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Mario Bunge Teoria y Realidad PDF
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9. Véase M. BUNGE, La investigación científica y *Theory mects 10. Véase S. STERNBERG, op. cit. y B. F. R I T C H I E , «Conceraing an
Erperience», en M. K. MUNITZ y H. KIEFER, eds., The Uses oí Thilo- Incurable Vagueness in Psychological Theories», en B. B. ""JTCFL.V.AJ,- y
sopky (Albany, N. Y.~^, New York State Universit)- Press, en prensa). E. NAGEL, eds., Scientific Psychology (Nueva .York, Basic Books, 1965).
sentaciones no estará limitada por nuestra imaginación. una descripción verbal o incluso una tabla de números.
Éste no es el caso de los objetos modelos que forman Pero no podría insertarse en una teoría porque ios com-
parte de las teorías científicas: aquéllos aun pudiendo ponentes de las teorías son ideas, no imágenes.
ser representados visualmente están sujetos a la evolu- Toda teoría, incluso abstracta, puede ir acompañada
ción de nuestros conocimientos. Luego no es posible de diagramas más o menos representativos de los obje-
variarlos arbitrariamente. t o s de que trata la teoría. (Excepcionalmente, en mate-
Ahora bien, las teorías específicas o modelos teoréti- máticas puras, los mismos diagramas podrán ser objeto
cos encierran objetos modelos del tipo conceptual más de la teoría.) Así, en lógica tenemos árboles deductivos,
bien que representaciones visuales literales o figurativas. en la teoría atómica diagramas de densidad de probabi-
Gertamente, se puede a menudo describir el modelo con lidad, y en biología matemática encontramos grafos di-
la ayuda de un diagramia e incluso, a veces, con la ajoida rigidos que enlazan diversas funciones biológicas. Pero
de un modelo material: eso ayuda a comprender ideas es menester distinguir los diagramas simbólicos, como
difíciles y algunas veces a inventarlas. En todo caso ni éstos, de los diagramas representativos como los de la
diagramas ni análogos materiales pueden representar el mecánica clásica y de la estereoquímica o de la genética.
objeto de una manera tan precisa y completa como lo hace Ambos son representaciones más o menos hipotéticas de
un conjunto de enunciados. La fuerza de un objeto mo- objetos (cosas, hechos) que se suponen concretos, pero en
delo del tipo conceptual no es de naturaleza psicológica tanto que los primeros son prontuarios y por tanto reem-
(heurística o. pedagógica): reside en el hecho de ser una plazables por fórmulas matemáticas, los segundos son fi-
idea teórica, y por tanto una idea que puede injertarse guraciones de estados de cosas que se supone tienen
en una máquina teórica para hacerla rodar y producir otras formas espaciales bien determinadas. En todo caso, los
ideas interesantes. dibujos, por útiles que sean en la ciencia experimental
como por razones psicológicas, no son en general cons-
El dibujo, incluso cuando es posible (lo que no suce- tituyentes de las teorías.
de en el caso de los electrones y de las ideas) no reempla-
za al objeto modelo. Y cuando es posible y útil ofrecer Se acuerda uno de los debates de fines de siglo en
una representación visual del objeto modelo, el último torno al cometido de los diagramas y de los análogos me-
precede frecuentemente al dibujo y éste es siempre menos cánicos: Mach reprochaba a Dalton dibujar átomos, a los
rico que la idea representada. (Nótese que tenemos aquí que consideraba como puras ficciones, en tanto que Du-
tres objetos, de los cuales dos son concretos, uno de eUos hem despreciaba lo que llamaba la escuela inglesa de fí-
sir^dendo para fijar la idea del otro.) Así un esquema de sica por su vinculación a las representaciones visuales y
una red eléctrica nos mostrará la naturaleza y la dispo- los modelos mecánicos. Muy recientemente, el debate
sición de los diversos elementos, a condición de captar ha vuelto a abrirse: de nuevo está de moda hacer el elo-
las ideas tras los símbolos que contiene; aún así podrá gio de los modelos visuales e incluso de los análogos y las
decimos muy pocas cosas sobre el proceso que tiene lu- metáforas.-^^ Algunos consideran las representaciones \á-
gar en el interior y en el exterior de la red, proceso que suales no sólo como muletas psicológicas sino como cum-
por el contrario será descrito por un sistema de ecua-
ciones. Es cierto que un diagrama complejo puede con- 11. M. B. HESSE, Moáels and Andogies ir. Science (Notre-Dame,
tener de antemano informaciones y ser más intuitivo que Ind., üniversity of Noae-Damc Press, 1966).
pliendo también una función lógica.•'^^ Ahora bien, nada creta» (específica) que satisface las condiciones (axiomas)
de eso sucede. Las teorías muy generales, tales como la de un sistema formal.^' Se mantiene a veces que esta
mecánica de los fluidos y la teoría de la evolución, pue- noción no difiere de la noción metacientífica de modelo, es
den prescindir de diagramas figurativos ya que no se re- decir de la noción de modelo teorético.^^ Veamos:
lacionan con cosas específicas. En cuanto a las teorías Sea el sistema abstracto resumido en los axiomas si-
específicas o modelos teoréticos, algunos pueden ilus- guientes.:..
trarse por medio de diagramas figurativos en tanto que
otros no. Pero ni las unas ni los otros van necesaria-
mentF~acompañados de diagramas de este tipo. Es útil
trazar diagramas figurativos puesto que nos las vemos
ahí con cosas visibles, pero cuando se trata de la teoría
del aprendizaje o de la teoría de la utilidad no es posible
dibujar tales diagramas porque los procesos de que trata
no son perceptibles si bien son inteligibles. E¿ pocas pa-
labras, los diagramas poseen una utilidad psicológica pero
no forman parte de las teorías que son sistemas de pro- Este conjunto de fórmulas es no-significativo. Se le
posiciones. Alegrémonos con su ayuda, pero desconfiemos podrán dar diversas interpretaciones añadiéndole códi-
de ellos, pues no pueden ser sino metáioras sugerentes gos de interpretación. Hagámoslo en dos etapas. En la
más que descripciones literales de una realidad que, estan- primera interpretaremos las maNoisculas ya como conjuiiT-,
do más oculta que aparente, no siempre se deja repre- tos ya como funciones, según el contexto; además inter-
sentar de manera familiar. pretaremos «R» como la recta numérica, «O» como el
producto numérico, y «D» como la resta; a los símbolos
restantes se les atribuirá su interpretación standard (de
6. MODELO CIENTÍFICO Y MODELO SEMÁNTICO otra manera nuestro modelo sería no-standard). Se ob-
tiene de este modo el sistema interpretado que sigue:
La aritmética puede ser concebida como una realiza-
ción o modelo de varias teorías abstractas, tal la teoría
de los cuerpos. Aquí es la noción semántica de modelo la
que importa —a saber, el modelo como interpretación
verdadera de ima teoría abstracta, o como teoría «con-
12. E. HuTTEN, The Language oí Moderr, Physics (Londres, AUea. 13. Véase A.. TARSKI, «Contxibutíoos -to the Theor>- of Models»,
and Unwin, 1956). Por el contrario M. BLAK, Models and Metcphors Indagaiiones Mathematico:, 57, 577 (1754), 5 5 / 5 6 (1955)'v M. BUNGÉ^
(lüíaca, N. Y., Cornell Tjniversity Press, 1962), ('trad, cast. de V. Sán- investigación científica.
chez de Zavala, Modelos y metáforas [Madrid, Tecnos, 1966] considera 14. P. SuppES, *íA Comparison of the Meaniag and Uses of Models
todas las clases de modelos como auxiliares heurísticos, luego como in Mathematics and the Empirical Sciences», en H. FREUDEKTKAL, ed.,
medios de los que una teoría bien hecha puede prescindir. Los considera The Concept and Role of the Model in Mathematics and Natura! and
también como analogías o metáforas. Social Sciences (Dordrecht, Rcidel, 1961).
G como la cantidad de calor por unidad de masa y H
como el calor específico, se obtiene el núcleo de la ter-
mología. Y si se interpreta S como el cuerpo académico,
F como el número de publicaciones, G como el odio y H
como la antipatía natural, se obtiene un modelo teoré-
Éste es un formalismo interpretado en la matemática tico de un aspecto del mundo universitario. Tenemos,
pero que, por el momento, carece de sentido en otra pues, modelos semánticos de una estructura abstracta que
parte. En particular, no es un modelo teorético, pues no al mismo tiempo parecen ser modelos teoréticos de pro-
concierne a ninguna especie de cosa: el conjunto de base cesos reales.
S- es un conjunto arbitrario y por consiguiente F, G y H Pero esto no es sino una primera aproximación. Sa-
no pueden representar propiedades concretas. bemos, en efecto, que el primer modelo es inadecuado
Para transformar el formalismo precedente en un mo- (falso) en temperaturas bajas. Y el segundo no parece
delo teorético de una cosa concreta es preciso y basta haber sido sometido a contrastación empírica de modo
qiíe los símbolos primitivos S, F, G, H se interpreten que pueda atribuírsele un valor de verdad. Esta situa-
d e ^ a n e r a que la teoría resultante de ello concierna a ción es muy general: los modelos teoréticos que se han
objetos concretos y sea verdadera. He aquí dos interpre- , contrastado están más o menos lejos de la verdad total:
taciones posibles, entre muchas otras del formalismo pre- no son y no sabrían ser completamente verdaderos ya
cedente: que encierran simplificaciones. Por consiguiente, todo mo-
delo teorético es, en el mejor de los casos, un cuasi-
modelo en el sentido de que sus fórmulas son aproxi- •
mativamente satisfechas por lo real. No hay pues iden-
tidad entre modelo teorético y rriodelo en el sentido se-
mántico. Ésta es la razón por la que sería conveniente
reemplazar la expresión «modelo teorético» (y también
«modelo matemático») por «teoría específica».
7. SÍNTESIS FINAL
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