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EUGÈNE IONESCO

“EL REY SE MUERE”

PERSONAJES

BERENGUER I, EL REY

LA REINA MARGARITA, primera esposa del rey Berenguer I

LA REINA MARÍA, segunda esposa del rey Berenguer I

EL MÉDICO, VERDUGO, que es también cirujano, bacteriólogo y astrólogo

JULIETA, asistenta, criada, enfermera

El ALABARDERO, guardia del castillo

* Agregamos: Un DESAPARECEDOR (como “activante” de la muerte o el destino)

Un LACAYO como Informante de las transiciones escénicas grandes

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HOMENAJE A EUGÈNE IONESCO

Actividad organizada por la Sala de Literatura de Bachillerato, con los alumnos de


todos los grupos de 3er. Año (Bach.) de nuestro Colegio.

Función realizada el día Viernes 16 de Octubre, a las 16:30 hs.


Sala de lectura de la Biblioteca del Colegio Seminario.

Profesora a cargo de esta puesta en escena de El Rey se muere: María Cristina Picos
Alumnos que realizaron la escenografía, el vestuario, maquillaje, la coordinación
musical, una presentación Power-Point, y que representaron la obra de Eugène Ionesco,
El Rey se muere:
Son los grupos 3ero ECO I, 3ero ECO II y 3ero DERECHO (Orient. Social-
Humaníst.)

Adaptación y selección de escenas del texto de Ionesco: Prof. M. Cristina Picos.


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Agradecemos especialmente a los Directores del Colegio que nos prestaron algunas
piezas de mobiliario delicadas para ambientar esta puesta en escena, en especial “el
trono” y una silla de ruedas.
También especialmente a la Dirección de Biblioteca, por toda la amable colaboración
recibida antes y después del “Homenaje”.
Y a los profesores de otras asignaturas que, ocasionalmente, permitieron que algún
alumno-actor saliera de sus clases para venir a ensayar. ¡¡Gracias!!
“EL REY SE MUERE”

REPARTO DE PERSONAJES en la FUNCIÓN de la SEMANA CULTURAL- 2009

BERENGUER I, EL REY __ Luis Andrés Vilaró

LA REINA MARGARITA, 1ª esposa del Rey __ María Cecilia De Brun

LA REINA MARÍA, 2ª esposa del Rey __ Muriel Graña

EL MÉDICO-VERDUGO__ Santiago Salvagno y Juan Andrés Pollio

JULIETA, criada, enfermera__ María Mercedes De Cores

El ALABARDERO___ Guillermo Ferrari

JULIETA I ____ Alessandra Demicheri

JULIETA II ____ Cecilia Elmallian

JULIETA III ___ Paula Pratto

JULIETA IV ___ María Márquez

Cometa, Aeroplano ____ Álvaro Pintado

“Desaparecedor” ___ Javier Prego

Un LACAYO, informante del público ___ Juan Francisco Irrazábal

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ALABARDERO – ¡Su Majestad, el Rey Berenguer Primero! ¡Viva el Rey!

(Entra el REY)

ALABARDERO – ¡Su Majestad, la Reina Margarita, primera esposa del Rey!, seguida
por Julieta, asistenta y enfermera de Sus Majestades. ¡Viva la Reina!

(MARGARITA, seguida por JULIETA, entra por la puerta de la derecha y sale por la
puerta de en frente izquierda)

ALABARDERO – ¡Su Majestad, la Reina María, segunda esposa del Rey, primera en
su corazón!, seguida por Julieta, asistenta y enfermera de Sus Majestades. ¡Viva la
Reina!

(LA REINA MARÍA entra seguida por JULIETA)


(Entra por la puerta del fondo el MÉDICO)
ALABARDERO – ¡Su Altanería, el Señor Médico del Rey! Cirujano, bacteriólogo,
verdugo y astrólogo en la Corte!

(El MÉDICO avanza hasta el centro del escenario, luego, como si se le hubiera olvidado
algo, desanda lo caminado y sale por la misma puerta por donde entró)

(El ALABARDERO se queda un instante en silencio. Parece cansado. Apoya el arma en


el muro y se sopla las manos para calentárselas.)
ALABARDERO ___ Sin embargo, a esta hora debería hacer calor. ¡Calefacción,
enciéndete! Nada, no marcha. ¡Calefacción, enciéndete! El radiador sigue frío. No me
habían dicho que me retiraban el servicio de la lumbre! Oficialmente, al menos… ¡Con
ellos nunca sabe uno a qué atenerse!

(ALABARDERO se pone en guardia. Entra la REINA MARGARITA. Se detiene en el


centro del escenario. JULIETA la sigue)

ALABARDERO___ ¡Viva la Reina!

MARGARITA __ (A JULIETA, mirando en derredor) – ¡Cuánto polvo hay aquí! ¡Y


colillas en el suelo!

JULIETA – Vengo del establo, de ordeñar la vaca, Majestad. Ya casi no da leche. No he


tenido tiempo de limpiar el living.

MARGARITA – ¡Esto no es un living! ¡Es el salón del trono! ¿Cuántas veces tendré
que decírtelo?

JULIETA – ¡Está bien! ¡El salón del trono, si Su Majestad quiere! No he tenido tiempo
de limpiar el living.

MARGARITA – ¡Hace frío!

ALABARDERO ___ He intentado encender la calefacción, Majestad. No funciona. No


quiere hacer caso. El cielo está cubierto. Las nubes no quieren disiparse. El sol trae
retraso. Sin embargo, oí que él le daba la orden de aparecer.

MARGARITA __ ¡Ah, vamos! ¡El sol ya no obedece!

ALABARDERO ___Anoche oí un leve crujido. Hay una grieta en el muro.

MARGARITA – ¿Ya? ¡Esto marcha de prisa! No lo esperaba tan pronto.

ALABARDERO ___ Intenté taparla con Julieta.

JULIETA – ¡Sí, me fue a despertar a medianoche! ¡Con lo bien que yo estaba


durmiendo!

ALABARDERO – Se ha vuelto a abrir. ¿Hay que volverla a tapar?

MARGARITA – No vale la pena. Es irrevocable.


(A JULIETA)
MARGARITA – ¿Dónde está la Reina María?

JULIETA ___ Debe estar todavía en su tocador

MARGARITA__ ¡Seguro!

JULIETA ___ Despertó antes del amanecer.

MARGARITA ___ ¡Ah! ¡Vaya!

JULIETA – La oí llorar en su cuarto.

MARGARITA – Reír o llorar: es todo lo que sabe hacer. ¡Que venga inmediatamente!
¡Vete a buscarla!

(En ese preciso momento aparece la REINA MARÍA)

ALABARDERO – Viva la Reina!

MARGARITA (A MARÍA) – Tenéis los ojos irritados, querida. Lo cual daña a vuestra
hermosura.

MARÍA – Ya lo sé.

MARGARITA – No volváis a empezar a llorar.

MARÍA – No puedo impedirlo. Ay de mí!

MARGARITA – ¡Sobre todo, no perdáis el juicio! No serviría de nada. Lo que ha de


suceder cae dentro de la norma de las cosas, ¿no es así? ¿Lo esperabais? ¡Ya no lo
esperabais!

MARÍA – Vos no esperabais más que eso.

MARGARITA – Afortunadamente. Por eso, todo está a punto.

(A JULIETA)

MARGARITA – ¡Dale otro pañuelo!

MARÍA – Yo siempre esperaba…

MARGARITA – Tiempo perdido. ¡Esperar! ¡Esperar! (Se encoge de hombros) No tiene


más que eso en la boca, y lágrimas en los ojos. ¡Qué costumbres!

MARÍA – ¿Habéis visto al médico? ¿Qué dice?

MARGARITA – Lo que vos sabéis.


MARÍA __ Quizá se engañe.

MARGARITA __ No iréis a volver a empezar con el jueguito de la esperanza. Los


signos no engañan.

MARÍA __ ¡Tal vez lo haya leído mal

MARGARITA – Los signos objetivos no engañan. Lo sabéis.

MARÍA (mirando al muro) – ¡Ay! ¡Esa grieta!

MARGARITA – ¡La ven! Y no es solo eso. Culpa vuestra es si no está preparado, culpa
vuestra si va a sorprenderle. ¡Ah! ¡La dulzura de vivir! ¡Vuestros bailes! ¡Vuestros
desfiles! ¡Vuestros artificios! ¡Y vuestros fuegos artificiales! ¡Bodas y viajes de bodas!
¿Cuántos viajes de boda habéis hecho?

MARÍA – Era para celebrar los aniversarios de casados.

MARGARITA – Los celebrabais cuatro veces al año. “¡Hay que vivir!” decían…

MARÍA – ¡Le gustan tanto las fiestas!

MARGARITA – Los hombres saben. ¡Hacen como si no lo supieran! Saben y olvidan.


Él es Rey. Él no debe olvidar. Debía haber dirigido la mirada hacia delante. ¡Conocer
las etapas! ¡Ver la llegada!

MARÍA – ¡Mi pobre amor, mi pobre reyecito!

MARGARITA – Dale otro pañuelo.

MARGARITA (A MARÍA) – ¡Un poco de buen humor, vamos! Vais a comunicarle


vuestras lágrimas. Es contagioso. Ya es bastante débil por cuenta propia. ¡En fin! Él os
prefirió a mí. Yo no estaba celosa, nada de eso. Ahora ya no podéis hacer nada por él.
¡Ahí estás bañadita en lágrimas! ¿Ya no me hacéis frente? ¿Ya no me desafías?
¡Despertad! ¡Ocupad vuestro puesto!, manteneos erguida. Ah, ¿seguís igual llevando
vuestro hermoso collar?

MARÍA – No podré decirle…

MARGARITA – De eso me encargaré yo. Tengo costumbre de tareas molestas.

MARÍA - ¡No se lo digáis! ¡No, no, os lo ruego! ¡No le digáis nada, os lo suplico!

MARGARITA – Dejadme hacer a mí. Pero os necesitaremos para las etapas de la


ceremonia. ¡Os agradan las ceremonias!

MARÍA – Esta, no.

MARGARITA (A JULIETA) – ¡Arréglanos los pliegues de las colas como es debido!


JULIETA – Sí, Majestad.
(JULIETA arregla los pliegues de las colas de ambas reinas)

MARÍA - ¡No, no le digáis nada! Vale más que no se dé cuenta.

MARGARITA __ Eso no es posible.

MARÍA __ ¡No tenéis corazón!


MARGARITA __ Sí, lo tengo, Sí, late.
(A JULIETA) - Dale otro pañuelo.

MARÍA – Sois inhumana.

MARGARITA – ¿Qué quiere decir eso?

MARÍA – Es terrible, no está preparado.

MARGARITA – Culpa vuestra si no lo está.

MARÍA – Por lo menos que se lo digan lo más suavemente posible, puesto que es tan
inevitable.

MARGARITA – Debía estar preparado, desde siempre. Decírselo cada día. ¡Cuánto
tiempo perdido! (A JULIETA) ¿Por qué nos miras con esos ojos extraviados? ¡No irás a
hundirte también tú! Puedes retirarte. No vayas muy lejos, te llamaremos.

JULIETA – Entonces, ¿no barro el living?

MARGARITA - Es demasiado tarde. Retírate.


(JULIETA sale)

MARÍA – ¡Qué duro será! ¡Qué duro es!

MARGARITA – Tan duro para mí como para vos, como para él. No lloriqueéis, os lo
ordeno.

MARÍA – Se negará.

MARGARITA – Al principio.

MARÍA – Yo lo detendré.

MARGARITA – Que no retroceda. Si no, ¡ay de vos! Preciso es que todo pase
correctamente. Su palacio está en ruinas, sus tierras sin cultivo. Sus montañas se
derrumban. El mar ha inundado el país. Los árboles están resecos, marchitos. Los
jóvenes se expatrían en masa. Al comenzar su reinado había nueve mil millones de
habitantes.

MARÍA – Eran demasiado numerosos, no había sitio para ellos.


MARGARITA – Ahora no quedan más que un millar de ancianos. Menos…, se están
muriendo mientras hablo.

MARÍA – También hay 45 jóvenes. El Rey es todavía muy joven.

MARGARITA __ Lo era ayer, pero ahora mismo lo vais a ver.

ALABARDERO __ ¡He aquí su Altanería, el MÉDICO que vuelve. ¡Su Altanería!

(Entra el MÉDICO por la puerta grande a la izquierda. Trae el catalejo.)


MÉDICO (A MARGARITA) __ Buenos días, Majestad. (A MARÍA) __ Buenos días,
Majestad. Dispénsenme Vuestras Majestades, que estoy un poco retrasado, vengo
directamente del Hospital, donde he tenido que hacer varias intervenciones quirúrgicas
del más alto interés para la Ciencia!

MARÍA – El Rey no es operable…

MARGARITA – En efecto, ya no lo es.

MARÍA __ Doctor, ¿alguna novedad? ¿Va algo mejor, no es verdad? ¿Es imposible una
mejoría?

MÉDICO __ Se trata de una situación tipo, que no puede cambiar.

MARÍA – Es verdad, no hay esperanza.

MARGARITA – Muchas gentes tienen locura de grandezas. ¡Vos tenéis la locura de la


pequeñez! ¡Nunca se vio Reina semejante! Me avergonzáis. ¡Ah! ¡Otra vez va a
empezar a llorar!

MÉDICO __ En verdad hay algo nuevo, si se quiere.

MARÍA __ ¿Qué hay de nuevo?

MÉDICO __ Algo que no hace sino confirmar las indicaciones precedentes. Marte y
Saturno han entrado en colisión.

MARGARITA __ Era de esperar.

MÉDICO __ Ambos planetas han estallado.

MARGARITA __ Es lógico.

MÉDICO – El Sol ha perdido el 50 y el 75% de su fuerza. Cae nieve en el Polo Norte


del Sol. El cometa está agotado, ha envejecido, se envuelve en su cola. Da vueltas sobre
sí mismo como perro moribundo.

MARÍA – No es verdad, estáis exagerando.

MÉDICO – ¿Queréis mirar con el anteojo?


MARGARITA (AL MÉDICO) – Ya no vale la pena.

MÉDICO – La Tierra sigue agrietándose más que de costumbre.

ALABARDERO __ ¡El Instituto Meteorológico del Reino nos hace observar que hace
mal tiempo!

MARÍA – Oigo que la Tierra se agrieta, lo oigo, sí. ¡Ay de mi!

(ALABARDERO anunciando)

ALABARDERO – ¡Su Majestad, el Rey! (MÚSICA). ¡Atención, Su Majestad! ¡Viva el


Rey!

(El REY entra por la puerta del fondo. Trae los pies desnudos y el cetro en la mano.
JULIETA entra detrás de él)

MARGARITA – ¿Dónde ha perdido las pantuflas?

JULIETA – Señor, aquí están.

MARGARITA – ¡Qué mala costumbre esa de andar con los pies descalzos!

MARÍA (A JULIETA) – Ponle las pantuflas a toda prisa. Va a tomar frío.

(Mientras JULIETA pone las pantuflas al REY, MARÍA va a su encuentro cariñosa y


continúa oyéndose la música)

MÉDICO (meloso) __ Me permito dar los buenos días a vuestra Majestad. Y ofrecerle
mis mejores votos.

REY – Buenos días, María. Buenos días, Margarita. ¿Sigues ahí? ¿Ya estás ahí? ¿Cómo
te va? ¡A mí me va mal! No sé bien lo que tengo. Siento las piernas entumecidas. Me
costó trabajo levantarme. ¡Me duelen los pies! Voy a cambiar de pantuflas. ¿Puede que
haya crecido? ¡He dormido mal! ¡Esa tierra que cruje! ¡Ese ganado que muge!
¡Demasiado ruido! ¡Ay mis costillas!

REY (AL MÉDICO) – Buenos días, doctor. ¿Es un lumbago? Y además, ¡me duele la
cabeza! Y esas nubes… ya prohibí las nubes. ¡Nubes! ¡Basta de lluvia! ¡Nube idiota!
No va a terminar nunca con esas gotas retrasadas. Parece un viejo que no puede retener
la orina.

REY (HABLA A JULIETA) - ¿Qué me miras tú? Muy colorada estás hoy. Mi
dormitorio está lleno de telarañas. ¡Vete a limpiarlas!

JULIETA – Las quité todas mientras Vuestra Majestad dormía. No sé de dónde salen.
Se forman sin cesar.

REY (A MARÍA) – ¿Qué tienes, hermosa mía?


MARÍA – No lo sé… nada… No tengo nada.

REY – Tienes ojeras. ¿Has llorado? ¿Por qué?

MARÍA – ¡Dios mío!

REY (A MARGARITA) – ¡Prohibido que le den disgustos!

MARGARITA (A JULIETA)__ ¡Anda a quitar las telarañas!

REY – ¡Ah, sí! Esas telarañas son un asco. ¡Dan pesadillas!

MARGARITA – Y de prisa. No pierdas el tiempo. ¿Es que no sabes servirte de una


escoba?

JULIETA __ La que tengo está gastada. Necesitaría una nueva, y por lo menos, una
docena.
(Sale)

REY – ¿Por qué me miráis todos así? ¿Es que sucede algo anormal?

MARÍA – Rey mío, cojeáis.

REY – ¿Cojeo? No cojeo. Cojeo un poco.

MARÍA – ¿Os duele algo? Voy a ayudaros.

REY – No me duele nada. ¿Por qué me va a doler? Sí, un poquito. No es nada. No


necesito que nadie me sostenga. Pero me gusta que me sostengas tú.

MARGARITA – Señor, debo poneros al corriente.

MARÍA - ¡No, callad!

MARGARITA (A MARÍA) – ¡Callad vos!

MARÍA – Lo que dice no es verdad.

REY – ¿Qué es lo que no es verdad? María, ¿por qué ese aire desolado? ¿Qué pasa?

MARGARITA __ Señor, debemos anunciaros que vais a morir.

MÉDICO __ ¡Ay, sí, Majestad!

REY _ Ya lo sé. De seguro. Todos lo sabemos. Me lo recordaréis cuando llegue la hora.

MÉDICO – Majestad, la Reina Margarita dice la verdad; vais a morir.

REY – ¿Otra vez? ¡Me fastidiáis! ¡Moriré, sí, moriré! Dentro de 40 años, dentro de 300
años. Más tarde, cuando yo quiera, cuando tenga tiempo. ¡Cuando lo decida!
…………………………………………………………………………………………….

REY - Entre tanto, ocupémonos de los asuntos del Reino.


(Sube trabajosamente las gradas del trono y se sienta)

REY __ ¡Ay! ¡Mis piernas, mis riñones! Sin duda tomé frío en este palacio mal
calentado, con vidrios rotos que dejan pasar las corrientes de aire. ¡Que manden venir a
los ministros!
(Aparece JULIETA)

REY __ ¡Anda a buscar a los ministros! Deben estar todavía durmiendo. ¡Tal vez se
figuran que ya no hay que trabajar!

JULIETA __ Se han ido de vacaciones. Están al otro extremo del Reino, es decir, a tres
pasos, junto al arroyo. Están pescando. Quieren sacar un poco de pescado para alimentar
al pueblo.

MÉDICO __ En las escuelas ya no hay más que unos cuantos niños con bocio, débiles
mentales congénitos, mongoloides, hidrocéfalos.

REY __ ¡Que se haga algo!

MARGARITA (con desprecio) – Ya no se puede curar a nadie, vos mismo ya nos tenéis
cura.

REY __ No estoy enfermo.

MARÍA __ Se siente bien. (Agrega mirando al REY, ansiosa…) ¿No es verdad?

REY __ Sólo unas cuantas puntadas. No es nada.

MARÍA __ Dice que se siente bien.

REY __ Me siento muy bien.

MARGARITA – Vais a morir dentro de hora y media. Vais a morir al final del espectáculo.

REY __ ¿Qué dices, querida? No es muy chistoso.

MARGARITA – Vais a morir al final de la función.

(Salen todos de escena)

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1ª. TRANSICIÓN - (Música)

JULIETA entrega en una bandejita un mensaje al Informante.


LACAYO INFORMANTE – “El tiempo pasó. Aún así la rebeldía del Rey
continúa y él sigue sin aceptar su próximo perecer.”
LACAYO deja el mensaje en bandejita y ambos se retiran por los dos extremos del
escenario.
…………………………………………………………………………………………….

(El REY entra a escena, seguido de cerca por JULIETA y se sienta en el trono apoyán-
dose en el cetro muy torpemente)

MARÍA - ¡No cedas!

MARGARITA - ¡No intentes detenerlo! ¡No alargues los brazos hacia él! Ya está en la
pendiente. El programa se ejecutará punto por punto.

ALABARDERO __ ¡Comienza la ceremonia!

(Movimiento general de todos, “colocación de ceremonia”, el REY está sobre el trono)

REY __ ¡Qué el tiempo retroceda!


MARÍA __ Qué estemos hace 20 años.
REY __ ¡Qué estemos en la semana pasada!
MARÍA __ ¡Qué estemos en ayer de tarde! ¡Tiempo, vuelve!
JULIETA __ ¡Tiempo, vuelve!
TODOS __ ¡Tiempo, vuelve!
TODOS __ ¡Tiempo, detente!
MARGARITA __ Ya no hay tiempo. Se le ha derretido.

MÉDICO (mirando por el anteojo al cielo) – ¡Su majestad está declarada difunta en los
registros del Universo!

ALABARDERO __ ¡El Rey ha muerto! ¡Viva el Rey!

MARGARITA__ ¡Cállate idiota, mejor harías en callarte!

MÉDICO__ ¡Clínicamente está más muerto que vivo!

(Salen todos del escenario)

(Entran todos)

DIÁLOGO REY - JULIETA

(El REY se dirige hacia su trono tambaleante, aún con el cetro.)

JULIETA __ Quiere sentarse en su trono.

MARÍA __ ¡Oh, Reina! ¡Se cae, Reina!

MÉDICO – ¡Y ahora es el tiempo del delirio!


MARÍA (mientras el REY intenta subir los escalones) – No sueltes, ¡agárrate!
MARÍA (A JULIETA) __ Solo, puede solo.

REY – Sin embargo, tengo piernas...

MARÍA __ ¡Pues avanza!

MARGARITA (controlando el reloj) – Nos quedan 32 minutos, 30 segundos.

MÉDICO (A MARGARITA) __ Es la penúltima sacudida.

(El REY cae en el sillón de ruedas que JULIETA le adelantó. Lo cubren con una
frazada, le ponen la bolsa de agua caliente. Intentan ponerle un gorro de dormir, que
Berenguer I rechaza y tira al suelo.)

REY (dolorido) __ Me vuelvo a levantar.

MARÍA – Estás sofocado, fatigado, ¡descansa! Luego te levantarás.

MARGARITA – No mientas. Con eso no le ayudas.

(Se oyen unos compases de Mozart)

REY (con tono de ensoñación) __ Me gustaba la música de Mozart.

MARGARITA __ La olvidarás.

REY (a JULIETA) __ ¿Has remendado mis pantalones? ¿Te figuras que ya no vale la
pena? Había un remiendo en mi bello manto de púrpura ¿Lo has cosido? ¿Has puesto
los botones que faltaban en mi pijama? ¿Mandaste poner medias suelas a mis zapatos?

JULIETA __ No volví a acordarme.

REY __ ¡No has vuelto a acordarte! ¿En qué estás pensando? ¡Háblame! ¿En qué
trabaja tu marido?

(JULIETA con traje de enfermera. Se le cambia el gorro por cofia de enfermera.)

JULIETA __ Soy viuda.

REY (con ternura) __ ¿En qué piensas cuándo estás haciendo la limpieza?

REY __ ¿De dónde has salido? ¿Cuál es tu familia?

MARGARITA __ ¡Eso no te ha interesado nunca!

MARÍA __ ¡Nunca ha tenido tiempo de preguntárselo!

MARGARITA__ Eso, en realidad, ¡no te interesa!


MÉDICO __ Quiere ganar tiempo.
REY (con tono de ensoñación) __ Cuéntame tu vida. ¿Cómo vives?

JULIETA – Malamente, Señor.

REY – No se puede vivir malamente. Eso es una contradicción.

JULIETA – La vida no es hermosa.

REY (con admiración) __ ¡Es la vida!

JULIETA – En invierno, cuando me levanto, es todavía de noche. ¡Me hielo!

REY – Yo también. No es el mismo frío. ¿No te gusta tener frío?

JULIETA – En verano, cuando me levanto, apenas comienza a amanecer. La luz es


lívida.

REY (con éxtasis) __ ¡La luz es lívida! ¡Hay todas clases de luces: la azul, la rosa, la
blanca, la verde, la lívida!

JULIETA__ Lavo la ropa de toda la casa en el lavadero. ¡Me duelen las manos! ¡Se me
agrieta la piel!

REY (Hechizado) – ¡Duele! Se siente la piel… ¿Todavía no te han comprado una


máquina de lavar? ¡Margarita! ¿No hay máquina de lavar en un palacio?

MARGARITA – No. La tuvimos que dar en prenda para un préstamo del Estado.

JULIETA – Vacío los vasos de noche. ¡Hago las camas!

REY __ ¡Hace las camas! Se acuesta uno en ellas, se duerme uno en ellas, se despierta
uno en ellas. ¿Te has dado cuenta de que te despiertas todos los días? ¡Despertad todos
los días…! ¡Viene uno a este mundo todas las mañanas!

JULIETA __ Froto los pisos. ¡Barro, barro, barro! ¡No se acaba nunca!

REY __ ¡No se acaba nunca!

JULIETA __ Me duele la espalda.

REY __ Es verdad. ¡Tiene espalda! ¡Tenemos espalda!

JULIETA – Me duelen los riñones.

REY__ ¡También riñones!

JULIETA – Desde que no hay jardinero, cavo con la pala y con el azadón. Siembro.

REY __ ¡Y brota!
JULIETA __ ¡No puedo más de cansancio!

REY – ¡Habrías debido decirlo!

JULIETA __ ¡Os lo he dicho!

REY __ ¡Es verdad! ¡De tantas cosas no me enteraba! No lo he sabido todo, no estuve
en todas partes. ¡Mi vida habría podido estar llena!

JULIETA __ Mi cuarto no tiene ventana.

REY __ ¡No tiene ventanas! ¡Sales! Buscas la luz. La encuentras. Le sonríes. Para salir,
das la vuelta a la llave en la cerradura, abres la puerta; das otra vuelta a la llave, vuelves
a cerrar la puerta… ¿Dónde vives?

JULIETA __ En el granero.

REY __ Para bajar, tomas la escalera, bajas un escalón, otro escalón, otro escalón, otro
escalón, otro escalón. Para vestirte… te habías puesto las medias, los zapatos...

JULIETA (enojada) __ ¡Los zapatos con los tacones torcidos!

REY __ Un vestido. Es extraordinario.

JULIETA __ ¡Un vestido feo, de cuatro pesos!

REY __ ¡No sabes lo que dices! ¡Qué hermoso es un vestido feo!

JULIETA __ He sufrido un absceso en la boca. Me tuvieron que arrancar una muela.

REY __ ¡Duele mucho! El dolor se atenúa, desaparece... ¡Que alivio! ¡Qué feliz se
siente uno después!

JULIETA __ ¡Estoy cansada, cansada, cansada!

REY – Después se descansa. Es bueno.

JULIETA __ ¡No tengo tiempo de descansar!

REY – Puedes esperar que después lo tendrás… Echas a andar, tomas una canasta, vas a
hacer las compras. Sacas el monedero, pagas, te dan el vuelto. En el mercado, hay
alimentos de todos colores: lechugas verdes, cerezas rojas, uvas doradas, berenjenas
violetas… ¡Todo el arco-iris!... Extraordinario. ¡Increíble! ¡Un cuento de hadas!

JULIETA __ Después vuelvo… por el mismo camino.

REY __ ¡Dos veces al día, por el mismo camino! ¡El cielo encima! Puedes mirarlo dos
veces al día. ¡Respiras! ¿No piensas nunca en que respiras? Piensa en ello ¡Recuérdalo!
Estoy seguro de que no prestas atención. ¡Es un milagro!
JULIETA – Y después, después friego los cacharros de la víspera. ¡Platos llenos de
grasa que se pega! Y además ¡hacer la comida!

REY __ ¡Qué gozo!

JULIETA – Al contrario. ¡Qué aburrimiento! ¡Estoy harta!

REY __ ¿Te aburre? ¡Hay seres a quienes no se comprende! También es hermoso


aburrirse. Aburrirse y enojarse, y no enojarse. Y estar descontento y estar contento. Y
resignarse y protestar. Se agita uno y hablas, y te hablan. ¡Tocas y te tocan! Una magia
todo ello, ¡una fiesta continua!

JULIETA __ Efectivamente. ¡No se detiene nunca! Después, tengo que servir a la mesa.

REY __ ¡Sirves a la mesa! ¡Sirves a la mesa! ¿Qué sirves a la mesa?

JULIETA __ La comida que he preparado.

REY – Por ejemplo, ¿Qué?

JULIETA – No sé. El plato del día, el puchero.

REY __ ¡El puchero!... ¡el puchero!

JULIETA __ Es una comida completa.

REY __ ¡Cómo me gustaba el puchero! ¡Con verduras, patatas, repollos y zanahorias,


que se mezclan con manteca y se aplastan con el tenedor… para convertirlas en un puré!

JULIETA __ Podríamos traerle un poco.

REY __ ¡Qué me lo traigan!

MARGARITA __ ¡No!

JULIETA __ ¡Si le gusta…!

MÉDICO __ Le sentaría mal. Está a dieta.

REY __ ¡Quiero puchero!

MÉDICO __ No. No es recomendable para la salud de los moribundos.

MARÍA __ ¡Es tal vez su último deseo!

MARGARITA __ Preciso es que se desprenda de él.

REY __ ¡Caldo... patatas calientes…zanahorias bien cocidas…!

JULIETA __ Todavía hace chistes.


REY – ¡No había reparado nunca en lo hermosas que son las zanahorias!
REY - (A JULIETA) __ ¡Ve de prisa a matar las dos arañas de mi dormitorio! No
quiero que me sobrevivan. ¡No, no las mates! ¡Puede que tengan algo de mí…!
Muerto… el puchero…, desaparecido del Universo… Nunca existió el puchero.

ALABARDERO __ ¡Prohibido el puchero en toda la extensión del territorio!

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2ª. TRANSICIÓN - (Música)


JULIETA entrega en una bandejita un mensaje al Informante.

LACAYO INFORMANTE – “Berenguer I está ya más cerca de la aceptación.


Pero todavía hay crisis, rechazos, intentos de rebelarse…”

LACAYO deja este mensaje en bandejita y ambos se retiran por los dos extremos del
escenario.
(Durante esta Transición, el Rey saldrá un instante del escenario, en la silla de ruedas,
para que le empolven la cabeza entre bastidores)
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(Vuelve REY en su silla de ruedas siempre empujado por JULIETA)

REY – No. No quiero morir. Os lo ruego, no me dejéis morir. ¡No quiero!

MÉDICO – La crisis estaba prevista. Es normal. Ya está dañada la primera defensa.

MARÍA __ ¡Ay! ¡Se le puso blanco el cabello de repente!

MÉDICO VERDUGO (Mirando el reloj) – Se retrasa… vuelve atrás.


MARGARITA – No es nada. No se inquiete, señor doctor, señor verdugo. Esas vueltas
y revueltas estaban previstas. Están en el programa.

VERDUGO – Con una buena crisis cardiaca no hubiéramos tenido tantas historias…

MARGARITA – Las crisis cardíacas son para los hombres de negocios.

MÉDICO - …O una pulmonía doble.

MARGARITA – Eso es para los pobres, no para los reyes.

REY – ¡Puedo decidir no morirme!

MARGARITA – ¡Podemos decidirte!

MÉDICO – Es nuestro deber.

(Mientras se dará esta escena, JULIETA pasea al REY en sillón de ruedas.)

MARÍA __ ¡Vamos a animarlo!


ALABARDERO __ ¡Majestad, mi comandante! ¡Él fue quién inventó la pólvora! Robó
el fuego a los dioses y después, con el fuego, prendió la pólvora. ¡Por poco salta todo!
Todo lo recompuso. Yo lo ayudaba. Instaló las primeras fraguas sobre la Tierra. Inventó
la fabricación del acero. Trabajaba 18 horas de cada 24. A nosotros, ¡nos hacía trabajar
todavía más! Construyó con sus manos el primer aeroplano. Yo era su mecánico. Él
hizo los planos de la Torre Eiffel, las guadañas, los arados, las cosechadoras, los
tractores. ¡Inventó el primer tanque de guerra!

(ALABARDERO Al REY) ¿No es verdad, Señor Mecánico? ¿Lo recordáis?

REY __ Algunas cosas sí.

ALABARDERO __ ¡Y el primer auto!

REY __ ¿Qué es un auto?

JULIETA _ Es un sillón de ruedas… que rueda solo.

ALABARDERO__ Apagó los volcanes. Hizo surgir otros. Construyó Roma, Nueva
York, ¡Moscú!, Ginebra. ¡Fundó París! Hizo las revoluciones, las contrarrevoluciones,
¡La religión, la Reforma, la Contrarreforma!

JULIETA (con asombro) – Al verle, no lo diría nadie.

ALABARDERO __ Escribió “La Ilíada” y la “La Odisea”. Inventó el teléfono. Todo lo


hacía con sus propias manos.

MARGARITA – Y ya no sabe calzarse ni descalzarse.

ALABARDERO – ¡Y logró la fisión del átomo!

JULIETA – Y hoy no sabe ni prender ni apagar una lámpara.

MARGARITA (Al ALABARDERO) – ¡Cállate! Conocemos todos sus méritos pasados.


¡Basta de inventarios!
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3ª. TRANSICIÓN. Sólo música.

** Debe aprontarse para estas escenas UN DESAPARECEDOR.

ÚLTIMAS ESCENAS

(El Rey Berenguer I, SIN EL CETRO, sentado en silla de ruedas, se agrava.

(MÉDICO lo ausculta con un estetoscopio o le toma el pulso y mueve la cabeza.


Las Julietas le ofrecen distintos alimentos que él rechazará.)

- JULIETA le ofrece verduras en puchero.


- REY se niega con movimientos.
- JULIETA I le ofrece una copa de vino.
- REY idem.

- JULIETA II le ofrece un postre vistoso.


- REY idem.

- MARíA (se echa teatralmente a los pies de Berenguer, con un corazón)

- MARÍA __¡Mi Rey!, soy María…

(El REY se levanta torpemente como buscando algo. EL REY DE PIE)


(JULIETA debe retirar la silla de ruedas afuera y después volver a la escena)

REY __ ¿María?

MARGARITA __ ¿Lo ves? Ya no comprende tu nombre.


JULIETA __ Ya no comprende vuestro nombre.

ALABARDERO _ ¡El Rey ya no comprende el nombre de María!


MARÍA _ ¡Él ya no os ve!
MARGARITA _ Él ya no te ve.

** 1 (MARÍA desaparece bruscamente)

MÉDICO (examinando al Rey, le pasa una vela encendida por los ojos)
MÉDICO __ En efecto. Ha dejado ya de ver.

ALABARDERO __ ¡Su Majestad está oficialmente ciego!

MARGARITA _ Mirará hacia adentro. Verá mejor.

REY _ ¿Dónde están las paredes? ¿Dónde están los brazos?

** (JULIETA conduce al Rey del brazo, le hace tocar la pared de la grieta.)

JULIETA __ Las paredes están ahí, Majestad. Todos estamos aquí.

REY__ ¡Guardia!, ¿dónde estás? ¡Responde!

ALABARDERO __ ¡Siempre a vuestras órdenes, Majestad! ¡No os abandonaremos, os


lo juro!

** 2 (ALABARDERO desaparece bruscamente)

JULIETA _ Estamos aquí cerca de Vuestra Alteza, ¡Y aquí seguiremos!

** 3 (JULIETA desaparece súbitamente)


REY __ ¡Guardia! ¡Julieta! ¡Responded! ¡Ya no les oigo! Doctor, Doctor, ¿Me he
quedado sordo?
MÉDICO _ No, Majestad. Todavía no.

REY__ ¡Doctor!

MÉDICO _ Perdone Vuestra Majestad, tengo que marcharme. No tengo más remedio.
Lo lamento. ¡Mis disculpas!

** (EL MÉDICO-VERDUGO se retira ridículamente marcha atrás, inclinándose


como un títere con infinitas reverencias, disculpándose.) (No actúa sobre él el
Desparecedor)

REY (tiende los brazos, toca la puerta de adelante) __ ¿Dónde están los demás?
__ Se fueron. Me encerraron.

MARGARITA __Todas esas gentes te molestaban. Se colgaban de ti. Ahora todo


andará mejor. Te quedan sólo diez minutos.

REY _ Ya no sé lo que había en derredor. Sé que un mundo me rodeaba. Sé que yo era


yo… Pero ¿qué es lo que había?

MARGARITA __ ¡Aún te atan cuerdas que no he desatado ni cortado! ¡Aún se agarran


a ti manos que te detienen!
(MARGARITA da vueltas alrededor del REY y corta en el vacío con invisibles
tijeras, lentamente.)

REY _ Yo…Yo. Yo.


MARGARITA __ Ese TÚ no es TÚ. Son objetos extraños, adherencias, parásitos. La
hiedra que trepa por el muro no es el muro. Te doblegas bajo todo ese peso. Y esas balas
de cañón que arrastras son las que impiden caminar.

(MARGARITA se inclina, hace ademanes de quitar los grilletes o balas de cañón


invisibles de los pies del REY. Los “tira” hacia el público y se levanta con alivio.)

MARGARITA _ ¡Pesan toneladas! ¿Cómo has podido arrastrar eso toda una vida? ¡Y
este fardo muy pesado!

(MARGARITA finge sacar unos bultos muy pesados de los hombros del REY y después
tirarlos.)

MARGARITA __ ¡Ya no precisarás esta caja de herramientas!¡Un sable viejo


completamente oxidado!... El soñador se retira de su sueño…
MARGARITA __ ¡Dame la mano! ¡Te digo que me des la mano! No tengas miedo,
déjate deslizar. ¡No cierres el puño! ¡Aparta los dedos! ¿Qué guardas ahí? ¡Todo tu
reino!: microfilms, semillas… ¡Ya no sirven! ¡Déjalas caer!

(El Rey va dejando caer las semillas y las mira tristemente.)


(MARGARITA le toma la mano, lo conduce.)
REY (Ojos cerrados) __ El imperio… Mientras se pone un Sol, otros se levantan…¡Un
dominio más allá de los océanos…! Azul, azul… Más allá de los océanos que se tragan
los océanos…
MARGARITA __ ¡Atraviésalos!
REY __ ¡Azul! ¡Azul…!
MARGARITA __ Te guío yo, no tengas miedo. (Después ella se aparta).
MARGARITA __ Anda solo. No tengas miedo. ¡Adelante!

(El Rey se dirige hacia el trono lentamente. Va subiendo poco a poco los escalones.)

(MARGARITA se aparta y queda en un rincón. Continúa hablando lentamente.)

MARGARITA __Ya no es de día, ya no es de noche. Ya no hay día. Ya no hay noche…


__ ¡Sí! Aquí está la pasarela, no temas el vértigo.
__ Bien derecho. ¡Sube! ¡Sube! ¡Más arriba!
__ Vuélvete hacia mí. Mírame. Mira a través de mí.
__ Dame tus piernas, la derecha, la izquierda. Dame un dedo… dame
dos dedos… tres, cuatro, cinco, los diez dedos… Entrégame el brazo derecho, el brazo
izquierdo, el pecho, los dos hombros, el vientre. Ya ves: Tu corazón ya no necesita latir,
ni respirar… (Todo dicho muy lentamente)
__Puedes sentarte. Toma tu lugar.

** 4 (Desaparición súbita de REINA MARGARITA)

** (El REY inclina un poquito la cabeza, “muere” de ojos abiertos, muy sereno,
sentado en su trono.)

** RECORDAR:
a) Se apagan todas las luces del escenario.
b) Solo El REY queda en su trono unos 30 segundos con
iluminación bien focalizada sobre él (aunque sea de linternas).
c) Se apagan de golpe todas las luces.

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París, 15 de octubre de 1962.

París, 14 de diciembre de 1962, se estrenó en el Teatro de la Alianza Francesa.

Esta primera puesta en escena fue dirigida por Jacques Mauclair.

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