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Guiloff - La Precisión de Las Normas Legales Que Establecen Limitaciones A La Propiedad (Fallos Molinera Del Norte y Curtidos Bas)
Guiloff - La Precisión de Las Normas Legales Que Establecen Limitaciones A La Propiedad (Fallos Molinera Del Norte y Curtidos Bas)
Resumen
Este artículo analiza el tema de la precisión que deben tener las normas
legales que establezcan limitaciones a la propiedad privada, en consistencia
con la reserva legal existente en esta materia. Sobre esta cuestión se pronunció
el Tribunal Constitucional en dos fallos durante el año 2015. El argumento
central del trabajo es que una interpretación demasiado vigorosa de esta
reserva, como la efectuada por el Tribunal Constitucional en el último de estos
fallos, puede llevar a resultados paradójicos –como la afectación del derecho
a la propiedad privada de alguna de las partes en el conflicto– e indeseables
–tales como la omisión regulatoria y la aprobación de una regulación sesgada
en favor de aquellos interesados que tengan un mayor poder de organización
para influir sobre el proceso legislativo.
1 Abogado. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Diego Portales. LL.M. Columbia
University, SJ.D. University of Arizona. Profesor de Derecho Administrativo, Facultad de Derecho de
la Universidad Diego Portales. Agradezco a Fernanda González y Carolina Olivares su asistencia en la
investigación necesaria para la realización de este artículo.
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And it is non the less correct; for the error is not in
the law nor in the legislator but in the nature of
the thing, since the matter of practical affairs is of
this kind from the start.2
It is a feature of the human predicament, not only
of the legislator but of anyone who attempts to regulate some sphere of conduct
by means of
general rules, that he labors under one supreme
handicap-the impossibility of foreseeing all possi
ble combinations of circumstances that the future
may bring.... This means that all legal rules and
concepts are “open”; and when an unenvisaged
case arises we must make a fresh choice, and in
doing so elaborate our legal concepts, adapting
them to socially desirable ends.3
Introducción
2 Aristóteles, “Nicomachean Ethics”, en McKeon, Richard (editor), The basic works of Aristotle,
(Random House), 1941, p. 1020.
3 Hart, H.L.A, “Jhering’s Heaven of Concepts and Modern Analytical jurisprudence”, en Essays in
jurisprudence and philossophy, (Oxford: Clarendon Press) 1983, pp. 269-270.
4 El aludido inciso dispone:
“Las industrias mal ubicadas, que causen molestias o daños al vecindario, deberán trasladarse dentro
del plazo que les señale la Municipalidad, previo informe del Departamento de Higiene Ambiental del
Servicio Nacional de Salud y de la Secretaría Regional correspondiente del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo. Este plazo no será inferior a un año”.
Es pertinente señalar que en el caso Molinera del Norte, el requerimiento no solo solicitó la inaplicabilidad
por inconstitucionalidad del citado artículo, sino que también la del artículo 160 de la misma ley, que
establece: “En el caso de establecimientos industriales o locales de almacenamiento, expuestos a
peligro de explosión o de incendio, y los que produjeren emanaciones dañinas o desagradables, ruidos,
trepidaciones u otras molestias al vecindario, la Municipalidad fijará, previo informe de la Secretaría
Regional correspondiente del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo y del Servicio Nacional de Salud, el
plazo dentro del cual deberán retirarse del sector en que estuvieren establecidos. Dicho plazo no podrá
“El mayor detalle de la regulación legal en este tópico podría resultar in-
conveniente pues la fijación de un catálogo de molestias y daños en una
norma con vocación de permanencia, si bien contribuiría a proteger el
derecho constitucional invocado, incidiría de modo negativo en el cum-
plimiento del deber estatal reconocido en el inciso cuarto del artículo
1° constitucional y en la tutela de otros derechos, como el de vivir en
un medio ambiente libre de contaminación o el derecho a la vida y a la
integridad física y psíquica de la persona. Lo anterior ya que el reconoci-
miento de la molestia o daño para el ser humano se vincula de manera
directa con el progreso científico y social, que es el que permite detectar
la afectación de la vida, la salud o calidad de vida de la persona”.5
ser inferior a un año, contado desde la fecha de la notificación de la resolución respectiva”. Un análisis
de estas y otras disposiciones que consagran la orden de traslado en, Delgado, Verónica, “La orden de
‘trasladar’ o ‘retirar’ una industria por razones ambientales en la ley y jurisprudencia chilenas”, en
Revista de Derecho, Vol.22, N°1, (Universidad Católica del Norte), 2015.
5 Ver Tribunal Constitucional, Rol 2644-2014, sentencia de fecha 27 de enero de 2015, considerando 38.
6 Ver Tribunal Constitucional, Rol 2684-2014, sentencia de fecha 10 de septiembre de 2015, considerando 17.
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decisión correcta, se debe ser sensible al contexto, lo que supone contar con
toda la información que sea posible de este. Por lo mismo, exigirle precisión
a la norma legal que regule la materia implica que ésta necesariamente deba
decidir de antemano acerca de cuál derecho debe prevalecer, sin ningún tipo
de información respecto de especificidades tan relevantes como cuáles son
las externalidades en cuestión, cómo ha sido el comportamiento de la em-
presa involucrada o el de la propia Municipalidad durante los años o cuál
ha sido la dinámica urbana durante el período. Junto con ello, el argumento
considera que no se puede perder de vista lo iluso que resulta asumir que
el Congreso será capaz de llegar a un consenso a un nivel de especificidad
tan profundo. Lo más probable es que no lo haga y, si es que llega hacerlo,
muy probablemente la disposición legal que se apruebe tenderá a favore-
cer a aquellos que más fácilmente pueden organizarse para incidir sobre el
proceso legislativo. De todo lo anterior se sigue que las normas legales cuya
constitucionalidad se enjuició en estos fallos son todo lo precisas que razo-
nablemente debiesen ser.
Para desarrollar este argumento, utilizaré la siguiente estructura. En la
primera parte, plantearé porqué no se puede dar por sentado que las normas
legales que establezcan limitaciones a la propiedad deben tener suficiente
precisión, demostraré que esta pretensión arranca de una particular concep-
ción del Estado de derecho, así como del rol que en este le cabe a la protec-
ción de la propiedad privada y de la reserva legal en materia de propiedad.
Habiendo hecho eso, en la segunda parte, analizaré someramente la vincu-
lación entre el problema de la precisión de las normas legales y la protección
del derecho a la propiedad privada, demostrando que, en casos como estos,
paradojalmente, la exigencia de precisión puede ser disfuncional para la pro-
tección de la propiedad privada misma, desde el momento que implica de-
cidir ex ante –sin que importe el contexto– cuál de las propiedades privadas
en pugna ha de protegerse. Indicaré, además, que dadas las circunstancias
de la política, la exigencia de precisión para estas normas legales debiera ra-
zonablemente conducir a uno de estos dos resultados: que no se establezca
regla legal alguna (por la imposibilidad de llegar a un consenso en torno a un
lenguaje tan específico) o bien, que aquella que se establezca sea favorable
a quienes tienen mayor capacidad de organización para influir sobre el pro-
ceso legislativo (esto último, tomando en cuenta las actuales circunstancias
de la política chilena). En consideración a estas razones, en la conclusión
propongo que estos casos se resuelvan a través de las categorías tradicionales
7 Ver Waldron, Jeremy, The rule of law and the measure of property, (Cambridge University Press)
2012, p. 6.
8 Id.
9 Id. Citando a Dicey, Albert, Introduction to the Study of the Law of the Constitution, (Liberty Classics)
Octava Edición, 1982.
10 Id.
11 Fue Aristóteles quién planteó este contraste, Id.
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De lo anteriormente dicho se sigue una implicancia crucial del pensamien-
to de estos autores: que no todo marco normativo satisface las exigencias del
Estado de Derecho. En efecto, por más que un marco normativo determina
las reglas del juego, puede ser el caso que no sea compatible con el Estado de
Derecho. Dadas sus consecuencias para el rol del Estado, este punto merece
ser analizado con cierta detención. Lo que se sigue del pensamiento de estos
autores es que no basta con que el legislador haya establecido prospectiva-
mente un marco regulatorio para alguna actividad; se requiere, además, que
este marco se establezca en términos tales que haga improbable la existencia
de arbitrariedades en su aplicación. Normalmente, esto último se logra usan-
do en ese marco regulatorio una terminología precisa que deje escaso margen
de interpretación al órgano administrativo que lo implementa.
¿Qué sucede si el marco normativo establecido por la legislación no cons-
triñe suficientemente eventuales abusos que puedan ocasionarse al ejercer
el poder? Aun cuando la legislación es la manera más legítima de introducir
cambios regulatorios en el Estado moderno, los partidarios de la concepción
del Estado de derecho que se viene desarrollando argumentarían que un
marco así implica Gobierno por Derecho, en vez de Gobierno del Derecho.12
Es que, tomando como ejemplo la cuestión jurídica a decidir en los casos
Molinera y Bas, una norma que permite imponer cargas tan severas sobre
la propiedad privada al presentarse supuestos que difícilmente pueden ser
determinados de antemano, como lo es la generación de molestias o daños
al vecindario, se presta para ser aplicada arbitrariamente. Siendo esto así,
afirmarían, es muy probable que su aplicación sea gobernada por la capa-
cidad de influencia que los habitantes de la comuna tengan sobre la Muni-
cipalidad, con lo que quienes gobiernan son finalmente los hombres (y las
mujeres), y no el Derecho.
Con todo, no hay que perder de vista la particular relación entre legislación
y Estado de derecho que subyace a esta concepción. Como indica Waldron,
existe una oposición entre Estado de derecho y legislación en el pensamiento
de Hayek.13 Mientras el primero se concibe como una limitación al poder del
Estado, la segunda es uno de los principales aspectos del poder del Estado
moderno, en la medida que sin ella resulta imposible diseñar e implementar
14 Id.
15 Id.
16 Ibíd., p, 88.
17 Cea, José Luis, Tratado de la Constitución de 1980, (Editorial Jurídica) 1988, p. 70.
18 Tribunal Constitucional, Rol 2684-2014, sentencia de fecha 10 de septiembre de 2015, considerando 5.
19 Ibíd., considerando 18.
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2. Los problemáticos efectos del establecimiento de disposiciones
legales precisas
20 Esto viene a reflejar el punto relativo a que la protección legal que se le otorgue a una determinada
situación, sea a través de derechos o de otros mecanismos, va a depender siempre de un proceso
de elección. Como afirma la literatura, “el Derecho no es algo que venga dado o que pueda ser
descubierto, sino que un artefacto humano marcado por la elección deliberativa o no-deliberativa”,
ver Mercuro, Nicholas y Medema, Steven, Economics and the Law: From Posner to Post-modernism and
Beyond, (Princeton University Press) 2006, p. 226. Esto trae importantes implicancias en materia de
la protección del derecho a la propiedad privada, en el contexto en que un nuevo emprendimiento
colisiona con una actividad económica ya asentada. En esta situación, tal como en el caso que se
analiza, se debe escoger cuál de los dos derechos de propiedad privada es más merecedor de protección.
Mirando la experiencia de Estados Unidos en el siglo XIX, se ha llegado a afirmar que el gobierno
privilegió los derechos de propiedad sobre emprendimientos, por encima de aquellos que incidían sobre
tenencias, ver Hurst, James, Law and the Conditions of Freedom in the Nineteenth-Century United States,
(University of Wisconsin Press) 1956, p. 24. Lo mismo podría afirmarse respecto a la postura del
gobierno chileno cuando se produjo el conflicto entre ENDESA y los agricultores aguas abajo, con
motivo de la autorización del proyecto hidroeléctrico Pangue, a principios de la década de los noventa,
como lo ha documentado Bauer. Ver Bauer, Carl, Contra la Corriente. Privatización, Mercados de Agua y
el Estado en Chile, (LOM Ediciones) 2002, pp. 157-63.
21 Ver Tribunal Constitucional, Rol 2644-14, sentencia de fecha 27 de enero de 2015, considerando 25.
22 Ibíd., considerando 49. El énfasis es propio.
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esta manera, si cumple con el estándar determinado por la mayoría de Bas,
establecerá mediante una norma específica la solución para el problema en
cuestión, desconociendo toda información sobre el contexto fáctico en que
este problema se generará.
Al ignorar los hechos, lo único que el legislador razonablemente va a poder
prever son los impactos que, en abstracto, tendrán las diversas alternativas
regulatorias sobre los afectados por este problema urbano. Y muy probable-
mente, escogerá proteger a algunos de los interesados frente a dichos efec-
tos, sacrificando a los otros. En términos simples, al tener que legislar con
especificidad el legislador escogerá a ganadores y perdedores de antemano.
Por supuesto, si la determinación la efectúa la administración, tal como lo
hizo en Molinera y Bas, también estará escogiendo ganadores y perdedores.
Pero, al menos, hace esto teniendo pleno conocimiento del contexto; sabe, por
ejemplo, cuál ha sido la dinámica urbana en los últimos años, cómo ha sido
el comportamiento del regulado y, recordémoslo, solo puede determinar el
traslado previo informe favorable de dos autoridades con competencia técnica
sobre la materia. De esta manera, queda en evidencia que una disposición que
reenvíe la resolución del asunto a la administración estableciendo determina-
dos parámetros, tal como lo hace el artículo 62 inciso segundo, es la manera
más óptima de regular este problema y de proteger el derecho a la propiedad
privada de todos los involucrados en el conflicto urbano. Esto, además, cobra
sentido si se considera la baja probabilidad que una disposición tan precisa se
apruebe en el Congreso y su más probable contenido, en caso que ésta lograra
ser aprobada, según se argumentará a continuación.
25 Ibíd., p. 7
26 Id.
27 Rose, Carol, “Mahon Reconstructed: Why the Takings Issue is Still a Muddle”, en Southern California
Law Review, Vol. 57, N°4,1984, pp. 587-597.
28 Ibíd., p. 596.
29 Id.
30 Id.
31 Id.
32 Esta eventualidad no resulta tan especulativa si se considera que uno de los requisitos para la
procedencia de la declaración de inconstitucionalidad es precisamente que previamente la norma en
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difícil de predecir el más probable resultado. Este no es otro que la omisión
regulatoria, dada la imposibilidad de poder consensuar una norma a tan alto
nivel de precisión. Es que, a diferencia del procedimiento administrativo, el
legislativo está “sometido a contrapesos formidables”.33 Y son precisamente
estos contrapesos, entre los que para el caso chileno se cuenta incluso la
posibilidad de control preventivo por parte del Tribunal Constitucional, los
que hacen altamente improbable que se acuerde una disposición capaz de
satisfacer dicho estándar. De esto da cuenta la suerte que han corrido en el
Congreso los varios proyectos de ley en materia de recursos naturales durante
los últimos 26 años, una ínfima parte de los cuales han sido aprobados y
luego de varios años de discusión legislativa.34
cuestión haya sido declarada inaplicable, tal como lo ha sido el artículo 62, inciso 2, de la LGUC, por
primera vez, en este caso. No solo eso, esta posibilidad pareciera ser lo que la mayoría quisiera, tal
como fluye del considerando 12, donde a propósito de los informes que la disposición requiere para la
procedencia del traslado, señala que “independiente de su fundamentación, siempre serán insuficientes,
dada la vaguedad de los conceptos empleados por el legislador”. (Él énfasis es propio).
33 Fermandois, Arturo, “La Reserva Legal: Una Garantía Sustantiva que Desaparece”, en Revista Chilena
de Derecho, Vol.28 N° 2, (Pontificia Universidad Católica de Chile), 2001, p. 293.
34 Tal es el caso de la reforma al Código de Aguas, cuya aprobación tardó alrededor de 12 años; del
Convenio 169 de la OIT, que fue aprobado solo después de 18 años de debate legislativo; de la Ley de
Fomento y Protección Forestal, que tardó alrededor de 15 años en ser aprobada, y de la Ley de Pesca,
que si bien fue objeto de varias modificaciones a través de leyes transitorias, solo pudo ser aprobada de
manera permanente luego de 23 años de discusión.
35 La versión canónica de este argumento en Olson, Mancur, The Logic of Collective Action: Public Goods and
the Theory of Groups, (Harvard University Press) 1965. La mejor crítica a esta formulación en Hardin,
Russell, Collective Action, (Resources for the Future Press) 1982. Una versión más sofisticada de este
argumento, centrada en la participación en las instituciones públicas, puede encontrarse en Komesar,
Neil, Imperfect Alternatives: Choosing Institutions in Law, Economics and Public Policy, (University of
Chicago Press) 1997.
36 Ver Guiloff, Matías, “El dilema del artículo 19 N° 8, inciso 2”, en Revista de Derecho, Vol. 18, N°1,
(Universidad Católica del Norte- Coquimbo), 2011, p. 165.
37 Ver, Matamala, Daniel, Poderoso Caballero. El Pe$o del Dinero en la Política Chilena, (Ediciones
Universidad Diego Portales-Catalonia) 2015, p. 33.
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En relación a este punto, podría sostenerse que es mucho más probable
la captura del Ejecutivo que la del Congreso, porque resulta mucho más fácil
capturar a uno que a varios. Con todo, al centrarse únicamente en el acceso a la
captura, este análisis pierde de vista otro incentivo fundamental para movili-
zarse en pos de ella: su estabilidad. Es evidente que si no resulta relativamente
costoso modificar el marco regulatorio, no existen mayores incentivos para
incidir en su establecimiento. Sucede que la inversión necesaria para influir
sobre la dictación de la norma solo se justifica si esta, en definitiva, resultará
favorable a sus intereses y difícil de modificar. En relación a lo último, no
puede caber duda alguna de que la modificación de una disposición legal
resulta muchísimo más costosa que la de una reglamentaria. Esto resalta,
una vez más, la inconveniencia de una reserva legal vigorosa en materia de
limitaciones a la propiedad privada: dado su nivel de especificidad cercano
al casuismo, la limitación que la ley determine se verá muy probablemente
influenciada por aquellos que pretendan librarse del todo de su aplicación.
De lo anterior se sigue que el estándar establecido por la mayoría del fallo Bas
incentiva la influencia de intereses económicos en la regulación.
38 Ver Tribunal Constitucional, Rol 2684-14, sentencia de fecha 10 de septiembre de 2015, voto de minoría
considerando 5.
39 Para efectos ilustrativos puede consultarse el Manual de Contraloría sobre jurisprudencia
administrativa relativa a Planes Reguladores. Disponible en: http://www.contraloria.cl/NewPortal2/
portal2/ShowProperty/BEA%20Repository/Merged/2015/Archivos/0043
40 La sección pertinente del artículo 62 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones establece: [...]
Sin embargo, los aumentos que tengan por objeto preciso mitigar los impactos ambientales adversos
que provocare su actividad productiva no estarán afectos a dicho congelamiento, como, asimismo,
las obras destinadas a mejorar la calidad de su arquitectura, de sus estructuras y de sus instalaciones,
incluidas aquéllas que tengan un sentido estético que contribuya a mejorar su aspecto.
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acto administrativo en que se materializa. Al pronunciarse sobre esta última,
el juez podrá anular este acto si estima que se ha producido una desviación
de poder. No solo eso, verificando si ha existido violación de ley, podrá califi-
car si se encuentran o no presentes los motivos legales (existencia de daño o
molestia) y los motivos que la municipalidad ha invocado para dictar el acto.41
Siendo esto así, queda en evidencia lo ideológico, inconveniente e innece-
sario que es el estándar de precisión de las normas legales exigido por el voto
de mayoría del fallo Bas a las normas que inciden sobre la propiedad. Es, en
primer lugar, ideológico porque se basa en una particular antipatía hacia el rol
de la administración del Estado. Luego, es inconveniente porque, en el mejor
de los casos, lleva a seleccionar ganadores y perdedores sin información sobre
el contexto, y en el peor, conduce a la omisión regulatoria o a que los ganado-
res sean quienes puedan organizarse para incidir sobre el proceso legislativo.
Por último, es innecesario, porque si el tema son los eventuales abusos que
pueda cometer la administración al ejercer la potestad, estos pueden ser con-
trolados revisando la legalidad del acto administrativo, en el evento que lle-
guen a darse todos los supuestos para que tal acto siquiera pueda ser dictado.