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NUEVAS TENDENCIAS EN LA EVALUACIÓN

SCT
ESTRUCTURAL DE EDIFICIOS

Antonio Zeballos Cabrera(1)

XV CNIS
MÉXICO 2005
Artículo II-12

RESUMEN

Se analiza el papel del ingeniero civil en la evaluación de proyectos de inversión. La necesidad de


contar con información sobre las pérdidas que una estructura sufrirá en sismos futuros hoy es muy
pobremente cubierta con el esquema tradicional de la ingeniería estructural según el cual una
estructura satisface o no los requisitos reglamentarios. Es necesario migrar de este esquema rígido a
métodos más científicos capaces de establecer niveles de desempeño en términos de costo. En este
trabajo se presentan las características que desde nuestro punto de vista deberá tener esta forma de
analizar construcciones, y un ejemplo práctico de un edificio alto en la Ciudad de México.

ABSTRACT

The role of civil engineers in investment Project evaluation is analyzed. The current requirement of
information on losses in structures subjected to earthquakes is poorly satisfied by a rigid structural
engineering scheme in which a given structure satisfies construction code requirements or not. Its
become necessary to migrate from this rigid scheme to other more scientific methods, capable to
establish performance levels in terms of cost. The characteristics of this new methods of analyzing
structures, in the authors point of view, are presented as well as an application example on a real
high-rise building in Mexico City.

ANTECEDENTES

La dinámica actual de los proyectos de inversión principalmente relacionados con edificaciones y


desarrollos inmobiliarios ha generado una creciente necesidad de información técnica que permita a los
tomadores de decisiones formarse una idea confiable de la evolución de dichas inversiones en el futuro. A
diferencia de otro tipo de inversiones, en las edificaciones los eventos naturales causan pérdidas directas
que merman las utilidades de los dueños, de manera que si estos no son correctamente analizados el riesgo
que se corre puede ser muy alto. En el mercado mexicano actual se cuenta con una serie de instrumentos
de transferencia de riesgo entre los cuales el más adecuado a la amenaza sísmica es el seguro
convencional. Cuando uno contrata un seguro, el riesgo de pérdidas materiales es asumido por la
compañía que otorga el seguro a cambio de una prima anual, aunque es claro que el propietario también

(1) ERN Ingenieros Consultores S.C., Desierto de los Leones 46 casa 2, 01000, México, DF. azc@ern.com.mx
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participa en alguna medida (deducible y coaseguro). Lo ideal sería que la prima sea fiel reflejo del nivel de
riesgo que la compañía está asumiendo, para lo cual deberá realizar análisis de pérdidas ante diversos
escenarios pesados con su correspondiente probabilidad de excedencia; sin embargo, lo que actualmente
determina las primas por terremoto es la oferta y la demanda, y las compañías de seguro realizan análisis
de riesgo de toda su cartera y no de edificios particulares, por lo que no es poco frecuente que la prima
pagada por un edificio de bajo riesgo sea muy elevada, comparada con otro de alto riesgo.

Ante este panorama, se puede identificar claramente la participación de la ingeniería sísmica y


estructural en este proceso de determinación de pérdidas. Las compañías de seguros requieren de
herramientas y de profesionales capaces de determinar el riesgo sísmico de determinada construcción, y
por otra parte, el dueño o inversionista tiene la posibilidad de encargar esta tarea a un ingeniero con la
finalidad de negociar con la compañía de seguros una prima acorde con el nivel de riesgo de su edificio.
En ambos casos, la óptica ingenieril tradicional de dictaminar si un edificio satisface o no los requisitos
reglamentarios resulta claramente insuficiente.

En un futuro no muy lejano, la sociedad reclamará de sus profesionales, principalmente los


ingenieros civiles, la capacidad de determinar el daño o pérdida que sufrirá un determinado edificio, y no
simplemente determinar si el edificio “pasa” o “no pasa”. Es necesario, por lo tanto, determinar los
lineamientos, requisitos y características que deberán tener los métodos que se desarrollen para estos fines,
con el objeto de que cumplan con la rigurosidad propia de nuestra profesión. Esto tiene relación con el
enorme esfuerzo que actualmente se esta haciendo por contar con reglamento de construcción que
incorporen criterios de desempeño, aunque en este caso el desempeño debe ser establecido en términos de
costos monetarios, para así ser incluido en cualquier análisis convencional de evaluación de proyectos.

ESTIMACIÓN DE LAS PÉRDIDAS EN UN EDIFICIO

Cuando se requiere determinar la pérdida que sufrirá un edificio ante un evento sísmico futuro es
necesario tener claros algunos conceptos mucho más comunes en el medio asegurador que en el de la
ingeniería. El peligro sísmico es una medida cuantitativa de la amenaza que los sismos representan; esta
descripción cuantitativa deberá al menos relacionar una medida de la intensidad del movimiento sísmico
con el periodo de retorno, o su inverso, la tasa de excedencia anual. La vulnerabilidad estructural es una
propiedad de las estructuras y determina su propensión a sufrir daño ante un evento que, en el lugar donde
se desplanta la estructura, se manifiesta con una determinada intensidad. El riesgo es una medida
cuantitativa de las pérdidas que se puede esperar en un edificio en un evento sísmico, y es el resultado de
la interacción entre el peligro y la vulnerabilidad estructural.

Esto quiere decir que para realizar un análisis razonable es necesario contar con estudios
confiables de peligro sísmico, con los cuales podamos generar curvas de tasas de excedencia para
cualquier punto geográfico. En México se ha realizado muchos estudios de peligro sísmico que han sido la
base de las zonificaciones sísmicas de los reglamentos existentes, y de los múltiples estudios de
microzonificación en diversas ciudades. En particular, los estudios desarrollados por el Instituto de
Ingeniería de la UNAM (Ordaz, 1997) han sido desarrollados con la minuciosidad adecuada y han puesto
al alcance de los ingenieros herramientas para realizar estos análisis y que facilitan una mejor lectura de
los resultados, como el programa CRISIS, (Aguilar et al, 1999). En la Figura 1 se puede observar un mapa
de aceleraciones máximas en la República Mexicana para un periodo de retorno de 500 años. Además de
eso, es posible obtener curvas de peligro para lugares específicos, tal como se muestra en la Figura 2,
donde se puede ver la curva de tasas de excedencia para el Distrito Federal.

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Figura 1: Mapa de aceleraciones máxima de suelo para un periodo de retorno de 500 años en la República
Mexicana.

Tasa de Excedencia para el Distrito


Federal
1.00E+01

1.00E+00
1.00E-01
ν (1/año)

1.00E-02
1.00E-03

1.00E-04
1.00E-05

1.00E-06
1 10 100 1000 10000

Intensidad (gal)

Figura 2: Curva de tasas de excedencia de aceleración máxima del suelo para el Distrito Federal (terrno
firme).

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El otro aspecto importante en el cálculo del riesgo sísmico es la vulnerabilidad sísmica. La


vulnerabilidad de una estructura es la relación entre el nivel de amenaza del fenómeno que sea de interés,
y el nivel de daño que ella experimenta. En el caso particular de los sismos, la intensidad del movimiento
sísmico (o nivel de amenaza) se define con el valor de la aceleración espectral. El daño en una edificación,
en términos generales, se debe a la suma de los daños en sus tres rubros: inmueble o infraestructura,
contenidos y consecuencias. Este daño da como resultado una pérdida, denominada pérdida bruta. El daño
en un inmueble está relacionado con las características estructurales, que para su estudio se han clasificado
en tipos estructurales. Los códigos de diseño sísmico actuales centran sus disposiciones en 2 parámetros
de diseño: la resistencia y las deformaciones laterales; sin embargo, trabajos recientes han reconocido al
segundo de ellos como el parámetro más importante de diseño, y que mejor se relaciona con el desempeño
esperado de la estructura, por lo que es razonable suponer que la nueva generación de reglamentos
sísmicos den mucho mayor énfasis al control de las deformaciones laterales. Existen estudios que
muestran que el daño o pérdida se relaciona con el valor de la distorsión de entrepiso, γ, la cual se define
como la relación entre el desplazamiento relativo entre dos niveles y la altura de entrepiso (Moehle 1992;
Wallace 1994; Priestley 1996). Existe un número importante de estudios que han concluido que este
parámetro de respuesta estructural es el que tiene mejor correlación con el daño estructural y no
estructural y por lo tanto con la pérdida bruta (Miranda, 1999 y Miranda et al 2002). La pérdida bruta
relativa β se puede estimar con la siguiente expresión (Ordaz et al, 1999):

ρ
⎛γ ⎞
E( β / γ ) = 1 − 0.5θ , θ = ⎜⎜ ⎟⎟ ( 1)
⎝γ ⎠

donde: γ es la distorsión referencial asociada a una pérdida del 50% del valor total del inmueble. Este
parámetro depende del sistema estructural y la fecha de construcción, ρ es un parámetro de vulnerabilidad
que depende del tipo estructural y de la antigüedad (es del orden de 2),

La distorsión máxima de una estructura depende de la intensidad sísmica denominada


seudoaceleración espectral, la cual se relaciona directamente con la fuerza sísmica que la edificación
soportaría. La distorsión máxima se estima de la siguiente manera (Miranda 1999, Miranda y Reyes
2002):

3
β1 β 2 β 3 β 4η 2 N 4
γ =a ( 2)
4π 2 H

donde a es el valor esperado de la aceleración espectral que depende del periodo fundamental de vibración
y del amortiguamiento de la estructura, β1 es un factor de amplificación que permite la estimación del
desplazamiento lateral máximo en el nivel superior de la estructura a partir del desplazamiento espectral,
considerando comportamiento elástico lineal, β2 es un factor de amplificación para estimar la distorsión
máxima de entrepiso a partir de la distorsión global de la estructura, la que a su vez se define como el
desplazamiento lateral máximo de la azotea dividido entre la altura total del edificio, β3 es un factor que
depende de la ordenada espectral de seudoaceleraciones asociada al periodo fundamental de vibración de
la estructura (T), de su resistencia lateral y del factor de reducción de fuerzas laterales, y se puede calcular
empleando la siguiente expresión

⎡ ⎛1
β 3 = ⎢1 + ⎜⎜

( ⎤
− 1⎟⎟ exp − 12Tµ −0.8 ⎥ ) ( 3)
⎣ ⎝µ ⎠ ⎦

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en donde µ es una medida de la ductilidad demandada a la estructura. µ puede calcularse como el cociente
entre el valor calculado de Sa (la aceleración espectral, calculada con las leyes de atenuación) entre el
valor del nivel de peligro (puede ser el coeficiente sísmico del reglamento). No obstante, es probable que
en muchos casos la práctica de diseño y construcción tradicional no este necesariamente normalizado por
un reglamento o código de construcción. En esos casos, será necesario contar con la opinión experta de
profesionales locales para establecer de manera aproximada pero con suficiente certeza, los niveles de
resistencia adecuados.

β4 es un factor que permite modificar el valor de la respuesta de la estructura en función de


determinado aspectos que incrementan la vulnerabilidad, como son la existencia de columnas cortas, la
asimetría e irregularidad de las construcciones y la existencia de sobrepeso en algunos niveles. El valor de
este factor se determina con base en la experiencia, sin embargo solo se puede aplicar cuando existe una
gran cantidad de información disponible del edificio.

En la fórmula (2), H es la altura total de la estructura, N = es el número de pisos de la estructura y


η es un factor que sirve para estimar el periodo fundamental de la estructura a partir del número de pisos.

Cuando γi = γ , el valor esperado de la pérdida E(β/γi) es igual a 0.5, que es una condición de la
forma funcional. Por otra parte, el tamaño de las pérdidas cuando γi es muy pequeño es también pequeño,
y varia lentamente a medida que aumenta la distorsión, situación que se presenta también cuando el valor
de γ es muy alto. Quiere decir que, en las situaciones extremas (muy poca distorsión o muy alta
distorsión), el incremento del daño o pérdidas varia poco. Esta forma no lineal de la función de
vulnerabilidad permite una gran flexibilidad para representar una familia grande de tipos estructurales
variando el valor de algunos parámetros ( γ y ρ).

En la figura 3 se puede observar la forma general de las funciones de vulnerabilidad. La curva


azul representa a una estructura más vulnerable que aquella representada por la curva roja. Esto es claro ya
que para cualquier valor de distorsión de entrepiso, a la curva azul le corresponde un mayor valor de
pérdida que para la curva roja. En la misma figura es se muestran en negro los limites que son empleados
en el diseño estructural de edificios (0.006 cuando la estructura se desliga de los elementos no
estructurales, y 0.012 cuando la estructura si de desliga de ellos).

En el esquema tradicional de la ingeniería estructural, las estructuras “pasan” si la distorsión


calculada es menor que el límite que corresponda, y “no pasa” si la distorsión calculada es mayor que
dicho límite. En este esquema, el daño será nulo si se esta por debajo del límite reglamentarios, y será
100% cuando éste sea rebasado. Esto, claramente, no corresponde con un comportamiento esperado de las
estructuras, y por lo tanto no será adecuado para hacer una evaluación del desempeño de la misma. Las
funciones de vulnerabilidad intentan resolver esta limitación.

Dado un sismo de magnitud M en una fuente sísmica cualquiera, se puede obtener el valor
esperado del daño calculando el valor esperado de la expresión (1) para pérdidas. La distorsión de
entrepiso es proporcional al valor de la seudoaceleración, a. En general, no es razonable considerar que la
seudoaceleración a y las funciones de vulnerabilidad estén libres de incertidumbres, por o que en lugar de
referirnos a los valore de estas emplearemos las correspondientes funciones de distribución de
probabilidad y los valores esperados de las misma. Con esto, la pérdida en un edificio se calcula con la
siguiente expresión (Ordaz et al 1999):

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Funciones de Vulnerabilidad
1

0.8

0.6
β

0.4

0.2

0
0 0.003 0.006 0.009 0.012 0.015
γ
Figura 3: Curvas de vulnerabilidad para dos estructuras, una (la línea azul) más vulnerable que otra (línea
roja). Se resaltan los límites reglamentarios de desplazamiento (RCDF-NTC sismo).

aMAX
E [β ] = ∫ E( β γ ( a )) f A ( a )da ( 4)
0

en donde aMAX es un límite superior práctico (teóricamente, el límite superior es ∞). El valor de la varianza
de la pérdida, σ(β), se puede estimar con la siguiente expresión:

σ ( β ) = E( β )[1 − E( β )] . ( 5)

Conocidas la media y la desviación estándar de la pérdida para una magnitud M, la función de


distribución de probabilidad de la pérdida bruta queda determinada por la siguiente expresión
(Distribución beta):

Γ ( a + b ) a −1
fβ ( β ) = β ( 1 − β )b−1 ( 6)
Γ ( a )Γ ( b )

donde a y b son los parámetros de la distribución:

1 − E [β ] − E [β ]C 2 ( β )
a= ( 7)
C 2( β )

⎡ 1 − E [β ]⎤
b = a⎢ ⎥ ( 8)
⎣ E [β ] ⎦

donde E [β ] se calcula con la expresión (4) y

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σ 2 [β ]
C 2( β ) = ( 9)
E 2 [β ]

donde σ 2 [β ] se calcula con la ecuación (5). En la Figura 4 se presentan las funciones de densidad típicas
para valores promedio de pérdida de 50% y 70%. En la Figura 5 se muestra una función de probabilidad
acumulada típica. Al valor obtenido con estas curvas se le conoce como pérdida bruta.

10

8 Ε(β)=70%
Ε(β)=50%
6
p (β)

0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
β

Figura 4: Funciones de densidad de probabilidad de pérdidas.

0.8

0.6
P( )

0.4

0.2

0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
β

Figura 5: Funciones de probabilidad acumulada de pérdida bruta

Para calcular la pérdida esperada de un conjunto de edificaciones (una cartera) será necesario
sumar todas las pérdidas de las edificaciones dentro de la ciudad. Para la varianza hay que considerar
además la correlación entre las pérdidas de las distintas edificaciones.

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MEDICIÓN DEL RIESGO DE UNA EDIFICACIÓN

El procedimiento descrito en la sección anterior permite estimar el valor medio de la pérdida ante la
ocurrencia de un temblor de magnitud M y epicentro conocido. Esto, por si mismo, es un dato importante,
pero no nos da información sobre la probabilidad de que ese temblor se presente en el futuro. Para poder
hacer una verdadera estimación a futuro de las pérdidas es necesario complementar el procedimiento con
información sobre la frecuencia con la que se producen temblores de determinada magnitud en la zona
donde se localiza nuestro edificio. Esto es, propiamente, una evaluación del riesgo sísmico asociado a la
edificación, y que puede ser medida de varias manera, siendo las más empleadas en el sector asegurados la
prima pura de riesgo (o prima técnica) y la pérdida máxima probable o PML (por sus siglas en inglés).

La prima pura para un inmueble se define como la pérdida anual esperada debido a daños en la
estructura por sismo. Se supone que el proceso de ocurrencia de sismos es estacionario y que a las
estructuras dañadas se les restituye su resistencia inmediatamente después de un sismo. La pérdida anual
acumulada de una cartera será la suma de las pérdidas anuales acumuladas de los edificios que conforman
dicha cartera.

El valor esperado de la pérdida anual acumulada es también conocido en el sector asegurador


como “prima técnica” o “prima pura de riesgo” puesto que a largo plazo, las primas cobradas por la
empresa de seguros y las pérdidas pagadas por los daños estarían en equilibrio. Matemáticamente la prima
técnica se define de la siguiente manera (Ordaz et al, 1999):

N fuentes M ui
dλ i
pp = ∑ ∫ − E [β / M , Ri ]dM ( 10)
i =1 M oi
dM

donde: pp = pérdida anual promedio o prima técnica o prima pura de riesgo


λi( M ) = tasa de excedencia de la magnitud M para la fuente i. Esta cantidad define el peligro
sísmico.
E( B M , Ri ) = Valor esperado de pérdida β dado un sismo de magnitud M a una distancia R. Esta
cantidad está relacionada con la vulnerabilidad de la estructura.
Ri = distancia de la fuente i a la ubicación del inmueble
Moi = cota inferior de las magnitudes consideradas en la fuente i
Mui = cota superior de las magnitudes en la fuente i

La pérdida máxima probable o PML es la pérdida en el edificio o cartera asociada a un periodo de


retorno. Por ejemplo, si se dice que la pérdida asociada a un periodo de retorno (Tr) de 500 años es de 2%
del valor del edificio o cartera, significa que 1 vez cada 500 años la pérdida del edificio o cartera será
mayor que 2%. Para calcular estos valores para distintos periodos de retorno se debe calcular la tasa de
excedencias de pérdidas. La tasa de excedencia de una pérdida β es el inverso del periodo de retorno e
indica el número de veces al año que dicha pérdida será igualada o excedida.

En general, la tasa de excedencia de una pérdida β para una fuente cualquiera se calcula como el
producto de la probabilidad de que la pérdida debido al sismo i sea mayor o igual que β por el número de
veces que ocurre el sismo i (Ordaz et al, 1999). El sismo i es cualquiera de los posibles sismos que pueden
producirse en la fuente analizada. Finalmente, la tasa de excedencia total es la suma de las tasas de
excedencia de cada una de las fuentes posibles en la región analizada.

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De manera matemática la tasa de excedencia se expresa de la siguiente manera

N fuentes M ui
1 dλi( M )
Tr
=ν( β ) = ∑ ∫ −
dM
Pr( B > β / M , Ri )dM ( 11)
i =i M oi

donde ν ( β ) es la tasa de excedencia de pérdida. Es el número de veces que la pérdida β es excedida en


un año, λi( M ) es la tasa de excedencia de la magnitud M (este cantidad define el peligro sísmico),
Pr( B > β M , Ri ) es la probabilidad de que la pérdida B dado un sismo de magnitud M a una distancia R
sea mayor que β., Ri es la distancia de la fuente i al punto en donde se quiere calcular la pérdida, y Moi es
la cota inferior de las magnitudes consideradas en la fuente i.

En la Figura 6 se puede apreciar la gráfica de una tasa de excedencia típica. Como era de esperar
las ordenadas disminuyen a medida que aumenta la pérdida. Esto significa que a mayor pérdida la
frecuencia de que ésta sea excedida disminuye. La disminución es mucho más pronunciada al principio de
la curva, para pérdidas pequeñas. Para pérdidas grandes la curva tiende a una asíntota.

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
0.00% 1.00% 2.00% 3.00% 4.00%
β

Figura 6: Tasa de excedencia versus pérdida. Para una fuente o suma de fuentes.

1
0.00% 1.00% 2.00% 3.00% 4.00%

0.1

0.01

0.001

0.0001
β

Figura 7: Tasa de excedencia (en escala logarítmica) versus pérdida

Para poder ver mejor la parte final de la curva de la Figura 6, en la Figura 7 se presenta la misma
gráfica con el eje vertical en escala logarítmica. Se puede apreciar que la curva presenta un quiebre en
β=3.4% aproximadamente, que muestra que la pérdida no puede exceder esta cota aunque la tasa

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disminuya. Esta cota es la pérdida máxima posible de la cartera y para carteras con límites muy bajos se
puede alcanzar para tasas muy altas.

Dado que el periodo de retorno es una cantidad mucho más habitual entre las compañías de
seguros, es más adecuado presentar la curva de pérdidas versus periodo de retorno, la cual se obtiene a
partir de la curva de tasa de excedencia. En la Figura 8 se muestra la curva de periodo de retorno para el
mismo ejemplo que el de las dos figuras anteriores. En esta curva se aprecia como la pérdida máxima se
alcanza para un periodo de retorno de 850 años aproximadamente. Otra forma común de presentar esta
gráfica es con las pérdidas en el eje vertical y el periodo de retorno en el eje horizontal.

2000

1500
Tr

1000

500

0
0.00% 1.00% 2.00% 3.00% 4.00%
β

Figura 8: Periodo de retorno versus pérdida

Si una compañía especifica un periodo de retorno como criterio para definir su riesgo permisible;
entonces la pérdida asociada a dicho periodo se denomina PML. Este valor sirve para determinar las
reservas de riesgo catastrófico y como criterio para determinar prioridades en el caso de que la empresa de
seguros contrate un cat-XL o exceso de pérdida con una compañía de reaseguros. No existe un criterio
uniforme para especificar un periodo de retorno. En México, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas
establece que el periodo de retorno debe ser de 1500 años.

APLICACIÓN EN UN CASO PRÁCTICO

El método descrito en la sección anterior puede ser aplicado a un edificio o una cartera de
edificios, para lo cual es necesario contar con información suficiente para poder hacer buenas
estimaciones de las pérdidas. Esta información consisten en un buen estudio de peligro sísmico, y en
información técnica sobre la estructura (tipo estructural, número de niveles, resistencia, factores de
vulnerabilidad, comportamiento dinámico, etc.). Es claro que cuando se analiza una cartera de edificios es
muy probable que no se cuente con toda la información técnica necesaria, por lo que será necesario hacer
consideraciones razonables sobre la información faltante.

Como ejemplo de aplicación del método se seleccionó un edificio alto en la Ciudad de México,
ubicado en zona de transición muy cerca al límite con la llamada zona de lago. Se supone que contamos
con toda la información del edificio, es decir, contamos con los planos arquitectónicos y estructurales así
como con las correspondientes memorias de cálculo. En este caso en particular, se realizaron mediciones

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de periodos estructurales con el objeto de eliminar la incertidumbre sobre dicho importante parámetro de
diseño.

Los periodos medidos del edificio son los mostrados en la siguiente tabla:

Tabla 1: Periodos, en segundos, obtenidos a partir de registros de vibración ambiental


Modo
Dirección 1 2 3
L (NS) 3.23 1.14 0.44
T (EW) 2.92 1.14 0.50
Torsión 1.52 0.67 0.38

El edificio en cuestión se terminó de construir en fecha reciente, es decir, de acuerdo a lo


estipulado en el reglamento de construcciones del Distrito Federal vigente hasta el 2004. El sistema
estructural consiste en marcos contraventeados de acero con columnas de concreto, las losas de piso son
losacero de 13 cm de espesor total. El edificio tiene una altura aproximada de 200m sobre el nivel de la
banqueta, donde los 2 primeros niveles tienen una altura mayor que la del resto del edificio. Si bien existe
una disminución en la planta del edificio, la altura ocupada por las plantas amplias es pequeña en relación
a la altura total del edificio, por lo que es posible considerar que la irregularidad en elevación no afecta el
comportamiento del edificio. La planta del edificio es sensiblemente simétrica, por lo que se puede
considerar, igualmente, que ello no constituye un factor de mayor vulnerabilidad del edificio.

Se realizó una evaluación de los edificios en cuestión con el sistema RS-MEX 2.1, considerando
los siguientes datos técnicos:
• Suma asegurada del inmueble: $100,000,000.00
• Límite máximo: $100,000,000.00
• Porcentaje de retención: 100 por ciento
• Deducible y Coaseguro: 0 por ciento

Se realizaron varias estimaciones del riesgo, tomando en consideración distintos niveles de


información disponible con el objeto de comparar los resultados. Estos niveles de información son los
siguientes:
• Nivel 1. Ubicación, uso del edificio, altura, sistema estructural. Es el nivel básico y la
información mínima requerida por las compañías de seguros.
• Nivel 2: Además de la información del Nivel 1, se tienen datos recabado de una
inspección visual del edificio como existencia de contravientos y muros, irregularidad en
planta y elevación, asimetría estructural, columnas cortas, estado general de la estructura y
otros detalles adicionales.
• Nivel 3: Además de la información de los niveles anteriores, se cuenta con información
sobre el comportamiento dinámico del edificio, como periodos y modos de vibrar en cada
dirección. Para este efecto, se realizaron mediciones de vibración ambiental, además de
contar con los datos teóricos reportados en las memorias de cálculos estructurales del
edificio. Se conoce también, con cierta confianza, la resistencia del edificio.

La estimación del riesgo para estos niveles de información se realizó de acuerdo con el
procedimiento autorizado por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), el cual es básicamente
igual al procedimiento descrito en las secciones anteriores.

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Los resultados de la evaluación practicada al edificio, en términos de primas puras, en los 3


niveles antes descritos se presenta en la siguiente tabla:

Tabla 2: Resultados de evaluación de primas


Valores asegurables y retenidos (sin opcionales)
Valor Pérdida Prima pura Pérdida Prima pura
Asegurable Esperada (%) (al millar) Esperada($) ($)
Nivel 1 $100,000,000.00 4.5193 1.5381 $4’519,262.91 $153,809.01
Nivel 2 $100,000,000.00 3.1989 1.0788 $3’198,941.42 $107,884.81
Nivel 3 $100,000,000.00 1.7118 0.6083 $1’711,813.73 $60,832.15

Se puede observar que, a pesar de que el edificio es de construcción reciente, y que satisface los
requerimientos reglamentarios vigentes, es posible calcular un valor para la pérdida esperada (el
correspondiente al evento que más aporta al riesgo del edificio), para la prima pura en valores absolutos y
relativos. Es claro, también, que cuando se cuenta con mayor información la estimación del riesgo
disminuye, lo que desde un punto de vista probabilística es razonable, ya que la mayor información
elimina fuentes de incertidumbre.

En el caso de PML, los resultados son los mostrados en la siguiente tabla:

Tabla 3: Valores de PML, en porcentaje (%)


Periodo Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3
100 3.03 2.08 1.02
250 5.87 4.09 1.82
500 8.75 6.22 2.64
1000 12.13 8.85 3.64
1500 14.27 10.59 4.32
2000 15.85 11.90 4.84
5000 21.01 16.40 6.70

Una representación gráfica del valor del PML en función del periodo de retorno se puede ver en la
Figura 9, en donde es claro que el nivel en donde se trabaja con menos información (nivel 1) estima
valores de PML mucho mayores que los que se obtienen empleando toda la información técnica
disponible (nivel 3). La diferencia, para un periodo de retorno de 1500 años, es de 3.3, es decir, el riesgo
estimado con el nivel 1 es 3.3 veces más alto que el estimado con toda la información. Es notable,
también, la disminución en los valores del riesgo que se obtienen con sólo un poco de información
adicional. El nivel 2 se diferencia del nivel 1 en el hecho de que se emplea información que es fácil de
obtener en una inspección visual del edificio de personal calificado. Con este poco de información
adicional, las estimaciones de PML para 1500 años disminuyen de 14.27% a 10.59%, es decir, se reducen
en casi una tercera parte.

En los contratos de las pólizas de seguros es usual acordar que el propietario sea el responsable de
una parte del riesgo de edificio que se asegura, una parte no proporcional (el deducible) y otra
proporcional (el coaseguro). Además, debe quedar claro que el valor de prima calculado en este ejemplo
representa una prima técnica, y por lo tanto no tiene en cuenta costos administrativos ni la utilidad de la

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empresa que otorga el seguro. En estas circunstancias, el inversionista podrá hacer una evaluación
financiera de la cual podrá establecer:

Riesgo Sísmico
25%
Nivel 1
20% Nivel 2
Nivel 3

PML (%)
15%

10%

5%

0%
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Periodo de Retorno Tr (años)

Figura 9: Pérdidas por sismo para distintos periodos de retorno y niveles de información disponibles.

1. El costo real del edificio, considerando que el corre el riesgo,


2. El costo real del edificio, considerando que parte del riesgo lo corre una aseguradora.
3. Cual de las 2 alternativas anteriores resulta mejor desde el punto de vista financiero, y
4. Cual deberá ser el valor de renta o venta de su inversión.

Esta información es de suma importancia para evaluar la rentabilidad del proyecto.

CONCLUSIONES

Se ha mostrado un procedimiento para incluir en las revisiones estructurales información relacionada con
las pérdidas esperadas en un edificio o cartera de edificios ante eventos sísmicos futuros. El procedimiento
muestra que con el conocimiento actual es posible hacer estimaciones de pérdidas en un ambiente con
incertidumbres.

La información que se obtiene y se entrega al cliente le ayudará a realizar análisis financieros más
consistentes, y por lo tanto tomar decisiones con menos riesgos. En la actualidad, muy pocos proyectos de
inversión en inmuebles o infraestructura incorporan en su análisis información confiable sobre el costo de
las pérdidas debidas a temblores futuros.

Es necesario desarrollar o ampliar este procedimiento para poder establecer una sucesión de
temblores posibles de ocurrir, con su correspondiente probabilidad de ocurrencia, para hacer proyecciones
de la inversión a largo plazo (por ejemplo, 50 años).

La mayor información disponible para realizar los análisis de riesgo sísmico conducen a
estimaciones mas confiables y, generalmente, menores (es decir, menos pérdidas). Esto debería incentivar
a los dueños y administradores de edificios a contar con planos ejecutivos y memorias de cálculo
completos para estos (y otro) fines. Se debería premiar, también, la instrumentación de edificios
especiales, ya sea por sus dimensiones o por las características especiales de su estructura, por cuenta de
los propietarios. El premio podría consistir en una disminución de la prima de seguros (si ello es posible)

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Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica, A. C.

por terremoto. Todo esto requiere de una estrecha vinculación del gremio de ingenieros civiles con las
compañías aseguradoras y con las entidades encargadas de la gestión del riesgo. Bajo este esquema,
resulta imprescindible una evolución del papel de la ingeniería civil, tradicionalmente ligada al diseño
estructural y a la construcción, hacia una ingeniería mucho más involucrada con la gestión financiera y del
riesgo en proyectos de inversión en edificaciones.

REFERENCIAS

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peligro sísmico”, Memorias, XII Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica, Morelia, noviembre.
Ordaz, M (1997), “Sismicidad y riesgo sísmico”, Memorias, XI Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica,
Veracruz, noviembre.
Ordaz, M., E. Miranda, E. Reinoso y C. Mendoza (1999), “Sistema experto para la evaluación de pérdidas
por sismo en México” Memorias del XII Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica, Morelia, noviembre.
Miranda, E. (1999), “Approximate seismic lateral deformation demands on multistory buildings.” J.
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nonuniform stiffness.” J. Struct. Eng., Vol. 128 No 7, 840-849.
Moehle, J. P. 1992. “Displacement-based design of RC structures subjected to earthquakes.” Earthquake
Spectra, USA.
Priestley, M. J. N. (1996). “Displacement-based seismic assessment of existing reinforced concrete
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Wallace, J.W. (1994). “New methodology for seismic design of RC shear walls.” J. Struct. Eng., 120(3),
863-884.

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