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"¿Qué es el Ateísmo?

"
A.- Respuesta: El ateísmo es la ponencia de que Dios no existe. El ateísmo no es algo nuevo. El Salmo 14,1 escrito
por David alrededor de 1000 a.C. menciona el ateísmo – “Dice el necio en su corazón; No hay Dios” Recientes
estadísticas muestran un creciente número de gente convirtiéndose al ateísmo, con más del 10% de gente alrededor
del mundo declarándose a sí mismos partidarios del ateísmo. Así que, ¿por qué más y más gente se vuelve atea?
¿Es el ateísmo realmente la postura lógica que claman los ateístas ser?
¿Por qué existe aún el ateísmo? ¿Por qué no Dios simplemente se revela a Sí Mismo a la gente, probando así que Él
existe? Seguramente si Dios apareciera, ¡todos creerían en Él! El problema con esta idea es que no es el deseo de
Dios solo convencer a la gente de que Él existe. El deseo de Dios para la gente es que crean en Él por fe
(2° Pedro3,9) y acepten Su regalo de salvación (Juan 3,16). Si, Dios puede aparecer y demostrar de una vez por
todas que Él existe. El problema es que Dios claramente ha demostrado Su existencia muchas veces en el Antiguo
Testamento (Génesis capítulos 6-9; Éxodo 14,21-22; 1 Reyes 18,19-31) ¿Creyó la gente que Dios existe? ¡Sí! ¿Se
volvieron de sus malos caminos para obedecer a Dios? ¡No! Si una persona no está dispuesta a aceptar la
existencia de Dios por fe, entonces definitivamente no estará dispuesta a aceptar a Jesucristo como su Salvador por
fe (Efesios 2,8-9). Ese es el deseo de Dios – que las personas se conviertan en cristianos, no solo teístas
(quienes creen que Dios existe).
La Biblia nos dice que la existencia de Dios debe ser aceptada por fe. Hebreos 11,6 declara, “Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan.” La Biblia nos recuerda que somos bendecidos cuando creemos y confiamos en Dios por fe,
“Jesús le dijo; porque me has visto Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron.” (Juan 20,29).
El hecho de que la existencia de Dios debe ser aceptada por fe, no significa que creer en Dios sea ilógico. Existen
muchos buenos argumentos para percibir la existencia de Dios. Si hablas ingles, visita la página “Does God
Exist?” (“¿Existe Dios?”) La Biblia enseña que la existencia de Dios es claramente visible en el universo (Salmo
19,1-4), en la naturaleza (Romanos 1,18-22), y en nuestros propios corazones (Eclesiastés 3,11). Con todo lo dicho,
nuevamente, la existencia de Dios no puede ser probada, debe ser aceptada por fe.
Al mismo tiempo, se necesita la misma cantidad de fe para creer en el ateísmo. El hacer la declaración absoluta de
“¡Dios no existe!” es hacer una aseveración de conocer absolutamente todo lo que hay que saber acerca de todo – y
haber estado en todos los lugares que componen el universo – de haber presenciado todo lo que hay que ser visto.
Desde luego, ningún ateo hará estas afirmaciones exactamente. Sin embargo, eso es en esencia lo que ellos
aseguran cuando declaran que Dios no existe. Los ateístas no pueden probar que Dios no, por ejemplo, vive en el
centro del sol, o atrás de las nubes de Júpiter, o en alguna nebulosa distante. Esto no puede ser probado, así que
tampoco puede probarse que Dios no existe. Se necesita la misma medida de fe para ser ateísta, que para ser teísta.
Así que, estamos de regreso donde empezamos. El ateísmo no es comprobable y la existencia de Dios debe ser
aceptada por fe. Yo creo firmemente que Dios existe. Admito gustosamente que mi creencia en la existencia de Dios
está basada en la fe. Al mismo tiempo, rechazo firmemente la idea de que es ilógico creer en Dios. Creo que la
existencia de Dios puede ser claramente vista, vívidamente sentida, y ser necesariamente filosófica y científicamente
probada. Nuevamente, para más información si te es posible, visita la página en Internet que mencionamos
anteriormente. Salmos 19:1-4 dice, “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras,
ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras…”
Historia del ateísmo.-
B.-Aunque el término ateísmo se origina en el siglo XVI basado en el término del griego antiguo ἄθεος (sin dios,
negación de dios), su admisión como concepto en positivo no se encuentra antes del siglo XVIII, cuando las ideas
ateas y su influencia política empiezan a expandirse.

Símbolo ateo empleado por la asociación internacional Iniciativa Atea.


La proposición espontánea de que los dioses no existen es tan antigua como el teísmo mismo y la
idea de que no hay dios es tan antigua como el monoteísmo y el henoteísmo. Tanto en Europa
como en Asia, el surgimiento del ateísmo puede situarse a finales del siglo VI a. C. El
pensamiento filosófico ateo aparece entre los siglos V y VI a. C.

Filosofías asiáticas antiguas.- En Asia, la vida contemplativa no centrada en la idea de


los dioses Se ha sugerido que este artículo o sección sea fusionado con No teísmo (ver la discusión al
respecto).Una vez que hayas realizado la fusión de artículos, pide la fusión de historiales en WP:TAB/F.comenzó en
el siglo VI a. C. con el taoísmo (en China) y con el crecimiento del jainismo, el budismo y algunas corrientes
ateas de la medicina áiurveda (en la India).
Aunque estos sistemas de creencias afirmaban una vía salvadora filosófica no centrada en el culto a
dioses, la tradición popular en algunas de las ramas realizaba un culto a divinidades, llamadas a espíritus
y otras tradiciones folclóricas. De hecho, el conjunto de escrituras más completo y antiguo, el Canon Pali
acepta como reales a los seres divinos, los dioses védicos (en el Rig-veda) y otros dioses, el renacimiento,
el paraíso y el infierno. Mientras que las deidades no son necesarias para el objetivo de la salvación en el
budismo, lo cierto es que no se cuestionaban.
Jainismo.-
Cruz esvástica, símbolo del Jainismo.
Aunque los jainas consideran su tradición como algo eterno, el jainismo puede datarse en
los tiempos de Parshua (que vivió en el siglo IX a. C.), y más seguramente de Majavirá
(maestro del siglo VI a. C. y contemporáneo de Gautamá Buda). En el jainismo se cree
que el mundo es eterno y carece de principio. No existe una divinidad personal, y todas
las posibles divinidades ―las almas de los perfectos arjat (divinidades humanas), por
ejemplo― no son emanación ni manifestación de ninguna divinidad apofática ni de
ninguna Unidad (el Todo o Absoluto), conceptos y realidades que son igualmente negadas y rechazadas en
el jainismo junto con la de un dios creador.
Hinduismo.-
Sílaba Om, símbolo del Hinduísmo.
Dentro de las doctrinas astika (‘ortodoxas’) del hinduismo, tanto la escuela sankhia
como la mimamsa no aceptan un dios creador.
Según su tradición el texto principal de la escuela sankhia, el Sankhia-karika, fue escrito
por Íshuara Krishná en el siglo IV, cuando se trataba de una escuela predominante. Los
orígenes de la escuela son más antiguos y se han perdido en la leyenda. La escuela fue a
la vez dualista y atea. Creían en una existencia dual de prakriti (‘naturaleza’) y Púrusha
(‘varón’, espíritu) y no tiene lugar para Íshvara (‘el mejor dueño’, ‘el más grande controlador’, Dios)
argumentando que la existencia de Íshvara no puede demostrarse y por lo tanto no puede admitirse que
exista. La escuela era importante entre las doctrinas hinduistas en ese momento, pero comienza su
decadencia en el siglo  X, datándose sus últimos comentarios en el siglo XVI.
El texto fundacional de la escuela mimamsa son los Purva-mimamsa-sutras de Yaimini (siglos III a
I a.  C.). La escuela alcanzó su apogeo en el siglo VIII y durante un tiempo en la Edad Media tuvo una
clara influencia en el pensamiento hinduista.
La escuela mimamsa responde a sus preguntas primarias sobre la naturaleza del dharma según una
interpretación estrecha de los Vedas (textos del II milenio  a. C. Sus principios fundamentales eran el
ritualismo (ortopraxis), el anti-ascetismo y anti-misticismo. Los primeros mimamsakas creían en un
adrishta (‘invisible’) que resulta de la práctica de karmas (‘trabajos’) y no veían la necesidad de un
Íshvara (‘señor’, Dios) en su sistema. La doctrina mimamsa todavía continúa en algunas ramificaciones
de las escuelas de pensamiento hinduista actual.
Taoísmo.-
Taijitu del Yin y Yang. Símbolo del Taoísmo.
El pensamiento filosófico taoísta surge en la antigua China aproximadamente en el siglo VI a. C., de la
mano del sabio Lao-Tsé, quien planteaba una línea de pensamiento contemplativa y retrospectiva en base
a la observación de los fenómenos cosmológicos que lo llevaron a desarrollar una concepción metafísica
naturalista. Si bien Lao-Tsé no era un materialista absoluto, su metafísica partía de la idea de que un
orden natural cosmodinámico había originado la materia en consecuencia de los cambios cíclicos y
mutacionales de la energía, la cual en sí misma es inmaterial pero puede materializarse y adoptar formas,
tal como todo en la naturaleza lo hace mediante la sucesión dialéctica del Yin y Yang. Siendo la Energía
(chi) el motor universal de la constante fluidez del cambio, puede entenderse a la energía como la forma
en que se manifiesta el Tao, que según esta concepción taoísta, es el Tao el concepto que representa el
origen y Caos primordial de toda la existencia, siendo así el elemento abstracto de la fuente primordial
generadora de la naturaleza y la existencia, tanto en su significado cosmológico y físico como en sus
argumentos filosóficos, ideológicos y metafísicos. De esta forma, el taoísmo plantea un origen abstracto e
inmaterial acerca de la cosmogonía al partir desde el Tao, y una constante metafísica y energética a la
que llama chi, pero todos estos elementos metafísicos no son considerados sobrenaturales ya que se los
entiende como la propia forma de la naturaleza en su esencia más pura, y de la cual se conformó la
materia física por sus propias transformaciones naturales, y no por la intervención de alguna deidad ni de
ninguna otra personificación teísta, motivo por el cual el taoísmo se muestra en contra de la lealtad al
mandato del cielo que autoproclamaban los monarcas chinos para justificar su derecho divino de
gobernar.
Pese a que el taoísmo original de Lao-Tsé, Chuang-Tsé, y de sus continuadores, era una forma de
pensamiento filosófico antiteísta, los posteriores líderes religiosos de la antigua China volcaron elementos
taoístas a la religión tradicional china, siendo ese sincretismo el que masivamente se difundió como la
forma de taoísmo religioso, el cual presenta creencias animistas y teístas donde los creyentes rinden culto
a distintas divinidades y espíritus, los cuales corresponden a la tradición folclórica y no a los postulados
taoístas de los iniciadores de esta filosofía.
Budismo.-
Buda en la flor de loto, símbolo del Budismo.
La filología moderna considera que los elementos sobrenaturales de la tradición budista
son añadidos posteriores. En realidad tal opinión ya apareció al inicio del siglo XVIII en
Japón entre los eruditos de la escuela Kaitokudō (懐徳堂), que defendían una versión
atea del budismo y que consideraban que los elementos sobrenaturales de los antiguos
textos budistas procedían del sintoísmo, taoísmo y confucianismo y eran exageraciones
ficticias.
Nakamoto Tominaga (1715-1746) concluyó que entre la vasta colección de escritura majaiana, sólo la
parte del Agama-sutra pertenecía realmente a Buda. Esta opinión es apoyada por los estudios modernos,
que identifican el Dhammapada, los dos últimos capítulos del Sutra-nipata en el Tripitaka pali y la parte
correspondiente al Agama-sutra en el Tripitaka en sánscrito, así como algunos pequeños fragmentos en
otras escrituras como los escritos más antiguos. Este punto de vista, denominado «daijyō hibutsu setsu»
(teoría del majaiana no budista), es responsable de la controversia actual en el budismo japonés.
Chárvaka.-La escuela filosófica materialista y antirreligiosa Chárvaka, se origina en la India con los
Barjaspatia-sutra (siglos finales de la era pre-cristiana) y es la escuela filosófica más explícitamente atea
de la región. La escuela creció a partir del escepticismo general existente en el período Mauria. Ya en el
siglo  VI  a. C., los budistas citaban a Ajita-kesakambalin en las escrituras pali donde se debatía y se
enseñaba que «con la desaparición del cuerpo, el sabio y el necio son aniquilados, destruidos. Ninguno de
ellos existe tras la muerte».
La filosofía Chárvaka es hoy conocida principalmente por sus oponentes astika y budistas. El mismo
objetivo de un charvaka, de acuerdo a sus fuentes, es tener una vida próspera, feliz y productiva en este
mundo. El Tattua-upaplava-simja de Yaiarashi Bhatta (siglo  VIII  a. C.) se cita como texto superviviente
de esta escuela que se cree desaparecida en el siglo XV.
Grecia y Roma clásicas

Sócrates.
En la antigüedad clásica europea la religión era una creencia fundamental (el
modo de vida quedaba determinado por la divinidad). Antes del siglo VII a.  C. nos
encontramos el mito como forma de pensamiento en la antigua Grecia, que
sustentaba por el derecho divino el estado (la polis, y más tarde el Imperio
romano). Históricamente cualquier persona que no creyera en la deidad apoyada
por el estado podía ser legalmente acusada de ateísmo y ser castigada con la pena
de muerte. Alrededor del siglo VII a. C. se produce una revolución sin
precedentes en el desarrollo de las técnicas de navegación, lo cual propicia que se
forme el comercio. Consecuentemente, se reemplaza el trueque por el dinero. Se
llegó a un escepticismo en la mentalidad popular y a finales del siglo VI a. C. se
produce el
nacimiento del «pensamiento racional» (rival de la mitología y la religión).
Diágoras de Melos (siglo V a. C.) es conocido como el primer ateo. Blasfemaba haciendo públicos lo
misterios eleusinos y desanimando a la gente a ser iniciado. Poco después los atomistas Leucipo y
Demócrito intentaron explicar el mundo de una forma totalmente materialista, sin hacer referencia a lo
espiritual o lo místico.
Entre los sofistas, Pródico de Ceos dijo que se ha creído que las cosas útiles para la vida humana se
habían atribuido a los dioses, y Protágoras, según Cicerón, afirmó en el principio de su libro que
«respecto a los dioses soy incapaz de afirmar si existen o no». El mismo Cicerón (de filosofía estoica), sin
negar abiertamente su existencia, señaló en su obra De natura deorum (Sobre la naturaleza de los dioses)
lo dificultoso que es justificar la existencia de esas figuras sobrenaturales.
Por razones políticas, Sócrates fue acusado de ser atheos (rechazaba admitir los dioses reconocidos por el
estado) en Atenas en el 399 a.  C.). A pesar de los cargos, afirmaba ser inspirado por una voz divina
(daimon). Su último deseo antes de morir fue que se sacrificara un gallo al dios Asclepio, lo que no está
relacionado con la piedad politeísta, este gesto era el habitual para una persona que estuviera enferma, y
Sócrates quería dar a entender que con la muerte se sobrepondría de la «enfermedad» de la vida. Los
cristianos en Roma también fueron considerados elementos subversivos para la religión del estado y se los
persiguió como ateos. De esta forma los cargos de ateísmo, con el significado de subversión religiosa,
se usaron frecuentemente al igual que los de herejía e impiedad como un arma política para eliminar
enemigos.
Epicuro.- Alrededor del 300 a. C. el filósofo cirenaico Teodoro de Cirene negó
la existencia de los dioses en su libro Sobre los dioses.
Evémero (330–260 a. C.) publicó su opinión sobre que los dioses sólo eran
gobernantes deificados, conquistadores y fundadores del pasado, y que sus cultos
y religiones eran en esencia la continuación de reinos desvanecidos y estructuras
políticas pasadas. Aunque Evémero fue más tarde criticado por haber «extendido
el ateísmo por toda la tierra habitada borrando el recuerdo de los dioses», su
visión del mundo no era atea en el sentido estricto y teórico, porque él
consideraba que los dioses primordiales eran eternos e imperecederos. Evémero
también creía que el Sol, la Luna y otros cuerpos celestiales eran dioses, y
consideraba que los fenómenos naturales como el viento eran divinos, por tener
«origen eterno y eterna continuación». Pero llega a la conclusión de que los
titanes y todos los dioses de la siguiente generación como los dioses olímpicos
son sólo construcciones culturales y religiosas de personajes humanos del
pasado Algunos historiadores han argumentado que él meramente reinterpretó la religión antigua bajo la
luz de la deificación de gobernantes contemporáneos como Alejandro Magno. La obra de Evémero fue
traducida al latín por Ennio, posiblemente para allanar el camino en la mitografía de la planeada
divinización de Escipión el africano en Roma. Otra
figura importante en la historia del ateísmo fue Epicuro (alrededor del 300 a. C.). Próximo a las ideas de
Demócrito y los atomistas, expuso una filosofía materialista en la cual el universo estaba gobernado por
las leyes del azar sin la necesidad de la intervención divina. Aunque afirmó que los dioses existían creía
que les era indiferente la existencia humana; doctrina denominada como Deísmo, dado que no se niega la
existencia de divinidades, pero si su incidencia en el mundo. El objetivo de los epicúreos era alcanzar la
paz mental exponiendo que el miedo a la ira divina era irracional. Una de las más elocuentes expresiones
del pensamiento epicúreo es Sobre la naturaleza de las cosas de Lucrecio (siglo I a. C.). Lucrecio no era
ateo porque sí creía en la existencia de los dioses pero como Epicuro pensaba que ellos como seres
perfectos no estaban interesados en los asuntos humanos. Ambos también negaban la existencia de tras la
vida. El militar y político Julio César (100–44 a. C.) que se inclinaba considerablemente hacia el
epicureísmo tampoco creía en la existencia posmórtem como expuso en su petición de pena de muerte en
el juicio a Catilina. Los epicúreos, más que ateos, podrían describirse como materialistas. Los epicúreos
no fueron perseguidos, pero sus enseñanzas causaron controversia y fueron duramente atacadas por las
escuelas mayoritarias como el estoicismo y el neoplatonismo. El movimiento terminó siendo una forma de
pensamiento marginal y gradualmente desapareció al final del imperio romano, hasta que fue reavivada
por Pierre Gassendi en el siglo XVII. Edad media.-En la Edad media en
Europa casi no se conocen expresiones de ateísmo. Hrafnkell el protagonista de la saga islandesa del
mismo nombre, fechada en el siglo X, cuando su templo dedicado a Freyr es quemado y él esclavizado
afirma «Creo que es una insensatez tener fe en los dioses», y nunca volvió a realizar un sacrificio, esta
posición se denomina en las sagas como goðlauss (‘sin dios’).. Citándose varios casos parecidos, incluso
de reyes. Jacob Grimm en su obra Teutonic mythology observa que: Es destacable que en las antiguas
leyendas nórdicas ocasionalmente se mencionan casos de hombres que ante un gran enfado o duda dan la
espalda a su fe pagana, centrando su confianza en su propia fuerza y virtud. Así en Sôlar lioð 17 aparece
la afirmación sobre Vêbogi y Râdey â sik þau trûðu, «en ellos mismos confían».

Etimología.- Palabra griega αθεοι «atheoi» ([aquellos] sin dios) en la


Epístola a los efesios.
En la Europa cristiana, las cinco vías tomistas y el argumento
ontológico de Anselmo de Canterbury intentan responder intelectualmente al cuestionamiento de la
existencia de Dios. Las autoridades religiosas persiguen a los que discrepan de sus creencias acusándoles
de herejía, especialmente en los países donde está activa la Inquisición. El cargo de ateísmo es usado
frecuentemente para atacar a los adversarios políticos o religiosos. Por ejemplo el papa Bonifacio VIII
por su insistencia en la supremacía política de la iglesia fue acusado por sus enemigos a su muerte
(inverosímilmente) de mantener posiciones ateas tales como «no creer en la inmoralidad, ni la
incorruptibilidad del alma, ni en la vida venidera». En el islam medieval los teólogos reconocen el
concepto de ateísmo y frecuentemente atacan a los infieles, aunque son incapaces de nombrar a ningún
ateo real; generalmente cuando acusan a alguien de ateísmo normalmente se trata de disidentes y herejes
más que ateos. Una figura notable fue el intelectual del siglo IX Ibn al-Rawandi que criticó la noción de
profecía religiosa incluida la de Mahoma, y mantuvo que los dogmas religiosos no eran aceptables por la
razón y debían ser rechazados. Otros críticos a la religión en el mundo islámico fueron el médico y
filósofo Abu Bakr al-Razi (865-925) y el poeta Al-Maʿarri.(973-1057). Renacimiento y
reforma.-Durante el renacimiento y la reforma protestante las críticas a las instituciones y creencias
religiosas se hacen más frecuentes, pero no representaron realmente ateísmo.
El término athéisme se acuñó en Francia en el siglo XVI, como una forma de acusación para aquellos que
rechazaban a Dios o la divinidad en las controversias intelectuales. Aunque el concepto de ateísmo
resurgió posteriormente como una reacción a la confusión intelectual y religiosa producida por la reforma
y más tarde la ilustración. Durante los siglos XVI y XVII la palabra ateo se usó exclusivamente como un
insulto y nadie quería ser considerado como tal. La acusación de ateísmo era tan peligrosa como ilustran
los ejemplos siguientes: Étienne Dolet fue estrangulado y quemado en 1546, y Giulio Cesare Vanini que
sufrió un destino similar en 1619. En 1689 el noble polaco Kazimierz Łyszczyński, que escribió un tratado
filosófico, De non existentia Dei, en la que cuestionaba la existencia divina, fue condenado a muerte en
Varsovia por ateísmo, se le decapitó tras arrancarle la lengua con un hierro al rojo y quemarle las manos
lentamente. De forma similar en 1766 el noble Jean-François de la Barre fue torturado y decapitado y su
cuerpo quemado, por la acusación de destruir un crucifijo. Este caso se hizo célebre porque Voltaire
intentó sin éxito que la sentencia fuera revocada.
Entre los acusados de ateísmo estuvo el filósofo materialista inglés Thomas Hobbes (1588-1679), pero él
negó los cargos. Su teísmo era inusual, en cuanto que consideraba que Dios era material. Anteriormente
el dramaturgo y poeta Christopher Marlowe (1563-1593) fue acusado de ateo cuando se encontró en su
casa un folleto que negaba la divinidad de Cristo. Antes de que pudiera defenderse del cargo fue
asesinado aunque por motivos ajenos a la religión. En 1675, el filósofo Spinoza tuvo por precaución que
renunciar a publicar su obra La ethica que era considerada como blasfema y atea por los teólogos. Por el
mismo motivo la mayoría de sus obras fueron prohibidas y sólo pudieron ser publicadas tras su muerte.
El Siglo de las Luces.

Paul Heinrich Dietrich, barón de Holbach.


Denis Diderot (1713-1784), uno de los más prominentes filósofos de la Ilustración
y editor de la Enciclopedia, también fue acusado de ateo por desafiar los dogmas
religiosos, en particular el católico. Escribió: «La razón es la virtud del filósofo
como la gracia lo es del cristiano. La gracia determina las acciones del cristiano,
la razón la del filósofo». Diderot fue encarcelado durante un periodo breve y sus
escritos prohibidos y quemados. Pero el concepto de que la razón era el medio de
juzgar la verdad y estudiar el mundo se expandió irremisiblemente por el
pensamiento intelectual de toda Europa.
En los años 1770, el ateísmo había dejado de ser una acusación peligrosa que
requería ser rechazada, y fue convirtiéndose en una posición abiertamente
confesada por algunos. El primero en negar la existencia de Dios y proclamar su
ateísmo desde la época clásica fue el barón d'Holbach (1723-1789) en su obra de 1770, Système de la
Nature (Sistema de la naturaleza). D'Holbach fue una figura en los círculos sociales parisinos que
organizaba una famosa tertulia donde acudían muchos intelectuales notables de la época, entre los que
estaban Denis Diderot, Jean Jacques Rousseau, David Hume, Adam Smith, y Benjamin Franklin.
Aun así su libro fue publicado bajo el seudónimo de Jean-Baptiste de Mirabaud, y fue incluido en el Index
librorum prohibitorum (índice de libros prohibidos).
El panfleto titulado Respuesta a las cartas del Dr. Priestley para un no creyente filosófico (1782) es
considerado la primera declaración publicada de ateísmo en Gran Bretaña, probablemente la primera en
inglés (sin contar las obras encubiertas y crípticamente ateas). El desconocido William Hammon
(posiblemente un seudónimo) firma el prólogo y aparece como editor. El texto principal, anónimo, se
atribuye a Matthew Turner (¿m. 1788?), un médico de Liverpool que pudo haber conocido a Priestley.
El historiador David Berman apuesta firmemente por la autoría de Turner, aunque sugiere que pudo
haber dos autores.
Edad contemporánea:
Siglo XIX.-
La Revolución francesa (1789) catapultó al pensamiento ateo hacia la política, al abrir el camino para los
movimientos intelectuales del siglo XIX como el racionalismo, el librepensamiento y liberalismo.
El poeta Percy Bysshe Shelley (1792 – 1822) fue expulsado de la universidad de Oxford en 1811 por
presentar ante el decano un panfleto anónimo titulado La necesidad del ateísmo. Este panfleto es
considerado por los historiadores el primer ideario ateo publicado en lengua inglesa. La primera
publicación de ideas ateas en Alemania fue La esencia de la cristiandad de Ludwig Feuerbach (1804-
1872), que influiría en otros destacados pensadores ateos alemanes del siglo XIX como Arthur
Schopenhauer (1788-1860), Karl Marx (1818–1883) y Friedrich Nietzsche (1844-1900).
El librepensador Charles Bradlaugh (1833-1891) fue repetidamente elegido al parlamento británico, pero
no se le dejó ocupar su asiento al negarse a realizar y pedir que se eliminara el juramento religioso,
aunque posteriormente se ofreciera a realizarlo «objetando ser un formalismo legal», quedando su puesto
vacante. Tras ser reelegido por cuarta vez, el nuevo portavoz le permitió ocuparlo tomándole juramento
sin permitirle objeciones, convirtiéndose así en el primer ateo declarado en ocupar un puesto en el
parlamento británico, y participó en la reforma de la ley de juramentos.

Karl Marx.
Desde 1818, Arthur Schopenhauer (1788-1860) ya había sentado las bases de su
pensamiento filosófico, el pesimismo ateo, en su obra cumbre, El mundo como
voluntad y representación.
En 1844, Karl Marx escribió en su obra Contribución a la crítica de la filosofía
del derecho de Hegel una de las citas ateas más célebres:
El sufrimiento religioso es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y
una protesta contra el sufrimiento real. La religión es el alivio de la criatura
oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de
cosas desalmado. Es el opio del pueblo.
Marx creía que la gente recurría a la religión para aliviar el dolor causado por la realidad de la situación
social. Según Marx, la religión es un intento de trascender del estado material de los asuntos sociales
reales (el dolor de la opresión de clase) creando un mundo imaginario para evadirse de ellos, que
convierte a los creyentes en individuos dóciles al control social y la explotación en este mundo, mientras
ellos esperan alivio y justicia en una vida después de la muerte. En el mismo ensayo Marx afirma: «[El
hombre] crea la religión, la religión no crea al hombre».

Friedrich Nietzsche. El filósofo


Friedrich Nietzsche acuñó otro célebre lema «Dios ha muerto» (en alemán: «Gott ist tot»); frase no
pronunciada directamente por Nietzsche sino que la puso en boca de uno de los personajes de su obra.
Nietzsche argumenta que el cristianismo como sistema de creencias ha sido la institución moral del mundo
occidental, y que su rechazo y colapso como resultado del pensamiento moderno (la muerte de Dios)
podría causar el surgimiento del nihilismo o de la desaparición de los valores. Aunque Nietzsche era un
ateo incondicional, estaba preocupado por los efectos negativos del nihilismo sobre la humanidad, por lo
que llamó a reexaminar los viejos valores y a crear unos nuevos, esperando que al hacerlo el hombre
alcanzaría un estatus superior, al que calificó de Übermensch (superhombre o suprahombre).
Siglo XX:
El ateísmo encontró en el siglo XX reconocimiento en una gran variedad de corrientes filosóficas tales
como el existencialismo, el objetivismo, el humanismo secular, el nihilismo, el empirismo lógico, el
marxismo y el feminismo, el movimiento racionalista y el método científico. El neopositivismo y la filosofía
analítica desecharon el racionalismo clásico y la metafísica en favor del estricto empirismo y el
nominalismo epistemológico. Partidarios tales como Bertrand Russell rechazaron enfáticamente la
creencia en Dios. En sus obras iniciales Ludwig Wittgenstein intentó separar el lenguaje metafísico y
sobrenatural del discurso racional.
Alfred Jules Ayer demostró la inverificabilidad y el sin sentido de las afirmaciones religiosas, reafirmando
su adhesión a las ciencias empíricas. El estructuralismo de Lévi-Strauss asoció el lenguaje religioso con el
subconsciente humano, negando su significado trascendente. J. N. Findlay y J. J. C. Smart argumentaron
que la existencia de Dios no es una necesidad lógica. Naturalistas y materialistas tales como John Dewey
consideraron el mundo natural como la base de todas las cosas, negando la existencia de Dios o
inmoralidad.
El siglo XX también vio la imposición política del ateísmo al triunfar los movimientos que se basaban en
las tesis de Marx y Engels en muchos países, principalmente en el este de Europa, Asia y África. El
ateísmo de estado y la represión de las religiones organizadas fueron políticas oficiales en todos los países
comunistas, tanto en la órbita de la Unión Soviética como en la República Popular de China. En la teoría
y la práctica estos estados se secularizaron totalmente. La justificación para la marginación y el
desplazamiento de las religiones de la política y la sociedad fue que se consideraban una superestructura
irracional y parásita de la sociedad capitalista, innecesaria y perjudicial en la nueva sociedad socialista.
Se incautaron las iglesias y demás bienes de las organizaciones religiosas dejando sus organizaciones en
la mínima expresión y a menudo en la clandestinidad. Las prácticas religiosas cuando eran toleradas
fueron sujetas a un estricto control del gobierno. Los oficios religiosos eran investigados por el estado, y
la asistencia a ellos podía hacer peligrar la carrera profesional y sobre todo política de los fieles. A
menudo la oposición estatal a las religiones tomó formas más violentas, encarcelándose y torturando a
clérigos y fieles, como registra Aleksandr Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag. En consecuencia las
organizaciones religiosas, como la iglesia católica, estuvieron entre los más acérrimos oponentes a los
regímenes comunistas. En la mayoría de los casos las estrictas medidas iniciales de control religioso se
fueron relajando en los estados comunistas. Aunque en otros casos como en la Albania de Enver Hoxha
permanecieron igual, convirtiéndose en 1967, en el primer (y único) estado ateo oficialmente declarado.
Hoxha fue más allá que los demás países e intentó prohibir la práctica religiosa por completo, fue
sistemáticamente reprimida y perseguida. No se restauró el derecho a la práctica religiosa hasta 1991.
En la India, Periyar, un prominente líder ateo, criticó el hinduismo y a los brahmanes por discriminar y
dividir a la gente en función de las casta y la religión. En un discurso en 1956 colgó en una estatua del
dios Rama una guirnalda de zapatillas (lo que en India se considera una afrenta gravísima) mientras
hacía afirmaciones como: «El que crea un dios es un loco, el que extiende su nombre es un sinvergüenza y
el que lo adora es un bárbaro».
Durante la guerra fría era frecuente en los Estados Unidos calificar a los oponentes como «godless
communists» (comunistas sin Dios) para denotar el punto de vista de que los ateos eran antipatrióticos y
no eran de fiar. En este contexto las palabras «under God» (‘bajo Dios’) se insertaron en el Juramento de
Lealtad en 1954, y el lema nacional se cambió de E Pluribus Unum a In God We Trust en 1956.
El círculo y la escuadra, otro símbolo ateísta de uso popular.
Siglo XXI:
En el comienzo del siglo XXI continúa el asentamiento del laicismo y el ateísmo en las
sociedades occidentales. Han aparecido movimientos como el movimiento Brights, así
como una multitud de obras antiteistas y laicistas. Entre los autores de libros de este tipo
están: Sam Harris, David Mills, Daniel Dennett, Ibn Warraq, Ayaan Hirsi Ali, Richard
Dawkins, Christopher Hitchens, Victor J. Stenger y Anthony C. Grayling. Actualmente entre los jóvenes de
EE.  UU. el ateísmo ha alcanzado los niveles más altos registrados en toda la historia.
Sin embargo en muchos países todavía negar la existencia de Dios se castiga como un delito de blasfemia,
aunque tales leyes están en contra de la libertad de creencias proclamada en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos.
Referencias:
↑ Traducciones modernas de los textos clásicos a veces traducen atheos como ‘ateo’. Como nombre
abstracto también existía atheotēs (‘ateísmo’).
↑ El sustantivo propio «Dios» lleva mayúscula, como otros nombres semejantes (Yahvé, Papá Noel, Alá,
Melchor, Gaspar, Baltasar, Thor). En cambio cuando se refiere al sustantivo común genérico (como en
«la inexistencia de un dios creador») va con minúscula.

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