MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA.
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA. DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO. SAN JUAN DE LOS MORROS ESTADO GUÁRICO. Profesora: Dra. Josefina P. de Salazar Autora: Clariany Rebolledo C.I 17937388 EL ADULTO EN SITUACIÓN DE APRENDIZAJE.
La educación de los adultos, en el marco de la educación continua o permanente debe
estar en función de los intereses y necesidades de los sujetos en cualquier nivel de desarrollo evolutivo, como lo indican educadores y reformadores a lo largo de la historia. Esto corresponde al hecho de que las personas adultas desde el punto de vista físico y biológico han alcanzado un desarrollo definitivo, psíquicamente poseen una mayor conciencia de sí mismos, de sus semejantes y cuentan con procesos intelectuales y psico-afectivos para relacionarse con otras personas en su mundo laboral y social y producir comportamientos y aprendizajes productivos, creadores e innovadores. El ser humano alcanza su adultez en el momento de su existencia en que sus funciones para aprender adquieren una gran amplitud, profundidad y funcionalidad. Alcalá (1999) señala algunos criterios de la adultez psicológica a tener en cuenta para facilitar el aprendizaje del adulto sobre sí mismo, en su condición de persona, y en relación con el mundo que lo rodea. En efecto, su existencia responde a una escala de valores conformada en parte por la tradición familiar, la educación adquirida, los roles desempeñado en la sociedad y las responsabilidades asumidas en su vida personal y profesional. El conocimiento de estos y otros factores son particularmente relevantes en el momento de diseñar programas educativos para ellos. En cuantos a las Características es necesario tener presente que el adulto no llega “en cero” a una situación de aprendizaje. En especial, si hacemos referencia a contextos de formación vinculadas a su trabajo, trae consigo un bagaje de experiencia laboral, de su vida personal y un trayecto por la educación formal. Los aprendizajes son distintos a lo largo de las etapas de la vida de los sujetos, ya que ellos también sufren cambios. En la etapa adulta, la participación en experiencias de formación acompaña a un conjunto de proyectos personales y familiares, su ubicación en el mundo del laboral y un recorrido en la formación (en el sistema educativo formal o no formal). Como todo sujeto de aprendizaje, la edad y las características de la etapa en la cual se encuentra inciden en el interés que desarrolle por determinado aprendizaje, las posibilidades y limitaciones, los recursos de los cuales dispone, los ritmos y estilos. Es por ello, que podemos decir que el adulto en rol de alumno es alguien que trae consigo el caudal de sus conocimientos y de sus experiencias anteriores. Cualquier propuesta de formación debe partir necesariamente de las «situaciones de vida» en que se encuentran los adultos.