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Diego Moldes
A Angelina, por Todo...
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Agradecimientos:
3
“La Belleza artística no consiste en la representación de una cosa bella, sino en la
bella representación de una cosa.”
Inmmanuel Kant
“ Llamo trazados de sombras a estos bocetos para designar con este nombre que les
doy el lado oscuro de la vida, y porque – como otros trazados de sombras- no son
visibles directamente. Si tomo entre las manos un trazado de sombras, no recibo
impresión alguna, no me puedo formar ninguna idea verdadera. Sólo puedo verlos si
los sitúo ante una pared sin mirarlos directamente, sino a la imagen que aparece en
la pared. Lo mismo sucede con la imagen que quiero mostrar aquí, una imagen
interior que no se hace perceptible mientras no se atraviese la imagen exterior. Esta
imagen exterior puede carecer de relieve, y hasta que no la penetro no descubro la
imagen íntima que quiero mostraros, una imagen demasiado tenue para ser visible
exteriormente, puesto que está tejida con los sentimientos más delicados del alma”.
Sören Kierkegaard.
4
Índice
1. Prólogo
4. Poe-Hitchcock
5. Vértigo y lo fantástico:
Vértigo:
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Prólogo
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cuadro, 1944), de Fritz Lang, Portrait of Jennie (Jennie, 1948), de William Dieterle,
algunos films mexicanos de Luis Buñuel, especialmente Él (1952) y Ensayo de un
crimen/La vida criminal de Archibaldo de la Cruz (1955), u obras anteriores del propio
Hitchcock como Rebecca (Rebeca, 1940), Notorius (Encadenados, 1946) o Rear
Window (La ventana indiscreta, 1954), porque todos ellos ya han sido suficientemente
estudiados. Pondré un ejemplo significativo, el bellísimo film noir y melodrama Leave
her to heaven (Que el cielo la juzgue, 1945), de John M. Stahl. Yvann Tobin en su
imprescindible estudio sobre este infravalorado realizador, publicado en el número
220/1 de la revista francesa Positif, señalaba con singular acierto los puntos de contacto
entre Que el cielo la juzgue y Vértigo. El personaje de Ellen Berent (interpretado por la
sublime Gene Tierney) trata de reconstruir en otro cuerpo el del ser amado fallecido. En
Vértigo Scottie Ferguson (James Stewart) intenta la “reconstrucción” de la muerta
Madeleine en el cuerpo de la viva Judy y en Que el cielo la juzgue Ellen procura
desesperadamente esa misma “reconstrucción” del sujeto amado, su padre muerto, en el
cuerpo vivo del escritor Richard Harlan (Cornel Wilde). Un evidente complejo de
Electra.
Si bien la huella de Vértigo es notable, lo es en doble sentido, no sólo por lo que
supuso en sus contemporáneos y sucesores, sino también resulta tan o más interesante
por cómo la literatura y las artes plásticas han dejado su particular huella en Hitchcock y
muy concretamente en este magnífico film de infinitas referencias intertextuales. Lo
veremos en las siguientes páginas.
Alfred Hitchcok dirigiendo a Kim Novak en Vertigo (De entre los muertos, 1958)
7
Apuntes generales para una introducción
Otra de las teorías expuestas por parte de la crítica francesa -de Mitry a
Coursodon, de Bazin a Ciment- viene a demostrar como el fondo está supeditado a la
forma en tanto que las historias de Hitchcock no interesan por lo que cuentan, su
temática no es ni más ni menos interesante que la de cualquier otro, la narración no
adquiere sentido pleno más que por la construcción que Hitchcock hace de ella, esto es,
no importa el qué sino el cómo. Este es uno de los motivos por los que el cineasta
inglés nunca ha estado interesado en el “whodunit” (como es sabido, contracción en
argot del <<¿Who’s done it?>>: ¿Quién lo ha hecho? –identificación del culpable-) , tan
arraigado en la novela detectivesca -Simenon, Chesterton, Christie-, sino por las
motivaciones psicológicas que desencadenan la acción, aunque no necesariamente el
1
TAVERNIER, Bertrand y COURSODON, Jean Pierre. 50 años de Cine Norteamericano,. Ed. AKAL
,Madrid , 1997.Tomo I, pág.617.
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crimen, de ahí su admiración por E.T.A. Hoffman, Edgar Allan Poe2 o, en menor grado,
Patricia Highsmith, escritores que al igual que “el Gordo” parecen más interesados en la
atmósfera que en la trama. De hecho parece importarle muy poco el argumento de sus
films. El propio Hitchcock, refiriéndose a Vértigo ha dicho: <<En cierto sentido allí hay
una fantasía remota. En Vértigo se tiene la impresión de una lejanía de las cosas
mundanas. Se ve la actitud del hombre, el comportamiento de la mujer. Sin duda, detrás
de todo aquello hay una especie de argumento que me parece muy secundario. Nunca
me preocupo por el argumento ni por nada de ese estilo.>>3
9
Boston, 1968) o aún más en 10 Rillington Place (El estrangulador de Rillington Place,
1971) dos obras considerablemente influidas por la representación cruel del asesinato en
el horno de Torn Curtain (Cortina Rasgada, 1966).
El universo pesimista
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cree en ningún momento que Madeleine sea la reencarnación de Carlota Valdés, sí
comienza a percatarse de que se encuentra ante una criatura extraña de carácter
ficcional, lo cual le atrae aún más y explicita el deseo hasta la exasperación ya que
nunca, hasta la revelación y abismo del final, llega a comprender el verdadero motivo de
esa atracción. Una vez más Hitchcock se sirve de la estructura narrativa, de la
construcción de esa ficción a modo de investigación detectivesca para, en realidad,
mostrarnos el proceso de pulsión que implica ese objeto erótico que persigue, y nosotros
los espectadores a través suyo. La irremediable construcción de ese objeto en la
segunda parte del film conlleva, para su desgracia, la sucesión de significativas
revelaciones que le conducirán a la segunda y definitiva pérdida y que, a su vez, le
curaran de su acrofobia.
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hasta llegar a la tierra, a las regiones de la luz. En el instante en que se disponía a
franquear el límite fatal que divide a las sombras de la luz, no pudiendo Orfeo resistir
su ardiente deseo de contemplar a Eurídice, olvidó la promesa y, como castigo, volvió a
perder a su amada Eurídice. Así, en la novela original de Boileau y Narcejac en la que
se basa Vértigo el protagonista Flaviéres (Scottie en el film) llama a Madeleine
<<¡Pequeña Eurídice!>>, a lo que ella responde <<¡Me confunde usted con toda su
Mitología!>>, y después <<¡Eurídice!...Qué nombre más bonito...¡Es cierto que me ha
arrebatado usted del infierno!>>6. Y más adelante el narrador omnisciente: <<Desde
aquel día la llamaba Eurídice, en broma. No se hubiera atrevido a llamarla Madeleine.
(...) Y además, Madeleine era la mujer casada, la esposa del otro. En cambio, Eurídice le
pertenecía por completo; la había tenido entre sus brazos, chorreante, con los ojos
cerrados y la sombra de la muerte en el hueco de sus mejillas.>>7 Lo que en la novela es
una metáfora explícita, tremendamente forzada y vulgar, un recurso a la mitológico que
me atrevería a calificar de pedante, en el film Hitchcock lo transforma en una presencia
sugerida, fantasmal y sólo detectable mediante imágenes puras, no con diálogos vanales.
Madeleine-Afrodita
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Afrodita Pandemos volverá a repetirse pero esta vez en orden inversa: la aparición de
Judy y su posterior metamorfosis y renacimiento en Madeleine transforman nuevamente
el amor terreno en otro etéreo e inmortal.
El itinerario erótico
En la mitología griega Eros era el Dios del amor, cuyo correspondiente romano
sería Cupido. Eros es hijo de Poro y Penía, lo que condiciona su ser. Se haya a medio
camino entre la sabiduría y la ignorancia, por ser amante de la sabiduría. Pero quizás lo
más interesante sea el discurso socrático y su denominada escala de Eros, toda una
teoría sobre la sublimación del amor. El impulso erótico debe trascender el mundo
sensible, corpóreo, por medio del espíritu, hasta alcanzar la belleza eterna, el Bien en
esencia.
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serlo en absoluto, y aunque en numerosas ocasiones sí caiga en la vulgaridad y el mal
gusto, en otras adquiere la categoría de lo artístico. Ese es el caso que nos ocupa. La
Madeleine de Vértigo es, sin duda, uno de los iconos eróticos más importantes de la
Historia del Cine, equiparable a Gilda (Rita Hayworth), en Gilda (Ídem, 1946), de
Charles Vidor, Laura8 (interpretada por la bellísima Gene Tierney) en el film
homónimo de Otto Preminger (1944) o, posteriormente, la felliniana Claudia (Claudia
Cardinale) en Otto e mezo (Fellini ocho y medio, 1963). Durante la Dictadura franquista
el cine, como es sabido, fue objeto de una censura más férrea que ninguna de las otras
artes. La censura de un film podía estar motivada por su contenido político, religioso y
amoroso o sexual. Las películas con un alto contenido erótico eran prohibidas
directamente. Ejemplo conocido fue el de Catherine Deneuve bajo las órdenes del
genial Luis Buñuel en dos películas prohibidas en España hasta 1977, Belle de Jour
(Bella de día, 1966) y Tristana (1970).9 El mismo año de estreno de Belle de Jour aún
se podía ver en las salas la original historia de Roman Polanski Cul-de-Sac (Callejón sin
salida, 1966), interpretada por Françoise Dorleac, hermana mayor de Catherine
Deneuve. Esta original narración claustrofóbica (cualidad recurrente del cineasta
polaco, y del propio Hitchcock desde mucho antes) muy cercana al teatro del absurdo de
Samuel Beckett o Ionesco, de moda en aquellos años, nos presenta y representa lo que
denomino erotismo cálido.
Si la Historia del Arte del siglo XX puede establecer una distinción entre
movimientos fríos –cubismo picasiano, por ejemplo– y cálidos –el fauvismo en Matisse,
entre otros–, de modo análogo, también en el cine se pueden distinguir entre erotismos
fríos y cálidos. Françoise es un deseo próximo y posible, frente a su hermana Catherine
en Repulsión, que explicita un erotismo gélido, distante e imposible, no sólo debido a
su neurosis. Esta dualidad apenas se daba en Hitchcock, que suele presentar a sus
8
Este clásico e inigualable noir, adaptación infiel de una novela de Vera Caspary, puede servir como
antecedente de Vertigo, pues presenta curiosas analogías temáticas: un Pigmalión (Waldo Lydecker), un
detective, Mark McPherson, que se enamora de una muerta -necrofilia-, que no es tal, la importancia
semántica del cuadro ( en un caso el retrato de Laura, en el otro el de Carlota Valdés), etc. Y un guiño a
los petrarquistas: Caspary elige el mítico nombre de Laura para su heroína. Como es sabido, ese es el
nombre de la amada de Petrarca en su Cancionero, y a la que le dedica todos sus sonetos y canciones de
amor desde el Viernes Santo, 6 de abril de 1327- fecha en que vio a Laura por primera vez- hasta la
muerte del poeta en 1374.
9
Por cierto, que la belleza exteriormente gélida , pero de ardientes interioridades que representa Kim
Novak en la primera parte de Vertigo no está muy alejada de la de Catherine Deneuve en sus
colaboraciones con Buñuel y , en mayor grado , en la excelente Repulsion (Repulsión, 1965), de Roman
Polanski. Lo veremos en su momento.
14
protagonistas femeninas bajo este segundo antifaz sexual. Pero en Vértigo esto no es tan
dicotómico. De hecho la ambigüedad que destila el personaje interpretado por Kim
Novak nos resulta distante y a la vez cercano, debatiéndose continuamente entre la
realidad y el deseo, entre la pulsión de la que es objeto y sus propios fantasmas. El mito
de la mujer como destructora del hombre es persistente en la obra hitchcockiana y puede
obedecer a una lectura moderna de las sirenas homéricas, con mecanismos de seducción
explicitados mediante formas proteicas que emanan de algunos aspectos del cuerpo
femenino, incluidos el peinado y la vestimenta; ello produce la sugestión y pulsión
eróticas en el protagonista y el espectador. Se ha tachado con razón a Hitchcock, y por
ende a su obra, de misoginia pero eso es algo inherente a la mayor parte del cine
norteamericano, desde el film noir hasta Ford o Hawks, y aunque la iconología misógina
es un hecho innegable, no merece mayor consideración.
Igual que el retrato del tedio puede producir obras tediosas y el del caos obras
caóticas, el escribir sobre obras sexistas (como es la de Hitchcock) puede interpretarse
como comentarios sexistas de quien esto suscribe. Nada más lejos de la realidad. El
mismo Robin Wood al recordar su estudio de Vértigo de 1965 lo encontraba << (...)
impregnado de un sexismo sutil e insidioso (en aquella época no era consciente de la
opresión de que son objeto las mujeres en nuestra cultura) y, a este respecto, carece de
un estudio psicoanalítico de la naturaleza del “amor romántico”, ya que lo acepta como
una característica eterna e inamovible de la “condición humana”.>>10 El prestigioso
Wood también ha dicho de Vértigo que se trata de “uno de los cuatro o cinco más
complejos, más profundos y más bellos films que ya nos ha dado el cine.” Cuando se
dice que Hitchcock ha creado su alter ego en el personaje de Scottie Ferguson uno no
puede sino pensar que lo que ha trasladado al celuloide es la propia erotomanía del
cineasta. La definición de ésta no dista mucho del comportamiento de ambos, personaje
y director, hacia las mujeres: << El comienzo es siempre brusco, preciso, a modo de
“flechazo”, y se establece sobre el postulado ideo-afectivo de que el sujeto es amado por
el objeto, prendado el primero y que seguirá amando más que el sujeto, sea cuales
fueren las paradojas de su conducta ulterior. >>11 Obviamente el realizador inglés no
10
WOOD, Robin. Male Desire, Male Anxiety: The Essential Hitchcock, en Marshall Deutelbaum y
Leland Poague, comps., A Hitchcock Reader ( Ames: Iowa State University Pres, 1986), pág 221,222.
Citado en BORDWELL, David. El significado del film. Barcelona, Paidós,1995. Pág. 246.
11
POROT, Antoine. Diccionario de Psiquiatría, Editorial Labor, Barcelona, 1977. Pág. 471.
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sólo ha influido en Polanski, De Palma u otros, sino que ha creado un prototipo de
mujer, generalmente rubia y sofisticada, que ha sido copiado con asiduidad. En el caso
que nos ocupa la fusión de Eros y Tánatos transita por las imágenes de Vértigo hasta la
total exasperación.
Una imagen que gustaba mucho a Hitchcock y representa una de sus muchas
obsesiones eróticas es el moño como trasunto del sexo femenino. Los planos de
peinados de mujeres tomados desde la nuca son persistentes en toda la obra del maestro
durante cuatro décadas, desde The 39 steps (Los 39 escalones, 1935) hasta Marnie
(Marnie la ladrona, 1964). El moño caracolado, en espiral, de Madeleine, tomado desde
atrás, reafirma la pulsión escópica coincidente entre espectador y protagonista/voyeur,
siendo el propio Scottie quien observa ese moño. <<James Stewart no está
completamente satisfecho, porque no se ha peinado el cabello formando un moño.
¿Qué quiere esto decir? Quiere decir que está casi desnuda ante él, pero todavía se niega
a quitarse la braguita. Entonces James Stewart se muestra suplicante y ella dice “Esta
bien, de acuerdo” y vuelve al cuarto de baño. James Stewart espera. Espera que ella
vuelva desnuda esta vez, dispuesta para el amor.>>12
12
TRUFFAUT, François. El cine según Hitchcock. Alianza Editorial, Madrid, 1974, Pág. 231, en la
Edición de Bolsillo,2000. Del original Le cinema selon Hitchcock, Éditions Roberts Laffont, París, 1966.
16
Referencias pictóricas y literarias en Vértigo
Apuntaba Kant que <<La mejor interpretación de una obra de arte, es siempre
otra obra de arte>>. Aplicando el aforismo kantiano al Vértigo de Hitchcock –una de las
pocas obras maestras del cine que es al mismo tiempo una obra de arte-, estoy
plenamente convencido que no hay mejor forma para comprender esta obra que
desentrañar cómo ha influido en otras obras de arte. Del mismo modo, antes de efectuar
esta vinculación, debemos esbozar cuales obras han sido germen de la referida. Dicho
de otro modo, para saber a dónde vamos debemos saber de dónde venimos.
13
Hitchcock y el arte: coincidencias fatales (Hitchcock et l´art:coïncidences fatales. Centre Pompidou).
Del 6 de junio al 24 de septiembre de 2001. Para los interesados en el tema existe un impresionante
catálogo con buenas reproducciones de las obras, así como textos inéditos de Henri Langlois, Jacques
Aumont, Jean-Louis Schefer, Alain Bergala, Gérard Genette, Pierre Gras, Natalie Bondil-Poupard,etc...
Destacan los escritos por Aumont ,sobre <<symbolisme sans symboles>> y el de Schefer sobre la
<<picturalité des femmes hitchcockienes>>.El catálogo ha sido publicado bajo la dirección de Guy
Cogeval y Dominique Païni, Hitchcock et l´art:coïncidences fatales. Centre Pompidou, Ed. Mazzotta,
París,2001.
17
También en el caso que nos ocupa –Vértigo- Hitchcock absorbe brotes de
expresiones artísticas que, aparentemente, tendrían pocos o nulos puntos en común. Así,
en el beso circular entre Scottie y Madeleine se adivinan los rasgos de la famosa
escultura Le baiser, de Auguste Rodin, y Duo (1928), una inquietante obra de René
Magritte. El plano medio de la aparición de Judy metamorfoseada en Madeleine, previa
a esta famosa secuencia circular (que comentaremos con posterioridad), pudiera
proceder del retrato que el pintor belga Fernard Khnopff hizo de Marguerite Khnopff
(1887). La figura femenina se dibuja perfectamente gracias a lo ajustado del vestido y al
ser escópicamente reencuadrada por el marco de la puerta situada tras ella. El pelo
recogido, la mirada hierática, el gesto distante y ligeramente desafiante, las diferentes
tonalides de una luz envolvente, la composición del cuerpo dentro del cuadro y del
plano, etc...
Hitchcock y el Prerrafaelismo
Sir John Everett Millais (1829-1896) creó junto a Dante Gabriel Rossetti y
William Holman-Hunt la hermandad prerrafaelita, un estilo pictórico deudor de los
primitivos italianos del Quattrocentto, que renovó el encorsetado arte inglés del
momento. Ophelia (comenzada en 1951 y concluida en 1852) no sólo es su obra más
conocida y una de las joyas de la Tate Gallery londinense sino que está considerada una
de las mayores obras maestras del movimiento prerrafaelista. Si embargo Rossetti
(1828-1882), contrario a la severa moral victoriana de Millais, evolucionó hacia un
exaltado romanticismo que, al igual que Hitchcock, estuvo marcado por profundas
obsesiones amorosas. Uno de sus musas fue su propia esposa, Lizzie Siddal, muerta a
muy temprana edad. Es entonces cuando la sustituye por la esposa del poeta William
18
Morris, pero ante el rechazo de ésta (como lo sufrió Hitchcock con Tippi Hedren
durante el rodaje de Marnie) sufre una crisis esquizofrénica, agudizada por su adición a
las drogas. Como en Vértigo y en la hiperhitchcokiana Fascinación, de Brian de Palma,
la producción pictórica y poética de Rossetti está poderosamente influenciada por la
obra de Dante. Hay en Vértigo una escena muy reveladora, aquella en la que Madeleine
abandona el Museo de la Legión de Honor y se detiene, gira ligeramente la cabeza y se
nos presenta de perfil, junto a una columna, sujetando un ramo de flores en la mano: la
composición del cuadro pudiera proceder del lienzo Proserpine (1877), de Rossetti.
14
Como Hitchcock, Redon se sintió muy atraido por las sugerentes y, en ocasiones, espectrales imágenes
que despendría la obra literaria de Edgar Allan Poe. Una muestra más de que el genio narrativo de Poe
trascendió tanto a las artes plásticas como al cine.
19
la representa yaciente sobre las aguas, con una fuerte carga simbólica. Pero de entre
todas las pinturas de referencia entre la mítica Ofelia y la Madeleine en Vértigo, quizá
sea La Morte (1890), del belga Willy Herman Schlobach (1864-1951), la más
representativa. Aquí la semejanza es tal que hasta se ve un puente colgante al fondo,
con una mujer muerta que flota sobre las aguas. Y no olvidemos que Schlobach era un
pintor próximo a su compatriota Fernand Khnopff, antes citado. No sería exagerado
afirmar que la escritura fílmica de Hitchcock emplea un léxico eminentemente pictórico.
20
Romanticismo y Prerrafaelismo: Vértigo, El hombre de la arena y The Eve of Saint
Agnes
Autorretrato de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822), autor de El hombre de la arena ( Der
Sandmann, 1817).
15
Según algunas fuentes el lienzo fue pintado por Millais en 1857 y no en 1863. Se cree que se trata de la
habitación del Rey en el palacio de Knole.
21
En The Eve of Saint Agnes observamos a una mujer de pie, en el centro de una
habitación. La luz verde, resultado de una vidriera de ese color, confiere a toda la
estancia las distintas tonalidades del verde: las cortinas, la cama, el vestido de la dama,
el tocador, los reflejos rectangulares de la luz en el suelo, el espejo. Todos estos
elementos son similares en la conocida secuencia verde del hotel Empire, con las luces
verdes de neón encendiéndose y apagándose continuamente. Muchos autores han
señalado que Hitchcock era un profundo conocedor de la obra de Hoffmann –de hecho
Hitchcock poseía las obras completas del escritor en inglés y alemán- y también de su
admiración por las pinturas de Millais, cómo demuestra la secuencia del falso suicidio
de Madeleine, rodeada de flores y flotando sobre las aguas, como la Ophelia
prerrafaelita. Lo que se han pasado por alto es la, en mi opinión, más que probable
unión de ambos intertextos, pictórico y literario, en la citada secuencia verde del film.
La huella estética del pintor prerrafaelita Sir John Everett Millais (1829-1896) en
Vertigo, de Sir Alfred Hitchcock (1899-1980).
16
HOFFMANN, E.T.A. El hombre de la arena. Precedido de Lo Siniestro, por Sigmund Freud Colección
Torre de Viento, José J. De Olañeta Editor, Palma de Mallorca,2001, Pág.59.
22
esbelta y proporcionada, muy bien vestida, y situada en el centro de la habitación, vista
a través de la cortina verde de una puerta vidriera. La semejanza resulta extraordinaria.
Pero lo realmente sorprendente es la conjunción de ambas referencias en la secuencia de
Vértigo. Cuando Scottie, tras unos segundos de espera, se gira, Madeleine va a su
encuentro, envuelta en esa luz verde. Lo que vemos es la resurrección de Madeleine a
través de los ojos vidriosos, con lágrimas, de Scottie. Esa subjetivación de la mirada,
con la que Hitchcock consigue que el espectador vea lo que ve Scottie, es la misma
técnica narrativa de Hoffmann ( mis ojos se encuentran con los suyos, y observo,
poseído de asombro, a la vez que de temor), la misma óptica subjetiva de Nathaniel está
en Scottie, su traslación fílmica. Pero también en el cuadro de Millais, nosotros somos
voyeurs, en ese mundo verde de la habitación. Verdes son las cortinas de El hombre de
la arena, las de la pintura y las del film. Pero ¿por qué el color verde? En el caso de
Vertigo Eugenio Trías da la explicación más convincente, aunque sin relacionarlo con el
verde del cuento de Hoffmann, ni con el cuadro de Millais: << (...) cuando Judy se
metamorfosea radicalmente en Madeleine, consumando su resurrección “de entre los
muertos”, adelantada por un halo surreal de color verde. Verde es, en efecto, el color
apropiado para toda metamorfosis. Color de la memoria ( del pasado) y de la esperanza
( de su rescate y resurrección) .>>17
17
TRÍAS, Eugenio. Vértigo y pasión. Pág.22. Taurus, Madrid, 1998.
23
Chomsky «Ideas incoloras y verdes duermen furiosamente»18. Estableciendo un
paralelismo con la poética frase, el reconocer que la secuencia verde de Vértigo se
nutre conjuntamente de la obra de Millais y Hoffmann no es un problema de sintaxis
fílmica, sino doctrinario. Algunos no parecen o no quieren comprender que unas ideas
pueden ser incoloras y verdes, ni que puedan dormir, y mucho menos furiosamente.
Algo parecido sucede con la secuencia que nos ocupa. Al igual que el escritor Marcel
Schwob (1867-1905) escribe sobre lo ya escrito e inventa un nuevo modo de narrar en
el que el palimpsesto se transforma en palintexto, Hitchcock hará lo propio uniendo y
superponiendo intertextos pictóricos y literarios al arte cinematográfico. Muchos
negarán esta referencialidad por considerarla indigna del maestro, como un demérito de
Hitchcock como representante del “cine puro”. Hitchcock no aporta datos explícitos al
respecto, pese a haber comentado dicha secuencia en varias ocasiones.19
Millais en Hitchcock
The Huguenot (1852, detalle), por Millais. Kim Novak y James Stewart en Vértigo
18
CHOMSKY, Noam. Aspects of the Theory of Syntax, Cambridge, Massachusetts, the MIT Press, 1965.
Aspectos de la teoría de la sintaxis, traducción de Carlos Otero, Ed. Aguilar, Madrid, 1971.
19
<< Quería esa luz verde (del anuncio de neón del hotel) que se encendía y se apagaba todo el tiempo.
De esta manera, cuando queríamos, el efecto lo conseguíamos con nuestros filtros de niebla y cuando ella
avanza, durante un momento, él tiene la imagen del pasado. Luego, cuando su rostro se acerca, quité el
efecto y Stewart vuelve a la realidad en aquel momento. Ella ha vuelto de la muerte y él lo percibe, y lo
sabe, y esto le transtorna.>> Peter Bogdanovich, The Cinema of Alfred Hitchcock, The Museum of
Modern Art Film Library, Nueva York, 1963.
24
pelo recogido- abraza al sujeto masculino, un hugonote, reclinándose sobre sus brazos,
asiéndose con fuerza, quizá por temor a una futura pérdida, a la misma muerte;
acentuada por una mirada lánguida y turbadora; él, en cambio, la mira con afán
protector, rodeándola, tocándole la nuca, el cuello, sus cabellos... Estamos ante ejemplos
de belleza dolorosa, gestos y actitudes armoniosamente trágicas, formas, colores y un
culto decidido a la línea superponiéndose al paisaje y a la naturaleza –en un caso, un
jardín, en el otro el mar-, en suma, una sensualidad decadente, hermosa y rodeada de
misterio. Misterio por el pasado y por un inquietante futuro.
<<The first instance existing of a perfectly painted twilight.>> John Ruskin, 1859
25
rematadas en arcos apuntados, los muros del convento, los altos cipreses y otros árboles
que parecen envolver y delimitar los espacios laterales, la torre del campanario al fondo,
la simbología cristiana, el crucifijo, etc. Casi todos los elementos de este lienzo de
Millais, incluido cierta tonalidad cromática crepuscular, están presentes en Vértigo. La
elección del cementerio de la Misión Dolores no podría ser más adecuada, aunque al
parecer fue encontrada por casualidad. La misión de San Juan Bautista, al sur de San
Francisco también resultó de lo más acertada. Durante el año 1956 Hitchcock se
empeñó en buscar localizaciones con una atmósfera decadente, aire de abandono y
lugares en los que el tiempo parecía haberse detenido, justo el look propio de los
paisajes de Millais y de la literatura romántica y gótica.
26
sobre un fondo característico, una escenografía meticulosamente estudiada en la cúal
Madeleine es más que una mujer, es una aparición, un fantasma, y como tal, es etérea.
Pero existe una diferencia fundamental entre Hitchcock y los prerrafaelitas, sin duda la
de mayor relevancia. En éstos el romanticismo es un modo de armonizar sus figuras en
un ambiente de belleza y sensualidad, con un punto de misterio, en cambio en
Hitchcock –y muy particularmente en Vértigo- se introduce un elemento amoroso y
sexual de estilizado erotismo del que aquellos carecen, poniendo de relieve un
pesimismo extremo de la condición amorosa que se irá prolongando en sus siguientes
películas, en especial en Marnie, y en su misma vida privada. Hitchcock, a través de los
ojos de Scottie, vuelve su mirada melancólica hacia un pasado irrecuperable, su propio
pasado.
27
Poe – Hitchcock
Resulta comúnmente aceptada la idea de que la obra literaria de Edgar Allan Poe
(1809-1849), tanto sus cuentos como poesías es la que más huella ha dejado en la
filmografía sonora de Alfred Hitchcock. El propio cineasta se encarga de confirmarlo al
afirmar: <<A los dieciséis años descubrí la obra de Edgar Allan Poe. (...) Es muy
probable que fuera debido a lo impresionado que me sentí con las historias de Poe el
que más tarde me dedicara a rodar películas de suspense. No quiero parecer inmodesto,
pero no puedo evitar el comparar lo que he intentado poner en mis films a lo que Edgar
Allan Poe puso en sus novelas (sic): una historia completamente increíble contada a los
lectores con una lógica tan fascinante que tienes la impresión de que lo mismo podría
ocurrirte a ti mañana.>>.20
20
SPOTO, Donald. Op.Cit. Págs.45 y 46.
21
Ídem. Pág.46.
28
cinematográfico es un fenómeno puro, únicamente influido por lenguajes
cinematográficos anteriores, en el caso de Hitchcock por el montaje de Eisenstein y el
Expresionismo alemán (en el que completó su formación). Nadie lo niega. Es evidente y
un dato demostrado. Pero esto dista mucho de ser la única realidad. La interacción entre
las artes también es un hecho innegable y quien no lo entienda así allá él. En el caso de
Vértigo no se trata de demostrar que Hitchcock introdujera evocaciones más o menos
veladas de algunas narraciones de Hoffmann y Poe de modo deliberado. Lo hiciera
consciente o inconscientemente, poco importa eso, lo cierto es que los nexos, como en
el caso del Prerrafaelismo, están ahí, los lazos de unión entre estas obras existen, son
copiosos vestigios presentes en buena parte de la obra de Hitchcock y en Vértigo esta
fecunda conjunción de enlaces se intensifica quizá más que en ninguna otra de sus
películas. Ya hemos visto el caso de Hoffmann, veamos que ocurre con Poe.
Estética
Muerte y sueño
22
BAYER, Raymond. Histoire de l’ Esthétique, Armand Colin, 1961, París. Edición castellana : Histoira
de la Estética, Fondo de Cultura Económica, 1974, México. Pág. 376.
29
En Vértigo esta forma instintiva y, por tanto mítica, -pues el mito forma parte de
instintos primarios-, es, asimismo, la génesis del poema de Poe The Sleeper (La
durmiente), en ambos universos poéticos las visiones fluyen de modo automático e
irracional. Como en Vértigo el narrador no sabe si la <<dama gentil>> duerme o esta
muerta, el <<sueño misterioso>>, las <<sombras de perfiles oscuros>> y la
<<belleza>> son conceptos reiterativos en el poema y en el film. En el primer caso el
sujeto absorto describe a Irene, la dama durmiente, mediante intensas pinceladas de
onirismo. Éstas son incorporadas en Vértigo al personaje de Madeleine, y aún más, a la
(falsa) visión que de ella tiene Scottie.
Voyeurismo
23
Ídem.
24
Este relato de Poe presenta rasgos inequívocos del influjo de una famosa narración de Hoffmann, Die
Elixiere des Teufels (1815-1816; Los elixires del diablo).
30
pregunta William Wilson, que se define como <<(...) víctima de las más incontrolables
pasiones.>> La similitud anímica de Wilson con la de Scottie resulta palpable. Veamos
otros ejemplos, esta vez incorporados al personaje de Judy/Madeleine: <<Su táctica
consistía en perfeccionar una imitación de mi persona, tanto en palabras como en
hechos.>> << Mi forma de vestir era fácil de copiar; se apropió sin dificultad de mi
manera de caminar y de mis actitudes, (...)>> No es difícil adivinar aquí las semejanzas
en el proceso de reconstrucción de Madeleine llevada a cabo por Scottie: cuando están
en la tienda de modas no sólo le interesa como viste sino también como camina.
Semeja como si lo escrito por Poe un siglo antes fueran las descripciones precisas de
las secuencias mencionadas en el guión, cuando menos, el primer borrador del film, o,
por qué no, la puesta en escena de Hitchcock. En este sentido no olvidemos que Ligeia
y Vértigo comparten la obsesiva fatalidad del narrador masculino, la presencia informe
31
de lo sobrenatural, las pesadillas del protagonista y, sobre todo, la atmósfera de
ensoñación que rodea las apariciones femeninas, producto de una visión subjetiva.
La primera similitud entre el relato de Poe The Fall of House of Usher (La
Caída de la Casa Usher, 1839) y Vértigo es el nombre de ambas protagonistas
femeninas: Madeleine Usher25 y Madeleine Elster. Existe incluso una ligera semejanza
fonética en los apellidos. Esto en sí mismo no tiene por qué significar nada, simple
coincidencia se podría pensar. Pero si uno lee con detenimiento este cuento atroz y
melancólico descubrirá, para su asombro, que existen un buen número de paralelismos
con el film. Se hallan características genéricas comunes a muchos textos de Poe que
ratifican el nexo entre el escritor y el cineasta, si bien en este caso se ven acentuadas.
Comparemos esquemáticamente algunos elementos de Vértigo y dejemos que sea el
propio Poe quién las describa. Este sencillo experimento resulta muy esclarecedor.
25
Para muchos biógrafos de Poe, desde Baudelaire a Julio Cortázar, Lady Madeleine Usher ha sido
reiteradamente identificada como Virginia, primera esposa y prima hermana del escritor, quizá por la
coincidencia cronológica entre la muerte de ésta y la escritura del relato. El carácter autobiográfico de
algunos personajes femeninos de Poe es una muestra que también Hithcock presenta en muchos de sus
films.
32
c) Gabin Elster llama a Scottie, lo cita y logra convencerlo de que Madeleine
tiene algún problema psíquico. Roderick Usher hace lo propio, como nos cuenta el
narrador. <<(...) me hablaba de una dolencia física aguda-de un trastorno mental que
le oprimía (...)>>
d) Cuando Judy se hace pasar por Madeleine, finge ignorar que es seguida por
Scottie. <<(...), Lady Madeleine (así se llamaba) pasó por la parte más distante de la
habitación, y sin fijarse en mi presencia, desapareció.(...)>>
e) La imagen que Judy quiere dar del personaje que interpreta -Madeleine- es la
de una mujer ausente, ajena al mundo exterior, casi cataléptica, como Lady Madeleine
Usher: <<Una apatía constante, un agotamiento gradual de su persona, y frecuentes,
aunque pasajeros ataques de carácter cataléptico parcial, eran el singular
diagnóstico.>>
f) La pictorización de Madeleine: algunos planos de Kim Novak parecen
auténticos tableaux vivants, de igual modo que los cuadros de Roderick Usher.
<<(...) Aquellas pinturas (de imágenes tan vivas, que las tengo aún ante mí) (..)>>
26
CARREÑO, José María. Alfred Hitchcock. Ediciones JC, Madrid, 1980. Pág. 61
33
El retrato oval de Poe es, en este punto, una de las claves que deben tenerse en cuenta
para comprender Vertigo.>>27 Ambos autores Carreño y Trías se percataron de esta
correlación entre literatura y cine, si bien no profundizaron en ello. Veamos que ocurre
al hacerlo. En efecto, si extraemos lo Poe escribe en su relato y lo incorporamos a ese
espíritu de Scottie-Hitchcock por pictorizar a la mujer amada, se ve muy claro: <<(...) el
retrato de una joven (...)>>, <<(...) retrato de medio cuerpo(...)>>, <<Los brazos, el
seno y las puntas de sus radiantes cabellos, pendíanse en la sombra vaga, pero
profunda, que servía de fondo a la imagen.>>, <<(...) trabajaba noche y día para
trasladar al lienzo la imagen de la que tanto amaba (...)>>.
Basta una simple y primera lectura de El retrato oval para descubrir y constatar
que Poe escribe sobre numerosos elementos que son comunes al Vértigo de Hitchcock,
influido -conscientemente o no, repetimos- por su escritor favorito de juventud: la
<<melancolía>>, que invade al protagonista del cuento y a Scottie, la presencia de una
<<torre aislada>>, torre de un castillo en el caso de El retrato oval (que en realidad
son dos torres, una en la que se aloja el protagonista-narrador y otra en la que el pintor
encierra a su “Galatea”) y de una iglesia en Vértigo, <<el incipiente delirio>> en el que
cae Scottie tras la primera falsa muerte de Madeleine, el <<sueño>>, concepto
imprescindible en ambas narraciones, fílmica y literaria, pues es un hecho que forma
parte de los argumentos –Hitchcock incluso lo visualiza en una secuencia, en forma de
pesadilla- y al mismo tiempo un halo que rodea ambos universos y determina unos
ordenamientos estéticos. En Vértigo éstos se articulan por medio de una puesta en
escena –por otra parte, ya comentada en infinidad de estudios, sobre todo en lo que
respecta a la planificación- que plasma ese onirismo en la luz, luz verde del neón, luz en
suspensión en el bosque de secuoyas, luz, en definitiva para retratar un sueño:
Madeleine. Poe insiste en esta metonimia, para elaborar su complejo proceso de
pictorización: <<arrojase la luz de lleno>>, <<La luz de sus numerosas bujías dio de
pleno en un nicho del salón.>>, <<Vi envuelto en viva luz un cuadro que hasta entonces
no advirtiera.>> , <<la luz se filtraba sobre el pálido lienzo>>. Nuevamente,
encontramos a un personaje que actúa como un voyeur: <<Lo contemplé rápidamente y
cerré los ojos (...)>>, <<(...) asegurarme de que mi vista no me había engañado (...)>>,
<<(...) preparar mi espíritu a una contemplación más fría y más serena (...)>>
27
TRÍAS, Eugenio. Lo bello y lo siniestro. Seix-Barral, Barcelona, 1982. Pág. 101.
34
Sin olvidarnos de la sumisión de Madeleine, que deja que Scottie la reconstruya o,
como dijo Hitchcock, la desnude poco a poco... ¡vistiéndola! Algo parecido hace el
pintor del cuento al retratarla: <<Terrible impresión causó a la dama oír al pintor
hablar del deseo de retratarla. Mas era humilde y sumisa, y sentóse pacientemente,
durante largas semanas, en la sombría y alta habitación de la torre (...)>> Obsérvese,
por enésima vez, la coincidencia con los lugares altos, otra vez una torre, así como la
pictorización del objeto de deseo. Y por último la necrofilia, como resultado de esa
reconstrucción, de ahí mi insistencia en reiterar que Scottie no es necrófilo, si no que se
hace necrófilo debido la falsa muerte de Madeleine. Es en este enfoque donde se perfila
ese anhelo ambivalente entre vida y muerte en la descripción de narrador del cuento,
coincidente con la subjetivación de algunos planos de Vértigo: <<No podía creer que mi
imaginación, al salir de su delirio, hubiese tomado la cabeza por la de una persona
viva.>> En este punto debemos recordar que el título original de The Oval Portrait era
Life in Death. El título que originariamente había pensado el autor no puede ser más
explícito al respecto. Pero es en el final del relato de Poe donde la inmolación necrófila
cobra todo su significado:
Por último, para los interesados en profundizar en estudios sobre este campo,
existe una lista con anotaciones, sobre las fuentes críticas que establecen conexiones
entre Poe y Hitchcock, realizada por Dennis Perry 28, profesor asociado de la American
Literature Faculty, especialista en Literatura Americana, Literatura y Film y una
autoridad en lo que se refiere al análisis de elementos comunes entre el escritor y el
28
PERRY, Dennis.R. Bibliography of Scholarship Linking Alfred Hitchcock and Edgar Allan Poe.
Hitchcock Annual, 2000. 163-173.
35
29
cineasta; sin olvidarnos de un breve pero interesante estudio de Lisa Neef que ahonda
en temas como lo natural y supernatural, razón y superstición, narrador participante,
dobles o efectos estéticos.
29
NEEF, Lisa. Scare Tactics / Poe, Hitchcock, and the Modern Suspense Story. Valparaiso University,
Indiana, 2001.
36
Vértigo y lo fantástico
- Théophile Gautier (1811-1872). Los amores con una mujer muerta, contados
en primera persona por el protagonista, esto es, la necrofilia unida a la pasión amorosa
desbordante, tan presentes en Vértigo, aparecen en un impresionante relato: La morte
amoureuse (La muerta enamorada, 1836). Gautier, el gran seguidor de Hoffmann en
Francia, crea así a la bellísima Clarimonda, rubia misteriosa (como Madeleine o
Rebeca) y de verdes ojos, un antecedente de la femme fatale y de la vampiresa,
especialmente de Carmilla (1872), de Sheridan Le Fanu.
37
- Prosper Mérimée ( 1803-1870). La Madeleine de Vértigo parece una
composición pictórica o incluso escultórica y en no pocos planos trae a la memoria a las
venus clásicas y su poder evocador de la muerte, el sueño, el aciago destino del amor
y... el tiempo pasado tal y como se presenta en varios cuentos fantásticos como La
vénus d’Ille (La Venus de Ille, 1837), de Prosper Mérimée, u otro relato posterior de
Théophile Gautier, Arria Marcella (1852).
38
ROMAN POLANSKI: Repulsion ( Repulsión, 1965)
Dirección: Roman Polanski
Guión: Gérard Brach y Roman Polanski.
Fotografía: Gilbert Taylor
Música: Chico Hamilton
Montaje: Alastair McIntyre
Dirección Artística: Seamus Flannery
Intérpretes: Catherine Deneuve (Carol Ledoux), Ivonne Furneaux (Helen Ledoux), Ian
Hendry (Michel), John Fraser (Colin), Patrick Wymark (el casero).
Producción : Compton Group
Nacionalidad: Reino Unido Duración: 104 minutos.
“Las historias de horror me parecen hechas para mejor apreciar la vida tranquila, y
vencer nuestros pequeños miedos, como cruzar una calle por el semáforo”.
Roman Polanski
39
Sobre un excelente guión, escrito en diecisiete días por Roman Polanski (París,
1933) y Gérard Brach (Montrouge, 1927) su colaborador en cinco films, el cineasta de
origen polaco hace una película con una gran economía narrativa, pocos diálogos y aún
menos decorados, que se sitúa entre lo real y lo surreal, en parte al igual que Vértigo
pero con procedimientos diferentes. Un ejemplo de esa economía narrativa es esa
fotografía del final. Polanski no necesita un flashback (algo que sí hará Hitchcock al
rememorar la secuencia del campanario o en el inserto del collar de Carlota Valdés, que
origina la revelación), para explicar el motivo de la neurosis, basta con una imagen
sugerente cuya total información debe completar el espectador. Es más que probable
que esta inteligente idea ya estuviese en el guión original de Brach, que era consciente
de las limitaciones presupuestarias que obligaban a sintetizar, por lo que Polanski
planifica mediante la revolucionaria técnica de sugerir antes que mostrar 30 , dirigiendo
con habilidad esta barata producción de la Compton Group, una pequeña compañía
británica especializada en el cine de terror. Sólo la unión de talentos –Polanski, Brach,
Hamilton, Taylor, McIntyre y una excepcional interpretación de Catherine Deneuve,
además de los excelentes secundarios, empezando por la bella Ivonne Furneaux, que
lanzó mundialmente Fellini en La Dolce Vita (Ídem, 1959)– pudo conseguir que esta
producción de bajo presupuesto triunfase en todo el mundo y no haya caído en el olvido
como otras producciones inglesas de terror, hoy sólo recordadas por los más aficionados
al género, género al que, por otra parte, Repulsión no pertenece.
30
Técnica estilística que fue empleada con gran acierto en numerosas de las producciones R.K.O. de bajo
presupuesto de Val Lewton, especialmente en las magníficas Cat People (La mujer pantera,1942), I
Walked with a Zombie (Yo anduve con un zombie,1943), The Leopard Man (El hombre leopardo,1943),
todas dirigidas por Jacques Tourneur, y The Curse of the Cat People (El regreso de la mujer
pantera,1944), debut de Robert Wise en la realización. Esta regla de“sugerir antes que mostrar”, (como
recuerdan Tavernier y Coursodon) que ya parte de ciertos films del expresionismo alemán, parece haber
desaparecido del cine fantástico y de horror, toda vez que éste parece haber salido definitivamente del
guetto de la serie B y los bajos presupuestos y se ha instalado como uno de los géneros punteros de la
industria. Aquellas producciones representaban un cine paralelo y carente de medios, un cine cuyas
cualidades chocaban con el academicismo de las grandes producciones. Y la situación hoy es justamente
la contraria. El fantastic y el terror son hoy uno de los géneros dominantes. La antigua contracultura es
ahora la cultura dominante.
40
partida. Primero fue Skolimowski en su primer largometraje, hasta que conoce a Gerard
Brach en París. La escritura del galo ha resultado decisiva en su nómada carrera
internacional. Polanski dice de su colaborador: << Resulta muy difícil describir cómo se
escribe. Es como si a un niño le preguntasen por el orgasmo. Es como el helado de
chocolate pero mucho mejor. Las ideas de los argumentos vienen de mí, aunque cuando
trabaja para otros las ideas pueden ser suyas. En mi caso no, puesto que es mi film y yo
tengo ganas de hacer unas cosas determinadas. Tras proponer yo un tema empezamos a
hablar de una manera muy general, sin ninguna coherencia, simplemente charlamos, al
tiempo que van surgiendo las cosas que nos gustan y luego las discutimos y rehacemos
las veces que sea necesario, diez, veinte, las que sean precisas, sin dudas ni problemas
porque él no es de los que creen que lo que escriben es de mármol como ocurre con
tantos otros escritores. Él sabe que escribir es rehacer. >>31
31
MONTERDE, José Enrique y CASAS, Quim. Entrevista con Roman Polanski, Dirigido por..., 1986.
Barcelona.
32
AVRON, Dominique. Roman Polanski. Barcelona, Cinema Club Collection, 1990. Pág. 93.
41
E.T.A. Hoffmann no sólo influye en Hitchcock, también se aprecia su impronta
en Polanski, especialmente en el binomio voyeurismo/amor-pasión, tan presente en
Repulsión. El interés de Polanski por Hoffmann no es una especulación basada en la
exégesis de su obra fílmica, sino un hecho real de su vida misma. En 1992 el cineasta
polaco dirigió en la Ópera de la Bastilla de París un nuevo montaje escénico de la ópera
Los cuentos de Hoffmann (1880), compuesta por Jacques Offenbach (1819-1880).
33
Mientras escribía estas líneas Polanski se encontraba inmerso en el rodaje de The Pianist (El pianista,
2003), en Varsovia. Esta premiada producción íntegramente europea logró tres Oscar y la Palma de Oro
en Cannes. Basada en hechos reales, narra la historia del músico judío Vladislav Szpilman, y cómo logro
sobrevivir al Holocausto. De los decorados y la escenografía se ocupó el polaco Alan Starski –también
responsable de los de , –en Schindler’s List (La lista de Schindler, 1993)- con guión del escritor Ronald
Harwood , fotografía de Pawel Edelman y música del genial compositor polaco Wojciech Kilar. A
diferencia del también judío Spielberg, Polanski sabe muy bien de lo que habla: estuvo en el guetto judío
de Cracovia cuando era sólo un niño y su madre pereció en un campo de concentración. Ahora Polanski
trabaja junto a Harwood en el guión de la novela de Dickens Oliver Twist. El film será producido por
Alain Sarde y Robert Benmussa y tiene previsto su estreno en 2005.
42
El veterano director de fotografía Gilbert Taylor34 fue contratado para el rodaje
de Repulsión tras una interesante trayectoria en el Reino Unido. El año anterior a dicho
rodaje había trabajado para Stanley Kubrick en la célebre fábula paródica sobre una
posible guerra nuclear, Dr. Strangelove or: How I Learned to stop worrying and love
the bomb (Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, 1964), y fue su trabajo en este film lo
que convenció a Polanski para contratarlo. Posteriormente volvería a ponerse a las
órdenes de Polanski en Cul-de-Sac, -Oso de Plata en la Berlinale-, también en un
espléndido blanco y negro, y la incomprendida y minusvalorada Macbeth (Ídem, 1971),
ya en color. Cuenta Polanski: <<El primer día me quedé asombrado y un poco
preocupado por la forma de hacer las cosas de Gil Taylor. Utilizaba sobre todo luz
refleja, se alejaba como rebotando de las paredes y los techos y nunca consultaba el
fotómetro. Sin embargo –como se pudo comprobar en las primeras copias- poseía un
ojo tan infalible que sus exposiciones fueron todas invariablemente perfectas. (...) A Gil
no le gustaba utilizar el gran angular en los primeros planos de Catherine Deneuve,
artificio que yo necesitaba para transmitir al espectador la desintegración mental de
Carole.>>35
34
Gilbert Taylor -retirado desde 1988- además de su filmografía británica trabajó en producciones
estadounidenses de gran éxito comercial como The Omen ( La profecía,1976), de Richard Donner o Star
Wars (La guerra de las galaxias, 1977), de George Lucas, pero que en absoluto le permitieron desarrollar
sus inmensas dotes creativas. Como excepción a estos films, cabe destacar sus enormes aportaciones
estético-visuales a Dracula (Drácula, 1979), la única gran película de John Badham, en donde pone en
liza toda una serie de ensayos lumínicos en unos fantasmáticos decorados construidos en los estudios
Columbia.
35
POLANSKI, Roman. Roman por Polanski. Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1985. Págs. 244 y 245.
Interesantísima autobiografía de Polanski , que por desgracia ya no está en circulación en las librerías
españolas. Para los interesados en Repulsión , ver capítulo 17 (págs.237 a 256).
43
Frenético error
Resulta paradójico que el peor film de Polanski sea el que copia el modelo
original hitchcockiano y no el que parte de éste para evolucionarlo/revolucionarlo; me
refiero a ese absurdo pastiche del cine de Hitchcock que es Frantic (Frenético,1988) ,
un policiaco íntegramente rodado en París, y protagonizado por Harrison Ford. La
historia tiene un prometedor comienzo cuando la esposa del protagonista desaparece y
éste cree que ha sido secuestrada. La policía que en un principio le cree, no tarda en
sospechar que ha sido el propio esposo quién se ha deshecho de ella, lo que recuerda de
inmediato al Gabin Elster de Vértigo, y al mismo tiempo al propio Scottie Ferguson, al
ser a un tiempo, víctima y falso culpable. Pero tras un inicio prometedor brillantemente
dirigido el film decae, repitiéndose a sí mismo e intentando calcar la temática y las
figuras estilísticas de anteriores películas, como si parecieran citas, como si tratara de
registrar los más variados guiños cinéfilos al maestro. Tavernier y Coursodon, entre
otros, lo han sabido ver con acierto. Sin que nadie sepa muy bien el motivo lo que era
un arranque de suspense, un estudiado ejercicio de misterio, desemboca en una ridícula
historia de espionaje que nada tiene que ver con lo que se nos había planteado, echando
por tierra todas las expectativas creadas. Este giro descabellado parece querer
transformar una narrativa propia de Vértigo en el espionaje de North by Northwest (Con
la muerte en los talones,1959, Alfred Hitchcock) o Torn Curtain (Cortina
Rasgada,1966, también de Hitchcock), pero no consigue ni una cosa ni la otra; una
caja de regalo sin regalo dentro, una ostra sin perla, en definitiva , una decepción
absoluta.
44
gesta la transformación de Judy en Madeleine).>>36 A continuación la cámara se
adentra en la pupila del ojo, sugiriendo la fusión del ojo –que es la cámara- y la ventana
abierta al espectador –la pantalla- , mediante dos bandas entrelazadas a modo de espiral
envolvente que parece estar inspirada en los códigos del ADN. Luego se divide,
súbitamente, en una figura doble (<<y también en una banda de Moebius>>37, como
afirma Trías), hasta llegar a la pupila, de un rojo vivo que asusta y de la que emerge el
nombre del demiurgo: Alfred Hitchcock.
36
TRÍAS, Eugenio. Vértigo y pasión. Editorial Taurus, Madrid,1998. Pág.123.
37
Ídem.
38
Saul Bass (1920-1996). El más importante title designer de la Historia del Cine debuta en 1954 y
durante cuatro décadas desarrolla su arte en los títulos de crédito de más de cincuenta films. Destacan sus
muchos trabajos para Otto Preminger y Alfred Hitchcock, además de otros para William Wyler, Stanley
Kubrick y Martin Scorsese. Saul Bass también ha sido director de siete films. Asimismo, diseñó la
planificación de la impactante secuencia del asesinato en la ducha de Pyscho (Psicosis, 1960).
45
mediante un empleo magistral de subjetivación de la mirada39. Por el contrario, en la
obra del autor de Tess, la visión de Collin, el sujeto de deseo, no es nunca subjetiva,
sino que la realización camina distanciada del personaje de Carole – el objeto de deseo -
, analizándolo desde fuera, como desde un microscopio, pero, súbitamente, al quedar
sola en el piso durante el viaje de su hermana, la cámara si recurre a una subjetivación
mucho mayor que en la de Vértigo y aunque no se emplee la técnica de cámara
subjetiva, si se produce una total simbiosis entre la neurosis que Carole padece y lo que
el espectador está observando, hasta el punto de que durante muchos minutos no
sabemos si Carole está asesinando realmente a su “amigo” Collin y, luego, a su casero o
si sólo se lo está imaginando, confrontándose de forma única lo objetivo y lo subjetivo,
el realismo y el surrealismo, un ejercicio fascinador en el cual demuestra Polanski que
el estilo no tiene porque ser necesariamente un manierismo ni un esteticismo vacío (algo
muy común en el cine occidental actual), sino que sirve para dotar de varios
significados a una misma imagen.
Muchos son los puntos de contacto que se establecen entre Repulsión y Vértigo,
como veremos en su momento. La influencia que ejerce Hitchcock sobre Polanski no es
un legado mal asimilado en este caso, Repulsión es un estudio psicológico de una
neurótica mucho más profundo e inteligente que, por ejemplo, el del psicópata Norman
Bates en Psicosis, film con el que también guarda gran parentesco. Ivan Butler 40 señala
las numerosas semejanzas entre Psicosis y Repulsión, pero se olvida de una grandísima
diferencia: Repulsión es un film subjetivo porque el espectador se introduce dentro de la
mente del personaje principal, sabemos lo que Carole piensa y siente, algo que nunca
sucede con Norman en Psicosis. Nosotros no sabemos que se le pasa a Norman por la
cabeza hasta la voz en off del final del film. Esa visión subjetiva que nos aporta la
cámara de Polanski sí se encuentra en Vértigo, lo cual permite defender mi teoría de que
el verdadero sustrato fílmico, temático e iconográfico de Repulsión es Vértigo y no
Psicosis.
39
No confundir con la técnica denominada de cámara subjetiva, en la que la cámara ocupa la posición
exacta de la mirada del personaje, cómo por ejemplo realizara el infravalorado Delmer Daves en el inicio
( cinco rollos, para un total de veinte minutos) de la magistral Dark Passage (La senda tenebrosa ,1947),
en donde lo que el espectador ve es lo mismo que lo visto por Vincent Parry ( en otra excepcional
performance de Humphrey Bogart).
40
BUTLER, Ivan. The Cinema of Roman Polaski. Londres, Ed. The Tantivy Press/ Nueva York, Ed.
Barnes, 1970.
46
La acción se desarrolla en Inglaterra y no en los Estados Unidos -concretamente
en Londres, de dónde era originario Hitchcock- pero esto es circunstancial, podría
ocurrir en cualquier otra gran ciudad. Lo realmente importante es que Carole es una
extraña, más allá de su condición de extranjera, una esquizofrénica que parece no
querer contactar con el mundo exterior, del que se encuentra completamente aislada en
su apartamento, al igual que lo estaba Norman Bates, cuya vida se limitaba a la famosa
mansión neogótica y al motel Bates. El único contacto de Carole con el mundo es su
hermana, y en menor medida su trabajo. Y aquí radica la originalidad del planteamiento
argumental de Brach y Polanski, cómo crear un objeto de deseo que es, a un tiempo,
víctima y culpable, -como lo llegará a ser la Judy Barton de Vértigo, por interposición
de Gabin Elster- mezclando pinceladas de ambas obras maestras de Hitchcock, pero
innovándolo, llevándolo un paso más adelante, mediante un detallado estudio del
personaje, caracterizándola como un ser extraño y también extrañamente erótico.
41
Ver El moño como símbolo sexual. Pág.17.
47
se nos aparezca como una belleza más real y menos prefabricada, aunque con una
menor dosis de misterio. Lo que sí parece claro es que este recurso a los primeros
planos más de perfil que de frente, o incluso desde la nuca, obedece a esa condición
voyeurista de ambos creadores.
42
BARROS, José Luis. Entrevista en el diario El País, jueves 3 de febrero de 2000.
48
del salón de belleza, es rodada por Polanski a ras de suelo; vemos las piernas caminar
hasta el salón situado al fondo y a medida que se aleja descubrimos su cuerpo al
completo, gracias a la profundidad de campo: la encuadra de espaldas bajo el umbral de
la puerta del pasillo, en plano general y a contraluz, de modo que su figura recortada se
transparenta ante nosotros.
La fortísima carnalidad sexual que transmite la escena viene dada por la brillante
elipsis que ha empleado Hitchcock: antes, la cámara recorre en travelling la ropa mojada
colgada en la cocina para secarse, vemos las medias, la combinación, el vestido, el
sujetador... lo que implica que Scottie la ha desnudado y secado mientras ella estaba
supuestamente inconsciente. La prueba de que Vértigo exige cuando menos dos
visionados estriba en que lo que nos transmite el rostro de Madeleine es radicalmente
diferente si el espectador cree que fue desnudada cuando se encontraba en un estado de
inconsciencia o si, en posteriores revisiones, ya conoce la verdad, que no es otra que la
representación de un desmayo por parte de Judy Barton, la falsa Madeleine, que sí
estaba consciente. También Repulsión exige una segunda visión, y quien esto haga
descubrirá una nueva película oculta dentro de la primera, en la que la sutileza de la
49
narración fílmica dará paso a un exhaustivo retrato psicológico, lejos de todo efectismo
que algunos críticos creyeron ver en esta magna obra.
Durante la noche Carole no puede dormir porque oye los crecientes gemidos de
placer de su hermana, acostándose con Michel. Se siente amenazada, se muerde el pelo,
asqueada y asustada, llegando a taparse los oídos con la almohada. Los intensos sonidos
sexuales unidos a las sombras amenazantes de la lámpara del techo, se combinan para
producir un miedo primigenio, vinculado a la infancia. Polanski crea un clima morboso
y opresivo, con un conciso ritmo de montaje y una progresión dramática sumamente
eficaz. Al día siguiente camina por las calles londinenses con la mirada perdida. Va
vestida de blanco - nuevamente el mismo color recurrente -, todos los hombres se fijan
en ella, pero Carole permanece inmutable, impasible, ajena a todo contacto con el
mundo exterior. Resulta significativa la secuencia en la calle en la que Carole no se
percata del accidente de tráfico que ha ocurrido a su lado.Colin la acompaña a casa y
aparca su descapotable frente al edificio. Tras unos tensos instantes de silencio, intenta
besarla -rodado, en plano medio, otra vez Carole de perfil- y ella lo rechaza
tímidamente, sin articular palabra. En un segundo intento de besarla parece no
reaccionar, ante la incredulidad de él, y cuando comienza a hablar Carole huye
violentamente del coche, sube al piso en el ascensor -aquí entra la música desquiciada
de Hamilton- y se frota los labios, para luego limpiarse la boca con pasta dentífrica,
ansiosa por borrar la huella del beso. Dos son las causas, íntimamente relacionadas de
su repulsión: la esquizofrenia y la fobia hacia los hombres. La esquizofrenia es un <<
Término introducido en 1911 por Eugenio Bleuler, de Zurich, para designar los estados
mentales patológicos cuyo carácter esencial es la disociación de las diversas funciones
43
POLANSKI, Roman. Op. Cit.Pág.246.
50
psíquicas.>>44 La definición de fobia (del griego phobos, miedo) también se adapta
perfectamente a la conducta de Carole y quizá sea un título más adecuado que el de
Repulsión. Fobia: Temor extremo, formación de síntomas neuróticos (...) siendo el
síntoma conductor la angustia (...) pueden intervenir también temores infantiles. (...) La
fobia se produciría al ser reemplazado el objeto al que se dirigió originariamente el
instinto (el padre de Carole, en Repulsión) por un objeto sustitutivo ( en el caso de
Carole, el colectivo masculino) o por una situación sustitutiva ( El coito de Carole con
los hombres es soñado, en forma de pesadillas, pero no es real.).>>45
Tras pasar la primera noche sola, Carole sale a pasear, cruza un puente del
Támesis -otro primer plano de perfil- y regresa al apartamento. Es ahora cuando la
realización polanskiana adopta el punto de vista totalmente subjetivo. Ahora, nosotros
los espectadores, observamos los mismos fenómenos que ve Carole, oímos pasos,
puertas que se abren, un hombre que la viola -desaparece el sonido, tan sólo oímos el
tic-tac del reloj, así Polanski parece querer advertirnos del carácter onírico de esa acción
producto de su imaginación hipersexuada-, las paredes se agrietan, esas manos que
surgen de la pared …
44
POROT, Antoine. Op. Cit. Pág. 482.
45
DORSCH, Friedrich. Diccionario de Psicología, Editorial Herder, Barcelona, 1994. Pág.332.
46
REIG, Guillem. Estudio Roman Polanski. Dirigido por…Nº 19 Enero 1975. Barcelona.
51
equivalente a la virginidad, los alimentos que se corrompen etc. En el caso de los
alimentos es especialmente significativa la función de las patatas que están en la mesa
de la cocina a lo largo del film. No es exagerado ver en su forma esférica un equivalente
del huevo y en la progresiva deformación que les provoca su podredumbre – una elipsis
con la que explicar el paso del tiempo– una correspondencia con la también progresiva
locura de la protagonista.47>> Estas palabras de Reig, escritas en 1975, demuestran el
empecinamiento de algunos especialistas por buscar símbolos –en este caso
psicosexuales– que probablemente ni el propio creador ha, siquiera, imaginado. La
transformación de esas patatas son más una rememoración proustiana que otra cosa: <<
Un pequeño detalle –la patata que germina y que marca el paso del tiempo a medida que
la mente de Carole se va desmoronando– procedía directamente de mi infancia: del
recuerdo de la alubia que mi abuela cultivaba en su cocina poco antes de la guerra.>>48
Polanski insiste en las patatas podridas como elipsis temporal en The Pianist (El
pianista, 2002).
47
REIG, Guillem. Op. Cit.
48
POLANSKI, Roman. Op. Cit. Pág.246.
52
presente, ¿Realmente ha sufrido un intento de violación o, al igual que en sus sueños, la
cámara es el ojo de Carole?.
49
KANÉ, Pascal. Polanski. París, Ed. de Cérf, 1970. Según este autor el <<Pequeño léxico de los
términos polanskianos>> sería: << Actriz, Castración, Elementos (Fuego, Aire, Tierra, Agua), Fantástico,
Mujer-Locura, Hitchcock, Inversión, Mal (Maniqueísmo Moral), Edipo, Racismo, Ciencia, Ropaje,
Virtuosismo.>>
50
SÁNCHEZ, Alfonso. Iniciación al cine moderno. Vol. II. Editorial Magisterio Español , Madrid, 1973.
Pág.74.
53
la presencia que ella cree amenazante de su casero, comete su segundo asesinato con
una enorme navaja de afeitar. Polanski ha evitado el plagio rodándolo desde un punto
de vista casi surreal, y no mediante un hiperrealismo propio de la celebérrima escena del
asesinato de Marion Crane a manos de Norman Bates, una secuencia la de la ducha que
ha sido plagiada, con múltiples variantes, hasta la saciedad en las cuatro últimas
décadas. Y por último una idea de Gerard Brach que emparienta aún más a Repulsión
con Hitchcock y, de un modo curioso, con Vértigo. Cuándo Helen y su novio descubren
el cadáver en la bañera, totalmente cubierto de agua -¿Para qué no huela?, ¿ Símbolo
purificador?- uno no puede dejar de pensar que Hitchcock hubiera disfrutado
enormemente con esta idea; aunque no la llevase explícitamente a la práctica, caso de
Polanski sí lo sugiere en varios de sus films: en La ventana indiscreta se supone que el
cadáver descuartizado de la esposa de Thornwald está en la bañera, por eso cuando sale
del baño se dispone a limpiar los enormes y afilados cuchillos de cocina, en The
Trouble with Harry (Pero... ¿Quién mató a Harry?, 1955) vemos , a través de la puerta
entreabierta, los pies desnudos de Harry sobresaliendo de la bañera, finalmente, en
Psicosis, la bañera es sustituida por una ducha para la secuencia del asesinato de
Marion. Lo realmente macabro de todo este asunto de las bañeras es que parece
demostrar que , en ocasiones , la vida imita al arte, porque en El baile de los vampiros
Polanski recupera esta asociación entre bañera, muerte e indefensión en la famosa
escena en la que Sharon Tate (Sarah) se asea desnuda en una bañera, es vampirizada por
el Ferdy Maine (Conde von Crolock) y transformada en una No Muerta –Nosferatu- ,
mientras el personaje interpretado por el propio Polanski observa a través de la
cerradura sin poder impedirlo. Meses después Sharon Tate, esposa de Polanski en la
vida real, sería brutalmente asesinada en un acto ritual a manos de la secta de Charles
Manson, estando encinta. La idea del asesinato en la bañera ya estaba presente en Les
Diaboliques (Las Diabólicas, 1955), de Henri-Georges Clouzot, basada en una novela
policíaca de los especialistas franceses Pierre Boileau y Thomas Narcejac, (nótese que
el film es un año posterior a La ventana indiscreta, no así la novela) película que habían
visto tanto Hitchcock como el joven Polanski. Como señala François Truffaut, Boileau
y Narcejac escribieron D´entre les morts, expresamente para Hitchcock , pero sin que
éste lo supiese, lo que daría lugar a Vértigo. Brach también conocía las novelas de sus
54
colegas y compatriotas, por lo tanto, ante este cúmulo de circunstancias, casualidades y
complicados vericuetos... ¿a quién atribuirle la idea?51
51
Recientemente el pretencioso Robert Zemeckis ha recuperado esta idea en What Lies Beneath (Lo que
la verdad esconde, 2000) , en la escalofriante secuencia en la que Michelle Pfeiffer está a punto de morir
ahogada en la bañera, sin duda lo único realmente notable del film.
55
Millais-Hitchcock-Polanski
52
AVRON, Dominique. Op. Cit.. Pág. 28.
56
WILLIAM WYLER: The Collector (El coleccionista, 1965)
Cartel Original, The Collector William Wyler ( 1902-1981) Cartel español, El Coleccionista
57
de hecho de la autocensura (a través de la institución de un sistema de calificaciones)
que liberaba a los cineastas de la tiranía de un Código de Producción
extraordinariamente represivo y vigente durante casi cuarenta años.>> Sólo estos
cambios explican que William Wyler adaptara por segunda vez la obra teatral de
Lilliam Hellman The Children´s Hour ( La Calumnia, 1962)53, con la diferencia de que
en los años treinta no pudo mostrar la relación lésbica de sus dos protagonistas, algo que
–pese a hacerlo tímidamente- sí aborda en la versión de 1962. Del mismo modo, el
componente erótico y la sublimación del deseo que desarrolla tres años después en El
Coleccionista, la obra que nos ocupa, no hubieran tenido lugar, o se habría enfocado de
otro modo, desde la dirección de actores, a la puesta en escena –recuérdese la secuencia
del baño: Miranda se desprende del camisón blanco y, posteriormente, se quita las
bragas y el sujetador (en off de cintura para abajo y de espaldas) que, sin ser un desnudo
en sentido estricto, sería impensable una década atrás- pasando por numerosos cortes en
el guión. Nunca antes se había acercado tanto Wyler al erotismo femenino como en esta
obra. Es de suponer que El Coleccionista es una película que debía gustar mucho a
Hitchcock, pues está ambientada en Inglaterra, y plantea muchos de los temas que
obsesionaban al autor de La Soga: el deseo enfermizo, los trastornos de la mente
humana, la claustrofobia, el gusto por la limitación espacio-temporal (Alarma en el
expreso, Náugrafos, La soga, La ventana indiscreta, etc.) y un suspense prodigioso.
Gran parte del mérito está en el guión, extraído de una conocida novela del
mismo título escrita por el citado John Fowles (no acreditado) y por el agudo guionista
británico Stanley Mann, que ese mismo año nos brindó la más bella historia de piratas
que ha dado el cine. Me refiero a esa maravilla, auténtico goce para los sentidos, que es
High Wind in Jamaica (Viento en las velas, 1965) del gran Alexander Mackendrick.54.
Mann se dio a conocer en el cine internacional con el libreto de The Mark (1961),
excelente film del irregular realizador británico Guy Green. Y será el mismo Green
53
En el guión del film colaboró el escritor John Michael Hayes (Worcester, Massachusetts, 1919)
conocido por su colaboración con Hitchcock a mediados de los años cincuenta: Rear Window (1954), To
Catch a Thief (1955), The Trouble with Harry (1955) y The Man Who Knew too Much ( 1956). En 1958,
año del estreno de Vértigo, colabora con John Gay - pese a no figurar en los títulos de crédito- en el guión
de la excelente Separate Tables (Mesas Separadas), dirigida por Delbert Mann.
54
Sin temor a equivocarme uno de los mejores cineastas británicos de todos los tiempos, junto al propio
Hitchcock, David Lean, Carol Reed, y el dúo Powell-Presburger. (Aunque Mackendrick nació en Boston
en 1912 era hijo de escoceses y fue educado en Glasgow.)
58
quien con su deficiente dirección cinematográfica destroce un guión escrito por John
Fowles, The Magus55 (El mago, 1968), adaptación de su novela. El film fue producido
por John Kohn56 que ya había sido co-productor y co-guionista de El Coleccionista,
probablemente animado por los buenos resultados del film de Wyler. Pero, por
desgracia para Fowles, Guy Green no es Wyler. Decir, por último que Fowles también
es responsable del guión, basado en su novela homónima de The French Lieutenant’s
Woman57 (La mujer del teniente francés, 1981), bien dirigida por Karel Reisz y con un
guión del conocido dramaturgo Harold Pinter.
Orígenes literarios
55
FOWLES, John. The Magus. Ed. Jonathan Cape, Londres,1966; reimpreso en Nueva York, New
American Library, 1967. El mago, trad. Enrique Hegewicz, Anagrama, Barcelona,1985.
56
Entre los pocos aciertos de Kohn destaría Theatre of Blood (Matar o no matar este es el problema,
1973), dirigida por Douglas Hickox y en la que Vincent Price interpreta a un atormentado actor
shakespeariano que asesina emulando a los personajes del Bardo. Según Narciso Ibáñez Menta el
argumento del film es un plagio de una serie de televisión interpretada por él en Argentina: Sátiro.
57
FOWLES, John. The French Lieutenant’s Woman. Ed. Jonathan Cape, Londres,1969; Little Brown,
Boston, 1969, reimpreso en Nueva York, New American Library, 1970. La mujer del teniente francés,
trad. Ana María de la Fuente, Plaza y Janés, Barcelona,1971.
58
FOWLES, John. The Collector. Ed. Jonathan Cape, Londres,1963; Little Brown, Boston, 1963,
reimpreso en Nueva York, Dell, 1964.
59
escapado mucho antes, mientras que en la ópera de Bartók -que Fowles vio representada
en Londres un año antes de leer el artículo- lo que le impresionó fue el simbolismo de
un hombre que encierra bajo tierra a una mujer. En efecto este enfoque aparece ya en el
cuento de Charles Perrault en el que se sustenta esta ópera, una telaraña de símbolos
ocultos que Béla Bálazs, autor del libreto (originariamente destinado a otro compositor
Zoltán Kodály), transformó en un canto a la soledad, a la posibilidad de amar pero a la
imposibilidad de ser amado. Justo lo que le sucede al protagonista de El Coleccionista.
Se constata así, según lo afirmado por Fowles, que éste se inspira más en el libreto
escrito por Bálazs que en el relato de Perrault.
59
El coleccionista. Traducción de Federico López Cruz. Ed. Orbis ( Biblioteca Grandes Éxitos),
Barcelona 1973. (La misma traducción fue publicada por Plaza y Janés en 1974 y por Círculo de Lectores
en 1992.) Susana Onega hizo otra traducción con una interesantísima introducción a la obra fowlesiana:
El coleccionista. Edición de Susana Onega, Ed. Cátedra (Letras Universales), Madrid, 1999.
60
Tirón popular que continuó durante los años ochenta en parte del ámbito de la lengua castellana. Buena
prueba de ello fue El Coleccionista (1985), serie colombiana de nueve capítulos de una hora, producida
por Coltevisión (Bogotá), con dirección y guión adaptado de Kepa Amuchastegui, producción de Malcom
Aponte e interpretada por Humberto Dorado y Vicky Hernández. No he visto la serie pero esta adaptación
televisiva desvirtua por completo el texto original de Fowles, pues Miranda es liberada, Federico –
Frederick- es perdonado tras salir de un hospital psiquiátrico y volver a los brazos de su amada. (Sic).
Además, a modo de anécdota, decir que Miranda en vez de la pintura y las bellas artes se dedica a tocar
el piano con un profesor con el que estaba prometida. ¿A qué obedece el cambio?
60
La película
61
Suponemos que la banda sonora gustó a Hitchcock, ya que cuatro años después contrató a Jarre para
componer la partitura de Topaz (1969) , historia de espionaje basada en el best-seller de Leon Uris que
cuenta con secuencias antológicas: la secuencia muda de cámara subjetiva, en la que los ojos (la cámara/
el espectador) de André Devereaux ( Frederick Stafford), observan la compra del secretario cubano y,
como no, la soberbia secuencia en plano cenital del asesinato de Juanita de Córdoba (Karin Dor), aquella
en la que las faldas del vestido púrpura se abre como los pétalos de una flor. Por cierto, conviene recordar
lo sabido: Hitchcock detestaba este film, lo consideraba << un compromiso>>. Jarre –que continúa en
activo a sus 79 años y no hace mucho nos brindó una nueva obra maestra en Sunshine (1999) del húngaro
Itsván Szabó- compuso ese mismo año de 1965 la que es su mejor colaboración con David Lean, Doctor
Zhivago, conocida adaptación de la célebre novela de Boris Pasternak.
62
Jezebel (1938), The Letter (La carta, 1940), The Little Foxes (La loba, 1941), Mrs. Miniver (La señora
Miniver, 1942) Roman Holiday (Vacaciones en Roma, 1953), The Big Country (Horizontes de grandeza,
1958) , Ben Hur (1959) o, incluso, How to Steal a Million (Como robar un millón y..., 1966) son muy
buenas películas , pero constituyen logros parciales, nunca obras maestras perfectamente construidas ,
obras que , en ocasiones , adolecen de una estructura más integrada en la narración. Cierto que Wyler no
es un Henry Koster o un Richard Thorpe , pero tampoco está a la altura de un Walsh, Ford , Hawks ,
Wellman o Curtiz, por citar a unos pocos.
61
Oscares de la Academia por mejor guión adaptado y por las mejores interpretaciones,
pero no así a la dirección, y lo que resulta más extraño, a la fotografía. Un hecho
significativo que avala la calidad interpretativa de Terence Stamp y Samantha Eggar es
que ambos recibieron sendos premios de interpretación en el Festival Internacional de
Cannes, circunstancia que, hasta ese momento, nunca se había producido.
63
Película basada en la novela de Tom Tyron que también firma el guión. Tyron pudiera estar inspirado
en un cuento de Bram Stoker con el que novela y film guardan curiosas y abundantes analogías, The
Dualists or The Death Doom of the Double Born, publicado en la revista Theatre en 1887 y publicado en
España más de un siglo después con el título de Las almas gemelas, del volumen Muerte entre bastidores
y otros cuentos macabros, de Bram Stoker. Madrid, Colección Infernaliana, Celeste Ediciones, 1999.
62
un film que por sus características encajaría mejor en la obra de Hitchcock, Polanski o
De Palma que en la de Mulligan. Surtees ha empleado con acierto la luz en interiores
pero parece haber dotado de un talento especial para componer los momentos
nocturnos iluminando los rostros de los actores con una amplia gama de matices , como
se aprecia en las excelentes King Solomon´s Mines (Las minas del Rey Salomón, 1950),
de Andrew Marton y Compton Bennet, The Bad and the Beautiful (Cautivos de Mal,
1952), de Vincente Minnelli, Quo Vadis (Ídem, 1951), de Richard Torpe, Mogambo
(1953), de John Ford, Les Girls (1957), de George Cukor, Ben- Hur (1959), de William
Wyler y años más tarde la nostálgica Summer of 42 ( Verano del 42), de Robert
Mulligan.
En 1965 nadie en Francia, ni, desde luego en Estados Unidos, esperaba de Wyler
un film como El Coleccionista. En el momento de su estreno en el Festival de Cannes,
André Techiné escribe una crítica feroz contra el film, destrozándolo sin piedad y
tachando el estilo wyleriano de “glacialización”. Por el contrario, en los números 168 y
171 de Cahiers du Cinéma El Coleccionista es elogiada sin reservas, cosechando
excelentes críticas. Especialistas cinematográficos tan prestigiosos como Andrew Sarris
-en Village Voice- afirman que es una de las mejores películas de Wyler, un cineasta
que comenzó a ser reconocido por la crítica tardíamente, en los años cincuenta, gracias a
la admiración manifestada por André Bazin en su exhaustivo estudio sobre el autor de
The Letter, al que califica de <<jansenista de la puesta en escena>>. Asimismo, algunos
exégetas galos quisieron ver ciertas influencias estéticas de Godard y Truffaut, algo que
Wyler siempre negó con rotundidad, tanto de éstos como de cualquier otro creador de
la Nouvelle Vague. Pese a ello en algunos planos el impacto de aquel nuevo cine francés
es evidente, sobre todo en los exteriores. Ya nuestro agudo crítico José Luis Guarner lo
supo ver perfectamente al afirmar que el film estaba <<rodado de forma muy Nouvelle
Vague por Robert Krasker y Robert Surtees, cuyo original empleo del color contribuía
decisivamente a la atmósfera de este extraño cuento cruel;(...)>>.64
64
GUARNER, José Luis. Op Cit. Pág. 65.
63
posterior a su proyección Miguel Marías señalaba una conexión entre el film y otras
obras precedentes de Wyler como La carta, La heredera y Brigada 21. Por su parte
Miguel Rubio se pregunta qué hubiesen hecho Hitchcock, Lang o Buñuel con el mismo
material de partida, con seguridad cada uno hubiera reflejado unas taras completamente
distintas. De hecho Rubio parece ser el que ve más claramente la influencia de
Hitchcock en El Coleccionista.
65
Al igual que el personaje de Frederick Clegg, Fowles es un entomólogo y ha publicado obras sobre
naturaleza, caza y coleccionismo de insectos.
64
crudísima realidad es que para él Miranda es un bello ejemplar más para su colección,
una psicopatía que, de algún modo, lo entronca con el taxidermista Norman Bates
(Anthony Perkins) en Psicosis, empeñado en disecar aves. Y al igual que la psicopatía
de Norman le lleva a disecar a su propia madre, Freddie quiere disecar para sí a
Miranda, para que sea eternamente suya. Wyler logra la máxima tensión y emoción al
narrarnos el eterno conflicto entre la realidad y el deseo inalcanzable, llegando a un
punto en el que el espectador también parece sentir el síndrome de Estocolmo que, a
ratos, subyuga a Miranda. La relación de poder y dependencia que se establece entre
ambos es sobre todo una aventura psicológica que va mucho más allá de la simple
relación entre un psicópata y su víctima.
La censura
66
GONZÁLEZ BALLESTEROS, Teodoro. Aspectos jurídicos de la censura cinematográfica en España.
Con especial referencia al período 1936-1977. Editorial de la Universidad Complutense. Madrid, 1981.
Págs. 293 y 294. El film fue censurado siguiendo la legislación entonces vigente: Orden de 10 de febrero
de 1965, del Ministerio de Información y Turismo. Junta de Censura y Apreciación de películas.
Aprobada por Manuel Fraga Iribarne y que derogaba la anterior Orden de 20 de febrero de 1964. Esta
censura, indignante como toda censura, era sin embargo algo más permisiva que otras anteriores de la
Dictadura, especialmente las leyes de las diversas Juntas de Censura, aprobadas sucesivamente por
Nicolás Franco (1937), Serrano Suñer (1938 y 1939), José María Alfaro (1940), José Lorente (1941), G.
Arias Salgado (dos Órdenes Ministeriales de 23 de noviembre y 17 de diciembre de 1942,
respectivamente; y una tercera en 1943), Ibañez Martín (1944 y 1947) y el propio Francisco Franco que
aprobó tres Decretos Presidenciales en 1952, 1962 y 1965. Antes de la muerte del dictador el Ministro de
Información y Turismo, Herrera y Esteban, aún aprobó una Orden de 19 de febrero de 1975.
65
Single girl (La Pícara Soltera), de Richard Quine, por citar sólo las más reconocidas.
Por cierto, Teodoro González Ballesteros incluye a Vértigo como <<película prohibida
para su exhibición>>67, lo cual debe ser un error, pues fue presentada en la VI edición
del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en julio de 1958, con la asistencia
del mismo Alfred Hitchcock y en donde obtuvo la Concha de Plata, ex aequo con I
Soliti Ignoti (Rufufú,1958), de Mario Monicelli, además del Premio de Interpretación
Masculina a James Stewart. Hasta donde tenemos noticia, la censura simplemente cortó
una parte de la secuencia pasional entre James Stewart y Kim Novak. Me estoy
refiriendo al beso en las rocas de la costa cercana al parque de las secuoyas. Este fue el
diálogo suprimido:
Madeleine: Oh Scottie. I'm not mad. I'm not mad. I don't want to die. There's
someone within me and she says I must die. Oh Scottie, don't let me go.
Scottie: I'm here. I've got you.
Madeleine: I'm so afraid. ( La besa apasionadamente como las olas del océano
rompiendo melodramáticamente contra las rocas, tras ellos.) Don't leave me.
Stay with me.
Scottie: All the time.
La impronta Hitchcock
67
Ídem. Pág. 262.
66
Finalmente Miranda no se salvará, al igual que la Madeleine/Judy de Vértigo, en
un final de un pesimismo y desasosiego igual o mayor, porque en Vértigo se ha perdido
una imagen de deseo, mientras que aquí se tiene la sensación que lo que se ha perdido es
una persona real, de carne y hueso, una mujer que sufrió inútilmente. Lamentablemente
ese minuto final añadido, con la voz en off de Freddie, no beneficia en nada a todo lo
logrado anteriormente. Lo veremos más adelante.
67
a Scottie, a la vez que lo aleja pues su neurosis le impide reconocerse como culpable,
mientras que la acrofobia de Scottie le obliga materialmente a sentir esa culpabilidad,
es, de hecho, un culpable/falso culpable y, al tiempo, una víctima del plan ideado por
Elster. Por el contrario Freddie es un culpable no-víctima y en razón de esa culpabilidad
convierte en víctima real a su objeto de deseo (Miranda), mientras que Scottie está
absolutamente convencido que Madeleine es la víctima de su acrofobia, desconociendo
en un principio que es él mismo el que ejerce de víctima de su objeto de deseo
(Madeleine), de ahí que no acabe de salir de su síncope, sino que se halle cada vez más
atrapado en la espiral de sufrimiento que ya se nos anunciaba en los títulos de crédito.
Esta diferencia significativa entre ambos personajes explicita los diferentes tipos
de necrofilia presentes en ambas obras; una –Freddie- deviene en una necrofilia a priori
y no real, sino construida por el sujeto de deseo, en tanto que la otra –Scottie- supone
una necrofilia a posteriori, igualmente no real pero con una apariencia de real, lo cual, a
mi juicio, confiere a ambos films sus diferentes naturalezas, realista en el primer caso,
surrealista en el segundo.
68
prisionera como las mariposas. ¿Quizá para ser el primer espécimen de una nueva
colección, como nos sugiere el final? En estas secuencias análogas otra pequeña
diferencia podríamos hallarla en la simbología y significados de los vestidos de ambas:
blanco (pureza) en el caso de Miranda y, a modo de premonición, negro (muerte) en el
de Madeleine.
68
Como hemos visto además de la protagonista de La caída de la casa Usher, de Poe, Madeleine es el
nombre de una de las primeras amantes de Picasso. Sus biógrafos identifican la figura de Madeleine en
muchas de sus obras de la llamada Época Azul. Madeleine entró en la vida de Picasso en la primavera de
1904, estuvo encinta, pero abortó. Picasso sólo afirmó: «Estuve a punto de tener un hijo con ella». Se
desconoce si dicho aborto fue provocado o natural, pero Picasso realizó a lo largo de ese año varios
dibujos y gouaches, que representan este tema. Para el joven Picasso la relación con Madeleine fue en sus
propias palabras «una transición sentimental».
69
TRÍAS, Eugenio. Vértigo y pasión. Op.Cit. Pág.30.
70
En 1609 el navío inglés Sea Adventure navegaba rumbo a Jamestown, en la costa de Virginia, pero una
tempestad lo hizo naufragar cerca de la isla de Bermuda. Los tripulantes sobrevivieron en esa isla y
consiguieron regresar a Jamestown. Con casi total seguridad este suceso inspiró la génesis de The
Tempest, que se cree que Shakespeare concluyó hacia 1611.En la novela de Fowles Miranda se refiere
constantemente a su secuestrador como Calibán.
71
En lengua castellana el nombre de Calibán ha quedado como una especie de sinónimo de opresor,
guardián o tirano. Rubén Darío lo utiliza para referirse a los Estados Unidos durante la guerra de 1898. <<
No, no puedo estar de parte de ellos, no puedo estar por el triunfo de Calibán.>> Publicado originalmente
en la Revista Iberoamericana: Carlos Jáuregui. Calibán. Icono del 98. A propósito de un artículo de
Rubén Darío y "El triunfo de Calibán" (Edicion y notas). Balance de un siglo (1898-1998). Número
Especial, Coordinación de Aníbal González. Revista Iberoamericana 184-185 (1998): 441-455.]
69
muerte a Próspero y de violar a su hija Miranda. Durante la primera parte del film
Miranda cree que Freddie también está motivado por el deseo sexual, lo ve como un ser
monstruoso. Pero a diferencia del monstruo shakesperiano –que fracasa- Freddie Clegg
llevará su necrófilo plan hasta las últimas consecuencias. Conscientemente Freddie no
desea la muerte de Miranda, pero tampoco hace nada por impedirlo. ¿Es Freddie una
mala persona o al igual que el Calibán shakesperiano es resultado de la civilización o la
sociedad que lo corrompe? En la novela Freddie es el diminutivo de Frederick, pero él
le dice a Miranda que lo es de Ferdinand. A ella le resulta irónico, pero luego
comenzará a asociarlo con Calibán, sin duda por los puntos en común que observa entre
La tempestad y su propio drama personal.
Después de ver que Miranda está muerta, Freddie retrocede y se sienta al borde
del escalón del sótano, con las piernas juntas, los brazos agarrándolas y encorvado.
Vuelve a ser un punto en un universo vacío, la lúgubre composición del plano general
con él en el centro así lo subraya y uno no puede dejar de pensar en algunas obras
pictóricas de Munch, precursoras de un expresionismo que, finalmente, alcanzaría a
todos los campos creativos.
Si Wyler hubiese optado por concluir aquí el film -como ese plano final de
Vértigo en la cornisa del campanario con Scottie mirando al vacío- o más tarde cuando
dice que ella fue enterrada bajo la encina del jardín, habría conseguido, bien un final
tremendamente trágico, bien tristemente romántico. Pero al optar por ese minuto final,
con la voz en off de Freddie (lo que confiere un carácter circular al relato fílmico, pues
comienza con otra voz idéntica, aplicando la idea circular de la novela) y las imágenes
que explicitan un futuro secuestro de una enfermera, Wyler traiciona por completo el
espíritu de la obra fílmica. Pero ¿por qué un profesional con tanta experiencia como
Wyler decide rodar este desacierto? Pues ni más ni menos que para respetar el guión al
máximo. El guión es tan sumamente fiel a la novela de Fowles que mantiene la idea de
iniciación al coleccionismo de Freddie –algo que por otra parte ya está suficientemente
claro–, de traslación de una afición que se vuelve enfermiza pasando de las mariposas a
las mujeres. Fowles en la novela incluye un epílogo “4” en el que deja esta posibilidad
abierta: Freddie busca a otra mujer más sencilla, de su misma clase social, en definitiva,
70
para que ella le entienda aunque en realidad lo hace para poder manejarla a su antojo,
para dominarla. El epílogo funciona en la novela, pero no en la película porque en ésta
se nos omiten claves que dan entender que Freddie ama realmente a Miranda, en tanto
que en aquella es el propio Freddie el que reconoce que estaba equivocado. La
estructura narrativa de la novela permite conocer el punto de vista del secuestrador y de
la víctima, ya que comienza y concluye con la narración retrospectiva que Freddie hace
de los hechos, en medio de la cual Fowles intercala el diario de Miranda. Los
pensamientos de ambos protagonistas hacen lógico el epílogo de Fowles, no así el de
Wyler que omite la voz en primera persona de Miranda.
Wyler hasta se permite un apunte de humor negro, eso sí, muy hitchcockiano; en
la novela la nueva mujer que Freddie planea secuestrar tiene un nombre similar, Marian,
y es dependienta de una pastelería, mientras que en el film es una enfermera: ¿Quizá
para recordarnos Wyler que Freddie se negó a prestar asistencia sanitaria a Miranda?
Freddie prefirió dejarla morir a llevarla a un hospital... ¿Acaso estaba convencido de
que una enfermera enferma sabría qué hacer en similares circunstancias?
71
desborda y va descendiendo lentamente por el suelo de madera hacia el borde de las
escaleras, mientras Freddie conversa con el vecino intentando que se vaya cuanto antes.
El momento de suspense que crea Wyler es digno del mejor Hitchcock al cumplir la
máxima de mostrar toda la información al espectador pero no a los personajes, mediante
un uso muy inteligente del montaje paralelo que llega a sobrecoger al público. No es
hasta la mitad de la secuencia cuando el agua cae desde el piso superior al hall y Wyler
nos lo muestra introduciendo las dos acciones en un mismo plano. Por un lado vemos a
Freddie intentando deshacerse del vecino –a la izquierda del fotograma y actuando
como fondo-, por otro vemos el agua que camina inexorable hacia lo que puede ser la
salvación de Miranda –ocupando la otra mitad, la derecha del fotograma y en plano
corto- en un plano general picado con una gran profundidad de campo y que a buen
seguro hubiera firmado el mismo Orson Welles en las escaleras de The Magnificent
Ambersons (El cuarto mandamiento, 1942), o mucho después el propio Hitchcock en
Psicosis, primero en picado y luego, con la muerte de Arbogast (Martín Balsam) en un
majestuoso y geométrico plano cenital.
El amor imposible
Cuando sale del sótano para bañarse, Miranda se detiene y respira con agrado el
aire de la noche. Wyler toma un plano subjetivo de su nuca (impulso voyeurista propio
de Hitchcock, Polanski, De Palma…) con su pelo ondeando al viento; la cámara es la
visión de Freddie y de este modo se consigue transmitir al espectador como el deseo se
apodera gradualmente de él y como en su arrebato intenta acosarla, sufriendo el lógico
rechazo de Miranda.
72
El amor ciego de Freddie tiene cierta relación con el de Dante por su amada
Beatriz, algo que, en cierto modo, lo vincula directamente con Vértigo y prefigura la
Fascinación depalmiana. El carácter obsesivo de Fredie producto de una fijación
infantil (“Desde que te vi por primera vez supe que eras la única para mí.”) y la
idealización a la que somete a Miranda se plasman ya en la primera conversación entre
ambos.
73
Freddie no es un psicópata repulsivo, sino que su aislamiento moral, social e
incluso intelectual llega a inspirar lástima y un recurrente patetismo, algo ya planteado
por Wyler desde el inicio de la narración al incluir una forzada voz en off que trasmite
sus pensamientos: “Supongo que fue la soledad y el sentirme lejos de casa lo que me
llevó a comprar la casa”. Las referencias sociológicas, intelectuales y de clase (que por
otra parte, no son necesarias) entre los dos personajes parten de la novela de Fowles y
Wyler no las elude. Para ello tenemos dos buenos ejemplos: Salinger y Picasso.
Veámoslo.
72
SALINGER, J.D. The Catcher in the Rye (1951). La discusion entre Miranda y Freddie se refiere al
protagonista de esta novela, Holden Caulfield, un joven problemático cuya figura ha sido muy discutida
entre la crítica literaria.
73
Tony Richardson (Shipley, Yorkshire,1928) , que ya había dirigido la obra de teatro, dirige la versión
cinematográfica: Look Back in Anger (Mirando hacia atrás con ira, 1958), con guión del propio Osborne
y de Nigel Kneale; Richard Burton interpreta a Jimmy Porter.
74
autor del drama teatral The Entertainer.74 Asimismo también destacaron las novelas de
75
Alan Sillitoe Saturday Night and Sunday Morning (1958). y The Loneliness of the
Long Distance Runner (1959).76 Freddie Clegg incorpora rasgos de personajes de todas
estas obras citadas: Jimmy Porter, Arthur Saeton o Colin Smith; rebeldes de clase
trabajadora que desprecian toda forma de autoridad y a la sociedad misma, resentidos
contra el mundo. En esto sí se asemejan, pero el personaje de Freddie es mucho más
complejo.
Persecución
Otra idea interesante que debe ser citada es la persecución inicial por las calles
de Londres. Esta opción narrativa de sacar la cámara a la calle, podría entroncar la obra
con el neorrealismo -como afirmaba José Luis Garci en el coloquio de su programa
televisivo-, pero esto no sucede por la artificiosidad que conlleva el uso del zoom en
algunas ocasiones: un plano de Freddie espiando a Miranda en el pub, algunos planos-
contexto de la furgoneta cruzando Trafalgar Square etc., pobres recursos estilísticos que
74
Versión cinematográfica: The Entertainer (El animador, 1960), también dirigida por Tony Richardson
y con el mismo tándem de guionistas. El gran Laurence Olivier hace de Archie Rice.
75
Versión cinematográfica: Saturday Night and Sunday Morning (Sábado noche, domingo mañana,
1960), dirigida por Karel Reisz (Oslava, Checoslovaquia, 1926), con guión de Allan Sillitoe y Albert
Finney interpretando a Arthur Seaton.
76
Versión cinematográfica: The Loneliness of the Long Distance Runner (La soledad del corredor de
fondo, 1962), dirigida por Tony Richardson, con guión de Alan Sillitoe; Tom Courtnay interpreta el
papel de Colin Smith.
75
entorpecen la narración desde un punto de vista eminentemente visual. Pero también
hay en esta persecución un hallazgo fílmico-visual de enorme virtuosismo y perfección
técnica. Freddie ve a través del espejo retrovisor de la furgoneta, cómo Miranda camina
acercándose a él. Luego cruza por un paso de peatones situado delante del vehículo y la
cámara la sigue ¡sin ningún tipo de corte!, Mediante una corta panorámica desde dentro
de la furgoneta, en un alarde impresionante del uso de la profundidad de foco, de la
planificación y de la composición de la secuencia ciertamente geniales.
Lo siniestro
El Coleccionista es pues, al igual que Vértigo, una obra de arte edificada entre
lo Bello y lo Siniestro,77 donde el atrayente itinerario de deseo establecido por un
hombre mentalmente enfermo que busca la conservación de la belleza –la perpetuación
de un estado irreal de ese deseo colmado, un instante de contemplación atónita del ideal
creado y recreado- en el sentido clásico del término, se entremezcla con la
imposibilidad de preservar lo impreservable, por inexistente, lo inhóspito e inquietante
de esa conducta, en definitiva, lo Siniestro.
77
Siguiendo el concepto que de lo Siniestro da el filósofo Eugenio Trías: << Intenta traducir el término
Unheimliches, que da título, en alemán, a una célebre monografía de Freud. Propiamente esta palabra
alemana significa “inhóspito, inquietante, contrario a lo apacible y hogareño”; y por decantación Siniestro
( como opuesto a “diestro”, y con la significación de “zurdo” y “torcido”). En el Poema del Mío Cid se
habla por primera vez en castellano de “agüero siniestro” ( opuesto a “agüero dextero”).>> Vértigo y
pasión. Pág.67. Op.Cit.
Efectivamente, en el Mío Cid podemos leer <<Hasta vivar ovieron agüero / desde Bivar ovieron
agüero siniestro>>. Veamos la definición en lengua española: Siniestro ( Del lat sinister, -tri) Adj. Dicho
de una parte o sitio: que está a la mano izquierda. 2. Avieso y malintencionado. 3. Infeliz, funesto o
aciago. 5. Propensión o inclinación a lo malo; resabio, vicio o dañada costumbre que tiene el hombre o la
bestia. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima Segunda Edición,
Madrid, 2001.
76
Miranda adivina esa mente siniestra de Freddie, que acaba por extender lo
umheimlisch a la relación continua entre ambos. Curiosamente en la novela Miranda
define la relación en su diario como <<siniestra>>, justo antes de que el lector detecte el
primer atisbo del síndrome de Estocolmo: <<Es muy extraña. Siniestra. Pero hay una
especie de relación entre nosotros. (...) Así que es en parte por debilidad, en parte por
astucia y en parte por caridad. Pero hay una misteriosa cuarta parte que no logro
definir.>>78 El amor-pasión se transforma en amor-prisión.
Para lograr estos ambiciosos objetivos Wyler dota al relato de una trabajada
consistencia visual a lo largo de todo el metraje, una hipnótica poética transgresora de
imágenes revestidas con un barniz de demencia que, en diferentes ocasiones, se nutren
de la vivificante obra de Hitchcock y en la cual el mundo de Freddie se articula por
enajenadas arquitecturas mentales, atrapado en un vivo flujo y reflujo, de la demencia a
la supuesta cordura y viceversa.
La elección de ese sótano de aspecto neogótico no podría ser más acertada, pues
refleja a la perfección la tortuosa mente del protagonista, a la vez que parece fusionar
dos corrientes literarias que en principio no tendrían mucho en común: por un lado la
novela gótica de la segunda mitad del siglo XIX, por otro, el surrealismo. De hecho,
esta segunda acepción del sótano relacionándola con ciertas teorías freudianas podría
ser interpretada como el intento de transmitir la vuelta al útero materno (Miranda lo
trata como un niño y hay algo de infantil en su comportamiento amoroso, por otra parte
casi nunca físico) o como la cueva primigenia como símbolo del hábitat humano. El
sótano-bodega donde permanece Miranda es también un microcosmos mórbido y
enfermizo que alberga la locura, el ensueño, una pesadilla real que desata lo peor del
alma humana. La bodega es una metáfora de la isla de La tempestad, una isla en la que
la naufraga la nave de Próspero y su hija Miranda, origen de todos sus males.
78
FOWLES, John. El coleccionista. Edición de Susana Onega, Ed. Cátedra (Letras Universales), Madrid,
1999.
77
Pigmalión se desglosa en dos. El aislamiento que supone, para ambos, el sótano-bodega
hace que actúen cómo Pigmalión uno respecto al otro. Freddie reconstruye a Miranda
desde un punto de vista externo -le compra ropa, etc., recuérdese la escena del espejo- y
Miranda hace lo propio con Freddie enseñándole algunas nociones de arte y literatura,
trata, en vano, de educarlo, de intelectualizarlo.
78
ROBERT ALTMAN: That Could Day in The Park (1969)
Dirección: Robert Altman
Guión: William Freeman
Fotografía: László Kovács
Música: Johnny Mandel
Montaje: Danford B. Greene.
Decorados:Leon Ericksen
Producción: Donald Factor, Leon Mirell y Robert Eggenweiler ( productor asociado).
Intérpretes: Sandy Dennis (Frances Austen), Michael Burns (el chico), Susanne
Benton (Nina), David Garfield (Nick), Luana Anders (Sylvie), Edward Greenhalgh ( el
doctor), Linda Sorenson ( la prostituta), Michael Murphy.
Y un último apunte cinefílico, que demuestra que en esto del cine todos los
grandes creadores se influyen, de uno u otro modo, entre sí, como un río que a cada
meandro se nutre de nuevos afluentes, obra a obra, plano a plano, tema por tema: del
mismo modo que el concepto de objeto de deseo sufre una variación de Vertigo a El
Coleccionista, al tiempo que resulta una herencia, también el film de Wyler lo hará en
otras: el secuestro de ese objeto de deseo –objeto no real al ser creado por la mente del
sujeto creador– tiene una nueva lectura en la primera producción (cuarta como
realizador) del renacido Robert Altman, That Could Day in The Park (1969), obra
claustrofóbicamente fascinante en la que una mujer madura -al igual que Freddie-,
excelentemente interpretada por Sandy Dennis, acaba secuestrando y encerrando a un
joven (Michael Burns), su objeto sexual de deseo, con el fin de acostarse con él y
cuidarlo. Lamentablemente, al tratarse de una obra de difícil acceso, es prácticamente
desconocida no ya por el público sino por parte de la crítica cinematográfica. Pese a ello
este film de Altman deja su impronta en Misery (1990), adaptación de Rob Reiner de
una mediocre novela de Stephen King, que trata de un escritor secuestrado por una
ferviente admiradora, también de mediana edad, y que busca, igualmente que Freddie en
El Coleccionista, que la persona secuestrada acabe enamorándose del sujeto
secuestrador.
79
cineasta valenciano lleva la obsesión posesiva a su total extremo, sustituyendo el objeto
de deseo ficcional por un objeto real: un maniquí. Otro cineasta español, Pedro
Almodóvar, realizará una nueva variante del secuestro en Átame (1989) pero sin llegar a
la maestría de las obras citadas. Lo mejor de este film es la fotografía de José Luis
Alcaine y la música de Ennio Morricone.
80
Code Inconnu: Récit incomplet de divers voyages (Código desconocido, 2001)
Uno de los mejores films estrenados durante el año dos mil uno –junto a Á la
verticale de l´ été (Pleno Verano, 2001), del vietnamita Tran Anh Hung e In the mood
for love (Deseando amar, 2001), del hongkonés Won Kar-wai– fue Code Inconnu:
Récit incomplet de divers voyages (Código desconocido: retrato incompleto de diversos
viajes, 2001) escrito y dirigido por Michael Haneke.79
79
Michael Haneke (Munich, 1942), filósofo e intelectual austríaco-alemán comienza su actividad como
dramaturgo y director teatral. Entre 1974 y 1993 dirige una decena de películas para televisión. Debuta en
cine con el largo Der Siebent Kontinent (El séptimo continente, 1989), a las que le siguen Benny’s Video
(1992), 71 Fragmente einer chronologie des zullalls (71 Fragmentos de una cronología del azar, 1994),
Wolfzeit (1995), Funny Games (1997) –obra que lo da a conocer entre el gran público- , Das Schlob
(1997) –adaptación personal de El castillo de Kafka-, Code inconnu (Código desconocido, 2001), La
pianiste/Klavierspielerin (La pianista, 2001) y Le temps du loup (2004). Ahora prepara en Francia un
nuevo film Caché (2005), interpretado por Daniel Auteuil y Juliette Binoche y con su operador habitual
Jürgen Jürges y música de Giba Gonçalves.
La pianista es, junto a la obra que nos ocupa, el mejor film de Haneke: una mirada durísima,
brutal, patológicamente brillante. Mórbida y de una crueldad extrema, La Pianiste está basada en la
novela homónima del austríaco Elfriede Jelinek , y logró el Gran Premio del Jurado en el Festival De
Cannes, así como sendos premios de interpretación para Isabelle Huppert y Benoit Magimel. Asimismo,
Jelinek ha sido guionista de Malina (1991), de Werner Schroeter, protagonizada también por la
extraordinaria Isabelle Huppert; y Die Blutgräfin (2000), film de terror dirigido y coescrito por Ulrike
Ottinger.
81
lanza una crítica al mismo individuo, indignado ante su apatía. Como ha afirmado él
mismo: <<Los que hacen películas de entretenimiento son los pesimistas (...). El
optimista es el que intenta sacar a la gente de su apatía.>>80
Se ha dicho que esta obra se inspira en los postulados de La miseria del mundo
(1993) del sociólogo francés Pierre Bourdieu. Pues bien, un film que, en principio, no
tendría nada que ver con El Coleccionista, sí posee, en cambio, referencias directas,
explícitas. Su personaje principal es Anne una actriz que traslada su soledad y su vacío
interior a los personajes que interpreta. En un largo y magistral plano-secuencia81 Anne
es secuestrada dentro de una habitación con las puertas y ventanas tapiadas. La
claustrofobia, como en El Coleccionista, se repite. A través de su rostro vemos su
desesperación y su pánico, un terror mayor, si cabe, que el de Miranda en el film de
Wyler, gracias a la prodigiosa interpretación de Juliette Binoche, sin maquillaje alguno,
jugando con su respiración, las miradas, las frases entrecortadas por un miedo que se
nos antoja real. Una puesta en escena hiperrealista, con la cámara fija en el rostro de
Binoche, el uso del fuera de campo, la voz en off, son recursos para demostrar que la
realidad puede ser representada. Pero es entonces cuando Haneke nos descubre que es
una ficción, la representación de una representación. Binoche interpreta a Anne, que a
su vez interpreta a una secuestrada en una película. El espectador se queda perplejo al
comprobar que ha sido manipulado en sus emociones más íntimas. Los cinéfilos al
comprender el guiño de Haneke, también descubren que Anne interpreta dentro del film,
a un trasunto de la Miranda de El Coleccionista. Y por si hubiese alguna duda el
cineasta nos lo aclara más tarde: cuando Anne visita la granja del padre de su novio, le
dice que está trabajando en una nueva obra titulada “El coleccionista”. La cita se vuelve
explícita.
80
Fotogramas, num,1896,octubre de 2001.
81
Al igual que en la obra de Angelopoulos Haneke rodó todo el film en planos-secuencia, explotando sus
posibilidades al máximo. Son exactamente cincuenta planos-secuencia. Ya en 71 Fragmentos de una
cronología del azar (1994), había realizado algo similar, en este caso con setenta y un planos-scuencia,
como indica el título.
82
BRIAN DE PALMA: Obsession (Fascinación, 1976) y Body Double
(Doble Cuerpo ,1984).
82
DELORME, Stephane. Cahiers Du Cinéma, núm.529,pág.31, noviembre de 1998.
83
Francia e Italia, son más que sus defensores) insisten, por el contrario, en su tendencia a
sobrecargar algunas secuencias, cierta machaconería en las narraciones y, no podía ser
de otro modo, sus continuos pastiches de Hitchcock. Personalmente, al desconocer
cuatro de sus cinco primeras películas correspondientes al período 1968-1972,83 me
referiré a la veintena de películas rodadas desde entonces hasta la actualidad. Uno
piensa, tras la visión y revisión constante de la mayoría de sus films, que lo más justo
sería exponer una postura de neutralidad no como producto del desconocimiento de
esta parte de su obra, sino más bien al contrario, resultado de una saturación excesiva.
Su filmografía es tremendamente irregular, algo que apenas sucede con Scorsese,
Woody Allen y en menor medida Coppola, pasando de grandes obras a otras casi
ridículas. Pero incluso en sus peores películas se escapan algunas secuencias geniales,
producto de un excelente y quizá excesivo dominio de la técnica, en especial del plano
secuencia con largos travellings y contra-travellings, y de la pantalla partida. Asimismo
posee un profundo conocimiento de la técnica del montaje, digno de una Telma
Schoonmaker, casi siempre resultado y consecuencia lógica del estudio del cine
soviético -como se puede observar en la conocida secuencia de las escaleras de la
estación ferroviaria en The Untouchables (Los intocables de Elliot Ness, 1987)
homenaje evidente a la de las escaleras de Odessa en El Acorazado Potemkin
(Bronenosets Potiomkin, 1925), de Sergei Mikhailovich Eisenstein (1898-1948).
83
Murder a la Mod (1968), Greetings (1968), The Wedding Party (estrenada en 1969, pero rodada entre
1964-1966, y en dónde figura un debutante Robert De Niro), Hi Mom! (¡Hola, mama!, 1970) y Get to
Know Your Rabbit (1972). Los cuatros primeros films , enmarcados en el postunderground neoyorquino,
ya presentan una clara influencia de Hitchcock, como ha señalado Augusto Martínez Torres. Tras estas
obras de aprendizaje realiza Get to Kown Your Rabbit -en la que interviene un Orson Welles en
decadencia como actor- ,fallida comedia producida por una major, la Warner Bros.
84
En su segunda etapa (1973-1981) encontramos sus mejores películas Phantom
of Paradise (El fantasma del paraíso, 1974) – una muy imaginativa relectura en clave
de rock de El Fantasma de la Ópera, de Gaston Leroux-, Carrie (1976) –brillante
adaptación de una pésima novela del especialista Stephen King-, The Fury (La furia,
1978) –sobre una novela y guión de John Farris, donde mezcla con cierta habilidad la
fantasía, el terror y los efectos especiales- Blow Out (Impacto, 1981) –angustiosa y fría
narración que supone una reflexión sobre el voyeurismo y el propio cine- y su obra
maestra: Obsession (Fascinación, 1976). Allí donde el autor de Rebeca dejaba
concluida su obra el director nacido en Filadelfia recoge el testigo y, con ayuda de
Schrader, la continua y prolonga hasta límites insospechados para el cine
estadounidense de esa época.
85
Obsession (Fascinación, 1976)
Dirección: Brian De Palma
Guión: Paul Schrader. Argumento :Brian De Palma y Paul Schrader.
Fotografía: Vilmos Zsigmond, en Technicolor y Panavision.
Música: Bernard Herrmann
Montaje: Paul Hirsch
Intérpretes: Cliff Robertson (Michael Courtland), Geneviéve Bujold (Elizabeth
Courtland / Sandra Portinari), John Lithgow (Robert La Salle), Sylvia Kuumba
Williams (Judy), Wanda Blackman (Amy Courtland).
Productores: George Litto y Harry N. Blum
Producción: Yellow Bird Films para Columbia Pictures
Duración: 98 minutos.
84
Año en el que un actor casi desconocido, Silvestre Stallone, se hace famoso en el papel de un boxeador
de mala muerte que llega a campeón: Rocky. Con guión del propio Stallone y dirección del mediocre John
G. Avildsen (responsable de la aún más mediocre saga de Karate Kid) el film no sólo se convierte en el
mayor éxito comercial del momento, sino que logra el oscar al mejor film y a la mejor dirección, lo que es
muy de lamentar ante la ceguera de la crítica y la academia estadounidenses de entonces. A modo de
ejemplo señalar que en 1980 el extraordinario film de boxeo Raging Bull (Toro salvaje), de Martín
Scorsese, perdió sendos oscars frente a Robert Redford y su Ordinary people (Gente Corriente, correcto,
pero de dirección excesivamente telefílmica), pese a que , paradójicamente , la primera – con guión de
Schrader- fuese elegida por la Crítica Internacional hace poco más de un año, como la mejor película
estadounidense de la década de los ochenta. En fin, se tratan de incongruencias que no merecen mayor
consideración y de las que fue víctima el propio Hitchcock, entre otros.
86
Fascinación –una de las mejores películas del año en EEUU junto a Taxi Driver
(Ídem), de Scorsese, The Killing of a Chinese Bookie, de John Cassavetes, un film que,
creo, gana con los años dentro de la implacable trayectoria cassavetiana, y The Outlaw
Josey Wales (El fuera de la ley), comenzada por Phillip Kauffman y concluida por su
estrella, Clint Eastwood– es un magistral homenaje a Hitchcock, sobrepasando las
nociones de imitación o plagio y creando una atmósfera realmente hitchcockiana muy
eficaz. Sin embargo, pretender ser émulo de Hitchcock supone una osadía de la que, en
ocasiones, De Palma no ha salido indemne. Fascinación es la excepción, así como la
primera parte de Doble cuerpo y Vestida para matar. Por el contrario obras como
Sisters (Hermanas, 1973), o incluso Impacto, aun siendo buenas películas, adolecen de
una estructura más coherente y deberían prescindir de ciertos efectismos innecesarios.
86
Entrevista con DANEY, Serge y ROSEMBAUM, Jonatham. “ Made in USA” , número especial de
Cahiers du Cinéma (París), num 334,335 , abril de 1982, reproducida en Casablanca (Madrid) , num 26,
febrero de 1983. Pág.29
87
original de Schrader -que finalmente nunca sería rodado en su totalidad- incorpora
elementos temáticos del firmado por Samuel Taylor y Alec Coppel, lo que parece no
concordar con lo afirmado por Marcial Cantero cuando señala que Fascinación no es
deudora de la obra de Hitchcock << más allá de lo puramente estructural, de la idea
genérica de la suplantación de una persona muerta por otra con la que guarda un enorme
parecido físico.>>87
88
Entrevista con DANEY, Serge y ROSEMBAUM, Jonatham. Op. Cit .Pág.29.
88
en menor grado, The Confort of Strangers (El placer de los extraños, 1990), obras
tremendamente personales y plagadas de ricos matices, mientras que De Palma lleva
años sin firmar una obra notable, plegado a los avatares y encargos de la industria. ¿A
que viene esa Mission to Mars (Misión a Marte, 2000)? Si hablamos del fracaso
artístico y no del económico, ¿quién es ahora el fracasado? Tampoco pretendo que se
malinterpreten mis palabras, no afirmo que Schrader sea mejor cineasta, realizador,
director o que domine en mayor grado el lenguaje cinematográfico que De Palma, pero
es un hecho innegable que en los últimos tres lustros, la obra del autor calvinista crece
en méritos exclusivamente de calidad, en tanto que la carrera depalmiana no parece
progresar un ápice –excepto en las extraordinarias, aunque ambas con altibajos,
Atrapado por su pasado y Femme Fatale (2003)- y lo que es peor no se atisban
síntomas de gran mejoría en su cine.
89
GALÁN, Eduardo. Estudio sobre Paul Schrader. Inédito.
90
Aunque según Eduardo Galán , especialista en Schrader , éste había imaginado un final mucho más
duro y trágico , probablemente el intento de suicidio de Amy en el avión se hubiera consumado.
91
GUARNER, José Luis.Op Cit. Págs. 124 y 125.
89
le encantaba el film pero que lo consideraba un plagio, además lógicamente de no
parecer estar muy de acuerdo con el final.
90
casting. Pero si se vislumbra la posiblidad de que fuera Herrmann quien apuntase al dúo
De Palma-Schrader la posibilidad de localizar la acción de Fascinación en Nueva
Orleáns. ¿O fue al revés? Lo cierto es que Cilff Robertson se asemeja mucho más
físicamente a un Charles Boyer de mediana edad que a James Stewart. ¿Simple
coincidencia?
Del mismo y recurrente modo que Vértigo se estructura en torno a una iglesia
católica –concretamente la de una misión española del siglo XVIII– con múltiples
connotaciones simbólicas, también Fascinación gira en torno a otra Iglesia, la conocida
basílica florentina de San Miniato al Monte. Cómo veremos estamos ante un hallazgo
visual que supone una enorme contribución a la eficacia expositiva de las imágenes, en
algunos planos, y a su condición metafórica en otros.
Y es justo ahora cuando nos encontramos ante una idea brillantísima y auténtica
declaración de principios, sin parangón no sólo en el cine depalmiano, sino en toda la
Historia del Cine. Sólo los espectadores que conozcan Vértigo de antemano y luego
vean Fascinación comprenderán lo que De Palma nos está planteando. Como ha
señalado muy acertadamente Michael Henry: “Así como la obra primitiva que
reproduce Obsession es Vértigo de Hitchcock, De Palma pide a sus críticos que juzguen
91
a un artista sobre la evidencia de su trabajo.”, a lo que Bertrand Tavernier y Jean-Pierre
Coursodon añaden: <<Y aunque una película pueda ocultar otra, sería absurdo destruir
la nueva obra en nombre de la antigua.>> (...) <<Courtland se ha enamorado de Sandra
porque le recuerda a su mujer; la muerta y la viva forman un palimpsesto, y la
inconsolable viuda queda emplazada ante el mismo dilema que el restaurador de
arte>>.92 ¿Cómo juzgar la obra? La pregunta que nos plantean Schrader y De Palma no
sólo se formula al espectador, sino que, en una segunda lectura, se dirige a aquellos que
ya conocían la obra primitiva –Vértigo- y se percatan de las similitudes, a los críticos,
que suelen calificar como plagio todo expresión artística que les recuerda a otra anterior,
y por último a todos aquellos creadores que buscan su inspiración bebiendo en las
fuentes del pasado. ¿Es esta una excusa justificatoria? No lo creo. Más bien se trata de
todo un manifiesto de intenciones. Fascinación puede ser al cine lo que la obra de
Marcel Schwob a la literatura.
Además, como se ha dicho con singular acierto, esta idea de fuerte síntesis
plástica y argumental sirve para que Sandra plantee la misma duda a Michael,
estableciendo un macabro símil en el cual ella es la madonna de Daddi y la pintura
primitiva –oculta -, es la madre/esposa muerta. Veamos como se desarrolla el diálogo en
la secuencia entre Sandra (Amy) y Michael, ante los frescos de San Miniato:
92
TAVERNIER, Bertrand y COURSODON, Jean Pierre. Op. Cit.Tomo I , Pág.470.
92
Necrofilia y reconstrucción
Según Hitchcock: “Hay otro aspecto que llamaría “sexopsicológico” y es, aquí,
la voluntad que anima a este hombre para recrear una imagen sexual imposible; para
decirlo de manera más sencilla, este hombre quiere acostarse con una muerta; esto es
necrofilia”.93 Se ha dicho hasta la saciedad que el personaje de Stewart en Vértigo es un
necrófilo, pues durante la segunda parte del film ama a una muerta que intenta
reconstruir -o a un fantasma, si se prefiere- valiéndose de otra mujer que guarda un
extraordinario parecido físico, porque en realidad se trata de la misma persona. Paul
Schrader tuvo presente este carácter excepcional e imprescindible del personaje a la
hora de construir el relato y, lo que es más relevante, la personalidad de su personaje
central, poblando la historia de múltiples elementos simbólicos de evidente
identificación. La belleza de la muerte nos lleva, una vez más, a la fusión de Eros y
Tánatos.
Este carácter necrófilo de Scottie está vinculado al de Don Lope (Fernando Rey)
también obsesionado por poseer a una muerta en Viridiana (1960), de Luis Buñuel. Pero
este es otro tema. De hecho el binomio Buñuel-Hitchcock daría para escribir varios
libros sustentados únicamente en exégesis comparativas de ambas filmografías:
voyeurismo, obsesiones sexuales, necrofilia, simbología cristiana –ambos educados en
colegios jesuitas y en la misma época-, deseo por lo prohibido, repercusiones del pasado
en conductas desviadas, complejo de culpabilidad, colaboración con Dalí, etc.
93
TRUFFAUT, François, El cine según Hitchcock. Op. Cit. Pág. 230, en la Edición de Bolsillo,2000.
93
Sandra- Lo siento, no hablaba en serio.
94
. TRUFFAUT, François, El cine según Hitchcock. Op. Cit.Pág.229, en la Edición de Bolsillo,2000.
94
El castillo: Dante/Duplicación
Para acabar de enredar más a Michael en la tela de araña tejida por su socio,
Sandra Portinari (a estas alturas el espectador desconoce que es Amy Courtland) le
recita los conocidos versos de Dante, escritos a comienzos del siglo XIV:
95
Sandra – No. El joven Dante desde allí contemplaba a Beatriz y desde aquí ,
entremedias , se sentaba una dama a la que Dante simulaba amar para que
Beatriz no se sintiera molesta por sus continuas miradas. ( Pausa. Primer plano
de Genevieve Bujold, mirando fijamente a Michael) Todavía amas a Elizabeth,
verdad, por eso te gusto. (Pausa) ¿Cómo murió?
Michael – Yo la maté. (Plano-contraplano, cruce de miradas y fin de la
secuencia)
Otro símil que se podría establecer entre las dos películas es la de interpretar la
bajada a los infiernos de Dante (Fascinación) con la otra bajada a los infiernos de Orfeo
(Vértigo). Y sería bueno recordar que el propio Dante cita a Orfeo en su Divina
Comedia (Infierno, Canto IV), cuando baja al Infierno y allí mismo se lo encuentra,
junto a otros personajes históricos como Séneca, Anaxágoras o Tolomeo.
96
Si elaboráramos un léxico del film una de las expresiones que figurarían sería la
de complejo de Edipo ya que la génesis de la narración se haya en esta, cuando menos
discutible, idea mítica. Y no está de más recordar la desfasada hipótesis de Freud según
la cual todo proceso artístico y creador tiene su embrión en este complejo edípico, ya
que el creador (en este caso serían Schrader y De Palma) se identifica con su propio
padre y la obra de arte sería un don hecho a la madre a través del incesto. También el
complejo de Electra, según las teorías de Freud sobre evolución psicosexual del niño,
sería la atracción sexual que la niña siente por el padre, en ocasiones acompañada de
hostilidad hacia la madre, por lo que este complejo padecido por Amy sería una
traslación de las obsesiones edípicas de los creadores de Fascinación. Y no olvidemos
que el Complejo de Electra es el epicentro sobre el que se sustenta la admirable película
Leave her to heaven (Que el cielo la juzgue, 1945), de John M. Stahl.
95
DANTE. Divina Comedia. Infierno. Canto XXX. CírculoVIII. Bolsa X. Falseadores (V.38,39).
97
brevemente el punto de vista de Scottie y adopta la mirada de Madeleine mientras arroja
parte de ese ramillete, antes del falso intento de suicidio. Manuel Cintra Ferreira
señalaba en un proyección del film en la Cinemateca Portuguesa (Lisboa, 5 de febrero
de 2003) que la música que suena en la visita de Courtland al mausoleo de su esposa “es
la misma que Herrmann compuso para el pasaje de Scottie por el cementerio donde yace
Carlota.” Enésima similitud.
96
Entrevista con BLANCO, Paco. Fotogramas, núm 1544, 19 de mayo de 1978. Pág. 19.
97
“Dice que no le pertenece porque la Warner cambió el final, varió el montaje e incorporó escenas
rodadas por otros.” CANTERO Marcial.Op.Cit. Pág.137. Sin duda De Palma vivió en sus carnes la
impotencia de ver como una obra es mutilada por los productores, algo que personalidades tan relevantes
como Welles – por ejemplo en Journey in to Fear, The Magnificent Ambersons, Touch of Evil- o
Peckinpah – en Major Dundee, The Wild Bunch, Pat Garret and Billy the Kid, entre otras- padecieron
con honda amargura de principio a fin de sus carreras. El fuerte carácter de algunos genios choca contra
el sistema ,contra la industria, algo que, desde luego, no sucedió con Hitchcock.
98
Un guiño más a la simbología cristiana.>>98 Respetando la idea de Marcial Cantero, he
considerado una interpretación diferente de las siete vueltas de este famoso travelling
circular. En el Canto IV – Infierno- de la Divina Comedia ,99 de Dante se puede leer:
Las siete vueltas que efectúa la cámara pueden ser interpretadas como la alegoría
de una alegoría, según la cual el castillo representaría a la sabiduría y esos siete muros
circulares –y por ende las correspondientes vueltas fílmicas– serían las artes
comprendidas en el trivium y el quadrivium: gramática, lógica, aritmética, geometría,
astronomía y música; aunque posteriormente Pedro, hijo de Dante, vería en ellos a las
distintas partes de la filosofía, esto es, física, metafísica, ética, política, economía,
matemáticas y dialéctica. El concepto circular se manifiesta también en el hecho de que
el Infierno de Dante se divide en nueve círculos, perteneciendo el castillo de los siete
muros al Círculo I, que era el de los justos no bautizados.
Y por si esto fuera poco Dante se refiere a su Beatrice como <<Dama virtuosa,/
por quien la humana especie al continente / del cielo que el menor círculo ostenta,/
excede , y es por ti tan solamente.>>100 De nuevo el círculo, en este caso como metáfora
del Paraíso al que conduce el ser amado. Si consideramos esta interpretación, el
aeropuerto –con sus movimientos circulares- sería ese paraíso, ese deseo colmado, por
lo que se vería justificado el happy end ideado por De Palma, y su consecuente
construcción circular. Sin olvidar que, según los dantistas, Beatriz Portinari es símbolo
de la Revelación (y, gracias a ella, el hombre conoce las Verdades que ésta simboliza) y
de modo análogo, Sandra Portinari origina esa otra Revelación– la constatación de que
98
CANTERO, Marcial. Op. Cit. Pág. 168.
99
El Infierno debió publicarse hacia el año 1312, el Purgatorio en 1315 y el Paraíso , poco después de la
muerte del poeta. Dante la tituló simplemente Comedia, fue la crítica la que la añadió el calificativo de
Divina a partir del siglo XVI.
100
Divina Comedia. Canto II. Selva Oscura (v.75-78).
99
es hija de Michael y no una reencarnación de su amor perdido- en el final de
Fascinación.
En las dos películas el recurso circular parece utilizarse como una solución con
la que arrebatar de la muerte, de los infiernos, al objeto amado, la idealización de una
mujer irreal, recuperada para goce del sujeto. Y aquí descubrimos una nueva conexión
entre Vértigo y Fascinación a través de Dante. El beso circular está inspirado en El Beso
de Rodin (que siempre fue una de las esculturas predilectas de Hitchcock) e igualmente
el escultor francés dijo inspirarse en los Paolo y Francesca de Dante, la pareja que se
besó y por fue condenada por ello. Una vez más la sombra de Dante gravita impasible
por ambos universos fílmicos.
Igual que Picasso en Las Meninas juega con la memoria colectiva de la obra
maestra de Velázquez, De Palma (salvando las distancias) hace lo propio con
Hitchcock. Una cosa es el uso de la obra-modelo y otra, muy distinta la mención, la cita,
por no hablar del plagio. Ciertamente nadie se atrevería a reprocharle a Picasso este uso
del modelo, menos aún de plagio, pero el cine, arte joven, es todavía víctima de una
crítica moralista de la que las demás formas de expresión artística, sobre todo plásticas,
se han liberado ya desde hace suficiente tiempo.
100
Dressed to kill (Vestida para matar, 1980)
Dirección y guión: Brian De Palma
Fotografía: Ralf D. Bone en Technicolor y Panavision.
Música: Pino Donagio
Montaje: Jerry Greenberg y Bill Pankow.
Productor: George Litto.
Producción: Cinema 77 Films para Filways pictures y Werwick Asociates.
Intèrpretes: Michael Caine (Doctor Robert Elliot), Angie Dickinson (Kate Miller),
Nancy Allen ( la prostituta Liz Blake), Keith Gordon (Peter Miller), Dennis Franz
(Detective Marino).
Duración: 104 minutos.
De Palma con Michael Caine y Angie Dickinson en el set de Dressed to Kill (Vestida para
matar, 1980). La secuencia del museo (en la fotografía de la derecha vemos un momento del rodaje de
esa secuencia) es una de las citas evidentes de Vértigo.
101
MOLINA FOIX, Vicente. Fotogramas , 18 de febrero de 1981. Pág.6.
101
He elegido este texto de Vicente Molina Foix porque me parece muy
representativo de lo que podría llamarse el espíritu De Palma. Por lo demás, no trataré
de comentar ningún punto de encuentro entre Vestida para matar y Alfred Hitchcock,
pese a que existen infinidad de ellos. El motivo es simple: este estudio camina en la
búsqueda de la impronta de Vértigo y no de otras obras del maestro. La referencia
directa tomada de Vértigo es aquella en la que Karen visita un museo y contempla un
cuadro sentada en un banco, prácticamente idéntica a aquella otra en la que Madeleine
hace lo propio en el Museo de la Legión de Honor. A partir de aquí las conexiones entre
Vestida para matar y Hitchcock habría que hacerlas tomando, principalmente, Psicosis
como referencia.
102
Body Double (Doble Cuerpo, 1984)
Dirección: Brian De Palma
Guión: Robert J. Aurech
Fotografía: Stephen H. Burum
Música: Pino Donaggio
Montaje: Jerry Greenberg y Bill Pankow.
Intèrpretes: Craig Wasson (Jake Scully), Deborah Shelton (Gloria Revelle), Melanie
Griffith (Holly Body), Gregg Henry (Sam Bouchard), Guy Boyd (Jim McLean).
Productores: Brian De Palma, Howard Gottfried (productor ejecutivo) y Jimsie Eason
(productor asociado).
Producción: Columbia Pictures y Delphi Productions II. Duración: 104 minutos.
Body Double (Doble cuerpo, 1984) es una película que intenta mezclar, con
desigual acierto, elementos hitchcockianos de Vértigo y La ventana indiscreta. Jake
Scully, su protagonista, es un mediocre actor de films de terror de bajo presupuesto que
padece una enfermedad: claustrofobia. Así se nos presenta en la primera secuencia de la
película. Introducido en un ataúd –representa el papel de un vampiro- sufre un fuerte
ataque nervioso. Desde el principio el espectador sabe que Jake es un claustrofóbico,
siguiendo De Palma un modelo similar al de Vértigo cuando Hitchcock nos presenta a
Scottie como alguien que padece vértigo en la secuencia de la persecución por los
tejados (también primera secuencia de la película). Esa misma noche Jake se instala en
el apartamento de un amigo llamado Sam y se percata de que posee un catalejo en la
ventana. Al observar a través de él comienza a espiar a los vecinos y logra ver a una
mujer que realiza un striptease en el apartamento de enfrente, una especie de ritual
sexual que se repite todas las noches a la misma hora. Días después Jake, intrigado por
la personalidad de la desconocida inicia una persecución por toda la ciudad porque ha
visto como, desde un tejado, también es espiada por un indio de aspecto siniestro. En la
persecución descubre que el hombre con aspecto de indio la persigue hasta que llegan a
una playa. Comienza a correr por la playa entre las casetas de bañistas ya que cree que
el hombre trata de asesinarla. Al llegar a la entrada de un túnel se para y la llama. Ella le
escucha y se para. Es aquí cuando el espectador descubre un primer plano de Gloria, en
perfil, como la Madeleine de Vértigo, con la diferencia de que Gloria es morena.
Cuando el indio psicópata roba el bolso de Gloria, es perseguido por Jake pero al
103
introducirse éste en el túnel se queda paralizado por su claustrofobia. De inmediato
surge un nuevo paralelismo entre Vértigo y Doble Cuerpo: del mismo modo que la
acrofobia de Scottie le impide salvar a Madeleine por dos veces (y al policía en la
secuencia inicial del film), la claustrofobia impide a Jake salvar a Gloria, como se verá
más adelante. Cuando Jake se encuentra inmóvil e impotente en el túnel el psicópata
vuelve y le arrebata el bolso, coge unas tarjetas y se lo devuelve. Momentos después
Gloria ayuda a Jake a salir del túnel y es entonces cuando se produce el momento en el
que Jake comienza a besarla, extasiado ante tanta belleza y preso de un deseo
irrefrenable. La secuencia está rodada de modo similar al famoso beso circular de
Vértigo, con la cámara dando vueltas y vueltas alrededor de la pareja mientras se
abrazan y se besan apasionadamente.
Pero aquí reside una de las muchas torpezas de De Palma en el film. Pese a ser
un plano-secuencia excelente y rodado de modo impecable, aquí no existe –al contrario
que en Vértigo– implicación temática, es decir no se vehicula una relación entre fondo y
forma. En Vértigo la secuencia es la culminación del itinerario del deseo de Scottie, que
ve completada la transformación de Judy en Madeleine, que él creía muerta, por lo que
parece como si hubiese vencido al destino resucitando a Madeleine entre sus brazos.
Hitchcock crea así uno de los momentos más sobrecogedores de toda la Historia del
Cine, ayudado por el excepcional tema Scéne d’Amour, compuesto por Bernard
Herrmann. Pero el error de De Palma estriba en que al no existir ningún contacto previo,
ninguna relación entre Jake y Gloria, tampoco produce ningún tipo de reacción emotiva
en el espectador; si exceptuamos el de mostrar el escultural cuerpo semidesnudo de la
bellísima actriz Deborah Shelton, cubierta por un erótico vestido blanco mientras es
acariciada por Graig Wasson. Lo que en Vértigo era una solución dramática
brillantísima, un modo de escribir un texto audiovisual que reflejase el estado emocional
de los personajes, se ha convertido en Doble Cuerpo en un ejercicio esteticista, de gran
calidad técnica, eso sí, pero ejercicio al fin y al cabo. Lo que resulta aún más
sorprendente en un cineasta que ya había empleado este modo de rodar en la secuencia
final de Fascinación, con la diferencia de que allí sí existía una reacción causal entre lo
que se cuenta y cómo se cuenta. Una solución estético-dramática que en Fascinación
resulta lógica, emotiva y genial pero que aquí, pese a estar rodada con una igual
brillantez técnica, resulta gratuita.
104
Travelling circular
Cuando dos personas se están besando, tal y como Alfred Hitchcock descubrió hace
muchos, muchos años, si quiere ver cómo los dos personajes reaccionan ante el beso,
es una buena idea girar a su alrededor. ¡Notorius!102
Brian De Palma
Por la noche Jake vuelve a observarla desde la ventana a través del catalejo
(como L.B: Jefries –también interpretado por James Stewart- en La ventana indiscreta)
y para su sorpresa ve como el indio se ha introducido en el piso con un enorme taladro.
Jake llama a Gloria para avisarle del peligro pero el indio le ataca por la espalda y la
estrangula con el hilo telefónico. Mientras tanto Jake corre a salvarla, rompe un cristal
del apartamento y es atacado por un perro, mientras, en el piso de arriba, el indio
asesina a Gloria, atravesándola repetidas veces con el taladro. De este modo el objeto de
deseo es eliminado ante sus propios ojos sin que pueda hacer nada para impedirlo en un
intento frustrado de salvarla. Surge aquí la figura del protagonista víctima y falso
culpable: una de las tarjetas que el asesino introdujera del bolso en la secuencia del
túnel, no era una tarjeta de crédito, sino una tarjeta de seguridad de la puerta del
apartamento de Gloria, que funcionaba como una llave y permitió al homicida
introducirse en su hogar.
Pasados unos días Jake descubrirá que el cuerpo que realizaba el striptease era,
en realidad el de Holly (de ahí el título de la película: Body Double-Doble Cuerpo), una
actriz de cine pornográfico que fue pagada para interpretar el papel de stripgirl. Así
comienza la segunda parte del film en la cual descubrirá que todo es un plan de su
amigo Sam para poder asesinar a Gloria, su esposa. A partir de este momento y durante
toda la segunda parte del film la burda trama argumental, plagada de recursos
arquetípicos pretendidamente enigmáticos se diluye en una narración confusa y un
guión desastroso. El argumento pierde, así, casi toda su credibilidad.
He aquí otra similitud con Vértigo, la película es, de hecho, dos películas, pero
con la diferencia de que en Doble Cuerpo pasamos de una primera interesante a una
102
Entrevista con PARERA, Joseph. Dirigido por , núm.222, Barcelona, 1994. El Notorius del final hace
referencia al título original de Encadenados (1946), de Alfred Hitchcock.
105
segunda mala y convencional, mientras que en Vértigo ambas partes/películas son
realmente excelentes. Pero no acaban aquí las similitudes. El tema de la duplicidad se ve
asimismo duplicado. No se trata de un juego de palabras, sino de cómo De Palma trata
de evolucionar el modelo –sin mucho éxito, cierto, pero lo intenta -. Si en Vértigo el
objeto de deseo es una mujer, aunque Scottie cree que son dos durante gran parte de la
historia (Madeleine y Judy), aquí son dos mujeres reales, Gloria y Holly. La diferencia
es que Vértigo concluye con la muerte real de la doble (Judy), mientras que en Doble
Cuerpo la doble (Holly) se salva. Y no acaba aquí el paralelismo. Para salvar a Holly,
Jake ha de vencer su claustrofobia –es enterrado vivo y consigue salvarse y salvarla-
pero en el caso de Scottie la cura de su acrofobia o miedo a las alturas pasa por la
muerte de Judy, en el final más trágico que quepa imaginarse. Esta vez sí es una muerte
real, aunque a ojos de Scottie también lo fuera la primera vez, realmente ha visto morir
a la misma persona dos veces y en ninguna de las dos pudo impedirlo. Asimismo De
Palma duplica el personaje original de Gabin Elster en dos: Sam, el cerebro del plan, y
el indio psicópata, como ejecutor, que no es otro que el propio Sam disfrazado con una
máscara de indio.
Como en el caso de John Dahl con el film noir o, por qué no, de Clint Eastwood
con el western, los films de Brian De Palma poseen una característica reiterativa, la
reinterpretación y relectura de las grandes obras del cine clásico. Pero la postura
adoptada por De Palma (a diferencia de lo realizado por Peckinpah en los sesenta y
setenta con el cine del oeste) no desmitifica el género del suspense, sino que lo potencia
aún más, adaptándolo a los gustos del público de su tiempo, lejos de toda tentativa
hagiográfica para con el maestro, aunque sin plantear siquiera una destrucción
iconográfica, lo cual, y a riesgo de parece perifrástico, no constituye un reproche sino
todo lo contrario. Los excelentes resultados artísticos cosechados en las citadas
Fascinación, Vestida para matar, Impacto y Doble Cuerpo (sin mencionar la magnífica
e inclasificable El fantasma del paraíso, que temáticamente no es deudora de
Hitchcock103 ni de ningún otro cineasta, sino de variadas fuentes literarias como Fausto,
103
Excepto en una secuencia - lo que supone una marca de estilo y no del tema - que Marcial Cantero ha
sabido ver y que nos señala , muy acertadamente , en su profundo estudio sobre De Palma : “También
106
El fantasma de la Ópera o Frankenstein) se sustentan, en parte, en no buscar una
ruptura con aquel otro cine sino en inspirarse en él con el fin de crear una obra
renovadora e innovadora. Algo que en la última década, por desgracia, ya no se hace en
el cine de las majors hollywodienses, empeñadas en facturar adocenados thrillers sin
contenido ni continente.
Voyeurismo.
utiliza el travelling circular en la divertida escena de la ducha , homenaje, como no, a Alfred Hitchcok y a
su Psicosis”. Op. Cit.Pág.157 y 158.
107
La ventana indiscreta + Vértigo = Doble Cuerpo
Duplicación
104
FREUD, Sigmund. Op. Cit. Pág.32.
108
realidad es Judy) se transforma en el doble de Carlota Valdés, a continuación Judy se
transformará nuevamente en Madeleine para satisfacer el deseo del voyeur Scottie
Ferguson. Fascinación y Doble Cuerpo parten de esta base para realizar una
multiplicación de la duplicación, un enfoque reiterativo que De Palma toma como
elemento temático, narrativo y estético-visual para reproducirlo casi literalmente en el
primer caso y metafóricamente en el segundo, con el añadido de que en Doble Cuerpo
la duplicación es doble: el cuerpo danzante de Gloria Revelle es realmente el de Holly
y Sam es una ficción, una máscara tras la que se esconde Alexander Revelle, marido de
la primera y el que ha tendido la trampa a Jake. Por si esto no fuera suficiente, al final el
espectador descubre que el indio era también Alexander Revelle disfrazado, por lo que
se crea así un nuevo doble. Pero al referirme a la metáfora lo hacía en el sentido de que
esta figura estilística permite la duplicación de una obra antigua –Vértigo– en otra nueva
– Doble Cuerpo- sirviéndose una película de otra anterior, lo que, a mi juicio, no
constituye un plagio sino una reproducción /reconstrucción metafórica a partir de una
situación inicial.
109
Síntesis de algunos conceptos
110
Esa variación del modelo en Fascinación se produce porque en Vértigo la
víctima en la primera parte es el sujeto –aunque este crea que es el objeto: Madeleine,
que lo será realmente en la segunda parte- mientras que en la película de De Palma la
primera parte tiene una víctima real, su mujer, y otra construida o ficcional, esto es, el
propio sujeto que asume una culpabilidad interpuesta pero que es víctima. En la
segunda parte el objeto de deseo, la hija, no se convierte en víctima, como si sucedía en
Vértigo, porque se produce la transformación; de ahí que De Palma recurra al beso
giratorio (travelling circular) de igual modo que Judy se transforma en la añorada
Madeleine, Sandra se revela a Michael como lo que es, su hija Amy.
Dante y lo hitchcockiano
105
. El coleccionista. Edición de Susana Onega, Op. Cit. Pág.334
111
pubertad, con lo cual no podría alimentar unas perversiones infantiles. Pero la libido
está presente no sólo en el Scottie hitchcockiano sino también, y aún más, en el Freddie
de El coleccionista, en la Carole polanskiana y en Amy en Fascinación. En estos tres
casos, a la variante hitchcockiana se le introduce una novedad, que ya se intuía en
Vértigo pero que aquí se hace explícita: la infancia. En los tres casos la conducta
amorosa o sexual viene determinada por la construcción enfermiza de una libido
infantil. La teoría jungiana de la libido –que parte de ideas de Pierre Janet- puede ser
perfectamente aplicada a los personajes de todos estos films. <<Los síntomas de una
neurosis deben ser comprendidos como funciones exageradas, esto es, sobrecargadas de
libido y, por tanto aumentadas.>>106 La libido existe en todos, lo que puede ocurrir es
que exista una falta de libido en la superficie. Según Jung ésta permanecería oculta en lo
que él denomina lo no-consciente. <<Este lugar escondido es lo “no-consciente”, que se
suele designar también como lo “inconsciente”, sin enlazar con ese término ningún
sentido misterioso. La experiencia psicoanalítica nos ha enseñado que existen sistemas
psicológicos no-conscientes que podríamos designar, en analogía con la fantasía
consciente, como sistemas inconscientes de fantasías.>>107 Cuando estos sistemas
inconscientes de fantasías se materializan en hechos reales se produce una
contradicción de la que el sujeto no puede escapar. Eso es lo que podría ocurrirle, en
mayor o menor medida, a los personajes de los cuatro films citados, una materialización
de sus deseos inconscientes que les lleva irremediablemente a la tragedia.
106
JUNG, Carl Gustav. Versuch einer darstellung der psychoanalytischen theórie (Zurich, 1917). Teoría
del psicoanálisis. Plaza y Janés, Barcelona, 1972. Págs. 47 y 48.
107
JUNG, Carl Gustav. Op. Cit.Pág.48.
112
actualidad. La materialización de ese deseo onírico es el desencadenante de la tragedia
en el caso de los protagonistas citados: Scottie, Carole, Freddie y Michael Courtland.
Así, la no potencialización de este elemento por parte de De Palma en Doble Cuerpo
hace que este film no esté a la altura cualitativa de Vértigo, El coleccionista o
Fascinación pues estas logran trascender a su misma estructura narrativa y esa
trascendencia es, en parte, resultado de una materialización de fantasías, de deseos
realizados, llevados a sus últimas consecuencias. Veamos algunos ejemplos.
Acrofobia
108
EIDELBERG, Ludwin ( Director de la obra), Enciclopedia del psicoanálisis, Editorial Espaxs,
Barcelona, 1971. Pág. 185
113
incestuosos o a una forma autoflagelante de deseos sexuales o agresivos. En el primer
caso, Madeleine bien pudiera ser la resurrección de su madre, una figura edípica de
deseo; en el segundo el vértigo sería un modo de reprimir su conducta sexual hacia el
objeto amado –Madeleine-; pero Freud nos habla también de deseos agresivos y no
olvidemos que, conscientemente o no, Scottie termina por provocar la muerte de Judy
al obligarla a volver al campanario.
114
Otros films
109
Magnífico ejemplo de film crepuscular que recuerda irremediablemente a Sam Peckinpah y muy
especialmente a la sublime Ride the High Country ( Duelo en la alta sierra,1962). Rememoración que se
acentúa por la presencia de William Holden , actor que pese a haber trabajado con Peckinpah en una sola
ocasión, The Wild Bunch (Grupo Salvaje- ,1969), ha unido su figura para siempre a la de el “hermano
perro indio”, por utilizar la expresión con la que el propio Peckinpah bautizó al escritor y cineasta
Gonzalo Suárez.
115
Chantaje contra una mujer era José Luís Guarner –quien si no, no en vano es
considerado uno de los mejores críticos cinematográficos – cuando calificaba el film de
<<memorable>> y <<sobresaliente incursión de Blake Edwards en el cine negro>>.110
Veamos resumidos algunos elementos comunes entre el film de Edwards y otras obras
comentadas:
110
GUARNER, José Luis.Op.Cit. Pág.64.
116
- El disfraz como creación de otra personalidad (algo, que en cierto modo, ya
hace Judy para llegar a ser Madeleine). En Chantaje contra una mujer para que
el asesino pueda burlar a la policía y amenazar a Kelly Sherwood en los baños
de una cafetería, recurre a un disfraz de mujer. Va vestido de negro, como una
anciana, su aspecto es casi idéntico a la madre momificada de Norman Bates en
Psicosis, que asimismo es el propio Bates disfrazado de su madre, como todo el
mudo sabe.
Blake Edwards (Tulsa, Oklahoma,1922) Gloria (Irene kane) objeto escópico del voyeur en
Killer´s Kiss (El beso del asesino, 1955), de Stanley
Kubrick
117
Cartel original del film Cartel videográfico
El, casi siempre, brillante cineasta Patrice Leconte,111 ofrece en Monsieur Hire
(1989) su propia visión del complejo fenómeno del voyeurismo, adaptando a uno de los
novelistas predilectos de Hitchcock, George Simenon. El escritor belga rompe los
arquetipos de la novela policíaca, al profundizar en el análisis de los personajes y en su
ambiente ya que, para Simenon, el crimen y la crueldad no son simples pretextos para
desencadenar el mecanismo policiaco, sino consecuencia de la indagación psicológica y
humana. Esto es algo que lo emparienta con Hitchcock. Leconte trastada perfectamente
en imágenes el texto de la novela Les Fiançailles de Monsieur Hire (Los esponsales de
Monsieur Hire), pero la sombra de Hitchcock es muy alargada. La idealización de la
mujer, el crimen, el objeto de deseo imposible, la pulsión de las obsesiones del
protagonista.... Todo nos recuerda a Vértigo , y también a La ventana indiscreta.
111
Patrice Leconte (París, 1947) ha dirigido más de una veintena de films desde su debut en 1975 con Les
vécés étaient fermés de l’interiour, a la que siguió Les Bronzés (1978). Otros títulos destacados en España
de su filmografía son la excelente Le Mari de la coifeusse (El marido de la peluquera,1990), Tango
(1993), Ridicule (1996), La Fille sur le pont (La chica del puente,1999), La Veuve de Saint-Pierre (La
viuda de Saint-Pierre, 2000), Félix et Lola (Félix y Lola, 2001), Rue des plaisirs (2002), L´homme du
train (El hombre del tren, 2003) y Confidences trop intimes (2004). Leconte ha sido guionista de la
mayoría de sus largometrajes. Asimismo dirigió el episodio Toi, si je voulais de la serie de televisión
Sueurs froides (1988), curiosamente un año antes de la realización de la hitchcokiana Monsieur Hire. Y
digo curiosamente porque Sueurs froides es el título del relato en que se basa Vertigo: D’ entre les morts
de Boileau y Narcejac, publicado en “Editions Denoël”.
118
El final del film con un plano medio de Monsieur Hire colgado del canalón del
tejado es exactamente igual al conocido plano de Scottie en el inicio de Vértigo.
Además cuando Hire cae al vacío, Leconte recurre a un plano de cámara subjetiva,
cómo cuando Scottie mira hacia abajo (Hitchcock emplea el zoom hacia adelante
combinado con travelling hacia atrás) y luego, Hire, mira arriba, por última vez, hacia
su amada Alice que lo observa desde la ventana sin inmutarse. Ella es su última visión
antes de que le llegue la muerte. Si en Vértigo la tragedia se produce con la muerte del
personaje idealizado – Madeleine/Judy- en Monsieur Hire lo será con la del idealizador.
Además existe el paralelismo entre Madeleine y Alice, pues ambas crean una trama en
la que enredar al sujeto de deseo, sin duda, un elemento común en ciertas novelas
policiacas. La impronta de Simenon (belga que, como es sabido, escribió en francés) en
los franceses Boileau y Narcejac es muy clara. La sublime música de Michael Nyman,
con el virtuoso violinista Alexander Balanescu –músico habitual del compositor inglés
en varios films de Peter Greenaway– intensifica aún más esta pasional y sorprendente
obsesión de Monsieur Hire.
119
Náufragos, al aparecer en la foto de un periódico anunciado un producto adelgazante.
Volviendo a Chabrol cabe recordar que en 1957, con tan sólo veintisiete años, escribió
junto a Eric Róhmer un libro mítico sobre Hitchcock que supuso la constatación como
auteur del maestro.
Los fantasmas del sombrerero también incluye citas más o menos evidentes a
Buñuel -Belle de Jour, Ensayo de un crimen, Tristana- y a Fritz Lang –M, El vampiro
de Dusseldorf-, aunque muchas de las referencias provienen lógicamente de Simenon: el
film es subyugante y desconcertante a partes iguales, casi una obra maestra. Sus
callejuelas empedradas, las casonas y la lluvia de esta pequeña ciudad de la Bretaña me
recuerdan mucho el casco viejo de Santiago de Compostela. La misma húmeda frialdad,
los mismos viejos interiores en madera de los establecimientos, las fachadas de granito,
las ventanas enmarcadas, en fin, hasta la misma luz difusa...
120
CURTIS HANSON The Bedroom Window ( Falso Testigo, 1987)
Dirección: Curtis Hanson
Guión: Curtis Hanson y Anne Holden, basado en la novela The Witnesses, de Anne
Holden
Fotografía: Gilbert Taylor
Música: Patrick Gleeson
Montaje: Scott Conrad
Dirección Artística: Rafael Caro y Vincent Peranio
Decorados: Hilton Rosemarin
Producción: Martha Schumacher y Robert Towne
Intérpretes: Steve Guttemberg (Terry Lambert), Elizabeth McGovern (Denise),
Isabelle Huppert (Sylvia), Paul Shenar (Collin), Carl Lumbly (Quirke).
112
La inolvidable intérprete de Sergio Leone en la obra maestra Once upon a time in America (Èrase una
vez en América, 1984). Elizabeth McGovern en sus escenas con Robert De Niro logró sus mejores
momentos como actriz.
121
Quizá el mayor acierto de Hanson en Falso Testigo haya sido rodearse de dos
prestigiosos profesionales. Por un lado el mítico Robert Towne en calidad de productor,
cuyo mayor logro profesional ha sido escribir el agudo guión de la genial Chinatown
(Ídem, 1974), de Roman Polanski, en la línea de las mejores narraciones de Dashiell
Hammett. Por otro el ya citado Gilbert Taylor, un operador muy apropiado para este
film de suspense puesto que, como ya hemos dicho, trabajó con Polanski y Hitchcock en
Repulsión y Frenesí, respectivamente.
122
UN CASO APARTE DE CORTOMETRAJE:
113
Graeme Burfoot parece moverse bien con esa limitación espacio-temporal, algo que agradaba mucho a
Hitchcock –Alarma en el expreso, Náufragos, Crimen perfecto, La ventana indiscreta-. Por otra parte la
intriga apoyada en sólo dos personajes nos lleva irremediablemente al conocido film Sleuth (La huella,
1972), de Joseph Leo Mankiewicz, basado en la obra teatral de Anthony Shaffer, responsable asimismo
del guión.
123
cuenta del guiño a Vértigo: los ojos de Helene Joy nos trasladan de inmediato a los de
Kim Novak en los mencionados créditos de Saul Bass.
Recientemente los cineastas influidos por Vértigo parecen aflorar con gran
asiduidad y a Wyler, Polanski, De Palma, Edwards, Leconte y Hanson se le unen otros
directores contemporáneos como Scorsese, Lars von Trier, Chris Marker, Gus van Sant
y, en nuestro país Ricardo Franco, Manuel Gómez Pereira y, sobre todo, Alejandro
Amenábar. Veamos, en breves pinceladas, que ocurre con los españoles.
124
114
austriaco esa obra de arte llamada Bonjour Tristesse (Buenos días tristeza, 1958)
-partiendo de una execrable novelita de Françoise Sagan- , al lado de unos espléndidos
David Niven y Deborah Kerr. Durante el rodaje en París conoció a Jean-Luc Godard
que le concedería el papel de Patricia Franchini en la mítica Á bout de Soufflé115 (Al
final de la escapada, 1959) , su obra más conocida junto a Lilith (Ídem, 1964) , la última
pieza escrita y dirigida por el gran Robert Rossen, con una portentosa fotografía de
Eugen Shüfftan y una no menos brillante partitura de Kenyon Hopkins, en donde
interpreta su mejor papel, el de Lilith, una atractiva ninfómana mentalmente enferma y
objeto de deseo de Vincent Bruce (Warren Beaty), una pulsión tan desgarradora, si
cabe, como la de Vértigo y que acaba por desatar un intensísimo drama pasional.
A modo de presagio –el de Lilith– en la vida real Jean Seberg también fue presa
de la locura, una aguda esquizofrenia que la condujo a un supuesto suicidio en extrañas
circunstancias, en 1979. La relación en vida de la actriz con la extrema derecha
estadounidense y con los Panteras Negras hizo que algunos avispados, aprovechando la
coyuntura sociopolítica del momento, hablaran de una conspiración de la mismísima
CIA para asesinarla. En fin. Lo único relevante en este caso es que Ricardo Franco
traslada su vivencia personal a la del personaje interpretado por Fele Martínez,
obnubilado por un creciente amour fou hacia Ariadna Gil – trasunto de la Seberg-, una
mujer que es dos, doble cuerpo y doble alma. Franco emplea para ello un esquema
próximo al de Madeleine/Judy en Vértigo, y, por si quedase alguna duda, nos lo
recuerda en la secuencia del acantilado, auténtico homenaje directo al film de
Hitchcock.
114
La originalidad de la película reside en su propuesta fotográfica –obra de Georges Perinal– , ya que
las secuencias invernales en París son en blanco y negro mientras que las estivales en la Costa Azul (a
modo de flashbacks) son en Technicolor. Curiosamente hay algunos puntos de conexión entre esta obra y
Vértigo, más allá del hecho casual de haber sido rodadas el mismo año, 1958. Los innovadores títulos de
crédito también son obra del diseñador Saul Bass, y la personalidad de la protagonista está asimismo
marcada por evidentes connotaciones freudianas, en este caso un enfermizo complejo de Edipo de difícil
superación.
115
SARRIS, Andrew. << De todos modos el personaje de Jean Seberg es una continuación del de Bonjour
Tristesse. Podría haber tomado su último encuadre y haberlo fundido con el título “tres años después”.>>
Declaraciones de Jean-Luc Godard en NY Film Bulletin, núm.46,1964. Reproducida en “Entrevistas con
directores de cine”, de Andrew Sarris.Op.Cit.Pág.146.
125
MANUEL GÓMEZ PEREIRA: Entre las piernas (1999)
Dirección: Manuel Gómez Pereira
Guión: Manuel Gómez Pereira, Yolanda García Serrano, Juan Luis Iborra y Joaquín
Oristrell.
Fotografía: Juan Amorós
Música: Bernardo Bonezzi
Montaje: José Salcedo
Dirección Artística: Alain Bainee
Sonido: Iván Marín
Producción: César Benítez (productor ejecutivo), Thierry Forte y Francisco Ramos
(productores asociados).
Intèrpretes: Victoria Abril (Miranda).Javier Bardem (Javier), Carmelo Gómez (Félix),
Juan Diego (Jareño), Sergi López (Claudio), Javier Albalá (Juancar).
126
Por otra parte cabe destacar la sobresaliente fotografía de Juan Amorós ( responsable de
grandes trabajos en Fanny Pelopaja,1984, de Vicente Aranda y Tiempo de Silencio,
1986, de Mario Camus).
ALEJANDRO AMENÁBAR: Abre los ojos (1998)
Dirección: Alejandro Amenábar
Guión: Alejandro Amenábar y Mateo Gil.
Fotografía: Hans Burman
Música: Alejandro Amenábar y Mariano Marín.
Montaje: María Elena Sáinz de Rozas
Dirección Artística: Wolfgang Burmann
Decorados: Carola Angulo
Producción: Fernando Bovaira y José Luis Cuerda.
Productores asociados: Ana Amigo, Andrea Occhipinti y Alain Sarde.
Intérpretes: Eduardo Noriega (César), Penélope Cruz ( Sofía), Nawja Nimri (Nuria),
Chete Lera (Antonio), Fele Martínez (Pelayo).
116
RODRÍGUEZ MARCHANTE, Oti. Amenábar. Vocación de intriga. Ed. Páginas de Espuma, Madrid,
2002. Para conocer sus opiniones al respecto de Vértigo véanse págs. 81 y 82. También reconoce una
concomitancia entre Vestida para matar, de De Palma, y Abre los ojos: la secuencia de la persecución.
127
1) desvela el misterio de la verdadera personalidad de Madeleine a mitad del
metraje, y 2) la carta escrita leída en off por Madeleine y no enviada, que califica de
recurso un poco <<chapucero>>.
En el segundo caso es probable que el recurso de la carta rota sea un error de
guión (por lo tanto atribuible a Hithcock y a sus guionistas Alec Coppel y, sobre todo,
Samuel Taylor) porque se pasa de la narración subjetiva a la del narrador omnisciente,
nosotros, espectadores vemos más allá de lo que vé Scottie, ya no somos sus mismos
ojos. Pero no ocurre lo mismo con el primer caso. Desvelar el misterio de quién es
Madeleine es uno de los grandes aciertos de Vértigo, ya que transforma la intriga
policíaca en otra intriga de amour fou, ¿descubrirá Scottie la verdadera identidad de
Judy/Madeleine?, y... si así fuese...¿Qué ocurrirá?, ¿Será perdonada? Ya dijimos que a
Hitchcock no le interesa lo más mínimo el whodunit. Lo que Amenábar considera un
error (quizá condicionado por su afición a los finales-sorpresa en sus films) es una de las
bazas primordiales de Vértigo, deja desconcertado al espectador que ya no sabe a qué
atenerse durante el resto de la película. La prueba de que Hitchcock consideraba esta
“ruptura” narrativa como un acierto es que dos años después volverá a utilizarla de
manera más drástica, si cabe, en Psicosis.
128
FICHA TÉCNICA DE VÉRTIGO
Ficha artística:
James Stewart (Detective John “Scottie” Ferguson), kim Novak (Madeleine Elster/ Judy
Barton), Barbara Bel Geddes (Midge Wood), Tom Helmore (Gavin Elster), Henry Jones
(Coronel), Raymond Bayley (Doctor de “Scottie”), Ellen Corby (recepcionista del Hotel
McKittrick), Konstantin Shayne (Pop Leibel) y Lee Patrick.
Actores no acreditados: Isabel Analla, Jack Ano, John Benson, Margaret Brayton,
Paul Bryar, Jean Corbett, Bruno Della Santina, Roxann Delman, Molly Dodd, Carlo
Dotto, Bess Flowers, Joanne Genthon, Don Giovanni, Roland Gotti, Fred Graham, Buck
Harrington, Alfred Hitchcock, June Jocelyn, David McElhatton, Miliza Milo, Forbes
Murray, Julian Petruzzi, William Remick, Jack Richardson, Jeffrey Sayre, Nina
Shipman, Dori Simmons, Ed Stevlingson y Sara Taft.
129
Filmografías y semblanzas del equipo técnico de Vértigo
130
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1934) Guión: A.R.
Rawlinson, D.B.
The 39 Steps (Los 39 escalones, 1935) Guión: Charles Bennett, Alma Reville, basado en
la novela de John Buchan.
Secret Agent (El agente secreto, 1936) Guión: Charles Bennett.
Sabotage (1936) Guión: Charles Bennett, basado en la novela de Joseph Conrad.
Young and Innocent (Inocencia y juventud, 1937) Guión: Charles Bennett, Gerald
Savory, basado en la novela de Joséphine Tey.
The Lady Vanishes (Alarma en el expreso, 1938) Guión: Sydney Gilliat, Frank Launder,
basado en la novela de Ethel Lina White.
Jamaica Inn (La posada de Jamaica, 1939) Guión: Sidney Gilliat, Joan Harrison,
basado la novela Daphne du Maurier.
Rebecca (Rebeca, 1940) Guión: Robert E. Sherwood, Joan Harrison.
Foreign Correspondent (Enviado especial, 1940) Guión: Charles Bennett, Joan
Harrison.
Mr. & Mrs. Smith (Matrimonio original, 1941) Guión: Norman Krasna.
Suspicion (Sospecha, 1941) Guión: Samson Raphaelson, Joan Harrison, Alma Reville.
Saboteur (Sabotaje, 1942) Guión: Peter Viertel, Joan Harrison, Dorothy Parker.
Shadow of a Doubt (La sombra de una duda, 1943) Guión: Thornton Wilder, Alma
Reville, Sally Benson.
Lifeboat (Náufragos, 1944) Guión: Jo Swerling, basado en una historia de John
Steinbeck.
Bon Voyage (1944, cortometraje) Guión: J.O.C. Orton, Angus McPhail
Aventure malgache (1944, cortometraje).
Spellbound (Recuerda, 1945) Guión: Ben Hetch, basado en la novela Francis Beeding.
Notorious (Encadenados, 1946) Guión: Ben Hetch.
The Paradine Case (El proceso Paradine, 1947) Guión: David O'Selnick, basado en la
obra de Robert Hitchens.
Rope (La soga, 1948) Guión: Arthur Laurents, basado en la obra de Patrick Hamilton.
Under Capricorn (Atormentada, 1949) Guión: James Bridie, basado en la novela de
Helen Simpson.
Stage Fright (Pánico en la escena, 1950) Guión: Whitfield Cook.
Strangers on a Train (Estraños en un tren, 1951) Guión: Raymond Chandler, Czenzi
Ormonde, basado en la novela de Patricia Highsmith.
I Confess (Yo confieso, 1953) Guión: George Tabori, William Archibald, basado en la
obra de Paul Anthelme.
Dial M for Murder (Crimen perfecto, 1954) Guión: Alfred Hitchcock, basado en la obra
de Frederick Knott.
Rear Window (La ventana indiscreta, 1954) Guión: John Michael Hayes, basado en un
relato de Cornell Woolrich.
131
To Catch a Thief (Atrapa a un ladrón, 1955) Guión: John Michael Hayes, basado en la
obra de David Dodge.
Alfred Hitchcock Presents (Alfred Hitchcock presenta, 1955, serie de TV).
The Trouble with Harry (Pero ¿Quién mató a Harry?, 1955), Guión: John Michael
Hayes, basado en la obra de John Trevor Story.
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1956) Guión: John
Michael Hayes, Angus McPhail.
The Wrong Man (Falso culpable, 1956) Guión: Maxwell Anderson, Angus McPhail
Suspicion (1957, serie de televisión).
Vertigo (Vértigo, 1958) Guión: Alec Coppel, Samuel Taylor, basado en la novela de
Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
North by Northwest (Con la muerte en los talones, 1959), Guión: Ernest Lehman.
Startime (1959, serie de televisión).
Psycho (Psicosis, 1960) Guión: Joseph Stefano, basado en la novela de Robert Bloch.
The Alfred Hitchcock Hour (La hora de Alfred Hitchcock, 1962, serie de televisión.
Episodio: I Saw the Whole Thing, 1962).
The Birds (Los pájaros, 1963) Guión: Evan Hunter, basado en el relato de Daphne Du
Marier.
Marnie (Marnie, la ladrona, 1964) Guión: Jay Presson Allen, basado en la novela de
Winston Graham.
Torn Curtain (Cortina rasgada, 1966) Guión: Brian Moore.
Topaz (1969) Guión: Samuel Taylor, basado en la novela de León Uris.
Frenzy (Frenesí, 1972) Guión: Anthony Shafer, basado en la novela de Arthur La Bern.
Family Plot (La trama, 1976) Guión: Ernest Lehman, basado en la novela de Victor
Canning.
Number 13 (1922),
Lord Camber's Ladies (1932),
Suspicion (Sospecha, 1941),
Notorious (Encadenados, 1946, no acreditado),
Rope (La soga, 1948),
Under Capricorn (Atormentada, 1949),
Stage Fright (Pánico en la escena, 1950),
Strangers on a Train (Extraños en un tren, 1951, no acreditado),
I Confess (Yo confieso, 1953),
Dial M for Murder (Crimen perfecto, 1954),
Rear Window (La ventana indiscreta, 1954, no acreditado),
132
To Catch a Thief (Atrapa a un ladrón, 1955, no acreditado),
The Trouble with Harry (Pero...¿quién mató a Harry?, 1955),
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1956),
The Wrong Man (Falso culpable, 1956),
Vertigo (Vértigo, 1958),
North by Northwest (Con la muerte en los talones, 1959),
Psycho (Psicosis, 1960),
The Alfred Hitchcock Hour (La hora de Alfred Hitchcock, 1962, serie de TV),
The Birds (Los pájaros, 1963),
Marnie (Marnie, la ladrona, 1964),
Torn Curtain (Cortina rasgada, 1966),
Topaz (1969), Frenzy (Frenesí, 1972)
Family Plot (La trama, 1976).
133
Saboteur (Sabotaje, 1942, argumento de Hitchcock, no acreditado).
Según algunas fuentes Hitchcock interviene como guionista en Forever and a
Day (1943, no acreditado), film dirigido por René Clair, Edmund Goulding, Cedric
Hardwicke, Frank Lloyd, Victor Saville, Robert Stevenson y Herbert Wilcox.
134
Música: Bernard Herrmann
«Me considero un individuo. Odio todos los cultos, las modas y los círculos.
Creo que la única música que nace de la genuina emoción personal y de la
inspiración está viva y es importante.»
Bernard Herrmann
135
relación entre la música y las imágenes, porque Herrmann, desde un primer momento,
se dio cuenta que los ritmos y estructuras tradicionales se oponían al desarrollo
cinematográfico. En sus partituras emplea, generalmente, compases muy cortos, de
modo que pueda interpretarlos libremente con las imágenes, sin interferir con ellas.
117
Para un análisis riguroso de la partitura de Vértigo se recomienda el excelente texto del especialista
José Luis Téllez: La música de Bernard Herrmann para Vértigo, transcripción de la grabación de una
conferencia pronuciada por Téllez el 8 de mayo de 1990 en la Fonoteca de la Universidad de Santiago de
Compostela e incluida en Aula de cine. Memoria de actividades (1989-90), Universidad de Santiago de
Compostela, 1990.
136
buscaba algo más moderno, pero el verdadero motivo era la enemistad mutua de dos
genios de difícil carácter, que acabaron por odiarse. He podido escuchar fragmentos
de la partitura de Cortina Rasgada y estoy en disposición de afirmar que el desecharla
fue el mayor error profesional de Hitchcock, pues la música es, simplemente,
maravillosa, y desde luego a años luz de la de Addison.
118
En 1941 Herrmann fue nominado al Oscar por Ciudadano Kane y El hombre que vendió su alma, de
William Dieterle y la Academia de Hollywood increíblemente premió a Herrmann por... ¡El hombre que
vendió su alma! Otro de los muchos desatinos de la Academia.
137
(1955) y 17 episodios de The Alfred Hitchcock Hour (1962), además de las míticas
series, Perry Mason (1957) The Twilight Zone (1959) y Gunsmoke (1955), ésta última
el mejor serial western de la historia de la TV, y en el que un viejo conocido, Sam
Peckinpah, hacia sus primeros pinitos como guionista.
119
Cohen empleó partes de esa partitura para la continuación de esa saga de bebés asesinos en It Lives
Again (1978) , dos años después de la muerte de Herrmann.
138
The Magnificent Ambersons (El cuarto mandamiento, 1942), de Orson Welles
Jane Eyre (Alma rebelde, 1944), de Robert Stevenson
Hangover Square (Concierto macabro, 1945), John Brahm
Anna and the King of Siam (Ana y el rey de Siam, 1946), de John Cromwell
The Ghost and Mrs. Muir (El fantasma y la señora Muir, 1947), de Joseph Leo
Mankiewicz
Portrait of Jennie (Jennie, 1948), de William Dieterle
On Dangerous Ground (La casa de las sombras, 1951), de Nicholas Ray
The Day the Earth Stood Still (Ultimátum a la tierra, 1951), de Robert Wise
5 Fingers (Operación Cicerón, 1952), de Joseph Leo Mankiewicz
The Snows of Kilimanjaro (Las nieves del Kilimanjaro, 1952), de Henry King
White Witch Doctor (La hechicera blanca, 1953), de Henry Hathaway
King of the Khyber Rifles (El capitán King, 1953), de Henry King
Beneath the 12-Mile Reef (1953), de Robert D. Webb
Garden of Evil (El jardín del diablo, 1954), de Henry Hathaway
The Egyptian (Sinuhé, el egipcio, 1954), de Michael Curtiz
The Kentuckian (El hombre de Kentucky, 1955), de Burt Lancaster
The Trouble with Harry (Pero... ¿Quién mató a Harry?, 1955), de Alfred Hitchcock
Prince of Players (1955), de Phillip Dune
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1956), de Alfred
Hitchcock
The Man in the Gray Flannel Suit (El hombre del traje gris, 1956), de Nunnally
Johnson
The Wrong Man (Falso culpable, 1956), de Alfred Hitchcock
Williamsburg: The Story of a Patriot (1956), de George Seaton
A Hatful of Rain (Un sombrero lleno de lluvia, 1957), de Fred Zinnemann
Vertigo (Vértigo, 1958), de Alfred Hitchcock
The 7th Voyage of Sinbad (El séptimo viaje de Simbad/Simbad y la princesa, 1958), de
Natham Juran, a partir de las creaciones de Ray Harryhausen.
The Naked and the Dead (Los desnudos y los muertos, 1958), de Raoul Walsh
The Fiend Who Walked the West (1958), de Gordon Douglas
North by Northwest (Con la muerte en los talones, 1959), de Alfred Hitchcock
Journey to the Center of the Earth (Viaje al centro de la tierra, 1959), de Henry Levin
Blue Denim (1959), de Philip Dunne
Psycho (Psicosis, 1960), de Alfred Hitchcock
The 3 Worlds of Gulliver (Los tres viajes de Gulliver, 1960), de Jack Sher, a partir de
las creaciones de Ray Harryhausen.
Mysterious Island (La isla misteriosa, 1961), de Cy Endfield, a partir de las creaciones
de Ray Harryhausen.
139
Tender Is the Night (Suave es la noche, 1962), de Henry King
Cape Fear (El cabo del terror, 1962), de Jack Lee Thompson
Jason and the Argonauts (Jasón y los argonautas, 1963), de Don Chaffey, a partir de
las creaciones de Ray Harryhausen.
Marnie (Marnie, la ladrona, 1964), de Alfred Hitchcock
Joy in the Morning (Alegre amanecer, 1965), de Alex Segal
Fahrenheit 451 (1966), de François Truffaut
La Mariée était en noir (La novia vestía de negro, 1967), de François Truffaut
Companions in Nightmare (1967, telefilm), de Norman Lloyd
Twisted Nerve (Nervios rotos, 1968), de Roy Boulting
Bezeten-Her gat in the muur / Obsessions (1969), de Pim de la Parra
Bitka na Neretvi (La batalla del río Neretva, 1969), de Veljko Bulajic
The Night Digger / The Road Builder (El enterrador nocturno, 1971), de Alastair Reid
Endless Night (La noche sin fin, 1971), de Sidney Gilliat
Sisters (Hermanas, 1973), de Brian de Palma
It's Alive! (Estoy vivo, 1974), de Larry Cohen
Obsession (Fascinación, 1976), de Brian de Palma
Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese
140
The House on K-Street (1959, serie de TV, episodio piloto Hammer Fist)
For Better or Worse (1959, serie de TV)
The Americans (1961, serie de TV)
The Virginian (1962, serie de TV, episodio The Last Grave at Socorro Creek)
The Alfred Hitchcock Hour (1962, serie de TV; 17 episodios)
The Richard Boone Show (1963, serie de TV)
The Great Adventure (1963, serie de TV; episodios The Secret y Nathan Hale)
Bob Hope Presents the Chrysler Theatre (1963, serie de TV, varios episodios)
Kraft Suspense Theatre (1963) TV Series, episodio A Lion Amongst Men)
Voyage to the Bottom of the Sea (1964, serie de TV, episodio Cave of the Dead,
extraido de Journey to the Center of the Earth, 1959)
Lost in Space (1965, serie de TV), de Jim Thompson
Convoy (1965, serie de TV, varios episodios),
Cimarron Strip (1967, serie de TV, episodio Knife in the Darkness)
Películas que emplean música que Herrmann compuso para otros films
Waterpower (1977, de Cape Fear, 1962), de Gerard Damiano y Warren Evans
It Lives Again (1978), (de It's Alive!, 1974), de Larry Cohen
Afternoon Delights (1980, de Vertigo, 1958), de
Chambre 666 (1982, documental de TV), de Win Wenders
Psycho II (1983) (de Psycho, 1960), de Richard Franklin
The Wizard of Speed and Time(1988), (de The Devil and Daniel Webster, 1941)
Psycho IV: The Beginning (1991, telefilm, de Psycho, 1960), de
Cape Fear (El cabo del miedo, 1991, de Cape Fear, 1962), de Martin Scorsese
Music for the Movies: Bernard Herrmann (1992),
Kika (1993, de Psycho, 1960), de Pedro Almodóvar
141
Reality Bites (Bocados de realidad, 1994, de Psycho, 1960), de Ben Stiller
Twelve Monkeys (Doce monos, 1995, de Vertigo, 1958), de Terry Gilliam
Psycho (1998, de Psycho, 1960), de Gus van Sant
Jackass: the movie (2002, de Psycho, 1960), de
Wonderland (2003, de Taxi Driver, 1976), de
Kil Bill: Vol.1 (2003, de Twisted Nerve), de Quentin Tarantino.
Guión
142
También en 1954 Boileau y Narcejac publican en Editions Denöel el relato en el que
se basa Vértigo con el título de Sueurs Froides (D’ Entre les Morts), cuya traducción
castellana sería De Entre los Muertos, esto es, el título de Vertigo en su versión fílmica
120
española. Aunque se suele conocer el film como Vértigo, de hecho nunca fue
registrado con tal, si bien, en una posterior distribución comercial videográfica se le
sustituyó el título por el castellano de Vértigo, con tilde.
Según afirma Truffaut la novela D’ Entre les Morts –que no goza de excesiva
reputación entre la crítica literaria– fue escrita expresamente para Hitchcock. Esto
quizá explique que algunas constantes hitchcokianas, temáticas y de atmósfera, ya estén
presentes en la novela original, como si efectivamente ya fuera escrita para ser llevada
al cine por Hitchcock. << F.T.-Vertigo está basado en una novela de Boileau y
Narcejac que se titula “D’ Entre les Morts” y que fue escrita especialmente para usted,
para que a partir de ella realizara un film. A.H. -Pero ya era un libro antes de que se
compraran los derechos para mí. F.T. -Sí, pero ese libro fue escrito especialmente para
usted. A.H -¿Usted cree? ¿ Y si no lo hubiese comprado? F.T -Hubiera sido comprado
en Francia, debido al éxito de Las Diabólicas. Boileau y Narcejac han escrito cuatro o
cinco novelas basadas en el mismo principio de construcción y, cuando se enteraron
que usted hubiera querido comprar los derechos de Las Diabólicas, se pusieron al
trabajo y escribieron “De Entre los Muertos”, que la Paramount ha comprado
enseguida para usted.>>121
143
Vértigo) es un hombre obeso que ¡odia los actores! (<<¡Ser acto! Flaviéres se
estremeció de asco.>>, se puede leer en la novela.) ¿A quién recuerda sino a
Hitchcock?Boileau y Narcejac describen a un gordo fascinado por el misterio que
detesta a los actores y suspira por el amor imposible de una mujer más bella que él.
¿Puede estar más claro qué, como afirmaba Truffaut, la novela fue escrita pensando en
Hitchcock?
144
Six crimes sans assassins (1990, telefilm. A partir de su novela), de Bernard Stora. Co-
escritor: Thomas Narcejac.
Krug obrechyonnykh (1991, a partir de su novela), de Carlo Rola. Co-escritor: Thomas
Narcejac.
Body Parts (1991, a partir de su novela), de Eric Red. Co-escritor: Thomas Narcejac.
La Mort a dit peut-être (1991, telefilm. A partir de su novela), de Alain Bonnot. Co-
escritor: Thomas Narcejac.
Krug obrechyonnykh (1991, a partir de su novela), de Yuri Belenky. Co-escritor:
Thomas Narcejac.
House of Secrets (1993, telefilm. A partir de su novela “Celle qui n'était plus”), de
Mimi Leder. Co-escritor: Thomas Narcejac.
Volchitsy (1993, a partir de su novela Les Louves), de Leonid Kulagin. Co-escritor:
Thomas Narcejac.
Meurtre en musique (1994, a partir de su novela “A coeur perdu”), de Gabriel Pelletier.
Co-escritor: Thomas Narcejac.
La Présence des ombres (1995, a partir de su novela “D'entre les morts”), de Marc F.
Voizard. Co-escritor: Thomas Narcejac.
Diabolique (Diabólicas, 1996, a partir de su novela “Celle qui n'était plus”), de
Jeremiah S. Chechik. Co-escritor: Thomas Narcejac.
145
Casi toda la filmografía de Narcejac es como co-guionista de Pierre Boileau. Además
Narcejac escribe en solitario: Malican père et fils (1967, serie de televisión), de varios
realizadores y Au bois dormant (1975, telefilm), de Pierre Badel.
Samuel Albert Tanenbaum (Chicago, Illinois, 13, de junio de 1912- Blue Hill,
Maine, 26 de mayo de 2000) ha sido uno de los autores teatrales más relevantes de la
posguerra en EEUU, con importantes éxitos en Broadway. Su obra no es redonda, pero
sí eficaz. Su vinculación al cine se debe a Billy Wilder, que adaptó su obra Sabrina Fair
en Sabrina (1954) y años más tarde en la sensacional comedia Avanti (1972) , en
España titulada con el extraño nombre de “¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?”.
Además del guión de Vertigo, Taylor colaboró con Hitchcock en el de Topaz (1969),
adaptando un mediocre best seller de Leon Uris. De los resultados guionísticos mejor
no hablar.
El primer borrador del relato de Boileau y Narcejac rechazado por Hithcock fue
obra del dramaturgo Maxwell Anderson con el título de From among the Dead.
Anderson no figura en los créditos porque su guión nunca se utilizó. Lo mismo sucedió
con otro posterior de Angus MacPhail. Alec Coppel realizó un tercero, pero a Hitch, no
le satisfizo en absoluto. Según Donald Spoto fue Kay Brown quien recomendó a Samuel
Taylor, pues había oído que la acción se desarrollaba en San Francisco y el
dramaturgo era originario de esa urbe. Merecen reproducirse las declaraciones de
Taylor al respecto: << LLegué y Hitchcock me dio el guión de Coppel y empezamos a
hablar. Pero yo no había leído la novela francesa en que estaba basado. Él no quería
que lo hiciera. Sabía exactamente lo que quería hacer y me explicó varias escenas con
un meticuloso detalle. Pero faltaba la historia, y los personajes realmente humanos
estaban ausentes. Empezamos a delinear la historia movimiento a movimiento, y él lo
tenía todo visualizado en su mente. Lo que necesitaba era un escritor que le ayudara a
articular lo que veía. Trabajar con él significa escribir con él, y eso no ocurre con la
mayoría de los directores. Hitchcock nunca afirmó ser escritor, pero en realidad
escribía sus guiones desde el momento en que visualizaba en su mente cada una de sus
escenas y sabía exactamente como quería que se desarrollaran. Me di cuenta de que
146
había que dotar a los personajes de personalidad y humanizarlos, y luego
desarrollarlos. Él siempre tuvo la escena en el cementerio muy clara en su mente, por
ejemplo. Pero los acontecimientos que conducían hacia ella estaban completamente
confusos y carentes de motivaciones.>>122
122
Declaraciones de Samuel Taylor citadas en: Alfred Hitchcock. La cara oculta del genio, de SPOTO,
Donald. Op.Cit.Pág.344.
147
Obsession (1949), dirigida por Edward Dmytryck y adaptada por el propio Coppel, en
calidad de guionista y director de diálogos del film.
148
Jo (1971, guión de Claude Magnier y Jacques Vilfrid, a partir de la obra teatral de
Coppel), de Jean Girault.
149
Star in the Night (1945), de Don Siegel
Escape in the Desert (1945), de Edward A. Blatt
The Verdict (1946, no acreditado), de Don Siegel
To the Victor (1948), de Delmer Daves
The Fountainhead (El manantial, 1949), de King Vidor
Beyond the Forest (1949), de King Vidor
A Kiss in the Dark (1949), de Delmer Daves
Task Force (Puente de mando, 1949), de Delmer Daves
The Glass Menagerie (1950), de Irving Rapper
The Enforcer (Sin conciencia, 1951), de Raoul Walsh y Bretaigne Windust
Strangers on a Train (Estraños en un tren, 1951), de Alfred Hitchcock
Come Fill the Cup (Veneno implacable, 1951), de Gordon Douglas
Close to My Heart (1951), de William Keighley
Tomorrow Is Another Day (1951), de Felix E. Feist
Room for One More (Hogar, dulce hogar, 1952), de Norman Taurog
Mara Maru (1952), de Gordon Douglas
I Confess (Yo confieso, 1953), de Alfred Hitchcock
The Desert Song (1953), de H. Bruce Humberstone
So This Is Love (Cumbres doradas, 1953), de Gordon Douglas
Hondo (1953), de John Farrow
Dial M for Murder (Crimen perfecto, 1954), de Alfred Hitchcock
Rear Window (La ventana indiscreta, 1954), de Alfred Hitchcock
The Boy from Oklahoma (1954), de Michael Curtiz
To Catch a Thief (Atrapa a un ladrón, 1955), de Alfred Hitchcock
The Trouble with Harry (Pero... ¿Quién mató a Harry?, 1955), de Alfred Hitchcock
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1956), de Alfred
Hitchcock
The Vagabond King (1956), de Michael Curtiz
The Wrong Man (Falso culpable, 1956), de Alfred Hitchcock
The Spirit of St. Louis (El héroe solitario, 1957), de Billy Wilder
Vertigo (Vértigo, 1958), de Alfred Hitchcock
The Black Orchid (Orquídea negra, 1958), de Martin Ritt
North by Northwest (Con la muerte en los talones, 1959), de Alfred Hitchcock
But Not for Me (No soy para ti, 1959), de Walter Lang
The Rat Race (Perdidos en la gran ciudad, 1960), de Robert Mulligan
The Great Impostor (El gran impostor, 1960), de Robert Mulligan
The Pleasure of His Company (Su grata compañía, 1961), de George Seaton
150
The Music Man (1962), de Morton DaCosta
The Birds (Los pájaros, 1963), de Alfred Hitchcock
Marnie (Marnie, la ladrona, 1964), de Alfred Hitchcock
Once a Thief (El último homicidio, 1965), de Ralph Nelson
A Patch of Blue (Un retazo azul, 1965), de Guy Green
Waterhole number 3 (El Oeste loco, 1967), de William A. Graham
A Covenant with Death (1967), de Lamont Johnson
151
The Miracle of Our Lady of Fatima (El mensaje de Fátima, 1952), de John Brahm.
152
The Birds (Los pájaros, 1963), de Alfred Hitchcock
Who's Been Sleeping in My Bed? (Consejos a medianoche, 1963), de Daniel Mann
Seven Faces of Dr. Lao (1964), de George Pal
Marnie (Marnie, la ladrona, 1964), de Alfred Hitchcock
In Harm's Way (Primera victoria, 1965), de Otto Preminger.
Directores Artísticos
Ambos diseñadores tienen una carrera tan larga y fructífera que requeriría un
estudio artístico especializado. Además, la labor de ambos no está muy clara, ya que en
ocasiones, los estudios los incluían en los títulos de crédito por ser directores artísticos,
si bien, en la práctica apenas trabajaron en algunos films, y se limitaron a supervisar
la labor artística de todo un numeroso equipo, tal y como atestiguan numerosas
fuentes.
Henry Bumstead
Debuta en 1948 con dos olvidados films interpretados por la guapa rubia
Veronica Lake, Saigon y The Sainted Sisters. De entre los trabajos más destacados de
Henry Bumstead (Ontario, California,1915) cabe mencionar El hombre que sabía
demasiado (The Man Who Knew Too Much, 1956), primera colaboración con
Hitchcock, el fenomenal drama judicial Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird,
1962), de Robert Mulligan y el extraordinario western renovador El valle del fugitivo
(Tell Them Willie Boy is Here, 1969), del “blacklisted” Abraham Polonsky. Como
diseñador de producción colaboraría nuevamente con Hitchcock en Topaz (1969) y La
Trama (Family Plot, 1976), dos de las peores obras del maestro inglés, además de la
incomprendida pero interesantísima historia de ciencia-ficción Matadero Cinco
(Slaughterhouse Five, 1972), adaptación de George Roy Hill de una novela de Kurt
Vonnegut, en la que Bumstead también interpretó (¿!?) un pequeño papel. Tampoco
debemos olvidarnos de otras obras de altos vuelos en las que desarrolló un trabajo
preciso y, en ocasiones brillante. Primera Plana (The Front Page, 1974), de Billy
Wilder, tercera versión de la obra teatral de Ben Hetch y Charles MacArthur – antes
había sido llevada al cine por Lewis Milestone en 1931 y Howard Hawks en 1940-
supuso la elaboración de unos decorados magníficos en los que Bumstead, con ayuda
de Henry Larreq, consigue trasladarnos realmente a los años veinte, ardua labor si
153
tenemos en cuenta que la historia transcurre prácticamente en interiores. Y, por
supuesto, El botones (The Bellboy, 1960), de Jerry Lewis, obra, en su momento, muy
apreciada en Francia, en la que diseñó unos decorados ciertamente fascinantes.
En los últimos años – pese a su edad- sigue en activo trabajando para Clint
Eastwood (con quien ya había trabajado en High Plains Drifter, Infierno de cobardes,
1972) en Sin Perdón (Unforgiven,1992), Un mundo perfecto (A Perfect World, 1993),
Medianoche en el jardín del bien y del mal (Midnight in Garden of God and Evil,1997),
Poder Absoluto (Absolute Power, 1997) True Crime (Ejecución inminente, 1999),
Space Cowboys (2000), Deuda de sangre (Blood Work, 2002) y Mystic River (2003),
todas ellas excelentes películas.
Y me permito apuntar un dato que muy pocos conocen: Henry Bumstead diseñó
el impresionante set de El Señor de la guerra (The War Lord, 1965), de Franklin J.
Schaffner, a mi juicio, la mejor obra de temática medieval que nos ha brindado el cine
de Hollywood. Opinión que, a buen seguro, corroboraría el gran poeta Juan Eduardo
Cirlot, como se puede apreciar en su libro “Bronwyn”, con poemas tan bellos como el
personaje femenino del film en el que se inspira. Los decorados del interior de la torre
de El Señor de la guerra, diseñados por Bumstead, son uno de los mejores trabajos
artísticos y de reconstrucción histórica que he visto nunca en cine.
154
The Redhead and the Cowboy (1951), de Leslie Fenton
Dear Brat (1951), de William A. Seiter
Jumping Jacks (1952), de Norman Taurog
Submarine Command (1952), de John Farrow
Sailor Beware (!Vaya par de marinos!, 1952), de Hal Walker
Aaron Slick from Punkin Crick (1952), de Claude Binyon
Come back little Sheba (1952), de Daniel Mann
The Stars Are Singing (1953), de Norman Taurog
Little Boy Lost (El niño perdido, 1953), de George Seaton
Money from Home (El jinete loco, 1953), de George Marshall
Knock on Wood (1954), de Melvin Frank y Norman Panama
The Bridges at Toko-Ri (Los puentes de Toko-Ri, 1954), de Mark Robson
Run for Cover (Busca tu refugio, 1955), de Nicholas Ray
Lucy Gallant (Orgullo contra orgullo, 1955), de Robert Parish
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1956), de Alfred
Hitchcock
The Leider Saint (1956), de Alvin Ganzer
The Vagabond King (1956), de Michael Curtiz
That Certain Feeling (1956), de Melvin Frank y Norman Panama
Hollywood or Bust (Loco por Anita, 1956), de Frank Tashlin
Vertigo (Vértigo, 1958), de Alfred Hitchcock
I Married a Monster from Outer Space (1958), de Gene Fowler Jr.
The Trap (La trampa, 1959), de Norman Panama
The Hangman (1959), de Michael Curtiz
The Bellboy (El botones, 1960), de Jerry Lewis
Cinderfella (El ceniciento, 1960), de Frank Tashlin
The Great Impostor (El gran impostor, 1960), de Rober Mulligan
Come September (Cuando llegsa septiembre, 1961), de Rober Mulligan
The Spiral Road (Camino de la jungla, 1962), de Rober Mulligan
To Kill a Mockingbird (Matar a un ruiseñor, 1962), de Rober Mulligan
A Gathering of Eagles (Nido de águilas, 1963), de Delbert Mann
Father Goose (Operación Whisky, 1964), de Ralph Nelson
Bullet for a Badman (1964), de R. G. Sprinsteen
Blindfold (1965), de Phillip Dunne
The War Lord (El señor de la guerra, 1965), de Franklin J. Schaffner
Gunpoint (1965), de Earl Bellamy
Beau Geste (1966), de Douglas Heyes
155
Tobruk (Tobruk, 1967), de Arthur Hiller
Banning (1967), de Ron Winston
The Secret War of Harry Frigg (Comando secreto, 1968), de Jack Smight
A Man Called Gannon (Cuando el alba se tiñe de rojo, 1969), de James Goldstone
Tell Them Willie Boy Is Here (El valle del fugitivo, 1969), de Abraham Polonski
The Movie Murderer (1970, telefilm), de Boris Sagal
McCloud: Who Killed Miss U.S.A.? (1970, telefilm), de Richard A. Colla
Raid on Rommel (Comando en el desierto, 1971), de Henry Hathaway
One More Train to Rob (Asalto al último tren, 1971), de Andrew V. McLaglen
The Birdmen (1971, telefilm), de Phillip Leacock
Adventures of Nick Carter (1972, telefilm), de Paul Krasny
Joe Kidd (1972), de John Sturges
The Victim (1972, telefilm), de Herschel Daugherty
High Plains Drifter (Infierno de cobardes, 1973), de Clint Eastwood
Showdown (Amigos hasta la muerte, 1973), de George Seaton
The Sting (El golpe, 1973), de George Roy Hill
Honky Tonk (1974, telefilm), de Don Taylor
The Front Page (Primera plana, 1974), de Billy Wilder
The Great Waldo Pepper (El carnaval de las águilas, 1975), de George Roy Hill
Slap Shot (El castañazo,1977), de George Roy Hill
Don't Push, I'll Charge When I'm Ready (1977, telefilm), de Nathaniel Lande
Amateur Night at the Dixie Bar and Grill (1979, telefilm), de Joel Schumacher.
156
The Little Drummer Girl (La chica del tambor, 1984), de George Roy Hill
Warning Sign (1985), de Hal Barwood
Psycho III (Psicosis III, 1986), de Anthony Perkins
A Time of Destiny (La fuerza del destino, 1988), de Gregory Nava
Funny Farm (Venturas y desventuras de un yuppi en el campo, 1988), de George Roy
Hill
Her Alibi (Su coartada, 1989), de Bruce Beresford
Ghost Dad (1990), de Sidney Poitier
Almost an Angel (1990), de John Cornell
Cape Fear (El cabo del miedo, 1991), de Martin Scorsese
Unforgiven (Sin perdón, 1992), de Clint Eastwood
A Perfect World (Un mundo perfecto, 1993), de Clint Eastwood
The Stars Fell on Henrietta (1995), de James Keach
Absolute Power (Poder absoluto, 1997), de Clint Eastwood
Midnight in the Garden of Good and Evil (Medianoche en el jardín del bien y del mal,
1997), de Clint Eastwood
Home Alone 3 (Sólo en casa 3, 1997), de Raja Gosnell
True Crime (Ejecución inminente, 1999), de Clint Eastwood
Space Cowboys (Space Cowboys, 2000), de Clint Eastwood
Blood Work (Deuda de sangre, 2002), de Clint Eastwood
Mystic River (Space Cowboys, 2003), de de Clint Eastwood
157
Hal Pereira
Entre los centenares de films en los que trabajó me gustaría detallar uno:
Amores con una extraña (Love with the Proper Stranger, 1963), de Robert Mulligan,
158
con Steve McQueen y Natalie Wood, film polémico por ser la primera vez que
Hollywood trataba directamente el tema del aborto, aunque actualmente resulte
–menuda paradoja– bastante conservador. Independientemente de sus virtudes o
defectos extracinematográficos, lo que queda es una intensa y muy creíble historia de
amor. Quizá la fotografía en blanco y negro reste fuerza al trabajo de Pereira pero en
cambio resulta más acorde con la ambientación neoyorquina barriobajera que
Mulligan pretende y consigue.
159
The Greatest Show on Earth (El mayor espectáculo del mundo, 1952), de Cecil B. De
Mille
Submarine Command (1952), de John Farrow
The Atomic City (1952), de Jerry Hopper
Jumping Jacks (1952), de Norman Taurog
Somebody Loves Me (1952), de Irving Brecher
Hurricane Smith (Chacales de mar, 1952), de Jerry Hopper
Carrie (1952), de William Wyler
Son of Paleface (El hijo de Rostro Pálido, 1952), de Frank Tashlin
The Savage (El salvaje, 1952), de George Marshall
My Son John (Mi hijo John, 1952), de Leo McCarey
Just for You (1952), de Elliott Nuggent
Denver and Rio Grande (1952), de Byron Haskin
The Stooge (1953), de Norman Taurog
Shane (Raíces profundas, 1953), de George Stevens
Scared Stiff (Una herencia de miedo, 1953), de George Marshall
The Caddy (!Qué par de golfantes!, 1953), de Norman Taurog
The War of the Worlds (1953), de Byron Haskin
Stalag 17 (Traidor al infierno, 1953), de Billy Wilder
The Stars Are Singing (1953), de Norman Taurog
Off Limits (Fabricante de campeones, 1953), de George Marshall
The Vanquished (1953), de Edward Ludwin
Roman Holiday (Vacaciones en Roma, 1953), de Billy Wilder
Pony Express (El triunfo de Búffalo Bill, 1953), de Jerry Hopper
Money from Home (El jinete loco, 1953), de George Marshall
Little Boy Lost (El niño perdido, 1953), de George Seaton
Jamaica Run (La casa grande de Jamaica, 1953), de Lewis R. Foster
Houdini (El gran Houdini, 1953), de George Marshall
Here Come the Girls (1953), de Claude Binyon
The Girls of Pleasure Island (1953), de Alvin Ganzer y F. Hugh Herbert
Flight to Tangier (1953), de Charles Marquis Warren
Arrowhead (1953), de Charles Marquis Warren
Jivaro (Jívaro, 1954), de Edward Ludwin
Red Garters (1954), de George Marshall
Casanova's Big Night (La gran noche de Casanova, 1954), de Norman Z. McLeod
Elephant Walk (La senda de los elefantes, 1954), de William Dieterle
White Christmas (Navidades blancas, 1954), de Michael Curtiz
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Knock on Wood (1954), de Melvin Frank y Norman Panama
Sabrina (Sabrina, 1954), de Billy Wilder
Alaska Seas (1954), de Jerry Hopper
Three Ring Circus (1954), de Joseph Pevney
The Secret of the Incas (El secreto de los Incas, 1954), de Jerry Hopper
Rear Window (La ventana indiscreta, 1954), de Alfred Hitchcock
The Naked Jungle (Cuando ruge la marabunta, 1954), de Byron Haskin
Living It Up (Viviendo la vida, 1954), de Norman Taurog
The Country Girl (1954), de George Seaton
The Bridges at Toko-Ri (Los puentes de Toko-Ri, 1954), de Mark Robson
Strategic Air Command (1955), de Anthony Mann
Run for Cover (Busca tu refugio, 1955), de Nicholas Ray
To Catch a Thief (Atrapa a un ladrón, 1955), de Alfred Hitchcock
The Seven Little Foys (1955), de Melville Shavelson
The Trouble with Harry (Pero... ¿Quién mató a Harry?, 1955), de Alfred Hitchcock
Artists and Models (Artistas y modelos, 1955), de Frank Tashlin
The Rose Tattoo (La rosa tatuada, 1955), de Daniel Mann
We're No Angels (Nunca fuimos ángeles, 1955), de Michael Curtiz
You're Never Too Young (Un fresco en apuros, 1955), de Norman Taurog
Lucy Gallant (Orgullo contra orgullo, 1955), de Robert Parrish
The Girl Rush (1955), de Robert Pirosh
The Far Horizons (Horizontes azules, 1955), de Rudolph Maté
The Desperate Hours (Horas desesperadas, 1955), de William Wyler
Conquest of Space (La conquista del espacio, 1955), de Byron Haskin
The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, 1956), de Alfred
Hitchcock
Pardners (Juntos ante el peligro, 1956), de Norman Taurog
The Search for Bridey Murphy (1956), de Noel Langley
The Ten Commandments (Los diez mandamientos, 1956), de Cecil B. De Mille
Anything Goes (1956), de Robert Lewis
The Scarlet Hour (1956), de Michael Curtiz
The Vagabond King (1956), de Michael Curtiz
Williamsburg: The Story of a Patriot (1956, cortometraje), de George Seaton
That Certain Feeling (Como se corta el jamón, 1956), de Melvin Frank y Norman
Panama
The Proud and Profane (Los héroes también lloran, 1956), de George Seaton
The Mountain (La montaña siniestra, 1956), de Edward Dmytryck
Hollywood or Bust (Loco por Anita, 1956), de Frank Tashlin
161
The Birds and the Bees (1956), de Norman Taurog
Funny Face (Cara de ángel, 1957), de Stanley Donnen
Loving You (1957), de Hal Kanter
The Lonely Man (Un hombre solitario, 1957), de Henry Levin
Omar Khayyam (1957), de William Dieterle
Gunfight at the O.K. Corral (Duelo de titanes, 1957), de John Sturges
The Tin Star (Cazador de forajidos, 1957), de Anthony Mann
The Sad Sack (El recluta, 1957), de George Marshall
The Joker Is Wild (La máscara del dolor, 1957), de Charles Vidor
The Delicate Delinquent (Delicado delincuente, 1957), de Don McGuire
Hear Me Good (1957), de Don McGuire
The Devil's Hairpin (1957), de Cornel Wilde
Beau James (1957), de Melville Shavelson
Spanish Affair (Aventura para dos, 1958), de Don Siegel y Luis Marquina
Vertigo (Vértigo, 1958), de Alfred Hitchcock
King Creole (El barrio contra mí, 1958), de Michael Curtiz
Teacher's Pet (Enséñame a querer, 1958), de George Seaton
St. Louis Blues (1958), de Allen Reisner
The Buccaneer (Los bucaneros, 1958), de Anthony Quinn
Rock-a-Bye Baby (Yo soy el padre y la madre, 1958), de Frank Tashlin
The Matchmaker (La casamentera, 1958), de Joseph Anthony
Maracaibo (1958), de Cornel Wilde
I Married a Monster from Outer Space (1958), de Gene Fowler Jr.
Houseboat (Cintia, 1958), de Melville Shavelson
Hot Spell (1958), de Daniel Mann y George Cukor
The Geisha Boy (Tú, Kim y yo, 1958), de Frank Tashlin
Desire Under the Elms (Deseo bajo los olmos, 1958), de Delbert Mann
The Colossus of New York (1958), de Eugène Lourié
The Black Orchid (Orquídea negra, 1958), de Martin Ritt
The Trap (La trampa, 1959), de Norman Panama
The Hangman (1959), de Michael Curtiz
Bonanza (1959-1973, Serie de televisión), varios realizadores
The Rebel (1959-1961, serie de televisión), varios realizadores
The Five Pennies (Tu mano en la mía, 1959), de Melville Shavelson
The Young Captives (1959), de Irvin Kershner
That Kind of Woman (Esa clase de mujer, 1959), de Sidney Lumet
Last Train from Gun Hill (El último tren de Gun Hill, 1959), de John Sturges
162
Don't Give Up the Ship (Adiós mi luna de miel, 1959), de Norman Taurog
But Not for Me (No soy para ti, 1959), de Walter Lang
The Bellboy (El botones, 1960), de Jerry Lewis
It Started in Naples (Capri, 1960), de Melville Shavelson
Heller in Pink Tights (El pistolero de Cheyenne, 1960), de George Cukor
G.I. Blues (1960), de Norman Taurog
The Rat Race (Perdidos en la gran ciudad, 1960), de Robert Mulligan
Cinderfella (El ceniciento, 1960), de Frank Tashlin
A Breath of Scandal (Escándalo en la corte, 1960), de Michael Curtiz
All in a Night's Work (Todo en una noche, 1961), de Joseph Anthony
One-Eyed Jacks (El rostro impenetrable, 1961), de Marlon Brando
The Pleasure of His Company (Su grata compañía, 1961), de George Seaton
Breakfast at Tiffany's (Desayuno con diamantes, 1961), de Stanley Donnen
Summer and Smoke (1961), de Peter Grenville
Blue Hawaii (Amor en Hawaii, 1961), de Norman Taurog
The Errand Boy (Un espía en Hollywood, 1961), de Jerry Lewis
Love in a Goldfish Bowl (1961), de Jack Sher
Pocketful of Miracles (Un gánster para un milagro, 1961), de Frank Capra
On the Double (Plan 402, 1961), de Melville Shavelson
The Ladies' Man (El terror de las chicas, 1961), de Jerry Lewis
Blueprint for Robbery (1961), de Jerry Hopper
My Geisha (Mi dulce geisha, 1962), de Jack Cardiff
Hatari! (Hatari, 1962), de Howard Hawks
The Counterfeit Traitor (Espía por decreto, 1962), de George Seaton
Hell Is for Heroes (Comando, 1962), de Don Siegel
Girls! Girls! Girls! (Chicas, chicas, chicas, 1962), de Norman Taurog
Who's Got the Action? (¿Qué me importa el dinero?,1962), de Daniel Mann
It's Only Money (1962), de Frank Tashlin
A Girl Named Tamiko (Una muchacha llamada Tamiko, 1962), de John Sturges
McLintock! (El gran McLintock, 1963), de Andrew V. McLaglen
Hud (Hud, el más valiente entre mil, 1963), de Martin Ritt
The Nutty Professor (El profesor chiflado, 1963), de Jerry Lewis
Come Blow Your Horn (Gallardo y calavera, 1963), de Bud Yorkin
My Six Loves (1963), de Gower Champion
Wives and Lovers (Ellas y las otras, 1963), de John Rich
Fun in Acapulco (El ídolo de Acapulco, 1963), de Richard Thorpe
Who's Minding the Store? (Lío en los grandes alamacenes, 1963), de Frank Tashlin
163
Who's Been Sleeping in My Bed? (Consejos a medianoche, 1963), de Daniel Mann
Papa's Delicate Condition (1963), de George Marshall
A New Kind of Love (Samantha, 1963), de Melville Shavelson
Love with the Proper Stranger (Amores con un extraño, 1963), de Robert Mulligan
Law of the Lawless (1964), de William F. Claxton
The Strangler (1964), de Burt Topper
The Carpetbaggers (Los insaciables, 1964), de Edward Dmytryck
Stage to Thunder Rock (1964), de William F. Claxton
The Patsy (Jerry Calamidad, 1964), de Jerry Lewis
Robinson Crusoe on Mars (1964), de Byron Haskin
Lady in a Cage (1964), de Walter E. Grauman
Where Love Has Gone (A dónde fue el amor, 1964), de Edward Dmytryck
Roustabout (1964), de John Rich
A House Is Not a Home (Una casa no es un hogar, 1964), de Russell Rouse
For Those Who Think Young (1964), de Leslie H. Martinson
The Disorderly Orderly (Caso clínico en la clínica, 1964), de Frank Tashlin
Harlow (Harlow, la rubia platino, 1965), de Gordon Douglas
Young Fury (1965), de Christian Nyby
The Family Jewels (Las joyas de la familia, 1965), de Jerry Lewis
Red Line 7000 (Peligro, línea 7000, 1965), de Howard Hawks
Sylvia (Sylvia, 1965), de Gordon Douglas
Town Tamer (1965), de Lesley Selander
Boeing Boeing (1965), de John Rich
Billie (1965), de Don Weis
Nevada Smith (1966), de Henry Hathaway
Paradise, Hawaiian Style (1966), de Michael D. Moore
Johnny Reno (1966), de R. G. Sprinsteen
Waco (Waco, 1966), de R. G. Sprinsteen
The Night of the Grizzly (Tierra de alimañas, 1966), de Joseph Pevney
The Swinger (Chica sin barreras, 1966), de George Sidney
The Last of the Secret Agents? (1966), de Norman Abbott
Red Tomahawk (1967), de R. G. Sprinsteen
Warning Shot (Homicidio justificado, 1967), de Buzz Kulik
Good Times (1967), de William Friedkin
Easy Come, Easy Go (1967), de John Rich
El Dorado (1967), de Howard Hawks
The Spirit Is Willing (1967), de William Castle
164
The High Chaparral (1967-1968, serie de televisión), varios realizadores
Hostile Guns (1967), de R. G. Sprinsteen
The President's Analyst (Demasiados secretos para un hombre solo, 1967), de
Theodore F. Flicker
Fort Utah (1967), de Leslie Selander
Will Penny (El más valiente entre mil, 1968), de Tom Gries
No Way to Treat a Lady (Así no se trata a una dama, 1968, Pereira fue designado como
Director Ejecutivo de Arte), de Jack Smight
Arizona Bushwhackers (1968), de Lesley Selander
The Odd Couple (La extraña pareja, 1968), de Gene Saks
Project X (1968), de William Castle.
165
Otros colaboradores de Vértigo
Además del trabajo artístico de Bumstead y Pereira cabe mencionar los
magníficos decorados, obra de Sam Comer y Frank McKelvey, el elegantísimo
vestuario diseñado por la mítica Edith Head, los buenos efectos especiales de la época,
hoy ya desfasados, obra de John P. Fulton, los efectos fotográficos especiales de
Farciot Edouard y Wallace Kelly, la secuencia especial diseñada por John Ferreri, los
alucinantes títulos de crédito ya citados de Saul Bass, el cuadro de Carlotta Valdés
pintado por John Ferren, y el trabajo del ayudante de dirección Daniel McCauley, así
como al productor asociado Herbert Coleman.
166
Bibliografía seleccionada
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REIG, Guillem. Estudio Roman Polanski. Dirigido por, núm. 19, Enero 1975.
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En Internet
http://www.imdb.com
170