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El camello deberá rechazar al dragón de tradición y mandamientos, pero no podrá hacerlo

en su actual forma de camello, amante de los deberes. Para ello deberá transformarse. Sus
anteriores pruebas le han permitido alcanzar la suficiente fuerza para convertirse en el león:
símbolo de coraje, tenacidad, desilusión e incluso rabia. Sólo en este estado el espíritu es
capaz de pronunciar un NO rotundo.

Este NO representa el rechazo absoluto a cualquier control externo y a todos los valores
tradicionales. Toda cosa impuesta por otros individuos, sociedades, iglesias, gobiernos,
estados, familias, así como toda forma de propaganda deben ser expulsadas con un
empoderado/poderoso rugido.

Esto no quiere decir que el león crea que las virtudes y los valores impuestos por aquellas
entidades son malvados o corruptos. De hecho, podrían ser buenas y útiles. Sin embargo,
también es un hecho que devienen de una autoridad externa y por ello se requiere su
expulsión. El superhombre es el individuo absoluto y por lo tanto debe inventarse sus
propios valores, en sus propios términos.

Tercera metamorfosis: El Niño


Después de que el león ha pronunciado el sagrado NO, el espíritu deberá experimentar una
transformación más en el camino del superhombre:

Pero decídme, hermanos míos, ¿qué puede hacer el niño que ni siquiera
el león puede? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en
niño? El niño es inocencia y olvido, recomienzo y juego, una rueda que
gira por sí misma, un primer movimiento, un sagrado SÍ. Para el juego de
la creación, hermanos míos, un santo SÍ es necesario. Sí, hermanos
míos, para el juego del crear se precisa un santo decir SÍ: el espíritu
quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su
mundo.

Entonces, Nietzsche sostiene que el león deberá transformarse una vez más para olvidar. El
espíritu ha sufrido mucha confusión y confinamiento, pero es necesario que vacíe su mente
del pasado. Pronunciando un sagrado SÍ el niño afirma el momento, afirma sin certeza y
afirma, sobre todo, el flujo de la vida. El niño se convierte en una rueda que se impulsa a sí
misma, tal como la vida. El niño elige rodar con la vida: bailar y tocar con ella.
Finalmente, para Nietzsche la creación pura emerge en este estado de juego. Cuando una
persona puede alcanzar un entendimiento infantil, una mente inmersa en el momento y
llena de maravilla y regocijo, esta persona podrá asirse a su propia voluntad, crear su propia
virtud y, así, inventar su propia realidad. En el proceso de esta última metamorfosis el
espíritu deviene en sí mismo, conquista su mundo y alcanza el estado de superhombre. El
espíritu alcanza su liberación.
Bibliografía

https://pijamasurf.com/2016/12/la_guia_para_convertirse_en_superhombre_de_frederich_nietzs
che/

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