Bonsái, de Alejandro Zambra

Por Marcelo Beltrand Opazo

Una novela mínima, con una historia grande. Se puede resumir

así la primera novela de Alejandro Zambra, quien nos
sorprende, inevitablemente, con este libro, ya que encontramos
originalidad en la forma de contar la historia, toda una
propuesta. Porque de lo que se trata es de eso, de contar
historias; la diferencia está en cómo se cuenta la historia y
Zambra lo sabe. Juega, se divierte colocando a los personajes
en escenarios conocidos, introduciendo frases cortas,
cuestionando las vidas y cambiando los ritmos.

Bonsái es un libro de 94 páginas que se estructura como en

círculos concéntricos, donde una historia entra en otra que
tiene relación, pero que se instala en forma independiente, absolutamente elíptica. Bonsái
cuenta una historia de amor, donde la intención literaria del autor, en cuanto a la estructura
de esta pequeña novela sobresale, en momentos, más que los personajes y la historia.

Y sin embargo Zambra lo logra, logra contar la historia de Julio y de Emilia, una historia de
amor y libros y de lecturas. Una historia bonsái, “una historia liviana que se pone pesada”,
como el propio autor lo dice. Y, “al final ella muere y Julio no muere. El resto es literatura”. Lo
declara abiertamente, sin ocultar su impostura, rompiendo con los cánones, nos cuenta el
final del libro, en el primer párrafo, en la primera página. En Bonsái los personajes entran y
salen de escena, y donde las conexiones entre ellos son de seis grados de distancia.  

La novela de Zambra tiene algo que seduce, quizás la repetición, la circularidad, el ritmo
bien logrado a través de las frases cortas. Quizás, la presentación de los personajes y sus
vidas. O a lo mejor, la sencillez de la historia, que logra mostrar más de lo que cuenta. Si, es
eso, Alejandro Zambra nos cuenta una historia con profundidad, donde los personajes se
muestran como son, como la vida.

Fuente: http://criticaliterariaymas.blogspot.cl/2010/07/bonsai-de-alejandro-zambra.html