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RAÍCES DE LA DOCTRINA

SOCIAL: NUEVO TESTAMENTO


“Pasó haciendo el bien”, “amigo de pecadores”, “hombre para los demás”, son algunas ex-
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presiones aplicadas a Jesús que intentan poner de relieve su cercanía y compromiso con los
marginados de su época. Una cercanía que lo fue “impurificando” hasta el punto de morir
en la cruz como un malhechor.

Analiza y comenta
1 Relaciona la imagen de las manos
manchadas de barro con la pintura
de Nicolás Poussin.

2 ¿Qué te sugiere la expresión: “no


se puede caminar por el fango sin
mancharse los pies”?

3 Con respecto al texto de Pablo


Gutiérrez, ¿qué grupos sociales son
considerados impuros hoy en día?
¿Cómo “mancharía” a una persona
una acción en su favor?

En la red
w

www.e-sm.net/11ere10
Identifica el deseo de Dios acerca
de la misericordia.
NICOLÁS POUSSIN,
Curación del ciego de Jericó

«Si reenvía este email a 15 perso- lones y borrachos, se autoinvita a la


nas puede salvar la vida de J. L. R. casa del publicano Zaqueo.
ingresada con una enfermedad No podía salir indemne de tanta
grave en el hospital de S. Louis, impureza. Quien se mete en el fango
Missouri». de la vida se mancha los pies de
Mensajes como este aparecen barro. Era comprensible la indig-
periódicamente en la bandeja de nación del Sumo Sacerdote ante la
entrada de nuestros correos elec- vista blasfema de un Dios emba-
trónicos. Un “clic” de ratón salva rrado. El Dios puro, inmaculado,
una vida. No hay que moverse de ¡cubierto de lodo hasta el cuello! Era
casa, no necesitamos conocer a la necesario que uno muriera por el
persona enferma. pueblo. Morir como el más impu-
ro de los impuros, en la cruz, como
Jesús de Nazaret se sitúa a años
un malhechor.
luz de estas “solidaridades de
ratón”, no cura a distancia, toca al Ninguna amenaza de cruz tras el
leproso, se deja enjugar los pies con clic del ratón. Poco o nada que ver
las lágrimas de la pecadora pública, con Jesús el Nazareno.
moja en el mismo plato que comi- PABLO GUTIÉRREZ,
“¿Memoria subversiva?”

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1 CIEGOS, SORDOS, COJOS... EXCLUIDOS

1 Lee los textos bíblicos de estas Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Fue por un pecado de él o de
dos páginas y destaca los momentos sus padres? (Jn 9, 2). La pregunta que los discípulos hacen a Jesús sobre el ori-
en los que Jesús “toca” a alguien gen de la ceguera muestra claramente cómo, en el tiempo de Jesús, la enferme-
impuro. ¿Conoces otros pasajes del dad física estaba íntimamente ligada a las acciones morales y, más concretamen-
Nuevo Testamento donde se dé la te, al cumplimiento o no de la Ley. La enfermedad es síntoma de incumplimiento
misma circunstancia? de los preceptos religiosos y, como consecuencia, es un motivo de exclusión del
círculo de los puros. En este contexto de exclusión hay que enmarcar las cura-
ciones de Jesús. Los milagros de curación no son importantes en cuanto a la
supuesta ruptura de las leyes de la naturaleza, sino en cuanto a la ruptura de las
leyes que legitimaban el sufrimiento para convertirlo en merecido castigo.

Jesús no tenía ningún reparo en comer con los margi-


nados, lo cual era una amenaza para la moralidad fun-
damental de la sociedad. Los marginados eran produc-
to de un ordenamiento legal que determinaba lo que
era aceptable o inaceptable, lo que era puro o impuro,
lo que era bueno o malo. Pasar por alto la barrera entre
lo bueno y lo malo significaba que, a la hora de practi-
car la misericordia, el mal tenía tanto derecho como el
bien y, consiguientemente, se eliminaba todo tipo de
distinciones significativas.
WALTER BRUEGGEMANN, La imaginación profética. Sal Terrae

EMIL NOLDE, La última cena

Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró, pues, Estaba todavía hablando, cuando uno de casa del
Jesús en casa del fariseo y se sentó a la mesa. En esto, jefe de la sinagoga llega diciendo: «Tu hija está muer-
una mujer, pecadora pública, al saber que Jesús esta- ta. No molestes ya al Maestro.»
ba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un
Jesús, que lo oyó, le dijo: «No temas; solamente ten
frasco de alabastro lleno de perfume, se colocó a los
fe y se salvará.»
pies de Jesús, y llorando comenzó a humedecer con
sus lágrimas los pies de Jesús y a enjugárselos con los Al llegar a la casa, no permitió entrar con Él más
cabellos de la cabeza, mientras se los cubría de besos que a Pedro, Juan y Santiago, al padre y a la madre
y se los ungía con el perfume. Al ver esto el fariseo de la niña. Todos la lloraban y se lamentaban, pero Él
que lo había invitado, pensó: «Si este fuera profeta, dijo: «No lloréis, no ha muerto; está dormida». Y se
sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando, burlaban de Él, pues sabían que estaba muerta.
pues en realidad es una pecadora». (Lc 7, 36-39) Él tomándola de la mano, dijo en voz alta: “Niña,
”Entonces, una mujer, que padecía hemorragias levántate”.
desde hacía doce años y que había gastado en médi-
Retornó el espíritu a ella, y al punto se levantó; y Él
cos todo lo que tenía sin que ninguno la hubiera
mandó que le dieran a ella de comer. (Lc 8, 43-55)
sanado, se acercó por detrás, tocó el borde de su
manto, y en el acto cesó la hemorragia” (Lc 8,43-44)
Jesús dijo: «¿Quién me ha tocado?» Como todos
negasen, dijo Pedro: «Maestro, las gentes te aprietan
y te oprimen».
Pero Jesús dijo: «Alguien me ha tocado, porque he
sentido que una fuerza ha salido de mí».
Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblo-
rosa, y postrándose ante Él, contó delante de todo
el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al
punto había sido curada.
Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz».

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2 JESÚS, PROFETA DE LA MISERICORDIA DE DIOS

1 Además de los dichos y hechos Jesús, profeta


“proféticos” de Jesús a los que se
Jesús es el profeta del reinado de Dios. Su anuncio se enmarca dentro de la
hace referencia en este tema, existen
tradición profética de la unión entre culto a Dios y justicia.
muchos otros. Indica al menos cinco
de ellos. Al comienzo de su ministerio, Jesús hace suyas las palabras del profeta Isaías:
“... me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a
proclamar la liberación a los cautivos, dar vista a los ciegos y liberar a los opri-
midos ...” (Lc 4, 18).

... El que quiera ser importante entre ustedes, que ron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y fueron
sea su servidor; y el que quiera ser el primero entre a verme».
ustedes, que sea esclavo de todos. (Mc 10, 43-44) «Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de
¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicie-
que tienen riquezas! Es más fácil para un camello ron». (Mt 25, 34-36. 40)
pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar Se le acercó un leproso y le suplicó de rodillas:
en el Reino de Dios. (Lc 18, 24)
—Si quieres, puedes limpiarme.
Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los
unos a los otros. Como yo los he amado, así tam- Jesús, compadecido, extendió la mano, lo tocó y
bién ámense los unos a los otros. (Jn 13, 34) le dijo:
«Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión —Quiero, queda limpio.
del Reino preparado para ustedes desde la creación Al instante le desapareció la lepra y quedó limpio.
del mundo. Porque tuve hambre, y me dieron de (Mc 1, 40-42)
comer; tuve sed, y me dieron de beber; era un extra-
ño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistie-

Jesús, compasivo
La compasión formó parte del ser de Jesús. Fue un hombre rico en miseri-
cordia (Ef 2, 4) que hacía suyo el dolor ajeno. El término griego aplicado con
frecuencia a sus acciones: splanjnidsomai, significa abrazar visceralmente, con
las propias entrañas, los sentimientos o la situación de otro.
La autoridad y poder que acompañaban sus actos de liberación, lejos de
situarlo en un plano superior al de la enfermedad curada o el pecado perdona-
do, lo “manchaban” de sufrimiento e impureza. Jesús no ejerció la compasión
mediante el poder sino con el servicio. La magia del curandero conjura el dolor
para aniquilarlo, la compasión permite al paralítico cargar con su camilla y cami-
nar hacia su casa.

Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados


y desorientados como ovejas sin pastor. (Mt 9, 36)
Cuando Jesús desembarcó y vio aquel gran gentío, sintió compasión
de ellos y sanó a los enfermos que traían. (Mt 14, 14)
¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados quedan perdonados, o decir:
Levántate y camina? Pues ahora sabrán que el Hijo del hombre tiene en
la tierra poder para perdonar los pecados.
Entonces se dirigió al paralítico y le dijo:
—Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Él se levantó inmediatamente en presencia de todos, tomó la camilla
en que lo llevaban y se fue a su casa, alabando a Dios. (Lc 5, 24-25)

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EL «PRINCIPIO-MISERICORDIA»

El «principio-misericordia»
l «principio-misericordia» informa todas las independencia de ello, siempre aparece como

E dimensiones del ser humano: la del conoci-


miento, la de la esperanza, la de la celebra-
ción y, por supuesto, la de la praxis. Cada una de
trasfondo de la actuación de Jesús el sufrimiento
de las mayorías, de los pobres, de los débiles, de
los privados de dignidad, ante quienes se conmue-
ellas tiene su propia autonomía, pero todas ellas ven las entrañas. Y esas entrañas conmovidas son
pueden y deben ser configuradas y guiadas por las que configuran todo lo que él es: su saber, su
uno u otro principio fundamental. En Jesús –como espera, su actuar y su celebrar.
en su Dios-, pensamos que ese principio es el de
Así, su esperanza es la de los pobres que no tie-
la misericordia.
nen esperanza y a quienes anuncia el reino de
La misericordia no es lo único que ejercita Jesús, Dios. Su praxis es en favor de los pequeños y
pero sí es lo que está en su origen y lo que confi- los oprimidos (milagros de curaciones, expulsión
gura toda su vida, su misión y su destino. A veces de demonios, acogida de pecadores...). Su «teoría
aparece explícitamente en los relatos evangélicos social» está guiada por el principio de que hay
la palabra «misericordia», y a veces no. Pero, con que erradicar el sufrimiento masivo e injusto. Su
alegría es júbilo personal cuando los
pequeños entienden, y su celebración
es sentarse a la mesa con los mar-
ginados. Su visión de Dios, por últi-
mo, es la de un Dios defensor de los
pequeños y misericordiosos con los
pobres. En la oración por antonoma-
sia, el «Padre nuestro», es a ellos a
quienes invita a llamar Padre a Dios.
Para Jesús, la misericordia está en el
origen de lo divino y de lo humano.
Según este principio se rige Dios y
deben regirse los humanos, y a ese
principio se supedita todo lo demás.
Y que esto no es pura reconstrucción
especulativa se ve bien claro en el
decisivo pasaje de Mt 25: quien ejer-
cita la misericordia –sea cual sea el
ejercicio de otras dimensiones de su
realidad humana- «se ha salvado»,
ha llegado a ser para siempre el ser
humano cabal. El juez y los juzgados
están ante la misericordia, y solo ante
ella. Lo que hay que añadir es que el
criterio que emplea el juez no es arbi-
trario: el mismo Dios se ha mostrado
como quien reacciona con misericor-
dia ante el clamor de los oprimidos, y
por eso la vida de los seres humanos
se decide en virtud de la respuesta a
ese clamor.
JON SOBRINO, El principio-misericordia.
UCA Editores

REMBRANDT, El regreso del hijo pródigo

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RAÍCES DE LA DOCTRINA
SOCIAL: PRIMEROS CRISTIANOS
“Es precisamente esta eficacia del amor entre nosotros lo que nos atrae el odio de algunos
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que dicen: mira cómo se aman, mientras ellos se odian entre sí. Mira cómo están dispues-
tos a morir el uno por el otro, mientras ellos están dispuestos, más bien, a matarse unos a
otros” (Tertuliano, Apologético 39).

Analiza y comenta
Voy a mostrar las verdaderas porque la Iglesia de la ciudad es rica.
actividades de los cristianos. Nos Porque, ¿quién es rico fuera del 1 Los primeros cristianos llamaban
reunimos en asamblea. Oramos Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? la atención por el ejercicio de la
hasta por los emperadores, por (...) Toma los diezmos y las primi- caridad. En la actualidad, ¿sigue
sus ministros y autoridades, por cias en favor de los pobres; pues por siendo la ayuda al necesitado el
el bienestar temporal, por la paz esta razón da (Dios) el mandamien- signo distintivo de los cristianos?
general. Nuestros presidentes son to que dice: Da a los pobres. (De los
ancianos de vida probada, que han Cánones de san Atanasio, siglo IV). 2 Elabora una lista de cinco
conseguido este honor, no con Socorren a quienes los ofenden, características por las que, hoy en
dinero, sino con el testimonio de haciendo que se vuelvan amigos día, se reconoce a un cristiano.
su vida: porque ninguna de las suyos; hacen bien a los enemigos.
cosas de Dios puede comprarse No adoran dioses extranjeros; son
con dinero. dulces, buenos, pudorosos, sinceros
3 ¿Conoces testimonios de cristianos
Aunque tenemos una especie y se aman entre sí; no desprecian a
la viuda; salvan al huérfano; el que perseguidos socialmente a causa
de caja, sus ingresos no provienen
posee da, sin esperar nada a cam- de su compromiso con los más
de cuotas fijas, como si con ello
bio, al que no posee. Cuando ven necesitados?
se pusiera un precio a la religión,
sino que cada uno, si quiere o si forasteros, los hacen entrar en casa
puede, aporta una pequeña canti- y se gozan de ello, reconociendo en
dad el día señalado de cada mes, ellos verdaderos hermanos, ya que En la red
w

o cuando quiere. En esto no hay así llaman no a los que lo son según
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constricción alguna, sino que las la carne, sino a los que lo son según
el alma. Conoce más sobre los primeros
aportaciones son voluntarias, y cristianos.
constituyen como un fondo de Cuando muere un pobre, si se
caridad. En efecto, no se gasta en enteran, contribuyen a sus funera-
banquetes, o bebidas, o despilfa- les según los recursos que tengan; si
rros chabacanos, sino en alimentar vienen a saber que algunos son per-
o enterrar a los pobres, o en ayudar seguidos o encarcelados o condena-
a los niños y niñas que han perdi- dos por el nombre de Cristo, ponen
do a sus padres y sus fortunas, o en común sus limosnas y les envían
a los ancianos que están confina- aquello que necesitan, y si pueden,
dos en sus casas, a los náufragos, o los liberan; si hay un esclavo o un
a los que trabajan en las minas, o pobre que deba ser socorrido, ayu-
están desterrados en las islas o en nan dos o tres días, y el alimento
prisiones, o a los que están en las que habían preparado para sí se lo
cárceles. Estos reciben su pensión a envían, estimando que él también
causa de su confesión de la fe, si su tiene que gozar, habiendo sido
sufrimiento está motivado por per- como ellos llamado a la dicha.
tenecer a los seguidores de Dios.
(Tertuliano, S. II). ARISTIDES, La Apología, Siglo II

Cuando un obispo ama a los


pobres, en su ciudad no hay pobres,

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1 LA IGLESIA PRIMITIVA

Los primeros cristianos


Las enseñanzas y los gestos de Jesús tuvieron gran influencia en la vida de
los primeros cristianos. Así, aun cuando Jesús ya no estaba físicamente con
ellos, sus discípulos continuaron la tarea iniciada por Él. Nadie que tuviera nece-
sidad les era ajeno y, para dar ejemplo, ellos mismos ponían sus bienes en
común y compartían todas las cosas.

Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común.


Vendían sus posesiones y haciendas y las distribuían entre todos, según
las necesidades de cada uno. (Hch 2, 44-45)
Había allí un hombre paralítico de nacimiento, a quien todos los días
llevaban y colocaban junto a la puerta Hermosa del templo para pedir
limosna a los que entraban. Al ver que Pedro y Juan iban a entrar en
el templo, les pidió limosna. Entonces Pedro, acompañado de Juan, lo
miró fijamente y le dijo:
—Míranos.
Él los miró esperando recibir algo de ellos. Pedro le dijo:
—No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de
Jesucristo Nazareno, camina. (Hch 3, 2-6)
Si alguien que tiene bienes de este mundo ve a su hermano en necesi-
dad y no se apiada de él, ¿como puede permanecer en el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos solamente de palabra, sino con hechos y de
verdad. (1 Jn 3, 17-18)
RUBENS, San Pablo Aunque repartiera todos mis bienes a los pobres y entregara mi cuer-
po a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve. (1 Cor 13, 3)

Los Padres de la Iglesia


El profundo cambio que se produjo en la comunidad cristiana durante el siglo
IV, que pasó de ser perseguida a ser reconocida e incluso agasajada por los
poderes romanos, hizo peligrar el mensaje de Jesús de estar cerca de los más
necesitados. Un grupo de personas de diferentes lugares, pero con el tesón de
quien no quiere que se pierda el espíritu del Evangelio, alertó a la comunidad
cristiana sobre este peligro. Son nuevos profetas a quienes se denomina Santos
Padres o Padres de la Iglesia. Entre otros están: san Agustín, san Jerónimo, san
Ambrosio, san Basilio y san Juan Crisóstomo. Su doctrina, a veces expresada en
un lenguaje directo y duro, no deja de tener actualidad.

Dime, ¿qué cosas son tuyas? Es lo mismo que si uno, después de


ocupar su puesto en el teatro, impidiera que los demás vieran la obra
pensando que es para él solo lo que se representa para todos. Así son
también los ricos porque se adelantan a coger las cosas comunes y se las
apropian. (San Basilio)
La naturaleza ha producido todas las cosas en común para todos. Pues
Dios ordenó que todo se engendrase de manera que el sustento fuese
común a todos y la Tierra una especie de posesión colectiva de todos.
La naturaleza creó un derecho común y la usurpación creó un derecho
privado. (San Ambrosio)
Las riquezas son cosas comunes y pertenecen también a tu consiervo,
como el sol y el aire y la tierra y todo lo demás. (San Juan Crisóstomo)
¿Qué sentido tiene que las paredes de nuestros templos estén cubier-
tas de perlas, mientras Cristo muere de hambre en el pobre? (San
GIACOMO A. CERUTI, Tres pobres Jerónimo)
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2 LOS POBRES, «VICARIOS DE CRISTO»

1 Según los textos, ¿cuales son las Ser vicario de alguien es ejercer las funciones de la persona a la que se repre-
causas de la pobreza? ¿Qué acciones senta. Hablar de los pobres como vicarios de Cristo es afirmar que, en ellos,
se exigen a los cristianos? Cristo mismo se hace presente. Esta afirmación tan radical como sorprendente
forma parte de la mejor tradición cristiana. Los textos que siguen muestran esta
tradición que llega hasta nuestros días.

Padres latinos. Nuestras cenas comunitarias expresan en su nombre


cuál es su razón de ser: las llamamos ágapes, palabra que entre los grie-
gos significa solidaridad. Ayudamos con estos gastos a los pobres y no
reunimos, como vosotros, parásitos que se vanaglorian de vender su
libertad y de atiborrarse al precio de adulaciones. Tratamos a los pobres
como hombres preferidos de Dios. (Tertuliano, 155-220)

San Francisco dando una manta


a un pobre
Baja Edad Media. Y de ningún modo reciban los hermanos ni hagan
recibir, ni pidan ni hagan pedir como limosna pecunia ni dinero para
casas o lugares; ni vayan con nadie que pide pecunia o dinero para tales
lugares. Pero otros servicios, que no son contrarios a nuestra vida, pue-
den los hermanos prestarlos a esos lugares con la bendición de Dios.
Con todo, en caso de manifiesta necesidad de los leprosos, los herma-
nos pueden pedir limosna para ellos. Guárdense mucho, no obstante,
de la pecunia. Igualmente, guárdense todos los hermanos de ir reco-
rriendo tierras a causa de alguna ganancia indecorosa. (Escritos de San
Francisco de Asís, 1181 - 1226. Directorio Franciscano)

Alta Edad Media. Leemos en los Proverbios: «El que da al pobre


presta a Dios». Alimenta pues al pobre, para que hagas a Dios deudor
MURILLO, Niños comiendo fruta tuyo, y te conviertas tú en acreedor de Dios. Pues no te llama el Dios
todopoderoso a la limosna como si le faltasen a él medios con que ali-
mentar a sus pobres, sino que más bien te pone delante a los pobres
para darte ocasión a ti de redimirte a ti mismo. Por eso escribe el mismo
Barroco y Contrarreforma. Para libro: «Las riquezas del hombre son su redención» (San Pedro Damian,
Dios es un honor que entremos 1007-1072)
en sus sentimientos más íntimos,
hagamos lo que Él hizo y realice-
mos lo que Él ha ordenado. Pues
bien; sus sentimientos más íntimos
han sido preocuparse de los pobres Renacimiento y Reforma. No hay cosa más expresa en los libros
para amarlos, consolarlos, socorrer- sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento, que oráculos infalibles y
los y recomendarlos. En ellos es en sentencias del mismo Dios, en que nada se encomienda con más vehe-
quienes ponía todo su afecto. Y él mencia ni se repite más frecuentemente que la misericordia y la limosna.
mismo quiso nacer pobre, recibir Lo que es más, ni aun a Dios ama el que no ama al prójimo; así lo
en su compañía a los pobres, servir asegura san Juan en sus Epístolas: «El que poseyere hacienda en este
a los pobres, ponerse en lugar de los mundo, y viendo a su hermano tener necesidad, le cerrare sus entrañas,
pobres hasta decir que el bien y el ¿cómo tendrá en sí la caridad y amor de Dios?» Y poco más abajo: «Si
mal que les hacemos a los pobres alguno dijese que ama a Dios, y aborreciese a su prójimo, es mentiroso,
lo toma como hecho a su Divina porque el que no ama a su hermano, a quien está viendo, ¿cómo puede
Persona. (San Vicente de Paul, amar a Dios, a quien no ve?». (Juan Luis Vives, 1492-1540)
1581-1660)

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DIMENSIÓN SOCIAL DEL MENSAJE CRISTIANO PRIMITIVO

La Doctrina Social cristiana está íntimamente relacionada con la


historia de la salvación

a Doctrina Social cristiana, al igual que la que sea su etnia, nación o raza, cultura, pertenen-

L historia de liberación del pueblo de Dios, se


encuentra descrita en los primeros libros de
la Biblia, en los profetas, en los salmos y, sobre
cia política o condición social.
En el mensaje de Jesús se encuentra la concep-
ción de la persona como un ser social que debe
todo, en los Evangelios y en las cartas apostólicas.
relacionarse con los demás sobre los criterios de
solidaridad, justicia y caridad.
Misión de Jesús Además de estos valores, en el Evangelio se
El Evangelio muestra con abundancia de testigos encuentran otros de no menor importancia, como
cómo Jesús no fue indiferente al problema de son: los valores referidos al origen de la vida y a la
la dignidad y de los derechos humanos, ni a las familia, los valores relativos al origen y naturaleza
necesidades de los más débiles, de los más nece- de la autoridad, que debe ser ejercida como un
sitados y de las víctimas de la injusticia. Jesús servicio al bien común.
luchó contra la hipocresía, los abusos de poder,
el afán de lucro de los ricos. Denunció a los indi- Misión de la Iglesia
ferentes ante el sufrimiento de los oprimidos y les
recordó que tendrán que rendir cuentas cuando La Iglesia, que continúa la misión iniciada por Jesús,
vuelva a juzgar a este mundo. aplica y desarrolla los principios contenidos en los
Evangelios. Moviéndose dentro de las estructuras de
En el Evangelio se contienen claramente algunas la sociedad civil, busca humanizarlas con espíritu de
verdades fundamentales del pensamiento social justicia y de caridad.
de la Iglesia. Así, por ejemplo, Jesús proclama
una esencial igualdad en dignidad entre todos los En la enseñanza y en la praxis social de la Iglesia de
seres humanos, hombres y mujeres, cualquiera los primeros siglos y de la Edad Media no hace más
que aplicar y desarrollar los principios y orientacio-
nes contenidos en los Evangelios.
Los Padres de la Iglesia no solo defendieron a los
pobres y oprimidos, sino que también promociona-
ron instituciones sociales como hospitales, orfanatos,
hospederías y centros de enseñanza en una época
en que las instituciones civiles apenas se encarga-
ban de hacerlo. Labor que continúa desarrollando
en nuestros días especialmente en los países más
deprimidos económicamente. Gracias a la labor de
la Iglesia se han abolido costumbres que atentaban
contra la dignidad de la persona, como el derecho a
la vida, la esclavitud o la dignidad de la mujer.
Ante los problemas sociales, siempre presentes
en las diversas épocas de la historia, pero que en
nuestro tiempo se hacen mucho más complejos, la
Iglesia no puede abandonar su reflexión ética y pas-
toral para iluminar y orientar con su enseñanza social
los esfuerzos y las esperanzas de los pueblos.
Orientaciones de la Congregación
para la Educación Católica de la Santa Sede

[www.redes-sm.net
Pastoral social. Visita la página de la
Conferencia Episcopal de Colombia.
PINTURA MURAL DE RUESTA (FRAGMENTO)
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