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EQUIPO 11

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO SANO 1950-1962

La periodización del desarrollo económico de México está basada en la idea de que a


partir de 1958 un nuevo periodo caracterizado por alto crecimiento económico e inflación
más bien baja, comúnmente denominado “desarrollo estabilizador” que se prolongó por
toda la década de los años 60s. Todo esto coincide con los hechos en esas dos variables, el
crecimiento y la inflación, así, se toma en cuenta una visión de mucho más largo plazo y se
consideran otras variables, la periodización podría ser un poco distinta. En los años 50s, a
raíz de la devaluación de 1948, se caracterizaron por un fuerte crecimiento económico
que se prolongó hasta el final de la década de los 60s. 
Si por un momento se excluye la variable inflación en el análisis y solo se considera la
capacidad de la economía para mantener un ritmo sostenido de crecimiento económico,
entonces la periodización más adecuada es realmente del inicio de la década de los años
50s hasta alrededor de 1962. La exclusión de la inflación se justifica debido a que en
realidad esta no fue propiamente generada en forma interna o por efectos directos de la
política económica. 
La economía mexicana experimentó un fuerte crecimiento durante la década de los años
50s, a pesar de las fluctuaciones externas que asolaron la balanza de pagos durante esos
años. El peso de devaluó en 1954 pero la economía no dejó de crecer, de hecho se
observó un crecimiento en el PIB de al rededor 100%. 
La inflación, desde el término de la Segunda Guerra Mundial los precios habían estado
aumentando en forma persistente, lo cual había sido generado por causas externas,
especialmente por el exceso de demanda debido a la propia segunda guerra mundial. 
El PIB creció a una tasa de promedio de 5.9% entre 1950 y 1962. Durante los años 50s
tiene lugar la transición de una economía que está creciendo estimulada por el gasto
público inflacionario, con un nivel alto de demanda agregada, a una economía más
equilibrada, con finanzas públicas sanas y con niveles de precios y de tipo de cambio
estables. 
La política de fomento económico fue muy vigorosa y se enfocó fundamentalmente en la
inversión en infraestructura básica. Esta inversión fue financiada en su mayor parte por
fondos propios del gobierno, no inflacionarios, y sólo en una pequeña parte por
endeudamiento con el sistema bancario privado y en menor medida con organismos de
crédito internacionales, por otro lado, la política económica a lo largo de todos esos años,
tuvo el objetivo de compensar las fluctuaciones externas que afectaron la economía, con
el fin de mantener altos niveles de actividad económica y empleo. La política económica
también se puede caracterizar por haber mantenido un equilibrio interno, pero cada vez
más el ahorro interno de la economía mostraba signos de insuficiencia para financiar el
proceso de crecimiento que requería el país, la economía logró transitar de un prolongado
periodo de crecimiento con inflación a otro periodo también largo, pero con estabilidad
de precios.

LAS FUENTES DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO DURANTE LOS AÑOS 50S


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La economía mexicana experimentó un fuerte crecimiento económico de 6.2% en


promedio anual durante toda la década de los años 50s hasta 1962. El crecimiento no fue
estable sino apuntó fuertes fluctuaciones que se tuvieron tres periodos. El primero
observa un ciclo decreciente hasta 1953, promediando un crecimiento de 5.4% anual; una
fuerte recuperación durante los años 1954 y 1957 cuando el PIB creció 8.2% en promedio
cada año, y finalmente un estancamiento relativo entre 1958 y 1962. Estos tres sub
periodos pueden distinguirse con alguna facilidad, en realidad el común denominador de
estos años es el rápido crecimiento de la economía, y que todavía se podía bastar a sí
misma. 
La agricultura creció a un ritmo de 4.4% al año en términos reales, mientras que la
industria manufacturera creció el 7%. Otros sectores importantes que crecieron a tasas
por arriba del promedio del producto fueron la industria petrolera (7.8%) y la industria
eléctrica (9.1%), la primera en manos gubernamentales y la segunda sólo en forma parcial.
El sector secundario especialmente el relacionado con la generación de energía, la
construcción y la industria de la transformación, continuó su senda de rápido crecimiento.
El producto por habitante también mejoró muy rápidamente. A pesar del alto ritmo de
crecimiento de la población que para entonces estaba experimentando el país por la
drástica reducción de la tasa de mortalidad infantil al haberse introducido extensos
controles sanitarios. el crecimiento que la economía experimentó durante los años 50s es
uno de los de mayor bonanza en la historia contemporánea del país. Primero, por la
demanda de algodón y otros productos básicos, la guerra de Corea dio un impulso inicial
en forma de similar a la segunda guerra mundial, y aunque su fuerza y duración fue menor
en los años 50s que en los cuarenta, el efecto sobre la economía fue importante en el
inicio del decenio. Segundo, el gasto gubernamental deficitario dio un estímulo
significativo a la inversión pública y por tanto a la demanda agregada, lo que impulsó el
crecimiento económico y mayor ocupación de la fuerza de trabajo. Finalmente, la baja en
los precios de los insumos de origen agropecuario y de los proveídos por el sector público,
especialmente la energía, disminuyeron su precio relativo y por lo tanto aumentó la
rentabilidad del sector moderno, lo que aunado a la mayor disponibilidad de crédito
permitió volúmenes de inversión más altos. 
El gobierno continuó invirtiendo fundamentalmente en infraestructura básica, y colocó en
énfasis en el petróleo, las carreteras y los servicios sociales de salud y educación. La
inversión privada registró un aumento muy significativo, parte de la cual provino del
exterior. Durante el periodo 1950-1962, la inversión del sector privado creció 8.1% en
términos reales. De la inversión privada total, alrededor de 9.1% fue nacional y sólo el
8.4% restante fue extranjera.
La inversión, especialmente privada, tuvo un comportamiento muy dinámico durante los
años 50s, lo que elevó la productividad de la mano de obra empleada y eso a su vez
incrementó la tasa de crecimiento de la economía. El sector privado puede aprovechar
externalidades positivas creadas por el Estado a través de la inversión acumulada en
infraestructura básica, como consecuencia de incrementos en la productividad en el
campo por la inversión pública y privada en sistemas de riego. 
Por otra parte, el sector financiero nacional y privado comenzó a jugar un papel mucho
más importante como apoyo del crecimiento del país. Durante la década de los años 50s,
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los recursos del sistema bancario a precios corrientes se triplicaron, lo que muestra que la
participación del sector financiero en el desarrollo del país creció notablemente. El
principal estímulo para el crecimiento del sistema bancario provino de los aumentos de la
demanda de servicios bancarios de la industria, el comercio y los particulares en general. 
La década de los años 50s se inició con la situación de que una gran parte de la industria
ya satisfacía a la mayor parte del mercado interno, varias de las ramas industriales básicas,
como los textiles y los comestibles, bebidas y tabaco, ya satisfacían casi 95% del mercado
interno para 1950. 

LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LOS AÑOS 50S 

Los objetivos de la política económica se pueden sintetizar de la siguiente forma: primero,


contrarrestar las fluctuaciones económicas generadas desde el exterior para evitar al
máximo su impacto negativo en el nivel de actividad económica y en la inflación; segundo,
conseguir la estabilidad de precios y mantener altas tasas de crecimiento después de la
devaluación de 1954 y tercero, promover el desarrollo industrial a través de la proyección
de la competencia externa y de diversos instrumentos de apoyo financiero. La entrada de
EUA al conflicto bélico en Corea trajo consigo una situación similar a la experimentada
durante la segunda guerra mundial. Inmediatamente se resintió un impacto externo a
través del incremento de la demanda externa por bienes y servicios y por entradas de
capital de corto plazo. Solo en 1950, las exportaciones totales aumentaron 17.9% en
relación con el año anterior, mientras que entraron además 62.1 millones de dólares
como “errores y comisiones “y capital de corto plazo, aparentemente por la repatriación
de capitales después de la flotación del tipo de cambio.

Ante la experiencia acumulada de la segunda Guerra Mundial, las autoridades hacendarias


reaccionaron vendiendo oro, plata y valores gubernamentales al público para absorber
liquidez y a partir de enero de 1951 el Banco de México estableció un encaje legal de
100% para los aumentos de los depósitos, con el fin de restringir el crecimiento del
crecimiento del crédito.
Es decir la inflación ocurrida a principios de los años 50s, se debió claramente al impacto
externo que sufrió la economía y no a las finanzas públicas, las que de hecho registraron
un superávit, tanto en 1950 como en 1951.

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