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KANT COMO FILÓSOFODE LA CIENCIA

Jesús MOSTERÍN

Motivación de Kant vivamente. De hecho Leibniz y Newton son los


dos autores que Kant más veces cita en sus obras.
La filosofía de Kant, como la de Platón, res- Y «un Newton» es para Kant el paradigma de
ponde a una doble motivación, teórica y prácti- máxima inteligencia (a veces contrapuesto a «un
ca. La preocupación teórica de ambos pensadores hotentote»). A la justificación de la mecánica
es la misma: salvar y justificar la ciencia. La prác- newtoniana (y de la geometría euclídea) dedica-
tica es distinta: salvar y justificar el orden ría Kant la parte teórica de su filosofía.
político-social, en Platón; salvar la moralidad y
religiosidad pietista, en Kant.
En una época de aguda crisis social, subsi-
guiente a la derrota de Atenas en la guerra del
Peloponeso, Platón trataba de salvar el ideal aris- Como es bien sabido, Kant divide las proposi-
tocrático de gobierno de lapolis. Y frente al es- ciones (o juicios) en analíticas y sintéticas, por un
cepticismo y relativismo de los sofistas, trataba lado, y en a priori y a posteriori, por otro. Las
de salvar la posibilidad de un saber riguroso y proposiciones analíticas carecen de contenido
absoluto, de la ciencia, introduciendo para ello fáctico, no dicen nada nuevo, son hueras, vacías,
su famosa doctrina de las formas. Porque eso al meras tautologías. Las sintéticas poseen conteni-
menos estaba claro para Platón: hay que defen- do fáctico, dicen algo, son informativas. Las pro-
der la ciencia a toda costa. «Hay que combatir posiciones a pnori son universales y necesarias y
con todas las fuerzas de la argumentación a su validez es cognoscible con independencia de
quien sustente tesis que impliquen la abolición la experiencia. Las aposterion'son contingentes y
de la ciencia, del saber, del intelecto, cualesquie- particulares, y sólo la experiencia permite con-
ra que sean esas tesis» (Sofistes, 249,6,c,). trastar su verdad o falsedad.
Kant había crecido en el seno de una familia Si las leyes de la matemática y la física fueran
numerosa y humilde, donde, según su propio analíticas, serían poco interesantes y poco infor-
testimonio, nunca vio ni oyó nada que no fuera mativas, aunque eventualmente seguras. Si esas
conforme a la honradez, la decencia y la veraci- mismas leyes fueran aposterion, serían inseguras
dad. Su padre sentía horror de la mentira. Su y contingentes, aunque eventualmente informa-
madre era una mujer extraordinariamente pia- tivas. Pero Kant quiere que las leyes de la mate-
dosa, que le dio una firme educación moral y lo mática y de la física sean todo lo formidables que
inscribió en el Collegium Fndericianum (dirigi- una proposición pueda ser, quiere que sean a la
do por el pietista Albert Schulz), al que Kant vez sintéticas (es decir, informativas) y a priori
asistió durante ocho años. Finalmente su princi- (es decir, seguras). Para Kant es evidente que las
pal profesor de filosofía en la Universidad de Ko- leyes de la matemática y de la física son sintéticas
nigsberg, donde estudió, fue Martin Knutzen, apnori. Eso es para él un punto de partida, una
también un pietista. El pietismo era un movi- posición a defender, un dato a explicar. Kant no
miento que rechazaba los clérigos, las institucio- se pregunta SI las leyes de la matemática y la físi-
nes eclesiásticas y los dogmas, pero que insistía ca son sintéticas apnori. Sólo se pregunta CÓMO
en el sentimiento religioso, en la fe interior y en es posible que lo sean, de qué manera tenemos
el cumplimiento del deber. A la defensa de esa que estar hechos nosotros para que nuestras leyes
religiosidad intimista y no dogmática y de esa científicas sean sintéticas a p h r i .
moralidad rigurosa dedicaría Kant una parte La caracterización kantiana de las nociones de
muy importante de su filosofía. La otra parte analítico y sintético (así como de aprion' y apos-
-que es la que aquí nos interesa- la dedicaría terion) deja bastante que desear.
a defender y justificar la ciencia. Esta justifica- Kant define las proposiciones ANAL~TICASco-
ción parecía tanto más necesaria, cuanto que los mo aquellas en que el predicado está contenido
recientes análisis y críticas escépticas de Hume en el sujeto, y las SINTÉTICAS como aquellas en
parecían haberla dejado en entredicho. que el predicado no está contenido en el sujeto.
En la Universidad estudió Kant matemática y Esta definición presupone: 1, que todas las propo-
física, además de filosofía. La física, primero la siciones son del tipo sujeto-predicado universali-
de Leibniz y luego la de Newton, le impresionó zando, es decir, del tipo «todo S es P», donde S y
P son conceptos, y 2 , que los conceptos comple- ples, notas o características de que se compone el
jos son uniones o sumas de características o con- predicado son también conceptos simples, notas
ceptos simples. Ambas presuposiciones son ina- o características del sujeto. Basado en esta con-
ceptables. cepción de la verdad, Leibniz descubrió en 1679
La presuposición 1 de que todas las proposi- (contaba entonces 34 años) un ingenioso proce-
ciones son del tipo «todo S es P» es falsa en gene- dimiento de decisión de todas las verdades, que
ral, y especialmente falsa respecto a las leyes y en cierto modo puede considerarse como un pre-
teoremas de la geometría euclídea y de la mecá- cedente de la godelización. A cada concepto
nica newtoniana, que son las proposiciones que simple asignamos biunívocamente un número
más interesan a Kant en este contexto. Una pro- primo -su número característico. A cada con-
posición de la geometría euclídea dice que «hay cepto complejo asignamos como número caracte-
al menos tres puntos distintos que no están en la rístico suyo el producto de los números caracte-
misma recta». Otra de la mecánica newtoniana rísticos de los conceptos simples que lo compo-
afirma que «dos partículas cualesquiera se atraen nen. Debido a la descomposición unívoca de to-
con una fuerza directamente proporcional al do número natural en factores primos y a la leyes
producto de sus masas e inversamente proporcio- de la divisibilidad, el enunciado «todo S es P» es
nal al cuadrado de sus distancias». Evidentemen- verdadero si y sólo si el número característico del
te, ninguna de estas dos proposiciones es del tipo sujeto S es divisible por el número característico
«todo S es P» y , por tanto, la definición kantiana del predicado P. De ahí que Leibniz propusiera
de analítico y sintético no se aplica a ellas, por lo realizar un diccionario que asignara a cada con-
que la pregunta de si son analíticas o sintéticas cepto su número característico. Con ello se ha-
(en el sentido kantiano) carece de sentido. brían acabado las discusiones. Bastaría mirar en
Al establecer su distinción, Kant pensaba en el diccionario y dividir los números correspon-
proposiciones como «todo mamífero (es decir, dientes para saber quién tiene razón.
vertebrado vivíparo, de sangre caliente, etc.) es
vertebrado» y , en general, del tipo «todo S es P»,
donde S = P + H + . . . Pero por mucha pre- Kant como Iógico
sión que apliquemos, no lograremos meter la
proposición «hay al menos tres puntos distintos En 1770 fue nombrado Kant profesor titular
que no están en la misma recta» y la ley de la gra- de Lógica y Metafísica de la Universidad de Ko-
vitación universal en el zapato o molde «todo S ningsberg, cargo que ocupó hasta su muerte. Sin
es P» y , por tanto, no habrá manera de decidir si embargo, hay que reconocer que Kant no fue un
estas proposiciones son analíticas o sintéticas. lógico brillante. Ya hemos visto que define sus
¿Cómo explicar tal descuido por parte de Kant básicas nociones de analítico y sintético de un
en un punto tan centra¡ de su teoría? Sin duda modo tan restringido que las deja indefinidas
por su excesiva confianza en la lógica aristotélica para los casos (las leyes de la geometría y la mecá-
tradicional, que él suponía ya perfecta y acabada nica) que más le interesan. La vaga alusión a que
desde Aristóteles, confianza sin duda acrecenta- las proposiciones analíticas se basan en el princi-
da por la asunción acrítica de dicho análisis por pio de contradicción no contribuye a arreglar las
parte de Leibniz. cosas. Desde luego, cualquier proposición que
La presuposición 2 de que los conceptos son ejemplifique un principio lógico es analítica, pe-
simples o complejos y de que estos últimos son la ro el principio de contradicción no es más que
suma de varios conceptos simples es igualmente uno entre otros, y una proposición que ejempli-
inaceptable. Esta idea, que Kant acepta crítica- fique cualquier otro principio lógico no es menos
mente, viene de Leibniz. Durante su etapa juve- analítica que una que ejemplifique el de contra-
nil (hasta 1682). Leibniz pensaba que sólo hay dicción. Por otro lado, no está nada claro que to-
un número finito de conceptos simples, alcanza- da proposición analítica ejemplifique algún
b l e ~mediante un analisis finito de los conceptos principio lógico, y desde luego mucho menos
complejos. Según Leibniz, una proposición es que ejemplifique precisamente el principio de
verdadera si y sólo si el predicado está contenido contradicción.
en el sujeto, es decir, si todos los conceptos sim- La insatisfactoria definición kantiana de lo
analítico y sintético se basaba implícitamente en Kant como filósofo de la matemáticik
el análisis leibniziano de las proposiciones, como
acabamos de ver. Pero en Leibniz había al menos Cuando Kant habla de matemática, está pea-
una explicitación de los supuestos, una inven- sando casi siempre en la geometría euclídea, en
ción de nuevos métodos e incluso una conciencia la forma en que ésta aparece formulada en los
de los problemas. Nada de eso se observa en Elementos de Euclides.
Kant, cuya aceptación acrítica de la concepción Cada vez que un teorema aparece en los Ele-
leibniziana da lugar a un tratamiento irreflexivo mentos se procede de la misma manera. Primero
y de segunda mano de la estructura lógica de los se formula el teorema, en general. Esta formula-
enunciados. ción se llamaprótasis. Luego se señala una figura
En sus lecciones de lógica (publicadas en particular, que se dibuja al lado y que ejemplifi-
1800) Kant señala que la lógica salió ya perfecta ca aquello de que habla el teorema. Esta ejem-
de las manos de Aristóteles y que es imposible plificación se llama éhtheszi. A continuación se
que experimente nuevos progresos en cuanto a dice que lo que afirma el teorema en general vale
su contenido. Pero Kant nunca tuvo el sentido en especial de esta figura mostrada por éhthesis.
lógico de Aristóteles. La silogistica aristotélica ya Luego se realizan una o varias construcciones
le resultaba demasiado sutil, formal y complica- auxiliares (hatasheué). Finalmente se lleva a cabo
da. En contraste con Leibniz, que completó crea- la prueba (apódeixis) de que lo que afirma el
tivamente la silogística, llevándola a su perfec- teorema vale para la figura mostrada por éhthe
ción, Kant consideró que de la silogística le so- sis. En esta prueba se hace uso de los axiomas, de
braba todo, excepto los dos únicos modos Barba- las definiciones y de los teoremas previamente
ra y Celarent. Aristóteles había construido la si- demostrados, así como de las propiedades de la
logística axiomáticamente, mostrando cómo to- figura y de. las construcciones auxiliares. Final-
dos los modos podían reducirse a (deducirse de) mente, se concluye que el teorema es válido en
los dos primeros, Barbara y Celarent, mediante su formulación general. Por ejemplo, el teorema
ciertas reglas como las de conversión. Leibniz 47 del libro 1 corresponde al llamado teorema de
completó las tres figuras aristotélicas con la cuar- Pitágoras y aparece formulado así: «En los trián-
ta y reunió los 24 modos válidos, mostrando có- gulos rectángulos el cuadrado del lado que sub-
mo podían ser deducidos tomando como axio- tiende el ángulo recto es igual a los cuadrados de
mas muchas combinaciones distintas de modos los que comprenden el ángulo recto». Esto es la
(no sólo Barbara y Celarent). Kant, por el con- prótasis. A continuación viene la éhtheszi: «Sea
trario, rechaza todos los modos silogísticos dis- ABG el triángulo rectángulo, siendo BAG el án-
tintos de Barbara y Celarent como impuros y gulo recto», seguida de la afirmación «digo que
confusos. En su obra, significativamente titulada el cuadrado del lado BG es igual a los cuadrados
Die fahche Spitzfindigheit der vier syllogistis- de los lados BA y AG». Luego se realizan una se-
chen Figuren (La falsa sutileza de las cuatro figu- rie de construcciones auxiliares, ilustradas sobre
ras silogísticas), publicada en 1762, Kant afirma el dibujo de la figura. Finalmeme viene la de-
que «es imposible realizar inferencias simples y mostración (apódeixis) de que «el cuadrado del
puras en más de una figura», que «sólo la prime- lado BG es igual a los cuadrados de los lados BA
ra figura.. . posee fuerza demostrativa», que «la y AG», para terminar concluyendo: «por tanto,
división en figuras.. . es falsa e imposible», etc. en los triángulos rectángulos el cuadrado del la-
(P. 28). do que subtiene el ángulo recto es igual a los
En resumen, Kant sigue de un modo acrítico e cuadrados de los lados que comprenden el ángu-
irreflexivo a Aristóteles y Leibniz en su insufi- lo recto, que es lo que había que demostrar».
ciente y primitivo análisis de la estructura lógica Kant considera que el método matemático por
de las proposiciones, pero al mismo tiempo se excelencia es el método usado por Euclides, con-
muestra incapaz de comprender lo mejor de la sistente en demostrar un teorema general pro-
lógica aristotélica y leibniziana, el magnífico sis- bando que lo que el teorema dice se cumple en
tema formal de la silogistica, que él considera una figura particular previamente construida,
exageradamente sutil. dibujada o ejemplificada.
En 1763 la Real Academia de Ciencias de Ber-
l í í había convocado un concurso, en el que ha- el matemático, a partir de la construcción de
bía que responder a la pregunta: «¿Son las ver- conceptos. Pero construir un concepto significa
dades metafísicas en general, y en particular los representar a priori su intuición correspondiente.
principios fundamentales de la teología natural y Así construyo un triángulo representando el ob-
de la moral, susceptibles de recibir demosrracio- jeto correspondiente a este concepto, bien en la
nes tan claras como las de la geometría? Y, si no intuición pura, mediante la imaginación, o en la
lo son: jcuál es la naturaleza de su certeza?» intuición empírica, sobre el papel, pero en arn-
Kant ganó el concurso con su Untersuchung bos casos a pnbri.. .» (A7 13).
iiber d e Deutlichheit der Gmndsatze der natiir- En el lenguaje kantiano, <intuición» (Ans-
lichen Theologie und der Moral (Investigación chauung) significa representación individual, y
sobre la claridad de los principios de la teología «construcción» significa producción de una tal
natural y de la moral), de 1765, en que establece representación. La construcción en que se basa la
las diferencias entre la argumentación matemáti- geometría es el trazado de una figura (en la ima-
ca y la filosófica. La primera diferencia, según ginación o sobre el papel, da igual); el álgebra y
Kant, estriba en que la matemática parte de de- la aritmética, en el trazado de signos gráficos.
finiciones de conceptos claros y precisos y proce- Ahora bien, jcómo podemos estar seguros de
de a deducir consecuencias a partir de ellas, que el resultado de esas construcciones indivi-
mientras que la filosofía se ocupa de conceptos duales tiene valor universal? (Cómo justificar la
que le son dados como confusos (vemorren) e validez apriori, universal y necesaria, de los teo-
imprecisos y TRATA DE LLEGAR A DEFINICIONES remas de la matemática y, en especial, de los de
de los mismos. Aquí, pues, la tarea de la filoso- la geometría? ¿Cómo explicar la matemática
fía queda caracterizada como análisis concep- aplicada, la universal aplicabilidad empírica de
tual. La segunda diferencia, según Kant, estriba la geometría pura? La respuesta kantiana es bien
en.que en la matemática los conceptos generales conocida: Sólo podemos experimentar u obser-
se ejemplifican siempre mediante contrucciones var las cosas en la medida en que las forzamos a
e intuiciones individuales y las argumentaciones adoptar las formas a prion' de nuestra sensibili-
se refieren a esos representantes concretos de los dad. Ahora bien, nuestras construcciones mate-
conceptos, mientras que en la filosofía los con- máticas no hacen sino articular esas formas a
ceptos generales no pueden ser ejemplificados priori.
mediante construcciones e intuiciones individua- Los conceptos matemáticos requieren siempre
les, sino que tienen que ser comparados y pensa- de la éhtheszi, del caso concreto, del ejemplo.
dos de un modo abstracto. «En la geometría Ese ejemplo ha de ser construido en concreto,
-escribe Kant- para reconocer las propiedades pero a priorl. Ello sólo es posible -según
de todo círculo, se dibuja uno, y , en vez de tra- Kant- mediante la intuición pura, previa a to-
zar todas las líneas posibles qrie se corten en su da experiencia, del marco perceptual del espacio
interior, se trazan dos. De esas dos líneas se de- y el tiempo. Este marco tiene validez general pa-
muestran las relaciones y en ellas se contempla ra todas las cosas conocidas o fenómenos, pues
en concreto la regla general de las relaciones de las cosas sólo pueden ser conocidas en la medida
las líneas que se cruzan en cualquier círculo» en que se ajusten a él.
(pp. 73-74).
Esta concepción de la diferencia entre el méto-
do matemático y el filosófico permanecería siem- La concepción hantiana del espacio y el tiempo
pre vigente en Kant. Al final de la Kn'tik der rei-
nen Vernunft (Crítica de la razón pura), de Al principio Kant había defendido una con-
1781, en el apartado dedicado a la «doctrina tras- cepción abierta del espacio, basada en la pro-
cendental del método», Kant señala que «el co- puesta leibniziana de considerar el espacio como
nocimiento filosófico sólo considera lo particular un sistema de interrelaciones entre sustancias.
en lo general, mientras que el matemático consi- En 1747, en su primer escrito, Kant había soste-
dera lo general en lo particular, incluso en lo in- nido que la proposición de que el espacio tiene
dividual.. .» (A7 14). «El conocimiento filosófico tres dimensiones es contingente. Las sustancias
es el conocimiento racional a partir de conceptos; podían concebiblemente relacionarse de otra
manera y dar lugar a más dimensiones, a otros ti- deo. Por eso todos los objetos percibidos necesa-
pos de espacio distintos del euclídeo. «Una cien- riamente se conforman a lo que dice la geome-
cia de todos estos posibles tipos de espacio tría euclídea. El espacio euclídeo y el tiempo ab-
-escribe Kant- sería indudablemente la más soluto son -en metáfora usual y adecuada- co-
grande geometría que una mente finita podría mo las gafas a través de las cuales vemos todos los
tratar de desarrollar». (Gedanken von der wah- objetos de experiencia. Si esas gafas son azules,
ren Schatzung der lebendigen Krafie, 10). ya a priori podemos decir que necesariamente lo
En los 20 años siguientes la concepción rela- veremos todo azul. Las relaciones espacio-
cional y abierta del espacio va siendo sustituida temporales se dan entre todos los perceptos, por-
en Kant por la concepción newtoniana del espa- que nosotros se las imponemos al percibirlos. No
cio absoluto. Así, en 1768, afirma que «el espa- es que el mundo real sea euclídeo. Lo que es
cio absoluto tiene una realidad propia, indepen- euclídeo es el mundo perceptual, apariencial, y
diente de la existencia de toda materia», (Von eso por la sencilla razón de que el mundo real só-
dem ersten Grunde des Unterschiedes der Ge- lo puede aparecérsenos y hacérsenos perceptible
genden im Raume). Y dos años más tarde, en su dejándose previamente violentar y conformar
disertación de 1770, De mundi sensibiiis atque por las formas de nuestra sensibilidad, que
intelligibillir forma et princz;Jiis, aparece ya su -ellas- son euclídeas. De lo que podemos es-
concepción del espacio y el tiempo como intui- tar seguros, según Kant, no es de que el mundo
ciones puras, y de la tridimensionalidad como real sea euclídeo (eso sería una mera afirmación
una propiedad necesaria del espacio. metafísica imposible de controlar), sino de que
La concepción leibniziana del espacio no po- el mundo que percibimos será siempre euclídeo.
día dar cuenta del presunto carácter apodíctico Por eso la geometría euclídea es válida universal
de la geometría. Pero ahora, en la disertación de y necesariamente de cualesquiera objetos que
1770, el espacio, concebido como forma de la podamos percibir.
sensibilidad, como esquema subjetivo impuesto La concepción kantiana del espacio-tiempo es
a toda posible sensación, explica la necesidad de genial en cuanto que por primera vez reconoce
la geometría. El mundo espacio-temporal que que nuestro aparato sensorial con-forma la per-
vemos, y al que se refiere la matemática, es un cepción de lo percibido. Si tuviéramos otro apa-
mundo de apariencias, de fenómenos. Aparte y rato sensorial distinto, tendríamos otras percep-
detrás de él hay un mundo real, no intuitiva- ciones diferentes.
mente cognoscible por la sensibilidad, pero sim- El apnori sensorial tiene una indudable reali-
bólicamente sabible por la razón y objeto de la dad biológica, como han subrayado múltiples
metafísica. Las principales líneas de la posterior pensadores conocedores de !a neurofisiología de
concepción kantiana del espacio y el tiempo ya la percepción humana, desde Hermann von
están aquí. Helmholz hasta Konrad Lorenz. Cada especie
La Knkik der reinen Vernunfi, publicada en animal experimenta y capta un mund.0 distinto,
1781, rechaza como ilusoria la posibilidad de un producto tanto de los est'mulos a posteriori del
presunto saber metafísico acerca del mundo real mundo exterior como de las formas apriori de su
no fenoménico, pero por lo demás incorpora la aparato neurosensorial. Nosotros, los humanos,
concepción del espacio y el tiempo contenida en vemos lo que vemos, o'mos los que o'mos, etc.,
la disertación de 1770. Esta concepción se pre- porque tenemos el aparato neurosensorial que
senta en el contexto epistemológico de la justifi- tenemos y no otro. Pero las consecuencias de
cación de la validez universal y necesaria de la idealismo que Kant y muchos kantianos sacan de
matemática y , en especial, de la geometria euclí- esta situación son inaceptables. Las estructuras
dea. La pregunta fundamental es: ¿Cómo son perceptuales incorporadas en nuestro aparato
posibles los juicios sintéticos a priori en la geo- neurosensorial son aprion' respecto al individuo,
metría euclídea? La respuesta es: La geometria pues nace con ellas, le son innatas. Pero son a
euclídea es la teoría del espacio euclídeo, que es postenon' respecto a la especie, que las ha ido ad-
la forma que nuestra sensibilidad impone a todo quiriendo en el curso de la evolución, bajo la
objeto, al percibirlo. No podemos percibir obje- constante presión selectiva de la realidad exte-
tos más que percibiéndolos en el espacio euclí- rior. Si precisamente estas estructuras sensoriales
han superado las dificultades y han sobrevivido, modo puramente simbólico y conceptual.
es porque estaban bien adaptadas al mundo De todos modos, hay que señalar que la filoso-
real, que es en el que las especies evolucionan, se fía de la matemática de Kant ha tenido notable,
adaptan y sobreviven. Como escribe Konrad Lo- aunque desigual, influencia. Así, Frege la acep-
renz: «Las "gafas" de las formas de nuestra sen- taba respecto a la geometría, pero la rechazaba
sibilidad y de nuestra pensamiento, como.. . es- en lo que se refiere a la aritmética. Brouwer (el
pacio Y tiempo, son funciones de una organiza- fundador del intuicionismo), por el contrario, la
ción neurosensorial, que se ha desarrollado al aceptaba respecto a la aritmética, pero la recha-
servicio de la supervivencia de la especie. A tra- zaba en lo que toca a la geometría. Precisamente
vés de esas gafas vemos una imagen real de la el nombre de intuicionismo (a primera vista ex-
realidad, bien que esta imagen esté simplificada traño) le viene a esa lógica y filosofía de la mate-
de un modo crasamente utilitarista: sólo hemos mática de la aceptación por su fundador, Brou-
desarrollado un «órgano» para aquellos aspectos wer, de la doctrina kantiana de la construcción
del mundo-en-sí cuya captación era esencial para de los números en la intuición del tiempo.
la supervivencia de nuestra especie» (Die Ruck-
seite des Spiegels, p. 17).
Kant pretende basar el saber matemático en el Temprano interés de Kant por la dinámica
conocer intuitivo, la geometría en la percepción.
Y puesto que nuestro aparato neurosensorial (lo Kant estudió física en la Universidad de Ko-
que Kant llama las formas a prlorl de nuestra nigsberg. Su primera publicación, escrita cuando
sensibilidad) determina unívocamente nuestra contaba sólo 22 años, apareció el año 1746 bajo
posibilidad de percepción, así también determi- el título Gedanken vor der wahren Schatzung
naría unívocamente nuestra geometría. Pero de der lebendigen Krafie und Beurteilung der Be-
hecho eso no ocurre. La geometría es una teoría wezie, derer sich Herr von Leibniz und andere
abstracta, simbólica, que no depende para nada Mechaniker in dieser Streitsache bedienet haben
de la percepción, como Hilbert demostraría un (Pensamientos sobre la verdadera estimación de
siglo más tarde. las fuerzas vivas y examen de las pruebas que
La filosofía kantiana de la matemática es una Leibniz y otros mecánicos han presentado en esta
defensa de la tesis de que la geometría euclídea discusión). Se trataba de un libro de 2 5 5 páginas
es necesaria y la única posible. Pero pronto la dedicado a la discusión entre los cartesianos y los
historia se encargaría de refutar esa tesis con el leibnizianos acerca de cómo medir las fuerzas.
posterior desarrollo de las geometrías no euclí- Descartes había definido la fuerza de un móvil
deas por Gauss, Bolyai, Lobachevski y otros. Ni como el producto de su masa por su velocidad y
siquiera ha resultado sostenible la tesis kantiana había formulado un principio de conservación
de que la geometría euclídea sea la única aplica- de la cantidad total de fuerza (lo que ahora Ila-
ble en física. De hecho la geometría no euclídea maríamos un principio de conservación del mo-
de Riemann es la que se aplica en la teoría gene- mento lineal). Leibniz consideró insuficiente e
ral de la relatividad. E incluso es falsa la preten- insatisfactoria la dinámica cartesiana. En su lugar
sión de que sólo basándose en la intuición de fi- introdujo los conceptos de fuerza viva y fuerza
guras espaciales concretas puede hacerse geome- muerta. La fuerza muerta es la que depende de
tría (ni siquiera euclídea). Tales figuras son des- la posición del cuerpo, lo que ahora llamamos su
de luego muy útiles en la geometría euclídea energía gravitatoria potencial. La fuerza viva es
plana y tridimensional. Pero en nuestro siglo nos el producto de la masa por el cuadrado de la ve-
hemos acostumbrado a estudiar geometrías locidad, es decir, el doble de lo que hoy Ilama-
(euclídeas, si se quiere) n-dimensionales (para mos energía cinética. La pérdida de fuerza muer-
cualquier número natural n ) e incluso geome- ta correspondía, según Leibniz, a un aumento de
trías infinitodimensionales, respecto a las cuales fuerza viva. Este principio venía a equivaler a lo
carecemos por completo de intuición espacial, de que ahora llamamos el principio de conservación
ayuda intuitiva en nuestro aparato neurosenso- de la energía mecánica total (cinética + gravita-
rial (las formas a priori de nuestra sensibilidad), toria potencial) de un sistema. Descartes pensa-
teniendo que limitarnos a desarrollarlas de un ba en la colisión de bolas, en la que se conserva
el momento lineal. Pero ese principio cartesiano da planeta. Los seis planetas mencionados ya ha-
de conservación del momento lineal no se aplica bían sido descubiertos en la más remota antigüe-
a otros casos, como la oscilación de un péndulo, dad por los babilonios y otros pueblos. En 1781
que sin embargo sí cumple el principio de con- (el año de la publicación de la Kn'tiR der reinen
servación de la energía mecánica total. En efecto, Vernunft)William Herschel descubriría un nue-
cuanto más alto está el centro de masa del pén- vo planeta, Urano. En 1846 Leverrier y Adams
dulo, menor es su energía cinética, pero mayor predecirían la existencia de Neptuno y calcula-
es su energía (gravitatoria) potencial, y a la inver- rían su posición, en la que efectivamente sería
sa ocurre cuanto más bajo está. Aquí triunfa el localizado. El descubrimiento de Plutón habría
análisis leibniziano. de esperar hasta 1930.
En su publicación de 1746 se nos muestra Uno de los rasgos notables del sistema solar,
Kant como muy al corriente de las discusiones subrayado por Kant, es la coplanaridad de las ór-
entre cartesianos y leibnizianos acerca de las bitas planetarias, es decir, el hecho de que todas
fuerzas vivas, citando repetidamente a los her- ellas se encuentren aproximadamente en el mis-
manos Bernoulli y tomando finalmente partido mo plano -el de la eclíptica. El plano orbital
por la definición leibniziana (masa por el cua- que más se desvía del de la eclíptica es el de Plu-
drado de la velocidad), siempre que se dé un tón (forma un ángulo de 27O), pero esto aún no
movimiento libre. se sabía en tiempos de Kant. De los conocidos
entonces, la mayor desviación la presentaba el de
Mercurio (7 O).
LaJ especulaciones cosmológicas de Kant En esta obra aparece ya la tendencia kantiana
a considerar que las cosas tienen que ser necesa-
Si el trabajo de 1746 sobre las fuerzas vivas se riamente como Newton las había descrito. New-
mueve todavía dentro de las coordenadas de la ton había calculado la masa de la Tierra, Júpiter
física leibniziana, poco después Kant descubre y y Saturno y había constatado que la densidad de
asimila la mecánica de Newton, que a partir de la Tierra era la mayor y la de Saturno la menor.
entonces se convertirá ya para él en la mecánica De aquí pronto se había concluido que la densi-
definitiva. Durante los nueve años siguientes dad de los planetas era inversamente proporcio-
compagina su actividad de tutor de familias no- nal a su distancia al sol. Cuanto más próximos al
bles de las cercanías de Konigsberg con el interés sol, más densos; cuanto más alejados, menos
por la mecánica y la cosmología, fruto del cual es densos. Hoy sabemos que esta correlación no se
su importante obra de 1755 titulada Allgemeine da en todos los casos. Así, la masa (expresada en
Naturgeschichte und Theorie des Himmels, oder gramos por cm3) de Saturno es de 0,7; la de Ura-
Versuch von der Verfassung und dem mechanis- no (que está más lejos del sol) es de 1,2 y la de
chen Ursprunge des ganzen Weltgebaudes nach Neptuno (que está todavía más lejos) es de 1,7;
Newtonischen Grundsatzen abgehandelt (Histo- lo que contradice esa presunta ley, si bien es cier-
ria natural general y teoría del cielo, o ensayo so- to que Kant no podía tener en cuenta la densi-
bre la constitución y el origen mecánico del uni- dad de planetas que aún estaban por descubrir.
verso entero, tratado según los principios de La densidad de Venus (5,2) es también ligera-
Newton). mente inferior a la de la Tierra (5,5), a pesar de
El libro comienza con un resumen de lo que estar más cerca del sol.
entonces se sabía acerca de1,sistema solar, com- Kant pensaba que la densidad de los planetas
. puesto del sol y los seis planetas conocidos (Mer- era siempre inversamente proporcional a su dis-
curio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y tancia al sol, tal y como había conjeturado New-
Saturno), el satélite de la Tierra -la Luna-, ton, pero que ello no era una mera cuestión de
cuatro satélites de Júpiter y cinco de Saturno, y hecho, sino que necesariamente tenía que ser
los cometas. Todos los planetas describen sus ór- así. A esta cuestión dedica el segundo capítulo
bitas en aproximadamente el mismo plano y se de la segunda parte, titulado «Acerca de la diver-
conforman a las leyes de Kepler, explicables a su sa densidad de los planetas y de la relación entre
vez por la resultante de la actuación simultánea sus masas», en el que, basándose en sus ideas
de la fuerza centrífuga y la gravitatoria sobre ca- cosmogónicas, concluye que «las masas de los
planetas tienen que ser tanto más densas cuanto perfección del mundo espiritual, al igual que la
más cercanos estén al sol, y tanto menos densas, del material, crece y progresa en los planetas des-
cuanto mayor sea la distancia». Esta cuestión es de Mercurio hasta Saturno e incluso más allá de
importante para Kant y en ella se basa su con- él (si hay otros planetas) en una gradación cons-
cepción acerca de los habitantes de los diversos tante, según la proporción de sus distancias al
planetas, expuesta en la tercera parte de su libro, sol» (p. 189). En esta gradación la Tierra ocupa
titulada «Sobre los habitantes de los astros». una posición intermedia. Por ello podemos pe-
Kant estaba convencido de que la mayoría de los car. «¿Nohace falta un cierto término medio en-
astros y , desde luego, de los planetas, estaban tre la sabiduría y la sinrazón para que se dé la
habitados. Esta misma opinión la compartía desgraciada capacidad de pecar? Probablemente
también William Herschel, el mayor astrónomo los habitantes de los astros más alejados son de-
de su tiempo. Según Kant, los habitantes de los masiado sabios y de elevado espíritu como para
diversos planetas son tanto más sutiles e inteli- caer en la locura del pecado, mientras que los ha-
gentes cuanto más sutil y ligera es la materia de bitantes de los planetas inferiores están demasia-
que están hechos y , por tanto, cuanto menos do apegados a su densa materia y carecen de un
denso es el planeta en el que viven. Los más ton- espíritu suficientemente capaz como para ser res-
tos y pesados de espíritu son los habitantes de ponsables de sus actos ante el tribunal de la justi-
Mercurio, el planeta más denso y próximo al sol. cia» (p. 197). En efecto, sólo los habitantes de la
Los más inteligentes y despiertos de espíritu son Tierra y de Marte ocupan esa posición interme-
los habitantes de Júpiter y Saturno, los planetas dia en que el pecado es posible.
menos densos y más alejados del sol. En su Allgemeine Naturgeschichte Kant se
«Hay que reconocer -escribe Kant- que las plantea la pregunta por el origen del sistema so-
distancias de los astros al sol determinan ciertas lar y le da una respuesta genial con la formula-
situaciones, que a su vez influyen decisivamente ción, por vez primera, de la hipótesis nebular,
e n las propiedades d e las naturalezas adelantándose así cuarenta años a Laplace.
pensantes.. .» (p. 174). En efecto, «el humano, Newton había criticado la teoría cartesiana de
que forma todos sus conceptos y representacio- los torbellinos, pero se había abstenido de pro-
nes a partir de las impresiones que el universo, poner él mismo hipótesis cosmogónica alguna,
por medio del cuerpo, produce en su alma, de- conforme a su lema ahypotheW non finge)).
pende completamente de la constitución de la En 1745 el Conde de Buffon había propuesto
materia a la que el creador lo ha ligado, tanto su cosmogonía catastrofista, según la cual había
respecto a la claridad de sus conceptos y repre- que buscar el origen del sistema solar en algún
sentaciones, como respecto a la capacidad de lejano momento en que un gigantesco cometa se
combinarlos y compararlos, que es a lo que lla- habría acercado tanto al sol que habría logrado
marnos capacidad de pensar)) (p. 180). Pero si la arrancar (por atracción gravitatoria) de él gran
capacidad de pensar depende de la constitución cantidad de materia, que en parte se habría dis-
de la materia de que está hecho el pensante, ésta persado y en parte habría acabado formando los
a su vez depende de la distancia del planeta al planetas. Hoy sabemos que los cometas tienen
sol. «La materia de la que están hechos los habi- una masa mucho menor de la que pensaba Buf-
tantes de los diversos planetas, e incluso sus ani- fon, por lo que nunca hubieran sido capaces de
males y plantas, tiene que ser tanto más ligera y arrancar gran cantidad de materia del sol. A
fina, y la elasticidad de las fibras y su estructura principios del siglo XX Bickerton, Jeffreys, Jeans
interna tiene que ser tanto más perfecta, cuanto y otros presentaron una teoría cosmogónica pare-
más alejados del sol estén los planetas)) (p. 186). cida a la de Buffon, sólo que basada en la casi co-
Nosotros, los humanos habitantes de la Tierra, lisión de otra estrella con el sol. La gran masa
ocupamos una posición intermedia: no somos atribuída a los cometas por Buffon es otra conse-
tan torpes como los de Mercurio o Venus, ni tan cuencia más de la generalización, admitida por
inteligentes como los de Júpiter o Saturno. Un Kant y casi todos los pensadores del siglo XVIII,
hotentote terrestre les parecería un Newton a los de la constatación newtoniana de la densidad de-
habitantes de Mercurio, pero el mismo Newton creciente de los planetas con satélites por él co-
parecería un mono a los de Saturno (p. 187). «La nocidos (la Tierra, Júpiter y Saturno). Como ya
vimos, según esa generalización la densidad de giro determinó un aumento de la fuerza centrí-
un cuerpo celeste del sistema solar sería tanto fuga, que a su vez dio lugar al desprendimiento
mayor cuanto más próximo estuviera al sol. Por de anillos de materia de la superficie del núcleo
tanto los cometas, que se acercan más al sol que de la nebulosa en contracción. El núcleo central
ningún planeta, tendrían una máxima densi- acabó siendo el sol y los anillos desprendidos aca-
dad. baron dando origen a los planetas, que seguían
En 175 5, en el primer capítulo de la segunda girando en el mismo sentido que sus anillos ge-
parte de su Allgemeine Naturgeschichte, Kant neradores (y que el sol).
propuso por primera vez la hipótesis cosmogóni- La hipótesis de Kant y Laplace, refinada y
ca del origen del sistema solar por la rotación y completada por von Weizacker en 1944 y por
contracción de una nube o nebulosa gaseosa pri- otros posteriormente, vuelve a estar a la base de
mitiva. Esta hipótesis encuentra un serio apoyo la cosmología de nuestros días.
en el hecho de que todos los planetas se mueven Además de sus especulaciones cosmogónicas,
casi en el mismo plano y que todos giran sobre su Kant presentó en su Allgemeine Naturgeschich-
eje con un movimiento de rotación de igual sen- te una grandiosa visión de la estructura del uni-
tido que su movimiento de traslación en torno al verso. Nuestro sistema solar no es un caso aisla-
sol y que la rotación del sol mismo. De hecho do. Cada estrella es el centro de otro sistema so-
hay alguna que otra excepción, como la repre- lar. Y a su vez muchísimos sistemas solares jun-
sentada por el planeta Venus, cuya rotación es tos forman otro sistema de orden superior, un
retrógrada y de sentido contrario a la de los de- sistema galáctico o galaxia, como por ejemplo la
más planetas y a la de su propia traslación. Pero Vía Láctea, de la que nuestro sol forma parte.
la superficie de Venus está siempre cubierta por Cada galaxia es como un universo-isla. Pero
espesas nubes y sólo en nuestro siglo ha sido po- nuestra Vía Láctea no es sino una de las innume-
sible descubrir su rotación retrógrada. Kant par- rables galaxias que pueblan el universo y que a
te de una distribución uniforme de las partículas su vez se articulan en sistemas de orden aún su-
materiales en el espacio. Una de esas partículas, periores, en lo que hoy llamaríamos cúmulos ga-
mayor que sus vecinas, atrae a éstas, con lo que láctico~.Según Kant este proceso sería indefini-
empieza a formarse un núcleo de masa creciente, damente extendible a sistemas cada vez más am-
que atrae a partículas más y más alejadas, cuyas plios, lo cual (a partir del nivel de cúmulos galác-
colisiones van generando un movimiento de cre- ticos) ha resultado ser mera especulación carente
ciente rotación en la nebulosa original, que aca- de base real. De todas formas la visión kantiana
ba dando lugar al sol y los planetas, satélites y de un universo lleno de innumerables galaxias,
cometas. Este proceso explica tanto el que todos cada una de ellas compuesta de muchísimas es-
los planetas se encuentren en el mismo plano, trellas, centros de otros tantos sistemas solares,
como el que todos tengan movimiento de rota- anticipaba ideas más tarde expuestas por Wi-
ción y traslación de igual sentido y el que los pla- lliam Herschel y sólo universalmente admitidas
netas sean tanto más densos cuanto más cercanos bien avanzado nuestro siglo.
al sol estén. Otra importante anticipación estriba en la su-
En 1796 Laplace expondrá la misma teoría, ya gerencia por Kant de que la fricción de las ma-
mucho más elaborada matemática y físicamente, reas frena la rotación de la Tierra. Eso ha resulta-
en su Exposition d u systeme d u monde. Laplace do ser correcto, aunque todavía se tardaría un si-
no cita a Kant y no sabemos si conocía su trabajo glo más en poder demostrarlo.
de 1755. Al principio habría habido una nebulo-
sa gaseosa incandescente, dotada de un movi-
miento rotatorio, que lentamente se enfriaba y La evolucton de la flosofúz kantiana de la fi3ica
contraía. Al contraerse, aumentaba su velocidad.
En efecto, la ley de conservación del momento En su trabajo de 1746, Von der wabren Schat-
angular exige que, al disminuir el radio de una zung der lebendgen Krafte, Kant estaba aún in-
masa en rotación, aumente su velocidad, a fin de merso en el mundo de la física cartesiano-
mantener constante el momento angular. Al leibniziana. En los años siguientes descubre y
aumentar la velocidad angular, la aceleración del asimila la obra de Newton y otros mecánicos pos-
teriores y su posición se hace más dogmática y En 1786 publica Kant Metaphyshche Anfang-
puramente newtoniana: la mecánica de Newton sgrzinde der Natumuissenschaft (Fundamentos
es la única mécanica verdadera posible, y la base metafísicos de la ciencia natural), donde ya va-
de su cosmología, presentada en 1755 en Allge- rias de las leyes del movimiento de Newton apa-
meine Naturgeschicht und Theo* des H k - recen como deducidas a przbi.i a partir de los
mels. En esta obra se observa ya la tendencia principios del entendimiento puro y sin inter-
kantiana a considerar cada tesis newtoniana co- vención ninguna de la experiencia. Los más im-
mo necesaria, incluso en cosas tan aparentemen- portantes principios del entendimiento puro, ya
te contingentes como la correlación de densida- expuestos en la Kn'tik der reinen Vernunft
des entre los planetas, tendencia que culminará (pp. 229-266), son los llamados por Kant analo-
en sus obras posteriores. gías de la experiencia, que le sirven ahora para
En la Kritik der reinen Vernunft, de 1781, obtener otras tantas leyes de la mecánica. La pri-
Kant pretende ya fundamentar los principios mera analogía de la experiencia es el principio de
más generales de la mecánica de Newton en las permanencia de la sustancia: <En todo cambio
condiciones de toda experiencia posible, salván- fenoménico permanece la sustancia y la cantidad
dolos así de las críticas de Hume. A pesar de esas de sustancia no aumenta ni disminuye en la na-
críticas siempre sería posible considerar la mecá- turaleza.» A partir de aquí obtiene ahora (en
nica de Newton como una útil herramienta inte- 1786) Kant la «primera ley de mecánica: En todo
lectual y como una fuente altamente fiable de cambio de la naturaleza corpórea se conserva
explicaciones y predicciones. Pero esto no basta- inalterada la cantidad total de materia, sin
ba a Kant, para quien las leyes de la mecánica te- aumento ni disminución» (Metaphysische An-
nían que ser formidables, óptimas, necesarias, jüngsgriinde der Naturwissenschaft, p. 116). El
apodícticas, seguras, al tiempo que informativas principio de conservación de la masa sería, pues,
y ricas de contenido, es decir, en su jerga, sintéti- sintético apriorl. La segunda analogía de la ex-
cas a prio7z'. periencia es el principio de causalidad: «Todo
Para Kant es un hecho incuestionable que la cambio se produce según la ley de la conexión de
mecánica de Newton -como la geometría de causa y efecto». De aquí se sigue ahora la «segun-
Euclides- proporciona leyes sintéticas a prioi da ley de mecánica: Todo cambio de la materia
de la naturaleza. En 1783, dos años después de tiene una causa externa. Todo cuerpo permanece
la aparición de la Kritik der reinen Vernunft, en su estado de reposo o movimiento rectilíneo y
Kant publica una especie de aclaración y resu- uniforme, a no ser que sea forzado a abandonar
men de la misma, titulado Prolegomenazu einer este estado por una fuerza exterior» (p. 119), es
jeden kiinftigen Metaphysik, die als Wissens- decir, la primera ley del movimiento de los Pniz-
chaft wird auftreten konnen (Prolegómenos a c@ia Mathematica de Newton. La tercera analo-
cualquier metafísica futura que pretenda presen- gía de la experiencia es el principio de la interac-
tarse como ciencia). En 5 15 Kant constata: ción simultánea: «Todos las sustancias, en cuan-
«Ahora poseemos realmente una ciencia natural to que pueden ser percibidas simultáneamente
pura, que formula las leyes de la naturaleza a en el espacio, están en interacción general entre
p"on'y con toda la necesidad característica de las sí». De aquí se sigue ahora la «tercera ley de la
proposiciones apodícticas.. . Existe por tanto de mecánica: En toda transmisión de movimiento la
hecho una ciencia pura de la naturaleza, y la pre- acción y la reacción son iguales>)(p. 12l ) , es de-
gunta que se plantea es: jcómo es posible esta cir, la tercera ley del movimiento de Newton.
ciencia?» De todos modos, en la Kn'tik der rei- Como síntoma del creciente apriorismo kan-
nen Vernunft y en los Prolegomena Kant distin- tiano, vemos que dos de las tres leyes del movi-
gue todavía entre los principios generales de la miento de Newton, todavía consideradas como
física de Newton (como el principio de causali- principios parcialmente empíricos en la Kn'tik
dad), que serían puros y a priori, y los principios der reinen Vernunft (1781) y en los Prolegomena
empíricos, que dependerían parcialmente de la (1783), aparecen ya como principios aprion' en
experiencia, como las leyes del movimiento. Esta los Metaphysische Anfangsgriinde der Natumuis-
distinción irá desapareciendo en la evolución senschaft (1786). En esta última obra incluso se
posterior del pensamiento kantiano. permite Kant una crítica velada a Newton por
presentar como basados en la experiencia princi- mos, sólo con ellos podemos aplicar conceptos a
pios (las leyes del movimiento) que son necesa- perceptos, podemos pensar los objetos empíri-
rios a prion' (p. 130). cos. No es de extrañar, pues, que toda experien-
En la última etapa de su vida, finalmente, es- cia se ajuste a ellos, que ningún pensamiento
te proceso de creciente apriorismo no hace sino empírico los contradiga.
acentuarse. En el Opus postumum, que recoge ¿Cuáles son en concreto esas leyes de la natu-
los escritos de Kant sobre este tema entre 1795 y raleza, que descubrimos a priori, como dadas
1804, año de su muerte, vemos a Kant preten- por la estructura misma de nuestro aparato pen-
diendo deducir a prion' varias leyes concretas de sante, de nuestro entendimiento? Ya hemos vis-
la física. La constitución de la mente humana de- to que la doctrina kantiana fue variando a este
termina los tipos de posibilidad física, así como respecto. En la Kn'tiR der reinen Vernunfi y en
la presencia de ciertas fuerzas y de un éter omni- los Prolegomena se trataría sólo de los principios
presente. En este Kant ya senil se aprecia una más generales de la concepción mecanicista new-
tendencia a hacer que sea el sujeto quienpone el toniana, tales como el principio de causalidad y
mundo, como en Fichte. El contacto con la expe- de conservación de la masa. Más adelante se in-
riencia y con la ciencia viva se ha roto y el idealis- cluyen también las leyes del movimiento y al fi-
mo especulativo hace su aparición. nal incluso leyes más concretas.
Kant pensaba, por ejemplo, que es imposible
hacer física sin introducir el principio de causali-
dad; pensaba que una física indeterminista sería
El aprionimo de las leyes de la naturaleza imposible. También aquí la historia posterior se
encargaría de refutarle, al igual que le pasó con
La naturaleza es para Kant la totalidad de los la geometría. Ya Max Planck (buen conocedor
objetos de experiencia. Las leyes de la naturaleza de Kant, por otra parte) trató siempre la causali-
valen para todos los objetos naturales, es decir, dad como una mera hipótesis, no como un
para todos los objetos de experiencia, pues se li- aprlori del pensamiento humano. Siguiendo sus
mitan a describir las condiciones de toda expe- huellas, la mecánica cuántica sustituyó la causali-
riencia posible, es decir, las condiciones de apli- dad por las meras relaciones de probabilidad. E
cación de los conceptos del entendimiento a los incluso, rizando el rizo y dando por completo la
perceptos de la sensibilidad. «Losprincipios de la vuelta a la tortilla, en nuestro tiempo se ha pro-
experiencia posible son igualmente las leyes ge- puesto (por Patrick Suppes) definir la noción
nerales de la naturaleza, que pueden ser descu- misma de causalidad en función de la probabili-
biertas a p n b k . De este modo queda resuelto el dad. A sería causa de B si y sólo si la probabili-
problema planteado en nuestra segunda pregun- dad de B sola es menor que la probabilidad con-
ta: ¿cómo es posible una ciencia natural pura?» dicional de B, dado A. En s'mbolos,
(Prolegomena, 5 2 3 , p. 306).
Las leyes de la naturaleza son sintéticas aprio- A causa B w p ( B ) < p (B/A)
rl, tienen validez universal, pues representan la
estructura de toda experiencia posible. Sólo con- Naturalmente, tampoco la conservación de la
forme a ellas podemos aplicar conceptos a per- masa es una condición necesaria para hacer físi-
ceptos, podemos tener experiencia. La experien- ca. Como es bien sabido, en mecánica relativista
cia -E$ahmng- es precisamente el lugar privi- la masa no se conserva, sino que se transforma
legiado en que el mundo perceptual es no sólo con frecuencia en energía. Desde luego, difícil-
percibido, sino además pensado. Pero sólo pode- mente podríamos achacar a Kant el no conocer
mos pensarlo de acuerdo con las categorías, es- desarrollos científicos que se producirán tras su
quemas y principios de nuestro entendimiento. muerte. Pero, por otro lado, Kant es un filósofo
No se trata de categorías y principios que estén importante, que merece ser tratado en serio. Y
dados en la experiencia (en ese caso serían inse- tratar en serio a un filósofo significa no limitarse
guros, a postenon], sino de categorías y princi- a entenderlo-interpretarlo-en-su-contexto-y--
pios que ponemos nosotros en la experiencia. Só- situación, sino también preguntarse si tenía ra-
lo hay experiencia en la medida en que los pone- zón o no en lo que decía, dónde se equivocó y
dónde señaló caminos que aún permanecen Nuestro conocimiento, nuestra percepción,
abiertos. nuestro mundo perceptual, experiencial, viven-
Kant señaló tres etapas en la organización cogni- cial, depende de las formas a priori de nuestra
tiva de las impresiones que recibimos del mundo sensibilidad, de la estructura innata de nuestro
exterior: (1) Las sensaciones brutas son organiza- aparato neuro-sensorial. No podemos percibir,
das mediante las formas puras de la sensibilidad experimentar, conocer, más que aquello que pa-
(espacio y tiempo) y dan lugar a las percepcio- sa por el filtro de nuestro aparato neurosensorial.
nes. ( 2 ) Las percepciones son interrelacionadas En esto Kant tenía razón. Pero Kant quiso ex-
mediante los conceptos puros del entendimiento tender esta tesis a nuestro pensamiento, a nues-
(categorías) y dan lugar a juicios y proposiciones tra teorización científica, y aquí se equivocó. No
empíricas. (3) Las proposiciones empíricas se or- es que no hayan formas a priori del saber, del
ganizan mediante los principios regulativos de la pensar, del teorizar, pero estas formas no son las
razón en teorías cada vez más amplias y com- del entendimiento, sino las del lenguaje que
prensivas. En su análisis de las tres etapas Kant in- empleamos para articular nuestra ciencia, nues-
trodujo distinciones y enfoques cuya fecundidad tro pensamiento, nuestra teoría. Y así como no
aún no se han agotado. es posible cambiar de aparato neurosensorial,
Kant tuvo razón en subrayar la importancia de aunque queramos, pues éste es innato y nos vie-
las grandes teorías (como la geometría euclídea y ne dado (como a todas las especies animales) por
la mecánica newtoniana) en la empresa científi- nuestra clave genética, sí que es posible cambiar
ca, globalmente motivada por los principios re- de lenguaje, de marco conceptual, de simbolis-
gulativos de la razón, frente a anteriores (y ¡pos- mo. El lenguaje es convencional; está en nuestra
teriores!) planteamientos más atomistas y estéri- mano cambiarlo, adoptando otras convenciones.
les, centrados en problemas de inducción o con- Pero nuestro aparato neurosensorial no es con-
trastación de tesis particulares. Pero en su entu- vencional, está dado por la naturaleza.
siasmo por tales teorías les atribuyó un carácter Como es bien sabido los humanos sólo pode-
necesario, inevitable y apodíctico que luego re- mos captar, percibir, conocer, experimentar una
sultaron no tener. Respecto a la geometría euclí- parte pequeña del espectro electromagnético, la
dea, confundió su ejemplificación en la intui- correspondiente a la luz visible (del rojo al viole-
ción con su estructuración como teoría abstracta. ta). Otros animales captan otras partes del mis-
Es posible que sólo la geometría euclídea sea in- mo. Esta limitación nuestra es irremediable.
tuitiva, pero desde luego otras muchas geome- Nunca lograremos ver las ondas de radio o los ra-
trías distintas pueden ser simbólicamente desa- yos X. Sin embargo podemos pensar en el resto
rrolladas como teorías abstractas. Respecto a la del espectro electromagnético, podemos inferir-
mecánica newtoniana, no concibió sus nociones lo, saberlo, construir su teoría, etc. Nuestra ca-
fundamentales como términos primitivos de un pacidad científica, simbólica, lingüística, traspa-
cierto lenguaje (sustituible por otros lenguajes), sa sin problemas los límites estrechos que nuestra
sino como formas necesarias del entendimiento sensibilidad impone a nuestra capacidad de per-
humano, sin las que éste es incapaz de funcio- cibir.
nar, lo que evidentemente no son. Kant tuvo razón en subrayar la diferencia en-
tre percepción y pensamiento. Y tuvo también
razón en señalar la importancia de la experien-
Percibli y pensar cia, es decir, del punto de contacto entre percep-
ción y pensamiento, entre perceptos y conceptos,
Kant fue el primer filósofo que se tomó en se- entre sensibilidad y lenguaje. La gran red de la
rio la distinción fundamental entre el percibir y ciencia es un enorme tejido simbólico, que sin
el pensar. La percepción no es un tipo confuso de embargo en algunos de sus nudos «toca tierra~y
pensamiento, como habían creído Descartes y se moja en la percepción. Esos nudos constituyen
Leibniz. Tampoco el pensamiento es una per- la experiencia, y el análisis filosófico de la ex-
cepción especialmente clara. Percepción y pensa- periencia, iniciado por Kant, sigue estando por
miento son dos procesos radicalmente distintos. hacer.

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