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Abraham Genesis - 18 - 1 5 Comentario PDF
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Si Dios está pasando es para que lo acojamos: "No pases, te ruego, sin detenerte"
El episodio de la hospitalidad concedida por Abraham a los tres misteriosos personajes enviados
por el Señor, los cuales, según una antigua interpretación, son incluso una imagen de la Santa
Trinidad, nos enseña que también con nuestros trabajos diarios más pequeños podemos
servir al Señor y estar en contacto con El. Recordamos la célebre máxima de San Benito:
"Reza y trabaja", Ora et labora! Estas palabras contienen un programa entero: no de oposición,
sino de síntesis; no de contraste, sino de fusión entre dos elementos igualmente importantes (cf.
Juan Pablo II, 20-VII-80).
"El relato subraya el efecto de la visita divina, que hace fecunda una unión
conyugal, hasta ese momento estéril. Creyendo en la promesa, Abraham llega a ser
padre contra toda esperanza, y padre en la fe porque de su fe desciende la del
pueblo elegido."
(cf. Juan Pablo II, 6-III-96).
Desfigurado por el pecado y por la muerte, el hombre continua siendo "a imagen
de Dios", a imagen del Hijo, pero "privado de la Gloria de Dios", privado de la
"semejanza". La Promesa hecha a Abraham inaugura la Economía de la Salvación,
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al final de la cual el Hijo mismo asumirá "la imagen" y la restaurará en "la
semejanza" con el Padre volviéndole a dar la Gloria, el Espíritu "que da la Vida"
Contra toda esperanza humana, Dios promete a Abraham una descendencia, como
fruto de la fe y del poder del Espíritu Santo. En ella serán bendecidas todas las
naciones de la tierra. Esta descendencia será Cristo en quien la efusión del
Espíritu Santo formará "la unidad de los hijos de Dios dispersos".
Comprometiéndose con juramento, Dios se obliga ya al don de su Hijo Amado y al
don del "Espíritu Santo de la Promesa, que es prenda ... para redención del Pueblo
de su posesión".
No por casualidad...
Abraham sabe leer los acontecimientos de la historia desde la fe, y sabe que ese encuentro no es
casual. Todo lo que nos sucede está inscrito en un plan de salvación de Dios, lo cual no significa
que seamos como máquinas teledirigidas. Dios tiene un plan de salvación para cada uno, pero el
dejar que ese plan se cumpla, o rechazarlo, depende de nuestra libertad.
"Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo
demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el
origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios. Permanecer en
su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple
aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que
nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas
que se saben amadas por Dios".
(Benedicto XVI, 20-VIII-2011).
“Lo que no estaba en mis planes estaba en los planes de Dios. Arraiga en mí la
convicción profunda de que -visto desde el lado de Dios- no existe la casualidad;
toda mi vida, hasta los más mínimos detalles, está ya trazada en los planes de la
Providencia divina y, ante los ojos absolutamente clarividentes de Dios, presenta
una coherencia perfectamente ensamblada”
Iconografía
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