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“BABY- LED WEANING”

Alimentación complementaria dirigida


por el bebé.

Sheila Merino Rodríguez


XXIX Curso de Puericultura y Pediatría Preventiva.

Sociedad Española de Puericultura.


Agradecimientos:

A la Dra. Mª Virginia Tejedor, pediatra del C.S.M. Tetúan, por su tiempo y su


enseñanza durante mis prácticas.

Y a mi hermana y mi sobrino por ayudarme a profundizar en el la alimentación


complementaria guiada por el bebé, y a permitirme practicar y aprender con ellos.

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Índice

Contenido
Agradecimientos: .......................................................................................................... 2

1. Introducción. .......................................................................................................... 4

2. ¿Qué es “Baby-Led Weaning”? .............................................................................. 5

3. ¿En qué consiste el método? ................................................................................. 6

 Beneficios: ......................................................................................................... 6

 Inconvenientes: .................................................................................................. 7

4. ¿Cómo funciona el método? .................................................................................. 8

5. Cómo empezar. ................................................................................................... 10

 Alimentos que hay que evitar: .......................................................................... 11

6. Guía práctica para padres. ................................................................................... 13

 Fundamentos de la alimentación complementaria guiada por el bebé:.............. 13

 Consejos: ......................................................................................................... 18

 Ejemplos de comida: ........................................................................................ 20

7. Discusión desde el punto de vista médico. ........................................................... 21

8. Conclusiones. ...................................................................................................... 23

Bibliografía. ................................................................................................................ 24

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1. Introducción.

Los aspectos relacionados con la introducción de la alimentación complementaria han


sido objeto de reciente revisión. En las últimas décadas se han producido cambios en los
consejos de alimentación del lactante: se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6
meses de edad, y se ha flexibilizado el consejo alimentario de los bebés.

La cronología de introducción de los distintos alimentos que constituyen la alimentación


complementaria tiene más que ver con tradiciones culturales y con la disponibilidad de
alimentos que con razones fisiológicas o hitos del desarrollo.

Existe un periodo ventana para la introducción de alimentos no homogeneizados, y que


pasado este tiempo, se pueden presentar dificultades a la hora de avanzar en texturas y
aptitudes masticatorias. Este periodo crítico se sitúa alrededor de los 7 meses de edad.

En los últimos años se ha desarrollado un movimiento, “baby-led weaning” o


alimentación complementaria dirigida por el bebé, que propone una alternativa a la
alimentación con cuchara, y en la que vamos a profundizar.

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2. ¿Qué es “Baby-Led Weaning”?

“Baby-led weaning” (BLW) o alimentación complementaria dirigida por el bebé, se basa


en que sea el propio lactante quien se alimenta llevándose la comida a la boca, en vez de ser
alimentado con cuchara por un adulto.

Este movimiento surge en el Reino Unido y Nueva Zelanda en los últimos años. Los
propulsores de esta técnica consideran que el uso de alimentos triturados y el empleo de la
cuchara es una forma inadecuada y poco fisiológica de introducir los alimentos en la dieta,
recomendando que coman con los dedos (“finger foods”).

Una de las propulsoras de este método es Gill Rapley, quién ha escrito varios libros
sobre el método, explica el porqué de esta nueva forma de alimentación y cómo llevarla a cabo.
Esta británica lleva años estudiando la alimentación y el desarrollo infantiles. Ejerció de auxiliar
sanitaria durante más de veinte años, ha sido comadrona, y asesora de lactancia voluntaria.
Desarrolló la teoría sobre dejar que los bebés aprendan a comer solos mientras, como parte de
un máster, estudiaba el desarrollo de los bebés en relación a la introducción de sólidos.

Foto: Libro escrito por Gill Rapley, y su traducción al castellano.

Tradicionalmente la introducción de la alimentación complementaria pasa por un


período de alimentación triturada, hasta que el lactante adquiere habilidades para tomar
comida en trocitos. Y se ha ido retrasando la introducción de alimentos no triturados.

El fundamento de este nuevo concepto de alimentación se basa en que un lactante


después de los 6 meses, momento en el que se aconseja actualmente iniciar la alimentación
complementaria, ha alcanzado unos hitos en su desarrollo neurológico que le permiten hacerlo
solo.

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3. ¿En qué consiste el método?

Introducir los sólidos abarca el cambio gradual que hace el bebé, de tomar el pecho o
el biberón como único alimento, a no mamar ni tomar el biberón en absoluto. Es un proceso
que dura un mínimo de seis meses, pero que puede alargarse hasta años. Los primeros sólidos
no sustituyen a la leche, sino que se añaden a ella, de manera que la dieta cada vez es más
variada.

En la forma tradicional, los padres deciden cuándo comienza este proceso. Empiezan a
alimentar con cuchara al bebé, deciden cómo y cuándo, empiezan a ingerir sólidos. En el
método en que el niño aprende a comer solo, esto es distinto. Permite que el bebé tome la
iniciativa durante todo el proceso y utilice su instinto y sus habilidades. La alimentación sólida
empieza cuando el bebé da muestras de ser capaz de comer solo, y va avanzando a su propio
ritmo.

Así el lactante se sienta a la mesa con el resto de la familia, y participa cuando está
preparado. Se le anima a experimentar con la comida en cuanto muestra interés, y se le
permite cogerla con las manos. Esta comida se presenta en tamaños y formas que el bebé
pueda manipular con facilidad, no en purés ni triturada. Se deja que el niño coma solo desde el
principio, en lugar de alimentarle con cuchara por otra persona; y es él quien decide cuánto
quiere comer y cuándo ampliar la variedad de alimentos. Seguirá tomando leche hasta que
esté preparado para empezar a reducir las tomas.

Los bebés sanos son capaces de mamar del pecho de la madre solos, nada más
nacer. Cuando llegan a los 6 meses, pueden agarrar trozos de comida y llevárselos a la boca.
Esto se conoce desde hace muchos años, sin embargo, ahora hay pruebas que demuestran
que los bebés hasta esa edad no deberían ingerir ningún tipo de sólido. Y si con seis meses
pueden ingerir sólidos, no es necesario que pasen por una etapa de comida triturada.

 Beneficios:
-Es divertido, es una experiencia agradable para la familia. Los bebés disfrutan
comiendo alimentos nuevos y haciendo cosas por sí mismos. El hecho de que las primeras
experiencias con la comida sean agradables favorece una actitud positiva ante la comida.

-Es natural. Los niños están programados para experimentar (experimentan con la
comida) y para explorar, y así aprenden.

-Aprenden sobre los alimentos: sobre su textura, olor, sabor, aspecto, y las
combinaciones de sabores.

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-Aprenden a comer con seguridad: el explorar los alimentos antes de metérselos en la
boca enseña sobre lo que pueden masticar y no; y conocer diferentes texturas desde el
principio, reduce las probabilidades de atragantamiento.

-Aprenden sobre el mundo que les rodea, activan los cinco sentidos.

-Desarrollan la coordinación visomotora, mejoran la motricidad fina, y la masticación.

-Les aporta seguridad en sí mismos.

-Confían en la comida, están más dispuestos a probar cosas nuevas, porque saben
que podrán decidir si comerlas o no. Son niños menos maniáticos.

-Participan en la comida familiar, e imitan conductas.

-Controlar el apetito, así las probabilidades de que coman demasiado disminuyen.

-Mejor alimentación, porque imitan la conducta de los padres (si ésta es saludable).Y
salud a largo plazo, sobre todo en los casos que siguen con lactancia materna durante más
tiempo.

-Las comidas son más sencillas, menos complicadas, y es más barato. También es
más fácil comer fuera de casa.

 Inconvenientes:
-La suciedad, aunque hay formas de prepararse para ello.
-La preocupación de otras personas, que pueden mostrarse así ante el
desconocimiento de este método.

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4. ¿Cómo funciona el método?

Aprender a comer sólidos es una parte natural del desarrollo madurativo del lactante.
Cuando alcanza la sedestación, el niño aumenta la movilidad y desarrolla nuevas habilidades.
A los 6 meses el lactante ha descubierto sus manos y pronto aprenderá a manipular objetos. Al
principio se lo lleva todo a la boca, y con el paso del tiempo, coge los nuevos objetos, los
inspecciona, los pasa de una mano a otra, los entrechoca, los deja caer y luego se los lleva a la
boca. Su pinza tiene que pasar varias etapas, desde la pinza ulnar a la radial, y después a la
elaborada con el índice y el pulgar. La madurez de la pinza también se valora por la rapidez
con la que deja caer los objetos. Al principio es atáxico y sobrepasa los objetos, pero pronto es
capaz de cogerlos con precisión. A los 4 – 5 meses, los niños aproximan los labios al borde de
una taza y pueden alimentarse más rápidamente que con un biberón; momento en el que
empieza a desaparecer el reflejo de extrusión, por el que expulsan con la lengua cualquier cosa
que se les introduzca en la boca excepto el pecho o el biberón. La masticación se inicia
alrededor de los 6 meses, momento en el que pueden iniciar a comer solos
(independientemente de que tengan ya dientes o no, porque usan las encías, que les ayudan a
morder y mascar). El uso de la cuchara no se adquiere hasta los 15 meses, de media; y sobre
los 2.5 -3 años manejan el tenedor y el cuchillo. Así alrededor de los 6 meses, desarrollan un
movimiento masticatorio, que junto con la capacidad de permanecer sentados por sí solos,
promueve la deglución de trozos de comida mayores y espesos.

Existe miedo al atragantamiento, pero si el niño controla toda la comida que entra en su
boca y está sentado con la espalda recta, el hecho de comer solo no aumenta la probabilidad,
incluso la reduce. Pueden presentar arcadas al comer, que son movimientos espasmódicos
que alejan de las vías respiratorias los trozos de comida demasiado grandes. El reflejo está en
una zona de la lengua mucho más anterior que en los adultos, por lo que aparece con mucha
facilidad y permite que los trozos de comida que lo activan están mucho más alejados de las
vías respiratorias. Es probable que el reflejo de arcada sea un elemento fundamental para que
aprendan a tratar la comida de un modo seguro. Al crecer el reflejo se va desplazando hacia
atrás a lo largo de la lengua, y las arcadas no aparecen hasta que la comida ha llegado casi al
final de la boca; a medida que retrocede va perdiendo efectividad como señal de alerta. En
consecuencia, los bebés que no han podido experimentar con la comida desde el principio,
pierden la oportunidad de utilizarlo para ayudarles a aprender a mantener la comida alejada de
las vías respiratorias. El atragantamiento sucede cuando las vías respiratorias quedan parcial o
totalmente bloqueadas. Cuando algo bloquea parcialmente las vías respiratorias el bebé
empieza a toser de forma automática, para despejarla; la mayoría de las veces lo consigue; si
el bloqueo es total, no puede toser y necesita que alguien retire lo que le está impidiendo
respirar. Los bebés normales tienen un reflejo de tos muy eficiente, y siempre que están
sentados y erguidos, o ligeramente inclinados hacia delante, lo mejor es no molestarles
mientras despejan las vías respiratorias. Los factores que aumentan las probabilidades de que

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el niño se atragante son dos: que sea otra persona quien le mete la comida o la bebida en la
boca, y la posición reclinada.

El desarrollo de preferencias por los alimentos se fundamenta en la exposición repetida


a los alimentos nuevos, con el fin de superar la neofobia o rechazo a alimentos nuevos. Se
necesitan entre 5 y 10 exposiciones a un nuevo alimento para que se aumente su apetencia
hacia él; además que el lactante aprenda que la comida es segura y no le causa enfermedad,
reduce ese rechazo inicial.

Cuando un bebé de 6 meses se lleva comida a la boca, la motivación no tiene nada


que ver con el hambre. Quieren imitar, y sienten curiosidad. Cuando logran coger algo nuevo,
casi siempre se lo llevan a la boca para aprender y explorar; en consecuencia, con la comida
hacen lo mismo que si fuera un juguete u otro objeto. Hasta que se lo introducen en la boca, no
saben que es comestible o que tiene sabor. Si consiguen arrancar un trozo, lo masticarán con
las encías, descubrirán su sabor y textura, pero es poco probable que se lo traguen, porque no
saben; todavía no son capaces de mover la comida en la boca. El proceso por el que
descubren que la comida puede saciarles es muy lento y gradual; entre los ocho meses y un
año empiezan a relacionarlo con el hambre. Y hasta entonces no necesita realmente alimentos
sólidos para obtener nutrientes.

Los bebés nacen con una


reserva de nutrientes que
empiezan a utilizarlos cuando
nacen, pero los nutrientes que
reciben de la leche materna
garantizan que no se agoten. A
partir de los seis meses de edad,
ese equilibrio cambia y empiezan a
necesitar gradualmente más
nutrientes, y por ello necesitan
algo más que una dieta
exclusivamente a base de leche. El
momento en que los bebés
empiezan a necesitar cada vez
más nutrientes coincide en el
tiempo con el desarrollo gradual de
las habilidades que les permiten
comer solos.

Foto: Lactante de 9 meses con una galleta.

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5. Cómo empezar.

Hay que incluir al bebé a partir de los 6 meses en todas las comidas familiares,
siempre que no tenga hambre, no esté cansado ni de mal humor. Es importante que no tenga
hambre porque la hora de la comida es una oportunidad para aprender y no para comer. Es
una gran diferencia con el método tradicional; pero si el niño tiene hambre cuando se sienta en
la mesa, no podrá disfrutar manipulando la comida, ni desarrollar las habilidades necesarias
para comer solo. El sistema funciona mejor si él sigue recibiendo leche a demanda.

Cuando el lactante empieza a manipular comida hay que adoptar ciertas medidas de
seguridad (por ejemplo, que no pueda caerse) y asegurarse de que está en una posición
totalmente vertical.

Foto: Lactante sentado en su trona, en la mesa familiar.

Los alimentos que puede comer, como norma general, son los que come el resto de la
familia, empezando con ingredientes naturales, tantos alimentos frescos como sea posible, y se
cocina sin añadir sal ni azúcar. En el método tradicional existen guías de cómo ir introduciendo
la alimentación sólida, incluso con instrucciones estrictas con el orden a seguir. Sin embargo,
gran parte de esos consejos se remontan cuando lo habitual era empezar a dar sólidos con 3 o
4 meses; pero el sistema inmunológico y digestivo de un bebé de 6 meses ya es mucho más
maduro, por lo que ,a no ser que haya historia familiar de alergia de alimentos, todas esas
limitaciones son innecesarias.

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Así el lactante debe comer comida nutritiva, no muy procesada, y sin sal ni azúcares
añadidos; puede comer alimentos de todos los grupos principales, al menos una vez al día
(aunque esto es menos importante al principio); y con amplia variedad durante la semana,
teniendo la oportunidad de probar distintos sabores y texturas. Hay que tener en cuenta el
desarrollo de las habilidades, en cuanto al tamaño y formas que puede asir.

 Alimentos que hay que evitar:


-Alimentos que, por su forma, presentan riesgo de atragantamiento. Por ejemplo, los
frutos secos, hay que evitar los frutos secos enteros o a trozos grandes, hasta que el niño haya
cumplido los 3 años de edad; hay que quitar el hueso de algunas frutas como las cerezas; y
evitar el pescado con espinas.

Foto: Lactante comiendo albaricoque,que previamente se ha retirado el hueso del fruto.

-La sal es perjudicial para el bebé, porque sus riñones aún no han madurado lo
suficiente para procesarla. La sal es un potenciador de sabor, pero también se utiliza como
conservante; por ello mucha sal está “oculta”, no la añadimos. Hasta el año de edad, no se
debe ingerir más de 1 gramo de sal al día.

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-Controlar el azúcar. Muchos alimentos tienen azúcares añadidos, que endulzan pero
no aportan nutrientes. También es perjudicial para los dientes.

-Evitar, en la medida de lo posible, todos los aditivos y edulcorantes artificiales.

-La miel se debe esperar a los 12 meses, porque es una fuente de botulismo.

-El salvado y los productos con elevado contenido en fibra pueden irritar el tracto
digestivo e interferir con la absorción de nutrientes esenciales.

-No necesitan más líquidos que el agua y la leche.

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6. Guía práctica para padres.

Se debe explicar e informar a los padres el método que deben de seguir, de forma que
tanto los padres como el bebé disfruten de la transición hacia las comidas sólidas, asegurando
el bienestar del bebé.

 Fundamentos de la alimentación complementaria guiada por el


bebé:
1. Lactancia materna como la base de la alimentación autónoma

Se recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida
del bebé. La lactancia materna ofrece la base ideal para la alimentación autónoma del bebé
con sólidos, ya que los niños amamantados se alimentan a su propio ritmo. Es imposible
obligarlos a comer más rápido o más despacio, controlan su ingesta de nutrientes y fluidos,
acortando o alargando cada tetada. Por otro lado, y teniendo en cuenta que el sabor de la
leche materna varía en función de la dieta de la madre, la lactancia materna prepara al bebé
para aceptar nuevos sabores.

Los bebés saludables y normales alimentados con lactancia materna son muy capaces
de gestionar el proceso de introducción de sólidos, siempre que cuenten con el apoyo
adecuado por parte de sus padres. Aunque la capacidad de alimentarse de manera autónoma
que caracteriza a la lactancia materna es la que sostiene la teoría de la alimentación
complementaria a demanda, muchos padres que han alimentado a sus bebés con biberón han
descubierto que este método también funciona con sus hijos. La única diferencia significativa
es la necesidad de asegurarse de ofrecer al bebé otras bebidas, además de la leche.

2. Entender las motivaciones del bebé.

Este enfoque para la introducción de los alimentos sólidos ofrece al bebé la oportunidad
de descubrir todo lo que la comida puede ofrecer, como parte del proceso de exploración del
mundo que le rodea. Para ello, el bebé aprovecha su deseo de explorar, experimentar e imitar
las actividades de los demás. Si se permite que el bebé establezca el ritmo de cada comida, y
se insiste en el juego y la exploración más que en el propio acto de comer, la transición hacia
las comidas sólidas tendrá lugar de una manera muy natural. El cambio resultará fácil porque la
motivación del bebé para avanzar en el proceso es la curiosidad y no el hambre.
No es necesario que los momentos de la comida coincidan con las tetadas. De hecho, si
pensamos en la lactancia y la alimentación complementaria como dos actividades separadas,
el proceso será más relajado y se convertirá en una experiencia agradable tanto para los
padres como para el bebé.

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3. ¿No se ahogará?

Muchos padres se preocupan por la posibilidad de ahogamiento. Aún así, hay indicios
que hacen pensar que si los bebés controlan lo que se llevan a la boca tienen menos riesgo de
atragantarse que cuando son alimentados con una cuchara. Esto se debe a que los bebés no
son capaces de mover intencionadamente la comida hacia la garganta hasta después de haber
desarrollado la habilidad de masticar. Y no desarrollan la habilidad de masticar hasta después
de haber aprendido la habilidad que les permite alcanzar y agarrar cosas. La capacidad de
agarrar objetos muy pequeños se desarrolla aún más tarde. Así, un bebé muy pequeño no
puede aumentar el riesgo de atragantamiento porque es incapaz de llevarse cosas pequeñas a
la boca. Sin embargo, si alimentamos al bebé con la cuchara, estamos instándole a que sorba
la comida hasta el fondo de la boca, aumentando el riesgo de atragantamiento.

Parece que el desarrollo general del bebé mantiene el ritmo de su capacidad para
manejar la comida con la boca, y para digerirla. Un bebé al que le cuesta llevarse comida a la
boca probablemente no está muy preparado para comerla. Por eso, es importante resistir la
tentación de “ayudar” al bebé que se encuentra en esa situación. Es el propio desarrollo de las
distintas habilidades implicadas en el acto de comer lo que asegura que la transición hacia la
alimentación sólida se produce al ritmo adecuado, manteniendo el riesgo de ahogamiento en
niveles mínimos.

Inclinar al bebé o tumbarlo para alimentarlo con sólidos es peligroso. Un bebé que
manipula comida siempre debe estar sentado en posición erguida. De este modo, facilitamos
que la comida que todavía no es capaz de tragar, o que no desea tragar, caiga fuera de su
boca.

Seguir los deseos y el ritmo del bebé a la hora de introducir la alimentación


complementaria no significa dejar de lado las reglas de seguridad que nos dicta el sentido
común. Es muy improbable que un bebé pequeñito pueda lograr agarrar un cacahuete, por
ejemplo, pero los accidentes pueden ocurrir, sea cual sea el modo en que es alimentado el
bebé. Las reglas normales de seguridad para la prevención de accidentes durante las comidas
y el juego también se deben seguir cuando la transición hacia las comidas sólidas es dirigida
por el bebé.

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Foto: Lactante sentado, en su trona, sujeto, realiza la pinza para coger una fresa.

4. Asegurar una correcta nutrición.

Si se permite que los bebés se alimenten por sí mismos, suelen aceptar una amplia
variedad de comidas. Probablemente, esto se debe a que permites al bebé centrarse en
muchos otros aspectos además del sabor; también perciben la textura, el color, el tamaño y la
forma. Además, ofreciéndoles los alimentos por separado o de tal modo que ellos mismos
puedan separarlos, les permites aprender sobre las diferencias entre los distintos sabores y
texturas. Y si les dejas rechazar cualquier alimento que no parezca gustarles, contribuyes a
que, en el futuro, sigan estando dispuestos a aceptar nuevos alimentos.
Los principios generales de una alimentación saludable para niños se aplican también a los
bebés que están gestionando su propio proceso de introducción de sólidos. Por eso, deben
evitarse las comidas rápidas y los alimentos con azúcar o sal añadidos. Aún así, cuando un
bebé supera los seis meses de edad, no hay necesidad de restringir los alimentos que se le
deben ofrecer (a menos que haya antecedentes familiares de alergias o alguna enfermedad
relacionada con el sistema digestivo). Son ideales las frutas y verduras, combinadas con otros
alimentos cocidos ligeramente para que estén lo suficientemente blandos como para
masticarlos. Al principio, es mejor ofrecer la carne en trozos grandes, para que puedan
experimentar con ella y chuparla; los bebés no necesitan dientes para morder y masticar; con
las encías se apañan muy bien.

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Tampoco es necesario cortar la comida en trocitos diminutos, ya que los bebés más
pequeños no serían capaces de
cogerlos. Una buena medida para
valorar el tamaño y la forma en la que
se deben preparar los alimentos es el
propio puño del bebé, aunque hay que
tener en cuenta un dato muy importante:
los bebés más pequeños no pueden
abrir el puño intencionalmente para
soltar objetos. Esto implica que
manejarán mejor la comida con forma
de palito o que tenga un asa
incorporada (como el tallo de un trozo
de brócoli). De este modo, pueden
masticar el trozo que sobresale de su
mano y descartar el resto después,
normalmente cuanto tratan de alcanzar
la siguiente pieza de comida que atrae
su interés. A medida que sus
habilidades mejoran, aprovecharán más
la comida.

Foto: Lactante con un trozo de pavo cocido.

5. La bebida.

El contenido en grasa de la leche materna aumenta al final de la tetada. Un bebé


amamantado reconoce este cambio y usa este conocimiento para controlar su ingesta de
líquidos. Si tiene sed, tenderá a succionar poco tiempo, quizás de ambos pechos, mientras que
si tiene hambre prolongará la toma durante más tiempo. Gracias a ello, los bebés
amamantados a demanda no necesitan beber nada más, ni siquiera en verano.

Este principio también se puede aplicar al periodo de transición hacia la comida normal,
siempre que el bebé siga siendo amamantado a demanda. Se le puede ofrecer un vaso de
agua durante las comidas como parte de la exploración, pero no hay necesidad de preocuparse
si no quiere beber nada.

Los bebés alimentados con leche de fórmula necesitan un enfoque ligeramente


diferente, ya que los biberones tienen la misma consistencia durante toda la toma, por lo que
hay menos posibilidad de saciar la sed. Para garantizar un aporte de líquidos suficiente, sólo

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hay que estar pendiente de ofrecer al bebé agua con cierta frecuencia una vez ha comenzado
a comer pequeñas cantidades de los alimentos ofrecidos.

Si se continúa ofreciendo lactancia a demanda durante el periodo de introducción de la


alimentación complementaria, dejamos en manos del bebé la decisión de cómo y cuándo
reducir sus tomas de leche. A medida que ingiere mayor cantidad de alimentos durante las
comidas familiares, se “olvidará” de pedir alguna toma o tomará menos cantidad de leche en
cada toma. No es necesario que su madre tome esas decisiones por él.

Foto: Lactante bebiendo agua de una taza y de un biberón.

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 Consejos:
Los padres que desean seguir este método se les debe recomendar una serie de
pautas sobre lo que se debe y no se debe hacer en este período:

DEBEN:
1- Ofrecer al bebé la posibilidad de participar siempre que la familia esté comiendo. Se
puede comenzar a hacerlo tan pronto como el bebé muestre interés en observar
mientras comen los padres, aunque no estará preparado para llevarse comida a la
boca hasta que tenga seis meses.

2- Asegurarse de que está sentado con la espalda erguida mientras experimenta con la
comida. Al principio, puede sentarse en el regazo, mirando hacia la mesa. Una vez
que empieza a desarrollar la habilidad de coger comida, será capaz de mantenerse
solo sentado, con un soporte mínimo, en una trona.
3- Comenzar ofreciéndole alimentos adaptados al tamaño de su puño, preferiblemente
en forma de palitos (o con un “asa”), siempre que sea posible. Y que los alimentos
sean adecuados para el bebé, ofreciéndole la misma comida que al resto, para que se
sienta integrado en la experiencia familiar.
4- Ofrecerle alimentos variados. No es necesario limitar su acceso a la comida, igual que
tampoco se hace con los juguetes.

5- Volver a ofrecerle más adelante la comida que ha rechazado. Los bebés cambian de
opinión y pueden aceptar alimentos que en un primer momento rechazaron.
6- Ofrecerle agua en un vaso o taza, pero sin preocuparse si no muestra interés. En
especial, los bebés amamantados probablemente seguirán obteniendo todos los
líquidos que necesitan del pecho durante algún tiempo.
7- Prepararse para el caos y el desorden. Un plástico bajo la trona protegerá el suelo o la
alfombra y facilitará la limpieza. También te permitirá volver a ofrecer al bebé los
alimentos que se hayan caído, disminuyendo la cantidad de comida desperdiciada.

8- Continuar amamantando al bebé a demanda, durante todo el tiempo que quiera. Es


probable que cambie el patrón de las tomas a medida que come más.

9- Si hay antecedentes familiares de intolerancia, alergias alimentarias o trastornos


digestivos, se debe consultar al pediatra antes de comenzar.

10- Disfrutar viendo como el bebé aprende a comer y observando cómo desarrolla la
habilidad con las manos y la boca durante todo el proceso.

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NO DEBEN:
1- Meter prisa al bebé. Permitir que haga las cosas a su propio ritmo. Es especialmente
importante evitar la tentación de “ayudarle” poniendo comida en su boca.
2- Esperar que el bebé coma durante los primeros intentos. Una vez haya descubierto
que sus nuevos juguetes saben bien, comenzará a masticarlos y, después, a
tragarlos.
3- Aspirar a que el bebé se termine cada trozo de comida, sobre todo al principio.
Recordar que todavía no ha desarrollado la habilidad de alcanzar la comida que está
dentro de su puño.
4- Dejar al niño solo mientras come.
5- Ofrecer comidas que suponen un riesgo evidente, como frutos secos.
6- Ofrecerle comida rápida, platos preparados o alimentos a los que se haya añadido
azúcar o sal.

Foto: Lactante comiendo un muslito de pollo.

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 Ejemplos de comida:
Ejemplos de comidas que se pueden comer con los dedos, de “finger foods”, para
ofrecerle a los niños:

o Verduras enteras cocinadas al vapor o ligeramente cocidas: judías verdes, mazorcas


de maíz, etc.
o Ramilletes de coliflor o brócoli al vapor o ligeramente cocidos.
o Palitos de verduras al vapor, asados o fritos: zanahoria, patata, berenjena, nabo,
calabaza, calabacín, etc.
o Palitos crudos de pepino, pepinillos agridulces (de los grandes), aceitunas (en trocitos,
sin hueso).
o Pollo (en forma de tira de carne o un trozo con hueso, tipo muslo, que pueda agarrar).
o Tiras delgadas de ternera, cordero o cerdo.
o Frutas: pera, manzana, plátano, etc. Bien enteras o bien en palitos.
o Palitos de queso (tiene que ser firme), o queso cremoso tipo tarrina de para que moje
los dedos o los colines.
o Colines o trozos de pan en general.
o Tortilla francesa partida en tiras.
o Lonchitas de jamón serrano, jamón york (en rollito para morder o en trocitos).
o Pasta : Macarrones, arroz.

Foto: Lactante probando brócoli al vapor.

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7. Discusión desde el punto de vista
médico.

Existen pocos estudios publicados sobre BLW, generalmente en muestras pequeñas y


muy seleccionadas. Y desde el punto de vista médico surgen algunas dudas.

Una cuestión clave es saber cuántos niños pueden llevar a cabo este empeño de
comer por sí solos desde los 6 meses. Es probable que aunque sea posible en una gran
mayoría de niños, pueda ocasionar problemas nutricionales en otros niños con algún retraso
relativo en su desarrollo.

Otra preocupación es la posibilidad de atragantamientos, y que la cantidad de comida


no sea suficiente y repercuta en el crecimiento del niño, y la posibilidad de que los partes de
hierro sean insuficientes. Debe seguirse una dieta saludable y variada, que no conlleve la toma
de un número reducido de alimentos que a la larga limite la variedad de una dieta equilibrada.

Una revisión que se ha realizado sobre estudios de esta práctica (revisión de Cameron
et al.) recoge que se trata de una población de madres muy seleccionada y que puede que no
ser representativa de la población. La mayoría de las madres daban lactancia materna, habían
cursado estudios, y tenían menos probabilidades de reincorporarse al trabajo antes de los 12
meses tras el parto.

Pero también extraemos enseñanzas de la introducción temprana de alimentos


enteros en la alimentación del bebé.

Una alimentación basada sólo en alimentos triturados y en papillas exige una


participación menos activa por parte del lactante, y depende más del cuidado que del propio
niño. Así si el cuidador es poco permisivo optará por hacer que el niño termine el plato, y en
ocasiones esto significa ir más allá de lo que el niño necesita. Una de las consecuencias de
esta práctica es un exceso de aporte calórico y/ o proteico; y parece haber una relación directa
entre una ingesta proteica más elevada en el periodo de lactante y una ganancia de peso
mayor, de obesidad en la edad adulta.

La transición de la alimentación láctea a la comida familiar que se produce en el primer


año de vida se fundamenta en el nuevo diálogo que se establece entre el lactante y su
cuidador. Cuanto más activa es la participación del lactante, más satisfactoria es la relación.

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Se ha observado que los padres experimentan numerosas dificultades en la transición
desde la alimentación láctea a la alimentación complementaria. En muchas ocasiones debido al
retraso en la introducción de alimentos sólidos, con el temor de no conseguir que los niños
comieran una cantidad determinada de alimentos, o por malinterpretar las dificultades que
pueden experimentar los niños al manejar comida en trozos. Favorecer antes la autonomía del
lactante en su alimentación o en su participación más activa puede contribuir a normalizar esa
situación.

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8. Conclusiones.

La técnica del “Baby-led weaning” o alimentación complementaria dirigida por el bebé


sigue siendo casi una desconocida en España, pero la rápida instauración en países próximos
y la facilidad de la transmisión de la información (sobre todo a través de internet), hacen que
cada día sea una técnica más seguida por los padres; y con ello que los médicos debemos
disponer de conocimientos sobre esta práctica, sus posibilidades y sus riesgos.
La filosofía de este método es hacer que el lactante participe más activamente en su
alimentación, y quitar presión a la comida y conseguir que participe antes en la comida familiar;
y todos ellos son aspectos positivos. Sin embargo, quedan dudas todavía en cuanto a decidir
cuándo un bebé puede ser capaz de comer por sí solo sin riesgos de aspiración, que debe ser
una decisión individualizada; si el niño recibe suficiente cantidad de nutrientes o puede
producirse una deficiencia de hierro y un fallo de medro; si realmente previene la obesidad por
la vía de la autorregulación; si es un patrón excluyente o permite tomar cierta cantidad de
alimentos con cuchara.
Todas estas cuestiones que nos surgen se irán resolviendo con el tiempo y con
estudios que contrasten datos, pero si el método es bien utilizado y seguido por un médico no
deben de producirse problemas que no se pueden corregir.

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Bibliografía.

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-Moreno Villares JM, Galiano Segovia MJ, Dalmau Serra J. Alimentación


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