Como indica Miguez, la filosofía de Platón acerca de los elementos, expresado en el Timeo, se
puede sintetizar en fórmulas que se pueden representar gráficamente en forma de dibujos
esquemáticos. Los elementos contienen algo que tiene su origen en la necesidad, y la presencia
de esta realidad necesaria es la que explica que los elementos se transformen unos en otros.
(IMAGEN 8)

IMAGEN 8

102
Los primeros elementos son el fuego y la tierra. Estos dos constituyen como dos extremos, y el
Demiurgo va a proceder primero a enlazarlos entre sí. Ahora bien: el lazo más fuerte para
unirlos es el que resulta de la media geométrica, es decir de una proporción continua, de manera
que la relación que une el primer término con el término medio sea la misma que una el término
medio con el otro extremo. En otras palabras, siendo F el fuego y T la tierra, que F/x = x/T, de
donde FT = X2. o con terminología geométrica: x es el lado de un cuadrado y F y T son los
lados de un rectángulo equivalente. (IMAGEN 9a)

IMAGEN 9a

Sin embargo, dice Platón, si bien para unir dos planos es suficiente un solo término medio, para
unir dos sólidos se necesitan dos términos medios. Dejando de lado las dificultades que entraña
esta afirmación, el hecho es que estos dos términos medios que hay que obtener, como
consecuencia de este artificio matemático, son el aire y el agua, de tal forma que la proporción
continua venga a ser F/ Ai = Ai/Ag = Ag/T. (IMAGEN 9b)

IMAGEN 9b

Por otra parte, puesto que los elementos son sólidos y poseen por ello una tercera dimensión, la
profundidad, esos cuerpos elementales han de estar limitados por planos. Ahora bien: todo plano
esta constituido por triángulos o se resuelve en triángulos - ¡Platón aplica aquí el principio de la
medición práctica de superficies! -.Todos los triángulos, a su vez, tienen su origen en dos tipos,

103
que poseen ambos un ángulo recto y dos agudos, y uno tiene sus catetos iguales, mientras que el
otro los tiene desiguales.
El primero, isósceles, no admite ninguna variedad y es idéntico a sí mismo. (IMAGEN 9c)

IMAGEN 9c

En el segundo son posibles muchas variedades: es el triangulo escaleno. Platón lo escoge así: un
triangulo rectángulo escaleno, cuyo cateto menor sea igual a la mitad de la hipotenusa. (Fig. E)
De esta forma, uniéndolos por su cateto mayor a otro triangulo igual, obtendremos una tercera
especie de triangulo, el triangulo equilátero. (Fig. F)

104
“En el Demiurgo existe el orden del Mundo como realidad lógica; pero el Demiurgo piensa
el Mundo porque contempla las Ideas y de esta forma el verdadero ejemplar son estas, un
cosmos noético que es una realidad en sí. Y el Demiurgo es el que enlaza entonces los dos
mundos opuestos......” (Miguez 1966: 1121).
“La bondad del Demiurgo viene a ser así uno de los principios metafísicos del mundo...... El
Demiurgo da una finalidad al mundo sensible: el asemejarse lo más posible al mundo
inteligible. Engendrado aquel por una necesidad moral, porque el Demiurgo es
esencialmente Bueno, el orden moral no es ya nada accidental al cosmos, sino su sustancia y
su principio......” (Miguez 1966: 1122).
“El Demiurgo da las formas en cierto orden, y refleja en la formación del cosmos aquel
sistema orgánico que es el contenido de su Mente. Esta organicidad de las formas la expresa
o <<simboliza>> Platón en términos matemáticos y relaciones numéricas, de forma que el
mundo quede ordenado según unas proporciones armónicas. Las formas se reflejan no solo
como tales, sino también con su orden y proporciones: el cosmos sensible es un todo
orgánico, como lo es el pensamiento del Demiurgo y lo es el cosmos noético.....” (Miguez
1966: 1121).
Las civilizaciones mesoamericanas expresan con la estética de la arquitectura, la escultura, la
pintura mural, la pictografía de los códices en términos geométricos, matemáticos y relaciones
numéricas, el orden del mundo según las proporciones armónicas; es decir la organicidad de las
formas con la que reflejan la formación del cosmos entendido este como el universo concebido
como un todo armonioso y ordenado, opuesto al caos. Es decir con lo que hoy reconocemos
como expresión artística (el lenguaje del arte), reflejan la formación del cosmos.
En el desarrollo de la filosofía griega desde sus orígenes hasta Platón, encontramos que este
último vinculado a la persona de Sócrates y al pensamiento de los filósofos presocráticos
culmina y supera a sus antecesores.
El diálogo Timeo es una de las obras más significativas de Platón:
“Aristóteles, que lo cita a menudo, lo considera una de las más fieles y completas

105
expresiones del modo de pensar platónico……alejandrinos y eclécticos le tributan un culto y
veneración particulares….. No disminuye en nada este interés con el paso de la civilización
antigua a la cristiana medieval. Sabios cristianos, árabes y judíos veneran este texto casi lo
mismo que sus libros canónicos. Los autores medievales aluden constantemente al Timeo,
que conocieron en la traducción latina de Calcidio, del siglo VI. Una de las escuelas más
personales del medievo, la escuela de Chartres, intenta conciliar la cosmogonía del Timeo
con los textos del Génesis que hablan de la creación. En las bibliotecas de los clérigos se
hallan juntas la versión latina del Timeo, las categorías de Aristóteles y las obras del Seudo-
Dionisio Areopagita. Esa influencia del Timeo llega ininterrumpidamente hasta el siglo
XVII. Filólogos, matemáticos, astrónomos, se esfuerzan inútilmente por llegar a penetrar lo
misterioso del Alma del Mundo.
Así, cuando la erudición y el estudio del siglo XIX se enfrentan con el Timeo, se encuentra
ante un vasto conjunto de tradiciones, que remonta a través de numerosos intermediarios
hasta la misma escuela de Platón” (op. cit.).
Como podemos ver en el caso de Platón tenemos un texto explícito sobre las consideraciones
filosóficas del espacio y por lo tanto de la posible aplicación en la arquitectura; en Mesoamérica
por la destrucción que causaron los invasores (bibliotecas enteras quemadas etc.) solamente
tenemos los testigos en el espacio sagrado mismo (contexto natural), en la arquitectura, la
escultura, la pintura mural, la pictografía de los códices entre otros, pero estos testigos son tan
elocuentes y trascienden en el tiempo de modo que nos permiten reconstruir una parte importante
de la filosofía que generó Mesoamérica como explicaremos en seguida.

Espacio Sagrado
La arqueología del espacio sagrado consiste en entender el contexto natural en el que se
encuentra inmersa la arquitectura sagrada mesoamericana como parte del todo armónico que
postula su pensamiento filosófico. Para analizar la arquitectura, el paisaje y el espacio sagrado de
Mesoamérica debemos entender la relación entre los siguientes términos: espacio sagrado,
forma, conocimiento, filosofía, religión, concepto, expresión y arquitectura.
Lo que es totalmente cierto permanece fijo, eterno e inmodificable; por lo tanto está allí en el
espacio (que no admite generación ni destrucción y que es la sede de todo lo que se genera como
plantea Platón en su diálogo Timeo). El pensamiento mesoamericano reconoce la misma idea y
la sitúa en sus montañas, en su paisaje, en su arquitectura divina.

106
IMAGEN 10. Espacio sagrado en Santiago Apoala, Oax.

En el caso de esta investigación son importantes las siguientes dimensiones:


a) Psicología: las montañas son entes vivos; los cerros sagrados son puntos de orientación
religiosa y psicológica – como tal guiaron a los arquitectos y a la gente en general.
b) Concepto de organización social: las montañas como entes vivos dan las pautas y los modelos
para la organización de los asentamientos humanos, conectando las comunidades fundadas con el
origen del mundo.
c) Expresión formal en un lenguaje geométrico que refleja la cosmovisión. Aquí está más
involucrada la razón que la experiencia sensorial: por ello aparecen las percepciones intelectuales
ciertas, universales, como referencias a las formas o sustancias eternas que constituyen el mundo.
Por lo mismo podemos jugar con los paralelismos del mundo mesoamericano y el resto del
mundo. La esencia misma del pensamiento mesoamericano se visualiza como una estructura
espacio-temporal, definido y plasmado en términos geométricos que a la vez sirven para
organizar las relaciones del hombre y la naturaleza.

107
IMAGEN 11a. Panorámica de la zona arqueológica de Monte Alban

Propongo que la interpretación humana del espacio tiene un fondo geométrico que permite
comparar la filosofía de Platón con el lenguaje de las fuentes primarias como la arquitectura,
códices, espacio sagrado lienzos, etc. Esta comparación genera el método de la hermenéutica
geométrica.
Las mismas medidas y proporciones nos remiten a un espacio cargado de sentido religioso y
filosófico. Esto implica, como dice Mircea Eliade en su obra Tratado de Historia de las
Religiones, una toma de consciencia de la existencia de lo sagrado cuando este se manifiesta a
través de los objetos de nuestro cosmos habitual.
“Ciertas experiencias religiosas superiores identifican lo sagrado con el universo entero. Para
muchos místicos, la integralidad del cosmos constituye una hierofanía -del griego hieros =
sagrado y faneia = manifestar-, es decir es el acto de manifestación de lo sagrado. Las
hierofanías sacralizan el cosmos; los ritos sacralizan la vida. Esta sacralización puede
obtenerse por la transformación de la vida en un ritual….El hambre, la sed, la continencia
son en el hombre (lo que es) la consagración (en el sacrificio), diksha... La mortificación
(tapas), la limosna, la honestidad, el respeto de la vida (ahimsá) y de la verdad son en él las
donaciones (hechas a los sacerdotes oficiantes)... el ideal del hombre religioso es
evidentemente que todo lo que hace se desarrolle de una manera ritual, o dicho de otra
manera, que sea un sacrificio... todo acto es apto para convertirse en acto religioso, del
mismo modo que todo objeto cósmico es apto para convertirse en una hierofanía.”.
Tales espacios los encontramos en muchas partes de Mesoamérica (Teotihuacan, Achiutla, Otla,
Macuilxochitl, Yucuiti-Nuyoo, Cuicuilco entre otros); estos lugares suelen ser conocidos como
"corazón del pueblo", es decir, centro del mundo (axis mundi). En la antropología de la religión
estos espacios son considerados "liminales", es decir, localidades de encuentro entre lo humano y

108
lo divino. En términos mesoamericanos son tierras de los nahuales - de los "animales
compañeros" que son alter ego de los humanos y que permiten la experiencia visionaria y la
colaboración del ser humano con las fuerzas divinas del universo. Particularmente relevantes son
obviamente los lugares de origen, los lugares de la Santa Madre Tierra y del Santo Padre Sol
(dadores de vida), las cumbres de los cerros, las cuevas y manantiales (casas de Agua o de
Lluvia, casas de Aire), los lugares donde moran los ancestros difuntos, los volcanes que
demuestran la actividad de Huehueteotl. Es lógico que en el trazo de la arquitectura humana de
ciudades y centros ceremoniales se buscaba la orientación hasta tales puntos de la "arquitectura
divina", generando líneas visuales, que hasta hoy son observados por los habitantes cuando dicen
de un cerro (con zona arqueológica) que "se comunica" con otro.

IMAGEN 11b. San Miguel Achiutla

109
IMAGEN 11c. San Mateo Macuilxochitl

IMAGEN 11d. Región de Santa María Yucuhiti y Santiago Nuyoo

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IMAGEN 11e. Zona arqueológica de Cuicuilco (panoramio.com)

Aplicación heurística del Demiurgo en el análisis del espacio mesoamericano


Presentamos seis ejemplos de una posible aplicación del demiurgo: en Teotihuacan, Achiutla,
Otla, Macuilxochitl, Yucuhiti-Nuyoo y Cuicuilco. Al ser repetitiva la explicación del demiurgo
en estos asentamientos mesoamericanos, solo explicaremos la aplicación de esta en Teotihuacan
y en las demás solo haremos el trazo geométrico.
Aplicando la teoría platónica sobre la formación y constitución de los elementos en la Ciudad
Sagrada de Teotihuacan encontré que los arquitectos teotihuacanos parecen haber seguido
principios del trazo urbano-arquitectónico en paralelo con lo que Platón explica en el Timeo.
Hago hincapié en que cuando presento aquí los resultados de ese ejercicio, obviamente no quiero
implicar que los mesoamericanos conocieron la teoría platónica, pero pienso que la observación
de relaciones espaciales de este tipo nos puede servir como un método heurístico para descubrir
que los antiguos filósofos, arquitectos y planeadores de asentamientos humanos pudieron haber
aplicado alguna doctrina geométrica que tuvo un grado de sistematización similar. En otras
palabras, considero que el modelo del demiurgo de Platón nos permite observar regularidades
significativas en los vestigios arqueológicos, sugerentes de proyectos urbano-arquitectónicos
planeados de acuerdo a ideas filosóficas y experiencias religiosas.
A partir del Cerro Gordo –que es un volcán- (Platón: Fuego - un extremo), se genera un eje
visual sobre el plano (valle de Teotihuacan), que al cruzarse con el eje cardinal Norte-Sur les
permite ubicar al Templo del Sol. De la misma manera sobre el mismo valle, si seguimos la
directriz del eje cardinal Norte-Sur, encontramos que se cruza con el eje visual que se genera a

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partir del punto intermedio entre los cerros Chiconquiaco y Tlaltzincan / Tlatzincan / Tlaxincan3
(que en el planteamiento que hace Platón equivale a la Tierra-otro extremo): allí ubican el
Templo de la Luna. Este eje visual es lo que hoy conocemos como la calzada de los muertos que
bien podría renombrarse como la calzada de los ancestros. De esta manera como plantea Platón:
“Estos dos constituyen como dos extremos, y el Demiurgo va a proceder primero a enlazarlos
entre sí”. (plano1)

Plano 1

Ahora bien, siguiendo los preceptos del filósofo griego: “el lazo más fuerte para unirlos es el que
resulta de la media geométrica [en el caso que nos ocupa sería el Templo de Quetzalcoatl], es
decir de una proporción continua, de manera que la relación que une el primer término [el
Volcán Cerro Gordo que equivale al elemento Fuego], con el término medio [Templo de
Quetzalcoatl], sea la misma que una el término medio [Templo de Quetzalcoatl], con el otro
extremo [punto intermedio entre el Cerro Chiconquiaco y el Cerro Tlatzincan]. En otras palabras,
siendo F el fuego [el Volcán Cerro Gordo], y T la tierra [punto intermedio entre el Cerro

3
Chiconquiaco en nahuatl quiere decir "Lugar de las siete lluvias o del día 7 Lluvia". Tlaltzincan / Tlatzincan quiere decir en
nahuatl "Lugar de la tierra respetada (o: sagrada)” o “Lugar atrás”, mientras que Tlaxincan significa "Lugar de los descarnados",
simbolizando a la tierra cuando cambia la vegetación de la temporada de secas a la temporada de lluvias, es decir se refiere al
límite o fecha en que pasa de la temporada de verdor Tonalpan (asociada con el 21 de junio) a la de sequía Xopantla (asociada
con el 21 de diciembre).

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Chiconquiaco y el Cerro Tlatzincan], que F/x = x/T, de donde FT = X2. o con terminología
geométrica: x es el lado de un cuadrado y F y T son los lados de un rectángulo equivalente”
(plano 2). En resumen tenemos que en Teotihuacan el lazo más fuerte para unirlos que resulta de
la media geométrica es el Templo de Quetzalcoatl.

Seguimos refiriéndonos a la teoría de Platón de acuerdo con el comentario de Miguez en la


edición de sus obras:
“Sin embargo, dice Platón, si bien para unir dos planos es suficiente un solo término medio,
para unir dos sólidos se necesitan dos términos medios. Dejando de lado las dificultades que
entraña esta afirmación, el hecho es que estos dos términos medios que hay que obtener,
como consecuencia de este artificio matemático, son el aire y el agua, de tal forma que la
proporción continua venga a ser F/ Ai=Ai/Ag=Ag/T -. Por otra parte, puesto que los
elementos son sólidos y poseen por ello una tercera dimensión, la profundidad, esos cuerpos
elementales han de estar limitados por planos”. (cf. plano 3)

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Siguiendo este planteamiento encontramos que Quetzalcoatl simboliza el aire, el agua y el
inframundo como tercera dimensión a la que hace alusión Platón, o sea la profundidad. Es
importante señalar que el Templo de Quetzalcoatl presenta en sus tableros una decoración con
dos motivos diferentes de serpientes, una de ellas emplumada y representada en el agua en la que
se ven conchas y caracoles además de la representación de Tláloc que interpreto como símbolo
de la humedad que hay bajo la superficie de la tierra. (IMAGEN 12)

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IMAGEN 12

Platón continua su planteamiento del Timeo diciendo “Ahora bien: todo plano esta constituido
por triángulos o se resuelve en triángulos” ¡Platón aplica aquí el principio de la medición
práctica de superficies! (Miguez op. cit.) Todos los triángulos, a su vez, tienen su origen en dos
tipos, que poseen ambos un ángulo recto y dos agudos, y uno tiene sus catetos iguales, mientras
que el otro los tiene desiguales (cf. plano 4). El primero, isósceles, no admite ninguna variedad y
es idéntico a sí mismo. En el segundo son posibles muchas variedades.

Plano 4

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Platón lo escoge así: un triangulo rectángulo escaleno, cuyo cateto menor sea igual a la mitad del
hipotenusa. De esta forma, uniéndolos por su cateto mayor a otro triángulo igual, obtendremos
una tercera especie de triángulo, el triángulo equilátero” (cf. plano 5). Es decir siguiendo este
planteamiento encontramos que en Teotihuacan si trazamos un triángulo rectángulo escaleno,
cuyo cateto menor sea igual a la mitad de la hipotenusa entre los dos términos medios - entre la
mitad de la mitad entre el Templo de Quetzalcoatl y el Volcán Cerro Gordo ubicándonos en el
segundo plano- al unirlos por su cateto mayor llegamos al vértice donde los arquitectos
teotihuacanos ubicaron al Templo de la Luna, obteniendo la tercera especie de triángulo.

Plano 5

Otra contribución valiosa al estudio de las orientaciones proviene del campo de la geografía, y
más específicamente del estudio especializado de los paisajes o geografía humana. Franz Tichy
ha desarrollado una metodología específica que combina la medición de pirámides y zonas
arqueológicas con el estudio del paisaje tal como puede ser observado hasta hoy en día. No es
posible explicar aquí detalladamente la complicada metodología empleada por Tichy; sólo quiero
señalar que este enfoque interdisciplinario, que combina la astronomía con la geografía, historia
y la arqueología, ha permitido a Tichy obtener una serie de conclusiones sumamente interesantes
y sugerentes acerca del reflejo del calendario mesoamericana sobre la organización espacial de
los asentamientos urbanos y centros ceremoniales. También encontró la unidad mesoamericana
de dividir el círculo en 80 unidades de 4.5° y la sociedad prehispánica en general. Algunas de sus

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novedosas hipótesis requieren aún de una comprobación más firme.
Lo importante del análisis llevado a cabo es que existen paralelismos entre la filosofía
mesoamericana y la griega como se demuestra en el trazo urbano-arquitectónico de Teotihuacan
que obedece a un pensamiento filosófico similar al que Platón plantea en su diálogo Timeo, o de
la naturaleza.
En el Espacio Sagrado de Achiutla, referido por el cronista Burgoa como "Templo Mayor" y
oráculo central de toda la región mixteca, encontramos otro paralelo con la idea de Platón (“los
primeros elementos son el fuego y la tierra. Estos dos constituyen como dos extremos, y el
Demiurgo va a proceder primero a enlazarlos entre sí…").

IMAGEN 13a

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IMAGEN 13b. Convento de Achiutla (arriba) – Templo mesoamericano en Huendio (medio)– Lugar donde se realiza la ceremonia del
pedimento (abajo)

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IMAGEN 13c.

Como podemos observar en el plano, a partir del Cerro conocido como la Casa del Sol - que
tiene la apariencia de ser un volcán - (Platón: Fuego-un extremo), se genera un eje visual Norte-
Sur sobre el plano (pequeño valle a un costado de los ríos que bajan por las vertientes del cerro
donde se ubica la casa del sol), si seguimos esta directriz que corresponde al eje cardinal Norte-
Sur encontramos la montaña sagrada donde el Rey Dzahuindanda durmió cuando iba a la costa
del Océano Pacífico. En la cima se encuentra una cruz de madera que cada año cambian; en la
parte baja del lado norte de esta, se encuentra asentada la actual comunidad de Santo Domingo
Huendío en cuya iglesia veneran al Cristo de los trabajos. Al lado sur del edificio del siglo XVI
encontramos un Templo mesoamericano del cual se puede descender a la parte más baja de la
montaña donde se lleva a cabo la ceremonia del pedimento.4 La principal celebración de la
comunidad es el primer viernes de cuaresma - día en que se lleva a cabo la ceremonia del
pedimento- , vienen peregrinos de todas partes del país a esta celebración que se lleva a cabo
desde época antigua.

4
La etimología mas probable de Huendio es Vehe Ndiyo "Casa de la Escalera", probablemente una referencia a un templo sobre
un pirámide; el día de Santo Domingo corresponde al segundo paso por el cenit.

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En Otla, comunidad ubicada en la falda norte del Nudo Mixteco y localidad central del siguiente
capítulo, encontramos que los preceptos platónicos ubican al norte la Montaña Sagrada de
Tulancingo y al sur la Montaña Sagrada de Yucuñudavi con respecto al Cerro Sagrado conocido
como Yucucui, el cual forma parte del Nudo Mixteco. Tulancingo corresponde a la dirección
hacia el gran valle de Cholula tierra emblemática de la civilización Tolteca, de la misma manera
Yucu ñudavi (“cerro del dios de la lluvia” en la variante local de la lengua mixteca) apunta por
su ubicación y su nombre a la civilización ñuu dzaui (mixteca).

IMAGEN 13d

La toponimia misma es sugerente ya que el esquema geométrico que descubrimos combina


referencias explícitas a las dos civilizaciones que en la gran montaña sagrada, el nudo mixteco
(el señor Cerro Verde) entraron en contacto: la tolteca y la mixteca, personificadas en ese
momento histórico por sus líderes Topiltzin Quetzalcoatl de Cholula y el Señor 8 Venado ‘Garra
de Jaguar’ respectivamente, en una escena donde el primero funda la dinastía tolteca de
Coixtlahuaca sobre el Cerro Verde (Lienzo de Tlapiltepec) y posteriormente distingue al segundo
con la nariguera tolteca en la ciudad de Cholula (Códices Iya Nacuaa y Tonindeye).

121
IMAGEN 13e. Nudo Mixteco

122
IMAGEN 13f. Cerro Danush en la región de San Mateo Macuilxochitl. Oax.

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IMAGEN 13g. Región de Yucuhiti-Nuyoo

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Del análisis mitológico al análisis científico filosófico
Las relaciones espaciales que encontramos en el paisaje natural y construido (involucrando
puntos significativos de la naturaleza y edificios antiguos en diferentes partes de Mesoamérica)
son demasiado complejos y sugerentes para ser explicados como mera casualidad. Al contrario
parecen indicar una organización simbólica del paisaje y una filosofía basada en la geometría,
similar a lo expuesto por Platón. Esto contradice la visión tradicional que Mesoamérica estuvo
conformada por culturas fundamentadas en el "mito", como pueblos que interpretaron la realidad
en términos de temor ante fuerzas "sobrenaturales" a las que su imaginación daba rango de
deidades.
Se ha dicho que el "mito" es para las culturas del México antiguo la realidad que forma e informa
su vida, su pensamiento, su fe, su conciencia y también su subconsciente. En el mito, se dice,
descubre el sentido y significado de su vivencia y de su circunstancia terrestre, así como su
metafísica. No distingue entonces entre los fenómenos sensibles y los suprasensibles. El mito es
una fuerza más vigorosa y más hondamente arraigada que la razón. Para el hombre que no
adquiere sus conocimientos mediante procesos de abstracción el mito toma el lugar de la ciencia
que lo pone en condiciones de resolver sus problemas vitales a su propia manera, es decir, de
acuerdo con sus representaciones.
El término "mito" en la antropología ha obtenido un significado técnico positivo, pero a la vez
sigue sufriendo del significado generalizado de "un relato en que OTROS creen como válido y
verdadero, y que el investigador considera como interesante, pero fundamentalmente no
verdadero ni válido". Para muchos investigadores nacionales y extranjeros el hombre
mesoamericano no se preguntó sí podía haber otras explicaciones, siempre estuvo convencido de
que las únicas posibles, exactas y verdaderas son las que encontró en el mito; no fue capaz de
tener un pensamiento físico-matemático de construcción abstracta el cual se esfuerza por
desarrollar métodos adecuados para transformar la cosa puramente vista en cosa pensada.
Muchos investigadores se han quedado en interpretaciones especulativas de tales "mitos" y no se
han preguntado acerca del lenguaje metafórico del arte, de la misma lengua y del pensamiento
mesoamericano. Aquí propongo que debemos analizar con más profundidad este aspecto
simbólico y técnico. Esto nos va permitir analizar los asentamientos antiguos de nuestro país
como manifestaciones arquitectónicas que denotan un conocimiento geométrico y matemático en
su trazo, planeación y orientación. Es tiempo ya de pasar del análisis mitológico al análisis
científico filosófico.
En la zona arqueológica de Cuicuilco existe del lado sur una estela que de acuerdo a las
exploraciones llevadas a cabo en 1995 en el mismo lugar donde en 1925 el arqueólogo
norteamericano Byron Cummings
“encontró alrededor de la base del edificio tres anillos concéntricos de piedra interrumpidos
en esa zona por una especie de cámara rectangular en cuyo centro se encontró un bloque
tallado de andesita, en forma de columna y de casi cuatro metros de altura, colocado por los
antiguos habitantes del sitio sobre lo que posiblemente es el primer piso de ocupación del
valle, a 3.5 metros bajo el piso de la pirámide. Por su profundidad, tentativamente se la ha

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asignado una antigüedad cercana a 3000 años.
El monumento, más parecido a un obelisco o a una columna que a una estela, presenta en su
cara norte una serie de motivos esculpidos en forma de tres o cuatro rombos, al pie de los
cuales hay dos series paralelas de ocho círculos cada una. La longitud total de la estela aún
no se ha determinado, ... sin embargo, en la parte más baja hasta ahora explorada, la estela
está pintada de rojo y rodeada por un anillo de cantos de río que, al parecer, tenían como
función mantener su verticalidad..... La estela se encontró inclinada hacia el sur en un ángulo
de 6º 30.” (Revista Arqueología Mexicana marzo-abril 1998: 34-37). (IMAGEN 14a)

IMAGEN 14a. Zona arqueológica de Cuicuilco (commons.wikimedia.org)

Podemos suponer que los antiguos habitantes de Cuicuilco conocían ya los eventos solares
principales (solsticios, equinoccios, paso por el cenit) y usaban la geometría de las líneas
paralelas para medir el punto exacto donde al mediodía del solsticio de verano es el momento del
año en que el sol alcanza su punto más septentrional y la estela no proyecta sombra alguna. La
observación de este fenómeno llevó a Eratóstenes a calcular la circunferencia de la tierra. Para su
“astronomía horizontal”, los antiguos sin duda tomaron en cuenta las montañas que rodean a
Cuicuilco en las cuales se han encontrado objetos de tipo semejante a los que proceden de la
zona de Cuicuilco. (IMAGEN 14b)
Entre estas tenemos: el volcán Xitle al sur ubicado en la falda del Ajusco, el Popocatepetl al
Oriente y el Nevado de Toluca al poniente; estos probablemente sirvieron como puntos de
referencia para la inclinación de la estela ubicada del lado sur, orientación opuesta al recorrido
del sol durante el periodo de verano que es por el lado norte durante tres meses.

126
IMAGEN 14b. Estela en Cuicuilco: http://www.foroswebgratis.com/imagenes_foros/1/7/7/8/0/930245cuicuilcoestela.jpg - Experimento de
Eratostenes: http://cientificosdesprestigiosos.blogspot.com/2008/03/captulo-2-eratstenes-y-la-medida-del.html

Es importante destacar que los lugareños todavía en los años 1920s llamaban al sitio San
Cuicuilco. Además se encontraron dos esculturas de Huehueteotl “el Dios Viejo” consideradas
entre las más antiguas de Mesoamérica. (IMAGEN 15)

IMAGEN 15. Huehueteotl (mesoweb.com)

Huehueteotl es el “Señor del Fuego”, como síntesis de calor y vida: une el fuego celeste, el Santo
Padre Sol, y el fuego terrestre de los volcanes. Tal vez Cuicuilco está diseñado pensando en los
volcanes que lo rodean y en la salida del sol por el oriente cuya primera luz pasa entre el Volcán
Popocatepetl y la Iztaccihuatl iluminando de todo el Valle de México - primero la protuberancia
más alta del Ajusco a cuya falda, como ya se mencionó, se encuentra el Volcán Xitle (no
pudimos observar si al mismo tiempo o antes o después de iluminar a la parte más alta del
Ajusco ilumina al Nevado de Toluca).

127
Esta observación se hizo a las 7:00 am del día 2 de diciembre de 2009. Nos encontrábamos en el
piso 36 de la Torre de oficinas del World Trade Center (- 120mts. aproximadamente), es
importante mencionar que también pudimos constatar que conforme el sol va ascendiendo,
después de iluminar al Ajusco baña con sus rayos a Cuicuilco en dirección al Nevado de Toluca.
Esta área también se conoce como Tlemoyotl, “mosquito de lumbre” probablemente en una clara
alusión a las chispas que brotan de la tierra, es decir del cráter de los volcanes.

En Cuicuilco encontramos entonces ya el principio cosmológico mesoamericano, de pensadores


que se preguntaron por los fundamentos últimos del universo: Fuego, Agua, Aire y Tierra,
además de la geometría y aritmética. Es decir ellos buscaron la verdad más allá de las apariencias
sensibles, buscando lo esencial y perenne bajo los continuos cambios y diversos aspectos de la
realidad cambiante, a partir de un análisis científico filosófico.

128
Igualmente de gran antigüedad, remontando al Preclásico, es el impresionante sitio de
Chalcatzingo (Morelos), donde se encuentran una serie de petrograbados en estilo olmeca. El
más conocido muestra una cueva con un individuo adentro, mientras que de algunas nubes arriba
caen gotas de lluvia. La cueva se ha trazado en una forma de una montaña volteada, que a su vez
corresponde a la del cuerpo humano en posición de flor de loto, el trazo geométrico genera un
espacio con forma de contenedor lo que permite suponer que simboliza un Chicomoztoc, como
vientre materno. (IMAGEN 16)

IMAGEN 16. Petrograbado de Chalcatzingo Morelos

Algunas plantas (probablemente de maíz) que brotan de este signo, así como protuberancias, que
caracterizan en el código representativo mesoamericano lo sólido o pétreo, subrayan que se trata
de una cueva. Encima se ha colocado lo que parece un ojo de serpiente, que lo relacionaría con
las representaciones normales de cuevas en los códices, que suelen tomar la forma de fauces de
lagartos o víboras de cascabel. El personaje adentro de esta cueva está sentado sobre una especie

129
de trono y se distingue por un tocado complejo, que parece contener un ave. Podemos comparar
esta ave con el ave azul (xiuhtototl), que el Dios del Fuego carga como distintivo en su frente.
Posiblemente se trata de una representación de esta deidad o de un represente humano suyo
(sacerdote o rey). Notamos en esta obra muy temprana la conjugación de elementos importantes
como la serpiente y el ave (que después se conectan en la figura de la Serpiente Emplumada), la
cueva y el agua (que se conoce hasta hoy como la Casa de la Lluvia) así como una posible
referencia a Huehueteotl.5

La Cruz de Tezcatlipoca
Reiteramos; por la destrucción de los libros mesoamericanos (códices), en la época de la
invasión española y durante la colonización, sabemos poco del conocimiento científico-filosófico
que tenían registrado, pero podemos reconstruir parte de ello a través de la arqueología del
espacio, del estudio de las lenguas que hasta hoy se mantienen vivas, y de la literatura que se
logró salvar, en particular la iconografía de los manuscritos pictóricos.
Un ejemplo explícito de formas geométricas cargadas de simbología lo encontramos en el
Códice de Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), p. 1. (IMAGEN 17)
Esta famosa imagen en forma de cruz sintetiza las relaciones complejas entre espacio (cuatro
direcciones), colores simbólicos, tiempo (los días del año sagrado de 260 días, los cuatro
portadores de los años solares de 365 días) y deidades (nueve señores de la noche, más el dios
Tezcatlipoca sacrificado). Además vemos referencias al sol, a la luna y a la tierra, más a las
actividades del culto a los ancestros y a los distintos destinos de los difuntos, e incluso a los
diferentes segmentos sociales y a las principales actividades de la vida humana. Todo situado
sobre ejes. Las formas de trapecios y lazos oblongos sugieren referencias a las divisiones del
continuo espacial-temporal marcadas por los solsticios y equinoccios.
Interpreto la Cruz de Tezcatlipoca como una plegaria a la Santa Madre Abuela Tierra y el Santo
Padre Sol (eje vertical), y la Santa Madre Tierra (eje horizontal) para el nacimiento de la vida en
la Tierra. En el centro (del cosmos y del hogar) está el Dios del Fuego (Xiuhtecuhtli) que es una
manifestación del antiguo Huehueteotl.

5
Sobre el contexto iconográfico olmeca de estos monumentos e imágenes, véase Coe et al. 1995, así como Bonifaz Nuño 1996.

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IMAGEN 17. Cruz de Tezcatlipoca, Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), p.1

El atlatl y las flechas que sostiene en las manos caracterizan su actitud de joven guerrero
(simbolizando la energía y la lucha tanto en el universo como en la vida de los humanos). Es el
Dios por el que circula la sangre que procede del sacrificio del misterioso y poderoso Dios
Tezcatlipoca (desmembrado y colocado en las esquinas). Las corrientes le llegan al ojo
(conocimiento), a la oreja (entendimiento), a la altura del ombligo o del vientre (centro vital y
generador) y al trasero, es decir la parte con que se asienta (acto que simboliza establecimiento y
fundamento) - la prolongación de esta última corriente nos lleva al pecho (corazón).6

6
Para un comentario detallado sobre esta página y el contenido completo del Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), véase el
libro explicativo de Anders, Jansen y Pérez Jiménez (1994).

131
Encontramos el mismo pensamiento filosófico y la misma estética del encuentro entre la forma
geométrica (la cruz), la naturaleza y el ser humano en las plegarias chatinas que hasta hoy día se
cantan cuando llevan a cabo una ceremonia:

“al plantar una cruz en las santas ciénegas (nacimientos de agua, manantiales), y en la casa
cuando nace un hijo, los chatinos en sus plegarias le piden al santo padre sol, al creador, la
conservación de la vida y el sustento para ese nuevo ser y dicen: “Santo Padre Sol, Santa
Ciénega, venimos a sembrar en tus aguas este ombligo de mi hijo que acaba de nacer, para
que tu le des sangre pura en su ser y que esta le siga naciendo para que pueda vivir”."
(Cordero 1986)

Para los mexicanos antiguos la cruz fue el símbolo de la energía creativa generada por el
sacrificio del Dios supremo que nutre a las cuatro direcciones, que a la vez se pueden interpretar
como los cuatro elementos de la naturaleza: Fuego, Agua, Aire, Tierra. Aquí estas direcciones
vienen representados como cuatro árboles, asociados con parejas de deidades. Se trata de
manifestaciones del árbol de la vida en las cuatro direcciones, definidas a partir del ciclo
completo del Santo Padre Sol (Fuego), concatenado con el ciclo natural de la Madre Tierra en
forma de la Tierra misma, el Agua y el Viento.
El cuadrante superior de esta primera página del Códice Tezcatlipoca muestra el altar (la
actividad religiosa) ante el Dios del Sol mismo (Tonatiuh Piltzintecuhtli), junto con el Cuchillo
Divino del Sacrificio (Tecpatl).
En el cuadrante a nuestra mano izquierda un brasero con instrumentos de autosacrificio es un
índice del culto y como tal remite a la actividad del sacerdote arquetípico que es Quetzalcoatl,
Dios del Viento. Las fuerzas divinas asociadas son las de la Lluvia (Tlaloc) y de la Montaña
(Tepeyollotl), como manifestaciones fundamentales de la naturaleza. El árbol que les une es el
Pochote (Ceiba espinosa) que refiere otra vez al simbolismo de origen (el nacimiento de las
primeras gentes).
A nuestra mano derecha vemos el signo de las fauces abiertas del lagarto precioso, que
representa la Tierra tanto en su aspecto de cueva de origen (Chicomoztoc) como en su aspecto de
lugar de entierro. Este aspecto dual se hace explícito por las deidades asociadas: el Dios del Maíz
(Cinteotl) y el Dios de la Muerte, es decir del reino de los ancestros difuntos (Mictlantecuhtli).
En la parte baja vemos al signo de la Luna, con la Diosa del Agua (Chalchiuhtlicue) acompañada
por la deidad del tejer (Tlazolteotl) - juntas son también las patrones de las parturientas y
parteras.

El conjunto contiene entonces múltiples referencias filosóficas profundas a la creación del


universo y a la dinámica de fuerzas que lo mantiene vivo. De ahí la importancia de esta
estructura en la vida ceremonial, espiritual y religiosa.
Vemos en la Cruz de Tezcatlipoca la virtud fecundante del sol en su paso por el eje que conecta
al centro (corazón) del cielo y el centro (corazón) de la tierra, o sea el cenit y el nadir, lazo que
hace circular la sangre para el sustento de la vida. (IMAGEN 18)

132
IMAGEN 18. Los cuatro árboles como cruz, Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), p. 1

Lo mismo se dice en la plegaria chatina a la Santa Madre Tierra:

“es la santa madre tierra porque de ella de su vientre brota todo lo que necesitamos los
chatinos, el santo padre sol con sus rayos, con esa fuerza que envía a la tierra, la transforma
en vida, produce los frutos, el maíz, el fríjol; la tierra con su panza redonda crea y produce lo
que alimenta a los hombres y a todos los seres para que puedan vivir.”(Cordero, 1986:167)

Los mismos principios vienen referidos en el relato del clérigo Hernando Ruíz de Alarcón sobre
el origen del sol y la luna en Teotihuacan – el principio de la “época humana”:

"En esta historia fabulosa…va fundada lo más que hoy los indios hacen en sus idolatrías al
sol, llevándole ofrendas, a punto de salir a las cumbres de los montes y cerros y a los
estanques de agua. Lo segundo, la costumbre y supersticiosa devoción de guardar fuego en el

133
aposento de las paridas, por cuatro días continuos sin sacar el fuego…Lo tercero que usan del
número cuatro en todas sus supersticiones y ritos idolátricos, como las insuflaciones que
hacen cuando conjuran e invocan al demonio los hechiceros y falsos médicos, cuya causa
jamás puede rastrear, hasta hoy la historia de la espera del sol. Y por la misma razón los
cazadores cuando arman lazos para coger venados, dan cuatro gritos hacia las cuatro partes
del mundo, pidiendo favor, y ponen cuatro cuerdas atravesadas sobre una piedra.
Los flecheros llaman cuatro veces a los venados, repitiendo cuatro veces esta palabra tahui,
que hoy no hay quien la entienda, y luego gritan cuatro veces a semejanza de león … Ponen a
los difuntos una vela encendida cuatro días arreo en la sepultura, y otros le echan en ella un
cántaro de agua cuatro días arreo.” (Tratado I, cap.10)

Entendemos esta importancia simbólica del número 4 como referencia al principio representado
en la Cruz de Tezcatlipoca, es decir a la fuerza de Huehueteotl, a lo que hoy se invoca como
Dios Padre creador de todas las cosas.
El centro es el fuego, símbolo de la fuerza misma, la dinámica del cosmos y de la vida social.
Las plegarias chatinas reproducen y explican con gran detalle y de manera explícita este
pensamiento

"La Santa Lumbre es la Diosa del Hogar, el fuego es sagrado, algunos lo llaman el Dios
Viejo y en el altar familiar se le ponen flores y se le quema copal.
Cuando se celebra el rito de la Santa Abuela, la Mat ´Kusù los chatinos preparan las piedra
sagrada, en la cual se va a prender la Santa Lumbre y la que crió al Santo Sol y a la Santa
Luna, la que los cuido y les dio de comer. La Mat ´Kusù es la Santa Tierra.
“Esa piedra es sagrada porque guarda el calor de la Santa Lumbre, se toma para celebrar este
rito, piedras de rió, piedras limpias, cada quien puede hacer su altar y formar el triangulo con
las piedras para encender allí el fuego, pero este se hace con leña de corazón no con cualquier
árbol, esa leña es roja por dentro, como se ve en los huesos la medula y se prepara con esa
leña el fuego porque la Mat ´Kasù es como el corazón de la Tierra, el lugar en donde hay
fuego”.
En todos los pueblos chatinos, los lugares mas importantes de las casas son los altares y el
fogón familiar, allí esta el Dios de la casa, del hogar, el que representa la primera lumbre, allí
es el centro de reunión de la familia en todas las ceremonias familiares, a las horas de las
comidas, a la caída de la noche se discute alrededor del fuego.
Todos los días los chatinos de creencia lo primero que hacen al encender el fogón y cocer el
primer alimento es tomar un poco de este y derramarlo a un lado del fuego, porque la Santa
Lumbre representa la primera luz, el primer fuego, el calor que dio vida a la Santa Tierra, es
el elemento creador; por ello le están dando gracias a la Tierra y nutriéndola para seguir
recibiendo de ella el sustento."(Cordero, 1986:170)

Una forma geométrica igualmente simbólica y compleja encontramos en el famoso monumento


conocido como "Calendario Azteca" o "Piedra del Sol", donde un círculo formado por los veinte
días rodea el signo de 4 Movimiento, como nombre del sol actual, que a su vez se compone de
fechas que remiten a las cuatro creaciones anteriores del mundo. (IMAGEN 19)

134
La figura central, Ollin, “Movimiento”, señala otra vez la dinámica como principio generador del
universo, en una secuencia continua de creaciones, destrucciones, y recreaciones (vida – muerte
– vida, en términos de Estés 1992). El conjunto del astro brillante viene rodeado por serpientes
de fuego, de cuyas fauces salen rostros de deidades. La serpiente de fuego representa una bola de
lumbre y aparece con frecuencia como un nahual de enorme fuerza y energía (tal como la ocupan
los grandes reyes y curanderos, así como los dioses mismos). Su presencia aquí obedece a la
calificación del calendario como nahuallotl (según dice Sahagún), es decir un ámbito mental de
encuentro entre los humanos y los Dioses.

IMAGEN 19. Calendario Azteca (Museo Nacional de Antropología e Historia). En el centro: 4 Ollin, el nombre del Sol actual.

En este mismo nahual (Serpiente de Fuego) se transforma el Señor 8 Venado cuando visita a la
Diosa 9 Caña Ciuacoatl en el Cerro de las Flores en Tonalá. (IMAGEN 20)

135
Los signos que acompañan la escena en el Códice Iya Nacuaa (Colombino-Becker) se
encuentran como pinturas rupestres en el abrigo rocoso en aquel lugar. Vemos el signo de cuatro
volutas amarradas que denota el “hablar a las cuatro direcciones” o los cuatro elementos: Fuego,
Agua, Aire, Tierra como inicio de un ritual, así como el cordón del autosacrificio, que en su
forma de espiral remite a la forma de una serpiente enrollada. La Diosa Ciuacoatl contiene una
importante referencia a la Serpiente en su nombre, que significa “Mujer Serpiente”: ella se asocia
con el reino de la muerte por su aspecto descarnado, pero a la vez se conoce como Citlalcueye,
“Ella de la Falda de Estrellas”, que es la deidad de la Vía Láctea (en nahuatl chichiualayohtli y
en mixteco ichi yuyu, “camino de rocío”), de donde vienen los bebés a la nueva vida.

IMAGEN 20. Códice Iya Nacuaa I (Colombino), p. 10

Notamos que los nahuales no tienen nada que ver con demonios – aspecto que el colonizador ha
querido atribuirles – sino todo con la plena realización de las fuerzas naturales del ser humano en
armonía con la naturaleza simbolizada en los dioses y protección de su pueblo. Hay que leer los
códices de acuerdo con este pensamiento filosófico.

De la misma manera el sacrificio del Dios Tezcatlipoca se representa en el Códice Tezcatlipoca


(Fejérváry-Mayer), p. 1, en términos simbólicos, como un acto generador y vivificador, que nutre
la fuerza representada en el centro. Esta dinámica es también el lazo de unión entre la Madre
Tierra y Padre Sol como fuerzas creadores, del origen, del principio y de la continuidad del
cosmos. (IMAGEN 21)

136
IMAGEN 21. Dios del Fuego en el centro de la Cruz de Tezcatlipoca

Otra indicación de tal interpretación metafórica la encontramos en la Cruz de Topiltepec, un


monumento mixteco postclásico que representa un sacrificio al sol, pero que en la época colonial
temprana fue incorporado en una cruz católica. El acto de la incorporación demuestra que tanto
los sabios mixtecos como el sacerdote católico del momento quisieron comparar el sacrificio al
sol con la crucificación de Cristo, reconociendo la equivalencia simbólica de los dos sacrificios.
Con esto se inició toda una tradición de traducción intercultural, que nos lleva a la fiesta de la
Santa Cruz el día 3 de mayo, tal como se celebra por toda Mesoamérica hasta hoy en día. Se trata
de una plegaria por la lluvia en las cuevas (casas de la lluvia) en un día que sustituye el antiguo
festejo del primer paso del sol por el cenit en el principio de mayo – fenómeno observado en
muchas partes y evidenciado en muchos sitios arqueológicos por medio de orificios o
perforaciones que servían como tubos de observación. En esta fiesta y plegaria culmina la
cuaresma y la semana santa, que son la preparación ritual y narrativa de la Santa Cruz, símbolo
en que confluyen el signo de los cuatro elementos y/o cuatro direcciones y el círculo solar, la
fuerza de la lluvia y la dinámica del sol, la luz y la fertilidad, lo caliente y lo frío, lo
mesoamericano y lo católico….

Fiesta de la Santa cruz el día 3 de Mayo en San Antonio Sinicahua

137
La Cruz de Tezcatlipoca es un tema filosófico muy rico y complejo que dejo para un trabajo
futuro. Por el momento hago constar que vemos aquí un ejemplo de filosofía codificada en
estructuras geométricas y metafóricas en forma de pictogramas que expresan conceptos
abstractos, así como estética, conocimiento del entorno, la razón y la belleza de las costumbres,
de las leyes, de las instituciones - todos estrechamente ligados entre sí. Esta estructura fue tan
fundamental que la encontramos presente en todas las manifestaciones de la civilización
mesoamericana, desde los petrograbados olmecas de Chalcatzingo y los murales de Teotihuacan,
pasando por los diversos y distintos códices y el Sol Azteca, hasta en las plegarias chatinas de
hoy día.

Los cuatro elementos se presentan en diferentes formas simbólicas.


1) El sol es el ser supremo al que llevando ofrendas, a punto de salir a las cumbres de los montes
y cerros y a quien se ve reflejado en los estanques de agua. A la vez la luz (conocimiento y
justicia) y el calor o el principio caliente del cosmos y de la salud (presente en hierbas y
enfermedades).

"Los chatinos dicen; nuestro Dios el Santo Padre Sol, Stina Jo´o Kuchà, es el principio
supremo, la fuente original, es nuestro padre, nuestra madre, el nos dio la vida, es nuestro
origen, es el Dios Superior. Es el primero en el orden de la Jerarquía de sus Santos, de sus
deidades, la mayor parte de las Plegarias y rituales son para invocar y venerar a su Dios, al
Santo Padre Sol. En todas las casas tiene su altar, en las cumbres de los cerros se le adora al
amanecer “al salir los primeros rayos divinos”, y también cuando se va ocultado “para
pedirle que regrese a darles vida”, en las Iglesias delante de las Imágenes católicas se le pide
ayuda, se le venera, se jura en su nombre, es el Dios Supremo, el que guía, protege y alumbra
el camino…." (Cordero 1986: 165)

2) Tierra: las montañas y cuevas como áreas de encuentro entre los humanos y las fuerzas
divinas del cielo y de la tierra. A la vez el principio de lo frío en el cosmos y en la salud.

"Para los chatinos siempre han sido objeto de culto las montañas, en sus cumbres, en las
cimas de las grandes alturas se siente mas cerca lo divino, son lugares de oración, para
levantar altares, templos y quemar copal…. En el centro de las montañas habitan las
divinidades, son el corazón del cerro, desde sus cumbres se espera la salida y la puesta del
Santo Padre Sol, se observa a la Santa Luna, los Santos Luceros. Casi todas las cumbres en
la región chatina son lugares de culto." (Cordero 1986: 173)

3) Agua: manantiales, nacimientos o estanques de agua que en la Mixteca hay muchos y de


diferentes tamaños. Estos vienen muchas veces asociados con cuevas, pero también con la idea
de la limpieza espiritual.

"Las Santas Ciénegas y las Santas Honduras son lugares sagrados muy venerados por los
chatinos, que representan a la deidad del agua….. Estos manantiales que se encuentran con
mucha profusión en toda la región forman lugares con microclimas húmedos en donde se
desarrolla una vegetación exuberante, cada uno de ellos es objeto de culto, siempre se ven

138
las ofrendas, flores, velas, veladoras, copal, comida, depositadas por los chatinos.
Estos Jo ´o Ycuà simbolizan fertilidad, pureza, renovación. El agua es uno de los elementos
mas reverenciados, es esencial para la tierra y para los seres que viven en ella; con forma de
lluvia, nubes, ríos, manantiales, es la fertilidad, se considera agua sagrada cuando brota de
los manantiales porque es la pureza, esta clara, dulce, transparente, no esta manchada,
purifica; el agua de los ríos limpia y purifica también, su corriente se lleva las cosas malas.
Es renacimiento porque brota y se esta renovando sola, es la razón por la que ellos depositan,
“siembran el ombligo” allí, para que esa agua sagrada que brota sola, que se renueva
constantemente dé la fuerza al ser que acaba de nacer y como manantial su sangre se
renovara, seguirá corriendo en sus venas, será pura y sana, le dará la vida.” (Cordero 1986:
169)

4) Viento, que es la Serpiente Emplumada (Quetzalcoatl) como iniciador de la vida (respiración),


del culto, del calendario, y de la cultura misma. Hoy en día encontramos esta figura en la
Mixteca como Koo Savi, la Serpiente de la Lluvia, quien juega un papel central en la religión
contemporánea, así como en los códices antiguos, donde aparece con el nombre calendárico de 9
Viento.
Los mexica identificaron a Quetzalcoatl como unidad multiforme con Ehecatl, el Viento. Aunque
recibía igual veneración que los dioses principales, ninguna de las 18 grandes fiestas anuales
(que marcaban las 18 veintenas más 5 días adicionales que juntos conformaban el año de 365
días) le estaba consagrada; sólo los dignatarios le ofrecían flores e incienso y tabaco el día 1
Caña (ce-acatl), cada 260 días.
El Códice Yuta Tnoho (Vindobonensis) habla del principio del todo, de la esencia del origen del
mundo y de la organización espacial-ritual y política de la cultura mixteca en la época
postclásica. En la p. 32, el Señor 9 Viento ‘Quetzalcoatl’ es el personaje divino que inicia las
ceremonias de Fuego Nuevo, que son parte de la fundación de los reinos mixtecos (cf. Anders &
Jansen & Pérez Jiménez 1992a).
Es interesante observar que la combinación de los días sagrados 1 Caña y 9 Viento aparece en la
representación de la Cueva de Origen (Chicomoztoc) en el Lienzo de Tlapiltepec (esquina
inferior izquierda), demostrando una vez más la asociación íntima entre el Señor 9 Viento,
Serpiente Emplumada, y el origen de la vida cívica ceremonial y del tiempo mismo. (IMAGEN
22)

IMAGEN 22. Chicomoztoc en el Lienzo de Tlapiltepec señalando los dias 1 Caña y 9 Viento

139
En la p. 47 del Códice Yuta Tnoho (Vindobonensis), Koo Savi o Quetzalcoatl (el Señor 9
Viento) habla con los “Dueños del lugar”, que son representantes de la Santa Abuela Tierra
(Magma-Agua-Fuego) y el Santo Padre Sol (Fuego-Luz). Luego se encarga de las aguas celestes
y toma su lugar en un paisaje complejo, organizado de acuerdo con los “principios de la cruz de
Tezcatlipoca", es decir con la dinámica del mundo. (IMAGEN 23)

IMAGEN 23. Detalle de la página 47 del Códice Yuta Tnoho (Vindobonensis)

La parte geográfica de esta escena está compuesta por una serie de pictogramas que rodean a una
imagen central que consiste de una montaña con la cara del Dios de la Lluvia (Tlaloc en náhuatl,
Dzavui en mixteco), con sus características anillos de jade alrededor de los ojos y los grandes
dientes agudos emergiendo bajo una especie de bigotera o máscara bucal. En este caso el Dios de
la Lluvia carga sobre la frente un rectángulo dividido en cuatro partes, como el que tiene la
mencionada escultura del Dios del Fuego encontrada en el Cerro de las Mesas, Veracruz. Su
cuerpo es integrado con la montaña, cuyas laderas se han transformado en los hombros del dios o
de un personaje divino en posición de oración como lo vemos en muchas culturas. (IMAGEN
23-24)

IMAGEN 23. Página 47 del Códice Yuta Tnoho (Vindobonensis). IMAGEN 24. Dios Huehueteotl

140
A la altura del pecho tiene el jeroglífico mixteco de ñuu, "pueblo", formándose así el emblema
de la "Nación de la Lluvia", Ñuu Dzavui o pueblo mixteco. La posición probablemente enfatiza
que esta tierra es la morada de nuestros ancestros que nos dieron vida, el origen mismo del
universo en donde se sintetizan los 4 elementos primordiales: Fuego, Aire, Agua y Tierra. Aquí
la imagen del Dios de la Lluvia connota la del Dios Viejo, convirtiéndose en el principio
filosófico, geométrico y matemático que también encontramos en la Cruz de Tezcatlipoca
(Códice Fejérváry-Mayer), así como en el petrograbado de Chalcatzingo, en las representaciones
de Huehueteotl y en las representaciones de Chicomoztoc. (IMAGEN 25 – 34).

IMAGEN 25. Montaña del Dios de la Lluvia, Códice Yuta Tnoho (Vindobonensis), p. 47

IMAGEN 26. Detalle del Chicomoztoc en el Lienzo de Tlapiltepec

IMAGEN 27. La forma del Chicomoztoc en el Lienzo de Cuautinchan

141
IMAGEN 28. La forma del Dios Huehueteotl

IMAGEN 29. Comparación de la composición del Dios Huehueteotl con las formas de la cueva en el relieve de Chalcatzingo, la
figura de la Montaña del Dios de la Lluvia, y del Chicomoztoc

142
IMAGEN 30. Cuadro comparativo de diferentes representaciones del Dios Huehueteotl (renglón superior y renglón inferior) con
representaciones del Dios de la Lluvia (renglones 2 y 3)

143
IMAGEN 31. Calendario Azteca (Museo Nacional de Antropología e Historía )

IMAGEN 32. Trazos geométricos sobre los cuales se desarrollaron las bases del diseño del Calendario Azteca

144
IMAGEN 33. Composición del Calendario Azteca

IMAGEN 34. Composiciones similares en otras culturas.

Entre los mexicas el ritual del Fuego nuevo se repitió cíclicamente cada 52 años, dando una
división en grandes periodos cíclicos al calendario mesoamericano. En cuanto a su esencia

145
conmemora la primera salida del sol y la creación del fuego. Como evento cíclico probablemente
conmemora también a los Ancestros. Una representación mexica aparece en el Códice Ciuacoatl
(Borbónico), p.34. 7 (IMAGEN 35)

IMAGEN 35. Códice Ciuacoatl (Borbónico), p.34

Los mexica celebraron este ritual en el año 2 Caña y los mixtecos, siguiendo una cuenta
calendárica más antigua (tolteca) en otro día del mismo año, que para ellos era el año 1 Caña.
Vemos que la celebración es al Santo Padre Sol en la advocación de Huitzilopochtli. En el
templo vemos la forma de la Cruz de Tezcatlipoca, la misma que presenta el volumen circular
que sostiene sobre la cabeza Huehueteotl, Dios viejo o Dios del Fuego. Aquí (pintada en color
blanco sobre fondo negro) es el emblema del Tlillan, el Templo Oscuro (Misterioso) de la Diosa
Ciuacoatl (deidad asociada con la muerte y el parto), quizá en alusión al renacer - es decir, para
vivir hay que morir como parte del ciclo de la vida. A la vez esta forma representa el génesis y la
dinámica del universo, el recorrido del Santo Padre Sol en relación con las Sagradas Montañas,
es decir es el espacio sagrado donde moran nuestros ancestros que nos dieron vida.
De acuerdo con este pensamiento, los ancestros están simbolizados en las piedras que se
formaron por las erupciones volcánicas (cuyos elementos además del Fuego son la tierra y el
agua) y como resultado del paso del tiempo. Así se explica que cada uno de los elementos Fuego,
Agua, Aire, Tierra, o cualquier otro principio análogo, posee en sí el principio natural del devenir
o del ser. No decimos que tiene una naturaleza, cuando aun no tiene esencia y forma. Por lo
tanto, la reunión de la esencia y de la materia constituye la naturaleza de los seres (es como

7
Véanse los comentarios de Caso (1967) y de Anders & Jansen & Reyes García (1991).

146
plantea Platón el perro recién nacido tiene la vista en potencia, pero no el que está aún en el
vientre de su madre). Esta conexión con el tiempo se refleja en el hecho que cada ser humano y
cada elemento de la naturaleza en Mesoamérica tienen su nombre calendárico, como lo refieren
los textos de Hernán Ruiz de Alarcón y los códices del Grupo Teoamoxtli o Borgia.
Leyendo estos códices de acuerdo con el método iconográfico encontramos topónimos con
fechas de importancia ritual y descripciones históricas y/o rituales. Adentrándonos en la capa de
la composición geométrica descubrimos posibles referencias a los elementos filosóficos y las
metáforas fundamentales de la civilización mesoamericana. Las formas mismas establecen
conexiones con el tema del origen (Chicomoztoc), la energía creativa (Fuego) y la dinámica del
universo (cruz), así como con las grandes deidades Tezcatlipoca (poder), Ehecatl- Quetzalcoatl
(el aire como principio vital / el sacerdocio), Ciuacoatl (vida - muerte - vida), Tlaloc (lluvia,
fertilidad del campo) y Chalchiuhtlicue (agua), Centeotl (Maíz) y otras fuerzas del panteón
primordial mesoamericano.

Relaciones simbólicas y estructura geométrica


El culto está directamente relacionado con la numerología simbólica del calendario. Citamos de
nuevo el texto de Carmen Cordero por ser sumamente ilustrativo e iluminador:

"Los chatinos siguen conservando en todas sus ceremonias los números rituales y simbólicos
de sus antepasados como son el 13, 9, 7 y 5. Consideran al 13 y 7 como cifras favorables…
El 13 es el gran número mágico, el número supremo del calendario de los antiguos
mexicanos y expresa el conjunto de espacios y tiempos, el 13 es el número de cielos, es la
residencia de una pareja suprema….
El número 13 es la mitad de los días que la luna es visible, haciendo abstracción de los días
en que desaparece antes de la conjunción.
Cuando los chatinos celebran el rito de “guardar días”, casi siempre son en número de 13 o
de 7, también son los número de las velas que se emplean en los ritos.
El número 9 anuncia al mismo tiempo el fin y el principio, es una transposición sobre un
nuevo plan. Aquí encontramos la idea de un nuevo nacimiento o germinación al mismo
tiempo que la de la muerte, expresa el fin de un ciclo, el término de una carrera, el cierre del
círculo, estas son ideas de varias culturas sobre los valores simbólicos de este número.
“El 9 se opone al 13 como la tierra al infierno y la noche al cielo y a la luz”.
Es para los chatinos el número simbólico de las cosas terrestres y nocturnas, es el símbolo de
la muerte, los días que llevan el número 9 son nefastos y este número es empleado en todos
los rituales funerarios.
Cuando el espíritu del difunto empieza su viaje tiene que pasar por el Río 9, al llegar al Cerro
Neblina que es la entrada al otro mundo, al mundo de los muertos, allí encontrara el Pueblo
9, el lugar en donde vivirá, es un lugar idéntico a su pueblo, cada chatino tiene en el otro
mundo que llegar a un pueblo 9, y según ellos hay tantos pueblos 9 en la otra vida como
pueblos chatinos existen.
El 7, número cosmológico y mágico es universalmente el símbolo de una totalidad en

147
movimiento o de un dinamismo total, representa las 6 direcciones del espacio y un punto
central que simboliza “la totalidad del espacio y la totalidad del tiempo”.
Para los chatinos representa las posiciones cósmicas del Santo Padre Sol, del Dios Supremo y
del hombre; en todos sus ritos cuando encienden las velas que presentan como ofrendas las
colocan en los 4 puntos cardinales que los llaman las 4 esquinas del mundo, simbólicamente
en el eje del mundo o sea en el zenit y el nadir, ellos dicen en el centro del cielo y en el
centro de la tierra, y otra vela en el centro que es “el aquí”, “el en medio” o sea la 5ª.
dirección, el centro del lugar en donde están celebrando el rito, y al depositar estas velas,
estas ofrendas al Santo Padre Sol y a las otras deidades, piden que su luz ilumine las 4
esquinas del mundo, el centro del cielo, el centro de la tierra y el centro del lugar en donde
como ya dijimos están celebrando el rito.
El centro representa el número 5, es el lugar de cruce de las otras direcciones, el lugar en que
se encuentran lo alto y lo bajo, es el espacio central, el crucero de las otras direcciones y es el
Dios del Fuego que representa la dirección central, el centro corresponde también al fogón
que arde en la casa.
Los chatinos en sus leyendas hablan de las Pléyades, de la Diosa la Serpiente de 7 cabezas o
la Serpiente Flor, de los 7 Templos, los 7 Consejos, las 7 Varas, los 7 Antepasados.
El 7 es el centro de la serie numérica fundamental del 1 al 13, es el corazón de la tierra y el
corazón del hombre también."(Cordero 1986: 173)
Con esta información de fondo entendemos que la Cruz de Tezcatlipoca se fundamenta en la
geometría sagrada, cuyo conocimiento se remonta a los inicios de la civilización mesoamericana
(por lo menos 1500 años antes de Cristo). Es en esta misma geometría sagrada que podemos
encontrar pautas para inspirarnos hoy en día tanto para desarrollar interpretaciones e hipótesis
originales como nuevas obras de arquitectura.
Para explicar porque es sagrada la geometría de nuestros ancestros empezaré definiendo la
palabra ‘geometría’ como parte de las matemáticas que trata de las propiedades y medida de la
extensión. Existen aplicaciones matemáticas como la del algebra a la geometría para resolver por
medio del cálculo ciertos problemas de la extensión que conocemos como algorítmica, la
geometría analítica que estudia las propiedades de las líneas y superficies representadas por
medio de ecuaciones, la geometría del espacio que considera las figuras cuyos puntos no están
todos en un mismo plano, la geometría descriptiva que tiene por objeto resolver los problemas de
la geometría del espacio por medio de operaciones efectuadas en un plano y representar en él las
figuras de los sólidos, la geometría plana que considera las figuras cuyos puntos están todos en
un plano, la geometría proyectiva que trata de las proyecciones que conservan las figuras cuando
se las proyecta sobre un plano (Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española,
Vigésima Primera Edición, 1992, Tomo I: 1036)
La palabra ‘sagrado’ perteneciente o relativo a la divinidad o a su culto (ibidem). Por lo tanto
podemos decir que la Geometría Sagrada forma parte de las matemáticas que trata de las
propiedades y medida de la extensión de la divinidad. Es decir, nuestros ancestros tenían como
ya se dijo antes un concepto del mundo a partir del profundo conocimiento de la biodiversidad
que les rodeaba, relacionaron lo que pasaba en la bóveda celeste y la Madre Tierra a través de los
conocimientos que tenían de los números, la astronomía y la geometría que es la forma más

148
concreta y sin embargo más abstracta de razonamiento, rige el movimiento de los astros y las
estaciones, con base en las formas geométricas cuadradas, triangulares y circulares. Así
generaron un espacio cerrado vacío expresado con la forma del cuadrado como si fuera la salida
(boca, cráter, volcán), del centro de la Tierra que exhala Fuego, generando un eje vertical que
geométricamente hablando tiene un primer punto ( F ) que representa a la Madre Tierra y un
segundo punto que representa al Padre Sol ( S ), generando así un espacio fundamentado en esta
dualidad, que nos permite habitar y desplazarnos, es el origen, el principio y la continuidad del
cosmos simbolizado con la ceremonia del Fuego Nuevo.

Interacción entre investigación y práctica


Descubrir estos principios no sólo es importante para el análisis arqueológico, histórico o
artístico, sino puede ser el principio para una creación pictórica o arquitectónica hoy en día.
Como arquitecto busco reencontrar y retomar esta geometría para desarrollar a partir de estas
formas y proporciones una obra propia, conectándome así con la tradición mesoamericana, tal
como yo la entiendo por estudio y herencia. Aquí mis pasos interpretativos se convierten en
pasos creativos.
Comenzamos con la línea entre el punto F y el punto S. Este movimiento entre F y S da origen al
radio que es el giro del punto F alrededor del punto S generando el círculo. En términos
filosóficos es el origen de la dualidad Madre Tierra y Padre Sol de quienes principia todo.
Geométricamente hablando es el círculo el que gira a partir del punto F alrededor del punto S
hasta regresar nuevamente al punto F desde donde principió a girar. Este primer círculo es el
primer trazo geométrico cerrado de la Geometría Sagrada. En la vida ritual mesoamericana es el
primer ciclo completo, que expresa la Ceremonia del Fuego Nuevo (cada 52 años).
Este primer ciclo significa un primer recorrido en el tiempo a través de la línea recta que se
convierte en el radio y el diámetro del círculo que los griegos llamaron Pi, que es la proporción
de la circunferencia del círculo con su diámetro. Gracias a la invasión española hoy no sabemos
como le llamaron los mesoamericanos, pero propongo llamarlo Chi, por el término del signo
Viento (Aire) en el calendario mixteco. Se trata de un número que los antiguos mexicanos
conocían puesto que lo ocuparon y en él basaron una parte importante de su Geometría Sagrada.
Chi es un número que no es solución de ninguna ecuación algebraica, no es igual a ningún
cociente de dos enteros ni a ninguna fracción; se trata de un número decimal infinito no
periódico que cubre los espacios vacíos que dejan los números racionales, es decir son los
elementos de la recta F – S que no pueden expresarse mediante el cociente de dos enteros o
fracciones, proviene de las funciones trigonométricas, logarítmicas y exponenciales conocidas
como funciones trascendentes y se les conoce como números irracionales. También surgen de
escribir números decimales no periódicos al azar o con un patrón que no lleva periodo definido
(como la exhalación del hielo negro del Yucucui, que, según se sabe, sucede generalmente entre
los meses de noviembre-enero, y a veces antes de noviembre pero no se sabe con exactitud en
qué mes, ni qué día, ni a qué hora).

149
Como demuestran las plegarias chatinas, los mesoamericanos consideraron a los números como
elementos de la naturaleza puestos en el cosmos, en el cual representaron a lo que hoy
conocemos como números reales, los cuales son aquellos que poseen una fracción decimal e
incluyen tanto a los racionales (33, 29/14, 17.6), como a los irracionales (3.14159265..), y
números que representan el Centro de la Tierra. Es decir, responden a un concepto de ejes
verticales y horizontales en los que representaron sobre el eje vertical a la Madre-Abuela Tierra y
el Padre Sol y sobre el eje horizontal a la humedad de la superficie terrestre y la Tierra.
A partir de la Madre-Abuela Tierra y el Padre Sol, origen de la dualidad, se establece en el centro
del espacio a la primera deidad, al Dios Huehueteotl, el Dios Viejo que es el Dios del Fuego, que
puede proyectarse en siete ámbitos: primavera, verano, otoño e invierno, Santo Padre Sol, Santa
Madre Tierra y Santa Madre-Abuela Tierra. (IMAGEN 36, 37)

IMAGEN 36. Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), p.1 - IMAGEN 37. Dios Huehueteotl, proyectado en 7 ámbitos

Si trasladamos esta imagen tridimensional a una de dos dimensiones o plana, haciendo que las
siete direcciones giren y completen un círculo, y a su vez den origen a los ejes del patrón de
crecimiento de la creación. Es así como el círculo del Santo Padre Sol en conjunto con el círculo
de la Santa Madre Tierra, dan origen al primer ciclo completo o Génesis que es simbolizado por
el primer círculo. (IMAGEN 38)

150
IMAGEN 38

A partir de este círculo, se duplica esta figura, dando origen al primer día después de encender el
Fuego o después del Génesis. Este segundo círculo se desplaza haciendo centro donde el punto
intercepta el primer círculo originario (punto S). Esta es la primera forma traslapada de la
Geometría Sagrada, en donde el círculo de la Santa Madre-Abuela Tierra y el círculo del Santo
Padre Sol tienen un radio común. (IMAGEN 39)

IMAGEN 39

Este primer día del Fuego o del Génesis da origen a la segunda forma geométrica que es como el
Chicomoztoc, la cueva de origen, es decir la matriz del universo. A partir de ella se generan
todas las formas en el espacio. Del Chicomoztoc nacen dos nuevos puntos, la Santa Agua ( A ),
y la Madre Tierra ( T ), los cuales nacen de F y S, por lo tanto podemos decir que este primer día
de existencia del Fuego Sagrado da origen al patrón de la vida simbolizado con el árbol de cacao
y de la luz simbolizado por el círculo solar (el que indica el solsticio de invierno). Es entonces
que inicia el ciclo de la vida, es ese el momento del milagro de la creación. (IMAGEN 40)

151
IMAGEN 40

El segundo círculo da origen a un tercer círculo, la relación de estos tres círculos dan origen a los
trapecios (ver figura), este da origen al cuarto círculo que representa al tercer día del Fuego o
Génesis (ver fig.), estos cuatro círculos son muy simbólicos pues representan el concepto
filosófico que el mesoamericano tiene de la esencia del ser humano expresado en el lenguaje de
la Geometría Sagrada: los círculos F y S son los ancestros, los A y T los hijos, y el corazón de la
familia se nos presenta como Huehueteotl-Xiuhtecuhtli, nutrido por Tezcatlipoca. Por eso para el
mexicano de hoy es muy importante celebrar el día de los ancestros mejor conocido como Todos
Santos. (IMAGEN 41)

IMAGEN 41

El cuarto círculo da origen al quinto círculo y este a su vez da origen al sexto y este al séptimo
círculo simbolizando los siguientes días del Fuego Sagrado. Al completar el séptimo círculo, se
completa el patrón del Fuego Sagrado iniciándose la Ceremonia del Fuego Nuevo; es decir, la
ceremonia que conmemora la creación del universo, lo que hoy se conoce como la semilla de la
vida. (IMAGEN 42)

152
IMAGEN 42

Al rotar el patrón del Fuego Sagrado un ciclo (360º) alrededor del centro se concibe una figura
circular como la que genera la víbora de cascabel cuando se enrosca y se yergue para defenderse
de algún peligro o como el anillo de humo de los volcanes como el que exhala hasta hoy en día el
Popocatepetl (Cerro que humea). Esta figura de la Geometría Sagrada se conoce como Tubo
Toro o Toroide (ver fig.). Y así sucesivamente los trazos de la Geometría Sagrada nos llevan a
encontrar lo que se ha llamado el huevo de la vida, la flor de la vida a partir de la cual tendremos
una cuarta rotación que nos permite continuar con los círculos tangentes hasta llegar a tener trece
círculos que conforman el fruto de la vida. (IMAGEN 43)

IMAGEN 43

Al unir los puntos centrales de los círculos del fruto de la vida se origina el cubo metatrón que a
su vez permite trazar las coordenadas con las que se pueden construir los sólidos platónicos que
encontramos en el dialogo de Platón del Timeo o de la Naturaleza, estos han llegado a ser base
de la estructura de la vida orgánica y de las obras de creación humana. Los podemos encontrar en
la vida animal y orgánica, en los minerales, en el lenguaje, en las artes plásticas, en la

153
arquitectura, en la música, en las obras de ingeniería, etc., como ya se dijo páginas atrás en los
trazos de los códices, en el trazo de la Cruz de Tezcatlipoca, en la ubicación de distintas ciudades
mesoamericanas, entre otras. (IMAGEN 44)

IMAGEN 44

De los sólidos platónicos llegamos a la figura geométrica que conocemos como el árbol de la
vida. En esta figura se puede ver la perfecta relación existente entre el árbol de la Vida y el
patrón del Génesis manifestado en la semilla de la vida. (IMAGEN 45, 46).

IMAGEN 45 IMAGEN 46

154
Pictóricamente observamos formas circulares o curvas y formas rectas o angulares, que podemos
interpretar como femeninas y masculinas respectivamente. En esta visión el círculo o línea curva
es femenino, es la Madre-Abuela Tierra, y el radio del círculo es masculino, es el Padre Sol. Esto
es, la primera forma cerrada que construye la línea curva es el círculo, y en el caso de la línea
recta (el radio), es el cuadrado. En la escultura del Dios Huehueteotl, vemos que sobre la cabeza
presenta un volumen cuya cubierta de la parte superior es circular (cóncava) y la parte baja es
plana, asignándole el círculo a la bóveda celeste y el cuadrado a la tierra tratando de hacer
semejantes el perímetro del cuadrado con el del círculo y su circunferencia.
Por otro lado los árboles que se encuentran dentro de los trapecios de la Cruz de Tezcatlipoca
recuerdan en cuanto a su composición los trazos del conocido dibujo de Leonardo da Vinci del
hombre de Vitruvio. (IMAGEN 47-50)

IMAGEN 47. El hombre de Vitruvio IMAGEN 48. Detalle de Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), p.1

IMAGEN 49. Trazo del Hombre de Vitruvio y del Árbol de la Vida representado en el Códice Tezcatlipoca (Fejérváry-Mayer), p.
1

155
IMAGEN 50. Similitud geométrica entre el Hombre de Vitruvio y el Árbol de la vida

Una tercera aproximación a la cuadratura del círculo la construyeron partiendo de cuatro círculos
tangentes cuya suma de diámetros definen el lado del cuadrado que los contiene; después,
haciendo centro en el cruce de las diagonales del cuadrado y con un radio que se integra al radio
de los círculos interiores se traza un círculo exterior que se aproxima a la cuadratura del círculo.
(IMAGEN 51)

IMAGEN 51a. Cuadratura del círculo sobre cuatro círculos tangentes

156
157
IMAGEN 51b. Tomando como base la cuadratura del círculo y la geometría sagrada se hicieron los trazos que dan origen a la
Cruz de Tezcatlipoca

Es importante recordar que desde Platón en la antigüedad, Leonardo da Vinci en el renacimiento


y los actuales científicos del siglo XXI se han pasado tales observaciones e ideas, logrando
estructurar un campo de conocimiento y experimentación que nos ha permitido ir descubriendo,
entendiendo y explicando la Geometría Sagrada. Los mesoamericanos legaron a los mexicanos
actuales y al mundo su propia variante original de este mismo conocimiento – resultado
probablemente de estudio y trabajo de por lo menos 2500 años de desarrollo. Todo esto fue
destruido en la masacre perpetrada en 1521 por un grupo de ignorantes fanáticos, pero podemos
recuperar una parte esencial de esta filosofía, sabiendo leer a los mudos vestigios y testigos que
quedan aún vivos como fieles testimonios que aluden a la “memoria genética” o “memoria
cultural” de sus herederos, exigiéndoles el estudio conciente que debemos tener acerca de ese
conocimiento que solo las civilizaciones avanzadas logran desarrollar pues, se trata de una
herencia que incursiona en las leyes de ordenación del universo y de la huella digital de la
creación.

Formas y simbolismo de la víbora de cascabel

Una vez establecido que la filosofía mesoamericana descansa sobre la observación de geometría
en el espacio sagrado, nos preguntamos en qué símbolo central reconocieron y concentraron los
antiguos mexicanos su pensamiento filosófico para poderlo recordar y transmitir en contextos
educativos. La misma producción artística de la civilización mesoamericana sugiere la respuesta.

158
Para quienes buscaban un modelo esquemático natural que sintetizara su visión geométrica del
mundo, como expresión metafórica de su pensamiento, se ofrecía un ser vivo que ha fascinado a
todas las culturas: la víbora de cascabel. Encontramos representaciones de y referencias
explícitas a la víbora de cascabel en muchos contextos que nos interesan. Un ejemplo clave es la
víbora de cascabel emplumada que rodea la ciudadela, o mejor dicho Templo de Quetzalcoatl en
Teotihuacan, un edificio central de la arquetípica metrópolis mesoamericana. (IMAGEN 52)
En este relieve la serpiente emplumada se asocia con el agua del mar, indicado por las conchas y
caracoles que la rodean. El contexto sugiere una interpretación religiosa: la fuerza creadora sobre
las olas del océano primordial, tal como el Popol Vuh (el antiguo libro sagrado de los k’iché de
Guatemala) describe el principio de la creación del mundo:

“No se manifestaba la haz de la tierra; sino que sólo estaba el mar represado… sólo la mar
sosegada, sólo ella represada, ni cosa alguna había que estuviese; sólo estaba en silencio, y
sosiego, en la obscuridad, y la noche. Sólo estaba el Criador y Formador, Señor Culebra
Fuerte, las Madres y Padres están en el agua, en una claridad abierta. Y estaban cubiertos en
plumas verdes, por eso se llama Gucumatz grandes sabios, y de grandes entendimientos es su
ser….” (Ximénez 1973: 27)

IMAGEN 52. Tablero con la víbora de cascabel emplumada que rodea la ciudadela del templo de Quetzalcoatl en Teotihuacan

A la vez la serpiente carga aquí el emblema del Dios de la Lluvia, Tlaloc, “el que reside en la
tierra”. Tanto este emblema como la figura de la serpiente emplumada misma aparecen en otros

159
contextos de Teotihuacan como indicadores de alto estatus o poder político.
Esta visión de la Serpiente Emplumada como un ser primordial, un nahual de enormes fuerzas,
que determina la venida de las lluvias y con esto la cultura humana, sigue viva en las
comunidades mesoamericanas de hoy. En la región mixteca se conoce como Koo Savi, “la
serpiente de la lluvia”.8

Podemos entender la importancia simbólica y cognitiva de la serpiente a partir de la realidad


biológica. La víbora de cascabel es un animal capaz de vivir en la tierra, debajo de la tierra, y en
los árboles, puede nadar, puede minimizar sus funciones internas para después acelerar su
organismo hasta velocidades insospechadas. Es de sangre fría. Su forma es sencilla como un
cilindro alargado; si eleva su parte inferior puede avanzar en línea recta. Inverna en agujeros. Su
lengua es bífida. Es paciente e inteligente, detecta vibraciones transmitidas por medio de la tierra
al simple pisar de un pequeño roedor. Es efectiva en el día pero excelente con la caída del sol. Es
cazadora equipada con sistemas de detección y una sofisticada maquinaria para cazar y
defenderse de sus depredadores, aguanta semanas sin ingerir alimentos, es más rápida que un
rayo al atacar. En estas víboras resumen son las depredadoras más eficaces del mundo: el golpe
mortal de una serpiente venenosa como la de cascabel es uno de los más sorprendentes milagros
de la ingeniería natural.

IMAGEN 53. Formas geométricas reconocibles en el cuerpo de la víbora de cascabel.

El diseño natural de su piel presenta formas cuadradas sobre su lomo y triangulaciones en los
costados. Estas formas al serpentear la víbora se deforman formando otras figuras como rombos,
pentágonos o formas compuestas, como el planteamiento de las formas cuadradas, rectangulares
y triangulares que Platón propone para explicar el demiurgo. La forma que tienen sus fauces
cuando están cerradas se asemeja tanto a la del símbolo que conocemos hoy como infinito como
a la forma del ollin, signo calendárico mesoamericano que significa “movimiento”. También
cuando está en posición de ataque o enroscada, su cuerpo genera formas curvas y triangulares

8
Véase por ejemplo la película documental “El rebozo de mi madre”, dirigida por Itandehui Jansen e incluida en el libro Mixtec
Writing and Society, editado por Jansen & Van Broekhoven (2008). La contribución de Witter al mismo libro analiza el valor
simbólico de esta serpiente para el mundo mixteco de ayer y hoy.

160
que en conjunto con el diseño de su piel y su cabeza triangular se convierten en una composición
armónica y dinámica a la vez. Enrollándose puede formar un círculo, de donde como una base o
protección yergue el cuerpo en señal de ataque o defensa. (IMAGEN 53, 54)

IMAGEN 54. Víbora de cascabel (img.taringa.net)

Estas formas cuadradas, circulares y triangulares proporcionalmente armónicas, pintadas en su


piel y expresadas corporalmente en la manera de enroscarse y erguirse, permitió a los antiguos
mexicanos darse cuenta de la espiral que dibuja la serpiente al hacerlo y de cómo mantenía el
mismo ángulo desde su centro con independencia de lo grande que alargara el resto de su cuerpo.
La víbora de cascabel forma curvas que generan una proporción similar a la sección aurea la cual
se utilizaba en occidente, mientras que las proporciones y formas geométricas pudieron ser
usadas para expresar un conocimiento geométrico, aritmético y astronómico.

IMAGEN 55. Víbora de cascabel en posición de ataque (espaciomix.com) – IMAGEN 56. Víbora de cascabel enroscada formando la sección
aurea Mesoamericana

Una prueba de tal uso se encuentra en el Códice de Dresden, un libro maya precolonial, que en
las páginas 60-61 presenta largos y complejos cálculos situados en los cuerpos de cuatro víboras.
No falta el aspecto religioso: encima de dos de estas víboras están las imágenes de Chac, el Dios
de la Lluvia. (IMAGEN 58)

161
IMAGEN 57. La sección aurea que se puede observar en la víbora de cascabel

IMAGEN 58. Códice de Dresden: las víboras de cascabel como formato para presentar cálculos (dibujo tomado de la edición de
Ferdinand Anders 1975)

162
Los filósofos mesoamericanos han de haber observado lo que podemos ver hoy en día: que el
color de las escamas de la víbora de cascabel es castaño nuez claro, con una serie de rombos más
oscuros que el fondo y delimitados por escamas blanquecinas, el vientre es de color crema o
amarillento. Esta forma y este color se asemejan a las semillas del maíz cuando ya es mazorca.
(IMAGEN 59)

IMAGEN 59. Comparativa entre las escamas de la serpiente y los granos de maíz y entre el cascabel de la víbora y la mazorca
del maíz.

De hecho existen varias imágenes en el arte mesoamericano que integran el cuerpo de la víbora
de cascabel con la planta o espiga de maíz. Un ejemplo claro es una escena ritual en el Códice
Añute (Selden) donde se quema una ofrenda de madera ante la Serpiente Emplumada, cuya cola
consiste de una espiga de maíz. (IMAGEN 60)

IMAGEN 60. Códice Añute (Selden), p. 3-II: serpiente emplumada con espiga de maíz

Esta idea es muy antigua. Una combinación similar ya aparece en el arriba mencionado
petrograbado de Chalcatzingo: de la cabeza de la serpiente que representa la cueva (en la parte de
atrás y junto al ojo) brotan plantas que tienen la forma de la planta joven del maíz. (IMAGEN
61a)

163
En otro relieve más o menos de la misma época, una estela olmeca de La Venta, vemos la víbora
de cascabel con una cresta de plumas – es decir, la Serpiente Emplumada – como representación
de la fuerza divina que envuelve y lleva al sacerdote o rey en trance.9 (IMAGEN 61b)

IMAGEN 61a. El relieve de Chalcatzingo IMAGEN 61b. Víbora en estela olmeca de La Venta.

Estudiando hoy esta víbora de cascabel con ojos mesoamericanos podemos reconstruir
intuitivamente cómo los antiguos sabios pudieron de esta observación desarrollar la parábola, la
elipse, la media luna definida por la intersección de dos círculos de diferente radio, conocer la
existencia de lo que hoy llamamos números enteros. Al conocer la armonía de la naturaleza y del
universo se dieron cuenta que los números representan las armonías del cosmos y la naturaleza
de los seres vivos. A partir de esto pudieron plantear el simbolismo numérico, las formas
geométricas como el círculo, el rectángulo y el triangulo que en lenguaje arquitectónico se
convirtieron en las formas y proporciones armónicas de las construcciones para venerar las
deidades. Por su carácter básico en la organización del cosmos estos números astronómicos,
arquitectónicos y geométricos se vuelven sagrados.
El; número 1 es el del inicio, de la creación, de la fuerza. Los números pares simbolizan la
dualidad – elemento fundamental de nuestro pensamiento. El número 3 refiere al orden vertical
del cosmos: Plano Celeste, Plano terrenal y la Profundidad (el centro de la Madre Tierra). El
9
Para una edición del Códice Añute (Selden) con comentario, véase la publicación de Jansen & Pérez Jiménez (2007b). Estos
autores también discuten el simbolismo de la serpiente en su capítulo VI.

164
número 4 tiene sus asociaciones simbólicas con los cuatro rumbos y los cuatro elementos
(Fuego, Aire, Agua y Tierra). El número 7 integra lo expresado por el 3 y el 4.
Los antiguos mesoamericanos observaron la regularidad matemática de los movimientos de los
astros y las proporciones de los seres vivos. A partir de estos conocimientos, desarrollaron dos
niveles del calendario: uno primordial de 260 días fundamentado en la anatomía y biología de los
seres vivos y la relación de estos con la Madre Tierra, concretamente en el periodo de gestación
humana, y uno solar que, en base a lo anterior marcaba el año astronómico. Esto fue la base para
la observación de los movimientos astrales en relación con las montañas del horizonte. Un
ejemplo contundente es el cálculo de los periodos de visibilidad e invisibilidad del planeta Venus
en un ciclo de 104 años, tal como viene registrado y comentado en el códice maya conservado en
Dresden.10 En todo esto los antiguos pensadores se dieron cuenta de la íntima relación entre la
numerología, la geometría y las fuerzas divinas del cosmos. Esta relación la encontramos
plasmada en sus obras de arte y arquitectura, y en los conceptos de su lengua y literatura.

La dimensión lingüística

El pensamiento filosófico mesoamericano también se ve reflejado en la forma cómo se


estructuran las lenguas antiguas de México. Hay que enfocar las relaciones que la lengua
mantiene con el pensamiento filosófico, que no son fortuitas sino responden a un principio de
ritmo y ordenamiento que también está presente en las ideas sobre el origen y la formación del
universo. Las estructuras lingüísticas deben ser estudiadas en el seno mismo de las comunidades
hablantes, los términos no deben descontextualizarse de su entorno natural y cultural. Así
podemos encontrar los significados partiendo de la estructura lingüística misma y de la
cosmovisión de los hablantes.
En ese sentido considero desde mi disciplina, sin meterme en especificaciones lingüísticas, que
los términos claves de las lenguas antiguas de México como el náhuatl deben de ser analizadas
desde el ámbito filosófico, pues de lo contrario las interpretaciones que de éstos se hagan serán
incompletas e inadecuadas.

Como ejemplo presento una breve interpretación del campo semántico – léxico de la raíz náhuatl
Chichi. Un campo semántico es un grupo de palabras o elementos significantes con significados
relacionados. Dicha relación está en base a un núcleo de significación o rasgo semántico (sema);
en el caso de la lengua náhuatl, cuyo patrón de alineamiento es nominativo-acusativo (Nichols
1986), dicho núcleo se constituye por una construcción predicativa sea mediante una frase
nominal o verbal.
Debido a que tipológicamente la lengua náhuatl es “aglutinante” (Sullivan 1976: 15), su
estructura predicativa es en sumo compleja, ya que en una misma cláusula permite la
incorporación de raíces nominales, verbales, etc. (op. cit.: 263) con lo que complejiza no solo la
estructura morfológica de la palabra sino también el núcleo predicativo y con ello su significado.

10
Maclean Earle & Snow 1983 explican la relación entre calendario y embarazo. El Códice Dresden (editado de manera ejemplar
por Ferdinand Anders) conecta textos mánticos e iconografía religiosa simbólica (similar al contenido de los códices del Grupo
Borgia) con cálculos astronómicos precisos. Véase también Sprajc 2001.

165
La raíz -chichi- en las fuentes

Aquino1765, chichi-a RV Mamar


Arenas 1611, chichi-hua RN ama que
clavijero , cría, nodriza.
Molina 1555, chichi RV Mamar
Molina 1571,
Clavijero,
SXVIII
Molina 1555, chichi-tia RV Amamantar
Molina 1571 chichi-na RV Chupar
Molina 1571 chichi-ni, RN el que
chichi- mama,
mpul mammon
Molina 1571, chichi-hual
RN Seno
Clavijero
Molina 1555, chichi RN Perro
Molina 1571,
Clavijero
Abreviaturas: RV: raíz verbal, RN: raíz nominal.

Como podemos ver en este cuadro, el campo semántico de la raíz -chichi- como alimentar o
mamar es amplio y está registrado en varias fuentes, incluso hoy día se utilizan las formas chichi
(mamar, pezón) y chichitia (amamantar)11. Por otra parte la raíz -chichi- también está registrada
como un término para designar a perro, sin embargo hemos visto que este término no era
genérico y que no fue utilizado como tal en todos los lugares.12
Actualmente en las comunidades originarias mesoamericanas, todo este cúmulo de pensamiento
filosófico, en el cual el hombre está en estrecha relación con el medio natural y la cosmogonía,
sigue siendo de vital importancia (Valle 2004: 32).
De acuerdo con el estudioso de la lengua náhuatl Sergio Sevilla Peña originario de Santa Ana
Tlacotenco D.F., única comunidad que hasta el día de hoy conserva como lengua madre el
Náhuatl, los ritmos del cosmos y la naturaleza son bien conocidos pues tienen su correlato en los
ritmos vitales del hombre. Así la relación entre naturaleza y hombre son de carácter reciproco y

11
Tomamos como referencia a la variante del náhuatl que actualmente se habla en la comunidad de Santa Ana Tlacotenco,
Delegación Milpa Alta, México D.F.
12
De hecho, en los manuales para españoles que fueron escritos desde el siglo XVI en donde enlistaron las expresiones más
comunes según el contexto comunicativo, la palabra para referirse al concepto castellano “perro” fue registrada en náhuatl como
una adaptación fonética del español: pelo, pelito (Aquino 1765: 106). Lo anterior deja en claro que los hablantes de la lengua
náhuatl no siempre prefirieron utilizar -chichi- para referirse al concepto castellano de perro. Hoy día hay una clara distinción
entre chichi (pezón) y chiche (perro).

166
complementario. Un ejemplo de ello es la forma en que se establecen vínculos con la tierra a
través del ciclo ritual.
Transcribo la grabación (hecha en el 2004) de una conversación acerca de las actividades a
realizar en la fiesta para celebrar a la Señora Santa Ana, patrona del pueblo13.
Sra. Petra: Titehtechiazque, Titetlamacazque
Esperaremos a las personas [invitadas], les daremos de comer.

Don Roque: quemma melawac, titetlamacazque, tonantzin momachitiz.


Si, es verdad… les daremos de comer, nuestra madre lo sabrá.

Sra. Petra: zazo quenen titetlanamacazque, tonanrtzin momachitiz, tichmopalewiliz,


para… no…
Como es que daremos de comer, nuestra madre lo sabrá, nos ayudará para…

Don Roque: tichmocenewa…


Nos rejuvenece…

Sra. Petra: tichmoconewaltiliz tlin titetlamacazque.


Nos rejuvenecerá así como nosotros daremos de comer.

Don Roque: tinochtin… mazque zan cecencamatl


Todos nosotros, aunque sea un bocadito

Sra. Petra: mazque zan cecencamac


Aunque sea un bocadito

Don Roque: zan cecentlachipin… ichichiwalayutzin…


Aunque un traguito, unas gotas de la sagrada leche

Sra. Petra: ichichiwalayutzin tonantzin


Su sagrada leche de nuestra madre (tierra). [Con clara alusión al pulque].

Don Roque: quemma.


Si

Sra. Petra: quemma, quemma ticchiwazque.


Si, así lo haremos.

13
Cinta Magnética con número de referencia AS-00329-CN. Archivo sonoro de la Fonoteca Wewetlahtulle A.C.

167
Es clara la alusión a tonantzin, referencialmente como a la patrona Santa Ana pero conceptual o
filosóficamente a la proveedora del sustento en forma de alimento (cecencamatl) y bebida
(cecentlachipin) que van a degustar en la fiesta, es decir: la tierra. De nuevo la raíz -chichi- sigue
teniendo el mismo campo conceptual y significativo:

ichIchiwalayutzin tonantzin
Ø i chichi wal ayu tzin Ø To Nan tzin
3ªS 3ªPOS RV NMLZ RN REV 3ªS 1ªPOS.PL RN REV
mamar Ø
su seno jugo sagrado Nuestra Madre
Abreviaturas. 3ªS: tercera de sujeto, 3ªPOS: tercera de posesivo, RV: raíz verbal, NMLZ: nominalizador, RN: raíz
nominal, REV: marca de reverencial u honorífico, PL: plural.

Literalmente podríamos traducirlo como “su sagrada leche (jugo de seno) de nuestra madre
reverente”. Toda esta construcción hace alusión de manera muy metafórica a la bebida que
proviene la los senos (maguey) de la madre (tierra), es decir, el pulque. El mismo simbolismo
vemos en la imagen de Mayahuel, la potencia divina del maguey en el Códice Mictlan o Laud
(Anders & Jansen 1994: cáp. XIII).

IMAGEN 62. La Diosa Mayahuel en el Códice Mictlan (Laud), p. 16.

Un término relevante en este contexto es chichimecatl, plural chichimeca. Podemos ubicarlo en


dos momentos históricos-coyunturales en donde su significado estuvo sujeto a criterios de
carácter ideológico y político. El primer momento lo encontramos referido como sinónimo de
“gente de origen” como lo señala Chimalpahin (1998). En sus ocho relaciones habla
continuamente sobre las migraciones que dichos grupos chichimecas hicieron a diferentes puntos
del altiplano central, y que incluso los mismos mexicas se consideraban a sí mismos como
teochichimeca, es decir “verdaderos chichimecas”, con la connotación de “gente de origen
divino”. También debemos mencionar que dicho término se aplico a veces indistintamente a los
grupos cazadores recolectores sobre todo después del inicio de la “guerra del Mixton” que los
españoles iniciaron para apoderarse de la llamada “ruta de la plata” (Powell 1954). Un segundo
momento se dio cuando los españoles necesitaron conceptualizar a los grupos nómadas que

168
habitaron el norte de Mesoamérica, es decir, a los “otros”, y cuyo paralelismo hacían con lo que
ellos en Europa llamaron “al salvaje”.

Análisis morfológico del término chichimecatl


Ø – chichimeca - tl > (el) es chichimeca
3°S. – RN - ABS.

Morfológicamente el término chichimeca está compuesto de un argumento (Ø -), una raíz


nominal (-chichimeca-) y un morfema flexivo (ABS). Analicemos la estructura predicativa de la
raíz nominal.
La raíz nominal -chichimeca- está constituida a su vez por dos lexemas: [-chichi- + -meca-].
Sobre este análisis diferentes autores opinan que se trata de dos raíces nominales provenientes
de dos núcleos semánticos distintos: -chichi- = perro y -meca-= lazo, cuerda, linaje.

Recapitulación
Si hacemos un paralelo con la filosofía griega, encontramos en el Timeo de Platón como ya se
mencionó paginas atrás, el Artífice del mundo, el Demiurgo, palabra en el que se invoca como
causa creadora del mundo, una divinidad artesana que crea el mundo a semejanza de la realidad
ideal y utilizando una materia informe y resistente que Platón denomina “la madre del mundo”.
La obra creadora del Demiurgo no reviste los principios constitutivos de la naturaleza misma,
pero los presupone; tales principios son: 1) las formas ideales eternas, 2) la materia con su
necesidad, 3) el espacio, que no admite generación ni destrucción y que es la sede de todo lo que
se genera. El Demiurgo, es, además, para Platón, el creador de las otras divinidades que tuvieron
la tarea de generar a los seres.
El análisis de patrones geométricos observables en los sitios arqueológicos y en las obras de arte,
así como de términos de las propias lenguas originarias, sugiere que este campo del saber y de la
reflexión no fue ajeno a los sabios mesoamericanos. Su gran logro consistió apelar a la razón
para explicar la naturaleza y el mundo más allá de los límites que el mito impone al
conocimiento. Es aquí donde esta la aportación de las civilizaciones antiguas de México y que no
ha podido ser valorada en su verdadera dimensión.
Obviamente, en Mesoamérica no existió la ciencia como la conocemos hoy en día. Los
estudiosos mesoamericanos investigaban todos los aspectos de su realidad y buscaban para ellos
una explicación, cargada de filosofía y religiosidad. A diferencia de Platón no separaron lo físico
de lo metafísico, sino reconocieron la fuerza y el sentido de la vida en la naturaleza misma. Pero
al igual que Platón encontraron, por su propio camino, en la geometría y aritmética la base del
universo.

169
Hoy solamente tenemos los restos materiales que demuestran la capacidad de construir grandes y
complejos edificios, que son testimonios de la presencia de todos los conocimientos necesarias
para hacer tales obras. Seguramente existieron documentos que de alguna manera registraban
proposiciones geométricas, proposiciones demostrables lógicamente, partiendo de proposiciones
tan claras y evidentes que se admiten sin necesidad de demostración, así como registros de leyes,
derechos y política. Fueron quemados por no convenir a los intereses de los invasores europeos,
y con esto se destruyó un acervo de conocimientos de medicina y ciencias naturales, se perdieron
siglos de observación directa en cuanto a biología, anatomía de los animales y del propio ser
humano, de los procesos de reproducción, conocimientos de astronomía y geografía, de
matemáticas, hidráulica, y filosofía.
Así se destruyó lo que fue la enseñanza en las escuelas de conocimiento y artes (calmecac y
cuicacalli respectivamente) como un legado intelectual y principio de toda una vida espiritual,
creación de Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada, quien se puede considerar como el demiurgo
por excelencia.

170

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