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SCT
ESTRUCTURAL DE EDIFICIOS
XV CNIS
MÉXICO 2005
Artículo II-12
RESUMEN
ABSTRACT
The role of civil engineers in investment Project evaluation is analyzed. The current requirement of
information on losses in structures subjected to earthquakes is poorly satisfied by a rigid structural
engineering scheme in which a given structure satisfies construction code requirements or not. Its
become necessary to migrate from this rigid scheme to other more scientific methods, capable to
establish performance levels in terms of cost. The characteristics of this new methods of analyzing
structures, in the authors point of view, are presented as well as an application example on a real
high-rise building in Mexico City.
ANTECEDENTES
(1) ERN Ingenieros Consultores S.C., Desierto de los Leones 46 casa 2, 01000, México, DF. azc@ern.com.mx
Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica, A. C.
participa en alguna medida (deducible y coaseguro). Lo ideal sería que la prima sea fiel reflejo del nivel de
riesgo que la compañía está asumiendo, para lo cual deberá realizar análisis de pérdidas ante diversos
escenarios pesados con su correspondiente probabilidad de excedencia; sin embargo, lo que actualmente
determina las primas por terremoto es la oferta y la demanda, y las compañías de seguro realizan análisis
de riesgo de toda su cartera y no de edificios particulares, por lo que no es poco frecuente que la prima
pagada por un edificio de bajo riesgo sea muy elevada, comparada con otro de alto riesgo.
Cuando se requiere determinar la pérdida que sufrirá un edificio ante un evento sísmico futuro es
necesario tener claros algunos conceptos mucho más comunes en el medio asegurador que en el de la
ingeniería. El peligro sísmico es una medida cuantitativa de la amenaza que los sismos representan; esta
descripción cuantitativa deberá al menos relacionar una medida de la intensidad del movimiento sísmico
con el periodo de retorno, o su inverso, la tasa de excedencia anual. La vulnerabilidad estructural es una
propiedad de las estructuras y determina su propensión a sufrir daño ante un evento que, en el lugar donde
se desplanta la estructura, se manifiesta con una determinada intensidad. El riesgo es una medida
cuantitativa de las pérdidas que se puede esperar en un edificio en un evento sísmico, y es el resultado de
la interacción entre el peligro y la vulnerabilidad estructural.
Esto quiere decir que para realizar un análisis razonable es necesario contar con estudios
confiables de peligro sísmico, con los cuales podamos generar curvas de tasas de excedencia para
cualquier punto geográfico. En México se ha realizado muchos estudios de peligro sísmico que han sido la
base de las zonificaciones sísmicas de los reglamentos existentes, y de los múltiples estudios de
microzonificación en diversas ciudades. En particular, los estudios desarrollados por el Instituto de
Ingeniería de la UNAM (Ordaz, 1997) han sido desarrollados con la minuciosidad adecuada y han puesto
al alcance de los ingenieros herramientas para realizar estos análisis y que facilitan una mejor lectura de
los resultados, como el programa CRISIS, (Aguilar et al, 1999). En la Figura 1 se puede observar un mapa
de aceleraciones máximas en la República Mexicana para un periodo de retorno de 500 años. Además de
eso, es posible obtener curvas de peligro para lugares específicos, tal como se muestra en la Figura 2,
donde se puede ver la curva de tasas de excedencia para el Distrito Federal.
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Figura 1: Mapa de aceleraciones máxima de suelo para un periodo de retorno de 500 años en la República
Mexicana.
1.00E+00
1.00E-01
ν (1/año)
1.00E-02
1.00E-03
1.00E-04
1.00E-05
1.00E-06
1 10 100 1000 10000
Intensidad (gal)
Figura 2: Curva de tasas de excedencia de aceleración máxima del suelo para el Distrito Federal (terrno
firme).
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ρ
⎛γ ⎞
E( β / γ ) = 1 − 0.5θ , θ = ⎜⎜ ⎟⎟ ( 1)
⎝γ ⎠
donde: γ es la distorsión referencial asociada a una pérdida del 50% del valor total del inmueble. Este
parámetro depende del sistema estructural y la fecha de construcción, ρ es un parámetro de vulnerabilidad
que depende del tipo estructural y de la antigüedad (es del orden de 2),
3
β1 β 2 β 3 β 4η 2 N 4
γ =a ( 2)
4π 2 H
donde a es el valor esperado de la aceleración espectral que depende del periodo fundamental de vibración
y del amortiguamiento de la estructura, β1 es un factor de amplificación que permite la estimación del
desplazamiento lateral máximo en el nivel superior de la estructura a partir del desplazamiento espectral,
considerando comportamiento elástico lineal, β2 es un factor de amplificación para estimar la distorsión
máxima de entrepiso a partir de la distorsión global de la estructura, la que a su vez se define como el
desplazamiento lateral máximo de la azotea dividido entre la altura total del edificio, β3 es un factor que
depende de la ordenada espectral de seudoaceleraciones asociada al periodo fundamental de vibración de
la estructura (T), de su resistencia lateral y del factor de reducción de fuerzas laterales, y se puede calcular
empleando la siguiente expresión
⎡ ⎛1
β 3 = ⎢1 + ⎜⎜
⎞
( ⎤
− 1⎟⎟ exp − 12Tµ −0.8 ⎥ ) ( 3)
⎣ ⎝µ ⎠ ⎦
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en donde µ es una medida de la ductilidad demandada a la estructura. µ puede calcularse como el cociente
entre el valor calculado de Sa (la aceleración espectral, calculada con las leyes de atenuación) entre el
valor del nivel de peligro (puede ser el coeficiente sísmico del reglamento). No obstante, es probable que
en muchos casos la práctica de diseño y construcción tradicional no este necesariamente normalizado por
un reglamento o código de construcción. En esos casos, será necesario contar con la opinión experta de
profesionales locales para establecer de manera aproximada pero con suficiente certeza, los niveles de
resistencia adecuados.
Cuando γi = γ , el valor esperado de la pérdida E(β/γi) es igual a 0.5, que es una condición de la
forma funcional. Por otra parte, el tamaño de las pérdidas cuando γi es muy pequeño es también pequeño,
y varia lentamente a medida que aumenta la distorsión, situación que se presenta también cuando el valor
de γ es muy alto. Quiere decir que, en las situaciones extremas (muy poca distorsión o muy alta
distorsión), el incremento del daño o pérdidas varia poco. Esta forma no lineal de la función de
vulnerabilidad permite una gran flexibilidad para representar una familia grande de tipos estructurales
variando el valor de algunos parámetros ( γ y ρ).
Dado un sismo de magnitud M en una fuente sísmica cualquiera, se puede obtener el valor
esperado del daño calculando el valor esperado de la expresión (1) para pérdidas. La distorsión de
entrepiso es proporcional al valor de la seudoaceleración, a. En general, no es razonable considerar que la
seudoaceleración a y las funciones de vulnerabilidad estén libres de incertidumbres, por o que en lugar de
referirnos a los valore de estas emplearemos las correspondientes funciones de distribución de
probabilidad y los valores esperados de las misma. Con esto, la pérdida en un edificio se calcula con la
siguiente expresión (Ordaz et al 1999):
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Funciones de Vulnerabilidad
1
0.8
0.6
β
0.4
0.2
0
0 0.003 0.006 0.009 0.012 0.015
γ
Figura 3: Curvas de vulnerabilidad para dos estructuras, una (la línea azul) más vulnerable que otra (línea
roja). Se resaltan los límites reglamentarios de desplazamiento (RCDF-NTC sismo).
aMAX
E [β ] = ∫ E( β γ ( a )) f A ( a )da ( 4)
0
en donde aMAX es un límite superior práctico (teóricamente, el límite superior es ∞). El valor de la varianza
de la pérdida, σ(β), se puede estimar con la siguiente expresión:
σ ( β ) = E( β )[1 − E( β )] . ( 5)
Γ ( a + b ) a −1
fβ ( β ) = β ( 1 − β )b−1 ( 6)
Γ ( a )Γ ( b )
1 − E [β ] − E [β ]C 2 ( β )
a= ( 7)
C 2( β )
⎡ 1 − E [β ]⎤
b = a⎢ ⎥ ( 8)
⎣ E [β ] ⎦
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σ 2 [β ]
C 2( β ) = ( 9)
E 2 [β ]
donde σ 2 [β ] se calcula con la ecuación (5). En la Figura 4 se presentan las funciones de densidad típicas
para valores promedio de pérdida de 50% y 70%. En la Figura 5 se muestra una función de probabilidad
acumulada típica. Al valor obtenido con estas curvas se le conoce como pérdida bruta.
10
8 Ε(β)=70%
Ε(β)=50%
6
p (β)
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
β
0.8
0.6
P( )
0.4
0.2
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
β
Para calcular la pérdida esperada de un conjunto de edificaciones (una cartera) será necesario
sumar todas las pérdidas de las edificaciones dentro de la ciudad. Para la varianza hay que considerar
además la correlación entre las pérdidas de las distintas edificaciones.
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El procedimiento descrito en la sección anterior permite estimar el valor medio de la pérdida ante la
ocurrencia de un temblor de magnitud M y epicentro conocido. Esto, por si mismo, es un dato importante,
pero no nos da información sobre la probabilidad de que ese temblor se presente en el futuro. Para poder
hacer una verdadera estimación a futuro de las pérdidas es necesario complementar el procedimiento con
información sobre la frecuencia con la que se producen temblores de determinada magnitud en la zona
donde se localiza nuestro edificio. Esto es, propiamente, una evaluación del riesgo sísmico asociado a la
edificación, y que puede ser medida de varias manera, siendo las más empleadas en el sector asegurados la
prima pura de riesgo (o prima técnica) y la pérdida máxima probable o PML (por sus siglas en inglés).
La prima pura para un inmueble se define como la pérdida anual esperada debido a daños en la
estructura por sismo. Se supone que el proceso de ocurrencia de sismos es estacionario y que a las
estructuras dañadas se les restituye su resistencia inmediatamente después de un sismo. La pérdida anual
acumulada de una cartera será la suma de las pérdidas anuales acumuladas de los edificios que conforman
dicha cartera.
N fuentes M ui
dλ i
pp = ∑ ∫ − E [β / M , Ri ]dM ( 10)
i =1 M oi
dM
En general, la tasa de excedencia de una pérdida β para una fuente cualquiera se calcula como el
producto de la probabilidad de que la pérdida debido al sismo i sea mayor o igual que β por el número de
veces que ocurre el sismo i (Ordaz et al, 1999). El sismo i es cualquiera de los posibles sismos que pueden
producirse en la fuente analizada. Finalmente, la tasa de excedencia total es la suma de las tasas de
excedencia de cada una de las fuentes posibles en la región analizada.
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N fuentes M ui
1 dλi( M )
Tr
=ν( β ) = ∑ ∫ −
dM
Pr( B > β / M , Ri )dM ( 11)
i =i M oi
En la Figura 6 se puede apreciar la gráfica de una tasa de excedencia típica. Como era de esperar
las ordenadas disminuyen a medida que aumenta la pérdida. Esto significa que a mayor pérdida la
frecuencia de que ésta sea excedida disminuye. La disminución es mucho más pronunciada al principio de
la curva, para pérdidas pequeñas. Para pérdidas grandes la curva tiende a una asíntota.
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
0.00% 1.00% 2.00% 3.00% 4.00%
β
Figura 6: Tasa de excedencia versus pérdida. Para una fuente o suma de fuentes.
1
0.00% 1.00% 2.00% 3.00% 4.00%
0.1
0.01
0.001
0.0001
β
Para poder ver mejor la parte final de la curva de la Figura 6, en la Figura 7 se presenta la misma
gráfica con el eje vertical en escala logarítmica. Se puede apreciar que la curva presenta un quiebre en
β=3.4% aproximadamente, que muestra que la pérdida no puede exceder esta cota aunque la tasa
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disminuya. Esta cota es la pérdida máxima posible de la cartera y para carteras con límites muy bajos se
puede alcanzar para tasas muy altas.
Dado que el periodo de retorno es una cantidad mucho más habitual entre las compañías de
seguros, es más adecuado presentar la curva de pérdidas versus periodo de retorno, la cual se obtiene a
partir de la curva de tasa de excedencia. En la Figura 8 se muestra la curva de periodo de retorno para el
mismo ejemplo que el de las dos figuras anteriores. En esta curva se aprecia como la pérdida máxima se
alcanza para un periodo de retorno de 850 años aproximadamente. Otra forma común de presentar esta
gráfica es con las pérdidas en el eje vertical y el periodo de retorno en el eje horizontal.
2000
1500
Tr
1000
500
0
0.00% 1.00% 2.00% 3.00% 4.00%
β
Si una compañía especifica un periodo de retorno como criterio para definir su riesgo permisible;
entonces la pérdida asociada a dicho periodo se denomina PML. Este valor sirve para determinar las
reservas de riesgo catastrófico y como criterio para determinar prioridades en el caso de que la empresa de
seguros contrate un cat-XL o exceso de pérdida con una compañía de reaseguros. No existe un criterio
uniforme para especificar un periodo de retorno. En México, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas
establece que el periodo de retorno debe ser de 1500 años.
El método descrito en la sección anterior puede ser aplicado a un edificio o una cartera de
edificios, para lo cual es necesario contar con información suficiente para poder hacer buenas
estimaciones de las pérdidas. Esta información consisten en un buen estudio de peligro sísmico, y en
información técnica sobre la estructura (tipo estructural, número de niveles, resistencia, factores de
vulnerabilidad, comportamiento dinámico, etc.). Es claro que cuando se analiza una cartera de edificios es
muy probable que no se cuente con toda la información técnica necesaria, por lo que será necesario hacer
consideraciones razonables sobre la información faltante.
Como ejemplo de aplicación del método se seleccionó un edificio alto en la Ciudad de México,
ubicado en zona de transición muy cerca al límite con la llamada zona de lago. Se supone que contamos
con toda la información del edificio, es decir, contamos con los planos arquitectónicos y estructurales así
como con las correspondientes memorias de cálculo. En este caso en particular, se realizaron mediciones
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de periodos estructurales con el objeto de eliminar la incertidumbre sobre dicho importante parámetro de
diseño.
Los periodos medidos del edificio son los mostrados en la siguiente tabla:
Se realizó una evaluación de los edificios en cuestión con el sistema RS-MEX 2.1, considerando
los siguientes datos técnicos:
• Suma asegurada del inmueble: $100,000,000.00
• Límite máximo: $100,000,000.00
• Porcentaje de retención: 100 por ciento
• Deducible y Coaseguro: 0 por ciento
La estimación del riesgo para estos niveles de información se realizó de acuerdo con el
procedimiento autorizado por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), el cual es básicamente
igual al procedimiento descrito en las secciones anteriores.
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Se puede observar que, a pesar de que el edificio es de construcción reciente, y que satisface los
requerimientos reglamentarios vigentes, es posible calcular un valor para la pérdida esperada (el
correspondiente al evento que más aporta al riesgo del edificio), para la prima pura en valores absolutos y
relativos. Es claro, también, que cuando se cuenta con mayor información la estimación del riesgo
disminuye, lo que desde un punto de vista probabilística es razonable, ya que la mayor información
elimina fuentes de incertidumbre.
Una representación gráfica del valor del PML en función del periodo de retorno se puede ver en la
Figura 9, en donde es claro que el nivel en donde se trabaja con menos información (nivel 1) estima
valores de PML mucho mayores que los que se obtienen empleando toda la información técnica
disponible (nivel 3). La diferencia, para un periodo de retorno de 1500 años, es de 3.3, es decir, el riesgo
estimado con el nivel 1 es 3.3 veces más alto que el estimado con toda la información. Es notable,
también, la disminución en los valores del riesgo que se obtienen con sólo un poco de información
adicional. El nivel 2 se diferencia del nivel 1 en el hecho de que se emplea información que es fácil de
obtener en una inspección visual del edificio de personal calificado. Con este poco de información
adicional, las estimaciones de PML para 1500 años disminuyen de 14.27% a 10.59%, es decir, se reducen
en casi una tercera parte.
En los contratos de las pólizas de seguros es usual acordar que el propietario sea el responsable de
una parte del riesgo de edificio que se asegura, una parte no proporcional (el deducible) y otra
proporcional (el coaseguro). Además, debe quedar claro que el valor de prima calculado en este ejemplo
representa una prima técnica, y por lo tanto no tiene en cuenta costos administrativos ni la utilidad de la
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empresa que otorga el seguro. En estas circunstancias, el inversionista podrá hacer una evaluación
financiera de la cual podrá establecer:
Riesgo Sísmico
25%
Nivel 1
20% Nivel 2
Nivel 3
PML (%)
15%
10%
5%
0%
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Periodo de Retorno Tr (años)
Figura 9: Pérdidas por sismo para distintos periodos de retorno y niveles de información disponibles.
CONCLUSIONES
Se ha mostrado un procedimiento para incluir en las revisiones estructurales información relacionada con
las pérdidas esperadas en un edificio o cartera de edificios ante eventos sísmicos futuros. El procedimiento
muestra que con el conocimiento actual es posible hacer estimaciones de pérdidas en un ambiente con
incertidumbres.
La información que se obtiene y se entrega al cliente le ayudará a realizar análisis financieros más
consistentes, y por lo tanto tomar decisiones con menos riesgos. En la actualidad, muy pocos proyectos de
inversión en inmuebles o infraestructura incorporan en su análisis información confiable sobre el costo de
las pérdidas debidas a temblores futuros.
Es necesario desarrollar o ampliar este procedimiento para poder establecer una sucesión de
temblores posibles de ocurrir, con su correspondiente probabilidad de ocurrencia, para hacer proyecciones
de la inversión a largo plazo (por ejemplo, 50 años).
La mayor información disponible para realizar los análisis de riesgo sísmico conducen a
estimaciones mas confiables y, generalmente, menores (es decir, menos pérdidas). Esto debería incentivar
a los dueños y administradores de edificios a contar con planos ejecutivos y memorias de cálculo
completos para estos (y otro) fines. Se debería premiar, también, la instrumentación de edificios
especiales, ya sea por sus dimensiones o por las características especiales de su estructura, por cuenta de
los propietarios. El premio podría consistir en una disminución de la prima de seguros (si ello es posible)
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por terremoto. Todo esto requiere de una estrecha vinculación del gremio de ingenieros civiles con las
compañías aseguradoras y con las entidades encargadas de la gestión del riesgo. Bajo este esquema,
resulta imprescindible una evolución del papel de la ingeniería civil, tradicionalmente ligada al diseño
estructural y a la construcción, hacia una ingeniería mucho más involucrada con la gestión financiera y del
riesgo en proyectos de inversión en edificaciones.
REFERENCIAS
Aguilar, A., M. Ordaz, M y Arboleda, J. (1999), “CRISIS99. sistema de cómputo para el cálculo de
peligro sísmico”, Memorias, XII Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica, Morelia, noviembre.
Ordaz, M (1997), “Sismicidad y riesgo sísmico”, Memorias, XI Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica,
Veracruz, noviembre.
Ordaz, M., E. Miranda, E. Reinoso y C. Mendoza (1999), “Sistema experto para la evaluación de pérdidas
por sismo en México” Memorias del XII Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica, Morelia, noviembre.
Miranda, E. (1999), “Approximate seismic lateral deformation demands on multistory buildings.” J.
Struct. Eng., Vol. 125 No 4, 417-425.
Miranda, E. y C. J. Reyes (2002), “Approximate lateral drift demands on multistory buildings with
nonuniform stiffness.” J. Struct. Eng., Vol. 128 No 7, 840-849.
Moehle, J. P. 1992. “Displacement-based design of RC structures subjected to earthquakes.” Earthquake
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Priestley, M. J. N. (1996). “Displacement-based seismic assessment of existing reinforced concrete
buildings.” Bull. New Zealand Natl. Soc. Earthquake Eng.
Wallace, J.W. (1994). “New methodology for seismic design of RC shear walls.” J. Struct. Eng., 120(3),
863-884.
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