Está en la página 1de 14

INTRODUCCIÓN

La segunda guerra mundial ha tenido un efecto im-


previsto y saludable en ia metodología de las ciencias
no físicas: ha revolucionado el modo tradicionah de in-
vestigación en esos dominios, al realzar el valor de las
teorías, en paríicular de las teorías formuladas con ia
ax-uda de las matemáticas. Antes se observaba, se clasi-
ficaba y se especulaba; ahora se agrega la construcción
de sistemas hipotético-deductivos y se intenta contras-
tarlos empíricamente, incluso en psicología y sociología,
fortalezas otro tiempo de la vaguedad. Antes se valían
sólo del lenguaje ordinario para expresar ideas, con el
resultado siempre de la falta de precisión, incluso de ia
falta de claridad. La matemática sólo intervenía al final
para comprimir y analizar ios resultados de investigacio-
nes empíricas con demasiada frecuencia superficiales por
falta de teorías: se valían casi exclusivamente de la es-
tadística, cuyo aparato podía encubrir la pobreza .concep-
tual. Ahora nos valemos cada vez más para la construc-
ción misma de las teorías de diversas teorías matemáticas.
Em.pezamos a comprender que el fin de ia investigación no
es ia acumulación de hechos sino su comprensión, y que
ésta sólo se obtiene arriesgando y desarrollando iúpóresis
precisas.
Ix) que sucede en la ciencia pura tiene lugar también
en la tecnología: ésta se transforma cada vez más en un
sistema hecho de ciencia aplicada y de teorías típica-
mente tecnológicas, tales como la teoría de los ser\'0-
no a 1950. No se trató simplemente del reemplazo de una
mecanismos, la teoría de la información y la teoría oe la teoría científica por otra: fue el esfuerzo de teorización
decisión. Por todas partes, se da el auge de la teoría en campos hasta entonces no teóricos. Fue una nueva
general y del modelo teorético específico: la victoria de metodología, una nueva manera de trabajar la que nació
la especulación exacta y sometida al control experimen- hacia 1950 en las ciencias no físicas. Empezamos plan-
tal sobre la acumulación ciega- de datos con demasiada teando problemas bien circunscritos y lo hacemos con cla-
frecuencia sin interés. Incluso la medicina está en trance ridad, a ser posible en lenguaje matemático; avanzamos,
de ser conquistada por el espíritu de geometría: se empie- para resolverlos, hipótesis precisas; producimos datos em-
za a aplicar la lógica al diagnóstico clínico, se emplea el píricos a fin de verificarlos; examinamos,el peso de esos
cálculo de probabilidades en genética humana, se aplica
datos y el grado en que confirman o refutan las hipóte-
por todas partes la bioquímica. Está cercano el día en que
sis; en fin, se discuten cuestiones metodológicas y, en
se sabrá por qué se cae enfermo y cómo curar.
ocasiones, Lnclus'o ^osóficas planteadas por esos proce-
Esta revolución científica, la más grandiosa desde el dimientos.
nacimiento de la teoría atómica contemporánea, ha sido En suma, la ciencia se hace, un poco por todas partes,
posible por el acercamiento físico y la colaboración pro- tal como los físicos la han hecho desde Galileo, a saber,
fesional de millares de biólogos e ingenieros, psicólogos planteando cuestiones claras, imaginando modelos con-
V matemáticos, sociólogos v físicos, en algunos servicios
ceptuales de las cosas, a veces teorías generales, e inten-
de guerra en los Estados Unidos y, a escala más peque-
tando siempre justificar lo que se piensa y lo que se
ña, en Gran Bretaña durante la segunda guerra mun-
hace ya sea por la lógica, ya por otras teorías, ya por
dial. Tan pronto terminó la guerra, hubo un alud de nue-
experiencias iluminadas por teorías. Esta revolución, en
vos planteamientos, nuevas teorías y nuevas discipli-
nas nacidas de esos contactos: la teoría general de los las ciencias no físicas no es pues sino' la adopción del
sistemas, la cibernética, la teoría de la información, la método científico monopolizado en otro tiempo por la fí-
teoría de los juegos, la sociología matemática e incluso sica. Ahora entre las diferentes ciencias positivas sólo
la lingüística matemática. Al mismo tiempo se consoli- hay diferencias de objeto, de técnicas especializadas y de
daban la biología matemática y la psicología matemática. estadios de evolución: desde 1950 son metodológica-
No son ya ensayos tímidos sino campos respetables ser- mente uniformes. No es tina fiscalización de la ciencia:
vidos por revistas de alto nivel tales como el Journal of no se trata de renunciar a estudiar los procesos no físicos
Theoretical Biology, el Journal of Mathematical Psycho- o de intentar reducirlos a procesos físicos, sino de es-
logy y Operaííons Research, y numerosos tratados y re- tudiarlos científicamente y en profundidad. La revolución
copilaciones de textos ya clásicos, tales como la Mathe- iniciada hacia 1950 estriba en la manera de abordar el
matical Biophysics de N. Rashevsky, el Handbook of estudio de los objetos no físicos.
Mathematical Psychology en tres volúmenes de R. D. Intentaremos desgajar aquí una de las característi-
Luce, R. R. Bush y E. Galanter, la Introduction to Ma- cas de esta nueva metodología, a saber, la construcción
thematical Sociology de J. S. Coleman y los Mathematical de objetos modelos y modelos teoréticos.
Models in the Social Sciences de J. G. Kemeny y J. L.
Snell.
Podemos situar esta revolución por los años en tor-
te, es decir, la teoría describiendo este objeto modelo}
En ese caso, la tarea consistía en insertar este objeto
modelo en. la mecánica-,estadística.ciásica, teoría. mu>v^,..,.
general que no se pronuncia sobre la naturaleza de los
1. SE EMPIEZA POR ESQUEMATIZAR individuos que forman conjuntos estadísticos y que, por
consiguiente, puede aplicarse tanto al modelo de Ising
La conquista conceptual de la realidad comienza, lo como a un modelo de población animal. Ising dio ia
que parece paradójico, por idealizaciones. Se desgajan los solución exacta (1925), pero ésta se reveló incapaz de
rasgos comunes a individuos ostensiblemente diferentes, dar cuenta de transiciones cualitativas típicas tales como
agrupándolos en especies (clases de equivalencia). Se ha- ia del estado ferromagnético. Diagnóstico-: el modelo es
bla así del cobre y del homo sapiens. Es el nacimiento falso. Pronóstico: compHquese el modelo, expandiéndolo,
del objeto modelo o modelo conceptual de una cosa o al menos, a dos dimensiones. Ising se desanimó y aban-
un hecho. Pero eso no basta; si se quiere insertar este donó la física. La tarea fue reemprendida en 1942 por
objeto modelo en una teoría,' es menester atribuirle pro- L. Onsager, quien obtuvo excelentes resultados, tan bue-
piedades susceptibles de ser tratadas por teorías. Es pre- nos, en efecto, que se espera con- impaciencia y espe-
ciso, en suma, imaginar un objeto dotado de ciertas pro- ranza la solución del problema más realista del modelo
piedades que, frecuentemente, no serán sensibles. Se sabe de Ising de tres dimensiones, problema aún abierto.
bien que procediendo de esta manera se corre el riesgo
Ciertamente, este modelo de ia materia constituye una
de inventar quimeras, pero no hay otro medio, dado que
representación excesivamente simplista de las cosas pero,
la mayor, parte de las cosas y de las propiedades están
incluso así, plantea espantosos problemas matemáticos
ocultas a nuestros sentidos. Se sabe también que el mo-
(esencialmente el cálculo de la función de partición o
delo conceptual despreciará muchos de los rasgos de la
fuente de las diversas propiedades del sistema). ¿Con qué
cosa y que separara las características que individualizan
objeto, pues, invertir tantos esfuerzos en un modelo
los objetos: pero, desde Aristóteles, se ha convenido en
que se sabe que es físicamente demasiado simple y ma-
que no hay ciencia sino de lo general. Y, si un modelo
temáticamente demasiado complicado? Sencillamente, por-
dado no da todos los detalles que interesan, será posible
que no podríamos proceder de otra manera. Sea que se
en principio complicarlo. La formación de cada modelo
disminuya o multiplique el número de las dimensiones de
comienza por simpHficaciones, pero la sucesión histórica
un espacio, sea que se simplifique el dato o conjetura
de los modelos es un progreso en complejidad.
de las entidades y propiedades suprasensibles (no obs-
Piénsese en los modelos más audaces: los que repre- tante, supuestamente reales), se construyen modelos con-
sentan un sistema tridimensional en dos dimensiones o e- ceptuales sólo los cuales podrarí "darnos una imagen sim-
una sola, tal como el m.odelo de Ising de la materia en es- bólica de lo real. Las otrasvías-—la tazóa pura,, la in,- ^„,
tados condensados. Se formula la -hipótesis de que las tuición y la observación— han fracasado. Sólo modelos
moléculas están linealmente ordenadas y que sólo tienen
acción sobre sus vecinas. Este modelo hipersimplificado
de los h'quidos y de los sólidos fue propuesto en 1920 1. La historia dramática de este modelo acaba de ser narrada por
por W. Lenz, quien propuso a su alumno E. Ising el S. G. B R U S H , «History oí the Lcn2-Ising Model», Review oj Moárrr,
?hysics, 39. 883 (1967).
problema de construir el modelo teorético correspondien-
construidos con la ayuda de la intuición y de la razón y modelos hipersimplificados, pero en ciencia todo fracaso
sometidos a contrastación empírica han triunfado y, de una idea puede ser instrucüvo porque puede sugerir
sobre todo, son susceptibles de ser corregidos en caso de las modificaciones que será necesario introducir a fin de
necesidad.-, -^j*t_«. obtener modelos más realistas.''
Echemos una ojeada z una obra reciente dedicada En resumen, para apresar la realidad se empieza por
por entero a modelos hipersimplificados de sistemas físi- apartar información. Se agregan, luego, elementos imagi-
cos: Mathematkal Physics in One Dimensión, de Lieb y narios (o más bien hipotéticos) pero con una intención
Mattis.* Se encuentran allí trabajos hoy clásicos tales realista. Se construye así un objeto modelo esquemático
como los de Kac, Uhlenbeck y Hemmer sobre un modelo y que, para dar frutos, deberá injertarse en una teoría
lineal de un gas capaz de imitar el proceso de condensa- susceptible de ser confrontada con los. hechos. •'•'^-•~~*'
ciones; el artículo de Eh'son sobre la dinámica de una ca--
dena caótica; los trabajos de Kronig y Penney sobre el
movimiento de los electrones en redes lineales y muchos 2. A CONTINUACIÓN, SE TRAZA UNA IMAGEN
otros. No son ejercicios académicos de matemáticas apli- DETALLADA DEL MODELO
cadas sino modelos teoréticos de objetos reales: son reo-
rías que especifican representaciones esquemáticas de ob- No basta con esquematizar un líquido como una red
jetos físicos. Así la cadena desordenada tratada por Dyson de moléculas o un cerebro como ima red de neuronas: es
es un modelo grosero del vidrio. Estas fantasías tienen, preciso describir todo eso con detalle y de acuerdo con
pues, una intención: la de apresar la realidad. ¿Cómo? las leyes generales conocidas. Dicho de otra manera, es
Oigamos a los autores de este volumen singular: la solu- menester construir una teoría del objeto modelo —en una
ción de los problemas de una dimensión «constituye una _ palabra, im modelo teorético. La teoría cinética de los ga-
contribución a la exphcación de la realidad: al educarnos ses es un modelo teorético tal, mientras no lo son la mecá-
en la necesidad del análisis riguroso y exacto, nos condu- nica estadística general ni la termodinámica, puesto que
cen a una aproximación más crítica y matemática y final- no especifican las particularidades del gas. La teoría gene-
mente a una mejor definición de la realidad».^ Es verdad ral de los grafos, tampoco lo es, mientras sí lo es su apli-
que al trabajar sobre modelos de una dimensión (en ge- cación a organizaciones humanas tales como la empresa.
neral, sobre objetos modelos) se desprecian compleji- De esto se desprende una primera caracterización de la no-
dades reales, pero en compensación se obtienen solucio- ción de modelo teorético: un modelo teorético es un
nes exactas, que son más fádles de interpretar que las sistema hipotético-deductivo concerniente a tm objeto
soluciones aproximadas de problemas más complejos, y
nos procuramos también el camino para abordar esos
problemas más complicados. Ciertamente, deberemos es- 4. El ejemplo clásico de las modificaciones sugeridas por el fracaso
tar a la espera del fracaso de uno cualquiera de esos experimental de un modelo teorético es el de las ecuaciones de estado
de los gases. Para discusiones instructivas a propósito de los modelos
teoréticos en psicología contemporánea, cf. R. R. BusH y F. MOSTELLER,
Stochastic Models jor Leaming (Nueva York, Wiley, 1955) y S. STERN-
2. E. H. LIEB y D. C. MATTIS, eds., Mathematkal Physics in One BERG, «Stochastic Learning Theory», en R. D. LucE, R. R. B U S H y E.
Dimensión (Nueva York, Academic Press, 1966). GAUUSTER, eds., Handbook oj Mathematical Psychology, vol. II (Nue-
3. LIEB y MATTIS, op. cit., p. vi. ^ va York, WUey, 1963).
modelo que es, a su vez, una representación concepmal se exige, más deberán complicarse los modelos teoré-
esquemática de una cosa o de una situación real o su- ticos.
puesta real. Volveremos sobre esto en la sección 4. Por En otras ciencias se procede de manera análoga. To-
el momento recordemos algunos ejemplos. memos, por ejemplo, el modelo de cerebro propuesto por
La teoría contemporánea del estado sólido fue fun- Me Culloch y Pitts hace im cuarto de siglo. Este modelo
dada por Bloch hace cuarenta años. La idea maestra de sólo se interesa por las fibras ner\'iosas y no penetra en
Bioch fue aplicar la mecánica ondulatoria, una teoría ge- el mecanismo de la conducción nerviosa: es un modelo
nérica, a un modelo simple del cuerpo cristalino. Los semüenomenológico que habrá que completar con otros
constituyentes de ese modelo son un conjunto de centros modelos, teniendo en cuenta procesos electrolíticos. Se
ajos que representan los átomos, y un conjunto de elec- desprecia también el tiempo de conducción a lo largo
trones (o más bien electrones modelos) paseándose entre de los ejes, y se supone que el relevo sináptico es cons-
los centros fijos. La red de centros fijos se supone rígida tante e igual para todas las neuronas. Se formula luego
(ficción), la. interacción entre los electrones se supone la hipótesis central del modelo teorético, a saber, que
nula (ficción) y la interacción electrón-red se representa una neurona sólo descarga cuando las neuronas prece-
por un potencial periódico en el espacio pero constante dentes han descargado en el momento precedente. Este
en el tiempo (aproximación). A continuación se inserta enunciado se traduce inmediatamente a fórmulas, una
ese modelo en el vasto armazón de la mecánica cuán- para cada tipo de conexión. Una vez en posesión de esas
tica. En eL curso de los cálculos será preciso a menudo fórmulas se traía de aplicarles un cálculo matemático ya
hacer aproximaciones matemáticas adicionales. Sin em- existente (si el caso falla deberá inventarse una nueva
bargo, el resultado frecuentemente está de acuerdo con teoría matemática). En este caso, el álgebra de Boole. Se
las informaciones empíricas, lo que sugiere que nos en- construye así una teoría que logra explicar algunos pro-
contramos ante una imagen casi verdadera de la realidad cesos neurofisiológicos. Si se quiere ir más allá se debe-
(una imagen no visual, bien entendido). Así, aunque ini- rá complicar este modelo —por ejemplo, introduciendo
cialmente no se postulen diferencias entre conductores, un elemento de azar. Si se supone que los contactos si-
semiconductores y aisladores, se obtiene esta partición nápticos se producen al azar, se puede plantear y re-
al analizar la distribución de los niveles (o más bien de solver la cuestión de la probabilidad de la formación al
las bandas) de energía. Estas bandas están separadas por azar de ciertot'. circuitos nerviosos, lo que podrá explicar
regiones llamadas prohibidas (no estados). Si todas las la aparición de pensamientos que parecen venir de la
bandas de energía están ocupadas por ios electrones, no nada. Esto es lo que han hecho Rapaport y sus colabora-
habrá corriente eléctrica: he ahí el aislador. Este mo- dores: desarrollar modelos estocásticos del sistema ner-
delo teorético explica un cierto número de propiedades ^-ioso central.
macrofísicas de la mayor parte de los cristales puros: las Los modelos estocásticos están de moda en psicolo-
conductividades térmica y eléctrica, la susceptibilidad gía, una vez se ha comprendido que la conducta animal
magnética, las propiedades ópticas, etc. Otras propieda- está lejos de ser sistemática y coherente. En particular,
des, tales como la luminiscencia, se explican al complicar se han construido diversos modelos estocásticos del apren-
el modelo de Bloch: agregándole impurezas, suponiendo dizaje. Lo que hay de común en todos esos modelos es
desórdenes en la red, etc. Cuanta más fidelidad a lo real esto: en primer lugar, ignoran las diferencias de espe-
ese proceso de complicación hasta llegar a explicar todo
de así como las diferencias de nivel de los procesos en aquello que se quiere. Va de sí que no es cuestión de
cuestión. Segundo, rechazan todas las variables biológicas, imitar los epiciclos de Ptolomeo: los mecanismos hipotéti-
concentrándose en los estímulos, respuestas y efectos de cos deberán tomarse en serio, cómo representando las
las últimas (en particular, gratificación y punición). En entrííñsr as-'ht cxJsSr ¥ ^e ddjaá: ¿ g : prncb^ de: esta CCÜ:^
tercer lugar, la hipótesis central de cada modelo es una vicción realista (pero al mismo tiempo falible) imagi-
fórmula que da la probabilidad de respuesta de un sujeto nando experiencias que puedan poner en evidencia la
en función del número de ensayos y de la secuencia de realidad de los mecanismos imaginados. En otro caso,
acaecimientos anteriores. En todo caso, lo que se llama
se hará literatura fantástica o bien se practicará la estra-
«modelo estocástico de aprendizaje» es en realidad la hi-
tegia convencionalista, pero en modo alguno se partici-
pótesis central de una teoría específica (modelo teoréti-
pará en la búsqueda de la verdad.
co) que entra en el cuadro general de la teoría del apren-
Sea un sistema cualquiera, máquina u organismo, mo-
dizaje. Bien entendido, una hipótesis sólo es central por
estar rodeada de hipótesis subsidiarias que conciernen ya lécula o institución, y supongamos que nos proponemos
sea a la estructura matemática de los símbolos ya a su describir y predecir su comportamiento sin ocuparnos
significación. por el momento de su composición interna ni de los pro-
cesos que puedan tener lugar en su interior. Se construi-
Resumiendo, una vez se ha concebido un modelo de rá entonces un modelo del tipo caja negra, que cons-
la cosa, se la describe en términos teóricos, sirviéndonos tituirá una representación del funcionamiento global del
para esto de conceptos matemáticos (tales como los de
sistema, tal como la idea que el niño se hace del coche, la
conjunto y probabilidad) y tratando de encuadrar el todo
radio o la televisión. Supongamos aún que se eliminan
en un esquema teórico comprehensivo —lo que apenas
todos los factores que actúan sobre la caja salvo uno,
es posible en ciencias nuevas, por ricas que sean en vi-
llamado la entrada E, y que sólo se considera como im-
siones de conjunto y concepciones grandiosas pero pura-
mente verbales, portante una única propiedad influida por la entrada;
llamémosla la salida S. La representación más sencilla de
los acaecimientos que implica la caja negra será una ta-
bla que despliegue los diversos pares E, S áe. los va-
3. DE LA CAJA NEGRA AL IvíECANISMO
lores de la entrada y la salida. Cada acaecimiento vendrá
representado por uno de esos pares, el cual será el mo-
Hay diversas clases de objeto modelo y, por consi-
delo de aquél. Pero esta descripción del modelo es de-
guiente, de modelo teorético. En una extremidad del es-
masiado primitiva y poco económica. Se ganará reem-
pectro tenemos la caja negra provista solamente con ter-
plazando la tabla por una fórmula general que enlace
minales de entrada y salida; en la otra se encuentra la
los dos conjuntos de valores E y S. Podrá ser, por ejemplo,
caja llena de mecanismos más o menos ocultos que sirven
para explicar el comportamiento exterior de la caja. El una fórmula que dé la tasa de cambio temporal de S en
procedimiento natural —que no es sin embargo el del función de los valores mstanránoos ¿te- B. Esta íóímui»
curso histórico— es comenzar por el objeto modelo más expresará de modo sucinto y general la forma de com-
simple, agregarle después ima estructura simple (por ejem- portarse el sistema modelo, sin no obstante decir nada
plo, mediante la división de la caja en dos) y proseguir sobre las transformaciones internas sufridas por el sis-
•I n
Un modelo tal, por así decir conductista, de un sis-
tema real. Si se enlaza esta fórmula general con otras, y tema satisfará las exigencias de la filosofía empirista (po-
particularmente si se logra insertarla en un sistema teó- sitivismo, pragmatismo, operacionalismo, fenomenalismo),
rico general, se tendrá un modelo teorético del sistema puesto que sin rebasar demasiado lo obser\'able, permite
concebido como una caja negra, es decir, de una manera •-0"-'3m«.jx:«it £:;aa número de .datos empíricos,y predecir
simplista pero que bastará para satisfacer temporalmente la evolución del sistema. Pero no llegará a explicar su
nuestras necesidades, sobre todo si esas necesidades son conducta y permanecerá bastante aislado del resto del sa-
de orden práctico. ber. Para obtener una explicación tal y establecer con-
A poco que avance la investigación nos veremos lle- tactos con otras teorías y, con mayor razón, con otras
vados a introducir otras variables de los mismos tipos disciplinas, será preciso desmontar el mecanismo. (Que
(entradas y salidas) así como variables de un tercer tipo, siempre baya un mecanismo interno es una hipótesis me-
a saber, variables I que especifiquen el estado interno tafísica muy audaz, pero que en todo momento ha es-
del sistema. La ley del sistema, o más bien la representa- timulado la investigación, en tanto que la filosofía de la
ción esquemática de la ley, será entonces una fórmula que caja negra no hace sino estimular la superficialidad.) Este
enlace las tres variables, E, I y S —o mejor, todo tin desmontaje no es. difícil en el caso de un reloj, pero, en
conjunto de fórmulas que enlazan esas variables. Si el general, trátese de la emisión de la luz o de la emisión
modelo puede reaccionar no sólo de una manera dada, • del pensamiento, es una tarea ciertamente difícil. La ra-
es decir de acuerdo con una cierta ley, sino también zón de ello reside en el hecho de que la mayor parte de
pasar a una forma distinta de conducta (ley), sea es- los mecaiiiimos responsables de I:.?, ipaiiesírias. sstáa^asJii-
pontáneamente o bajo la acción de un agente exterior, tos. Entonces, en lugar de tratar de verlos, hay que ima-
se deberá complicar el modelo agregando las leyes de ginarlos; incluso si se logra finalmente observar una parte
esos cambios de forma de conducta. Pensemos en un reloj de esos mecanismos, lo es gracias a la ayuda de hipótesis
empleado como proyectil o en un individuo que toma
una dosis de LSD. En esos casos se deberá añadir un previas.
conjunto de fórmulas que enlacen las nuevas variables con Es fácil ver que el funcionamiento de una caja negra
las antiguas. En suma, un modelo teorético de la con- puede explicarse por una infinidad de hipótesis concer-
ducta de un sistema es un grupo de enunciados (pre- nientes a los mecanismos subyacentes. En efecto, para
ferentemente de forma matemática) que enlazan las va- cada función / que enlace las entradas E con las salidas
riables exógenas E y S y las variables endógenas I del S, hay una infinidad de pares de funciones g y h tales
sistema, siendo concebidas las últimas como variables in- que g aplica el conjunto E de entradas a un conjunto I
termedias que tienen un valor de cálculo mejor que como de intermediarios, h aplica éstos al conjunto 5 de salidas,
representando detalles, internos del sistema.^ y en fin tales que la composición de ¿ y A sea igual a la
función dada. Si se interpretan esos diversos intermedia-
5. Para una rica colecdón de cajas negras, cf. W. R. ASHBY, Ir.tro- rios en tcrmmor nsicos^ aknógrcoi vjmccÁégkxss',^9C úe* <•
duction to Cybernetics (Londres, Chapman and Hall, 1956). (Trad. cast. ne vm conjunto de mecanismos para cada caja negra —a
de Jorge Santos, Introducción a la Cibernética [Buenos Aires, Nueva
Visión].) Para una teoría general, véase M. BUNGE, «A General Black gical Theories» (publicado en este volumen), en M. BiWGE, ed., The
Box Theory», Philosophy of Science, 30, 346 (1963). Para un análisis Critical Approach (Nueva York, Free Press, 1964).
epistemológico de las teorías de este género, v. M. BUNGE, «Phenomenolo-
del apoyo de teorías generales así como de experiencias
condición de no exigir que esas hipótesis concuerden con nuevas. Como lo dice el biólogo Pringíe,'^ al hablar de
lo que se sabe de otra parte. Los empiristas tienen esta modelos de músculo, podremos prescindir de modelos si
ambigüedad por un defecto de los modelos que van más el objetivo es puramente la síntesis de un conjunto de
allá de la conducta exterior. Por el contrario, los realis- datos empíricos: en tal caso bastarán la tabla numéri-
tas encuentran ahí una virtud de las concepciones más ca y la curva empírica. Pero si el objetivo es el análisis
ricas, porque si se tiene la suerte de encontrar el meca- ulterior de los datos o bien la construcción de una guía
nismo real, entonces la conducta aparente queda deter- para una exploración más profundizada, entonces será
minada únicamente por ese mecanismo, mientras que la menester imaginar modelos teoréticos, sólo los cuales
recíproca es falsa. Ditho de otra manera, si suponemos podrán justificar la adopción de una curva empírica an-
un mecanismo derivamos su funcionamiento, en tanto tes que otras curvas satisfagan los mismos datos. En
que si se da el último sólo cabe adivinar el primero. resumen,, a nosotros nos corresponde decidir adonde que-
Una hipótesis sobre mecanismos ocultos sólo podrá con- remos llegar al tomar el camino de la investigación: la
siderarse como confirmada cuando satisfaga las condi- opción está entre el conocimiento superficial (descripción
ciones siguientes: dar cuenta del funcionamiento obser- y previsión de la conducta) y el conocimiento profundi-
vado, prever hechos nuevos más allá de los que pueden zado (expUcación y capacidad de prever efectos insos-
ser previstos por modelos de caja negra y estar de acuerdo pechados). Pero en los dos casos se trata de la cons-
con la masa de leyes conocidas.^ Estas exigencias redu- trucción de objetos modelos y modelos teoréticos.
cen el conjunto de los modelos de mecanismos y permi-
ten someterlos a contrastaciones empíricas.
Podemos, pues, proponer de un sistema dado una 4. ANÁLISIS DE LAS NOCIONES DE OBJETO MODELO
gran variedad de modelos; cajas negras sin estados inter- y MODELO TEORÉTICO
nos y cajas cori mecanismo (sea mecánico u otro); cajas
negras deterministas y cajas estocásticas; cajas de MU En su admirable tratado de cibernética, Ashby nos
solo nivel (por ejemplo, físico) o de varios (por ejemplo, pone en guardia frente a la identificación de un modelo
físico y biológico), y así sucesivamente. La elección entre cibernético (al que llama «sistema») con el objeto real
esos diversos objetos modelos y los modelos teoréticos que se quiere que represente. Un sistema cibernético
correspondientes dependerá del objetivo del investigador. no es sino la idealización de un sistema real o realiza-
Si se trata solamente de manejar un sistema, entonces ble y hay tantas idealizaciones como datos, objetivos y
una caja negra podrá bastar; pero si se quiere compren- tipos de imaginación teórica. Así una máquina pare-
der su funcionamiento, sea por curiosidad o por querer do- cerá a im obser\'ador que pueda examinarla de cerca
minarlo o modificarlo, entonces no será posible dejar determinada, en tanto que otra parecerá estocástica a
de imaginar modelos más o menos profundos que gocen otro que ignore que el azar se concentraba en las entradas.
6. Para una discusión de los diferentes criterios en juego para una
En consecuencia, ambos investigadores construirán mo-
evaluación de las teorías científicas, véase M. BUNGE, Scientijic Research
(Berlín-Heidelberg-Nueva York, Springer-Verlag, 1967), vol. II. (Trad.' 7. J. W. S. PRINGLE, «Models of Muscle», Symposic o/ the Society
cast. en un solo volumen de háanuel SaCTÍstán, La investigación cientí- for Experimental Biology, 14, 41 (1960).
fica [Barcelona, Ariel, 1970].)
délos diferentes de] mismo sistema. Incluso teniendo ac-
ceso a la misma información sólo por azar llegarán al parte un individuo concteto cualquiera podrá representar-
mismo modelo, pucsro que la construcción de objetos se de diversas maneras, según los medios de que se dis-
modelos y modelos teoréticos es una actividad creadora ponga y los fines de la representación. En principio, dado
que pone en jiiegn los conocimientos, las preferencias y un individuo real r, es posible dar del mismo todo un
aun la pasión intelectual del constructor. conjunto Ai de modelos: iW A r. En resumen, la rela-
Un objeto modelo, pues, es una representación de un ción A no es biunívoca sino que debe concebirse como
objeto: a veces perceptible, a veces imperceptible, .';icm- una relación entre el conjunto Ai de objetos modelos y el
pre esquemática y, en parte al menos, convencional. El conjunto R de sus referentes; Ai A R,
objeto representado puede ser una cosa o un hecbo. En Esta relación A de imagen conceptual a cosa repre-
este último caso se tendrá acaecimientos modelos. Por sentada es la relación satisfecha por los conceptos teóri-
ejemplo, el choque de un número a de automóviles que cos y sus referentes concretos. Figurará pues explícita-
tenga por resultado un número b de heridos podrá repre- mente en toda formulación aiidadosa de una teoría cien-
sentarse por el par ordenado <ír, ¿>. Desde el purtto de tífica. Así, por ejemplo, al dar ios axiomas de ima teo-
vista del ingeniero de tráfico interesado por la organiza- ría de los campos electromagnéticos, se deberá recordar
ción del tráfico (lo que es posible incluso en París), to- que el tensor campo representa el campo (aunque baya
dos los choques de automóviles caracteriíados por el mis- autores para los que el tensor es el campo). En resumen,
mo par de valores a y b son equivalentes, aunque las la formulación explícita de las reglas y las hipótesis semán-
circunstancias de las colisiones sean muy diferentes. Po- ticas de una teoría científica exigen la relación A de re-
drá, pues, suponer en su trabajo que todo hecbo / de este presentación por un modelo.'''
género está representado por un par tal: podrá escribir Un objeto modelo (incluso ingenlo.w) servirá de poco
'<..a, hy ^ /', en donde '--A.' designa la relacic»n de mo- a menos que se lo encaje en un cuerpo de ideas en cuyo
delo a hecho (o cosa). Mientras que / nombra algo con- seno puedan establecerse relaciones deductivas. Hay que
creto e individual, su modelo m — ''..a, h'> es un concepto. tejer pues, como ya hemos dicho, una red de formulas
Lo misino sucederá con cualquier otro objeto modelo: se alrededor de cada objeto modelo. Si ese cuerpo de ideas
tendrá siempre 'm A /', que se podrá leer 'm representa es coherente, constituirá un modelo teorético de los in-
(o modélica) /'. Así el químico representará una molécula dividuos concretos r del tipo R. Dicho de otra manera,
de una especie dada por un cierto operador hamiltoniano, un modelo ieorétrco de un objeto r .supuesto real es una
el sociólogo podrá representar la movilidad social en una teoría específica Tt, concerniente a r, y esta teoría está
comunidad por una matriz de probabilidad de transición, constituida por una teoría general Tg enriquecida coa
y sisí sucesivamente. Por un lado, el objeto modelo m ro- • un objeto modelo m A r . O también; un modelo teo-
ptresenta toda una clase de cosas (o de hechos) considera- rético Tt es una teoría general equipada con un objeto
das como equivalentes aunque difieran entre sí. La rela- modelo .'?>'Ar ; T.? = \Tr, w)- Cuando un sistema te(^
ción A entrr modelo y objeto concreto es pues una rético de un objeto modelo se enriquece mediante el di-
relación multívoca. Si se prefiere, m representa no a un
individuo concreto sino más bien a toda una clase (de
S. M. Brjjjcc, «PKystcaii A;tk3matlí:sii, Rei'ini'í o; MoJern 'Fhyslr.í,
equivalencia) K de objetos concretos: m A K. Por otra 39, A^! (1967) y Fnvnaj.'ioiis ÍII P.hysk: ÍBcfíin-HeitSclberf-Nueva York,
Spriníer-VerEji-, 19^7}.
seño de algunos detalles del objeto concreto en cuestión, délos estocásticos de aprendizaje es el más verdadero,
se restringe el dominio de aplicación de la teoría general aunque sean muy diferentes los unos de los otros.^^
pero en compensación la hacemos veriScable. En resumen, debemos distinguir las construcciones si-
Si el modelo teorético Tt no concuerda con los hechos guientes: el objeto modelo m que representa los rasgos-
y si razonablemente se puede estar ¿eguro de que el clave (o supuestamente clave) de un objeto concreto r
error no proviene de los datos experimentales, habrá (o que se supoae. cxiacxetoji.. eL modelo teorético T* que
que modificar las ideas teóricas. Esto se dice más rápi- especifica el comportamiento y/o el(los) mecamsmoi,s) in-
damente de lo que se hace, pues caben diversas posibi- terno(s) de r por vía de su modelo m, y la teoría gene-
lidades: ya sea variar el objeto modelo m, ya conser- ral T¡, que acoge T* (y otras varias) y que deriva su va-
varlo adoptando una teoría general distinta TQ, puesto lor de verdad así como su utilidad de los diversos mo-
que toda teoría especial está constituida, en principio, delos teoréticos que se pueden construir con su ajoida,
por un' m y una Tp que no se dejan determinar recí- pero jamás sin suposiciones lú datos que la desborden, y
procamente. Así si ciertos cálculos sobre la propagación recogidos por el objeto modelo m.
de la luz en la vecindad del sol no prosperan, se podrá
tratar de complicar el modelo del sol (por ejemplo, elip-
soide que gira en lugar de masa puntual), o de m.odificar 5. MODELOS, DIBUJOS, ANÁLOGOS
la teoría general de la gravitación y/o de la luz. El tipo de
cambio preconizado dependerá de los servicios rendidos De manera más o menos esquemática, una cosa puede
en el pasado por el objeto modelo y por las teorías ge- representarse por un dibujo o un dibujo animado que será
nerales implicadas. Si estas últimas han triunfado con entonces un modelo concreto de la cosa. Esta represen -•
anterioridad, será prudente ensayar un nuevo objeto mo- tación será hteral o simbólica, figurativa o enteramente
delo; para esto habrá necesidad quizá de nuevos datos convencional. En todo caso será parcial pues supondrá que
empíricos. Pero si la teoría general ha fracasado en va- ciertas propiedades de la cosa no merecen representarse,
rias ocasiones, o si aún es nueva y por consiguiente po- bien por considerarlas secundarias, bien porque las uvas
see un valor de verdad incierto, entonces será convenien- están demasiado verdes. Además, toda representación,
te ensayar otros sistemas teoréticos generales. En todo incluso visual, es hasta cierto grado convencional: hay
caso, el procedimiento de verificacióíi de un esquema ge- siempre un código, familiar o tácito, especial o explícito,
nérico no puede prescindir de la construcción de diver- que nos permitirá interpretar el dibujo como siendo un
I sos objetos modelos, y el procedimiento de verificación modelo de un cierto objeto concreto; de otro modo no
_de un modelo teorético puede llegar a ser tan compli- sera un modelo sino una pura invención. Una misma cosa,
cado como se quiera.^ Tan complejo incluso que en el además, podrá representarse de maneras diversas que no
momento actual no se sabe cuál de entre los diversos mo- serán necesariamente isomorfas (por ejemplo topológi-
camente equivalentes errtre sí) y la variedad'de--izs repre-

9. Véase M. BUNGE, La investigación científica y *Theory mects 10. Véase S. STERNBERG, op. cit. y B. F. R I T C H I E , «Conceraing an
Erperience», en M. K. MUNITZ y H. KIEFER, eds., The Uses oí Thilo- Incurable Vagueness in Psychological Theories», en B. B. ""JTCFL.V.AJ,- y
sopky (Albany, N. Y.~^, New York State Universit)- Press, en prensa). E. NAGEL, eds., Scientific Psychology (Nueva .York, Basic Books, 1965).
sentaciones no estará limitada por nuestra imaginación. una descripción verbal o incluso una tabla de números.
Éste no es el caso de los objetos modelos que forman Pero no podría insertarse en una teoría porque ios com-
parte de las teorías científicas: aquéllos aun pudiendo ponentes de las teorías son ideas, no imágenes.
ser representados visualmente están sujetos a la evolu- Toda teoría, incluso abstracta, puede ir acompañada
ción de nuestros conocimientos. Luego no es posible de diagramas más o menos representativos de los obje-
variarlos arbitrariamente. t o s de que trata la teoría. (Excepcionalmente, en mate-
Ahora bien, las teorías específicas o modelos teoréti- máticas puras, los mismos diagramas podrán ser objeto
cos encierran objetos modelos del tipo conceptual más de la teoría.) Así, en lógica tenemos árboles deductivos,
bien que representaciones visuales literales o figurativas. en la teoría atómica diagramas de densidad de probabi-
Gertamente, se puede a menudo describir el modelo con lidad, y en biología matemática encontramos grafos di-
la ayuda de un diagramia e incluso, a veces, con la ajoida rigidos que enlazan diversas funciones biológicas. Pero
de un modelo material: eso ayuda a comprender ideas es menester distinguir los diagramas simbólicos, como
difíciles y algunas veces a inventarlas. En todo caso ni éstos, de los diagramas representativos como los de la
diagramas ni análogos materiales pueden representar el mecánica clásica y de la estereoquímica o de la genética.
objeto de una manera tan precisa y completa como lo hace Ambos son representaciones más o menos hipotéticas de
un conjunto de enunciados. La fuerza de un objeto mo- objetos (cosas, hechos) que se suponen concretos, pero en
delo del tipo conceptual no es de naturaleza psicológica tanto que los primeros son prontuarios y por tanto reem-
(heurística o. pedagógica): reside en el hecho de ser una plazables por fórmulas matemáticas, los segundos son fi-
idea teórica, y por tanto una idea que puede injertarse guraciones de estados de cosas que se supone tienen
en una máquina teórica para hacerla rodar y producir otras formas espaciales bien determinadas. En todo caso, los
ideas interesantes. dibujos, por útiles que sean en la ciencia experimental
como por razones psicológicas, no son en general cons-
El dibujo, incluso cuando es posible (lo que no suce- tituyentes de las teorías.
de en el caso de los electrones y de las ideas) no reempla-
za al objeto modelo. Y cuando es posible y útil ofrecer Se acuerda uno de los debates de fines de siglo en
una representación visual del objeto modelo, el último torno al cometido de los diagramas y de los análogos me-
precede frecuentemente al dibujo y éste es siempre menos cánicos: Mach reprochaba a Dalton dibujar átomos, a los
rico que la idea representada. (Nótese que tenemos aquí que consideraba como puras ficciones, en tanto que Du-
tres objetos, de los cuales dos son concretos, uno de eUos hem despreciaba lo que llamaba la escuela inglesa de fí-
sir^dendo para fijar la idea del otro.) Así un esquema de sica por su vinculación a las representaciones visuales y
una red eléctrica nos mostrará la naturaleza y la dispo- los modelos mecánicos. Muy recientemente, el debate
sición de los diversos elementos, a condición de captar ha vuelto a abrirse: de nuevo está de moda hacer el elo-
las ideas tras los símbolos que contiene; aún así podrá gio de los modelos visuales e incluso de los análogos y las
decimos muy pocas cosas sobre el proceso que tiene lu- metáforas.-^^ Algunos consideran las representaciones \á-
gar en el interior y en el exterior de la red, proceso que suales no sólo como muletas psicológicas sino como cum-
por el contrario será descrito por un sistema de ecua-
ciones. Es cierto que un diagrama complejo puede con- 11. M. B. HESSE, Moáels and Andogies ir. Science (Notre-Dame,
tener de antemano informaciones y ser más intuitivo que Ind., üniversity of Noae-Damc Press, 1966).
pliendo también una función lógica.•'^^ Ahora bien, nada creta» (específica) que satisface las condiciones (axiomas)
de eso sucede. Las teorías muy generales, tales como la de un sistema formal.^' Se mantiene a veces que esta
mecánica de los fluidos y la teoría de la evolución, pue- noción no difiere de la noción metacientífica de modelo, es
den prescindir de diagramas figurativos ya que no se re- decir de la noción de modelo teorético.^^ Veamos:
lacionan con cosas específicas. En cuanto a las teorías Sea el sistema abstracto resumido en los axiomas si-
específicas o modelos teoréticos, algunos pueden ilus- guientes.:..
trarse por medio de diagramas figurativos en tanto que
otros no. Pero ni las unas ni los otros van necesaria-
mentF~acompañados de diagramas de este tipo. Es útil
trazar diagramas figurativos puesto que nos las vemos
ahí con cosas visibles, pero cuando se trata de la teoría
del aprendizaje o de la teoría de la utilidad no es posible
dibujar tales diagramas porque los procesos de que trata
no son perceptibles si bien son inteligibles. E¿ pocas pa-
labras, los diagramas poseen una utilidad psicológica pero
no forman parte de las teorías que son sistemas de pro- Este conjunto de fórmulas es no-significativo. Se le
posiciones. Alegrémonos con su ayuda, pero desconfiemos podrán dar diversas interpretaciones añadiéndole códi-
de ellos, pues no pueden ser sino metáioras sugerentes gos de interpretación. Hagámoslo en dos etapas. En la
más que descripciones literales de una realidad que, estan- primera interpretaremos las maNoisculas ya como conjuiiT-,
do más oculta que aparente, no siempre se deja repre- tos ya como funciones, según el contexto; además inter-
sentar de manera familiar. pretaremos «R» como la recta numérica, «O» como el
producto numérico, y «D» como la resta; a los símbolos
restantes se les atribuirá su interpretación standard (de
6. MODELO CIENTÍFICO Y MODELO SEMÁNTICO otra manera nuestro modelo sería no-standard). Se ob-
tiene de este modo el sistema interpretado que sigue:
La aritmética puede ser concebida como una realiza-
ción o modelo de varias teorías abstractas, tal la teoría
de los cuerpos. Aquí es la noción semántica de modelo la
que importa —a saber, el modelo como interpretación
verdadera de ima teoría abstracta, o como teoría «con-

12. E. HuTTEN, The Language oí Moderr, Physics (Londres, AUea. 13. Véase A.. TARSKI, «Contxibutíoos -to the Theor>- of Models»,
and Unwin, 1956). Por el contrario M. BLAK, Models and Metcphors Indagaiiones Mathematico:, 57, 577 (1754), 5 5 / 5 6 (1955)'v M. BUNGÉ^
(lüíaca, N. Y., Cornell Tjniversity Press, 1962), ('trad, cast. de V. Sán- investigación científica.
chez de Zavala, Modelos y metáforas [Madrid, Tecnos, 1966] considera 14. P. SuppES, *íA Comparison of the Meaniag and Uses of Models
todas las clases de modelos como auxiliares heurísticos, luego como in Mathematics and the Empirical Sciences», en H. FREUDEKTKAL, ed.,
medios de los que una teoría bien hecha puede prescindir. Los considera The Concept and Role of the Model in Mathematics and Natura! and
también como analogías o metáforas. Social Sciences (Dordrecht, Rcidel, 1961).
G como la cantidad de calor por unidad de masa y H
como el calor específico, se obtiene el núcleo de la ter-
mología. Y si se interpreta S como el cuerpo académico,
F como el número de publicaciones, G como el odio y H
como la antipatía natural, se obtiene un modelo teoré-
Éste es un formalismo interpretado en la matemática tico de un aspecto del mundo universitario. Tenemos,
pero que, por el momento, carece de sentido en otra pues, modelos semánticos de una estructura abstracta que
parte. En particular, no es un modelo teorético, pues no al mismo tiempo parecen ser modelos teoréticos de pro-
concierne a ninguna especie de cosa: el conjunto de base cesos reales.
S- es un conjunto arbitrario y por consiguiente F, G y H Pero esto no es sino una primera aproximación. Sa-
no pueden representar propiedades concretas. bemos, en efecto, que el primer modelo es inadecuado
Para transformar el formalismo precedente en un mo- (falso) en temperaturas bajas. Y el segundo no parece
delo teorético de una cosa concreta es preciso y basta haber sido sometido a contrastación empírica de modo
qiíe los símbolos primitivos S, F, G, H se interpreten que pueda atribuírsele un valor de verdad. Esta situa-
d e ^ a n e r a que la teoría resultante de ello concierna a ción es muy general: los modelos teoréticos que se han
objetos concretos y sea verdadera. He aquí dos interpre- , contrastado están más o menos lejos de la verdad total:
taciones posibles, entre muchas otras del formalismo pre- no son y no sabrían ser completamente verdaderos ya
cedente: que encierran simplificaciones. Por consiguiente, todo mo-
delo teorético es, en el mejor de los casos, un cuasi-
modelo en el sentido de que sus fórmulas son aproxi- •
mativamente satisfechas por lo real. No hay pues iden-
tidad entre modelo teorético y rriodelo en el sentido se-
mántico. Ésta es la razón por la que sería conveniente
reemplazar la expresión «modelo teorético» (y también
«modelo matemático») por «teoría específica».

7. SÍNTESIS FINAL

El término «modelo» designa una variedad de con-


ceptos que es menester distinguir. En las ciencias teóri-
cas de la naturaleza v del hombre parecen darse allí dos
sentidos principales n el modelo en tanto que represen-
tación esquemática de un objeto concreto y2.el modelo
Hay otras varias interpretaciones concretas del mis- en tanto que teoría relativa a esta idealización. El pri-
mero es un concepto del que ciertos rasgos pueden a
mo formalismo. Por ejemplo, si se interpreta S como el veces representarse grá.ficamente, mientras que el segvmdo
conjunto de los cuerpos físicos, F como la temperatura,
32 ' •
es un sistema nipotético-deductivo particular y por tanto ción y la razón— puede, por sí solo, darnos a conocer
imposible de figurativizar excepto como árbol deductivo. lo real. No son sino aspectos diversos de la actividad tí-
Todo modelo teorético es parcial y aproximativo: pica de la investigación científica contemporánea: la cons-
no capta sino una parte de las particularidades del objeto trucción de modelos teoréticos y su contrastabilidad.
representado. Por esta razón fracasará pronto o tarde.
Pero en la ciencia la muerte es fructífera: el fracaso de
un modelo teorético empujará hacia la construcción sea
de nuevos objetos modelos, sea de nuevas teorías gene-
rales —puesto que cada modelo teorético está constituido
por un esquema genérico al que se le ha injertado un
objeto modelo. No siempre estamos seguros de qué es
lo que hay que modificar, pero al menos se sabe que
es preciso siempre tratar de perfeccionar las ideas y que,
si se hace paso a paso, se acaba por triunfar —hasta nue-
vo, aviso.
Hacer de las cosas concreías imágenes conceptuales
(objetos modelos) cada vez más ricos y expandirlos en
modelos teoréticos progresivamente complejos y cada vez
más fieles a los hechos: es el único método efectivo para
apresar la realidad por el pensamiento. Es el método qu'"*
Arquímedes inauguró en física y que triunfa hoy por lo
das partes en donde se lo pone a prueba, incluidas las
ciencias humanas. La obser\'ación no es sino una fuente
(no la única) de problemas y una prueba (tampoco la
única) para nuestros modelos teoréticos. La intuición —o
más bien, los diversos tipos de intuición ^^— es ima fuen-
te de ideas que deben expb'citamente formularse y so-
meterse a la crítica de la razón y de los hechos para ser
fecundas. La razón en fin es el instrumento que nos per-
mite construir sistemas con la pobre materia prima de
los sentidos y de la intmción. Ninguno de estos compo-
nentes del trabajo científico —^la observación, la intui-

15. Para un an£isis de los diversos típos de intuición y su cometi-


do en el trabajo científico, véase M. BUNGE^ Intuition and Science (En-
glewood Cliffs, N. J., Prentice-Hall, 1962). (Trad. cast., Intuición y
ciencia [Buenos Aires, Eudeba].)

34 35

También podría gustarte