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Como todos sabemos, vivimos en una isla, rodeada de agua por todas
partes. En estos tiempos tan ajetreados, donde nuestra vida se ve marcada por
los autos, los aviones, la Internet, la televisión, y tantas cosas modernas, a
veces nos olvidamos de nuestra relación con el mar. Sin embargo, a través de
nuestra historia hemos tenido una relación muy íntima con el ambiente marino,
como medio de subsistencia, de transporte, de recreación, de defensa, de
comunicación, y hasta de veneración, entre otras cosas. Nuestras costas
guardan historias de asombrosos viajes indígenas, terribles batallas navales,
tesoros hundidos, piratas, corsarios, contrabando, huracanes feroces, héroes,
villanos, pasión y muerte, por mencionar unos pocos temas. En esta nueva
columna del periódico La Regata, estaremos presentando brevemente algunos
de los más fascinantes sucesos acontecidos como resultado de nuestra relación
con el mar en el transcurso de nuestra historia.
¿Cómo llegaron los primeros habitantes a la isla de Puerto Rico?
Lógicamente, por el mar, navegando. Nuestros primeros nautas se lanzaron a
viajes audaces en busca de nuevas tierras, en embarcaciones a remo fabricadas
de un solo tronco de árbol ahuecado por dentro, en tiempos en que no había
cartas náuticas, brújulas ni sistemas de navegación. Canoas que podían
contener desde uno hasta múltiples pasajeros, con agua, comida, objetos
personales, y en ocasiones animales, semillas y plantas. Sus viajes podían
durar días, semanas, meses o años, deteniéndose de isla en isla desde
Suramérica a través de las Antillas Menores, desde Florida a través de Cuba y
Las Bahamas, y posiblemente incluso desde Centroamérica, atravesando el Mar
Caribe.
Nuestros primeros habitantes llegaron a las costas de Borinquen hace
aproximadamente unos 4,500 años, quizás más. Navegaban valiéndose de
conocimientos ancestrales basados en el viento, la corriente, el sol, la luna, las
estrellas, las estaciones, y el entorno natural en general. Los conocemos como
indios arcaicos, y eran cazadores, recolectores y pescadores, que hasta donde
sabemos, no practicaban la agricultura, o la utilizaban muy poco. La pesca de
peces, mamíferos marinos, y moluscos como el carrucho y el burgao, eran una
parte importantísima en su modo de subsistencia. De hecho, el consumo tan
extendido del carrucho y el burgao en Puerto Rico y las Antillas, se lo debemos a
la supervivencia ancestral de esta práctica iniciada por los arcaicos.
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