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Sergio Botero

Historia III

La historia de la literatura musical nariñense de principios del siglo XX se puede rastrear


desde el trabajo de Luis Enrique Nieves, El clavel Rojo y la pianista María Hinestrosa.
Quienes son los principales representantes de la historia cultural musical de San Juan de
Pasto, pero curiosamente gran parte de su legado no es tan conocido en todo el país. Solo
hasta hace unos años, se han realizado trabajos de investigación sobre vida y obra de estos
compositores, con el objetivo de crear y preservar una memoria histórica.

Luis Enrique Nieto (1898-1968) fue requintista y líder de la agrupación El Clavel Rojo. Las
composiciones de Nieto particularmente no fueron escritas sobre pentagramas, aunque
muchas sí fueron documentadas en partituras de copistas. Se trata entonces, de un legado
que ha sido transmitido mediante la oralidad; lo cual significa un trabajo mucho mas
interesante y complejo a la hora de captar el estilo musical del compositor.

Cuando Nieto accedió a la educación en La Escuela de Santo Domingo, paralelamente el


país apenas comenzaba a recuperarse del trágico episodio de La Guerra de los Mil Días, el
cual sucedió entre los siglos XIX y XX. Es importante señalar que esta guerra, como
muchas otras en la historia política del país, han influenciado negativamente en el
desarrollo artístico y cultural. Lo cual sigue siendo una constante aún hoy en día.

Curiosamente esta escuela constituyó uno de los espacios de mayor importancia histórica
en la educación de la población nariñense. Pues desde sus inicios, existió una influencia
europea que marcó un cambio en la educación de Pasto. Desde Francia llegaron los
primeros Maristas para establecerse en la escuela, y luego, seguirían sumándose integrantes
que dedicarían sus esfuerzos para consolidar un programa pedagógico de corte religioso,
académico y cultural. Todo esto, bajo un sistema de educación gratuita.

En sus primeros años como estudiante empezó a incursionarse en la composición de obras


sin tener herramientas teóricas musicales. Para Nieto fue un acercamiento práctico al arte
de la música con su primera composición que fue un pasillo llamado “Mentiras de un
músico”. Para la época habían distintos debates y controvertidas discusiones frente a los
géneros que definirían la música nacional tanto en Colombia como en Ecuador. Nariño al
estar en un punto medio, tuvo discursos ideológicos de ambos países. Una de las
composiciones que podría revelar la conexión estilística entre la frontera colombo
ecuatoriana es un fox incaico que se titula “Grito de Caza”. Al igual que “Mentiras de un
músico” fue una composición que parecía se quedaría solo en el recuerdo de quienes alguna
vez tuvieron la posibilidad de escucharla en manos del compositor.

Además de ser requintista, Nieto se destacó por ser intérprete de otros instrumentos
musicales. Entre ellos el tiple, que le regalaron en los años 30 cuando viajó con el Clavel
Rojo por primera vez a Bogotá. Y también un laúd español, que él mandó a construir a
mediados de los años 60 en Pasto, con la particularidad de que tenía unas cuerdas negras
importadas de Estados Unidos, las cuales le daban una sonoridad especial.

Una de sus particularidades como compositor, era su nacionalismo expresado en sus


composiciones. Por ejemplo, con el Clavel Rojo cuando viajaron a Ecuador a Quito, le
prohibieron tocar el himno de Colombia; en respuesta a esto él tocó su famosa composición
“Por Colombia”. En su autobiografía que escribió en 1945, Nieto se pronunciaba muy a
favor de las músicas colombianas y con cierta posición critica hacia las ecuatorianas. Sin
embargo se pueden encontrar muchos elementos de “ecuatorianidad” en sus obas.

Es interesante como estas ultimas investigaciones en torno a la vida de Luis Enrique Nieto,
han sido llevadas a un punto de revivir composiciones y una gran cantidad de repertorio
que no solo está basado en músicas y ritmos locales, sino también en la búsqueda de otros
lenguajes. Esto significa como hoy en día estas composiciones pueden seguir siendo
innovadoras en la medida que ahora están a disposición de un público más amplio. Es decir,
su música se ha logrado trascender a otras escenas y otras ciudades.

Maruja Hinestrosa, pianista colombiana y representante de la música nariñense de todo el


siglo XX. Nació en 1914 y tuvo acceso a una buena educación. Prontamente empezó a
componer en el piano piezas de carácter folclórico. Una de sus primeras composiciones fue
el pasillo titulado el “El Cafetero”, la cual fue compuesta con ocasión de la visita de la
Federación Nacional de Cafeteros a finales de la década de los 20. Si bien la carrera de
Maruja se compone de muchos bambucos, valses y pasillos, este en particular representa un
nacionalismo por parte de la compositora hacia uno de los productos agrícolas más
representativos del país. Es interesante ver como a través de las obras de distintos
compositores colombianos se articulan también elementos de la historia del país. En este
caso, un pasillo dedicado al gremio de cafeteros mas importante del país, y sobretodo
compuesto en un momento en que el café pasó a ser el producto más producido y exportado
en Colombia. Hoy en día es tal vez, la obra mas importante y mas conocida de María
Hinestrosa.

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