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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 3
ANTECEDENTES 6
Y REPÚBLICA RESTAURADA 17
LA CIENCIA EN EL PORFIRIATO 22
HIGIENE Y MODERNIZACIÓN 31
CONCLUSIONES 42
CUESTIONARIOS 45
BIBLIOGRAFÍA 47
3
INTRODUCCIÓN
país, por lo que los cambios solían ser abruptos y violentos, cual réplicas
de guerra. A mediados del siglo XIX los derroteros iniciales se agotaban y
las contradicciones se hacían cada vez más evidentes. La rivalidad entre
liberales y conservadores finalmente llegaba a un punto de conflicto
insuperable, pues no se había logrado la estabilidad política ni el estado
económico deficitario del erario, menos aún los objetivos del proceso
independentista.
ANTECEDENTES
Con tales detonadores y los apremios del contexto histórico algunas de las
ideas reformistas no tardaron en alcanzar popularidad, sobre todo aquellas
enfocadas en los derechos políticos e individuales y aquellas que
promovían el desarrollo del país a través de superar la parálisis económica
impulsada desde el orden conservador. La Guerra de Reforma o de los Tres
Años, aunque corta, fue de tal profundidad que transformó totalmente lo
que había sucedido antes. En primera instancia porque debilitó al clero y
después porque con ello el estado pudo echar andar su propia maquinaria
fiscal. Finalmente, porque activó la economía al promover una vez más la
desamortización; medida que le llevaría a tomar y reorganizar la
administración del suelo y las propiedades, con lo que se generaría la
captación de nuevos recursos; la expansión física del estado y la
promoción de inversiones y negocios relacionados al mismo.
olvidar que ese proceso de desamortización que buscó reducir el poder del
clero había sido una propuesta y una acción emprendida por el propio
régimen español de los borbones desde la segunda mitad del siglo XVIII.
Finalmente esa propuesta regia española y las primeras acciones que
emprendió para ello en Nueva España fueron las que detonaron la guerra
de Independencia, apoyada por supuesto por el clero para así evitar que
los borbones lograran su objetivo.
Por otra parte, no fue Juárez, sino Lerdo, quien inició este segundo
proceso de desamortización que, en efecto, marca un nuevo momento para
la historia de México, pero que no logró ser tan exitoso económicamente
como generalmente se maneja, ya que la gran mayoría de las propiedades
eclesiásticas que pasaron entonces a manos del gobierno liberal, para
entonces se encontraban ya en estado ruinoso y no podían ser reutilizadas
por el gobierno o ser vendidas sin que significaran un gasto para el erario,
gasto que por ningún motivo el gobierno podía asumir por falta de
recursos.2 La reforma propuso transformaciones tan profundas y
estructurales que, además de la configuración del congreso
preponderantemente conservador y con moderados nada convencidos de
tales cambios, no podía sino estimular de nueva cuenta la reacción
conservadora.
3La realidad es que la injerencia de Norteamérica en esta reorganización del país fue
contundente y siempre apegada a sus propios intereses imperialistas.
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Justo por ello la opinión pública miró con buenos ojos el regreso del
general Díaz, quien venía ganando en reputación a pesar de la gestión
inicial, debido a su habilidad pacificadora. La experiencia de más de medio
siglo de violencia e inestabilidad en el país le colocaban como el jefe
político necesario, pues lo principal era la paz sin importar sus medios de
consecución y en tales asuntos Díaz había mostrado capacidades. El
general retomó las diligencias ilustradas de los juaristas y lerdistas
además de capitalizar los avances de González sin perder de vista el
discurso canonizador de Juárez. En su regreso al poder en 1880 continuó
con la empresa de pacificación pero ahora enfocada en la productividad y
en el control político.
por las demandas del proyecto de modernización del país, confiriendo a las
instituciones científicas un carácter peculiar.
LA CIENCIA EN EL PORFIRIATO
Oaxaca, provenían de las fábricas Negretti & Zambra y Trouhton & Simms
de Londres, ambas de las de mejor reputación en el mundo científico de la
época. Además se integró a sus acervos una serie de cartas barométricas y
diversas publicaciones, entre las que destacaban los manuales de Negretti
& Zambra y las del meteorólogo escocés Alexander Buchan. Las
observaciones y estudios que se realizaban en el observatorio oaxaqueño
abrieron, además, el interés en otras disciplinas tales como la geografía,
geología, botánica, zoología, hidrografía, astronomía, física y matemáticas.
El Observatorio, se convirtió no sólo en un centro científico sino también
en un enclave económico-político que representaba el desarrollo
modernizador del periodo.
HIGIENE Y MODERNIZACIÓN
7. Ibidem, p. 122.
8 . Ver Ignacio Roger, Historia de la Medicina; Michel Ragon, Histoire d l´architecture
et de l´urbanisme modernes 1. Idéologies et pionniers 1800-1910, pp. 98-103.
9. “Ley para el establecimiento y uso de los cementerios”, AGN. Gobernación. Vol. 1941.
Por ello el diseño de los nuevos espacios en las ciudades debía mostrar
amplias perspectivas a partir de calles anchas y lineales, con banquetas
limpias y ausentes de charcos y lodazales, limitadas por medio de árboles
que purificaran el ambiente y que todo aquello a su vez permitiera dotar a
los edificios circundantes de suficiente ventilación e iluminación. Se trataba
de combinar las características y servicios de la ciudad “moderna”, con
aquellas otras, naturales, que caracterizaban a las poblaciones rurales y que
las grandes ciudades habían perdido por efecto de la Revolución Industrial.13
Con todo, fue hasta la etapa porfiriana cuando la higiene tuvo mayor
impacto en las ciudades mexicanas y en su arquitectura. En principio de
cuentas porque fue en ese periodo cuando la modernidad entró de lleno al
país dando lugar a la creación de nuevos servicios, infraestructura y una
amplia variedad de edificios destinados a usos muy diferentes, en los que
podían materializarse todas aquellas preocupaciones higienistas, pero
también porque el nutrido número de extranjeros que ingresó al país
durante ese tiempo, demandó vivir acá las mismas condiciones de
salubridad que disponía en sus países de origen, o al menos las más
por buscar una solución más higiénica que la acostumbrada de enterrar a los difuntos en
la parroquia y en su atrio. Ver Carlos Lira, Una ciudad ilustrada y liberal. Jerez en el
porfiriato, pp. 247-282. Por su parte, el cementerio municipal de Xalapa se estableció en
1831, ver Clío Capitanachi, “Una aproximación al estudio de la vegetación de los
cementerios patrimoniales, el caso del cementerio de Xalapa”, p. 88. Las fechas de
fundación de algunos cementerios de la ciudad de México véanse en Ethel Herrera
"Desarrollo urbano del panteón de Dolores en la ciudad de México a través de la cartografía
histórica”, pp. 179-180. El cementerio de Oaxaca aparece extramuros de la ciudad en el
plano de Gijón de 1803. Ver Carlos Lira, “La peste y los sismos en la historia del panteón
municipal de Oaxaca, Siglo XIX”, p. 218.
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conceptos higienistas en sus proyectos. Para Oaxaca véase Carlos Sánchez y Luis Alberto
Arrioja, Semblanza del Ingeniero Rodolfo Franco Larráizae (1863-1929), quien los
aplicó en diversos mercados, un gimnasio escolar, el Hospicio de la Vega y la fábrica de
hilados y tejidos San José, pp. 39-40. Para Morelia ver Jaime A. Vargas, El ingeniero
Guillermo Wodon de Sorinne. Respecto a Orizaba véase Ribera, op. cit.
21. Flores, Historia…, Vol. 3, p. 748.
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23. Flores, Historia…, Vol. 3, p. 748. Otros médicos porfirianos prestigiados fueron el
positivista Porfirio Parra, el fisiólogo, anestesista, internista y poeta José Bandera,
Maximiliano Galán, Francisco Vázquez, Francisco de P. Chacón, José R. Icaza, Rafael
Lavista, José I. Capetillo, Eduardo Liceaga, el oftalmólogo Manuel Carmona y Valle y Manuel
Toussaint; los dos últimos fundaron el Instituto Patológico “aniquilado por la revolución”.
Ver Fernando Ocaranza, Historia de la Medicina en México, p. 177.
24. Ibidem, Vol. 3, pp. 750-751.
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CONCLUSIONES
CUESTIONARIOS
CUESTIONARIO I
CUESTIONARIO II
3. ¿Cuáles eran los países que el México independiente tenía como referencia
para iniciar su proceso de independencia política y social?
10. Resume las acciones emprendidas por el Segundo Imperio para iniciar la
modernización de las ciencias en México.
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BIBLIOGRAFÍA
GIROUARD, Mark, Cities & People, New Haven & London, Yale University
Press, 1985.