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La deserción escolar, en algunos casos implica un fracaso escolar, ya que el

alumno que abandona sus estudios si no lo es por causas pasajeras (por ejemplo,
un viaje o una enfermedad suya o familiar) difícilmente retomará sus estudios. En
la mayoría de los casos, es justamente una historia de fracasos escolares lo que
determina que el alumno se desmotive, y ya no quiera concurrir más a las aulas. A
esto se suma la falta de contención familiar y la baja autoestima. En el mejor de
los casos quien deja el colegio, aprenderá un oficio o conseguirá algún trabajo no
calificado, y en la peor de las situaciones no tendrá ninguna ocupación, con grave
riesgo personal y social,

Una causa fundamental de la deserción escolar, es la situación socioeconómica,


que obliga a que los niños con su trabajo colaboren con el sustento familiar, lo cual
en la mayoría de los países trata de revertirse con un sistema de becas o ayudas
familiares, pero las cifras sobre trabajo infantil dan cuentan de que es una realidad
preocupante, sobre todo en zonas rurales, donde se suma las grandes distancias
que deben recorrer los alumnos hasta los centros educacionales.

La pobreza es la mayor causa de deserción en las escuelas medias. En Argentina,


hay medio millón de jóvenes de entre 12 y 17 años que están fuera de la
escolarización, aunque la mayor deserción se produce en la etapa secundaria, al
igual que en México, Colombia, Chile, Perú y Uruguay. En otros países
latinoamericanos como Nicaragua, Brasil, Guatemala, Honduras, El Salvador, o
Venezuela, la deserción es muy alta desde los niveles primarios.

En las adolescentes una causa frecuente de deserción escolar es el embarazo


precoz, por lo cual deben implementarse políticas educativas que tiendan a educar
en sexualidad responsable. Sin embargo, en general las niñas de las zonas
urbanas, tienen menor índice de abandono escolar que los varones, aunque en las
zonas rurales esta situación se revierte.

El 10% de los colombianos menores de 15 años dejan de estudiar en primero de


primaria. Una situación que tiene en alerta a los educadores, ya que en este grado
adquieren las competencias de lectura y escritura.
Aunque el Ministerio de Educación ha hecho un esfuerzo en la última década para
garantizar que todos los niños vayan al colegio, no se ha logrado crear una
estrategia eficaz para frenar la deserción. Los grados 1° y 2° de primaria se han
convertido en la mayor preocupación de los educadores, pues son los cursos en
donde más niños abandonan sus estudios y en los cuales se adquieren
competencias fundamentales como la lectura y la escritura.
La urgencia de encontrar una explicación a este fenómeno, que permita tomar
cartas en el asunto, llevó al proyecto Educación Compromiso de Todos (en el que
están vinculadas la Unicef y la Fundación Corona, entre otras organizaciones) a
realizar una convocatoria para que alguna institución investigara lo que está
sucediendo.
La U. de los Andes aceptó el reto y después de un año largo de trabajo presentó
ayer los resultados de su estudio, que identifica los factores de riesgo de
deserción, la prácticas de enseñanza exitosas, los departamentos más afectados,
que resultaron ser Chocó, Vichada y Vaupés, cuyos índices de deserción son
superiores al 30%, y da recomendaciones para combatir esta problemática (ver
recuadro).
Sandra García, una de las investigadoras, explicó que uno de los objetivos era
analizar cómo el contexto de cada niño, la formación de sus padres y su nivel
socioeconómico influyen en su permanencia en la escuela. Efectivamente,
encontraron que factores como las dificultades económicas, los problemas de
conducta y la violencia aumentan el riesgo de deserción.
¿Qué hacer? El estudio sugiere, entre otras cosas, capacitar a los docentes para
que empleen prácticas de enseñanza que motiven el aprendizaje. Pero además es
indispensable que todos los niños del país estudien mínimo un año de preescolar,
pues esta oportunidad, determinante a la hora de garantizar que no dejen de
estudiar, la siguen teniendo pocos.
Dificultad de Acceso a los Medios de Transporte urbano: Esto debido a los bajos
ingresos monetarios de las familias. “Los kilómetros que deben caminar chicos de
las escuelas rurales o que viven en zonas alejadas a los edificios institucionales
son un ejemplo de la situación que engloba a muchos jóvenes y niños; este es un
factor que hace cada vez más difícil la vida del estudiante de esos pagos en donde
el promedio general las caminatas ocupan gran parte de sus semanas”. 
Los problemas económicos: Quizá una de las principales causas de la deserción
escolar no sólo en Colombia, sino en el mundo entero, sea la extrema pobreza
que viven millones de familias, quienes por su capacidad adquisitiva limitada, no
cuentan con los medios para enviar a clase a sus hijos, no para darle los útiles
necesarios, y mucho menos para entregarles un poco de dinero para las “onces”. 
“La falta de trabajo de los padres impide la continuidad educativa de los niños y
empuja a muchos adolescentes a abandonar las aulas para intentar, muchas
veces sin éxito incorporarse al mercado laboral, además, los que permanecen en
las aulas tienen problemas de aprendizaje derivados de su mala alimentación”.  
Pérdida del año Escolar: Cuando un alumno, pierde el año cursado, suele suceder
que un gran porcentaje de ellos, decida retirarse del sector educativo y preferir
otras alternativas de ocupación. 

Embarazos a temprana edad y poca vigilancia por parte de los padres de


familia: La falta de comprensión de los padres hacia sus hijos y la inquietud de los
adolescentes en llevar una vida acelerada implica un caso latente entre los índices
de deserción escolar. 

“Las estadísticas suministradas indican que la mayor incidencia en los casos de


deserción se presenta en las mujeres y no en los hombres. 
Desde hace más de una década, se ha observado la ausencia de las estudiantes
por razones amorosas a temprana edad y embarazos prematuros en niñas que se
convierten de la noche a la mañana en madres”.

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