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DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

Magistrada ponente

SL887-2020
Radicación n.° 68304
Acta 08

Bogotá, D. C., diez (10) de marzo de dos mil veinte


(2020).

La Corte decide el recurso de casación interpuesto por


HAIDIS LEONOR SIERRA ARIAS contra la sentencia
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Regional de
Descongestión con sede en el Distrito Judicial de Santa
Marta el 31 de octubre de 2012, en el proceso ordinario
laboral que instauró contra el INSTITUTO DE SEGUROS
SOCIALES EN LIQUIDACIÓN, hoy PATRIMONIO
AUTÓNOMO DE REMANENTES – ISS EN LIQUIDACIÓN.

I. ANTECEDENTES

Haidis Leonor Sierra Arias promovió demanda


ordinaria laboral en contra del Instituto de Seguros Sociales

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con el fin que se declare que entre ellos existió un contrato


de trabajo, en virtud del cual tuvo la condición de
trabajadora oficial, el cual fue terminado sin justa causa y,
por ende, se le reconozcan las prestaciones legales y
extralegales correspondientes a las primas de servicio legal
y extralegal, las cesantías e intereses, el subsidio familiar,
las vacaciones, la prima de vacaciones, el auxilio de
alimentación y las dotaciones de trabajo. Asimismo, se
condene a la demandada a reintegrar los valores de la
retención en la fuente, la bonificación, los días de descanso
obligatorio; las cotizaciones a salud y pensión «sobre los
salarios devengados», la indemnización moratoria, la
indexación, el reintegro por haber sido despedida sin justa
causa, junto con el pago de los salarios y prestaciones
sociales desde la desvinculación hasta su efectiva
reinstalación, lo que resulte probado ultra y extra petita y
las costas del proceso. De forma subsidiaria al reintegro,
reclamó la indemnización por terminación unilateral del
contrato y sin justa causa prevista convencionalmente o, en
subsidio, la legal.

Como sustento de sus pretensiones indicó que laboró


como profesional universitaria al servicio del Instituto
demandado desde el 17 de septiembre de 2005 hasta el 30
de septiembre de 2008, fecha en que fue despedida sin
justa causa; que durante el desarrollo de la relación laboral
desempeñó sus actividades de forma subordinada y
dependiente en calidad de contadora, por turnos de 8
horas, «marcando» hora de entrada y de salida, laborando
horas extras y recibiendo un pago como contraprestación

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directa del servicio.

Señaló que las actividades que llevó a cabo fueron


continuas e ininterrumpidas y en cargos inherentes al
funcionamiento intrínseco del ISS; la verdadera naturaleza
de la relación laboral fue «escondida» bajo la modalidad de
contrato de prestación de servicios, dirigido a evitar el pago
de las asignaciones laborales legales y convencionales.

Expuso que no se le pagaron días de descanso


obligatorio y que la organización sindical Sintraiss es
mayoritaria, razón por la cual la convención colectiva de
trabajo se hace extensiva a todos los trabajadores oficiales
del Instituto.

Para finalizar, manifestó que fue capacitada durante


toda su relación laboral y ejecutaba funciones de personal
que se encuentran especificadas en el manual de funciones
y en el organigrama (f.º 2 a 7).

Al dar respuesta, el Instituto de Seguros Sociales se


opuso a todas las pretensiones. En cuanto a los hechos,
únicamente admitió la existencia de contrato de prestación
de servicios profesionales. Los restantes hechos los negó o
dijo no tener tal calidad; negó el despido sin justa causa,
para lo cual afirmó que la «vinculación terminó por el
vencimiento del tiempo pactado».

En su defensa adujo que para que una persona


natural se pueda predicar trabajador oficial, el cargo que

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ocupe debe tener funciones detalladas y para que reciba


una remuneración se requiere que corresponda a uno de
planta y estar previsto el salario en el presupuesto
correspondiente; que en razón de las necesidades del
servicio invitó a varias personas naturales a ofertar dichos
servicios y estos fueron contratados a través de contrato de
prestación de servicios, sin que esto implique que la actora
tuviera la calidad de servidora pública, ya que tal cargo no
tiene funciones detalladas en la ley o en los reglamentos
del ISS. Agregó que el cumplimiento de los términos
pactados en el contrato de prestación de servicios
profesionales no modifica la relación jurídica sustancial,
puntualizando que la realización de trabajos en las
instalaciones de la empresa y el cumplimiento de horario no
implica la existencia de subordinación. Propuso las
excepciones de prescripción de la acción, carencia del
derecho y buena fe de las actuaciones administrativas (f.º
124 a 128).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Sexto Laboral del Circuito de Cartagena, al


que correspondió el trámite de la primera instancia,
mediante fallo del 3 de diciembre de 2010, decidió:

PRIMERO: DECLARAR la existencia de contrato de trabajo entre


la demandante HAIDIS LEONOR SIERRA ARIAS y el INSTITUTO
DE SEGUROS SOCIALES, desde el 15 de septiembre de 2005 al
30 de septiembre de 2008, terminado ilegalmente por el
demandado.

SEGUNDO: CONDENAR al INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES a


pagar a la demandante los siguientes conceptos:

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a) Primas convencionales por la suma de $4.866.487,


debidamente indexada.
b) Vacaciones $2.711.973 debidamente indexada.
c) Intereses a las cesantías por la suma de $824.891,
debidamente indexada.

TERCERO: ORDENAR el REINTEGRO de la demandante HAIDIS


LEONOR SIERRA ARIAS, al cargo desempeñado a la fecha de su
desvinculación o a otro de igual, similar o equivalente categoría y
condiciones.

Como consecuencia de lo anterior, se ordena al INSTITUTO DE


SEGUROS SOCIALES a pagarle a HAIDIS LEONOR SIERRA
ARIAS, los salarios dejados de percibir a partir del primero (1) de
octubre de 2008, en razón de $1.626.008 mensual, con los
aumentos legales que se hubieren efectuado a partir de esa
fecha, más las prestaciones sociales y convencionales a que
tiene derecho y causados durante el lapso de su desvinculación
hasta que se haga efectivo el reintegro.

CUARTO: ORDENAR al demandado efectuar las cotizaciones o


pagos de los correspondientes aportes con destino al sistema de
seguridad social.

QUINTO: DECLARAR probada parcialmente la excepción de


prescripción, por los motivos señalados en este fallo.

SEXTO: ABSOLVER al INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES de


las demás pretensiones de la demanda.

SÉPTIMO: CONDENAR en costas al demandado, por haber sido


vencido en juicio.

OCTAVO: Absolver al Instituto demandado del resto de


pretensiones (f.º 218 a 238).

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación de la demandada, la Sala Laboral del


Tribunal Regional de Descongestión con Sede en el Distrito
Judicial de Santa Marta, mediante fallo del 31 de octubre
de 2012 resolvió:

Primero: REVOCAR el numeral tercero de la sentencia de


primera instancia proferida por el Juzgado Sexto Laboral del

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Circuito de Cartagena Adjunto, el 3 de diciembre de 2010 y, en


su lugar, se ordena absolver al INSTITUTO DE SEGURO SOCIAL
de la pretensión encaminada a obtener el reintegro de la señora
HAIDIS LEONOR SIERRA ARIAS.

Segundo: REVOCAR el numeral tercero de la sentencia de


primera instancia proferida por el Juzgado Sexto Laboral del
Circuito de Cartagena Adjunto, el 3 de diciembre de 2010 y en su
lugar se ordena condenar al INSTITUTO DE SEGURO SOCIAL a
pagar a la señora HAIDIS LEONOR SIERRA ARIAS la suma de
$9.467.883 por concepto de cesantías.

Tercero: CONFIRMAR los puntos restantes de la


sentencia de primera instancia proferida por el Juzgado Sexto
Laboral del Circuito de Cartagena Adjunto el 3 de diciembre de
2001.

Cuarto: Sin costas en esta instancia (f.° 21 y 22 del


cuaderno del Tribunal).

En lo que interesa al recurso extraordinario de


casación, el Colegiado indicó que estaba demostrado que
entre la actora y el Instituto demandado existió un contrato
de trabajo sin solución de continuidad, desde el 15 de
septiembre de 2005 hasta el 30 de septiembre de 2008 y
que desde el primer contrato que suscribió fue contratada
para desempeñar el cargo de contador público.

Luego de citar los artículos 2 del Decreto 461 de


1994, 5 del Decreto Ley 3135 de 1968, 1 del Decreto 1848
de 1969, 469, 471 y 478 del CST, 53 de la Constitución, 7
del Decreto Ley 2351 de 1965 y 5 y 117 de la convención
colectiva de trabajo, indicó que los trabajadores del ISS, por
regla general, son trabajadores oficiales, salvo las
excepciones establecidas en la misma ley. Por ende, precisó
que la actora era trabajadora oficial, dado que, prestó sus
servicios como contadora pública y su cargo no se
encuentra enunciado en el artículo 33 del Decreto 4761 de

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1994, como empleada pública.

Expuso que conforme al artículo 3 de la


convención colectiva de trabajo son beneficiarios de la
convención los trabajadores vinculados a la planta de
personal del ISS y los que por futuras modificaciones
asuman esa categoría, «ya sean afiliados al sindicato, o que
no siéndolo no renuncien expresamente a los beneficios de la
convención».

Estimó que en virtud del principio de la primacía sobre


la realidad no solo se debía reconocer los derechos
asistenciales y prestaciones legales, sino también los
previstos en la convención colectiva de trabajo. Lo anterior
lo soportó en que sería ilógico que el principio de la
primacía de la realidad sobre las formas, solo se limitara al
reconocimiento de los derechos laborales consagrados en la
ley y no produjera efectos frente a los establecidos en los
preceptos convencionales, «por cuanto mediante este
principio se busca proteger al trabajador y los derechos
laborales adquiridos no importa cuál sea el fundamento
normativo de los mismos»; asimismo, se apoyó en lo
expuesto en providencia CSJ SL, 17 jun. 2009, rad. 33772.

Acorde con lo anterior, concluyó que los beneficios


contemplados por la convención colectiva de trabajo eran
aplicables a la actora, pues bastaba con demostrar su
calidad de trabajadora oficial para el efecto, tal y como
ocurrió.

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En lo tocante a la terminación del contrato sin justa


causa, indicó que no estaba demostrado el despido, carga
que le correspondía al trabajador, conforme a las
previsiones de los artículos 174 y 177 del CPC. Al respecto,
consideró que en las declaraciones recibidas dentro del
proceso nada se dijo frente al frente al despido, ni se
allegaron documentos en donde la accionada hubiera dado
por terminado el contrato de trabajo, ya que solo se aportó
el acta de liquidación de prestación de servicios o de
servicios profesionales, en donde se establece que el
contrato terminó el 30 de septiembre de 2008 «por
vencimiento de la fecha». Concluyó frente a este tema que,
al no demostrarse el hecho del despido, no era posible
ordenar el reintegro ni la indemnización por despido
injusto.

Por último, indicó que era viable el reconocimiento de


las cesantías definitivas desde el 17 de septiembre de 2005
al 30 de septiembre de 2008.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

El recurso fue interpuesto por la parte actora,


concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, por lo
que se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

La demandante pretende que la Corte case


parcialmente la sentencia proferida por el Tribunal y, en

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consecuencia, confirme la decisión de primer grado y provea


en costas como corresponda.

Con tal propósito formula un cargo, por la causal


primera, el que es replicado por la demanda.

VI. CARGO ÚNICO

Acusa a la sentencia de violar por la vía indirecta, en


la modalidad de aplicación indebida, los artículos 1, 8, 11,
12 y 17 de la Ley 6 de 1945; 1, 2, 3, 20, 37, 38, 40, 43, 47,
50 y 51 del Decreto 2127 de 1945, 467 y 471 del CST.

La recurrente afirma que el Tribunal cometió los


siguientes errores:

1. Dar por establecido, de forma equivocada, que la demandante


no cumplió con su carga procesal de demostrar el despido, en
la medida que el contrato terminó el 30 de septiembre de
2008, por vencimiento del término, pero sin ser posible
establecer si dicha terminación se produjo por parte del ISS,
de la demandante, o de mutuo acuerdo.

2. No dar por demostrado, estándolo, que de acuerdo con la


convención colectiva de trabajo suscrita por el INSTITUTO DE
SEGUROS SOCIALES con SINTRASEGURIDAD SOCIAL para el
periodo 2001-2004, los contratos de trabajo mediante los
cuales los trabajadores oficiales se vinculan a dicha entidad
son siempre a término indefinido.

3. No dar por demostrado, estándolo, que el contrato de trabajo


a término fijo que celebre el ISS han de obedecer a
circunstancias excepcionales.

4. No dar por demostrado, estándolo, que el contrato de trabajo


realidad que tuvo lugar entre las partes fue a término
indefinido.

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5. No dar por demostrado, estándolo, que al no estar el contrato


de trabajo realidad que tuvo lugar entre las partes sujeto a
término fijo, esto es al ser un contrato a término indefinido, el
vencimiento del término pactado en el último de los contratos
de prestación de servicios suscritos, da lugar a su terminación
unilateral e injusta por parte del Instituto de Seguros Sociales.

6. No dar por demostrado, finalmente, que la demandante fue


despedida por su empleador, el Instituto de los Seguros
Sociales cumpliendo con ella la carga probatoria a su favor.

Aduce que tales desaciertos fueron producto de la


apreciación equivocada de las siguientes pruebas
calificadas:

1. Convención colectiva de trabajo celebrada entre el Instituto de los


Seguros Sociales y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Seguridad Social 2001 – 2004 (f.° 47 a 116), específicamente los
artículos 5 y 117 de la convención.

2. Acta de liquidación del último contrato de prestación de servicios


(f.° 24).

En la demostración de cargo, señala que el Tribunal se


equivocó al considerar que del acta de liquidación no se
podía determinar si la terminación se produjo por parte del
ISS o de la demandante, ya que lo que emerge de la referida
prueba es que el contrato terminó por vencimiento del
término, tal y como lo manifestó la demandada al contestar
la demanda inaugural.

Sostiene que el vencimiento del plazo es una justa


causa legal de terminación del contrato, siempre y cuando
así se haya pactado. Al respecto, dice que se apreciaron con
error los artículos 5 y 177 de la convención colectiva de
trabajo, que establecen que la vinculación con el ISS se
hace a través de contratos a término indefinido, salvo

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circunstancias excepcionales, esto es, para quienes realicen


labores transitorias, en las que excepcionalmente se puede
contratar a término fijo.

Estima que si el Colegiado encontró que entre las


partes en realidad existió un contrato realidad y no un
contrato de prestación de servicios y si aceptó que la actora
era beneficiaria de la convención colectiva de trabajo, era
forzoso concluir que dicho contrato era a término
indefinido, por no tratarse de labores netamente
transitorias.

Considera que la correcta interpretación a la que debió


llegar el Tribunal acorde con las normas convencionales y la
jurisprudencia de la Sala de Casación Laboral era que la
vinculación de la accionante con el ISS lo fue a término
indefinido y, por tanto, su finalización con fundamento en el
cumplimiento del plazo deviene en unilateral e injusta. En
tal sentido, «si el contrato realidad que tuvo lugar entre las
partes fue a término indefinido, el cumplimiento del término o
plazo establecido en el contrato ficticio de prestación de
servicios no tiene efectos para su finalización», tal y como lo
precisó la Sala en providencia CSJ SL, 7 oct. 2008, rad.
32890.

Insiste en que al establecerse que la desvinculación de


la promotora del proceso lo fue por vencimiento del plazo
pactado, esto se traduce en un despido sin justa causa,
razón por la que procede el reintegro convencional por
despido sin justa causa, de conformidad con el artículo 5 de

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la convención colectiva de trabajo.

VII. RÉPLICA

La parte demandada señala que el cargo carece de


técnica porque en la proposición jurídica se alude a
diversas normas que luego se mencionan en la
demostración, lo que hace imposible «entender cuáles son
los fundamentos del cargo propuesto, pues no hay mención
alguna a las normas citadas».

Explica que la recurrente pretende «mutilar» el


parágrafo del artículo 5 de la convención colectiva de
trabajo, el que permitía suscribir contratos a término fijo,
por duración de la obra o labor contratada, el cual, bien
puede culminar por el vencimiento del término, tal y como
en efecto ocurrió.

Sostiene que la actora suscribió los contratos de


prestación de servicios en los que se negó la naturaleza
laboral y, luego solicitó a la justicia laboral ordinaria
declarar la existencia de un contrato de trabajo, por lo que
«entre la conducta anterior y la pretensión posterior existe
una evidente contradicción»; lo anterior, en criterio de la
oposición, implica que la actora procedió en contra de sus
propios actos. En concordancia con lo anterior, alude a la
teoría de los actos propios, según la cual, en el futuro no es
posible contradecir la propia conducta y las
manifestaciones de voluntad expresadas válidamente en el
pasado, cuando «la buena fe supone el deber de observar en

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el futuro la misma conducta que los actos anteriores hacían


prever».

VIII. CONSIDERACIONES

En lo que interesa al recurso extraordinario de


casación, el Tribunal consideró que la actora no demostró el
despido, pues ni en las declaraciones rendidas ni en los
documentos allegados aparecía demostrado que la
demandada hubiera dado por terminado el contrato de
trabajo, precisando que el vínculo terminó el 30 de
septiembre de 2008 por el vencimiento del plazo. Por lo
anterior, concluyó que, al no demostrarse el hecho del
despido, no era posible ordenar el reintegro ni la
indemnización por despido injusto.

La parte actora, en esencia, cuestiona tal decisión con


fundamento en que se desconoció lo previsto
convencionalmente en los artículos 5 y 117 de la
convención colectiva 2001 - 2004, en donde se estableció
que los trabajadores oficiales del ISS se vinculan mediante
contrato de trabajo a término indefinido, salvo para labores
transitorias – excepción en la que no se encuentra la
accionante-, por lo que al haberse terminado el contrato
realidad por el vencimiento del plazo pactado, lo fue sin
justa causa.

Son supuestos fácticos definidos por el Tribunal y no


controvertidos por las partes: (i) que entre la actora y el
Instituto demandado existió un contrato a término

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indefinido desde el 15 de septiembre de 2005 al 30 de


septiembre de 2008, devengando un último salario
equivalente a $1.626.008; (ii) que la demandante tenía la
calidad de trabajadora oficial y que era beneficiaria de las
prerrogativas contempladas convencionalmente.

Pues bien, el artículo 5 de la convención colectiva


establece:

ARTÍCULO 5. ESTABILIDAD LABORAL.

El Instituto garantiza la estabilidad en el empleo de sus


Trabajadores Oficiales y en consecuencia no podrá dar por
terminado unilateralmente un contrato individual de trabajo sino
tan solo por alguna de las justas causas debidamente
comprobadas y establecidas en el artículo 7 del Decreto Ley
2351 de 1965, con previo cumplimiento de lo contemplado en el
artículo 1° del mismo Decreto y de lo establecido en el inciso 16
del artículo 108 ésta Convención Colectiva. No producirá efecto
alguno la terminación unilateral de un contrato de trabajo que se
efectúe pretermitiendo lo estipulado anteriormente y en
consecuencia, el trabajador, mediante sentencia judicial, tiene
derecho al restablecimiento del contrato mediante el reintegro en
las mismas condiciones de empleo que gozaba anteriormente sin
solución de continuidad y con el pago de todos los salarios y
prestaciones dejados de percibir, o la indemnización previstas en
esta convención a opción del trabajador.

Cuando el Instituto de por terminado un contrato de trabajo de


manera unilateral sin justa causa, deberá reconocer y pagar al
Trabajador Oficial afectado una indemnización por despido así:

a) Cincuenta (50) días de salario cuando el trabajador tuviere


un tiempo de servicios no mayor de un año.
b) Si el trabajador tuviere más de un (1) año de servicio
continuo y menos de cinco (5), se le pagarán treinta (30)
días adicionales de salario sobre los cincuenta (50) básicos
del literal a) por cada uno de los años de servicio
subsiguientes y proporcionalmente por fracción.
c) Si el Trabajador cinco (5) años o más de servicios continuo
y menos de diez (10), se le pagarán treinta y cinco (35)
días adicionales de salario sobre los cincuenta (50)
adicionales de salario sobre los cincuenta (50) básicos del
literal a) por cada uno de los años de servicio
subsiguientes y proporcionalmente por fracción.

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d) Si el trabajador tuviere diez (10) años o más de servicio


continuo, se le pagarán cincuenta y cinco (55) días
adicionales de salario sobre los cincuenta (50) básicos del
literal a) por cada uno de los años de servicios
subsiguientes al primero y proporcionalmente por fracción.
La terminación unilateral del contrato de trabajo no da lugar a la
indemnización prevista en este artículo en los siguientes eventos.
- Si se acuerda o se ordena establecer el contrato en los
mismos términos y condiciones que lo regían a la fecha de
la ruptura.
- Si es como consecuencia de la aplicación de una sanción
disciplinaria.
Los Trabajadores Oficiales se vinculan al Instituto mediante
contrato de trabajo escrito, a término indefinido, el cual tendrá
vigencia mientras subsistan las causas que le dieron origen.

Excepcionalmente, para labores netamente transitorias, el


Instituto celebrara contratos de trabajo escritos, a término fijo, y
tantas veces como sea necesario, cuya duración no puede ser
superior a la del cargo que se reemplaza, para cubrir vacancias
temporales, por licencias de maternidad, incapacidades,
vacaciones, licencias voluntarias sin remuneración, suspensión
por orden judicial o administrativa, permisos sindicales,
compensatorios, comisiones de estudio y por duración de la obra
o labor y para cubrir vacancias definitivas mientras se realiza el
proceso de selección.

Los servidores del Instituto vinculados a la firma de la presente


Convención, no clasificados como Empleados Públicos en los
estatutos del I.S.S. son Trabajadores Oficiales con contrato de
trabajo a término indefinido, a estos servidores no se les aplica el
periodo de prueba, ni el plazo presuntivo. No obstante, aquellos
servidores del Instituto que se vincularon a partir del 1 de enero
de 1995 con antiguo nombramiento provisional y se vinculen o se
hayan vinculado a partir del 20 de noviembre de 1996 como
Trabajadores Oficiales, en su contrato de trabajo se incluirá el
periodo de prueba de dos (2) meses y el plazo presuntivo ( f.° 49
del cuaderno 1).

Por su parte, el artículo 117 de dicho acuerdo


contempló:

Toda vinculación de personal que efectúe el Instituto para


desempeñar actividades y funciones en los cargos de las plantas
de persona para los trabajadores oficiales, deberá hacerse
mediante contrato de trabajo a término indefinido (f.° 87 del
cuaderno 1).

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Como se advierte de las anteriores disposiciones


convencionales, los trabajadores oficiales del ISS por regla
general se vinculaban mediante un contrato de trabajo a
término indefinido, excepto para llevar a cabo labores
netamente transitorias. Asimismo, se previó que la entidad
garantizaba la estabilidad laboral, por lo que solo era viable
terminar el vínculo ante la ocurrencia de una justa causa
de despido, debidamente comprobada, y luego de surtirse el
trámite previsto en dicho acuerdo extralegal.

Lo anterior unido a que el acta de liquidación que data


del 6 de noviembre de 2008, correspondiente al último
contrato de prestación de servicios suscrito entre las
partes, da cuenta de que el vínculo finalizó el 30 de
septiembre de dicho año, «por VENCIMIENTO DE FECHA»;
hecho que además, tal y como lo alega la censura en el
recurso extraordinario, se encuentra aceptado por la
demandada al contestar el escrito inaugural, pues admitió
que la vinculación terminó por el vencimiento de plazo
pactado (f.° 124 del cuaderno 1), evidencia la comisión de
los yerros fácticos endilgados al Colegiado en punto al
despido.

Se afirma lo precedente por cuanto al tener la actora


la calidad de trabajadora oficial y beneficiarse de la
convención colectiva de trabajo –hechos definidos por el
Tribunal y no cuestionados en el recurso extraordinario-, al
haberse pactado convencionalmente que el contrato de
trabajo era a término indefinido y acreditarse que culminó
por vencimiento del plazo pactado, configuró una manera

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injusta de finalización, dado que no encaja dentro de las


justas causas a que alude el artículo 5 convencional - que
remite al artículo 7 del Decreto Ley 2351 de 1965. Por lo
anterior, es claro que operó un despido y con la
connotación de injusto, de ahí que la asiste razón a la
censura en su reparo.

Así lo precisó la Sala al estudiar un caso en donde se


declaró la existencia del contrato realidad y el nexo finalizó
por el vencimiento del plazo pactado en el contrato de
prestación de servicios, en tal oportunidad se concluyó que
el hecho de la terminación de este acuerdo acreditaba el
despido, pues al entenderse que entre las partes hubo un
contrato realidad y que el mismo terminó sin motivación
alguna, no era dable otorgar otra connotación a la decisión
del ISS de dar por finalizado tal vínculo. Para ello, la Sala
precisó:

Así las cosas, para la Sala es claro que el Tribunal incurrió en el


yerro que se le endilga porque concluyó que no se acreditó en el
proceso que el convenio que unió a las partes terminó por una
decisión unilateral del accionado. Nótese que en la contestación
de la demanda, este explicó que la última relación contractual
terminó por vencimiento del plazo pactado del contrato de
prestación de servicios, el cual se desestimó en el proceso,
puesto que se dio por acreditada la existencia de un contrato
realidad a término indefinido según lo dispuesto en el artículo 5.°
de la convención colectiva de trabajo.

Por tanto, si en el sub lite no se discutieron los extremos en que la


actora prestó servicios y el juez plural reconoció que aquella tuvo
la calidad de trabajadora oficial y le era aplicable la convención
colectiva de trabajo, a su vez, debió concluir que el vínculo que la
unió con el ISS fue un contrato de trabajo a término indefinido,
que culminó el 31 de marzo de 2013. Igualmente, que al no
demostrar el empleador que existió justa causa para su
finalización, tal decisión constituyó un despido sin justa causa y,
en consecuencia, que era procedente el reconocimiento de la
indemnización contemplada en el acuerdo extralegal.

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En otros términos, el hecho de la terminación del contrato de


prestación de servicios acredita el despido, pues al entenderse
que entre las partes hubo un contrato realidad y que el mismo
terminó sin motivación alguna, no podía darse otra connotación a
la decisión del ISS de dar por terminado tal vínculo contractual
(CSJ SL986-2019).

Acorde con lo dicho, el Colegiado incurrió en los yerros


fácticos endilgados.

En consecuencia, el cargo prospera.

Sin costas en casación.

IX. SENTENCIA DE INSTANCIA

Teniendo en cuenta que en sede de casación prosperó


la temática referente al despido injusto, le corresponde a la
Corte, en sede de instancia, decidir únicamente las
consecuencias del mismo, de cara la decisión de primera
instancia y al recurso de apelación del recurso formulado
por la parte demandada.

Para ello, se precisa que el fallador de primera


instancia ordenó el reintegro de la promotora del proceso al
cargo desempeñado a la fecha de su desvinculación o a otro
de igual, similar o equivalente categoría y condiciones y en
consecuencia, ordenó el pago de los salarios dejados de
percibir a partir del 1 de octubre de 2008 hasta que se haga
efectivo el reintegro, junto con los aumentos legales que se
hubieren efectuado a partir de esa fecha, más las
prestaciones sociales y convencionales a que tiene derecho

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y causados durante el lapso de su desvinculación hasta


que se haga efectiva dicha reinstalación.

Tal decisión fue apelada por la demandada, quien


adujo frente a la improcedencia del reintegro convencional
que: (i) no le es aplicable a la promotora del proceso por no
tratarse de una trabajadora oficial, al no hacer parte de la
planta de la entidad y haberse declarado el contrato en
aplicación del principio de la primacía de la realidad sobre
las formas; (ii) no se demostró el hecho del despido; (iii) el
vencimiento del plazo pactado es una justa causa del
despido y, (iv) la operancia del fenómeno de la prescripción
luego de transcurridos 3 años desde que la obligación se
hizo exigible, conforme a lo previsto en los artículos 151 del
CPTSS y 489 del CST. Por lo anterior, solicitó que se
revocara la decisión de primer grado y, en su lugar, no se
accederá al reintegro y a las pretensiones que están ligadas
al mismo, aspectos que se pasan analizar:

De la calidad de trabajadora oficial y la aplicación de la


convención colectiva:

Pues bien, pese a que el reparo consistente en que la


demandante no tenía la calidad de trabajadora oficial y que
no le resultaba aplicable la convención fue definido por el
Tribunal de forma desfavorable para el demandado y tal
tópico no fue cuestionado, la Corte considera pertinente
precisar que no le asiste razón al apelante en su
inconformidad, dado que el Instituto de Seguros sociales
era una empresa industrial y comercial del Estado, razón

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Radicación n.° 68304

por la cual, por regla general sus trabajadores ostentan la


condición de trabajadores oficiales, conforme a la pauta
prevista en el inciso 2 del artículo 5 del Decreto 3135 de
1968. En ese orden, al declararse la existencia de un
contrato realidad, en aplicación de la primacía de la
realidad sobre las formalidades, es claro que la actora tuvo
la condición de trabajadora oficial.

Establecido lo anterior, es menester puntualizar que la


promotora del proceso sí era beneficiaria de la convención
colectiva de trabajo, precisamente, en razón de la calidad
que tenía. En efecto, el acuerdo vigente entre 2001-2004,
reconoce en su artículo 1 a SINTRASEGURIDAD SOCIAL
como «SINDICATO MAYORITARIO», y en el precepto 3
estipuló lo siguiente:

Serán beneficiarios de la presente convención colectiva de


trabajo los trabajadores oficiales vinculados a la planta de
personal del Instituto de Seguros Sociales, de acuerdo con lo
establecido en las normas legales vigentes y los que por futuras
modificaciones de estas normas asuman tal categoría que sean
afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Seguridad
Social, o que sin serlo no renuncien expresamente a los
beneficios de esta convención, según lo previsto en los artículos
37, 38 y subsiguientes del Decreto Ley 2351 de 1965 (Código
Sustantivo del Trabajo). Para efectos de la aplicación de lo
establecido en el presente artículo, el ISS le reconoce su
representación mayoritaria.

Igualmente, serán beneficiarios de la presente Convención


Colectiva de Trabajo, los Trabajadores Oficiales vinculados a la
planta de personal del Instituto de los Seguros Sociales, afiliados
a SINTRAIS, ASMEDAS, ANDEC, ANECO, ASTECO,
ASOCOLQUIFAR, ACODIN, ASINCOLTRAS, ASBAS, ASDOAS,
ACITEQ (f.º 48 del cuaderno).

Esta Sala en casos de similares supuestos fácticos, ya


ha tenido la oportunidad de analizar tales disposiciones

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Radicación n.° 68304

para concluir la extensión de sus beneficios a todo el


personal vinculado mediante contrato de trabajo, en razón
de tratarse de un sindicato mayoritario. En sentencia CSJ
SL, 27 feb. 2004, rad. 21278, reiterada en SL5165-2017, se
indicó:

Para la Corte es claro, que del referido texto se desprende sin


duda alguna el reconocimiento por el I.S.S. de que la organización
sindical SINTRAISS es mayoritaria, y si ello es así, es menester
recordar que para demostrar si un sindicato, como en el asunto
sub examine, agrupa a más de la tercera parte de los
trabajadores de una entidad, no se requiere de prueba solemne.

Así lo ha sostenido la Corte, entre otras, en las sentencias del 28


de febrero de 2003 Rad. 18253, Agosto 5 de 2003 Rad. No.20458
y septiembre 29 de 2003 Rad. 20868, en esta última dijo:

"Con todo quiere la Sala advertir que para demostrarse que un


sindicato es mayoritario, no necesariamente debe establecerse a
través del censo, pues existen distintos medios de prueba de
orden legal a los cuales pueden acudir las partes y el juez”.

Sin lugar a dudas, el contenido y aprobación de la cláusula


convencional transcrita, indican que SINTRAISS actuó como
sindicato mayoritario de conformidad con el artículo 357 del
Código Sustantivo del Trabajo, cuyo texto reza:

“ART. 357.— Subrogado. D.L. 2351/65, art. 26. Representación


sindical.

2. Cuando en una misma empresa coexistiere un sindicato de


base con uno gremial o de industria, la representación de los
trabajadores, para todos los efectos de la contratación colectiva,
corresponderá al sindicato que agrupe a la mayoría de los
trabajadores de dicha empresa.”(subrayado fuera de texto).

Por su parte, el Decreto 1373 de 1966, reglamentario del Decreto


2351 de 1965, en su artículo 11 dispone que:

2. Cuando en una misma empresa coexistiere un sindicato de


base con sindicatos gremiales o de industria, la representación de
los trabajadores, para todos los efectos de la contratación
colectiva, corresponderá al sindicato que agrupe a la mitad más
uno de los trabajadores de dicha empresa (...)” (subrayado fuera
de texto).

Pues bien, dichas normas definen claramente que la


representación de los trabajadores en la negociación colectiva le

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Radicación n.° 68304

corresponde a la organización que agrupe a la mayoría de los


trabajadores de la empresa, es decir, a la mitad más uno de los
empleados de la entidad; categoría que, como ya se anotó, ostentó
SINTRAISS en la contratación colectiva.

Así, la jurisprudencia de esta Sala ha considerado que


conforme al artículo 471 del CST y lo estipulado en el
artículo tercero de la convención colectiva de trabajo, se
acredita la extensión de los beneficios convencionales a
quien se declare que tuvo la calidad de trabajador oficial.
De ahí que, en aquellos casos en que se concluya que el
vínculo con el ISS era de naturaleza laboral y, en
consecuencia, que el empleado tenía tal condición, le es
aplicable el convenio colectivo, se reitera, en razón de la
extensión de los beneficios convencionales en la forma allí
estipulada, y dado el carácter que se reconoció a la
organización sindical que lo suscribió (CSJ SL5165-2017).

Al respecto, en sentencia CSJ SL 3 mar. 2003, rad.


34412, esta Corporación explicó:

Según los distintos alcances de la impugnación, la controversia


en casación se centra en la extensión de los beneficios
convencionales a la trabajadora, una vez establecido que su
vínculo contractual con la demandada resulta de naturaleza
laboral. Al análisis de ese tema se refiere entonces la Sala,
según las pruebas acusadas por el recurrente.
[…]
La lectura de la cláusula trascrita y las demás que cita el
recurrente permite concluir que el Tribunal no se equivocó, al
menos no de modo ostensible, en la inferencia que hizo del texto
convencional, puesto que al deducir que el vínculo que ató a las
partes estaba signado por un contrato de trabajo y que los
trabajadores del ISS ostentaban la calidad de oficiales, arribó a
la conclusión, no desvirtuada, referente a que la convención
colectiva de trabajo, vigente en la entidad, se hacía extensiva a
la actora. Desde esta perspectiva, se reitera no habría una
distorsión del acuerdo convencional, amén de la consideración
del ad quem de otorgar a la actora la calidad de servidora del
ISS.

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Además, tampoco le asiste razón al apelante al


sustentar que a la demandante no le era aplicable el
acuerdo colectivo porque no hacía parte de la planta de
personal, ya que al configurarse una relación de tipo laboral
surge para la trabajadora el derecho a beneficiarse de las
garantías establecidas convencionalmente; desconocer lo
anterior implicaría vulnerar el principio de igualdad.

Sobre el tema en cuestión, la Sala en providencia CSJ


SL, 23 oct. 2003, rad. 20885, adoctrinó:

En cuanto a la afirmación que hace la censura concerniente a la


inaplicabilidad de la convención colectiva al actor por no
encontrarse dentro de la planta de personal de la entidad
demandada, tal planteamiento es infundado, pues al tener
ocurrencia la relación laboral surgió para el demandante el
derecho a beneficiarse del régimen laboral aplicable a los
trabajadores oficiales, incluidas naturalmente las garantías
establecidas convencionalmente, en razón del principio de
igualdad que rige en el derecho laboral.

Sobre este mismo punto la Sala tuvo oportunidad de señalar en


sentencia radica con el número 17405 de 4 de febrero de 2002, lo
siguiente:

“La decisión del Instituto de congelar la “Planta de Personal”,


expresada en el artículo 35 de la convención colectiva aportada al
proceso no significa que no puedan presentarse relaciones
laborales, pues de configurarse estas por cualquier circunstancia
estarán necesariamente regidas por el régimen laboral aplicable a
los trabajadores oficiales, en razón a que sus estatutos o los
programas que haya adoptado no pueden imperar sobre las
normas laborales dado el carácter de orden público que éstas
ostentan. Otras serán pues las consecuencias a nivel interno de la
entidad surgidas con ocasión del incumplimiento de sus
directivas, pero que no son materia de las que pueda ocuparse la
Sala en este asunto”.

En ese orden, es clara la extensión de los beneficios


convencionales a quien se declare que tuvo la calidad de
trabajador oficial en razón de la aplicación del principio de

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Radicación n.° 68304

la primacía de la realidad sobre las formalidades, tal y como


aconteció en el sub lite.

- De la terminación del vínculo:

Frente a los reparos correspondientes a que no se


demostró el hecho del despido, así como que el vencimiento
del plazo pactado es una justa causa del despido, ya se
refirió la Sala en sede de casación, en donde se estableció
que al tener la actora la calidad de trabajadora oficial,
beneficiarse de la convención colectiva de trabajo y haberse
pactado en esta que por regla general los contratos eran a
término indefinido y que solo podrían finalizar por una
justa causa comprobada, así como haberse demostrado que
el nexo culminó por vencimiento del plazo pactado, se
configuraba un despido injusto, en la medida que tal hecho
no encajaba dentro de las justas causas a que alude el
artículo 5 convencional.

- Del reintegro y un hecho sobreviniente:

Tal y como quedó definido en sede de casación, el


despido de la promotora ostentó el carácter de injusto, lo
que en principio daría lugar al reintegro convencional en la
forma dispuesta por el fallador de primera instancia. Sin
embargo, esta Colegiatura advierte la existencia de un
hecho sobreviniente – que no puede ser desconocido por los
juzgadores-, esto es, el cierre definitivo de la liquidación del
ISS, el cual afecta radicalmente la consecuencia jurídica a
imponer.

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Radicación n.° 68304

En efecto, mediante el Decreto Nacional 553 de 2015,


se adoptaron medidas con ocasión del cierre de la
liquidación del Instituto de Seguros Sociales - ISS en
liquidación. En dicha norma se dispuso la extinción de la
persona jurídica del Instituto de Seguros Sociales,
ordenando que como consecuencia de esto, «a partir del 31
de marzo de 2015 quedarán automáticamente suprimidos
todos los cargos existentes y terminarán las relaciones
laborales de acuerdo con el respectivo régimen legal
aplicable» (artículo 8). Lo anterior implica que es imposible
físicamente el reintegro de la promotora del proceso ante la
culminación del proceso liquidatario y, por ende, la
extinción definitiva de la empleadora.

Ahora bien, como consecuencia de la imposibilidad de


materializar el reintegro, la jurisprudencia ha optado como
solución ordenar el pago de salarios y prestaciones legales y
extralegales desde el despido y hasta el día del cierre
definitivo, como medida «adecuada y proporcional» para
restablecer los derechos del trabajador que han sido
vulnerados con el rompimiento (CSJ SL17726-2017). En
tal dirección se ha precisado que «la liquidación definitiva de
una entidad no es obstáculo para que el juez del trabajo, en
aras de reivindicar el contenido normativo de los preceptos
constitucionales, busque otras soluciones adecuadas y
proporcionales para hacer valer los derechos laborales de
quien ha sido despedido en contravención de su garantía de
estabilidad» (CSJ SL4984-2017).

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Radicación n.° 68304

Así, al analizar el reintegro previsto convencionalmente


a favor de los trabajadores del ISS y ante su extinción, se
ha otorgado el pago de los salarios y prestaciones dejadas
de percibir desde el despido hasta la liquidación definitiva.
En la sentencia referida sobre el particular consideró:

Ahora bien, como quiera que la liquidación final del Instituto de


Seguros Sociales ocurrió el 31 de marzo de 2015, fecha en que
quedaron automáticamente suprimidos todos los cargos
existentes y terminaron todas las relaciones de trabajo, se
condenará a la parte accionada al pago de la indemnización por
despido injusto conforme a la tabla indemnizatoria contenida en
el artículo 5 de la convención colectiva de trabajo, debidamente
indexada al momento de su pago, teniendo en cuenta para ello el
salario que le habría correspondido a la actora a la fecha de la
liquidación de la entidad.

Vale aclarar, por último, que en razón a que la extinción de la


entidad es un hecho sobreviniente, que impide la materialización
del derecho al reintegro, el pago de la indemnización por despido
injusto es perfectamente compatible con las condenas al pago de
los salarios y prestaciones dejadas de percibir, y de los aportes
al sistema de seguridad social en salud y pensión.

Aunado al pago de salarios y prestaciones, la Corte ha


estimado viable además condenar al pago de los aportes a
salud y pensión por el mismo periodo en que se ordenan
aquellos. En efecto, sobre el particular se precisó:

En función de lo precedente, considera la Corte que la mejor


forma de hacer efectivos los derechos laborales de un trabajador
al que se le frustró su derecho al reintegro por liquidación de la
entidad, es mediante el pago de dos componentes: (1) los
salarios y prestaciones legales y extralegales dejados de percibir
desde su desvinculación hasta la fecha de la supresión total de
la entidad, bajo la idea de que el vínculo nunca finalizó, y (2) el
pago de los aportes al sistema de seguridad social en salud y
pensión durante el mismo lapso. Adicionalmente, la extinción de
la entidad y la consecuente eliminación de los empleos, da lugar
a un tercer reconocimiento, por concepto de (3) indemnización por
despido injusto, todo lo cual se explica a continuación (CSJ
SL4984-2017).

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Radicación n.° 68304

Así las cosas, lo viable en el sub lite es modificar la


decisión de primera instancia en el sentido de precisar que
al hacerse imposible el reintegro con ocasión de la extinción
de la persona jurídica empleadora, se condenará al ISS al
pago de los salarios y prestaciones sociales legales y
extralegales desde el 1 de octubre de 2008 hasta el 31 de
marzo de 2015, fecha de la liquidación definitiva de la
demandada, montos que deberán ser indexados hasta la
fecha de su pago.

Asimismo, se adicionará la condena en contra de dicho


instituto respecto de la indemnización por despido sin justa
causa, dado que la liquidación definitiva de la entidad
ocurrida el 31 de marzo de 2015, es una causa legal más no
justa de terminación del contrato de trabajo, la cual,
conforme al criterio de esta Sala es compatible con la
condena por concepto de salarios y prestaciones dejados de
percibir hasta el cierre de la entidad. En tal sentido, se
adicionará la providencia de primera instancia para
condenar al pago de la indemnización por despido injusto
que se causa a partir del 31 de marzo de 2015, la cual
deberá ser calculada de acuerdo con la tabla indemnizatoria
prevista por el artículo 5 de la convención colectiva de
trabajo, debidamente indexada y «teniendo en cuenta para
ello el salario que le habría correspondido a la actora a la
fecha de la liquidación de la entidad» (CSJ SL4984-2017).

Por último, se adicionará la providencia apelada para


condenar al pago de los aportes al sistema de seguridad

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social en salud y pensión durante el mismo lapso en que se


cancelaran los salarios y prestaciones.

- De la prescripción:

Por último, en cuanto a la excepción de prescripción,


la Sala advierte que conforme a lo previsto en el artículo
151 del CPTSS «Las acciones que emanen de las leyes
sociales prescribirán en tres años, que se contarán desde
que la respectiva obligación se haya hecho exigible»;
fenómeno que en este caso no ocurrió porque desde que el
derecho se hizo exigible –fecha de terminación del vínculo
laboral-, esto es, el 30 de septiembre de 2008 (f.° 24 del
cuaderno 1)– y la calenda en que se radicó la demanda - 31
de marzo de 2009 (f.° 122 de cuaderno 1) – transcurrió
menos de un año.

Esta Corporación ha precisado que para interponer la


acción de reintegro originada en la convención colectiva el
interesado tiene un plazo de tres años, lo que ha soportado
así:

Sobre la prescripción de la acción de reintegro con fuente


convencional, esta Sala de la Corte se ha pronunciado
pacíficamente en el sentido de considerar que al reintegro
consagrado en el acuerdo colectivo de trabajo se le aplica la
prescripción ordinaria establecida en los artículos 151 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social y 488 del estatuto
homólogo sustancial. Así lo expuso en las sentencias de
radicación 21574 de 15 de abril de 2004, 40310 de 6 de julio de
2011, 39744 y 39420 de 20 de junio de 2012, 43824 de 24 de
julio de 2012 y 44353 de 1º de agosto de 2012, entre otras. Con
lo anterior, es suficiente para despachar negativamente la
argumentación del recurrente (CSJ SL7805-2016).

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En consecuencia, es claro que no era dable declarar la


excepción de prescripción respecto del reintegro reclamado.

Las costas en primera instancia a cargo de la


demandada. Sin costas en la alzada.

X. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia dictada el 31 de octubre de 2012 por la Sala
Laboral del Tribunal Regional de Descongestión con sede en
el Distrito Judicial de Santa Marta, dentro del proceso
ordinario laboral seguido por HAIDIS LEONOR SIERRA
ARIAS contra el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES EN
LIQUIDACIÓN, hoy PATRIMONIO AUTONOMO DE
REMANENTES – ISS EN LIQUIDACIÓN, sólo en cuanto
revocó la condena por concepto de reintegro. NO LA CASA
en lo demás.

En sede de instancia, RESUELVE:

PRIMERO: MODIFICAR el numeral tercero del fallo


proferido el 3 de diciembre de 2010 por el Juzgado Sexto
Adjunto Laboral del Circuito de Cartagena el sentido que,
ante la imposibilidad del reintegro, la demandada debe
pagar los salarios y prestaciones legales y extralegales
dejados de percibir por la actora desde la fecha de su
desvinculación hasta el día de la finalización del proceso
liquidatario, esto es, hasta el 31 de marzo de 2015, para lo

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cual se tendrá en cuenta que el salario devengado a la fecha


del despido ascendió a la suma de $1.626.008, valor que
deberá incrementarse conforme los aumentos que le hayan
sido aplicados a los trabajadores oficiales del ISS, hasta la
fecha de su liquidación. Las anteriores sumas se
reconocerán debidamente indexadas.

SEGUNDO: ADICIONAR la sentencia del a quo para


condenar a la demandada al pago de la indemnización por
despido injusto causado el 31 de marzo de 2015, conforme
a la tabla indemnizatoria contenida en el artículo 5 de la
convención colectiva de trabajo, debidamente indexada al
momento de su pago, teniendo en cuenta para ello el salario
que le habría correspondido a la actora a la fecha de la
liquidación de la entidad.

TERCERO: ADICIONAR la providencia en mención en


el sentido de condenar al demandado el pago de los aportes
al sistema de seguridad social en salud y pensión,
generados desde la fecha de la desvinculación de la
demandante hasta el 31 de marzo de 2015.

CUARTO: CONFIRMAR en lo demás.

QUINTO: Las costas de ambas instancias a cargo de


la demandada.

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Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

ERNESTO FORERO VARGAS

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