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Misericordia De Dios

Podemos partir desde donde nace la misericordia de Dios hacia nosotros y como
esta llega a influir en nuestra fe y sobre la bondad de dios padre, dios hijo y dios
espíritu santo

La misericordia es un atributo divino entendido como sinónimo de consideración,


amabilidad y perdón, que los fieles piden a Dios para que éste tenga piedad por
sus pecados y sus desobediencias

De acuerdo a las palabras de Jesús, el hombre debe ser misericordioso con


quienes lo rodean si espera ser tratado del mismo modo. Algunos conceptos que
expresan ideas opuestas son el rencor, la venganza y el desprecio, entre otras
actitudes y sentimientos considerados negativos.

Es importante señalar que la misericordia puede expresarse de diversas formas,


sea por medios materiales como espirituales; en otras palabras, ofrecer alimento,
techo o ropa a los necesitados es una obra de misericordia, tanto como lo es
enseñar a quienes no tengan acceso a la educación escolarizada, consolar a una
persona afligida o perdonar las equivocaciones ajenas. Otras acciones que
responden a esta actitud, aunque quizás menos evidentes, son los rezos y el
entierro de los fallecidos.

A menudo se comete el error de confundir la misericordia con la lástima, aunque


sea dos conceptos muy diferentes. Sentir lástima por otra persona no se trata de
una actitud persistente de la personalidad, sino de una sensación pasajera;
además, no acarrea una acción bondadosa para acabar con los problemas ajenos,
sino que se queda en la reflexión acerca de los mismos.
A todos los que estamos dispuestos a abrirle los oídos del alma, Jesucristo
enseña en el sermón de la Montaña el mandato divino de la caridad. Y, al
terminar, como resumen explica: amad a vuestros enemigos, haced bien y prestad
sin esperanza de recibir nada a cambio, y será grande vuestra recompensa, y
seréis hijos del Altísimo, porque El es bueno aun con los ingratos y malos. Sed,
pues, misericordiosos, así como también vuestro Padre es misericordioso.

La misericordia no se queda en una escueta actitud de compasión: la misericordia


se identifica con la superabundancia de la caridad que, al mismo tiempo, trae
consigo la superabundancia de la justicia. Misericordia significa mantener el
corazón en carne viva, humana y divinamente transido por un amor recio,
sacrificado, generoso. Así glosa la caridad San Pablo en su canto a esa virtud: la
caridad es sufrida, bienhechora; la caridad no tiene envidia, no obra
precipitadamente, no se ensoberbece, no es ambiciosa, no busca sus intereses,
no se irrita, no piensa mal, no se huelga de la injusticia, se complace en la verdad;
a todo se acomoda, cree en todo, todo lo espera y lo soporta todo.

La Divina Misericordia

La Divina Misericordia es en principio la devoción que sienten los cristianos por la


misericordia de Dios, confiando en que él se sacrificó por los pecados de sus
seguidores. A través de esta entrega, la Iglesia garantiza a los fieles que sus faltas
les serán perdonadas por Jesús, no a través de un juicio, sino como un gesto que
simboliza la salvación.
Así también la divina misericordia es un estilo de vida que nos pone la religión,
expresado a través de acciones interiores (como es la fé en Dios y en sus
promesas) y exteriores: la adoración de los símbolos religiosos, la repetición de
ciertas oraciones, los actos misericordiosos y compasivos para con los demás y la
realización de determinadas celebraciones

“Qué hermosa es esta realidad de fe para nuestra vida: la misericordia de Dios.


Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no
decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía”.

Papa Francisco, homilía 7-4-2013

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