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Luz Marina León

LA INTELECTUALIZACIÓN DEL SEXO

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INTELECTUALIZACION_SEXO@YAHOO.COM
ÍNDICE

CAPÍTULO 1
EL SEXO: nivel físico –etérico.…………………………………………………………………………………………………4
Ampliando la consciencia: de un cuerpo físico a la humanidad…………………………..………….6
La transformación de la consciencia y el descubrimiento del orgasmo en la mujer……..…7
El plano de existencia físico: el plano de la negatividad…………………………………………….……9
La postura sexual perfecta……………………………………………………………………………………………11

CAPÍTULO 2
HACER EL AMOR: nivel emocional – mental…………………………………………………………………………12
Sol y Luna…………………………………………………………………………………………………………………….12
Los planos de consciencia…………………………………………………………………………………………….13
El cuerpo astral, la mente negativa y el “yo negativo”………………………………………………….15
El mundo astral…………………………………………………………………………………………………………….16
El desarrollo de la mente positiva: la disciplina, las construcciones mentales estables y la
meditación……………………………………………………………………………………………………………………18
Hacer el amor y el Gran Orgasmo Cósmico…………………………………………………………………..22

CAPÍTULO 3
EL CAMINO HACIA EL GRAN ORGASMO CÓSMICO: yoga, tantra y estar delgados y fuertes….25
El yoga occidental: estar delgado y fuerte…………………………………………………………………….27
El tantra……………………………………………………………………………………………………………………….37
El sexo y la violencia……………………………………………………………………………………………………..40
Después del tantra……………………………………………………………………………………………………….43
Los chakras: puntos de “amarre” de los cuerpos del ser humano………………………………..44

CAPÍTULO 4
LA GESTACIÓN EN LA MATRIZ ESPIRITUAL: nivel mental superior…………………………………………51
Los ciclos de vida del “verdadero” yo……………………………………………………………………………53
De “elementales” a humanos…………………………………………………………………………………….…54

CAPÍTULO 5
EL SEXO Y LA ESPIRITUALIDAD: la autosexualidad y la autoespiritualidad, la homosexualidad y
la homoespiritualidad, la heterosexualidad y la heteroespiritualidad, la bisexualidad y la
biespiritualidad, la asexualidad y la aespiritualidad……………………………………………………………..59
La homosexualidad, la transexualidad y los genitales como símbolo de inteligencia….62
El cruce de energías heterosexual en las relaciones homosexuales………………………………69

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Bisexualidad…………………………………………………………………………………………………………………73
El desarrollo sexual y espiritual a lo largo de todas las encarnaciones de un alma: desde
la autosexualidad hasta la aespiritualidad…………………………………………………………………….74

☯El ciclo de la autosexualidad………………………………………………………………….75


☯El ciclo de la homosexualidad………………………………………………………………..76
☯El ciclo de la heterosexualidad………………………………………………………………77
☯El ciclo de la bisexualidad………………………………………………………………………78
☯El ciclo de la asexualidad……………………………………………………………………….78
☯ La autoespiritualidad……………………………………………………..79
☯ La homoespiritualidad……………………………………………………79
☯ La heteroespiritualidad………………………………………………….80
☯ La biespiritualidad………………………………………………………….81
☯ La aespiritualidad…………………………………………………………..82
Las fases de desarrollo en una encarnación…………………………………………………………….……83

CAPÍTULO 6
FUSIÓN GLOBAL: lo femenino y lo masculino a nivel mundial………………………………………………85
Las religiones femeninas y masculinas…………………………………………………………………………87
El mapa del mundo está al revés…………………………………………………………………………………89

CAPÍTULO 7
EL (RE)NACIMIENTO: nivel búdico – átmico…………………………………………………………………….……92
La “iluminación” no existe……………………………………………………………………………………….…..94
Las dos iniciaciones y los dos Grandes Orgasmos Cósmicos……………………………………….…97
La Familia Espiritual……………………………………………………………………………………………………101
La infancia, la adolescencia y la edad adulta en los planos búdico y átmico……………….107
La fusión final en la Mónada ¿cuándo sucederá?...........................................................108

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I

EL SEXO
- NIVEL FÍSICO-ETÉRICO -

La vagina es un espacio vacío que necesita ser llenado. El pene es eso que el Gran Arquitecto
Cósmico ha diseñado para llenar ese espacio vacío llamado vagina. Sin el pene, la vagina está
muerta. Sin la vagina, la existencia del pene no tiene sentido, es inútil. Se necesitan
mutuamente: la vagina necesita del pene para que la llene de vida y el pene de la vagina para
que le dé sentido y utilidad.

El pene penetra la vagina y se extasía. Sigue ahí disfrutando del placer que va en aumento. El
placer del pene culmina en un orgasmo. El resultado de esa culminación es el engendramiento
de una nueva vida.

La vagina, con su órgano interno correspondiente: la matriz, ya no se siente vacía, hay algo
dentro de ella, HAY VIDA… ¡el pene le ha dado vida! Después de que esa vida engendrada haya
estado en la oscuridad del vientre materno gestando el tiempo necesario, saldrá a la luz y lo
hará por la misma vagina por la que ha entrado. La nueva vida recién nacida DESCUBRIRÁ TODO
UN MUNDO NUEVO.

Lo dicho en estos tres primeros párrafos es lo fundamental para entender el funcionamiento


del Universo.

Los genitales son lo primero con lo que los seres humanos se identifican, incluso antes que con
el nombre. Lo primero que se dice de un bebé es: “Es un(a) niñ@”. Entonces, en relación con
eso, se le pone nombre. Todos “somos” primero lo que los genitales nos dictan y luego lo que
nos ponen en el carné de identidad.

Antiguamente, cuando la consciencia humana no podía ver más allá del cuerpo físico, los
humanos vivían las leyes del Universo a nivel físico. Las leyes del Universo son lo único que
existe y lo único que puede ser vivido. Todo lo que no responde a las Leyes del Universo,
simplemente NO PUEDE EXISTIR y no existe. Así ha sido desde siempre y así será siempre. Las
leyes son siempre las mismas, lo único que puede diferir es el nivel de consciencia en el que
se experimentan. La Ley Universal vivida desde el plano físico puede parecer, a primera vista,
muy diferente a la misma Ley vivida desde el plano mental, pero no lo es, es siempre la misma

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Ley, lo que cambia es la percepción y la experiencia, que, según el nivel desde el cual se está
experimentando, puede ser más positiva o más negativa.

Cuando los humanos vivían las leyes Universales a nivel físico, la vida era así:

La mujer era una cosa sin vida. En algunas culturas, como por ejemplo la china, la mujer era
literalmente considerada como un objeto, no como un ser vivo. Hasta prácticamente hace
poco, en China, la mujer era propiedad de su padre o su marido los cuales podían hacer con ella
lo que quisieran, incluso matarla impunemente, ya que se trataba de un objeto en su
propiedad. En otras culturas del este de Europa, incluso hoy en día, la mujer se compra con
dinero el día de su boda y luego el marido la pone a su nombre (la mujer cambia de apellido y
pasa a apellidarse como su marido).

A la hora de practicar el sexo, la mujer era una cosa sin vida, como una muñeca hinchable. El
hombre era el que sentía el placer y de la culminación de su placer dependía si iba a haber
descendencia o no.

La mujer era una simple incubadora para niños cuyo deber era obedecer las órdenes de su
dueño, de su padre o marido. Ella era una cosa muerta, por lo tanto, nadie se preocupaba de
sus sentimientos. La mujer no tenía vida, era el hombre el que le daba vida, la que la mantenía
en vida. Ella era un objeto, una cosa muerta que el hombre poseía para su propio uso, goce y
disfrute.

Desde los tiempos más remotos, los humanos sentían la necesitad de emparejarse porque un
cuerpo físico no es algo completo, es una mitad. Una mujer necesita a un hombre para sentirse
completa y un hombre necesita de una mujer por la misma razón. Un cuerpo con vagina
necesita de su otra mitad, de un cuerpo con pene para que le dé vida y no se sienta vacía. Un
cuerpo con pene necesita de su mitad con vagina para él poder realizarse, ya que sin ella sería
algo inútil. Antiguamente, ella necesitaba de él para que le diera cobijo y comida y él necesitaba
de ella para que le diera hijos. A nivel físico, Y SOLO A NIVEL FÍSICO, no estamos completos,
somos mitades. De ahí el anhelo que se siente a nivel físico de encontrar esa “media naranja”.
En vez de llamarlo “media naranja”, deberíamos llamarlo “mi otra mitad física”.

Así son las leyes del Universo vividas desde el plano físico. Y si la realidad física fuera la única
realidad, la vida sería un infierno eterno, ya que la realidad física es la más negativa. Subiendo
hacia arriba, hacia otros planos de consciencia más libres, LAS LEYES SIGUEN SIENDO LAS
MISMAS, pero como la consciencia va creciendo, las cosas se van viendo desde planos, no
solamente más grandes, sino también más positivos.

El ser humano, a parte del cuerpo físico, tiene otros seis cuerpos: el cuerpo etérico, el cuerpo
astral, el cuerpo mental, el cuerpo causal, el cuerpo búdico y el cuerpo átmico. Con el cuerpo

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físico, siete en total. Los cuerpos son vehículos que nos sirven para poder movernos y
experimentar en diferentes planos de consciencia, en diferentes mundos. El cuerpo físico nos
sirve para experimentar el mundo físico, el cuerpo etérico para experimentar el mundo etérico,
el astral, también llamado emocional, nos sirve para el mundo astral, el mental y el causal nos
sirven para movernos en el mundo mental y los cuerpos búdico y átmico son comunes para
toda la humanidad (un cuerpo búdico y un cuerpo átmico para toda la humanidad) y nos sirven
para experimentar los planos búdico y átmico respectivamente. Hay que tener en cuenta que
hablar del cuerpo no es lo mismo que hablar del mundo. El ser humano tiene siete cuerpos para
poder desenvolverse en seis planos de consciencia diferentes, seis mundos. El cuerpo físico es
solo uno de ellos y el más denso, el más esclavizador, el más negativo. La vida desde cualquier
otro cuerpo mencionado ahí arriba, en cualquier otro plano de consciencia, es menos doloroso
que la vida física.

AMPLIANDO LA CONSCIENCIA: DE UN CUERPO FÍSICO A LA HUMANIDAD

Ensanchando las miras y dejando de mirar cuerpos físicos individuales con sus correspondientes
órganos sexuales, vamos a observar a toda la humanidad encarnada en cuerpos físicos como si
de un organismo único se tratase. Haciendo eso, nos daremos cuenta que lo físico es algo
muerto. El cuerpo físico es un cadáver. No hay ninguna diferencia entre un cuerpo vivo y un
cuerpo recién muerto, pero aun así, si cogemos un tenedor y pinchamos un cuerpo vivo, habrá
reacción, pero si hacemos lo mismo con un cuerpo muerto, no pasará nada. En un cuerpo
recién muerto y los nervios y el cerebro y la sangre y todos los órganos interiores siguen ahí.
¿Por qué entonces el cuerpo muerto no siente dolor y no hay ninguna reacción? Porque no es
el cuerpo físico el que siente, es el etérico. El cuerpo físico no siente nada y no puede hacer
nada, el cuerpo físico es un simple vehículo. Es como un coche. Un coche no puede hacer nada
si no hay una persona dentro manejándolo. De igual manera, el cuerpo físico no puede hacer
nada si no hay un cuerpo etérico dándole vida. Cuando uno se hace consciente de su cuerpo
etérico se llega a plantear la pregunta: ¿el cuerpo físico existe realmente?, ya que resulta que
todo aquello que hasta ese momento pensábamos que era físico y se lo atribuíamos al cuerpo
físico, resulta ser el cuerpo etérico. Una de las posturas más conocidas y más importante de
Hatha Yoga es la postura del cadáver, Shavasana. Consiste en tumbarse en el suelo boca arriba
intentando pegar la espalda en su totalidad al suelo, las piernas estiradas con los pies cayendo
libremente hacia los lados y los brazos estirados a lo largo del cuerpo con las palmas hacia
arriba. Es una postura de meditación. El propósito de esta postura, mejor dicho, de la
meditación en la postura del cadáver, es hacer al practicante consciente de que el cuerpo físico
no es más que eso: un cadáver, y que todo lo que pasa dentro de ese cadáver en realidad está
producido por alguno de los 6 cuerpos restantes, empezando por el etérico, que es el cuerpo

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que más se confunde con el físico. Al etérico también se le llama el doble etérico ya que es
idéntico al cuerpo físico, es su doble. La materia etérica es un poco menos densa que la física.
Por lo tanto, el cuerpo etérico es un poco más ligero que el físico en todos los sentidos. Sin el
cuerpo etérico, el cuerpo físico seria lo dicho: un simple cadáver. Por otro lado, sin el cuerpo
físico, el cuerpo etérico no podría manifestarse. ¿Os suena esto de algo? “La vagina está
muerta, el pene le da vida. El pene es inútil, la vagina le proporciona sentido y utilidad.” El
cuerpo físico es femenino y el cuerpo etérico masculino. Todos los cuerpos físicos,
independientemente de si tienen vagina o pene, son FEMENINOS. Todos los cuerpos etéricos
son MASCULINOS. El etérico le da vida al físico y el físico le brinda la posibilidad de
manifestarse al etérico. Cuando hablamos del cuerpo físico, siempre hablamos del físico-etérico
ya que no pueden existir individualmente. Son una pareja inseparable.

LA TRANSFORMACIÓN DE LA CONSCIENCIA Y EL DESCUBRIMIENTO DEL ORGASMO EN LA


MUJER

Recientemente, en el siglo XX, hubo un crecimiento en lo que se refiere a la consciencia


humana. La consciencia humana pasó por una fase de transformación para poder llegar a
donde estamos ahora. Hemos pasado de una sociedad en la que la mujer no podía votar, no
podía trabajar fuera de casa, no podía hacer nada sin el consentimiento de su padre o marido, a
una sociedad en la que tales limitaciones son inimaginables. ¿Qué provocó este cambio? El
descubrimiento del orgasmo en la mujer.

Un embarazo depende solo y únicamente del orgasmo masculino. Es por eso que durante siglos
ni se sabía que las mujeres también tenían sexualidad. Muchas mujeres morían sin saber lo que
era el placer sexual. Es recientemente, en el siglo XX, cuando Freud dijo: “Oigan, las mujeres
también pueden tener orgasmos… ¡y múltiples!” Y ese fue el principio de la liberación de la
mujer en todos los aspectos: consiguieron el derecho a votar, a trabajar fuera de casa, a ser
dueñas de sus propias vidas. La liberación femenina está ligada al “descubrimiento” del
orgasmo en la mujer. Pero ¿por qué se ha tardado tanto en descubrir el orgasmo femenino?
Entre otras cosas, porque EL ORGASMO FEMENINO NO EXISTE. Existe el orgasmo en la mujer,
en un cuerpo físico con vagina, pero no existe el orgasmo femenino. Los cuerpos físicos,
independientemente de sí tienen vagina o pene, son femeninos, son algo muerto que necesita
que se le de vida. Los cuerpos físicos son cadáveres. El cuerpo etérico es el que le da vida a esos
cadáveres físicos. El cuerpo etérico es masculino. El cuerpo etérico es el que siente. El cuerpo
etérico es el que tiene orgasmos. Las mujeres descubrieron su capacidad de disfrutar del sexo
cuando descubrieron SU LADO MASCULINO, el aspecto masculino de su existencia física.
TODOS LOS ORGASMOS SON MASCULINOS. Un orgasmo se puede dar en un cuerpo con pene
o en un cuerpo con vagina, pero no por ello deja de ser masculino. EL CUERPO ETÉRICO ES EL

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QUE EXPERIMENTA EL PLACER A TRAVÉS DEL CUERPO FÍSICO. ES LO MASCULINO
EXPERIMENTANDO PLACER A TRAVÉS DE LO FEMENINO, es ese hombre practicando el sexo con
aquella mujer inerte como si fuera muñeca hinchable. Con este descubrimiento del orgasmo en
la mujer, la consciencia humana se ensanchó. Ya no era ”el hombre experimentando orgasmos
a través de la mujer”, sino que era “toda la humanidad experimentando orgasmos con su
aspecto masculino (etérico) a través de su aspecto femenino (cuerpo físico)”.

Habiendo descubierto las mujeres su lado masculino, los hombres se vieron obligados a
descubrir su lado femenino y aquí se desarrolló en la humanidad un sentimiento de igualdad.
Las mujeres empezaron a votar, a trabajar, a mandar… Todo esto son aspectos masculinos:
acción, dirección, decisión; y los hombres empezaron a preocuparse de estar guapos,
sexualmente atractivos, lo cual es un aspecto femenino: lo femenino atrae y lo masculino es
atraído; lo femenino es atractivo porque necesita atraer; lo masculino es bello, pero no
atractivo, ya que el atraer es una función femenina. Así que los hombres y mujeres hoy en día
votan juntos, trabajan juntos, traen decisiones juntos, van al salón de belleza juntos... Ha
surgido un nuevo y hasta ahora desconocido sentimiento de igualdad que, al ser reciente, la
humanidad todavía no lo entiende muy bien. Ese sentimiento de igualdad todavía no se ha
intelectualizado, todavía está solamente a nivel astral (emocional). Por eso tenemos la situación
en la que no se paran de hacer debates sobre la “igualdad de género” y eso se debe a que la
humanidad está aplicando un nuevo sentimiento (la igualdad) a un viejo concepto (la división
de la humanidad basándose en los genitales a lo que llaman “genero”).

Las personas que tienen cuerpos físicos con vagina se llaman mujeres y los que tienen cuerpos
físicos con pene se llaman hombres. Más allá de los genitales, los hombres y las mujeres no
existen. Más allá de los genitales todos estamos compuestos por los mismos cuerpos que
pueden ser masculinos (como el etérico) o femeninos (como el físico). Todos somos el resultado
de una serie de interactuaciones de los cuerpos masculinos y femeninos a diferentes niveles
como iremos viendo a lo largo de este libro. Hablar de la igualdad o desigualdad de género es
ridículo ya que estaríamos hablando de la igualdad o desigualdad de penes y vaginas. Cuando se
discute, por ejemplo, sobre si hay suficientes mujeres en el Congreso, en realidad se está
discutiendo sobre si hay suficientes vaginas en el Congreso. Más allá de los genitales, todos
somos y “hombres” y “mujeres” al mismo tiempo.

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EL PLANO DE EXISTENCIA FÍSICO: EL PLANO DE LA NEGATIVIDAD

El plano físico-etérico es el plano de la negatividad. Pero ¿qué es exatamente la negatividad?

Todos sabemos que no somos conscientes de lo que tenemos hasta que no lo perdemos. El
único motivo por el que sabemos apreciar las cosas que tenemos es porque somos conscientes
de cómo sería nuestra vida sin dichas cosas. Somos felices por tener un hogar porque somos
conscientes de lo dura que sería nuestra vida si fuéramos indigentes. Sabemos apreciar el
trabajo que tenemos porque somos conscientes de lo mal que lo pasaríamos si no lo
tuviéramos. Sabemos apreciar a ese ser querido que tenemos a nuestro lado porque tenemos
la consciencia de lo muchísimo que lo echaríamos de menos si el día de mañana nos faltara.
Intentad imaginar una situación en la que sabéis a ciencia cierta que algo que os pertenece,
estará ahí toda la eternidad. ¿Sabríais apreciar tal cosa? Es más, ¿os daríais cuenta de que tal
cosa está ahí? La respuesta es NO. Solamente la NEGACIÓN = NEGATIVIDAD nos puede hacer
conscientes de la POSITIVIDAD que es la única realidad. Todas las negatividades que vivimos no
son más que negaciones de las positividades que somos. Antes de llegar a la Tierra no éramos
conscientes de nuestra verdadera naturaleza positiva. Por eso vinimos para sufrir para hacernos
conscientes del gozo que somos. Y seguimos viniendo a la Tierra para que nos maten una y otra
vez para hacernos conscientes de nuestra naturaleza inmortal. Venimos para que nos odien
para saber lo que es el amor. Venimos a la Tierra para vivir en la oscuridad para hacernos
conscientes de la luz que somos.

El único propósito de la NEGATIVIDAD es


hacernos conscientes de la POSITIVIDAD.

En la positividad somos todos lo mismo. Por eso


hemos venido a la Tierra para dividirnos en dos y
hacernos conscientes de los dos aspectos de
nuestro un único ser:
1. el aspecto positivo y activo llamado
“masculino” que en la Tierra se
manifiesta en forma de hombre (cuerpo
con pene)
2. el aspecto negativo y pasivo llamado
“femenino” que en la Tierra se
manifiesta en forma de mujer (cuerpo
con vagina).

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Todo lo que existe en vertical, existe en horizontal también. Todo lo positivo de arriba “vestido
de blanco” existe también abajo en la negatividad, pero “vestido de negro”. El “vestido negro”
es la negación del “vestido blanco”. Todo lo que podemos ver mirando en vertical hacia el cielo,
lo podemos ver también mirando horizontalmente sobre la Tierra INCLUIDO EL DUALISMO
POSITIVO-NEGATIVO. Este dualismo existe también en horizontal. El hombre representa lo
positivo y la mujer lo negativo. El hombre representa la positividad y la mujer la negación de la
positividad, la negatividad. ¿Por qué de esta representación en horizontal? Para que los
humanos que todavía no tienen capacidad y madurez espiritual suficiente para mirar y ver lo
que sucede en vertical, puedan aprender en horizontal cómo funciona el Universo ya que como
dijimos anteriormente, las Leyes del Universo son idénticas en todos los niveles de consciencia.
Veamos esto en un ejemplo concreto:

NEGATIVIDAD HORIZONTAL: Hasta el siglo XX tuvimos la situación en la que el hombre era el


que mandaba y la mujer no podía hacer nada sin él. La mujer era la propiedad del hombre, ella
no podía existir independientemente de él. La mujer hacía lo posible para atraer a un hombre
que quisiera casarse con ella, ya que sin un hombre, una mujer no tenía ningunas posibilidades
de sobrevivir dignamente.

Ahora, todo esto que hemos dicho sobre la relación que mantenían el hombre y la mujer en la
negatividad, vamos a girarlo y a ponerlo en vertical y veremos la relación que mantienen la
positividad y la negatividad (la negación de la positividad). Como ya hemos dicho, el hombre es
el representante de lo positivo y la mujer de lo negativo.

POSITIVIDAD VERTICAL: el señor llamado Positividad es el que manda y la Negatividad no puede


hacer nada sin él. Ella no podría existir sin el sr. Positividad ya que no es más que su negación.
Negatividad es la propiedad del sr. Positividad. Negatividad no puede existir
independientemente del sr. Positividad. Negatividad hace lo posible para atraer a un tal sr.
Positividad para que se case con ella, ya que sin Positividad, Negatividad no tiene ningunas
posibilidades de sobrevivir.

La negatividad es un plano de existencia independiente de la positividad que somos, pero no


puede sobrevivir sin nosotros ya que somos nosotros los que le damos vida. Sin nosotros en la
negatividad, ella, la negatividad, existiría por algún tiempo, pero finalmente acabaría
desapareciendo. Pero la negatividad no desaparecerá hasta que haya una sola alma que
necesite de la negatividad para el desarrollo de la positividad. La humanidad se pregunta muy a
menudo: “¿Cuándo se acabará la violencia?” Y la respuesta es: “Cuando ya no quede ni una sola
alma que la necesite para su crecimiento espiritual”.

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LA POSTURA SEXUAL PERFECTA

La palabra sexo viene de la palabra latina sectus que significa separar, cortar, dividir. Nuestra
verdadera naturaleza separada, cortada, dividida en dos (en latin sectus) es sexus (Cicerón en
su obra De Inventione por primera vez usó la palabra sexus en vez de sectus). Sexus, nuestra
naturaleza divina dividida en dos es el SEXO. El acto sexual es el intento de reunificarnos a nivel
físico.

¿En qué postura se lleva mejor a cabo esta reunificación divina? En la postura del misionero.

La postura del misionero es la postura perfecta, ya que es exactamente así como funciona el
Universo: lo femenino (lo negativo) está abajo y lo masculino (lo positivo) arriba. Lo femenino
es lo pasivo y lo masculino lo activo. Lo femenino y lo masculino se miran y se unifican. Del
vientre femenino que mira hacia arriba surge la positividad y de la mente masculina que mira
hacia abajo, la negatividad.

Partiendo de la postura del misionero, que es la postura sexual básica, se pueden hacer todas
las variaciones sexuales que uno quiera ya que todas las posturas sexuales no son más que
variaciones de la postura del misionero.

Sin el sexo estaríamos perdidos para siempre. Sin el sexo olvidaríamos por completo de que
alguna vez fuimos UNA ENTIDAD. La unión sexual física es el primer pasito hacia la unión final.

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II

HACER EL AMOR
- NIVEL EMOCIONAL-MENTAL –

El cuerpo emocional, más conocido como el cuerpo astral, y el cuerpo mental, son pareja
inseparable, igual que los cuerpos físico y etérico. El cuerpo astral estaría muerto sin el cuerpo
mental, ya que es el cuerpo mental es el que le da vida y por otro lado, el cuerpo mental no
podría manifestarse sin el cuerpo astral.

SOL Y LUNA

La Luna y el Sol representan los planos astral (emocional) y mental respectivamente. Aquí
analizaremos el significado de estos dos astros convertidos en símbolos para entender mejor
los principios femenino y masculino desde el punto de vista astral-mental.

La Tierra es un ser viviente, un ser oscuro, inconsciente, pero vivo. La Tierra tiene alma:
llamémosle Gea. Gea está “encarnada” actualmente en la Tierra. La Tierra es su cuerpo. Esta
“encarnación” de Gea es su segunda “vida”. Su anterior cuerpo fue la Luna. Su anterior
“encarnación” fue dentro del “cuerpo” que ahora llamamos Luna. Gea abandonó la Luna, la
Luna murió y Gea se “encarnó” aquí donde está ahora: en la Tierra. Por lo tanto, la Luna es el
cadáver de Gea, es su antiguo cuerpo que ahora se está descomponiendo. La Luna está muerta.
La Luna no tiene vida alguna. La Luna es un cadáver.

La luz que vemos en la Luna, esa maravillosa luz que tanto admiramos por las noches, es el
reflejo de la luz del Sol. El Sol es el que le da luz a la Luna. El Sol, ese ser brillante sin el cual no
habría vida en la Tierra, no habría calor, ni luz…

En conclusión: el principio femenino, lunar, astral es pasivo, muerto, frío, oscuro y NEGATIVO.
El principio masculino, solar, mental es el dador de vida, es el principio activo, es la vida, es
cálido, es la luz, es lo POSITIVO. Los principios femenino y masculino NUNCA pueden existir
individualmente, ellos dependen el uno del otro. Para entender aún mejor la interdependencia
de lo masculino y lo femenino, vamos a poner el ejemplo de una obra de construcción. Para
hacer una construcción se necesitan dos cosas: el material y la mano de obra. El material es lo
femenino y la mano de obra lo masculino. Si falta una de estas dos cosas, no se puede hacer
nada. Si se tiene el material, pero no se tiene mano de obra, el material será simplemente una
cosa muerta, inútil. Por otro lado, si tenemos solo la mano de obra, por muy buenos que sean

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los obreros, si no tienen con que trabajar, su talento y capacidad serán inútiles y no podrán
manifestarse.

LOS PLANOS DE CONSCIENCIA

En el capítulo anterior dijimos que el ser humano tiene siete cuerpos para
poder experimentar seis planos de existencia diferentes. Vamos a ver que
planos son esos y cómo interactúan.

Los planos de consciencia son: el físico, etérico, astral, mental, búdico y


átmico.

La materia física es femenina, la etérica es masculina. Lo físico y etérico son


pareja y no pueden existir el uno sin el otro. La materia astral es
femenina, la mental masculina (simbolizados por Luna y Sol). Lo astral y lo
mental son pareja inseparable. La pareja físico-etérica es femenina, la
pareja astral-mental es masculina y juntas forman “una pareja de cuatro”,
un conjunto que en sí es negativo, o sea femenino. La pareja de esa “pareja
de cuatro” negativa es el conjunto divino, positivo, por lo tanto,
masculino: la pareja inseparable compuesta de los cuerpos búdico
(femenino) y átmico (masculino).

En resumen: lo físico está muerto sin lo etérico, lo astral está muerto sin lo mental y lo físico-
etérico está muerto sin lo astral-mental. “La pareja de cuatro” a la que también se le llama “el
cuadrado negativo” que es físico-etérico-astral-mental está muerto sin lo búdico-átmico y
finalmente lo búdico está muerto sin lo átmico.

Cada uno de estos planos tiene su cuerpo correspondiente para que las personas puedan
desenvolverse dentro de ellos y percibir lo que haya que percibir dentro de un plano
determinado. Dentro del plano mental tenemos un segundo cuerpo que es el cuerpo causal que
nos sirve de vehículo para poder pasar del mundo de la negatividad (“el cuadrado negativo”) al
mundo de la positividad (búdico-etérico) y viceversa.

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EL CUERPO ASTRAL, LA MENTE NEGATIVA Y EL “YO NEGATIVO”

El cuerpo emocional, más conocido como el cuerpo astral, es el vehículo con el que nos
movemos en el mundo astral. El mundo astral es el mundo del deseo y de las emociones. Es
aquí, en el cuerpo emocional donde se forma nuestro sentido del “yo negativo”.

Hay quien define el “yo negativo” como nuestro centro de identidad falso, pero este centro es
tan real como cualquier otro. El “yo negativo” nos sirve para vivir la realidad negativa, la
negación de la positividad. Una vez hayamos experimentado todo lo que queríamos vivir en la
negatividad, ese “yo” se disipará y esa energía abandonará el cuerpo astral y el sentido del yo
se trasladará al siguiente centro en el que se puede establecer: en el cuerpo causal, también
llamado “el alma”. Pero aquí tampoco nos quedaremos eternamente, ya que el avance
espiritual nunca termina. Llegado el momento, el sentido del ”yo” abandonará el cuerpo causal
y volverá a la Mónada. Por lo tanto, no hay ni verdaderos ni falsos centros de consciencia, ni
verdaderos ni falsos “yo”. El centro en el que estás, es tu realidad y estés donde estés siempre
estarás ahí temporalmente.

Volviendo al cuerpo astral: la materia astral es menos densa que la etérica, igual que la etérica
es menos densa que la física. Según vamos subiendo, cada siguiente nivel es menos denso que
el anterior. De la materia astral negativa se forma el “yo negativo”. El “yo negativo” se forma
exclusivamente de materia negativa. Nada que sea positivo puede ser parte del sentido del yo
ubicado en el cuerpo astral. Nuestro “yo negativo” está formado exclusivamente del dolor que
nos ha sido causado mayormente en la infancia. Las cosas positivas no forman parte de este
sentido del “yo”, ya que no hemos venido a la Tierra para vivir cosas positivas, sino para
negarnos a nosotros mismos. A la Tierra, al nivel de la negatividad se viene a vivir la negación
de la positividad.

Todos los deseos, sentimientos y emociones que sentimos los percibimos con el cuerpo astral,
pero el realmente responsable de todo lo que pasa en el plano emocional es el aspecto
masculino de la pareja astral-mental: el cuerpo mental.

El cuerpo mental está representado por la estrella de David. Observando


este símbolo nos daremos cuenta de que la mente está formada por dos
partes, dos triángulos: uno negro que apunta hacia abajo y otro blanco que
apunta hacia arriba. El triángulo negro representa la mente negativa, la
mente inferior, y el blanco la mente positiva, la parte superior de la mente.
La mente positiva recibe información, “alimento”, desde arriba, desde los
niveles superiores de consciencia. La mente negativa recibe información,
“alimento”, desde los planos inferiores de consciencia: del mundo astral.

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La mente siempre es la que domina el plano astral, ya que sin la mente lo astral estaría muerto.
En eso tienen razón los psicólogos contemporáneos cuando dicen que las emociones son el
producto de la mente. Lo que pasa es que cuando es la parte negativa, la parte inferior de la
mente la que está activa, da la impresión que son las emociones las que dominan la mente y no
al revés. Da la impresión de que es el plano astral el que arrastra a la mente y no que la mente
domina el plano astral. Esa falsa impresión viene del hecho que la mente inferior se alimenta de
las informaciones que vienen precisamente del mundo astral. La mente inferior no tiene acceso
a ninguna otra fuente de informaciones menos esa: el mundo astral. Por lo tanto, podríamos
decir que la parte inferior de la mente, el triángulo negro, es la parte de la mente arrastrada,
dominada (aunque sea una sensación falsa) y la parte superior, el triángulo blanco, es la mente
firme, la mente fuerte, la que domina y dirige.

EL MUNDO ASTRAL

El mundo astral es el mundo infantil. Los niños que están todavía formando su personalidad, su
“yo negativo”, y lo están formando en el cuerpo astral, como no puede ser de otra manera,
viven desde este cuerpo también llamado, como ya dijimos, cuerpo emocional. Los niños son
emocionales, no racionales, ya que el cuerpo mental no lo tienen todavía desarrollado. El
mundo astral se parece mucho a los dibujos animados: todo está lleno de colorines y cambia de
formas con mucha facilidad. Es por eso que a los niños les gustan los dibujos animados: se
parecen a su mundo, al mundo astral. Pero el mundo astral no son todo colorines y
despreocupaciones. El mundo astral tiene muchos niveles. Los niveles superiores son así de
alegres, pero los mundos inferiores son terribles. Todo el mundo físico tiene su contraparte
etérica y lo mismo pasa con la materia astral. Todo el mundo físico tiene su contraparte astral,
pero además, dentro del mundo astral, igual que en el etérico, hay seres que no son humanos.
Dentro del mundo etérico viven seres etéricos y dentro del mundo astral, seres astrales. Los
seres astrales de los niveles más bajos de consciencia, los seres negativos, se alimentan de la
energía humana. Sin ella no tendrían vida. Nos mandan constantemente sus ideas negativas,
sus pensamientos negativos, nos bombardean con ellos, nos crean caos y todo lo hacen para
retenernos a su nivel, en el nivel de la negatividad, ya que el día que los humanos abandonen la
negatividad, ella (la negatividad), al no encontrar alimento, desaparecerá. Estos seres, estas
fuerzas oscuras se pueden comunicar solamente con la mente inferior humana (el triángulo
negro). Los podríamos llamar “los dioses negativos” ya que tienen la misma función que los
seres superiores (los Dioses positivos) pero en horizontal. (Esto lo desarrollaremos con más
detalles en el capítulo IV de este libro: La Gestación en la Matriz Espiritual: nivel mental
superior.)

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Existen dos realidades: la horizontal que es la negativa ( - ) y la vertical que es la positiva ( + ).
Estos símbolos (- y +) están inventados desde la negatividad y reflejan el punto de vista
negativo. Si los símbolos de positivo y negativo se hubieran inventado desde la positividad,
tendrían este aspecto:

Más adelante analizaremos el punto de vista de la positividad, pero de momento, analicemos


el punto de vista de la negatividad: como podemos ver de esos símbolos que expresan el punto
de vista de la negatividad (- y +), la negatividad es exclusivamente horizontal, mientras la
positividad, la verticalidad, no excluye la horizontalidad. Se vive en horizontal o en vertical
dependiendo de la manera en la que nos alimentamos. Si nos alimentamos a nivel físico de
comida física que, como veremos más tarde, es siempre negativa y a nivel astral nos
alimentamos de las informaciones que nos trasmiten los “dioses negativos”, entonces vivimos
en la horizontalidad ya que todo lo que llega a nuestro ser es negativo. Si a parte de comer y
desenvolvernos en el plano astral, también tenemos contacto con planos superiores de
consciencia de los cuales recibimos luz e información, o sea tenemos activada la parte superior
de la mente (el triángulo blanco) entonces vivimos en la verticalidad también.

La horizontalidad tiene su sistema de funcionamiento que es idéntico al sistema vertical, pero


en negativo, en negro.

Para entender mejor el mundo astral que es clave para entender la negatividad, recomiendo el
libro “El Cuerpo Astral” de Arthur Powell.

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EL DESARROLLO DE LA MENTE POSITIVA: LA DISCIPLINA, LAS CONSTRUCCIONES MENTALES
ESTABLES Y LA MEDITACIÓN

Al mundo astral se lo compara con el agua, ya que la densidad de su energía es parecida a la del
agua. El agua te puede llevar de un lado al otro, te puede golpear, te puede ahogar… Pero
también te puede lavar y la sensación de estar sumergido en el agua puede ser
extremadamente placentera. Si uno está en el agua, pero no sabe nadar o si no tiene una barca
con unos remos o un barco con un timón, el agua hará con esa persona lo que quiere
haciéndola sufrir. El timón, los remos, el nadar son la mente, la parte superior de la mente, el
triángulo blanco.

Una persona que todavía no tiene suficientemente desarrollada la parte superior del cuerpo
mental vive, como ya dijimos, arrastrada constantemente por las influencias del mundo astral.
Esto no solamente afecta el plano emocional personal: cambios de humor constantes e
imprevisibles, incapacidad de controlar las emociones o pensamientos, depresiones, tristeza sin
causa o motivo aparente; sino que también se refleja a nivel físico en modo de enfermedades y
también se manifiesta en la vida exterior de la persona: una persona así no puede tener nada
estable en la vida, ni una relación, ni un hogar, ni un trabajo, ni posesiones materiales…

Yo tenía un amigo que era un desastre. Tenía 45 años, no tenía pareja, tenía una hija a la que
no conocía (literalmente), un local que no le traía dinero y que además estaba lleno de suciedad
(tenía ahí metidos a dos perros a los que no sacaba nunca) y en el que además se fumaba. A
parte de esto, tenía una casa que estaba igual de sucia y maloliente que el local a causa de los
gatos que tenía ahí metidos y acumulaba deudas de muchas decenas de miles de euros. Le
gustaba el arte (el arte pertenece al mundo astral) y físicamente era un desastre: siempre iba
desaliñado. Ese amigo mío siempre estaba con la palabra “fluir” en la boca: “Yo me dejo fluir…
todo fluye… dejémoslo fluir…” Hasta que un día le dije: “Lo de fluir está muy bien si eres un pez
o un animal marino, pero como ser humano, o sea un animal terrestre, tendrás que aprender a
hacer construcciones estables, CONSTRUCCIONES MENTALES ESTABLES para que el “agua” de
tu cuerpo astral no te arrastre de la manera que te está arrastrando. Tú no fluyes, a ti te
arrastra el agua.” Analizando el ejemplo de este amigo mío, podremos ver con más claridad
¿qué son las construcciones mentales estables y para qué sirven? En su caso, una construcción
mental estable sería sacar todos los días a los perros a la calle para que hagan sus necesidades
ahí y no en el local. Aunque el cuerpo astral le dijera: “Ay, es que ahora no me apetece salir…
está lloviendo… hace frio… es tarde”, el cuerpo mental se impondría y diría: “Lo correcto es
sacar a los perros y así lo haré”. Pero antes de empezar a hacer estructuras mentales propias,
primero hay que aprender a respetar las estructuras mentales ya existentes. Las estructuras
mentales ya existentes son las “leyes humanas” y las normas sociales. Ese sería el primer paso y
esto la mayoría de la gente lo aprende en la infancia. Este amigo mío, permitiendo que la gente

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fumara dentro de su local, cuando el fumar en los lugares públicos está prohibido, lo que hacía
era “derrumbar” una construcción mental colectiva que dice: “¡Prohibido fumar en lugares
cerrados públicos!” Y la derrumbaba porque no tenía fuerzas suficientes para oponerse a los
“dioses negativos” del plano astral que le decían: “¡Déjate fluir!” Después de aprender a
respetar las estructuras mentales ya existentes, toca aprender a hacer construcciones mentales
propias. Esto también se suele aprender en la segunda parte de la infancia. Se empieza con
construcciones sencillas y se van desarrollando. En el caso de este amigo mío, después de
aprender a respetar las construcciones mentales ya existentes, le tocaría aprender hacer
estructuras mentales propias tan sencillas como el obligarse a sí mismo a preocuparse
regularmente de su higiene y su aspecto físico, igual que de sus perros y sus gatos. Más
adelante, una vez aprendidas estas lecciones más facilitas, a este amigo mío le tocaría hacer
construcciones más complejas hasta llegar a ser capaz de hacer construcciones financieras. Un
plan económico para salir de las deudas que tenía él es una construcción mental del tamaño de
un rascacielos. Si mi amigo consiguiera hacer una construcción de este tipo Y CONSIGUIERA
LLEVARLA A LA PRACTICA, estaría “curado”, estaría preparado para activar la parte superior de
su mente, el triángulo blanco, y reiniciar su vida en la positividad.

Hay muchos soñadores en el mundo que tienen muchos planes y proyectos maravillosos que no
pueden o no saben llevar a la práctica. A esas personas, cada vez que les llega una ola del plano
astral, se les lleva por delante sus construcciones mentales: sus planes, sus ideas y sus sueños.
Todos conocemos por lo menos a una persona así. Todos tenemos a un amigo o un familiar que
ha empezado miles de cosas en la vida y nunca ha terminado ninguna de ellas. Hacer
construcciones mentales estables, que ninguna fuerza del plano astral pueda derrumbar, es
esencial para poder activar la parte superior de la mente, la parte positiva, el triángulo blanco
que sirve para recibir luz e informaciones de planos superiores de consciencia. Es por eso que
los alumnos de los grandes maestros espirituales se llaman discípulos (disciplina = discípulo). La
disciplina consiste en aprender a hacer construcciones mentales estables resistentes a los
vientos y las oleadas que vienen del plano astral. Ese es el único camino para llegar a la
positividad. Los atajos espirituales no existen. Para salir de la negatividad primero hay que
trabajar muy duro en la “construcción mental” para desarrollar la parte superior de la mente,
esa parte de la mente que será capaz de dominar el plano astral con mano firme.

El cuerpo astral funciona como un niño: hace lo que le place y huye de lo que le desagrada. El
cuerpo mental no funciona a base de placer, el placer no es el motor que mueve la mente. El
sentido de lo correcto y lo incorrecto es lo que mueve la mente. Lo placentero no siempre es lo
correcto y mucho más a menudo lo desagradable puede ser lo correcto. Fijaros en la sociedad
que hemos creado. Vivimos en una sociedad en la que lo único que importa es lo correcto y lo
incorrecto. Lo placentero, a nivel social, no importa. A nivel individual sí que importa el placer y
de ahí viene el conflicto: la sociedad nos “oprime”, no se nos permite “ser lo que somos”. Lo

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que la sociedad hace, y por eso la hemos creado tal y como es, es obligarnos a desarrollar la
mente superior. La única manera de desarrollar la parte superior de la mente es resistiéndonos
a las oleadas del plano astral y la mente superior es absolutamente imprescindible para poder
tener acceso a planos superiores de consciencia. Esta sociedad que tenemos ahora mismo nos
está ayudando en eso.

La humanidad en su mayoría, sobre todo en el primer mundo, ya está cansadísima de vivir en el


infierno. Vivir con la mente inferior, dominados por el mundo astral, por los “dioses negativos”,
inspirados por ellos, ESO ES EL INFIERNO. Ese infierno lo conocemos todos: ira, celos, envidia,
avaricia, vanidad, miedo, caos... El primer paso para salir de ese infierno es LA DISCIPLINA. Con
la disciplina se desarrollará la mente superior con la cual se empezarán a captar los primeros
rayos de luz provenientes de los planos superiores de consciencia. A esto (el recibir la luz a
través de la mente superior) se le llama “meditación”.

Todo, absolutamente todo lo que existe en vertical, existe también y en horizontal. El


equivalente horizontal de la meditación sería TOMAR EL SOL. La meditación es tomar el Sol
espiritual. En la meditación la persona es la parte pasiva, la parte femenina, que recibe la luz del
Sol (de los planos superiores de consciencia) que es la parte activa, masculina. Meditar es
posible solamente con la parte superior de la mente, el triángulo blanco, desarrollado y
activado.

El nivel mental es el primer nivel en el que surge la positividad, pero no por ello deja de existir
la negatividad. El triángulo negro sigue estando ahí.

La mente es el aspecto masculino de la pareja astral-mental, pero el cuerpo mental en sí está


compuesto de su parte masculina y su parte femenina: su triángulo negro y su triangulo blanco.
Curiosamente, a nivel mental la parte masculina es NEGRA y la parte femenina BLANCA. El
triángulo negro es masculino y el blanco femenino. De ahí que se considere comúnmente que
las cualidades masculinas son la lucha, la ira, la agresividad etc. y las cualidades femeninas la
ternura, la bondad, el pacifismo… Este convencimiento viene del nivel mental. En la mente (a
nivel mental) es así: lo masculino es lo negativo y agresivo y lo femenino lo positivo y
bondadoso.

Ya explicamos que lo femenino es lo pasivo y lo masculino activo. Lo masculino es lo que guía y


lo femenino lo que se deja guiar. Lo masculino es lo que da y lo femenino lo que recibe.

Cada vez que YO tengo la sensación de estar haciendo algo, soy YO la que está manipulando
cierta cosa, eso significa que he activado el aspecto masculino de mi ser. Cada vez que digo: “Yo
no sé nada de esto, dejaré que alguien me enseñe o me guie o directamente lo haga por mí”,
estoy activando el lado femenino de mi ser. Por lo tanto, el “YO SOY (existo)” es femenino y el
“YO HAGO” es masculino.
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Cuando una persona todavía tiene su sentido del “yo” en el cuerpo astral que está movido por
la parte inferior de la mente, el sentimiento del “YO HAGO”, el aspecto masculino, está en la
parte inferior de la mente, en el triángulo negro. O sea el aspecto masculino está en la
negatividad, es negro.

En una persona que no tiene desarrollada la parte superior de la mente, el sentimiento de “YO
SOY (existo)”, igual que el “YO HAGO” está, casi permanentemente, en la parte inferior de la
mente. Todas las informaciones que esa persona recibe son negativas. En una persona así, los
rayos de luz solar espiritual, no le llegan casi nunca. Esa persona vive en una oscuridad y una
agonía permanente. Según se vaya desarrollando la parte superior de la mente mediante la
disciplina, la persona, al principio raramente, pero con el tiempo cada vez con más frecuencia,
conseguirá, en momentos de descanso, desconectar el aspecto masculino, el “yo hago” y
espontáneamente y sin saber cómo, subir a la parte superior de la mente y experimentar la luz
espiritual. Estas experiencias al principio, aparte de ser algo que uno no puede controlar, serán
experiencias vagas y de poca intensidad. Pero según se vaya desarrollando la parte superior de
la mente, la persona conseguirá cada vez con más frecuencia subir a la azotea mental y allí
tomar el Sol espiritual cada vez con más intensidad. Cuando la parte superior de la mente esté
muy desarrollada, la persona podrá intencionada y conscientemente “subir a la azotea” y tomar
el Sol espiritual siempre que quiera. Ese “tomar el Sol espiritual” en realidad significa
“COMUNICARSE CON DIOS”.

Los dos triángulos de la Estrella de David simbolizan los dos hemisferios cerebrales. En el
hemisferio izquierdo que nos sirve para controlar la parte derecha del cuerpo está instalado
nuestro aspecto masculino, el “yo hago” y en el hemisferio derecho, que controla la parte
izquierda del cuerpo, está instalado nuestro aspecto femenino, el “yo soy”. Si uno no ha
despertado en el plano búdico, es imposible que los dos triángulos de la Estrella de David sean
blancos (positivos). Solamente en una persona que haya despertado en el plano búdico, los dos
aspectos de la mente, el femenino y el masculino, pueden ser positivos y blancos. De otra
manera, el aspecto masculino siempre será negro, aunque sea mínimamente. La intensidad y la
cantidad de la negatividad irán disminuyendo con la luz que vaya penetrando la mente en los
momentos de pasividad, de “meditación”, pero hasta que no suceda el Gran Orgasmo Cósmico
dentro de la persona, la negatividad siempre estará ahí.

Si no se tiene desarrollada la parte superior de la mente, es preferible no “meditar”, porque en


tal caso la meditación puede traer más daños que beneficios. Ha habido casos en los que una
persona que todavía no tiene la fuerza mental suficiente como para poder activar la parte
superior de la mente, se apunta a clases de meditación o yoga y ¡lo pasa fatal en esas clases! Lo
pasa fatal porque al desactivar el “yo hago” que es con lo que la gente en la negatividad se

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defiende de las fuerzas oscuras (es la única defensa que tienen), no tienen capacidad de alzar el
“yo soy” al nivel superior de la mente, por lo tanto el “yo soy” se queda en el triángulo negro,
en la parte inferior, a merced de los “dioses negativos” que aprovechan la ocasión para atacar
con todas sus fuerzas ya que no encuentran ni la más mínima resistencia porque el “yo hago”
(el defensor) está desconectado. La meditación no es para todo el mundo. Cuando se dice que
la “meditación” es muy buena, hay que matizar: es muy buena para los que tienen la mente
superior desarrollada, para los demás es perjudicial. Si la meditación no es extremadamente,
indescriptiblemente placentera, no es meditación. Si la meditación no es fructífera en lo que se
refiere a la adquisición de nuevos conocimientos, entendimientos e ideas, no es meditación.
Para que se pueda practicar la meditación primero hay que desarrollar la mente a base de
disciplina. PRIMERO DISCIPLINA Y LUEGO MEDITACIÓN. Primero a trabajar, a sufrir
aprendiendo a crear construcciones mentales estables (la disciplina) y luego a disfrutar
tomando el Sol espiritual (meditación).

HACER EL AMOR Y EL GRAN ORGASMO CÓSMICO

Meditando se aprende a recibir luz con la parte superior de la mente. Cuando la luz entra en la
mente, LA MENTE Y LA LUZ SE VUELVEN UNO. La mente positiva es la luz. La luz en la mente
puede traer informaciones, conocimiento, sabiduría, PERO NO PLACER. Gente con el aspecto
masculino de su ser mucho más desarrollado que el femenino, como es el caso de los científicos
por ejemplo, tienen acceso a la luz, ya que tienen el cuerpo mental lo suficientemente
desarrollado, pero usan esa luz solamente para obtener informaciones e ideas y ponerlas en
práctica (aspectos masculinos). El placer, que es el aspecto femenino, no les interesa.

Pero ¿cómo conseguir el placer? Haciendo el amor. Usando la luz divina para hacer el amor,
crear el amor.

La mente=luz (la mente positiva), que es el “macho” de la pareja “astral-mental”, penetrará el


cuerpo astral que es la “hembra”. Ese encuentro sucederá en el corazón y el placer que surgirá
de ese encuentro se llama AMOR. El amor sucede de manera espontánea, instintiva. No es
necesaria ninguna “técnica”, ningún esfuerzo para llevar la luz al cuerpo astral una vez que haya
surgido en la mente, ya que su naturaleza es masculina y su necesidad es fundirse con su pareja
femenina, astral, para realizarse. Solamente hay que tener activado el modo pasivo del alma, el
“yo soy (existo)” y desactivado el “yo hago” para que esto suceda. Pasividad en la mente
superior (lo que algunos llaman también “silencio mental”) es lo único que se necesita para que
el aspecto masculino de la existencia, la luz de Dios, los rayos del Sol espiritual, puedan
penetrar a la “Sra. Astral” y hacer el amor con ella.

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Es interesante ver que los humanos a nivel físico casi siempre toman el sol cerca del agua. Los
humanos a nivel instintivo saben que el sol (la luz de la mente) sin el agua (astral) no produce
ningún placer, no se realiza.

CUANDO LA MENTE POSITIVA PENETRA EL CUERPO ASTRAL, EL RESULTADO ES AMOR.

El placer inexpresable llamado AMOR surge del “pene” llamado Mente Positiva penetrando la
“vagina” llamada Astral. Ese “pene” que viene desde arriba de manera activa y penetra esa
“vagina” receptiva que está debajo de manera pasiva anhelando la llegada de “la mente
positiva” es: la postura del misionero.

Una vez que una persona descubre el AMOR, ya nunca más vuelve a ser la misma. Esa persona
lucha por pasar el mayor tiempo posible HACIENDO EL AMOR.

EL AMOR NO SE HACE CON CUERPOS FÍSICOS. Ni siquiera se necesita otra persona para hacer
el amor. Es más, NO SE PUEDE HACER EL AMOR CON OTRA PERSONA, ya que el amor puede
surgir solo dentro de un único cuerpo físico en el que se funden la mente positiva con el cuerpo
astral. El que otra persona esté ahí presente o no, no puede ser la causa del amor. El amor no
tiene nada que ver con otras personas.

HACER EL AMOR SOLAMENTE ES POSIBLE INDIVIDUALMENTE A NIVEL MENTAL-ASTRAL, NUNCA


CON OTRAS PERSONAS A NIVEL FÍSICO.

El placer sexual comparado con el placer de hacer el amor es simplemente insignificante.

El amor es el único verdadero enemigo de la negatividad. Solo el amor con su luz puede acabar
con la negatividad en la vida de una persona. Solo el amor puede derretir el “yo negativo”.

Haciendo el amor, algún día llegará el GRAN ORGASMO CÓSMICO. Como es lógico, solamente
haciendo el amor se llega al Gran Orgasmo Cósmico. Sin el amor, no habrá orgasmo. Pero,
hacer el amor no es como practicar el sexo que con cada relación hay un orgasmo. Con cada
sesión de “meditación” en la que se activa el chakra corazón, o sea con cada despertar del amor
en el corazón, no habrá un Orgasmo Cósmico. Solo se puede vivir un Gran Orgasmo Cósmico en
toda la eternidad. Es una experiencia única e irrepetible. Y para los Orgasmos Cósmicos no hay
preservativos ni píldoras ni tampoco “fallos”. Todos los Orgasmos Cósmicos son fructíferos.
Todos los Orgasmos Cósmicos como resultado tienen el engendramiento de un embrión, una
“nueva vida búdica”.

EL GRAN ORGASMO CÓSMICO ES EL MOMENTO EN EL QUE LA POSITIVIDAD PONE LA SEMILLA


DE LA DIVINIDAD EN EL CORAZÓN DEL ASPIRANTE ESPIRITUAL. La luz Divina pone la semilla
Divina en el cuerpo astral. El orgasmo sexual comparado con el placer del Orgasmo Cósmico es
una hormiga comparada con un elefante. En el instante del Gran Orgasmo Cósmico, el aspirante

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espiritual pasa a la “matriz espiritual”, al cuerpo causal, donde, siendo un “feto espiritual”
pasará su periodo de gestación. Llegado el momento, el aspirante espiritual renacerá en el
plano búdico.

La positividad pone la Semilla Divina en el corazón del aspirante espiritual a través de un


Gurú. Igual que sin un hombre un engendramiento de una nueva vida física no es posible, sin
un Gurú el engendramiento de una nueva vida espiritual es imposible. Es tu Gurú el que pone
esa semilla Divina. En el momento de la inseminación Divina, tu Gurú se convierte en tu padre
espiritual. En el mismo momento en el que pone la semilla en tu corazón, el Gurú te acoge en
su seno en el que te llevará durante todo el tiempo de gestación: el Gurú envuelve tu cuerpo
causal con su ser búdico-átmico y ahí te lleva el tiempo que necesites para estar preparado para
despertar en el plano búdico. Así, tu Gurú se convierte en tu madre espiritual también. Tu Gurú
no es solamente tu padre espiritual, es tu padre y tú madre, es “tus padres espirituales”.

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III

EL CAMINO HACIA EL GRAN ORGASMO CÓSMICO


-YOGA, TANTRA Y ESTAR DELGADOS Y FUERTES-

Hace poco vi un concurso de televisión en el que salió la siguiente pregunta: “¿Cómo se llama la
disciplina física cuyos ejercicios se denominan “asanas”?” Y el concursante contestó: “Yoga”. Y
el presentador gritó con júbilo: “¡Correctooooo!”

No hay nada más incorrecto que considerar el yoga una “disciplina física”. El “primer mundo”
actualmente está empezando a abrir los ojos espirituales, como unos cachorritos recién
nacidos, y aún no tiene la madurez suficiente para entender lo que es el yoga en realidad. De
momento lo están entendiendo de la única manera de la que lo pueden entender: de manera
física.

Yoga en sanscrito significa “unión”. Yoga es la unión de esa alma “perdida” con la fuente de
todo lo humano: con su Mónada. Yoga no es ninguna técnica, ningún método, ni siquiera es una
“disciplina”. Yoga es la vida misma. Yoga es la (re)unión con la fuente. En occidente se entiende
que existen diferentes tipos de yoga. Lo que aquí se entiende como “diferentes tipos de yoga”,
en realidad son diferentes pasos hacia el yoga, hacia la (re)unión final. Por ejemplo: el bhakti
yoga, el yoga de la devoción. El yoga de la devoción es lo que uno vive durante su primer
encuentro con su Gurú. De la devoción que uno siente hacia su Gurú, de la fe que tenga en
él/ella, dependerá si será iniciado en la positividad. No hay ninguna técnica de bhakti yoga. Es
más, no hace falta ser yoguin para practicar el bhakti yoga. El bhakti yoga lo practica todo el
mundo cuando se encuentra cara a cara por primera vez con su Gurú y desea que este lo acepte
en su Familia Espiritual (la primera iniciación). Todo el mundo pasa por esto, tanto si es
cristiano, como si es musulmán, budista o hindú. Otro ejemplo: el karma yoga. El karma yoga es
lo primero que se vive cuando uno ya tiene a su Familia Espiritual (ha sido aceptado por un
Gurú) y ha iniciado su camino de ascenso hacia lo búdico. El karma yoga es la “devolución de la
negatividad prestada” (como un crédito de banco). La negatividad se recibe prestada, se usa, se
trabaja con ella, y una vez que ya no se necesite, hay que devolverla. El proceso de la
devolución de la negatividad se llama “karma yoga”. No hay ninguna técnica para el karma
yoga. El karma yoga consiste en vivir la vida con calma, trabajar diligentemente y aceptar con
humildad todos los golpes que irán cayendo en este periodo de vida y serán muchos y la
mayoría muy dolorosos. Todo el mundo, sea yoguin o no, pasa por su periodo de karma yoga

25
cuando le toca. Gnani yoga, el yoga del conocimiento, sucede cuando uno empieza a recibir luz
y con esos primeros rayos de luz espiritual llegan las primeras informaciones de los planos
superiores de consciencia. Gnani yoga consiste en recibir luz e informaciones con la mente
superior y para ello no existen ningunas técnicas ni tácticas. La época de gnani yoga es la época
de extraer luz y sabiduría de la negatividad vivida y esta etapa viene después de karma yoga.
Todo el mundo pasa por su época de adquisición de conocimientos de los planos superiores de
consciencia que se puede o no llamar: gnani yoga.

Como ya dijimos en el capítulo anterior, cuando uno decide que quiere abandonar la
negatividad, lo primero que tiene que hacer es practicar la disciplina para desarrollar la mente
superior. El hatha yoga es el yoga más popular en Occidente porque el hatha yoga es el primer
paso que tiene que dar un aspirante espiritual principiante. Hatha yoga es el yoga de la
disciplina. El hatha yoga, si eliminamos las famosas “asanas” (ejercicios físicos), en realidad se
parece mucho al cristianismo en cuanto a las estrictas normas de comportamiento. Un hatha
yoguin no practica el sexo, practica la castidad. Para un hatha yoguin el entregarse a los
“placeres de la carne” está prohibido. Un hatha yoguin no se entrega a la comida, come
mínimamente cuando no está ayunando. Las reglas para “el comer” en el hatha yoga son muy
estrictas: por supuesto que hay que ser vegetariano, jamás se debe comer por placer, se come
exclusivamente por necesidad, en cuanto uno siente que ya no tiene hambre, inmediatamente
tiene que dejar de comer, eso de: “¡Huy que rico está! Me comeré otro trocito más”, para un
hatha yoguin está prohibido. Un hatha yoguin no debe comer cuando está cansado. Aunque
esté muerto de hambre, si está cansado, no puede comer. Se puede comer solamente cuando
uno está en sus plenas facultades psíquicas y físicas para poder comer con plena consciencia,
sin perderse ni un solo segundo de esa experiencia. Estando cansado, eso no es posible. Las
normas en lo relacionado con la higiene física son más que estrictas: siempre hay que estar
limpio por fuera y por dentro. Existen técnicas para limpiar los órganos interiores, se llaman
shatkarmas y se practican a diario, igual que la higiene de la parte exterior del cuerpo. A un
hatha yoguin no le está permitido ni un solo pensamiento negativo y cuanto menos una acción
negativa. En fin, cualquier negatividad en el hatha yoga está determinantemente prohibida. El
hatha yoga, como ya dijimos, es la primera fase en el larguísimo camino hacia el yoga (la unión
final). El hatha yoga no va a llevar a nadie hasta la “iluminación” ni lo va a convertir en “uno con
el Universo”. El hatha yoga es solo el primer paso de un camino larguísimo. No hay ninguna
diferencia entre practicar el hatha yoga y ser un buen cristiano: no practicar el sexo al no ser
para procrear, ayunar cuando toque, comer con moderación, siempre “poner la otra mejilla”,
ser bueno con todo el mundo, nada de negatividades…

Practicar el “hatha yoga” es solo una de las maneras de practicar la disciplina. Otra de las
maneras es, como hemos visto, siendo un buen fiel religioso. Todo el mundo, todos los
aspirantes espirituales, tienen que pasar por esta fase de disciplina. El error más común entre

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los aspirantes espirituales principiantes es, malinterpretando las enseñanzas orientales,
intentar “meditar acallando la mente”. Ya dijimos que si no se tiene desarrollada la mente
superior, ninguna meditación es posible. Y si se tiene desarrollada la mente superior, el
“silencio” viene por sí solo sin ningún esfuerzo, sin ninguna técnica, táctica, truco o similar.
Mientras la mente no quiera “callarse” (la mente inferior es la mente parlanchina) hay que
disciplinarla, no acallarla, manteniéndola entretenida, pero siempre de manera creativa:
cocinando, bailando, trabajando, leyendo, caminando, haciendo planes y llevándolos a la
práctica… Porque como solía decir el gran Swami Satyananda Saraswati: “La mente desocupada
es el taller del diablo”. Yo matizaría y diría: “La mente inferior es el taller del diablo y la superior
de Dios”. Ocupando la mente nos entrenamos para subir de la mente del diablo a la de Dios.
Siempre hay que imponerle disciplina a la mente inferior para que no haga lo que el astral
quiera, sino lo que el alma manda. Si el alma decide que hoy de cinco a seis se va a correr por el
parque, por mucho que el astral proteste e intente disuadir al alma de su decisión, el alma tiene
que imponer su voluntad y la mente tiene que obedecer. Hay que mantener la mente ocupada,
pero siempre desde el control y la disciplina impuesta por el alma. Así se desarrolla la mente
superior y así el silencio irá apareciendo por sí solo.

Los logros espirituales conseguidos en esta fase disciplinaria SIEMPRE SON INESTABLES y por lo
tanto temporales. Nada de lo que se consiga en esta fase será permanente. En esta fase, por
ejemplo, ejercitando la mente, resistiéndose al cuerpo astral, uno puede dejar de fumar. Pero
tarde o temprano, esa persona volverá a recaer y volverá a fumar porque con resistirse al
cuerpo astral no basta para que un cambio sea estable. Los cambios en esta fase no pueden ser
permanentes. Esta fase es un entrenamiento para la siguiente fase que será determinante para
producir cambios estables. Esta fase es IMPRESCINDIBLE para poder llevar a cabo la siguiente
fase. Esta fase es como entrenar con pesas: uno hace el esfuerzo de levantar una pesa sabiendo
que tendrá que volver a ponerla abajo. Aun así, uno nunca deja de hacer el esfuerzo de levantar
la pesa una y otra vez hasta que el brazo (la mente superior) esté tan fuerte como para llevar a
cabo la segunda fase.

EL YOGA OCCIDENTAL: ESTAR DELGADO Y FUERTE

El practicar la disciplina no consiste solamente en resistirse al cuerpo astral. El cuerpo astral


forma parte del “cuadrado negativo” (físico-etérico-astral-mental inferior) por lo tanto hay que
empezar por el origen de la negatividad: por lo físico. Primero hay que deidentificarse del
cuerpo físico (comprender que no somos cuerpos físicos) y luego se pasará a la
deindetinficación del cuerpo astral y la mental inferior. La disciplina empieza por disciplinar el
cuerpo físico y luego de ahí se pasa al cuerpo astral (mental inferior). Da la impresión que en
Occidente lo de “disciplinar el cuerpo físico” ya no es cuestión de elección personal sino más

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bien de una “obligación social”. En Occidente ya no se perdona el estar gordo y no estar en
forma. ¿De dónde viene esa tendencia?

A mediados del siglo XX aparecieron los diseñadores de moda gays quienes establecieron un
nuevo modelo de mujer ideal a nivel físico: la nueva mujer ideal tenía que estar
extremadamente delgada y no tener pecho ni caderas. Para mantener esa delgadez, la mujer
tiene que pasar hambre, y por otro lado, si quiere ser “elegante”, no puede destacar pechos ni
caderas, ya que eso sería “vulgar”. Lo que se le estaba proponiendo a la mujer era un aspecto
asexual lo cual las mujeres aceptaron de buena gana ya que pensaron: “Por fin están dejando
de tratarnos como si fuéramos objetos sexuales”. Este nuevo canon de belleza viene junto con
la liberación de la mujer y la inventaron
los hombres con un principio femenino
muy desarrollado: los gays. Por otro lado,
casi al mismo tiempo aparece por primera
vez en la historia un canon de belleza
masculino. La humanidad estaba
expandiendo sus miras, estábamos
empezando a ver más allá de nuestras
narices físicas, y por primera vez se ha
tratado al cuerpo físico masculino como lo
que es: algo femenino. Recordemos:
todos los cuerpos físicos son femeninos.
Ya dijimos que lo femenino atrae y lo
masculino es atraído. Lo femenino
necesita ser/estar guap@ para poder
atraer. Lo curioso es que mientras a la
mujer se le estaba imponiendo un cuerpo
débil, casi a punto de morirse de hambre, al hombre se le estaba imponiendo un cuerpo
“rocoso”: duro y fuerte como las rocas, lleno de músculos tan duros, tan fríos, tan insensibles y
tan incomodos como las rocas. Una mujer extremadamente delgada (débil) y un hombre
extremadamente fuerte (“rocoso”). ¿Qué es lo que estaba ocurriendo en el subconsciente de la
humanidad para que el resultado fuera este ideal de belleza? En ese momento los cuerpos
astrales del “primer mundo”, que es donde surgieron estos cánones, estaban más débiles que
nunca y lo astral es femenino, y el cuerpo mental estaba más fuerte que nunca y el cuerpo
mental es masculino. Ese canon de belleza fue la manifestación física del estado de los cuerpos
astrales y mentales a nivel colectivo en el primer mundo.

En el siglo XXI esos imperativos de belleza se homogenizaron. Ahora, a los hombres, aparte de
ser fuertes, también se les exige que estén delgados, se les prohíbe estar gordos, y a las

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mujeres a parte de estar delgadas, también se les exige que vayan a los gimnasios y se pongan
fuertes. Todo el mundo tiene que estar fuerte y delgado. Este canon de belleza todavía no se
ha intelectualizado, todavía está a nivel astral, a nivel de sentimiento, a nivel de intuición. Las
personas todavía no entienden el verdadero motivo por el que tienen que estar “delgados y
fuertes”. Al no entender esto todavía, la gente interpreta este sentimiento de la única manera
que puede: de manera física, y dice: “No es solamente cuestión de belleza. El estar delgados y
tener los cuerpos fuertes es bueno para la salud”. La gente sabe de manera intuitiva que eso de
estar delgados y fuertes tiene algo que ver con su bienestar, pero todavía no entienden esto
bien. El no entender este sentimiento da lugar a muchas malinterpretaciones. Una de las
malinterpretaciones más comunes es la de: “Hay que “comer sano” para estar delgados y
fuertes y tener buena salud”. Así que la gente malgasta su precioso tiempo y energía
preocupándose de “comer sano” cuando ahí hay dos cuestiones:

1. El “comer sano” no existe. La “comida sana” todavía no existe. Toda la comida es


negativa.
2. No se trata de “comer sano”, se trata de NO COMER, se trata de PASAR HAMBRE PARA
PERDER EL MIEDO AL HAMBRE.

A nivel físico la energía sexual es la energía que lo mueve todo. La necesidad de aparearnos a
nivel físico es la fuerza que más nos mueve. El miedo a no encontrar “mi media naranja” o “mi
otra mitad física”, ya sea para una “relación seria” o para “un encuentro sexual ocasional”, es
tremendo en la humanidad. Por eso el no ser sexualmente atractiv@ es uno de los miedos más
profundos, pero también uno de los miedos MÁS OCULTADOS Y MENOS RECONOCIDOS que
existen en la humanidad. El miedo a la fealdad física es casi un tema tabú. Por eso son
muchísimas las personas obsesionadas con su aspecto físico, pero son poquísimas las que están
dispuestas a reconocer que se preocupan de manera obsesiva por su aspecto físico porque
tienen miedo a no ser capaces de atraer a parejas sexuales, a amantes. Normalmente se suelen
engañar a sí mismos y a los demás diciendo: “Yo me preocupo de mi cuerpo por salud, para
estar san@. Me da igual lo que los demás piensen de mi aspecto”. Esa preocupación obsesiva
por el aspecto físico viene del hecho que los cuerpos físicos son, como vimos en el primer
capítulo de este libro, “mitades”. Los cuerpos físicos no son unidades enteras, sino que
necesitan de su otra mitad para completarse. Como la consciencia humana en su gran mayoría
todavía está atrapada en el nivel físico, el miedo a no llegar a completarse, el miedo a quedar
separados, divididos, incompletos, SOLOS para siempre, es el que hace que la gente se
preocupe y se obsesione por el aspecto físico. El miedo a la fealdad física va unido al miedo a la
soledad que a su vez va unido a la necesidad de encontrar “la otra mitad física”. La obsesión
por el aspecto físico en realidad es el miedo a no encontrar pareja sexual. Por eso mucha
gente cuando se casa, deja de preocuparse por su aspecto: ya han encontrado lo que buscaban.
Las personas que aun teniendo pareja se preocupan obsesivamente por su aspecto físico, son

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aquellas que tienen traumas de la infancia (negatividades) muy fuertes y el miedo a “no ser
amados”, o sea a no tener sexo (el sexo es el amor horizontal) es muy grande en ellos. Así que
aun teniendo pareja, se preocupan de no dejar de atraer a otras parejas sexuales potenciales
por si acaso. Atma, la voluntad Divina, sabiendo como funcionamos a nivel físico y que la fuerza
que nos mueve es la sexual, que la mayor motivación que tenemos es la de encontrar “la mitad
que nos falta”, nos ha mandado unas ordenes muy claras: “Todos tienen que estar DELGADOS Y
FUERTES. Todos los que no sean así, los que no respeten este canon de belleza y no se
esfuercen en encajar en él, serán considerados sexualmente no atractivos y por lo tanto no
encontrarán su otra mitad para aparearse con ella”. A partir de ese momento, toda la
humanidad, muerta de miedo, se esfuerza en hacer lo que se le ha mandado. Pero ¿qué quiere
conseguir Atma, la voluntad Divina, con esto? Dos cosas:

1. Librarnos del miedo al hambre


2. Y que nos esforcemos en domar a ese animal llamado “cuerpo físico” y que
comprendamos que nosotros somos los amos y él (el cuerpo físico) el siervo y no al
revés.

Atma quiere que pasemos hambre para que le perdamos el miedo. El miedo al hambre, que es
el miedo a la muerte encubierto, es la base de esta sociedad de negatividades en la que
vivimos en la actualidad. Vivimos en una sociedad que es el negativo de la positividad. En
realidad es muy fácil saber cómo funciona el mundo positivo: exactamente al contrario que esta
sociedad en la que vivimos. A la escala de valores que tenemos en este sistema negativo,
solamente hay que darle la vuelta y obtendremos la escala de valores real, vista desde la
positividad. Vivimos en un sistema esclavista, donde unos son los amos y poseen todas las
riquezas del mundo, y los otros son esclavos y al no poseer nada tienen que obedecer a las
órdenes de sus amos. Esto es así tanto a nivel global: los países grandes y ricos son los amos y
los pequeños sus esclavos, como a nivel personal: si uno no tiene riquezas, medios de sustento,
el que sí las tiene se aprovechará de él y este no tendrá más remedio que aceptarlo y
humillarse ante su amo quien será el que le proporcione A SU VOLUNTAD Y ANTOJO medios
para vivir. Y ¿cuál es el origen de este sistema? ¿Qué es lo que hace posible que este sistema
esclavista en el que vivimos funcione? EL MIEDO AL HAMBRE. LA HUMANIDAD ESTARÁ LIBRE
DE LA NEGATIVIDAD CUANDO LE PIERDA EL MIEDO AL HAMBRE. Como ya dijimos: el miedo al
hambre es el miedo a la muerte encubierto. La gente generalmente no es muy consciente de su
miedo a la muerte hasta que esta toca a su puerta. Todo el mundo vive como si no se fuera a
morir nunca. Decirle a la gente: “Hay que perder el miedo a la muerte”, no daría ningún
resultado, ya que la mayoría de la gente no es consciente de que lleva ese miedo en su interior.
La mayoría diría: “Va… yo no le tengo miedo a la muerte… cuando llegue, ha llegado”. Pero sin
embargo todo el mundo es muy consciente de su miedo al hambre. Basta con que alguien no
desayune una mañana para darse cuenta del miedo que le tiene a esa necesidad física. Por eso

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el Atma, la voluntad Divina, optó por este camino: usando nuestra debilidad sexual, nos impuso
esos cánones de belleza para hacernos pasar hambre para PERDER EL MIEDO A LA MUERTE.

Todas las religiones del mundo animan a sus fieles a ayunar. Y eso es así porque el miedo al
hambre (a la muerte) es el principal motivo por el que estamos estancados en la negatividad.
NADIE, NINGÚN JEFE, NINGÚN PRESIDENTE DE NINGÚN PAÍS PODEROSO, PODRÍA
ESCLAVIZARNOS SI NO LE TEMIÉRAMOS AL HAMBRE (A LA MUERTE). Si no le temiéramos al
hambre, no aceptaríamos trabajar de sol a sol por cuatro míseros euros y la esclavitud sería
imposible. Si mi dignidad como ser humano para mí fuera más importante que el hambre del
cuerpo físico, la esclavitud sería imposible. Si a mí no me importa morir de hambre, ¿cómo me
iban a manipular los amos que se creen dueños del mundo? LA HUMANIDAD TIENE QUE
COMPRENDER QUE LA MUERTE FÍSICA ES MEJOR QUE LA ESCLAVITUD. El cuerpo físico en
comparación con los demás cuerpos que tiene el ser humano no tiene ninguna importancia. El
cuerpo físico es de “usar y tirar” y tarde o temprano morirá. El tenerle miedo a algo que es
irremediable es absurdo. Para comprender que la muerte es mejor que la esclavitud, es
imprescindible perderle el miedo al hambre. Porque si el miedo al hambre me puede a mí, me
humillaré hasta los límites inimaginables para poder comer y el que tiene poder, el amo, se
aprovechará de mí, tendrá poder sobre mi alma.

¡HAY QUE PERDER EL MIEDO AL HAMBRE! Y el miedo al hambre se pierde pasando hambre,
ayunando. El miedo al hambre se pierde también comprendiéndolo. El hambre física es la
manifestación física del hambre espiritual. Nuestra hambre de “quiero comer” es la
manifestación física del hambre de “quiero ser feliz” o “quiero vivir en la luz” o “quiero volver a
mi origen” o como quiera que lo formulemos verbalmente. Cuando se nos niega la comida
física, nos asustamos porque a nivel subconsciente pensamos que se nos está negando la
entrada al Cielo. Por eso el comer se considera uno de los mayores placeres a nivel físico
porque ese placer horizontal de estar lleno de comida se corresponde con el placer vertical de
estar lleno de positividad, amor, felicidad, paz, alegría etc. De ahí que la gente cuando está
deprimida, se dedique a comer. Al sentir un vacío vertical, lo intentan llenar de la única manera
que saben: de manera física, en horizontal, comiendo.

El llamarle a alguien “gord@” se ha convertido en una de las peores ofensas. Ya no está


permitido estar gord@. La gordura, la obesidad, es la acumulación de reservas de alimento por
miedo a que algún día falten. Ya no se permite tener ese miedo. Hay que perder el miedo al
hambre.

Uno puede tener 200 kg si así le place. Lo que nadie puede tener es miedo al hambre.

Lo de “hay que estar delgados porque eso es lo bonito y sexualmente atractivo” es un truco de
Atma, de la voluntad Divina. En realidad no se trata de estar delgados y ni muchísimo menos el

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estar delgado es bonito. Se trata de perderle miedo al hambre pasando hambre. Se trata de
decirle al hambre: “¡Tú no vas a ser más que yo! ¡Tú no me vas a poder a mí! Yo soy mucho más
que tú, más que el cuerpo físico y por lo tanto lo que tú me estás haciendo sentir es
insignificante en comparación con lo que yo soy capaz de sentir”. Y si por las noches el hambre
no te deja dormir, le dirás: “Pues si no puedo dormir, no duermo, pero tú no me vas a poder. Yo
soy más que tú. Yo soy más que el cuerpo físico”. Perdiendo el miedo al hambre, se pierde el
miedo a la muerte. Perdiendo el miedo a la muerte se derrumbará para siempre el sistema
esclavista en el que vivimos. Perdiendo el miedo al hambre y consecuentemente a la muerte
salimos definitivamente del “cuadrado negativo” para no volver nunca más. Perdiendo el miedo
al hambre y a la muerte nos haremos conscientes del resto de los cuerpos que tenemos, nos
daremos cuenta de lo grandes que somos.

No se trata de estar guapos (sexualmente atractivos) y delgados, se trata de perder el miedo al


hambre, a la muerte, y por eso no malgastemos más tiempo y energías en algo tan irreal como
lo es “la comida sana”. ¡La “comida sana” no existe! Toda la comida física es pura negatividad.
La comida física sirve para alimentar el cuerpo físico que es negatividad. La negatividad se
alimenta de negatividad, NO PUEDE SER DE OTRA MANERA.

Hay algunos vegetarianos y veganos que no comen carne por EL MIEDO A LA MUERTE que
tienen. Si esos vegetarianos y veganos tuvieran consciencia más allá del cuerpo físico sabrían
que la muerte no existe. Por lo tanto, no comer carne animal porque se está en contra de matar
a los animales en realidad es decir: “No como carne porque le temo muchísimo a la muerte de
mi propia carne”. Todos vamos a morir, animales y humanos, y el hecho de que unos mueran
antes que otros no tiene mayor importancia. Otro debate serían las maneras de matar a los
animales. Por muy increíble que parezca desde el punto de vista de la mente inferior, sí es
posible matar con amor. Por desgracia, no es así como se matan los animales actualmente. Si se
tuviera que estar en contra de algo, lo cual nunca es aconsejable, entonces se tendría que estar
en contra de las formas de matar a los animales y no de la muerte en sí. Por otro lado, la
mayoría de los vegetarianos y los veganos no son conscientes de que los vegetales que se
comen también son cadáveres: cadáveres vegetales. El hecho de que una planta no pueda
chillar, morder e intentar huir cuando se la intenta matar, no significa que no se le esté
haciendo daño y que ella, a su manera, no esté luchando por su vida. Un vegetal cuando se lo
arranca de la tierra o cuando se arranca un fruto de su tallo, él sufre tanto como un animal
cuando se lo mata. Los frutos que no se arrancan sino que caen por sí solos, no dejan de ser
cadáveres, partes moribundas de un cuerpo vegetal. Da igual si comemos carne o verduras, en
todo caso estaremos comiendo “muerte”. Los dos únicos alimentos que no representan la
muerte sino la vida, y que curiosamente los veganos no consumen, son: los huevos y la leche.
La leche sirve para alimentar nuevas vidas y los huevos para lo mismo, para que de ellos nazcan
nuevas vidas. Aun así, tanto la leche como los huevos tienen vibraciones energéticas muy por

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debajo de lo que se podría llamar “positivo”. De momento en la Tierra la comida positiva no
existe. Esa comida capaz de subir el nivel vibracional del ser humano hacia la positividad, no
existe. Entre la comida que tenemos ahora en la Tierra, podemos elegir entre aquella que nos
bajará mucho el nivel vibracional y aquella que nos bajará poco. En todo caso, al ser negativa,
siempre tirará de nosotros hacia abajo, hacia la negatividad. Actualmente la humanidad se está
alimentando de muerte.

Todavía no existe la comida que nos pueda hacer subir el nivel vibracional de nuestro ser. Sin
embargo, sí existe una bebida que nos puede ayudar a elevar el nivel vibracional de nuestro ser:
el agua con vibraciones cósmicas, “el agua perfecta”, lo que antiguamente se conocía como “el
agua bendita”. “El agua bendita” no es el agua de la iglesia. El agua de la iglesia normalmente
suele ser el agua del grifo. “El agua bendita” antes era algo que se podía encontrar “por
casualidad” y raramente en la naturaleza. La gente se daba cuenta de que esa agua tenia
propiedades diferentes a las de las aguas normales y le ponían el nombre de “bendita” a la vez
que se inventaban una historia religiosa para explicar su eficacia. Pero ya no hace falta buscar
en la naturaleza los poquísimos manantiales de esta agua, ya existe en la Tierra materializado
un aparato que puede modificar la estructura molecular de cualquier agua llevándola a su
estado de perfección convirtiéndola así en “agua bendita”. Ese aparato se llama EMO y todavía
no tiene mucha importancia para la humanidad porque la humanidad en su mayoría todavía no
tiene la madurez espiritual suficiente como para entender la diferencia entre un agua normal y
un agua tratado con EMO. El nivel vibracional de un agua tratado con EMO está muy por
encima de las vibraciones comunes que conocemos en la Tierra. Consumiendo esta agua,
incluso estando cerca de ella, todo el agua del cuerpo físico que es un 75% se sintoniza con esas
vibraciones superiores, ayudando a la persona a alzarse espiritualmente. Esta agua es el agua
del futuro. Por ese camino irá la comida también. Se inventarán aparatos y maneras de producir
comida sin causar muertes o daños a vegetales o animales y el nivel vibracional de esa comida
del futuro estará muy por encima de lo que conocemos hoy en día, ya que, vuelvo a repetir,
toda la comida que consumimos hoy en día, sin excepciones, ES NEGATIVA. La comida del
futuro, desde el punto de vista que tenemos hoy, será “artificial”, fabricada en los laboratorios.
Los cuerpos que se alimentarán con esta comida de vibraciones cósmicas serán cuerpos
positivos. La estructura molecular de los cuerpos físicos del futuro cambiará. Cuando la
negatividad desaparezca, los cuerpos físicos cambiarán también y los alimentos para esos
cuerpos, por supuesto, tendrán que ser diferentes, tendrán que ser positivos.

Cuando un ser humano “muere”, abandona su cuerpo físico, se desintegra su cuerpo etérico y
se va al mundo astral esperando su segunda muerte. Aunque el alma esté ya en el plano astral
o incluso en el plano mental superior, dentro del cuerpo físico muerto todavía quedan restos de
energía del alma que se ha ido (materia etérica). De la rapidez con la que esa energía vaya
abandonando el cuerpo físico depende la rapidez con la que se irá descomponiendo el cuerpo

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físico. Las almas más maduras no tienen ningún problema con esto porque no se identifican con
la materia físico-etérica. Pero para las almas más jóvenes y más débiles, esta energía “suya”
(ellos la sienten como suya) que todavía queda en el cuerpo físico puede suponer un problema,
ya que tiraría de ellos hacia abajo, hacia ese cuerpo muerto y hacia el plano físico en general y
el alma no tendría fuerzas suficientes para resistirse, quedaría “atrapada en este mundo”. Por
eso en algunas culturas, el cuerpo muerto se incinera lo antes posible para eliminar los restos
de la energía del alma (materia etérica) dentro de él y para que el alma quede totalmente libre
del plano físico. Cocinando los alimentos a fuego hacemos lo mismo: aceleramos el proceso de
salida de la materia etérica del cuerpo físico muerto, ya sea animal o vegetal. Cuando matamos
a un animal o un vegetal, aunque su “alma”* abandone el cuerpo, su energía seguirá estando
ahí por algún tiempo. Según la energía vaya abandonando el cadáver animal o vegetal, el
proceso de putrefacción se llevará a cabo. Comiéndonos un vegetal crudo, sin haberlo tratado a
fuego, nos estamos comiendo un cadáver con la energía del “alma” (materia etérica) todavía
presente. Por supuesto, lo mismo pasa con la carne cruda. Uno de los argumentos que los que
no comen carne exponen para justificar su elección es que comiendo carne animal en realidad
uno se come la energía del “alma” animal. Creen que comiéndose un trozo de carne animal se
están comiendo los miedos y las negatividades del animal muerto. La energía del “alma” animal
está mayormente en la sangre. Cocinando bien un trozo de carne de tal manera que ya no
quede nada de sangre, se elimina toda la energía del “alma” animal. Esa es la esencia de la
cocina judía “kosher”: el no comer la sangre animal. Y el motivo es ese: en la sangre está “el
alma”, o mejor dicho, la energía del “alma” animal.

Los vegetales son energía femenina y los animales energía masculina. Los vegetales son energía
pasiva y los animales activa. Aun cocinando a fuego los alimentos y extrayendo de ellos toda la
energía del “alma” (materia etérica), siempre estaremos consumiendo la esencia vegetal o
animal, o sea esencia femenina pasiva o activa masculina. Las personas que se dedican a la
meditación, que ya han visto los primeros rayos de luz y trabajan para potenciar su principio
femenino positivo, suelen ser vegetarianos o veganos porque lo que necesitan es que el
aspecto pasivo de los vegetales les potencie su propio principio pasivo. Si comieran carne, esa
energía masculina les incitaría a ponerse en acción y eso es lo que ellos no necesitan. Necesitan
la pasividad de los vegetales para poder recibir, en ese estado de pasividad, la luz divina y la
información de los planos superiores de consciencia. Por otro lado, para las personas que están

*lo llamaremos “alma” para entendernos mejor, aunque los animales y los vegetales no tienen “alma”, tienen su
alma grupal y sus mónadas.

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en el proceso de desarrollo de la mente, es completamente desaconsejable que consuman
exclusivamente comida femenina (vegetariana), ya que ella les dificultaría el mantener el ritmo
de actividades que necesitan para disciplinar su mente salvaje y rebelde (mente inferior) . A una
persona que ya está en el cuerpo causal, a ella le da lo mismo qué comida consume, ya que a
este nivel las dos energías están presentes en toda su positividad. Por lo tanto, la persona
necesita de las dos energías y es consciente de que cualquier alimento físico que consuma
tirará de ella hacia abajo, hacia la negatividad.

Volviendo a las exigencias de Atma que estemos delgados y fuertes. ¿Por qué nos exige que
estemos fuertes y musculosos? Porque para estar fuertes y musculosos hay que entrenar muy
duro y entrenar significa domar al animal llamado “cuerpo físico”. El pasar hambre y entrenar
duramente es la combinación perfecta para superar definitivamente el nivel físico. Cuando uno
está corriendo por ejemplo, se cansa, el cuerpo le pide a su dueño (al alma) que pare, pero el
dueño, dándole con un látigo mental (la mente firme, la superior) le dice: “’¡Sigue!” La mente
superior es la que domina, la inferior es la dominada por factores externos. Entrenando,
activamos la mente superior haciendo el intento de dominar el cuerpo físico. De esa manera, el
animal llamado “cuerpo físico” se convierte en siervo del ser humano. Yo tenía una profesora
de danza que nos solía decir: “Si el cuerpo no responde a vuestras exigencias, decidle: “Tú vas a
hacer lo que yo te diga porque para eso te doy de comer todos los días””. El cuerpo es el siervo
y el ser humano el amo. El ser humano puede existir independientemente del cuerpo físico
(principio masculino), pero el cuerpo físico no puede existir sin el ser humano (principio
femenino). Por eso hay que poner de una vez por todas las cosas en su sitio: los cuerpos físicos
son nuestros siervos, nosotros estamos muy por encima de ellos.

No se trata de tener el cuerpo “rocoso”, duro como unas rocas, insensible e inconsciente como
unas rocas, incómodo para abrazar y amar… esos cuerpos desde luego que no son bonitos, pero
es un buen truco de Atma para hacernos domar al animal llamado “cuerpo físico”. Para tener
cuerpos así de musculosos hay que entrenar duramente, hay que sufrir muchísimo, y
entrenando duramente uno se da cuenta de que hay alguien ahí dentro de ese cuerpo físico
quien le está dando órdenes a ese cuerpo físico. Hay alguien que, a pesar de las suplicas del
cuerpo físico, lo está sometiendo a torturas. Por lo tanto, uno comprenderá que no es
solamente cuerpo físico, porque si lo fuera, ¿quién es el que le está dando órdenes al cuerpo
físico? ¿Quién es el que le está diciendo al cuerpo físico “tú vas a aguantar esta tortura porque
yo lo digo”? Esos cuerpos “rocosos” no tienen que ser un fin en sí mismos, el fin tiene que ser
un cuerpo físico domado y al servicio del ser humano, porque esos músculos “rocosos” no son
nada positivo, son energía bloqueada y la energía bloqueada es pena, tristeza, dolor… Para
tener esos músculos, hay que traer la energía a ellos, a los músculos, y atraparla ahí, no dejarla
salir. Al no poder salir, la energía se va amontonando haciendo que los músculos crezcan y se
hagan cada vez más grandes, más duros, más tristes y más insensibles. Por esos músculos

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tensos (los músculos grandes son músculos tensos) la energía no fluye, la vida no fluye. Los
músculos grandes no son fuertes, son insensibles. No es lo mismo “aguantar el dolor” que “no
sentirlo”. Esos cuerpos “fuertes” no es que aguanten grandes cantidades de dolor cuando
alguien les pone muchos kilos de peso encima, es que no lo sienten. Entrenando un cuerpo para
que cada vez pueda “aguantar más” en realidad lo estamos insensibilizando para que cada vez
sienta menos. Los cuerpos “rocosos” no deben ser un fin en sí mismos. El objetivo tiene que ser
domar al animal llamado “cuerpo físico”.

Una vez que la misión esté cumplida: el cuerpo físico domado y el miedo al hambre perdido
para siempre, habrá una relajación con respecto al cuerpo físico. Actualmente hay muchas
tensiones, muchos bloqueos energéticos en los cuerpos físicos porque al pensar que el cuerpo
físico es lo único que se tiene, toda la energía se amontona ahí. Cuando la humanidad
comprenda que hay vida más allá de lo físico, habrá una relajación a nivel físico individual y
global. Lo mismo que estamos haciendo a nivel personal, lo hacemos a nivel global. Visualizad
por un instante a toda la humanidad en el planeta. La humanidad no habita la Tierra
equitativamente, la humanidad se “amontona” en las ciudades, dejando grandes superficies de
Tierra despoblados. Cada vez hay más “pueblos fantasma”, pueblos despoblados porque todo
el mundo se va a las ciudades a formar parte de esos bloqueos energéticos llamados ciudades.
Las ciudades son los “músculos grandes” a nivel global. Cuando superemos el nivel físico, habrá
una relajación tanto a nivel personal, como global: la gente irá abandonando las ciudades y
volviendo a los pueblos. Cuando los cuerpos físicos dejen de ser rocosos, tensos y fríos y pasen
a ser cómodos, relajados y cálidos, a nivel global pasará lo mismo: la humanidad dejará de crear
tensiones en las ciudades y volverá a la naturaleza para vivir relajadamente. Una vez que la
consciencia se amplíe y el interés humano se centre en otros planos de existencia más allá de lo
físico, los humanos se preocuparán de los cuerpos físicos mínimamente: se preocuparán de la
higiene, de darle de comer y de vestirle para que no pase frío o desvestirle para que no pase
calor. Dicho sea de paso, el vestirse, lo que actualmente se le llama “moda”, también está al
servicio del miedo a la fealdad física, el miedo a no encontrar a alguien con quien aparearse.
Una vez superado el primer nivel, el nivel físico y negativo, en este “video juego” llamado
“Ascensión Espiritual”, “la moda” también desaparecerá y la ropa volverá a tener su función
original: proteger los cuerpos del frío o del calor.

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EL TANTRA

Una vez desarrollado el mental superior de tal manera que la persona sea capaz de recibir luz
divina de los niveles superiores de consciencia con facilidad y “hacer el amor” (crear el amor en
el chakra corazón), empezará la siguiente fase de desarrollo. La siguiente fase consiste en ir
transformando permanentemente las negatividades en positividades. Cuando la luz surge en la
vida de uno, la negatividad no se va automáticamente. La luz, la positividad que ahora puede
llegar a la persona, todavía no puede quedarse ahí permanentemente. La luz aparece
ocasionalmente y vuelve a desaparecer. Lo que el tantra pretende es fortalecer la parte positiva
del alma para que la negatividad desaparezca y la positividad se pueda instalar
permanentemente. No hay nada que uno pueda hacer para hacer desaparecer la negatividad.
La única manera de que la negatividad desaparezca es fortaleciendo la positividad. La
negatividad desaparece por sí sola cuando su presencia en la vida de uno ya no tiene sentido.
Volvamos al ejemplo de aquel fumador que haciendo ejercicio de su fuerza de voluntad (la
mente superior) había dejado varias veces el tabaco, pero siempre volvía a recaer. Esa persona
dejará de fumar cuando el amor se instale permanentemente en su pecho. Mientras su pecho
esté vacío, sentirá la necesidad de llenarlo y lo hará a lo fácil con lo primero que tenga a mano:
con humo del cigarrillo. Una vez que el amor se haya instalado permanentemente en su pecho,
¿para qué va a querer el apestoso humo del cigarrillo? El humo del tabaco, al perder el sentido,
desaparecerá de la vida de este fumador. La negatividad siempre desaparece cuando su
presencia ya no tiene sentido. Pero, ¿cómo hacer que la positividad se instale
permanentemente y la negatividad desaparezca? También entrenando, como en la fase
anterior, pero este tipo de entrenamiento será diferente.

Para sacar la basura de la casa hay que agarrarla con las manos. La basura no se puede
teletransportar hasta el contenedor. Las negatividades del alma tampoco. Las negatividades del
alma hay que agarrarlas con las manos del alma y “sacarlas”. El “sacarlas” en realidad significa
“transformarlas en positividad”. Para ilustrar esto nos vamos a servir del ejemplo del tantra
cuya esencia reside en transformar la energía sexual (el origen de toda negatividad) en amor
(positividad). El tantra es un entrenamiento de campeones ya que cuando uno consigue
transformar la energía sexual (energía negativa) en amor (energía positiva) se convierte en
campeón de la positividad. Si uno puede hacer eso, puede transformar cualquier negatividad en
positividad con mucha facilidad.

El tantra sin Luz es lujuria y libertinaje. Es por eso por lo que es IMPRESCINDIBLE pasar por la
fase de disciplina antes de iniciar esta fase. Es absolutamente imposible trabajar en esta fase sin
haber pasado por la anterior. Si alguien intentara practicar el tantra sin haber desarrollado su
mente lo suficientemente como para poder recibir luz, sus prácticas “tántricas y espirituales” se

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convertirían en una fiesta de la negatividad, en una celebración de la oscuridad de la que
disfrutarían solamente “los dioses negativos” (astrales).

El sexo es el portal por el cual llegamos a este mundo de negatividad. Pero un portal no sirve
solamente para entrar, también sirve para salir. EL SEXO ES EL PORTAL DE LA NEGATIVIDAD Y
LO PODEMOS USAR TANTO PARA ENTRAR COMO PARA SALIR. El tantra nos ayuda a salir de la
negatividad por ese portal.

El tantra se puede empezar a practicar cuando uno ya conoce el amor: esa fusión de la luz
divina con el cuerpo astral dentro del corazón. Ya dijimos que el amor puede surgir solo
individualmente dentro de un cuerpo físico, pero si se juntan dos o más personas con capacidad
de despertar el amor en el “chakra corazón”, el placer se multiplica. Cada sesión de sexo
tántrico empieza con una meditación en la cual las personas que van a practicar el sexo
despiertan el amor en su corazón. Este placer es incomparablemente más grande que el placer
sexual porque la vibración de la energía sexual es mucho más baja que la energía del amor. El
placer que proporciona el sexo es incomparablemente menor al placer que proporciona el
amor. Cuando el amor ya esté ahí presente, se iniciará el acto sexual. Para poder despertar la
energía sexual (tener una erección o lubricación vaginal), la energía del amor tendrá que
descender y finalmente desaparecer. EL SEXO Y EL AMOR SON LA MISMA ENERGÍA A DOS
NIVELES DIFERENTES DE VIBRACIÓN (mente superior y mente inferior). Por lo tanto, no
pueden coexistir. Podemos sentir o el amor o la excitación sexual, pero las dos cosas a la vez,
imposible. El dilema que hasta ahora había tenido la humanidad: ¿el sexo con amor o sin
amor?, es un dilema falso ya que el “sexo con amor” no existe. Lo que la humanidad hasta
ahora había llamado “sexo con amor” en realidad era: sexo con una fuerte atracción astral. Al
sexo con menor atracción astral, o sin ella, se le llamaba “sexo sin amor”. Aunque técnicamente
el sexo sin atracción astral es imposible, porque LA ENERGÍA SEXUAL ES ASTRAL, en la práctica,
la humanidad ya tiene el cuerpo mental lo suficientemente desarrollado como para poder
manipular el cuerpo astral: mientras se está físicamente con una persona, a nivel mental se está
con otra; mientras físicamente se está viviendo una situación, mentalmente se está viviendo
otra. A este truco se recurre a la hora de mantener relaciones sexuales con una persona con la
que no hay atracción astral. A esto se le podría llamar: hipocresía sexual.

Cuando una pareja tántrica, después de haber experimentado el amor, empieza a excitarse
sexualmente, lo que en realidad está haciendo es bajar la frecuencia de la energía del corazón
para poder llevarla a partes más bajas del cuerpo, a las sexuales. Bajando la frecuencia, también
disminuye el placer. Cuando se consigue la erección del pene y/o la lubricación de la vagina, en
el caso de una pareja de sexos opuestos, el pene penetrara en la vagina, las personas se
abrazarán y ahí se quedarán quietas haciendo el ejercicio mental que se describirá a
continuación. El sexo tántrico consiste en no hacer movimientos sexuales o dicho de otra

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manera: no entregarse a la pasión sexual. Está permitido moverse solamente cuando se nota
que la excitación sexual va a desaparecer del todo. El sexo tántrico se puede practicar entre dos
personas de sexo opuesto o del mismo sexo, se puede practicar en pareja o en grupo, la técnica
es siempre la misma: cuando se consigue la excitación sexual, los genitales se ponen en
contacto con el cuerpo del amante. No siempre tiene que haber penetración, también se
pueden agarrar o penetrar con la mano los genitales o se le puede echar toda la imaginación
del mundo. La cuestión es mantener la excitación “viva”, pero no alimentarla, no permitirle ir a
más.

Habiendo iniciado el acto sexual de esta manera, lo que la pareja tiene que hacer es justamente
lo contrario de lo que ha hecho al principio: intentar subir la frecuencia de la energía del nivel
sexual al nivel de corazón lo cual es un trabajo muchísimo más duro que el anterior. Es más fácil
dejar caer la energía, que levantarla. Levantar la energía sexual es dificilísimo porque ella se
niega a subir. Su naturaleza es horizontal y su tendencia es moverse en ese plano de existencia
y no subir en vertical. La energía sexual necesita fecundar, ese es su fin. Para ello, la energía se
irá acumulando en el vientre bajo, en el segundo chakra, hasta que el cuerpo físico-etérico ya
no puede aguantar más tal cantidad de energía y entonces explosionará en algo que llamamos
“orgasmo”. Gracias a esa explosión, la energía sexual cumple con su fin: fecundar. La energía
sexual se niega a subir hacia arriba porque “sabe” que subiendo desaparecería, se
transformaría en amor, y no cumpliría con su fin: fecundar. Es un esfuerzo titánico el que hay
que hacer para “convencer” a la energía sexual de que suba para arriba y se convierta en amor.

Al principio lo de transformar el sexo en amor va a ser “misión imposible”. Todos los intentos,
en vez de terminar en el corazón, terminarán en orgasmos. Pero a base de muchos intentos,
llegará un día en el que la pareja o las personas que lo practican lo conseguirán. Al principio, de
cada cuatro intentos, la pareja conseguirá la transformación en una ocasión, en las tres veces
restantes el acto terminará con un orgasmo físico. Según vayan entrenando, las
transformaciones pasarán a ser más frecuentes. Se pasará de uno de cada cuatro, a uno de
cada dos, hasta que al final consigan con facilidad que cada acto sexual suyo termine en amor.
Para que esto se consiga se necesitará por lo menos un año de entrenamientos regulares
(practicar el sexo tántrico) aunque esto dependerá de la fuerza espiritual de las personas. El
sexo tántrico dura horas porque uno no se entrega a la pasión sino que trata de persuadirla
para que se transforme en amor. A esa transformación del sexo en amor le llaman “eyacular
hacia adentro”: conseguir un placer incomparablemente mayor que el orgasmo físico.

¡OJO! Mientras se practica esta transformación, es importante no caer en la trampa de hacer


desaparecer la energía sexual, la excitación sexual, para a continuación ponerse a meditar
trayendo luz “desde arriba”, llevándola al corazón y pensando: “Ya está. La excitación sexual ha
desaparecido y aquí está el amor: lo he conseguido”. No, no se trata de eso. Llegados a este

39
punto de desarrollo espiritual, lo fácil para los practicantes de tantra es abrirse a la luz que
viene desde arriba, lo difícil es transformar la negatividad (sexo) en positividad (amor). Cuando
la transformación está sucediendo, uno siente que en la medida en la que la excitación sexual
en los genitales y en el vientre bajo (el segundo chakra) va desapareciendo, el amor en el pecho
va surgiendo. Esas dos cosas tienen que suceder simultáneamente: el sexo desaparece, el amor
aparece. En la medida en la que el sexo va perdiendo su intensidad, el amor la va ganando. Si
primero desaparece el sexo, para que dentro de un rato aparezca el amor, no se está
practicando la transformación.

Como hemos visto, cuando uno decide abandonar el plano de la negatividad, en la primera fase
tendrá que aprender a resistirse a la negatividad y una vez aprendida esta lección, cuando uno
ya sepa resistirse con facilidad al “cuadrado negativo”, tocará empezar a aprender a
transformar esas mismas negatividades en positividad y para ello, como hemos visto, tendrá
que sumergirse en esa negatividad. Esto puede ser un paso bastante difícil para algunos porque
se trata de pasar de “no cometer ningún pecado” a cometer todos los pecados posibles. TODO
EL MUNDO TIENE QUE PASAR DE SER IMPECABLE EN SU COMPORTAMIENTO A SER EL MAYOR
PECADOR DEL MUNDO PARA PODER TRANSFORMAR PERMANENTEMENTE LA NEGATIVIDAD
EN POSITIVIDAD. POR OTRO LADO, PARA PODER SER “EL MAYOR PECADOR DEL MUNDO”,
PRIMERO HABRÁ QUE APRENDER A SER IMPECABLE EN SU COMPORTAMIENTO. Hay mucha
gente que se resiste a este cambio, al paso de la disciplina a la transformación de la
negatividad, pero es un cambio absolutamente imprescindible para poder llegar a las puertas
de la positividad donde se esperará pacientemente el Gran Orgasmo Cósmico (la segunda
iniciación).

EL SEXO Y LA VIOLENCIA

El problema que tiene la humanidad con el sexo es que no lo reconoce como “energía
negativa”. ¿Cómo va a ser negativo algo tan placentero? ¿Cómo va a ser negativo un orgasmo
que es el mayor placer que conocemos a nivel físico?

El sexo es negatividad y no produce placer. EL SEXO NO PRODUCE NINGÚN PLACER. Lo que


produce placer es la liberación de esa negatividad a la que llamamos “energía sexual”. El
orgasmo es la liberación de la negatividad. El placer sexual, que culmina en orgasmo, es el
camino hacia la liberación y por eso produce placer. El placer sexual se produce porque el alma
que lo está experimentando dice: “¡Qué bien! Voy camino de la libertad, me desharé de esta
energía negativa”. El acto sexual es como si a alguien le metieran en la cárcel para que luego se
sintiera feliz cuando lo liberasen. El sexo consiste en acumular energía negativa para luego
disfrutar de la liberación de la misma.

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El sexo y la violencia son la misma energía con diferentes tendencias. La violencia no tiende a
liberarse en la positividad y el sexo sí. El sexo es la única energía negativa con tendencia a
liberarse en la positividad.

El sexo es el origen de la negatividad, a través de él venimos desde la positividad al mundo de la


negatividad y por eso el sexo tiene un punto en común con la positividad que es el placer que
culmina en orgasmo: la liberación.

Como podemos ver en la imagen de arriba, el placer sexual (el orgasmo) es el punto más claro
de la negatividad, pero ese mismo punto es el más oscuro dentro de la positividad. La
positividad sabe de placeres incomparablemente mayores que el orgasmo físico. El placer
sexual y los orgasmos dentro de la negatividad existen para que no nos perdamos del todo en la
jungla de la negatividad. Sin ese un único punto en común con la positividad, la humanidad
estaría completamente perdida. Para una persona no desarrollada espiritualmente, que aún
vive totalmente sumergida en la negatividad, EL PLACER
SEXUAL, EL ORGASMO, ES EL ÚNICO CONTACTO QUE TIENE
CON DIOS. Una vez que uno descubre la luz y el amor, el
orgasmo se convierte en un “contacto con Dios” bastante
pobre e insignificante.

Ya dijimos que todo lo que existe en horizontal, existe


también en vertical. Esta misma imagen de arriba colocada
en vertical (imagen a la derecha) nos muestra que el sexo es
el amor horizontal. O dicho de otra manera, el amor es el

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sexo vertical. El sexo con su liberación orgásmica nos lleva hacia el amor (la positividad) y el
amor con su Orgasmo Cósmico nos lleva hacia la positividad global (el plano búdico-átmico).

Como ya dijimos: la violencia y el sexo son la misma energía con diferentes tendencias. La
violencia es una energía más alejada de la positividad y desde luego no tiene ningún punto en
común con ella. Por lo tanto, la energía de la violencia no puede ser liberada directamente en la
positividad. La violencia puede ser liberada solamente dentro de la negatividad. Pero la
violencia, a través de la sexualidad, sí puede liberarse en la positividad.

El pegarse es lo mismo que practicar el sexo, es la misma energía en diferente forma y a


diferente distancia de la positividad por lo cual tiene diferente tendencia, pero básicamente es
la misma energía. Los niños si tienen la ocasión de ver a alguien en vivo practicando el sexo, se
asustan mucho porque piensan que se están pegando, que se están haciendo daño. El niño no
sabe a nivel intelectual lo que está viendo, pero siente la energía y la energía es negativa, es
violenta. El tantra, entre otras cosas, anima a las parejas a pegarse mientras mantienen
relaciones sexuales para poder experimentar plenamente la negatividad del sexo. La violencia
es parte intrínseca del sexo. La violencia es la esencia del sexo.

Hay cosas relacionadas con la sexualidad humana que todavía no se entienden porque todavía
no se entiende que el sexo es negatividad. Por ejemplo, una de las cosas más incomprensibles
es el hecho de que una de las fantasías sexuales más comunes entre las mujeres es la violación.
Las mujeres se masturban imaginando que están siendo violadas. Pero es más, hay un dato que
casi no se conoce y que es estremecedor: se estima que alrededor del 50% de las mujeres
víctimas de violaciones tienen orgasmos durante la violación. Este hecho a la víctima le causa
un dolor añadido ya que se siente culpable por haber tenido ese orgasmo y es más, se plantea
la pregunta: ¿Si he “disfrutado” con esto, no lo habré deseado y provocado yo? Cuando
sabemos que el sexo es negatividad, este fenómeno resulta fácilmente comprensible. El sexo
consiste en acumular energía negativa hasta que haya tanta que el cuerpo ya no puede
aguantar más y explosiona en forma de algo que llamamos “orgasmo” para liberarse del exceso
de negatividad. Durante la violación, tanto la víctima como el violador están expuestos a una
enorme avalancha de energía negativa: violencia + sexo, doble porción de energía negativa. Si
fuera solo violencia, como ya dijimos, no habría ninguna liberación EN LA POSITIVIDAD directa
posible. Si en vez de violarla, estuviera pegándola, esa energía negativa a la que estaría
expuesta se quedaría dentro de ella, no habría escape posible, al no ser que ella se pusiera a
pegarle a él también lo cual sería una forma de liberación dentro de la negatividad. Pero al
estar ahí la energía sexual durante la violación y ella sí tiene su propio mecanismo de liberación
directa en la positividad, la víctima se libera de ese exceso de energía negativa mediante el

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único mecanismo que tiene a su disposición en ese momento: el orgasmo. El orgasmo en una
víctima de violación en realidad es un mecanismo de defensa, una liberación de tantísima
energía negativa a la que está siendo sometida. Lo mismo le pasa al violador, con la diferencia
de que él es el causante de tanta negatividad. Una violación es una relación sexual con
muchísima más energía que una relación consentida. Si del deseo de la mujer de ser violada no
se habla casi, el deseo del hombre de violar ni se menciona, pero existe, está ahí, está
escondido en el más oculto de los rincones de la naturaleza humana. La violación es el sexo en
estado más puro. En la naturaleza, entre los animales, la violación es una de las formas
naturales de aparearse. EL SEXO ES NEGATIVIDAD. ES LA LIBERACIÓN DE LA NEGATIVIDAD LA
QUE PRODUCE PLACER. De ahí que el sexo después de las riñas sea “el mejor sexo”. Después de
las discusiones hay mucha energía negativa “flotando en el ambiente”, hay mucha “basura para
sacar de casa”. La liberación de la “basura” es la que proporciona placer. Cuando se sabe que la
energía sexual es energía negativa, energía violenta, entonces se entienden también cosas
como que el libro “50 sombras de Grey” fuera un best seller. Como si no explicaríamos el hecho
de que las mujeres disfrutaron masivamente en todo el mundo leyendo descripciones de
torturas sádicas sexuales a una mujer. No hay nada ni bonito ni romántico en el sexo. EL SEXO
ES NEGATIVIDAD. Lo realmente bonito es el amor al que el sexo nos puede llevar si así lo
deseamos.

DESPUÉS DEL TANTRA

Hemos usado el ejemplo del tantra para ilustrar la fase en la que un alma aspirante espiritual
tiene que transformar permanentemente la negatividad en positividad. Obviamente, no todo el
mundo tiene que practicar el tantra, igual que no todo el mundo tiene que practicar el hatha
yoga, igual que no todo el mundo tiene que ser cristiano… Lo que sí tiene que hacer todo el
mundo, porque no hay otro camino hacia la positividad y es hacia allá hacia donde vamos
todos, es pasar por las siguientes fases: 1) la disciplina; 2) aprender a “hacer el amor”; 3)
transformar permanentemente la negatividad en positividad; ¿y entonces?

Después del tantra, después de la fase de transformación permanente de la negatividad en


positividad, viene el Gran Orgasmo Cósmico y el despertar en la positividad (plano búdico-
átmico). Como el Gran Orgasmo Cósmico depende del Gurú y la Familia Espiritual, a uno no le
queda nada más que esperar pacientemente que llegue su hora. No hay ningún método,
ninguna técnica, ninguna táctica para persuadir a un Gurú que ponga la Semilla Divina en el
corazón y acoja a su discípulo en su seno. Eso sucederá cuando tenga que suceder.

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Si no se llega a las puertas de la positividad, no se podrá entrar en ella. En conclusión: de uno
depende cómo y cuándo llegará ahí. Pero una vez delante de las puertas de la positividad, por
más que uno llame a la puerta, ella se abrirá cuando Dios lo estime oportuno.

Así que: PRIMERO DISCIPLINA, LUEGO MEDITACIÓN, LUEGO TRANSFORMACIÓN


PERMANENTE DE LO NEGATIVO EN POSITIVO Y LUEGO… ¡PACIENCIA! El esperar en esta fase
cuando la positividad ya se conoce y ya está muy presente en la vida de uno, no es una tarea
demasiado difícil, resulta bastante fácil y agradable. Aun así, la impaciencia se puede apoderar
de uno y le pueden surgir pensamientos como: “Pero, ¿cuándo llegará? ¿Cuándo sucederá ese
Gran Orgasmo Cósmico? Yo creo que ya me lo merezco. Yo creo que ya va siendo hora”. Tú no
eres una entidad aislada del Universo, eres parte de un todo y todo lo que te sucede a ti, le
sucede a ese “todo”. No depende de ti cuando se darán las circunstancias para que el Gran
Orgasmo Suceda. De ti depende si te prepararás para poder ser capaz de vivirlo, pero a partir
de ahí, todo está en manos de Dios. Por otro lado, piensa que aunque quisieras evitar la
positividad, no podrías, ya que hacia allá vamos todos: todos los humanos, animales, minerales,
Gea y todos los seres etéricos, astrales… Hacia Dios irremediablemente vamos todos.

LOS CHAKRAS : PUNTOS DE “AMARRE” DE LOS CUERPOS DEL SER HUMANO

Hablar del yoga sin hablar de los chakras es prácticamente imposible.

Los seis cuerpos humanos, sin contar el físico (etérico, astral, mental, causal, búdico y átmico) a
través del cuerpo etérico se amarran al cuerpo físico. Digo “amarran” porque sin un “amarre”
que los sujete, esos seis cuerpos no podrían estar juntos, se irían flotando cada uno por su
plano de existencia a vivir su vida propia. Es importante saber que todos nosotros existimos en
todos los planos de existencia simultáneamente, somos como un acorde de siete notas. La
diferencia que puede haber entre unas personas y otras es la acentuación de la “nota o notas
del acorde”. La acentuación es la consciencia que puede estar en los planos inferiores de
consciencia o en los más altos.

Todos los cuerpos se amarran al cuerpo etérico y el cuerpo etérico se agarra al cuerpo físico al
mismo tiempo que el cuerpo físico tira del etérico hacia abajo (hay una doble atracción entre lo
físico y etérico). A esos “puntos de amarre”, puntos en los que los cuerpos se amarran al etérico
o se traspasan unos a otros (más adelante lo desarrollaremos), los hindúes los llaman
“chakras”. Chakra en sanscrito significa “rueda”. Según los yoguins, los chakras tienen aspecto
de rueda y giran como una de ellas. De ahí el nombre.

1. El primer “punto de amarre” se encuentra en el perineo (parte del cuerpo entre el ano y
los genitales) y en ese punto es la Tierra la que tira del cuerpo etérico hacia abajo. El

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cuerpo físico pertenece a la Tierra y es
parte de ella. La Tierra entera actúa a
través de cada cuerpo físico. El primer
“punto de amarre” es aquel en el que la
Tierra (el cuerpo físico) se amarra al
etérico y tira de él hacia abajo. En la
imagen a la derecha en la que están
representados los cuerpos del ser humano
y sus puntos de amarre, este punto está
representado con el color rojo.
2. El segundo “punto de amarre” es aquel en
el que el cuerpo etérico se amarra al
cuerpo físico. Este punto se encuentra a
unos dos dedos por debajo del ombligo y
en la imagen está representado con el
color naranja.
3. El tercer “punto de amarre” es el punto en
el que el cuerpo astral se amarra al cuerpo
etérico y de esa manera queda amarrado
también al cuerpo físico, ya que el etérico
está amarrado al físico. En la imagen ese
punto está representado con el color
amarillo y se encuentra a unos dos dedos
por encima del ombligo.
4. El cuarto “punto de amarre” es aquel en el
que el cuerpo mental, atravesando el
cuerpo astral, se amarra al etérico y
consecuentemente al cuerpo físico. El cuerpo mental atraviesa el cuerpo astral como si
fuera una aguja y se amarra al cuerpo etérico para así, a través del etérico, quedar
sujeto al físico. Este “punto de amarre” se encuentra en el centro del pecho, es el
“chakra corazón” y en la imagen está representado con el color verde.
5. El quinto “punto de amarre” es el punto en el que el cuerpo causal, habiendo
atravesado el cuerpo mental y el cuerpo astral (como una aguja) se amarra al etérico y
consecuentemente al físico. Este punto se encuentra en el centro de la garganta y en la
imagen está representado con el color azul.
6. El sexto “punto de amarre” es el punto en el que el cuerpo búdico, habiendo atravesado
como una aguja el causal, el mental y el astral se amarra al etérico y
consecuentemente al físico. Este punto se encuentra en la frente, entre los dos ojos

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físicos y se le llama también “el tercer ojo”. En la imagen este punto está representado
con el color violeta.
7. Y el séptimo “punto de amarre” es el punto en el que el cuerpo átmico tira del cuerpo
búdico hacia arriba. El primer y el séptimo chakra (puntos de amarre) son los dos puntos
en los que la Tierra tira del ser humano hacia abajo (primer chakra) y el Atma tira del ser
humano hacia arriba (séptimo chakra) como si entre los dos quisieran estirar al ser
humano tirando en direcciones opuestas. El Atma, el séptimo cuerpo, tiene conexión
solamente con el cuerpo búdico y es el cuerpo búdico el que está encargado de
distribuir la información recibida de Atma a los demás cuerpos, a los demás niveles de
consciencia. Dependiendo de lo desarrollada que esté una persona espiritualmente, las
informaciones de Atma a través del cuerpo búdico le llegarán en mayor o menor
medida. El “punto de amarre” del cuerpo búdico con el átmico es común para toda la
humanidad ya que toda la humanidad comparte un cuerpo búdico y un cuerpo átmico.
Todos los demás chakras son individuales. Aunque el cuerpo búdico sea común para
toda la humanidad, el punto en el que el cuerpo búdico penetra al cuerpo causal es
individual, ya que el cuerpo causal es el cuerpo de la individualidad: cada persona tiene
su cuerpo causal.

Todos los cuerpos, menos el átmico y el físico, tienen sus chakras (puntos de amarre o puntos
en los que son atravesados). Recordemos que toda la humanidad comparte un mismo cuerpo
búdico y uno átmico.

1. El cuerpo búdico tiene por arriba su punto de conexión con el plano átmico, ese punto
en el que Atma tira hacia arriba y por otro lado, por abajo, tiene tantos “chakras” como
seres humanos hay. Los “chakras de abajo” del cuerpo búdico son los puntos en los que
el cuerpo búdico penetra en el cuerpo causal de las personas. Cuantos seres humanos
hay (encarnados o no), tantos puntos de penetración en el cuerpo causal hay.

5. El cuerpo causal tiene solo dos puntos (dos chakras): el punto en el que el cuerpo búdico
lo atraviesa como aguja y el punto con el que él, traspasando los cuerpos mental y
astral, se amarra al etérico.

4. El cuerpo mental tiene tres chakras, tres puntos. Los dos puntos en los que le traspasan
el cuerpo búdico y el cuerpo causal y el punto con el que él, traspasando el cuerpo
astral, se amarra al etérico.

3. El cuerpo astral tiene cuatro chakras, cuatro puntos. Los tres puntos en los que le
traspasan los cuerpos búdico, causal y mental y el punto con el que él se amarra al
cuerpo etérico.

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2. El cuerpo etérico tiene cinco chakras (puntos de amarre). Los cuatro puntos en los que se
amarran a él los cuerpos búdico, causal, mental y astral y el punto en el que él se amarra
al cuerpo físico.

A los cinco “puntos de amarre” del cuerpo etérico le añadiremos el punto en el que la Tierra
tira del cuerpo etérico hacia abajo y el punto en el que Atma tira del cuerpo búdico hacia
arriba y ahí tenemos los siete chakras principales, los siete puntos de amarre de los siete
cuerpos humanos.

Estimulando en el cuerpo físico los puntos de amarre de los diferentes cuerpos, se puede
estimular el cuerpo en sí. Por ejemplo, moviendo los brazos y las manos se activa el cuerpo
mental, ya que los brazos y las manos emergen del corazón, del centro del pecho, del lugar de
amarre del cuerpo mental. Juntando las palmas de las manos se equilibran los dos hemisferios
cerebrales, los dos triángulos de la Estrella de David. Por eso todos los fieles de todas las
religiones del mundo rezan con las manos en esta posición. El tocar las palmas también
estimula el cuerpo mental. Es por eso que el aplauso es sinónimo de “me ha gustado, qué
alegría”. Hay danzas que como fin tienen el estímulo de todos los cuerpos del ser humano:
moviendo diferentes partes del cuerpo físico de determinada manera, se pueden estimular los
“puntos de amarre” de los seis cuerpos y con eso se pueden estimular los cuerpos en sí.

1. El primer “punto de amarre”, como ya dijimos, es aquel en el que la Tierra tira del
cuerpo etérico hacia abajo (el físico se amarra al etérico, ya que sin él estaría muerto).
Por lo tanto, el elemento del primer chakra es la Tierra.

2. El segundo “punto de amarre” es el punto en el que el cuerpo etérico se amarra al


cuerpo físico. El cuerpo etérico le da vida al cuerpo físico. Por eso el punto en el que el
cuerpo etérico se amarra al físico es el PUNTO SEXUAL. Del sexo nace la vida físico-
etérica. La esencia físico-etérica es sexual. En el punto de amarre del cuerpo etérico al
físico surge y se almacena la energía sexual y es ahí donde explosionan los orgasmos. El
cuerpo etérico, o sea el segundo chakra, es el cuerpo de los sentidos (¡NO DE LOS
SENTIMIENTOS!). El cuerpo etérico es el que siente las estimulaciones físicas las cuales
las percibe con los cinco sentidos: el oído, el gusto, el tacto, la vista y el olfato. El
segundo chakra, el punto de amarre del cuerpo etérico al cuerpo físico es el punto
sexual y su elemento es el fuego. ¡El elemento del segundo chakra no es el agua! El agua
es el elemento del tercer chakra, del cuerpo astral. Si el agua fuera el elemento del
segundo chakra, las relaciones sexuales no durarían minutos, sino días y los actos
sexuales no serían fogosos sino líquidos.

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3. El tercer chakra es el punto en el que el cuerpo astral se amarra al cuerpo etérico y
como al cuerpo etérico lo tiene amarrado el cuerpo físico (la fuerza de la Tierra), al
amarrarse al etérico, el astral queda amarrado al físico también. Como ya dijimos, el
cuerpo astral es el cuerpo de los sentimientos, tanto de los negativos, los causados por
la mente inferior (ira, odio, celos etc.) como del sentimiento supremo causado por la
mente superior: el amor. El elemento del tercer chakra es el agua, ya que la densidad
del agua es prácticamente igual a la de la materia astral. Ya dijimos que cada cuerpo
tiene sus chakras, sus puntos de amarre. Los chakras del cuerpo astral, al ser el cuerpo
astral menos denso que el etérico, al ser líquido, los “puntos de amarre y paso” en el
cuerpo astral no están siempre en el mismo sitio, se mueven como se moverían en el
agua. La densidad del cuerpo etérico está entre la densidad del cuerpo físico, el cuerpo
más sólido, y el cuerpo astral, el cuerpo líquido. El cuerpo etérico es lo suficientemente
denso como para que los chakras estén siempre en un punto fijo.

4. El cuarto chakra está en el centro del pecho, en los pulmones.


Es lógico que su elemento sea el aire. El cuatro chakra es el
“punto de amarre” del cuerpo mental. El plano mental es de la
misma densidad que el aire. El corazón es el punto de amarre
de la mente superior, la mente positiva, el triángulo
ascendiente y blanco de la Estrella de David, pero la mente
inferior, el triángulo negro descendiente, también tiene su
amarre. Si miramos la imagen a la derecha y los puntos de
amarre, veremos que entre el tercer chakra (el amarillo) y el
cuarto (verde), o sea entre los puntos de amarre de los cuerpos
astral y mental, hay un gran espacio, un gran vacío. Es imposible
que todos los chakras estén juntitos, uno al lado del otro y que
entre el tercer y el cuarto chakra haya un espacio, un vacío
enorme. Entre el tercer y el cuarto chakra está el punto más
oscuro del ser humano: el amarre de la mente inferior, de la
mente negativa, del triángulo descendiente y negro de la
Estrella de David. El amarre de la mente inferior es el punto
negro del ser humano. La mente inferior, al no ser un cuerpo
independiente, sino que es el aspecto negativo de la mente
superior, su amarre al cuerpo etérico y consecuentemente al
físico no se considera como un “chakra” principal. Según los
hindús, los seres humanos tienen 7 chakras principales y
muchos chakras secundarios. Este “amarre” del mental inferior
sería un “chakra secundario”. El amarre de la mente inferior

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está en el estómago, en ese punto donde se “digiere la vida física”. Ese punto negro del
ser humano está activo solamente cuando el corazón está inactivo. La mente inferior
está activa solamente cuando la mente superior está inactiva. La mente inferior,
traspasando el cuerpo astral, está amarrada al etérico. Todas las negatividades que se
cuecen en este punto negro se manifiestan primero en el cuerpo astral en forma de
malestar emocional y luego en el etérico en forma de malestares físicos y en casos
extremos en enfermedades físicas. No hay ser humano que no tenga problemas de
estómago: problemas de digestión, acidez, ulceras etc. Hay personas que no son
conscientes de sus “problemas estomacales”, pero mientras la mente inferior esté
activa, los problemas estomacales estarán ahí. Mi suegro que era una persona del
pueblo e inculta solía decir: “Todas las enfermedades vienen del estómago”, y todos se
reían de él cuando decía eso. Pero tenía razón. Todos los males vienen de la mente
inferior que está amarrada al físico-etérico en el estómago y por lo tanto sí, todas las
enfermedades vienen del estómago. La técnica de limpieza de estómago de hatha yoga,
kunyal, es una de las técnicas que los maestros de yoga les mandan hacer a diario a los
alumnos principiantes. Limpiando el estómago limpiamos la mente inferior. Pero,
mientras la mente inferior esté activa, limpiar el estómago será una tarea continua, ya
que todo lo que limpiemos con el lavado físico, lo volveremos a ensuciar con la mente
inferior. La única solución permanente es activar el “chakra corazón”, la mente superior,
esa mente que es capaz de captar la luz y traerla al cuerpo astral para producir ese
sentimiento supremo que es el remedio a todos los males: el amor. El punto negro se
desactivará automáticamente cuando se active el amor en el cuarto chakra, en el
corazón.

5. El quinto chakra es el punto de amarre del cuerpo causal y se encuentra en el centro de


la garganta. El elemento del cuerpo causal y por lo tanto del “quinto amarre” sería el
éter. El éter es “el aire menos denso” que lo impregna todo. Ya dijimos que el cuerpo
mental y el cuerpo causal son dos cuerpos distintos que nos sirven para movernos en un
mismo plano: el plano mental. El cuerpo mental sirve para movernos en cualquier parte
del plano mental, tanto inferior como superior, mientras el cuerpo causal sirve para
poder aislarnos de la negatividad en la parte superior del plano mental en la positividad,
y ahí incubar la Semilla Divina. El cuerpo causal, como ya dijimos, es el puente entre lo
negativo (“el cuadrado negativo”) y lo positivo (lo búdico-átmico). Por eso el amarre del
cuerpo causal está en la garganta, en el cuello que es el puente entre la cabeza y el
cuerpo. La cabeza representa lo búdico-átmico y el cuerpo el “cuadrado negativo”.

En la garganta, en el cuerpo causal, en el quinto chakra se acaba lo físico, así que para el plano
búdico, y ya no digamos para el átmico, no hay comparaciones con elementos físicos,
terrenales.
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La relación entre el sexto y el séptimo chakra, o sea entre el cuerpo búdico y átmico, es
exactamente igual que la relación entre el primer y el segundo chakra, entre el cuerpo físico y
etérico. Lo físico (la Tierra) tira del etérico hacia abajo, y el etérico se agarra a lo físico en
horizontal. Lo átmico (el Atma) tira del búdico hacia arriba y el búdico se agarra a lo físico
atravesando todos los cuerpos y amarrándose al cuerpo etérico. Lo físico (la Tierra) tira del
etérico y con él tira de todos los demás cuerpos ya que todos ellos están amarrados a él. Lo
átmico (Atma) tira del búdico hacia arriba y con ello tira de todos los demás cuerpos ya que el
búdico traspasa todos los cuerpos de toda la humanidad (encarnados o no). Igual que la Tierra
tira hacia abajo de todo el mundo sin discriminaciones (la gravedad es la misma para todos), el
Atma tira de todos hacia arriba. La diferencia está en que la Tierra tira de cuerpos
individualizados y el Atma tira de toda la humanidad en general.

50
IV

LA GESTACIÓN EN LA MATRIZ ESPIRITUAL


-NIVEL MENTAL SUPERIOR-

Al cuerpo causal también se le llama sencillamente “alma”, esa alma “eterna” que se encarna
en diferentes cuerpos físicos “vida tras vida”. El cuerpo causal es “la matriz espiritual” ya que
es ahí en ese cuerpo donde se gesta una “nueva vida búdica” después del Gran Orgasmo
Cósmico. El plano en el que se desenvuelve el cuerpo causal es la parte más alta, la parte
superior del plano mental. El mental superior es exclusivamente positivo, la negatividad no
tiene acceso a esta parte del plano. La negatividad existe solamente en la parte inferior del
plano mental. Por eso, una vez que alguien entra en su cuerpo causal, queda aislado en la
positividad y la negatividad procedente del plano astral ya no tiene acceso a él/ella. Esta parte
alta y positiva del plano mental se comunica con el plano búdico. No existe un tal “plano
causal” separado del plano mental. ¿Por qué entonces tenemos dos cuerpos, el mental y el
causal, para desenvolvernos en un mismo plano, en el plano mental? Para poder vivir la
negatividad en el cuerpo mental visitando la positividad en modo de entrenamiento (la Estrella

51
de David) y poder aislarnos cuando llegue la hora en la positividad del cuerpo causal, la matriz
espiritual, para incubar la consciencia búdica envueltos en el cuerpo búdico-átmico del Gurú y
así poder renacer en el plano búdico.

Un “feto espiritual” es una persona que vive su periodo de gestación espiritual en el cuerpo
causal dentro del seno de su Gurú antes de poder renacer en el plano búdico. Un feto espiritual
se alimenta de su Gurú (su madre espiritual): la luz búdica del Gurú es el alimento del feto.
Toda la sabiduría del Gurú ya está al alcance del feto: todo lo que siente la madre, lo siente el
feto también. El único contacto de un feto con el mundo exterior (búdico-átmico) es su madre,
su Gurú. Con el mundo de la negatividad, el feto ya no tiene contacto, el cuerpo búdico de su
madre le protege de ello. El feto sabe todo lo que sabe la madre, porque técnicamente son uno.
La gestación consistirá en ir descomponiendo el “yo negativo”. Según se va descomponiendo el
“yo negativo”, se va positivando el “yo hago”, el aspecto masculino del alma y se va
sincronizando con el aspecto femenino que ya viene siendo positivo (la positivización del
aspecto femenino es la condición para que se dé lugar a la Inseminación Divina). En el cuerpo
causal se funden lo masculino y lo femenino, el “yo soy” y “yo hago”. El cuerpo causal no tiene
pareja porque él mismo es femenino y masculino. La descomposición del “yo negativo” es “la
crucifixión del hijo del hombre”. Ninguna negatividad desde fuera puede afectar al feto, pero la
descomposición del “yo negativo” puede llegar a ser un proceso muy penoso, extremadamente
doloroso, pero imprescindible para poder renacer en el mundo de la positividad. Cuando el “yo
negativo” todavía no ha desaparecido, cuando todavía está ahí, sin la protección del Gurú, la
persona seguiría atrayendo a su vida negatividades, el “yo negativo” se seguiría alimentando, la
persona seguiría creándose karma y la positivización sería imposible. Para que el “yo negativo”
muera, hay que dejar de alimentarlo, porque alimentándolo le estamos dando fuerza. Por eso
el Gurú protege a su feto de la negatividad, para que la negatividad no alimente el “yo
negativo” y para que se pueda llevar a cabo su descomposición. Sin un Gurú protegiendo un
cuerpo causal, ninguna positivización sería posible. Es más, SIN UN GURÚ NO SE PUEDE ENTRAR
EN EL CUERPO CAUSAL. Ningún esfuerzo individual, personal puede hacer que alguien entre en
el cuerpo causal. El Gurú pone la semilla búdica y acoge en su seno a una persona solamente
cuando esa persona ya ha terminado de vivir su negatividad, cuando ya no necesita más
negatividades para crecer espiritualmente. Cuando una persona ha absorbido toda la
negatividad que necesitaba su alma, la ha vivido plenamente, la ha soltado y ha pagado su
karma, entonces esa persona está lista para dar un paso más en su camino hacia la positividad y
es en ese momento en el que aparece el Gurú para engendrar y gestar. Si el Gurú apareciera
antes con esta intención, privaría a la persona de adquirir toda la sabiduría, toda la luz que
puede y tiene que adquirir de la negatividad.

52
La gestación habrá terminado cuando el “yo negativo” haya desaparecido y cuando los aspectos
masculino y femenino se hayan igualado en su positividad. Cuando eso suceda, la persona
despertará en el plano búdico.

LOS CICLOS DE VIDA DEL “VERDADERO” YO

Con la liberación de la negatividad uno se libera de la materia negativa del cuerpo astral y
vuelve a lo que algunos llaman “el verdadero yo”, pero como ya dijimos, el verdadero yo no
existe, cualquier centro en el que esté el sentido del “yo” es verdadero y real. ¿Por qué
entonces al cuerpo causal se le llama “el verdadero yo”? Porque el cuerpo causal sería lo que
popularmente se le llama “el alma”, esa alma “inmortal” está ahí encarnación tras encarnación.
Los cuatro cuerpos inferiores al causal (físico, etérico, astral y mental) son cuerpos de “usar y
tirar”, son cuerpos que se usan para una sola “vida”, una encarnación, y cuando ya dejan de
tener utilidad, mueren y se desintegran.

Todas las experiencias vividas a lo largo de todas las encarnaciones se van almacenando en el
cuerpo causal.

Para poder ascender al siguiente nivel que es el búdico, se necesita una cierta consciencia
positiva en el cuerpo causal. Esto es como tener que obtener una nota mínima para pasar al
siguiente grado. Se puede pasar con nota mínima o con nota máxima o con nota media, eso ya
es cuestión de ambición de cada uno. Las almas menos ambiciosas adquieren la consciencia
suficiente para poder ascender al siguiente plano de consciencia y ascienden inmediatamente
alejándose el máximo posible de la negatividad terrenal. Pero hay otras almas más ambiciosas
que a pesar de tener suficiente consciencia como para poder ascender, se quedan en la
negatividad hasta conseguir “la nota máxima”, la máxima luz posible obtenida de la negatividad
y almacenada en el cuerpo causal y esas almas suelen bajar una y otra vez a la Tierra para
empaparse una y otra vez de esa maravillosa negatividad.

Al cuerpo causal se le llama “causal” porque es la causa de todo lo que pasa no solamente en
los niveles inferiores, sino también superiores como veremos más adelante. Antes de
encarnarse, el cuerpo causal sabe perfectamente que es lo que necesita para su desarrollo
porque recibe la información desde el plano átmico que es el plano de la voluntad Divina. Con
la información recibida, el alma hace “un plan” y con ese “plan” empieza a descender. El cuerpo
causal primero baja al plano mental para construir el cuerpo mental según el “plan”. Con el
cuerpo mental ya construido, baja al plano astral, para construir el cuerpo astral en base del
cuerpo mental ya construido. De ahí se baja al plano etérico para construir el cuerpo etérico y
finalmente, desde el plano etérico, usando un “elemental” (más adelante en este capítulo
veremos lo que son) se construye el cuerpo físico. Una vez construido el cuerpo físico, el alma,
53
con sus tres cuerpos ya formados (etérico, astral y mental), entra en el cuerpo físico.
Normalmente esto sucede poco antes de nacer el niñ@ aunque puede suceder incluso en
algunos casos raros después de que el niño hubiera nacido.

Cuando el cuerpo físico muere, el cuerpo etérico se desintegra rápidamente después del
abandono del cuerpo físico. Son raros los casos en los que un humano queda atrapado en el
plano etérico. Después de la muerte física y la desintegración etérica, el alma pasa al plano
astral. Dependiendo del nivel espiritual de la persona, de lo desarrollado que esté el cuerpo
causal, la persona se quedará más o menos tiempo en el plano astral. En el plano astral los
cristianos se desenvuelven bastante bien porque lo reconocen como el purgatorio del que se
les ha hablado. Y efectivamente: el plano astral después de la muerte física es el purgatorio.
Aquí toca resolver los asuntos emocionales no resueltos en la Tierra. Una vez resuelto todo lo
que había que resolver, muere el cuerpo astral y después de él se desintegra el cuerpo mental.
Igual que los cuerpos físico y etérico mueren prácticamente juntos (la descomposición del
cuerpo etérico depende de la muerte del cuerpo físico; el etérico abandona el físico y al no
poder manifestarse más, al no tener utilidad, se desintegra) lo mismo pasa con los cuerpos
astral y mental (el mental abandona el astral, lo cual significa la muerte del astral y al dejar de
tener utilidad, se desintegra). La descomposición de los cuerpos masculinos (etérico y mental)
depende de la muerte de los cuerpos femeninos (físico y astral). Así que, no existe solo una
muerte, solo la física, existen dos muertes: la física y la astral. Para una persona avanzada
espiritualmente que no tiene negatividades en el cuerpo astral, las muertes se suceden una
detrás de otra, sin hacer parada en el plano astral. Una vez se hayan sucedido las dos muertes,
la consciencia vuelve al plano causal, a la Gloria (el plano causal es la Gloría de la que se les
habla a los cristianos) y ahí se queda el tiempo necesario para asimilar las experiencias vividas,
para descansar en paz. Una vez el alma esté lista para volver a encarnarse y una vez se hayan
dado todas las circunstancias para que eso suceda, iniciará su descenso a través de los cuatro
planos de consciencia construyendo cuerpos. Nunca nos encarnamos solos, siempre venimos
en compañía de otras almas con las que toca trabajar en la Tierra.

DE “ELEMENTALES” A HUMANOS

Hemos dicho que para construir el cuerpo físico se usa un elemental. Pero ¿qué son los
elementales?

Los seres humanos somos ascendientes: nuestra tendencia de ascender hacia planos superiores
de consciencia es parte intrínseca de nuestra naturaleza. No podríamos dejar de ascender ni
aunque quisiéramos. Da igual si una persona es “espiritual” o no lo es, ya que TODO EL MUNDO
ASCIENDE CONSTANTEMENTE. Un ateo cuya única preocupación es ganar mucho dinero para

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comprase a sí mismo cosas materiales, por muy increíble que parezca, está ascendiendo
espiritualmente porque la vida horizontal es un entrenamiento para luego hacer lo mismo en
vertical. Que nadie se preocupe si llegará al plano búdico-átmico o no, ya que NO HAY OTRO
DESTINO. No podríamos evitar la luz y lo búdico-átmico ni aunque quisiéramos. La naturaleza
entera, y todos nosotros junto con ella, no paramos de movernos hacia arriba, hacia nuestro
origen, hacia Dios. Aunque quisiéramos detenernos en ese ascenso, no podríamos. Pero, para
ascender, tuvimos que descender en algún momento. Esa energía descendiente se llama
“materia elemental” o “elementales”. Al llamársele así en plural, se obtiene la impresión de que
se trata de unidades individuales, pero la verdad es que los elementales descendientes están
lejos de la individualidad, son una entidad: materia elemental.

De la Mónada humana, hace incontables millones de años, salimos en forma de energía,


energía que al llegar al plano mental se convertirá en “materia elemental”. La Mónada, en la
filosofía de Leibniz (filósofo alemán de los siglos XVII y XVIII) es cada una de las sustancias
simples, indivisibles y dotadas de percepción y voluntad que componen el Universo. Cada
especie tiene su mónada y obviamente nosotros, los humanos, también. La energía de esa
nuestra Mónada humana descendió primero al plano átmico donde se quedó un cierto periodo
de tiempo empapándose, “vistiéndose” de materia átmica. Luego pasó al plano búdico donde
hizo lo mismo: empaparse y “vestirse” de materia búdica. Desde los planos búdico-átmico se
descendió al plano mental y ahí la energía se convirtió en “materia elemental”. La materia
elemental lo que hace en cada uno de los planos de existencia mental, astral y etérico es hacer
posible que ellos funcionen. Estando en estos tres planos de consciencia, haciendo posible que
funcionen, lo que en realidad estaban haciendo es lo mismo que hicieron en los planos búdico y
átmico: empaparse y “vestirse” de la materia del plano en el que se encuentran. Habiéndose
empapado de materia de un plano, se baja al siguiente. Es decir, en el plano mental, la materia
elemental se quedó el tiempo necesario para empaparse de materia mental, tanto superior
como inferior. Del plano mental inferior pasó al plano astral y ahí se quedó el tiempo que hizo
falta para empaparse de materia astral. De ahí pasó al plano etérico donde hizo lo mismo:
empaparse de materia etérica y finalmente llegó al plano físico. En el plano físico terminó el
camino de descenso. Todos los planos de consciencia podrían existir sin la materia elemental,
pero no podrían funcionar. Un plano de consciencia funciona cuando dentro de él es posible
una transmisión de informaciones eficaz. La materia elemental hace posible esa transmisión de
informaciones dentro de un plano de consciencia. En el plano mental se transmiten
pensamientos: en el plano superior pensamientos positivos, en el plano inferior pensamientos
negativos; en el plano astral se trasmiten sentimientos y en el plano etérico se transmiten
sensaciones que nosotros llamamos “físicas”, pero que no son sensaciones físicas, son etéricas
(frío, calor, escalofríos, pinchazos, tirones etc.). Lo que la materia elemental hace es “agarrar”
una información y llevarla hacia un lugar preciso, si se le dirige hacia un lugar en concreto, o si
no, se queda deambulando con esa información hasta que no encuentre un lugar para
55
depositarla y quedar libre. En el nivel mental superior, las informaciones rara vez se envían sin
que haya un destinatario concreto, eso es propio de la mente inferior. Los que tienen la mente
superior desarrollada saben controlar sus pensamientos y siempre los envían y reciben
conscientemente. Para entender cómo funciona el plano mental nos basta con observar la
informática. La informática es la materialización del plano mental. La informática sería el
relativo horizontal del plano mental que es vertical. Los dispositivos informáticos serían el
equivalente a los cuerpos mentales. La manera que tiene la gente de comunicarse usando
internet es idéntica a las maneras que tiene la gente de comunicarse a nivel mental. Lo que los
cibercriminales hacen con los virus u otras técnicas suyas, sería lo que los “dioses negativos”
hacen con la mente inferior: entran en la mente, roban, manipulan la información a su antojo
sin que el propietario del ordenador/cuerpo mental se dé cuenta de lo que pasa. Todo
relacionado con la informática es materialización del plano mental. La informática es una
réplica del plano mental. La informática está ahí para que veamos con ojos físicos como
funciona el plano mental. En el plano mental inferior, como ahí las personas todavía no
dominan la mente, hay muchos pensamientos negativos deambulando, esperando dar con una
mente que necesite ese pensamiento y poder depositarlo ahí y quedar libre la materia
elemental que portaba determinado pensamiento. Las personas clarividentes que tienen la
capacidad de ver con claridad el plano astral por ejemplo, las “informaciones astrales” que ven
deambulando por ahí las llaman “elementales” ya que vistos así, portando una información,
tienen aspecto de cosas individuales, incluso pueden tener aspecto de personas, pero no lo son
ni mucho menos, son una entidad llamada “materia elemental”. Si alguna vez habéis sentido
que de repente os invade un sentimiento extraño que no venía a cuento, eso significa que en
ese momento ha pasado a través de vosotros un elemental con una información, con un
sentimiento, ha intentado depositarlo en vuestro cuerpo astral, pero no lo ha conseguido. Por
otro lado, si de buenas a primeras os invade un sentimiento que tampoco viene a cuento o sí, y
os dejáis llevar por ese sentimiento, eso significa que un elemental ha conseguido depositar en
vuestro cuerpo astral una información que traía. Como ya mencionamos anteriormente, la
materia elemental (un elemental) se usa por parte del alma (cuerpo causal) para formar un
cuerpo físico durante la gestación en el vientre materno. La materia elemental, bajando de un
plano a otro, haciendo que cada uno de los planos funcione, lo que consigue es ir
negativizándose hasta llegar al plano más negativo con materia más densa que el la física.
Llegados al plano físico se materializan en forma de minerales y ahí termina el descenso y
empieza el ascenso.

El descenso de la materia elemental es el “pecado original”, es la primera atracción que ha


sentido lo masculino (la energía descendente) hacia la negatividad que es femenina. Cuando
empezamos a descender en forma de “materia elemental” éramos solo positividad, puro goce y
alegría, pero no éramos conscientes de ello. No éramos conscientes del “jardín del Edén” en el
que vivíamos. Por eso fuimos “expulsados” o elegimos nosotros mismos ser expulsados para
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poder llegar al mundo físico, al mundo de dolor y sufrimiento, al mundo de la negatividad =
negación para podernos hacer conscientes de lo que somos.

Después de finalizar el descenso, toca iniciar el ascenso. Los minerales tienen “desarrollado” el
cuerpo físico y el etérico, así que les toca desarrollar el cuerpo astral. Los minerales hacen un
“repaso” de lo que es el “cuerpo” (si es que se le puede llamar así hablando de minerales) físico
y etérico y una vez acabado eso, pasan a “trabajar” para desarrollar el cuerpo astral. Una vez
desarrollado el cuerpo astral, pasan al mundo vegetal. Los vegetales tienen desarrollados el
cuerpo físico, el etérico y el astral. Así que hacen un repaso de lo que es el cuerpo físico, el
cuerpo etérico, el cuerpo astral y una vez terminado este repaso, pasan a desarrollar el cuerpo
mental. Una vez desarrollado el cuerpo mental, pasan a vivir en el mundo animal. Los animales
tienen cuatro cuerpos desarrollados: físico, etérico, astral y mental. Ya tienen formado el
“cuadrado negativo”. Una vez repasados cada uno de estos cuatro cuerpos, se pasa a
desarrollar el cuerpo causal.

La formación del cuerpo causal significa conseguir la individualidad. La materia elemental llega
a la Tierra siendo una entidad. Llegada al mundo físico, empieza su fragmentación. Desde los
minerales hasta los humanos, se ha ido trabajando para ir perdiendo ese sentimiento de
pertenencia a una entidad e ir adquiriendo un sentimiento de individualidad, un sentimiento de
separación del resto de la especie y del resto de la Existencia. La “consciencia” de los vegetales
está más fragmentada que la de los minerales. La de los animales está más fragmentada que la
de los vegetales. Y la de los humanos está más fragmentada que la de los animales. Los
humanos no desarrollados espiritualmente tienen el campo de conocimiento más pequeño
posible limitado a UN cuerpo físico. Los animales, al no tener todavía un cuerpo causal
desarrollado, todavía no se limitan a su propio cuerpo físico como lo hacen los humanos, sino
que se sienten parte de su especie. Observando a los perros entenderemos mejor cómo
funciona el proceso de individualización. Un perro se siente parte de su especie, no tiene el
sentimiento de ser algo diferente y separado del resto de los perros. Por eso los perros luchan
unos contra otros para conseguir ese sentimiento de “yo no soy como tú”, ese sentimiento que
los humanos conocemos muy bien, ya que lo desarrollamos siendo animales. Los animales
luchan por sus territorios, por su hembra, por sus cachorros, unos contra otros, todo con el fin
de individualizarse, de conseguir ese sentimiento de “yo soy diferente”. El cuerpo causal
consigo trae esa individualidad, ese sentimiento de estar separado del resto de la existencia.

Nosotros, los humanos, somos los Dioses de los animales. Nosotros ya hemos conseguido lo
que ellos anhelan y a lo que ellos aspiran. Igual que los humanos, unos animales están más
cerca de los Dioses (seres ascendidos), otros están más lejos. Los animales salvajes que viven
lejos de los humanos están lejos de desarrollar su cuerpo causal, de individualizarse. Los
animales que viven cerca de los humanos y además “trabajan” para ellos, para sus Dioses, son

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los que más cerca están de conseguir su objetivo. Tomemos el ejemplo de los perros y los
gatos. Para un perro o un gato el convivir con los seres humanos es como para los humanos
cuando se van a un ashram por ejemplo para convivir con un maestro ascendido. La simple
presencia de un ser superior ayuda a ascender espiritualmente ya que el alma en desarrollo
tiende a sincronizarse con la del maestro. Eso es lo que les pasa a los animales que viven con los
humanos. Para un animal que convive con los humanos, esos dueños suyos son sus “maestros
espirituales”.

Una vez desarrollado el cuerpo causal, el animal pasa a ser humano con sus cinco cuerpos
desarrollados: físico, etérico, astral, mental y causal. A los humanos les toca hacer un repaso de
los cuerpos físico, etérico, astral, mental, causal y una vez hecho todo eso, toca empezar a
desarrollar el cuerpo búdico. Lo de “repasar” un cierto nivel de consciencia en realidad significa
llevar el determinado cuerpo a un nivel más alto. Aunque los minerales tengan “cuerpo”
etérico, igual que los humanos, el de los humanos está muchísimo más desarrollado ya que lo
han “repasado” muchísimas veces y con cada uno de esos repasos lo han llevado a un nivel más
alto.

58
V

EL SEXO Y LA ESPIRITUALIDAD
-LA AUTOSEXUALIDAD Y LA AUTOESPIRITUALIDAD-

-LA HOMOSEXUALIDAD Y LA HOMOESPIRITUALIDAD-

-LA HETEROSEXUALIDAD Y LA HETEROESPIRITUALIDAD-

-LA BISEXUALIDAD Y LA BIESPIRITUALIDAD-

-LA ASEXUALIDAD Y LA AESPIRITUALIDAD-

Donde termina el sexo, empieza el amor (la espiritualidad). El sexo es el equivalente horizontal
del amor que es vertical. Lo que el amor es en vertical, el sexo lo es en horizontal. El sexo y el
amor son idénticos, uno en su negatividad y el otro en su positividad. Todo lo que contiene el
amor, lo contiene el sexo también, pero en “negro”, en negativo.

Veamos primero como se desarrolla la sexualidad en un ser humano dentro de una


encarnación. Este desarrollo, igual que todos los desarrollos, sucede por igual en un plano más
pequeño (a nivel físico en una sola encarnación) como en un plano más grande (a nivel del alma
a lo largo de varias encarnaciones). El desarrollo sexual en una persona tiene cinco fases:

1. Todo el mundo descubre su propia sexualidad con la masturbación. Tocando los


propios genitales se descubre un cierto placer. Al descubrimiento, a la exploración y el
desarrollo de este placer se le llama autosexualidad (auto en griego significa uno
mismo). La autosexualidad es como la primera marcha en el coche: sirve solo para
arrancar a andar, pero luego para andar, hay que cambiar a otras marchas. La
autosexualidad sirve solo para descubrir tu propia sexualidad y poder iniciar el
desarrollo. Esta fase no tiene mayor importancia que esa.
2. La siguiente fase es la homosexualidad (homo en griego significa mismo). Debido a las
normas sociales del sistema en el que vivimos y lo poco que se sabe de la sexualidad
humana en general, esta fase en mucha gente pasa desapercibida. Muy poca gente se
da cuenta de que la homosexualidad es una fase obligatoria en el desarrollo sexual de
todo el mundo. Después de descubrir la sexualidad en TI MISM@ (autosexualidad), se
pasa a desarrollar la sexualidad con los que son como TU MISM@ (homosexualidad).
La homosexualidad es la autosexualidad subida a un nivel más alto. Las chicas suelen
vivir esta fase con más naturalidad que los chicos, debido a las normas sociales que las
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presionan menos. Las chicas muy a menudo, en esta fase de desarrollo sexual,
mantienen relaciones sexuales entre ellas o, si no son tan atrevidas como para
hacerlo, se besan y tocan convenciéndose a sí mismas de que eso no tiene nada de
sexual, que “eso es normal entre amigas” y de esa manera se mienten a sí mismas
para no sentir remordimientos. Si no mantienen ningún contacto físico sexual,
entonces hablan del sexo, lo cual es también una forma de “practicar el sexo”. Hablar
de sexo es practicar el sexo. Hablando de sexo con una persona se intercambian
imágenes mentales de contenido sexual con esa persona y también a nivel astral se
intercambia energía sexual. Dos hombres hablando de sexo, aunque hablen de
mujeres, en realidad están manteniendo una relación homosexual ya que están
intercambiando el uno con el otro energía sexual. Entre los chicos, la fase homosexual,
en su gran mayoría, se vive de esa manera precisamente: hablan entre ellos de sexo,
intercambian pornografía, consumen pornografía juntos, incluso se masturban juntos
viendo películas pornográficas etc. Lo de observarse y compararse los penes en los
vestuarios, también es una forma de homosexualismo. Son pocos los chicos valientes
que se atreven a mantener relaciones sexuales con otros chicos en esta fase de
desarrollo a pesar de que eso sería lo más natural.
3. La siguiente fase es la heterosexualidad (hetero en griego significa otro). Después de
descubrir tu propia sexualidad (autosexualidad) y después de desarrollar tu propia
sexualidad con los que son como tú (homosexualidad), la tercera fase consiste en
desarrollar la sexualidad con los que son “opuestos” a ti (heterosexualidad). En esta
fase se aprende todo aquello de lo que hemos hablado en el primer capítulo sobre el
sexo y el nivel físico-etérico: la fusión de lo femenino con lo masculino, la culminación
orgásmica y el engendramiento de una nueva vida como resultado de todo este
proceso.
4. A esta cuarta fase muy poca gente llega, ya que la mayoría se queda “estancada” en la
segunda o en la tercera fase. Después de haber descubierto tu propia sexualidad
(autosexualidad) y después de haberla desarrollado con los que son iguales a ti
(homosexualidad) y los que son diferentes a ti (heterosexualidad), ahora toca
desarrollar la sexualidad con ambos sexos, tanto con aquellos que son iguales como
con aquellos que son diferentes. La cuarta fase es la bisexualidad (bi-del prefijo latino
bis que significa dos).
5. Si a la cuarta fase llega muy poca gente, a la quinta actualmente llegan personas
contadas. La quinta y la última fase es la asexualidad (a en griego significa privación).
Tan poco se sabe hoy en día de la sexualidad humana que la asexualidad se considera
una enfermedad. ¡Ojo! No hay que confundir la sexualidad reprimida con la
asexualidad. La asexualidad aparece cuando uno ha descubierto el amor. Haciendo el

60
amor, el sexo pierde el sentido y desaparece, ya que el placer que él proporciona es
millones de veces menor al placer del amor. El amor empieza donde termina el sexo.

La autosexualidad corresponde al cuerpo físico-etérico, la homosexualidad al astral, la


heterosexualidad al mental, la bisexualidad al causal y la asexualidad al búdico-átmico.

2. El nivel físico-etérico, igual que la autosexualidad, es como la primera marcha del


coche: sirve solo para arrancar a andar, pero luego para andar, hay que meter otras
marchas. El nivel físico-etérico, cuando se trata del desarrollo de un ser humano, no
tiene más importancia que esa: sirve como punto de partida.
3. El nivel astral es el nivel del “yo negativo”. En el nivel astral está el sentido del “yo
negativo” hecho de materia astral negativa con la ayuda de la mente inferior. Aunque el
sentido del “yo” esté en el cuerpo astral, en la negatividad, el “verdadero” sentido del
yo que está en el cuerpo causal, lleva allí muchos miles de años y sigue estando vivo y
presente encarnación tras encarnación. El sentido del “yo” en el cuerpo causal, ese “yo”
que permanece vivo durante muchas encarnaciones, lo podríamos denominar “el yo
positivo”. El “yo negativo” puede predominar, pero no puede anular al “yo positivo”.
Por eso las personas que todavía no han despertado en el plano búdico, como diría
Eckhart Tolle, mantienen relaciones consigo mismas: “Un día se quieren a sí mismas,
otro día se odian y al día siguiente no están del todo seguras de lo que sienten por sí
mismas”. Esa relación consigo mism@, en realidad es la “relación” que mantiene el “yo
positivo” (en el cuerpo causal) con el “yo negativo” (en el cuerpo astral). Esa relación de
nuestros dos “yo-s” se corresponde con la homosexualidad: mantener una relación con
alguien que es como tú, pero que no es tú.
4. El nivel mental es el único lugar en el que se encuentran el bien y el mal, la positividad y
la negatividad, lo masculino y lo femenino, el hombre y la mujer: la heterosexualidad.
5. En el cuerpo causal en el plano mental superior de lo que se trata es de positivar los
dos principios: el masculino y el femenino. Se trata de disfrutar de los dos principios por
igual. Se trata de acabar con eso de pasarlo bien en la meditación (femenino) y pasarlo
fatal cuando toca salir de la meditación y reanudar la rutina cotidiana (masculino). Esto
corresponde a la bisexualidad: disfrutar de los ambos sexos por igual.
6. En el plano búdico-átmico, lo físico ya no existe. El sexo ya no existe: asexualidad.

La autosexualidad sirve para descubrir la sexualidad. Una vez descubierta esta, la


autosexualidad deja de tener sentido. La asexualidad es el cese de la sexualidad. La
heterosexualidad es la forma de sexualidad básica. Las dos formas de sexualidad restantes, que
en realidad son dos variaciones de la sexualidad básica (heterosexualidad), son la
homosexualidad y la bisexualidad.

61
LA HOMOSEXUALIDAD, LA TRANSEXUALIDAD Y LOS GENITALES COMO SÍMBOLO DE
INTELIGENCIA

Los homosexuales son las personas que se sienten mayormente atraídas sexualmente por
personas del mismo sexo. Aunque mantengan relaciones sexuales con personas del sexo
opuesto (por motivos de aceptación social o algún otro motivo) siguen siendo homosexuales. La
sexualidad, como veremos, no tiene nada que ver con las personas con las que uno mantiene
relaciones sexuales sino con la estructura energética de los cuatro cuerpos que forman el
“cuadrado negativo”.

¿De qué depende el sexo del cuerpo en el que se va a encarnar un alma? Del principio que
toca desarrollar. Si el alma necesita desarrollar su aspecto masculino, se encarna en un cuerpo
con pene. Si el alma necesita repasar y llevar a un nivel más alto su principio femenino, se
encarna en un cuerpo con una vagina.

Si un alma lleva ya varias vidas desarrollando un principio, si lleva ya varias vidas encarnándose
en cuerpos del mismo sexo, corre el peligro de llegar a la conclusión errónea de que ese
principio de funcionamiento (ese sexo) es mejor que el otro. Por ejemplo: un alma que lleva ya
3 o 4 vidas encarnándose en cuerpos de mujer ha desarrollado muchísimo el aspecto femenino
de su alma y domina a la perfección este principio de funcionamiento y por eso se siente
fantásticamente bien en el rol de una mujer. Esa alma puede traer una conclusión errónea de
que lo femenino es mejor que lo masculino. Lo mismo puede suceder al revés. A causa de
muchas vidas desarrollando el principio masculino, el alma llega a la conclusión que el principio
masculino es mejor que el femenino. Un alma así, si por ella fuera, no volvería jamás a
encarnarse en un cuerpo del sexo contrario al que ella ya conoce tan bien y con eso perpetuaría
el desequilibrio dentro de sí misma ya que uno de los principios, femenino o masculino,
quedaría permanentemente mucho más desarrollado que el otro. Esto es como si una persona
fuera al gimnasio y trabajara durante meses con solo un brazo, desarrollando los músculos y la
fuerza de ese brazo, olvidándose por completo del otro y además, sacando la conclusión
errónea de que ese brazo es mejor que el otro. Por eso está ahí Atma, la voluntad Divina, para
guiar el alma. El Atma le “obliga” a un alma así a construirse un cuerpo de sexo contrario al que
ella está acostumbrada y al que tiene favoritismo. Lo que el Atma pretende con esto es igualar
en el alma (cuerpo causal) el funcionamiento de los dos principios, el femenino y el masculino.

Cuando un alma así, un cuerpo causal con un convencimiento erróneo de que un sexo, un
principio de funcionamiento, es mejor que el otro, empieza a descender y los dos primeros
cuerpos que forma, el mental y el astral, estarán formados según este convencimiento erróneo.
Dicho de otra manera: en los cuerpos astral y mental se reflejará la conclusión equivocada de
que un sexo es mejor que otro. Es decir: si el Atma (la voluntad Divina) ha ordenado “construir”
un cuerpo físico masculino, el alma construirá un cuerpo mental y astral femenino y viceversa.

62
Los cuerpos etérico y físico serán construidos de acuerdo a la voluntad Divina, respetando “la
orden” de Atma. El resultado será un cuerpo físico-etérico masculino y un cuerpo astral-mental
femenino o viceversa.

Dependiendo del tamaño de la brecha entre las parejas de cuerpos, físico-etérico y astral-
mental, la persona puede ser transexual u homosexual. Si la brecha es enorme, habrá una no-
aceptación del cuerpo físico por parte del alma. Si la brecha es superable, habrá una aceptación
del cuerpo físico por parte del alma y, también dependiendo del tamaño de la brecha, la
desarmonía entre las parejas de los cuerpos será más o menos visible. Hay gays masculinos y
lesbianas femeninas en los cuales la homosexualidad es casi imperceptible. La brecha entre sus
parejas de cuerpos es mínima. Por otro lado, hay gays muy afeminados y lesbianas muy
masculinas en los cuales la brecha entre las parejas de cuerpos es más evidente.

Por lo tanto, los homosexuales y los transexuales son lo mismo en diferente grado. En los
transexuales la brecha entre las parejas de cuerpos físico-etérico y astral–mental es tal que no
consiguen construir “un puente” para unirlas. Ellos se sienten atrapados dentro del cuerpo
físico. Un alma transexual dentro de un cuerpo masculino dice: “Yo soy una mujer atrapada en
cuerpo de hombre”. Un transexual dentro de un cuerpo femenino dirá lo contrario. El alma no
tiene sexo, nadie de nosotros es hombre o mujer. Solamente los cuerpos físicos dependiendo
de los genitales que tengan son hombres o mujeres, pero nosotros no, las almas no. Por lo
tanto, nadie puede ser un hombre o una mujer atrapad@ en un cuerpo que no le pertenece.
Más allá del cuerpo físico no existe el sexo. Entonces, ¿de dónde viene ese convencimiento de
“yo soy una mujer/un hombre atrapad@”? De muchas vidas pasadas en las que se ha
desarrollado en exceso solo un principio del alma, dejando de lado el principio contrario y
complementario.

Hay muchos más transexuales “atrapados” en cuerpos de hombres que en cuerpos de mujer,
igual que hay muchos más gays que lesbianas. El motivo de eso es que el desarrollo del
principio masculino es mucho más desagradable y penoso que el desarrollo del principio
femenino. Ya dijimos que el principio femenino consiste en buscar el placer y evitar lo
desagradable. Trabajar en lo femenino es mucho muy placentero, ya que precisamente en eso
consiste el principio femenino: en el placer. El principio masculino consiste en desarrollar la
mente a través del trabajo y la disciplina, aprendiendo a resistirse a lo femenino (astral).
Desarrollar el principio masculino significa dolor y sufrimiento. Es lógico que haya muchas
almas que se resistan a desarrollar ese principio. En realidad se están resistiendo al dolor y al
sufrimiento. Es mucho más fácil y bonito dejarse llevar por el placer. Aunque este sea el caso
más frecuente, también hay almas que han pasado varias vidas desarrollando el principio
masculino adquiriendo inteligencia y se niegan a abandonarla. Desarrollar el principio
masculino en realidad significa desarrollar la mente adquiriendo inteligencia. El principio

63
masculino es la inteligencia, el femenino (astral) la ignorancia. Hay almas que después de varias
vidas de sufrimiento desarrollando la mente, adquiriendo inteligencia, se niegan a volver a ser
“tontas”. Esas almas se dicen a sí mismas algo así como: “Después de todo lo que he pasado
para llegar hasta aquí, ahora voy a tener que volver a dejarme llevar por otros (principio
femenino) como si fuera tonta. Me niego”.

Los padres de los niños transexuales, siempre desde el amor y dando ejemplo, les tendrían que
enseñar a sus hijos que ellos no son ni niños ni niñas. Hay que enseñarles que da igual qué
genitales tenemos, ya que todos somos y mujeres y hombres, y femeninos y masculinos.
Dependiendo de lo grande que sea el niño o la niña, se le podría decir algo así como: “Mamá
tiene vagina, pero eso no significa que mamá sea una mujer. Mamá se puede enfadar y gritar
igual que papá. Cuando mamá se enfada y grita, mamá es un hombre”. La agresividad es el
principio masculino. Pero lo más importante de todo es que los padres den ejemplo. De nada
sirve decirles a los niños que los genitales no significan nada y que el cuerpo físico no tiene
ninguna importancia si luego los padres no les enseñan con su ejemplo que eso es así
realmente. Si a los niños se les dice: “Los genitales no tienen ninguna importancia”, en primer
lugar habrá que enseñarles que son los genitales para que sepan de que se les está hablando. Si
nuestras palabras y nuestros actos se contradicen, los niños no son tontos, se darán cuenta de
que les estamos mintiendo. Si les decimos que “esas cositas que tiene la gente entre las
piernas” no tienen ninguna importancia, los niños se preguntarán: “¿Y por qué esconden esas
“cositas” si no tienen importancia? ¿Por qué se avergüenzan de ellas?” No podemos
avergonzarnos de algo que no tiene importancia. Si algo no tiene importancia, ni nos enteramos
de que está ahí. Nos avergonzamos solamente de cosas que consideramos importantes. Por
muy increíble que parezca, a estas alturas de desarrollo humano, los genitales todavía siguen
siendo algo importantísimo para la humanidad. Los genitales son el símbolo de la negatividad.
Gracias a los genitales y a través de los genitales llegamos a este mundo de negatividad.
Avergonzándonos de los genitales, en realidad nos estamos avergonzando de la negatividad.
Nos atrevemos a enseñar los genitales solamente a la gente con la que tenemos mucha
confianza porque lo de enseñar genitales es como compartir un secreto muy oscuro, muy bien
guardado. Enseñar los genitales es enseñar el origen de la negatividad. Las mujeres se
avergüenzan de sus pechos, porque son los pechos los que nos alimentan en la negatividad. Si
no fuera por los pechos femeninos, no existiríamos en la negatividad. Hasta ahora era lógico
que la humanidad se avergonzara de sus genitales. Su consciencia era muy reducida, estaba
limitada a lo físico. Pero según la consciencia humana vaya creciendo nos iremos dando cuenta
que LA NEGATIVIDAD ES EL ENVOLTORIO EN EL QUE VIENE EMPAQUETADA LA INTELIGENCIA Y
LA LUZ. No hay otro modo de adquirir inteligencia que no sea a través de la negatividad.
Cuando seamos plenamente conscientes de esto, los genitales dejaran de ser algo de lo que nos
avergonzamos, dejaran de ser negatividad sin más y se convertirán en símbolos de la
inteligencia, ya que la inteligencia llega a través de ellos. Cuando dejemos de avergonzarnos de
64
nuestros genitales por considerarlos “fuente de negatividad” y empecemos a tratarlos como lo
que son: una parte más del cuerpo físico sin mayor importancia, dejaremos de transmitir de
generación en generación ese sentimiento de vergüenza por los genitales. En verano cuando lo
que más apetece es estar desnudo, ¿por qué no nos tumbamos en el sofá desnudos a dormir la
siesta o a ver la televisión? ¿Por qué no tomamos el sol desnudos en el patio de nuestra casa?
¿Por qué no jugamos desnudos con nuestros niños? ¿Por qué no nos bañamos desnudos con
nuestros hijos? ¿Por qué no llevamos a nuestros hijos a playas y piscinas nudistas, a campings
de nudistas? ¿Por qué no les enseñamos a nuestros hijos que los genitales realmente no
importan? Les enseñamos, igual que nos enseñaron nuestros padres a nosotros, a avergonzarse
de sus genitales y eso luego se va extendiendo a otras partes del cuerpo: nos avergonzamos de
la celulitis, del trasero gordo, de las piernas feas, de la barriga grande, de la nariz torcida…
Todos los complejos físicos empiezan por los genitales. A los niños, tanto si son transexuales
como si no, hay que enseñarles a aceptar sus cuerpos en su totalidad por un único motivo:
PORQUE EL CUERPO FÍSICO, COMPARADO CON OTROS CUERPOS QUE TENEMOS, NO TIENE
NINGUNA IMPORTANCIA. Los cuerpos físicos son la primera marcha del coche. El placer de ir
conduciendo en “quinta” no se puede comparar con la sensación de arrancar a andar en
“primera”. Para que los niños no se queden estancados en la “primera marcha”, que es lo que
le sucede a la gran parte de la humanidad, enseñémosles las marchas restantes. Enseñémosles
con nuestros ejemplos.

Cuando de transexuales adultos se trata, por mucho que un transexual tome hormonas y
transforme con operaciones su cuerpo físico, la esencia de ese cuerpo Y TAMBIÉN EL KARMA
DEL ALMA no dejarán de ser como el Atma quiere que sean. Un transexual que no puede
aceptar un cuerpo masculino, por mucho que transforme su cuerpo físico en femenino, no
podrá evitar vivir una “vida masculina” desarrollando su principio masculino. El Universo se
encargará que en la vida de un alma que rechaza la masculinidad no haya nada femenino, para
que no le distraiga en su desarrollo. Un transexual puede rechazar un pene, pero vivirá una vida
independiente (principio masculino), en la que tendrá que trabajar mucho y sufrir mucho, sin
nadie que cuide de él (ya que eso sería el principio femenino), todo lo contrario, tendrá que ser
él quien se ocupe de otras personas etc. Transformando un cuerpo no se evita lo que
esencialmente se quiere evitar: el desarrollo de un determinado principio. Es curioso, pero las
almas que rechazan el cuerpo masculino, LUCHAN A MUERTE para convertirse en mujeres y es
precisamente esa lucha la que les ayuda a desarrollar su masculinidad, su principio masculino.

Qué más da que genitales tenemos, si todos somos igual de femeninos e igual de masculinos.

Volviendo al homosexualismo, más allá de los cuerpos físicos, EL HOMOSEXUALISMO NO


EXISTE. Ya dijimos que la Ley Universal es lo único que existe. Nada que no sea acorde con la
Ley Universal puede existir. El homosexualismo no existe porque es contrario a la ley Universal

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que consiste en que lo masculino sea atraído por lo femenino y que de esa atracción y posterior
fusión surja la creación. El principio masculino no se puede sentir atraído por sí mismo, igual
que el principio femenino no se puede sentir atraído por sí mismo. ¿Cómo se va a sentir un
vacío atraído por otro vacío? ¿Qué sentido tiene que se junten dos “manos de obra” sin ningún
material con el que trabajar? Cuando vemos a dos cuerpos con pene o a dos cuerpos con vagina
manteniendo relaciones sexuales, si no tenemos capacidad de ver más allá de los cuerpos
físicos, nos puede parecer que lo que estamos viendo es una relación exclusivamente
homosexual. Pero las relaciones aparentemente homosexuales en realidad son heterosexuales.
Eso se puede ver claramente si a esa visión físico-etérica le incluimos el nivel astral-mental.

La Ley del Universo es lo único que existe y todo lo que existe corresponde a esta Ley. La
heterosexualidad corresponde en su totalidad clara y directamente a la Ley Universal y todo lo
demás, todas las demás formas de sexualidad son variaciones de la heterosexualidad. Esas
variaciones siempre serán acordes a esta Ley porque no puede ser de otra manera. LAS
RELACIONES HOMOSEXUALES EN REALIDAD SON HETEROSEXUALES.

En las relaciones heterosexuales, el cuerpo


astral-mental femenino con su parte astral más
acentuada necesita del cuerpo astral-mental
masculino con su parte mental más acentuada.
Se desean y se fusionan. Al mismo tiempo que
esto sucede a nivel astral-mental, lo mismo
sucede en horizontal, en el nivel más bajo, a
nivel físico-etérico: la vagina anhela al pene y
viceversa. Se fusionan. La fusión en las
relaciones heterosexuales sucede de manera
directa y en horizontal.

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En las relaciones físicamente homosexuales, no habrá fusiones directas y horizontales, sino que
habrá una fusión cruzada. Las fusiones siempre son heterosexuales, ya que otra cosa no puede
existir porque no correspondería a la Ley del Universo.

En el caso de los gays, el cuerpo astral-mental, que es femenino, se sentirá atraído por el
cuerpo físico-etérico de un hombre cuya esencia, lógicamente, es masculina. Lo femenino
(astral-mental) se siente atraído por lo masculino (físico-etérico). Si la atracción es mutua, a la
otra persona le pasará lo mismo. En el caso de lesbianas, la pareja de cuerpos astral-mental que
es masculina se sentirá atraída por la esencia de un cuerpo físico-etérico femenino: por una
mujer. Lo masculino (astral-mental) se siente atraído por lo femenino (físico-etérico). Al no
haber una fusión de energías directa: astral-mental con astral-mental y físico-etérico con físico-
etérico, sino que hay un cruce de energías en el que lo astral-mental se nutre de la esencia del
físico-etérico, las relaciones homosexuales resultan ser muchísimo más complejas que las
heterosexuales a todos los niveles.

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Durante mucho tiempo la humanidad ha pensado que la heterosexualidad es la única forma de
sexualidad “correcta”. La heterosexualidad no es la forma “correcta” de la sexualidad, es la
forma básica. Todas las demás formas de sexualidad no son otra cosa que variaciones de la
heterosexualidad.

Ya dijimos que recientemente en la humanidad del “primer mundo” ha surgido un sentimiento


de igualdad que todavía no se entiende muy bien. Por eso, de manera intuitiva, la gente en el
primer mundo, siente que la homosexualidad, y la bisexualidad de la que hablaremos más
adelante, son lo mismo que la heterosexualidad. La gente tiene este sentimiento, pero todavía
no lo ha intelectualizado, todavía no sabe explicar de qué manera son lo mismo. La
heterosexualidad es la forma sexual básica y la homosexualidad y la bisexualidad son
variaciones de la heterosexualidad. Las variaciones siempre son más complicadas que la
melodía básica. Igualmente, las relaciones homosexuales que son una variación de las
relaciones heterosexuales, son más complicadas que las relaciones heterosexuales a todos los
niveles. Lo heterosexual es lo más sencillo. En las relaciones homosexuales existen exactamente
los mismos problemas que en las relaciones heterosexuales con un elemento plus: la rivalidad.
En las parejas homosexuales existen los celos, el esfuerzo para compaginar las voluntades de las
dos partes, todo igual que en las parejas heterosexuales, pero en los homosexuales, como los
miembros de la pareja son “lo mismo” (del mismo sexo), compiten entre ellos: ¿Quién es el/la
más guap@?; ¿Quién es el/la más atractiv@?; ¿Quién es el/la más exitos@? Las variaciones son
más complicadas que lo básico. El cruce de energías que hay en las parejas homosexuales es
mucho más complejo que la fusión paralela en las parejas heterosexuales, pero aun así, el
principio de funcionamiento sigue siendo el mismo: lo masculino busca fusionarse con lo
femenino y viceversa. Como la humanidad todavía no ha intelectualizado ese sentimiento de
igualdad surgido recientemente, no se tiene respuesta cuando los que todavía no han
desarrollado ese sentimiento de igualdad exponen argumentos como: “La homosexualidad y la
heterosexualidad no pueden ser lo mismo porque no se puede engendrar un niñ@ dentro de
una relación homosexual. Eso se puede hacer solamente dentro de una relación heterosexual.”
Y la respuesta a este planteamiento es muy sencilla: eso es cierto si observamos la vida
estrictamente desde el nivel físico-etérico. Pero si ampliamos un poco las miras, en primer lugar
veremos que la homosexualidad no existe, que la homosexualidad no es más que una variación
de la heterosexualidad. Y en segundo lugar, ¿cómo que las parejas homosexuales no pueden
tener hijos biológicos? Hay muchas parejas homosexuales que tienen hijos biológicos. La
diferencia entre las parejas homosexuales y las heterosexuales está en que lo homosexual, al
ser una variación, es mucho más complicado que lo heterosexual que es lo básico. Lo básico es
lo más sencillo: dos personas de sexos opuestos se encuentran, mantienen relaciones sexuales
en las que el fluir de energías es mucho más sencillo y directo, un espermatozoide penetra un
ovulo y se engendra un niñ@, la madre incuba la nueva vida biológica y da a luz. ¡Sencillísimo!
Todo eso exactamente igual lo hacen los homosexuales, pero de manera mucho más
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complicada: dos personas del mismo sexo físico y con la pareja de cuerpos astral-mental “de
sexo” opuesto al cuerpo físico se encuentran, mantienen relaciones sexuales en las que hay un
cruce de energías complicadísimo, la energía de los cuerpos astral y mental se fusiona con la
esencia de los cuerpos físico y etérico, de ahí no se engendrará una nueva vida, sino que
tendrán que buscar la manera de que un espermatozoide masculino penetre un ovulo
femenino (heterosexualidad), probablemente lo harán EN UN LABORATORIO y, en el caso de los
gays, tendrán que buscar una madre que incube ese embrión y dé a luz a esa nueva vida.
¡Complicadísimo! Lo mismo, pero mucho más complicado… pero LO MISMO. En el futuro ya
nadie engendrará niños con el sexo, el sexo se convertirá en una forma anticuada y primitiva de
engendramiento. Los niños se crearán en los laboratorios. La ciencia descubrirá la manera de
crear cuerpos físicos perfectos. Por lo tanto, lo que hacen las parejas homosexuales en el
presente es el futuro de toda la humanidad.

EL CRUCE DE ENERGÍAS HETEROSEXUAL EN LAS RELACIONES HOMOSEXUALES

A nivel físico, todos producimos hormonas masculinas, testosterona, y hormonas femeninas,


estrógeno. Lo que puede variar es la cantidad: los hombres y personas viriles producen más
testosterona y las mujeres y personas afeminadas producen más estrógeno, pero todos
tenemos las mismas hormonas sexuales. Exactamente igual sucede a nivel astral-mental:
aunque se tenga más acentuado el aspecto masculino, ahí seguirá estando el principio
femenino, en un segundo plano, más débil, pero ahí estará. Y viceversa. Aunque se tenga
acentuado el principio femenino, el principio masculino estará ahí menos visible, menos
pronunciado, pero estará ahí. Es imposible que el principio opuesto no esté ahí, ya que ninguno
de los dos principios podría funcionar sin el otro.

Cuando dijimos que en las relaciones homosexuales la energía astral-mental se nutre de la


esencia física-etérica, no dijimos que se nutre de la energía física-etérica ya que tal cosa sería
imposible. Las diferentes materias tienen diferentes densidades y por lo tanto no se pueden
nutrir la una de la otra. Las fusiones son posibles solamente dentro de un mismo plano.

Mientras en las relaciones heterosexuales las partes fuertes de los cuerpos astral y mental se
atraen mutuamente y además esas partes fuertes se corresponden con los cuerpos físicos, en
las relaciones heterosexuales la parte fuerte de los cuerpos astral y mental es atraída por la
parte débil de los cuerpos astral y mental de la pareja y es esa parte débil la que se corresponde
con el cuerpo físico. Mientras en las relaciones heterosexuales el cuerpo físico se usa como
vehículo para conectar con la parte acentuada del astral-mental de la pareja, en las relaciones
homosexuales el cuerpo físico se usa para conectar con la parte menos acentuada del astral-
mental de la pareja.

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Para entender esto mejor, vamos a poner primero un ejemplo heterosexual: un hombre
heterosexual ve un cuerpo atractivo, un cuerpo de una mujer también heterosexual. Ese
hombre sentirá el deseo de fusionar su cuerpo físico con el cuerpo de esa mujer que le atrae. Lo
que pasará durante esa fusión será que, usando ese cuerpo femenino como vehículo, el
hombre conectará su cuerpo mental-astral con el de la mujer (astral-mental) y a consecuencia
de esa fusión el hombre se sentirá “completo”, realizado, ya que sin esas fusiones, a nivel físico,
la gente se siente incompleta, siente que le falta su otra mitad. Lo mismo le pasará a la mujer.
LA ATRACCIÓN SEXUAL NO VIENE DE LO FÍSICO, SINO DEL DESEO DE FUSIONAR LOS CUERPOS
ASTRAL-MENTAL. La atracción sexual no es, ni muchísimo menos, cuestión de cuerpos físicos
NUNCA. Lo físico-etérico no puede funcionar independientemente de lo astral-mental. La
atracción “física” en realidad no es “física”. La atracción física es el reflejo de la atracción astral-
mental. No hay que confundir “el atractivo físico” (el poder de atracción) que es el reflejo del
astral-mental con “el encajar en los cánones de belleza”. Si a una persona la juzgamos desde la
mente comparándola con el canon de belleza que nosotros tenemos en la mente, nos puede
parecer “atractiva” si encaja bien en el perfil, pero esa “atracción” es inservible, no es real, ya
que viene solamente de la mente y no hace sentir nada. La verdadera atracción tiene que
implicar el cuerpo astral también. Cuando la gente dice: “Es guap@, pero no hay química”, en
realidad están diciendo: “Encaja en el canon de belleza que yo tengo en mi mente, pero a nivel
astral no hay nada que podamos intercambiar”. La atracción sexual y la posterior fusión de
cuerpos físicos, empieza y termina en el plano astral-mental. Todo lo que sucede aquí en la
Tierra, en el plano de la negatividad, en realidad sucede en un cuadrado formado por lo físico,
etérico, astral y mental. La negatividad es una habitación formada por esas cuatro paredes (en
la pared de la mente está la puerta de salida). Una habitación no puede existir sin una de sus
cuatro paredes. Por otro lado, todo lo que sucede en la negatividad, y el sexo sucede en la
negatividad, viene de la positividad, desde arriba. Dentro de este “cuadrado negativo”, arriba
están astral y mental y abajo físico y etérico. Todo viene de arriba y una vez realizado, vuelve a
la positividad por arriba, por el mismo sitio por el que ha entrado. La atracción sexual SIEMPRE
viene de los planos astral y mental.

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Vamos a analizar un ejemplo de atracción
homosexual: un hombre gay, con su aspecto
femenino mucho más pronunciado en los
cuerpos astral y mental, ve un cuerpo atractivo
de un hombre también gay. Sentirá el deseo
de fusionar su cuerpo físico con el del hombre
que le atrae. Al fusionar los cuerpos físicos,
durante el sexo, este hombre usará el cuerpo
físico de su pareja como vehículo para
conectar su pronunciado aspecto femenino del
astral-mental con la parte masculina no
pronunciada del astral-mental de su pareja.

En el caso de las lesbianas pasará


exactamente lo contrario: una mujer lesbiana,
con su aspecto masculino del astral-mental
mucho más pronunciado, se sentirá atraída
por otra mujer, en este ejemplo diremos que
es lesbiana también, porque si no lo fuera, si
fuera bisexual o heterosexual, la cosa se
complicaría aún más. Esta mujer sentirá el
deseo de fusionar su cuerpo físico con la mujer
que la atrae. Durante el sexo, usará el cuerpo
de la pareja para a través de él poder fusionar
su astral-mental (masculino) con la parte más
débil del astral-mental de la pareja que es
femenino.

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Como vemos, incluso las relaciones sexuales físicas entre homosexuales en realdad son
heterosexuales.

Ya dijimos que la postura perfecta, la postura básica en las relaciones heterosexuales es “la
postura del misionero”. Esta postura sirve para entender el funcionamiento, primero del sexo, y
luego del Universo. Partiendo de esta postura, se puede hacer cualquier cosa y todas ellas en
realidad serán variaciones de “la postura del misionero”. Por ejemplo, si invertimos la postura
del misionero y la mujer se coloca arriba, ella estará activando la parte masculina de su ser y él
su parte femenina. Las variaciones son infinitas. Una relación placentera es aquella en la que los
dos miembros de la pareja juegan con sus dos aspectos de funcionamiento, femenino y
masculino, por igual. Una relación sexual de calidad es aquella en la que la pareja no deja de
intercambiar papeles: primero el hombre hace de hombre y la mujer de mujer y luego cambian,
él hace de mujer y ella de hombre, y vuelven a cambiar y vuelven a cambiar… de tal manera que
continuamente los dos están desarrollando por igual sus dos aspectos de funcionamiento. Si en
una relación el hombre siempre hace de hombre, siempre es él el activo, y la mujer siempre
hace de mujer, siempre es ella la pasiva, esa relación no puede ser plenamente satisfactoria
para nadie y desde luego que no será un “entrenamiento del alma”, un “entrenamiento” de
ambos aspectos del ser.

Exactamente de esta manera tendrían que funcionar las relaciones sexuales entre gays
también.

Un pene es una creación del Gran Arquitecto Cósmico que sirve para rellenar espacios vacíos.
Un pene no puede sentir placer si no cumple con su fin para el cual ha sido creado. A falta de
vaginas, dentro de una relación gay, están otros dos orificios que pueden hacer de vagina (boca
y ano), con la mano se puede hacer una simulación de ese tipo también y si se le echa
imaginación, las maneras de simular una vagina pueden ser infinitas. Dependiendo de la
estructura del cuerpo astral-mental, o sea, si el aspecto femenino está más desarrollado, los
gays pueden sentir más placer haciendo de mujer que haciendo de hombre. Aunque el aspecto
femenino del astral-mental esté muy desarrollado y la persona disfrute mucho haciendo de
mujer, la única manera que tiene un gay de disfrutar de su sexualidad, es a través de su pene,
ya que no tiene otro órgano sexual. Por lo tanto, al estar dentro de un cuerpo físico masculino,
un gay siempre tendrá que activar su lado masculino. En una relación de dos hombres, igual
que en una relación heterosexual, un coito de calidad es aquel en el que los miembros de la
pareja intercambian los papeles continuamente, ayudándose mutuamente a desarrollar ambos
aspectos de sus almas.

Lo mismo se puede decir de las relaciones lésbicas: las dos mujeres por igual tienen que
desarrollar ambos aspectos de su ser.

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Y hablando de las relaciones sexuales lésbicas, aprovecharemos para analizar un poco mejor el
funcionamiento de la sexualidad femenina. Una vagina es insensible. Una vagina, ese espacio
vacío que sirve para ser llenado, está “muerto”, no siente nada. El clítoris es el pene femenino.
Solamente a través del clítoris una mujer puede experimentar placer sexual y si el clítoris no
participa en el juego, el placer será prácticamente imposible. ¿Es posible tener un orgasmo sin
la estimulación del clítoris? Sí, igual que es posible tener un orgasmo sin la estimulación del
pene, pero eso son casos raros. El clítoris es el pene femenino, pero el Gran Arquitecta Cósmico
no lo ha diseñado para rellenar espacios vacíos. Aun así, el clítoris necesita ser envuelto en
materia “vacía” (la mano por ejemplo) y necesita tener la sensación de que está entrando y
saliendo (la estimulación del clítoris consiste en producir esa sensación, hacer que el clítoris
sienta como si estuviera entrando y saliendo de alguna parte). El principio de funcionamiento
de un clítoris es exactamente el mismo que el de un pene.

Hagamos lo que hagamos en nuestras relaciones sexuales, siempre estaremos practicando la


heterosexualidad en sus diferentes formas.

BISEXUALIDAD

Una persona bisexual es aquella que se puede sentir sexualmente atraída por personas de
cualquiera de los dos sexos. Una persona bisexual no es una persona que mantiene relaciones
sexuales con personas de ambos sexos. Hay muchos casos de gays que mantienen relaciones
con mujeres y lesbianas que mantienen relaciones con hombres por miedo al rechazo social,
hay mujeres heterosexuales que mantienen relaciones con otras mujeres para complacer a sus
parejas masculinas y hombres heterosexuales que mantienen relaciones con otros hombres por
interés o cualquier otro motivo. La bisexualidad, igual que la homosexualidad, no se define
según las personas con las que nos acostamos, sino según la estructura de los cuatro cuerpos
del “cuadrado negativo”.

En realidad hay muy pocos bisexuales en el mundo, pero los habrá cada día más. Los bisexuales
son almas que ya han desarrollado casi al máximo los dos aspectos de su ser, el masculino y el
femenino, y ahora tienen que equilibrarlos. La bisexualidad es el último paso antes de la
asexualidad, o sea, antes de la espiritualidad. Un bisexual es capaz de activar cualquier aspecto
de su ser: tanto el masculino como el femenino. Cuando un bisexual quiere estar con una
mujer, activará sin problemas la parte masculina de su ser y cuando quiera hacerlo con un
hombre, activará con la misma facilidad su lado femenino. El Atma (la voluntad Divina) a un@
bisexual le irá mandando parejas sexuales que él/ella necesita para conseguir el equilibrio. A lo
mejor serán solo una mujer y luego un hombre y eso será suficiente para conseguir el reto: el
equilibrio perfecto. O tal vez sean tres hombres y una mujer, o al revés. También pueden ser

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muchos hombres y muchas mujeres, todo depende de lo que uno necesita para su desarrollo
espiritual. Todo el mundo recibe exactamente aquello que necesita en el orden en lo que lo
necesita.

Un verdadero bisexual dice: “Yo no hago él amor con los genitales, sino con las personas”. Un
bisexual es muy consciente de que esa conexión que a él/ella le proporciona placer no sucede a
nivel de genitales sino que va más allá del cuerpo físico. Un bisexual está a puntito de descubrir
el amor. Un bisexual está más interesado en esa sensación maravillosa dentro del pecho que
llamamos “amor” que en orgasmos. De lo que el bisexual todavía no se ha dado cuenta es que
las personas no son la causa de ese placer que él/ella siente en el pecho y otra cosa todavía más
importante: el bisexual todavía no se ha dado cuenta de que no necesita a otras personas para
producir ese placer en el pecho, ya que ese placer sucede dentro de uno mismo, es uno mismo
el que produce el amor, es uno mismo el que hace el amor. Un bisexual utiliza a su pareja como
vehículo para activar su propio chakra corazón y activar el amor dentro de sí mismo. En el
momento en el que se dé cuenta de que para obtener ese placer no necesita a otra persona,
pasará a la asexualidad (espiritualidad).

EL DESARROLLO SEXUAL Y ESPIRITUAL A LO LARGO DE TODAS LAS ENCARNACIONES DE UN


ALMA: DESDE LA AUTOSEXUALIDAD HASTA LA AESPIRITUALIDAD

Como ya dijimos al principio de este capítulo, cualquier desarrollo, por lo tanto el sexual
también, sucede por igual en un plano más pequeño (a nivel físico en una sola encarnación)
como en un plano más grande (a nivel del alma a lo largo de muchas encarnaciones). Esto
significa que para desarrollar la autosexualidad se necesitará un ciclo de varias vidas. Lo mismo
sucede con la homosexualidad, heterosexualidad, bisexualidad y asexualidad. La
autosexualidad pertenece al plano físico-etérico y el ciclo de vidas en el que se desarrolla esta
forma de sexualidad es la infancia espiritual. La homosexualidad pertenece al plano astral y el
ciclo de vidas en el que se desarrolla esta forma de sexualidad es la adolescencia espiritual. La
heterosexualidad se desarrollará en un ciclo de vidas que será la edad adulta espiritual. La
heterosexualidad se corresponde con el plano mental. La siguiente fase de desarrollo del alma
será el ciclo de vidas en el que se desarrollará la bisexualidad. Esto es la madurez espiritual. La
bisexualidad se corresponde con el plano mental superior y con el cuerpo causal. Aquí termina
un ciclo de cuatro ciclos de desarrollo espiritual que corresponde a la negatividad. Aquí
termina el periodo de sumergimiento del alma en la negatividad. El siguiente ciclo de cuatro
ciclos será la preparación para salir de la negatividad. El siguiente ciclo de cuatro ciclos será el
ciclo de la asexualidad. El sinónimo de la “asexualidad” es “espiritualidad”. El ciclo de vidas en
el que se desarrolla la asexualidad (dentro del cual hay cuatro ciclos) pertenece al plano búdico-
átmico. En la primera encarnación del ciclo asexual aparecerá el representante de la Familia

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Espiritual elegida por el alma, el Gurú. En esa primera encarnación se establecerá esa relación
irrompible entre el Gurú y el discípulo y el alma vivirá su primera iniciación: será aceptado en la
Familia Espiritual y dejará de ser huérfano. Dentro de la asexualidad se pasará por las mismas
fases por las que se ha pasado en el primer ciclo negativo de cuatro ciclos de desarrollo con la
única diferencia de que, como la “asexualidad” presupone el cese de sexo, “el sexo” en esta
fase positiva será reemplazado por la “espiritualidad”. Las cuatro fases que vivirá el alma dentro
de la asexualidad serán: la autoespiritualidad, homoespiritualidad, heteroespiritualidad y
biespiritualidad para llegar a la aespiritualidad que es el cese de la espiritualidad porque la
espiritualidad puede existir solamente en relación con lo físico. Con el cese de lo físico, cesa lo
espiritual también. Lo que se viva en este ciclo de asexualidad estará directamente relacionado
con el primer ciclo negativo de cuatro ciclos. Eso quiere decir que la asexualidad, ese ciclo
positivo de cuatro ciclos, servirá para hacer una “limpieza” del karma acumulado a lo largo de
los ciclos de la negatividad y se vivirán bajo la tutela del Gurú y toda la Familia Espiritual.
Llegados a la aespiritualidad, en la primera encarnación de este ciclo, se llevará a cabo la
segunda iniciación: el Gran Orgasmo Cósmico.

• EL CICLO DE LA AUTOSEXUALIDAD

La autosexualidad: plano físico-etérico, infancia espiritual negativa (horizontal), ciclo de vidas


masculino.

La autosexualidad no incluye a otras personas, pero la autosexualidad no es solamente la


masturbación. Las personas que están desarrollando la autosexualidad TAMBIÉN MANTIENEN
RELACIONES CON OTRAS PERSONAS a nivel físico, pero a nivel astral-mental, estarán ellas solas
consigo mismas proporcionándose placer a sí mismas sin ser conscientes de que esa persona
que tienen enfrente es una persona consciente y viva, igual que ellos. Esas personas en realidad
se están masturbando con el cuerpo de la pareja. En vez de masturbarse con la mano o con una
muñeca hinchable, se masturban con el cuerpo de otra persona. La gente que está
desarrollando la autosexualidad son los “amantes egoístas” que siempre mantienen relaciones
sexuales consigo mismos. Fuera de la cama, estas personas son igual de egoístas e
inconscientes de que en este Universo existen más personas a parte de él/ella. Esta
inconsciencia tan profunda hace que la persona tenga apariencia de persona malvada y cause
mucho daño a la gente en su entorno.

Los que están viviendo el ciclo de la autosexualidad prefieren ser hombres, porque vivir la
autosexualidad desde el punto de vista de la mujer es durísimo y es ese sufrimiento femenino
precisamente el que hace que el alma crezca. Si un alma tuviera la opción de encarnarse en
hombre eternamente dentro de la autosexualidad, jamás saldría de ahí. La autosexualidad en
cuerpo femenino se vive de manera pasiva: la mujer es la que sufre el egoísmo de la

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autosexualidad masculina. Ella es la usada para la masturbación masculina. Ella es “la usada” en
la cama y fuera de ella.

• EL CICLO DE LA HOMOSEXUALIDAD

La homosexualidad: nivel astral, adolescencia espiritual negativa (horizontal), ciclo de vidas


femenino.

No todos los homosexuales están en la fase homosexual de desarrollo. Como ya dijimos


explicando la homosexualidad, hay muchos homosexuales que ya estaban muy desarrollados
cuando a raíz de varias encarnaciones en cuerpos del mismo sexo, desarrollaron excesivamente
uno de los principios de su alma llegando a creer que ese principio era mejor que el otro y esa
convicción errónea y la obligación de encarnarse en un cuerpo de sexo contrario (la orden de
Atma, la voluntad Divina), les llevaron a una encarnación con un karma homosexual. Este tipo
de homosexuales, en su mayoría, mantienen relaciones sexuales exclusivamente con personas
del mismo sexo y suelen ser personas muy inteligentes. La diferencia entre este tipo de
homosexuales y los homosexuales que están desarrollando su homosexualidad dentro de su
ciclo negativo está precisamente en la inteligencia y la madurez espiritual: los segundos son
mucho más inmaduros y menos inteligentes y no mantienen relaciones solamente con personas
del mismo sexo, pero no son bisexuales, ya que todavía están lejísimos de la bisexualidad.

Las personas que están viviendo su ciclo de desarrollo de la homosexualidad prefieren las
relaciones con personas del mismo sexo, pero no se limitan a ellos. En cada encarnación dentro
del ciclo de la homosexualidad se hace un repaso de la asexualidad y luego se procede a
desarrollar la homosexualidad. Los que viven su ciclo de homosexualidad, prefieren ser mujeres
para así aliviar un poco el sufrimiento que este ciclo presupone. El ciclo homosexual es el ciclo
más duro y doloroso. Los que desarrollan su homosexualidad siguen siendo “amantes egoístas”
aunque un poco menos que los autosexuales. Los que están desarrollando su homosexualidad,
entienden que la pareja que tienen en frente es un ser vivo, un ser IGUAL QUE ELLOS. Y ahí está
la clave del egoísmo en esta fase. Los que están desarrollando la homosexualidad, en sus
parejas sexuales ven SUS ESPEJOS. Para estas personas en este nivel de desarrollo de la
consciencia, toda la humanidad es su espejo. No son capaces de entender que pueda haber
alguien diferente a ellos. No pueden entender lo diferente. Es por esto por lo que prefieren
mantener relaciones con personas del mismo sexo, a ellas las entienden mejor. Lo diferente a
este nivel de consciencia es incomprensible. A este nivel de consciencia se “ama”, en horizontal
y dentro de la negatividad, solamente lo que es igual.

Estas personas, las que están desarrollando el aspecto homosexual de su alma, se acaban de
dar cuenta de que no están solas en el Universo y hacen sus primeros intentos torpes de
relacionarse con la gente (con esa gente que acaban de descubrir), pero al no saber cómo

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hacerlo y al ser todavía extremadamente egoístas, hacen mucho daño y el feedback que
reciben de la gente en la mayoría de los casos, como es lógico, es muy negativo y de rechazo.
Las personas que están viviendo su adolescencia espiritual sufren muchísimo y es en este ciclo
cuando el alma empieza a plantearse preguntas trascendentales y a buscar respuestas dentro
de las religiones. Es en este ciclo cuando el alma comprende la urgencia de salir de la
negatividad.

• EL CICLO DE LA HETEROSEXUALIDAD

La heterosexualidad: nivel mental (inferior), edad adulta espiritual negativa (horizontal), ciclo
de vidas masculino

Los que están desarrollando la heterosexualidad son la mayoría en este momento en la Tierra.
En cada encarnación del ciclo en el que se está desarrollando el aspecto heterosexual del alma,
la persona repasará su autosexualidad y su homosexualidad y procederá al desarrollo de su
heterosexualidad. Los que están desarrollando la heterosexualidad están aprendiendo a amar
lo diferente, lo contrario a ellos. Las almas que viven este ciclo prefieren ser hombres ya que la
heterosexualidad para una mujer es también durísima, casi tanto como la autosexualidad.
Desde el punto de vista femenino la heterosexualidad es la autosexualidad avanzada. En la
autosexualidad el hombre no es consciente de que en frente tiene a un ser humano. En la
heterosexualidad el hombre sí es consciente de que en frente tiene a un ser humano, pero la
considera inferior a sí mismo, considera que su función es complacerle a él. La mujer sigue
siendo “usada”, igual que en el ciclo de la autosexualidad, pero ahora de manera consciente.

Los homófobos son gente que está viviendo su ciclo de desarrollo de la heterosexualidad
(todavía no la han desarrollado del todo) y de lo que tienen miedo (fobia) es de que los
homosexuales les hagan retroceder hacia atrás, hacia la fase que ellos ya han abandonado, que
conocen muy bien y que para ellos ES MÁS FÁCIL. Aunque las relaciones homosexuales sean
mucho más complicadas que las heterosexuales, para alguien que ya ha superado la fase de la
homosexualidad, pero no la de heterosexualidad, la heterosexualidad es mucho más difícil. Los
homófobos cuando muestran su miedo hacia los homosexuales lo que en realidad están
diciendo es: “No me distraigáis, que estoy haciendo aquí un esfuerzo tremendo para aprender a
amar lo diferente, lo cual no es nada fácil, y vosotros me estáis distrayendo, me estáis invitando
con vuestra presencia a que vuelva a lo fácil, a lo que yo ya conozco y domino”. Luchando
contra su propia homosexualidad, los homófobos intentan dar un paso hacia adelante en el
desarrollo de su alma.

Durante este ciclo, el alma sigue buscando respuestas a sus preguntas transcendentales y va
investigando, probando, examinando diferentes religiones (Familias Espirituales).

77
• EL CICLO DE LA BISEXUALIDAD

La bisexualidad: nivel mental (superior)-cuerpo causal, madurez espiritual negativa (horizontal),


ciclo de vidas femenino.

Mucha gente en el “primer mundo” actualmente está desarrollando su bisexualidad, aunque


los heterosexuales siguen siendo la mayoría, pero eso está cambiando. Los que están viviendo
este ciclo están viviendo su último ciclo negativo y preparando su espiritualidad (asexualidad),
están preparándose para ser aceptados en alguna Familia Espiritual. En este ciclo de desarrollo,
el alma aprende a amar a todo el mundo: tanto a los que son iguales como a los que son
diferentes. Los que están desarrollando su bisexualidad en cada una de sus encarnaciones
dentro de este ciclo hacen un repaso de la autosexualidad, homosexualidad, heterosexualidad y
pasan a desarrollar su bisexualidad. No necesariamente los que están viviendo este ciclo son
bisexuales en cada una de sus encarnaciones en el sentido de que vayan a sentir atracción
sexual por ambos sexos, sobre todo no al principio del ciclo. La bisexualidad aquí se manifiesta
en un plano más amplio: el alma no tiene ningún problema en encarnarse en cualquiera de los
ambos sexos. La bisexualidad es la fase en la que el alma equilibra los dos aspectos de sí misma
y le da exactamente lo mismo en que cuerpo se va a encarnar. Al final del ciclo, cuando el alma
ya haya avanzado bastante en el desarrollo de su aspecto bisexual, la bisexualidad se
manifestará también a nivel físico: la persona se sentirá igualmente sexualmente atraída por
ambos sexos y probablemente mantenga relaciones con personas de ambos sexos.

En este ciclo, el alma elige a la Familia Espiritual a la que quiere pertenecer y se hace seguidora
de la religión (la manifestación física) de esa Familia que ha elegido. Una vez elegida la Familia,
en todas las encarnaciones posteriores dentro de este ciclo de bisexualidad, el alma se hará
seguidora de esa misma religión y procurará ser el mejor seguidor posible. Siendo “un buen
seguidor” el alma está ganándose el derecho a ser aceptada en la Familia.

• EL CICLO DE LA ASEXUALIDAD dentro del cual hay cuatro ciclos

La asexualidad: plano búdico-átmico

Lo búdico-átmico vivido desde la negatividad se convierte en “positividad horizontal”


(positividad negativa) o en la “negación de la negatividad” que tiene apariencia de positividad.
DENTRO DE ESTE CICLO NEGATIVO HAY CUATRO CICLOS POSITIVOS, que son los mismos que
los vividos anteriormente en la negatividad. En este ciclo desde la negatividad se hacen
esfuerzos para alcanzar la verdadera positividad. En la primera encarnación de este ciclo
aparecerá el Gurú e iniciará al alma. El ciclo asexual entero se desarrollará con la guía del Gurú
y el apoyo directo de toda la Familia Espiritual. En esta fase de desarrollo el Gurú tiene la
opción de aislarse temporalmente de su discípulo, ya que habrá fases en las que él/ella no

78
podrá hacer nada más que dejar que el alma pague su karma porque esencialmente de eso va
el ciclo asexual. La asexualidad es un ciclo de espiritualidad, pero en cada una de las
encarnaciones habrá que hacer un repaso de todas las fases de la sexualidad desde la
autosexualidad hasta la bisexualidad para poder iniciar/seguir con el desarrollo espiritual. En las
dos primeras fases, en la autoespiritualidad y la homoespiritualidad, la sexualidad estará mucho
más pronunciada que en la heteroespiritualidad y sobretodo en la biespiritualidad donde la
persona no tendrá que repasar las fases de la sexualidad físicamente, podrá hacerlo a nivel
astral-mental. Lo físico en el ciclo de la biespiritualidad ya está prácticamente superado.

o LA AUTOESPIRITUALIDAD

AUTO /uno mismo/ESPIRITUALIDAD: La infancia espiritual positiva horizontal

En este ciclo tocará pagar el karma de todas las negatividades vividas en el ciclo de la
autosexualidad. La autoespiritualidad es lo mismo que la autosexualidad pero en el
sentido espiritual.
Una persona a este nivel de consciencia es un niño espiritual. Una persona que está
viviendo su ciclo de vidas autoespirituales no se da cuenta de que en el Universo
existen más almas a parte de la suya. Auto/uno mismo/espiritualidad es la
espiritualidad que uno practica solo consigo mismo y exclusivamente por sí mismo y
por su propio placer. Esa alma medita, hace yoga, va a talleres y eventos espirituales,
se dedica a diferentes prácticas espirituales con el único objetivo de proporcionarse
placer a sí misma: placer que un autoespiritual llama “espiritualidad”. Una persona
que está desarrollando su autoespiritualidad es un egoísta espiritual. Para la gente a
este nivel de consciencia la “espiritualidad” es un hobby. Ellos viven sus vidas
horizontales integrados satisfactoriamente en el sistema de la negatividad (trabajo,
dinero, coche, vacaciones, amigos, vida social, estatus social etc.) y de vez en cuando
se dan un homenaje con una meditación o un taller de auto-exploración. En esta fase
de desarrollo espiritual es muy común pensar que a raíz de esas prácticas espirituales
que se practican, uno se va a “iluminar” y convertir en “uno con el Universo”.

o LA HOMOESPIRITUALIDAD

HOMO/mismo/ESPIRITUALIDAD: Adolescencia espiritual positiva horizontal

En este ciclo tocará devolver el karma de todas las negatividades vividas en el ciclo de
la homosexualidad. La homoespiritualidad es lo mismo que la homosexualidad, pero
en el sentido espiritual.

79
Los homoespirituales (homo/mismo/espiritual) son aquellos que se han dado cuenta
de que existen otras personas espirituales IGUAL QUE ELLOS. Los homoespirituales se
juntan y colaboran solamente con los que son tan “espirituales” e “iluminados” como
ellos o con los que están dispuestos a reconocer su “admirable grado de
espiritualidad e iluminación”. En esta fase de desarrollo uno no entiende ninguna
espiritualidad ajena a la suya, diferente a la suya. Esta fase de desarrollo es el
egocentrismo espiritual. Un homoespiritual es un egocéntrico espiritual. Los
homoespirituales son muy crueles con los que son menos desarrollados que ellos: los
consideran “personas negativas” y los rechazan, huyen de ellos y piensan que ellos,
“los negativos” y “primitivos” son los causantes de todos sus males. Los
homoespirituales piensan que si pudieran eliminar a toda la “gente negativa”, todos
los problemas del mundo se solucionarían. Ellos tampoco reconocen a los
espiritualmente superiores: a ellos les tienen envidia. Los que están desarrollando su
homoespiritualidad se suelen autoproclamar “maestros espirituales” y suelen ser
profesores de yoga de poca monta u otro tipo de organizadores y líderes (sobre todo
líderes) de organizaciones y eventos “espirituales”. Los adolescentes espirituales, los
homoespirituales son “spiritual businessmen” (los hombres de negocio espirituales).
No todos los homoespirituales son “líderes espirituales”, aunque en algún momento
del ciclo seguro lo serán, pero aunque no se dediquen abiertamente al “negocio
espiritual”, un homoespiritual todo lo que hace lo hace para lucir su “encanto
espiritual” y para recibir elogios de la gente que le rodea. Los homoespirituales
compiten entre sí para ver quién es más “espiritual”, más “iluminado”, quien tiene
más “discípulos” y quien es más “uno con el Universo”.

o LA HETEROESPIRITUALIDAD

HETERO/otro/ESPIRITUALIDAD: La edad adulta espiritual positiva horizontal

En este ciclo tocará pagar el karma de todas las negatividades vividas en el ciclo de la
heterosexualidad. La hetero/otro/espiritualidad es la espiritualidad que uno vive
entregándose a “otros”, a los demás.

En este ciclo se acaban las tonterías ego-ístas y ego-céntricas. En este ciclo, que se
corresponde con la heterosexualidad, se aprende a amar lo diferente. Durante el ciclo
de encarnaciones heteroespiritual se aprende a amar a Dios a través de las personas.
En este ciclo la persona aprenderá a entregarse a los demás, sobre todo a los MENOS
AFORTUNADOS (todo lo contrario de lo que pasaba en la fase homoespiritual). En
esta fase, el alma no se dedicará a buscar placer espiritual propio ni se dedicará a

80
presumir de su espiritualidad y a humillar a los demás. La espiritualidad para una alma
heteroespiritual será servir a los demás, sobre todo a los menos afortunados y
desprotegidos. Esa alma puede ser misioner@ o miembro entregado de una ONG o
simplemente puede vivir una vida sencilla en la que dará todo por sus prójimos.
Durante el ciclo heteroespiritual, el alma no va a ser “alguien importante”, no
ocupará cargos importantes, no será el jefe ni nada por el estilo. Durante este ciclo el
alma se verá continuamente en posición inferior con respecto a los demás incluso
muy a menudo le tocará ser humilde ante los espiritualmente inferiores a ella. Un
heteroespiritual, a diferencia de un homoespiritual, conoce el amor y trabaja para
estabilizarlo en el corazón. El amor se estabiliza en el corazón sirviendo
desinteresadamente a los demás. ¡No hay otro camino!

o LA BIESPIRITUALIDAD

BI/dos/ESPIRITUALIDAD: La madurez espiritual positiva horizontal

En este ciclo tocará devolver el karma de todas las negatividades vividas en el ciclo de
la bisexualidad que serán pocas. A este nivel ya queda poco karma por devolver
porque el periodo de la bisexualidad fue el periodo en el que la persona estaba
plenamente dedicada a su religión escogida y ya estaba dejando de producir
negatividades.

A este nivel de consciencia, la persona ya tiene un corazón lleno de amor que necesita
trabajar para sus prójimos. Lo nuevo a este nivel va a ser la comunicación directa y
clara con su Gurú y su Familia Espiritual en general. A este nivel, la persona oye
claramente a su Gurú en cada momento. Aquí se descubre que el Gurú estuvo ahí
siempre, nunca abandonó a su discípulo, solo se había hecho invisible. Hay mucha
gente que tiene a su Gurú y lógicamente su Familia Espiritual, no son huérfanos
espirituales, pero no son conscientes de ello. Uno toma plena consciencia de su
Familia Espiritual cuando llega a esta última fase: biespiritualidad. Esta fase se llama
bi/dos/espiritual porque a este nivel se viven “dos espiritualidades”. Por un lado está
la comunicación con la Familia Espiritual (vertical desde la pasividad) y por otra la
expansión de la luz recibida (horizontal desde la actividad). Uno todavía no es
consciente de que no hay distancia ni diferencia entre su alma y su Familia Espiritual y
que por lo tanto no hay diferencia entre lo vertical y lo horizontal. Uno todavía no
sabe que todo lo que hace el alma lo hace la Familia Espiritual. A este nivel todavía se
piensa que uno lleva a la práctica las “ordenes” e informaciones recibidas de niveles
superiores de consciencia como si eso fueran dos cosas diferentes.

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Dijimos que los autoespirituales son los que practican la espiritualidad por hobby, que
los homoespirituales son “spiritual businessmen” y que los heteroespirituales son
gente que se entrega desinteresadamente a los demás movidos por el amor de su
corazón. De los biespirituales no podemos decir nada como eso porque ellos son la
NADA. Ellos son y hacen lo que su Familia Espiritual les exige. Ellos no pueden tener
una fijación predeterminada porque eso les imposibilitaría cumplir con la voluntad de
Atma. Y el Atma lo mismo les puede pedir que planten un árbol, como les puede pedir
que viajen a países lejanos o que se ofrezcan de voluntarios para una guerra. Un
biespiritual es la NADA. Los biespirituales no tienen oficio, no tienen trabajo, no
tienen hogar ni son de un sitio concreto de la Tierra. El hogar de un biespiritual es el
lugar en el que se encuentra. Su trabajo es lo que está haciendo en cada instante. Él
sabe que no es de ningún lugar en la Tierra, sabe que todos somos de un lugar mucho
más lejano. Todos somos del mismo lugar.

o LA AESPIRITUALIDAD

A/privación/ESPIRITUALIDAD dentro de la cual hay cuatro ciclos

La aespiritualidad es el despertar en el plano búdico que viene después de la segunda


iniciación: el Gran Orgasmo Cósmico.

La espiritualidad es lo contrario del materialismo. Sin el materialismo (lo físico), la


espiritualidad no puede existir. La espiritualidad es producto de la mente dualista
(mente inferior). Una vez el alma despierta en el nivel búdico, lo físico ya queda
transcendido y por lo tanto la espiritualidad no existe. A raíz del despertar en el plano
búdico, lo único que existe es LA VIDA. Desde este nivel de consciencia uno se
pregunta: “¿Por qué alguien iba a dar clases de “yoga” si el yoga es la vida misma?
¿Por qué alguien iba a enseñar la “espiritualidad” si lo único que existe es la
espiritualidad y por lo tanto no existe nada que pudiera ser “no-espiritual”? La
espiritualidad es la vida misma. LA ESPIRITUALIDAD NO EXISTE, EXISTE LA VIDA. Los
“maestros espirituales” no existen, existen los padres/madres espirituales (lo que en
este libro venimos llamando “Gurús”) y las Familias Espirituales. En este plano de
consciencia, la espiritualidad como el antónimo de la materialidad está trascendida.

Aquí empieza un nuevo ciclo de cuatro ciclos: la infancia, la adolescencia, la edad


adulta y la madurez en el plano búdico-átmico y de estas fases hablaremos en el
último capítulo de este libro.

82
LAS FASES DE DESARROLLO EN UNA ENCARNACIÓN

El desarrollo humano, tanto a nivel personal como global, se desarrolla de la siguiente manera:

de lo femenino (infancia, ignorancia, la recepción de la negatividad que en esta fase se vive en


tercera persona-“los malos siempre son los demás”) se pasa a lo masculino (edad adulta,
adquisición de la sabiduría a través de la negatividad que en esta fase se vive en primera
persona- se asumen responsabilidades), luego se vuelve a lo femenino (madurez espiritual),
pero una vez que se ha vuelto a lo femenino, al punto de partida, se vuelve con mucha más
sabiduría, mucha más luz y capacidad de positivar el principio masculino también que se quedó
por el camino estancado en el barro de la negatividad.

• En la infancia, la cual se vive de modo pasivo, en modo femenino, de modo receptivo, se


pasa de la pasividad positiva, a la negativa. Es decir, el niño llega a la Tierra, con su
modo pasivo, totalmente positivo y se lo negativiza, se le hace daño. En la segunda
parte de la infancia, a partir de los 6 años, se vive el principio femenino dentro de la
negatividad. A partir de los 6 años, poca positividad queda ya dentro del niño, ya se le
ha hecho todo el daño que el niño necesitaba para su crecimiento espiritual en esa
encarnación. Todos los demás daños y negatividades que la persona viva en la vida
posteriormente serán el desarrollo de la negatividad recibida en los 6 primeros años.
• La edad adulta es la actividad (principio masculino) negativa. En la edad adulta es
cuando uno vive toda la negatividad que se le ha dado en la infancia en primera
persona. “La victima se convierte en verdugo”. Si la persona adulta no es consciente de
que está produciendo exactamente las mismas negatividades de la misma forma que las
que se le causaron a ella, entonces la fase adulta será una réplica exacta de su infancia
vivida ahora desde el punto de vista del verdugo (la infancia se vive desde el punto de
vista de la víctima). Si la persona sí es consciente del daño que se le ha causado en la
infancia, vivirá su edad adulta negando la negatividad, haciendo exactamente lo
contrario de lo que se le hizo a él/ella en la infancia. Con esta “negación de la
negatividad” se sigue viviendo la negatividad en primera persona, pero creando una
doble negatividad, ya que, aparte de la negatividad que uno lleva en el interior desde la
infancia, negándola se está produciendo otra negatividad añadida. Esta doble negación
puede tener aspecto de “positividad”, es la “positividad aparente”, la “positividad
horizontal”. Esta fase de “negación de la negatividad” es imprescindible para poder
llegar a la liberación definitiva de la negatividad. Sin esta fase sería imposible iniciar
cualquier camino de ascenso y liberación definitiva de la negatividad en cuestión. Esta
fase sería la fase “positiva” de la edad adulta, aunque, como ya dijimos, en su esencia
nunca deja de ser negatividad. Cuando uno se da cuenta de que lo que tiene y lo que

83
está viviendo no es positividad, sino “negación de la negatividad” está preparado para
pasar a la siguiente fase: la madurez.
• La madurez es la pasividad, principio femenino, que pasa de lo negativo a lo positivo, al
contrario que la infancia. Una vez que se vuelve al principio femenino, a la pasividad, la
primera fase será negativa porque tocará devolver todo el karma, como un crédito del
banco. En esta primera fase, la persona estará tranquila, pasiva, soportando todos los
golpes de las negatividades que le han tocado vivir hasta que no se gaste el karma. Una
vez positivado el principio femenino, o sea, una vez devuelto el karma, cuando los
golpes de la negatividad hayan cesado, se disfrutará de la pasividad recibiendo luz e
informaciones de niveles de consciencia superiores y al mismo tiempo se pasará a la
positivización del principio masculino, del “yo hago”. Cuando los dos principios estén
positivos, se podrán fusionar en toda su positividad y el ser humano estará libre de la
negatividad.

84
VI

FUSIÓN GLOBAL
-LO FEMENINO Y LO MASCULINO A NIVEL MUNDIAL-

El sur es femenino y joven, el norte es masculino y viejo. El este es femenino y viejo, el oeste es
masculino y joven.

El lugar en la Tierra del que todos venimos es África. África es el continente de las almas
jóvenes. Cuando un alma humana joven, sin experiencia, empieza su ciclo de desarrollo dentro
de la humanidad, lo inicia encarnándose en África. Actualmente la especie humana en general
está muy desarrollada y muy avanzada y los africanos no son menos. Aun así, en África es
donde se encarnan las almas más jóvenes. No hay una sola alma que no haya iniciado su
desarrollo como ser humano en ese continente, no existen excepciones. África es el lugar de
nacimiento de la humanidad. En África se vive la infancia espiritual. La infancia es femenina.
La infancia es esa época en la que se vive en modo pasivo recibiendo informaciones lo cual es el
principio femenino de funcionamiento. Durante la infancia se desarrolla el cuerpo físico-
etérico.

De África se pasa a Oriente Medio y al este de Europa. El oriente medio y el este de Europa (lo
que antiguamente fue el “bloque comunista”) son los lugares geográficos en los que se vive la
adolescencia espiritual. La adolescencia es un periodo de transición muy duro. Es el periodo en
el que se cruzan la energía femenina de la infancia y la masculina de la edad adulta. En este
periodo no se es ni niño ni adulto. En la adolescencia ni se puede estar más en el modo pasivo,

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ni se tienen fuerzas y conocimientos suficientes para estar en modo activo. En el Oriente Medio
se vive la primera fase, la fase más temprana de la adolescencia espiritual, y en el este de
Europa se vive la segunda fase, la fase más “madura” de la adolescencia, aquella que le precede
a la “edad adulta”. En el este de Europa se cruzan las energías femeninas del este (de Asia) y las
masculinas del oeste (América y Europa occidental). No es de extrañar que el comunismo pudo
“echar raíces” justamente en esas tierras, en el este de Europa, ya que el comunismo es un
sistema que combina A MEDIAS los principios femenino y masculino. El comunismo incluye la
pasividad del este (de Asia), pero no la espiritualidad y por otro lado incluye la acción del oeste,
pero no la eficacia. Así que el comunismo se quedó prácticamente en nada y por eso fracasó: ni
fue un sistema lo suficientemente pasivo como para ser espiritual, ni fue lo suficientemente
activo para ser eficaz y productivo. En los países del este de Europa, incluida Rusia, hoy en día,
aunque ya no esté el sistema comunista, se sigue sintiendo y viendo claramente ese cruce de
energías femeninas y masculinas que a la gente que habita esas tierras no les permite ni ser del
todo espirituales, ni ser del todo materialistas. Lo son todo a medias. El este de Europa sigue
siendo un adolescente que ni es un niño ni es un adulto. En la adolescencia se desarrolla el
cuerpo astral.

Del este de Europa se pasa al oeste de Europa y a América donde la energía predominante es
la masculina. La energía masculina es “la edad adulta”. En la edad adulta se desarrolla la
mente: se vive desde la mente negativa, pero se trabaja para desarrollar la mente superior. El
capitalismo es el producto de la mente inferior, es pura energía masculina. En el sur de América
se vive la edad adulta espiritual en su primera fase, en la fase más temprana. En el norte de
América se vive la segunda fase de la edad adulta espiritual y en el oeste de Europa se vive la
tercera y última fase de la edad adulta espiritual. Por lo tanto, en el oeste de Europa se vive la
energía masculina en su plena potencia.

La madurez espiritual se vive en Asia. La madurez espiritual es aquella fase cuando se vuelve al
aspecto pasivo, aspecto femenino, el mismo aspecto que vivimos en la infancia, pero esta vez la
pasividad está en la parte superior de la mente, en la parte positiva de la mente y no en el
cuerpo astral, como en la infancia. En Asia se vive aquella fase de pasividad positiva, cuando el
aspecto femenino (pasivo) se instala en la mente superior recibiendo luz e informaciones de los
planos superiores (meditación) y haciendo el esfuerzo de ponerlas en práctica positivando de
esa manera el aspecto masculino también (el “yo hago”, activo) para finalmente fusionar los
dos aspectos en toda su positividad y renacer en el plano búdico. Aunque la mayor parte de
Asia esté viviendo su madurez espiritual femenina, la parte más oriental, la que está en la
“frontera energética” con Occidente, como es el caso de Japón, está viviendo fuertes
influencias de energía masculina procedentes de América y Europa occidental.

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Oceanía es el continente del futuro. Actualmente si miramos el mapa del mundo nos da la
impresión de que Oceanía sobra ahí. Nos da esa impresión porque su tiempo todavía no ha
llegado. Oceanía está entre Oriente y Occidente, entre la energía masculina y la femenina.
Entre la pasividad y acción. Entre la espiritualidad y el materialismo. Entre la positividad y la
negatividad. Oceanía actualmente está creciendo, está madurando para poder ser en el futuro
lo que está predestinada a ser. Su desarrollo es completamente diferente de lo que ha sido el
desarrollo del resto del planeta.

LAS RELIGIONES FEMENINAS Y MASCULINAS

Las religiones son la manifestación física de las Familias Espirituales, igual que un cuerpo físico
humano es la manifestación física del ser humano. Cada cuerpo físico es diferente: unos son
hombres, otros mujeres, unos son blancos, otros negros, unos son altos, otros bajos, unos
delgados, otros gruesos… aun así, cada uno de esos cuerpos es una manifestación diferente de
un mismo espíritu: la Mónada humana. Lo mismo pasa con las religiones: cada una de ellas es
una manifestación diferente de una misma cosa. Las Familias Espirituales no pueden ser ni
femeninas ni masculinas, igual que un Buda no puede ser ni hombre ni mujer, pero las
religiones, las manifestaciones físicas de las familias espirituales, sí pueden ser femeninas y
masculinas, igual que los cuerpos físicos humanos pueden ser mujeres u hombres. De las
religiones masculinas mencionaremos: judaísmo, cristianismo e islamismo; y de las femeninas:
hinduismo y budismo. Como el cristianismo es la religión central entre las religiones masculinas
mencionadas, ya que el judaísmo es el origen del cristianismo y el islamismo la consecuencia,
para analizar las religiones masculinas tomaremos como ejemplo esa religión: el cristianismo.
Como ejemplo de las religiones femeninas tomaremos el budismo, al hijo del hinduismo.

Cuando uno entra en un templo budista, lo primero con lo que se encuentra de frente es una
maravillosa estatua de un Buda sentado con las piernas cruzadas en la “posición de loto”
meditando plácidamente, con el Nirvana reflejado en su rostro de ojos cerrados ajeno a este
mundo de dolor y sufrimiento. Cuando uno entra a un templo cristiano lo primero con lo que se
encuentra de frente es un Jesucristo agonizando en la cruz, sangrando, con el cuerpo molido a
golpes, con el sufrimiento más profundo reflejado en el rostro. Esa es la diferencia entre las
religiones masculinas y femeninas. El cristianismo reconoce la negatividad y consuela a los que
la están viviendo: “Bienaventurados los que sufren, porque ellos serán consolados”. El
cristianismo alienta y consuela, enseña que la negatividad tiene su propósito: los que sufren en
la Tierra, disfrutarán en el Cielo. El cristianismo enseña que Dios hace sufrir a su(s) hijo(s), lo(s)
lleva por el vía crucis para crucificarlo(s) para que luego pueda(n) resucitar. La resurrección
sucede en el cuerpo causal. Por otro lado, el budismo empieza con un Buda que después de
muchos años sometido a grandes sufrimientos (vía crucis) por ascetismo, un día escucha a un

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profesor de música explicándole a un alumno suyo: “Si aflojas demasiado las cuerdas, no
podrás tocar y si las tensas demasiado, ellas se romperán”. A partir de ese momento, Buda dejó
de torturarse con ayunos y otras privaciones y comprendió que el camino correcto es el camino
de la moderación. Ahí empieza el budismo, con la moderación, con el “camino medio”. El
“camino medio” empieza en el cuerpo causal. Pero antes de iniciar el “camino medio”, uno
tiene que romper muchas cuerdas tensándolas demasiado y tiene que intentar muchas veces a
tocas con las cuerdas flojas. Buda jamás habría llegado al momento de la “moderación” si no
hubiera vivido su infancia y adolescencia en un palacio rodeado de todo tipo de lujos (cuerda
floja) y si luego no hubiera estado otros tantos años muriéndose de hambre y frío, sin ropa ni
cobijo buscando “la verdad” en los bosques de India (cuerda tensa). El vivir los dos extremos le
hizo llegar al momento de la compresión de la moderación. Esta comprensión llega en el cuerpo
causal. Y ahí empieza el budismo. El budismo es para aquellos que ya han visto, ya han conocido
los primeros rayos de luz. El budismo habla del karma, algo que es imposible entender sin
tener acceso a la luz. El budismo habla de las reencarnaciones, algo que no es posible recordar
antes de llegar al cuerpo causal. El budismo habla del Nirvana, el cual no se experimentará
hasta despertar en el plano búdico. Allí donde termina el cristianismo con Jesucristo
resucitado después de la crucifixión, ahí empieza el budismo con Buda meditando
plácidamente.

Las religiones masculinas enseñan a salir de la negatividad y las religiones femeninas enseñan
lo que hay detrás de la negatividad.

Actualmente, los occidentales, los masculinos, los de acción están yendo masivamente hacia
Oriente. Unos están yendo para encontrar respuestas a las preguntas que les inquietan el alma
y otros para llevarles el capitalismo, ya que ellos en Oriente lo necesitan ahora más que
nosotros en Occidente. Lo necesitan para que su espiritualidad pueda florecer con más fuerza.
La espiritualidad asiática abunda, pero está estancada. Necesita de lo occidental, de lo
masculino para desestancarse. Nosotros en Occidente tenemos la situación contraria: nosotros
ya no necesitamos del capitalismo, necesitamos de la sabiduría de Oriente. La locura mental
occidental (la mente inferior) puede pararse solamente activando la mente superior y eso
AHORA nos lo puede enseñar Oriente. Esa sabiduría la podemos aceptar ahora que en
Occidente ya hemos alcanzado la masa crítica de gente con la mente superior lo
suficientemente desarrollada.

Tanto las religiones masculinas como las femeninas hablan de los dos aspectos de Dios, tanto
del masculino como del femenino, tanto del negativo como del positivo. Lo único que varía es el
acento y la proporción. El cristianismo habla del Reino de los Cielos, pero no está el acento ahí.
Y por otro lado, el budismo enseña la disciplina y habla de la negatividad, pero no está el acento
ahí. Dicen que todas las religiones del mundo hablan de lo mismo. Dicen que las diferentes

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religiones son diferentes maneras de decir una misma cosa. Yo matizaría y diría que cada
religión habla de un aspecto diferente de un solo Dios y TODAS ELLAS, TODAS LAS RELIGIONES
ENTRE SÍ, SE COMPLEMENTAN. Las enseñanzas espirituales en este mundo estarían
incompletas si faltara una sola de las religiones. En realidad no hay muchas religiones en el
mundo, hay solo una religión escrita en diferentes tomos y de diferentes maneras, enfocando
los diferentes aspectos de un mismo Dios.

EL MAPA DEL MUNDO ESTÁ AL REVÉS

Como ya dijimos, nacimos en África. De ahí, pasando por el Oriente Medio, fuimos subiendo a
Europa del este y de ahí nos fuimos expandiendo por el mundo a lo largo de la historia. ¿Pero
realmente “subimos” cuando pasamos de África a Europa? No, en realidad estábamos bajando.
Estábamos bajando hacia la negatividad. Nos estábamos empapando en esa negatividad que
nos ha dado esta inteligencia que tenemos ahora y que no es nada comparada con la
inteligencia que tendremos en el futuro. La inteligencia se consigue solo y exclusivamente
extrayéndola de la negatividad. La humanidad hasta ahora ha estado sumergiéndose en la
negatividad y desarrollando la mente superior para ser capaz de recibir luz e iniciar su camino
de ascenso. Hasta ahora habíamos estado necesitando la negatividad para nuestro ascenso
espiritual. Ahora, lentamente, vamos dejando de necesitarla. Por eso hasta ahora la negatividad
para nosotros había estado arriba. El “descenso hacia la negatividad” lo veíamos como ascenso
en la espiritualidad, en la positividad. Y TENÍAMOS TODA LA RAZÓN DEL MUNDO. El mapa del
mundo tal y como lo solemos colocar actualmente, es la manera de ver el mundo desde la
negatividad. Pero ha llegado el momento de darle la vuelta al mapa y observarlo tal y como es:
desde la positividad.

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Lo frío es lo femenino y está abajo, lo cálido es lo masculino y está arriba. Hasta ahora
habíamos estado “ascendiendo” hacia abajo, porque necesitábamos de la negatividad. Ahora
toca ascender y volver por donde habíamos llegado: por África. Los portales de la negatividad
sirven tanto para entrar como para salir.

Miremos este mapa colocado desde el punto de vista de la positividad y fijémonos en los picos
del sur de América, África y Australia apuntando hacia arriba, hacia el cielo, hacia la positividad,
hacia Dios. Hasta ahora habíamos tenido esos picos apuntando hacia abajo, pensando que
apuntaban hacia la negatividad, huíamos de ellos hacia “arriba” pensando que la positividad
estaba allí, “arriba”. Pero no, en realidad estábamos huyendo hacia abajo, hacia la negatividad,
hacia esa maravillosa negatividad que nos ha ayudado a desarrollarnos hasta el punto en el que
nos encontramos en la actualidad. Pero ya va siendo hora de extraer toda la positividad del
envoltorio de la negatividad y realmente subir hacia arriba, por donde habíamos entrado, hacia
África, y salir definitivamente de la negatividad.

Si esta idea del mundo colocado al revés os parece desconcertante, pararos un momento a
reflexionar: para que algo esté arriba o abajo, tiene que haber un punto de referencia.
Imaginaos la Tierra desde el espacio. ¿Cuál es el punto de referencia para que podamos afirmar
que África está abajo y Europa arriba? No lo hay. El mapa lo hemos colocado de la manera en la
que lo hemos colocado guiados por nuestra intuición. Hasta ahora el mapa lo teníamos
colocado desde el punto de vista de la negatividad, de la negatividad en la que estábamos
sumergidos. Pero ya va siendo hora de que coloquemos las cosas en posición correcta y lo más
importante: que iniciemos el camino de ascenso hacia la salida definitiva de la negatividad.

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A nivel global: vivimos nuestra infancia en África y llegado el momento, abandonamos el hogar
para emanciparnos. Nos fuimos de casa para recorrer mundo y aprender cosas nuevas. En el
camino hicimos todo lo que quisimos: guerreamos, disfrutamos, aprendimos y envejecimos.
Ahora como unos ancianos sabios, nos toca volver a casa. Cuando volvamos a casa, la primera
fase será muy desagradable, ya que nos tocará devolver el karma que nos fue prestado para
poder adquirir sabiduría. Pero una vez pasada esa fase, la vida en casa se convertirá en un
paraíso. Un paraíso en el que seguirá existiendo la negatividad ligada al principio masculino,
pero que ya no nos podrá hacer el daño que nos hacía antes y que con cada día que pase será
más débil. Llegados a este punto, la negatividad será insignificante en comparación con la
positividad, con el amor que conocerá la humanidad. De vuelta en casa y con el aspecto
femenino positivado, nos tocará esperar que se activen los picos de América del sur, África y
Australia y la humanidad quede definitivamente liberada de la negatividad. Después de esto
empezará la era de la positividad en la Tierra.

Esto no sucederá mañana, ni siquiera dentro de unos años. Se necesitarán probablemente


siglos, si no milenios para que esta vuelta a casa se realice y para que se activen los picos de los
continentes. Pero incluso los caminos más largos empiezan con solo un paso que hay que dar
en el ahora.

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VII

EL (RE)NACIMIENTO
-NIVEL BÚDICO-ÁTMICO-

Hasta este momento hemos hablado de los planos búdico y átmico como de los planos de la
positividad, pero la verdad es que lo búdico-átmico es la contraparte positiva del “cuadrado
negativo” y junto con ella forma un mundo negativo de seis realidades paralelas (física, etérica,
astral, mental, búdica y átmica) el cual tiene su contraparte positiva. Igual que el cuerpo causal
es el cuerpo que hace posible pasar del “cuadrado negativo” al búdico-átmico, para pasar del
mundo negativo de seis realidades a su contraparte positiva, habrá que despertar en la Mónada
humana. La Mónada es el espíritu de la humanidad. Todo lo que somos, hacemos y
experimentamos no es más que la manifestación de la Mónada humana. La Mónada somos
todos y cada uno de nosotros. Mientras falte ahí en la Mónada uno de nosotros, la Mónada no
estará completa. Y si la Mónada no está completa eso significa que no está despierta y por lo
tanto no puede seguir con su avance espiritual en la contraparte positiva de este mundo de seis
realidades paralelas y negativas. Un Jesucristo, un Buda y muchos más que han despertado en
la Mónada, siguen estando ligados al mundo de seis realidades negativas, no pueden escapar
de la negatividad, no pueden seguir con su avance espiritual PORQUE ELLOS NO SON
INDIVIDUALIDADES SEPARADAS, SON PARTE DE LA HUMANIDAD, SON LA MÓNADA. ELLOS SON
LA MÓNADA Y CADA UNA DE LAS ALMAS HUMANAS ES LA MONADA. Cada alma que despierta
en la Mónada “dice”: “Yo soy la Mónada. Yo soy la humanidad”. Más allá de la negatividad, más
allá del mundo de las seis realidades, la individualidad no existe. Igual que en el camino de
minerales a humanos fuimos fragmentando nuestra consciencia para llegar a creer que somos
un cuerpo físico, en el camino de “humanos físicos” a “espíritu de la humanidad” (la Mónada de
la cual salimos una vez en forma de energía para convertirnos en materia elemental), iremos
aumentando nuestra consciencia. El “yo negativo” piensa que es un cuerpo físico lo cual es el
campo de conocimiento más pequeño posible. El “yo positivo”, la consciencia en el cuerpo
causal piensa que es su Familia Espiritual de la cual hablaremos más adelante. Y la Mónada
piensa que es la humanidad. Ninguno de estos tres sentidos del “yo” no es ni verdadero ni
falso, todos son temporales. De la primera a la segunda y de la segunda a la tercera fase se pasa
paulatinamente desarrollando la consciencia poco a poco, agrandándola poco a poco,
creciendo poco a poco. El despertar de la Mónada se llevará a cabo cuando la última alma
humana despierte en ella.

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93
MIENTRAS HAYA UNA SOLA ALMA SUFRIENDO EN ALGÚN LUGAR DE LOS SEIS PLANOS DE
EXISTENCIA, NADIE DE NOSOTROS ESTARÁ REALMENTE LIBRE PORQUE NADIE PODRÁ
RENACER EN LA POSITIVIDAD, EN LA CONTRAPARTE POSITIVA DEL MUNDO DE SEIS
REALIDADES. ESO LO PODEMOS HACER SOLAMENTE TODOS JUNTOS. DE LA NEGATIVIDAD
NOS LIBRAREMOS O TODOS JUNTOS O NADIE.

El plano búdico es el aspecto femenino y el plano átmico, el Atma, es el plano masculino. Atma
es la voluntad Divina. El plano búdico es el material con el que trabaja la mano de obra llamada
Atma. Habiéndose equilibrando estos dos principios, el búdico y el átmico, el femenino y el
masculino, surge el segundo Gran Orgasmo Cósmico con el que se renace en la Mónada. Con el
segundo Gran Orgasmo Cósmico se liberará
definitivamente el sentido del yo del cuerpo causal y
subirá a la Mónada. Porque aunque uno despierte
en el plano búdico, el sentido del yo seguirá estando
en el cuerpo causal y seguirá estando ahí hasta que
la consciencia se libere definitivamente de este
mundo de seis planos de existencia que siempre,
aun estando en el plano de la positividad (búdico-
átmico), tendrá un puntito de negatividad como en
el símbolo yin & yang. La liberación definitiva de la
negatividad vendrá cuando todos despertemos en la
Mónada. Cuando todos estemos reunidos en
nuestro origen, en la Mónada, cuando la Mónada
vuelva a recuperar toda su energía (todas sus
almas), ella se convertirá en nuestra segunda Matriz
Espiritual. Después de pasar en ella el tiempo de gestación necesario, renaceremos en la otra
realidad positiva que es la contraparte de esta realidad negativa de seis planos de existencia
paralelos.

LA “ILUMINACIÓN” NO EXISTE

Desde que los Occidentales empezaron a absorber la sabiduría oriental, al no tener todavía la
capacidad y madurez suficiente para entender las cosas de manera correcta, lo que han hecho
es crearse un concepto propio sobre lo que podría ser el camino espiritual y la espiritualidad en
sí. Así que en Occidente tenemos el siguiente concepto de lo que es el camino espiritual y la
espiritualidad en general: “La “iluminación” es el objetivo final. La “iluminación” es un
acontecimiento después del cual uno queda transformado para siempre y su vida se convierte
en una fiesta de positividad eterna libre de cualquier negatividad. Con la “iluminación” uno se

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hace “uno con el Universo”. Después de la “Iluminación” se acaba el círculo vicioso de las
encarnaciones. Una vez que alguien se “ilumina” ya no tiene que volver a encarnarse, queda
libre para siempre”. Todo esto es cierto, pero no de esa manera que se plantea ahí. Esto dicho
así es una síntesis de lo que es el camino espiritual y la espiritualidad en general. Dentro de este
planteamiento quedan muchos agujeros que pueden hacer que se llegue a conclusiones
erróneas.

En primer lugar, ¿a qué le llamamos “iluminación”? ¿Al primer Gran Orgasmo Cósmico? ¿Al
segundo? ¿Al despertar en el plano búdico? O ¿al despertar en la Mónada? O ¿a lo mejor le
llamamos “iluminación” a los primeros rayos de luz que uno ve mucho antes del Gran Orgasmo
Cósmico? Si yo tuviera que elegir, yo elegiría el primer rayito de luz que uno ve durante su
meditación para llamarlo “iluminación” (el “rayo de luz” puede ser literal o metafórico) ya que a
partir de ese momento, cuando uno siente por primera vez la positividad, ya nunca más vuelve
a ser el mismo. Después de su primer “rayito de luz” uno queda transformado para siempre.
¿Le podríamos llamar “iluminación” al primer Gran Orgasmo Cósmico? Claro que sí, pero
entonces tenemos varios problemas para que la cosa nos encaje en el concepto descrito ahí
arriba: el primer Gran Orgasmo Cósmico (y el segundo también) sucede UNA VEZ EN LA
ETERNIDAD y después del primer Gran Orgasmo Cósmico no se acaban las encarnaciones ni
muchísimo menos, como igual no se acaban las penas, las tristezas y el sufrimiento. Después
del primer Gran Orgasmo Cósmico uno puede y tiene que volver a la Tierra todas las veces que
quiera y haga falta y en cada una de ellas volverá a sufrir la negatividad igual que antes del Gran
Orgasmo Cósmico. Y esa no es la única manera de sufrir la negatividad dentro de la positividad
como veremos más tarde. Ya dijimos que después del primer Gran Orgasmo Cósmico viene la
descomposición del “yo negativo” lo cual puede llegar a ser un proceso muy doloroso. Por lo
tanto, no, con el primer Gran Orgasmo Cósmico no se acaba la negatividad. Entonces, si el Gran
Orgasmo Cósmico sucede solo una vez en la eternidad, igual en esta vida estáis esperando
ansiosamente ese “acontecimiento” y él igual no llegará porque ya lo vivisteis en alguna de las
encarnaciones anteriores. Tal vez el ejemplo más claro que hemos tenido aquí en Occidente de
alguien que ha pasado del “cuadrado negativo” al cuerpo causal sin el Gran Orgasmo Cósmico
es Eckhart Tolle. En una noche en la que estaba agonizando en su negatividad, su Gurú que en
su caso ni estaba encarnado ni, como es lógico, estaba físicamente cerca de él, le envolvió con
su cuerpo búdico-átmico de tal manera que sintió una separación de su negatividad, como si ya
no le perteneciera y como si ya no pudiera participar en ella ni aunque quisiera. Se quedó
dormido y al día siguiente despertó y todo había cambiado: su percepción de sí mismo, su
percepción del mundo que lo rodea… Su consciencia ya estaba en el cuerpo causal. Después de
eso, pasó dos años en estado de pasividad (aspecto femenino) para que el “yo negativo” se
desintegrara. Cuando el “yo negativo” se desintegró empezó a escribir y a ejercer como
maestro espiritual. Su ejemplo para nosotros en Occidente es valiosísimo. En primer lugar,
Eckhart Tolle era una persona normal como cualquiera de nosotros: no era yoguin, no era
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hindú, no era budista, no había viajado a países exóticos explorando su espiritualidad… Era una
persona normal y corriente, profundamente deprimida y angustiada como todo el mundo en
Occidente. Era una persona completamente normal que un día estaba agonizando en su
negatividad y al día siguiente estaba en su cuerpo causal aislado de la negatividad. En su caso,
no hubo ningún acontecimiento de gozo extremo, ninguna “explosión de mil soles”, ninguna
“iluminación”. Y no la hubo porque él ya la había vivido en alguna de sus encarnaciones
anteriores.

¿Podría ser la “iluminación” el despertar en el plano búdico? Podría, pero el despertar en el


plano búdico no es ningún acontecimiento. Es más, hay gente que despierta en el plano búdico
sin darse cuenta. Hay almas que después de mucho tiempo se enteran de que están en el plano
búdico. El motivo para eso es que el despertar en el plano búdico depende de la eliminación del
“yo negativo” la cual es paulatina. El “yo negativo” se va desintegrando poco a poco y con cada
pedazo de “yo negativo” que desaparece, aparece la consciencia búdica. Por lo tanto, si la
“iluminación” es el despertar en el plano búdico, no se trata de ningún acontecimiento, sino
que es más bien como hacerse adulto: uno no se hace adulto en un momento preciso, sino que
se trata de un proceso que se lleva a cabo sin uno darse cuenta. El primer Gran Orgasmo
Cósmico y la consecuente gestación en el cuerpo causal (la matriz espiritual) sucede solo una
vez en la eternidad, en todas las encarnaciones posteriores el alma va pasando de un plano a
otro casi sin darse cuenta, igual que un niño llega de la infancia a la vejez sin poder decir en qué
momento exacto terminó cada una de las fases y empezó la siguiente.

Ninguna de estas “iluminaciones” puede ser el objetivo final, porque detrás de todas ellas hay
un nuevo principio, una fase más. ¿Podría entonces ser el objetivo el despertar en la Mónada?
Podría, pero ni siquiera ese será el final. Como ya dijimos, a la Mónada se llega con el segundo
Gran Orgasmo Cósmico y la Mónada es la segunda matriz espiritual. En la Mónada nos
gestaremos para poder renacer en la contraparte positiva del mundo negativo de seis planos de
existencia. Desde la Mónada renaceremos en el plano femenino de la contraparte positiva y ese
plano femenino tendrá su contraparte masculina la cual tendremos que descubrir creciendo.
Cuando descubramos esas dos partes, la femenina y la masculina, estas dos partes
interactuarán y de esa interactuación surgirá un nuevo Gran Orgasmo Cósmico a causa del cual
nuestro sentido del yo se liberará de la Monada y subirá a algún otro centro mucho más
grande. Entonces comprenderemos que el mundo de seis realidades paralelas negativas con su
contraparte positiva no es más que un mundo negativo que tiene su contraparte positiva en la
que tendremos que renacer. Y renaceremos en algún otro plano femenino que tendrá su
contraparte masculina… Este maravilloso juego llamado “crecimiento espiritual” nunca acaba.
Por lo tanto, LOS OBJETIVOS FINALES ESPIRITUALES NO EXISTEN. La “iluminación” no puede ser
el objetivo final, porque los objetivos finales no existen. No importa cuán lejos lleguemos,
siempre habrá más camino por recorrer. El círculo vicioso de las encarnaciones desaparecerá

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con el despertar de la Mónada, pero como ya dijimos: el despertar de la Mónada no es algo
personal e individual. En la Mónada se puede despertar en cierto modo y en cierta manera de
manera “individual”, pero la Mónada no puede despertar si ahí en su interior no estamos todos.
El despertar de la Mónada será la liberación final de la negatividad, pero esa liberación la
tendremos que vivir todos juntos. Ninguno de los grandes maestros espirituales de la historia
(Jesucristo, Buda etc.) está libre de las encarnaciones, porque la humanidad no está libre de la
negatividad. Solo todos juntos en la Mónada haremos que ella despierte y continúe su
desarrollo. Ella no podrá despertar si falta alguien de nosotros. Si falta solo un alma, la Mónada
no podrá despertar. Acordaos de esto la próxima vez que caigáis en la tentación de pensar de
alguien que es “insignificante”. Simplemente pensad: “Sin esta alma “insignificante” en la
Mónada, nadie de nosotros podrá despertar en la positividad. Sin esta alma “insignificante”
nadie de nosotros puede ser realmente libre. Sin esta alma “insignificante” ni Jesucristo ni Buda
ni ninguno de los grandes maestros puede ser realmente libre”. Mientras haya una sola alma
sufriendo, todos sufriremos con ella.

Lo de “iluminarse para hacerse uno con el Universo” es una frase hecha muy bonita y muy
poética que en estos momentos no nos sirve para nada. Para hacernos “uno con el Universo”,
tendremos que llegar primero a la Mónada y desde ahí empezaremos a trabajar para hacernos
“uno con el Universo”. Pensar en “ser uno con el Universo” desde la individualidad de un
cuerpo físico o un cuerpo causal es totalmente absurdo. Uno no puede pasar de ser un cuerpo
físico a ser el Universo. Entre esos dos estados de consciencia hay muchísimas fases
intermedias.

Si no sabemos exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de la “iluminación”, si la


“iluminación” no puede ser un objetivo ya que los objetivos espirituales no existen, si no nos
podemos liberar individualmente de la negatividad y del círculo vicioso de las encarnaciones,
¿por qué preocuparnos por la “iluminación”? Si la “iluminación” tal y como se nos está
vendiendo (y no en vano estoy usando esa palabra) en Occidente no existe, ¿de qué
exactamente nos estamos preocupando? ¿A qué exactamente estamos aspirando? Para aspirar
a algo que no existe ¿no sería mejor no aspirar?

LAS DOS INICIACIONES Y LOS DOS GRANDES ORGASMOS CÓSMICOS

En la vida de cada alma, y la vida de un alma son muchísimas encarnaciones, llega un momento
en el que ella empieza a preguntarse: “¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Quién soy yo? ¿Qué es
todo esto?” etc. Como ya dijimos, esto sucede durante el ciclo de vidas más doloroso: el ciclo
homosexual. Esas preguntas trascendentales surgen de la urgencia de abandonar la
negatividad. Las respuestas a estas cuestiones se encuentran en las religiones y por eso estas

97
almas hambrientas de sabiduría y consuelo van hacia ellas. (Actualmente en Occidente, al no
entenderse bien lo que son las religiones, existe un sentimiento de rechazo hacia ellas y un
sentimiento de aceptación de algo que se ha denominado “disciplinas espirituales” o “técnicas
espirituales”. Esto es producto de la ignorancia. Las religiones y las “disciplinas/técnicas
espirituales” son lo mismo: son manifestaciones físicas de las Familias Espirituales de las cuales
hablaremos más adelante). Estas almas que anhelan el conocimiento y necesitan el consuelo,
van encarnación tras encarnación conociendo diferentes religiones, experimentando,
“coqueteando” con todas ellas hasta que al final una les “hace tilín”.

Las religiones son la manifestación física de las “Familias Espirituales”, igual que un cuerpo
físico humano es la manifestación física del ser humano. La Familia Espiritual es el alma, el
espíritu, la esencia de la religión. Para explicar esto tomaremos el ejemplo del cristianismo,
aunque podríamos tomar cualquier otra religión, ya que el caso siempre es el mismo. La Familia
Espiritual crística no es lo mismo que la comunidad de fieles cristianos en la Tierra. La Familia
Espiritual crística es la consciencia de Cristo en la cual ya han despertado muchísimas almas en
el plano búdico-átmico y todavía faltan por despertar muchos millones. Los fieles cristianos en
la Tierra en su mayoría son aspirantes a ser aceptados, iniciados en la Familia Espiritual crística,
en la consciencia de Cristo. Cuando un fiel cristiano está preparado para ser iniciado, para ser
aceptado en la Familia Espiritual crística, aparecerá en su vida un Gurú, un “miembro” de la
Familia crística despierto y madurado en el plano átmico, encarnado en la Tierra, con el cual
tendrá que practicar la devoción (bhakti yoga) y a raíz de esa devoción finalmente será
aceptado y se convertirá en “miembro” de la Familia crística. Esa es la primera iniciación. Una
persona aceptada en la Familia crística, puede seguir siendo un fiel cristiano, estudiar el
cristianismo a fondo, pero también puede Y DEBE interesarse por otras religiones, estudiarlas,
experimentarlas. Haga lo que haga, un ser iniciado, aceptado en una Familia Espiritual, nunca
más podrá volver a separarse de ella. Un miembro de la Familia crística puede irse
tranquilamente a meditar a un templo budista sin miedo a que dejará de ser “cristiano”, ya que
tal cosa no podría suceder ni aunque quisiera. Un ser aceptado en la Familia crística, nunca
podrá dejar de ser parte de esa Familia, parte de la consciencia de Cristo. Un Gurú que acepta a
un “aspirante espiritual”, ya no podrá separarse de él nunca más. Lo mismo sucede en todas las
demás religiones. Dicen que “todos los caminos llevan a Roma” (todas las religiones llevan a
Dios) lo cual es cierto. Da igual cuál camino tomemos, siempre llegaremos al mismo destino.
Toda la naturaleza, y nosotros con ella vamos hacia el mismo objetivo. Pero, no se puede
caminar por todos los caminos a la vez. Ni siquiera se puede caminar por dos caminos a la vez.
Para llegar a Roma, hay que elegir un camino. Da igual cuál camino elegimos, ya que todos van
al mismo lugar, pero hay que elegir uno. La elección de ese camino es la elección de la “Familia
Espiritual”. Una vez hayamos sido aceptados en una Familia Espiritual, podemos ir a ver como
son los demás caminos, podemos charlar con los caminantes de otros caminos, pero siempre se
nos hará volver al que es nuestro camino. Eso es como un niño que se va a casa de un vecino o
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se va a casa de un amigo o de un familiar, puede ir a donde quiera, incluso puede pasar la
noche en casa de otra persona, pero tarde o temprano, sus padres siempre le harán volver a su
casa. No solamente el aspirante elije la religión, también la religión elije al aspirante. Aunque
todas las religiones hacen lo mismo, las religiones masculinas son las más determinadas a la
hora de “seducir” a los aspirantes espirituales, a futuros miembros de su Familia. Los cristianos
son misioneros y van por todo el mundo seduciendo almas. Los islámicos, al ser una religión
muy joven, son conocidos por su manera bastante inmadura de “seducir” (obligar) a sus fieles.
Vuelvo a repetir que la religión no es lo mismo que la Familia Espiritual. La Familia islámica está
compuesta de seres ascendidos, como no puede ser de otra manera, pero como son una
Familia joven, en lo que se refiere a la vida terrenal, su manifestación todavía es inmadura.
Todas las guerras religiosas que se han llevado a cabo a lo largo de la historia han sido luchas
por conseguir más almas para la Familia. Las Familias Espirituales consiguen almas a través de
las religiones, ya que las religiones son sus aspectos físicos. Una Familia Espiritual no es un
grupo de almas. Una Familia Espiritual es un organismo independiente que sin embargo, no
tiene un cuerpo propio.

Cuando un alma encuentra su religión que le “hace tilín”, se queda ahí, respetando todas sus
reglas, cumpliendo con todas las normas, preparándose para la llegada de su Gurú. Como ya
vimos, esto sucede durante el ciclo de vidas bisexual. El Gurú aparecerá cuando el alma esté
preparada para iniciar el camino de ascenso hacia la positividad, para iniciar el ciclo de la
asexualidad. El Gurú aparecerá e iniciará a esa alma. Esa alma se convertirá en miembro de la
Familia Espiritual que ella (el alma) había elegido para sí misma. Ese vínculo entre Gurú y su
discípulo no se podrá romper nunca más. En esta primera fase, el Gurú estará siempre ahí,
guiará al alma, pero, como el alma todavía estará sumergida en la negatividad durante varias
encarnaciones, el Gurú tendrá la opción de “aislarse” temporalmente de su protegido, ya que
habrá épocas en las que él, el Gurú, no podrá y no tendrá que hacer nada por su protegido,
nada más que dejarlo que viva su negatividad y adquiera toda la luz y sabiduría que pueda.
Aunque el alma durante casi todo el ciclo asexual de vidas no será consciente de que la Familia
Espiritual está ahí, será ella, la Familia Espiritual, a través del Gurú quien estará guiando al alma
hacia la salida de la negatividad. Imaginaos que estáis con los ojos vendados metidos en un
labirinto. ¿Cómo saldríais de ahí? Necesitáis a alguien quien os vaya diciendo: “A la izquierda y
sigua todo recto… ahora a la derecha… 100 m más adelante en la rotonda gire a la izquierda…”
Necesitamos un GPS espiritual. ES IMPOSIBLE SALIR DE LA OSCURIDAD SIN UN GUÍA. Dicho sea
el paso, el GPS es la materialización de los guías espirituales (todo lo que existe en la Tierra,
existe en el Cielo también pero en positivo). Repito, en esta fase no se es consciente de que se
tiene guía, pero el guía está ahí. Los guías guían a sus discípulos de muchas maneras, incluso
engañándolos igual que, por ejemplo, nosotros engañamos a un perro cuando le queremos dar
una pastilla y él no se la quiere tragar. Para que se la trague, le metemos la pastilla en una
salchicha y él se la come así. Exactamente igual tratan los Gurús a sus discípulos. Si hace falta,
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hasta se les engaña para que vayan por el camino correcto hacia la salida de la oscuridad. Si el
guía dice: “A la derecha”, pero el discípulo dice: “No, es que ahora me apetece más ir a la
izquierda porque allí voy a ganar más dinero y tendré más oportunidades…” Y el guía vuelve a
repetir: “Que te he dicho que vayas a la derecha”, y el discípulo vuelve a desobedecer, entonces
el guía pone obstáculos para que el discípulo no se pueda ir a la derecha (accidentes,
enfermedades etc.) y por otro lado le pone un cebo a la izquierda. En el ciclo de la
biespiritualidad el alma se hace consciente de su guía y empieza a comunicarse directamente
con él/ella. Llegado el momento, el Gurú pondrá la Semilla Divina en el corazón de su discípulo
(el primer Gran Orgasmo Cósmico) y lo acogerá en su seno para gestarlo. El discípulo se
convertirá en un “feto espiritual”. Esto es la segunda iniciación. El primer Gran Orgasmo
Cósmico es la segunda iniciación. A partir de este momento, el Gurú ya no tendrá la opción de
aislarse del alumno, ya que a partir de este momento, el feto y luego hijo espiritual del Gurú se
convierte en la continuación del Gurú y por consiguiente en la prolongación de esa Familia
Espiritual en cuestión. Dicho con otras palabras, cuando uno despierta en el plano búdico se
hace uno con su Familia Espiritual. Cuando uno despierta en el plano búdico, no se hace “uno
con el Universo”, ni siquiera se hace uno con la humanidad (eso sucede al despertar en la
Mónada), en el plano búdico uno se hace uno con su Familia Espiritual.

En el plano físico-etérico (negativo) se viven cuatro ciclos de vidas sexuales: autosexualidad,


homosexualidad, heterosexualidad y bisexualidad. En el plano astral-mental (la contraparte
positiva del físico-etérico) se vive la asexualidad la cual abarca las mismas cuatro fases sexuales,
pero espirituales: autoespiritualidad, homoespiritualidad, heteroespiritualidad y
biespiritualidad. En la biespiritualidad se vive el primer Gran Orgasmo Cósmico y la segunda
iniciación después de la cual uno renace en el plano búdico y se hace uno con su Familia
Espiritual. Aquí empieza el ciclo de la aespiritualidad la cual abarca otros cuatro ciclos idénticos
a los cuatro sexuales y cuatro espirituales anteriores, pero esta vez a nivel de Familia Espiritual:
la infancia familiar espiritual (correspondiente a la autosexualidad y la autoespiritualidad), la
adolescencia familiar espiritual (correspondiente a la homosexualidad y la homoespiritualidad),
la edad adulta familiar espiritual (correspondiente a la heterosexualidad y la
heteroespiritualidad) y la madurez familiar espiritual (correspondiente a la bisexualidad y la
biespiritualidad). Las dos primeras fases: la infancia y adolescencia familiar espiritual, igual que
la auto y homosexualidad, como también auto y homoespiritualidad, son las dos fases
“egoístas”, cuando uno todavía está volcado hacia sí mismo incapaz de valerse por sí mismo.
Estas dos primeras fases se viven en el plano búdico. Las dos siguientes fases, la edad adulta y la
madurez familiar espiritual, igual que la hetero y bisexualidad, como también hetero y
biespiritualidad, son fases en las que uno se vuelca con los demás. Estas dos fases se viven en el
plano átmico y aquí uno ya puede valerse por sí mismo y empieza a “trabajar” para los demás
formando su propia familia. Durante la madurez familiar espiritual uno ya sabe que “yo soy la
humanidad”, uno ya entiende cómo funciona el plano femenino de la Mónada (plano búdico) y
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lo que es el plano masculino (plano átmico). En su interior estos dos principios interactuarán y
“harán el amor” a un nivel muchísimo más grande que el astral-mental por lo cual el placer que
se sentirá de esta interactuación será un elefante comparado a una hormiga. El Gurú, que
llegados a este punto ya estará en la Mónada, volverá a inseminar a su hijo/a con la energía de
la Mónada. Esto será el segundo Gran Orgasmo Cósmico que comparado con el primero será un
elefante comparada con una hormiga. Si para el primer Gran Orgasmo Cósmico dijimos que era
un elefante y el orgasmo sexual físico una hormiga, imaginaos lo que es el segundo Gran
Orgasmo Cósmico comparado con un orgasmo sexual físico. El orgasmo sexual físico comparado
con el segundo Gran Orgasmo Cósmico es un microbio comparado con un elefante. Después del
segundo Gran Orgasmo Cósmico, el Gurú acogerá a su hijo/a en la Mónada para desde ahí
continuar con el trabajo que ya se venía haciendo en lo búdico-átmico: ayudar a que la
humanidad se positive.

LA FAMILIA ESPIRITUAL

Cuando uno despierta en el plano búdico, aunque su sentido del yo sigue estando en el cuerpo
causal, la consciencia se agranda. A pesar de estar arraigado en el cuerpo causal, uno se da
cuenta de que no es el cuerpo causal, es mucho más que eso. Ese “mucho más” es la Familia
Espiritual.

Las Familias Espirituales son estructuras piramidales y funcionan prácticamente igual que las
familias biológicas, pero en positivo. Para explicar el funcionamiento de una Familia Espiritual,
cogeremos otra vez el ejemplo de la Familia crística. Jesucristo fue hijo espiritual del judaísmo
que despertó en la Mónada. Un alma despierta en la Mónada puede formar su Familia
Espiritual independiente, aunque no es obligatorio, puede seguir “trabajando” dentro de la
Familia de la cual procede. Jesucristo fue elegido para formar una Familia independiente de su
Familia de origen: la Familia judía. Todavía en la Tierra, una vez madurado en el plano átmico,
Jesucristo empezó a reunir almas que estaban listas para ser iniciadas, aceptadas en una Familia
Espiritual. Esas almas se convirtieron en sus discípulos, él fue su guía. Esos discípulos fueron
inseminados con la Semilla Divina por Jesucristo y gestados en su cuerpo búdico-átmico. De ahí
nacieron, despertaron en el plano búdico. Despertaron en la consciencia de Cristo. Se
convirtieron en Cristo. Los que despiertan en el plano búdico en la consciencia de Cristo son lo
mismo que Cristo. Los hijos de Cristo son prolongaciones del ser de Cristo. En el plano búdico-
átmico, Jesucristo crió a sus hijos hasta que estos llegaron al plano átmico, a la edad adulta
familiar espiritual, y fueron lo suficientemente fuertes como para poder ellos formar sus
familias. Los hijos de Jesucristo tuvieron a sus propios hijos y estos despertaron en su
consciencia, en la consciencia de los hijos de Jesucristo, o sea en la consciencia de Cristo. Por lo
tanto, los hijos de los hijos de Jesucristo se convirtieron también en Cristo. Con esto Cristo se

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agrandó aún más. Cristo crece gracias a sus descendientes. Es como si la consciencia de sus
descendientes le empujara hacia arriba. La dinastía espiritual continúa: los bisnietos de
Jesucristo se convirtieron también en Cristo y los tataranietos y los hijos de tataranietos y los
nietos de tataranietos y así hasta el infinito. Cristo no puede dejar de crecer. Cada nueva alma
que despierta en la consciencia de Cristo, será lo mismo que Cristo, será la prolongación de
Cristo, será parte del cuerpo crístico, parte de la Familia Espiritual crística y hará crecer a
Jesucristo y a toda la Familia. La Familia crística es Cristo. La Familia crística es la consciencia de
Cristo. Cada persona que despierte en el plano búdico lo hará en la consciencia de su
padre/madre espiritual, su Gurú. Todo el mundo despierta en el plano búdico en la
consciencia de su Gurú. Es imposible despertar en el plano búdico “por cuenta propia”, igual
que es imposible nacer en el plano físico sin unos padres biológicos. Al despertar en el plano
búdico nos convertiremos en la prolongación de nuestro padre/madre y consecuentemente en
la prolongación de nuestra Familia Espiritual.

Las familias biológicas o físicas que no necesariamente tienen que ser biológicas, son negativas
por definición. Cuando hablemos de “familias negativas”, estaremos hablando de las familias
terrestres, biológicas o físicas. Las familias físicas son la negación de las Familias Espirituales por
eso son negativas. Todo lo que existe en horizontal (negatividad) existe también en vertical
pero en positivo. Las familias que conocemos en la Tierra son negativas. En esas familias
negativas los padres sienten que sus hijos son algo independiente, consciencias individuales,
pero a la vez los sienten como una prolongación de sí mismos, lo cual es biológicamente cierto,
ya que tienen el mismo ADN. Los padres negativos (biológicos o físicos) “tienen” hijos, poseen
hijos. Esa necesidad de poseer a los hijos viene del sentimiento de separación de ellos que
tienen los padres. No se puede poseer lo que se es, se posee solamente lo ajeno a lo que uno
es. Las familias negativas (biológicas o físicas) se basan en ese sentimiento de separación, en
esa lejanía egóica, a la cual se une la necesidad de poseer para mantener cercanos a aquellos
que percibimos como continuaciones de nosotros mismos. La lucha entre los padres e hijos
biológicos o físicos es constante por eso: no acaban de ponerse de acuerdo si son algo separado
o algo unido y donde termina la separación y empieza la unión y viceversa. Estas mismas
negatividades están en todos los poros de la estructura familiar negativa. La familia biológica,
negativa, irá perdiendo fuerza e importancia con el tiempo según la consciencia humana vaya
creciendo. Esta familia, tal y como la conocemos ahora, se irá descomponiendo. De hecho, ya
está cambiando de forma. En primer lugar, ya casi nadie se casa. Y nadie lo hace porque esa
idea de que un matrimonio, la base de una familia, es eterno y para siempre, ya no existe en la
gente. Ya son raras las personas que creen en el “amor eterno”, o sea en el “matrimonio
eterno”. En segundo lugar, en la mayoría de los países del primer mundo los matrimonios
homosexuales ya están legalizados y esos matrimonios ya tienen sus hijos. Esa imagen de “una
familia es mama, papa e hijos” está destruida, porque hoy en día una familia puede ser
cualquier cosa: “una mama con hijos”, “un papa con hijos”, “unas mamas con hijos”, “unos
102
papas con hijos” etc. Eso a nivel físico. A nivel psicológico la gente ya es muy consciente de que
todas las negatividades vienen precisamente de la familia. Los psicólogos esto lo llevan diciendo
desde hace tiempo y la información ya ha calado en la consciencia de la humanidad. Como
siempre cuando se intenta salir de una negatividad, los primeros pasos se dan en vano lo cual
es el proceso natural de positivización (la negación de la negatividad). Esos pasos en vano de la
humanidad en este momento son los intentos de construir familias biológicas (físicas) positivas
y de criar niños sin negatividades. Esto es un esfuerzo absurdo ya que la familia biológica (física)
es negativa por definición y por lo tanto no puede ser positiva. Solamente las Familias
Espirituales pueden ser positivas. La gente está haciendo el esfuerzo de criar a los hijos de
manera “positiva” sin crearles “traumas”, o sea sin darles negatividades para que cuando
crezcan puedan ser felices. Por desgracia, el mundo no funciona así. Ninguna alma viene a la
Tierra a “pasárselo bien”. Todas las almas que vienen a la Tierra vienen porque necesitan
negatividad para su crecimiento espiritual. Cuando a un niño se le niega la negatividad por la
cual ha venido, la crea él mismo. Un niño consentido al que los padres no le ponen límites en
nada, se convierte en un pequeño terrorista que a pesar de tener tres o cuatro o cinco años,
tiene a todos los adultos de la casa derechos. Ese pequeño terrorista lo que hace es crearse a sí
mismo la negatividad que los padres le están negando. Cuando a un pequeño terrorista se le
niega algo, por muy insignificante que sea, la cantidad de negatividad que ese niño creará
gritando, chillando, insultando a los padres, incluso pegándoles va a ser impresionante. El niño
aprovecha cada oportunidad que se le ofrece para crear negatividad, esa negatividad que los
padres le están negando y la que él necesita para crecer espiritualmente. Los niños se tienen
que criar en la disciplina porque es en la infancia cuando tienen que aprender a resistirse a sus
cuerpos astrales, a respetar primero las estructuras mentales ajenas y luego a construir sus
propias estructuras mentales y llevarlas a la práctica. Si un niño aprende todo esto en la
infancia, en la edad adulta le será muy fácil transformar permanentemente la negatividad en la
positividad. Si el niño en la infancia aprende a obedecer a sus padres de la negatividad
(biológicos o adoptivos) en la edad adulta con facilidad obedecerá a sus padres de la
positividad, a su Gurú. Si el niño crece dándole rienda suelta a su cuerpo astral, en la edad
adulta le tocará aprender la disciplina. No se puede generalizar nada porque cada niño es un
mundo aparte, pero lo que todos los niños tienen en común es que han venido a la Tierra para
que se les niegue, para vivir la negatividad, para que ellos a través de esa negación puedan
aumentar la luz de su alma. Ese intento en vano de positivar la familia biológica, negativa por
naturaleza, es un paso imprescindible hacia la resolución final y definitiva. Y la resolución final y
definitiva consiste en comprender que la única familia positiva es la Espiritual. Si alguien quiere
ayudar a sus hijos biológicos, que encuentre primero su propia Familia Espiritual, que crezca
dentro de ella hasta madurar lo suficiente como para poder tener sus propios hijos espirituales
y entonces que inicie a esos hijos biológicos dentro de su Familia Espiritual. Esa es la única

103
manera de tener una familia positiva y de criar niños en la positividad. Todo lo demás será dar
pasos en falso.

En las Familias Espirituales no hay tensiones porque no hay separaciones: los hijos son la
prolongación del padre/madre. Por lo tanto, los hijos son lo mismo que el padre/madre, los
hermanos entre sí son uno y son uno con todos los demás miembros de la Familia Espiritual.
Una familia espiritual no es una suma de almas
individuales, es un organismo espiritual
individual que sin embargo no tiene cuerpo
propio.

La famosa pirámide masónica (imagen a la


derecha) no es otra cosa que la representación de
una Familia Espiritual. El “ojo que todo lo ve” en lo
alto de la pirámide es la Mónada. La estructura de
la Mónada es piramidal, igual que lo es su
manifestación negativa a través de los seis planos
de existencia paralelos. La persona despierta y
consciente en la Mónada es la cabeza de la Familia
Espiritual. Todos los que están por debajo, en el
plano átmico y debajo, son ladrillos en la pirámide. Si faltara o fallara solo uno de los ladrillos, la
pirámide se derrumbaría. Para entender mejor como funciona una Familia Espiritual, vamos a
compararla con un cuerpo humano: arriba está el punto más pequeño, pero más significante, la
cabeza, y según vamos bajando, las partes del cuerpo van siendo más gruesas, pero “menos
inteligentes” hasta llegar a los pies. Pero para que nadie se haga una idea errónea de que “los
de abajo” son menos importantes que “los de arriba” en la pirámide de la Familia Espiritual,
vamos a explicarlo así: el dedo pequeño del pie no tiene ninguna importancia para el ser
humano. Un ser humano podría funcionar perfectamente sin el dedo pequeño del pie. Pero
imaginaos que alguien viniera con un cuchillo y os dijese: “Ven aquí que te voy a cortar el dedo
pequeño del pie. Total, ¿para qué lo quieres?” ¿Cómo reaccionaríais? Defenderíais con todas
vuestras fuerzas ese dedo pequeño, porque para vosotros no es “una cosa inútil”, es vuestro
dedo pequeño, es parte de vuestro cuerpo, es parte de vuestro ser y si alguien le hace daño a
vuestro insignificante dedo pequeño del pie, os está haciendo daño a vosotros. Exactamente así
funciona el organismo llamado Familia Espiritual. Cualquier daño, cualquier dolor que surja en
cualquier parte del organismo, lo sufre todo el organismo en conjunto y todo el organismo
intenta aliviarlo. Cuándo sentís dolor en alguna parte del cuerpo, el cuerpo entero se siente mal
y se solidariza con esa parte del cuerpo e intenta ayudarla. Si un riñón se encuentra mal el resto
del cuerpo no dice: “Mientras yo esté bien, que más me da lo que pasa con el riñón izquierdo”,
sino que el cuerpo entero, desde el cerebro que idea la solución hasta los pies que llevan al

104
cuerpo entero al médico colaboran para aliviar ese riñón izquierdo. Exactamente así funciona la
Familia Espiritual. A diferencia de un cuerpo físico, donde un pie jamás podrá llegar a ser la
cabeza, en la Familia Espiritual es todo lo contrario: en la Familia Espiritual todo el mundo TIENE
QUE llegar a ser lo mismo que la cabeza, si no la liberación final será imposible.

Cada nueva alma que despierta en el plano búdico en la consciencia de su Gurú tiene la
sensación de que él/ella es toda la Familia Espiritual. Cada una de las almas despiertas en la
consciencia de Cristo puede decir: “Yo soy Cristo”, porque lo siente así. Cada una de las almas
despiertas en la consciencia de Cristo es la Familia crística completa. Para entender cómo es
posible vivir en la Familia Espiritual y aun tener el sentido del yo en el cuerpo causal, vamos a
comparar esto con el mismo caso que tenemos en la negatividad: aunque uno tenga su sentido
del yo en el cuerpo astral, o sea aunque todavía tenga su “yo negativo”, eso no le impide ir
creciendo espiritualmente y darse cuenta de que “soy más que el cuerpo físico”, “soy más que
mis sentimientos”, “soy más que mis pensamientos”, “no soy solo negatividad porque cuando
me pongo en modo pasivo también puedo ser positividad”… A lo largo de todo este proceso el
sentido del yo sigue estando en el cuerpo astral, no se mueve de ahí, pero eso no impide el
crecimiento espiritual. Lo mismo pasa en la positividad: el sentido del yo está en el cuerpo
causal, pero eso no impide que el alma pueda crecer en los planos de la positividad. Desde el
punto de vista de la negatividad, el cuerpo causal es el punto más claro, pero desde el punto
de vista de la positividad, el cuerpo causal es el punto más oscuro. En el símbolo yin & yang
aplicado a lo búdico-átmico, el puntito negro dentro de la parte clara es el cuerpo causal. A lo
largo de todo el desarrollo dentro de lo búdico-átmico, seguirá existiendo un sentimiento de
individualidad, pero a la vez se tendrá consciencia de que se es parte de un organismo mucho
más grande.

El despertar en el plano búdico es una combinación de “soy uno con el Universo” y “yo soy el
rey del Universo” como se cree el “yo negativo”. En el plano búdico al principio no se es uno
con el Universo, se es uno con la Familia Espiritual, lo cual es mucho más grande que ser un
cuerpo físico o un cuerpo causal, pero no se es el Universo. Por otro lado, sigue habiendo una
limitación, igual que la ha habido en la negatividad, pero esta limitación es muchísimo más
espaciosa. La suma de todos los cuerpos causales de todas las almas “miembros” de la Familia
Espiritual, la suma de los cuerpos causales de los ladrillos de la pirámide, hace posible esa
sensación de separación: Familia Espiritual como un organismo individual separado de un todo
entero. La Familia Espiritual no tiene un cuerpo individual, es la suma de cuerpos causales la
que hace posible esa sensación falsa de separación de las demás Familias Espirituales. Según se
va creciendo en el plano átmico, según se va acercando a lo más alto de ese plano, se va dando
cuenta que esa separación entre las Familias Espirituales no existe, que todas las Familias
Espirituales en realidad son uno. Pero para llegar a eso, para sentir que “todos somos uno”
primero tendremos que sentir que somos uno con nuestra Familia Espiritual. Antes de sentir

105
“toda la humanidad es uno”, habrá que sentir “todos los humanos de mi Familia Espiritual
somos uno”. Ese es un paso imprescindible.

Si dentro del plano búdico sigue habiendo ese sentimiento de “individualidad familiar”,
¿significa esto que una persona despierta en el plano búdico percibe como parte de sí mismo
solamente a las almas de su propia Familia Espiritual y los demás siguen siendo ajenos a lo que
él es? Ni muchísimo menos. No hace falta despertar en el plano búdico para percibir a “otros
seres humanos” como continuaciones de sí mismo. Incluso la gente sumergida en la
negatividad, cuando ve por ejemplo en la televisión que a alguien le están cortando un brazo o
lo están apuñalando, se estremece como si a él/ella le estuvieran cortando ese brazo o lo
estuvieran apuñalando. Otro ejemplo: si uno ve a una pareja practicando el sexo, se excitará
como si eso le estuviera pasando a él/ella y es que efectivamente, eso le está pasando a él/ella
también. Cualquier cosa que le pase a la humanidad, nos está pasando a todos. Si eso de
identificarse con los demás le pasa a alguien que está todavía sumergido en la negatividad,
como no le va a pasar a una persona despierta en lo búdico. Una persona así su entorno lo vive
de manera mucho más intensa que alguien que no haya despertado en el plano búdico. Por
supuesto que una persona despierta en el plano búdico percibe a todos los humanos que le
rodean como partes de sí mismo sin distinciones si esa alma es parte de su Familia Espiritual o
no. La única diferencia entre aquellos que sí son y aquellos que no son miembros de la misma
familia, es que los que sí lo son, SIEMPRE, estén o no física, astral o mentalmente cerca unos de
otros, siempre se percibirán los unos a otros como partes de sí mismos. Yo puedo estar donde
quiera, mi mano o mi pie o mis ojos siempre estarán conmigo. Igualmente, yo puedo estar
donde quiera que todos y cada uno de los miembros de mi Familia estarán conmigo. Si yo soy
un miembro de la Familia crística y me encuentro con alguien quien es miembro de la Familia
budista, mientras estemos juntos nos percibiremos como partes de un mismo organismo, pero
en cuanto nos separemos, al no ser que nos pongamos en contacto intencionadamente a nivel
mental, dejaremos de percibirnos como partes de un mismo organismo. Eso es como el sexo:
mientras se está haciendo el amor con otra persona, se la percibe como parte de sí mism@,
pero en cuanto el acto sexual termina, las personas se vuelven a sentir como dos seres
independientes. Por otro lado, dentro de una Familia Espiritual, todos los conocimientos, toda
la sabiduría, incluso todas las experiencias de todas y cada una de las almas miembro, están al
alcance de todo el organismo, forman parte del organismo. Si yo soy crística y necesito
información budista, me tendré que poner en contacto con el cuerpo causal de un budista y allí
buscar la información que necesito, pero cualquier información del ámbito cristiano, es parte
de mí. Ni siquiera tengo que buscar la información, yo soy la información. Toda la información
acumulada en los cuerpos causales de todos los miembros de la Familia es parte de la Familia
y está al alcance de todo el organismo en conjunto. Esto es así en el nivel más bajo del plano
búdico. Según se va creciendo, la percepción y las capacidades mentales de uno van
cambiando. Un ser ascendido a lo más alto del plano átmico es capaz de hacer con su mente
106
cosas inimaginables y él sí ya es consciente de que toda la humanidad es uno y que la división
por Familias Espirituales es ilusoria. Un ser así todavía tiene su cuerpo causal, pero este no tiene
una influencia tan fuerte sobre él como es el caso en los niveles más bajos del plano búdico.
Cuando uno despierta en la Mónada, deja de usar el cuerpo causal, pero el cuerpo causal sigue
estando ahí, por si acaso el maestro lo necesita para bajar a la Tierra. El cuerpo causal de un ser
despierto y consciente en la Mónada es como un coche aparcado que no se conduce, pero está
ahí por si acaso se lo necesita.

LA INFANCIA, LA ADOLESCENCIA Y LA EDAD ADULTA EN LOS PLANOS BÚDICO Y ÁTMICO

Un alma recién nacida en el plano búdico es igual que un bebé recién nacido en el plano físico:
es incapaz de hacer nada por sí mismo y depende plenamente de su Familia. El Gurú, el
padre/madre espiritual es el responsable de su bebé recién nacido. El Gurú criará a su hijo/a
enseñándole todo lo que necesita saber para desenvolverse en ese plano de consciencia. El
alma irá madurando, irá aprendiendo cosas y haciéndose más fuerte en ese plano de
consciencia. Según el hijo se vaya haciendo más fuerte, no solamente el padre/madre se irá
haciendo más fuerte, sino que toda la Familia se fortalecerá. La infancia se vive en el plano
búdico. En el plano búdico se experimentan los sentimientos de la Mónada.

La adolescencia es el paso del plano búdico al átmico, del plano de los sentimientos al plano de
la voluntad Divina. Es la época en la que un alma “torpemente” empieza a hacer sus primeras
tareas de “adulto familiar espiritual”, siempre bajo la tutela de su Gurú. Igual que todas las
demás adolescencias, esta es una fase dificilísima ya que en esta época no se está ni en el plano
búdico ni en el átmico, ni se es pasivo, ni se es activo. Una vez madurada el alma pasa al plano
átmico donde vivirá su edad adulta familiar espiritual.

En el plano átmico se aprende lo que es la voluntad de la Mónada. Se aprende a ser la voluntad


Divina, la voluntad de la Mónada. Llegado a este punto, uno se convierte en Gurú ya que está
listo para formar su propia Familia la cual, lógicamente, nunca dejará de ser parte de la gran
Familia Espiritual. El futuro Gurú bajará a la Tierra a buscar esas almas que ya están listas para
ser iniciadas en su Familia Espiritual. El Gurú iniciará a sus discípulos y los guiará hasta la salida
de la negatividad. Cuando el discípulo esté listo, el Gurú lo inseminará con la Semilla Divina y lo
acogerá en su seno. A partir de ese momento, todos los sufrimientos de su feto/hijo, serán sus
sufrimientos. Si alguien ha pensado que despertando en el plano búdico se acaban todas las
penas, que se vaya deshaciendo de esa idea porque ni de lejos es cierta. Una vez que uno se
deshace de su propia negatividad y entra en lo búdico-átmico le esperan esas mismas penas y
sufrimientos que ha dejado atrás pero multiplicados por el número de hijos espirituales que se
tengan. Una vez que el Gurú acoge a su hijo en su seno, todas las penas, todos los sufrimientos

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del hijo se convierten en suyos propios. Dentro del seno del Gurú se vive la descomposición del
“yo negativo” lo cual puede llegar a ser un proceso muy doloroso y al Gurú ese sufrimiento le
tocará vivirlo en primera persona. Si da la casualidad de que cinco de sus hijos están pasando
por una crisis, el Gurú vive cinco sufrimientos simultáneamente. Así que no, el sufrimiento en el
plano búdico-átmico no se termina, se multiplica. Claro que también se multiplica la capacidad
de goce, la luz, la sabiduría, la fuerza, la consciencia… Cuantos más hijos tiene un Gurú, más
goce, más luz, más sabiduría, más fuerza, más consciencia adquiere. La descendencia es la que
empuja a la cúpula de la Familia Espiritual hacia arriba, los de abajo empujan hacia arriba a los
de arriba y los de arriba tiran de los de abajo hacia arriba.

LA FUSIÓN FINAL EN LA MÓNADA ¿CUÁNDO SUCEDERÁ?

Hace poco, con el motivo del 21/12/2012, muchos seudoprofetas homoespirituales fueron
predicando el fin del mundo de la negatividad y una “iluminación colectiva” gracias a la cual la
humanidad quedará totalmente libre de la negatividad. Como ya dijimos, la humanidad
quedará libre de la negatividad cuando nos “reunamos” todos en la Mónada y así la hagamos
despertar para poder renacer en la contraparte positiva de este mundo de seis realidades. Ese
momento para la humanidad todavía está lejísimos. La liberación de la negatividad, la fusión
final en la Mónada, todavía está lejísimos. Lo que el 21/12/2012 había empezado es lo que
estaba previsto que se iniciara (y de hecho se ha iniciado ya) en el siglo 21: la creación de una
nueva sociedad. Hasta ahora habíamos tenido tres sociedades: la primera fue una sociedad
autosexual, la segunda homosexual, la tercera que acaba de terminar fue heterosexual y ahora
nos toca construir la cuarta: la bisexual.

¿Qué significan los números 1 y 2? El número 1 es el número del principio masculino, de la


positividad. Uno es todo lo que existe y lo único que ha existido y existirá siempre. Uno puede
existir independientemente, pero no puede manifestarse, realizarse ni mejorarse a sí mismo sin
la ayuda de lo femenino. El número 2 es el número del principio femenino, de la negatividad. Lo
femenino no puede existir sin lo masculino. Lo femenino no puede ser independiente, ya que
sin lo masculino, lo femenino estaría muerto. Lo femenino siempre tiene que ir en pareja. De
aquí que todos los números impares sean masculinos y todos los números pares femeninos. El 1
es todo lo que es, es lo real. El 2 es lo irreal, la negación de todo lo que es, el 2 es lo que no es.
Desde el punto de vista de la negatividad, la negatividad o la horizontalidad es lo único que
existe, como lo demuestra el símbolo que usamos desde la negatividad para describir esta
condición: menos (-). Desde el punto de vista de la negatividad, la positividad o la verticalidad
no excluye la negatividad, existen las dos simultáneamente: más (+). Desde el punto de vista de
la positividad es todo lo contrario: la positividad es lo único que existe (1) y la negatividad no es
más que la negación de la positividad, la negación que hace posible que la positividad se haga

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consciente de sí misma. Por lo tanto, la negatividad no puede existir por sí sola, la negatividad
tiene que ir siempre unida a la positividad. La negatividad siempre viene en pareja: 2.

En el siglo 21 (2=femenino, negativo + 1=masculino, positivo) toca iniciar la transición de la


negatividad sexual a la positividad asexual (espiritual). En esta era que está comenzando
ahora en el siglo XXI la humanidad se empezará a dar cuenta que las personas no son
solamente cuerpos físicos y que ahí hay algo más. En esta era que será la última era sexual,
todo el mundo encontrará su Familia Espiritual. La era bisexual terminará cuando ya no quede
ni un huérfano en la Tierra, cuando todo el mundo tenga su guía espiritual. En esta era de
transición de lo físico-etérico (sexual) a lo astral-mental (espiritual) viviremos en una sociedad
bisexual donde la sexualidad predominante será precisamente esa: la bisexual. Los “raros” en
esta sociedad serán los que no sean capaces de sentirse sexualmente igualmente atraídos por
ambos sexos. Pero no solamente por eso esta fase se llama “bi” (dos). En esta sociedad se
juntarán por primera vez lo sexual y lo espiritual y tocará ir debilitando lo sexual y fortaleciendo
lo espiritual. En esta nueva sociedad la humanidad intelectualizará el sexo.

Después de esta era de la bisexualidad, el último ciclo de la era de la sexualidad, pasaremos a la


era de la asexualidad dentro de la cual construiremos y viviremos en cuatro diferentes
sociedades: la autoespiritual, la homoespiritual, la heteroespiritual y la biespiritual. Después de
estas cuatro sociedades (la era de la asexualidad) llegará la era de la aespiritualidad cuando la
humanidad construirá una Súper Sociedad. En esa Súper Sociedad ya no existirán personas
individuales, existirán solamente Familias Espirituales. En esa sociedad se trabajará para que
todas y cada una de las Familias en su totalidad se den cuenta de que esa separación entre ellas
es ilusoria. La Súper Sociedad será esa sociedad positiva creada por esos seres humanos con
cuerpos físicos de diferente estructura molecular, con cuerpos positivos. Esa gente (nosotros en
un futuro lejano) se alimentará de esos alimentos creados artificialmente de gran valor
vibracional, alimentos positivos, y beberán “agua bendita”. En esa sociedad existirá solamente
una raza. La humanidad en esa era estará viviendo en el plano búdico desarrollando el cuerpo
búdico. En la Súper Sociedad los cuerpos físicos no se crearán con el sexo, ya que el sexo
pertenece a la negatividad y para entonces habrá desaparecido del todo hasta el punto de que
los humanos ya casi ni se acordarán de lo que era el sexo. Los niños, o mejor dicho, los cuerpos
físicos para almas que necesitan bajar a la Tierra, se crearán en los laboratorios. Hoy en día
prácticamente ya podemos crear niños en los laboratorios. Esa idea ya no nos resulta nada
extraña. Lo único a ese respecto que todavía nos puede parecer como algo lejano es la
liberación de la mujer de su papel de “incubadora para nuevas vidas”. La ciencia descubrirá una
incubadora para vidas humanas que podrá reemplazar a la mujer cuando la humanidad esté
cerca de liberarse definitivamente del “cuadrado negativo”. Mientras haya ese tipo de
negatividad en la Tierra, las mujeres tendrán que incubar cuerpos físicos, ya que la mujer
representa “el cuadrado negativo”. La gestación en la oscuridad del vientre materno se

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corresponde con la gestación de un alma en la oscuridad del “cuadrado negativo”. El
nacimiento de un niño en el mundo físico se corresponde con el nacimiento de un alma en el
plano búdico, lo primero en horizontal y lo segundo en vertical. La mujer estará libre de su
papel de “incubadora” cuando la humanidad ya no necesite incubarse en el “cuadrado
negativo”, cuando la consciencia humana en su totalidad esté en el nivel búdico. Como en la
Súper Sociedad la gente será asexual hasta el punto de que ya habrán olvidado lo que era el
sexo, los genitales no tendrán ninguna utilidad, así que se provocará intencionada y
conscientemente una mutación para que los genitales desaparezcan de los cuerpos físicos
humanos positivos. La única “negatividad” que existirá en esta Súper Sociedad será la falsa
sensación de separación entre las Familias Espirituales provocada por la suma de todos los
cuerpos causales de todos los miembros de las Familias Espirituales. El cese de esa separación
será el fin de este mundo negativo de seis planos de existencia paralelos ya que despertaremos
la Mónada humana y de ella renaceremos en la contraparte positiva de este mundo de
sufrimiento.

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