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Colombia Un País Con Racionalidad

Instrumental
Juan Camilo Parra Reyes – 030150432017

Este trabajo pretende visibilizar la concepción de modernidad colombiana en


donde está guiada por el resultado de acciones que son evaluadas y elegidas no
por sí mismas sino como un medio más o menos eficiente para otro fin. En donde
lo económico, político, social y cultural se encuentran arraigadas por un proyecto
más que todo individualizador en donde no se otorga una libertad vinculada a la
autonomía de las masas, que además se encuentran segadas por un orden de
consumo, ese mismo que convirtió la extracción de los recursos naturales para
que se transformara en un sustento de una sociedad que intenta surgir y
modernizarse por medios instrumentales no inclusivos.

“La formación de una «sociedad de individuos» al individualismo como una


exigencia del capitalismo en tanto que economía moderna que desestabiliza las
formas comunitarias y las envía a un proceso de acumulación que, si bien
aumenta la producción de mercancías, destruye las formas de producción de
orden social. Con ello, la autonomía se convierte en un mero reclamo publicitario y
la libertad en libertad de mercado” (Jimenez Asensio, 2009)

La sociedad colombiana por años ha intentado implementar procesos de


modernización que impliquen el mejoramiento social, económico y cultural del
país, pero desafortunadamente los métodos implementados no han logrado
concretar un progreso significativo, ya que si se encuentra la solución a algún
problema le sobresale uno mucho más grave es decir todo se convierte en pros y
contras que no imparten seguridad a una sociedad agobiada y apática por tantos
años en el cual la realidad es la misma y en donde la dificultad puede radicar en
cómo se está consiguiendo esos avances y mediante que procesos.
Desde que Colombia comenzó a pensar en el agro u otros métodos que preserven
más la vida natural, no sostenían una economía y prefirió métodos más fáciles qué
lograran satisfacer necesidades intrínsecamente económicas, se empezó a obrar
mal, no solo desde el ámbito natural que si entendiéramos la importancia estaría
en la cima de los deberes que como seres humanos tenemos con el medio
ambiente, sino que también conllevo a problemas muchos más grandes como los
que invaden esta sociedad contemporánea en donde existe la diferencia de
estratos que conlleva directamente a las desigualdades, es una de las barreras
sociales que complican cada vez más el progreso de un país retrasado en el
cuidado del medio ambiente, pero es esa la realidad, un país en concepción
individualizador que se encuentra regido por un grupo de “monarcas
independentistas” que se encargan de manejar las problemáticas a su antojo
siempre pensando en que es lo mejor para su bienestar y no en el de la población
marginal, que se conforma con lo que el proceso le otorgue que casi siempre es lo
más mínimo necesario.

Básicamente todo esto radica en que esta sociedad está constituida en un


proyecto de falsas libertades en donde todo se encuentra enfocado a conseguir no
lo necesario sino lo que unos pocos encuentran beneficioso, cuando el objetivo ya
está radicalmente establecido bajo un sistema consumista, el llegar a él se
convierte en un proceso menos organizado ya que “no importa el cómo, sino solo
llegar hasta él”. El desvinculo social logra que pase lo inevitable, cuando nos
desprendemos de un objetivo común se hace notable la falta de moral en nuestros
actos, permitiendo que actuemos irracionalmente, logrando objetivos a costa de
nuestros propios pensamientos egoístas, que no pueden ser dominados y
cambiados, sino que deben de ser aceptados por la sociedad, que al fin y al cabo
solo es un medio para poder llegar al fin del proceso, sin ser beneficiada. Todas
estas limitaciones hacen que siempre se vean los mismos resultados, por los
mismos de siempre, sin ningún cambio, beneficiando a algunos individuos.
Permitir la libertad racional cuando se trata del progreso de una sociedad con
desigualdades y con poca preservación ambiental, genera resultados inesperados
en donde nos beneficiamos todos.

El problema se centra en las prácticas irracionales que realiza el hombre, en


donde olvida su vínculo con la sociedad, en donde actúa sin ninguna moral, no
diferenciando entre lo bueno y lo malo, y materializando todos estos pensamientos
hasta llegar al objetivo mercantilista por encima de todo. Estos pensamientos a los
que llama desarrollo y beneficio social.

La desigualdad es gradualmente una de las grandes razones para que exista la


irracionalidad instrumental, las normas mismas se encargan de poner condiciones
que lleven a que no a todas las personas se le brinden las mismas oportunidades,
los mismos espacios que se les otorgan a aquellos que ya tienen cancha en la
construcción de una sociedad. Pues bien es cierto que las oportunidades no son
las mismas para todos, o más bien el camino para todos no es mismo, pues para
quienes les es fácil llegar no piensan en un bien colectivo sino individual. Las
normas, leyes, reglamentos o como quieran llamarse ponen trabas a todo aquel
que quiera instrumentalizar un objetivo racional, para el que piensa en un bien
común.

La grandeza de un país se debería medir por un proyecto de sociedad que este en


constante reconstrucción y que aprenda de errores, para que en algunos años no
sigamos siendo unos de los países más desiguales del mundo y mucho menos
uno de los más corruptos, con ello edificar un país libre.

"No se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar


los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la
sociedad existente, sino de establecer una nueva." (Karl Marx, 1850)

Bibliografía

Jimenez Asensio, R. (2009). Los vacíos de la política en época de globalización. Z. Bauman ¿versus?
J. Habermas. ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política, 73-92.

Karl Marx, (1850). Mensaje a la Liga de los Comunistas.

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