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Pensamiento pedagógico latinoamericano

¿Qué pueden decirnos los pedagogos?


Alberto Martínez Boom*
Jhon Henry Orozco Tabares **

Dedicamos estas páginas al profesor Julio César Carrión, un académico que acude a su
potencia para conectar su región con las ciudadanías del mundo y para quien la pedagogía
cumple un papel definitivo en la creación de cultura.

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Proemio Sabemos también que la pedagogía es hija de la
modernidad así Clemente de Alejandría haya ha-
¿Para qué sirve la pedagogía hoy? Para enseñar a blado en la alborada del siglo III “del pedagogo”
cruzar el semáforo, para facilitar el aprendizaje, y que la pregunta por su actualidad indaga no
para divulgar mejor un conocimiento comple- sólo por la pertinencia de su vigencia discursiva
jo, para castigar sin sentirnos culpables, para sino por el intento de recuperación de la pedago-
institucionalizar una práctica adulta; cualquiera gía en tanto pensamiento. En este sentido ¿existe
de estas y de otras posibilidades aplicaría en su algo que se pueda referenciar como pensamiento
lógica interna algún tipo de valor argumentativo. pedagógico en América Latina?

* Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Investigador y profesor de la Universidad Pedagógica Nacional. almar-
boom@yahoo.com
** Profesor de literatura y filosofía Colegio Nuestra Señora de los Ángeles (Manizales). Integrante del proyecto Escuela
Pública y Saber Pedagógico en Colombia. aulamundo@yahoo.com.

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¿Sirve hoy filosofar, sirve hoy pedagogizar? del “boom” aceptamos como posible cierta
Si lo propio de la filosofía es el pensamiento liberalidad intelectual que buscaba descubrir
y la producción de conceptos ¿qué sería lo y probar la existencia de una tradición general
propio de la pedagogía y qué estaría llamada capaz de unir la diversidad cultural de algunas
a producir? En un texto anterior se había naciones que hablando un mismo idioma y
señalado que “multitud de vías permiten viviendo procesos similares de modernización
transitar hacia el pensamiento. Creemos que urbana, social, educativa, política, económica
la enseñanza puede ser una de ellas. Al situarla y cultural podrían erigir una forma de ex-
como una vía la diferenciamos claramente del presión susceptible de adjetivación espacial
pensamiento. En este sentido diremos que y común en términos de pensamiento lati-
la enseñanza no es el pensar en cuanto tal; noamericano.
son dos acontecimientos de diferente orden.
Lo propio de la filosofía es el pensamiento, La confianza que supuso esta intencionalidad
no intentó obviar el hecho de reconocerse
como herederos del saber y de las políticas del
saber europeo, ya Borges había advertido que
nuestra tradición era europea y que teníamos
derecho a ella. De igual manera, otros inte-
lectuales “criollos” formados en las teorías y
discursos hegemónicos europeos emprendie-
ron titánicos procesos de investigación para
dar cuenta de los rasgos, de las experiencias,
de las mentalidades, de la historia social y
cultural de este lado del océano.

Quizá uno de los primeros ejercicios sistemá-


ticos y eruditos se hizo en el ámbito de lo lite-
rario labor encomiable del dominicano Pedro
Henríquez Ureña, quien publica en 1941: Las
Corrientes Literarias en la América Hispánica,
lo propio de la pedagogía es la enseñanza”1. investigación minuciosa que indaga por la
Ahora bien, si pensar es un desplazamiento cuestión específica de nuestra expresión y en
como lo afirma Deleuze, ¿qué habría que ha- la que trata de definir la utopía de un destino
cer con los pensamientos de los pedagogos de latinoamericano. Utopía que entrelazaba,
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América Latina para producir desplazamien- además y sobre todo, arte y vida.
tos en el presente? ¿No será que proceder de
esta manera actualiza a nuestros pedagogos y Un segundo proceso investigativo lo adelantó
a sus pensamientos? Creemos que sí, creemos el venezolano Mariano Picón Salas, quien
que esta disposición nos insinúa como con- edita en 1944 el resultado de un estudio que
temporáneos, y si volvemos a ellos es porque abarcaba tres siglos de historia cultural lati-
creemos que es posible hacerlos actuales. noamericana y que rubrico con el título: De
la Conquista a la Independencia, allí aborda lo
Trabajos en historia social de que él mismo señaló como genealogía cultural
America Latina de nosotros mismos, que no es otra cosa que
recoger una concepción histórica de la tota-
Algunos de los que crecimos en medio y lidad y cierto criterio de interdisciplinariedad
alrededor de lo que se llamó la generación como categorías para exigir “originalidad” y

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no mera copia de lo europeo, también como recepción y por supuesto, comparación de
estrategia que permite la superación de un estas lógicas situacionales.
positivismo indiferente a lo excepcional.
Estos cruces en el objeto de estudio tienen
La tercera investigación estuvo en manos además para este ensayo un recorte específico:
del argentino José Luís Romero y su libro actualiza el centelleo de algunos movimientos
de 1976: Latinoamérica: Las ciudades y las sociales y culturales, así como la potencia re-
ideas. Obra donde se apropia de los ciclos flexiva de nuestros principales pedagogos para
fundacionales urbanos en nuestro continente contemporanizar la fuerza de sus posturas
como proceso de integración entre la ciudad y pedagógicas y políticas. La pléyade de lo que
el campo. Latinoamérica contiene en Romero habría que recorrer abordaría por lo menos
una expresión particularmente atractiva: la a los siguientes: Simón Rodríguez (1769-
conexión o el “espíritu” con la cultura europea 1853), Andrés Bello (1781-1865), Domingo
que ha producido en ella profundos cambios, Faustino Sarmiento (1811-1888), José Pedro
de ahí la tarea rigurosa de elaborar un discurso Varela (1845-1879), José Martí (1853-1895),
que devele el rumbo de su “vida histórica”. José Vasconcelos Calderón (1882-1959),
Desde este eje problematizador el historiador Agustín Nieto Caballero (1889-1975), Paulo
social reconstruye los diversos planos de la Freire (1921-1997), el Grupo de Cuernavaca
realidad material, cultural, simbólica y las liderado por Iván Illich (1926-2002) y el
formas de vida política y estética que dieron Moviendo Pedagógico Colombiano. Vamos
lugar a las mentalidades, a las ideologías y a empezar por los últimos, porque estas re-
a las complejidades culturales de nuestras flexiones se producen a propósito de lo más
particulares babilonias. cercano, del movimiento que nos tensiona,
porque es desde allí donde escribimos.
Estos primeros bloques investigativos se
propusieron mirar el contexto europeo en Esta selección obedece a razones de utilidad,
toda su complejidad y construyeron algunos creemos que en estos pensamientos (el proble-
conceptos que permitían entender a América ma no es de personajes) podemos encontrar
latina, su trama de problemas, sus modelos pistas para dar cuenta de la pregunta por la
de modernización, su inclusión dentro de pedagogía hoy, por una pedagogía que nos
la aventura de la modernidad, su definitiva aproxima a la generación de pensamiento, a la
europeización y las respuestas dadas por fuerza incitadora de lo pedagógico que como
algunos de sus mejores hombres ante una potencia define su producción. Si la función

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experiencia con rasgos muy parecidos en de la filosofía es la de producir conceptos que
todas las grandes ciudades del continente, lo reordenan todo un campo de saber, la función
que no implica necesariamente una defensa de la pedagogía es producir incitación, afec-
latinoamericanista. ción en los sujetos sobre los que actúa.

Ahora bien, avanzar en los procesos de com- Unas pedagogías que se expresan
prensión de una historia que ponga en con- en movimiento
tacto los legados culturales con los discursos
pedagógicos y educativos de América Latina A diferencia de lo que ha sido usual en los
supone describir líneas de fuerza entre lo estudios de educación comparada el énfasis
continental, lo nacional y lo regional que se no esta en los procesos de institucionalización
manifiestan en prácticas concretas de mez- de los sistemas educativos nacionales, tampo-
cla, fusión, uso, apropiación, hibridación, co en los análisis que apuntan a los objetivos
influencia, interferencia, ruptura, aplicación, de las reformas o de las políticas educativas.

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Importa mucho más ubicarse en las fronteras zativas que se relacionaron con el movimiento
de estos discursos para ampliar las posibili- desde su propio vértigo diferenciado.
dades de proliferación y reconceptualización
de la pedagogía y de sus relaciones existentes Es el movimiento el que logra articular peda-
entre educación y escuela; entre educación y gogía, educación y cultura en un plano que
saber pedagógico. produce objetos de saber y relaciones de poder
que antes no eran claros. O si lo prefieren de
Recordemos que fueron razones históricas modo más categórico, es el movimiento el
y no teóricas del pensamiento colombiano que articula y produce discurso, experiencia
las que llevaron al Grupo de Historia de la y condiciones de realidad para la pedagogía
Práctica Pedagógica a proponer la ya clásica y su campo de reconceptualización.
tríada: institución, saber y subjetividad2,
como dispositivo de análisis que planteó Por una parte recupera el término pedagogía,
en sus inicios la exigencia de diferenciar lo acerca al trabajo del maestro, pero también
educación y pedagogía por las implicaciones pone en circulación una serie de conceptos
conceptuales y estratégicas que se desprendían que constituyeron su propia dinámica en
en términos de subordinación, atomización devenir: el concepto de saber pedagógico,
y desarticulación de la primera respecto de la las diferencias necesarias entre educación y
segunda. Ahora el ejercicio tendría la novedad pedagogía3, el maestro como trabajador de la
de colocar al frente la incertidumbre de unas cultura, la recuperación de la práctica peda-
preguntas que nos permiten otras lecturas, es gógica, los análisis desde el plano del sistema
decir, pensamientos divergentes, usos soñado- y desde el plano de los bordes. Ninguno de
res, valores y cruces impensados, escenografías estos objetos estaba dado y fue fruto de un
en tensión, urdimbres de resistencias que por amplio trabajo intelectual su construcción y
lo general son minoritarias. puesta en juego4. La fuerza del movimiento
pedagógico no le pertenece a nadie por eso
La primera insinuación para diferir de lo ya tampoco devino proyecto común que elimi-
sabido sería proponer que no sólo se trató de nara el desasosiego de pensar lo fragmenta-
personalidades sino que es posible estudiar do. No obstante, los debates generaron un
grupos y movimientos que tanto en México campo de pensamiento para la pedagogía
como en Brasil y Colombia gestaron sus pro- y en este sentido, el movimiento no tuvo
pias luchas de resistencia y de producción cul- vuelta atrás.
tural e intelectual. Si la pregunta indagara por
unas pedagogías continentales, las respuestas Se puede pensar que el movimiento pervive
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podrían emerger en tonos plurales. como una vitalidad dentro de los maestros
pero también importa interrogar lo andado
El Movimiento Pedagógico Colombiano fue para quebrar la continuidad de aquello que
un acontecimiento político y cultural de los constituye nuestra forma de pensar5. Dicho
años 80 que emergió como respuesta a la re- de modo alegórico: un pensamiento que
novación curricular de la educación y vitalizó piensa de otro modo no busca convencer sino
algunos rostros de maestros al lograr entusias- diferenciarse y en este sentido se define por su
marlos por la pregunta por sí mismos, implicó capacidad problematizadora. Los problemas
también una afirmación estratégica desde la son raros y exigen en quien investiga talento
pedagogía que inventó reflexiones novedosas interrogativo. Lejos de esta imagen la estatua
que no pudieron escapar a las complejidades de Rodín y su calma ociosa. Con Nietzsche
de las apologías, de las posturas ideológicas, afirmamos que los pensamientos son cami-
de los intereses creados desde formas organi- nados, operan como desplazamiento y los

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hechos lo constatan. El movimiento pedagó- el aula o en el dormitorio), ni, finalmente, el
gico fue escritura, debate, formas de organi- intento de ampliar la responsabilidad del peda-
zación, experiencias de estudio, enunciados gogo hasta que englobe las vidas completas de
de investigación, encuentros, innovaciones sus alumnos, darán por resultado la educación
de aula, redes, viajes, rutas, prácticas políticas universal. La búsqueda actual de nuevos em-
en la escuela, ambigüedades institucionales, budos educacionales debe revertirse hacia la
es decir, expresiones y fuerzas plurales, sin búsqueda de su antípoda institucional: tramas
embargo, estas visibilidades no constituyen educacionales que aumenten la oportunidad
en sí misma el principal análisis, lo operado para que cada cual transforme cada momento
da cuenta de conceptos y abstracciones que de su vida en un momento de aprendizaje, de
en su discursividad son tan inasibles como el compartir, de interesarse. Confiamos en estar
propio movimiento o como la complejidad aportando conceptos necesarios para aquellos
de la pedagogía. Si empezamos por la con- que realizan tales investigaciones a grandes rasgos
ceptualización del Movimiento Pedagógico es sobre la educación --y asimismo para aquellos
porque vemos que la pedagogía se potencia que buscan alternativas para otras industrias de
cuando emerge como movimiento. servicio establecidas La sociedad desescolarizada
(Illich, 1971).
Un segundo ejemplo de lo que aquí llamamos
expresión en movimiento fue producida en
México por el Grupo de Cuernavaca que bajo
el tutelaje intelectual de Iván Illich tensionó
críticamente la relación individuo, sociedad,
ciencia, técnica y cultura moderna. Tal vez
su libro más emblemático haya sido La socie-
dad desescolarizada que defendía como tesis
central la idea de eliminar la forma escuela
tal y como hoy la conocemos y derribar defi-
nitivamente sus muros a la manera como lo
presentaba Pink Floyd por la misma época
en una de sus canciones. La propuesta puede
resultarnos radical, incluso desfasada, pero
lo que no podríamos dejar de reconocerles
es la manera como reivindicaron el valor del

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autoaprendizaje, rescataron las relaciones
sociales libremente intencionadas y dieron
cuenta con severidad de los dispositivos cada A pesar de que históricamente se ha probado
vez más sofisticados e institucionalizados de que la escolarización de la población es un
control que exigirían, parodiando a Deleuze, resultado de las estrategias de la expansión de
otras formas de combate. la escuela en el siglo XX, importa en Illich su
atrevimiento en el pensamiento, su anticipa-
La educación universal por medio de la escolari- ción de una crisis que hoy nos interroga de
zación no es factible. No sería más factible si se modo impostergable.
la intentara mediante instituciones alternativas
construidas según el estilo de las escuelas actua- Junto a Illich fueron compañeros de viaje in-
les. Ni unas nuevas actitudes de los maestros telectual Gustavo Esteva, Gabriel Zaid, Javier
hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas Sicilia, Jean Robert, Braulio Hornedo y otros
herramientas y métodos físicos o mentales (en más que pusieron en cuestión el papel de la

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escuela en la educación moderna; gesto que de acuerdo con este pensamiento, incluso
por demás se basa en un argumento sutil: si no creemos que sería necesario anunciar tanto
siempre la humanidad se educó en escuelas esto la muerte de la escuela como su increíble
significa que la escolarización de la educación resistencia práctica.
es una decisión política y no una circunstancia
natural, por tanto podemos inventar otros Otro horizonte reflexivo que es necesario
modos de transmisión cultural de todo aque- investigar lo ponen en evidencia cuando
llo que hemos acumulado como saber, como anuncian: “no hay movimiento de verdadera
sociedades y como fuerza espiritual. liberación que no reconozca la necesidad de
adoptar una tecnología de bajo consumo
La apuesta de Illich es clara y holística, la crisis energético”. Si bien este eco de denuncia
de la educación no se resuelve con reformas alimentó algunos movimientos sociales,
parciales que no afecten su estructura, el ambientalistas y minoritarios de la década de
problema es más amplio y su solución más los setenta ahora parecen hablarnos al oído de
crítica: des-institucionalizar la educación sería una posdata anticipada en América Latina.
el primer paso para des-institucionalizar la
sociedad. Nos inventamos las instituciones Pedagogía, cultura y crítica
para ser más felices y el malestar proviene
de una doble carencia: ni somos más felices Para hablar de pedagogías críticas habría que
(Freud: El malestar en la cultura) y el mundo tener en cuenta el debate que se abrió en los
contemporáneo cambia a una velocidad tan años sesenta en Europa y Estados Unidos
vertiginosa que las instituciones modernas no acerca del papel de la cultura en la reproduc-
alcanzan a digerir, mucho menos a interac- ción del modo de producción capitalista, dio
tuar: “¿Dime a qué velocidad te mueves y te lugar a nuevos campos temáticos de investi-
diré quién eres?”, decían los integrantes del gación. Uno de ellos fue el de la educación.
grupo de Cuernavaca y por eso defendieron Varios de los teóricos, filósofos y sociólogos
la creación de “telarañas de aprendizaje” marxistas más connotados incursionaron en
(learning webs) en una década previa a la el campo de la educación para indagar allí las
revolución de los computadores en la escuela causas de la reproducción del capital. Una de
y que se constituye hoy en un uso cada vez las principales novedades de estas teorías fue
más indispensable pero todavía institucional- la de desvirtuar por primera vez las promesas
mente problemático. que las diferentes teorías pedagógicas siempre
hacían sobre el potencial transformador de la
Con el paso de los años la visión discursiva del escuela, en términos de la movilidad social y
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grupo de Cuernavaca se torna más contun- sobre todo de la iluminación e incluso de la


dente: “la escuela parece estar eminentemente emancipación o la liberación de la concien-
dotada para ser la iglesia universal de nuestra cia. En esta línea crítica podemos ubicar la
cultura en decadencia” o esta otra sentencia: obra de Paulo Freire que parten de posturas
“la escuela es un rito iniciatorio que introduce educativas que utilizan conceptos como
al neófito a la carrera sagrada del consumo hombre, teoría, cultura, praxis, teleología,
progresivo”. La fuerza del grupo opera en el alteridad, crítica y libertad en su más amplia
límite de su propia liberalidad intelectual y fundamentación. Freire será también el punto
dota a la pedagogía de una responsabilidad de inflexión entre una pedagogía universal y
previsiva ante estas imágenes de las subje- unas pedagogías localizadas.
tividades que producimos y reproducimos
en las instituciones escolares hoy ya sisté- El juego de estas relaciones semantiza cierta
micas. Señalar esto no significa que estamos unidad entre lo nominal y lo teleológico que

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terminó en propuestas desde: la liberación, raba dentro de un marco institucional que
la acción participativa, el poder popular, la había que definir jurídica, política, social y
esperanza, la usos comunicativos, los rasgos pedagógicamente al interior de un único
afirmativos de la radio y la televisión edu- escenario de posibilidad: los estados nacio-
cativa, los contenidos de la teología de la nales6. La frontera reflexiva puso en relación
liberación, la asimilación de la pedagogía po- progreso, nación y educación como el espacio
pular, los discursos indigenistas, los estudios de emergencia de la mayoría de sistemas de
poscoloniales, la diversidad pedagógica, entre instrucción pública. Si la nación era el límite
otras, que hacen parte del debate educativo y hoy la globalización lo ha reemplazado ¿qué
de fin de siglo. valor tiene volver los ojos hacia Sarmiento,
Martí, Rodríguez o Varela? Intentemos algu-
De los movimientos señalados este ha sido el nas aproximaciones iniciales.
más difundido por la geografía latinoameri-
cana. Y su eco generalizado plantea preguntas
respecto del pensamiento pedagógico, ya que
se trata de una pedagogía asociada a lo social,
no como lo insinuaban los modelos europeos,
es decir, un discurso que diferencia lo teórico
y lo práctico en Kant o que apunta a la ciencia
como lo propuso Herbart. Para el movimiento
de la pedagogía crítica la ciencia pedagógica es
un conocimiento desde la praxis, praxis que
se constituye a partir de la reflexión sobre una
acción humana que es libre y que se nomina
educación. No puede ser un conocimiento
que se centre sobre si mismo, sino un conoci-
miento que busca comprender una situación
para mejorarla. Concebir la educación como
praxis, como obra del hombre, es entender
que la educación es un proceso mediante el
cual el hombre debe decidir, a cada instante,
su ser persona. La teoría de la subjetivación
sería entonces útil para mostrar la pedagogía

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como un dispositivo que media la relación
del sujeto consigo mismo; un dispositivo Sarmiento tenía el convencimiento de que
dotado de unas reglas y una gramática y por la educación era el proyecto que le permiti-
lo tanto susceptible de ser analizado en su ría resolver el bricolaje progreso-nación. Su
modus operandi. campo de lucha tenía dos escenarios clara-
mente definidos: la obsesión por el progreso
Pedagogía y política: una escuela para la y la organización nacional. De hecho es la
nación articulación progreso-nación la que explica
el proyecto educativo, social y político que
El carácter nacional fue la pregunta que du- expandió la escuela pública a lo largo y ancho
rante buena parte del siglo XIX y XX sirvió de la geografía de la pampa.
de orientación general del debate pedagógico
de América Latina. En el orden ideológico se El problema central de su novela Facundo es
entendía que el avance de los pueblos ope- la confrontación existente entre naturaleza

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y razón que no sólo explica las particulari- En un homenaje póstumo que le hacían a
dades prácticas del personaje sino que sirve algún maestro de América Latina se acudía
de espejo a las peculiaridades culturales de a la imagen de Simón Rodríguez para decir
los argentinos. Lo anterior insinúa que el lo mismo de lo mismo, hecho que nos exige
proyecto educativo de Sarmiento no se re- aguzar la cautela ya que el terreno donde se
duce a lo obvio: la escolarización masiva de produce este pensamiento linda entre la uto-
la población o la evidencia de unos procesos pía y la fábula, es decir que, aquella lo negaría
educativos más laicos y más cercanos a los y esta lo desfiguraría. Lo cierto es que se trata
modelos europeos; sino que abarcó como de un hombre ilustrado que leyó a Rousseau,
proyecto una visión mucho más estratégica, pero mucho más a Pestalozzi y Jovellanos.
propio de un analista de los alcances efectivos
de intervenir en lo educativo: libertad eco- Su tiempo y su espacio fueron los de un
nómica, reforma agraria, transformaciones mundo criollo que aspiraba a la utopía. El
jurídicas, expansión del comercio, programa contenido de su proyecto era también román-
de inmigraciones, entre otros. tico: nacionalista, su interés por la educación
era subsidiario del hecho de que ésta servia
de fundamento a la República. Esa fue su
vocación y ahora es nuestra pro-vocación,
pero tal vez lo más importante radique en
que sus posturas ideológicas, políticas y edu-
cativas emergieron lentamente como teoría
a partir de su modesto oficio de maestro de
escuela, este hecho marca un puente que lo
hace vigente y que conecta lo servil con lo
original, o en palabras del propio Rodríguez:
“o inventamos o erramos”.

Pedagogía y modernidad

El pensamiento educativo de Agustín Nieto


Caballero jugó un papel importante en la
historia de la educación colombiana. Su sello
Lo que vuelve a Sarmiento actual como peda- personal, su estilo, su forma de ser fueron
gogo es que no es ingenuo en su comprensión decisivos para definir su obra. No sólo fue el
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de lo educativo; edifica materialmente un creador del Gimnasio Moderno, de las Cajas


macro proyecto que da cuenta de las múltiples Escolares y de la Cruz Roja Juvenil, también
relaciones que se entrecruzan con los objetos fue importante en el modo como compuso su
de la educación, derrumbando de plano toda propia personalidad. Vivió en una época en
posible veleidad populista. El trabajo de donde la pedagogía de lo oral, una educación
Sarmiento evidencia aquella sagacidad de la de la vivencia, la importancia de la pedagogía y
razón que es capaz de organizar a través de ac- de la moral, del valor entendido como valentía,
ciones planificadas el marco de posibilidad de del esfuerzo personal, de la lucha, eran testi-
una práctica política. No en vano decía a sus monios incuestionables de un talento especial
contemporáneos: “siempre me ha interesado que daba al maestro fuerza emulatoria.
la divulgación científica como herramienta
para superar el atraso. El conocimiento debe En Nieto Caballero se hacen visibles los tres
democratizarse”. procesos que constituyen la modernidad:

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experiencia plena de la subjetividad, procesos la práctica de la enseñanza y la adecuación de
de racionalidad y prácticas de secularización. la educación en una sociedad.
Su talento docente, su exterioridad que es
pliegue de interioridad muestra una natu- Esta conceptualización del saber dota al
raleza que hace de la enseñanza un arte, una maestro de un lugar en el que puede devenir
artesanía de la palabra, una recreación de su como intelectual y como actor político y
propio yo. A pesar de su modestia, ya que estético del saber. Incluso lo ubica dentro de
afirmaba que solo se había propuesto adaptar un campo, para utilizar aquí la expresión de
los pedagogos de la escuela nueva a un nuevo Pierre Bordieu que lo relaciona con su propia
espacio-tiempo: el gimnasio, tiene el mérito disciplina pero también lo conecta con otras
de haber sacado al maestro de su encierro especialidades, temporalidades, discursivida-
católico. En otras palabras representa el paso des que amplían y tensionan su lugar como
de una pedagogía tradicional a una pedagogía campo conceptual.
de la novedad.
Es claro entonces que el saber es lo central.
Sobre la reconceptualización de Es un campo más abierto que el de un cono-
la pedagogía cimiento y menos sistematizado que el de las
disciplinas, aunque incluye también conoci-
El concepto de saber es nodal para pensar la mientos dispersos y fragmentos de disciplinas
pedagogía más allá de las concepciones que la académicas. En todo saber hay niveles, ini-
sitúan como ciencia o como disciplina7. Para cialmente no organizados sino dispersos. En
formular a la pedagogía como objeto de saber un suelo de saber habría distintos umbrales
habría que acudir a Olga Lucía Zuluaga quien de refinamiento, entre los cuales se pueden
planteó junto con un grupo de investigadores señalar umbrales de positividad, de episte-
nacionales que el momento de constitución mologización y de cientificidad. Es preciso
del saber pedagógico en el interior de una anotar que esta dispersión también se refiere
positividad “es el momento más sistemático a aquellos saberes implícitos de una sociedad,
acerca de la enseñanza y se da mediante como los que subyacen a las opiniones y a las
una transformación que permite ubicar un expectativas, a las costumbres y a las prácti-
sujeto de saber (el maestro), una institución cas cotidianas personales o institucionales,
que opera con ese saber (la escuela) y una saberes que no son los mismos que podemos
práctica en torno al mismo que le otorga una hallar explícitos en los libros ni ubicados en
mayor complejidad discursiva (la práctica las teorías, pero que sí son los que posibilitan

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pedagógica)”8. la aparición de estas últimas9.

Para decirlo brevemente el saber pedagógico El saber, en este caso, es una noción metodoló-
es el resultado que se produce en la experien- gica que, aplicada a la pedagogía, designa ante
cia del maestro. Así, la trama que ha configu- todo el saber pedagógico, y en este sentido, no
rado al maestro está conformada por los dife- se pretendía buscar directamente en los textos
rentes discursos a propósito de la enseñanza una disciplina académica ya constituida que
entendida en sentido práctico pero también se llame pedagogía, sino que se asume la pe-
conceptual. Reúne los temas referentes a la dagogía como saber, como un saber disperso,
educación, la instrucción, el aprendizaje, la fragmentario y, en algunos casos, marginal
formación y las prácticas disciplinarias. Es y últimamente se ha planteado como un
el conjunto de conocimientos con estatuto saber subordinado. En lenguaje de Althusser,
teórico o práctico que conforman un dominio lo primero que se explora es la pedagogía
de saber institucionalizado el cual configura espontánea de los maestro10, lo que invita al

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investigador a acercarse a regiones menos sis- planes, las reglamentaciones, el niño, el alum-
tematizadas, pero que permiten apropiarse de no, el maestro, los métodos de enseñanza, la
la realidad desde sus dinámicas constituyentes, sanción del saber del maestro, entre otros).
y no tratar de explicarla a partir de haberla ya Los objetos pasan umbrales de definición
convertido en objeto de estudio. hacia la construcción de objetos del saber
epistemologizado, en nuestro caso el objeto
La pregunta por el saber devino en lo con- maestro, el objeto escuela y la enseñanza como
temporáneo en un cambio de su naturaleza, el objeto mayor del saber pedagógico. Hay
el saber modifica su estatuto al mismo tiem- nociones vagas que pasan umbrales hacia
po que transforma a las sociedades, refina los conceptos y hay opiniones dispersas
nuestra sensibilidad ante las diferencias y que se refinan hacia las tesis. Pero también
refuerza nuestra capacidad para soportar lo pasan umbrales que como en los pedagogos
inconmensurable. La condición del saber referenciados transitan hacia la eticidad y
la politicidad de sus pensamiento y de sus
experiencias.

Estos objetos, nociones e incluso conceptos


se articulan en enunciados que se sistemati-
zan con el fin de esbozar modelos y teorías
explícitos. Todo esto se localiza en el campo
de saber, dentro del cual empiezan a especi-
ficarse reglas de formación distintas para los
conceptos, los objetos, las tesis, los modelos
y las teorías. Cuando estos se sistematizan,
cada tesis genera un intento de comprobación
(no en el sentido de verificación, sino en el de
puesta a prueba, ya sea que se confirme o se
debilite en el entramado del resto de la teoría,
o en su poder predictivo o retrodictivo, o en
su eficacia para las prácticas con las que se
relaciona la teoría). Cada tesis se especifica
o se generaliza, sin pretensiones de que esa
generalización llegue a la universalización.
Así se llega incluso a discusiones sobre la
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verdad de esa tesis, o al menos sobre sus


designa las transformaciones culturales pretensiones de verdad, aunque en el análisis
que han afectado las reglas del juego de la arqueológico, genealógico y epistemológico
ciencia, la literatura, las artes, la pedagogía no es tan importante discutir si un enunciado
y la educación con relación a la crisis de sus es verdadero o no, ni que tan cerca está de
propios relatos. El saber es afectado por dos una pretendida verdad objetiva, sino cómo
funciones principales: la investigación y la se constituye y cómo funciona en la red
transformación del conocimiento. configurada por la urdimbre de otros discur-
sos y la trama de los hilos del poder. En ese
Hay objetos de saber más o menos constitui- sentido, nos interesa más por qué y cómo, en
dos o en proceso de constitución (aquello de un momento histórico, un saber tiene efectos
lo que se habla, se reflexiona y se elabora, en de verdad, ante todo en sus relaciones con el
este caso del saber pedagógico, la escuela, los poder y con otros saberes cercanos.

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Habría que estremecerse con Spinoza cuando 8. ZULUAGA, Olga Lucía. (1987) Pedagogía e
se pregunta por lo que puede un cuerpo y pa- Historia. Bogotá: Ediciones Foro. 1987, p.
218.
rodiarlo en su potencia: todavía no sabemos
lo que puede la pedagogía. Y puede cuando 9. Vasco, Carlos Eduardo; Martínez Boom, Alberto
y Vasco, Eloísa. Op cit, pp. 105-106.
sabe que puede.
10. Comparar con el título con el que se publicaron
Notas las conferencias de Louis Althusser en 1967:
Philosophie et philosophie spontanée des savants.
Paris: Maspéro, 1974.
1. MARTÍNEZ BOOM, Alberto. (2003) La
Enseñanza como Posibilidad de Pensamiento. En:
Zuluaga, Olga Lucía et al. Pedagogía y Episte- Bibliografía de referencia
mología. Bogotá: Editorial Magisterio – Grupo
Historia de la Práctica Pedagógica. CAB. Pensamiento Pedagógico de los Grandes Educado-
2. Ver aquí: MARTÍNEZ BOOM, Alberto. res de los Países del Convenio Andrés Bello. Bogotá:
(1990) Una Mirada Arqueológica a la Pedagogía. Convenio Andrés Bello, 1995.
Revista Pedagogía y Saberes. Bogotá: Universi- GUTIÉRREZ GIRARDOT, Rafael. Aproximaciones.
dad Pedagógica Nacional. Bogotá: Procultura, 1996.
3. Ver aquí: Educación y Pedagogía: Una diferen- HENRÍQUEZ UREÑA, Pedro. Las corrientes lite-
cia Necesaria. En: Zuluaga, Olga Lucía et al. rarias en la América hispánica. Bogotá: Fondo de
Pedagogía y Epistemología. Bogotá, Editorial Cultura Económica, 1994.
Magisterio – Grupo Historia de la Práctica
Pedagógica, 2003 MARTÍNEZ BOOM, Alberto. Una mirada ar-
queológica a la pedagogía. Revista Pedagogía
4. Trabajos investigativos y conceptuales que tu- y Saberes. Bogotá: Universidad Pedagógica
vieron como aportantes a un grupo amplio de Nacional, 1990.
pensadores: Mario Díaz, Rafael Flórez Ochoa,
el grupo Federici, el grupo de Ubaté, el grupo MARTÍNEZ BOOM, Alberto. La enseñanza como
de educación popular, el grupo de historia de posibilidad de pensamiento. En: Zuluaga, Olga
la práctica pedagógica, entre otros. Lucía et al. Pedagogía y epistemología. Bogotá:
Editorial Magisterio – Grupo Historia de la
5. Ya Dewey había afirmado que es más fácil Práctica Pedagógica, 2003.
transformar la naturaleza que transformar un
hábito. PICÓN SALAS, Mariano. De la conquista a la inde-
pendencia. Caracas: Monte Ávila, 1990.
6. Incluso se alcanzó a vislumbrar la creación de
una pedagogía nacional, que proponía que no ROMERO, José Luís. Estudio de la mentalidad bur-
eran trabajos extraños los que se debían hacer guesa. Madrid: Alianza, 1987.
sino leer el alma de nuestra raza, para usar aquí ROMERO, José Luís. Latinoamérica: Las ciudades
las palabras de Franz Tamayo en Bolivia. En:

Aquelarre Revista del Centro Cultural Universitario


y las ideas. Medellín: Universidad de Antioquia,
Pensamiento Pedagógico de los Grandes Educa- 2006.
dores de los Países del Convenio Andrés Bello.
VASCO, Carlos Eduardo; MARTÍNEZ BOOM,
(1995). Bogotá: CAB, p. 104-105
Alberto y VASCO, Eloísa. Educación, Pedagogía
7. Ver aquí: VASCO, Carlos Eduardo; MAR- y didáctica: una perspectiva epistemológica. En:
TÍNEZ BOOM, Alberto y VASCO, Eloísa. Filosofía de la educación. Madrid: Trotta, 2008.
(2008) Educación, Pedagogía y Didáctica: Una
ZULUAGA, Olga Lucía. Pedagogía e historia. Bogotá:
Perspectiva Epistemológica. En: Filosofía de la
Ediciones Foro. 1987.
Educación. Madrid: Trotta, p. 106.

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