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en el Siglo XXI
Globalización
Neoliberalismo
Planeación
Peter Brand
COMPILADOR Y EDITOR
UNIVERSIDAD
~"'hIII-=~ NACIONAL
DE COLOMBIA
SEDE MEDELLÍN
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Moisés Wasserman L.
RECTOR GENERAL " .,
• el NA\. 0& COLOM~
J.J:!.!.\1 E@!.!L¡¡-Er~, ME.OEl.UrQ1'ECAS
."e',!" "; f1]:, ~if'~É:" OOl\- ¡"
() L ',~. ·
Osear Almario García
Carlos Salazar M.
SECRETARIO DE SEDE
FACULTAD DE ARQUITECTURA
DECANO
VICEDECANO ACADÉMICO
DIRECTORA
1
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CL\ú
ly'L
Contenido
Presentación.
Peter Brand
PARTE 1:
PARTE 2:
Lu is Carlos Agudelo P
Presentación
La globalización neoliberal y la
planeación urbana:
perspectivas para América Latina
Peter Brand
Universidad Nacional de Colombia, Medellln
Deslumbramientos y sombras
Colomb ia, sede Med ellfn, en celebración de los 4 0 añ os de creación d I p rograma de maestría
en I área de la planeación urhana. Fue la oportun idad de reunir un grupo im porranre de
invesrigadores para explorar y poner en discusión un rema tod avía relarivamenre descuidado en
C-ülom bi a y hasra cierro punro en América Larina. La calidad de las ponencias provocó la
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La globalización neoliberal y la planeación urbana: perspectivas para América Latina
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La globalización neoliberaJ y la planeac ión urbana: perspecrivas para América Larina
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La globalizaci6n neoliberal y la planeaci6n urbana : perspecti vas para América Latina
del me rcado. encadenam ientos hacia d lante y hacia trás, derrames tec
no lógi os, mer . dos laborales densos. fu rz.a laboral calificada, alta inver
sión púb lica en infraestructura y estrucruras produ [ivas avanzadas"
(Moncayo, 200 4:22 . En otras p labras, la actividad económica se amplía
donde ya es abundante.
Po r otro lado, la espacial idad urbana de la glo balización ha ocu pado
muchos esfuerzos analíticos de urban istas y geógrafos. La concentración de
ingresos en aq uellos secto res ec nómi cos y social es articulado s a la
glo balización resultó n la profundización de di ferencias en el mercado del
suelo. la fragmentación urbana, la segregación socio-espac ial, la implanta
ción de "islas" y "archipiélagos" urbanísticos para los ampliados servicios
financieros, tecnológicos y de negocios internacio nales, las unidades resi
denciales cerradas. los mega-proyectos infraestructurales en función de las
empresas multinacionales y é!.ites locales, e! descuido y deterioro del
hábitat de los sectores populares, etc. Estos fenómenos constituyen el eje
de! segu ndo tema p ri n cipal de la reciente ge ogr afía urbana de la
globa lización en América Latina, con estud ios importantes sobre la
metropolización (Prévot Schapi ra, 2002; Pírez, 2006), las transformacio
nes en la estructu ra urbana (Janoschka, 2002; Azócar. Sanheuza y
Henríquez. 2003), los patrones de segregació n (Rodríguez, 2004; Hidal
go. 2004), las desigualdades socio-territo riales (Cariola y Lacabanca, 2001;
Rodríguez y Sugranyes, 2004), los espacios de las élites (Cohen. 2005;
Álvarez-Rivadulla, 2006) y las condicio nes de vida (Da Silva, 2003).
Hasta dónde dicho s fe nómeno s sean el res ultado d irecto de la
globalización producto de tendencias históricas endógenas es un tema de
debate, cuya elucidación está dificultada po r las similitudes estructurales
de los patrones socioespaciales an tes de la p lena inserción de las ciudades
en la globalización . En Am érica Latina, el bajo nivel de industrial ización y
las características prop ias del p roces d e u rbanización inhibieron la
homogeneización territorial significativa bajo una polCtica proteccionista y
keynesiana de acum ulación, telón de fon do que hace m ás d ifícil detectar la
producción de nuevas diferencias geográfi cas bajo la lógica neoliberal. Así
mismo. muchos de los fen ómenos es paciales asociados con la globalización
en las ciudades del m undo desarrollado ya existían en los años 80 n fo rma
endógena, tales como la info rm al idad, la pobreza, la m arginalidad y las
migraciones, frecue ntemente entremezclados co n economías ilegales, co
rrupción y aparatos para-estatales.
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La globalizaci6n neoliberal y la planeaci6n urbana: perspectivas para América Latina
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La globalización neoliberal y la planeación urbana: perspectivas para Amé rica Latina
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1.:1 glob alizil ci6n neoliberal y la pl an eac i6n urba na: perspeccivas para América Latina
produ ión uni f rmada d las empre. as transnacionaJes y los circuitos in
rernacionale del comercio-, esto no implica la eliminación de diferencias.
Más bien resulta en la produc ión de diferen ias geográficas mediante la
especialización territorial, o aprove hamienro de las "ventajas competiti
vas" de cada unidad terrirori 1. Ninguno de los dos modelos operó plena
meore en la prácrica, aunque las evidencias indican que el m odelo plani fi
G1.dor tuvO mayor éxiro en té rmi os de equidad ocio-territorial , pues La
glo bal ización ha conducido a una mayor concentración de las actividades
e onómicas en las grandes metrópo lis , si n hablar de la concentración del
ingreso y la riqueza en red ucidos grupos sociales.
Sin embargo, este hecho trae implicaciones importantes para las políti
cas d desarrollo urbano-regional y la práctica. de planeación. Las políti
cas territo riales nacionales en la época de post-guerra buscaron elim inar las
d ifere ncias entre las ciudades y regio nes, mediante la distribución homo
génea de las activid ades produc ivas y u efectos sociales; La estrategia con
temporánea neoliberal enfa tiza la exploración de las diferencias. Esro fenó
meno ha sido descrito am o el ajuste rerrirorial en funció n de la acumula
ción del capital, en contraste con el ajuste d el capital al desarroIIo territo
rial en la época de posguerra (Brenner, 2004: 16). En otras palabras, las
ciudades-región de ahora -en su organización, infraestructura,
equipamientos, instituciones, fuerza laboral y cultura- deben ponerse al
servicio del capital nacional y transnacional.
Este hecho trae sus propias contradicciones. Las promesas formales nun
ca se cumplen plenamente y las condiciones materiales de amplios sectores
de la población se deterioran en términos absolutos o relativos. Dado que
es en las ciudades donde se viven y se experimentan estas contradicciones
neoliberales, son las administraciones urbanas, y no taoro los gobiernos
nacionales, los que tienen que enfrentarlas, manejarlas, gestionarlas, en lo
que se ha denominado un esfuerw permanente de "administración de cri
sis" Uessop, 2000). Una buena parte de las políticas urbanas relacionadas
con los proyectos urbanísticos, el espacio público, los programas de cultu
ra ciudadana, los presupuestos participativos, la gestión ambiental, ete.,
funcionan en este sentido: la creación de sensaciones de integración y bien
estar social. Y una buena parte del éxito o no de una alcalde depende de su
habilidad de captar la imaginación y la voluntad de cooperación de la
ciudadanía en este entorno urbano vivencial , incluso convirtiendo a los
pobres en autogestores de su propia desgracia.
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1.:J. globalízacíón neolíberal y la planeacíón urbana: per< pec tivas para Am érica Latina
2J
I.a gl, bali zaci ó n ncolibe ral y la plan e ~ ció n urbana: perspe [ivas para Améri ca I.arina
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La globalizac ión neol iberal y la pl aneac ión urban a: perspecrivas para Amé rica Latina
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La globalización neoliberal y la planeació n urban a: perspectivas para América La[ina
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La globalización neo libera! y la planeaci6n urbana: perspec tivas para América Latina
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La globalización neoliheral y la pl a neación urbana: perspectivas para América Latina
nuevos gobi mos socialdem ócra ta. e inn va ion s en la ges tión urbana
como los presupues ros parrí ípari vos. o frece n gu nas pist s q ue los rraba
jos en este li bro ensanc han. AJemás, alrededo r de la ta n m entada
competi tividad. nos acecha n enÓmeno. e mo el cambio cl im ático, la cri
sis energética y la s guridad alim oraria que obliga n a repensar de fon do
las ciudades en su organ ización, e ns u ucción y adm inistración. La cri sis
fi nanciera de m irad de 2008 exp uso dramári amente la falacia de los mer
cados d sregulados y pro pi nó un d uro gol pe a la doctrina ne liberal. El
mundo no será igual después, a lo mejor las ciudades ta mpoco.
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PARTE 1:
Transformaciones globales
Modernización
capitalista y revolución urbana
en América Latina:
cinco tendencias genéricas
Carlos A. de Mattos
Pontificia Universidad Carólica de Chile
Introducción
Durante las últimas décadas del sigl o pasado, bajo los efecros entrelaza
dos de un nuevo sistema tecnológico esrructun do en torno a las Tecnolo
gías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y de la generalizada
aplicación de una concepción de gestión pública -y, en panicular, de po
lítica económica- basada en la liberal izació n y la desreguLación, práctica
m ente en el mundo entero se desp legó una di nám ica econó mica
substancialmente d iferente a la que se había im puesto luego de la gran
crisis de 1929. Por la profund idad y el alcance de las trans formaciones q ue
se pusieron en ma rcha con el avance de esta dinámi ca, lo q ue se ha perfila
do desde entonces puede ser entendido, smcto semu, como una nueva fase
de modernización capitalista.
C on el aumen to del número de países afectados directamente por los
procesos de reestru cturación y de informacionali23ción, una cantidad cada
día mayor de grandes empresas rransnacionales se vio obligada a definir y
adoptar nuevas formas d organización productiva. capaces de permitirles
en&entar mejor los cambi s en las co ndiciones de competitividad que se
estaban imponiendo en un espacio de acumulac ió n que ampliaba incesan
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Moderni, ación capitalista y revolución urbana en América Latina
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Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
capitalista del siglo XVI como del mundo capitalista del siglo XX"
(Walierstein, 1983:22). Sin embargo, aún si se acepta este punto de vista,
no se puede desconocer que las modalidades adoptadas por este fenómeno
a lo largo de esa evolució n han estado acotadas tanto por la especificidad
de! sistema tecnológico en torno al que se articularon, como también por
las estrategias, políticas y arreglos insti tucio nales, p romovidas en cada una
de las fases respectivas.
Por lo tanto, la especifi cidad actual d e la globalización radica en que las
TIC apo rtaron un soporte tecnológico mucho más po tente y eficaz para
perm itir e! d espliegue eco nó m ico-rerrito rial extensivo de la arquitectura
prod uctiva emergente, así como su funcionamiento en tiempo real a escala
planetaria; com plementariamente, la p rogresiva des-fronterización econó
mica de los terrim rios nacionales promov ida por la liberalización económi
ca y la apertura externa, facilitó la constitución e incesante ampliació n
geográfica del espacio d e acumulación. Po r lo tanto, lo que la d istingue en
esta fase, es que en tanto tend encia co n sti tu tiva del capitalismo , la
globalización alcanza una cobertura territo rial de una amplitud y profun
didad nunca lograda en fases anteriores, estableciendo las condiciones para
la materialización de una "nueva forma histórica particular" del capitalis
mo (Held & McGrew, 2002:65).
Una de las consecuencias medulares de la expansión económico-territo
rial de esta dinámica que tiende a tener alcance global, es que con ella se
consolidó la dependencia estructural con respecto al capital e~ la gran mayoría
de las sociedades nacionales (Przeworski , 1990).. Este proceso tiene algunas
implicancias fund amental es: en primer lugar, que all( donde este fenóme
no se ha consolidado, las posi bil idades de acumular y crecer a cualquier
nivel territorial se encuentran condicionadas cada vez más férreamente por
reglas del juego stricto sensu capitalis tas ; en segundo lugar, que a medida
que la dinámica de la glo baliza ión im pul ó la formación y expansión de
un espacio de acum ulación de cobertura planetaria, el Es tado-nación fue
cediendo paso a la empresa privada como actor central de los procesos de
acumulaci ó n y crecimiento ; y, e n tercer lugar, que en sociedades
estructuralmente dependientes del capital, tiende a reducirse aún más la
posi hilidad de promover de objetivos sociales de interés general (y, en es
pecial, de interés para los sectores más desfavo recidos), en tanto ellos no
sean compati bles con los intereses de los propietarios y/o administradores
del capital, que son quienes tienen la prerrogativa de invertir o no invertir,
de producir o no producir.
41
Modernización capiralisra y revolución urbana en América Larina
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Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
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Moderni7..ación capi[alis[a y revolución urbana en América Larina
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Modernizaci6n capiralisra y revoluci6n urbana en América Larina
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Modernizaci6n capiralisra y revoluci6n urbana en América Larina
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Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
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Modernización capiralisra y revolución urbana en América Larina
ss
Modernizació n cap itali sta y revolución urhan a en Am ér ica I ,arina
idea l pod ría ser defi nido "co mo una ciudad sio cent ro o como una regió n
urba na org:m izada alrededor de los fragmento, desparram ados de la explo
si n del centro" (Dematteis & Governa, 2001 :29). La imagen resultante
de este model o ideal, es la que: da SLlst oto 3 exp resiones omo "vi/le ec/atée"
(May & alli, 199 ). "spiinteringurbanism" (Graham & Marvin. 200 1), La
Cittá Difma, (lndovi na. 1990). "ciud ad sin confines" (Nello. 2002), etc.,
m ilizadas en d iversos intentos po r c.1.racrerizar este nuevo tipo de di námica
y morfología urbanas.
¿Cómo se ha observado este ipo de m utacIón n las grandes ciudades
latinoamerica nas? Investigaciones para varias de ell as p rmiten precisar las
modalidades que estas tendencias han asumido a medida que los países
respectivos se han ido adscribiendo a los circuitos globales. En este senti
do, por ejemplo al observar la evolución de la expansión metropolitana de
C iudad de M éxico, se com p robó que «la mayor parte del crecim iento ya
no s da dentro del perímetro urbano. sino que se ha trasladado a un
número importante de ciud ades medias y peq ueñas dentro de una amplia
región metropolita na a una distancia co nsiderable del núcleo central de la
mega- ciud ad » (Agu ilar, 1999: 14 8 ) . En el mi smo sen t ido , Arau ja
(200 1:27) caracteriza esta tendencia para ao Paulo, sefialando que:
57
Mo ckrni zac ión c:l piralisca y revolu ció n urbJ n ~ en Am ri'a Larin.1
S9
Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
los 90, hacia e! cuadrante sudoeste, sobre la Av. Luiz Carlos Berrini y la
Marginal Pinheiros, ya considerablemente más alejado de! centro históri
co, alrededor de un complejo edilicio de gran dimensión (Frúgoli Jr., 2000;
Iglecias, 2001; Silva y Castillo, 2007).
La misma tendencia también se manifestó tempranamente en Lima,
con e! progresivo desplazamiento terciario desde e! centro histórico, hacia
San Isidro y Miraflores (Ludeña, 2002), a lo que habría que agregar como
un caso especial, la formación del sub-centro de Gamarra, singular ejem
plo de cluster productivo especializado en un área relativamente cercana al
centro antiguo (Chion, 2001). Igualmente, en Santiago de Chile donde,
al desplazamiento inicial en dirección a la Comuna de Providencia, siguió
una mayor dispersión hacia El Golf y alrededores, para culminar con la
creación de un centro terciario en la Ciudad Empresarial en Huechuraba
(De Matros, 2002). Con respecto a esta tendencia, Buenos Aires aparece
como una excepción, pues como afirma Pírez (2005:37) entre mediados
de los años 80 y 90 esta ciudad "continuó su proceso de crecimiento me
tropolitano con concentración en el centro", aún cuando esta concentra
ción solamente concierne al terciario superior y, en especial, al sector fi
nanciero, dado que en OtroS rubros esta ciudad muestra una alta
policentralidad.
Estos ejemplos permiten documentar la dirección de la transformación
morfológica que ha afectado a las ciudades latinoamericanas, que parece ser
similar a la observada en la mayor parte de las grandes aglomeraciones bajo
los efectos de la globalización y la informacionalización. En cualquier caso,
es importante destacar que gran parte de las intervenciones que han tenido
mayor impacto estructurante en la morfología urbana y en la configura
ción de nuevas centralidades en las últimas décadas, corresponden esen
cialmente a inversiones privadas realizadas en forma inconexa y fragmenta
ria, atendiendo principalmente a la rentabilidad de las inversiones respec
tivas y soslayando la cuestión de cuales podrían ser las intervenciones más
adecuadas desde e! punto de vista de la organización y el funcionamiento
de cada ci udad.
En su conjunto, la transformación morfológica de las principales ciuda
des latinoamericanas, parece evolucionar desde un modelo de ciudad cuyo
referente era básicamente la ciudad compacta de corte europeo, hacia una
ciudad difusa que muestra una mayor afinidad con el patrón que caracteri
za a las grandes aglomeraciones norteamericanas. Esto estaría validando la
hipótesis de que al establecerse y consolidarse en estas ciudades ciertas
61
Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
del régimen laboral keynesiano constiruía un obstáculo para que las em
presas pudiesen enfrentar las condiciones de com petitividad impuestas con
la globalización; con este alegato como fund amemo, se empezó preconizar
una reforma orientada a "aument.c'lf la ren rabil idad del capital haci ndo
disminuir el peso ejercido por los salarios y por las cargas sociales, y reducir
el im pacto de las reglamentaciones generales garan tizadas por la ley sobre
la estructuración del trabajo" (Castel, 2003:56). C on este fundamento se
procedió, en el tiempo y con la profundidad que permitieron las condicio
nes socio-políticas de cada país, a desmantelar lo mecanismos pre-existen
tes para la regulación social de los mercados de trabajo.
En este plano, el nuevo discurso también postuló la supresión o atenua
ción de buena parte de aquellas funciones d el Estado de Bienestar que
habían sido implantadas con el propósito de amortiguar los efectos negati
vos de la dinámica capitalista sob re los sectores más desfavorecidos de la
sociedad. En sus investigaciones sobre las raíces de la degradación del gueto
negto en las ciudades norteamericanas, Wacquant destacó las implicancias
negativas de esta opción, con una argumentación que trasciende ese espe
cífico ámbito geográfico:
63
Modernizació n capitail ista y revolución urbana en América Latina
65
Moderni zación capitali sta y revolución urban a en Améri ca Latina
Lo que lleva a una conclusión alarm ante: "en lugar de ser u n foco de
crecim iento y prosper idad, las ciudades se han transformado en una tierra
inundada por un excedente de población trabajando e.n servicios indus
triales y comerciales no cali ficados. desp rocegidos y de bajos s larios" (UN
Hábitat, 2003:40) .
A partir de la situación de las banlieuesde las grandes metrópolis frana: as,
Caste! bosqueja un pais je urbano que también resulta per ·nente para los
arrabales de la pobreza y La exclusión de las grandes urbes latinoamericanas:
Los "barrios sensibles" acu mulan los principales factores causan tes
de la inseguridad: fuertes tasas de desem pleo, de empleos p recari s y de
actividades marginales, hábitat degradad , urbanismo si n alma, promis
cuidad entre grupos de origen étnico difere nte, presencia permaneme
de jóvenes inactivos que parecen exhibir su inutilidad social. visi bilidad
de prácticas delictivas Ugadas al tráfico de drogas y a los r ucidores,
frecuencia de las "íncivilidades". de momen tos de agitación y de tensión
y de conflictos con las "fuerzas del orden", etc. La insegu ridad social y la
inseguridad civil se superpon en aqu í y se alimem an recíproca mente
(Castd, 2003:69).
67
Modernizaci6n capitalista y revoluci6n urbana en América Latina
Por esa vía, en lo que específicam nte co ncierne a los procesos de desa
rro llo urbano, se llegó a la co nclusión de que "( .. . ) la coherencia del proce
so no se deriva de una imposición de un a doctrina urbanística bajo la
coacción de la auroridad", puesto que "la autoridad políti ca no es la única
base de una racionalidad espacial, detrás de la cual no se encontrar ía más
que el caos"; y, por lo tanto, que "la intervenci n pol ítica y urban ística
ti ene mucho más peso si se inserra en un proceso q ue roma fuerza indepen
dientemente de ella" (Remy, 2001:148). A medida que estas ideas fueron
69
Modernización capiralisra y revolución urbana en América Larina
71
Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
de artefactos e íconos de la
globalización.
73
Modernización capi[aJis[a y revolución urbana en América Ladna
75
Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
posible, se trata de ocultar a los ojos de los visitantes. Hoy en día no hay
ciudad latinoamericana que carezca de este paisaje de miseria, degradación
y de extrema fealdad. Pero, en cualquier caso, constituye uno de los com
ponentes básicos e infaltables del paisaje urbano de la ciudad global izada.
Conclusiones
77
Modernización capiralisra y revolución urbana en América Larina
79
Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina
81
El segundo saqueo de América
Latina: implicaciones para la
planificación urbana
John J. Betancur
Universidad de JIlinois en Chicago
Introducción
clases más bajas y usos menos rentables en áreas para clases más airas ('gentry') y usos más
rentables.
1 Commodification: dominio del valor de cambio; conversión de bienes y selVicios en valores de
cambio; penetración y dominio de las relaciones de imercambio sobre roda otra clase de
relaciones, y por ende alienación de rodas esras relaciones, que emonces se convienen en
relaciones de acumulación y exploración en lugar de relaciones de sentimientos y enriqueci
miento humano.
l Financialización: Proceso de acumulación donde la ganancia se obtiene principalmenre a través
83
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificación urbana
y movilidad social.
Industrialización.
Ya para los afias 1950 y hasta los 70, América Latina era la región más
desarrollada del tercer mundo. Aunque las deficiencias estructurales de lo
que se llamó desarrollo dependiente nunca permitieron que la región ad
quiriera las características de economías industriales auto-sostenidas, Amé
rica Latina desarrolló un sentido profundo de progreso con las expectativas
y valores propios de los países industrializados. Para los afias setenta, la
región tenía las características básicas de sociedades modernas de ley y
orden justificadas por ideologías y expectativas de libertad y justicia. Como
era el caso de los países desarrollados, la región fue socializada en un siste
ma de legitimidad basado en el acato a la ley a cambio de oportunidad y
movilidad. Dos pilares sociales eran particularmente importantes para efec
tos de nuestro argumento:
85
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificación urbana
En respuesta a la crisis del capitalismo de los años 70, los agentes del
capital Central impusieron lo que se conoce hoy como régimen flexible de
acumulación o globalización neolibera!. A la base del régimen esta la
globalización de la producción y del mercado a través de la remoción de
barreras al flujo de capita!. Grupos como la Comisión Trilateral e institu
ciones como el Banco Mundial (BM) yel FMI unieron fuerzas para impo
ner el nuevo régimen. Entre 1982 y 2002, las fundaciones privadas de
derecha invirtieron más de un billón de dólares en think-tank5, institutos,
e instituciones estratégicas en la promoción del mensaje neolibera!. El
Endowrnent Fund for Democracy y otras instituciones financiadas por el
gobierno de los EE.UU. intervinieron selectivamente para minar regímenes
de izquierda (incluyendo la Unión Soviética). La puerta de entrada al Tercer
Mundo provino del problema de la deuda y de la ayuda internacional.
En América Latina, en los años setentas las limitaciones estructurales de
industrialización por sustitución de importaciones, solamente lograron
sostenerse a base de enormes infusiones de capita!. La crisis coincidió con
una liquidez masiva de la industria financiera en el Centro generada por
los capitales liberados por la industria manufacturera o los petrodólares 5•
Atraídas por préstamos a intereses reales de -1.3% en 1975 y -1.8% en
1978 (George, 2006), las economías de la región accedieron a las ofertas y
presiones especulativas de prestamistas y adquirieron créditos que sobrepa
saban sus capacidades de pago comprometiendo seriamente sus economías.
Estos flujos alcanzaron $22 billones en 1978, más de diez veces por
encima de los flujos del comienzo de la década. Los gobiernos Latinoame
ricanos prefirieron estos préstamos, porque no incluían condiciones como
era el caso de las recomendaciones de políticas macroeconómicas añadidas
a los préstamos del FMI, el BM y las demás organizaciones multilaterales
o bilaterales (Gwynne, 2004:45).
j Ya desde finales de los 1960. las tasas negativas de ganancias hablan generado una liquidez
87
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planifIcación urbana
do, los países de América Latina exportan productos con grandes niveles de
fluctuació n de precio y una tendencia estructural a la baja?, En tanto, las
importaciones que en pro med io constituyen el 30% del p rod ucto domés
tico bruto absorben gran parte de las entradas en moneda dura. Por su
parte, la liberalizació n del comercio di sminuye los ingresos públicos
(Caliari, 2005:4). En respuesta, los países se ven obligados a la sobrepro
ducción de productos baratos de exportación, afectando aún más los pre
cios. En tanto, la pobreza de! erario público impide que dediquen las su
mas necesarias para romper e! círculo vicioso obligando al Estado a endeu
darse más para llevar a cabo las inversiones mínimas que e! status quo re
quiere. Como resultado, la deuda crece en forma crónica.
A la mínima crisis, los países de la región son incapaces de hacer sus
pagos y tienen que hacer nuevos préstamos para cumplir con ellos, y así
seguir aumentando indefinidamente la deuda en lo que George (2006),
denomina servidumbre financiera. Ante esta situación, las instituciones y
países de! Centro se enfocan en ajustes estructurales para asegurar e! servi
cio de la deuda de que ellos dependen al tiempo que condicionan las eco
nomías a sus intereses:
1 "Entre [977 Y 2001 el promedio anual de reducciones en los precios de estos productos según
Unctad Fueron los siguientes: menos 2.6% para producros alimenticios; menos 5.6% para
bebidas tropicales; menos 3.5% para semillas de aceite y aceites. Solamente los metales -que al
igual que la comida y las bebidas nunca son producidos por pequeños productOres- tuvieron un
mejor comportamientO de menos 1.9% por año, si bien esto implica un descenso considerable"
(George, 2006: 1O de 12) .
89
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificaci6n urbana
91
El segundo saqueo de América La(ina: implicaciones para la planificación urbana
93
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificación urbana
Según Tokman (2003: 10), "en promedio, seis de cada diez nuevos em
pleos en la región desde 1990 son informales". En contraste, "entre 1950
y 1980, la economía formal contribuyó 4 de cada 5 nuevas posiciones o sea
la mitad de su contribución a partir del reajuste". (Tokman, 2003: ll). En
tanto, en la década de los 90, "nueve de cada diez nuevos empleos eran en
servicios con el 70% en empleos de baja productividad, especialmente en
la economía informal" (Klein y Tokman, 2000:16).
De hecho, como resultado de la reestructuración, las economías formal
e informal se imbricaron hasta formar un continuo en el que la primera
extrae ganancia de la segunda, mientras que ella misma informaliza mu
chas de sus funciones (ej., vía subcontratación) para rebajar costos. Los
mismos gobiernos han apoyado la informalidad a través de la desregulación
laboral y políticas como micro préstamos y promoción de microempresas.
Gran parte de la responsabilidad de la reproducción de la fuerza de trabajo
ha sido transferida a la economía informal generando niveles elevados de
empobrecimiento de las clases medias y trabajadoras (Klein y Tokman,
2000: 12; Itzigsohn, 2000; Gallart, 2003; Pérez Sainz, 1995). Un aspecto
muy importante en esta transformación es la desprotección social. Según
la OIT (2005:69), la proporción de asalariados con cobertura de protec
ción social disminuyó entre 1990 y 2003. En tanto, 79.3% de los traba
jadores en el sector formal tenían alguna cobertura de seguridad social,
mientras que este era el caso para solamente 29.2% de los trabajadores
informales.
95
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificación urbana
los 90. Igualmente los estudiosos de! caso de Chile muestran que si bien
ha habido reducciones en la pobreza, la desigualdad ha aumentado consi
derablemente y la inestabilidad en el empleo ha creado altos niveles de
inseguridad, especialmente, en los sectores más bajos (Larrañaga y
Sanhuesa, 1994). De hecho la importancia de la agroindustria en la nueva
economía chilena implica una disminución de la pobreza especialmente
en e! campo. En casos como los de Chile y Colombia, las reformas han
incluido altos niveles de violencia que se expresan en la persecución yase
sinato de líderes populares y sindicales al frente de la resistencia y la impo
sición de reformas en contra de los deseos manifiestos de la población
especialmente en una época yen países que se precian de democráticos-o
Mientras que e! ingreso per cápita de los países de la Organization for
Economic Development and Cooperation -Ocde- aumentó de $16,807
dólares en 1980 a $26,121 para un incremento del 55.4%, en América
Latina solamente pasó de $5,952 a $6,397 para un incremento irrisorio
del 7.6% (OIT, 2005:45) . Finalmente, "La distribución de! ingreso en la
región es la más desigual del mundo entero. En los 90, el coeficiente me
dio del Gini para toda la América Latina y el Caribe era 49.3 comparado
con 46.9 para África Sub-Sahara y 38.1 para Asia del Este y del Pacífico"
(UN/Hábitat, 2003a:4 1).
Damián y Boltvinik (2006:167) resumen la situación de la siguiente
manera:
97
El segundo saqueo de Am ér ica Larina: implicaciones para la planifi cac ión urbana
, Fu en re: ¡nter-American Developmenr Bank (20 02) "The Pri v3ri7.-3tion Paradox" , Latin
American Economic Policics 18 , Second quaner p.B.
• hnp:l/ rru .worldban k.o rg/Privacizarion/Region.aspx?region id =43 5
99
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificaci6n urbana
(Oberman, 2005:3 de 9). Así mismo, "los activos del sector de seguros
han crecido continuamente de un equivalen te al 5% del producto bru to
de desarrollo en 1992 al 19% en el 2002" (fdem : 5 de 9). Dada la natu
raleza y oportunidades en el sector fin anci ro, grandes sumas d e capital
privado han emigrado hacia este secto r descapital izando sectores claves como
la producción de bienes y servicios, que entonces son subsumidos por fir
mas pequeñas con escasa productividad y ganancias -a menudo en el sector
informal-o En tanto, su mercantilización implica una redistribución hacia
arriba y hacia fuera con el subsigu iente drenaje y la pérdida de control de
la economía y los servicios locales.
En última instancia, la privatización transfiere decisiones que pertene
cían al proceso democrático a los criterios de ganancia del sector privado,
en especial de! sector flOanciero internacional. La creciente hipoteca de las
economías Latinoamericanas im plica no solamente la subasta de patrim o
nios nacionales yel debilitamiento d el poder económico y distributivo del
estado, sino que además sacrifica la aspiración de estos países a la autodeter
minación. Al final, el Estado termina abdicando la soberanía nacional y de
dicándose en cambio a garantizar las condiciones demandadas por el capital
global ya cuidar los privilegios de l p ropiedad privada. En tanto, el poder
económico de las m ultinacio n le se traduce en pod r político a través de
mecanismos como el lobby, la corrupción o la coerción, y aún poderes de
facto como lo han demostrado las acciones de empresas como Coca Cola,
Drummond y Ch iq uita en Colombia acusadas de la persecución y aún
matanza de líderes sindicales o el pago a paramilitares y guerrillas 10.
En síntesis, la globalización neoliberallleva a cabo un saqueo masivo de
riqueza y recursos reestructurando las economías Latinoamericanas de una
manera que no solamente profundiza el subdesarrollo, sino que transfiere
riqueza hacia las economías del Centro, hacia las compañías multinaciona
les, y hacia unas minorías regionales cada día más ricas. En tanto, se erige
como el nuevo dogma donde los pueblos pierden e! derecho a sus patrimo
nios y en cambio se les carga la llamada autodeterminación de autoempleo
informal o empleos formales en los términos que d icte el capital global
10 Ambas compafiías han sido acusadas de acudir a mecanism os ex traJegales para enfrentarse a
las demandas de su s tra bajadores o para o perar en w nas de con f1 icto armado en Colombia.
Respondiendo a una demanda del Departamento de Justicia de Ills Estado s Unidos contra
Chiquita por pagos a los parami lirares, la compañía acepr6 pagar 2 5 millon es de d6lares. Esta
misma compafiía ha sido acusada de roda clase de abusos sobre los ind ígenas y líderes sindicales
en América Central (Howard. 2007).
101
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
11 UN/Hábirar (2003a: 18) define slum como un espacio habiracional que carece de una o más
de las siguienres condiciones: acceso a agua porable, acceso a insralaciones sanitarias adecua
das, suficiente espacio para vivir, durabilidad de las viviendas y seguridad en la tenencia.
103
El segundo saqueo de América Latina: implicaciones para la planificación urbana
105
El segundo saqueo de América Larina: implicaciones para la planificación urbana
capital. Aquí han surgido dos análisis: de una parte está el llamado
sistema global de ciudades en competencia (ej. Friedman y Sassen) y
de otra la versión de ciudades entrelazadas por las actividades de em
presas multinacionales en telarañas que se extiende por el globo
maximizando utilidades y disminuyendo costos (ej . Taylor 2004). Li
mitaciones en los medios de comunicación han aislado unas regiones
y geografías poniéndolas en desventaja, pero a la vez dándoles cierta
protección contra la competencia y han privilegiado a las geografías
con las mayores facilidades de exportación. En tanto, ventajas acumu
ladas en épocas previas, sobre todo, en las ciudades capitales han per
mitido que algunas ciudades se reconviertan progresivamente en bus
ca de un mayor protagonismo en el mercado global.
4. Reorganización de las economlas urbanas en torno a los servicios, el capital
financiero , la industria del espacio y las exportaciones. En general, como
se anotó antes, la transición ha sido traumática para muchas ciudades
y dentro de ellas para determinados sectores. La degradación de la
industria o la desindustrialización han representado la pérdida masiva
de empleos adecuados, removido la escalera de la movilidad social en
el sector manufacturero, y generado empleos con salarios más bajos y
condiciones de trabajo más difíciles. La economía de servicios es una
economía polarizada entre una minoría de empleados con altas califi
caciones y remuneración y una mayoría empleada en el sector infor
malo en empleos de baja remuneración. Otros empleos de clase me
dia han sido degradados o eliminados, por ejemplo, a través de la
contracción del sector público. La burguesía industrial ha sido reem
plazada o se ha transformado en burguesía financiera a través de la
liquidación de sus activos manufactureros o la transferencia de capita
les al sector financiero, con las subsiguientes contradicciones y traumas.
Precisamente cuando la globalización neoliberal genera una masa más
grande de trabajadores dependientes, informales, subempleados o
desempleados, el Estado privatiza los servicios sociales, pierde fuentes
de ingresos, se contrae, y disminuye su capacidad de gestión urbana.
5. Crisis generalizada de legitimidad y control social. En medio de todo
esto, el individuo queda abandonado a su suerte mientras que se le
exige lealtad a un Estado que poco le ofrece. En la ausencia de califica
ciones apropiadas y recursos o acceso a capital, operando con todas las
desventajas en una economía global, e incapaz de vender su fuerza de
trabajo para garantizar al menos una reproducción adecuada, muchos
107
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El segundo saqueo de Am érica Latina: implicaciones para la planificación urbana
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1 19
PAR TE 2:
Introducción
123
....
2 Este en fo que y las polftic;ls permanecieron vigentes hasta bien ent rado el dece nio de: los
ochenta. U no J ~ los tra bajm p iom:ros y de ma or releva ncia fue el mnJelo de equilib rio
terri to ri al d iseñado por el De partamento acional de Plan e c¡(l n pub li d o en 1970 y donde
se consignan I pol(lieas de region :tl ización de la época. T:lmbi én véase Lotero ( 1983) donde
se hace el recuentO y la evaluac ión de las políticas sobre descentral i7.:Jción industrial.
125
Pol(cic as de desarrollo re rrirorial y transformaciones productivas
, 1.3.) econnm(as de escala son eXtf'r I13S ~ !Js firmas pero imernas a una industria o a un área
específica, consrimyendo las conocidas cco nom(as de localización o de especialización y d e
urbanil..ación o de diversificación .
127
Políricas de desarrollo rerri(Orial y rransformaciones producrivas
9 U n probl ema con este enfoque es que gran parre de las veces se confunde el insrrumemo que
es el clusrer con el objerivo de las políricas, que es la co mperirividad.
129
Políti cas d e desa rro llo te rritorial y rrans fo rm aciooe.s productivas
12 De acuerdo con los datos proporcionados por la EAM, el empl eo cayó a en la mayo ría de
131
Políticas d e desa rrollo te rritorial y trans~ rmactones produc tiva5
Esta caída relativa de la KlL expl i ará también el mejoramie nto que se
ob erva en la PTF en la m ay ría de d pa rtamentos, pero especialmen te en
los de de mayo r des:mo llo. En un grupo numeroso de departamentos la
mayor efic ien ia no se debe tanto a la inrroducción de cambio técnico
basado en innovaciones c mo a un caída del uso del capi tal físico respecto
al trabajo.
Pese a la mayor dinámica de la. regiones altamente esp ciali7..adas, algu
nas de las cuales han elevado sus coefi cientes de industrialb.ación, la con
centració n de la industria no se ha alterado hasta el momento. Los grados
de co n entraci6n geográfica de la actividad económ ica y de la industria
que no han ido tan elevados en Colombia como los de otros países de
América Lati na, se han ven ido acentuando de de comi nzos de los años
setenta con la consolidación de la primada en Bogotá y 1 s municipios
vecinos perreneci ntes a los departamentos de la regi6n oriental (Lotero, et
al, 2007; Cuervo y Gonzá lez, 1997; Lotero, 1998a, 1998b); actualmente
esta regió n genera más de una tercera parte del valor agregado y del empleo
a nivel nacio nal. Por su pane, lo núcleos de acumulació n regional
Antioqu ia y Val! - , han mantenido su participaci6n en los agregados in
d ustriales en una ci fra superio r a140%, la q ue umada a las participa iones
de Bogotá y Cund inam arca nos indica el alto grado de e ncentración al
canzado en el paí .
Lo anterio r significa que aproximadamente 20 departam entos que cons
titui rían la periferia d el país, ompiten po r el var su participación en el
restante 20% del producto y el empleo . Y esro se produce pese a que
departamentos como Bolívar, C auea, Boyacá, Có rdoba yTolima han mejo
rado sus niveles de prod u ti idad y eficiencia de manera signi ficativa y
elevado sus ca fi cientes de indu trialización .
Con la aperrura, el patrón d disrribución geográfica de la industria no
se alter6 de manera si gnifi cativa como lo m uestra la evoluci6n del fndice
de Herfindal l-Hirschman (HH) I3 (Gráfico 1) . Estos {ndic s mu man que
la con cen tración ha ido mayor para el empleo que para el val or agregado y
las exportaciones; así mismo que la apertura y la crisis de finales del siglo
pasado tuvieron un efecto concentrador para la exporraciones y el empleo,
respectivamente.
133
Políticas de desarrollo territorial y rransformaciones productivas
O.ll
0 .1
u. lB
.
I
... ..
0 .16 ¡'" . . , .-'" - -'"
-
0 ,]4 .. '
o.n
135
rol ítica~ de desar rollo territo rial y transformaciones p roductivas
tivamente l' .
A pa rtir d la evide ncia para las economías avanzadas se ha pred icho que
co n la inserción de los paises y las r giones a la econom ía global , la indus
tria m anufacturera abandona las regio nes metropolitanas, desp lazándose
hacia las regi nes y ciudades de la periferia. Se produce as í un cambio
estru rural asociado con la nueva organización espacial: los servicios mo
d roas (financi eros, marketing, ingeniería y cons ultoría, desarrollo t cno
lógico e innovaciones) se onvierten en la "locomotora" de! creci m iento en
las gran des urbes y las actividades manu factureras de las regione periféricas.
El resultado fi nal es ranto un au mento de la productividad en las grandes
ciudades y nuev s aglo meraciones industriales en la periferia (Herderson,
2000 ; H erderso n et al. , 2000; AláC7 er al., 2001). Pero este proceso apenas
e insinúa en e lo mbia ysus regiones periféric ~ están aún lejos de conver
tirse en nuevas aglomeraciones de em pre as.
17 Se re u 'rda qu e el depa rtamentos del .auca ram bién di ~ fru rc\ de hcnd:¡ ci o~ rributarios
s i m i larc ~
a los del ~.je cafetero que qued aro n cOI\ ~ ign ad o, en la [ ~ y 1R de 1995 .
[37
Po lf ricas de desar ro ll o re rritorial y trans Form ac io n S p rod ucti vas
1 ~ El rub ro de exportaciones intemivas en capitJ.1 humano y lccn ol gfa correspon de princi pal
meme a b ien es esrandari7.ado que ~c desar roll aron con la sm titución de import aciones y han
aumentad o su participación en el co mercio. tradndose la may ría de las vece~ de in dustri as co n
déb iles encade oami eocos. especial me nte en 135 regiones per iféricas.
W Sob re estos aspectos. pu den cnmultarse los es, u dio.~ S(lb r e comp e t it i vid~d empresarial y el
levanta m iento d e mapas de c/u tas real izad ~ po r la~ cámara dI' Comercio de Bogará y
Mcdellín . uti linndo la merodologfa dr Porrer. Así mi~mo. pueden tamhién cllnlultarse los
docu mentos de la Red :ol om bi a Co mpite y del D epartamenro acin nal el e Plan eación
refcrc nci. Jos en la bibli ografía .
139
Políticas de d esarrollo territorial y rransfor maciones productivas
imp uesta po r estas, son dos de los rasgos p rin ipalcs de este cluster, se
co ncen tr an en Bo g tá y B gotá-Cund inamarca, teniendo tam b ié n
An tioquia una baja parricip ción y otros deparramemos.
U n tcrcer tipo de cluster se idemificó corresponde a I s agrupan ientos
ro an ¡facturas intensivas en trabaj ,con J éhiles ínculos locales hacia
atrás, pero fuerte, co n la dem oda final y. en algunos ca os, con las expor
(aci nes, cales como confecciones, muebles de madera y productos metáli
cos y de maquinaria. Los agru pamiemo ' más significativos se ubican en
Bogot ' , siendo imp n antes Anti oquia y Ri aralda en confecciones. Esta
últ ima industria, a d iferencias de las Olras se ñaladas es altam enre
exportadora, posee una organización industrial donde coexisten distintas
m odalidades: paquete co m plero (folf package,), maquila y subconrrataci6n
en tre diferentes tamaños d mpr sas industriales y comer iales, naciona
le y extr njeras, trabajo a dom icil io; esta última indu tria . Adicionalmente.
cuema con un im po rtante sistema de soporte instirucional y de . ervicios
en cuantO a escuelas de diseño y mod laje, erc., lo alizado en Anuoquia.
El tÍlrimo tipo de cluster se encuentra formado por un número pequeño
de grandes emp r sas con economías de escalJ., integradas en una cadena de
valo r con origen en el sector agropecuario y [uenes vínculos on la deman
da ex terna; la industria de al im ento de pr cesados es un típico ejemp lo de
este fustero Si bien se encuentran en muchas regiones, sobresale en l Valle
d nde la fuerre integraci6 n ranto vertical desde la roducci6n de caña has
t· la de hienes para l. demanda fi nal es fuerte. Así mismo, la existencia de
fuertes relacion es horizontales y co n un sistem de soporte institucional
avama o p fa la inve tigaci ' n y la capacitaci6n, han contribui o para si
tuar es te cluster territorial eorre los m ás co m pe irivos deb ido a su alto nivel
de productividad.
Debido a que clusterr industrial es se configuraron durante el protec io
nismo , especialmente I s de mediana y p eqlleña empresa m anti nen algu
nos de los rasgos de la sustituci6 n de im portaciones-bajo ni vel de in nova
ci nes y de utili:z.ación de cap ital h um an , ausencia de accion es conjuntas
para elevar el p rogreso co m petiti o, ete. , carencia de coord inac ió n de las
cade nas o gru pa m ie ncos , ete. , los irúan en es tadios infe ri ores de
co mpetitividad y los iden ti fl aca mo "in m adu ros" o "tr uncos".
141
Políricas d e desarrollo rerriwri al y rransformaciones produc[iva.~
y no al Jn1;¡rh ler ni del 1% actualme nte, mu y inrc 6 0r ;1 1 2% qUt deherí~ ren tr el pals de
í3 F. LO e col igc J ~ I en rrevi [J.I real;... as (Jn empn:sarios en ,,1esrudlO sohre organi7.aciones
143
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147
Plataformas de sustentabilidad:
soportes urbano-territoriales,
problemáticas y gestión ambiental
Roberto Fernández
Unive rsidad de M ar de.! Plata, Argentina
Introducción
149
Pla(aformas de sus(encabilidad
La idea de sopo rte o estructura rel ativame nte homogénea en sí, pero
den de ella.
151
Pla[aformas de sus[emabilidad
153
Plaraformas de susrenrabilidad
La noción de platafonna 2
TECNOESTRUCTURA
BIOESTRUCTURA
(NATURALEZA)
155
Plaraformas de susrenrabilidad
15 7
Plataformas de sustentabilidad
159
Plataformas de sustentabilidad
micas diferentes, por ejemplo, el agua que Cataluña compra en Francia, los
excedentes energético-eléctricos que se subastan diariamente en USA me
diante redes interconectadas -en que Las Vegas por caso es la ciudad más
compradora-, o los procesos de relleno sanitario q ue megaconcentraciones
como Buenos Aires están negociando no sin dificulrad, arrendando tierra de
hasta 100 kilómetros a la redonda o los ptlcks de basura compactada que la
autoridad metropolitana neoyorquina negocia para depositar en reservorios
submarinos de diferentes jurisdicciones internacionales.
Intercambios I
161
Plataformas de sustentabilidad
El mosaico de la Plataforma 1
Lo que definimos como plataforma 1, puede ser leída como una organi
zación socio-territorial de diferentes fragmentos (mosaico), caracterizados
y diferenciados entre sí por diferencias en la calidad de vida territorial izada
y que por tanto posee cada fragmento cierta condición de área de homoge~
neidad de calidad relativa.
Este amosaicamiento resulta de procesos históricos de asentamiento que
pueden alcanzar en cualquier punto tal desarrollo, cierto modo de confi
guraci6n espacial. Resuena en esta caracterizaciÓn el eco de la llamada
ecología humana y urbana, trabajada en la llamada Chicago Schoo! de so
ci610gos com o Burguess, Park y McKe01.ie (1 967), q ue buscaron quizá de
manera harto simplificada, patrones de diferenciación social, según deter
minadas formas de disposici6n física y de procesos de apropiación social de
fragmentos diversificados de ciudad, por ejemplo, en relación a cierta orga
nización anular radiocéntrica por lo demás, imediatamente negada por
procesos verificados por caso, en la propia ciudad de Chicago, en torno de
los llamados garden suburbs.
163
Plaraformas de susrenrabilidad
¿Qué concl usiones emergen de este fenómeno según una lectura sus
tentable?
ten, pero son demasiado caros para las capas sociales demandantes).
165
Plaraformas de susrenrabilidad
167
Pla[aformas de sus[emabilidad
169
Plataformas de sus[enrabilidad
171
. " ,
. .
. ' .1
Introducción
173
Sosrenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
urbano creciente.
175
Sostenibilidad ecol6gica urbana: lo global y lo local-regional
177
Sosrenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
Ex isten 4 Megaremas
vinculados con La SP S
G p Sostenibilidad (débil) "'"----------.
r - - - - ---,
Urbana:
G. Gobernabilidad- KP
P. Producrividad-KE SE
H. Habirabilidad-KS
S. Sosrenibi lidad-KN
SS SN
H s
SP. Sostenibilidad Política
SE. Sosrenibilidad Económica
- Presiones que desen den,n SS. Sostenibili dad Social
tensiones urbanas SN. Sosrenibilidad Natural
179
Sosrenibilidad ecolÓgica urbana: lo global y lo local-regional
Las diferentes inrerpretaci o nes y 1 anál isi de viabi lid ad del desarrollo
sostenible, tiene en el campo eco nó mi co avances im portanres. Los mismos
han de rivado en la identifi cación de dos verriente la sostenibilidad,
clasifi cadas según e! optimismo que cada una encierra en cuanro al futuro
de la biosfera d e seguir la tendencia actual de co nsumo de materiales y
energía y producción de desechos. U na de ell as, la de la sostenibilidad
débil, se fun d amenta en un optimismo pleno en que los avances tecnológi
cos serán suficientes y oportunos para que el ago tam iento de algún recurso
natural, la extinción de algun as especies y ecosistem as o incluso, para que
algunos cam bios en la biosfera -el presunto elevamienro de! nivel m edio
de! mar por ejemplo- sean conven i ntemenre paliad os sin q ue se produzca
una reducció n en e! consumo ni en e! ritmo de acumu lación de cap ital. La
segunda vertienre man tiene un opti m ismo moderado en la tecnología y se
fundamenta en la comprensión de la biosfera como un sistema abierto finiro,
sometido indefectiblemenre a las leyes de la termodinámica, y de la econo
mía como un subsistema dentro del sistema global finito (Correa, 2006). La
primera vertiente de la sostenibilidad débil se inscribe en e! pensamient de
la economía neoclásica, e! fundamento esencial de! neoliberalismo; mientras
que la segunda corriente de la sostenibilidad fuerte corresponde a la llamada
economía ecológica cuyo precursor más reconocido -recientemente- es Ni
colás Georgescu-Roegen (Cleve!and y Rurh, 1997).
De acuerdo con Correa (2006), e! debate actual entre estas dos vertien
tes de la economía se centra en el supuesto de la sustituibilidad perfecta
entre capital recursos naturales. (Van Coten y Bulte, 2000; citados por
Correa, 2006). Este autor propone que la sostenibilidad débil asume que
la noción de capital natural resume la complejidad de funciones de los
ecosistemas y, además, confía en las posibilidades enormes de sustituir el
capital natural por capital manufacturado . E n la otra ori lla, la
sostenibilidad fuerte reconoce una am pl ia gam a de funcio nes ecosi témi cas
que se constituyen en bienes y servicios no reco nocidos en el sistem a ordi
nario de valor de la economía neocl ásica -o entendidos como bienes li
bres- frente a los cuales las posibi lidades de sustituibili dad, por vía tecno
lógica por ejemplo, so n poco viables, si se entiende la viabilid ad en el
sentido de Georgescu- Ro gen, citado por Martinez, (I 997), quien dife
rencia entre tecnologías factibles y viabl es. Las tecnologías factibles corres
181
Sostenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
(, Nótese que se propone un recu rso especi:llmente crítico en áreas urbanas, en tanto el costo de
captación, cond ucción, d epur::lción y distribución, ha ven ido en aumento en los últimos años,
al tenor de las políticas de privatización de este servici o en muchas ciudades del m u ndo.
debiendo agregar e un ma rgen de util idad crec iente pata las empresas que real izan la depu ra
ción y la distri bució n, cas i sin com pro misos en el asegu rami ento de los servicios ecosistémicos
relacionados con el flujo de agua hacia los em balses y/o acuífero s. Este aspecro se ampl ía en el
apanado siguiente.
183
Sosrenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
185
Sosrenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
187
Sostenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
Aflue n t ~~:
Q uebrada Pi cdra.~
e /a nCl1, Quebrada la
M O~ Q
, D e hecho la legislaci ón. amb iental colombi ana es tablece para las entidades gubernamentales
del S istema Nacional Amb iental fun ciones ind el egab lcs. La privati7Aci ó n de la gestió n. amb ien
taJ parece un rem a lej ano po r el momento. La gestió n am bi entaJ emp resa ri al es de cará ter
remed ial y ti en e un efectO mayor n los in dicadores de gesti ón autOco nsrru idos que en la salud
de los ecosistemas que afectan . I.b s.: emp resas forestales. m inero-e nergét icas. ag ropecuari as.
189
Sosrenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
191
Sostenibilidad ecológica urbana: lo global y lo local-regional
Referencias
193
PARTE 3:
Espacialidad y vivienda
Lugar y vínculo social:
concibiendo futuros
Ana Clara Torres Ribeiro
Universidad Federal de Rio de Janeiro
El desafío epistemológico
197
Lugar y vínculo social: concibiendo futuros
199
Lugar y vínculo social: concibiendo futuros
Sobre hegemonía
201
Lugar y vinculo S ¡al: concibiendo fururos
sociales envuelws en la d inám ica de la eco nomía global izada, una forma
específi ca de escas z anres descon cida: la e casez de tiempo. La sup ra
ción de esta escasez de cuando en cuando transciende las posibilidades de
ajuste de lo com xtOS urbano, justi fi ando la auro-segregación de los
privilegiados por la nueva economía. ro. segmentos cienden a alejarse de
los desafeos institucionales y de la vida local, así como de los espacios de
negociación de interese y de cambios interclasistas, rransfigUIándos en
de fensores de la gl obalizaci6n.
Así, se crea una atm6sf, ra em prendedora que, a pesar de no correspo n
der a las oportunid ades de emp leo existentes para la mayoría, cambia la
memoria técnica y la experiencia pol ítica d e los lugares, haciendo m ás fácil
la aceptació n de las fábulas de la glo balización. Como afirm a Santos
(2000: 18): "Sus fundamentos [de las fábu las] son la información y su im
perio, que encuentran su base en la producción de imágenes y del im agi
nario, y se ponen al servicio del impe rio del di nero, fu ndado en la
economizació n y moneta rización de la vida social y de la vida p rso nal"
(traducción nuestra). xis te, por lo tanto, un costo de globalización q ue,
lamentablemente, n ha ido contabil izado. El cálculo de es te costo debe
ría, por lo menos, considerar: la desvalorizació n de inversiones pretéritas
en los marcos u rbanos; los em pleos perdidos co mo consecuencia de las
nuevas formas d e pr d u ir y cons um ir; las necesidades sociales no atendi
das po r la priorid ad conced ida a las inversiones relacion adas con los flu jos
globales; el condicionam iento de la econo m ía relacionado con la de repa
triación de gananci as y los crédito ext rnos; el ajus te d e las institucio nes a
las imposiciones del mercado glob alizado; las pérdid as de conocimienro
técnico generadas po r las formas fl exibles de conuataci ó n d e 1 fuerza de
trabajo y por las in novaciones tecnol ógicas.
Para efectos de este trabajo añadimos que, en la adhesión a las fábulas de
la globalización, pesan procesos relacionados con los proyectos dom inantes
para la adecuación del espacio ur ano. Entre estos procesos, resaltamos:
203
I.u gar y vfnculo social: concibiendo fururos
20 5
Lugar y vinculo social: concibie ndo futuros
207
¡ .uga r y vínculo social: concihiendo fu ni ros
209
Lugar y vinculo social: concibiendo futuros
211
Lugar y vínculo social; concibiendo fururos
213
Lugar y vfnculo social: concihiendo futuros
215
Lugar y vfnculo social: concibiendo fucuros
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217
El uso de la norma y la apropiación
territorial en la disputa por la
ciudad l
219
El uso de la no rma y la apropiación territorial en la di puta por la ciudad
El uso de la norma
Prefl ro empezar por la defin ición del uso normativo en experie ncias
territori ales nominadas y denominadas, por el derecho estatal, co mo ilega
les, ya sea po r la ocupación de hecho de predios, públicos o privados, po r
inm igrantes o experiencias tomadas tam bién co mo il gales por la ocupa
ció n d l espa io público. De este modo. dentro del amplio campo del
derecho. se retoma la norma co mo concepto y práctica que permite captar
la experiencia jurídico-u rban . Así, se presenta la interpretaci6n del on
cepto de "uso no rmativo" a partir de cuatro aspecros:
El uso y 14 vigencia temporal de la norma: I análi is de la norma desvenda
la com prensión de los usos en la práctica, de la form a y las circunstancias
bajo las cuales las normas urban s son activadas. modificadas o ignoradas.
Dice Wo lf (2000: 145): "Las no rmas son intenciones abstractas que en su
contexto de us deben se r especificadas" . Encender q ue la norma ti ne una
producción y un uso contextual y q ue tie ne na especifi cidad a partir de
las interacciones sociales ayuda a inferir el contexro. el contenido y el pro
pósito de las normas. De esta fo rma el ideario y los discursos urbanísticos,
producidos en contextos económico y polfricos particulares , adq uieren
positividad a través de la norma juríd ica defin í ndo y no m inando, por
ejemplo, lo que es espa io público y lo que está por fue ra de él. As ( en
Colo mbia, po r ejemplo. en poco más de una década encontramos una
definí ión de éste en la Ley 9 de 1989 donde su contenido se define a
pa rtir de inmuebles públicos - arquitec t6nicos y narurales- y se presenta
una enume ración taxativa de lo q ue co nstituyen áreas de espacio p úblico.
En 1998. a través de! Decr ro l 504, en un contexro de ciudad globa l. e!
espacio público pasa de ser bjeto de una enumeración a ser ubicado con
221
El uso de la norma y la apropiación territorial en la disputa por la ciudad
223
El uso de la norma y la apropiación terrirorial en la dispura por la ciudad
3 Considerando 2 del Decrero 1958 de 2006 por el cual se adopta el Plan Parcial de Mejora
225
El uso de la no rm a y la apropiación territorial en la dispura por la ciudad
I Fue en la década de los 90 donde la palabra comuna quedó connotada por la violencia y el
sicariato como se puede leer en la siguiente nota: "La comuna nororiental de M ellfn fue
conocida en el mund o entero por los hechos de violencia que ocurrieron en sus calles, por el
surgimiento de grupo s de jóvenes desarraigados y dedicados al sicariato, el narcotráfico y la
delincuencia", Caracol Radio, 24 marw 2007, disponible en: http://www.caracol.com.co/
noti cias/40626 1.asp (consultado 25 marzo 2007).
, La ley 057 de Abril 29 de 1905 se denomina sobre "Sobre reformas judiciales» regula en su
artÍcu lo 15 lo ati ll ent e a invasiones y (reglam entado por el D ecreto Nacional 992 de 1930,
Modifi cado parcialmente por el art. ) 5, ley 200 de 1936) establece que "cuando alguna finca ha
sido ocupada de hech n sin que medie contrato de arrendamiento ni consentimiento del arren
dador, el jefe de polida ante quien se presente la queja se trasladará al lugar en que esté situada
227
El uso de la norma y la apropiación territorial en la disputa por la ciudad
ción por parte del municipio del mencionado lote, asen:tll.miento que co
rresponde a Moravia, para la construcción d e un parque, anexo al Parq ue
a rte, (acogiendo y añadiendo al Plan de Parques/Obr, s de 1976), con
previa destinación de cinco años como botadero de basuras, para lo cual se
le asigna a Empresas Varias 7 en arrendamiento.
la finca dentro de las cuarenta y oc ho horas desp u('s de la presf; ntaci ón d el escrito de queja: y
si los ocupantl's no rx hiben el contrato de arrendam iento . o se ocultan . procederá a verifl r el
lanzamiento sin dar lugm a recurso alguno ni a diligencia que pu 'da demorar la desocupación
de la finca ".
7 Emp resa del Estado. cuyo principa l propósito es prestar el servicio público de aseo. Se rige
229
El uso de la norma y la apropiac ión [erriwrial en la disputa por la ciudad
1."Los
y escenifica el conflicto con el Estado y los conflictos entre las comunida
barrio des. A su vez el p lan de rehabilitación tenía tam b ién co mo propósito
.. .] el
reubicar a las familias que es taban asentadas en franjas de terreno que el
/an el mun icipio necesita para ampliación de la Carrera 52 C arabobo , y la pro
1 los longación de la Carrera 53 y de la vía regional en la m argen oriental de! río
tr lo
Medellín. También se necesitan fajas de terreno para la ampliación de la
Calle 70, y para hacer vías de acceso al puente El M ico, que comunica a la
:ti Terminal del Transporte con e! oriente de la capital Antioqueña.
la
io
Conflicto por el control· poder nonnativo armado
231
El uso d e la norma y la apropiación territorial en la disputa por la ciudad
233
El uso de la norma y la apropiaci ó n territorial en la disputa por la ciudad
235
El uso de la norma y la apropiación territorial en la disputa por la ciudad
15 "Con las dos term ina rles del Fe rrocarri l, un a bien d otada plaza de mercado cubierta,
¡rilladoras de café , regimi ento m ili t3 r, igles ia, hor el c ~ , pensio nes, alm acenes come r iales, pe
queñas índu . ( ri a.~ , J epó itos, cluhcs, antin as, prostíbul os, res tauran tes, cafés y term inales de
(ranvlas, buses, camiones, autos y coches de tra cción animal, Guayaquil era el centro de un
hervidero de gente de todos los colores, en el Medellfn de 1930 [ . .. ]" (Betancur, 2000: 14).
237
El uso de la norma y la apropiación [erritorial en la dispu[a por la ciudad
239
El uso de la norma y la apropiación territorial en la disputa por la ciudad
17 Desde la presente investigació n se identifica la lucha de esta organización por más de una
década, periodo marcada por varios eventos jurídicos. Sin embargo, la Fundación Coraje
identifica el inicio de esta lucha en 1993 con el Paro Cívico y la culminación de la misma con
el acuerdo 15 de 1998, norma que en ~u artículo lo estipula "Establézcase un plazo hasta tanto
se adopte el Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Medel1ln, para garantizar la
permanencia y el funcionamiento de los establecimientos de comercio y de servicios localizados
antes del lo de enero de 1998 entre los sectores de Barrio Triste y otros".
24\
El uso de la norma y la apropiación terr itorial en la disputa por la ciudad
Observaciones finales
Moravia y Barrio Triste se pueden defi nir como dos gra ndes hechos
urbanos de la ciudad de M edellfn , que conquistan la sobrevivencia con el
desecho (en el pri mero, la basura de la ciudad yen el s gundo, los repues
tos de veh ículos) y con el reci claj (qu encierra el re-uso de los recursos
te rri torial iz dos) ; que han declarado un orden propio, ti na reglamentación
social del terrirorio y su propia renovación social; q ue han coexistido con
una norm a coactiva-armada que po r m ás de tres década ha ejercido una
intervención territorial articul ada claramente a proyectos de rentabilidad
económica; y fi nalmente que han resisti do a una norma es tatal que los ha
denominado im Ifci o explíciramenre, como "rerri rorios de confl icto",
ya sea d de el etiq uetamienro de orden público, de calamidad p ública, de
riesgo ambienta l, de inseguridad, de pel igrosidad o de co nAicro funcional.
De esta fo rma el Estado ha buscado legitimar la expedición de un decrero
O acuerdo que transforma los u os histó ricos del territorio en usos del sud o
que conducen a la ciudad , indefecribememe, por los requerimientos ac
tuales de expansión global del capital.
De esta manera se puede identificar e interpretar el conflicro urbano
como elemento fundante que da movimiento a la historia normativa de los
usos terriroriales, y por tanto como elemento matricial que imprime las
configuraciones específicas al terrirorio. A partir de ello los usos urbanos
son dimensionados como arena política en la que se despliegan estrategias
y tácticas trazadas por la pluralidad de racionalidades que coexisten
tensamente. Es ahf donde surge el poder normativo que se impone a través
de agentes reguladores quienes administran un cuerpo de normas que a
través de recursos en algunos casos argumentativos, en otros violentos,
buscan evadir, mutar, tramitar y controlar el conflicro.
De manera clara se palpa la convocaroria realizada hacia estas dos expe
riencias. De un lado, el Estado cita a Moravia y a Barrio Triste para su
incorporación en el centro global de la ciudad la cual está determinada por
un modelo económ ico, una ideología urbanística y una categoría de ciuda
danos. D e otro lado, se encuenrra la lucha desarrollada por algunos actores
de la comunidad de estos dos barrios para ser incluidos en la centralidad
urbana bajo la concepció n de Lefebvre como calidad o propiedad esencial
de! espacio urbano. D e este modo el autor plantea que el derecho al uso de
la ciudad legitima e! rechaw a dejarse apartar de la realidad urbana por
una organización discriminaroria y segregativa. Ese derecho del ciudadano
243
El uso de la norma y la apropiación territorial en la disputa por la ciudad
245
Las ciudadelas de negocios en las
megaciudades latinoamericanas
Silvia Arango
Universidad Nacional de Colombia. Bogorá
Introducción
Tal vez deba comenzar diciendo que tengo reservas freme a la denomi
nación "globalización" para referirse a la siruación económica y cultural del
presente. Tal vez sería más acertado hablar de "imernacionalización de las
comunicaciones", "desagregación de la producción" o "colonialismo cultu
ral" que no son, ciertamente, fenómenos nuevos y que presentan
especificidades que han sido estudiadas en diversos ámbitos. Cada uno de
estos fenómenos incide sobre las ciudades latinoamericanas de manera dis
tinta y a distinto nivel.
En las últimas dos décadas las ciudades latinoamericanas acusan fe nó
menos urbano-arquitectónicos de índole cuamitativo y cualitativo. Algu
nos de ellos son:la disminución del crecimien to urbano, e! aumen to de la
marginalidad económica en estratos bajos y altos, la recuperación de los
centros históricos, la conversió n de! espacio público en tema político, la
im po rtan ia adq uirida por e! trans porte m asivo y la crisis de las políticas
de vivienda colectiva. No sé hasta J ó nde estas mani festacio nes generales
p ued. 11 imp utarse a la noci ón de "global in ió n"; es posih le que más bien
respondan a las inercias hi stó ricas urbanas q ue vienen de! siglo XX. Lo qu
sí es posibl e, e identificar expresi ones parciales y p untua les d o nde se eon
cenrra n, Hsicamente. lo ereeros de la intern acionalización de val o re .
247
Las ciudadelas de negocim en las megac iudadcs latI noamer icana
Los que alcanzan a hacer realidad ste modelo so n pri ncipalmente allos
fu ncionarios d e empr sas estatale o privadas, n clonal o Internac io nales,
de la economía "formal ", per lam uién lo o mparten los trabajad ores free
lan ce de la economía inf rmal d alto nivel qu tr bajan por u uenLa:
d iseñador gráfi os, expert s n comp utación, p ubli istas independien
L s, asesore de imagen, relacion ista públicos, e critore gl lOSf, perso ajes
de la faránd ula te l visiva, etc. Los C]ue n o al anza n el mod lo p ro lo envi
dian , se reclu ta n en la masa dejóv nes urbanos d las clas m ia que ven
en este modelo la repr en tación del éxi to . Para ójicamen te , un 010 lo
vita l democrát ic o pu s no se b asa e n here n ias soc iales, si no en la
meritocrac\a y, en principio, cualquiera pu e te acceder a él siempr y c !an
do se esfuerce lo suficiente en una competencia si n t I" gua en la que hay
ganadores y perdedores.
249
~
Foto 2
251
Las ciudadelas de negocios en las megaciudades larinoamericanas
acuático y el Autódromo, que, junto con la calle Ayrton Sen na, recupera la
memoria de las carreras de carros de tres décadas antes. La profusión de
estas construcciones formaron una sucesión de conjuntos autónomos que
desbordaron toda planeación, hasta convertir los lB kilómetros lineales de
la Barra de Tijuca en el fenómeno actual, que algunos ven como la promesa
de la ciudad del futuro y otros como una pesadilla urbana.
El conjunto de Catalinas y Puerto Madero en Buenos Aires, a diferencia
de los dos casos precedentes, tiene una localización muy distinta, pues está
enclavado en el centro mismo de la ciudad. Ante la inutilidad de las viejas
instalaciones portuarias, que ocupaban un vasro sector entre el corazón de
la ciudad y el río de La Plata, en los años BO se propusieron varias alterna
tivas de rehabilitación del secror de Puerto Madero por parte de arquitec
tos prestigiosos (como las firmas de Mario Ro berto Álvarez, Raña Veloso y
Asociados y Serra Valera) y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad de Buenos Aires, en el taller de Juan Manuel Borthagaray.
En 19B9 se crea la Corporación Ant iguo Puerto Madero que, al año
siguiente entrega un Plan Estratégico desarroll ado entre instancias locales
del Estado central y municipal, co n consultores de Barcelona. El ambicio
so proyecto para 170 hectáreas comprendía, como punto principal, la res
tauración y reutilización de los antiguos almacenes del puerto, la construc
ción de edificios de vivienda y ofi ci nas, y la adecuación de una zona ganada
al río como parq ue y reserva ecológica. En el proyecto rondaba la mítica
imagen de un dibujo de Le Corbusier en 1929 que planteaba rascacielos
en una isla artificial sobre el río.
La "operación puerto Madero" resultó tan exi tosa que, rodeando los
viejos galpon es de depósitos transm utados en re taurantes y al macenes de
lujo, tofts y sedes universitarias , comenzaron a erigirse rascacielos del lado
del centro urba no, consolidando rápi dam me la zona d e Catalinas, que
empataba co n un núcleo empresaria! desarro ll ado desde los años 70. Al lí
se ubicaron varios cines, u n centro de convencio nes y las sedes de grandes
emp resas nacionales y m ulcinaci nales, co mo 18M, Aero líneas , M icrosoft,
Telecom, el Banco de Boston, la petrolera Repso l YPF y los hoteles Sheraton
y Hi lto n. Al encontrar sus lím ites, hoy en día está en pleno desarrollo el
área uh ica da al ot ro lado de los di ques, co li ndante con la reserva ecológica,
no sólo con la aparición de nuevos edificios empresariales, sino con condo
minios habitacio nales, pues la demanda de vivienda ha crecido mucho en
el área y hoy son los apartamentos más costosos de Buenos Aires. El Plan
Estratégico inicial se ha modificado al punto de ser irreconocible y se han
desbordado las densidades previstas.
253
Las ciudadelas de negocios en las megaciudades latinoamericanas
255
Las ciudadelas de negocios en las megaciudades larinoamericanas
257
El hábitat popular en la
ciudad (no) globalizada
Carlos Alberto Torres Tovar
Universidad Nacional de Colombia, Bogorá
Introducción
I El es[udio sobre la pobraa en Colombia indica que el 64% de la población colombiana esrá
259
El hábitat popular en la ciudad (no) global izada
261
El hábitat popular en la ciudad (no) globalizada
263
, .. ~ ..
',
"
invalidados y sus derechos son desconocidos. El tipo de pertenencia y
proyecto de vida que generan las ciudades en la mayoría de la pobla
ci6n que las habita, está muy lejos de los ideales que inspiran el con
cepro y la noci6n de ciudadanía plena para un gran co njunto de la
población. Por el contrario, se fundamenta en la idea de consumidor.
e. Pobreza, desempleo y sub empleo: El acceso y la prestaci6n de servicios
tanto sociales como de bienes, queda mediado exclusivamente por el
poder adquisitivo de los pobladores en un comexm de bajos ingresos y
pobreza generalizada. Como corolario queda establecido que se es ciu
dadano en tamo exista un vínculo con el mercado a través del dinero,
en tamo el mercado se erige en el asignador de los recursos. Es funda
memal emender que la informalidad y la precariedad 3 son condicio
nes multicausales y multidimensionales que requieren de estrategias
integrales que deben superar la escala local y necesariameme implican
iniciativa y volumad políticas, además de planes y proyectos específi
os que imenten afectar varias de las causas de su aparici6n y desarro
llo. Junto a la pobreza, problemática principal de nuestras ciudades,
es necesario dar cuenta de que la marginalidad y la informalidad son
frum de los déficit cuantitativos y cualita tivos acumulados en la ciu
dad entendida imegralmeme como un rodo.
3 De la misma forma como ocurre con la noción de pobreza, la definición de precariedad puede
entenderse desde di srinras perspectivas y con base en distintos conceptos y métodos para
medirla. Sin embargo, a partir de la inclusión de este término en la onceava meta del milenio de
la ONU que plantea la necesidad de "Lograr, para el 2020, una mejora significativa en las
condiciones de vida de al menos 100 millones de habitantes de asentamientos precarios", se
entiende como el resulrado de la combinación de diversas dimensiones de la vida humana, que
van desde las condiciones económicas y material es, hasta los estilos de gobiern o y las formas de
participación, cnrre orras. Un ejemplo de ello son las recomendaciones que desarrollan la Meta
11 : "Promov er si stemas de buena gobernanza urbana, Estab lecer esrrucruras institucionales
facilitadoras involuCl"3J1 do a todos los acrores. Implementar y monitorear estrategias de desarrollo
de ciudad orienraíhs en favor de los habitantes más pobres , Estimular las iniciativas de los
habitanres de los asentam ienros precarios y reco nocer el rol de las mujeres en las mismas, Garan
tizar la tenencia segura, consolidar los derechos de posesión y regularizar los asentamientos
informales, Involu rar inquilinos y propietari os en la búsqueda de soluciones dando prioridad al
interés colecti v(), Adoprar un enfoque progres ivo en el mejoramiento de los asentamientos preca
rios, Conjugar aporr municipales, subsidios cruzados y contribuciones de los beneficiarios para
asegurar la facti bilidad financiera de la mejora de los asentamientos precarios, Disefiar y negociar
planes de reubicación solamente cuando sea absolutamenre necesario, Combinar el mejoramien
ro de asentamientos precarios con la generación de empleo y desarrollo económico local, Desa
rrollar nuevas áreas urbanas a rravés de la habilitación de tierra.s e infraemucrura básica".
265
El hábicac popular en la ciudad (no) global izada
267
El hábitat popular en la ciudad (no) globali7..ada
Para 2008 la ciudad de Bogotá se cuenta entre las ciudades más grandes
de América Latina, cuyo crecimiento se asocia, entre muchos otros facto
res, a las dinámicas propiciadas por más de 60 años de confrontación polí
tica y militar entre diversas facciones políticas y tendencias ideológicas,
que han conducido a la urbanización del conflicto armado interno. Así
mismo, se relaciona con las condiciones estructurales de inequidad y po
breza inherentes al modelo de desarrollo. El crecimiento poblacional inci
de de manera particular en las dinámicas de crecimiento urbano, en tanto
los recién llegados demandan espacio para la realización de sus necesidades
materiales y espirituales, derivando en la autoproducción del hábitat por
vía del llamado mercado informal. Dicho fenómeno se siguen acentuando,
debido a que no han existido eficientes políticas públicas para la genera
ción de ofertas de hábitat y vivienda social asequibles a pobladores urbanos
de bajos ingresos; se seguirán profundizando en tanto el mercado continúe
siendo el único asignador de los recursos y no se produzca una interven
ción del Estado.
Para analizar esto se propone observar cuatro aspectos que permitan
entender la magnitud de la problemática acumulada en la ciudad: prime
ro, una rápida descripción de los problemas no resueltos y contradicciones
presentes en la ciudad; segundo, la clarificación de la condición de pro
ducción dicotómica de la ciudad a partir de dos modos principales de
configurarla, el uno planificado desde el control gubernamental y el otro
autoproducido a través de los que se ha denominado urbanismo informal o
hábitat popular; tercero, un breve análisis de las connotaciones que conlle
va para el hábitat popular el modelo de ciudad adoptado; y por último, la
identificación de algunos elementos para una relectura y re-imaginación
del hábitat popular.
269
El hábitat popular en la ciudad (no) global izada
desplazada en rodo el país, siendo Bogo rá el principal centro, seguido por las ciudades de Cal!,
Cúcuta, Medellln, Carragena, Santa Marra, Villavicencio, Valledupar y Florencia, entre arras.
271
El hábitat popular en la ciudad (no) global izada
panicular de ciudad que se ha venido manejando desde los afios 60, la cual, hoy día continúa
generando problemas esrructurales en el crecimiento urbano al esrar subsumiendo el conjunro
del desarrollo urbano a la racionalidad del mercado exclusivamente.
" Decrero 619 de 2000. Por el cual se establece el Plan de Ordenamiento Terriro[ial de
Bogotá.
273
El hábirar popular en la ciudad (no) global izada
27 5
El hábitat popular en la ciudad (no) global izada
tantes de más bajos ingresos. Dos acciones son necesari as de manera gene
ral: la primera es la generaci6n de una capacidad real de atenci6 n a las
demandas de alojamiento acum uladas para la poblaci6n de m ás bajos in
gresos a través de políticas de hábitat y vivienda, que sean ve rdaderas alter
nativas a esta problemática; la segunda, indica la necesidad de reconocer la
preexistencia del hábitat construido d sde lo popular y la magnitud de lo
que este representa, de forma tal que las sociedades acruales puedan aco
meter mediante las acciones de m ejoram iento barrial y de vivienda los
procesos que conlleven a la superación de los déficit cualitativos derivados
de esta forma de producción de ci udad y háb itat, no só lo en el terri torio
nacional sino en América Latina en general.
En este sentido, el hábitat auroproducido , en tan to es ciudad, no es
ajeno al modelo de desarrollo, sino que es parte inherente de es te. D esde
esta perspectiva, la globalización y el mercado aco gen el hábi tat
autoproducido como un escenario fundamental de su expansió n y desarro
llo. Por ello el hábitat popular se ha de reconocer como parte integrante de
la globalización.
11 Este aparee del texto está conscruido con base en los resulrados del esrudio concerrado con
el Dimito Capital y la Caja de Vivienda Popular -CVP-. con recursos de la Banca Alemana
K.Fw, tirulado Estudio de Conce-ptualizaci6n para el Mejoram iento Integral de Barrios en Bogotá,
e
D. ¡ 972-2006. adelantado por la Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Artes.
Centro de Extensión Académica en 2006 y coordinado por el autor del presente ensayo.
277
El háh irar popular en la ciudad (no) globalizada
279
El háhirar popular en la ciudad (nn) globa li 7.ada
Conclusiones
28 1
El háhitat popular en la ciudad (no) global inda
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283
Parte 4:
In troducción
287
Las poliricas y la plan ' a .ión urbana en el neo lib eralismo
Formas hisróricas de concen rraci ón Física de las poblaci ones y actividades, y las prácricas d' su
análisis, p refiguración , construcció n y o rdenam iento.
J Nos enFrenramos a otra pa radoja: a med ida que avanza el p roceso de urban i7.:lció n y nos
acercamos a la urbanizaciÓn globa l del mundo (P radi lla , 20 02), tiend e a desv3nc c ~ r~e la
diFerencia campo-ciudad y a de aparecer el primero como forma socio- terr ito rial; el campo
quedaría reducido a un territori o cad vez me nos ~p ropi ad() Su io-c on mi ame nre por el
hombre conven ido en ~c r urb:U1 o. ¿I'odrcm m eglli r Ibmando ciuJad u urbana a eH;! única,
aunque desigual, srru rura de sopo rres malcti J.les?
~ J.os soc iali stas utópicos de fin es d el siglo XV II I, Ca rl os Marx y ¡. dericn F n~els, <l los
higieni stas bur ucses de mediados del sigl o XIX aparecen J la VC1. rn in ve'liga uorcs 1Íl: las
causas de los problemas urbal\ s, elaborad re~ de altcmJliv:L~ \oci,,1 ·s, IcgJk, y/o f(, i as de
s lución , y p romOto res prácti cfl ' de ~us propUC~1 s.
s En América ¡ .atin a, est desarroll o se p roduce m h tc won a partir d" 1.1 d~ cJd.l de los 60,
sim ulráneamenre en el campo conservado r co n lo teóricos lllargin a!JscJS, y en el de i1.quierch,
con diversos cnfo que.s críticos.
289
Las políticas y la planeaci6n urbana en el neo libera lisl!1o
291
Las polfricas y la planeación urbana en el neoliberalismo
293
Las polfricas y la planeaci6n urbana en el neoliberalismo
295
Las políricas y la planeación urbana en el neoliberalismo
297
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo
299
Las políticas y la planeación urbana en el neoliberalismo
301
Las polfticas y la planeación urbana en el neoliberalismo
11 Buenos Aires en Argentina, Sao Paulo y Río de Janeiro en Brasil , la Zona Metropolitana del
Valle de M éxi co, y Lima en Perú, superan los diez millones de habit an tes y forman parte de
grandes sistemas urban os regionales -<:iudades región- crecienremenre integrados.
303
Las políricas y la planeación urbana en el neoliberalismo
305
Las polfticas y la pl aneación urbana en el neoliberalismo
307
Descentralización para la equidad 1
D aría 1. Restrepo B tero
Universidad Nacional de C olombia, Bogorá
I La primera versión de las ideas aquf cons ignadas fueron desarrolladas originalmence en el
primer semeSLCe del afio 2008 en el marco de una aseso da a la asamb lea conslicuyente de la
República del Ecuador, con el apoyo del Insrituto Latinoamerica no de Invesrigaciones Sociales
-Ildis- de la Fundación Fried rich Eber r en el F. uador. Co n posterio ridad esre docum ento se
redactó para el IV foro Euro Latino Ameri cano aribe fio de Sociedad Civil, co n el apoyo del
Ce ntro Peruano d e Esrudios Social es - C epes- y por solicirud del ,rupo Propuesta Ci udadana
del Perú. Agradezco los com ntarios de En rique O , los cuales, sin co mp romerer s aprecia
ciones sobre la mareri , mejo raron el lexto n clar idad y preci ió n.
Nora del editor: la ponencia presenrada al semi nario tirulada "Arre, parre y comparre: notas
sobre el proceso de descentralización colom biano", puede solicirarse a planur@unalmed.edu.ci
309
O escentr,¡l izaci6 n pa ra la equidad
31 1
D csce ntrali7.ación para la equidad
. J¡
puede se r este recon ocido co mo un tri unfo del aju, re neo li beral. pero sí un
resul tado de él (Re. rrepo, 200Gb).
La dimensión más estratégica, com o suele pasar, no es de o r en mate
rial, si no cultural , di ch o de manera más precisa. de cu ltura pol ítica. Para
imponer e! "fu ndam entali mo de mer ado" e traspa a la p ro piedad colec
tiva, bajo su forma esra ta!. masivam e n te a las red s empres aria les
trasnacionales, y lo que q ueda de la adm in istra ión p úbl ica se so mete a la
lógica de! mercado , princi palmente med iante la ap licación Jet principio
de la "libre ompeten ial> entre em p resa d e cualq uier n aturaleza jurídica.
Re unida queda así la condición materi al para incenriv r la cultura del "sál
vese quién pueda y tenga los medios para ello". Las ciudades poderosas de
cada país se tragan sus áreas próximas de influencia y las ponen a orbitar
alrededor de sus necesidades, tales como descongestionar los dormitorios,
proveer recursos naturales y alimentos, recibir d esec hos, dotar
almacenamientos y relocalizar actividades industriales contaminantes.
Este comportamiento de mezqu ino "agujero negro" se distancia de los
principios de solidaridad, sin duda imperfectos, que construyeron los Es
tados nacionales durante el siglo XX (Ocampo, 2002) . No sorprende que
las élites políticas de las grandes ciudades se quejen de aportar la mayor
cantidad de recursos tributarios al presupuesto general para que sea disrri
buido a arras zonas, caracterizadas por sus incapacidades emprendedoras,
subdesarrollo institucional y pereza fiscal. La justicia de mercado es con
traria al principio de redistribución, a cambio del cual levanta aquel de la
retribución: la lógica es premiar al ganador en un mundo donde impera la
competencia. Tales voces se oyen desde Bogotá, pasan por Guayaquil y
Quito y aturden en Santa Cruz de la Sierra. Cada cual debe recibir en
proporción directa a su capacidad y no con relaci ó n a sus necesidades. Para
asegurar este principio de justicia nada mej r que un radical estatuto de
autonomía tributaria, entendido como e! quiebre de las fi nanzas naciona
les y la concentración de los medios económicos de las grandes urbes en
manos privadas. Los otros territorios son zonas reservadas para continuar e!
colonialismo interno, es decir, la succi ón de sus recursos naturales,
agropecuarios, m inero , de hidrocar buros el agua y los bosques.
¡Abajo el Estado paternalista, viva la ideo logta de la responsa bilidad de
cada uno anr lo suy o! Superada debe qu dar la larga época en la que a cada
necesidad de gran sensibilidad social d eb iera seguirle su conversión en de
recho político ciudadano y obligación estatal. Ahora asistimos al reino de
la solidaridad de mercado. oda proclama y reivindicación debe abando
313
Desce ncraliza ción para la equidad
los cargos en los niveles inter medios y locales. La apertura de los sistemas
políticos a la representación d e las fuerzas marginadas y cuyos anhelos
fueron postergados, cuand no rep rim idos, en las décad as del sesenta, se
tenta y ochenra, es un hecho palpable. Más allá de la gran rep resenración,
se encuentra un número exponencialm ente mayor de ciudadanos, co mu
nidades, sectores y organizaciones so iales que empujan las puertas de las
burocracias e invaden a rravés espacios estatales antes reservados al mono
polio de políticos y funcionarios profesional es. La paradoja de tal apertura
poHtica es la tentación del caudillismo, el mesianism o y el autoritarismo
popular por arriba, y por abajo, la fragmentación social mediante una mi
rada de micro gestiones forjadas desde las múltiples expresiones de un
cierto individualismo comunitario (Restrepo, 200Gb).
Más allá de la dupla dicotómica: estatismo-colecti i mo o liberalismo
individualismo, las nuevas prácticas políticas batallan por introducir un
nuevo paradigma: la socialización del poder. No se trata sólo de la elección
popular de alcaldes y gobernadores, sino de la construcción de mandatos
populares durante la campaña electoral; no es suficiente conocer las inten
ciones de los gobernantes, ahora muchos aspiran definir planes y presu
puestos participativos; además, del derecho a la alternancia partidista una
vez concluido el período de gobierno, se reclama la posibilidad de
revocatoria de los mandatos por incumplimienro de los programas de go
bierno; es crecienre la exigencia de gestiones honestas , para cuya garantía
se presionan rendiciones públicas de cuentas de la administración y el
poder ejecutivo; se aspiran incrementos en la calidad y eficiencia de la
administración y los servicios públicos, para cuyo fin la participación ciu
dadana y comunitaria en las instancias y programas públicos tiene una
importancia definitiva.
¿Cuál es la relación enrre prácticas participativas y ordenamienro espa
cial del Estado? En teoría no existe una relación unívoca. Un régimen cen
tralista puede fomentar masivos ejercicios de participa i6n o negarlos; así
como una estructura descenrralizada, y los gobiernos locales, pueden asen
tarse con base en prácticas paternalistas y autoritarias, o ser e! resultado
vivo de un empoderam iento ciudadano sobre la administració n públ ica.
Sin em bargo, en la América Laci n a de los años o henta, nove nta y todavía
a prin cipi os de! siglo XXI , movimientos sociales, en particu lar los émicos,
de base rural y cívica, identifican la construcción de su poder con la parti
cipa ión s cial en for mas descentraliz adas de gobie rno (Fals, 2000). La
reivindicación de autonomía territorial no se vive como reclamo de autismo
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Descen tralizaci ó n para la equidad
lizació n, gran infraesrrucrura, i ncia y cecnolo g(a, créd ira y crib utaci ón ,
pri ncipal mente (Misas et al. , 2005). Las b rechas en los índice de desarro
llo entre entidades rerric riales se han profundizado desde I década del
se tenta (Ocampo, 200 2). Más aún , a pe ar dt: un difusi6n de los sistemas
p líticos, del gasto públ ico y de l presencia estatal en los territorios. de la
mano de la descentralización, todavía el poder económ ico y político priva
d o y es tatal sig ue alta me n te conce nt rado ocial y te rri rorialmente
(Restrepo, 2007b).
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Descentralización para la equidad
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Descentralización para la equidad
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Referencias
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La Ley 388 de 1997:
hacia un urbanismo democrático
en Colombia
Samuel Jaramillo
Universidad de los Andes , Colombia
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La Ley 388 de 1997: hacia un urbanismo democrático en Colombia
El urbanismo postmoderno
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prom om res pueden des ntenderse de los efectos generales de sus acciones:
este mecanismo infal ible asegura la congru encia general y su efecto positi
vo. La codicia especulativa no tiene por qué seguir siendo considerada como
un defecto, sino más bien como una virtud: la búsqueda de la ventaja
individ ual es la clave arcana de la co m peridvidad y del crecimiento.
Esro , desde luego, bajo un· cond ició n: la de que al mercado se le deje
operar a sus anchas. D e que no se entorpezca su accionar con restricciones
y normas. Por lo tanto, al Esta o se le reco rra toda posibil idad de acci6n
que eventual mente dificul te el despliegue de esta mano invisible y se le
encomiecda como única funci n la de garantizar su libre operaci6 n.
Desregulaci n es la enseña. El Estado debe renunciar al máximo a las nor
mas y aquellas que sean mate rialmente imposibles de eliminar, deben se
guir las tendencias espontáneas de los agentes mercantiles. Un deber adi
cional para las autoridades es el apoyo a ta acci6n de los empresarios
privados en las inversiones y en las ac ione de coordina i6 n que ellos no
pueden asegurar por su cuenta. En esto términos, evidentemente la plani
ficación sobra y además, obstaculiza.
Pero el desempeño del urban ismo post moderno no ha ido tan halaga
dor como pod ría esperars , y esta es una percepción cada vez más extendi
da en las grandes urbes del mundo. No es de ninguna manera claro, que
los recursos cen trados en el aum ent de la competitivid ad y en la promo
ció n de secrores de la ciudad para adecuarlos al mundo de los inversion istas
se haya trad ucido en una elevación concomitante de las condiciones de
vida del conjunto de los habitan tes urbanos. M uy por el contrario, la se
gregación socioespacial parece profundizarse. N o solamente los grupos so
.ales están cada vez más separados, sino que el contraste en las condiciones
de existencia entre los bolsones de opulencia con sus barrios y clubes y
shopping centm de lujo, y el resro d la población. para no hablar de los
guettos m is rabies, con tinúa ampliándose. Y los impases funcionales de las
grandes urbes continúan amenazantes: sigue ex.i tiendo escasez de viviend a
para los sector s populares, el precio de los inmuebles crece y las burbujas
especulativas se han v e1to reiteradas, los sistemas de movilidad para la
mayo ría de 1 población e eterioran, etc .
. n las ciudade ' de los paí es perifé ricos esro es especial mente nítido. Si
la segregación socio-espacial ya era muy aguda en ellas, este manejo ha
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tras trad iciones te' ti as, tanto de la e nomía convencio nal como de
la economía crítica. pero q ue no tiene n esta admiracÍ n irr suicta por e!
mercado, pueden explicar con eprualmenre lo que para ningún observa
dor empírico es un 'ccreLO : en es pecial el mercado inmobi liario es un me
canismo profundamente desigual en e! que los agentes más poderosos,
especulado res y gramlcs promotores pueden imponer sus intereses sobre
los agenees más débiles y sobre la comunidad. Su libre operación implica
en ormes flujos de valor ha ia estOs peradore con poca o ninguna retribu
ción de su parte. Y al m ismo t iempo sus efectos sobre el funci onam iento
de la ciudad son muy irracionales: su operación sin cortapisas profundiza
la segregación, promueve la retención de las mejores tierras, desencadena
catastróficos procesos de renovaci6n espontánea q ue implica pérdidas cul
turales enormes y la obsolescencia prematura d e porciones importantes del
parque inmobiliario , etc.
De manera de!i beradame nre esquemátic me atrevo a delinear algunos
de los principios de esta nueva aproximació n al manejo de la ciudad:
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Una de las redefi niciones más importantes de una plani fi cación demo
crática es la crítica al tecnocratismo autori tario y el reem plazo por una
aproximación pluralista y transparente a las decisiones colectivas. En ello
se debe contar con instancias que involucren a agentes privados, entre ellos
los promotores y propietarios. Pero no se trata de una negociación exclusi
va o subordinada con el capital inmob il iari , sino que en estos procedi
mientos se d ebe involucrar a ot ro agen tes e la socied ad ivi\' como orga
nizaciones de residentes, de usuarios, de grupos d efi nidos terrirorialmente,
y a diversas instancias del Estado, que reflejan diversas imb ricaciones de
intereses sociales.
Dado el desbalance inherente del mercado inmo biliario, los organis
mos estatales deben erigirse como agentes xp lícitos d e los intereses gene
rales y defensores y voceros de los sectores más débiles en esta estructura.
En este sentido debe proponerse objetivos explícitos de equidad, de incl u
sión, de combate de la segregación, etc.
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Autores
Los autores:
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lización y Resultados para América Latina (2004) yel libro Industria y Región en
Colombia· Desarrollo Espacial. Productividad y ompetitividad durante lA Apertu
ra de los Noventa (200 7 ).
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