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El Rey Se Muere Ionesco
El Rey Se Muere Ionesco
PERSONAJES
BERENGUER I, EL REY
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HOMENAJE A EUGÈNE IONESCO
Profesora a cargo de esta puesta en escena de El Rey se muere: María Cristina Picos
Alumnos que realizaron la escenografía, el vestuario, maquillaje, la coordinación
musical, una presentación Power-Point, y que representaron la obra de Eugène Ionesco,
El Rey se muere:
Son los grupos 3ero ECO I, 3ero ECO II y 3ero DERECHO (Orient. Social-
Humaníst.)
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(Entra el REY)
ALABARDERO – ¡Su Majestad, la Reina Margarita, primera esposa del Rey!, seguida
por Julieta, asistenta y enfermera de Sus Majestades. ¡Viva la Reina!
(MARGARITA, seguida por JULIETA, entra por la puerta de la derecha y sale por la
puerta de en frente izquierda)
ALABARDERO – ¡Su Majestad, la Reina María, segunda esposa del Rey, primera en
su corazón!, seguida por Julieta, asistenta y enfermera de Sus Majestades. ¡Viva la
Reina!
(El MÉDICO avanza hasta el centro del escenario, luego, como si se le hubiera olvidado
algo, desanda lo caminado y sale por la misma puerta por donde entró)
MARGARITA – ¡Esto no es un living! ¡Es el salón del trono! ¿Cuántas veces tendré
que decírtelo?
JULIETA – ¡Está bien! ¡El salón del trono, si Su Majestad quiere! No he tenido tiempo
de limpiar el living.
MARGARITA__ ¡Seguro!
MARGARITA – Reír o llorar: es todo lo que sabe hacer. ¡Que venga inmediatamente!
¡Vete a buscarla!
MARGARITA (A MARÍA) – Tenéis los ojos irritados, querida. Lo cual daña a vuestra
hermosura.
MARÍA – Ya lo sé.
(A JULIETA)
MARGARITA – ¡La ven! Y no es solo eso. Culpa vuestra es si no está preparado, culpa
vuestra si va a sorprenderle. ¡Ah! ¡La dulzura de vivir! ¡Vuestros bailes! ¡Vuestros
desfiles! ¡Vuestros artificios! ¡Y vuestros fuegos artificiales! ¡Bodas y viajes de bodas!
¿Cuántos viajes de boda habéis hecho?
MARGARITA – Los celebrabais cuatro veces al año. “¡Hay que vivir!” decían…
MARÍA - ¡No se lo digáis! ¡No, no, os lo ruego! ¡No le digáis nada, os lo suplico!
MARÍA – Por lo menos que se lo digan lo más suavemente posible, puesto que es tan
inevitable.
MARGARITA – Debía estar preparado, desde siempre. Decírselo cada día. ¡Cuánto
tiempo perdido! (A JULIETA) ¿Por qué nos miras con esos ojos extraviados? ¡No irás a
hundirte también tú! Puedes retirarte. No vayas muy lejos, te llamaremos.
MARGARITA – Tan duro para mí como para vos, como para él. No lloriqueéis, os lo
ordeno.
MARÍA – Se negará.
MARGARITA – Al principio.
MARÍA – Yo lo detendré.
MARGARITA – Que no retroceda. Si no, ¡ay de vos! Preciso es que todo pase
correctamente. Su palacio está en ruinas, sus tierras sin cultivo. Sus montañas se
derrumban. El mar ha inundado el país. Los árboles están resecos, marchitos. Los
jóvenes se expatrían en masa. Al comenzar su reinado había nueve mil millones de
habitantes.
MARÍA __ Doctor, ¿alguna novedad? ¿Va algo mejor, no es verdad? ¿Es imposible una
mejoría?
MÉDICO __ Algo que no hace sino confirmar las indicaciones precedentes. Marte y
Saturno han entrado en colisión.
MARGARITA __ Es lógico.
ALABARDERO __ ¡El Instituto Meteorológico del Reino nos hace observar que hace
mal tiempo!
(ALABARDERO anunciando)
(El REY entra por la puerta del fondo. Trae los pies desnudos y el cetro en la mano.
JULIETA entra detrás de él)
MARGARITA – ¡Qué mala costumbre esa de andar con los pies descalzos!
MÉDICO (meloso) __ Me permito dar los buenos días a vuestra Majestad. Y ofrecerle
mis mejores votos.
REY – Buenos días, María. Buenos días, Margarita. ¿Sigues ahí? ¿Ya estás ahí? ¿Cómo
te va? ¡A mí me va mal! No sé bien lo que tengo. Siento las piernas entumecidas. Me
costó trabajo levantarme. ¡Me duelen los pies! Voy a cambiar de pantuflas. ¿Puede que
haya crecido? ¡He dormido mal! ¡Esa tierra que cruje! ¡Ese ganado que muge!
¡Demasiado ruido! ¡Ay mis costillas!
REY (AL MÉDICO) – Buenos días, doctor. ¿Es un lumbago? Y además, ¡me duele la
cabeza! Y esas nubes… ya prohibí las nubes. ¡Nubes! ¡Basta de lluvia! ¡Nube idiota!
No va a terminar nunca con esas gotas retrasadas. Parece un viejo que no puede retener
la orina.
REY (HABLA A JULIETA) - ¿Qué me miras tú? Muy colorada estás hoy. Mi
dormitorio está lleno de telarañas. ¡Vete a limpiarlas!
JULIETA – Las quité todas mientras Vuestra Majestad dormía. No sé de dónde salen.
Se forman sin cesar.
JULIETA __ La que tengo está gastada. Necesitaría una nueva, y por lo menos, una
docena.
(Sale)
REY – ¿Por qué me miráis todos así? ¿Es que sucede algo anormal?
REY – ¿Qué es lo que no es verdad? María, ¿por qué ese aire desolado? ¿Qué pasa?
REY – ¿Otra vez? ¡Me fastidiáis! ¡Moriré, sí, moriré! Dentro de 40 años, dentro de 300
años. Más tarde, cuando yo quiera, cuando tenga tiempo. ¡Cuando lo decida!
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REY __ ¡Ay! ¡Mis piernas, mis riñones! Sin duda tomé frío en este palacio mal
calentado, con vidrios rotos que dejan pasar las corrientes de aire. ¡Que manden venir a
los ministros!
(Aparece JULIETA)
REY __ ¡Anda a buscar a los ministros! Deben estar todavía durmiendo. ¡Tal vez se
figuran que ya no hay que trabajar!
JULIETA __ Se han ido de vacaciones. Están al otro extremo del Reino, es decir, a tres
pasos, junto al arroyo. Están pescando. Quieren sacar un poco de pescado para alimentar
al pueblo.
MÉDICO __ En las escuelas ya no hay más que unos cuantos niños con bocio, débiles
mentales congénitos, mongoloides, hidrocéfalos.
MARGARITA (con desprecio) – Ya no se puede curar a nadie, vos mismo ya nos tenéis
cura.
MARGARITA – Vais a morir dentro de hora y media. Vais a morir al final del espectáculo.
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(El REY entra a escena, seguido de cerca por JULIETA y se sienta en el trono apoyán-
dose en el cetro muy torpemente)
MARGARITA - ¡No intentes detenerlo! ¡No alargues los brazos hacia él! Ya está en la
pendiente. El programa se ejecutará punto por punto.
MÉDICO (mirando por el anteojo al cielo) – ¡Su majestad está declarada difunta en los
registros del Universo!
(Entran todos)
(El REY cae en el sillón de ruedas que JULIETA le adelantó. Lo cubren con una
frazada, le ponen la bolsa de agua caliente. Intentan ponerle un gorro de dormir, que
Berenguer I rechaza y tira al suelo.)
MARGARITA __ La olvidarás.
REY (a JULIETA) __ ¿Has remendado mis pantalones? ¿Te figuras que ya no vale la
pena? Había un remiendo en mi bello manto de púrpura ¿Lo has cosido? ¿Has puesto
los botones que faltaban en mi pijama? ¿Mandaste poner medias suelas a mis zapatos?
REY __ ¡No has vuelto a acordarte! ¿En qué estás pensando? ¡Háblame! ¿En qué
trabaja tu marido?
REY (con ternura) __ ¿En qué piensas cuándo estás haciendo la limpieza?
REY (con éxtasis) __ ¡La luz es lívida! ¡Hay todas clases de luces: la azul, la rosa, la
blanca, la verde, la lívida!
JULIETA__ Lavo la ropa de toda la casa en el lavadero. ¡Me duelen las manos! ¡Se me
agrieta la piel!
MARGARITA – No. La tuvimos que dar en prenda para un préstamo del Estado.
REY __ ¡Hace las camas! Se acuesta uno en ellas, se duerme uno en ellas, se despierta
uno en ellas. ¿Te has dado cuenta de que te despiertas todos los días? ¡Despertad todos
los días…! ¡Viene uno a este mundo todas las mañanas!
JULIETA __ Froto los pisos. ¡Barro, barro, barro! ¡No se acaba nunca!
JULIETA – Desde que no hay jardinero, cavo con la pala y con el azadón. Siembro.
REY __ ¡Y brota!
JULIETA __ ¡No puedo más de cansancio!
REY __ ¡Es verdad! ¡De tantas cosas no me enteraba! No lo he sabido todo, no estuve
en todas partes. ¡Mi vida habría podido estar llena!
REY __ ¡No tiene ventanas! ¡Sales! Buscas la luz. La encuentras. Le sonríes. Para salir,
das la vuelta a la llave en la cerradura, abres la puerta; das otra vuelta a la llave, vuelves
a cerrar la puerta… ¿Dónde vives?
JULIETA __ En el granero.
REY __ Para bajar, tomas la escalera, bajas un escalón, otro escalón, otro escalón, otro
escalón, otro escalón. Para vestirte… te habías puesto las medias, los zapatos...
REY __ ¡Duele mucho! El dolor se atenúa, desaparece... ¡Que alivio! ¡Qué feliz se
siente uno después!
REY – Puedes esperar que después lo tendrás… Echas a andar, tomas una canasta, vas a
hacer las compras. Sacas el monedero, pagas, te dan el vuelto. En el mercado, hay
alimentos de todos colores: lechugas verdes, cerezas rojas, uvas doradas, berenjenas
violetas… ¡Todo el arco-iris!... Extraordinario. ¡Increíble! ¡Un cuento de hadas!
REY __ ¡Dos veces al día, por el mismo camino! ¡El cielo encima! Puedes mirarlo dos
veces al día. ¡Respiras! ¿No piensas nunca en que respiras? Piensa en ello ¡Recuérdalo!
Estoy seguro de que no prestas atención. ¡Es un milagro!
JULIETA – Y después, después friego los cacharros de la víspera. ¡Platos llenos de
grasa que se pega! Y además ¡hacer la comida!
JULIETA __ Efectivamente. ¡No se detiene nunca! Después, tengo que servir a la mesa.
MARGARITA __ ¡No!
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LACAYO deja este mensaje en bandejita y ambos se retiran por los dos extremos del
escenario.
(Durante esta Transición, el Rey saldrá un instante del escenario, en la silla de ruedas,
para que le empolven la cabeza entre bastidores)
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(Vuelve REY en su silla de ruedas siempre empujado por JULIETA)
VERDUGO – Con una buena crisis cardiaca no hubiéramos tenido tantas historias…
ALABARDERO__ Apagó los volcanes. Hizo surgir otros. Construyó Roma, Nueva
York, ¡Moscú!, Ginebra. ¡Fundó París! Hizo las revoluciones, las contrarrevoluciones,
¡La religión, la Reforma, la Contrarreforma!
ÚLTIMAS ESCENAS
REY __ ¿María?
MÉDICO (examinando al Rey, le pasa una vela encendida por los ojos)
MÉDICO __ En efecto. Ha dejado ya de ver.
REY__ ¡Doctor!
MÉDICO _ Perdone Vuestra Majestad, tengo que marcharme. No tengo más remedio.
Lo lamento. ¡Mis disculpas!
REY (tiende los brazos, toca la puerta de adelante) __ ¿Dónde están los demás?
__ Se fueron. Me encerraron.
MARGARITA _ ¡Pesan toneladas! ¿Cómo has podido arrastrar eso toda una vida? ¡Y
este fardo muy pesado!
(MARGARITA finge sacar unos bultos muy pesados de los hombros del REY y después
tirarlos.)
(El Rey se dirige hacia el trono lentamente. Va subiendo poco a poco los escalones.)
** (El REY inclina un poquito la cabeza, “muere” de ojos abiertos, muy sereno,
sentado en su trono.)
** RECORDAR:
a) Se apagan todas las luces del escenario.
b) Solo El REY queda en su trono unos 30 segundos con
iluminación bien focalizada sobre él (aunque sea de linternas).
c) Se apagan de golpe todas las luces.
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