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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


CARRERA DE MEDICINA
CATEDRA DE PEDIATRIA
NOVENO SEMESTRE
DOCENTE: DRA. GEORGINA TORAL

GRUPO #5

APELLIDOS Y NOMBRES DEL ALUMN@:

CAMPOVERDE CASTAÑEDA LAURA

TEMA
LECHE MATERNA

FECHA
18/7/2020
La leche de la madre es el alimento más adecuado y natural para el bebé durante los
primeros meses de vida y se adapta en cada momento a sus necesidades. Proporciona
los nutrientes que necesita para su adecuado crecimiento y desarrollo adaptándose
perfectamente a su función digestiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la
Asociación Española de Pediatría y otras entidades de prestigio recomiendan
alimentación exclusiva con leche materna hasta los 6 meses y después complementarla
progresivamente con otros alimentos hasta los 2 años o más.
Composición:
La leche humana (LH) no es una simple colección de nutrientes sino un producto vivo
de gran complejidad biológica, activamente protectora e inmunomoduladora que
estimula el desarrollo adecuado del lactante. La LH es un sistema que se estructura en
tres fases: emulsión-glóbulos de grasa, suspensión-micelas de caseína y solución-
constituyentes hidrosolubles. Al inicio de la toma, el lactante recibe una leche
compuesta fundamentalmente por componentes hidrosolubles, que van siendo
progresivamente sustituidos por los constituyentes hidrosolubles y estos, a su vez,
acaban por ceder el paso a los componentes liposolubles de la fracción emulsión. De
esta forma, a lo largo de una toma completa, el lactante recibe un producto dinámico,
variable, con características distintas y ajustadas al momento específico en que se
encuentra.
Composición de la fracción emulsión
Constituye la fase lipídica de la leche humana en la que se encuentran los aceites, las
grasas, los ácidos grasos libres, las vitaminas y demás componentes liposolubles. La
grasa de la LH se encuentra en forma de glóbulos envueltos por una membrana
fosfolipoproteica originada en la célula alveolar. Este hecho contribuye a: 1) Minimizar
las interacciones indeseables que podrían ocurrir entre los componentes de la leche
como, por ejemplo, la saponificación. 2) Maximizar los procesos de digestión y
absorción de los nutrientes. 3) Permitir la coexistencia de grasa y lipasa.
Los lípidos constituyen la principal fuente de energía de la leche y su aprovechamiento
es posible gracias al suplemento extra de lipasa que el lactante recibe a través de la LH.
Colesterol: la fracción emulsión es rica en colesterol. Su presencia en la leche sugiere
que la exposición precoz al colesterol desempeña un papel importante en el correcto
desarrollo de los mecanismos del metabolismo de este lípido en la edad adulta.
Antioxidantes: la LH es rica es ácidos grasos insaturados, particularmente en
poliinsaturados de cadena larga (LCP) fundamentales para el desarrollo del sistema
nervioso central y la retina. Estos nutrientes al ser químicamente inestables se oxidan
fácilmente perdiendo su función biológica. Los antioxidantes de la LH confieren
estabilidad a estos compuestos protegiéndoles de los daños oxidativos desde la síntesis
hasta su absorción.
Factores de protección: en la fracción emulsión se encuentran dos importantes agentes
de defensa: los ácidos grasos de cadena corta y los ésteres, ambos con una importante
actividad bactericida, destacando el factor antiestafilocócico de los ésteres.
Composición de la fracción suspensión
Sus principales componentes son las proteínas con función plástica –caseínas– y la
práctica totalidad del calcio y fósforo. Su primordial y exclusiva función parece ser
nutricional, proporcionando las necesidades de crecimiento estructural celular del
lactante.
Composición de la fracción solución
Está constituida por las sustancias hidrosolubles como carbohidratos, proteínas,
enzimas, hormonas y algunas vitaminas y minerales. Es lo que se considera el suero de
la leche.
Agua: es el principal componente de esta fracción y cubre las necesidades del lactante si
es amamantado exclusivamente y a demanda. Debido al equilibrio osmolar que se
establece entre leche y sangre es imposible la sobrecarga renal de solutos en lactantes
exclusivamente amamantados.
Proteínas del suero: son especialmente importantes por su actividad biológica:
inmunoglobulinas, enzimas, algunas hormonas, factores de crecimiento y componentes
antiinflamatorios.
Factores protectores: la fracción solución contiene la mayoría de los factores de
protección presentes en la leche. Los principales son las inmunoglobulinas (IgA, IgG,
IgM, IgD e IgE), la lactoferrina, el interferón, los factores del complemento C3 y C4, la
lisozima, el factor bífidus, el factor anticólera, el factor antidengue y la lactoperoxidasa.
La eficacia protectora de estos componentes guarda una relación directa con la
frecuencia y duración del amamantamiento.
Carbohidratos: se presentan libres o combinados con aminoácidos y proteínas en una
concentración aproximada del 7%. El 15% está compuesto por oligosacáridos,
glucopéptidos, glucosa y galactosa y, el resto, es lactosa que constituye el carbohidrato
predominante. Proporciona el 40% de la energía, aporta glucosa como fuente de energía
y galactosa necesaria para la síntesis de galactopéptidos (fundamentales para el
desarrollo del sistema nervioso central). La lactosa sirve de sustrato a la flora intestinal
que produce importantes cantidades de ácido láctico reduciendo el pH intestinal. Entre
los oligosacáridos nitrogenados de la LH cabe destacar el factor bífidus, necesario para
el crecimiento de la flora bífida o bifidógena que constituye la flora predominante de los
niños lactados al pecho.
Etapas de la leche materna
Existen cuatro tipos de leche materna con diferentes características nutricionales, que
produce la glándula mamaria de todas las mujeres que está en periodo de lactancia, estas
son conocidas como:
 el calostro
 la leche de transición
 la leche madura
 la leche del destete.
El calostro: se produce durante los primeros tres a cuatro días después del parto, y es
un líquido espeso. Esta leche tiene un color amarillento, dado por los betacarotenos
(precursores de la Vitamina A) y un sabor salado, dado por contenido de sodio. La
composición del calostro, en comparación a la leche materna madura, es menor en
lactosa, grasa y vitaminas solubles en agua; mientras que posee una mayor proporción
de proteínas, de vitaminas solubles en grasa (Vitaminas E, A y K), carotenos y algunos
minerales como sodio y zinc.Un aspecto importante del calostro, es que contiene gran
cantidad de inmunoglobulinas, sustancias que protegen al recién nacido contra
enfermedades, ya que éste aún posee un sistema inmune inmaduro y frágil.
Leche de transición: se produce entre el cuarto y el día 15 después del parto, periodo
en el cual se da un aumento brusco en el volumen de leche materna producida, hasta
llegar a ser leche materna madura.
Leche madura: posee una gran variedad de elementos, muchos de ellos aún
desconocidos, y que varían no solo entre mujeres, sino también en la misma madre, a
distintas horas del día, entre ambas mamas, entre lactadas, durante una misma mamada
y en las distintas etapas de la lactancia. Se ha visto que estas variaciones están
directamente relacionadas con las necesidades propias del niño, lo que demuestra una
vez más que la leche materna exclusiva provee de todos los nutrientes que el lactante
necesita hasta los 6 meses de edad, inclusive si el parto fue pretérmino.
Leche de destete: al ir introduciendo otros alimentos en la dieta del niño, el volumen de
leche materna va a disminuir ya que el niño va a tener menos hambre, por lo tanto, va a
succionar menos, y con esto se va a producir menos leche. Este tipo de leche posee
cantidades mayores de proteína, sodio y hierro, mientras que se conserva la cantidad de
grasas, calcio y de compuestos que protegen el sistema inmune del lactante.
Únicamente en los recién nacidos de muy bajo peso al nacer (menos de 1500 gramos)
la leche materna no alcanza a cubrir los requerimientos de calcio, fósforo y de proteínas,
por lo que se debe suplementar con estos nutrientes. La cantidad de vitaminas en la
leche humana cubre las necesidades del niño, no obstante, puede variar según la dieta de
la madre, por lo que es sumamente importante vigilarla para que sea lo más balanceada
y saludable posible.
Se debe tener especial consideración con la vitamina D, ya que a pesar que el contenido
de este nutriente es bajo en la leche materna, el lactante la puede obtener a través de una
exposición al sol, de media hora a la semana cubierto solo con pañal, procurando que no
sea en horas cercanas al medio día.
Ventajas y beneficios
Para el bebé:
• Favorece la liberación de la hormona de crecimiento y un óptimo desarrollo cerebral,
fisiológico e inmunológico.
• Protege frente a gran número de enfermedades: diarrea, infecciones respiratorias
(catarros, bronquiolitis, bronquitis, neumonía, otitis, etc.). La leche materna tapiza
el intestino del bebé protegiéndolo frente a los patógenos.
• Disminuye o retrasa la aparición de problemas de tipo inmunológico: alergias
(dermatitis atópica, asma), leucemia, enfermedades crónicas intestinales.
• Previene enfermedades en la edad adulta: diabetes, hipercolesterolemia,
coronariopatías, cáncer.
• Se relaciona con la inteligencia cognitiva y emocional. Dar de mamar transmite al
bebé seguridad afectiva y esto repercute en su autoestima y en su empatía hacia las
necesidades de las demás personas en el futuro.
• Disminuye el riesgo de muerte súbita, de sobrepeso y obesidad, de enfermedad celíaca
(intolerancia al gluten), de los efectos nocivos de los contaminantes ambientales, de
maltrato infantil.
• La leche materna está siempre preparada y a la temperatura adecuada,
presentando en todo momento perfectas condiciones higiénicas.
Estos beneficios son aún más importantes en el caso de bebés que nazcan
prematuros o afectados de algún problema (S. de Down, fenilcetonuria,
malformaciones, etc.)
Para la madre:
• Ayuda a la recuperación tras el parto. El estímulo
hormonal hace que el útero se contraiga más rápidamente (entuertos), disminuye la
pérdida de sangre en
los días posteriores al parto y mejora la posible anemia. Favorece la recuperación del
peso y la silueta.
• Reduce las necesidades de insulina en madres diabéticas y normaliza antes el
metabolismo de las madres
que han tenido diabetes gestacional.
· Reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
• Disminuye el riesgo de cáncer de mama premenopáusico, cáncer de ovario y fracturas
de cadera y espinales por osteoporosis en la postmenopausia.
Para ambos:
• El amamantamiento desarrolla un estrecho vínculo afectivo materno filial,
proporcionando al bebé consuelo, cariño, compañía y seguridad, y ayudando a la madre
en su crecimiento personal.
• La elección de la lactancia materna supone un considerable ahorro económico en el
presupuesto familiar, no sólo derivado del precio que no se habrá de pagar por la
leche artificial y accesorios como biberones, sino también del menor consumo en
consultas médicas, ingresos hospitalarios y medicamentos que se ha demostrado en
los bebés alimentados con leche materna.
• Contribuye al cuidado del planeta disminuyendo la huella ecológica: no genera
residuos y es sostenible.
Contraindicaciones de la lactancia materna
En numerosas ocasiones la lactancia materna se interrumpe por motivos no justificados.
En la práctica son muy pocas las situaciones que la contraindican. Entre estas se
incluyen niños con galactosemia, malabsorción congénita de glucosa-galactosa y la
deficiencia primaria de lactasa. La infección materna por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) constituye una contraindicación para la lactancia en
países desarrollados en los que se dispone de medios adecuados para la alimentación
con sucedáneos.
Tampoco deben lactar a sus hijos las madres que estén infectadas por el virus de la
leucemia humana de células T (HTLV tipo 1 o 2) ya que se ha demostrado, como con el
VIH, su transmisión a través de la LM. Otras situaciones relacionadas con enfermedades
maternas o del lactante requieren de una valoración individualizada. A este respecto
debemos señalar que la LM no está contraindicada en los hijos de madres con hepatitis
A, B o C. En las hepatitis A y B se debe indicar la profilaxis adecuada para evitar la
transmisión de la infección.
Diferencias entre leche humana y leche de vaca
La leche de vaca es mucho más densa en nutrientes, salvo en hidratos de carbono, que la
de mujer. Esta característica global hace que, en su forma natural, no sea apta para la
alimentación en los primeros meses de vida.
Proteínas
La diferencia entre la leche de vaca y la humana radica en que la leche de vaca contiene
más proteínas; caseínas y beta-lactoglobulina. Esta última proteína es un potente
alergeno (sustancia capaz de producir una reacción alérgica) para los bebés. Además,
presenta una gran resistencia a la digestión ácida del estómago, de manera que es
probable que atraviese el intestino sin ser digerida.
La leche materna contiene la mitad de las proteínas, tiene menos caseínas, por lo que
precipita en finos grumos en el estómago, siendo más fácil de digerir (no coagula). En
cambio, la leche de vaca forma un coágulo grande que es difícilmente atacado por los
jugos gástricos. Además, la leche de mujer contiene otras sustancias proteicas que
favorecen la digestión y absorción de las grasas y que tienen acción bactericida.
Hidratos de carbono
En la leche materna el principal hidrato de carbono es la lactosa, presente en mayor
cantidad que en la leche de vaca. Este azúcar es transformado en ácido láctico por la
flora intestinal, lo que favorece la absorción de calcio, hierro, fósforo y otros minerales.
Su concentración no varía a pesar de las modificaciones dietéticas y las condiciones
nutricionales de la madre. El resto de azucares de la leche materna (oligosacáridos)
favorecen el crecimiento de Lactobacillus bifidus, bacterias que generan un medio
intestinal adecuado que inhibe el crecimiento de determinados microorganismos
patógenos.
Lípidos o grasas
Son la principal fuente energética de la leche materna. El contenido en lípidos de la
leche materna varía de una mujer a otra, de una toma a otra, siendo más rico al final de
la mañana y al inicio de la tarde, dentro de la misma toma (contiene 4 veces más de
lípidos al final de la toma) y aumenta a lo largo de la lactancia. En general, la leche
materna es más rica en grasas que la de vaca, y más abundante en ácidos grasos
insaturados, los cuales ejercen un papel importante en el desarrollo del sistema nervioso.
Por otro lado, la leche materna contiene más colesterol que la de vaca, lo que se traduce
en una menor síntesis endógena de colesterol.
Vitaminas
La leche materna contiene las vitaminas en la concentración adecuada para los bebés.
Una salvedad es la vitamina D, que debe administrarse como suplemento de modo
sistemático para favorecer la absorción y fijación del calcio.
Minerales
La leche materna es tres veces menos rica en minerales que la leche de vaca, en especial
en sodio, lo cual impide una sobre carga renal en el lactante. El contenido en calcio y en
hierro es menor, pero su absorción es mejor o más eficaz. No obstante, el hierro también
debe administrarse en forma de suplementos, para cubrir satisfactoriamente las
necesidades del lactante de este mineral esencial.
Otros componentes diferenciales
La leche de mujer tiene lisozimas y factores de crecimiento que favorecen el equilibrio
de la flora intestinal, además le transfiere inmunoglobulinas que le proporcionan
protección inmunológica.
Bibliografía
https://www.geosalud.com/lactancia-materna/caracteristicas-leche-materna.html
https://www.consumer.es/alimentacion/diferencias-entre-la-leche-de-vaca-y-la-leche-
materna.html#:~:text=La%20diferencia%20entre%20la%20leche,%3B%20case%C3%ADnas
%20y%20beta%2Dlactoglobulina.&text=La%20leche%20materna%20contiene%20la,de
%20digerir%20(no%20coagula).
https://www.unomasenlafamilia.com/diferencias-entre-leche-materna-leche-vaca.html

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